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Juan Diego Moya Bedoya

Elucidaciones spinozianas acerca del conocimiento,


los afectos y la libertad.
I parte

Abstract: This paper concerns Baruj de Spi- 1. Precisiones liminares


noza’s theory of affections (=ethics) and liberty.
The present contribution remarks the construc- Principiemos nuestro texto con una defini-
tive character of spinozistic ethics and some ción estipulativa. ‘Eleuteriología’ denotará, en
difficulties intrinsic to the dutch philosopher’s nuestra contribución escrita, la doctrina filosófica
metaphysical theory of liberty. de la libertad.
Precisemos aclaratoriamente, a continuación,
Key Words: Naturalism. Conatus. Affec- que la idea es aquel concepto que la mente forma,
tions. Determinism. Liberty. toda vez que ella consiste en una cosa pensante
(cf. EOGD, ii, Df. iii). La idea consiste, antes
Resumen: Contribución exegética acerca que en un producto, en una acción autopositiva
de la teoría spinoziana de los afectos (=ética) de la mente. La mente es, en relación con sus
y la libertad (=eleuteriología), la cual remarca propias ideas, una causa immanens (inblyvende
el carácter constructivo de la ética spinoziana y oorzaak), cuya acción causativa no recae sobre
algunas dificultades inherentes a la correlativa
una realidad extrínseca (cf. Korte Verhandeling
teoría metafísica de la libertad.
van God, de Mensch en des zelfs Welstand, i, ii,
Diálogo i [Opera, volumen i, p. 30]). No es causa
Palabras clave: Naturalismo. Conato. Afec-
transeúnte alguna, como tampoco lo es el ente
tos. Determinismo. Libertad.
divino (en acuerdo con EOGD, i, xviii, y con
Korte Verhandeling, i, iii [p. 35, líneas 19-21).
En orden a ejemplificar lo que deba inteligirse
En memoria del Lic. Johnny Azofeifa Sánchez,
colega y entrañable amigo.
por una causa inmanente, el autor apeló, precisa-
mente, a la comparación con el intelecto, el cual
Philosophia nihil aliud est quam recta vivendi ratio, se identifica no solamente con la potencia activa
vel honeste vivendi scientia, vel ars rectae vitae para la producción de constructos eidéticos, sino
agendae. Non errabimus si dixerimus philosophiam también con el conjunto de estos últimos:
esse legem bene honesteque vivendi, et qui dixerit
illam regulam vitae, suum illi nomen reddidit By voorbeeld, het verstand, het welk oorzaak
(Lucius Annaeus Seneca, Fragmenta, xvii). is van syn begrippen, en daarom word ook

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het verstand van my (voor zoo veel, of in sus procesos inherentes y autoconstituyentes. En
opzigt syne begrippen daar van afhangen) la medida en que una mente es adecuadamente
genoemt een oorzaak: En wederom, in opzigt esciente, es preponderamente autopositiva y, por
het bestaat van syne begrippen een geheel: consiguiente, causa immanens.
Alzoo ook God en is met syne uytwerkzelen
La idea es, en sí misma, una proposición,
of schepzelen geen ander, als een inblyvende
oorzaak, en ook een geheel, in opzigt van de a fuer de que involucra o bien una afirmación,
tweede aanmerkinge (Korte Vernhandeling, o bien una negación (cf. EOGD, ii, xlix). Como
i, ii (Zamenspreeking tusschen het Verstand, no fuese éste el caso, la referencia (cf., ex. g., las
de Liefde, de Reede, en de Begeerlykheid) proposiciones trigésima segunda y cuadragési-
[Opera, volumen I, p. 30, líneas 25-31]). 1 ma tercera de De Naturâ, & Origine Mentis) a
las ideas verdaderas y falsas sería íntegramente
Realiter, la mente es tanto potencia cogitativa impertinente y, en última instancia, un ripio.
cuanto colección de existentes eidéticos o nocio- Un agente adecuadamente cognoscente es
nales. Empero, entre las ideas y la mente media aquél que produce, por sí mismo, sus propios
una distinción modal, a saber: una distinctio conocimientos, i. e., sus propios procesos episté-
realis minor.2 micos. El efecto de la operación puede inteligirse
Introduzcamos, ahora, la precisión concep- exhaustivamente, en un agente adecuadamente
tual de que la idea es, ante todo, la ideación (cf. la esciente, a partir de la realidad de la propia
explicación de EOGD, ii, Df. iii):3 mente. Semejante principio noético es, huelga
advertirlo, un microteo, un trasunto de la deidad,
Per ideam intelligo Mentis conceptum, quem el signo de cuya realidad es la actividad.
Mens forma, propterea quòd res est cogitans
¿Qué es una idea adecuada? Adecuada es
(EOGD, ii, Df. iii).
aquella idea que, considerada en sí misma, sin
relación alguna con el objeto, ejemplifica las
EXPLICATIO. Dico potiùs conceptum, denominaciones intrínsecas todas propias de una
quàm perceptionem, quia perceptionis idea verdadera (cf. EOGD, ii, Df. iv):
nomen indicare videtur, Mentem ab objecto
pati. At conceptus actionem Mentis expri- Per ideam adaequatam intelligo ideam, quae,
mere videtur.4 quatenus in se sine relatione ad objectum
consideratur, omnes verae ideae proprieta-
La ideación es una operación merced a la tes, sive denominationes intrinsecas habet
cual la mente se afirma a sí misma como existen- (EOGD, ii, Df. iv).
te y como agente. La medida de la realidad noéti-
ca es la intensidad de la operación intelectiva. La La idea verdadera es aquélla que, ineluctable-
mente humana y el intelecto divino se univocan; mente, correspóndese con su objeto (cf. EOGD,
no, claro está, en forma absoluta, toda vez que, de i, Axioma vi). La adecuación es, por su parte, la
lo contrario, la parcialidad cognitiva de la mente congruencia de la idea consigo misma. (5) Hemos
humana sería ininteligible. de advertir que la correspondencia existente entre
La mente es una colección de ideas, las cua- la idea y lo ideado (o nominatum por el término
les se relacionan entre sí. Semejante relación es correlativo) es un concomitante de la adecuación
o bien extrínseca, o bien intrínseca. La relación intrínseca de la idea, la cual es, ante todo, adecua-
meramente extrínseca es la asociativa, como, ex. ción intrínseca del proceso ideativo.
g., la explorada en el escolio de la proposición Las proposiciones que conocemos en la
vigésima novena de la segunda parte de la Ethi- medida en que conocemos adecuadamente, son
ca, en puntual conexión con el ordo communis a priori y, por ende, necesariamente verdaderas.
naturae. Intrínseca es, en cambio, la deductiva. Muchas de ellas no participan del eje estructural
Tanto más férrea es la unidad noética cuanto más de la analiticidad y la sinteticidad, toda vez que
adecuados son, desde una perspectiva epistémica, no se adecuan a la forma ‘sujeto-predicado’.

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2. Las leyes de la naturaleza o términos involucrados por un vínculo de esta


especie (vínculo de inexistencia).
A continuación, aproximémonos escuetamen- En el escenario de la naturaleza, el divino
te al enfoque spinoziano de la razón suficiente. Si gobierno, o divina directio, se identifica con la
no existe, en efecto, una causa ora intrínseca, ora universalísima e infrangible determinación cau-
extrínseca, por razón de la cual lo posible condi- sal de los estados de cosas, la cual no puede ser
cionado exista, es imposible que sea existentifica- otra que la que es, como lo rememora la proposi-
do, es decir, que arribe a la existencia: ción trigésima tercera de De Deo. En la medida
en que el curso eliciente de la naturaleza es con-
Nam per se manifestum est, id quod nullam sonante con la humana autopreservación, recibe
causam, internam scilicet aut externam, la denominación de auxilio extrínseco de Dios.
habet ad existendum, impossibile esse, ut En la medida en que el agente humano halla, en
existat: atqui res in hac secundâ hypothesi sí, una multitud de recursos para la preservación
ponitur tali, ut neque vi suae essentiae, de su propia existencia, denomina, a semejante
quam per causam internam intelligo, neque caudal, auxilio intrínseco de Dios:
decreti divini, unicae omnium rerum causae
externae, existere possit: unde sequitur, res Deinde quia rerum omnium naturalium
ut in secunda hypothesi à nobis statuun- potentia nihil est nisi ipsa Dei potentia, per
tur, impossibiles esse, ut existant (Cogitata quam solam omnia fiunt, & determinantur,
metaphysica, i, iii [p. 241, líneas 1-8]). hinc sequitur, quicquid homo, qui etiam pars
est naturae, sibi in auxilium, ad suum esse
La versión spinoziana del principio de razón conservandum parat, vel quicquid natura
suficiente, la cual es extremadamente fuerte, es la ipso nihil operante, ipsi offert, id omne sibi
siguiente. Se enuncia en el marco de la segunda a sola divina potentia oblatum esse, vel qua-
de las demostraciones en favor de la proposición tenus per humanam naturam agit, vel per res
undécima de la De Deo: extra humanam naturam. Quicquid itaque
natura humana ex sola sua potentia praestare
Cujuscunque rei assignari debet causa, seu potest ad suum esse conservandum, id Dei
ratio, tam cur existit, quàm cur non existit. auxilium internum, & quicquid praeterea
Ex. gr. si triangulus existit, ratio, seu causa ex potentia causarum externarum in ipsius
dari debet, cur existit; si autem non existit, utile cedit, id Dei auxilium externum merito
ratio etiam, seu causa dari debet, quae impe- vocare possumus. Atque ex his etiam facile
dit, quominus existat, sive quae ejus existen- colligitur, quid per Dei electionem sit inte-
tiam tollat (EOGD, i, xi, Demonstratio, aliter lligendum: nam cum nemo aliquid agat,
[p. 52, línea 31-p. 53, línea 2]). nisi ex praedeterminato naturae ordine, hoc
est, ex Dei aeterna directione et decreto,
hinc sequitur, neminem sibi aliquam vivendi
Cuando un individuo no existe, la causa de
rationem eligere, neque aliquid efficere, nisi
que no exista confúndese, en última instancia,
ex singulari Dei vocatione, qui hunc ad hoc
con la totalidad del universo, (6) esto es, con la opus, vel ad hanc vivendi rationem prae aliis
facies totius universi (expresión empleada en la elegit. Denique per fortunam nihil aliud inte-
epístola lxiv [en la página 278 del volumen cuarto lligo, quam Dei directionem, quatenus per
de las Opera]) bajo la especie de cualesquiera de causas externas et inopinatas res humanas
los infinitos, en multitud, atributos del ente divino dirigit (Tractatus theologico-politicus, iii [p.
(cf. EOGD, i, Df. vi; EOGD, i, xi), el cual es la 46, líneas 6-24]).
única substancia existente in rerum natura (cf.
EOGD, i, xiv). Ciertamente, si el modo inexis- El pecado mismo, concebido como tran-
tente inscríbese en el ámbito de la res cogitans, gresión de uno o múltiples decretos explícitos
la referida facies es la facies totius universi sub (voluntades explícitas de Dios), es teóricamente
specie cogitationis. Debe haber conmensurabi- oximorónico, toda vez que implicaría la posibili-
lidad (en naturaleza esencial) entre los factores dad de que el intelecto divino, el cual es realmente

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idéntico a la divina voluntad, experimentase una Bennett en su Comentario de la ética de Spi-


falsación; es decir, la posibilidad de que una de noza). Nosotros hemos asumido, en el primer
sus verdades eternas pudiese ser transfigurada, capítulo de una obra por publicarse, (8) la tesis
como consecuencia del acto pecaminoso, en una de la distinción real interatributiva, implicada por
proposición titular de falsedad: el escolio de la proposición décima de De Deo.
(9) Hemos de reconocer, por consecuencia, que
[...] etiam omninò cum voluntatis Divinae mente y cuerpo difieren realiter, y que participan
naturâ pugnaret, quia enim illa ab ejus inte- de una unidad nómica raigal (tesis de M. Gueroult
llectu non discrepat, impossibile aequè est, en su Spinoza. I. Dieu (Éthique, I). [París, 1968]),
aliquid fieri contra ejus Voluntatem, ac con- en el sentido de que responden, estructural y ope-
tra ejus Intellectum, hoc est, id, quod contra rativamente, a una misma complexión intrínseca:
ejus Voluntatem fieret, talis deberet esse
naturae, ut ejus etiam intellectui repugnaret,
Ordo & connexio idearum idem est, ac ordo
ut Quadratum Rotundum. Quandoquidem
& connexio rerum (cf. EOGD, ii, vii). (10)
ergo voluntas, decretumve Adami, in se
spectatum, nec malum, nec quoque propriè
loquendo contra Dei Voluntatem erat; sequi-
La mente es una realidad. Por lo tanto, es un
tur Deum ejus causam posse, immò, juxta factor inalienable e ineluctablemente eliciente.
eam rationem, quam animadvertis, debere No existe realidad tan paupérrima que no pro-
esse; non verò quatenus malum erat: nam duzca un efecto. Spinoza y Leibniz han conver-
malum, quod in eo erat, non erat aliud, quàm gido cabalmente en cuanto a la asunción de este
privationis perfectioris status, quem propter ontologema.
illud opus Adamus amittere debebat, & La mente interactúa con los componentes de
certum est, Privationem non esse quid posi- su entorno. Experimenta altibajos, en el sentido
tivum, eamque respectu nostri, non verò Dei de que su potencia eliciente, la cual es su ser
Intellectûs ità nominari (Epistolae, xix [pp. mismo, medra y desmedra alternativamente. La
90, línea 13-91, línea 8]). mente, considerada bajo la especie de la ontici-
dad psíquica, revélase ente variable y móvil. En
Desde la perspectiva teológico-especulativa su facticidad y determinación de carácter cro-
de Spinoza, los decretos divinos son proposi- notópico y tópico, la mente adécuase al imperio
ciones necesariamente verdaderas, esto es, cuya del orden común de la naturaleza, referido en el
negación implica una contradictio in adiecto. escolio de EOGD, ii, xxix (pág. 114, línea 21). Su
Por otra parte, debe observarse que Spinoza no curso epistémico es frecuentemente inductivo y
diferenció ambos términos según su designatum su adquisición de las nociones comunes depende,
(o referendo, por usar de la nomenclatura de L. por su parte, de concursos afirmativos con reali-
Susan Stebbing). Remarquemos que el intelecto dades convergentes y homólogas.
y la voluntad de lo Divino no difieren sino en La mente, en cuanto ente psíquico, entraña
conformidad con una distinción de razón racio- una cierta densidad entitativa. Participa del pié-
cinada (cf. Tractatus theologico-politicus, iv [pp. lago, absolutamente infinito, de los correlativos
62, línea 27-63, línea 12]).7 mentales de la totalidad, infinitamente infinita,
de los modos extracogitativos, categoremática-
mente infinitos dentro de cada uno de los domi-
3. La ontología de lo mental nios atributivos, los cuales son, a su vez, infinitos
en multitud (cf. EOGD, i, Df. vi).
En conformidad con una cierta lectura de la Asimismo, la mente puede abordarse teórica-
ontología spinoziana de lo mental (=la noología mente sub quadam specie aeternitatis. La mente
spinoziana), la mente, la cual es una corporis es, desde este punto de mira, una verdad eterna,
idea, es la expresión intracogitativa de un modo la cual es, en la realidad de las cosas, una colec-
cuya realidad es transatributiva (cf. las aprecia- ción de proposiciones eternamente verdaderas,
ciones racionalmente reconstructivas de Jonathan scil.: el conocimiento transindividual, existente

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en la cogitatio, que la naturaleza posee respecto humano y la potentia humanum corporem cogi-
del obiectum mentis, h. e., un cuerpo humano en tandi, no existe distinción real mediante entre el
particular (cf. EOGD, ii, xiii, Corolario). intelecto infinito y la potentia naturam natura-
La epístola trigésima segunda suministra tam cogitandi. La identidad subyacente bajo los
información invaluable para inteligir lo anterior- modos psíquicos es real substancial, en absoluto
mente estatuido: accidental. Bajo cada una de las totalidades en
las cuales los modos se invisceran, totalidades
Vides igitur, quâ ratione, & rationem, cur sen- existentes en cada uno de los atributos y concreta-
tiam Corpus humanum partem esse Naturae:
mente ejemplificativas de la facies totius univer-
quòd autem ad Mentem humanam attinet, eam
etiam partem Naturae esse censeo; nempe si, la cual es omnipresente (en el sentido de que
quia statuo, dari etiam in naturâ potentiam existe en los atributos todos), subyace una identi-
infinitam cogitandi, quae, quatenus infinita, dad substancial entre los modos, la diferenciación
in se continet totam Naturam objectivè, & y diversificación de los cuales es real menor.
cujus cogitationes procedunt eodem modo, ac
Natura, ejus nimirùm ideatum.
***
Deinde Mentem humanam hanc eandem
El intelecto divino es absolutamente infinito.
potentiam statuo, non quatenus infinitam, &
totam Naturam percipientem; sed finitam,
Expresa la concatenación de los modos, según la
nempe quatenus tantùm humanum Corpus especificidad de la cual se reviste en cada uno de
percipit, & hâc ratione Mentem humanam los atributos. En acuerdo con lo anterior, la exten-
partem cujusdam infiniti intellectûs statuo sión lógica de la clase de todos los modi cogitandi
(Epistolae, xxxii [p. 173, línea 15-p. 174, equivale a (=es equipolente de) la extensión lógica
línea 6]). de la clase omniamplectante de los modos extra-
cogitativos. El pensamiento es un atributo infini-
El Sefardí fue suficientemente preciso y tamente infinito, por razón de lo cual sus modos
elocuente: no existe distinción real mayor entre no guardan una correspondencia biunívoca con
la infinita potencia cogitativa que cumple a la los modos de los atributos extracogitativos, en
naturaleza en cuanto tal, y la potentia humanum la medida en que estos atributos se consideran
corporem cogitandi, la cual se realiza concreta- distributivamente. Como Sir Frederick Pollock
mente a propósito del humanum corpus, es decir,
lo hizo observar en su canónico estudio de 1880
respecto de una cosa singular (como atendamos
(cf. Pollock, 1899 [segunda edición]; especial-
al séptimo axioma de EOGD, ii). La referi-
mente, pp. 175-179), el spinozismo es idealista
da potencia no difiere sino racionalmente (=en
en la medida en que el pensamiento involucra
acuerdo con una distinción de razón raciocinada)
de la mente humana, el objeto de la cual es el dimensiones carentes de correspondencia con las
cuerpo humano. La mente humana se halla, por de los otros genera realitatis. Desde el punto de
razones constitutivas, referida al cuerpo humano mira del sistema spinoziano de creencias, el cual
(cf. la epístola lxiv [p. 277, línea 10 p. 278, línea es, por añadidura, una metafísica constructiva
5]), aquel objeto que ella primeramente siente. (un esquema conceptual cuya función es la gene-
La mente humana es la potencia cogitativa ración de enunciados con sentido informativo o
natural en cuanto réplica del cuerpo humano, epistémico proprio sensu), la cogitatio ostenta
scil.: en la medida en que es intelectivamente una inobjetable preeminencia. En esta medida,
referente a éste último. Ella es realmente idéntica es idealista.
al intelecto infinito, el cual es la realidad modal Si la realidad de la esencia, o sea, de lo
en la cual se concreta, bajo la especie del pen- expresado por una definición, y la multitud de sus
samiento, la infinita potentia agendi divina. Así propiedades son bicondicionantes, según el senti-
como no existe distinción real entre el intelecto do propio de la implicación material, el atributo

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del pensamiento es más ente que cualquiera de ***


los atributos no noéticos.
La objetividad o reflectancia (referida por Íntimo es el nexo intermodal. La naturaleza
Ignacio Falgueras Salinas en La res cogitans en es, en la realidad de las cosas, una ingente conglo-
Espinosa) no se explica por la cogitatio misma. meración de enlaces cognaticios. Los existentes
Como se objetare que el pensamiento es inheren- modales todos gozan de un raigal parentesco.
temente (=quiditativamente) reflexivo, tanto de Solamente una inspección ontológica –y, por
lo extrínseco (paralelismo extracogitativo) cuan- consecuencia, radical- del ser de los entes faculta
to de sí (paralelismo intracogitativo), habrá de
para el desvelamiento de esta verdad, la cual es
redargüirse que la especularidad del pensamiento
majestuosa.
no es per se nota. Desde nuestro punto de vista,
Hagamos ahora la siguiente precisión: toda
el artificio objetivo de las ideas (rasgo atípico de
vez que los modos no difieren sino modalmente
un atributo en particular) es un estado de cosas
de la substancia única (premisa menor); por cuan-
inexplicado por la Ethica.
to si A y B, objetos discernibles, no difieren real-
Dios sabe que posee ideas. Asimismo, conoce
mente, es imperioso que se identifiquen realiter
adecuadamente las causas eficientes y las conca-
(premisa mayor), infiérese que las modificaciones
tenaciones causales subyacentes bajo la realidad
de la substancia única se identifican con ésta, es
formal de cada una de sus ideas. Este saber es tal
decir, con Dios (el cual es, en conformidad con
según un sentido robusto. Implica conciencia de
el teomonismo del Sefardí, la única substancia).
la posesión de ideas; conocimiento de la entidad
actual de cada una de las ideas; etc. Los modos somáticos participan de la unidad
El saber supone la entidad objetiva de la idea. substancial bajo la especie de la amplitud. Su
El saber que se sabe implica, como condición unidad es real, y modal su diversidad. Ésta última
necesaria, la inmanencia, en la mente, de un con- es real, mas real menor, a fuer de que la distinc-
cepto adecuado: ora el de una propiedad común, tio modalis es una distinctio realis minor. Los
ora el de un atributo de lo divino (en acuerdo con modos participan de una totalidad sistemática,
las precisiones gnoseológicas de EOGD, ii, xl, scil.: el universo corpóreo. Semejante totalidad es
Sch. ii). una pluralidad integrada y articulada, provista de
La consideración atenta del intelecto divino fábrica. Ésta última es la trama de la realidad. La
permite modelar el modo de la conexión existente correlación intermodal es invariante en medio de
entre la substancia divina y las cosas singulares la sempiterna transformación de sus partes (=una
(cf. la epístola de Spinoza a Jacob Ostens [Episto- estructura).
lae, xliii]), en el mismo sentido en que el intelecto En tanto que los modos somáticos participan
funge como un modelo de la causa inmanente (cf. de vínculos característicos de movimiento y de
KV, i, ii, Diálogo i, xii). Para saber que el intelecto reposo; en la medida en que su comportamiento
es un modo del pensar (caracterización defini- se halla íntegra y exhaustivamente determinado
cional inadecuada, puesto que el definiens no es por los principios nómicos universalmente ejem-
coextensivo con el definiendum), debe saberse plificados por la res extensa, aquellos establecen
que el pensar es un atributo de la substancia vínculos compositivos, por razón de lo cual puede
única. Para saber esto, es necesario saber cuáles aseverarse que son coherentes. En cuanto son ins-
son las condiciones de elegibilidad ontológica tancias ejemplificativas de nexos coherenciales,
de un atributo. Empero, semejantes condiciones deben caracterizarse como partes o integrantes
de elegibilidad no se entienden al margen de la de una totalidad, la cual posee peculiaridades
definición de atributo. De manera que, en última características, scil.: omniamplectancia, autocon-
instancia, la definición o, por mejor decir, el defi- tenimiento, carencia de exterioridad, no posesión
niens de ‘atributo’, involucra la referencia a un de relaciones débiles, autonomía, autorregulati-
elemento, scil.: el intelecto, cuya noción supone vidad, autorreferencialidad, etc. Funcionalmente
la de atributo. Henos, desdichadamente, ante un inteligida, la totalidad es inmanente a cada uno
círculo vicioso. (11) de los modos somáticos. Henos en presencia del

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momento de la inmanencia operacional de la tota- cogitativos son ideas-fuerzas, cuya vinculación


lidad en la parte. La totalidad es, funcionalmente es frecuentemente tensional. El universo es, bajo
inteligida, una condición necesaria de la efectiva la especie cogitativa, una ingente mente y un pié-
operatividad de la parte. lago, absolutamente infinito, de entidad noética.
La parte es, materialmente considerada, una Henos en presencia del pampsiquismo spinozia-
condición necesaria de la entidad de la totalidad, no, emblemáticamente enunciado en el escolio de
la cual es necesariamente condicionante de la EOGD, ii, xiii:
generación de la parte, scil.: condicio sine qua
non en punto al fieri. No es una condición sufi- Omnia, quamvis diversis gradibus, animata
ciente en cuanto a la generación de la parte, en tamen sunt (EOGD, ii, xiii, Sch. [pág. 96,
la medida en que la generación puntual requie- línea 28]).
re, imperiosamente, el concurso de condiciones
factuales antecedentes, las cuales determinan En semejante piélago, las realidades modales
la eficacia del principio o los principios nómi- anímicas son necesariamente condicionadas por
cos rectores de la producción de las realidades la totalidad, condición necesaria de la producción
modales. de efectos, scil.: del hecho de que cada individuo
Condición suficiente, en cambio, del esse mental realice su dimensión eliciente. (13) Bajo
partis, no en cuanto parte sino en cuanto ente la onticidad de cada uno de los entes anímicos,
subyace la divina potencia, la cual se plasma
real, es la divina potencia (cf. Tractatus politicus,
como potentia cogitandi en la medida en que el
ii, ii): (12)
atributo de la cogitatio le confiere soporte. Los
Ut ergo earum existendi principium ex earum atributos son condiciones de agibilidad de la divi-
essentiâ sequi nequit, sic nec earum in exis- na potencia (como lo ha advertido Gilles Deleuze
tendo perseverantia: sed eâdem potentiâ, en su Spinoza et le problème de l’expression [Les
quâ indigent, ut existere incipiant, indigent, Éditions de Minuit, París, 1968]). El atributo de
ut existere pergant. Ex quo sequitur, rerum la cogitatio es condición suficiente de que la
naturalium potentiam, quâ existunt, & con- divina potentia agendi, la cual se concreta bajo
sequenter quâ operantur, nullam aliam esse cada uno de los infinitos atributos, adquiera rea-
posee, quàm ipsam Dei aeternam potentiam lidad sub specie cogitationis. Bajo la especie del
(Tractatus politicus,ii, ii). pensamiento substancial, la potentia agendi se
especifica como potentia cogitandi.
Lo Divino, sede de una potencia infinita y, La potencia divina de pensar (potentia Dei
por ende, titular de infinitud hipercategoremática, cogitandi) es uno de los aspectos de la poten-
es la causa fiendi de cada uno de los existentes cia divina de actuar (potentia Dei agendi) (cf.
modales. Asimismo, es la causa inmanente de las Gueroult, 1974: p. 39). No es sino la potencia de
cosas todas (cf. EOGD, i, xviii). actuar bajo la especie del pensamiento (sub cogi-
Si bien es cierto que la materia del ente tationis specie).
modal no reconoce a la totalidad como condición La potestad difiere de la potencia en la medi-
suficiente, el hecho de que la totalidad sea nece- da en que su actualización no es necesaria. En
sariamente condicionante de la realidad operativa cambio, la potencia consiste en necesariamente
del modo singular, y de que existan nexos íntimos realizar cuanto radica en la capacidad de actuar.
entre entidad y acción, es indicio de que las rela- De la divina omnipotencia derívase, indefectible-
ciones existentes entre los modos son íntimas. mente, la divina omnificencia. El tránsito desde
Bajo la especie de la cogitatio, el modo es la potestad hasta la esencia atributiva (en EOGD,
una realidad dinámica, como lo es dentro del ii, i, Sch.) patentiza el curso analítico de la deduc-
dominio de la extensio. Toda vez que el modo ción. En cambio, el tránsito desde la esencia
psíquico es dinámico, produce múltiples efec- hasta la potencia manifiesta el curso sintético
tos, algunos de los cuales son inteligibles por de la deducción (cf. EOGD, i, xvi, y EOGD, ii,
conducto de su causa efectuante. Los modos iii; M. Gueroult, 1974: p. 44). La demostración a

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posteriori, por cierto, es un medio subalterno de de reconocer, por consecuencia, el ser propio de
despertar la espontaneidad de un intelecto ener- una distinción de especie formal y quiditativa,
vado (cf. Gueroult, 1974: p. 45). realmente cimentada. Por ello mismo, el Doctor
La quinta proposición de la parte segunda Subtilis rehusó denominarla distinctio rationis
de la Ethica, cimienta la absoluta independencia cum fundamento in re, a fuer de que la distinción
del pensamiento en el respecto de la producción es exigida imperiosamente por las naturalezas del
de los modos. Excluye raigalmente, por ende, la conocimiento y del objeto de conocimiento (cf. F.
concepción realista de la causación de las ideas, Copleston, 1985, ii: p. 509).
enarbolada por la teoría causal de la percepción La concatenación eidética es plenamente
y, en general, el realismo representacionista. En inteligible al margen de la de los ideata (cf. Gue-
cambio, la sexta proposición restaura el equili- roult, 1974: p. 67). La primera parte del escolio de
brio, toda vez que establece la espontaneidad EOGD, ii, vii, contiene la contraparte de EOGD,
eliciente de cada uno de los atributos (cf. Gue- ii, vi, proposición alusiva a la raigal independen-
roult, 1974: pp. 60, 61). La autonomía de los cia de la potencia causativa de los atributos (cf.
atributos se basa sobre su irreductible distinción Gueroult, 1974: p. 88).
real, la cual no empece a que constituyan un Los modos participan de identidad causal
único ente (cf. Gueroult, 1974: p. 63; Robert (cf. Gueroult, 1974: p. 89; Gueroult, 1968: pp.
Misrahi, 1975). 237 y ss.). La pluralidad modal, por su parte, no
La distinción interatributiva, la cual es real obedece a refracción alguna, toda vez, que de
(cf. EOGD, i, x, Sch. [p. 52, líneas 2-3]), no funda, lo contrario, la interpretación subjetivista de los
empero, distinción numérica alguna: atributos sería certera (cf. Gueroult, 1974: p. 90).
Las ideas de las esencias modales, las cuales son
Ex his apparet, quòd, quamvis duo attributa
verdades eternas, son también verdades eternas.
realiter distincta concipiantur, hoc est, unum
sine ope alterius, non possumus tamen inde En cambio, las ideas correlativas de las existen-
concludere, ipsa duo entia, sive duas diver- cias de los entes modales no son verdades eternas
sas substantias constituere; id enim est de (cf. M. Gueroult, 1975: p. 93), a fuer de que las
naturâ substantiae, ut unumquodque ejus susodichas existencias no implican necesidad
attributorum per se concipiatur; quandoqui- onto-lógica.
dem omnia, quae habet, attributa simul in La mente es, por añadidura, una realidad
ipsâ semper fuerunt, nec unum ab alio pro- modal judicativa (=proposicional). La mente
duci potuit; sed unumquodque realitatem,
humana, la cual es un ente singular (cf. EOGD,
sive esse substantiae exprimit. Longè ergo
ii, Definición vii), es una colección de proposi-
abest, ut absurdum sit, uni substantiae plura
attributa tribuere […] (EOGD, i, x, Sch. [p. ciones intrínsecamente vinculadas ora por nexos
52, líneas 2-10]). inferenciales deductivos (stricto sensu cogitativo-
epistémicos), ora asociativos. Cuanto mayor es
Semejante posición guarda similitud con la el conjunto de los vínculos ilativos de especie
de Johannes Duns Scotus (1266-1308), filósofo deductiva, tanto más íntegra y, por consecuencia,
y teólogo escolástico escocés de los siglos XIII más individual es la mente, cuyo principio de
y XIV, quien introdujo, (14) en su universo dis- individuación inherente es la necesidad misma
cursivo de índole ontológica, el concepto de la de las relaciones interproposicionales; es decir,
distinctio formalis a parte rei. Semejante distinc- la necesidad del seguimiento ilativo de unas
tio, distinctio est quidditativa (cf. F. Copleston, ciertas proposiciones a partir de secuencias de
1985, ii: p. 508). Duns Scotus la adoptó para proposiciones antecedentes. Aquella mente en la
discernir, de una manera propia y adecuada, la cual prepondera la asociación, modo extrínseco
distinción mediante entre el ente y sus atributos, de maridaje, carece de integración robusta y es,
la substancia y sus atributos, los cuales no difie- por consiguiente, en menor grado individual. Por
ren numéricamente y sí se distinguen, empero, ‘individualidad’ debemos inteligir, en este pun-
en forma no exclusivamente intencional. Hemos tual contexto, la índole de lo no diviso.

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Si por singularidad entendemos aquello que cogitatio y, por consecuencia, un integrante nece-
revela la definición séptima de De Naturâ, & Ori- sariamente perteneciente al modo infinito, eterno
gine Mentis, habremos de aseverar que la mens e inmediato de lo Divino sub cogitationis specie,
prout veritas aeterna, sobre la cual escribió el objeto de mención en Epistolae, lxiv (p. 278). La
Sefardí en la segunda parte de De Potentiâ Inte- mens prout aeterna veritas, la cual se identifica
llectûs, seu de Libertate humanâ, escolio de la realmente con la potentia naturam naturatam
proposición xl, no es res singularis alguna, toda cogitandi, o sea, con el intellectus infinitus
vez que la cosa singular es lo existente modal (con el intellectus absolute infinitus referido en
finito y dotado de una existencia determinada Epistolae, lxiv [p. 278]), se distingue de la mens
en el respecto de su duración o continuidad (cf. quatenus res singularis, la existencia de la cual
EOGD, ii, Df. vii). La mente es, empero, indi- es determinada; toda vez que su duración, conti-
vidual, tanto como lo es el universo físico (cf. nuación indefinida del existir (cf. EOGD, ii, Df.
EOGD, ii, Lema vii, Sch. [p. 102, líneas 10-13]), v), entraña un límite, esto es, un acabamiento
el cual es un individuo de infinita complejidad impuesto ab extrinseco. La mente, en tanto que
cuyos componentes, todos los cuerpos producidos es una realidad singular, es una colección más o
por Dios sub extensionis specie, modifícanse en menos integrada de modos cogitativos, como lo
infinidad de maneras sin que semejante mutación son, por ejemplo, los afectos todos en su dimen-
implique la menor alteración de la fábrica de la sión psíquica (cf. EOGD, ii, Axioma iii). La exis-
totalidad. tencia intrapsíquica de estos últimos supone, de
Ahora bien, el axioma quinto de De Naturâ, manera necesaria, la existencia de una idea (cf.
& Origine Mentis advierte que los entes huma- EOGD, ii, Axioma iii).
nos no sentimos ni percibimos otras cosas sin- Como atendamos, a la definición tercera de
gulares que los cuerpos y los modos del pensar. la segunda parte de la Ethica ordine geometri-
A fuer de que la mente es un modus cogitandi, co demonstrata, advertiremos que el Amstelo-
ha de cualificarse como res singularis. Empero, damense implícitamente discernió al momento
semejante cualificación suscita una aporía: por psíquico modal del potencial eliciente, el cual es
una parte, afírmase que la mente es una verdad idéntico, realiter, al intellectus infinitus.
eterna, cuya existencia no admite determinación ***
delimitante, en consideración de que la eter- La mente es una realidad modal inmersa en el
nidad y una existentia determinata son incon- infrangible determinismo, inconcuso y universal,
mensurables. Empero, si la mente es una cosa de la naturaleza existentificada (natura naturata).
singular, su existencia entraña determinación Las proposiciones paradigmáticamente determi-
(por EOGD, ii, Df. vii). Existe, aquí, una tensión nistas de la Ethica deben ser concretadas bajo la
irresuelta. especie de la cogitatio, es decir, en relación con la
En cuanto verdad eterna y, por consecuencia, mentalidad. La mentalidad es una propiedad con-
stricto sensu individual, la mente no es un ente textual, la cual solamente puede ser referida, con
singular, toda vez que equivale a la potentia natu- justificación epistémica, en la medida en que la
ram naturatam cogitandi, en cuanto lambanoló- realidad guarda relación con la cogitatio, la cual
gicamente referida al cuerpo humano. Aquélla es una de las maneras de ser, una de las moda-
no es res singularis alguna, puesto que la cosa lidades entitativas de la naturaleza, totalidad
singular es, necesariamente, finita, aunque sea omniamplectante y exhaustivamente gubernativa
extremadamente compleja; a fuer de la concu- (por conducto de los principios nómicos suscep-
rrencia, en ella, de múltiples integrantes también tibles de universal y ubicua observancia) de las
complejos, concordantes en un respecto operativo realidades finitas y duraderas. En conformidad
y eliciente ad extrinsecum (cf. la precisión que con la proposición vigésima sexta de la primera
contiene, en su segunda parte, la definición sépti- parte de la Ethica,
ma de EOGD, ii).
La mente, inteligida como una verdad eterna, Res, quae ad aliquid operandum determinata
es una concreción inmediata del atributo de la est, à Deo necesario sic fuit determinata; &

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contra, quae à Deo non est determinata, non minari, nisi ab aliâ, quae etiam finita est, &
potest se ipsam ad operandum determinare determinatam habet existentiam, determine-
(EOGD, i, xxvi). tur ad existendum, & operandum, & sic in
infinitum (EOGD, i, xxviii).
En esta medida, cabe especificar lo genérica
y abstractamente estatuido con inmediata ante- En conformidad con nuestra especificación,
lación. Toda mente que ha sido determinada a cualquier mente finita, en posesión de una exis-
realizar algún efecto, el cual no puede no existir tencia determinada (a saber: no indefinida en
sub cogitationis specie, lo ha sido por Dios. El punto a duración), no puede existir ni actuar (a
hecho de que haya sido determinada es condición saber: pensar) a menos que sea determinada, a
suficiente de que la razón (o condición) suficien- existir y a pensar, por otra realidad noética (o
te y necesaria de su determinación sea Dios, el sea, una mente), provista de existencia idéntica-
cual es, aquí, invocado sub cogitationis specie mente determinada. Ésta, por su parte, no puede
(como se atienda a la proposición quinta de la existir ni pensar a menos que sea determinada,
segunda parte de la Ethica). Si, en cambio, no ha a existir y a pensar, por otra realidad noética de
sido determinada por Dios (condición suficiente carácter finito y limitadamente duradero. & sic
y necesaria de la determinación de la mente a in infinitum.
ejecutar algún efecto cogitativo), imposible es Consecuencia parcial de lo previamente esta-
el hecho de que ella misma se autodetermine a blecido es la siguiente: no existe realidad alguna,
producir semejante efecto cogitativo. sub cogitationis specie, la cual no goce de deter-
En acuerdo con la proposición vigésima sép- minación (esto es, de condicionamiento suficiente
tima de la parte primera de la Ethica, y necesario) para la existencia y la operación (cf.
EOGD, i, xxix). Toda realidad cogitativa se halla
Res, quae à Deo ad aliquid operandum deter- determinada a existir y a actuar en forma cierta
minata est, se ipsam indeterminatam reddere (=precisa e infalible). Nada existe, dentro del
non potest (EOGD, i, xxvii). ámbito del pensamiento substancial, o sea, del
atributo noético, que satisfaga (semánticamente)
Especifiquemos lo anteriormente proferido. la modalidad alézica de contingencia. La contin-
Ninguna mente que haya sido determinada (sufi- gencia es una denominación puramente extrínse-
ciente y necesariamente condicionada) por Dios ca, cuyo conocimiento no contribuye, en absoluto,
para la producción de un cierto efecto (dado bajo a la cognición adecuada de los entia naturalia.
la especie de la realidad noética), puede indeter- Idénticamente, debemos reconocer que el
minarse a sí misma. Lo anterior equivale a lo ens divinum, el cual es indiscernible de la causa
siguiente: imposible es que, satisfecha la totalidad prima, es una causa próxima relativamente a la
de las condiciones necesarias fundantes y, en esta totalidad de los entes modales (categoremática-
medida, antecedentes, de un cierto estado noético mente infinitos) existentes bajo la especie del
consecuente de cosas, éste último no adquiera pensamiento substancial. Solo impropiamente
actualidad entitativa. cabe adjudicar, al ente divino, el estatuto propio
Con arreglo a la proposición vigésima octava de una causa latebrosa de las mentes, las cuales
de la primera parte de la Ethica ordine geometri- son las cosas singulares existentes sub cogitatio-
co demonstrata, nis specie (cf. EOGD, i, xxviii, Sch. [p. 70, líneas
5-12]).
Quodcumque singulare, sive quaevis res,
No obstante, tampoco cabe plantear, en
quae finita est, & determinatam habet exis-
conexión con Dios, el hecho de que sea una causa
tentiam, non potest existere, nec ad ope-
randum determinari, nisi ad existendum, primera inmediatamente eliciente de la totalidad
& operandum determinetur ab aliâ causâ, de los modos noéticos finitos y duraderos. Dios
quae etiam finita est, & determinatam habet es la causa inmediata de los entes modales noéti-
existentiam: & rursùs haec causa non potest cos siempre y cuando estos últimos sean titulares
etiam existere, neque ad operandum deter- de infinitud y de eternidad. En la medida en

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que un modo noético reconoce a Dios por causa es condición suficiente, en cuanto conocimiento
inmediata, semejante modo ha de ser vehículo de verdadero del bien y el mal, de la supresión de los
infinitud y eternidad; objeto propio de las propo- afectos. Es condición suficiente del refrenamiento
siciones xxi-xxiii. Advirtamos lo enunciado por o la represión eficaces de aquellos afectos, en la
la proposición vigésima tercera, epítome de las medida en que él mismo es un afecto, scil.: en
dos proposiciones inmediatamente precedentes: tanto que posee un invisceramiento afectivo. Así,
pues, el conocimiento verdadero del bien y del
Omnis modus, qui & necessariò, & infini- mal es condición suficiente del contraestímulo de
tus existit, necessariò sequi debuit, vel ex afectos psíquicamente perniciosos, si y solamente
absolutâ naturâ alicujus attributi Dei, vel ex si aquél es una idea-fuerza, la intensidad de la
aliquo atributo modificato modificatione, cual faculta a la mente para sobreponerse a las
quae & necessariò, & infinita existit (EOGD, intrusiones disociantes, lacerantes y desgarrado-
i, xxiii). ras de estímulos extrínsecos (cf. EOGD, iv, xiv).
Causa tanto más adecuada es la mente, cuan-
Todo modo existente en forma necesaria e to más amplectante es su cognición de lo Divino
infinita, ha debido derivarse ontológicamente y del universo. Si hubiese una mente humana
o bien de la naturaleza absoluta (infinita suo que, por hipótesis, alcanzase una amplectan-
genere) de alguno de los infinitos (en multitud) cia y complejidad indiscernibles de la facies
atributos del ente divino, ente absolutamente infi- totius universi sub cogitationis specie, aquélla
nito (cf. EOGD, i, Df. vi, y EOGD, i, xi), o bien de sería, en forma indefectible, una causa adecuada.
alguno de los susodichos atributos, en tanto que Entonces, la inadecuación eliciente, esto es, la
es modificado por una modificación (=un modo) parcialidad en cuanto a la producción de efectos,
ejemplificativa de la necesidad y la infinitud sería para ella ininteligible, tal y como lo es para
(=la eternidad en el respecto de la persistencia Dios. La aproximación a semejante terminus ad
entitativa). quem, el cual es quoad nos un genuino ideal, es
Por cuanto el hombre es una realidad modal, asintótica.
es imposible que toda afección del cuerpo huma- Cuanto más prolijo y penetrante es el cono-
no sea inteligible por virtud del inmanente dina- cimiento humano verdadero de los cuerpos no
mismo eliciente de éste. Imposible es, asimismo, humanos; cuanto más vasta es la retícula repre-
el hecho de que toda afección psíquica sea inteli- sentacional doxástica, de índole teológico-espe-
gible por conducto del correspondiente dinamis- culativa y cosmológica, que la mente cognoscente
mo noético. articula, tanto mayor es el esclarecimiento epis-
Si bien es cierto que la mente puede cono- témico de la mente en relación con su ideatum
cer adecuadamente, sus afectos perniciosos no inmediato, es decir, respecto de su primum cog-
pueden ser contraestimulados, atemperados ni nitum, el cual no es otro que el cuerpo humano. El
arrumbados más que por causa de afectos con- primum cognitum no se conoce en forma adecua-
trapuestos de mayor intensidad o fortaleza (cf. da en la medida en que se asume abstractamente.
EOGD, iv, vii). El afecto, en la medida en que se Todo lo contrario, a fuer de que el conocimiento
relaciona con lo noético, no puede ser refrenado adecuado del cuerpo humano implica necesaria-
más que por la idea, la cual es siempre una idea- mente la cognición del universo. En realidad, no
fuerza, de la afección corpórea opugnante con cabe un adecuado conocimiento de la materia
él (cf. EOGD, iv, vii, Corolario). La supresión de del cuerpo humano en su totalidad, a fuer de que
los afectos perjudiciales implica, necesariamente, semejante intelección implicaría la del universo
contraponer a estos un afecto antitético de forta- en su omniamplectante infinitud.
leza mayor. Sin embargo, la mente humana puede cono-
El conocimiento en cuanto tal del bien y cer una multitud, por principio sincategoremá-
del mal, consistente en los afectos mismos de ticamente infinita, de propiedades comunmente
la alegría y la tristeza en la medida en que se ejemplificables y ejemplificadas, las cuales son
es consciente de estos (cf. EOGD, iv, viii), no los objetos de las nociones comunes. Las nociones

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comunes son proposiciones necesariamente ver- Hemos enunciado, pues, una condición nece-
daderas acerca de propiedades satisfechas por saria de la humana libertas, a fuer de que el
multitudes de entes somáticos. Lo mismo cabe conocimiento verdadero del bien y el mal es
declarar en conexión con las propiedades comu- emancipatorio si y solamente si se inviscera
nes de la cogitatio. conativamente; esto es, adquiere la onticidad
Las propiedades comunes son, necesaria- propia del afecto. Mas ciertamente, como no
mente, conocidas en forma adecuada, a fuer de fuere satisfecha semejante condición necesaria, la
que son omnipresentes (cf. EOGD, ii, xxxviii). humana manumisión será quimérica. La ética del
Así, pues, se conocen con completez por Dios, spinozismo en cuanto filosofía de la libertad (=
aun cuando éste se conceptúe como constituyente eleuteriología), vertebrada, como Stuart Newton
de la esencia formal de toda mente (en conformi- Hampshire lo ha subrayado, en torno del eje liber-
dad con las directivas de la noología pergeñada tad-servidumbre, no es consistente en absoluto
en EOGD, ii, xi, Corolario): con enfoques anepistémicos de especie acosmista
o quietista, propicios a la disolución aniquilante
Id, quod omnibus commune (de his vide de la mente en el seno de un shabbat de los espí-
suprà Lemma 2.), quodque aequè in parte, ritus, trasunto quietista del budista nirvana.
ac in toto est, nullius rei singularis essentiam El determinismo noológico, sobre el cual se
constituit (EOGD, ii, xxxvii). cimienta la eleuteriología toda, ha debido fundarse
sobre el determinismo universal, basado sobre las
Ocioso es advertir que la propiedad común proposiciones vigésima sexta, vigésima séptima,
no constituye, en absoluto, la esencia de realidad vigésima octava y vigésima novena de De Deo.
singular alguna. En ausencia de la tesis determinista, a la cual el
Adecuada es también, necesariamente, la necesitarismo complementa y otorga una fortale-
cognición de toda propiedad común que, aun za diamantina (cf. EOGD, i, xxxiii), sería ocioso
cuando no sea omnipresente en la res extensa, es consagrarse a las pesquisas éticas, puntualmente
sin embargo ejemplificada por el cuerpo humano referentes a la dinámica eliciente de los afectos.
y la pluralidad de los cuerpos que interactúan con El conocimiento teológico-racional y el cos-
éste último (cf. EOGD, ii, xxxix). mológico no son prescindibles preámbulos, a
El adecuado conocimiento del cuerpo o, por cual más ocioso y agobiante, del cinturón firme
mejor decir, de algunos de sus propria, implica del sistema spinoziano de pensamiento, genui-
la atentiva extraversión de la mente, la cual debe na intelección del mundo. Revístense de un
reparar cognoscitivamente en aquello que, si papel preponderante, homologable con el de los
bien es cierto que es ejemplificado por el corpus cimientos de una edificación de concreto armado.
humanum, no constituye su esencia. El adecuado Suprímanse estos y la edificación se desplomará.
conocimiento del cuerpo importa, inexorablemen- En un contexto epistolar, el Sefardí supo subrayar
te, el de naturalezas distintas de la de éste. A esta la antelación lógica y epistémica de la metafísica
extraversión epistémica cabe denominarla ‘inelu- relativamente a la teoría de los afectos (cf. Episto-
dible extrañamiento cognoscitivo de la mente lae, xxvii [pp. 160, línea 12-161, línea 1]). El jus-
humana’. La libertad humana, identificable con tificacionismo deductivista del Amstelodamense
la potencia del intelecto humano, ha de transitar a no le permitió argumentar diversamente.
través del conocimiento científico de la naturaleza
somática o extensión substancial, la cual es el atri- El artículo continuará.
buto de la extensión, uno de los infinitos atributos
de Deus seu Natura. Tanto más libre es el agente
humano cuanto más apropiado es su conocimien- Notas
to cosmológico y fisiológico –siempre y cuando,
por supuesto, semejante conocimiento, en cuanto 1. Ésta es la traducción del texto neerlandés:
proceso, posea una instauración o invisceramiento Por ejemplo, el intelecto, el cual es la causa de
afectivos (cf. EOGD, iv, xiv). sus conceptos. Por ello lo denomino causa, en la

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medida en que sus conceptos dependen de él. Por Ambos aspectos presiden la dimensión psíquica
otra parte, es un todo en el sentido de que está de la idea (Loc. cit.).
compuesto por sus conceptos. Asimismo, Dios es, Martial Gueroult ha discernido las ideas que
en relación con sus efectos o criaturas, una causa constituyen el contenido objetivo de la mente,
inmanente, y es también un todo en el segundo ideas de las partes del cuerpo, de las ideas que
respecto. constituyen su ser formal, ideas de las afecciones
2. Esta distinción fue abordada ejemplarmente por corpóreas (cf. Gueroult, 1974: p. 190). El ser total
René Descartes en el sexagésimo primer artículo de la mente consta de una entidad formal, y de
de la primera parte de sus celebérrimos Principia todas aquellas ideas que componen su contenido
Philosophiae: objetivo (cf. Gueroult, 1974: p. 192).
Distinctio modalis est duplex: alia scilicet inter La concepción spinoziana de la mente, la cual
modum propriè dictum, & substantiam cujus es jerárquica, es un antecedente de la hipótesis
est modus; alia inter duos modos ejusdem subs- de Pierre Janet, de que la conciencia y la mente
tantiae. Prior ex eo cognoscitur, quòd possimus son conjuntos jerárquicos de conciencias segun-
quidem substantiam clarè percipere absque modo das, hegemonizadas por una instancia superior
quem ab illâ differre dicimus, sed non possimus, (cf. Gueroult, 1974: p. 193). Desde un estricto
viceversâ, modum illum intelligere sine ipsâ. […] punto de vista psicológico, la percepción y la
Posterior verò cognoscitur ex eo, quòd unum qui- alucinación no difieren sino extrínsecamente (cf.
dem modum absque alio possimus agnoscere, ac Gueroult, 1974: p. 210), como Hyppolite Taine lo
viceversa; sed neutrum tamen sine eâdem subs- reconoció. Toda idea, en acuerdo con Taine, pro-
tantiâ cui insunt (Principia Philosophiae, i, lxi pende a devenir alucinatoria (cf. Gueroult, 1974:
[Edición de Charles Adam y Paul Tannery, viii, p. 201).
p. 29, líneas 16-27]). 4. Con Léon Brunschvicg (en “De la vraie et de la
3. Henry Barker ha hecho advertir que el polisémico fausse conversion. II” [Revue de Métaphysique et
vocablo ‘idea’ significa de Morale, xxxviii, 1931, pp. 187-235]), introduz-
(a) la mente; camos puntualmente la advertencia hermenéutica
(b) la expresión de un objeto (=hecho que supone la de que el concepto puro del intelecto (en acuerdo
relación cognoscitiva con un objeto); con su sentido spinoziano) es sólo nominalmente
(c) la expresión de un estado corpóreo, hecho que coincidente con el ‘conceptus’ propio de la lógica
supone una relación de correspondencia exis- tradicional. El ‘concepto’ spinoziano no es un
tencial entre un estado mental y un correlativo componente atómico de la proposición o el juicio,
fisiológico (cf. Barker, 1974: p. 155). es decir, no es un acto noético de simple aprehen-
Las ideas de las afecciones sostienen multivarias sión. No es, asimismo, una parte de la estructura
relaciones con distintos ideados (cf. Barker, 1974: judicativa, susceptible de ser definida con inde-
p. 155), scil.: pendencia del todo. Antes bien, el concepto es la
(a) ora representan objetos exteriores o el propio ratio essendi, la unidad intrínseca de la relación
cuerpo del cognoscente; fundante del juicio quatenus totalidad, inquan-
(b) ora corresponden a imágenes del cuerpo del tum acto esencial inherente al espíritu autopositi-
cognoscente, concretamente localizadas en el vo y autoconstituyente (cf. L. Brunschvicg, 1931:
cerebro, a las cuales expresan; p. 204).
(c) ora son aparentemente determinadas por las 5. La idea adecuada es total desde tres puntos de
imagines. vista:
Con arreglo a Spinoza, contrariamente a Descar- (a) Abraza la infinitud;
tes, nada obscuro, quoad se, existe en la naturale- (b) comprende universalmente;
za (cf. Gueroult, 1974: p. 280). (c) es cabalmente conforme con lo ideado.
La idea es la efectiva percepción de una cosa real. La idea de un objeto (Io) es adecuada en el sujeto
En Dios, la idea en cuanto tal es la cognición cognoscente finito (Sf ) en la medida en que Io
misma. En el ente humano, la idea solamente lo es total tanto en el intelecto divino cuanto en la
es en tanto en cuanto es adecuada (cf. Gueroult, mente de Sf (cf. M. Gueroult, 1974: p. 303). La
1974: p. 270). La adecuación y la inadecuación adecuación existe en la medida en que la mente
atañen al respecto entitativo de lo eidético (cf. abraza íntegramente la razón del objeto ideado
Gueroult, 1974: p. 279). La verdad y la falsedad, (cf. M. Gueroult, 1974: p. 302). El intelecto finito,
en cambio, remiten a su dimensión gnoseológica. en cuanto factor adecuadamente cognoscente,

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conoce no sólo lo mismo que el infinito, sino France et de l’Étranger, Numéro 3, Juillet-
también de una misma manera (cf. M. de Souza septembre 1977), la naturaleza equivale al
Chaui, 1999: p. 65). Idéntica tesis fue asumida por conjunto omniamplectante de los entes regidos
Galileo Galilei en su Dialogo sui massimi sistemi por principios nómicos, la necesidad de los cuales
(1632), Jornada i. expresa, directa e inmediatamente, la necesidad
En relación con el intelecto humano, el físico concomitante con la eterna esencia divina (G.
pisano estatuyó, en la primera de las jornadas Deleuze, Op. cit., pp. 291, 292).
del Dialogo sui massimi sistemi, las advertencias 7. Richard Mason ha citado a Edwin Curley (A
epistemológicas y noológicas por transcribir: Spinoza Reader. Princeton, 1992, p. xxv), con
[...] e per rispondere all’obbiezione, convien rico- arreglo al cual Dios se identifica con los más
rrere a una distinzione filosofica, dicendo che genéricos principios del orden, descriptos por
l’intendere si può pigliare in due modi, cioè las leyes fundamentales de la naturaleza. En este
intensive, o vero extensive: e che extensive, cioè respecto, Dios no se escinde de la naturaleza, mas
quanto alla moltitudine degli intelligibili, che de cierto difiere de la totalidad de los entes finitos
sono infiniti, l’intender umano è come nullo, (cf. Mason, 1996 [artículo publicado por Studia
quando bene egli intendesse mille proposizioni, Leibnitiana, xxviii, pp. 1-23]). Mason, por cierto,
perchè mile respetto all’infinità è come un zero; se ha referido esclarecedoramente al minimismo
ma pigliando l’intendere intensive, in quanto cotal conceptual spinoziano, y puesto de manifiesto
termine importa intensivamente, cioè perfetta- que las leyes no son hecho nomológicos sino,
mente, alcuna proposizione, dico che l’intelletto antes bien, la potencia natural (cf. Mason, 1996:
umano ne intende alcune così perfettamente, e p. 30). No obstante, contra el exégeta inglés cabe
ne ha così assoluta certezza, quanto se n’abbia argüir que las leyes de la naturaleza son verdades
l’istessa natura; e tali sono le scienze matematiche eternas, y que las verdades eternas poseen un
pure, cioè la geometria e l’aritmetica, delle quali carácter indubitablemente proposicional.
l’intelletto divino ne sa bene infinite proposizioni 8. El texto se intitula Ordo et connexio. Estudios
di più, perché le sa tutte, ma di quelle poche inte- acerca de la ontología, noética y filosofía prácti-
se dall’intelletto umano credo che la cognizione ca de Baruj de Spinoza (Antanaclasis Editores, S.
agguagli la divina nella certezza obiettiva, poichè A., San José, Costa Rica).
arriva a comprenderne la necessità, sopra la quale 9. Albert Rivaud expresó lo anterior de la siguiente
non par che possa esser sicurezza maggiore (Dia- manera, coincidente con la de Lewis Robinson y
logo sui massimi Sistemi [Galilei, 1957: pp. 461, Martial Gueroult (en su Spinoza. I. Dieu (Éthique,
462]). I). Aubier-Montaigne, Paris, 1968):
Como se repare en el discernimiento de la inte- En Dieu, il y a une infinité d’attributs réellement
lección intensive (intensivamente) y extensive distincts et infinis également distincts et unis
(extensivamente), se advertirá que en tanto que es (Rivaud, 1931: p. 302).
extensivamente considerado, el intelecto humano 10. Contrariamente a lo que cabe precisar desde el
no guarda vínculo alguno de conmensuración con punto interaccionista de mira, la esencia de los
el arquetípico intelecto divino. Empero, como el existentes, conjunto de condiciones necesarias
término se inteliga intensivamente, deberá admi- del conocimiento adecuado, exige que el ordo
tirse la dignidad del intelecto humano, el cual rationum presida el desarrollo teórico de especie
puede conocer, con fundamento sobre inquebran- filosófica. Cf. M. Gueroult, 1974: p. 301.
tables razones apodícticas, un apreciable conjunto Martial Gueroult se ha referido documentada-
de estados de cosas. En la medida en que conoce, mente a la obra de Christiaan Huygens respecto
el intelecto humano aprehende la verdad con la de la dinámica de los sólidos (cf. obra de S. Gag-
misma certidumbre objetiva con la cual lo hace el nebin, quien atrajo la atención de M. Gueroult
intellectus archetypus. En tanto que el intelecto hacia el nexo Huygens-Spinoza [Gueroult, 1974:
humano descubre la necesidad fundante de la p. 172]). Respecto de lo anterior, no se ha de
proposición verdadera, conoce con inconcusa desatender la crítica blandida por Alan Gabbey
certidumbre y participa, cuando menos de una en The Cambridge Companion to Spinoza (Cam-
manera transitoria, de la esplendencia intelectiva bridge University Press, 1996).
de la causa prima entium. Gueroult ha traído a colación el péndulo com-
6. Con arreglo a Gilles Deleuze, en “Le Spinoza puesto y la transmisión de movimientos o veloci-
de M. Gueroult” (Revue Philosophique de la dades entre los componentes, en acuerdo con una

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ELUCIDACIONES SPINOZIANAS ACERCA DEL CONOCIMIENTO, LOS AFECTOS... 141

cierta y determinada relación (cf. Gueroult, 1974: cosmológico en favor de la existencia de una
p. 173). El universo se asimila a un gigánteo pén- realidad divina (cf. Tractatus politicus, ii, ii-iv
dulo compuesto, del cual el ritmo eterno es abso- [pp. 276 y 277]). En conformidad cabal con el
lutamente invariante (cf. Gueroult, 1974: p. 175). concepto de la divina potencia, la cual sustenta
La invariancia obedece a la ausencia de acciones a los existentes finitos en su entidad y en su per-
perturbadoras procedentes ab extrinseco. En el sistencia entitativa, procedió el Sefardí a definir
mismo sentido en que cada péndulo simple posee ‘derecho de naturaleza’ (ius naturae), el cual se
una isocronía propia, cada cuerpo simple cuenta determina por la potencia del agente.
con un modo peculiar de vibración. La naturaleza II. Res quaecunque naturalis potest adaequatè
es, en acuerdo con el correspondiente modelo concipi, sive existat, sive non existat; ut igitur
horodíctico, un organismo cuyo ritmo biológico rerum naturalium existendi principium, sic earum
es unitario (cf. Gueroult, 1974: p. 176). La física in existendo perseverantia ex earum definitione
spinoziana ostenta una cierta dosis de aristotelis- non potest concludi. Nam earum essentia idealis
mo, mas plenamente desteleologizado por obra eadem est, postquam existere inceperunt, quàm
del mecanicismo (cf. Gueroult, 1974: p. 177). En antequam existerent. Ut ergo earum existendi
acuerdo con aquélla, el movimiento absoluto es principium ex earum essentiâ sequi nequit, sic
imposible (cf. Gueroult, 1974: p. 180). El egregio nec earum in existendo perseverantia; sed eâdem
comentador francés ha interpretado eficazmente potentiâ, quâ indigent, ut existere incipiant, indi-
los contenidos de los cuatro últimos lemas de la gent, ut existere pergant. Ex quo sequitur, rerum
parte segunda de la EOGD: naturalium potentiam, quâ existunt, & conse-
(a) Lema iv: Abordaje de la succión (la intususcep-
quenter quâ operantur, nullam aliam esse posse,
ción de los peripatéticos) y la eliminación.
quàm ipsam Dei aeternam potentiam. Nam si
(b) Lema v: Abordaje del crecimiento y la
quae alia creata esset, non potest seipsam, &
degeneración.
consequenter neque res naturales conservare;
(c) Lema vi: Referencia al movimiento de los miem-
sed ipsa etiam eâdem potentiâ, quâ indigeret, ut
bros del cuerpo orgánico (cf. Gueroult, 1974: p.
crearetur, indigeret, ut in existendo perseveraret.
184).
13. La facies totius universi, ejemplificación de la
(d) Lema vii: Referencia al movimiento local (cf. A.
natura naturata, consiste en un único individuo,
Matheron, 1988: p. 44).
en cuya constitución entran, escalonadamente y
11. Si el método axiomático se hubiese utilizado
en conformidad con reglas de interacción, infini-
rectamente y reprodujese el auténtico ordo exis-
tendi, la definición de ‘atributo’ no involucraría tos individuos provistos de grados crecientes de
la invocación de un término cuyo ideado es complejidad. Cf. el escolio del lema vii de EOGD,
posterior, según la naturaleza, al nominado del ii. Semejante individuo no puede experimentar
término definiendo. En conexión con la ausencia metamorfosis. Su invariabilidad es, antes bien,
de una rigurosa aplicación del auténtico método una adecuada expresión de la inmutabilidad del
geométrico, Francis Kaplan, emulando a Leibniz, ente divino (cf. EOGD, i, xx, Cor. ii). La facies
ha objetado que la autosuficiencia lambanológica es un sistema omniabarcante, determinista e
de la substancia habría debido demostrarse a par- infinitamente complejo, carente de interacciones
tir de su inseidad. En conformidad con el recto (nómicamente predeterminadas) con otros sis-
método geométrico, la segunda determinación temas. Huelga advertir que el cosmos no posee
formal abstracta habría debido derivarse de la exterior alguno.
primera. El individuo infinitamente complejo fue concebi-
Así, también, la definición de ‘atributo’ importa do desde una perspectiva sintética. Desde el punto
una referencia a un momento posterior, en esen- consecuencial de mira adoptada por el Sefardí
cia, al atributo: el intelecto, el cual es un modus en relación con los modos infinitos y eternos, el
cogitandi. En esta medida, el ordo cognoscendi universo físico adquiere el estatuto de un modo
no es una réplica del ordo essendi. infinito, eterno y mediato de la res extensa. L a
12. El texto del Tractatus politicus, ii, ii-iv (pp. 276 existencia de los componentes del individuo
y 277 del volumen iii de las Opera de Spinoza), infinitamente complejo se adecua a principios
es el por transcribir. Repárese en que estamos rectores de orden nómico, los cuales son con-
en presencia de desarrollos plenamente compa- diciones (necesarias) formales de la realidad
tibles con la versión spinoziana del argumento de aquellos. Las leyes rectoras de la totalidad

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142 JUAN DIEGO MOYA BEDOYA

son las leyes universales de la naturaleza, a las In any case it became a common doctrine among
cuales se subordina toda res singularis. the Franciscan thinkers, and what Scotus did was
14. Si bien es cierto que no fue descubierta por to take over the doctrine from his predecessors
Escoto, sino por Petrus Johannes Olivi (1248- and make extensive use of it. In brief, the doctrine
1298), espiritual franciscano. Así, también, ha is that there is a distinction which is less than the
sido adscripta a Giovanni Fidanza, es decir, san real distinction and more objective than a virtual
Bonaventura da Bagnorea (1221-1274), teólogo distinction (F. Copleston, 1985, ii: p. 508).
también franciscano:

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