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Etapas del proceso de aprendizaje en niños de 0 a 6 años

De los 0 a los 6 meses

En los primeros meses de vida del menor, los cambios se van a notar sobre todo en el campo
motor, aunque también consigue varios logros a nivel mental como podremos ver. Principalmente
los tres meses después de su nacimiento, su actividad está muy condicionada y será totalmente
dependiente de lo que consiga de sus padres. A pesar de que podrá cuando llegue el segundo o
tercer mes tocar o ver ciertas cosas con curiosidad, no será hasta que pasen los 3 primeros meses
cuando el niño empezará a aprender y a desarrollar sus habilidades. Es de 3 a 6 meses cuando el
niño comprende que una acción que él realice va a suponer una reacción de su entorno, usando
esto para pedir cosas, como por ejemplo que lo cojan en brazo, una sonrisa de sus padres o de
una persona cercana u cualquier otra acción. Empezará a poder ponerse sentado, siempre con
algo de ayuda y apoyo, aunque poco a poco logrará situarse el solo. Cercanos a los 6 meses
empezará a balbucear intentando más que formar palabras, disfrutar del sonido que emite su boca.

De los 6 a los 12 meses

Esta etapa de aprendizaje es una de las que más se avanza, ya que el pequeño empezara a
moverse con más independencia, como por ejemplo para gatear, intentando por el camino explorar
todo lo que es nuevo para él. Cuando ya está cercano al año es posible que consiga ponerse en
pie o dar algún que otro paso.

Su proceso de exploración le llevará a que cada objeto que pueda agarrar con la mano, se lo lleve
a la boca, esto lo hace sobre todo porque es con esta parte de su cuerpo con la que tiene más
control y conocerá por sabores o texturas los objetos, siendo importante que los padres conozcan
esto para evitar que los niños se lleven a la boca o ingieran productos u objetos que puedan ser
peligrosos para su salud.

Respecto al habla, el bebé ya será capaz de decir sus primeras palabras, como por ejemplo papá o
mamá y más adelante ciertos objetos o necesidades. Es aquí cuando comprende que cada objeto
tiene un nombre y una utilidad, señalando aquellos que quiere coger o que necesita.

De los 12 a los 24 meses

Es cuando ha cumplido un año hasta los dos años cuando el niño va a empezar a andar libremente
y con total soltura. Esto supone un gran logro para él, que le ayudará a explorar nuevos lugares,
empezando a darse cuenta que es capaz de muchas más cosas de las que en primer lugar
pensaba. Uno de los puntos negativos de esta etapa son los celos hacia otras personas o niños,
debiéndose principalmente a un gran apego hacia sus padres y hacia todo lo que hacen ellos, pero
también las rabietas por no conseguir aquello que quiere, siendo ideal que se vaya aprendiendo
desde esta etapa a controlarlas para evitar malos comportamientos en el futuro.

En esta etapa del proceso de aprendizaje el niño va a comprender que existen normas y que se
deben de cumplir, aunque intentará conocer donde se encuentran los límites de dichas normas.

De los 2 a los 4 años

Esta etapa es una de las más sociales para el menor, ya que comenzará a relacionarse con otros
niños, tanto en la escuela infantil como en el colegio, descubriendo que puede hablar con ellos y
expresar sus sentimientos o aficiones. Este placer por el habla le hace que a veces no se les
entiendan, ya que intentan verbalizar todo lo que van pensando aceleradamente, teniendo que
tener en cuenta este punto para que todo lo que diga se le pueda escuchar.
Es una etapa muy importante ya que su desarrollo cognitivo estará muy sensible y todo lo que
pueda captar de su entorno lo va a absorber como si una esponja se tratase, por lo que es
interesante mostrarle todo tipo de estímulos para que vaya aprendiendo a placer y se vaya
formando su personalidad acorde con los conocimientos que va adquiriendo. Aprenderá que
existen los libros en los que disfrutará de sus historias, la pintura y otras ramas artísticas,
poniéndolas a prueba.

De los 4 a los 6 años

En esta etapa va a comenzar a desarrollar plenamente su personalidad, además de potenciar el


aprendizaje de todas sus habilidades psicomotrices como del lenguaje, pudiendo desde bailar,
correr con soltura, saltar, y mucho más. Es capaz de perfeccionar todo lo que hace, siendo una
etapa perfecta para enseñarle a leer y escribir, pues captarán muy bien cualquier conocimiento que
esté a su altura, gustándole los retos siempre que estén representados como un juego. Comenzará
a hacer sus primeros amigos y adorará los juegos colectivos comprendiendo que existen unas
normas que no debe de saltarse para poder disfrutar plenamente de lo que están haciendo.

Fuente: http://www.cosasinfantiles.com/d-etapas-proceso-aprendizaje.html

Estimulación de niños de 0 a 6 años

Durante los primeros años de vida, el bebé realiza movimientos de forma inconsciente.
Esto es lo que se conoce como actos reflejos. Los primeros reflejos del bebé son los de chupar y
agarrar. Pero, además de los reflejos automáticos, en esta etapa su capacidad motora se
desarrolla de forma espectacular.

Entre los 3 y los 4 meses, el bebé es capaz de sostener la cabeza y mantenerse sentado con
algo de ayuda.
Un par de meses más tarde, entre los 6 y 7 meses, el bebé ya se mantiene solo.
Alrededor de los 10 meses, el bebé consigue ponerse de pie para empezar a dar sus primeros
pasos con la ayuda de un adulto.
Entre los 12 y los 14 meses, los niños ya andan y a los 19 meses, los niños... ¡ya corren!
Estos datos sobre los hitos de desarrollo son orientativos.
Algunos bebés adquieren ciertas habilidades antes que otros o bien desarrollan más deprisa un
área y otra más lentamente.

Ejercicios y actividades para bebés y niños de 0 a 3 años

Teniendo en cuenta las anteriores fases de desarrollo, y que el bebé en este momento lo que
necesita es experimentar, los juegos más adecuados para él son aquellos en los que pueda tocar y
sentir objetos distintos, sobre todo mediante el movimiento.
La natación es sin duda un ejercicio de lo más completo, pero la actividad no debe terminar al
salir de la piscina.
En casa el bebé debe seguir moviéndose. Las mantas de actividades le permiten tocar texturas y
escuchar sonidos...
Los bebés aprenden que para que aquel objeto brillante suene, tiene que apretarlo, o que si
mueve los pies, los juguetes que cuelgan se moverán y sonarán cascabeles.
Los bebés pasan un rato agradables y aprenden a controlar sus movimientos para conseguir
aquello que desean.
Ejercicios y deportes para niños de 3 a 6 años
Cuando los niños se hacen más mayores, entre los 3 y los 6 años, ya pueden experimentar
prácticamente con todo lo que quieran, puesto que son capaces de acceder a casi cualquier cosa
sin la ayuda de sus padres.
En estos años lo que el niño quiere es divertirse, correr, saltar… en definitiva, gastar energía.
Uno de sus juegos favoritos es el de experimentar, ahora camuflado en forma de exploración.
Los niños buscan insectos, objetos extraños… imaginando ser grandes exploradores en una
fantástica aventura: correr buscando tesoros perdidos.
En esta etapa, el niño puede aprender a andar en bicicleta, bucear, escalar, e incluso algún
tipo de arte marcial.
Casi cualquier deporte puede servir para los niños pequeños, que son incansables, siempre que
ellos se sientan a gusto practicándolo.
Aun así, apuntarlo a algún curso para practicar deporte no es suficiente, ya que hoy en día, por
diversas circunstancias, los niños dedican una gran parte de su tiempo libre a estar delante del
televisor y no están en la calle tanto como deberían.
Si los niños no están apuntados a ningún curso, deben salir a jugar.
Hay que dejarlos que salgan a la calle y vuelvan con manchas de guerra, como los rasguños,
pequeños trofeos conseguidos en su intrépida exploración.
Las manchas se limpian, las heridas se curan, pero esa diversión no puede reemplazarse con una
televisión y unos videojuegos.
Para los niños de 3 a 6 años, el deporte debe ser, ante todo, diversión.

Fuente: https://www.elbebe.com/ninos/ejercicios-para-bebes-ninos

Estimular la memoria en niños de 0 a 6 años permite preparar el camino para que, posteriormente,
ellos desarrollen mejores niveles de concentración y atención necesarios para su aprendizaje, por
este motivo hemos ideado 3 juegos de memoria para niños que permitirán el desarrollo de la
memoria en niños de 0 a 6 años

Juegos de memoria para niños


Los bebés a partir de los 12 y los 18 meses ya comienzan a tener lo que Piaget denominó noción
de objeto permanente. Esto es, la capacidad de reconocer o recordar un objeto que está ausente u
oculto a los ojos del niño.

Esto quiere decir que durante estos meses de vida el niño aprende a que, si un objeto es cubierto
por un trozo de tela, éste no desaparece, sino que se encuentra detrás del trozo de tela. Dicho
esto, en otros términos, el niño comienza a desarrollar su capacidad de memoria. Por tanto, es
importante poder estimular desde esta edad en adelante la capacidad de memoria en ellos.

Actividades para estimular la memoria en niños de 0 a 2 años


Esta es la edad en la mayoría de los niños aún no camina de forma fluida, por lo que los juegos de
memoria infantil serán de modo estático. Es decir, cerca de donde él se encuentre: en su cuna,
andador, silla para comer, etc.

Te proponemos el siguiente juego de memoria para niños de 0 a 2 años:

Los títeres con nombre


Utiliza dos títeres bien diferentes y ponle un nombre distinto fonéticamente a cada uno. Por
ejemplo: Lola y Pepe. Intenta que los nombres no tengan más de dos sílabas para que los niños
puedan recordarlos con facilidad. Luego haz algún diálogo entre estos dos personajes.
Es conveniente que uses los mismos títeres con los mismos nombres y en los mismos horarios
(por ejemplo, antes de ir a dormir o luego del almuerzo) para que los niños incorporen esta escena
como una rutina.

Haz diálogos cortos, pero todos los días para que los niños incorporen los hechos, así como el
nombre de los personajes.

Actividades para estimular la memoria en niños de 2 a 4 años


Ya, durante estos dos años, los niños aprenden a desplazarse por sus propios medios, por lo que
ya es posible jugar al juego del escondite con él.

Te proponemos el siguiente juego de memoria para niños de 2 a 4 años

Los juguetes que se esconden


No realices este juego una única vez. Hazlo durante cierto tiempo. El juego consiste en decirle al
niño que “se ha escondido su osito: (Nombre del osito)” (usa el nombre real que el niño le haya
dado) y pídele que lo busquen juntos.

Puedes buscar en el baño, en la cocina y en la habitación. Luego preguntarle al niño “¿Ya hemos
revisado en el baño?” (aunque ya lo hayan hecho).

No importa si el niño no lo recuerda ya que es un proceso que debe ir aprendiendo paulatinamente.

Actividades para estimular la memoria en niños de 4 a 6 años


Durante este período los niños suelen recordar un poco más y es una etapa en la que les fascina
explayar todo aquello que recuerden en una hoja de papel o mediante algún tipo de modo de
comunicación. Al poseer el lenguaje, pueden usarlo para contar todo aquello que hayan realizado.
Es una etapa también en la que no miden aquello que dicen, es decir, cuentan absolutamente todo
lo que vivencian.

Te proponemos el siguiente juego de memoria para niños de 4 a 6 años

El uso de una tabla de actividades

Para poder realizar este juego debemos ya tener algún tiempo empleando esta tabla de
actividades. Puede ser eficiente, usar una tabla donde cada día tengan actividades semejantes al
resto de los días (por ejemplo, comer, bañarse, dormir, etc.) pero también actividades diferentes.
Por ejemplo, los lunes pueden tener entrenamiento de fútbol y los viernes visitar a abuela después
de la escuela.

Con la tabla creada, se puede cubrir con un papel de colores una actividad de un día determinado
y se les pide a lo que niños que, como juego, adivinen (recuerden) qué actividad corresponde a
ese día. Quien acierte podrá hacer una pequeña modificación de una de las actividades o algún
premio no metálico y que incentive el juego.

Fuente: https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/juegos-de-memoria-para-ninos.html
Sueño de los niños de 0 a 6 años
Dormir es una función necesaria del organismo, ya que cumple con distintos objetivos, entre los
que destaca el crecimiento particularmente de los niños, ya que la expresión adecuada del sueño
facilita el desarrollo físico y cognitivo durante la niñez.

Las necesidades de sueño varían mucho de un niño a otro, sin embargo, existen datos estadísticos
en el mundo que permiten conocer la manera en que debe darse el descanso.

La ontogenia del sueño se refiere a la forma en que este va cambiando durante el desarrollo, es
así como normalmente el dormir de los niños se organiza y evoluciona en promedio de la siguiente
manera:

Al nacer: el bebé duerme alrededor de 18 horas sin distinguir el sueño nocturno del diurno, es
decir, el neonato logra dormir períodos prolongados tanto de noche como de día y comienza a
expresarse un crecimiento importante.

3 a 6 meses: Inicia una disminución del tiempo de sueño comparado con los primeros meses y el
rango va de 12 a 15 horas. En este momento, empieza a establecerse el ritmo circadiano, es decir,
el tiempo que pasan dormidos a esta edad comienza a ser predominante en la noche, con el 30%
en siestas durante el día.

6 a 9 meses: A partir de este momento se considera el periodo ideal para enseñar a dormir a los
niños, ya que el sueño es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. El sueño
ocurre de manera programada cada día, por lo que se debe considerar aspectos ambientales y de
crianza que mejoren el hábito del sueño, ya que es una función vital para el cuerpo en desarrollo.

Es importante resaltar, que en este periodo de crecimiento, comienzan a expresarse los ciclos de
sueño con 4 etapas definidas. Dos de sueño ligero y dos de profundo, conocidas como N1, N2, N3
y sueño de movimientos oculares rápidos o sueño MOR, etapa en la que se dan los sueños y que
posteriormente, el niño será capaz de reconocer.

Después de cubierto un ciclo cada hora aproximadamente, sucede un despertar breve, solo para
después volver a dormir sin mayor problema. A esta edad el tiempo de sueño continúa
disminuyendo un poco, el intervalo es de 11 a 14 horas, con el 25% en dos o tres siestas por la
mañana y tarde.

10 a 36 meses: Alrededor del primer año de vida, el tiempo de sueño sigue en descenso, lo cual
refleja un desarrollo normal del niño. Consiguen dormir de entre 10 a 13 horas, el 15% en dos
siestas y más tarde en una sola. Los despertares nocturnos siguen siendo normales y pueden
ocurrir en 2 o 3 ocasiones, continúan siendo breves y los niños usualmente vuelven a conciliar el
sueño con facilidad.

3 a 4 años: En este momento el sueño suele darse durante 9 a 12 horas. Pueden hacer todavía
una siesta, aunque ésta comienza a desaparecer. Por la noche, son posibles algunos despertares,
los cuales son expresión correcta de los ciclos de sueño que ya se dan con mayor solidez.

4 a 6 años: Llegando a la edad prescolar el sueño se establece en rango de 9 a 11 horas y la


siesta no ocurre más. Asimismo, disminuyen los despertares nocturnos y comienza a expresar de
manera espontánea la presencia de sueños.
Fuente: http://www.unratitomas.com.mx/como-duermen-los-ninos-de-0-a-6-anos/

Llanto de los niños de 0 a 6 años

El llanto es una forma de comunicación de tu guagua para avisar que algo necesita, poco a poco
aprenderás distinguir sus distintos tipos y lo que quiere decirte. Al observar a tu guagua te irás
haciendo cada vez más experta/o en ello. Aunque en un principio las guaguas no pueden decir con
palabras lo que necesitan, desde el nacimiento son capaces de comunicarse con los adultos a su
cuidado.

Es importante no confundirse con algunos mitos respecto al llanto de las guaguas, entre los más

comunes:

 Es bueno dejar que las guaguas lloren.


 Así aprenden a manejar la frustración desde chicas (os).
 Las guaguas manipulan con el llanto.
 Consolar su llanto hace que sean dependientes y malcriadas.

Por el contrario, los estudios nos muestran que, las guaguas que son consoladas oportunamente,
particularmente durante su primer año de vida, tienen:

 Mejor desarrollo cerebral.


 Menos problemas de alimentación y sueño.
 Aprenden a manejar sus emociones de mejor
manera.

Es así como de manera normal el sueño va evolucionando desde el nacimiento, sin embargo, es
importante considerar que existen diferencias individuales y en ocasiones, hay niños de la misma
familia que duermen distinto, unos pueden requerir más tiempo de sueño que otros o bien, hay
quienes duermen siesta breve o prolongada.

También debe considerarse que todos los niños despiertan por la noche y se mueven
constantemente, ya que durante la etapa N3 se produce la hormona del crecimiento y, por ende,
requieren de estos movimientos nocturnos para facilitar el desarrollo que se continúa durante el
día.

El desarrollo del sueño en la infancia es uno de los pilares para lograr un estado físico y de salud
óptimos. Lo importante es que cada niño duerma lo que necesita. El tiempo y expresión correctos
del dormir, se relacionan con el estado anímico, cognitivo, conductual y ritmo de crecimiento
adecuados. Sabemos si un niño está durmiendo bien en la medida que su desarrollo físico y
mental sean acordes a su edad.

Todas las guaguas pasan diferentes momentos a lo largo del día:


-Hambre: En los primeras semanas y meses, muchas veces lloran porque quieren mamar, las
guaguas nacen con el estómago del tamaño de una bolita (diámetro de 1 cm y un poco más), por lo
que se llena fácilmente. Erróneamente algunos profesionales de salud recomiendan dar de mamar
cada 3 o 4 horas, cuando lo adecuado es dar a libre demanda, es decir, cuando ellas manifiestan a
través de movimientos búsqueda o de cabeceo de un lado para otro o finalmente el llanto.
-Necesidad cercanía y contacto físico.
-Sueño o cansancio.
-Molestia, dolor, frío o calor.
-Pañal sucio.
-Ropa muy apretada que no le permite moverse libremente.
-Le están saliendo los dientes.
-Está incómoda/o, hay muchos estímulos alrededor.
-Se siente solo/a está aburrida/o.
Fuente: http://www.crececontigo.gob.cl/columna/manejo-respetuoso-del-llanto/

Alimentación de niños de 0 a 6 años

Durante los 4 primeros meses de vida la mejor alimentación para el bebé es la leche materna que
se realizará de forma exclusiva y sin necesidad de introducir ningún otro alimento. En caso de que
la madre no pueda amamantar al bebé, el bebé habrá de tomar biberones elaborados con leche de
fórmula.

La leche materna ha de administrarse a demanda durante las primeras semanas, aunque si el


bebé no se despierta por la noche, es conveniente levantarle para que coma ante el peligro de que
se deshidrate. En cuanto a la fórmula de inicio-1 se administrará cada 3-4 horas.

entre los 4 y 6 meses del bebé, es propicia para favorecer el paso de la succión a la cuchara, lo
que permitirá al pequeño a saborear mejor el alimento, y cambiar la textura, de líquido a triturado, y
cuando ya tenga dientes, a los trocitos.
Las pautas de alimentación del bebé se deben de adaptar a la capacidad digestiva y al estado de
desarrollo fisiológico y neuromotor, haciendo paulatina la introducción de nuevos alimentos. La
capacidad gástrica del recién nacido es de 10 a 20 mililitros (ml) y aumenta durante el transcurso
de su primer año hasta los 200 ml, lo que va a permitir que el niño haga comidas más abundantes
y menos frecuentes.

1. Los cereales. Se pueden empezar a introducir en la alimentación del bebé a partir de los 4-6
meses, pero nunca antes de los cuatro. Al principio, se deben escoger los cereales sin gluten
(arroz y maíz) para evitar sensibilizaciones e intolerancias a esta proteína (trigo, avena, centeno y
cebada contienen gluten).

2. Las frutas. A partir de los 4-6 meses, es recomendable la introducción de las papillas de frutas
en la dieta del bebé por su aporte vitamínico. Nunca deben sustituir a una toma de leche, sino
complementarla. Para su preparación, se deben emplear frutas variadas (naranja, manzana y pera)
al principio, y después ir introduciendo una a una, el plátano, la uva o la ciruela, para educar el
gusto.

La introducción de la carne es el gran paso entre el 7º y 8º mes. Se añade la ternera


alternándola con el pollo en la comida. A partir del 9º mes se inicia una papilla en la cena, con la
introducción del pescado blanco (merluza, rape, lenguado) 3-4 veces a la semana.

Se inicia el aporte de aceites de pescado para un correcto equilibrio entre la grasa animal y la de
origen vegetal y marino. Durante este periodo el aporte mínimo de leche al día debe ser
aproximadamente de 500 CC. durante toda la infancia. Al tomar el niño el pescado en la cena, en
los casos que solo haga 4 tomas al día el aporte de leche se vería mermado si no aplicamos algún
cambio en su alimentación.

El aporte de leche en esta edad todavía es básico para un buen desarrollo por lo que no debe
ser inferior a los 500 CC. /día. Para ello el día que deseemos darle pescado a nuestro bebé,
suprimiremos la papilla de frutas y administraremos una papilla de fórmula de continuación-2 con
cereales igual a la del desayuno.

A los 10-12 meses de vida se introduce el huevo para la cena alternando con el pescado una
vez a la semana. Primero será huevo duro y solo la yema. Lo podrás administrar completo pasadas
2-3 semanas. En forma de tortilla francesa se iniciará a los 12-15 meses dependiendo de la
habilidad del bebé para la masticación.

Entre el primer y el segundo año de vida, la leche es un alimento muy importante para satisfacer
las necesidades diarias de vitamina D de los bebés. A esta edad el bebé necesitará de 500cc a
700cc de leche entera al día. También se puede reemplazar parte de la leche con productos
lácteos como un yogur, quesos y otros. Lo ideal es que el bebé vaya dejando el biberón para pasar
a tomar leche en vaso o taza.

Aparte de la leche, es importante ofrecer una variedad de alimentos nuevos al bebé. Se debe
vigilar la calidad de los alimentos y no tanto las cantidades. Es importante que los bebés coman
diariamente cereales, ya que le provee hierro, coman 2 porciones de vegetales crudos o cocidos,
una porción de fruta, 50 a 100 gr de carne, y que se siente en la mesa con la familia, por lo menos
una vez al día.

A esta edad los bebés todavía imitan los buenos hábitos de los adultos. Además, los padres
podrán vigilar a su bebé por si se atraganta o se mancha. La calidad de los alimentos es lo más
importante. Se debe evitar los alimentos o preparaciones, muy condimentadas, picantes, saladas o
azucaradas.

entre los 2 y los 3 años de edad, los niños empiezan a tener la capacidad de morder y masticar
gracias a que les salen los segundos molares de su dentadura de leche. En esta etapa, ya se
puede añadir algunos trocitos de carne, de verduras o de frutas a sus papillas y purés. Es
importante que los niños aprendan a masticar para que adquieran buenos hábitos alimenticios.

A estas edades, es muy normal que algunos niños deseen imitar a sus padres intentando comer
con los cubiertos. Al principio les será difícil con lo que necesitarán los dedos de las manos para
agarrar los alimentos.

La dieta de un niño de 2 o 3 años, suele incluir carne, cereales, legumbres, huevo, pescado, leche
y derivados, etc. Se recomienda el consumo de medio litro de leche al día, que su desayuno sea
completo, es decir, con leche, pan y fruta, y que se eviten alimentos azucarados, grasos y
calóricos, como forma de prevenir la obesidad infantil.

En cuanto a los hábitos de alimentación, a estas edades, se debe compartir mesa y comida con
ellos. Es importante que el momento de la comida o la cena, sea un encuentro familiar de
comunicación. También es recomendable que se fomente la higiene de los dientes, con un
cepillado tras las comidas principales.

Es una etapa de crecimiento más lento y estable, en la que los niños ganan una media de 2 kilos de
peso, y de 5 a 6 cm. de talla, al año.

En esta etapa los niños desarrollan una gran actividad física, por la que su gasto energético
aumentará considerablemente, y por lo que deberá adaptar su consumo de calorías, a la nueva
realidad.

Desde el punto de vista del desarrollo psicomotor, el niño ha alcanzado un nivel que le permite una
correcta manipulación de los utensilios empleados durante las comidas, siendo capaz de usarlos
para llevar los alimentos a la boca.

Una de las características específicas de esa edad es el rechazo a los alimentos nuevos, por el
temor a lo desconocido.

Se trata de una parte normal del proceso madurativo en el aprendizaje de la alimentación, lo que
no debe ser traducido por la falta de apetito.

El niño preescolar puede reconocer y elegir los alimentos al igual que el adulto. Normalmente, el
niño tiende a comer lo que ve comer a sus padres y a otras personas que le acompañan.

Ellos observan e imitan, también en la alimentación. En la escuela, ese proceso se ampliará, y el


niño adquirirá hábitos nuevos debido a las influencias externas.

Fuente: https://www.guiainfantil.com/articulos/alimentacion/alimentacion-para-bebes-y-ninos-por-
edades/

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