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Principales clasificaciones de los actos jurídicos y de los contratos – Ospina Fernández

(pp. 42-79). Con apuntes extra de la clase por Mauricio Rengifo Gardeazabal.

A) Clasificación de los actos jurídicos

I. Actos jurídicos unipersonales y convenciones

 Criterio base de la diferencia: el número de partes1 participes en el acto jurídico.

 Actos unipersonales: aquellos en los cuales solo participa un solo agente.


Encontramos aquí los testamentos, la aceptación de una asignación sucesoral y los
acuerdos. Hay dos tipos de actos jurídicos unipersonales:

- Simples: aquellos en los cuales el acto es obra de la sola voluntad de un actor.

- Complejos: aquellos en los que el acto es resultado del concurso de voluntades


de más de un agente, pero que actúan desde la unicidad de una persona
jurídica2.

La doctrina clásica no contempla esta distinción. No obstante, debido a la creciente


proliferación de personas jurídicas y a la complejización de su funcionamiento, se
impone la necesidad teórica y practica de distinguir: las reglas y principios de la
voluntad no funcionan enteramente para personas jurídicas cuya voluntad está
compuesta de más de una persona natural. “[L]a institución de la capacidad legal
cobra en este terreno un sentido propio y especifico, pues ya no actúa con
fundamento en el criterio general de proteger el ejercicio de la autonomía de la
voluntad de la persona jurídica, sino con el de determinar si el órgano colegiado
procede o no dentro del objeto asignado a la persona y dentro del funcionamiento
y las atribuciones legal o estatutariamente señaladas al órgano”3 (45).

 Convenciones: aquellos en las que “hay dos o más partes participes cuyas
actuaciones concurrentes a un mismo objeto jurídico se reputan independientes entre

1
Entendiendo partes como “los sujetos de derecho a quienes, real o presuntivamente, se les atribuye la
realización o celebración de acto” (42).
2
“[P]ertenece a esta misma categoría el acuerdo adoptado por un órgano colegiado de una sociedad o
persona jurídica, porque, a pesar de que en él intervienen los votos de los miembros que integran dicho
órgano, el acto jurídico resultante, o sea, el acuerdo, se reputa realizado por la sociedad como agente único”
(42).
3
Ver artículo 99 del Código de Comercio.
sí” (42). Podemos definirlas como “los acuerdos de las voluntades de dos o más
agentes encaminados a crear, modificar o extinguir relaciones jurídicas” (43). Dentro
de ellas, debido al estado actual de nuestra sociedad4, está como institución
primordial el contrato,

 Consecuencias de la diferenciación: de ella dependen los efectos de los actos. El


número de voluntades participantes es un criterio definitorio del número de actores
obligados. En principio, con base en la autonomía de la voluntad, nadie puede
adquirir un derecho ni una obligación sin su voluntad como mediadora de la
adquisición5. Esto genera una actitud restrictiva respecto a los actos jurídicos
unipersonales, que parecen afectar este principio de autonomía, en beneficio de
las convenciones, a quienes les da amplitud en su campo de acción.

II. Actos jurídicos formales e informales

 Criterio base de la diferencia: requisitos para la forma de expresión de la voluntad.

 Informales o consensuales: aquellos que se perfeccionan por la sola voluntad del


agente o agentes. Acá entra la compraventa de bienes muebles, arrendamiento,
mandato.

 Formales: aquellos que requieren, en su otorgamiento o celebración, la observancia


de ciertas formalidades prescritas por la ley o por la voluntad de los agentes. Existen
actos que sin el cumplimiento de ciertas formas no existen: su omisión tiene como
resultado que la voluntad se tenga por no manifestada y el acto no produce ningún
efecto civil. Existen tres tipos de actos formales en este sentido:

4
Me parece interesante como lo explica: “En las sociedades poco avanzadas, de economía familiar y cerrada
el derecho privado se ocupa preferentemente de la apropiación y conservación de la riqueza. Pero, a medida
que la vida social evoluciona, las relaciones y transacciones comerciales de van multiplicando en progresión
creciente. Los bienes o la gran mayoría de ellos ya se encuentran apropiados y, entonces, las necesidades
económicas se satisfacen mediante el intercambio de tales bienes y, además, mediante la prestación de
servicios entre los asociados” (46). Esta perspectiva es fructífera para la prescripción adquisitiva. Ella es
resultado de la necesidad de movilidad de la propiedad. Ya no es simplemente un modo de apropiación, sino
de transacción, de intercambio. Esto implica que el núcleo de la prescripción responde al título, a la
transacción, no al derecho de propiedad en sí.
5
Es claro que esto no es así en su totalidad: uno nace con derechos fundamentales. No necesariamente
derechos reales, pero sí hay imposiciones mínimas de la sociedad al individuo (como la existencia de un
patrimonio, que refleja el carácter económico de la mayoría de nuestra interacción social).
- Constitutivos o solemnes: aquellos que, para su existencia, necesitan de la
observancia de ciertas formalidades6.

- Ad probationem (probatorios): aquellos que existen jurídicamente más allá


de la formalidad exigida, pero que la requieren paran demostrar su existencia.

- Ad voluntatem (voluntarios): aquellos actos informales cuyas partes


decidieron someter a la observancia de ciertas formalidades.

En la actualidad existe una prevalencia de la voluntad sobre las formas7. La excepción


son estos limitantes.

III. Actos jurídicos típicos y atípicos

 Criterio base para la distinción: adaptación a los actos reglamentados legalmente.

 Típicos: aquellos que han sido particularmente reglamentados por la ley. Son
características de este acto:

- Adaptación a las normas legales imperativas sobre los contratos.

- Adaptación a las reglas legales propias del contrato que se trata, las cuales
tienen un carácter supletivo de la voluntad de las partes. Es decir, no evita
estipulaciones diferentes a las dadas, pero sí limita la posibilidad de cambiar
las regulaciones ya impuestas.

- Interpretación analógica de ley y de derecho: acá, en defecto de una clausula


o estipulación expresa, se aplican las leyes que regulan el acto y sus
semejantes. Así mismo, se deben interpretar a la luz de criterios
constitucionales y principios generales.

 Atípicos: aquellos cuyas estipulaciones no encaja en ninguno de los actos legalmente


reglamentados. Ellos son una expresión de la autonomía de la voluntad privada. En
este sentido, son características de este acto:

6
Los romanos hablaban de esto como la sustancia, esencia, del acto.
7
Los principios romanos en pugna son: nuda pacto obligationes non parit (el solo pacto no produce
obligaciones) y forma dat ese rei (la forma le da existencia al acto), por un lado; solo consensus obligat (el solo
consentimiento obliga).
- Adaptación a las estipulaciones de la voluntad, sólo limitadas por
disposiciones legales generales.

- Interpretación analógica contractual: deben ser interpretados a partir de su


similitud con otros contratos atípicos previamente realizados.

- ¿Interpretación analógica legal y de derecho? Ospina dice que todos los


contratos atípicos están sometidos a la ley y a los principios generales del
derecho. Por tanto, no pueden violarse estos en ningún caso. Así también, los
atípicos deben ser interpretados en su similitud a los contratos típicos.

IV. Actos jurídicos gratuitos y onerosos

 Criterio base de la diferencia: utilidad económica que el acto reporta a los agentes
que participan en él (53).

 Gratuitos: son aquellos que (i) cuentan con una intención liberal que (ii) sea
efectivamente ejecutado de manera desinteresada, es decir, sin ánimo de lucro, 1932:
27). Existen dos tipos de actos gratuitos:

- De beneficencia: aquellos que en su prestación implican un empobrecimiento


patrimonial del donante y un enriquecimiento del donatario. La donación es
este tipo de contrato por excelencia.

- Desinteresados o de mera liberalidad: aquellos que cuentan con una prestación


que no empobrece al ejecutor. Ejemplos son el mutuo y comodato sin interés,
fianza o deposito no remunerado.

Resulta necesaria la distinción debido a que los actos gratuitos son realizados en
consideración de la persona, por lo que un error en ella constituye un vicio absoluto
en el consentimiento, a diferencia de los onerosos, en los cuales la persona no es
determinante en su celebración8.

 Onerosos: aquellos que se hacen con animo de lucro. Acá se encuentran la


compraventa y la sociedad. En ellos son más severos tanto los requisitos como la
carga probatoria en casos de fraude o lesión. Esto responde a las características de

8
Siendo clara aquí la excepción de aquella prestación que implique a la persona especialmente, como una
obra de arte.
la relación que regulan: relaciones económicas que requieren de cierta seguridad
jurídica que no requieren los actos gratuitos.

V. Actos aleatorios y no aleatorios

 Criterio base de la diferencia: precisión de los efectos económicos del acto.

 Aleatorio: aquellos en los cuales la utilidad no puede determinarse, en tanto ella


depende de el azar o factores externos a la voluntad de las partes.

 No aleatorio: aquellos en los que los resultados económicos se pueden apreciar con
más o menos precisión desde el momento mismo de su perfeccionamiento. Con base
en ella se determina la protección económica en caso de lesión o vicio del acto y de
sus consecuencias.

VI. Entre vivos y por causa de muerte

 Por causa de muerte: el testamento es el único existente. Son aquellos que producen
un desplazamiento patrimonial resultado de la muerte del agente que realiza el acto.

 Entre vivos: todo acto diferente al testamento.

B) Clasificación de los contratos

I. Contratos unilaterales y bilaterales

 Criterio base de la diferencia: efectos para las partes (Art. 1496, Código Civil).

 Unilateral: aquel que solo produce efectos para una de las partes.

 Bilateral: aquel que produce efectos recíprocos para las partes. Se ha dicho que un
tipo especial de estos:

- ¿Contratos bilaterales imperfectos? Pothier plantea que existen un tipo de


contratos que, siendo originalmente unilaterales, llegan a producir
obligaciones para la parte contraria, transformándose así en bilaterales. No
obstante, la mayoría de la doctrina de los civilistas ha rechazado esta
distinción casi en unanimidad.

Estos tipos de contratos están basados en el synallagma, en su reciprocidad. Por tanto,


si una de las partes deja de cumplir su obligación, la otra se ve exonerada de cumplir
la suya. La ley concede dos medios para efectuar esto9: (i) la acción resolutoria, que
pide restituir a las partes a la misma situación que tuvieran antes de celebrar el contrato
(C.C., art. 1546 y ss.); (ii) la excepción de contrato no cumplido, que impide la acción
de cumplimiento para la parte que no ha cumplido con su obligación hasta que la
cumpla10 (C.C. art. 1609). Así mismo, en caso de que no se quiera exoneración, siempre
está, como para todo contrato, la acción de cumplimiento o de responsabilidad civil,
que entrega la del dinero con prejuicios compensatorios o moratorios. Finalmente, para
la teoría de riesgos es importante esta reciprocidad, pues la destrucción de una cosa ya
pagada implica una estabilización de las relaciones.

II. Onerosos y gratuitos

Se aplican acá los mismos criterios y conceptos de la distinción entre actos onerosos y
gratuitos. No obstante, se especifican los efectos que tiene: (i) para la ponderación del error
acerca de la persona como vicio de consentimiento, (ii) para la apreciación de la culpa por
el incumplimiento de las obligaciones, (iii) para la determinación del régimen probatorio
en el ejercicio de la acción pauliana o revocatoria de los actos y contratos celebrados en
fraude de los derechos de los acreedores, (iv) para la exclusión de los actos y contratos
gratuitos de los efectos de la institución de la lesión, (v) para la sujeción de los actos de
beneficencia a ciertos requisitos de ley.

Mauricio dice que todo contrato bilateral es oneroso, y que todo contrato unilateral es
gratuito. Esto debido a que el dar algo a cambio, que constituye el núcleo de la distinción,
implica una bilateralidad.

III. Conmutativos y aleatorios

 Criterio base para la distinción: equivalencia entre prestaciones.

 Conmutativo: aquel que (i) sea oneroso para todas las partes intervinientes, (ii) que
no sea aleatorio y (iii) que produzca prestaciones que sean equivalentes entre sí (C.C.
Art. 1498). Con base en esto se le da mayor fuerza al synallagma: opera la teoría de

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Estos medios no son excluyentes: son acumulables. Puede haber acción resolutoria con responsabilidad civil.
10
Esta institución opera incluso cuando hay entrega, pero no se entrega la cosa determinada o se entrega en
un estado diferente al estipulado. Todo elemento que vicie el pago de la obligación da procedencia a esta
acción.
la lesión y la teoría de la imprevisión. La primera señala que, cuando hay un
desequilibro demasiado profundo (lesión enorme), se puede pedir la anulación del
contrato. Si un apartamento vale 100 millones de pesos, y yo lo compro por la menos
de la mitad de ese precio, o lo vendo a más del doble, hay lesión enorme11. Esto
funciona sólo para inmuebles y créditos, y prescribe en 4 años la posibilidad de anular
el contrato. La segunda procede en caso de que cambien las condiciones en las cuales
se concibió originalmente el contrato.

 Aleatorio: aquel que, por su imposibilidad de determinación de la prestación, no


puede encontrar equivalencia. Las partes saben del azar en la prestación, y conocen
del desequilibrio. Solo son validos si la ley los autoriza.

IV. Principales y accesorios

 Criterio base para la distinción: prestación del contrato (C.C., art. 1499).

 Principal: aquel que cuya prestación no se encuentra relacionada a otro contrato.

 Accesorio: aquel que tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación.

V. Consensuales, solemnes y reales

Se aplican los mismos criterios de distinción, conceptos y efectos que en la distinción


entre actos formales y consensuales. Respecto a los contratos reales, ellos tienen como fuente
el derecho romano en su principio de ‘la simple convención no produce obligaciones’. Se
distinguía así entre todos los contratos formales, y los contratos reales, cuyo objeto es la
transmisión de un derecho real, que necesitaban como criterio especial la entrega de la cosa
(tradición), para su nacimiento. El remplazo del dicho principio por el de autonomía de la
voluntad en nuestro derecho moderno hace que esta distinción no tenga otro propósito que el
historico.

Mauricio dice que sí existen. Si son aquellos que requieren la entrega de la cosa, el
comodato, mutuo, prenda, deposito. El contrato no basta con el consentimiento: con él se
genera una promesa de realizar el contrato. Hasta que no se efectúa la entrega, no hay
contrato. Existen, entonces, dos tipos de contratos formales: reales y solemnes. Los primeros

11
En contratos de larga duración puede producir un desequilibrio. Si yo tengo un contrato de tracto sucesivo
para comprar materiales que suben de precio, se puede pedir al juez la teoría de la lesión por la alteración.
ya han sido descritos. Los segundos son aquellos que requieren de testimonio calificado para
su creación, como la necesidad de un notario para la compraventa de bienes inmuebles.

VI. Preestipulados y por adhesión

 Criterio base para la distinción: estipulaciones previas al contrato.

 Preestipulados: aquellos que incluyen una fase de estipulación previa a la obligación.

 Por adhesión: aquellos en los que una de las partes de adhiere a lo estipulado por la
otra, sin posibilidad de cambiar las estipulaciones. Estos surgen de la creciente
necesidad de consentimiento automático: las ventas en grandes almacenes, en
dispensadores, espectáculos, seguros de grandes empresas. Esto se ve limitado tan
sólo por la ley, al prohibir determinadas clausulas abusivas o dudosas que permitan
violaciones a la equidad.

VII. Relativos y colectivos

 Criterio base para la distinción: efectos para terceros.

 Relativos: con base en el principio res inter-alias acta, son contratos relativos
aquellos que generan efectos únicamente para aquellos que han intervenido en su
celebración.

 Colectivos: aquellos que constituyen derechos y obligaciones para personas que, ni


directamente ni representadas por otras, han intervenido en su celebración. Están
aquí las convenciones colectivas y el concordato (C.C., Art. 1681).

VIII. De ejecución instantánea y de ejecución sucesiva

 Criterio: numero de actos para la ejecución.

 De ejecución instantánea: aquellos en que la prestación tal naturaleza que puede ser
cumplida en un solo acto.

 Se ejecución sucesiva o tracto sucesivo: aquellos en que la prestación es de tal


naturaleza que debe ser ejecutada sucesivamente durante un tiempo.

 De cumplimiento escalonado: aquellos que, atendiendo a su naturaleza y a la


intención de las partes, pueden asimilarse a unos o a los otros. Por ejemplo, un
contrato de compraventa en el cual las partes acuerdan un pago en más de una cuota.

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