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El género y la lengua propia: el español de especialidad.

García Izquierdo

1.Introducción:

En los recientes estudios sobre traductología, una de las nociones que ha acaparado el interés
de los investigadores, sobre todo a partir de los 80, es el de competencia traductora.
Definida de diferentes modos, todos los acercamientos (Nord, 1992, Kiraly, 1995, Hurtado
Albir, 1996, Hatim y Mason, 1997, Neubert, 2000 o PACTE, 2001, entre otros) señalan la
capacidad lingüística en las lenguas de trabajo como aspecto fundamental para el desarrollo
de dicha competencia. En ese sentido, por tanto, el buen conocimiento de la lengua
propia1 constituye un punto de partida fundamental para la formación del traductor. Para el
caso que nos ocupa, es decir, el español como lengua propia, se publicó un volumen en 1999,
dirigido por la profesora Hurtado Albir, en el que se analizaban los objetivos y metodología que
debería seguir un curso en la Licenciatura en traducción e interpretación. En concreto, en el
capítulo firmado por las profesoras I. García Izquierdo, M. Masiá y A. Hurtado, se proponían
dichos objetivos y metodología en dos niveles: el de la lengua propia en su proceso de
iniciación; y el de la lengua propia de especialidad, como enseguida veremos. El objetivo del
presente trabajo es profundizar en el análisis de la lengua propia de especialidad, con una
propuesta metodológica que destaca la importancia y utilidad de la noción de género para la
adquisición de los conocimientos (competencias, destrezas y habilidades) necesarios para que
el estudiante se pueda enfrentar al análisis y posterior traducción de los textos de especialidad
con los que trabajará.

2. El género en la metodología de la lengua propia.

En el trabajo de García Izquierdo, Masiá y Hurtado (1999: 87), establecíamos 5 grandes


objetivos que los estudiantes de lengua propia deberían alcanzar, en diferentes grados,
en función de la fase del proceso de aprendizaje de que se tratase (iniciación o
profundización), a saber: desarrollar la expresión escrita; desarrollar la comprensión
lectora; desarrollar y afianzar los conocimientos lingüísticos; completar la formación en el
uso de fuentes de documentación; y perfeccionar el conocimiento de contenidos
socioculturales (fundamentalmente los relacionados con textos de especialidad, literarios y
audiovisuales). Todos estos objetivos, lógicamente, se concretaban en una serie de
objetivos específicos que, a su vez, se plasmarían en unidades didácticas concretas,
constituidas por tareas determinadas. Para el caso concreto de la fase de especialización, los
objetivos específicos que se proponía alcanzar en el desarrollo de la expresión escrita eran
(1999: 88):

1) Dominar las estrategias de escritura necesarias para la correcta redacción de


textos en español de especialidad (planificación del texto, activación de
conocimientos extralingüísticos, de conocimientos léxicos, etc.)
2) Producir textos especializados marcados por el campo (lenguaje comercial,
jurídico-administrativo, técnico y científico)
3) Producir textos marcados por el modo (p.e. audiovisual).
4) Producir textos marcados por el tono y el estilo (textos literarios, fundamentalmente)

Por lo que respecta a la comprensión lectora, se proponía:

1) Adquirir estrategias de lectura para acceder a textos especializados


2) Comprender géneros textuales marcados por el campo
3) Comprender géneros textuales propios de la comunicación audiovisual
4) Comprender géneros literarios.

En el objetivo general de afianzar los conocimientos gramaticales y léxicos se proponía


“Conocer aspectos léxicos y estructurales relacionados con los campos especializados”.
Para el objetivo general de documentación: “utilizar de manera adecuada obras
especializadas” y “adquirir estrategias para el uso de obras de referencia especializadas”. Y,
por último, el objetivo general de adquisición de conocimientos socioculturales estaba
estrechamente vinculado a la fase de especialización.

Si bien la metodología propugnada en aquel trabajo (Enfoque por tareas de traducción)


continúa siendo aplicable (véase A. Hurtado, 2001: 166 ss.) y se ha revelado como
especialmente útil, el propósito de este trabajo es incidir en la centralidad de la noción de
género como eje vertebrador para la consecución de la mayoría de los objetivos (generales y
específicos) arriba señalados. Así, aunque la programación de la asignatura se organiza en
torno a temas relacionados con grandes ámbitos de especialidad: fundamentalmente jurídico-
administrativo, técnico-científico, comercial y audiovisual2, cada uno de los temas, como
enseguida veremos, se organiza en torno a los diferentes géneros más destacables en el
ámbito de especialidad de que se trate. De este modo, generalizaríamos la utilización del
concepto de género como eje vertebrador para la consecución de los objetivos específicos
relacionados tanto con la comprensión lectora (como ya hacíamos en el trabajo del 99), como
con la expresión escrita, los conocimientos gramaticales y léxicos y la adquisición de
conocimientos socioculturales (todos ellos implícitos en la categoría, como veremos). El único
bloque de objetivos generales que podríamos considerar al margen de la categoría de género
sería el de la utilización de las fuentes de documentación, lógico por otra parte si pensamos
que en este objetivo prima más el componente de destreza que el cognoscitivo. En García
Izquierdo (2002: 15) se recoge un planteamiento del género como categoría culturalmente
específica que permite observar las diferentes maneras que las lenguas poseen de
conceptualizar la realidad. Siguiendo a Monzó (2000), diríamos que el género se convierte en
un medio de socialización para el traductor, puesto que es el medio a través del cual el
traductor convierte un texto discursivo en otro texto discursivo (véase también, a este
respecto, la Introducción).

En I. García Izquierdo y E. Monzó (2003: 35) apuntábamos, en este sentido:

Los géneros son las unidades de comunicación de una comunidad. Constituyen una síntesis de
situaciones y manifestaciones discursivas prototípicas que constituyen una herencia aprendida
y un medio de aceptación en las diferentes comunidades. (...) Son, por supuesto, un
instrumento de transmisión de contenidos a través de medios discursivos en el que se aprecia
la situación de los interlocutores en la comunidad en la que participan (...) Y, por último,
pertenecen a comunidades, que pueden ser definidas por su campo de actuación, cuyos
miembros son clientes potenciales de los traductores en cualquier situación
intercultural.

De esta cita, podríamos destacar dos aspectos fundamentales: por un lado, la prototipicidad,
es decir, el carácter más o menos recurrente de las estructuras que constituyen los géneros en
las lenguas; y, por otro, la importancia del campo de actuación, que determinará la
relación entre el género y la comunidad específica en la que se inserta. En este sentido,
como hablantes de una lengua, utilizamos el ámbito de actuación (temático, de especialidad)
como el punto de partida a partir del cual realizar las clasificaciones, puesto que se trata de un
aspecto consensuado por toda la comunidad cultural. Desde la perspectiva de un enfoque
sistémico, los componentes de un campo determinado están más vinculados entre sí
que con los componentes de otros campos y existen una serie de relaciones internas
evidentes (por ejemplo, los componentes de los campos de actuación jurídico,
administrativo, comercial o médico, tienen una entidad propia y reconocida socialmente).El
género, así entendido, es un concepto semiótico, porque representa un signo para cada
cultura. Pero no es sólo un concepto semiótico. Porque la semiótica incide en el producto
acabado y el género no es estático. Es una categoría dinámica e híbrida, y de ahí la dificultad
de establecer los límites entre géneros, en especial en los ámbitos de especialidad (véase I.
García Izquierdo, 2002).

Ahora bien, las recientes investigaciones en el seno del proyecto GENTT nos han llevado a
confirmar la posibilidad de establecer taxonomías de los géneros, más o menos
permanentes, que ayudan a fijar determinados aspectos relacionados con las
macroestructura y microestructura textuales y que permiten un análisis organizado de la
información contenida en los mismos, sobre todo desde el punto de vista pedagógico. Así, para
cada género es posible determinar con más o menos aproximación una macroestructura
determinada, que a su vez llevará vinculadas una serie de características sintácticas, léxicas,
terminológicas y fraseológicas, semánticas, etc. que lo singularizarán frente a otros géneros del
mismo ámbito temático (o campo de actuación) y frente a los mismos géneros en otras
lenguas de trabajo. En el citado proyecto de investigación GENTT, se ha intentado establecer
taxonomías de los ámbitos técnico, médico y jurídico, mediante la confección de un corpus
textual comparable, con la creación de un programa específico que incluye una ficha para la
catalogación del Heider de todos los textos (véase I. García Izquierdo y E. Monzó, 2003: 41 ss.).
La metodología de corpus nos ha permitido gestionar la información en diversas fases. Así, en
un primer momento, mediante la citada clasificación del Heider de los textos, se logró una
primera taxonomía de cada uno de los ámbitos. En un segundo momento, el cruce de todas las
informaciones contenidas en las fichas y la comparación de los textos incorporados, nos han
permitido ir depurando la clasificación. En estos momentos, con un total de aproximadamente
600 textos incorporados al corpus (y revisados), podemos ofrecer una taxonomía que
pensamos que responde a criterios objetivos, relacionados fundamentalmente con la
macroestructura y la situación contextual de producción. El siguiente paso (además de seguir
alimentando el corpus, sobre todo para los géneros de los que no tenemos ningún ejemplar
textual), será etiquetar todos los textos con el fin de ir analizando regularidades relacionadas
con la microestructura textual.

Volviendo a la utilización del concepto con fines pedagógicos, diríamos que el género es el
punto de partida en el que comienza el análisis del proceso traductor. Como afirmamos en
García Izquierdo y Montal (2002), el género es la categoría fundamental tanto desde la
perspectiva del texto de partida como desde la perspectiva del texto de llegada. Así, el
traductor es, en realidad, un extraño frente a la comunidad profesional o discursiva
donde se está produciendo el género, y por ello deberá centrar toda su atención en el
género como conjunto (no sólo en aspectos específicos como la terminología o los
contenidos especializados) y comprender no sólo los hábitos comunicativos, restricciones
y posibilidades del género en cuestión, sino también cómo los diferentes géneros
interactúan en las lenguas y culturas de partida y de llegada. Es decir, deberá poseer una
buena competencia de género multilingüe y multicultural. Por ello, en el proceso de iniciación
a la metodología de la traducción, es fundamental que el estudiante reconozca el género en la
lengua propia, de modo que su conocimiento del mismo le permita transitar
posteriormente hacia el género en la lengua de llegada. El género se presenta, así como el
recipiente en el que convergen todos los aspectos relevantes útiles para el análisis del proceso
traductor (I. García Izquierdo, 2002). El estudiante debe ser capaz, en primer lugar, de
reconocerlo como categoría para, posteriormente, ir descendiendo a los niveles de análisis
macro y microestructural que conformarán su competencia de género. En ese sentido, en mi
opinión, desde la categoría de género es posible analizar, además de los ya citados
aspectos macro y superestructurales, aspectos relacionados con los participantes en el
acto de comunicación y su relación; el registro; los actos de habla predominantes, la
existencia o no de presuposiciones e implicaturas; la tipología textual predominante;
el discurso vehiculado en el texto o la intertextualidad. Es decir, las categorías
comunicativas, pragmáticas y semióticas que en la reciente tradición en traductología
se ha considerado que conforman un esquema de análisis textual adecuado. Porque el género
está en un nivel de análisis previo a todas ellas. Sólo desde la determinación adecuada del
género, en función de nuestra pertenencia a una comunidad cultural y nuestro posible
conocimiento de la comunidad profesional en la que se inscribe, podremos asignar
apropiadamente las características comunicativas, pragmáticas y semióticas que,
habitualmente, suelen vincularse al mismo. Y decimos “habitualmente” porque hay que insistir
en el carácter cambiante y dinámico del género (además de la ya explicada hibridad entre
algunos de ellos). Por ello, sólo es posible hablar de regularidades y hay que tomar
siempre las descripciones de los géneros como aproximaciones pertinentes en el momento en
que se realizan. Aun así, la determinación de dichas aproximaciones es fundamental para
el (futuro) traductor, porque le permite ir conociendo el funcionamiento de los géneros en su
lengua y, a la vez, le dota de los recursos metodológicos necesarios para ser capaz de advertir
posibles cambios en la configuración de determinados géneros en su lengua (y, en una
fase posterior, en los géneros de las lenguas meta con las que trabaje).Analizaremos, en el
próximo apartado, el ejemplo concreto de la organización del tema dedicado al ámbito
jurídico en la asignatura Español A-1 (II), con el fin de demostrar la validez que una
clasificación atendiendo a esta categoría puede tener desde una perspectiva didáctica.

3. A modo de ejemplificación: una propuesta didáctica

Siguiendo, por tanto, los presupuestos metodológicos arriba señalados, plantearemos, a


modo de ejemplo, una propuesta para uno de los temas de la asignatura de español A-1 (II),
de segundo curso de la licenciatura en traducción e interpretación. En concreto, nos
centraremos en el ámbito de especialidad jurídico, si bien la noción de género se ha revelado
igualmente útil en los demás ámbitos de especialidad abordados en la materia. Como
acabamos de ver, la asignatura española A-1 (II) formó parte de un proyecto de innovación
educativa relacionado con el ámbito de especialidad jurídico. Se trataba de coordinar
metodológicamente el español jurídico (parte de dicha asignatura), con las asignaturas de
lenguaje y traducción jurídicos existentes en el itinerario de la titulación. Para ello, se imponía,
en primer lugar, llegar a un acuerdo sobre los contenidos del ámbito temático que los
estudiantes necesitarían adquirir en la primera etapa de su formación (antes de comenzar con
el lenguaje y la traducción jurídicos), fundamentalmente en la asignatura de lengua propia.
Por ello, replanteamos el tema de lenguaje jurídico-administrativo, y propusimos la misma
taxonomía que los profesores de jurídica impartirían en los cursos superiores (tercero y
cuarto). Así, utilizando el concepto de campo de actuación o ámbito discursivo en el que se
utilizan los géneros a tratar, se propuso una clasificación de los textos del ámbito jurídico en
tres grandes bloques, atendiendo al carácter (público, privado o procesal) que la comunidad
discursiva en que se producen les otorga:

1) Documentos de ámbito público


2) Documentos de ámbito privado
3) Documentos de ámbito procesal

Esta clasificación forma parte de una distinción ampliamente sancionada en el ámbito jurídico
en español, hecho que viene reforzado por la conciencia que, como participantes de una
cultura, tenemos de la existencia de estos ámbitos (véase Monzó, 2002). Así, conocemos que
los documentos públicos están más sujetos a formalidades y, a su vez, más amparados por el
sistema que los privados. Respecto al ámbito procesal, como su propio nombre indica,
podríamos decir que contiene todos aquellos documentos originados a partir de un contexto
de conflicto civil, penal o contencioso-administrativo, sea en el ámbito público o en el privado.
Por otra parte, como enseguida veremos, un aspecto fundamental para determinar
la clasificación de géneros será la relación entre los participantes en el acto de comunicación
(en especial el tipo de emisor), aspecto comunicativo fundamental para definir la situación de
producción del género y en el que los miembros de una comunidad discursiva muestran
acuerdo (más allá de la delimitación de todas las demás características comunicativas,
pragmáticas y semióticas que le asignemos a cada uno de los géneros tras un análisis
exhaustivo). Así, utilizando como punto de partida la investigación realizada en GENTT, se
seleccionaron, de entre los géneros ya fijados en la taxonomía, aquéllos que podían ser más
representativos (utilizando criterios como la frecuencia de uso en español; su posible
diferencia respecto a los mismos géneros en otras lenguas de trabajo del estudiante, etc.). Con
ello, la clasificación propuesta quedaba del siguiente modo:

1) Documentos de ámbito público. En los que distinguíamos tres grandes grupos en


función de la relación entre los participantes en la comunicación (Flores, 1994
–siguiendo el Manual de alénguate adnministratiu editado por la Generalitat
Valenciana en 1984):
1.1) Documentos del administrado a la administración: solicitud o instancia
1.2) Documentos de la administración al administrado: carta, saluda, invitación,
oficio, citación y certificado
1.3) Documentos internos de la administración: convocatoria de reunión, acta de reunión.

2) Documentos de ámbito privado: Dado su carácter privado, en todos los casos se trata
de la relación entre uno o más particulares y la administración de justicia. En este
apartado, destacábamos como más importantes: el contrato y los testamentos.

3) Documentos de ámbito procesal: también en este caso, como en los anteriores, se


establece una subdivisión en función de los participantes en el acto de comunicación.
Más en concreto, y dada la diversidad evidente de destinatarios posibles, la selección
se realiza en función de los emisores de los textos. Se distinguen tres grandes grupos:

3.1) Documentos de las partes: denuncia, querella y demanda


3.2) Documentos de jueces y magistrados: oficios, exhortos, notificaciones, cartas-
orden o mandamientos y resoluciones judiciales (provisiones, actos resolutorios,
sentencias)
3.3) Documentos de personal no jurisdicente: certificados, actas, diligencias.

Una vez establecida la clasificación, el siguiente paso consiste en establecer, de acuerdo con
los objetivos fijados, la metodología adecuada. Como hemos visto, la utilidad del Enfoque por
tareas ha sido demostrada en trabajos anteriores. Por ello, se proponen grandes unidades
didácticas para cada uno de los bloques de documentos (correspondientes básicamente a los
subapartados citados) que, a su vez, contienen una serie de tareas para la consecución de los
diferentes objetivos. Así, se proporciona a los estudiantes un dossier de material, en el que se
incluyen ejemplos reales representativos de cada uno de los géneros del bloque.
Ejemplificaremos la metodología utilizando la unidad didáctica incluida en el bloque
Documentos del ámbito procesal. En concreto, la unidad denominada Documentos de las
partes, que incluye los géneros denuncia, demanda y querella. Esta unidad didáctica incluye
como material en el dossier dos textos representativos de cada uno de los géneros.
Además, se remite a los estudiantes al trabajo de F. Rodríguez Hermoso (2000), en el que
pueden encontrar formularios tipo de cada uno de los tres géneros estudiados.

Mostramos, a continuación, un ejemplo de cada uno de los tres géneros seleccionados

DENUNCIA

A las X horas del día X de X de 2004


COMPARECE_________________________________________________________________
______________________con D.N.I. ________, nacido en _____________, en fecha
_________, hijo de ____________ y de ___________, con domicilio en ________ y teléfono
__________e1 cual manifiesta y denuncia que:
Que sobre las X horas del día de la fecha, cuando se disponía el denunciante a tomar su
servicio como vigilante jurado en la empresa _________________ su compañero tras una
conversación mantenida con el dicente ha empezado sin motivo aparente alguno a
insultarle y amenazarle, subiendo poco a poco la conversación de tono y terminando el
denunciado por propinar un puñetazo y varias patadas al denunciante. Tras la agresión el
denunciante ha ido al médico del servicio de urgencias y posteriormente al Hospital donde
ha sido curado de las lesiones sufridas.
Y para que así conste firma la presente, informado del derecho que le asiste según el
artículo 109 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en compañía de la Unidad Instructora una
vez leída la presente. En ______, a X de X de 2004

Unidad instructora Denunciante

DEMANDA

AL JUZGADO DE DISTRITO
DON _________, Procurador de los Tribunales, en nombre de ..., cuya representación
acredito mediante copia de la Escritura de Mandato que, bastanteada en forma, acompaño
al número UNO de los documentos, ante el Juzgado comparezco y como mejor proceda en
Derecho, DIGO:
Que siguiendo expresas instrucciones de mi representada, Sra. ..., que actúa por sí y en
beneficio de la Comunidad Hereditaria resultante a la muerte de su esposo, Don..., y
haciendo uso de su parte de las acciones de desahucio por falta de pago de la renta de que
la misma se encuentra asistida. en el citado carácter de actuación. Demando a Juicio de la
especial mencionada naturaleza, por los trámites que para el mismo determinan los
artículos 1.571 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil, a DOÑA..., mayor de edad,
soltera, empleada, vecina de esta ciudad con domicilio en ...,a fin de que, en su día,
mediante la sustanciación legal procedente, se dicte Sentencia, por la que, con estimación
de esta Demanda, se declare haber lugar al Desahllcio por falta de pago de la renta del
piso-apartamento amueblado tercero-4, de1 Portal 4, de esta capital, del que dicha
demandada es arrendataria, condenando a 1a misma a que lo desaloje y deje a la
libre disposición de la Comunidad Hereditaria en cuyo beneficio se actúa, propietaria
del mismo, con los apercibimientos de la Ley y con expresa imposici6n a repetida
demandada de las costas que se ocasionen en el presente procedimiento, según todo
ello se ofrecerá procedente en mérito y a la vista de las razones de hecho y
fundamentos legales que se pasan a establecer:

HECHOS

PRIMERO. -Mediante contrato de arrendamiento concertado en esta capital con fecha 13 de


octubre de mil novecientos ochenta y tres, Don......, esposo que fue de mi representada y
que falleciera el día 3 de mayo del pasado año estando casado con mi mandante. Según
resulta de la Certificación de Defunción del mismo, que se adjunta al número-DOS de los
Documentos, y determinando tal hecho el surgimiento de la Comunidad Hereditaria con
cuyo beneficio se actúa. Procedió a ceder en arrendamiento a Doña..., el piso-apartamento
amueblado tercero-4, Portal 4 de la de esta ciudad.
A los números TRES y CUATRO de los Documentos adjuntamos ejemplar de referido
contrato e inventario del mobiliario. Como resulta de dicho contrato, la renta pactada fue la
de veinticinco mil pesetas (25.000) mensuales pagaderas por meses anticipados, con más los
gastos comunes del inmueble y los derivados del consumo de fluido eléctrico.

SEGUNDO. -La última renta abonada por la hoy demandada por dicho arrendamiento fue la
correspondiente al mes de febrero del año en curso, y ni tan siquiera se abonó en su
totalidad sino por una cuantía de veinte mil pesetas (20.000), siendo ésta de 25.000 pesetas
como se ha referido, por cuanto pese a la cláusula de revisión de renta que consta en dicho
contrato, la misma no ha sido puesta en ejecución.
En la actualidad, por tanto, la Srta. ..., se encuentra al descubierto de las rentas
correspondientes a los meses de marzo a noviembre, ambos inclusive, del presente año, así
como la parte que resta por hacer efectivo correspondiente al mes de febrero y que
asciende a la mencionada cintilad de cinco mil pesetas (5.000), en consecuencia, pues, en
total la cantidad que la Srta. ..., adeuda a esta parte por el mencionado concepto asciende a
doscientas treinta mil pesetas (230.000).
Igualmente, la Srta. ..., adeuda a esta parte los recibos de la comunidad del mencionado
inmueble, a cuyo pago también viene obligada según resulta de la cláusula tres de referido
contrato, correspondientes al segundo, tercer y cuarto trimestre del año en curso, con un
montante total de 48.886 ptas., según resulta de los ejemplares de dichos recibos que se
adjuntan a los números CINCO al SIETE de los Documentos.
Además, la demandada también se encuentra al descubierto en el pago de los recibos de la
Cía. Sevillana de Electricidad, devengados por referida vivienda desde el 25 de marzo
anterior, como resulta de la cláusula cuarta del referido contrato de arrendamiento, con un
montante total de 30. 573 pesetas, (...).
En consecuencia, pues, la cantidad total que la demandada, Sra. ..., adeuda a esta parte por
todos los conceptos mencionados con anterioridad, asciende a un total de trescientas ocho
mil doscientas sesenta y dos (308.262) pesetas. Y constituyendo dicha falta de abono de
rentas, y cantidades asimiladas a la misma, causa de resolución del contrato de
arrendamiento, mi mandan te, Sra. ..., se ve en la necesidad de formular la presente
Demanda encaminada a tal fin y a la que sirven de base los siguientes:

FUNDAMENTOS DE DERECHO
I
El artículo 114.4 de la vigente Ley de Arrendamientos Urbanos, en cuanto establece que el
contrato de arrendamiento urbano podrá resolverse a instancia del arrendador por falta de
pago de la renta o de las cantidades que a esto se asimilan.
II
Los artículos 657 y siguientes dcl Código Civil relativos a las Sucesiones y Derechos que a las
personas asisten por muerte de otra y los artículos 834 y siguientes dcl mismo cuerpo
legal, relativos a los Derechos del cónyuge viudo en la Sucesión Testada, en relación
con los artículos 392 y siguientes del mismo Código relativos a la Comunidad de Bienes, de
donde resulta la Legitimación Activa de mi mandato y la procedencia de su intervención en
el carácter en que lo hace en esta demanda.
III
Son competentes para el conocimiento de esta Demanda los Juzgados de Distrito de esta
capital y de ellos aquel a que por turno corresponda ya que la finca se encuentra dentro de
la Jurisdicción de esta capital, según lo dispuesto en los artículos 121.1 y 122.2 de la citada
Ley de Arrendamientos Urbanos.
En cuanto a su tramitación, deberá sustanciarse conforme a lo dispuesto piel el Desahucio
en los artículos 1.571 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil, según lo establecido en
el artículo 124 de 1a vigente ley de Arrendamientos Urbanos.
IV
La temeridad y mala fe que evidenciará la oposición a la Justicia de nuestras pretensiones,
determinará la condena en costas de la demanda conforme tiene dispuesto nuestro más
alto Tribunal de Justicia, y por imperativo de lo dispuesto en el párrafo 3 del artículo 149 de
tan incoada LAU.

En su virtud, procede y
SUPLICO AL JUZGADO que teniendo por presentada esta Demanda, junto con los
Documentos que se acompañan, y prevenidas copias simples, se sirva admitirla, tenerme
por parte en la representación de Doña ..., en el citado carácter con que actúa, en
que comparezco, dar traslado de la misma a la demandada Doña...., con citación de las
partes para la celebración del Juicio Verbal que la Ley previene, a fin de que, seguido que
sea el mismo por todos sus trámites, en su día, se dicte Sentencia, por la que, con
estimación de esta Demanda, se declare haber lugar al Desahucio por falta de pago de la
renta del piso-apartamento de esta ciudad, del que la demandada es arrendataria,
condenando a la misma a que lo desaloje y deje a la libre disposición de la
Comunidad Hereditaria en cuyo beneficio se actúa, propietaria del mismo, con los
apercibimientos legales y con expresa imposición a repetida demandada de las costas que
se ocasionen Enel presente procedimiento, por ser así de hacer en Justicia que
respetuosamente pido y confiadamente espero.

OTROSÍ DIGO que necesitando a otros usos la copia de la Escritura de Mandato que acredita
la representación del Procurador actuante. procede y
SUPLICO AL JUZGADO acuerde su desglose y devolución a esta parte dejando en Autos
testimonio bastante a acreditar su contenido, por ser igualmente justo.
Córdoba a dieciséis de noviembre de mil novecientos ochenta y siete.

QUERELLA

Emilio XXXXXXX XXXXXXX, Procurador de los Tribunales, en


Nombre de _________________________________________cuya representación
acredito con la copia autorizada de la escritura de poderes que debidamente
bastanteada acompaño, (documentos números 1 y 2) y que testimoniada que sea,
solicito se me devuelva por necesitarla a otros usos, ante ese JUZGADO comparezco y con
el mayor respeto, DIGO:
Que siguiendo expresas instrucciones de mi mandante formulo QUERELLA CRIMINAL contra
el o los Legales Representantes de la ____________________________________, con
domicilio en VILA-REAL, c/_____________, 2, expresando los particulares siguientes:

1º). Se interpone esta Querella ante el Juzgado de Instrucción de Vila-Real por ser éste el del
domicilio presunto del querellado y el lugar en el que se concertó el trato que se dirá.
2º). Querellante es mi mandante, _______________________________________, con
domicilio en Castellón, Paseo ____________ nº 10.
3º). Se dirige la presenta Querella contra los Legales Representantes y socios de
______________S.L. cuyo domicilio conocido de esta parte es la de c/ _____________ nº 2
de Vila-Real.
4º). Mi mandante en fecha 10 de Diciembre de 1.991 otorgó en favor de
___________________ y guiada por la solvencia que ésta le aparentó, el contrato de
compraventa de naranja que se acompaña como documento número 3, teniendo por objeto
la cosecha de naranja (clemenules) de la finca de mi representada sita en _______________
Alcalá de Chivert, pactándose un precio de 50 pts./kg, I.V.A. incluido.
(...)

SUPLICO AL JUZGADO que, teniendo por presentada esta Querella Criminal con los
documentos que la acompañan, la admita; disponga la práctica de las diligencias
interesadas, con intervención de esta parte y, a sus resultas, ordene la detención y prisión
de los presuntos culpables si no prestaran fianza de libertad provisional en cuantía de
XXXXXXXXXXXXX, y asimismo y para cubrir las responsabilidades pecuniarias que pudieran
derivarse de esta causa, fije fianza de XXXXXXXXXXX procediendo al embargo de sus bienes
si no la constituyen inmediatamente.
OTROSÍ DIGO QUE no siendo especiales para la formulación de la presente Querella los
poderes que mi mandante me tiene conferidos, intereso se señale día y hora para que la
misma se ratifique en la presente Querella, citándole judicialmente de comparecencia al
efecto. SUPLICO AL JUZGADO que así lo acuerde.
VILA-REAL, a 25 de noviembre de 1999.
(Firmas)

A partir del análisis del material, se desarrollan diversas actividades, que van desde la
extracción de la macroestructura de los textos, el análisis terminológico y fraseológico
de los mismos (incluyendo la elaboración de un

glosario de términos más habituales en este tipo de género), la delimitación de los


participantes en el acto de comunicación o la fijación de la finalidad del género en el contexto
de producción. Una vez realizadas las actividades (que ocupan aproximadamente un par de
sesiones presenciales, más el trabajo de los estudiantes para la búsqueda y elaboración de los
glosarios, definiciones de los géneros, etc.), se pone en común toda la información relativa a
cada uno de los tres géneros y se contrastan, con el fin de determinar sus particularidades en
español. Obviamente, dada la dificultad para redactar textos de estos géneros
(fundamentalmente por el desconocimiento que en esta etapa de sus estudios todavía
tienen los estudiantes de ámbito jurídico –recordemos que será sobre todo en tercer
curso cuando se enfrentarán a asignaturas de lenguaje y traducción jurídica), únicamente
se les solicita que sean capaces de reconocer los textos pertenecientes a los tres
géneros (tanto sus partes integrantes, su estructura gramatical y léxica o la tipología
textual predominante, como las restricciones legales a las que están sometidos: por
ejemplo, en el caso de la demanda y la querella, han de ser capaces de reconocer las
alusiones al Código civil y al Código penal, respectivamente). Por lo tanto, las
actividades relacionadas con las tareas de esta unidad didáctica inciden, como hemos visto, en
los objetivos generales de comprensión lectora, conocimientos gramaticales y
léxicos, adquisición de conocimientos socioculturales y documentación, quedando la
expresión escrita relegada a un segundo plano, más bien de reproducción de los textos a partir
de los modelos propuestos. En definitiva, y como proceso de evaluación de la unidad, se
exige a los estudiantes que sean capaces de reconocer en su lengua una denuncia, una
querella o una demanda; que sean capaces de explicar cuál es su finalidad, los participantes
en el acto de comunicación, su estructura léxica y gramatical, la fraseología típica y el
contexto de producción, de manera que cuando se enfrenten a estos géneros en otras
lenguas, en etapas posteriores de sus estudios, tengan los elementos de juicio suficientes
para poder caracterizarlos. Evidentemente, el límite temporal (dos o tres sesiones máximo) al
que necesariamente debemos ajustarnos exige centrar el análisis en los aspectos

más relevantes del género que nos permitan cumplir con los objetivos fijados. No obstante, y
como apuntaba más arriba, a partir del análisis del género como categoría sería posible
extraer, no sólo las citadas características textuales (léxico-gramaticales, fraseológicas y
macroestructurales) sino también contextuales, relacionadas con el ámbito comunicativo y
la tipología textual, la pragmática (actos de habla y funciones predominantes,
implicaturas o presuposiciones) y la semiótica (discurso e intertextualidad,
fundamentalmente). Se trata, por tanto, de un cambio del punto de vista o, si se quiere, una
focalización diferente de la realizada desde el Enfoque textual en los estudios traductológicos.
En este sentido, por tanto, pensamos que la utilidad pedagógica de la categoría es innegable.
El género se presenta como herramienta pedagógica que permitirá al estudiante
avanzar en el análisis de los textos con los que trabaja y le ofrecerá un amplio abanico de
posibilidades para profundizar en dicho análisis no sólo en lengua propia sino también en las
lenguas meta con las que trabajará

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