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NOTA DE PRENSA

Imparte junto a Carlo Rovelli dos conferencias sobre el origen del


cosmos en la Fundación BBVA en Madrid

“Antes del ‘big bang’ hubo otro


universo que se contrajo, y que al
‘rebotar’ dio lugar al nuestro”, dice el
físico Abhay Ashtekar

 Ashtekar y Rovelli son dos de los creadores de una de las teorías


consideradas hoy más sólidas para explicar qué ocurrió antes del Big Bang: la
‘Gravedad Cuántica de Lazos’

 Esta teoría aspira a lograr uno de los principales retos de la física actual:
unificar las leyes de la relatividad general con las de la mecánica cuántica.

 Para Ashtekar y Rovelli, a escalas muy pequeñas el espacio-tiempo está


formado por una red de lazos entretejidos en una especie de espuma

20 de mayo de 2011.- Los físicos no tienen herramientas para enfrentarse al


origen del universo. Han logrado demostrar que hace unos 13.700 millones de
años toda la materia y la energía estaban concentradas en una región de escala
diminuta, que empezó a expandirse en el proceso conocido como big bang; pero
les falta una explicación sobre ese ‘tiempo cero’ y sobre si realmente pudo o no
pasar algo antes de esa expansión. La teoría de la Gravedad Cuántica de Lazos,
formulada por Abhay Ashtekar hace ahora 25 años, podría dar esas respuestas.
El propio Ashtekar, Director del Instituto para Física Gravitacional y Geometría de
la Universidad del Estado de Pensilvania (EEUU), y su colega y colaborador Carlo
Rovelli, de la Universidad del Mediterráneo (Francia), exponen hoy en la sede de
la Fundación BBVA en Madrid los últimos avances de la teoría de la Gravedad
Cuántica de Lazos.
Ambos han viajado a España para participar en el Congreso Internacional LOOP’s
11, que se celebra del 23 al 28 de mayo en Madrid y que cuenta con la
colaboración de la Fundación BBVA. Guillermo Mena, presidente del comité
organizador del congreso y director del Instituto de Estructura de la Materia, del
CSIC, ha intervenido también en el encuentro con los medios.
La teoría de la Gravedad Cuántica de los Lazos es hoy sólida candidata a resolver
uno de los principales retos de la física actual: unificar las leyes de la relatividad
general con las de la mecánica cuántica. La mecánica cuántica y la relatividad son
el conjunto de principios físicos que describen la realidad conocida; ambas teorías
funcionan a la perfección, sólo que cada una en su ámbito. La cuántica explica el
mundo de las partículas elementales, a escalas microscópicas; la relatividad
general, que entiende la gravedad como la deformación del espacio-tiempo por
efecto de la materia, describe lo que ocurre a grandes distancias. Pero ¿qué pasa
cuando la gravedad es muy intensa y las distancias relevantes muy pequeñas? No
hay una teoría demostrada para esas condiciones, que son las que se dieron en el
origen del universo según el modelo del big bang.
“Diría que la Gravedad Cuántica de Lazos es la mejor teoría que los físicos
tenemos hoy para combinar la mecánica cuántica y la relatividad general”,
asegura Rovelli.
Por lo pronto, “es la única teoría bien desarrollada en la que todo, la materia y el
espacio-tiempo, son cuánticos ‘desde su nacimiento’”, explica Ashtekar, autor del
trabajo que abrió la puerta a la Gravedad Cuántica de Lazos en 1986. Esta teoría
funciona allí donde la relatividad general falla, algo “muy, muy difícil de lograr”,
según Ashtekar.

Espuma microscópica frente a cuerdas


La Gravedad Cuántica de Lazos predice que a escalas muy pequeñas –en concreto
a la llamada ‘distancia de Planck’, muy inferior a la billonésima parte del diámetro
de un átomo- el espacio-tiempo aparece formado por una red de lazos entretejidos
en una especie de espuma. De ahí el nombre de la teoría.
La teoría que compite con la Gravedad Cuántica de Lazos en el intento de unificar
la mecánica cuántica y la relatividad general es la llamada ‘teoría de cuerdas’. La
comunidad de investigadores de ‘cuerdas’ es de hecho mucho más numerosa que
la de la Gravedad Cuántica de Lazos; ambos grupos mantienen abierto un vivo
debate -“A veces demasiado vivo”, apunta Rovelli-.
“Hubo épocas en el pasado en las que los partidarios de la teoría de cuerdas
estaban muy seguros de que resolverían todos los problemas a corto plazo”,
cuenta Ashtekar; “llegaron a hacer afirmaciones muy categóricas. Sin embargo,
como dijo Voltaire, ‘La duda no es una condición placentera, pero la certeza es
absurda”.
Para este investigador, el debate “se ha enfriado” en los últimos años, en parte
porque los científicos de teoría de cuerdas se han dedicado a otros tipos de
problemas en vez de los exclusivamente específicos de los sistemas gravitatorios.
“La Gravedad Cuántica de Lazos, por otra parte, ha seguido concentrándose en las
preguntas: ¿qué pasa realmente en torno al big bang? ¿Podemos analizar el
comportamiento cuántico de agujeros negros con propiedades físicas realistas?
¿Qué es el tiempo?”.

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Un universo que rebota
La Gravedad Cuántica de Lazos se ha asociado a un modelo en el que el big bang
es precedido por una o varias fases previas de colapso y expansión, en una
especie de ‘rebote’ o, en la jerga, big bounce.
En el modelo clásico del big bang, al retroceder en el tiempo se acaba llegando a
lo que los físicos llaman una ‘singularidad’, un punto en donde la densidad de la
materia y la curvatura del espacio tiempo se vuelven infinitas y en el que, por
tanto, las ecuaciones de la relatividad general no funcionan. Eso no ocurre en la
Gravedad Cuántica de Lazos. La singularidad, y por consiguiente el big bang, “es
sustituida por el big bounce”, dice Ashtekar.
“La región del big bang es inaccesible para la física convencional”, abunda Rovelli;
“con la Gravedad Cuántica de Lazos podemos hacer cálculos y computar lo que
puede haber pasado. Los resultados de estos cálculos indican de forma rotunda
que antes del big bang hubo otro universo que se contrajo; luego, al rebotar, dio
lugar al nuestro”.

Cómo demostrar la Gravedad Cuántica de Lazos

Uno de los retos principales a los que se enfrenta ahora la Gravedad Cuántica de
Lazos es comprobar sus predicciones mediante observaciones. Las misiones
espaciales que analizan en gran detalle la llamada ‘radiación cósmica de
microondas’ -una luz emitida poco después del big bang y que aún hoy llena todo
el universo- podrían proporcionar respuestas. Una de estas misiones es el satélite
Planck, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que está tomando datos estos
meses.
“No es imposible que Planck nos proporcione pistas, pero es demasiado pronto
para decirlo”, afirma Rovelli. “Por ahora nuestra teoría no puede ser sometida a
pruebas experimentales –la de las cuerdas tampoco-, pero estamos esforzándonos
mucho para que lo sea”.
Ashtekar y sus colegas también han aportado respuestas a lo que ocurre en los
agujeros negros, otro fenómeno en el que la altísima concentración de materia
desafía la física conocida.
Ashtekar, nacido en una familia india de clase media, ha contado que su
fascinación por la física y las matemáticas procede de la lectura a los 15 años del
libro ‘Un, dos, tres, infinito”, del legendario físico George Gamow. Ashtekar decidió
que quería dedicarse a la investigación básica –llegó a escribir al premio Nobel
Richard Feynmann tras detectar un error en uno de sus textos, y aún atesora la
respuesta de Feynmann-, y emigró a Estados Unidos para estudiar en la
Universidad de Texas.

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Ashtekar es o ha sido profesor en algunas de las universidades más prestigiosas
del mundo- actualmente es profesor en la Universidad del Estado de Pensilvania
(EEUU). Entre las numerosas distinciones de las que ha sido objeto, recientemente
ha recibido la Sir C.V. Raman Chair de la Academia de Ciencias de la India, el
Premio de Investigación Senior de la Fundación Alexander von Humboldt, el
doctorado honorífico de la Universidad Friedrich Schiller (Alemania), y la Kramers
Chair de Física Teórica por la Universidad de Utrecht (Holanda). Ha presidido la
Sociedad internacional para la Relatividad General y la Gravitación (2007-2010) y
es miembro electo de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS,
siglas en inglés), entre otras sociedades científicas.
Carlo Rovelli (Verona, Italia, 1956), se graduó en física por la Universidad de
Bolonia y obtuvo su doctorado en la Universidad de Padua en 1986. Desempeñó
puestos de investigador postdoctoral en la Universidad de Roma y en Yale. Fue
profesor de la Universidad de Pittsburgh de 1990 a 2000. Actualmente es profesor
en la Universidad del Mediterráneo, en el Centro de Física Teórica, en Marsella,
Francia. Entre las distinciones que ha recibido cabe destacar que es miembro
senior del Instituto Universitario de Francia (IUF); Profesor Honorario de la
Universidad Normal de Pekín; miembro de la Academia Internacional de Filosofía
de las Ciencias; miembro honorario de la Academia de Ciencias, Artes y Letras de
Verona; Premio Internacional Xanthopoulos 1995 por sus contribuciones en física
teórica; y Primer Premio “comunidad” de la FQXi en 2009 sobre la temática de la
naturaleza del tiempo. Junto con Abhay Ashtekar y Lee Smolin, se le considera uno
de los fundadores de la Gravedad Cuántica de Lazos, o Loops, como también se
denomina a esta teoría, a partir de su nombre en inglés.

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Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (91 374 52 10 y 91 537 37 69 ó
comunicacion@fbbva.es) o consultar en la web www.fbbva.es

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