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Peter Hall

,..,
CIUDADES DEL MANANA
Historia del urbanismo en el siglo XX

Traducción de Consol Freixa

Ediciones ' del Serbal

1996
352 CIUDADES DEL MAÑANA

.11Batty, 1979, págs. 18 a 21. " Lokjloe, 1977; Castells, 1977, págs. 276
J9 AJUhuler, 1965, pág. 20; Catenese y 5teiss, a 323; t 978, págs. 15 a 36.
1970, pág. 8.
.o !bid., págs. 17, 21.
57 Ibid., págs. 62 a 92.

SI De.ar y Scott, 198lb, pág. 13.


La ciudad de los promotores
•• Harrll, 1975, pág. 42. u Ibid., pág. 11.
u Meyersoo y Banfleld, 1955; Downs, 1957; ... lbid., págs. 14, 15.
Undblom, 1959; Altshuler, 1965b. " Scott y Roweú, 1977, 1108.
'2 lbid., 1 107.
No es gradas a la buena voluntad del cam1cero, del cervecero o del panadero que
u R.abloowltz. 1969, passlm; Etzionl, t 968,
u MoUenkopf, 1983. comemos, sino a que trabafan para satisfacer sus propios intereses. No apelamos a
passlm.
44 Bolan, 1967, págs. 239, 240. "' Oear y Scott, 1981, pág. 16. su bondad sino a su egoísmo, tampoco les hablarnos de nuestras necesidades sino
<S lbld., pág. 241. "SCOtt y Roweis, 1977, 1098. de Jo que puede ser ventajoso para ellos. Nadie excepto los pordioseros dependen
t1> Oavldoff, 1965. "Cooke, 1983, págs. 106 a 108. de la benevolencia de sus conciudadanos.
• 1 Peattle, 1968, pág. 85. "Scotty Roweis, 1977, 1099.
41 Webber, 1968, 1969, págs. 294, 295; d. " lbid., 1116. Adarn Smith
Rlttel y Webber, 1973. "' Cooke, 1983, págs. 25, 27.
10 SCOtt y Rowels, 1977, 1099.
Tlze Wealth of Nadons (1776)
'' Schoo, 1971; Frledman, 1973.
71 Ibld.
~ Wlldavsky, 1973, pág. 130.
SI FaludJ, 1973, pág. 175. n Bemsteln, 1976, 1976, 1985; Held, 1980;
sz GaUoway y Mahaynt, 1977, pág. 66. McCarthy, 1981; Thopson y lield, 1982. ¡Pero alerta! todavía no ha llegado la hora. Durante otros cien ailos debemos se-
SJ lbld., pág. 68. n Forester, 1980, pág. 277. guir haciendo ver ante nosotros y ante los otros que lo justo es malo y lo malo fus-
74 Ibid., pág. 283.
s• Harvey, t 973, 19 82, l 985a, t 985b; to; puesto que lo malo es útil y lo fusto no lo es. La avaricia, la usura y la seguri-
Castells, 1977, 1978; L.elebvre, 1968, 1972; rs Ambrose, 1986, passlm; Reade, 1987,
dad deben ser nuestros dioses durante algo más de tiempo. Porque sólo ellas nos
Massey y Meegan, 1982; Massey, 1984. passlm.
pueden ayudar a salir del túnel de la necesidad económica y encontrar la luz del
ss Camoy, 1984.
día.

John Maynard Keynes


Economlc Posslbllities for our Granchildren
(Essays in PtrSutUion) (1930)

Para comprender este libro es muy Importante que el lector no olvide nunca que
el urbanismo que criticamos es el que va en contra de la competencia -el que tie-
ne que ser substituido por la competencia ( ...) Pero como normalmente la palabra
.. urbanismo• se ha convertido en sinónimo del primer tipo de actividad, a veces
no nos quedará más remedio, por razones de brevedad, que utilizar este término,
aunque esto signlfique dejar en manos de nuestros oponentes una buena palabra
que merecerla un destino mefo r.

Frledrlch von Hayek


Tite Road to Serfdom (1944)
LA OUDAD DE LOS PROMOTOllf.S

mas urbanistta convencionales todavía redbian el apoyo politlco popular. Pero,


Capítulo 11
en amplias umas del país, ya oo se pedía que se controlara y guiara eJ aedmlen-
La ciudad de los promotores to, sino que se generara, fuera como fuera.
En los Estados Uoldos sucedJó lo mismo. Las regiones Industriales ttadldona-
Les -Nueva lngJatem, la zona atlántica central pero prindpalmen~ d medio oes-
La práctica urbanística cuestionada: te- se vieron afectadas por la competencia de las empresas del otro lado del oc~a·
Baltimore, Hong Kong, Londres, no, la caida de los benefldos y la necesidad de reestzucturadón. El dnturónlabdJ
de ta nación empezó a recibir un nuevo nombre: el Ru.stbowl (el cuenco ox:ldado).
1975-1987 'En uo libro que d ramáticamente titularon 771e DesindustrlallzaHon ofAmerica, Barry
Bluestone y Sennett Harrtson estimaron que durante los atlos setenta el efecto
combloado del traslado de empresas, los cierres y w permanentes reducciones de
empleo probablemente habian costado aJ país alrededor de 38 núllones de pues-
tos de trabajo. Y de los 35 millones de trabajos perdidos que se estimaba bubo en-
En los aJlos setenta, el wbanismo cambió totalmente y en los ochenta. parecía abo- tre 1969 y 1976, más d.e la mitad ocurrieron en el Frostbdt (dntwón helado): es de-
cado a la autodemucdón. Daba La sensación de que la pJanlflcadón convencional cir en eJ corazón de la wna Industrial>.
y el uso de planes y normas para reg.lamentu el uso del suelo bab(ao caído en to- Esto cogió por sorpresa tanto a los ur:banlstas como a los lideres políticos ur-
taJ d~to. En lugar de regular el aecimlento urbano, el u:rbilnlsta se había de- banos. Habían olvidado la histor:ti. Como hemos explicado en el capitulo quinto,
dJcado a fomentarlo con todos los recursos que tenia a su alcance. La Idea que pre- Clarence Steln, el vlsiooario fundador de la Asodación para la Planlflcaci6n Reg1olW
dominaba era que la dudad era una máquina de crear dquez:a y que la fun.d ón de América que proyectó Radbum, pronosticó la decadencia de la econom:ía urbana
principal del urbanismo era engrasar la maquinaria. El urbanista se Identificó cada en un notable articulo que publicó en mayo de 192.S y que tJtuló Dinosaur Citles
vez más con el promotor, su tradicional adversario: el gua.r dabosques se habla con~ (Las Ciudades dlnosaudo)4• En 19-40, Colln Clar.k. un economls1a también muy pers-
vertido en cazador furtivo. picaz, predJ)o correctamente la disminudóa general del empleo fabril en su libro
Gran Bretai\a fue el lugar donde el cambio se hizo más palpable; qui7.ás era jw- 111e Conditions of&onomic Progrl!ss (Las condiciones del progreso econ6mlco)5. Sln
to que la tierra donde habla nacido fuera también la escena de su agonía. Sin em- embargo, no se prestó a tendón a ninguno de los dos. Tuvieron la mala suerte de
bargo, el cambio se inició en los Estados Unidos donde las noanas reguladoras ver más lejos que sus contemporáneos.
nunca habían sido muy fuertes y los hábitos empresar:lales y el espidtu emprendedor Pero aún habia más. Durante tos anos setenta, tanto en Grao Bretal'la como en
habían sido siempre muy potentes. Estados Uoldos, los cerebros neoconservadores -el Centro Bdtánico de EstudJos
La causa fue económica. La planlflcadón convencional del uso del suelo ha. Políticos y la Amerlc.an Her:itage Foundadon- empezaron a poner en duda el có-
bia Oorecido durante el gran •boom• de los aílos doruenta y sesenta, que quizás modo consenso que babia creado la polldca económica keynesiana y La politica so-
bab"ia sido el periodo de crecimiento más laJ&oque la economía capitalista había cial del estado del bienestar. Siguiendo las dlrectrlces de los primeros dásicos, que
tenido. La planificación se utillz6 porque fue una manera de dltiglr y controlar este ahora se hablan convertido en textos sagrados-como por etemplo RoaJl tD Sa(dom
aednúento flslco &plosivo. La gran recesión de los aílos .setenta y ochenta cam- (EJ camino a la esclavitud) de Hayek que se habla publicado treinta años antes-,
bió la manera de pe:rciblr el problema con eJ que se enfrentaba y, de esto modo, su el urbanismo ~ convirtió en uno de los objetivos a atacar. Según decía la derecha
propia legitimidad quedó amenazada. La recesión golpeó con gran dureza la eco- radical, la p.lanlftcación había distorsionado e lnhibldo el funcionamiento de las
nomía británica y mostró sus profundas debilidades estructunJes: una gran parte leyes del mercado, obligando a los empresarios a elegir lugares que no eran los óp-
de las fábricas del pais desaparecieron, llevándose constgo, sólo entre 1971 y 1981, timos e incluso habia ahogado el esplrltu empresaóaL Consideraban que era en par-
dos millones de puestos de tmbaJo 1• La geografía tuvo que estudiar el contraste en- te responsable de que las ciudades y reglones hubieran sJdo Incapaces de generar
tre los decadentes cascos wbanos -que ahora no sólo lndufan los conocidos casos nuevas industrias que pudieran substituir w que habían quedado obsoletas. Estaban
de Glasgow y Llverpool sino ciudades que antes hablan sido centros fabriles lm· convencidos de que lo peor habla sido la planificación regional. Y, a pesar de que
portantes como Londres y Binnlngham- y lugares de alta tecnología que todavfa el propio Hayek tenla sw reservas en cuanto a la amplitud de sw ataques, también
se iban desarrollando en el sur de lnglaterra 2• En estas áJeas más selectas w nor- criticaron la plaollJcación del uso del suelo.
Sin embargo, los primeros avisos llegaron antes que esta critica, de hecho se
habían empezado a oir a finaJes de los allos sesenta. En Estados lJnldas, la ad-
1 (VE.ame now m ~ Jn.) ministración Jobnsan dobló el número de programas contra la pob.reza url>ana
356 CIUDADES DEL MAl'IANA

a causa de los motines de 1964 y 1967. De ahí salieron el Programa de Ciudades


Modelo y el de Desarrollo Comunitario (capitulo octavo). En Gran Bretaila, una
serie de lnformes ~ Milner HoUand de 1965 sobre la vivienda en Londres, el
Plowden de 1967 sobre las escuelas primarias, el Seebohm de 1968 sobre los ser-
vidos sociales- sei\alaron el redescubrimiento oficial de la pobreza por parte del
sistema. Acadbnicos coa sensibilidad social como David Everseley -<¡ue había
salido del mundo universitario para dirigir un proyecto de planificación para
Londres- empezaron a sei\alar el grave declive en el que se había sumido la base
económica de la dudad 6• Finalmente el tristemente famoso discurso de abril de
1968 de Eooch PoweJJ sobre el problema de las tensiones raciales en las ciudades,
en el que hablaba del Tlber tedido de sangre, provocó pánico en el gobierno la-
borista de Wilson: se preparó un programa urbano que ofreceria ayuda especial
a las áreas con alta concentración de Inmigrantes -o como eufemistlcamente las
calificaba el lenguaje oficial, áreas de necesidad espectaJ7. Los Progumas de
Desarrollo Comunitario de 1969, que no eran más que una copla del proyecto nor-
teamericano, Intentaban concienciar a las comunidades más desfavorecidas.
Algunos de los equipos encargados de los programas, formados por jóvenes Lle-
nos de jerga marxista, se pusieron a trabajar con tanto entusiasmo que pronto cho-
caron con las burocracias locales, y a finales de 1976 el experimento concluyó
abruptamen te8.
Pero sucedió algo que podemos calificar de curiosa ironía histórica. La conclusión
a la que Uegaron los equipos de los Programas de Desarrollo Comunitario fue que
el problema -<le lugares como Saltley en Birmingham, o Benwell en NewcastJe-upon-
l'yne_ era •estructural•: nombre de moda que, procedente de la acadernJa, se ha-
bia Introducido en el lenguaje del urbanismo. Según ellos las grandes fuerzas del
capitalismo tardio ~ concreto, la concentración de capital en unos pocos mo-
nopolios- habla hecho que el control de sociedades y empresas que antes estaba
en cada zona ahora hubiera pasado a los departamentos de multinacionales cada
vez más lejanas. Esta conduslón, que significaba que la solución no se hallaba
dentro de los limites del sistema capitalista, no fue admitida ni por los líderes po-
Utlcos de las ciudades ni por el MJnisterio de Gobernación británico. La primera
de las lronias fue que diez afios más tarde, la nueva generación de políticos que lle-
gó a los ayuntamJentos ya estaba dispuesta a aceptarla. La segunda es que antes de
que esto sucediera, la Idea de declive estructural ya había empezado a formar par-
te de la ftlosofia del sistema.
El modo como esta Idea de declive estructural llegó a ser aceptada no deja de
ser curioso. En 1972, Pete Walker, Secretado de Estado para el Medio Ambiente de
la entonces administración Tory, organizó tres comisiones para que estudiaran la
amplitud del problema en las zonas más desfavorecidas de los cascos urbanos. Los
Informes ilnales, que se publicaron simultáneamente durante el verano de 1977,
llegaron a la misma conduslón; la pobreza ya no era un problema provocado por
Ja Incapacidad de los propios Individuos o de las familias sino que era debido al fra-
caso de la economla urbana9• El gobierno de aquel momento, que ya era socialis-
ta, comprendió el mensaje: en el White Paper de 1977 y en la Ley de Áreas Urbanas ~1g. 11.1. uverpool. Bloques de pisos en los atlos sesenta; Pruitt-lgoe llega_ a la Gran Bretaña.
358 CIUDADES OD. MMlANA

Interiores de 1978, cambió el rumbo de su política y trasladó sus inversiones de los


programas dedicados 1 los cascos urbanos a la promoción del crecimiento econó-
mJco. De manera que a partir de entonces se fomentarla el desarroUo de nu~as In·
dustrias en los centros urbanos. mientras que los recursos que el gobierno habfa em·
pleado para crear nu~ ciudades se invertirlan en las antiguas; los prognmas
wbanos se ampUufan y se fomentaría la colaboración entre el gobierno central y
el local en las zonas más desfavorecidas de las grandes ciudades.
Al principio no se notó el cambio. Las burocracias empezaron a desempolvar
una serte de proyectos que tenbn arrtnconad.os y que reflejaban los Intereses y
p~p¡dones tradicionales: un centro cfvtco -:.quI, un parque aJU. Pero cwndo
a finales de los anos ochenta se vio que los ascos urbanos continuaban lgwl, la
política cambió. La administración fue creando oficinas de desarrollo económico
que recibieron dlvenos nombrn y que contaron con un nuevo tipo de funciona-
rfos11. A veces fueron los urbanistas quienes ocuparon estos puestos, pero pronto
se dieron cuenta de que deblan olvidar su papel tradicional. La dirección y control
del credmlento que habla sido una de las preocupaciones tradldonales del sist"°
ma de planlfkad6n brit.inlco desde 1947, fu.e substítuldo por lo que ~convirtió
en una obsesión: fomentar el credm.le.nro fuera como fuera. Ahora la cuestión m
~bel de qu~ manera se podía hacer mejoL

La • Rousl.fic.ad6n • de Norteam&tc.a

Enton~ fue cuando los wbanlstas y políticos brltánlcos m.ln.ron hada el otro
lado del Atlintlco, puesto que, a fina.les de los anos setenta, parecia que hu ciuda-
des nonumertcams habian encorundo la formula.mágica. En um tfplca mm.Ión
anglo-norteamericana de alto nivel de aquel momento, el taciturno brttánlco mos-
trarla diapositivas de un desolado Uvcrpool mlentra.s que los exuberantes nortftl·
mcrlc.anos Uegarfan con fotografías de un Boston lleno de vida, color y animación
-por no hablar de las hl.storias que contaban 50bre el gran número de venw y el
aumenro de puestos de trabato11• La foanula mágica de la revltallz.adón urbana -pa-
labra que empezó a circular en est.u reuniones-parecía consistir en un nuevo tipo
de colaboración creativa, expresión utilizada incesantemente por los norteamerl·
canos, entre el ayuntamiento de la dudad y el sector privado. Colaboración q ue
estarla sa2onada con ayudas de Washington que -a diferencia del gobierno brld·
nlco- Imponía pocas condiciones.

Flg. 11.2. Qulncy Market, Boston.

Flg. 11.3. El puerto de Baltlmore.

Dos ejemplos de regeneración de cascos urbanos en Estados Unidos gradas a la colabor1d6n


del sector público y el privado. Ambos se hlderon por medlo de la Rouse Corporatlon- el con-
cepto de 'routlficad6n' mua 1 formar parte del vocabula.rio del urbanlslL
360 OVD/\DES OEl MmANA LA OlJDAD DE LOS PROMOTORES 361

Habla que aceptar que los tiempos de la econonúa de las manufacturas urba· También comportllban una mayor partldpadón pública y federal; 180 millones de
nas habían pasado y que la clave corul..stía en encontrar para la dud.ad un nuevo dólares de dinero púbUco en Baltlrnore, mientras que la dudad sólo invirtió 58 mi·
papcl como centro de servidos. Pareda que los aburridos csuburbanitas• estaban Uones y 22 el sector privado. Por tanto los elementos Importantes de la nueva fór-
dispuestos a volver en masa a una dudad restaurada que les ofreciera una calidad mula fueron, por un lado, el patrocinio federal y la nueva manera de enfocar las
de vida que no podfan encontrar en el centro comercial de su zona. Los yupple$, invemones que tuvo el sector privado y, por otro, la colaboración del sector pú·
(Young Urban Profmionals) -palabra que empezó a dicular a comienzos de los anos blico y el priva.dots. Fue muy si,gnlílc.advo tambJén que. en ambas oodades los
ochenta- convertlrlan las zonas victorlanas abandonadas que estaban cera de los proyectos fueran dirigidos por alcaldes democritlcos, sagaces y blm situados, que
centros en mas resldendales e invertlrlan sus dólares en re$Uurll boutiques, ba- estaban bien relacionados coo los dlveaos barrios: Kevin Whlte en Boston, Wllllam
res y restaw:antes. POI último la dudad renovada attaería a los turistas y de esta ma· Donald Schae!er en Baltlmore.
neta se c.onvertirfa en una nueva fuente de Ingresos. Las obras quue reallzaron tienen mucho en común con el CoventGarden de
Esta era la fóanula que había dado nueva vida al frente marítima de Boston Y la Londres, que durante aquella q>oc¡i también se estaba renovando (capitulo sépti-
que estaba transformando ei puerto lnterlor de Balt1more -k>s dos grandes escapa- mo). Su finalidad pdndpaJ era la atraed6n de tudstas: Baltlmore atrat 22 m1J.lo.
rates de revltallzadón wbana de la prfml!lil época. stn embargo, si se observaba el fe- nes de Visitantes aJ wo, de los cual~ 7 m.lllones son turistas, cantidad que puede
nómeno con más profundidad. el proceso era más complejo. Ambas dudades, que compar.me oon D!.sneyland. Yello nos ofrece una clave Importante de lo revolu-
habfan empezado a expaim.ft1tar el declive wbano a principios de los cincuenta. ha· donario de estas obras:
bían estado IJllbajandoen dio desde aquel mismo mommto-Vtinte a.dos antes que
las ciudades británicas. Ea los años sesenta. habían apostado por una fórmula de El proceso de ar.ar lug;ues qut tengan bito es sólo un aspecto dentro de la prornod6D
de obra.s.. ~como dirlglt un teatro, donde hay que Ir camblmdo continuamente. los
desanoJlo basada en la creadóo de banios convencionales de oficinas: rónnula que
espectámlos para atraer a la g'1ltr y ~la entretenldi. No es sorprendente que
para ellas habla resultado más fádl que para las ciudades inglesas puesto que las dos uno de los que timm mis bito, los 28.000 acres del Walt Disoey WoddenFlorlda,
posef.an desde antiguo viejos 001tros comm:iales y Boston tenía wta fuerte tradl· ~ dl:rlg!.dlo por una rompalUa que liene depmamentos dedicados a •lm1ginación-
d6n ftnaadera. Ambas babian decidido i.nJda:r:grandes renovadooes en los fmltes y <Atracdoneso. No (Je) que d t&:nk:o y el wba.n.ista tmgan las rualkbdes neasarla.s
marldmos de sus obsoletas zonas portuadas, combinando la mtonces novedosa r& pua crear grmdes teatros, aunque pumen Jer úWes como actores y esattores11•
tauradóo de almacenes y meiados, convtrtiáldolas en tiendas, bares, restaurantes,
hot:des y, aJ mismo dempo la recuperación de las viejas áreas resldenclales. La ~Rousillcadón> de Boston y Baltlmore -p1oceso qu.e se está ¡epltiendo en
Y, en ambas ciudades, había estado trabajando la misma pei::sona: James Reuse un gran número de viejas dudada industriales nortumerlcanas-suponía la deli-
promotor de Balt1more, ya famoso a finales de los años sesenta. Rouse habla cons- berada creadón de la dudad como escena.no. Como pasa en el teatro, parece que
truido Columbia que habla sido uno de los plan-es de aeadón de nueva dudad, rea- sea de verdad, pero no es vida wbana como la que siempre hemos conocido: el me>
lizada por una empresa privada, más ambiciosos del momento. Debido a su Im- delo es la Calle.Mayor de Amblca que recibe a los vtsltantes que llegan alDtsneyland
portante papel en la Comisión del Gran Balti.more, grupo formado por hombres de California., está -sanltizada> para su mayor segw:ldad (como dice la fiase), es sa-
de negados de élite que se fundó en 1956, también estuvo relacionado, desde el ludable, no presenta ningún peligro, y su medida es siete octavos del ~o na-
primer momento, con la revitalización del centi:o de Baltimme: el centro Charles tural A su alrededor, las caUes restauradas de manera encantadora -todas cyupifl-
de 33 a.eres, un complejo di! oficinas, tiendas, hotel y apartamentos que se lnldó cadas» gradas a la gran lnyecd6n d e fond.o s del departamento para el Desarrollo
a flnale:s de los allos cincuenta. Curiosamente, est e proyecto se acogió a la legisla· Urbano y de la Vivienda- tienen la1mJsma cualldad: parecen un espado urbano lJna-
dón de 1949 y 1954 de Renovación Urbana, yen casJ todo slgu.ló el modelo que ginarlo de una película de Dlsney, lo que pasa es que, por Incongruente que parezca,
Pittsburgh y FUadelfla (capítulo séptimo) habían utilizado: una nueva y radical son de verdad!.
élite de empresarios se hlz.o cargo de la dudad, y organizó una coaJidón que, con
habilidad, obtuvo el apoyo público y supo combinar la ayuda federal con el dine-
ro privado para realizar proyectos comerciales a gran escalau. La batalla d e los muelles
No había nada de nuevo en todo ello; m uchas ciudades estaban haciendo lo
m ls.m o o e.s taban tratando de hacerlo. Pero la participación de .Rouse en cl puerto Todo estos ejemplos fueron muy lmportantes en el debate bdtán.lco que, debido a
Interior de Baltimore y en su equivalente, el proyecto para el mercado Qulncy y el la escala y naturaleza del problema, pronto se politizó. Durante los anos setenta,
frente marino de Baltimore, los hada distintos. Estos proyectos eran más grandes en todas las grandes ciudades se dio un nuevo problema: todas tenían grandes ex-
- ZSO acres en Baltimore-y además Incorporaban una nueva combinación de ac· tensiones de terreno vado o seml'Vlldo, ocupado por los restos de obsoletas fábri-
tividades: recreo, cultura, centros comerciales y viViendas de diversas categorias14• cas y almacenes. Normalmente gran parte de este suelo era público o semlpúbll-
362 CIUDADES DEL MAÑANA

co: perteneda a los munld plos locales, que lo habían comprado para construir vi·
v1endas o carreteras pero que ahora no podían realizar estos proyectos debido a los
reames en el presupuesto (o en el caso de las carreteras a causa de la oposición de
los propios habitantes). o era propiedad de coqxiradones como el Coruordo de los
Muelles o de las CompaAfa.s británicas del gas o del fenoc:arrtl, que se hablan tns-
ladado a otns zonas.
El caso mh famoso fue el de los Docklands (muelles) de Londres: una gran hea
de ocho millas y med~ cuadradas, que empezaba justo al lado de la famosa milla
cuadrada de la dudad de Londres y se extendía siguJendo el curso dd río a ambos
lados del Timesls.. En tiempos había sido el puerto más grande del mundo pero ~
bía entrado en decadencia por problemas laborales y por d uulado del comercio
a puenos rlVllles situados en el sur de Inglatena (Southampton, Fdlxstowe) o en
d condnente (Rotterdam). La inuoducdóa del uso de contenedores fue el golpe
flnaJ. El puerto de Londres truladó casi todas las operaciones que quedaban 30 mJ.
llas más abaJo, en Tilbury, y-w un corto peñodo de tiempo, de 1967 a 1980- ce-
rró prácticamente todo. Las corporaciones públicas relacionadas con el puerro
como la del íe.rrocarrU, y la CompaAfa del gas que poseía en B«kto n. ceta del ex-
tttmo este, una planta que fundonaba con carb6n, también cmaron. En 1981, d
número de puestos de traba lo que en su mejor época, dwante los ailos cincuenta,
se habta eleva.do a 30.000 personas, cayó a 2.000.
El gobierno conservador de los aóos 197~74 presidldo por Edward Huth fue
el que tuvo que abordM el problema. El gobierno consultó a lDl fablnete de lnge-
nleros que propuso un amplio abanico de posibilidades que, en ta mayorfa de los
Cl50S, suponún un cambio radlcal: viviendas de lujo. zorra muilima, actividades
d.e recreo, servidos. U.S comunidades que vivían en la zona ponuarla, que uadl·
donmnaue siempre habWl pertenecido a la da.se trabajadora y nunca habían sa·
Udo de su barrio, t~vla abrumados por la pérdida de sw lugares de trabajo. re-
accionaron con vehemencia al Igual que sus concejales que, en su mayorfa,
pertenecían al partido labotlsU. Las elecciones de 1973 Uevaron a los laboristas aJ
Coruelo dd Gran Londres. y las elecciones gaierates de 1974 lnstalaroo un gobierno
laborista ea Wcstmlruter, aJ otro lado del cío.
Fue precisamente entonces cuando el p roblema empezó a ser comprendldo
por la gente. Fuera lo que fuera lo que se hiciera en los muelles de Londres no era
sólo un.a cuestión Importante en sí misma, sino que iba a convertir:se en un mo-
delo para otros ca.sos parecidos. El gobierno de Wilson no pudo hacer otra cosa que
tratar de lnvolucrar a las com unidades locales. Conslder6 que era necesario tener
u na dirección central fuerte q ue dirigiera y coor dinara, y también s:e dio cuenta de
que el o rgan ismo más adecuado era el Consejo de l Gran Londres-el o rganismo de
planlflc:iclón legalmente constituido. Se Ueg0 a un comprom iso, b u eno o malo, se-

Ag. t 1.4. y Flg. 11.S. Los Unglados portuuios de Londres antes y después. La rransformadón
de los mudles londlnenses dunntc los anos ochenta fue d mayor ca50 de revitalización ur-
bana de Europa, y qulús del mundo. Fueroo considerados por muchos como el e¡emplo a
segulr aunque ouos piensan todo lo corur.u:lo.
OUDADES DEI. MAÑANA l.A OUDAD DE LOS PROMOTORES

gún los distintos puntos de vista; el Consejo del Gran Londres ae6 en 1973 un or- Sur Este, y todas las coml.slones slmilares que habla m las regiones. La segunda M
ganismo, la Coml.slón Conjunta de los Muelles, coa la expresa finalidad de que se. establecer una Corporación de Desarrollo Urbano que se bada argo de los Muelles
encargara de la estrategia. Este índwrla un grupo especial de plaoLRcadóa, el de Londres y de la también obsoleta zona de Merseyside.
Equipo de Obras de los Muelles, en el que trabajarían funcionarios del Consejo pero Nos encontramos a.ho ra con una deliciosa Ironía hlStórlca. Existía una
que no dependerían directamente de ~1. Corporación de Desarrollo (capitulo cuarto) que e:ra un organll:.mo burocrático,
En 1976, después de un duro trabajo, el equipo hit-O pública su propuesta. centralista y sin estructura democrátlc.a que el gobierno l.aborista radlcal de Clement
Reflejaba las realidades poiltlcas del momento. Ea la mayor parte de la zona se AttJee de 1945 había utilizado para la construcción de las nuevas ciudades brltá·
construl.rian viviendas de reata baja o Industrias y almacenes, aunque ya por en- nicas. Odiada por los sólidos votantes toáes de los condados del sur de Inglaterra
tonces los recortes en los presupuestos estaban dlemiando los programas de viviendas donde las ocho nuevas dudades fueron construidas, ptáaicament:e olvidada du-
púbUcas y había grandes espadas de suelo lndu.strlal libre por toda la dudad. No rante ca.si toda la década de los anos cincuenta por los goblemos torles, fue al fi-
se tuvo en cuenta la posibflldad de hacei oficinas, a pesar de que el área estaba tan nal aceptada como una desafortunada necesidad. Aho.ra la Corporacl6n de Desmollo
cerca del dlsttito financiero de Ja Oty. Como observó un académico: se había convertido en la he:munlenta preferida del gobiemo tory que la iba a usat
para la regeneración de los centros urbanas, ptedsamente por las mismas ra.iooes
Se aproxima a la variante (...) que llamamos Conservación Urbana -se lnsi.ste en que 35 altos antes había tenido el Comlté Rclth para las nuevas ciudades:: porque
repetir o retener las actividades y estructuras presentes, reforzando los modelos so-
ciales y económlcos asociados ( ...)es la dásica mezcla de viviendas obre.ras, traba-
les peanitla prescindir de las peculiaridades democráticas de los gobiernos locales
jos Industriales y cometclales, con construcción de zonas de recreo y de se.rvldos y porque era una herramienta efectiva y sobre todo rapida.
al lado del do (...) El proceso de urbanización está condicionado por la consulta y En su nuevo contexto había dos nuevos aspectos a tener en cuenta. El prime·
la persuasión (...)el proceso debe tratar de coruegulr un compromiso entre los gru- ro era que el partido conservador, que tradldooaJmente (y hasta hada poco) ha·
pos que potendalmente están en confilcto ( ...) la miplia p¡rtidpadón y consulta bfa sido el partido de los derechos locales en contra de la buroaada de Whltehall,
Jo baam engmroso. Las dt'dslones ~ nebulosas en el sentido de que estin muy
genenlladas'7. se babia convertido ahora en un partido centnllsta. (FJlo se ha.ria todavía más evi-
dente a Jo largo de los siguientes a.nos, a medida que Westmlnster tuvo que librar
No tuvo buena prensa. The 7lmes dJJo que ..:no impresionaba• y llegó a la coa- duras batallas contra los ayuntamientos controlados por los labodsta.s sobrt! pun·
duslón de que la Comlsf6o Conjunta de los Muelles estaba •Influida por la Idea tos como subvención de ayuda a los impuestos, restricción de Impuestos y control
de que el Instinto y las grandes visiones no son compatfbles con la democ:rada. 11• de las escuelas locales). El segundo era algo que sólo se podía definir diciendo que
A los habitantes de la zona les gustó más pero se smtlan decepdonadal por 1.a fal. se tra1aba de pla:nlficar para promocionar la pcopledad. F.o este sentido, la tarea de
ta de propuestas en firme. la planificación consistía en facilitar de la manera más raplda posible la renovación
Al final lo que si quedó claro es que había una estrategia pero que no habla di· del suelo urbano Industrial o comercial abandonado para dedicarlo a mejores usos.
nero. El gasto público se habla recortado y no había fondos para hacer más obras Esto, evidentemente, no era nuevo; no habfa más que observar el ~boom• de la gran
al estilo de la ampliación de la linea de metro del Jubileo. Lo peor de todo era que propiedad en los centros de las ciudades británicas duran.re. los alios sesenta. Además
el plan exigla que a los 900 millones de libras de dinero púbUco se le aruidieran 1.100 derivaba directamente de la experiencia norteamerlcana. De todas maneras lo que
millones del sector privado; sin embargo, durante el proceso de consulta a nadie no dejaba de ser notable, aqul com.o en otros sitios, era el estilo: estrategia de pla-
se le había ocunfdo hablar con las compatúas de pensiones y seguros o con los ban- nlflc:adón que nunca era a largo plazo, planes que casi nunca se publicaban; laes-
cos_ El Consejo de Planifk:adón &onómica del Sur Este, un organismo consultar ponsabllldad, pirateria; despreocupación total si-como sucedió con los muelles--
indepmdlente nombrado por el goblemo, consideró que la zona necesitaba una las obras tenfan que ser demolidas porque se presentaba aJgo mejor antes de que
comisión de obras al estilo de las que gestionaban la aeadón de nuevas ciudades.. se hubfttan terminado; loteñ:s en aprovechar las oportunidades a medida que se
Pensaba que sólo si estaba razonablemente Ubre de interferencias polltlcas y podía lban presentando. No se tra1aba de pl.anlflcar como se había enten.dldo durante los
actuar con libertad, da.ria confianza al lnve?SOJ privado. El entonces Secretario de cuarenta ai'\os anterlores. Como dJjo el ejecutivo responsable de los muelles1':
Estado para eJ Medio Amblen te, Peter Shore, que era miembro del Parlamento y re-
presentaba a un gran número de electores de la zona de los muelles, no estuvo de La cantidad de wna abandonada de la que la Corporación de DesanoUo de los
Muelles de Londres tuvo que haceise cargo, era tan enorme que la única manera
acuerdo.
de abordar el problema sin depender de enocmes antidades de dinero público (...)
En mayo de 1979, los conservadores volvieron al poder de la mano de Margaret fue crear una situación especial, de efecto •bola de nieve» que ~erara en scgu.1.
Thatcbtt Micbael Heseltine fue nombrado Secretarlo de Estado para el Medio da una credJbllldad real hada los muelles entre los poten.dales promotores co-
Ambiente y el tema de los centros urbanos quedó dentro' de su ministerio. Una de mercWes y de Viviendas. As[ pues era oece:sa.r1o ser oportunJslII y aceptar las pro-
sus primeras decisiones fue disolver el Consejo de Planlflcadón Ecoaómlca del puestas de los promotoresL'.
366 OUOADES DEL MAÑANA U. O UDAD DE LOS PllOMOTORES 367

Se hizo mucho. Como cuarenta aflos antes en Stevenage y Crawley, la corpo- que no lo estoy recomendando como solución paca nuestros males urbanos, lo
ración de obras que ttabafó en los muelles consiguió vencer la burocracia. Tuvo po- que digo es que es una manen, extrema, de soludona.r el problema.u.
deres sin precedentes -mayores que los de las nuevas ciudades- que la maotuVie-- En cierta manera, como se pudo observar a partir de análls.is posteriores más
ron lefos de las autoridades locales, y los utillz6 para 1edbu a los promotores detallados, el hecho de sacar Hong Kong a colación no dejaba de ser rurioso. Según
privados con las manos ableruu. Y lo b.iz.o en sólo cinco altos, en 1986 babia in- los documentos usados por Tumer en su campal\a en contra de la política de vi-
vertido 279 millones de llbru de dinero público y obtu\'O casi seis veces ro.is esta viendas de las burocnda.s del rercer mundo, Hong Kong aparecía como un da-
cantidad en Inversiones privadas; consiguió atraer 400 nueva.s compatlias y ae6 ro ejemplo de conservadurismo: a lo largo de los aflos sesenta y setenta y a pe-
8.000 nuevos puestos de trabafo; proporcionó solares para 4.000 nuevos bogares, sar de la mítica Imagen que daba al mundo exterior, la dudad había mantenido
y 10.000 bajo construcción o en fase de planilJcadón; y tamblén empezó a traba- lo que en términos relativos era el programa de viviendas públicas más grande
Ja.r en un nuevo sistema de fe.mxarrtl UgeroZll. Sin embargo los aitlcos stguieron del mundo no comunlsta23• Jonatban Schlffez darla más tarde una explicación
dldendo que este proyecto no hada más que •yupificaJ1' el Ea.st End, el baluarte que no de¡aba de ser ingeniosa: al garantizar los costes de las viviendas de la
tradJdonal de la ciase trabajadora londlnerue. gran masa a unos minimos, este programa disminuía las demandas de aumen-
tos de salario y mantenía los costes de la fuerza de trabaJo de la dudad a uno de
los niveles más bajos del mundo desarrollado?•. Además, aunque desde el pun-
La zona de negocios to de vista británico, Hong Kong no tuviera un sistema de planificación de uso
del suelo que fuera restrictivo a la manera brlt!nlca:u, si en cambio lo tenía en
Unos aflos m~ tarde se lanzó una Idea que tuvo mayor lnOue.nda de la que su au- relación a muchos paises en fase de desarrollo. De todas formas, Hall podía se-
tor hubiera podido imaginar. En 1977, en una conferencia en el Instituto Real de guir manteniendo su punto básico: aunque en este aspecto u otros pudJera estar
PlanilJcadón de Qudades en Chester, 'Peter Hall -uno de los autores del Iconoclasta subvendonada Indirectamente, Hong Kong habia demostrado que era la dudad
Manlflesto de 1970 sobre la no planificación (capítulo octavo)- hablando del na- que babia tenido más éxito en adoptar con rapidez nuevas lineas empresariales
ciente problema del dedive uibano, dJjo: •las mayores áreas urbanas han visto como como respuesta a la situación del mercado mundial, gradas sobre todo a la ca-
su credmlento disminuía, se detenía y, postertommente, Iniciaba un prOCt!SO de de- pacidad utraordlnarta de adaptación de su sector de pequeftas empresas que m
clive. Pierden gente y trabajos-. Revisando las posibles maneras de rehaceI sus ba- mayo.ritarioZ'.
ses económicas. llegó a la conclusión de que, a pesar de todo, •ninguna de estas Sin embatgo, estu discusiones foanaban parte de un rdatlvamente obscuro~
~w puede reallza.r el mllagroo. Y afumó: bate académico. Lo curioso fue que, a pesar del escepticismo de Hall en cuanto a
las posibilidades de acdón, no tuvo que esperar demasiado. En 1980 el nuevo go-
lo mejot: puede ser enanlgo de lo bueno. SI realmente quamios 1yudar a los cen- blemo COnserviidor británico Introdujo wu dlspos:ldón sobre Zonas de Negocios,
tros urbanos y a tu ciudades eo general, es posible que tenpmos que utillur !Dé--
todos poro ortodoxos (.•.) un posible remedio final podria Jet lo que yo llamarla y el Ministro de Hadenda lo dtó especWmente como autor deJ proyecto. A lo lar-
la solución del •puerto Ubr~. Habda que ~ pequeftas umas situadaJ en los go de 19ao y 1981, se nombraron once zonas -una de ellas fue Isl~ o(Dogs, en el
ascos urbanos y pmnltlr que en ellas pudieran desmolla.rse, coa un amt:JOI mi- colll1.Ón de los mudles londinenses. Fl conjunto del proyecto, y su pobre autor, fue-
nlmo, todo tipo de inJdatiVa.s. En otras p¡labtas, debedamos c:rttr el Hong Kong ron debidamente criticados por los académicos radicales de ambos lados del
de los .mos cincuenta y sesenta dentro de Uvapool y de Glasgo~•. AtlánticoD.
Sin embargo, lo que surgió fue algo muy dlstlnto: se establecieron wi c.o n-
Ello presuponia arepta.r tres puntos. Estas áreas quedarían abiertas a la llega- funto de áreas que en la mayoria de los casos, pero no siempre, estaban situadas
da de promotores y de capital, lo cual Significada que no habría control de Inmi- en zonas abandonadas de los cascos urbanos, se les concedJó coodldone.s Imposi-
gración. Se trataría de •llbre empresa pura y dura»; la burocrada cserla mlnlma.. tivas especiales y procedlmlentos de planlficadón física s1mpllficados28• El resto de
Además la residencia se basaría en la elección, puesto que la zona permanecería fue- factores requeridos - la llegada libre de fuerza de trabajo, la atracción de promoto-
ra de la legislación y los controles normales del Reino Unido. Hall concluía:: «este .res, la libertad al margen de la leglsladón- no se dieron: ejemplo del modo como,
tipo de zonas no se regirían según las modernas convenciones británicas del esta- sobre todo en Gran Bretafla, Las Ideas más radJcales son llevadas a cabo por el sis-
do del bienestar. Pero en cambio, al segult el modelo de Hong Kong. serian eco- tema, es decir de maneJ"a totalmente lnocwi. Lo que también se echaba en falta, a.
nómicamente vigorosas. Com o Iban a tratar de so.ludonar los problemas urbanos pesar del titulo que se dlo a la medida legtslatlva, era a.lgú.n tipo de mecanlmlo que
de una manera extremadamente drástica, babia que ensayarlas a pequell.a esoüa•. fomentara la Innovación, en eJ sentido enunciado por Jo.seph Schumpeter, que
Cooduía de un modo que, dadas las circunstancias, remltó l.rónlco: "No espero que pecmitlcn dar tradiciones lndustnaJes alternativas a las zonas que habían perdido
el gobierno británico Imponga este mW>do inmedlatamente, y quiero dejar duo la base industrial tradldonaJzt.
368 CIUDADES DEL MAÑANA LA CIUDAD O~ LOS PROMOTORF.S 369

Era pues un proyecto modesto y poco radical, con resultados modestos: con un unidades de lnverslón privada por cada una pública. Una comunJdad podía pedir
coste público total de 132.9 millones de libras, se crearon unos 8.000 nuevos pues- una de estas subvenciones si se encontraba en sltuad6o de penuria o tenia bolsas
tos de trabajo, de los cuales las tres cuartas partes también se hubieran establed· de pobreza. Sin embargo, primero debla demostrar que con e.Uo atraería por lo me-
do alll tanto si se hubiera con siderado como •zona• como si no:IO. Más de una ter· nos 2.5 más de capital privado que del público y que el proyecto no pod1a ser fl.
cera parte de los nuevos trabajos se habían generado en sólo tres de las quince nandado de otn manera.
áreas, entre las cuaJes, curiosamente, se encontraba Isle ofDogs. Sin embargo, pre- A finales de 1983, 929 comunidades babian conseguido que se les aceptaran
cisamente en aquel momento llegaron noticias iinc:rcibles: aprovechando las posl- 1.900 proyectos, cosa que les habla supuesto tres mil millones de dólares en sub-
bWdades que ofreáa La Zona de Negocios, un coruorcl.o norteamericano habla pre- venciones deJ programa de DesaooUo Urbano, con una relación entre el capital pti·
sentado un plan pan hacer WJ enoane. complejo de. oficinas en el mue.lle Canary, vado y el púbUco de 3.8; no es sorprendente que la parte del león se fuera a las pro-
en medio dd área que conuolaba la Cotporad6n para el Desarrollo de Los Muelles blemáticas gnndes ciudades dd cinturón fabdl, ni que las ciudades de Nueva York
de Londtts, plan que suponí.a La aeadón de 46.000 puestos de trabajo de ofldJw. y Baltimore tuvieran SO proyectos cada una. Se suponia que el programa habla ge-
Después de una serte de dlfidles negodadones y de la retirada virtual de los pri- nerado un total de unos 411.000 nuevos puestos de trabajo peananentes~ muy
meros promotores, enfullo de 1987, se llegó a un aruerdo de última hora con un ngnlfkativo que d 56 poc ciento de ellos, fumo en proyectos comm:Wes, y el 55
grupo canadiense. Por fin, seis al\0$ después, una Zona de Empresas llegó a crear por dento pan trabajos con Ingresos medios o baJosl$. No es de extrañar que se
una exp«tativa real de trabajos. considerara que el programa de Subvención para el Desarrollo Urbano labia sido
A pesar de todo La Idea íue a su vez adoptada e.n los Estados Unid.os por La ad· uno de los pocos éxitos de ventad de la polltica de ~ener:ad6n urbana¡ tampoco
mlnJstradón Reagan. donde, es Interesante observn, fue apoyada por los políticos sorprende q1J1C en 1983 el programa slmIW del gobierno británico felidtna a su ho-
de la Izquierda IIbeal de los centros urbanos". Pero no se vio reflejada en las le- mónimo estadounidense.
yes federales. No obstante, aJgunos estados La introduje.roo: veintiséis leglslatwas Como era lnevl:tllble, también tuvo altlcas. Se dijo que se había Invertido mu-
La adoptaron, creando mis de 1.400 zonas de empresas locales en 680 localidades. cho dinero en hoteles (a lo cwJ :se respondió dldendo que los hoteles generaban
El departamento de Desam>Uo Urbano y de la Vivienda de los Estados UnJdos, lnl- muchos puestos de trabajo que pedían poca prepu:adón y ello resaltaba mnvenlenre
dó m 1986 un estudio sobre una pequeta muestra de dlez casos que mostró que paia 14 gente sin empleo que vivía en los cascos urbanos). Se hizo también Ja pre-
263 empresas hablan Invertido unos 147 millones de dólares para crear o mante- gunta que se solla formular en estos casos: ¿cuántos trabajos hubiera habido en La
ner unos 7.000 puestos de trabaJoll. zona si no se hubiera realludo el programaJ Hubo también quien dijo que Jos pro-
Sin embargo, la admlnl.stradón Reagan puso en práctica uno de los punros de gramas de Subvención para el Desarrollo Urbano nunca podrlan devolvu los pues-
la Idea ongloal, aunque de otra manera: la policía de la frontera con México fle- tos de trabajo fabriles que se habían perdido, ni crear el mismo número de traba-
xibUlzó s u Y'lgllanda con lo cual una enorme cantidad de emlgrad6n llega! entró jos que hab!al6. Pero este último tema foanaba pane de un debate más amplio
en las ciudades del «Cinturón del sol~ como Houston y~ Á.ageles. Ciudades que sobre el paso dJ: los dlvmos sectores a la economla de servicios. Muchos economlstas,
-como a los fundonartos de la adminl.stradón tes gustaba decir en privado- se siguiendo los análisis pioneros que A. G. B. Flsher y Colin Oark hablan llecho me-
con virtieron en modelos dd tipo de trabajo preconizado por la Idea de Zonas de dio siglo antes, dijeron que el dedlve del nCunero de trabajos en w manufacturas
empresas. Evidentemente los resultados fueron criticados por los analistas urbanos era inevitable dentro de la evolución de la economía. capitalista tardía y que La po-
de La lzqulerda radlcaJll. lítica más inteligente era a.c eptarlo y antldparse. Otros dlJeron que la economía de
servicios sólo generaba trabajos mal pagados y que - y utillz.ando las palabras de un
importante texto acad~mlco- •las manufacturas son lmportantes-37.
Palanca de.I sector privado

La construcción de los muelles siguió los modelos estadounidenses en un aspecto Critica al urbanismo
fundamental: utlllzar un volumen relativamente modesto de dinero público para
gen erar -<>, usando un verbo típicamente norteamericano, para leverage (hacer de El hecho era que, a ambos lados del Atlántico, el debate sobre el desarrollo económico
palanca y mover)- una cantidad mucho mayor de capital pdvad.o . Rn Boston, por continuaba. Pe.ro no obstante, durante los aflos ochenta, en Los sectores más tra-
ejemplo, una subvención federal de 2 .7 millones de dólares del departamento de dicionales del urbanismo británico, la hlstorla se pareóa cada vez más a una pelf-
DesaaoUo Urbano y de la Vlvlenda atrajo un volumen seis veces mayor de capital cuJa que va hada atrás. A pa.rtl.r de 1979 el gobierno de Thatcher fue desmontan-
privado'". En 19n. la admtnlstradón Ca.rter legisló esta práctica. a programa de do poco a poco el sistema estratégico de planificación que con tantas dificultades
Subveod6n para el Desarrollo Urbano postulaba La idea de generar entre 4.5 y 6.5 habian organizado los sucesivos gobiernos durante los ali.os sesenta y mantenido
370 CIUDADES DEL MA!ilANA LA CIUDAD DE LOS PROMOTORES 371

durante los setenta. En 1979, los ConseJos de Planificación Económica Regional fue- entorno es lo que mi vecino considera malo. Así pues en las sociedades postin-
ron los primeros que cayeron. Al año siguiente, cuando el gobierno tuvo quepo- dustriales avanzadas -como el sudeste de Inglaterra o el área de la Bahía de San
ner al dia el Plan Estratégico de 1970 para el Sur Este -un proyecto que constaba Francisco-- las políticas que tienen en cuenta el urbanismo son cada vez más po-
de un informe principal y cinco grandes volúmenes de recopilación de datos- lo pulares, más amplias, más debatidas'º·
hizo añadiendo dos páginas y medl.a a máquina; en 1986, al bacer la mlsma ope- Esto se hizo evidente durante los ochenta. El primer gobierno Thatcher de
ración lo amplió a seis. La legislación sobre planificación de 1980 significó un tras- 1979 se habla propuesto liberar al promotor de las garras del urbanista. En 1983,
paso de poderes de los condados a los distritos, haciendo que los planes estructu- Michael Heseltine --que entonces era el Secretario de Estado para el MecUo
rales de condado fueran menos efectivos; un informe de 1986 sugirió que se Ambiente- impactó a los votantes torles del Berkshlre central al modificar la es-
prescindiera de ellos, al tiempo que se suprimía la planificación a nivel de conda- tructura del plan del condado, permlttendo que se construyeran 4.000 casas más
do. Una ley de 1986 abolló el Consejo del Gran Londres y de sel.s condados me- en unos campos. Hubo una gran oposición. El consejo del distrito local se negó
tropolitanos, que había sido la única experiencia de gobierno metropolitano en a incluir esta disposición dentro del plan de su propio dlstrl.to. Irónicamente, ha-
lnglaterra33• bía sido el propio Heseltlne quien, en una ley de 1980, había debilitado el po-
Todo ello signlf.lcó un cambio en el estilo del urbanismo. El libro Blanco de der de los urbanistas para poder controlar los planes de distrito a un nivel más
1983, que presagiaba la abolición del gobierno metropolitano, decía con claridad bajo; tanto a él como, poco después, a su propio sucesor les Iba a salir el tiro por
que no exl.stla la mlsma necesidad de planificación estratégica que había existido la culata41 •
en los años sesenta; sugeria que Lo único que se necesitaba era una planificación En La primavera de 1984, en el otro extremo de Londres, un gran consorcio
del uso del suelo residual, considerando que los casos se debian plantear uno por de los promotores más Importantes del condado propusieron un plan para edi-
uno-39. los gobiernos Locales pronto comprendieron lo que había que hacer. Berkshire, ficar, bajo iniciativa privada, una serie de nuevas ciudades - modernas Columbias--
que era uno de Los condados que creóa con mayor rapidez de toda Inglaterra, ce- y, un año más tarde, anundaron que la primera se situaría en una zona dentro
.eró su departamento de Urbanismo, uniéndolo al de Inspección. Dentro de la pro- d eJ cinturón verde en T1Jlingham Hall, en Essex42 • La Información pública se
pia profesión, se debilitaron los lazos de unión existentes con las Universidades y convirtió e.n una de esas causes célebres que tanto gustan a los Ingleses. Los pro-
las escuelas politécnicas. Hubo una menor demanda de wbanistas, que se vio agra- motores perdieron¡ evidentemente no se lo esperaban porque una serle de do·
vada por la llegada masiva de los cientos que habían quedado desplazados de los cumentos oficiales que habian sido bien ventilados en la prensa, con títulos
condados y las zonas metropolitanas. Al mismo tiempo, las organizaciones patro- como Lifting the Burden (Retirar la carga), les había h echo creer (a ellos y a casi
cinadoras cortaron sus ayudas y ello ocasion ó el cierre de diversas escuelas. todo el mundo) que el gobierno les apoyarla43• Más tarde en 1987 _durante unas
Si se mlra dentro de una perspectiva histórica, puede que esto n o sea más que elecciones generales, es Importante tenerlo en cuenta_ el gobierno tuvo que re-
una vuelta de la tuerca ddica. En lnglaterra, el urbanismo ya habia pasado por es- tractarse en un punto reJativamente menor, que n o tendría en cuenta conside-
tas situaciones en los primeros a!1os de marasmo de los cincuenta, cuando -balo raciones agri~olas en casos de propuestas de obras en suelos de pobre calidad. El
un gobierno conservador- pareóa que babia desaparecido; sin embargo, durante gobierno de derecha radl.cal demostró aquí como en otros sitios que perro ladrador
los activos sesenta, surgió de nuevo para registrar uno de Jos periodos más prósperos es poco mordedor.
de su corta vida. En cierta manera, toda esta historia no deja de confirmar el pun- No, el urbanismo no desaparecerá; tampoco llegará a despolitizarse, como mu-
to de vista marxista: el urbanismo va cambiando según las necesidades. lo que sí chos han creido. Como el Abbé Siey~ de una temprana revolución, vive. Pe.r o, oo
era nuevo, como ya hemos dicho en el capítulo décimo, era la creciente separación hay duda de que, en el país de su nacimiento, la planificación tradicional del uso
de los académicos de este proceso. del suelo está recibiendo el peor ataque de su's ochenta años de existencia. Se ha
¿Desaparecerá? No del todo. El wbanlsmo sobrevivirá, porque, en los países avan- convertido en algo artesano y antllntelectual que sólo actúa por reacción, mien-
zados tiene un Importante papel político --que se Lrá Incrementando. Como diñ- tras que, por su parte, la academia se ha encerrado en su torre d e marfil que cada
an los economistas, un buen entomo es un bien de consumo elástico: a medida que vez es más alta. En la actualidad los urbanistas se enfrentan a una nueva proble-
la gente, y la sociedad en general es más rica, exige más calidad. Y, excepto en el mática, para la que la escuela no los preparó (o por la que quizás no están Intere-
caso de las propiedades privadas que pueden aislarse construyendo muros a su al- sados): el declive económico estructural de las comunidades urbanas y la recons-
rededor, la única manera de mejorarlo es por medio de La acción pública. El hecho trucción de una nueva economía a partir de la antigua. Además, el urbanismo
de que cada vez haya más gente dispuesta a ceder una mayor cantidad de su pre- debe enfrentarse a la pesadilla que significa el retomo del más antiguo de los pro-
cioso tiempo libre para defender su entorno, que se haga miembro de todo tipo de blemas urbanos, y que de hecho fue el que le ayudó a nacer y Je legitimó: la exis-
organizaciones voluntarias y quiera participar en las sesiones de información pú- tencia de la ciase urbana más pobre, una masa resentida y desconfiada que les es-
blica, es testigo de este deseo -aunque a veces lo que yo puedo considerar un buen pera a las puertas de la dudad.
372 CIUDADES DEL MAl"!ANA

Notas aJ capítuJo 11

' Massey y Mttgan. 1982; Mas~y. 1984; u !bid.


Hudson y WUJl.lms, 1986; Hausner, 1987. u Cboi y Chan. 1979, pig.. 187 La ciudad de la eterna pobreza
2 Boddy, lDm:tngy ~ 1986; Hall. tt al., 2• Schiffei, 1984, pas.slm
1987 is Bristow, 1984.

~ Bluestont y Hamson. 19112. pAgs 26, 30. •Sil, 1978, pi¡. 92.
4 Sttin, 1925. V Hanisoo, 1982; M&sley, 1982; GoldsmJth, Por lo tanto d eJ&dto de reserva lndustrlaJ crece con la energía poteodal de la ri-
t Oark, 1940. 1982. queza. Pero C1iliUltO mayor es el eJEtdto de rese.rva en relación al del tnbajo acti-
' G1':'1tcr London Cwndl. 1969; Donnlson BuLltr, 1981, pip. 9S a t28.
1:1 vo, mayor es la masa de pobl.adón excedente coruoUdada, cuya miserla está en ~
y Eversley, 1973. 1'Hall, 1982.b, pi¡. 419. porción lnvei:sa al trabajo. Finalmente, cuanto mis amplio sea el número de pobres
1 F.dwuds y B11Jey, 1978, pAg. 46. • fym y Put:nen, 1984, pAgs. 144, 148
1 McfCay y C.OX, 1979, pigJ. 244, 245; Hall.
dentro de la dase trabajadora, y mis extenso el ej&dto de reserva industrla.I, ma-
n Hall. 1982. pAg. 419.
yor seri d grado de pobreu o6cW. Esta es la lq immiJ absoluta de aaumdad6n c.o-
1981 , ap. S u U.S. Dtpartmmt of Housing aod Urbln
' G.I. DfpamMnt oí tbt En.UOnment, ~t.19&6.
pi1alista.
1977a, 1977b, 1977c. 1977d. D ~el al, 1983.
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1983, pig. 141, 169 a 173, krkowttz. P Coben y Z)'Sl!Wl. 1987.
Me dlrlJo a la ).{ont2fla Negra. yo, mJ navaja y mJ pistola.
1984, ¡Ng. 203. • Brebmy y Hall, 1911-4; Ambrose. 1986;
.. fWt. 1983, pi¡. 19. ~1987
JUtt. me dlrljO a la Montm.a Negra, yo, mJ navaja
u Lya11. 1982, p6gs.. S1 a SS; F.ilk, 1986, p6gs. • G.lS. Dep&rtment of !he Em1ronmeot, y mJ pistola;
145 a 147. 1983; B~y y Hall. 1984. Lo voy a matar si se queda quJ~o y lo voy a matar si corre.
" lbid., p6g. 1so. • Fdieden, 1979; ~ 1980; Hall. 1980.
11 ~ood. 1985, p4g. 133. tt Short. Aemlng y Wllt, 1986, p4gs. 2-40 1 (...)
ª Tbid., pA¡. 123.
1 247; ~et al. 1987, p6g. IS4.
"Ylatd, 1986,pig. 118. cz Sbosuk y Lock, 1984, pigs. 9 1 13;
Hay un demonio en mJ alma, estoy lleno de mala bebida,
• (bid., pigs. 1181 123. Coruottium Dndopments, 1985•
Hay un dem.o nlo en mJ a1ma, estoy lleno de mala bebida,
21 Hall. 1977, pAg. s. º G.B. M1n1stu wtlhou.t Porúollo, 1985.
He venido a buscar pelea. Tengo la t:rt.steza de la Moo tat\a Negra.

Bessle Smlth
Bladc MountJJln BIUl!S (1930)

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