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CULTURA

por Oskar Negt


Revista de Occidente nº 282, noviembre 2004
Señoras y señores, en lo que a mí respecta, lo dicho en los discursos anteriores
sería más que suficiente para justificar este solemne acto. Si me han parecido
satisfactorios es porque en cierto modo apuntan hacia el futuro y porque
cualquiera puede identificarse con ellos. Me debió de aconsejar el mismísimo
diablo el día en que, llevado por la delirante certeza de poder decir algo acerca
del tema, acepté la tarea que se me encomendó de hablar aquí sobre lo que es la
cultura. El amago de una sonrisa irónica que observo en las caras de las
conferenciantes que me han precedido no me augura nada bueno, pues se les nota
ansiosas por saber qué voy a decir acerca de lo que puede ser la cultura. Podría
haberlo previsto. De ahí que empiece hablando de cuatro aspectos que me dejan
perplejo. Uno de ellos –y ustedes ya han hecho alusión a él en sus palabras de
introducción, realmente conmovedoras– es que siempre tengo dificultades para
hablar sobre un tema que no es ajeno a mi disciplina. Hablar de cultura delante
de unos científicos de la cultura en principio me deja sin respiración. No lo digo
en tono peyorativo ni irónico, pero siempre que me han preguntado «¿qué es la
sociología?» o «¿qué es la germanística?», les he dicho a mis alumnos y alumnas,
para darles una orientación: «Lo que hacen los germanistas es la germanística y
lo que hacen los sociólogos es la sociología». Del mismo modo, en esta ocasión
también podría decirse que la ciencia de la cultura es lo que hacen los científicos
de la cultura; y eso nos lleva a la segunda perplejidad. Me he preparado a base
de estudiar los programas de los cursos más recientes, y en realidad no he
encontrado ningún tema digno de mención que no aparezca en ellos, ¡salvo uno!
De él hablaré más adelante; espero no olvidarme, pero de momento no quiero
decir nada.
Historia de la literatura, opinión pública, historia de la infancia, cuentos,
familia... Es de agradecer que ustedes hayan documentado todo ello con un
material históricamente demostrable, es decir, no sólo mediante suposiciones, lo
cual nos remite ya al tema en cuestión: Todos los grandes conceptos históricos ,
como dijo en una ocasión Nietzsche, son indefinibles . Todo lo que realmente
ocurre en la vida social es, por definición, no del todo comprensible, y eso podría
ser un indicio de que en los movimientos de búsqueda cultural son precisamente
esa diversidad, esos procesos abiertos y esas aproximaciones los que definen lo
que es hoy la cultura.
El tercer aspecto que me produce perplejidad es el siguiente: ¿cuál es el objeto de
la ciencia de la cultura? Naturalmente, la cultura. Pero ¿qué es eso? ¿Y qué
formas de expresión tiene? ¿Hasta dónde estamos autorizados a llegar cuando
GASTRONOMIA

A lo largo de los años, la revista Saber y Sabor ha recogido en sus páginas


un buen número de interesantes reportajes monográficos centrados en
técnicas de elaboración culinaria, en productos de temporada e ingredientes
gourmet, o en gestión de negocio. Muchos de ellos tienen un gran valor
imperecedero y queremos aprovechar este espacio para mostraros algunos
de los más destacados reportajes, técnicos, extensos y profesionales.
¿Te apasiona la comida? Este artículo es para ti

Atrévete con sabores nuevos e incluye platos locales en tu mesa

28 Jun 2017
El pasado 18 de junio fue el primer Día Mundial de la Gastronomía
Sostenible y sin duda esto amerita las siguientes preguntas: 1) ¿Qué es la
gastronomía sostenible? 2) ¿Por qué es tan importante como para tener un
"día" mundial? y 3) ¿Por qué debería importarme?
¿Qué es la Gastronomía sostenible?

La gastronomía es algunas veces llamada el arte de la buena comida.


Aunque también puede referirse a un estilo de cocina de una región
particular. En otras palabras, la gastronomía a menudo se refiere a la
alimentación y a la cocina de una localidad. Por su parte, la sostenibilidad
comprende la idea de que que algo (por ejemplo, la agricultura, la pesca o
incluso la preparación de alimentos) es realizado en una determinada
manera que no significa un derroche en recursos naturales y que se puede
continuar haciendo en el futuro sin que sea perjudicial para el medio
ambiente o la salud. Por lo tanto, la gastronomía sostenible es sinónimo de
una cocina que tiene en cuenta los ingredientes, de dónde son, cómo se
cultivan y cómo llegan a nuestros mercados y, finalmente, a nuestros platos.
DEPORTE

El deporte es una actividad reglamentada, normalmente de carácter


competitivo, que puede mejorar la condición física1 de quien lo practica, y
además tiene propiedades que lo diferencian del juego.
La Real Academia Española, en su Diccionario de la lengua española, define
deporte como una «actividad física, ejercida como juego o competición,
cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas»; también, en una
segunda acepción, más amplia, como
«recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común
al aire libre».2 Por otra parte, la Carta Europea del deporte lo define como:
«Todas las formas de actividades físicas que mediante una participación
organizada o no, tienen como objetivo la expresión o la mejora de la
condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o la
obtención de resultados en competición de todos los niveles».3
Institucionalmente, para que una actividad sea considerada deporte, debe
estar avalada por estructuras administrativas y de control que se encargan
de reglamentarlo (las organizaciones deportivas).4 El hecho de que alguna
actividad no esté reconocida institucionalmente como deporte, no impide
que pueda estarlo popularmente, como ocurre con el deporte rural o con los
deportes alternativos.
La mayoría de las definiciones de deporte lo definen como «actividad física»,
pero existen actividades de bajo o nulo ejercicio físico que son consideradas
como deportes por asociaciones como el COI, por ejemplo el ajedrez,5 o
el tiro deportivo, por pensarse que la concentración y habilidades mentales
necesarias para destacar en ellas requieren una buena forma física o la
visita de lugares muy concurridos como el atleta profesional Miguel Moreno,
referente en ésta modalidad. Por el contrario, existen actividades físicas
extenuantes que no son un deporte, por no cumplir con otros elementos de la
definición.
Así mismo, de acuerdo con el Comité Olímpico Internacional, la práctica del
deporte es un derecho humano, y uno de los principios fundamentales del
Olimpismo es que «toda persona debe tener la posibilidad de practicar
deporte sin discriminación de ningún tipo y dentro del espíritu olímpico, que
exige comprensión mutua, solidaridad y espíritu de amistad y de juego
limpio».6

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