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25 de febrero de 2013 (Luna llena)

En silencio abro la ventana de mi recamara, miro la ciudad muerta de la misma forma que mi alma.
¿Dónde está la sangre, el fuego? Cierro los ojos y trato de escuchar tu voz entre una realidad
sospechosa y las constantes pesadillas que me haces lagrimear. Prendo la vela. Fuego que se hace, que
se crea, que se transforma, cómplices de la alegría y el dolor. Cómplice en los deleites y en las
tormentas. Preguntas surgen entre los sabores de la vida y gusto de muerte. Sueños. La cabeza no para
de pensar: todo pasa, todo cambia. Pausa. Para valorar el camino. Dudas. Sensación de vacío. Beso en
la hora del abrazo. Calor, simplemente calor. Todavía Él no entiende, quizá ni yo lo entiendo también.
Ganas de dejar ir para que yo también pueda ir. Ganas de borra el pasado, la migraña, el avance del
viaje y las dudas del futuro. Ganas de ser y hacer diferente las cosas. Miedo, miedo de no saber
contornear. Ganas de amarlo. Él está alojado en mí, metido en mi vientre. Ganas para cargar mi peso
y el peso de su ausencia. Perdida. Que las respuestas vienen en los sueños y en los sueños descansa y
se van.
28 de febrero de 2013

Hoy el tiempo pasa despacio. Abandono el dolor para dejar espacio a nuevos sentimientos sin nombre
aún. Contabilizo sentimientos imperfectos que el tiempo se niega llevar. Y trato de componer mi alma
deshecha para representar lo que soy. El viento de la tarde trae nuevas esperanzas. Mis sensaciones ya
no tienen alucinaciones perdidas como antes.

Renuevo mis fuerzas en la lluvia de la mañana que me encanta y nutre mis sueños. Lluvia que cae
delicada, rápida y clara, dejando un cielo azul. Pero mis cuestiones han sido muchas. Los miedos
también. Y un suspiro... La vida a veces tiene sentido, y hoy más que nunca nuestra historia apenas
comienza.

Y pienso en ti. No te veo, pero te siento, te sueño, te toco; no te oigo pero te percibo, te respiro, no sé
dónde estás, pero te tengo en mí, en el alma, te siento en la piel. Y sin saber siento tu respiración. Tal
vez. No sé si en sueño, pero te enciendo los labios con el fuego de mi boca.
02 de marzo de 2015

El deseo de la noche quema en la danza del fuego. Tanto tiempo que ya no entiendo más la dirección
del viento. Ven volando y transforma mis besos en océano.

Toca mi cuerpo en cada anochecer, del mismo modo que en tus poemas. Eso te lo pide mi pobre y
apasionado corazón que, ahora late en el mismo tono que el tuyo-.
03 de marzo del 2013

Y yo sigo el día en tránsito, entre las sensaciones efímeras a la luz de una búsqueda que jamás
encuentra su final, no me deja olvidar y mucho menos descansar. Casi siempre no estoy en mí. Vivo
en los besos que no alcanzan tus labios. Vivo en los abrazos que no soy ni eres ni somos. Lo que me
gustaría vivir contigo, en ti; vivir en mí, vivir en nosotros, con la ardiente pasión de las algas en el
mar...Y mi día transcurre entre lluvias, incienso, velas y oraciones, amores que no llegan y otros que
se van. Y se sumerge en la noche rosea sin crepúsculo, sin estrellas, sin luna... sin ti y sin mí.
05 marzo de. 2013

Sólo unos pocos días sin ti y las horas pasan de forma lentísima, como si el tiempo se expandiese y
me sofocase. Son tres de la mañana y yo sigo sin dormir. Me levanto y abro las ventanas de mi cuarto,
y el silencio vuela diluido en luz. Y la noche es clara.

Oigo el sonido de la vida en el jardín, y mis pensamientos se pierden entre la espesura de las densas
nubes de la tarde. Me pregunto: ¿por qué el impulso de ver más, de estar más cerca? Las emociones
me aprietan el pecho, y pienso que este mismo cielo te cubre también a ti.

Y la nostalgia me invade y me trae ansias de saber que tengo mucho que decir, y todo se pierde dentro
de mí. Y el tiempo se hace más grande anunciando tu ausencia. Las horas ya no pasan, parecen
quedarse atascadas en el infatigable pálpito del corazón.

Con esperanza en tu llegada, cierro los ojos y trato de sentir tus caricias roseando de ternura a mi piel,
y te imagino llenando de besos mi alma, acariciarme el corazón. Entonces pienso desorientada, pero
con la certeza de que necesito direccionar tantas cosas en mi vida; y las promesas que siempre se
repiten. ¿Será que exagero?, ¿O simplemente predigo signos de las avalanchas?, ¿será que complico
demasiado las cosas?

Me quedo mareada con los exorbitantes latidos de mi corazón. Es inquietante sentir el flujo y reflujo
de la sangre, el proceso de la vida me asusta, sobre todo saber que ahora hay dos corazones dentro de
mí. Dos corazones y una forma extraña de decir que en este momento amo de forma dual: vida extraña
en un mundo extraño en lo cual la razón no puede reprimir los sentimientos.

Entonces el día empieza a nacer. Mis pensamientos se confunden con el cielo azul. Dejo que se
disuelva en el aire un suspiro, un pensamiento en ti, un suspiro, una pasión por ti, un suspiro, un sueño
en ti, sueño embriagado de un amor que llega fuerte y tirita el alma con éxtasis _arrebatando en fluidos.

Quiero soñar para siempre en este dulce suspiro en el pensamiento, en la vida, en el amor .Soltar mis
deseos, vivir intensamente, en este deseo constante de amor por ti. Y en ti soltar las amarras del tiempo
y atarme a ese eterno momento.
06 Marzo. 2013 (Luna menguante)

Los días de vez en cuando necesitan ser grises. Siendo grises me obligan a reducir mi ritmo y prestar
atención el dolor de mi corazón, y mirar con más suavidad el mundo. Siendo grises me piden
paciencias, tan necesaria para cambiar de dirección.

Y aún grises experimento mis esperanzas y la fe. Y los días grises pueden ser de tantos otros colores
puede ser verde, naranja, rojo, o incluso el azul, el color que amo tanto como te amo ti...

Hoy mi día amaneció gris, como ese dolor multicolor...


Hoy todo penetra más profundamente en mí, y no para en el lugar, se quedan en medio de la
incertidumbre y la nostalgia.

Un ronco miedo, un parto raro, un largo espacio. Un brazo que agarra el mundo y espera compasión.
Y la lluvia llega para lavar el alma. En el silencio la tarde grita para olvidar la voz que no se calla. Y
en mis adentros un rayo me sacude y me recuerda tu sonrisa de estrella en la más alta madrugada.
06 Marzo. 2013

Son las tres y media de la madrugada. Me despierto asustada, otra vez las pesadillas, tan reales que
me arrastran a las lágrimas. Muerte de mi padre. Respiro e intento dar un nuevo final a la pesadilla,
así como mi homeópata me enseñó. Pero cuanto me cuesta hacerlo.
Entonces pienso en ti. Busco, insistente, la paz que existe al pensar en ti. Sé que a esta misma hora, tú
regresas a la casa en la que nunca viviremos juntos, y ruego con todo mi amor, que estés bien. Rezo
mil oraciones para que estés en paz, y que tu alma esté atada a la mía. Más luego todo se vuelve tan
intenso dentro de mí, todo tan mezclado, y, tengo ganas de vomitar.

Así que muchos sonidos en medio de una fuerza tan nueva y tan atávica. Me gustaría no retroceder
ante las dificultades, pero los pensamientos son más rápidos que la propia vida. Aunque siempre hay
una esperanza para el corazón, para la distancia de las manos, para el fluido de la sangre, para la
sonrisa, y también para la tristeza y el dolor.

Hay siempre una esperanza para la fe que asombra y lleva el lamento, para el pecho abierto sin
vacilación. Hay siempre una esperanza para olvidar el miedo, para desobedecer la muerte, para el amor
más puro que rompe de un sólo golpe la oscuridad.

Así que pienso más fuerte ti y te oigo decirme palabras de amor y poesía, de sueños y alegría, de sentir
y de tocar, de vivir y respirar, de reír y jamás llorar, de seguir y de encontrar. Y como en un soplo
divino, yo respiro en ti.
06 Marzo. 2013 (Luna menguante)

Lo más colorido y doloroso de la vida; tal vez suceda en sus constantes reconfiguraciones. Cada fusión
fugaz produce un constante brillo. Éxtasis y cicatrices.

En esos días extraños, donde todo parece pesar más donde cada paso aparece más corto, trato de creer
en la oscilación y en el equilibrio, en la constancia de ver lo que los otros no ven, de soplar el aliento
de la vida que mezcla nuestros pensamientos en canciones.

Canción que sólo el corazón escucha; que sólo el alma siente la melodía. Melodía que besa tu cuerpo
y el mío en una infinita sinfonía de toques. Cuerpo que no obedece a mi pensamiento, vagando en la
inmensidad del universo abraza el silencio de mi desnudez. Perfora mi eternidad, intocable y secreto
cómo las grandes pasiones, marcando el etéreo rompen galaxias en una carrera impresionante y, echar
raíces en mi vientre. Hermosos son los hilos invisibles del afecto, inmortalizado en ternura. Qué lindo
es vivir en esos raros momentos de afinación. Suave sintonía y locura!

No siempre traemos, pero siempre llevamos alguna memoria. Dulce Sol color rosa que se refleja en
las aguas del deseo, puntos de convergencia entre la diversidad. Energía y dulzura llega de lejos, de
más allá del horizonte. Lirico placer en los momentos de aterrizaje. Desnudo en el pensamiento. En la
ausencia del miedo. Brillando en el cosmos, más allá de los límites del espacio-tiempo, suntuoso y
deslumbrante en la comunión con el etéreo.
Marzo. 2013 (Luna Negra)

Mañana del domingo. La vida parece más real entre las constantes fiebres y dolores de garganta. Hoy
llueve y la lluvia moja el tiempo en cada gota que se estrella contra el césped. Cada gota es un segundo
y cada segundo es un río que en algún momento va a desembocar en el mar. Mientras la lluvia sigue
iluminando mi mañana, pienso las muchas cosas de mi vida. Bien lo sabes; mi cabeza no para nunca,
es como el universo en movimiento.

Mi hermana me mira y me habla: “No pienses tantas tonterías, hermanita” me dice. Entonces yo
contesto “pero qué puedo hacer, es inherente a mí”. Son los recuerdos que nunca se aletargan, y que
me han hecho convertir en quien soy. La vida no es más que un conjunto de errores y aciertos
sucesivos. Pero a veces pienso que me estoy equivocando demasiado.

Es que aún estoy intentando descubrir los secretos de la ficción y los secretos de la vida, pero termino
aletargada en mis planes secretos; en mis poemas incompletos, en mis pensamientos inconexos.
Entonces los días pasan, la gente va, y los sentimientos pasan o tal vez no. La vida nunca es la misma,
en algunos momentos se vuelve enemiga, y me deja desnuda y sola, escuchando el grave latir de mi
corazón, breve, rápido, intenso; perdido en el momento.

Me siento desubicada, como si no estuviera destinado para mí ni un sólo lugar en este mundo o, como
si ocupara un espacio que no es mío. Y cuando menos me lo espero, pasa algo que me demuestra que
estoy donde debo estar, y siento la energía suficiente como para seguir pisando con ganas cuando mi
fuerza interior comienza a diluirse. Entonces sé que en medio de tanto revés hay cosas, instantes y
personas que han valido la pena. Y en ese momento pienso en ti, mi mejor regalo de estos últimos
días. Recuerdo tus primeros versos que me dedicaste sin ni siquiera merecerlos. Y vivo en el último
beso que te di. Me acuerdo de nuestro primero beso y, siento intacto ese fuego envolvente que nos
arde en la boca y la piel; de las infinitas mañanas que me despertaré a tu lado, y las tardes en las que
hablaremos mil horas y seguiremos hablando más; de las noches en las que solo existiremos tú y yo.
Mi corazón late más fuerte. Mi alma vuela en busca de tu alma.

06 Abril 2013 (Luna Meguante)

Ahora llévame contigo


en tu piel, en tu risa
en el aire que respiras

Ahora llévame contigo.


En tus sueños lléname de
caricias

Ahora llévame contigo.


Comparte mis secretos
y mis alientos

¡Ahora llévame contigo!


Canta mi corazón
todos los días y todas las horas.
Ya se acerca
los besos de tu alma
las noches de tu boca

Ahora llévame contigo


Llévate también mi risa
y mi amor.
27 Abril 2013 (Luna Llena)

FELIZ ANIVERSÁRIO!
Te pienso infinitamente cerca de mis labios. Irrumpes en mi mente, infinitamente lejos de mis besos,
así como si siempre hubieses estado presente. ¿Cómo hago para romper tu mundo y quedarme junto a
ti?. Me toman los recuerdos y me arrastran por las oscuras calles de la nostalgia. Siento el olor del
tiempo al ocaso. Se lleva el sol los besos de tu boca. Infinitamente sueño con tocarte, y te siento
infinitamente lejos de tenerte. De llorarte a lágrima suelta.

El tiempo pasa, y sola me consuelo que algún día estaré contigo, y viviré ebria de tus besos y tu boca.
04 Mayo 2013 (Luna Menguante)

Te quitaría la ropa con los dientes


y después te hablaría de amor,
y después te enseñaría el amor,
y después te haría el amor...

Te quitaría la ropa con los dientes


y tu cuerpo será mi cuerpo
y tu alma será mi alma
y seremos uno solo por siempre...
10 diciembre 2013 (Luna Creciente)

Hoy al despertar pensé en ti. Quedan pocos días para tu partida. Partida que me hace trizas el corazón
Elijo cuidadosamente las cosas que pondré en tu mochila, para cuando corras el cierre te acuerdes de
mí. Es obvio que el frío, la lluvia, y la poesía que amas tanto, serán para ti fieles compañeras en los
largos días de soledad.

Yo pongo un pétalo de rosa, apenas un pétalo. No hay necesidades de sacrificar una rosa, cortarla del
jardín, si apenas un pétalo puede llevar todo lo que siento, con su esencia dulce más dulce que el
almíbar. También pongo una estrella para que alumbre tu camino, y en Navidad te recuerde que estoy
pensando en ti, y que cuando estoy al tu lado, es siempre un placer indescriptible para mi alma. Pongo
la luz del amanecer, para que recojas con la mirada su mágico encanto. Pongo la alegría de saltar los
obstáculos insalvables, y la risa de hacerlo. Pongo mis brazos para que generosamente te den cobijo
al final de cada jornada. Pongo mi alegría de saber que regresaras a mis brazos.
06 agosto 2014 (Luna Nueva)

Este año está siendo el peor año de mi vida. Ya sabes. Con todo lo que perdí. Los amores que se fueron
en las noches escuras de mi soledad. Sigo la vida de forma única y triste. A veces pienso que ya no
tengo vida; al menos no es la misma que tenía con días blancos de lluvia y madrugadas frías dónde
estabas tú.
Intento que mi sonrisa se vea grande y que nadie pueda notar que por dentro estoy completamente
vacía y rota. En algunos momentos consigo dormir, pero despierto con el corazón rugiendo como un
león enfadado, y siento las entrañas enfermas de miedo. Creo que el tiempo fue demasiado rápido y,
nunca hubiera sido suficiente.

Soy la que no se olvidó de decirte que nunca dejó de necesitarte. Todavía sigo con maldita costumbre
de llamarte en silencio, esperando que me escuches, en medio de las frías neblinas de las madrugadas.
Te he dicho bajito, que aún espero la carta que nunca llegó a mis manos, espero los versos que hablan
de mí y que jamás los escribiste. Muero por escucharte hablar en mis oídos por horas y horas. Te he
dicho más fuerte y muchas veces que te entrego los besos que me queman en la boca. Y casi te he
gritado mil veces que te amo. Sin embrago, tú no me escuchas.
07 agosto 2014 (Luna Nueva)

El silencio va cayendo sobre la oscuridad del alma. Esta maldita distancia que se anida entre mi
pecho y tu ausencia. Las ganas desvanecidas tras la lluvia que ya no viene, y apenas se queda la
tormenta de todos mis delirios.

Vuelvo a la tristeza de una madrugada sin ti. Extrañándote como la tierra a las raíces que algún dios
ajeno arranco para sembrar en otras tierras.

Escribo una nueva carta para ti, y te hablo de las historias que se teje llena de misterios que los
sentidos van bosquejando en la hoja de nuestras vidas. Tus largos poemas y el olor a jazmín. El tiempo
corre, y tus ojos enormes como florestas arropan otras mirada y desean otros cuerpos, con sabor a
miel, bajo la sombra de un eterno amanecer.
Pienso que ahora somos diferentes de los que hemos sido, No sabía que podía sentirme así, bajar la
guardia y dejarme llevar por todas esas cosas que repudio...

Pongo en el ordenador nuestra canción. La escucho y me pregunto si tú también la estás escuchando,


si marcas el ritmo con los dedos sobre el papel, donde escribes un poema para mí.

Siento profundamente tu alma sobre la mía. Y esta ausencia se hace inmensidad, casi imposible de
salvar. He vuelto a tener miedo, y de forma muy rara y tan intensa, con un sonido retumbante en el
pecho.
El corazón se estremece de nostalgia, sin más hogar que aquél que tus brazos me regalan ¿pero
dónde, dónde estás?

09 agosto 2014 (Luna Creciente)

Quisiera mantener cerrados la boca en esta madrugada sin lluvia, quisiera apenas mirar la luna y
decirme a mi misma, que linda está, y entonces pensar que todavía para tí no hay luna hoy, o mejor no
puedes verla porque cae tan gradualmente la lluvia. Pienso en mis distantes madrugadas sin luna, en
aquellas que tenía lluvia y quizás algo de alegría, en aquellas dónde no estaba sola, en aquellas
madrugadas donde tus besos calmaban mis miedos y mis pensamientos inconclusos.

Quisiera no sentirte tan profundo, suponer que fuiste un navío que pasó por mi vida buscando otros
puertos, callando todo aquello que te imploro, te susurro e ilusiono.

Existen cambios imposibles, así como existes milagros o quién sabes también debe existir
esperanzas. Pero hay algo que he aprendido en la vida: “las cosas son como son y uno no tienes
ninguno dominio sobre ellas”. Hablo de las cosas que cortan los sueños sin arrepentirse de nada.
Hablo de la muerte. Hablo de nuevos amores, (que también es un tipo de muerte para quien se queda
solo).
Quisiera mantenerme de pie cuando las cosas se tornan feas. Sé que no todo va a ser como quisiera.
Quisiera, apenas quisiera mi vida de vuelta.
11 agosto 2014 (Luna Llena)

A esta hora en que los sueños mueren, y el llanto grita alto dentro de nosotros, descifro los
pensamientos que rodean mi mente. Intento huir de los negativos, mera ilusión, pues recaigo en la
complicidad de mis pasos por la habitación. Miro por las ventanas. La oscura noche que huele a
jazmines. Respiro profundamente pero no con la sonrisa de otras veces.
El viento de la madrugada está más frio. Recorre cada partícula de mi cuerpo, no lastima, mientras
tanto me hace sentir viva en un mundo que ya no hace falta mi ausencia.

Vuelvo a mi mesa: mis dibujos, mis poemas, mis proyectos y tu foto que engalana mi escritorio. Unos
ojos inmóviles observan mis pasos inseguros; me gritan de forma silenciosa para que permanezca otros
segundos mirando por la ventana y, que intente una vez más, entender la oscuridad de la madrugada,
dónde tú no estás. Creo que ellos no ven la complicidad de mis pasos, de mi alma, de mi vida, de mi
existir.
Simplemente están y permanecen a mi lado sin darse cuenta, ¿oculto de ellos también, mis verdades
y mis dolores más profundos?
Pienso en ti de manera silenciosa. Resurgen recuerdos y recrean aquellos días diferentes, llenos de
complicidad, inocencia, aprendizajes y amor.
13 agosto 2014 (Luna Llena)

Dejo el silencio en la mudez callada de la madrugada. La vida sigue, sin ganas en estos últimos
meses. No sé dónde he dejado también el romanticismo. Respiro profundamente y siento tu presencia
tan cerca que, por un segundo pienso que tú también piensas en mí. Tus sueños otra vez se aferran a
mi realidad, dejando las mismas huellas imborrables en mi piel. El silencio de ese momento trae la
opaca luz a la oscuridad del roció, despertando la ternura de las flores: Olor a romero y jazmín entra
en mi cuarto rompiendo el equilibrio de tristeza. Quisiera abrazarte, mentirte: decir que mi dolor es
transitorio;
***
El tiempo sigue llorando. El silencio enmascara verdades falsa.
Que difícil que es cruzar el camino en las madrugadas de insomnio cuando has decido a no sentir
como antes, no amar como antes, no querer como antes, no gritar como antes. Que difícil que es cruzar
el camino sin frenos, con la posibilidad de terminar accidentada y con rupturas violentas, heridas
graves y un dolor incontrolable.

Me he desnudado de los deberes, sin las ganas de seguir. La inspiración y el deseo de vida va y viene.
Lo que queda invariablemente es el amor. Ese palpamiento en mi pecho, gritando en mi alma.
16 agosto 2014 (Luna Llena)

Ya no sé contar bien las cosas. Se mezclan a la emoción y borran la razón. Entonces, sin darme
cuenta hablo de cosas sin colores o con colores intensos. Terminan siendo lo que no veo, lo que no
vivo, lo que lloro, sino los que salen

En esas horas en que todos duermen, me quedo a merced del desconsuelo, de la desesperación, del
prodigio, del asombro, de la impotencia, del desaliento.

Camino por la habitación, el lugar común de todas las madrugadas. Camino con la mirada
superficial. Ya no sé dónde quedó el interés de otros tiempos, los libros, los cuadros; todas las cosas
que están aquí y que no me comparten nada.

Pienso en ti y me atrevo a escribirte: pero en mis palabras los colores se vuelven niebla y al leerme
no sabrás de mí, porque en nada me adivinas en ese momento. Ya no te acuerdas de mí en mi última
siembra.
Sabes? cuando empiezo algo, me gusta que sea eterno, como el soplo del espíritu en la mañana de
lluvia en el jardín. Pero la vida me ha enseñado que nada es eterno. Pero todo es eterno dentro de su
tiempo: hay eternidades de 2 horas, de 1 día, dos semanas, dos años y quizá de toda la vida...
...
En estos últimos días he decidido dejar de dar explicaciones, a menos que me pidan. La mayoría del
tiempo no me siento especial. Tal vez en estos últimos días estoy siendo alguien que no quiero ser.
vivo en un mundos sin ventanas, de habitaciones cerradas que nadie abrirá.

Hay tanto por hacer, que el destino se parece a un mar sin luz. Defiendo mi verdad, pero no es la de
los otros, por eso se incrementa mi cansancio.
A veces creo que nada he vivido, que todo es irreal. Pienso que en cualquier momento voy a despertar
y mi vida será la misma de otras veces cuando tenía a mi madre y a ti. Cuando las flores del jardín
tenían más colores y más olores, y los días grises estaban presente cuando yo lo quería.

Creo que ahora vivo como en un altillo, observando todo lo que pasa para escribir historias, o
simplemente las invento. Pero a mí no me gustan ese tipo de historias, no son lúcidas, duraderas, ni
dignas. Una vez más pienso que a mí me gustan las cosas eternas, no las cosas miserables y tristes.

Alguna vez, alguien me dijo que podría alcanzar lo que quisiera, que mi mente era prodigiosa, que
mi cuerpo era soberbio, que mi bondad era infinita... Más nunca he creído esas palabridurías huachafas.
La vida no te da libertad para eso... Y hoy apenas creo en este cielo después de cada lluvia y en el
viento convirtiendo lo opaco en estrellas... Hoy me queda el consuelo de saber que mi alma no olvidó
invocar a los espíritus del encuentro. Seré ilusa, pero me hiciste creer en algo más grande...

20 agosto 2014 (Luna Llena)

Todo empieza con el canto del gallo. Ya es de madrugada, y toda la duda vuela veloz y, la noche sigue
tranquila. Todos danzan alrededor del mismo sueño. Yo quería contarte cosas alegres. Y me quedo
buscando en la memoria cosas que me arremeten a eso, la alegría, el amor, la pasión sin culpa y sin
miedo. Miro por la ventana y mi sonrisa devuelve las luces del corral. La suave brisa de la lluvia me
recuerda que no somos seres de luz, sino animales de carne y sueños, ilusiones y deseos, necesidades
y desesperanzas. Necesitamos de la alegría, aunque esa alegría sea apenas dosis homeopática: pero la
necesitamos para podernos sobrevivir.

Y si pensamos y mirarnos a lo largo del día. Tenemos muchos momentos de felicidad, no sé si felicidad
extrema pero aquellas que apenas nos tranquiliza el alma con la dulzura que nos hacen respirar y soñar
que seguimos el curso de los ríos, el regreso a nuestros momentos más tierno.
A ver, lo que me hizo feliz estos días, no de forma extrema, pero simples dosis homeopáticas. Sí, me
acuerdo de las mariposas cantándome la vida, ilusionadas por el color de las flores del jardín. Eso ha
traído la felicidad de vuelta a las cavernas de mi corazón. Entonces desplego mis alas y también salgo
a volar, con la primavera en el alma, con los aroma de miel y flores y dulce calma.


Mientras cierro los ojos, te imagino sonreír; llegar a mí encuentro en esta sonámbula madrugada. Y es
de luz esta alegría. Entonces otra vez soy feliz. Pienso que estás conmigo aun cuando te pierdo.

06 septiembre 2014

Hoy es sábado y es de mañana. Me acuerdo de otros sábados en otra vida distante. Aquellos sábados
eran destinados. Escribía algunas líneas que tú celebrabas con sonoros aplausos y decías que eran
cuentos maestros_: ¿Te acuerdas? __Entonces yo te decía__: sábado es día de escribir cuentos__. Y
tú siempre reías y decías__. Eso no es cierto. Eso es una regla creada por ti. Pero no tengo reglas. Soy
bandida, en mis escritos (jajaja)...

Sabes, hoy tengo la certeza que éramos felices. Había cosas que hacíamos juntos, y sueños que
pensábamos realizar. Pero la vida es mala y siempre nos lleva por otros caminos. Esos caminos que
no nos dividen por amor si no por voluntad.
Extraño mi vida. Extraño esos sábados de verano, de sol fuerte y tristeza en el alma. Acabo de
abandonar la cama y ni siquiera he dormido un segundo, por eso todo me parece tarde, hasta para
andar descalza por el jardín que baila con el viento que limpia las hojas que mi insomnio dejó. Tarde
para permitir que la tierra me entregue su necesidad de lluvia. Tarde para aceptar que los pájaros se
bañan en la piscina del corral y disfrutan felices cantando la alegría de la brisa del mar.

En este sábado sin lluvia y sin ti, perfumo mis cabellos con jazmines del tiempo. Quizás de esa única
manera, algo me parezca temprano.

En estos últimos meses, ya sabes cómo fueron nuestras vidas. La tuya con muchas esperanzas e
ilusiones, en busca de una carrera en la política que terminó con decepciones y tristeza. Y la mía con
muchas pérdidas y dolores en el alma. En estos últimos tiempos, apenas fingimos estar bien para que
los demás estén bien. No queremos que sufran por nosotros las personas que amamos. Pero eso no nos
arrebata la tristeza y sufrimos más y más todavía. Cuando el dolor se oculta en las entrañas del alma,
es más devastadora que cualquier otro dolor en la carne y el cuerpo.

A veces pienso que todo eso es un sueño y pronto voy a despertarme. Cierro los ojos a este mundo que
me atraviesa, para que nuestros corazones se mantengan latiendo a pesar de las desgracias. Pienso que
podamos sobrevivir a todo este caos de tristeza y soledad, que el pasado cada día duela menos. Ay
pero ni siquiera sé que eso es posible. El sufrimiento es parte de la gloria. Que cosa tan cristiana de
profesar un lamento!... ja ja ja...

Necesito más horas al día, digo todos los días cuando amanece y anochece. Una vida más larga, o, que
los años pasen más despacio. Digo eso por los que amo. Quiero estar más tiempo con ellos y, que todo
no sea tan fugaz y triste.

Hoy es sábado 06 de septiembre. No sé cómo acabará el día. Sólo sé que extraño muchas cosas en mi
vida. Hay momento que pienso que llegamos al punto de inflexión y no quiero hacerme daño. Quiero
algo para mi vida, pero caigo en la cuenta que lo que necesito es mi vida de antes. No sé lo que tú
quieras en estos momentos. Creo que también te sientes perdido en el mismo camino que se perdieron
mis pasos. Añoro esos momentos en que vivemos tú y yo. Siempre fui literalmente incorrecta. Y tú,
eres el poeta más lindo de toda la historia.

Acostumbrarme a esta nueva realidad, sería como un castigo divino para un deseo menor. Yo soy
apenas humana de alma rota, eso es todo lo que me pasa. No me hago la engañosa idea como empezar
de nuevo. A menudo estoy sin ánimos para nada, y sin iniciativas nuevas para iniciar cualquier carrera.
Ha llegado otro día y no sé cómo vivir. Extrañando a las personas que amo y no están. Siempre he
vivido de forma racional. Sin embargo, cada vez se me hace más difícil hacerlo.

He contado las veces que he vuelto a estar en el piso. Las incontables veces que he querido salir de la
tristeza. Aceptar el mundo. Estar de buen ánimo para seguir adelante. Es triste y duele decirlo, pero
estoy rendida, exhausta.

Pienso en ti. Te magino en estos momentos, con tus penas y constantes decepciones de la vida. Sé que
también sufres del mismo dolor que me ahoga en el alma. Sé que te duelen los sueños esquivos que
no puedes controlar. Pero también sé que debes estar con una sonrisa en la cara. Siempre me gusta
imaginarte sonriendo, con esa delicada sonrisa en la cara que hace brillar tus ojos como un manantial
transparente que dice a todos “Estoy de maravilla”. Entonces me llegan infinitas ganas de gritarte con
todo mi aire y toda mi fuerza ¡Te amo...

El día sigue, sin lluvia y sin ti. Ya no tenemos citas como antes. Y ni siquiera me acuerdo de nuestra
última cita. A veces pienso que todo sucedió en otra vida tan distante.
El Sol se hace más fuerte, y de nuevo lleno mi alma y me cubro de silencios más vacíos que nunca.
Camino despacio a la nada. Y mi vida se apoya más triste que nunca.
29 Septiembre de 2014

En esta calurosa madrugada de inicio de otoño escribo otra carta dedicada ti. El otoño es mi estación
preferida, donde el frio llega despacito con los colores de la vida. Abro la ventana y miro la luna: está
creciente y no me sonreí. A veces me da la impresión de estar ausente, y a veces como si llorara de
alguna pena secreta. Yo le pregunto:
__ ¿Lloras por mí, querida luna?
Y ella se torna aún más triste todavía. Entonces creo que debe llorar por ti o, quizás por nosotros.
Bueno, ya no sé el difícil significado del amor.
Un amigo de la oficina me dijo que hablo como Pauzinni.
__ ¿Laura?__, Pregunté__. Laura Pauzinni, la cantante?
__Si__, me dijo__. La forma y el tono pausado de tu voz, se parece mucho a la voz de Laura.
Ahora me pregunto, ¿será que mis sentimientos son así de pausados cómo mi voz?. En estos tiempos
que corren sin camino, es muy difícil decir algo sobre mis sentimientos. En estos tiempos que aceleran,
cualquiera puede fingir que es músico o poeta. Quién sabe, hasta se puede fingir que es feliz...

He vuelto a escribir un poema, pero sentí la oscuridad donde siempre se esconde. Abro la boca y me
suena a suspiros que pasan fugazmente, como todos los suspiros que no se entienden y que no hacen
ninguna falta descifrarlos. No entiendo a la vida en estos últimos siete meses. En serio, ¿Había
entendido la vida alguna vez?

He llorado, reído, ilusionado, e incluso abrazado. No perdí la esperanza hasta el último aliento. De
alguna manera, confiaba en esa capacidad para sobrevivir que siempre nos acompaña. Pero ahora todo
se acabó, y la vida pasa sin razones. Nada es personal, ni el grito de un poema en una tarde olvidada,
sin significado real, ni los gestos fugaces y tristes, o las esperanzas que nunca llegaré a tener. De
alguna forma tengo envidia de ti; siempre estás yendo a escuchar el silencio en nuevas miradas, nuevas
aventuras escondidas en otras mujeres. Es tan pequeño el espacio que los caminos cambian la ruta.
Pasos callados. Mi voz lejana. Y tú, mi poeta de las madrugadas eternas. Ahora nos falta el sonido de
nuestra canción, las tentaciones, el deseo, y los nuevos nacimientos de lucha. Todo se hace tan personal
en esta despedida que no quiero pronunciar con palabras.
La luna es más grande y quizás más triste también. Pienso que estará llena cuando llegues a tu destino.
Las estrellas sonreirán en silencio, iluminando los rincones oscuros que la luna olvido por su tristeza.
Las estrellas como rosarios que cuelgan esperanzas, iluminan profundamente el camino.

Ahora somos distintos de lo que fuimos. Pero aun sigues en mi corazón, y lo sabes, y quiero para ti
toda la paz, toda la gloria y todo el amor.

Te extrañaré, si, te extrañaré.

06 octubre 2014

Puedo escribirte de los días, de la alegría de las horas, del Sol que no quiere irse dejando mi rojo otoño.
Puedo escribirte del olvido, del viento que llora entre los arboles sin hojas, de la soledad de las flores.
Puedo escribirte de las horas de tristeza que nunca se fueron, de los instantes pasados en mañanas de
lluvia. Puedo escribirte de lo oculto, de las cosas misteriosas que quizás no existan, del tiempo que
pasó y que jamás volverá. Puedo escribirte de mí, pero lo sabes, lo sé y lo sabemos que eso es otra
causa.
14 octubre 2014

Esta es la primera carta que te escribo en la mañana. Quizás preguntes, ¿Qué pasa con las
madrugadas?, Bueno, las madrugadas se tornaron triste, en agonías. Entonces quise huir un poquito
de esa angustia que me contagia, como esa canción que dice:

“Triste madrugada/
fue aquella que perdí mi guitarra/
no hice serenata a ella ni canté una canción”

En la vida es necesario tener fe. Y no me refiero a la aceptación religiosa de la palabra, sino a la fe


entendida como confianza, la fe de seguir cuando todo parece perdido y sin razón de ser, la fe en las
mañanas cuando las madrugadas están tristes y en agonías. Yo, y tal vez como todos, siempre he tenido
crisis de fe. En todo momento me asalta esa crisis, alta y profunda crisis de fe en las madrugadas en
agonías. Sin embargo, hoy sé que debemos huir de esos lugares donde la fe se encuentra en agonía y
buscar nuevos sitios dónde todavía puedes controlarla. Pues, lo más importante es la fe en uno mismo,
porque sin esa fe estaríamos perdidos.
Esta mañana nasce fresca y clara. Quizás se trata de la misma claridad que se llega poco antes del
amanecer; esa que tú también miras y te empuja a escribir poemas de amor. A veces pienso que no he
vivido nada, que todo es irreal_ parezco escuchar eso en el triste canto de los pájaros que pasan
despertando a la mañana. Entonces canto con ellos también. No sé, es algo así como vivir un sueño
dentro de otro sueño. Parece ser que el tener un motivo es parte de la realidad, y quienes no lo tienen,
mejor no deben hablar de caminos. Me cuestiono ahora, ¿cuál es mi motivo para ser parte de esa
realidad?. Bueno, canto con los pájaros: _A veces creo que no he vivido nada, todo es irreal.
Me queda el consuelo de saber que mi alma no olvidó invocar a los espíritus de tu encuentro. Ese que
vuelve mi vida a la realidad.
***
"Las lágrimas del mundo son inmutables. Cuando alguien empieza a llorar, alguien deja de hacerlo en
otra parte." Samuel Beckett - ESPERANDO A GODOT
¿Cuándo me toca a mí? ¿Cuándo, en otra parte, alguien va a empezar a llorar?. Ayer y hoy se
confunden en un suspiro. Mañana solo es un sueño. Realidad de palabras que nunca décimos. La
esperanza cae sin huellas.
A veces no sé si es fantasía, si es recuerdo, si es deseo, si es sueño.
Lo que sé a ciencia cierta es como lo recuerda o imagina
mi piel, mi retina, mis neuronas, mi boca, mi sexo.
Muero por vivirlo otra vez
¿O por vez primera?,
Quien sabe
si tan solo lo imaginé.
***
Llevo días intentando explicarme aquel miedo que me embarga estos últimos días. Este miedo que me
hace temblar, que no consigo superar enfrentándolo de cara. Este miedo que se me ha clavado dentro
como una espina, entre la esperanza y las ganas de vivir. Este miedo que me ha convertido en
marioneta involuntaria de las circunstancias del destino.

¡Ya no tengo ganas para seguir gritando que se aleje...!


04 de junio 2016 (Luna Menguante)

Vuelco todo mi pensamiento a la rueda del recuerdo. Me he quedado pensativa, mirándome. ¿Acaso,
de alguna manera, yo resumo los rasgos de tantas otras vidas en esta tibia hora de la noche? Acaso
vuelvo al pasado, a las viejas cartas de viajes y frías noches de inviernos?. Sin duda recuerdo esos días
como los más emocionalmente poéticos de mi vida. Nunca estuve tan cerca de ti y a la vez ni tan
alejada. Nunca estuve tan confiada y tan nerviosa. Nunca me vi tan forzada a esconder mis verdaderas
reacciones, ya sean las felices o, en algunas ocasiones las infelices. Entonces vuelvo a sonreír, siento
el frío de la madrugada, oigo los pájaros cantando en el corral, como una orquesta sinfónica. Sin
embargo, y a pesar de todo, no puedo ocultar mi angustia. Tú y yo sabemos que ahora es distinto, ya
no somos los mismos de antes. Ahora tenemos vidas nuevas y nuevas adaptaciones.

Las cartas que escribí para ti. La carta que me quede esperando toda la vida, y que no me escribiste y
nunca llegó.

Ahora somos distintos, más viejos y más sabios ¿o no?. Pero lo que nunca cambia _y a mí me encanta_
es tu capacidad de empezar cosas nuevas, con la contagiante alegría y la pasión de los poetas.

Bueno, eres un poeta en tus actos, tus palabras y tus acciones. Me encantas! Siempre me sorprendes
con nuevos proyectos, nuevos sueños, teniendo la certeza irrefutable que será mejor. Y eso que vas en
busca ahora _con toda la certeza_ lo será mucho mejor. Es difícil, si, ya lo sabes. Hay que ser muy
fuerte. Trabajar mucho... Pero sabemos que lo eres y lograras con mucho esfuerzo y labor...
Ay Leila! Cariño mío de mi alma. Leo tus cartas y te siento tan cerca de mí, y a la vez tan distante y
ausente. Yo no sé si un día te tuve o te tendré estrechada entre mis brazos. No sé si un día me amaste
o te amé o nos amamos, y ese mismo amor fue la llama que dejó cicatrices y ceniza en nuestra piel.
Ahora mismo ando sólo, sin ti y sin el gran amor que ató a nuestras vidas hasta sangrarnos. La tarde
palidece y la noche se próxima con callados ritos de tristeza. Entonces te imagino, saliendo de la ducha
o entrando en el dormitorio. Por cierto: ahora el dormitorio está más vacío que un cántaro roto y
abandonado. Te imagino leyendo mis poemas, o intentando interpretar nuestra canción y símbolo de
amor: Qué gracioso sería escucharte chillar por el pasillo con tu voz de campanilla. Ah pero es la
soledad la que cobija mi cabeza en su regazo, y tú, no estás más que en mi propia imaginación y mi
ternura. Te ando buscando por ahí y no doy con tus ojos herederos de estrellas. Te nombro, y tu
ausencia me devuelve el mismo vacío y la melancólica soledad que sube como una marea despeñada.
Ya se hizo la noche y llueve. Esta lluvia me recuerda tus últimas lágrimas. Yo también te amé hasta
gastarme el corazón. Bebí de la copa de barro y desperté borracho de ti. También te entregué mi sangre
y mis huesos y mi boca. Te entregue mi vida en pequeñas porciones de besos y aromas. Te entregué
todo aunque sin darte nada. Mi corazón golpea furioso como un fusil en las torpes manos de un loco,
cada vez que la tarde me trae tu voz y tus sueños.
Siempre fuiste, eres y serás el gran amor de mi vida. Yo heredé de ti la ternura y la fortaleza de
enfrentarme a la vida y batallar hasta el último aliento. Gracias a ti aprendí a amar las madrugadas de
otoño, los sábados de cuentos y las margaritas. Gracias a ti ahora amo los días grises y la gruesa lluvia
que danza sobre el tejado y rueda afanosa sobre el césped. Gracias a ti, ahora mis luchas son más
claras, más profundas y más simples. Solo anhelo dejar mis fuerzas y mis versos al servicio de los
pueblos organizados. Porque solo a través de una verdadera unidad de las mazas alcanzaremos las
grandes victorias y la justicia.
Ah compañera, mi amada; si tan solo supieras cuánto te necesito. Hay noches enteras que no duermo
bien pensando en tu salud y tus besos. Pronto, mi amor, pronto estaremos juntos con nunca antes lo
estuvimos. Si la vida nos separa amor mío, si nos separa la vida, la muerte nos unirá para siempre en
su lecho infinito.
Sé que nunca fui un buen hombre para ti ni para ninguna mujer sobre la tierra. Nunca me atreví a salir
del sueño y los versos escritos a tus ojos. Ahora me arrastro en la culpa de no haberte amado como tú
te mereces. Tuve miedo, sabes? Fui un cobarde por no haber extendido mis alas y emprender el vuelo
hacia tus brazos. Por eso me condeno y me ahogo en esta insaciable soledad que a veces parece
quitarme las fuerzas y la vida. Tal vez tu no lo sabes, pero sufrí hasta los huesos y la sangre, cunado
nuestro amor se apagaba de a poquitos, como el incendio que la furia del viento apaga llama tras llama
hasta convertir en cenizas su calor y su fuego. Cada tarde era para mí un fantasma vistiendo luto y
sombra; y cada amanecer sin tu sonrisa, era un rayo que me abría el pecho y las entrañas y me arrancaba
el corazón por pedacitos. Y así, día tras día, iba y venía por las torcidas y polvorientas calles del Perú,
entrando en las cafeterías y saliendo de las bibliotecas nada más con tu nombre anudando a mi
garganta. Pero no alcanzó, mi amor y mis versos no fueron suficientes para combatir la pobreza. Tal
vez a ti te espantó caminar con zapatos gastados; ir y venir del mercado cargando un canasto de frutas
y verduras que serían nuestro único sustento del día y la semana. Quizás tuviste miedo vivir como
vivimos la mayoría de los peruanos, sin autos, sin lujos, y sin sirvientes. Nosotros no tenemos
sirvientes pero a cambio tenemos amigos. Alguna vez te lo dije: yo no podría ofrecerte una vida de
lujos como acostumbras, pero a cambio te ofrecí madrugadas enteras con cafés y libro, juntos tú y yo,
bajo la sagrada claridad de las estrellas. Esa es la única riqueza que poseo, y lo sabes. Te ofrecí mi
vida como se ofrece una copa. Te entregué mi amor, de la misma forma que el sol del verano se entrega
a la tierra. Te entregué todo tal vez sin darte nada. Pero todo y nada son los resultados de la vida, y
mi vida entera es para ti, amor mío, para ti y tus brazos.
Perdóname mi amor. Perdona mis errores constantes. Perdona mis celos de hombre débil y enamorado.
Persona mi silencio y mi ausencia. Perdóname de todo y por todo. Perdóname mi vida.
Soy consciente que he fallado y por eso ahora me abandono en la culpa de no tenerte en mis brazos.
Busqué tu amor y tus besos en otras mujeres y otros labios, pero el tiempo se encargó de hacerme
sentir el vacío que solo tu presencia puede llenar de ternura. Sólo tú puedes volver la sonrisa a mis
labios; sólo tú puedes volver la tranquilidad a mi vida; sólo tú puedes volver los latidos a mi corazón,
sólo tú puedes volver la esperanza, la luz, el camino.
Si supieras lo mucho que te quiero, que te necesito, que te extraño. Si supieras que mis noches sin ti
son negras y frías y solas. Regresa a mis brazos, amor, regresa a mi vida.
Como ha cambiado mi vida desde que tú no estás. Ayer todo era hermoso, los sueños, la vida, los
amaneceres. Ahora, una pena y un amargo desconsuelo que no puedo ocultar de mi rostro.
Te extraño. Extraño tanto abrazarte, besarte como nunca sucedió. Extraño escribir los versos
inspirados en tus ojos, tus cabellos y tu amor: Nunca la poesía fue más hermosa que cuando eras tú la
insaciable fuente de dónde brotaban mis versos, como chispas de fuego o esquirlas de rocío. Nunca
mi corazón latió tan fuerte como en aquellas lejanas tardes de otoño cuando esperaba tu llamada.
Imagino tu cabeza de espiga firmada en mi hombro. Imagino tu cuerpo, tu cintura acurrucada en mis
brazos. Te imagino con tus colores, pintando en el aire el cuadro que nunca pintarás en mi ausencia.
Te imagino corriendo por el patio de la casa que nunca viviremos. Te imagino jugar con los niños que
no tendremos. Incluso te imagino despertar a mi lado, en una cama cubierta de pétalos, perfumes y
versos.
Vuelve que te necesito. Vuelve que me haces falta. Vuelve que ya no puedo seguir caminando por el
mundo sin ti. Vuelve mi vida. Vuelve mi amor. Vuelve por favor.

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