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USBA

UNIVERSIDAD

SEMINARIO BÍBLICO ANDINO

Tema: ENSAYO SOBRE EL PENSAMIENTO TEOLÓGICO DE PABLO

Profesor: Genaro Torres

Alumna: García Duran, Rossene Nathali

Pueblo Libre, julio 07 del 2017


1. Un Acercamiento Hermenéutico

La mente más preclara del nuevo testamento a la hora de interpretar el significado de la


persona y obra de Jesús es el controvertido fariseo, Pablo. La vida de este hombre es de
importancia particular, por lo menos, por tres razones. Su conversión personal es una de
las apologéticas más fuertes para la verdad del mensaje cristiano. El poder de un Salvador
resucitado para transformar una vida humana imperfecta y rebelde es visto probablemente
con más claridad en la vida de Pablo que en la de ninguna otra persona. Para el tema que
ahora interesa es conveniente responder sólo a la primera pregunta. Para responderlo, el
mismo SCHWEITZER consideraba una cuestión íntimamente unida a aquella: el ambiente
socio-cultural y religioso de Pablo en su doble dimensión, la semítica y la helenista,
decidiéndose preferentemente por la primera1: 1. ¿Se puede saber cuál es el centro de la
teología de san Pablo?

En la perspectiva del judaísmo apocalíptico, Saulo experimenta en la persona de


Jesucristo el mismo celo que tenía por el Dios de Israel. Para el Apóstol la vida será un vivir
en Cristo, con el que establece una relación personalísima: "me amó y se entregó a la
muerte por mí"2Este amor a Cristo lo contempla Pablo a la luz de las grandes promesas de
Dios a Israel, anunciadas por los profetas. El pueblo elegido había sido llamado a redimir el
mundo, pero se había manchado con el pecado. Al regreso del exilio se esperaba la venida
del Mesías, la reconstrucción definitiva del Templo, la conversión de los paganos que irían
en peregrinación a Jerusalén para aprender la Torah y proclamar la exaltación de Israel
delante de todos los pueblos, como reparación de todo lo que había sufrido en los siglos
anteriores3.

La restauración de Israel significaba en cierto modo la derrota de todas las naciones


que se oponían a Jerusalén4.Las Escrituras anunciaban esta realidad, y todo judío con celo
por la ley leía la historia

1
Vid. A. SCHWEITZER, Die Mystik des Apostels Paulus, Mohr, Tübingen 1930; cfr. N.T. WRIGHT, Che cosa ha
veramente detto Paolo, Claudiana, Torino 1999, 15 (Orig. What Saint Paul really said, Lion, Oxford 1997).
2
Cfr. A. SCHWEITZER, Mystik, 27-41
3
4 Cfr. N.T. WRIGHT, What Saint Paul Really Said, Eerdmans, Grand Rapids 1997, 30 (Che cosa ha veramente
detto Paolo, Claudiana, Torino 1999).
4
5 Cfr. Zac 14,1-5; vid 8,23
En esa clave pudiendo decir que el plano de la teología judaica se apoyaba en tres puntos:
monoteísmo, elección y escatología5. Saulo, un fariseo más shammaita que hillelita, era
ansioso por ver el cumplimiento de las profecías mesiánicas y colaborar personalmente
para que esto se realizara, cumpliendo la Torah y haciéndola cumplir a los demás, cualquier
persona o grupo que se opusiera a ese ideal era simplemente considerado como el enemigo
que se debía aniquilar. Parecía inminente la llegada de ese momento que envuelve las
realidades de Israel, el mundo y el Mesías. Pues bien, para Pablo, a partir de Damasco,
ese momento llegará a ser su descubrimiento y conocimiento de Cristo, ante el cual todo
viene considerado como algo sin valor y aún como despreciable, como estiércol 6 .

Y es que el Dios de Israel ha operado la salvación a su pueblo por medio del Mesías.
SCHWEITZER llama esta realidad "misticismo de Cristo"7, un ser en Cristo que encuentra
sus raíces en el judaísmo apocalíptico. Se conoce bien la influencia de la "escatología
consecuente" de J. WEISS en su pensamiento8. Según SCHWEITZER, para Pablo, a
diferencia de Jesús, el eschaton habría comenzado con el evento Pascual9.

El verdadero pueblo de Dios debería seguir y proclamar a Jesucristo como Mesías,


y su fe en Él sería el fundamento de nuestra justificación. Esta última realidad pondría
también de relieve la componente helenística del pensamiento de Pablo, que según
SCHWEITZER sería secundaria: ella tendría relación solamente con la polémica sobre la
admisión de los gentiles, no circuncidados, en la Iglesia. Pablo, en cuanto apóstol judío de
los gentiles, les habría preparando el camino. El centro de la teología paulina sería entonces
el ser y estar en Cristo.

Pablo pertenecería a ese mundo, y muy pronto abandonó las categorías judaicas
para expresarse por medio del pensamiento del mundo griego. El centro de su teología no
parte, sin embargo, de la justificación, que es más bien su punto de llegada. El teólogo de
Marburg parte del análisis de la infeliz condición humana a causa del pecado. En esta

5
Cfr. Zac 14,1-5; vid 8,23
6
Cfr. Fil 3,8. 8 SCHWEITZER dice que en Pablo no hay "mística divina" (Gottesmystik) sino "mística
cristológica"
7
A. SCHWEITZER, Mystik, 41. Cfr. J. WEISS, Die Predigt Jesu vom Reiche Gottes, Vandenhoeck & Ruprecht,
Göttingen 1892 (La predicazione di Gesù sul Regno di Dio, D'Auria, Napoli 1993)
8
Detrás de ese razonamiento se descubre también el pensamiento de W. WREDE, que estudió la mística
paulina a la luz de la escuela de la historia de las religiones.
9
El profesor de Marburg en su Teología habla a este respecto de cristología helenista, comunidad helenística
y kerygma helenístico. Cfr.
enunciación no sólo se observa la enseñanza de Lutero y su drama existencial, sino también
la situación de Alemania bajo el dominio Nazi, en los primeros años 30 del siglo pasado.

A partir de ahí nace la decisión personal de fe en Cristo que me salva, con la que se
consigue superar esa miserable condición. Según SANDERS, la única crítica de Pablo al
judaísmo sería la de no ser cristianismo, de ser insuficiente para alcanzar la salvación.

El centro de la teología paulina sería entonces la participación en Cristo, y como

consecuencia, en el Dios de Israel. Se debe decir sin embargo que SANDERS se limita a

algunas interpretaciones aisladas sin comprobar sus postulados en la globalidad de la

religión judía. Su teoría es de todos modos sugerente y explica con bastante aproximación

cómo el desgarrón entre judaísmo y cristianismo no ocurrió inmediatamente. Si queremos

profundizar en los fundamentos de la teología paulina, las raíces del pensamiento del

Apóstol quizá se puedan encontrar en estas tres realidades:

1) La vocación que, como lo hemos ya dicho, transforma su vida y determina su misión;

tanto su testimonio personal26 como las tres narraciones de los Hechos de los Apóstoles

coinciden en lo esencial: Pablo perseguía los cristianos, y cerca de Damasco vio al Señor,

al Resucitado. Esa llamada a la conversión comporta al mismo tiempo gracia y

revelación29. Su vocación misma hace referencia a los textos proféticos de Jeremías30 y

a Isaías31.

2) Las Escrituras del Antiguo Testamento que no sólo corroboran la predicación de Pablo

sino también le sirven para argumentar sirviéndose de la historia de la salvación narrada en

los libros sacros; así nos habla de Abrahán, del Éxodo33, de Esaú y Jacob.

3) Las tradiciones cristianas, que Pablo ha recibido de la Iglesia primitiva (1Cor 11,23ss y

15,3ss).
I. PABLO Y LA SALVACION

Según Sanders argumenta que el pensamiento teológico de Pablo estaba dominado por

convicciones sostenidas dogmáticamente de que Cristo era el Señor y Salvador de todo el

mundo y que Dios había llamado a Pablo a predicar esto a los gentiles. Estas convicciones

se originaron en la experiencia personal de Pablo con Cristo. También tenía otras

convicciones derivadas de su herencia judía, sin embargo, éstas a veces estaban en

conflicto con sus creencias más recientes. Cuando pablo pensaba en la salvación en cristo,

la veía como una palabra en tres tiempos. significaba un evento pasado, una experiencia

presente y una experiencia futura.

1.1 la salvación como un evento pasado descansa sobre la obra terminada en Cristo.

 Para Pablo lo que hizo el señor en la cruz se remonta al tiempo en que el pecador,

por decisión de fe ha hecho suya propia esta liberación.

 La presentación sistemática de Pablo acerca de la universalidad del pecado se

encuentra en la primera parte de la Epístola a los Romanos. Los paganos son

condenados primero por su pecado, el cual es primordialmente contra la revelación

de Dios en la naturaleza (1:18-32). La causa de su condenación es su propia

ignorancia voluntaria de la luz dada a través de la naturaleza (1:18-23) La cosa dela

cual necesitamos ser salvos es el pecado, la cual es interior, esa radical y colectiva

iniquidad que nos separa de Dios y en el cual todo hijo de Adán participa:¨todos

pecaron ¨Pablo trata con el pecado con relación a otros dos conceptos importantes:

la carne y la ley. Aunque Pablo usa la palabra carne para designar la materia que

compone al cuerpo (1 Co. 15:50; Ef. 5:30; 6:12) y como un sinónimo para la totalidad

del hombre (Ro. 3:20; 1 Co. 1:29), su uso principal es ético. La carne simboliza

aquello que es pecaminoso (Ro. 7:18, 25; 8:1-9, 12-16). Es la naturaleza humana
del hombre la que está gobernada por el pecado. La carne, en ese sentido, afecta

toda la vida del hombre no redimido, y sólo puede dirigirle a la muerte espiritual,

porque está en enemistad contra Dios (Ro. 8:5- 8). La base para la victoria del

cristiano depende de una crucifixión hecha una vez por todas de la carne (Gá. 5:24)

y de un control constante de ella por el Espíritu (Gá. 5:17-23).

1.2 En El Evangelio El Problema Del Pecado Esta Resuelto

No fue del judaísmo que Pablo recibió su enseñanza sobre la redención, porque la idea

de un Mesías sufriente era repugnante para el judío. Fue en el camino a Damasco que

él llegó a estar convencido que Jesús era el Mesías y que el concepto mesiánico

involucraba la muerte del Mesías. Que la muerte estaba incluida como la culminación

de la obra del Mesías fue una conclusión exigida tanto en el comienzo de la predicación

de los apóstoles como en la de

Pablo.

 Pablo concibió la redención en sus términos más amplios. Era una adquisición

(1 Co. 6:20; 7:23). Incluía una liberación irrevocable (Gá. 3:13: 4:4-5), y

garantizaba la liberación mediante el pago del rescate ('['it. 2:14; Ro. 3:24; 8:23:

1 Co. 1:30: Ef. 1:7, 14: 4:30: Col. 1:14).

 La idea de un rescate no hace del concepto de la redención algo enteramente

comercial, porque la redención también es vicaria. La substitución se ve en

Romanos 3:24, y el uso por Pablo de huper, en lugar de, también requiere la

idea de una obra vicaria (2 Co. 5:21; Gá. 3:13; cf. Flm. 13). La redención es para

todos (Ro. 3:23-25). Libera de la iniquidad (Tít 2:14) y de la Ley (Gá. 3:13) con

el resultado de que los redimidos son adoptados como hijos adultos (Gá. 4:5).

Eventualmente incluirá la resurrección del cuerpo (Ro. 8:23).


 En relación con los pecados, la redención incluye perdón (Ef. 1:7) y así viene a

ser la base de la justificación (Ro. 3:24). En relación con la Ley, la redención

provee de libertad y alivio. Porque el Redentor nació bajo la Ley, los que creen

pueden ser redimidos de su maldición y ser recibidos como hijos. En relación

con la ética, la redención por su propia naturaleza significa que el redimido debe

algo a quien lo redimió. La fe, la justicia. la gracia, la redención en Cristo, todos

estos están relacionados con la justificación (Ro. 3:21-26). Es un acto de gracia

de parte de Dios; se hace posible sobre la base del sacrificio de Cristo; el

requisito humano es la fe, que trae justicia imputada al creyente. y el hecho de

que el creyente es justo en Cristo es la base del anuncio de la justificación o la

declaración de justicia. Esta Justicia se obtiene al estar colocado en Cristo.

Cuando Pablo comienza a predicar su evangelio a las gentes, lo hace en calidad de

hebreo convencido, es decir, como quien sabe que hay un solo Dios que ha creado el

universo y todo lo que contiene, que vivifica a los muertos y hace existir lo que no era.

Delante de Él todos los dioses de las naciones son vanos, pues el "Señor es quien ha hecho

los cielos"10 A ese Dios se puede llegar a partir de la realidad de la creación. Al mismo

tiempo, en medio de su monoteísmo judaico, Pablo es arrastrado por otra visión de Dios,

que llega a ser determinante en su vida y en su doctrina: el Dios único, el Creador, se ha

revelado en y a través de Jesús de Nazaret, el Mesías crucificado y resucitado, el Señor

del mundo.

Cuando Pablo habla del Espíritu, del Padre o del Hijo, no lo hace de modo sistemático.

Su teología es más práctica que especulativa, pues su enseñanza está encaminada a

mostrar el misterio de salvación a las distintas comunidades a las que dirige sus escritos.

Ese es el punto a partir del cual se intentará profundizar en lo que se podría llamar la

10
Sal 96,5
"enseñanza trinitaria" de Pablo, aun cuando no se pueda hablar propiamente de una

teología de la Trinidad en el Apóstol, una verdad que la Iglesia madurará por más de tres

siglos, hasta llegar a los enunciados de los Concilios de Nicea y de Constantinopla.

Pablo menciona en diversas ocasiones la historia de Israel, su esclavitud

en Egipto y su liberación, contemplada a veces desde el episodio más reciente de

la historia del pueblo elegido, la cautividad en Babilonia y el regreso del exilio. En

uno y en otro caso se manifiesta, por parte de Dios, un nuevo modo de revelarse a

Israel.

Esta revelación muestra al mismo tiempo la insuficiencia, si no la inutilidad

de los dioses paganos. Cuando en Gálatas 4 Pablo habla de "su evangelio", la

historia viene representada por medio de la imagen del heredero, que mientras es

pequeño no se diferencia del esclavo, comportándose de un modo similar al que lo

hacía el pueblo de Israel en Egipto. Ese mismo Dios, continúa diciendo el Apóstol,

envió a su Hijo en la plenitud de los tiempos para que recibiéramos la adopción y

pudiéramos ser considerados herederos.

Y precisamente por ser hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo para que se

pueda invocar a Dios como Padre, no sólo siendo hijos, sino también

experimentándolo. En este pasaje se dice que el Dios verdadero ha mandado a su

Hijo, y que después ha mandado el Espíritu de su Hijo. Más tarde, en la línea de la

tradición paulina, se dice en la elogia inicial de la carta a los Efesios: "Bendito sea

el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase

de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo". Dios Padre obra la salvación

en Cristo y la plenitud de bendiciones se da en el Espíritu.


A. Dios Padre y la Historia de la Salvación. Cuando el Apóstol se refiere al Dios

de Israel (sin usar específicamente esta expresión), hace ver que no sólo es el Dios

vivo y verdadero, sino también el Creador, el Dios de las alianzas que dirige la

historia y el destino de los hombres, Aquel que salva a los que creen en Él. Aunque

no lo llama "Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob", nos dice que ese Dios se ha

revelado en Nuestro Señor Jesucristo y nos ha redimido por medio de Él. Por eso

lo llama "Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo", abriendo "una perspectiva

desconocida por completo hasta entonces, que después llega a ser característica

de toda la teología cristiana". Ella no desestabiliza el monoteísmo judío dentro de la

fe de la primitiva comunidad cristiana, sino que, al contrario, lo asegura, pues Jesús

afirma la soberanía de Dios mismo.

La filiación de Jesucristo incluye nuestra propia filiación. De ahí que Pablo diga

en el saludo inicial -la prescriptivo- de casi todas sus cartas que la gracia y la paz

vienen ἀπὸ θεοῦ πατρὸς ἡμῶν "de parte de Dios nuestro Padre", en Jesucristo

nuestro Señor. Refiriéndose al plan salvífico que Dios ha dispuesto para la

humanidad, Pablo habla de predestinación, de designio de su voluntad, y del καιρός,

tiempo oportuno. Quizá la advocación más significativa del pensamiento paulino se

encuentra en Efesios: "Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma

nombre toda familia en el cielo y en la tierra", ante el cual el pueblo de Dios tiene

acceso "en un Espíritu". Ese Padre, a quien Jesús se dirigió en su oración y que nos

enseñó a tratar como tal, es presentado, mediante el juego de palabras πατήρ-

πατριά, como arquetipo de toda paternidad en el universo, celeste y terrestre. A Él


ruega por los miembros de la familia de Cristo, aquellos que han recibido el Espíritu

de hijos.

La gracia que se pide es la de conocer el amor de Cristo -esto es, a Cristo

mismo58- que a su vez permite conocer mejor a Dios Padre. A ese Dios y Padre,

Pablo atribuye tres cualidades:

1. La Ira. Concepto heredado de la Biblia de Israel para designar la reacción de Dios

ante el mal y el pecado; para describir su acción como juez, el Apóstol emplea

también el concepto del ἡμέρα τοῦ Θεοῦ, el "día de YHWH"60.

2. Rectitud y justicia: tomado también de la literatura veterotestamentaria,

representa esencialmente dos momentos históricos; antes del Éxodo los conceptos

se refieren al juicio y a la reivindicación de Israel delante de los pueblos, y por

extensión se aplica a los miembros de Israel que no guardan la alianza; después de

la llegada a la tierra de Canaán, los términos se resumen en el perdón. Más tarde,

Dios ofrece su justificación en Cristo a la humanidad para salvarla, un poder divino

que es al mismo tiempo soberanía sobre el mundo creado.

3. Amor: presente en diversos pasajes de sus cartas, configura a los fieles como

hermanos, personas queridas por Dios.

B- JESUS EL HIJO DE DIOS

Dejamos de lado el aspecto de la comunión con Cristo mediante la fórmula ἐν

Χριστῷ, mencionando sólo las dos posibilidades de interpretación: la de

DEISSMANN62, en clave espacial, que indica el vivir y estar en Cristo, y la de

NEUGEBAUER, en clave soteriológica, que significaría estar marcado por la cruz y


la resurrección de Cristo y vivir según su efecto, la gracia que obra en cada uno63.

Sobre ese binario ha corrido la mayor parte de las interpretaciones de católicos y

protestantes. Dios es Uno, el creador y fin de todo, y Jesús es el mediador universal.

Respecto a nuestra salvación, todo depende de la relación personal con el Dios único

y con el único Señor. Dios confirmó su unicidad al realizar la redención universal,

en continuidad con la creación, en una relación inseparable y recíproca. Por eso

dice Pablo que Dios no es sólo el Dios de los judíos64. Por otra parte, cuando se

refiere a Jesucristo y afirma su identificación con Dios, no es que estaba añadiendo

una divinidad al pantheon, que entre otras cosas existía sólo en el paganismo.

Tampoco pretende disolver la persona de Jesús en la infinitud del Dios de Israel.

Jesús es el Resucitado, el Hijo de Dios, el Señor11 En los versículos 1corintios8:1

Pablo presenta un contraste entre el conocimiento y la caridad, afirmando que quien

ama es conocido por Dios. La fe en el Dios único no es una opinión. Como recordaba

en Gálatas 4, "ser conocido" significa creer en Dios que se revela. A este propósito

se debe tener en cuenta la oración por excelencia del Judaísmo, el Shema, que es

una fusión de fe y de amor. Y así lo está diciendo Pablo. La profesión de fe del

Shema', "el Señor Dios es el único Dios" la reelabora Pablo diciendo: "un solo Dios,

el Padre, y un solo Señor, Jesucristo". Se trata de una profesión de fe en el Dios

único según la creencia tradicional del judaísmo, en contraste con el politeísmo del

mundo greco-romano.

C. EL ESPÍRITU

11
Cfr. J.D.G. DUNN, Theology, 244-260.
Es claro, sin embargo, que el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Dios son idénticos: basta

pensar en la afirmación de Gálatas: "Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de

su Hijo que clama: ¡Abba, Padre!". Esta experiencia de los primeros cristianos ha

contribuído sustancialmente al desarrollo de la concepción trinitaria de Dios, pues en el

mismo espíritu se proclama: "Jesús es el Señor". En efecto, los miembros de las

comunidades fundadas por Pablo ya vivían la vida espiritual y litúrgica en una doble

relación: con Dios como Padre y con Cristo como Señor, atribuyendo esta

experiencia al Espíritu. El punto de partida para Pablo parece ser la relación de Dios

y de Cristo mediante su operación en el Espíritu, porque le interesa subrayar la

acción salvífica del Dios Uno.

La teología de Pablo es más práctica que especulativa. Esto se hace más patente

si se considera el don del Espíritu, o mejor, el Espíritu en cuanto don. Mediante su

gracia se inicia la vida cristiana en el bautismo, participando en Cristo y donando la

fuerza para contribuir a la unidad de la Iglesia. Con su ayuda se obtiene la

conversión, la circuncisión del corazón.

II LA ESCATOLOGIA EN LA TEOLOGIA DE PABLO

Al estudiar la escatología en la teología de cada carta paulina en su escenario histórico y


entonces proveer un breve análisis del corpus entero. En este formato, cada carta en sí
misma pone la agenda para el debate teológico, y así la naturaleza pastoral de la teología
de Pablo y la energía con que él procuró su articulación tiene una mejor posibilidad de
sobrevivir al análisis teológico. Al fin del proceso podemos resumir los pensamientos de
Pablo sobre los asuntos que surgieron en el curso de su ministerio, y los asuntos respecto
a los cuales era particularmente apasionado empezarán a ser claros. Esa claridad, a su
vez, proveerá un punto de entrada para hablar de la centralidad de la gracia de Dios en la
teología de Pablo.
I. EL FUTURO PARA LA IGLESIA

Ya hemos observado que la doctrina de la Iglesia ocupa un lugar importante en la teología


paulina. No es de sorprenderse, por lo tanto, descubrir que la escatología de la Iglesia es
también un tema prominente en la enseñanza de Pablo concerniente a las cosas futuras.

A. Los Últimos Días

El apóstol da dos pasajes en los cuales señala características detalladas de los últimos
días de la Iglesia (I Ti. 4:1-3; 2li. 3:1-5).

 Decadencia en la sana doctrina.


Antes de que la Iglesia sea arrebatada habrá una negación creciente de la sana doctrina
de manera que los hombres se apartarán de la fe y se desviarán hacia el demonismo (I Ti.
4:1). No tendrán conciencia de la verdad. La forma específica del error, la mala presentación
de la persona de Cristo, es el tema de la revelación juanina.

 Decadencia en la vida piadosa.


 El ascetismo prohibirá casarse y la comida de carnes (I Ti. 4:3), y lo licencioso
tomará muchas formas (2 Ti. 3:1-4). Brevemente afirmado, Dios será reemplazado
por el ego de forma que el amor al yo y el amor al dinero llegarán a ser las principales
motivaciones de la vida. Esto traerá consigo orgullo, blasfemia, desobediencia a los
padres, ingratitud, falta de santidad, perversidad, enemistad, calumnia, falta de auto
control, crueldad, oposición a todo aquello que es bueno, traición, temeridad,
infatuosidad, y amor al placer. Aun aquellos que quieran resistirse serán arrastrados
por la ola de gran pecado que azotará en los últimos días.
 Aumento en la religión.
Junto con la decadencia vendrá un crecimiento en el interés religioso, pero en una religión
carente de poder (2 Ti. 3:5). Aún estas características han existido y se encuentran en la
Iglesia a través de su historia, aumentarán en intensidad a medida que el fin de esta edad
se acerque. De modo que Pablo veía el advenimiento de un incremento en el interés
religioso acompañado de una predicación sin poder que resultaría en vidas disolutas
mientras que la Iglesia completa su misión sobre la tierra.

B. El Traslado de la Iglesia
Pablo habla en dos lugares del arrebatamiento de la Iglesia al Cielo (1 Co. 15:51-57; 1 Ts.
4:13-18). Es un acontecimiento que involucrará el descenso de Cristo del Cielo, la
resurrección de los "muertos en Cristo", el traslado de los creyentes que estén vivos, y el
encuentro de estos dos grupos con el Señor en el aire. El aspecto que tiene que ver con el
cambio de los creyentes que aún vivan Pablo lo llama un misterio (1 Co. 15:51). La verdad
de la resurrección formaba parte de la revelación del Antiguo Testamento, pero que habría
un grupo que no vería la muerte era desconocido hasta los tiempos del Nuevo Testamento.

Esta verdad del rapto de la Iglesia tenía muchas ramificaciones prácticas para Pablo. El
hecho de que él lo consideraba como inminente afectó la enseñanza del apóstol
concerniente al matrimonio (1 Co. 7:29-31).

El creía que aún en sus días el tiempo era corto. Por lo tanto, no sólo le dio la preferencia
al celibato, sino que también exhortó a quienes estuvieran casados a trabajar para el Señor
como si no tuvieran la responsabilidad del matrimonio. La doctrina también fue una fuente
de consuelo y seguridad (I Ts. 4:18). Los creyentes en Tesalónica habían empezado a
preguntarse sí sus hermanos que habían muerto antes de la venida del Señor estarían en
la capacidad de tomar parte en el reino de Cristo. Pablo les asegura que Cristo los incluirá
(I Ts. 4:14 -"con él") porque serán levantados de los muertos antes que el reino sea
establecido. Pablo también hizo de esta enseñanza una base para la constancia en el
servicio del Señor (I Co. 15:58). La verdad del juicio que sigue a la venida del Señor llega
a ser un incentivo adicional para vivir fielmente (1 Co. 3:11-15; 2 Co. 5:10-11).

C. El Juicio de los Creyentes

Pablo describió el lugar del juicio de los que están en la Iglesia como el berra (2 Co. 5:10).
La base del juicio es la calidad de las obras realizadas desde la conversión (1 Co. 3:11-13).
Aunque habrá muchas variedades de obras hay básicamente sólo dos clases: aquellas que
pasarán la prueba de fuego y aquellas que no. Las obras que califiquen serán
recompensadas. Aunque de ninguna forma está en juego la salvación del individuo, no
obstante sus obras serán quemadas "si bien él mismo será salvo" (I Co. 3:15).

Pablo describe estas recompensas bajo la figura de coronas. Coronas específicas se darán
por ganar a otros para Cristo (I Ts. 2:19), y por amar la aparición del Señor (2 Ti. 4:8). Otros
escritores mencionan otras coronas, así que esta no es una revelación exclusivamente
paulina (cf. Stg. 1:12; I P. 5:4; Ap. 2:10).

II. EL FUTURO PARA ISRAEL


En la sección clásica en Romanos (9-1 1) Pablo trata sobre la relación de Dios con sus

parientes según la carne, los judíos. Su discusión en el capítulo prueba que Dios era

perfectamente libre como Creador de rechazar a Israel. Aunque Él los ha elegido, no perdió

su derecho de tomar medidas severas contra ellos. Sin embargo, Dios no los rechazó

injustamente, porque Pablo muestra que había una necesidad moral para ello. En la

discusión en el capítulo 11, Pablo vuelve a la pregunta original, "¿Ha desechado Dios a su

pueblo?" respondiéndola con un no rotundo.

Esta respuesta es confirmada mediante dos consideraciones:

(1) el alcance del rechazo de Israel sólo es parcial (vv. 1-10)

(2) la duración de ello es sólo temporal (vv. 25-32). (La sección intermedia muestra la

relación del rechazo de Israelí con los gentiles, vv. 11-24). La naturaleza parcial del rechazo

es ilustrada por el propio caso de Pablo que prueba que un israelita como tal puede ser

salvo. La obra de la gracia de Dios en preservar para sí un remanente es prueba adicional

de que Dios no ha desechado a Su pueblo. Aun cuando Pablo muestra posteriormente que

el futuro de Israel involucra una restauración nacional, estos individuales introducidos al

principio de la discusión son ilustraciones del hecho de que el rechazo era sólo parcial.
CONCLUSIONES

 En las cartas de san Pablo se mencionan las tres personas divinas. Aunque

no se pueda hablar, en toda regla, de una teología trinitaria, se puede sin

embargo decir que ella se encuentra in nuce en la enseñanza del Apóstol.

Pablo considera al Dios de Israel, omnipotente y misericordioso, el Creador

de cielos y tierra, como el Padre de quien todo procede. Al mismo tiempo

emplea la advocación de 'Señor' casi exclusivamente para referirse a

Jesucristo, y lo pone al mismo nivel ontológico de Dios, como se ha visto en

los textos estudiados. Pablo no habla en manera explícita de la procesión

divina, es cierto, pero menciona en diversas ocasiones que Dios manda su

Espíritu, y que ese Espíritu es el de Cristo. La profundización teológica que

hará la Iglesia en los primeros tres siglos será un desarrollo de aquello que

ya proclamaba la primitiva comunidad cristiana y de lo que el mismo san

Pablo da testimonio.

 En todas las áreas de la escatología el pensamiento de Pablo refleja su concepción

básica del Dios soberano. La consumación de todas las cosas dependen de este

Dios quien en el diseño de su plan majestuoso no hizo malos cálculos y quien en la

ejecución del mismo no dejó resquicios ni imperfecciones.


BIBLIOGRAFIA

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Vida.Miami:Florida.1996.

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7. Vid. A. SCHWEITZER, Die Mystik des Apostels Paulus, Mohr, Tübingen 1930;
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