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El primer propósito de la enfermera, en

el cuidado de las heridas, está enfocado


al conocimiento de la fisiología y
anatomía de la piel para reconocer la
importancia de su integridad y el cuidado
requerido frente a su destrucción. Esto
significa que antes de cualquier tipo de
intervención, debe poner atención a las
alteraciones del funcionamiento orgánico
y los efectos potenciales sobre el
proceso de cicatrización.

Es así como las alteraciones funcionales


de la piel, que se producen cuando pierde
su integridad, determinan complicaciones
generales como infección por falta de
protección, enfriamiento por alteración en
la termorregulación, desequilibrio
hidroelectrolítico y hemodinámico por
alteración en la función excretora y de
reservorio, estético-funcionales por
alteración de la función regeneradora y
reparadora en lesiones extensas y
profundas.

El segundo propósito está enfocado a reconocer el proceso de cicatrización de tejidos


blandos, clasificar el tipo de herida, lo que le permitirá relacionar cada una de las etapas de
este proceso con la evolución clínica de la herida que presenta el niño.

ATENCIÓN DE ENFERMERÍA

• Valoración
• Diagnósticos
• Intervención
• Evaluación

VALORACIÓN

La recogida y selección de datos es la primera etapa del proceso de enfermería


para conocer al niño y detectar todas sus necesidades insatisfechas.

Datos subjetivos profundizar >> El dato subjetivo más importante es el dolor que
se presenta, porque puede traer como consecuencia un shock neurogénico.
Cualquier proceso, ya sea quirúrgico o traumático (quemaduras), producen mucha
angustia en el niño, teme a lo desconocido y el dolor aumenta esta angustia.
Valorar el dolor en los niños es muy difícil, más a aún si se requiere precisar
intensidad, duración, características, lugar del origen y la etiología. Por ello es
importante recordar que casi todos los centros nerviosos del organismo se pueden
ver afectados por sensaciones que se originan en la piel produciendo placer o
displacer; al quedar estas terminaciones nerviosas expuestas a la temperatura
ambiental, como ocurre en las heridas donde hay daño de la capa reticular. Se
produce un intenso dolor a raíz de la diferencia de temperatura por compresión o
por estímulo directo. Esto ocurre en las quemaduras tipo A. Sí el daño ocurre en
ambas capas y se destruyen estas fibras, el paciente no presenta dolor en la zona y
significa que la lesión es profunda, como sucede en las quemaduras tipo B.

En toda herida se producen zonas de distensión que causan dolor y otras cuya
destrucción es mayor aún y son indoloras. Ambas situaciones deben ser
enfrentadas al tratar una herida generada por una quemadura.

Datos objetivos profundizar >> Los datos objetivos que debe rescatar la enfermera son
fundamentales para favorecer el proceso de cicatrización. Corresponden a Factores
Locales, relacionados con la herida y a Factores Generales, relacionados con las
características físicas y psicológicas, historial médico y etapa de la vida del niño.

DIAGNÓSTICOS

• Alteración del bienestar: dolor, relacionado con la quemadura, manifestado por


irritabilidad, taquicardia, taquipnea, llanto, expresión del dolor en cara 3, 4 ó 5
de Wong y Baker.

• Riesgo potencial de ansiedad: temor, con relación a evolución de la herida,


curaciones y daño a la imagen corporal.

• Riesgo potencial de alteración del proceso de cicatrización: secundario a


acciones inadecuadas en la curación de heridas.

• Riesgo potencial de infección de heridas por quemadura: secundaria a


tratamientos caseros, evolución mayor a 6 horas y patologías infecciosas asociadas.

• Riesgo de déficit de autocuidado en el proceso de cicatrización de la


herida por quemadura: relacionado con padres analfabetos, hogar con
inadecuadas condiciones sanitarias (sin agua potable).

INTERVENCIÓN

El tratamiento habitual de las quemaduras consiste, en términos generales, en la


limpieza de la herida, la utilización de diversos tipos de medicamentos tópicos,
cobertura y vendaje de la lesión.

Para desarrollar este tratamiento la enfermera debe basarse en sus conocimientos


sobre los principios generales de una curación y lo más importante no
transgredirlos en el momento que realiza la curación.
PRINCIPIOS DE LA CURACIÓN: Para favorecer un medio óptimo de cicatrización
se deben considerar los siguientes aspectos:

· Eliminar el tejido necrótico (flictenas)


· Mantener un ambiente húmedo.
Objetivos de un ambiente húmedo
· Prevenir la desecación y muerte celular.
· Favorecer angiogénesis y síntesis de tejido conectivo.
· Mejorar migración de leucocitos dentro de la herida.
· Proporcionar aislamiento térmico.
· Proteger contra el trauma que significa el cambio de apósito.
· Evitar la formación de costra.
· Proteger de contaminación bacteriana.
· Mantener un ambiente térmico constante.
· Absorber el exceso de exudado.
· Proteger de contaminación bacteriana.
· Identificar y tratar la infección.
· Proteger contra traumatismos.

EVALUACIÓN

• El niño no sentirá dolor durante el proceso de curación de sus heridas,


manifestando tranquilidad, juego, ausencia de llanto en el box de curación,
expresión de dolor en caras 1 y 2 en escala de Wong y Baker.

• El niño disminuirá su ansiedad y temor frente a las etapas de la curación y


disminuirá su temor frente a la magnitud del daño en su imagen corporal.

• El niño presentará un proceso de cicatrización satisfactorio, de acuerdo a la


profundidad y extensión de sus quemaduras: en quemaduras tipo A y tipo AB
epidermización, antes de los 15 días post-lesión, en quemaduras tipo AB-B y tipo B
la lesión presentará las condiciones necesarias para ser injertada entre los 15 a 20
días post-lesión.

• El niño presentará un proceso de cicatrización satisfactorio de acuerdo a la


localización. En las zonas especiales, no presentará cicatrices retractiles.

• El niño no presentará infección local en la lesión durante el proceso de


cicatrización.

• La familia desarrolla las habilidades de cuidados en el hogar en cuanto a favorecer


un ambiente, que permita la recuperación y rehabilitación del niño.
ETAPAS DE LA CURACIÓN

• Manejo de dolor
• Lavado de la Herida
• Limpieza con Solución Estéril
• Retiro de Tejido Desvitalizado
• Aplicación del Tópico

MANEJO DEL DOLOR

Previo a la curación se debe procurar el máximo de alivio al estímulo doloroso provocado por
ésta. El tratamiento del dolor es un problema complejo de difícil abordaje, sobre todo
cuando se trata de un servicio ambulatorio.

Existen diferentes formas de enfrentar el dolor desde el punto de vista:

• Manejo Emocional.
• Manejo Psicológico.
• Manejo Farmacológico.
• Manejo Clínico.

El manejo emocional comprende cuidar el ambiente en donde se llevará a cabo la


curación, tratando de que sea lo más terapéutico posible; para ello es importante la
presencia de los padres en un rol activo dentro del box, colaborando en el apoyo, distracción
y preocupación del niño. La utilización de elementos lúdicos para favorecer la distracción del
niño es también muy útil.

Desde el punto de vista del manejo farmacológico, se puede asociar a todo lo anterior el
uso de algún analgésico previo a cualquier procedimiento que reciba el niño. Durante la
primera etapa del proceso de cicatrización en COANIQUEM se utiliza ibuprofeno y
paracetamol, según la edad del niño.

El manejo psicológico incluye disminuir o minimizar el estrés asociado a las curaciones, a


través de una simple explicación a los niños y sus acompañantes respecto al procedimiento
que se realizará.
PROCESO DE CICATRIZACIÓN

En general el tratamiento médico recomienda cerrar de inmediato las heridas simples o


cerradas, mediante sutura o afrontamiento con tela adhesiva, para lograr una reparación
normal de los tejidos, denominada cicatrización por primera intención o por epidermización.
Esto es lo que ocurre en las quemaduras de profundidad superficial o tipo A.

En el caso de las heridas clasificadas como complicadas o abiertas, generalmente se


produce una cicatrización por segunda intención, es decir por granulación o injerto pues
requiere de aseos quirúrgicos cuidadosos y/o intervención quirúrgica. Esto es lo que ocurre
en las quemaduras profundas o tipo B.

Las características principales de estos dos tipos de cicatrización se pueden resumir en el


cuadro comparativo: Heridas que cicatrizan por primera intención versus segunda
intención.

El proceso de cicatrización es un proceso reaccional específico de los tejidos, en respuesta a


una injuria. El resultado de este proceso y la rapidez con que se produzca, depende de la
profundidad de la lesión y de su extensión, por esto es necesario relacionar el tipo de herida,
es decir, clasificarla con la forma en que cicatrizará, para así anticipar las características de
las etapas del proceso.

En el proceso de cicatrización ocurren una serie de acontecimientos bioquímicos y


fisiológicos integrados, altamente dinámicos. Es así como se ha dividido en cinco etapas o
fases separadas, con fines didácticos, pero en realidad ocurren simultáneamente.

FASES DEL PROCESO DE CICATRIZACIÓN

• Fase de Latencia o Inflamatoria.

• Fase de Epidermización.
ampliar imagen >>

• Fase Celular

ampliar imagen >>

• Fase de Fibroplasia.
ampliar imagen >>

• Fase de Retracción o Contracción. Profundizar >>

ampliar imagen >> ampliar imagen >>

pérdida de continuidad en la piel, secundaria a un traumatismo. Como


consecuencia de la agresión de este tejido existe riesgo de infección y
posibilidad de lesiones en órganos o tejidos adyacentes: músculos, nervios,
vasos sanguíneos, etc.
Las heridas pueden ser graves en función de una o varias de estas
características:

Ü Profundidad.

Ü Extensión.

Ü Localización.

Ü Suciedad evidente, cuerpos extraños o signos de infección.

Primeros auxilios en caso de heridas leves:

Ü Cohibir la hemorragia (en su caso).

Ü Desinfección del material de curas.

Ü Desinfección de las manos del socorrista.

Ü Limpieza de la herida con agua oxigenada o con agua y jabón, del centro a
la periferia. Si la herida es profunda, utilizar suero fisiológico para su
limpieza.

Ü Si la separación de bordes es importante, la herida necesitará sutura por


un facultativo. Si no es así, pincelar con un antiséptico y dejar al aire. Si
sangra, colocar un vendaje compresivo (gasas sujetas con venda no muy
apretada).

Ü Recomendar la vacunación contra el tétanos.

Ü NO UTILIZAR directamente sobre la herida: alcohol, algodón, yodo, polvos


o pomadas con antibióticos.

Primeros auxilios en caso de heridas graves:

· Efectuar la evaluación inicial de la víctima.

· Controlar la hemorragia y prevenir la aparición del shock.

· Cubrir la herida con un apósito estéril y procurar el traslado en la posición


adecuada, controlando las constantes vitales.

· NO extraer cuerpos extraños enclavados. Fijarlos para evitar que se


muevan durante el traslado y causen nuevos daños en su interior.

Heridas especiales
Primeros auxilios en caso de heridas perforantes en tórax:
Neumotórax abierto o herida perforante en
el tórax: es la presencia de aire en la
cavidad pleural, producida por la entrada
de aire desde el exterior (herida torácica),
y provoca un dolor intenso y dificultad
respiratoria. Se debe:

Taponamiento oclusivo parcial (un lado


sin cerrar).

Traslado urgente en posición semisentado.

NO EXTRAER cuerpos extraños alojados


(inmovilizarlos).

Vigilar periódicamente las constantes


vitales.

NO dar de beber a la víctima.

Primeros auxilios en caso de heridas perforantes en abdomen

Cuyas complicaciones más frecuentes


suelen ser: Hemorragia interna:
prevenir el shock hipovolémico.
Perforación del tubo digestivo. Salida
de asas intestinales. Se debe:

Cubrirlas con un apósito estéril (humedecido)

Traslado urgente en posición decúbito supino con las piernas flexionadas.

NO EXTRAER cuerpos extraños alojados.

NO reintroducir contenido intestinal (cubrirlo con apósito estéril húmedo).

NO dar nada de comer ni de beber.

Vigilar con frecuencia las constantes vitales.


Primeros auxilios en caso de amputaciones traumáticas

Son la pérdida de algún miembro, o


parte de él, como consecuencia de un
traumatismo. En estos casos suele
actuar un acto reflejo de constricción
de los vasos sanguíneos producido por
la depresión, retrasando que la
persona muera desangrada (aunque
exista inevitablemente abundante
pérdida de sangre. Pero esto no
siempre es así; debe preverse el shock
hipovolémico. Se debe:

En la zona de amputación debe controlarse la hemorragia (torniquete, si


procede).

La parte amputada:

Se cubrirá con apósitos estériles.

Se colocará dentro de una bolsa de plástico.

Se colocará dentro de otra bolsa de plástico o recipiente con hielo en su


interior.

Trasladar junto al lesionado a un centro especializado para su reimplante.

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