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Caso de las Fuerzas Entre Las

Moléculas: Punto de Fusión y


Ebullición Parte 1

Explicación de las fuerzas intermoleculares que intervienen en las características físicas de


una sustancia, especialmente el punto de fusión y el punto de ebullición

¿No se han preguntado nunca por qué el azúcar es sólida a temperatura ambiente
pero el aceite de soya es líquido? ¿Por qué el propano con que cocinamos es un
gas pero el agua, que tiene menor masa molar que el propano es un líquido a
temperatura ambiente? Bueno, eso tiene que ver con la fuerza. Usa la fuerza, Luke.

Definamos primero dos conceptos: Fuerzas intermoleculares y fuerzas


intramoleculares. Las fuerzas intermoleculares son aquellas ENTRE molécula y
molécula, es como interactúan una molécula y su vecina. Las fuerzas
intramoleculares son las fuerzas DENTRO de la misma molécula, por lo general,
al hablar de fuerzas intramoleculares nos referimos a los enlaces que la molécula
tiene.
Todas las sustancias tienen características físicas que pueden servir para
identificarlas. Así como las características físicas de una persona nos ayuda a
identificarlas: color de ojos, estatura, color de piel, olor del perfume, etc. Así
también ciertas características de las sustancias químicas nos sirven para
identificarlas dentro de estas características podemos citar algunas:

Características Físicas
● Punto de fusión
● Punto de ebullición
● Solubilidad en agua
● Densidad
● Coeficiente de partición agua-octanol
● Índice de refracción
● Patrón de difracción de rayos X (caso de sólidos cristalinos)
● Espectro infrarrojo
● Espectro de resonancia magnética nuclear
● Espectro ultravioleta
● Rotación de luz polarizada
Estas características físicas son una expresión macroscópica de algo que tiene sus
raíces en el campo atómico y molecular: la estructura de las sustancias. La
estructura de una sustancia define sus propiedades físicas. Conociendo la
estructura podemos predecir tendencias en las características físicas de una
sustancia como su punto de ebullición o su solubilidad. La estructura de una
sustancia define el comportamiento de las fuerzas intermoleculares de dicha
sustancia y son estas, las fuerzas intermoleculares, las que definen algunas
constantes físicas como el punto de ebullición, punto de fusión y solubilidad. Ojo
la referencia (2), ahí pueden descargar un interesante artículo al respecto.

Las sustancias se podrían clasificar en dos tipos diferentes en función del tipo de
fuerzas intramoleculares (entre átomo y átomo, a nivel de enlaces) que intervienen
en las mismas: sustancias covalentes y sustancias iónicas. Un enlace covalente es
aquel en el que los electrones se comparten por igual entre los átomos involucrados
en el enlace.

Los enlaces iónicos, por otro lado, se caracterizan porque existe una separación de
cargas definida en la que un elemento no metal con mucha afinidad por los
electrones le roba un electrón a un elemento metálico. Por tanto, uno de los átomos
queda con una carga negativa y otro con carga positiva generando una interacción
intermolecular en la que la fuerza de coulomb prevalece. Los iones van formando
un cristal en el que los átomos se acomodan optimizando las interacciones de
coulomb. Para el caso del NaCl, cloruro de sodio, el arreglo del cristal ocurre en
una forma simple tal y como se muestra en la figura. ¿No es una belleza?
Las sustancia iónicas (conocidas en términos generales como sales) tienen la
mayor de las fuerzas intermoleculares ya que estas sustancias se componen de
cargas positivas y negativas que se atraen con mucha fuerza. Las cargas siguen la
relación matemática siguiente para la fuerza entre las mismas.

Donde ke es la constante coulómbica que depende del medio, Q1 y Q2 son las


cargas y d es la distancia entre las cargas. Esta es la Ley de Coulomb. Así pues, las
fuerzas entre iones son bastante fuertes y por esta razón los puntos de fusión y
ebullición son bastante altos siendo las sales un sólido a temperatura ambiente.
Las sustancias orgánicas, las cuales tienen enlaces covalentes, ya que están
formadas por elementos no metálicos como lo son el carbono, hidrógeno, oxígeno
y nitrógeno entre otros, están compuestas de moléculas, no de iones, tienen puntos
de ebullición y fusión más bajos que las sales. Estas moléculas interaccionan con
otras moléculas haciendo uso de las características de los enlaces covalentes que
las componen. Las moléculas pueden tener dos tipos de enlaces covalentes

● Enlaces covalentes no polares


● Enlaces covalentes polares
Los enlaces covalentes no polares se dan cuando los átomos involucrados en el
enlace tienen la misma afinidad (o muy parecida) por los electrones. Así, los
electrones en el enlace no prefieren estar con uno u otro átomo en particular sino
que quedan distribuidos simétricamente a lo largo del enlace. Es un enlace
socialista en que todo se comparte en partes iguales. (2)

Sin embargo, cuando el enlace covalente se da entre dos elementos diferentes


donde uno de los elementos tiene más afinidad por los electrones, los electrones
no se comparten por igual, el elemento con más afinidad por ellos, los atrae con
más fuerza hacia sí provocando que se de una separación de cargas en el enlace.
El átomo del elemento menos afín queda ahora con un ligero desbalance de carga
mostrando un polo positivo, mientras que el átomo del elemento más afín a los
electrones queda con un polo negativo. A esto se le llama un enlace polar.

A la capacidad de un elemento de presentar afinidad por los electrones se le


llama electronegatividad. Es como una medida de que tan desesperado está un
elemento por tener electrones. Hablaremos de esa propiedad en otra entrada.

En virtud de estas características en los enlaces covalentes es que tenemos


diferentes propiedades físicas. Por ejemplo, por lo general, las sustancias iónicas
tienen puntos de fusión muy altos, una gran parte de ellos son solubles en agua
pero insolubles en solventes orgánicos. En la práctica, la energía para romper las
fuerzas iónicas o las interacciones intermoleculares entre enlaces covalente polares
o no polares se transmite como calor el cual se detecta como temperatura, entre
más calor se necesite para romper las fuerzas intermoleculares, mayor su
temperatura, por tanto, mayor su punto de ebullición y fusión. (2)

Bien, entonces, los enlaces polares, ¿Cómo afectan el punto de ebullición y fusión
de las sustancias? Pues veamos primero un enlace polar. Como dijimos, el enlace
polar se da cuando el enlace ocurre entre dos átomos con electronegatividad muy
diferente. El átomo con mayor electronegatividad acercará hacia él los electrones
del enlace creando un desbalance de carga. Ojo, no se rompe el enlace, el enlace
sigue siendo covalente, solo que los electrones están más hacia el átomo
electronegativo. El desbalance de carga se representa con la letra griega δ y se le
coloca un signo (-) si es del lado del átomo más electronegativo o un signo (+) si
estamos mostrando el lado del átomo menos electronegativo. Tomemos de ejemplo
la acetona, la cual tiene en el oxígeno un átomo electronegativo. Cuando las
moléculas de acetona están en estado líquido, estas se acomodan de forma que la
parte negativa del dipolo interactúe con la parte positiva del dipolo de la molécula
adyacente.

Aunque no son cargas puntuales definidas como en el caso de los iones, estas
fuerzas suman lo suficiente para hacer que la sustancia sea líquida a temperatura
ambiente. Cuando se calienta la acetona para hacerla ebullir, la energía proveniente
del calentamiento se usa para darle energía cinética a cada molécula de acetona
que empieza a moverse con mucha mayor velocidad al punto que tiene tanta
velocidad que logra vencer las fuerzas del dipolo y entonces escapa a la fase
gaseosa.
Esto para el caso de las moléculas polares, en el caso de las moléculas no polares
en la que los enlaces de las moléculas están hechas con átomos de la misma
electronegatividad o muy parecida, las fuerzas que intervienen cuando las
moléculas no polares están aglomeradas son las llamadas fuerzas de Van der
Waals. A muy bajas temperaturas, las moléculas tienen muy poca energía cinética,
es decir, tienen muy poca velocidad. Cuando las moléculas tienen poca velocidad,
empiezan a interactuar unas con otras haciendo que los electrones presentes en una
molécula distorsione los electrones de la molécula adyacente. Esto provoca que
los electrones se repelen alejándose hacia un extremo de la molécula causando un
desbalance de carga lo cual se manifiesta en un dipolo temporal.
Estos dipolos temporales se atraen y entonces las moléculas se aglomeran pasando
del estado gaseoso al estado líquido. Recuerden, esto ocurre a muy bajas
temperaturas, por eso, las sustancias no polares tienen por lo general una
temperatura de fusión muy baja comparado con las temperaturas de fusión de
sustancias polares y iónicas.

Una observación: Las temperaturas de ebullición de una sustancia depende casi


que completamente de las fuerzas intermoleculares (dipolo-dipolo o fuerzas de
Van der Waals). Sin embargo, en el caso de los puntos de fusión, otro factor entra
en juego: el acomodo de las moléculas. Cuando las moléculas están en estado
sólido, las mismas tiene poco movimiento y su ubicación en el sólido es importante
para así optimizar las fuerzas intermoleculares entre ellas. Una molécula con un
sólido muy desordenado tiene poca optimización de las fuerzas intermoleculares
haciendo que su punto de fusión sea más alto en comparación con una sustancia
que pueda acomodar sus moléculas en un sólido más ordenado. Pero, ¿Cómo
puedo, viendo una estructura, predecir si tendrá un punto de fusión más alto que
otra molécula? Fácil. Fíjense en la simetría de la molécula, entre más simétrica la
molécula, mejor se puede acomodar en un cristal, mayor su punto de fusión.

Es claro que al disminuir la simetría, los puntos de fusión bajan. Esto es


especialmente cierto cuando no hay fuerzas intermoleculares fuertes como dipolos.
Esta observación fue hecha por Carnelley en 1882 después de medir el punto de
fusión de 15 000 sustancias. Cuando tenemos sustancias con fuerzas
intermoleculares fuertes como los dipolos, entonces los puntos de fusión son
mucho más altos pero la contribución de la simetría molecular sigue siendo igual
de importante. Por tanto, entre más fuerzas intermoleculares hayan, mayor el punto
de fusión y entre más simetría tenga una molécula, mayor su punto de fusión. Si
tenemos ambos componentes, el punto de fusión puede llegar a ser bastante alto
en comparación con otras moléculas con masa molar parecida. De nuevo, punto de
fusión depende de las fuerzas intermoleculares y del acomodo del sólido. Si una
molécula es muy simétrica, optimiza el acomodo de las moléculas en el sólido.
Hay otras interacciones que debemos mencionar pero lo dejaremos para otra
entrada.

El punto de fusión y ebullición de una sustancia pueden ser determinados por


varios métodos sencillos. Uno de los más modernos y sofisticados consiste en el
uso del aparato Mel-Temp® el cual mediante un calentador electrónico, un
termómetro digital y una lente de magnificación puede medirse el punto de fusión
o ebullición de una sustancia con una muy pequeña cantidad de muestra. Por lo
general, el aparato Mel-Temp® tiene un regulador de voltaje con el cual se puede
regular la temperatura y la velocidad con la que el aparato aumenta dicha
temperatura. Hay otras versiones que usan un termómetro de mercurio (mis
favoritos) el cual tiene el bulbo a la misma temperatura que las muestras. Es un
aparato muy útil y conveniente.
Aparato Mel Temp® y tubo de Thiele

Otro método para la determinación del punto de fusión y ebullición es el uso del
tubo de Thiele el cual usa un líquido con un alto punto de ebullición, por lo general
glicerina y un mechero Bunsen. Se coloca la muestra sujeta a un termómetro de
mercurio y se pone a calentar el líquido viscoso dentro del tubo de Thiele de
manera constante, se va registrando el aumento de la temperatura en el termómetro
y cuando se da la evidencia del cambio de fase en la sustancia, se anota la
temperatura. Este es un método arcaico pero muy útil. ¡Es como emular a Antoine
Lavoisier!

Otro método para la medición del punto de fusión en el laboratorio es el uso del
aparato Fisher-Johns el cual usa un disco caliente que aumenta la temperatura
gradualmente. Se coloca la muestra en un portaobjetos y se cubre con un
cubreobjetos, ambos de forma redonda, se coloca esta muestra sobre el disco y se
sube la temperatura. En el momento que se detecta el cambio de fase, se registra
la temperatura en el termómetro. Fácil.

Aparato Fisher-Johns para medir punto de fusión

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