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GONZALO AGUIRRE BELTRAN CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS Contribuciones al estudio del pensamiento social en México UNIVERSIDAD VERACRUZANA INSTITUTO NACIONAL INDIGENISTA GOBIERNO DEL ESTADO DE VERACRUZ FONDO DE CULTURA ECONOMICA ! MEXICO , 4390. APLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 137 MOISKS SAENZ Uno de los momentos més brillantes del movimiento revolu- cionario mexicano de principios de siglo se produce durante la década de los afios veinte, cuando la Secretaria de Edu- cacion, recién inaugurada, implementa un ambicioso programa. de ensefianza que tiene por finalidad incorporar a la poblaci GMMpesifia, en su inmensa mayorfa de cultura tradicional, ‘den- tro de la corriente maestra de la civilizacién moderna que la sociedad nacional se impone como modclo.@osyartificesdel programa son muchos y muy eminentes, pero entre ellos Moisés Séenz destaca como figura sefiera no sélo por la funcion que “Te toca desempeiiar como administrador eficiente desde el alto cargo de subsecretario sino, ademas, por su valiosa. contribucion. como idedlogo de la nueva. escuela. Su vocacién para el magisterio y su inquietud como militante encargado defpromloveny encauzarelicambioWwiolentoyqueypone @ilmarchaula Revolucion, encuentran en éf una conjuncion de aptitudes que no siempre se dan de modo tan acabado en una misma persona. $4enz sabe seleccionar los hechos de esencia re- levante. Con la penetracién del pensador imaginativo reflexiona sobre las conexiones trascendentes de esos hechos y persigue las mudanzas que en ellos toman origen para, finalmente, des- prender consecuencias practicas de los procesos en operacién, ordenando sus desarrollos y encamindndoles_a la meta de un propésito eminente: la integracién nacionalf Ahorrar esfuerzos, suavizar conflictos, hacer menos dificil y doloroso el inexorable trdnsito del indio de su cultura tradicional a la civilizacién, sin que el cambio pierda velocidad ei el ritmo, sino que aun lo acreciente, es la tarea obligada del educador. Saenz da como lugar de.origen un poblado inmediato a la ciudad industrial de Monterrey y en esa urbe inicia su edu- cacién formal.’ A diferencia de otros hombres singulares como Ricardo Flores Magén y Emiliano Zapata, que también quisie- ron darle a México una condicién rural {Saenz Wo nace ene) seno de una comunidad indigena ni tiene trato con los grupos étnicos americanos antes de haber alcanzado la edad madura. * Castillo, 1968, pags. 160-201. 138 SRITICA ANT CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRUS B IDEAS = parece su primera experiencia, con los indios la sufre fuera. as fronteras del pais, al hacer trabajo de campo entre los navajos, como un requisito a llenar para obtener el doctorado ° en filosoffa;} pero esto no le impide pronunciarse por fa pri macia de Ia vida campesina, a la que llega a conocer y amar con apasionada perspicacia. De Monterrey pasa a México, don te ingresa a wna escuela confesional, la preparatoria presbiteriana de Coyoac , on la que rinde los examenes para la ensen fe de Coy ‘a ensenanza Cursa su carrera magisterialjen la normal de Xalapa, enton- ces presidida por la sombra venerable de Rébsamen y !a filosotis positiva. Mas tarde estudia ciencias quimicas y ery er ii. versas universidades norteamericanas, va a. Ta Soborna en Paris y regresa a Nueva York para terminar su adiestramiento en Ie Universidad de Columbia, donde otro mexicano TTOSTTS Ma I Gamio, se habfa doctorado en antropologfa. En Columbia co noce a John Dewey, cl gonial pedagogo eerreeTeNT cooucla de la accién y en las lecciones y en las obras que produce Ta me! r siempre lucida del maestro bebe insaciablef Cuando tice « » sus manos la posibilidad de conformar la rarer rural. di - me libremente de los elementos que le proporcionan los mat sales de Dewey; la motivacién, el respeto a la personalidad, la autaex- presién, la vitalizacién del trabajo, el método de ato ect sl aprender haciendo yla democracia en la educacién.? ——s Sus bidgrafos le asignan como credo religioso ‘una de las denominaciones del protestantismo.* Por est: para au d creencla que el vulgo identifica como propia del modo de ser norteamericano y pdf/Su)entusiasta apegol a 16s valores for. mas de vida jiertéamericanas, José Vasconcelos y anos os el, Te califican de pocho, mexicano agringado, y otras lindezas mas! Toda su politica de incorporacién del indio neers la Ca } ee prdigena hasta el Departamento de ren igenas, es tacha a de racista y discriminato: ara indi Politicamente, Sdenz se halla comprometido con 1 eae ae volucionaria que Cline Tama la dinastfa del Norte,’ de la cual habfan formats Parte Madero y Carranza, eximios representan: tes de la burguesfa territorial provinciana. Ambos tataron te 288 1926, pag. 78. * Ruiz, 1963, pag. 30, “Cline, 1962. APLURNTES IDBOLOGICOS DE LA REVOLUCION 139 contener a la Revolucién dentro de los limites de las reformas moderadas y ambos perecieron en el intento. Obregon y Calles, que remplazan en la jefatura de la dinastia a los proceres caidos, son mucho mas abiertos ala corriente populista, que constituye la voluntad opuesta en el conflicto de fuerzas que pone en obra el proceso revolucionario. ‘A todos estos ingredientes —positivismo rebsamiano, protes- tantismo religioso, pragmatismo norteamericano, instrumenta- lismo deweyano—, debemos agregar el populismo andrquico, propalado por Flores Magén y realizado por Zapata, que se infiltra profunda, tal vez inconscientemente, en m uchos de los hombres de la Revolucién adictos a Ja corriente provinciano- burguesa que detenta el poder. Sdlo si tomamos en cuenta todas estas influencias y las que derivan de su contacto tardfo con los indios de América del Centro y Sur y con los pensadores de esos paises que, como Maridtegui, Uriel Garcia y Castro Pozo,’ causaron honda huella en su Anima, podremos explicarnos ade- cuadamente su nacionalismo acendrado y Ja enorme aportacion con que contribuye al desarrollo de la pedagogia y de las ciencias sociales en México. Como buen revolucionario, Sdenz contr: ha hecho y pensado ant pros un fa y una practica nuevas. Siguiendo un patron de conducta que ha sentado reales en nuestra manera de ser @e tabla rasa de la concepcién del hombre y el universo que gustentan los entificos dé la dictadura potlitiana —lo cual es facil de comprender aunque dificil de justificar—, ademas, ignora sin razén aparente Jos esfuerzos seminales realizados con antelacion por intelectuales tan etiinentes como Manuel Gamio y Antonio Caso. 1s Hien sabido por todos que Gainio es un pionero de la antropologia aplicada en eledmbitonnundial deta, disciplina, ala que fundamenta y realiza mucho antes de que los antropélogos britdnicos idearan utilizarla con fines de dominio colonial. En el proyecto de accion-investigacion. del. Valle de Teotihuacan, don Manuel crea y pone en operacion afortunada en los aitios que van de 1917 a 1922—, un modelo de educacién integral y de desarrollo de la comunidad muy semejante al que poco tiempo después difunden en Ja comprension nacional los dice Lodo cuanto se de él, para construir sobre los escom- solo ha 5Saénz, 1933a, pags. 261-299. 140 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES B IDBAS - artifices de la escuela rural.’ Antonio Caso representa la con- tradicc ion intelectual al positivismo barrediano; su in. uietud filoséfica le conduce a interpretar la realidad mexic na en las paginas de un texto de sociologia’ que tiene amplia difusién en el continente y variada fortuna, La exposicidn de sus leccio- nes, pronunciadas con verbo emotivo y esplendente, le sana tal renombre en el medio universitario que es imposible hasan d largo sin echarle siquiera una mirada, - . Al ignorar a Gamio y a Caso, Moisés Séenz hace atin mas pa- tente su inconformidad con la orientacién académica, histories y sSupuestamente desprovista de valores de las ciencias socia- les de su tiempo) Gamio, en lo particular, el unico mexicano doctorado en antropologfa. e indiscutiblemente su cabeza mas sobresal iente, parece ser el blanco de los ataques; mas si s onz por casualidad, llega a identificarlo con las formas arcaicas de hacer y usar la antropologia, la pasién mas que el juicio pesan en su razonamiento.’ En 1915 don Manuel asiste al 2o Con. greso Cientifico Panamericano celebrado en Washin, ston y e d expresa, enfaticamente su contradiccidn al academiemo inte un auditorio que sustenta el punto de vista opuesto Para Ga mio la investigacién antropoldgica no puede quedars en “mera especulacién, debe determinar las necesidades del grupo étnico deducir y suministrar medios inmediatos para remediarlas ; establecer la observacién cientifica de su des arrollo a fi n de co. laborar desde hoy al acrecentamiento desu futuro bienestar”.* Al contemplar el caos en que la Revolucion a sumido al ais con el der: mamiento inacabable de sangre ciudadana. Mol & Séenz, siguiendo a Flores Magén y al populismo anarquico arroja la responsabilidad de la situacion en la trinidad sombria que componen el sistema econémico prevalente, la organizacié gubernamental que lo defiende y la congregacién ecle: sti que le da su sancién aprobatoria. “La iglesia, el Estado j el ca pitalismo, autoritarios y centralistas los tres, se han ‘aliado para” dominar y explotar; el individuo se ha sometido y es un infeliz, o ® Gamio, 1916. Taso, 1939, * Cuando Gamio rompe con Galles, é ‘ Subesetnte Gamio xompe con Calles, éste nombra a Séenz para sucederie en la *Gamio, 1916, pag. 27. APLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 141 se ha evadido en el disimulo y la apatia”.’° En este contexto, los esfuerzos revolucionarios encaminados a incorporar en la nacio- nalidad a las poblaciones indias, bien vistos, dejan mucho que desear en cuanto a su justificacién social. “Somos unilaterales. Nos acercamos al indio como mexicanos para imponerle una teoria nacional y hasta un credo social; llevamos un programa predeterminado. Vamos a civilizar al indio, afirmamos. Esto es justamente lo que han proclamado todos los invasores coloni- zantes, antes que nosotros.”"? Damos por sentada la superiori- dad de la cultura moderna, sin comprender que al incorporar al indio a la civilizacién industrial destruimos arrogantemente sus valores positives y le arrojamos indefenso a una sociedad competitiva en la que domina la injusticia y la explotacién.’? Si nos paramos a contemplar el pasado, facilmente advertir mos que “nuestros indios tienen un trasfondo de civilizacion tan alto y delicado que, a veces, visitando sus antiguas ciudades o admirando sus ruinas maravillosas, uno se pregunta si después de todo la legada del hombre blanco a México no fue de compa- decerse mds que de bendecirse”.!® Antes de que la Revolucion lanzara su_programa.del, desarrollo y reforma agrarios, México era una tierra de propietarios absentistas y en gran medida también una tierra de peones sujetos a la feudalidad de Ja ha- cienda. Incorporar a los indios.a.la civilizacidn no debe consistir en aventarlos a la desorganizacién de la existencia urbana con la inautenticidad de sus falsos valores sino, por el contrario, crear en ellos un esptritu rural, instilar en el pueblo el amor a la tierra, el afecto al campo de preferencia a la ciudad; atraerlos a la comunidad. de. ideas y emociones que es México, sin sacrificar sus muchas virtudes; paciencia maravillosa, serenidad, resisten- cia fisica y mental, temperamento creador y un alma artistica cn su mera esencia. Podrfamos preguntarnos si no es redundante la proposicién de Sdenz de formar un espiritu rural en la poblacién rural cuando por su propia naturaleza la vida campesina se funda necesariamente en un espfritu rural. En realidad, la formulacion de Saenz no es sino una exaltacién emotiva de la Gemeinschaft 10 Sens, 1939, pag. 124. 11 Séenz, 1939, pig. 229. 1? Saenz, 1939, pag. 226. 19SAent, 1926, pag. 72. 142 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS de Ténnies, de los valores y la vida natural en una comunidad de consenso donde la sociedad agraria no se ve amenazada por los conflictos de clase social ni por la heterogeneidad de intereses que impiden las relaciones solidarias. En verdad, la proposicién de Séenz revela su.reaccién_en contra del industrialismo que promueve la corriente.desarrollista de la Revolucion en la cual él mismo se halla incluido y su apartamiento_de esa_tenden- cia para adoptar en su_contenido-él“postulado..anarquico. del siglo anterior que quiso fundar en la comunidad rural el futuro, de una humanidad libre de dictadura»y-de-explotacion, {En su | aspecto practico, la idea de construir_un_espiriturural esta di- | rigida a impulsar la reforma, agraria)—tibiamente iniciada y | cumplida con desgano por la dinastfa del Norte— mediante la expropiacién masiva de las haciendas y la redistribucién de la tierra, el status y el poder entre los mex de un espiritu rural tiene como propdsito terminal fundar, en el cambio de las relaciones de produccion, la liberacién y el desarrollo de Ja comunidad. rural haciendo posible el uso de cuatro instrumentos.basicos:la salud, la escuela, la. economia y | la, recreacidn. La formacién cans Para alcanzar esa meta las ciencias sociales tienen abierto un camino largo, lento y pesaroso; Sdenz cree preferible construir uno nuevo, el antiguo le parece inservible. En efecto, la investi- gacion antropolégica en la que debe fundarse el conocimicnto de la poblacién rural y, en lo particular, de las comunidades indias, se halla anquilosada, sobrecargada de descripciones farragosas ce irrelevantes para propédsitos practicos. La etnologia, toda ella al servicio de la arqueologia, ha venido a quedar en una simple “compilacién de citas de los cronistas de Nueva Espajia”," sin interés alguno en la promocién del adelanto comunal y la so- ciologia sistematica mexicana, desafortunadamente, no ha pa- sado mas all& de los primeros principios de Spencer. Tengo la creencia —dice Saenz—- de que sobran. ya los estudios que hacen del indio un objéto de curiosidad cientifica, candidato a la vitrina de un mused... "6 al prolijo catdlogo del sabio.... tema para monograffa de estudiosos o para la discusién en un congreso de americanistas... ya deberfamos estar saciados de hurgar en crénicas ingenuas... es tiempo sobrado ya. para que 14Séenz, 1936, pdg. 302. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 143 los republicanos de América hagamos nuestras propias crénica jndianas... pero nos faltan datos para escribir un tratado. de sociologfa indoamericana.”” : den 7 “A decir verdad no es facil descubrir las conexiones del cono- ) cimiento ganado in situ con él problema particular inmediato, : ni canalizar los principios generales de la ciencia hacia sus apli- ; caciones especificas; pero ésta es precisamente la ciencia gue ( requiere el mejoramiento comunal J la, integrac ou nacional. 5) Una antropologia en la que el interés por el andlisis de las for- / mas de vida india, tanto las del pasado cuanto las del presente, se conjuguen con una preocupacién por resolver los problemas que confronta el indio en su propia convivencia y en su relacion con la poblacién nacional para conseguir st desarrollo e incor. poracién. La comunidad india no es, por cierto, la que idealiza. la literatura del buen salvaje; quienes la conocen, Jos que han vivido de cerca sus carencias, saben muy bien que no hay en ella dicha o felicidad. “El mundo indigena, no es, ni con mucho, un paraiso... es un mundo deficiente y fatal, en el que las gentes vegetan, donde la tierra, cansada o pobre, no da lo bastante para calmar el hambre; es um mundo de enfermedades y plagas, un mundo donde la gente se emborracha por hambre o por fatiga; un mundo de enconadas pasiones, de intrigas pueriles; un mundo de gentes miserables, aterrorizadas y explotadas' que es preciso redimir. , - Para ello la ciencia que necesitamos es aquélla que tenga por objeto desarrollar estudios e investigaciones destinados a cercio- rarnos de las realidades del medio indigena y de los fendmenos que operan en el proceso de imilacién de la poblacién aborigen, al medio mexicano; la que pueda descubrir.los procedimientos més adecuados para lograr Ja pronta incorporacion del indio a la entidad nacional, dentro del criterio de estima de los valores culturales y-espirituales del indio, de respeto a la personalidad humana y de cabal interpretacin del ideal mexicano, esto es, una antropologia que. reconozca la importancia de la arqueo- logia, la etnologia, la antropologia, fisica y la lingiiistica, pero g6lo para ponerlas. al servicio. de la. sociologia practica. ates que disciplinas.con finalidades propias, las mencionadas deben 1S Séenz, 1933a, pag. xiv 46 Séenz, 1939, pag. 218. 17 Séenz, 1936, pag. 37. 144 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS ser materia de informacién.'® Moisés Sdenz llamé antropologia social a esta ciencia de fines normativos que estudia la realidad, éataloga los hechos, describe los fendémenos, generaliza y, en se- guida, /enfoca todo aquel conocimiento, hacia la formulacién.de prescripciones resolutivas, de la_situacién problematica..obser- vada..!* , Sogiin podré advertirso, ol modelo de antropologia social pro- puesto.por.Sdenz.perfecciona el concebido_por Gamio.en.Teo- tihuacan_y_le asigna un nombre que descubre un propésito: la_preferencia de lo ‘gocial’ sobre lo cultural. La antropologia. social de Sdenz, por otra parte, dista mucho de la antropo- logfa social britdnica tal y como fue urdida originalmente. Los antropdlogos ingleses combinan los intereses que corresponden al enfoque especulativo de la sociologia en lo que concierne al lugar del hombre en la sociedad, y sus problemas mora- les, con los empfricos de la antropologfa, preocupada por la personalidad y las variedades de la conducta humana; ambos intereses contemplados en un solo plano temporal: el presente. La antropologia social mexicana combina también la vocacion especulativa con la empirica pero su orientacién especifica se encamina a la resolucién, inmediata, de los problemas sociales; no intenta ser una antropologfa social que se plantee y resuelva ecuaciones tedricas trascendentes; todo lo contrario, pretende obtener, mediante la.accién implementada, un rapido cambio de la situacién problematica. ~ La antropologfa, social, en la concepcidn de Saenz, es una ciencia explicitamente.comprometida en la consecucién de un propdésito bien definido: la integracién nacional. No es una cien- cia fria, objetiva, que contemple al indio y su pasado como temas de investigacién y curiosidad cientifica desde una pers- pectiva. desprovista-de-juicios de. valor;.es una ciencia cargada de emoci6n social, puesta al servicio de un movimiento revolu- cionario que intenta cambiar la estructura econdmica del pais y construir nuevos ideales de justicia,social.;Hay en México ins- tituciones especializadas que tienen por encomienda el estudio la arqueologia, la etnografia, la morfologia fisica stica de los grupos étnicos americanos conforme a 1 Séenz, 1939, pag. 219. 19Sdenz, 1936, pag. 301. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 145 la orientacién académica clasica; estos estudios deben contar con nuestro apoyo porque contribuyen con el resultado de sus pesquisas a incrementar el acervo de conocimientos tespecto i indio; pero ni sus intereses ni sus metas son las que persigue la ropologia social. 7 acts contempla al indio como elemento de poblacicn centro del pais, como.hombre de hoy, ciudadano en. ciernes, retende allegarse datos que informen sobre las modalidades economia de los grupos natives, tan imperfectamente conocidos, $9 Te, ‘el régimen comunal de jas tierras y los bosques, sus in us: trias, su técnica; sus formas de educacién y recreacion, al ue bridad e higiene; sobre los vinculos,.de explotacion que_esta- blecen la hacienda, la legislacién y la iglesia. para, mantener cl abuso. Materiales cognitivos, indispensables todos para la, resolucién acertada y pronta del problema del indio, que con- vierten ala antropologfa social en una ciencia, “eminentemente perceptiva”.” Esta condicién ultima de ja disciplina hace de sus promotores —que bien pueden “designarse con el nombre tin poco barbaro de indigenistas”—* cientificos sociales osten- siblemente comprometidos en. la ejecucién de programas que busca la redencidn, del indio. y les vuelve “apostoles y misio- , néros en la nueva cruzada para, integrar a México”, al difundir, el arrebato. revolucionario. por toda. la. faz. de. nuestra terra, por sus mas apartados rincones, “allf donde alienta todavia el alma verndcula y donde muchas veces también se atrinchera la explotacién y el atropello”.” En la tarea de conformar la disciplina social mejor adaptada \ alas condiciones del contexto revolucionario mexicano Sdenz no } gelimita a la critica de la antropologfa académica ya la presen- tacién del nuevo modelo que Hama antropologia social. Hom- bre comprometido en la ac: én, leva. a la practica el modelo y realiza diversas investigaciones, de las cuales son ampliamente conocidas las que produce sobre Ecuador y Pert por haber sido difundidas como publicaciones oficiales de la Secretaria de Edu- cacion. Ambas investigaciones descubren, en su planeacién y en sus finalidades, lo que Sdenz entiende por antropologia social, con mayor precisién y claridad que sus afirmaciones explicitas 20 Séenz, 1936, pag. 336. 21Séenz, 1933a, pag. 278. 22 hide. 146 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS dispersas en articulos y conferencias; el examen de una de ellas —la del Pert parece ser més completa—, permite comprender con nitidez el método de la pesquisa, la seleccién de los tépicos objeto de la encuesta y el propésito aplicativo que contiene la discusién de las soluciones con que se pretende resolver la cuestién indigena local El método de estudio es directo, personal y sencillo. El in- vestigador llega primero al centro que gobierna la interaccién de los indios y los no indios; que puede ser la capital de la Repiblica en el caso que la pesquisa tenga ambicién nacional, la capital de un departamento o provincia si la dilatacién de la encuesta es regional, o la pequefia cabecera de un distrito, pa- rroquia o municipio si tratase de un estudio de comunidad. En él se busca informacién sobre las ideas directrices y practicas que norman la conducta de los individuos y las instituciones que tienen injerencia en las cuestiones que afectan al indio. En esta primera etapa del trabajo la recoleccién de bibliografia y otro tipo de material escrito puede ser vitil como arbitrio que permite orientar la investigacién, pero no debe ir mas alla de un simple reconocimiento, ya que se corre el peligro de que pesen demasiado en la interpretacién de los datos derivados de Ja observacién y menoscaben la frescura y la espontaneidad a Jo directamente aprendido. “Me documenté un poco —informa Saenz al referirse a su investigacién sudamericana—, pero, so- bre el terreno, quise ver las cosas directamente, sin el estorbo del dato impreso, que en esta clase de cuestiones no sirve, las ‘mas de las veces, sino para embotar la curiosidad.”™ El segundo paso a dar es ir_a_los asientos de los naturales para adquirir ambiente, para hacerse del punto de vista local, pata ver las cosas de abajo a arriba, de la periferia al centro y conocer de primera mano la vida y la situacién del indio como hombre y como parte consubstantiva de la sociedad local tanto cuanto de la nacional. No se trata de hacer etnografia de lo pintoresco a la manera del turista que sdlo_advierte lo superficial intrascendente,/ni antropologia de la miseria con la que el reportero, acaso sin darse cuenta, denigra y deturpa al indio; tampoco se_pretende, como el sabio alemdn que diseca hasta la miopia, obtener una radiograffa del salvajes Se bu: 29 Séenz, 1933b, pag. xiv. lve: 447 Al lucton producir un documento humano, noun libro de ciencias, esto ! es, presentar al indio.como-factor. so al. sujeto a las_peripe: \ cias de la. vida nacional,.como fuerza. viviente. “En considerarlo \ como factor inminente, fatal, inescapable, en pensar en él no como algo extraiio a nosotros, vestigio de un pasado del que no tenemos culpa, sino como algo que esta en nosotros, que es de nosotros, que somos nosotros mismos, querdmoslo 0 no.’ FE) tercer momento de la investigacién ticne por destino ob- jetivar al indio, jdentificarlo como hombre diferente en su et- ‘hicidad, en su cultura y en su estructura economica, politica y social del resto de los mexicanos. Esta objetiv: cién del indio ho es sino un recurso metodoldgico cuyo propésito es poner de manifiesto las relaciones de subordinacién que guarda para con las fuerzas que dominan en la sociedad nacional: el capital, el gobierno, la escuela y la iglesia. Saenz, una y otra vez, insiste en que esta objetivacién en circunstancia alguna implica un intento de segregacién, “En mi estudio —advierte— objetivo al indio no por cierto para encerrario en el gabinete de las cu- Hosidades nacionales, herencia de la prehistoria social, como ‘Tos monumentos arqueolégicos y las ruinas o los huacos y ca- charros, ni menos para acorralarlo en Jas reservaciones estériles inventadas por el egoismo ndrdico de, Jos americanos de los Es- tados Unidos; lo objetivo como ardid de estudio, dentro del tratado, para no incurrir en el error roma tico de creer que el indio y su problema han desaparecido, simplemente porque la legislacién republicana declaré, a la francesa, la igualdad de todos los nacionales.””* ] La cuartay tiltima etapa de la pesquisa consiste en la reflexion sobre los fenédmenos observados y sus conexiones, sobre las ac- titudes y los designios que se han puesto en obra, para resolver la situacién problematica, a modo de estar autorizados para emitir el juicio oportuno que oriente, de ahi en adelante, el pla- neamiento y la aplicacién, Hace uso, ahora. si, de los estudios anteriores, de toda {ndole, sobre el territorio y su gente, para rectificar informaciones, aclarar ideas y es ablecer un didlogo edificante con autores y funcionarios que consideran las co- sas desde una perspectiva distinta a la nuestra. FE\ tiempo que *4Séenz, 1933a, pag. Xv- 25 Tyidem. 148, CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS requiere el cumplimiento de las distintas etapas de la investi- gacion varfa de acuerdo con la experiencia que el cientifico so- cial haya tenido, con asuntos de pesquisa y administracién, en otros contextos indios; de cualquier manera, el establecimiento de un buen rapport con indios y no indios, la anotacién cuida- dosa de las observaciones y de las respuestas a las entrevistas e interrogatorios, el registro de los apuntes de viaje, la lectura de documentos previa a su seleccién y el estudio comentado de la bibliografia, a veces, puede exigir una prolongada dedicacion. Sdenz intitula la investigacién que hizo en el Ande, Sobre el indio peruano y su incorporacién al medio nacional, con la in- tencidn de hacer patente desde el principio el objeto del estudio y su proposito terminal. Lo inicia con una parte general en que trata del pafs y sus habitantes, el niimero y la proporcién de sus grupos constituyentes, la economia nacional y el regionalismo, para sacar a luz la dualidad peruana, el desdoblamiento del hombre y la naturaleza. Sigue con una somera descripcién de las culturas prehistéricas y de su desarrollo hasta el imperio incaico, en el que se detiene para examinar las instituciones pertinentes que puedan tener relacién con las formas de vida ac- tual; la estratificacién social, los patrones colectivos de trabajo, el trasplante de poblacién, los sistemas de riego y la vialidad. Termina esta parte con una comparacién entre la civilizacié incaica y azteca, y con ello Saenz pone de manifiesto, en el portico mismo del edificio cuya construccién comienza, uno de los rasgos sobresalientes, substantivos. podria decirse, de la an: tropologia social: su caracter y esencia.comparativos. La segunda parte la dedica al indio peruano en la actualidad, reduciendo esta condicién al establecido en la. sierra, conside- rando con Maridtegui que el selvatico americano y su territorio constituyen el dominio colonial de la ciudad de Lima. La comu- nidad indfgena, tal y como la observé en el Cuzco, en Jauja y en el valle de Mantaro, le permiten describir sus distintos tipos, la evolucion histérica que le hizo convertirse en una reduccién sometida a voluntad ajena, en la que atin persisten los vinculos originarios de ayllu, con su antigua organizacidn diiplice com- plementaria. Las formas de poblamiento, la chacra, la casa, el mobiliario y los utensilios domésticos son inmediatamente motivo de su atencién que ejemplifica con formas y arreglos distintos en Huancdn, Sapallanga y Ollantaytambo, lugar este AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 149 Ultimo donde las habitaciones arqueolégicas atin cumplen su funcién de vivienda. La alimentacién —“mds variada que la del indigena mexicano”—, sus modalidades locales y la varie- dad en la dieta, preceden al examen de la indumentaria cuyos elementos distintivos y disefios cuida de anotar. ; La familia, sus complicadas relaciones, las practicas matri- moniales y sus conexiones econdmicas, el status de la mujer, las normas sexuales, la adopeion y servidumbre de los niiios, se describen someramente para pasar en seguida a considerar la economfa india, las industrias y ocupaciones domésticas, los artefactos y artes decorativas a Jas que se da un largo trata- miento. Para Sdenz, como para el comin de los indigenistas, la economia se reduce a la tierra y las actividades con ella relacio- nadas; la actitud anfmica del indio hacia este bien capital desde los lejanos tiempos prehispanicos, el régimen de la tierra en la época virreinal, la evolucién del concepto de propiedad y las formas actuales de tenencia que van de la colectiva a la privada son cuidadosamente resefiadas para poner de relieve su impor- tancia. El comercio y las ferias, de las cuales tuvo oportunidad. de observar con detenimiento el mercado cholo de Huancayo, tan sorprendente por su variedad y la abigarrada multitud que a él concurre, le parecen menos vivaces que las ecuatorianas y de menor colorido que las guatemaltecas. La vida emotiva, en la cual comprende la religién, la misica y la danza, asuntos dificiles de suyo por su naturaleza. sutil y sus manifestaciones fragmentarias, no podian ser tema de profunda discusién para un investigador que no dispuso del tiempo suficiente para prolongar la duracién de la pesquisa; pero sf lo fue un hdbito andino cuyas consecuencias sociales han provocado opiniones y juicios contradictorios, me refiero a la masticacion de coca, Sdenz se agrega a las personas que creen que el cocafsmo entre los indios produce efectos compa rables a los del tabaquismo o el cafeismo; la coca actta como estimulante benigno y ligero estupefaciente que ayuda a so- portar mejor los trabajos y fatigas en un campesino sujeto a alimentacion insuficiente. Con ello da término a esta segunda parte del estudio que, segiin se advierte, es una etnografia de aspectos escogidos de las culturas indias que influyen de alguna manera en la determinacién de sus niveles de vida La tercera parte de la obra esta destinada al estudio del indio 150 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS en su relacién con la nacién; lo que importa aqui no es ya La, cultura del indio y sus multiples variedades sino los vinculos so« ciales que le mantienen unido a la sociedad global. Para poder estudiar al campesino serrano como porcién integrada de una estructura social Sdenz se ve obligado a comprenderlo dentro de una. categoria social, la del indio, esto es, a objetivarlo. El indio se convierte asf en una abstraccién, que hace caso omiso de su pluralidad cultural, para discernirle exclusivamente una situacién y una relacién sociales. De acuerdo con el dictum de una filosofia andrquica, que en este punto el investigador com- parte, las relaciones de dependencia basicas de la persona son Jas que mantienen con el capital, con el estado y con la iglesia; por alguna razén que no Jlegamos a comprender plenamente pero en la cual debe haber influido de alguna manera la vo- cacién magisterial del analista social, Sdenz agrega a. la trilogia Acrata un pilar inesperado, la escuela. Con ello la cataloga como una institucién superordinada. Para Saenz, y en esto coincide con Flores Magén y Zapata, el capital por antonomasia es la tierra y el problema del indio estrechamente vinculado con ella. “El indio es una criatura del suelo, ya se ha dicho, su condicién misma depende de la con" servacién de su liga con el suelo rompamosla y destruiremos al indio. Si la solucién del problema indfgena consistiera, bru- talmente, en la destruccién del aborigen, no habria que hacer otra cosa sino desarraigarlo del suelo.”*° El arraigo del indio a la tierra ha propiciado su esclavizacién; antes que abandonar el lugar de donde saca el sustento acepta la imposicién de rela- ciones de dependencia y explotacién que le sujetan a un orden de cosas basado en la desigualdad. El feudalismo colonial, el liberalismo republicano y el gamonalismo actual son aspectos histéricos de un mismo desarrollo; la expansién de un capita- lismo reaccionario y poco renditivo que mantiene al pais entero en situacién permanente de subdesarrollo. Las soluciones propuestas al problema agrario, que se discu- ten apasionadamente cada vez que un levantamiento de indios y su sangrienta represién conmueven a la sociedad nacional, tie- nen distintas formas de expresién. Las mas favorecidas solicitan la proteccién de las tierras de comunidad que atin sobreviven a 2°Séenz, 1933a, pag. 167. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 151 la voracidad de la hacienda, con base en la accién legislativa. El fraccionamiento de los latifundios y su redistribucion entre los campesinos es otra solucién que cuenta con voces todavia débiles, no obstante la vigorosa agitacién de los agraristas. Am- pas soluciones liberales son contradichas por quienes proponen una modalidad de reforma més radical: la comunista. Fundada ésta en la supuesta supervivencia de elementos de socialismo practico en la agricultura y en la vida aborigen de la com unidad indigena, segiin la formula que para el Pert propalé Maridtegui y fundamenté Castro Pozo.” La relacién del indio con el Estado expresa una forma de dependencia basada en la subordinacién; las cargas ptblicas del indio son muchas y todas ellas mancilladas por el abuso Estd obligado a prestar servicios personales en la construccion de obras que trascienden los servicios a la comunidad; la cons- cripcién vial hace del ‘serrano un pedn caminero sin derecho a jornal y la. conscripcién militar le convierte en un soldado sin pre. El gamonalismo politico en no pocas ocasiones, le exige trabajo exento de paga para provecho particular del funciona- tio o sus amigos. “La unién de la iglesia y el Estado en ninguna parte funciona mejor ni tiene mas trdgico significado que en los pequefios pueblos serranos, donde los gobernadores y los curas parroquiales han establecido una alianza indisoluble para la explotacién y extorsionamiento del indio.”? Un examen de la situacién jurfdico-legal del indio y de la legislacién con él relacionada muestra una continuada preocu- pacién por aliviar sus cargas y establecer sus derechos frente a los intereses nacionales que mantienen y defienden las rela- ciones de explotacién; asf han nacido instrumentos civiles para la protecciéu y mejoramiento del indio que a poco andar de- muestran su inoperancia. La creacién de oficinas de asuntos indigenas, de patronatos de la raza indigena y de direcciones de educacién indigena, seftalan la peocupacidn oficial por estable- cer instrumentos administrativos, persuasivos y educativos que intentan compensar el olvide republicano en lo que concierne ala suerte del indio. En todos los casos a estos instrumentos les ha faliado continuidad y apoyo politico y financiero en con- gruencia con la magnitud del problema. 27 Maridtegui, 1928. Castro Pozo, 1924. Uriel Garefa, 1930. 28 Séenz, 1933a, pag. 200. 152 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS La relacién del indio con la escuela que deberia estar orien- tada al logro de la integracidn nacional, revela desgano al mismo tiempo que desvelo por la consecucién de este fin eminente. Los maestros rurales sufren de la misma ceguera social que es tan contin encontrar en las clases magisteriales urbanas. Cuando ‘un mentor’se interesa por cuestionés indias lo hace desde ta perspectiva de la emocién histérica, arquecldgica o folklérica mas node la’verdadera emovidit “social” E] movimiento edu- cacional indigenista, a decir verdad, sé limita a mantener en funcion establecimientos especiales para indigenas; escuelas ru- rales, escuelas granjas y escuelas internados que operan como escuelas piloto. La relacién del indio con la escuela, .basada en la fundacién de instituciones especiales, acusa resabios de un separatismo social que’ si bien és inconsciente en los directores del indigenismo oficial, de todos modos es nociva porque’sigue pensando en el indio como una clase extrasocial: La relacién de éste con la iglesia esta determinada por las car- gas eclesidsticas que pesan sobre la comunidad y que derivan de patrones culturales que obligan a los comuneros a desempeiiar cargos —priostazgos, mayordomias, cofradfas— que contraen un grave dispendio de bienes y que lleva, en ocasiones, a la venta de la tierra o a la hipoteca de la casa. La religién estd muy lejos de ser gratuita; los aranceles eclesidsticos autorizados por el gobierno civil se aplican rigurosa e inexorablemente. In- sensible a las necesidades populares, satisfecha con sus congruas y privilegios, intolerante y soberbia, la iglesia considera que su cometido estd en el cabal mantenimiento del orden de cosas actual. Su accién en cuanto a la educacién y el mejoramiento de las comunidades indias se reduce a presidir, con la persona del obispo, los patronatos de la raza indigena y a promover el establecimiento de escuelas conciliares cuya realizacién y pro- pagacién ha quedado en el terreno de las buenas intenciones. La cuarta parte de la obra estdé destinada a examinar las resultantes del contacto entre las poblaciones que componen la dualidad peruana, desde tres puntos de vista diferentes: el bioldgico, el cultural y el social. El mestizaje, la aculturacién y las relaciones interétnicas forman el trasfondo que permitird discutir las soluciones al problema del indio que las variadas corrientes ideolégicas proponen y la manera como la adminis- tracién ptblica las pone en practica. El estudio de los factores AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 153 que contribuyen al mestizaje inicia el debate y le da su di- mensién trascendente: “el proceso de mestizaje corre paralelo con el desarrollo de la nacionalidad”®® y siendo asf, todo lo que facilita el progreso material, cultural. y espiritual del pais coadyuva al mestizaje y lo determina, o lo que es lo mismo, colabora, a la incorporacién del indio al medio nacional. El efecto de las comunicaciones parece: ser el mas evidente; el indio se conserva como tal sdlo en sus regiones de refugio. En este sentido “la incorporacién del indiio es un problema de ingenieros, querdmoslo o no; un problema de zapapico, pala y asfalto”2° Otro instrumento eficaz para cambiar al indio es la modificacién de su régimen de trabajo, lo cual equivale a cambiar su economfa. La hacienda lo hace jornalero, obrero del campo; la mina, con mayor fuerza, lo torna en un asalariado. El servicio militar obligatorio es un factor mas de amestizamiento del aborigen: lo arranca de su medio, le da una costumbre dis- tinta, le marca un paso riguroso, disciplinado, Las migracio- nes golondrinas que movilizan al indio y lo impelen a caminar en busca de un mejoramiento de su condicién econémica tiene igual efecto. Finalmente la escuela, en st. capacidad para di- fundir conocimientos e informaciones, para alfabetizar y caste- llanizar, también contribuye al acercamiento del indio y a su asimilacién. Contrariamente, las fuerzas que tienden a la integracién de la comunidad indigena operan como factores opuestos a la inte- gracién nacional. Los vinculos tradicionales del linaje, unidos a los del hombre con la tierra; el trabajo rec!proco; el gobierno de los mayores; la indumentaria que proporciona la identificacién tribal; la reinterpretacién de las creencias antiguas dentro de los moldes cristianos; el idioma estrechamente relacionado con la cultura; el aislamiento reglamentado de las reducciones y todas las reacciones y mecanismos defensivos del indio ante un am- biente hostil incrementan su sentido de solidaridad y dificultan el mestizaje, 1a aculturacién y el juego de las relaciones in- terétnicas. La modificacién de estos factores sdlo podrA tener lugar cuando la masa indigena despierte agitada por las corrien- tes revolucionarias que ponga en obra la accidn indigenista. 2 Sdenz, 1933a, pag. 263. 2 Ihidem. 154 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS Cuatro son hasta hoy los caminos que conducen a la. reso- lucién de la situacion problematica: el legal, el educativo, el econdmico-administrativo y el eclesidstico. La legislacién in- dianista desde la Colonia a nuestros dias es abundante, lo que demuestra su poca eficacia; la escuela y la iglesia algo han he- cho, pero nunca lo suficiente. La necesidad de atacar el pro- blema del indio por el dngulo de su economfa la expresan los idedlogos con inusitado vigor, mas los ejecutores recién inician sus labores por ese rumbo, La expropiacién del latifundio y su redistribucién entre los indios desposeidos; la vigorizacién de su economia utilizando la organizacién del ayllu, gobernado por sus agentes y personeros, para erigir y establecer grandes cooperativas de produccién y consumo ha sido una proposicién predicada por socidlogos y filésofos sociales que propalan su firme conviccién de que el problema indigena es el problema de la tierra. Sdenz, sin embargo, concluye el capitulo y la obra po- niendo de manifiesto un juicio que parece arrancado de Gamio: “Ningtin elemento es despreciable; todos tienen su aportacién que hacer, significativa, caracteristica e indispensable para la solucién integral del problema La reseiia detallada de la investigacién de Sdenz sobre el Perti nos ha permitido descubrir el método y los propésitos de la antropologia social conforme aun modelo que se considera adecuado para el contexto latinoamericano; es una.combinacién de etnografia y sociologia orientada al estudio de una situacién problemdtica en sus conexiones mds importantes, para poner en evidencia los factores que dificultan y los que favorecen 731 la integracién nacional. La investigacién a que nos referimos, de dmbito nacional, pretende tan sdlo alcanzar un diagnéstico general de la situacidn que suministre la base indispensable para enfocar los instrumentos de la pesquisa hacia un universo reducido y, en consecuencia, controlable por el investigador.? Esto es lo que Moisés Sdéenz se propuso hacer en el proyecto de accidn~investigacién que establece en la Cafiada de los Once Pueblos, en Michoacdn, a su regreso de Sudamérica, y cuyas peripecias narra en el libro que intitulé: Carapan, bosquejo de una experiencia, +1 Séenz, 1933a, pag. 297. 82 Ihidem. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUGION 155 Mediante la implementacién de un programa de accién al propio tiempo que otro de investigacién, Saenz busca cono- cer en el proceso mismo de su desarrollo los mecanismos de integracién, o mexicanizacién, como también los llama, que permitan a un grupo étnico americano, de cultura tradicional y econom{a primitiva, incorporarse en la sociedad industrial aun cuando sigue al pie moderna. El proyecto de Carapan de la letra el modelo de investigacién que Sdenz asigna a la antropologfa social, tiene como caracteristica particular la de sefialar al investigador la ejecucién de una parte de la accién programada; esto es, dos roles simultaneos: los de investigador— administrador. La Estacién Experimental de Carapan se pla- nea con cuidado; en parte sigue el sentido multidisciplinario que Gamio imprimié a su proyecto pionero de Teotihuacdn y en parte es el antecedente en que se fundan los programas de integracién que hoy funcionan con el nombre de Centros Co- ordinadores. Reine en su personal a hombres de ciencia ver- sados en muy distintas especialidades: etnografia, sociologia, lingiifstica, pedagogfa, salubridad, educacién, economia, agro- nomia y administracién piblica. Segtin se advierte, el estudio que se tiene en mente contempla el andlisis de los mas diversos Angulos del problema con la intencién deliberada de darle un cardcter integral para que las condiciones de la experimentacién se aproximen en lo posible a la realidad. Saenz, hemos dicho, sigue a Gamio en el enfoque integral de la investigacién y la accién, pero, de ahi en adelante se aparta del antropdlogo pionero. El concepto de cultura, el de cambio cultural y la manera de inducirlo son totalmente distintos. La formacién arqueolégica de Gamio le lleva a dividir la cultura en dos partes separadas, la material y la intelectual, y a sus- tentar la tesis de que el cambio afecta de modo independiente a cada una de las partes. Como corolario de lo anterior don Ma- nuel concluye que el cambio puede ser inducido en el aspecto material o en el intelectual segiin lo requieran las metas de los programas de accién. Congruente con este esquema mecanicista de la cultura, sus rasgos constitutivos pueden ser substituidos sin mayor preocupaci6n por rasgos de otra cultura cuando esto sea deseable para operar el cambio. La substitucién de uno u otro de los rasgos esté determinado por la calificacién que el 156 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS investigador—administrador hace de su valor, de acuerdo con los criterios que prevalecen en su propio sistema axioldgico. En el caso especifico de las sociedades indias la filosofia po- pulista del antropdlogo le conduce a calificar como positivos aquellos rasgos y elementos que hacen tan atractiva la vida aldeana; el sentido de comunidad, el trabajo rec{proco, la arte- sanfa popular, el gobierno por consenso y otros mds. Considera negativos los rasgos que repugnan a la cultura occidental, como las creencias y practicas mdgico-religiosas en el tratamiento de las enfermedades, el consumo conspicuo de bienes que impo- nen el desempefio de un cargo, la embriaguez ceremonial de hombres, mujeres y nifios, la ausencia de afaén economizante, asf como aquellos rasgos y patrones de accién arcaicos que han sido completamente superados por la tecnologia moderna. El cambio inducido se produce incorporando los rasgos positivos de la cultura occidental en la cultura indigen Esta politica que tuvo y atin tiene amplia vigencia es cida como politica de incorporacién. Se aplica como solucién a la situacién problematica que representa la existencia de gru- pos étnicos nativos segregados de la sociedad nacional y corre con el lema de “la incorporacién del indio a la civilizacién”. Implica, segtin es facil colegir, la substitucién de la coa o el arado de madera por el de acero, el metate por el molino de nixtamal, el telar de cintura por la maquina de coser, el brujo por la medicina cientffica, la redistribucién de los excedentes por la acumulacién capitalista; para no poner sino unos cuan- tos ejemplos. Comprende, ademas, la conservacién de aquellos valores positivos de la comunidad indigena que puedan supues- tamente ser aprovechados para cimentar en ellos cooperativas de consumo y produccidn, instituciones de crédito, formas de gobierno local y, en general, patrones de conducta propios de la vida industrial moderna. En un principio, Séenz es partidario ferviente de esta politica de incorporacién; precisamente durante la época de su vida en que como Subsecretario de Educacién tiene en sus manos la direccién del programa rural. Mas tarde, al inicio mismo de los afios treinta, se da cuenta del escaso fundamento en que se apoya la. tesis incorporativa y reacciona con prontitud. Sus 38 Gamio, 1935, pag. 118. APLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 157 palabras son estas: “El indio tiene cualidades y elementos de positivo valor para México: mesura y dignidad, en sentido ético exigente, vitalidad fisica y espiritual. Su habilidad manual y un sentido artistico deberfan ser estimables; su amor y apego a la tierra, de valor incalculable; el sentido comunal y el genio para la organizacién colectiva son cualidades a las que no deberia renunciar. En tal valorizacién se apoya el programa idealista de la incorporacién del indio./ Pero aun con todo este idealismo, aun animando la teoria de !& incorporacién de todos los mejores atributos de sentimiento y de comprensién y de respeto, aun ajustando el programa a medidas y procedimientos efi caces, un juicio definitivo que contemple una adecuada teorfa social tendrfa que ser contrario a la f6rmula de la incorporacién.”* La tesis de la incorporacién, dice Sdenz, es simplista y des- cansa en wn concepto mecanicista del proceso. Postula la. co- existencia de dos culturas formadas por elementos conocidos y supone una especie de amalgama, de simple mezcla, de revol- tura de elementos inertes. El proceso de contacto de dos cultu- ras en modo alguno es un proceso mecanico o una combinacién quimica; en verdad, es un proceso complejo en el que se juegan intereses vitales y cambiantes, donde lo nuevo se acomoda en el molde de lo viejo y en el cual los rasgos, patrones e instituciones se reinterpretan de conformidad con el genio part: lar de las culturas. Es un movimiento de ida y vuelta; incorporacidn del indio a la civilizacién pero también de la civilizacién al indio; hacer al indio mas mexicano y, al propio tiempo, hacer al mexi- cano mas indio; que al fin y al cabo, por definicién, mexicano es en parte ser indio. En vez del postulado de la ilcorporacién se impone la _tesis integralista.°* Viéndolo bien, lo que importa no es incorpora al ‘indio sino integrar a México como nacién, y esto sdlo sera posi- ble cuando se tomen en cnenta todos los factores que componen la nacionalidad para procurar, con su desarrollo arménico, su adecuada interaccién. Estos factores comprenden 1) los ingre- dientes humanos que contribuyen al mestizaje, 2) las fuerzas vitales que engendran la salud, 3) las circunstancias del am- biente que influyen en la adaptacion fisica y social y 4) las 4 Séenz, 1939, pag. 230. 98 Saenz, 1939, pag. 232. 158 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS exigencias econdmicas que prescriben las formas de subsist Para alcanzar la integracién es necesario edificar una base fisica y otra culturalen las que se funde la idiosincrasia mexicana. La primera requiere la instrumentacién de un proceso de. comuni- cacién que ponga en contacto alos grupos étnicos,contrastantes que habitan en las distintas regiones del pais, de modo tal que participen mutuamente en beneficios y responsabilidades. La segunda exige la confrontacién de los opuestos mecanis- mos que producen el cambio cultural, a saber: 1) la solidaridad con la tradicién que asegura la continuidad dela cultura, legado de nuestros antepasados indios y espafioles, 2) la importacién ineludible y acumulativa de elementos y rasgos culturales de la civilizacién industrial, que a diario hacemos y 3) la recombi- nacién de los valores vernaculos con los que nos impone la vida moderna. Esto implica 1) la suma de las unidades constituyen- tes de la nacién con la compenetracién de sus cualidades esen- ciales, 2) la defensa del matiz peculiar de la cultura mexicana, de su ritmo regional y de su vocacién india —“siendo buenos mexicanos aprenderemos también a ser mejores indios”—** y 3) el préstamo de conocimientos, técnicas y justiprecios de la cultura occidental para hacer surgir del disefio mexicano una civilizacion. Dos son las motivaciones que apremian la integracién nacio- nal; una, la resolucion de la escisién interna, otra, la edificacion de la propia identidad frente a otros pueblos. La primera sin género de duda, es aquella que més pesa en el Animo de los pensadores revolucionarios en el momento en que se propo- nen construir sobre los escombros de la dictadura una sociedad nueva. El $5% de la poblacién total del pafs es rural y de él un porcentaje que no puede limitarse con una cifra exacta tiene tasgos somaticos, caracterfsticas culturales y nexos de relacio- nes sociales que le dan un perfil particular, el del indio. Con- templando el pais desde la perspectiva que le da la Estacion Experimental de Carapan, Saenz afirma: “... existen cuando menos tres Méxicos, el del asfalto, el del camino real y el de la vereda. Citadino y urbanizado el primero; campesino el se- gundo; indigena el tltimo... y el ideal es un México integro, no inicamente por su unidad material y politica, sino también por 2° Saenz, 1936, pag. 308. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA RBVOLUCION 159 la homogeneizacién re , por la comunidad espiritual y por la calidad ética (que supere de una vez por todas), el estado atémico de nuestro nacionalismo” *” Precisa abarcar con el caos etnolégico, mediante Ja desapa- ricién de las diferencias de raza, en la sintesis biolégica que el mestizo representa; nueva creacion vital capaz de crecer, de di- fundirse. Empero, el tipo mexicano genuino, que ha comenzado a fraguar aqui y alla la amalgama de sus elementos formativos, seria un producto h{brido, una yuxtaposicién mecanica sin re- sorte interior, fruto verde sin saz6n, si no trascendiera el campo limitado de la biologfa en el fendmeno de la aculturacién, en la unidn espiritual, en el mestizaje cultural. “El cuerpo mestizo ha de animar un alma mesti: sion étnica, con el concomi- tante de una nueva mentalidad, deviene asi un proceso natural mas que una desventaja; el mestizo no es el simple hibrido, in- dividuo en cuyas venas corre sangre india y espajiola, es aquel que étnica, cultural o econémicamente participa de los rasgos de las dos razas y de las dos civilizaciones que han dominado al pais. Pero hay mAs; Ja integracién no puede llevarse a término sin la comunicacién que hace posible la socializacién del mestizo y sus componentes, el indio y el blanco; el castellano es el idioma comin y el “respeto por lo autéctono no debe arrastrarnos al error de sujetarnos a sus deficiencias”.” Por tltimo, mas no por ello menos importante, para acabar con la escisién_interna es preciso modificar la estructura econdémica del pais de tal modo que los requerimientos primordiales de la vida queden satisfechos de acuerdo con las condiciones modernas. El alma no adelanta mucho si el estémago estd vacfo, Los antiguos bino- mios —sefior y siervo, explotador y explotado, clases y masas— caracteristicos del desarrollo mexicano, no tienen cabida en la nueva estructura que requiere la integracién patria. “Instituya- mos una, sociedad sin clase.”*° La seguida motivacién descansa en la facultad que todo pue- blo tiene a construirse una identidad, la propia fisonomfa; el derecho elemental a despertar, rehabilitar y redimir a sus ma- 37 Séenz, 1936, pag. 306; 1939, pag. x; 1926, pag. 59. $8 Sdenz, 1939, pags. 33, 37, 245. °°Sdenz, 1939, pag. 262. 4° Thidem. 160 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS ens procediendo a, reorganizarlas dentro de la unidad mayor organica tambi ae que es la nacién, la patria para todos. Este zudo nacionalismo, que se resi i c | tozu . 2 se resiste a considerar a las | acon is ° ¢ . comu- jnldadés indias como grupos minoritarios objeto de salvacién / no implica ni tiende a la dominacién sino a darle al indio ca. / libre, con criterio igualitario y d Ati “ L lita lemocratico, al cz la ciudadania. Te , ae oe la ci . Tampoco predica el aislami ici i / dania. Ta I slamiento suicida ni la itre ponsabilidad internacional; pretende tan solo capacitar a éxico pare i j Me ico Para que tome parte en el concierto de la civilizacién on ma a tura propia, con un alma nacional bien perfilada. 8 ez que signifique una valiosa aportacion ala felicidad y al progreso humanos, sea “lo tinico que pueda salvarnos de los imperialismos de todo orden”."! : ran sums para Sdenz el postulado de la incorporacién que se Propone hacer del indio y el mestizo mexicanos hombres blan- cose sol oes irreatizable sino, ademas, moralmente infamante ) rce millones de indios y mesti 6 : ay Cato s estizos y slo un millén ¥ medio de blancos no hay otro camino que la incorporacién ae blanco a diseito cultural indomestizo; no jhacerlo asi seria relegar sen * oO “a, rh, en la orquesta de los blancos una segunda parte”.’? En verdad, el c ptemna segunda ; , el proceso tal y como de C Za. es rec{proco en su mod re - s lo de operar, comprend: una relacién mutua de interce i i jue varia on ntercambio o interaccid fi " ae U cclon que varla © su. alide r étni Ta su modalidad segsin al grupo étnico. Ante el indio primitivo la area es de aculturacién; ante el mestiz i i 1 ; ‘ ante el 20 campesino de difusid: cultural; ante el blanco cita te ambos . co citadino de comunicacié: el . ‘ny ante ambos en se resume en un proceso acrecentado de socializacién. e este modo, una cultura mexica ’ y : 3 5 wna, leal al venero native am a * a I ivo enriquesida con la afluencia, blanca, puede realizar el vnilagro de . . o sop ees . producir un patrén de civilizacién indolatina que sirva de norma. para la América mestiza. eteremos aauilatar en su justo valor la tesis integralista de Moists S fenz weno es que hagamos una pausa en el andlisis de 8 § leas para comentar brevemente la evolucién del concepto pucsto,de incorporacién’y s imi 1 «y su esparcimiento por tierras < ticanas. Como es bien sabi i : al sistema o sabido, la idea form i Hicanas. n Pien yta a parte del sistema 1 filosofia positivista y, originalmente, Comte la concibe 11 Saenz, 1 , pag. 2 *? Séenn, 1939, pdg. 207. 4 AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 161 como la incorporacién del proletariado. a la civilizacién occi- deital. Pata el fundador del positivismo el proletariado es un sector de poblacién econdmica, cultural y socialmente ubicado al margen de la civilizacién; campé, acampado, es la expre on que usa para decirnos que no constituye un elemento integrante de ella."* El proletario no tiene domicilio fijo, es acarreado de una ciudad a otra por las exigencias de la industria y su ciclo de vida carece de infancia e instruccién. Por otro lado, para Comte sdlo puede existir estado organico, esto es, orden social, donde existe una. comunidad de creencias y sentimientos, una homogeneidad de los espiritus. De ahi la necesidad de asimilar a quienes permanecen segregados de la plena participacion. En América el positivismo tiene su mejor momento en el Bra- sil por los aiios que precedieron e iniciaron la presente centuria. La incorporacién del proletariado a la sociedad moderna es la idea~fuerza que promueve la abolicién de la esclavitud negra; Texeira Mendes la usa con liberalidad por 1880.44 Como un desarrollo natural, los positivistas br lchios pasan en seguida a considerar la jncorporacién. del indio a la civilizacién occi- dental, una vez que se representan al selvatico aborigen como un proletariado de color que requiere proteccion gubernamental para salvarlo de la opresién del colono blanco, el misionero y el burécrata. Si se defiende al indio de las presiones externas, eVO- Ja etapa fetichista de civilizacion en que se encuentra a la industrial positiva, ya que el hombre busca siempre su interés superior; el salto es posible, y debe darse, sin necesidad de poner un pie en el estado teoldgico pro- palado por la iglesia, ni en las nebulosidades de la metafisica que legaliza la explotacién capitalista y la servidumbre disimulada. El respeto del territorio y las instituciones tribales; ja inter- diccion pacffica de las guerra interétnicas y de ciertas practicas, como la antropofagia, especialmente repugnantes a la moral occidental; la ensefianza de la higiene, el uso del vestido, la me- ‘a, de la habitacién, el poblamiento sedentario y el pase a la a industria son los principios en que se jo de Proteccidn a los Indios, desde su el mariscal Rondén.* La politica de in- juciona espontaneamente de jort y ala pequei apoya la accion del Servi fundacién en 1910 por 43 Bastide, 1946, pag. 384. +4 Bastide, 1946, pag. 378: 45 Ribeiro, 1962, pag. 21- 162 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES BE IDEAS corporacién de los indios a la comunidad nacional, que expresa el evolucionismo humanista del Servicio, tiene como propésito transformar al indio, sus hdbitos, sus costumbres, su mentali- dad; pero al través de la persuasién positiva, que no fuerza el cambio ni justifica la violencia. Poniendo los medios, el ejemplo y los incentivos indirectos que permitan la gradual substitucion de las instituciones indias por las civilizadas, el indio se con- vierte en blanco, La preservacién de aquellos elementos de la civilizacién fetichista que concurran al orden social no impide, por el contrario, coadyuva a la asimilacion. En México, la teoria de la incorporacién tiene tan grande y prolongado auge como en el Brasil. Molina Enriquez es quien primero alude al concepto; uno de los tipos de su taxonomia racial es el indio incorporado.*® Sin embargo, es Gamio el que, en 1916 acepta y pone en.circulacién la tesis positiva para fun- dar en ella la.teorfa del cambio cultural, acoplada a la de los valores, que perfecciona el concepto comtiano sin, modificar su orientacién bdsica. Don Manuel, ademas, conviene con los bra- silefios en la necesidad de “incorporar al indio a la civilizacién ' contempordnea” mediante un proceso gradual, légico y sensato. “Para incorporar al indio —~dice— no pret¢ndamos europeizarlo de golpe; por el contrario, indigenicémonos nosotros; —pero en seguida advierte— naturalmente que no debe exagerarse a un extremo ridfculo el acercamiento al indio”; su civilizacién esta retrasada con respecto a la nuestra.’” La teorfa de la incorporacién tiene en México consecuencias evidentemente contradictorias, Por una parte llama la atencién sobre un sector de la sociedad nacional que requiere un tra- tamiento especffico, dadas las condiciones particulares de sus formas de vida y nexos de relacién. Con ello hace notoria la existencia segregada de una categoria étnica, con identidad pro- pia, en un momento del desarrollo histérico del pafs en que “el problema del indio no existia porque la porfiriana era una reptiblica sin problemas”. La aceptacién de la etnicidad del indio implica un particularismo —objetivacién la llama Saenz, que se contrapone con el universalismo que contiene el traslado del problema al Ambito de la lucha de clases. Conformandose “®Molina Enriquez, 1909, pag, Th. *"Gamio, 1916, pag. 171. *®Séenz, 1939, pag. 220. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REYOLUCION 163 con la idea europea. original que contempla la incorporacién como un proceso que se realiza en el seno de una sociedad ca- pitalista, los fildsofos positivos mexicanos hacen caso omiso de la. contradiccién que representa el transporte de la tesis a una estructura diferente y heterogénea como la nuestra y conciben la incorporacién del indio como parte de la incorporacién del. proletariado a la econom{a nacional. Por este camino aplican el concepto universalista de clase al concepto particularista de indio para dar sorpresivo nacimiento a un concepto nuevo, el de clase india, que no supera la con- tradiccién sino que la agrava. No se trata, segin se advierte, de substituir un modo de considerar el problema por otro subs- tantivamente distinto, tal y como en sus términos correctos, lo plantea Antonio Caso, antipositivista, al postular el trdnsito de una nocién a otra. “La etnologia del mundo entero —afirma— asi en Inglaterra como en México, y en la India como en Egipto, comprueba que la nocién de la clase social debe substituir como concepto sociolégico, a la de raza.”*? Contrariamente, la tesis incorporativa propone la conjuncién de dos categorias incom- patibles: la de clase y la de raza. La confusién conceptual la inicia Molina Enriquez con su taxonomfa socio-racial en la, que combina. criterios que el or- denamiento légico repugna; sin embargo, cl concepto de clase india, como parte conjunta de la clase campesina y ambas, sub- sumidas en la proletaria, es una nocién que adquiere su mayor valimento durante las décadas de los aiios veinte y treinta en que alcanza su climax la teorfa incorporativa. Su difusién por todo el pais debe anotarse en el haber de los maestros de la Se- cretarfa. de Educacién, que inventaron la escuela rural ya que, a pesar de su debilidad congénita, es un concepto til que trae al plano de lo social, en momento oportuno, el problema del indio, Su falta de consistencia ldgica, no obstante, le lleva a desarrollos falsos; la débil aceptacidn de la etnicidad del indio, contenida en sus propios términos, pronto le conduce a negar del todo esa etnicidad. Séenz relata el caso dramatico de un distinguido educador que se opuso a considerar variaciones en el programa educativo de acuerdo con las caracteristicas particulares de los grupos 4° Caso, 1939, pag. 84, 164 ORITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS étnicos que forman la nacién. “Yo niego la existencia del in- dio en México”, afirmé rotundamente.® Esta negacién, cierta- mente, no es exclusiva ni peculiar del nacionalismo mexicano; uno tras otro, los movimientos revolucionarios mestizoameri- canos al alcanzar la cispide de su impulso ideolégico, como evidente reaccién en contra de la escisién interna que no flegan a resolver, no encuentran otro camino para desatar el nudo en- revesado de la heterogeneidad étnica que el facil, pero ciego, de su negacion. En nuestros dias la revolucién frustrada de Bolivia se niega a reconocer la existencia del indio; para ella sdlo hay campesinos en las punas, en los yungas y en las selvas. Esta negacién es uno de los desarrollos falsos de la teoria positiva de Ja incorporacién, Otro falso desarrollo es la tesis de la castellanizacion con la que se pretende darle a México un idioma comin a toda. costa. Se basa en la valoracién positiva de una lengua occidental y en la negativa de los sistemas de habla vernaculos, en cuanto a.su capacidad como vehfculos de ensefianza. “Ensefidndole (al indio) en su lengua, contribuimos a la conservacién de ella, lo cual sera muy hermoso y deseable para los lingiiistas y anti- cuarios, pero un obstdculo siempre muy considerable para la civilizacién” ,* sostiene por 1913 el maestro Torres Quintero y predica la imposicién de la lengua oficial a los grupos nativos con la total exclusién de Ja materna. En tal postulado fundan, Rafael Ramirez y con él casi toda Ja escuela rural mexicana, una campaiia intransigente de alfabetizacién y escolarizacidn en las comunidades indias que pronto demuestra su inoperancia.’? En 1939 la Asamblea de Fildsofos y Lingtiistas, por conducto de su vocero, él antropdélogo Daniel Rubin de la Borbolla, vira a la educacién en lengua materna y exhibe los propédsitos emi- nentés dé la tesis positiva: “No se piensa ya en encontrar un nuevo método de acercarse al indio. Hay uno sélo que seguir: la incorporacién es demolicién, desaparicién de la lengua nativa y castellanizacién”.» [a Asamblea.aprueba el proyecto tarasco.de alfabetizacién.en lengua nativa como el medio mas eficaz para el desarrollo cultural del. grupo étii¢o, persiguiendo con ello °° Séenz, 1939, pig. 209. 4 Torres Quintero, 1913, pag. 8. *? Ramirez, 1928. 88 Memoria, 1940, pag. viii. APLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 165 “una integraci6n m4s amplia de las comunicaciones indigenas, y al mismo tiempo, un contacto efectivo y mds profundo con la vida nacional” * El_proyecto,.establecido en la vecindad de Carapan bajo la direccién técnica del lingiiista Mauricio Swe desh, presto hace notoria la pondad del nuevo método, pero, al igual que la Estacion Experimental..de, Saenz, pierde apoyo y concluye a poco de inaugurarse un régimen gubernamental desarrollista. que.no. muestra interés por el indio. Los desarrollos autoritarios de la teoria de la incorporacién, antes enumerados, y otro mds que no es posible examinar en este esbozo analitico, a decir verdad, no siguen la tendencia del concepto en su urdimbre primigenia. Comte presupone wna incorporacién esponténea —la condicién de espontaneidad es particularmente constante en el pensamiento del filésofo— que debe estimularse con el ejemplo y la persuasion positiva, tal y como correctamente la interpreta Ronddén en su campatia pa- cificadora de la Amazonia.®® No cabe duda que el caracter im- positivo de los desarrollos mexicanos toma su. origen etiolégico gin wéncionar otras fuentes también poderosas— del acicate que representan, dos. espinas irritativas: la_escision interna in- acabable y. la expansion imperialista-del, capital industrial .nor- teamericano, ante las cuales reaccionan.violenta, emotivamente. La sélida formacién cientifica deSdenz)le evita caer en la trampa de la incorporacion. /La ‘amenaza que configura. la es- cisién interna tiene para él iitayor entidad que el imperialismo y frente a ambos peligros reacciona con cordura. No ignora, cier- tamente, la capacidad de dominio que implica la inversién ex- tranjera; sabe, y lo dice piblicamente en 1926, que las grandes inversiones de un pass fuerte —como América del Norte— en un pafs débil —como Cuba— acaban en la subyugacién econdmica y politica del ultimo.*® Tiene bien presente que, por la década de los aiios veinte, mds de los dos tercios de la riqueza total de México se halla en manos extranjeras, en manos de propietarios absentistas, y que la extraccién del petréleo del subsuelo —cuya propiedad reclama el gobierno revolucionario—, con destino a la exportacién, es superior al producto combinado de los demas paises del mundo, excepcién hecha de los Estados Unidos. 54 Op. cit., pag. 93. SS Ribeiro, 1958. *6 Saenz, 1926, pg. 17. 166 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDBAS Comprende, ademas, que México necesita desarrollarse y que habra que acudir una y otra vez a la técnica y al capital ex- tranjeros para lograr su propésito; pero tanto él, cuanto la co- rriente desarrollista revolucionaria encabezada por la dinastia del Norte, tienen plena confianza en_la fuerza del nacionalismo mexicano. “México ha decidido que debe ser tratado como un Estado soberano por los pafses extranjeros o no admitir trato alguno. Hay una disposicién de orgullo y tozudez divina en la personalidad del mexicano, la voluntad de ser libre y ser él mismo, que ninguna intimidacién internacional o fuerza bruta ha podido jamas destruir ni destruird.”°” La confianza ilimi- tada de Sdenz ante la agresién externa se convierte en pro- funda preocupacién cuando contempla la disgregacién interior, “la patria de divisiones”** que es México, a pesar de la voca unificadora de la Revolucién. La teorfa de la unificacién no ha sido eficaz para terminar, ni aun para disminuir, con la heterogencidad étnica, cultural, lingiiistica, politica y econémica del pafs. Con sus negaciones e imposiciones no ha podido construir una nacién unida en su emocién, consolidada en sus ideales, que pueda enfrentarse a la acometida de los intereses extranjeros. Casos hay de pueblos de indios que durante largos afios han sufrido en su seno una escuela y un maestro incorporantes, que ignoran la lengua y la cultura nacionales, estén desarticulados de la economfa del mercado y del todo sometidos en lo polftico; en suma, que per- manecen indios. Nada ganamos con eliminar al indio de nuestro horizonte mental; “por el contrario, un México leal a su ascen- Aencia indigena esté mas a seguro en contra del iniperialismo qué uno meramente europeizado”.°? Para alcanzar la meta de_un México integro, en oposicién a.un. México simplemente incorporado, Moisés Saenz propone cuatro Ifneas fundamentales de integracién: 1) la prescripcién sanitaria, 2) la econémica, 3) la educativa y 4) la inmaterial im- ponderable, Por ser esta tiltima patognoménica de la posicién idealista de Sdenz permitasenos examinarla primero. Conforma un modo de contemplar el problema del indio que esta apenas un paso adelante del positivismo. Las tres primeras prescripcio- nz, 1926, pag. 30. 58Séenz, 1939, pdg 2 Ey APLUENTES IDECLOGICOS DE LA REVOLUCION 167 nes las contiene ya la ciencia positiva y Sdenz esta de acuerdo con ellas, pero a su juicio no son bastantes para comprender todos los términos del problema. “Por el rumbo que seitala — afirma— estoy dispuesto a caminar largo trecho. Pero no hasta el final. A la postre, mente esclarecida, estémago saciado, prole numerosa, 630 y todos los otros bienes, nos dejarfan insatisfe- clos y buscarfamos a la.par que la. satisfaccién material, cual- quiera forma de Ire-creacion crear de. nuevo, recreo), cualquier modo de escape al mundo ideal de imaginaciones y de ilusion.” Recrear es recombinar las cosas, recapitular los conceptos, re- vitalizar Jos valores, en fin, reinterpretar los patrones de accion para ajistarlos a las condiciones recientes. La reinterpretacion cultural es el instrumento. por excelencia de la intéegraciény por medio de él la esencia fresca de las ideas modernas se escanci en los calices de la _mas,antigua_tradicién para dar ‘a la vida un sentido de ingenua,novedad. sin, que. pierda, suymodo de ser, Ta fisonomia afiosa que le proporciona. identidad,/La reinterpre- {acién es la lave maestra que abre las puertas al cambio cultural sin que la violencia que éste produce acarree la anomia de la sociedad: adscribe nuevos significados a clementos Viejos en st proceso interno de operar,al.pase.de una generacién. a otra, y digiere los préstamos extrafios que imppne el contacto y la con- vivencia con grupos étnicos distintos. Acttia asi como_un eficaz mecanismo de retencién de las costumbres, cuya preservacion se estima conveniente para el funcionamiento en la edad. global, sin que el cardcter desorganizante de la mudanza impe- tuosa, de Indole revolucionaria, afecte el genio mismo del foco cultural.en el que se centran los valores, las ideas_y las cosas que el grupo propio tiene en la mas alta estima. \ La seligidn_es,.sin.género.de.dudas,.aquel.aspecto.de la. cul-\ tura donde la reinterpretacién ha conseguido sus mayores.éxitos. Durante la época colonial los misioneros la utilizaron con libe- ralidad para introducir los dogmas, los ritos y la deidades del pantedn catélico en los sistemas de creencia americano: E| sin- cretismo —identificacién y reconciliacién de los sobrenaturales correspondientes a doctrinas contrarias— es una. de las formas 4s comunes de reinterpretacién cultural y el instrumento de Giie s@ Valieron las iglesias coloniales para evangelizar a las ma- 69 Sdenz, 1936, pag. 329. 168 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES E IDEAS sas indfgenas sometidas, Huitzilopochtli y Santiago, Tléloc y el Bautista, representan dualidades opuestas que los frailes y los indios, a manera de una transaccién, fundieron en una sola entelequia. Otras formas de reinterpretacién que equiparan la imposicién del nombre con el bautismo, la casa de solteros con el seminario, los areitos con las procesiones, tan conocidas de todos, no hacen sino sefialar las posibilidades multiples que la aculturacién tiene para hacer aceptable una innovacidén. Saenz advierte con toda claridad el valor inconmensurable def iitgt¥iimento en la dindmica del cambio cuando tiene sobre los hombros la responsabilidad de la incorporacién del indio a la civilizacién y se propone realizar “lo que en su época hicieron los misioneros:_conservar el movimiento del rito pero cambiar el sentido”.*? La circunstancia mexicana, convulsionada por la Revolucién en’tiempo de Sdenz, no es ciertamente la situacién colonial; pero tiene asombrosas semejanzas., tas exterioridades de aculturacién, la mentalidad del indio, su creencia, su actitud anfmica y su misma costumbre permane- cen como antes de que Ilegaran los espajioles. Las ideas y los conceptos son confusos. Se ha perdido el significado de muchas practicas. A veces persiste el rito, habiéndose olvidado el sen- tido; otras, ponen ¢dolos detrds de los altares,ies decir, se ha adoptado la forma nueva pero a escondidas sigue la vida los cauces primitivos. Y no hay que adentrarnos sino un poco en el solar indfgena para comprender cuanto mas indios de lo que pensadbamos son en realidad sus moradores,”*? Toda revolucién significa un salto y la Revolucién Mexicana se empeiia en darlo quémando etapas; Compele a la sociedad india a pasar de la condicién folk en que se encuentra, a la ~letrada de la civilizacién moderna, sin permitirle una pausa en todas y cada una de las condiciones intermedias, entre las cuales esta la teoldgica de tan honda raigambre. El Estado y la igle- sia, separados en la Reforma, reconciliados durante la dorada dictadura porfiriana, han vuelto a romper sus vinculos. Preci- samente,.cuando las administraciones revolucionarias. se. lanzan a implementar el. programa de la escuela. rural, los cristeros,.el brazo armado de la iglesia, destruyen los planteles y desorejan a Siem, 1936, pag. “A pesar de cier- | APLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 169 alos maestros. En osta coyuntura la misién revolucionaria, y la de Sdenz, se dirijen a darle al indio y al campesino ejidata- rios'la oportunidad de satisfacer su anhelo religioso con “actos positivos de sustitucién y de re-orientacién”.© Las actividades desinteresadas, las fiestas y las diversiones, la miisica, la danza, las artes populares y otras gratificaciones _ dela vida éstética, los juegos y deportes inspirados en fuentes verndculas y aclimatados al medio indio constituyen la subs- tancia de lo inmaterial imponderable,; Ja prédica incanzable de la tgualdad de los hombres, la justicia colectiva, la autodeter- minacién y el autogobiernd, teiidos de fervor y celo religiosos, son los ingredientes de lo inmaterial inponderable/La organi- zacién comunista y el instinto gregario del indio, lds normas de trabajo recfproco y de la cooperacién vecinal, impregnados de~ mistica vehemencia son las formas de emocién colectiva y de sa- tisfaccion personal de lo inmaterial.imponderable./Los factores eiti6tivos no pueden estar ausentes en el proceso de integracion; son imprescindibles para el éxito sin que empece su naturaleza intangible. Los sucedaneos de la religién se consolidan mediante la re- interpretacién de todos y cada uno de los elementos que com- ponen su complejidad. Los templos abandonados permanecen abiertos, pero la revolucion se apodera de ellos para-convertirlos en trojes, escuelas, bibliotecas,/Los consejos de ancianos y la je- rarquia de los principales sirven las instituciones recién creadas; @rtos comités agrarios locales, en las ligas antialcohdlicas, en las juntas organizadoras de las fiestas patrias. Los mayordomos de la antiguas cofradfas son ahora los patrones de las escuelas," No 8é"siente incongruencia én la conjuncién de las imagenes hisrdticas que adornan las capillas, los carteles educativos cla- vados’en sus muros y la bandera, nacional que cuelga.aguisa de estandarte. Los cantos y las risas de los nifios se escuchan, donde antes se ofa el murmullo de los rezos. Se ha producido \, una, sintesis que trasciende el conflicto de la iglesia y el Estado, » traspasa lo meramente material y.se introduce-en-la.esfera in- / material e imponderable del espiritu para producir-una.nueva| religién; la que armoniza lo fundamental-de-la-fe~cristiana..y\_ la indgica simbologia de la creencia.nativa.con. la mistica del [2 * Saenz, 1936, pag. 330. 170 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS ) alismo dialéctico.*/Se ha socialisma, que espiritualiza el mate: realizado la reinterpretacién cultural, Durante su breve estancia en Carapan, Sdenz trata de ve- rificar su utopia. La antigua guatapera —casa de solteras en la cultura tarasca—, reinterpretada como capilla hospital por los misioneros coloniales, vuelve a ser interpretada como Cen- tro Social; base material de la linea integrativa que postula lo inmaterial imponderable.® En otros casos son los maestros ru- rales quienes asumen la responsabilidad de la reinterpretacién. Julio de la Fuente cuenta la fmproba labor de los mentores de la Sierra de Yalalag donde afio con afio se celebran ceremonias que propician la legada de las Iuvias, con el sacrificio de aves, procesiones a los cerros sagrados e ingestion abundante de licor, por oferentes y participantes. Los maestros toman las mismas fechas para llevar al cabo ceremonias laicas que enaltecen los simbolos patrios y conciertan juegos y competencias deportivas alrededor de una serie de actividades de fomento cultural y unidad regional. De la Fuente informa que en la ciudad y valle de Oaxaca, se promueven esfuerzos similares para transformar costumbres que se estiman inconvenientes y retrasadas; lo importante, sin embargo, es que da su opinién sobre los hechos observados con una objetividad que permite enjuiciar el proceso actual de la reinterpretacién. “En términos amplios —dice— las substitu- ciones no alcanzan a llenar algunas necesidades emocionales de los indfgenas y son decididamente unilaterales, no prestandose atencién completa a todo el conjunto de la cultura y a los ele- mentos que determinan la promocién, ejecucién y fondo de esos actos tradicionales; para esclarecer de manera cientffica a los indigenas algunos hechos se requerirfa en primer término una regular preparacién de los encargados y los dirigentes de la edu- cacién cn la region, y en segundo, tener una exacta comprension del significado de algunas costumbres nativas, de sus relaciones con otros elementos de la cultura y asf valorizarlas con justeza. El dictamen de lo que es nocivo o initil en la cultura indigena, no puede hacerse sin conocer bien ésta.” En suma, larrein- oA £"'SAens, 1939, pags. 169, 227, 235. \ LF *Séenn, 1936, pag. 131. ° **De la Fuente, 1946, pag. 189. i 5 i AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 17 terpretacién cultural) requiere intérpretes con algo mas que la mistica y el fervor revolucicharios, Para suplir las deficiencias que emergen de la falta de un ade- cuado adiestramiento del personal y de la escasa evolucién que implica la etapa folk en que se encuentran los indios, Sdenz pos tula la prescripcién pedagégica —segunda de sus lineas integra- tivas— que habra de afectar tanto al educando como al propio preceptor. Lalensefianza rural -institucionalizada en las casas del pueblo, las centrales agricolas y las normales campesinas—, es, desde luego, el objeto primordial de su atencién; pero no por ello olvida la unidad organica del sistema educativo como bien lo demuestra la popularizacién de la ensefianza media que él inicia al fundar la escuela secundaria. De éste y otros aspectos de la obra fecunda de Saenz se han ocupado sus bidgrafos con buen juicio y amplitud;*? nos limitaremos, pues, a esbozar la parte que toma en la edificacién de la ensefianza indigena. José Vasconcelos, publica en 1935..1ma, obra de interés pe- dagégico en la que ademas de exponer sus ideas en lo que con- cierite’a’ensefianza, hace una critica de quienes le sucedieron en la implementacién de la politica indigenista de la Revolucién y atribuye a los antropdlogos aprotestantados la intencion aviesa de trasvasar los métodos norteamericanos de segregacién del indio al campo mexicano, “No apoyamos entonces —asevera— el sistema yanqui de escuelas especiales para indios, sino el sistema criollo de llevar al indio a la misma escuela nacional que lo asocia al blanco. Llamamos a este sistema de incorpo- racién, en vez de asimilacién que practican los norteamericanos, y los defendemos celosamente como mas humano y ventajoso desde todo punto de vista.” Si bien parece-falto. de toda ldgica que un filésofo irracionalista se atribuya la paternidad de un concepto positivo como el de Ja. incorporacién, mas atin pa- rece la acusacién que-lanza en contra de Gamio_y Saenz que explicitamente estuvieron siempre en contra de la segregacidn. Cuando Saenz se ve obligado a objetivar al indio para no ponerse en contra de la realidad, esto e ando lo abstrae como categoria social distinta a la del campesino, se cuida de advertir que no intenta con ello aislarlo de la comunidad nacional sino °T Mejia Ziiiliga, 1962. $8 Vasconcelos, 1935. 172 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES B IDEAS por el contrario, integrarlo. Si lo abstrae es porque siente la necesidad de establecer la exigencia de “un problema indigena de perfil caracteristico; diferente del problema campesino en aspectos culturales y econdémicos, en la existencia y el apremio de resolucién y en cuanto al método de ataque”.® En diversos lugares enfaticamente afirma su decidida oposicién a la teorfa de la segregacién del indio —materializada en la fundacién de los Hlamados internados indigenas—” y hace notar que sus ob- jeciones al concepto de incorporacién estan dirigidas a superar la falsa disyuntiva con la teoria de la integracidn, antisegrega- i a por propia naturaleza. Basado en tales premisas propone una escuela especial para indios, especial no por particularizar un cardcter de exclusivi- dad para el grupo étnico, sino por el genio mismo de su con- cepcién que la aparta de su vocacién meramente pedagdgica. La escuela rural, agencia generalizante, va a ser reinterpretada en. sus_funciones.y en Sis propésitos para qué satisfaga las exi- gencias.de un trato especial para una, situacién problematica especial. La nueva institucidn, por supuesto, es instructora; con- serva los rasgos que dan significado al proceso de escolarizacién, pero en la medida en que abandona el lastre metodoldgico y la obligacién docente es mds eficaz como instrumento de inte- gracion.” Su meta es eminentemente civilizadora; con el disefio cul- tural mexicano debe construir una civilizacién.” Para ello se revitaliza y pone todo el empeito en comprender las necesidades fundamentales e inmediatas de ]a comunidad india para encon- trarle solucién. E] programa que desenvuelve gira en torno de los cuatro intereses basicos de la vida campesina: 1) la conser- vacién de la vida y el logro de una buena salud, 2) el dominio del. medio fisico rural, 3) la mejoria y elevacidn dela vida doméstica, y 4) la practica de las actividades ‘creadoras, resortes del gozo y el contentaniiento; “en otros términos, el programa esencial de educacién se desarrolla en torno de estas cuatro cuestiones: cémo conservar la vida, cémo ganarse la vida, cémo formar la familia, c6mo gozar de la vida”.” Civilizar es la tarea. © Séenz, 1936, pag. 313. 7 Séenz, 1939, pag. 223. 1 Séenz, 1936, pag. 325. 72 Séenz, 1939, pag. 115. 73 Séenz, 1939, pdg. 118. AFLUENTES IDEOLOGICOS DE LA REVOLUCION 173 La escuela rural es la casa del puedlo, la casa comunal que abre sus puertas a los nifios para que se ilustren y a los adultos para que en ella discutan los asuntos que atafien al gobierno y policfa de la comunidad. La misién del maestro no queda limitada a la rutina de.la escolarizacién-y la-alfabetizacion; €s_ ademas un guia de la comunidad cuyos conocimientos le permi- ten intervenir en la formulacidn de las solicitudes de dotacion o pérfeccionamiento de la posesién agraria, en los negocios dé la representacién politica yen la eonversacién con el mundo de fuera: La ensefianza que imparte es integral porque abarca todos los aspectos de la vida, porqué su jurisdiccién se extiende por el universo total de la:sociedad-local-y atiende lo mismo a los hombres que a las mujeres, a los niiios y a los adultos, a_los_\ macehuales y a los principales. Tal_y como lo quiere la teorfa andrquica.es ademas. integral-porque-combina-el-cultivo-de-la / inteligencia con el trabajo manual. El programa escolar se. desdobla.en actividades concretas de las cuales dos interconectadas son de capital importancia: la comunicacion y la castellanizacién. Comunicar en lo material y en lo espiritual, amipliai las veredas y los caminos que conec- tan a los pueblos entre sf y a éstos con los centros urbanos de cultura nacional para que la movilizacién de las ideas produzca la integracién mental. La comunidad existe en el aislamiento; sus ligas internas son vigorosas, como lo es la participacién de sus miembros en el grupo porque carece de vias expeditas de relacién con las congregaciones vecinas. La comunicacién es universalizante cuando pasa de la transmisién oral de un acérvo intélectiial mezqwind y local a las formas modernas-de intercambio e informacién. Cuando un plan de vialidad toma nota del problema indigena —dice Sdéenz— “le voy mds a la carretera que a la escuela para resolverlo”.” La castellanizacién es el otro aspecto de la comunicacién que se asigna a la escuela integrante como primera obligacidn. “Si el pueblo no habla nuestra lengua, no es de nosotros; en la medida en que los espafioles castellanizaron a México, lo civi- lizaron.””® Leer y escribir.es.comunicar, pero hablar la lengua oficial es integrar el pafs. En este punto la escuela rural es 74 Séenz, 1936, pag. 305, 75 Séenz, 1939, pdg. 120. , y) Er 174 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRE impositiva; Séenz reitera que es universalizante, totalizante, y en consecuencia, enemiga de las culturas singulares, de la cos- tumbre particular; elimina o relega a un lugar secundario el idioma verndculo.”® Segtin se advierte, en el caso Sdenz sigue al pie de la letra a Ramirez, para quien prologa una pequefia obra intitulada Cémo dar a todo México un idioma,” que fue el evangelio de Ja incorporacién lin, hasta hace todavia muy reciente fecha. Esta escuela, intrépida y animosa, no puede realizar ella sola la {mproba tarea; es menester la colaboracién organizada de otras agencias gubernamentales de mejoramiento social: las que se ocupan especificamente del fomento econdmico, de la agri- cultura, de la salubridad, de las obras ptiblicas y de los asuntos agrarios. La coordinacién de todas ellas con la escuela hard. posible que cada una asuma la responsabilidad que tienen para con las regiones de refugio. Las Ifneas integrativas sanitaria y econémica, con esto, quedan ubicadas en las agencias especia- lizadas de la administracién, lo que les confiere una jerarquia de importancia similar a las dos que han merecido extenso tra- tamiento en este andlisis. Todas cuatro concurren en Ja obra conjunta de la integracién nacional. A menos que “acompaien en su empresa. a. la escuela rural —advierte Séenz— la accion de la de hoy sera tan indtil como la de ayer, y al cabo de unos aiios, constatando el fracaso, una vez mas responsabilizaremos al indio”.”* En alguna ocasin Sdenz habla de un “gusanillo marxista’ _ qué le aconseja dar preferencia a lo écondmico sobre lo social; en otras llega a identificar la-esci@la socialista de los anos treinta con su escuela socializada de los veinte y en una mds, postula la implantacién de una sociedad sin clases. Tales atisbos en modo alguno refieren el sistema de sus ideas con el mater lismo histérico; recordemos la utopfa de un marxismo espiri- tualizado que procura como reinterpretacidn de la Revolucién Mexicana y que se nos antoja un tanto similar al actual mo- vimiento nativista checo que busca la liberalizacién de la di tadura del proletariado. Cuando Sdenz discute la prescripcién arr? Séenz, 1936, pag. 280. | tr AFLUENTES IDBOLOGICOS DE LA REVOLUGION 175 econémica. en la solucién del problema indio peruano acepta de Maridtegui su concepeion de la comunidad incaica como tram-" polfn desde el cual la sociedad india puede dar el salto al socia- lismo, abreviando considerablemente su proceso de desarrollo;*” pero no lo sigue en su interpretacién marxista del cambio al és de la transformacién de la estructura econdmica. Saenz rebate a Maridtegui y otorga igual jerarquia y énfasis equiva- lente al desarrollo educativo, al sanitario y al legal para que con el econdimico configtren el desarrollo integral. Evidentemente, Saenz io es wn marxista. La Revolucién Mexicana, en realidad, es el movimiento vivo, el giro violento, de un proceso que tiene su origen inmediato en las tiltimas décadas del siglo anterior; contiene un conflicto de fuerzas entre dos tendencias opuestas que propenden a su mutua exclusién y en el cual una de ellas se encamina a la consecucién del desarrollo social mientras la otra se orienta al desarrollo econémico. La primera tendencia pone el acento en la distribucién; la segunda en los factores de la produccién. Antes de que el movimiento armado tomara un rapido curso, los que hoy Iamamos precursores de la Revolucién ya habfan establecido nitidamente el conflicto. En materia agraria, por ejemplo, Ricardo Flores Magén representa la tendencia distri- butiva al postular el principio de la libre disposicién de la tierra en la que no reconoce el derecho de propiedad; Andrés Molina Enriquez, en el lado adverso, personifica la tendencia produc- tiva al propugnar por el respeto a la propiedad y el reparto de las tierras vacas que el latifundio mantiene improductiv; Polfticamente la primera tendencia pucde ser llamada populista y la segunda. desarrollista. En la tendencia populista debemos comprender a todos los movimientos dirigidos a conceder alas masas —particularmente al campesino y al indfgena— una parte de los satisfactores que el grupo dominante les ha escamoteado, La corriente de opinién que concibe la salud como un derecho social cabe dentro de esta tendencia; como es bien sabido, Miguel Othén de Men- dizdbal inicia. en México, por la década de los aftos treinta, un claro pronunciamiento por la redistribucidn de la salud entre la poblacién del campo al conquistar la fundacién de la Escuela 8° Korionov, 1966, pags. 1-10; considera que el populismo de Mariategui no trasciende la ortodoxia marxista. 176 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS Superior de Medicina Rural.* Pero de todas estas tendencias populistas ningunaj con la sola excepcién de la Reforma Agra- ria, tiene tanta importancia y.tan.vehementes promotores como la educativa..La.implementacién del programa. de educacién tural, desde su.concepcidn, exhibe como propésito eminente la redistribucién del conocimiento, acaparado por una, clase so- cial, entre los hombres desposeidos.de tal beneficio/La nocién “de educacion integral, que entonces toma forma, tio se refiere “tanto a la ensefianza completa.en.su.contenido cuanto, a una. jinstruccién de igual calidad para burgueses.y. proletarios, urba- nistas y campesinos, blancos e indios,, No obstante’su parentesco con la dinastfa del Norte, Moisés Saenz —comprendidas, susobras'y sus-ideas— cae dentro del dimbito de esta tendencia. El término populismo es un con- cepto émnibus que se aplica indistintamente a muchas cosas. Torcuato di Tella le asigna una connotacién en cierto modo derogatoria, algo que deja mal sabor, desordenado y brutal, con un agregado de improvisacién e irresponsabilidad; mas, a pesar de ello, goza del favor de las masas y aun de las élites que participan en una ideologia contraria al status quo.? El triunfo del comunismo sobre el populismo en la Unidn Soviética contri- buy6 en su tiempo a la mala nota que se adscribié al segundo; sin embargo, la férrea, politica de desarrollo econdmico a ex pensas del campo que sufrid ese pafs, unida al proceso mundial de descolonizacién y a las expectativas que promueve el movi- miento estudiantil hoy en marcha, han vuelto a dar vigencia a la tendencia proscrita. Si seguimos a Worsley en la determinacién de los rasgos que configuran la ideologia populista, tal y como él la analiza en los pafses del Tercer Mundo gue inician su vida independiente,* advertiremos que las_partes componentes encajan en el sistema de ideas que Moisés,.Séenz preconiza como doctrina de la.inte- @facion nacional. En primer lugar, el populismo muestra espe- cial proclividad a ignorar,las divisiones de clase existentes en lJa~sociedad, pasa.por.alto la.heterogeneidad étnica .y postula Ja unidad esencial de la nacién. En cierto sentido, la preponde- £1 Othén de Mendizdbal, 1947, pags. VI-525-551. *22j Tella, 1965, pdgs. 47-74. ®8Worsley, 1966, pég. 157; Hama al populism: modérno. idioma rural en un mundo AFLUENTES IDEOLOGICOS DEB LA REVOLUCION 177 rancia de la masa campesina que, como en el caso de México, llega al 85% de la poblacién total por la década de los aiios veinte, y el cardcter consuntivo de Ja economia de subsistencia de esa gran masa, coadyuvan a dar peso a la solidaridad y a la uniformidad como interpretacién correcta del cardcter total de la sociedad. La negacién del indio 0, aun su simple abstraccién como categoria social, que borra las diferencias culturales y la distancia evolutiva entre los grupos étnicos para integrarlos a una nacién concebida como unidad, elabora el primer rasgo. El segundo propende.a.asignar valores comunitatios a la sociedad rural, lo que implica la preferencia por.una.cultura agraria basada en el campesino-o.en.el-pequeiio:agricultor en contraste con la cultura industrial fuertemente individualista. Apenas-es-necesario*confirmareste segundo rasgo en el pensa- miento de Sdenz. En diversas ocasiones aludimos a sus preocu- paciones por crear en el habitante del campo un espiritu rural, por conservar el alma verndcula enraizada “en nuestro suelo, Jeal a la tradicién y al genio popular”™ cuando el indio pase, como inevitablemente tendra que hacerlo, de su cultura folk a la civilizaci6n cosmopolita, por aconsejar a la gente que siga fiel a las maravillosas obras que elabora con manos artesanas. Califica a la civilizacién moderna de apresurada y mecdnica y se pronuncia por el amor al campo con prelacién a la ciudad, para terminar asegurando expresamente su conviccidn de que el sentido comunal es “una cualidad necesaria en las sociedades modernas” .*> El rasgo tercero que seiiala preferencia por las formas, coope- rativas ce organizar la economia;/el cuarto que busca restituir poder al nivel local mediante la redwecidn del dominio estatal y la‘construccidn de'un nuevo'ordén: social alrededor, de Ja comu- nidad rural; /el quinto que .expresa hostilidad manifiesta alos grandes negocios y a las inversiones extranjerasyfinalmente, el éxito que justifica la existencia de una sola organizacién politica é ‘con base en la conviccién de quela sociedad agraria es indiferen- ciada, orgdnica ¢ indivisa.y un. solo partido. nacional. basta, para. expresar los intereses comunes, son todos ellos rasgos. presentes. en la doctrina dé la integracién propuesta por Sdenz. El partido *4Séenz, 1939, pag. 115. *5Sdenz, 1939, pag. 248. ANTROPOLOGICA, HOMBRES B IDEAS tinico, que como una supervivencia persiste en el seno de nues- tra propiedad, tan alterada por las contingencias del desarrollo industrial en los valores que alguna vez le dieron significado, tiene su rationale en la inelinacién populista de hombres, como Moisés Sdenz, que ponen sus mejores esfuerzos en la tarea de epilogar la escisién interna. »f En 1940 la ciudad de Padtzcuaro, ciudad primada de una region intercultural de refugio, es elegida sede del Primer Con- greso Indigenista Interamericano. El presidente Cardenas inau- gura el evento y pronuncia un discurso cuyos términos contienen la aceptacién de una nueva polftica integrativa en la que que- dan incluidas muchas de las ideas propaladas por Séenz. Este funge como Secretario General del Congreso que retine, por vez primera, a los socidlogos, antropélogos y administradores mas distinguidos en el estudio o en la resolucién practica de los problemas del indio. Entre las recomendaciones del Congreso una ordena la creaci6n del Instituto Indigenista Interamericano, que al decir del Comisariado John Collier, SAenz concibe.** En tal momento, el nacionalismo populista de Sdenz d sborda las ce por el dmbito dilatado de las En ese momento el indigenismo, al institucionalizarse inter- } nacionalmente, alcanza también al Apex desu curva ascendente! En Tos Estados Unidos la politica de un Nuevo Trato para los indios Negaigualmente al vértice de: su emocién--Moisés Saenz es nombrado director del organismo interamericano, y al agradecer la designacién, habla de las similitudes bdsicas del indio y sus problemas: “Es verdad —termina diciendo— que de pais a pais la cuestidn indigena presenta aspectos mas o menos diferentes y lo es también que algunas naciones del continente estan practicamente libres del Hamado problema, indigena; sin embargo, la cuestién iridigena es verdaderamente continental, ya por motivos de solidaridad, ya por razones de interés cientifico.”*’ Infortunadamente,. Saenz. muere el 24 de octubre de 1941, a los 53 afios de edad, antes de tomar posesién “dé Si Cargo, precisamente cuando la corriente desarrollista bur- guesa de la Revolucién triunfa sobre la populista agraria y el indigenismo inicia su declinacién. * Collier, vol. 1, 1941, pag. 27. ®7 Vela, 1959, pag. 193. 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EL DIALOGO INCONCLUSO ENTRE ANTROPOLOGIA E INDIGENISMO MANUEL GAMIO* EL cicio de conferencias iniciado por la Sociedad Mexicana de Antropologfa con el objeto de hacer un balance del estado de los estudios antropolégicos en México, contemplados desde el punto de vista de sus distintas ramas, ha permitido a un grupo selecto de especialistas trazar el panorama de nuestra disci- plina enfocdndola desde los puntos de vista fisicos, histdricos, lingiiistico y cultural. Nos toca a nosotros hacer relacién de las contribuciones que en materia de antropologfa social ha; reali- zado la escuela mexicana al acervo en incremento de la ciencia del hombre. Aun cuando cada uno de los especialistas en las distintas ramas en que se divide la antropologia ha ubicado su especiali- dad en el marco total de la antropologia social, me parece que una. de las tareas necesarias a la que debemos enfrentarnos es la de definir lo que entendemos por antropologfa social. Como es bien sabido, a principios del presente siglo la antropologia comenz6 a explorar rutas nuevas y mientras en Europa los an- tropdlogos ingleses tomaban como modelo la sociologia positiva de Durkheim, orientada al estudio de las relaciones sociales, en Estados Unidos la escuela encabezada por Boas, sustentaba una mayor amplitud en sus intereses y con el nombre de antropo- logia cultural comprendia tanto los desarrollos histéricos de la conducta humana, cuanto el estudio de sus patrones actuales. En México, la conjuncién de las orientaciones europea y nor- teamericana hizo que la antropologfa conservara la dilatacién en el dmbito de sus intereses ubicada en una sola disciplina, pero a *Conferencia sustentada en el Museo Nacional de Antropologia de la ciudad de México, el 5 de septiembre de 1968. 270 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRE EI la vez, estimulada por el cambio en las estructuras sociales que venfa realizando la Revolucién, consideré importante el estudio de las relaciones entre los hombres y entre los grupos y los problemas sociales derivados de esas relaciones para buscarles una aplicacién inmediata, EI padre de la antropologia social en México fue el doctor Manuel Gamio, quien apenas iniciado el movimiento social de 1910, expuso en una obra, que hoy consideramos clasica, la necesidad de estudiar a la poblacién para poder realizar una adecuada, aplicacin de las leyes, Sin embargo, quien realmente le dio la designacién que hoy tiene la di iplina fue el profe- sor Moisés Sdenz cuando, desde su cargo en la Secretaria de Educacién, se habia comprometido en una campaiia de reinter- pretacién cultural que abarcaba todo el pais. Al meditar sobre los problemas que debia resolve nistracién revoluciona: la admi- a, particularmente el de integrar en la vida nacional a un grupo todavia muy numeroso de poblacion indigena, consideré que los estudios que entonces realizaba la antropologia podfan contribuir a resolver el problema, siempre y cuando la arqueologfa, la lingiiistica y la etnograffa sirvicran como auxiliares a la sociologfa rural, disciplina esta tltimaen la que habfa de recaer la responsabilidad eminente de buscar SO- lucién a las carencias e in apacidades de la poblacién indigena. Para los hombres que actuaban asediados por las necesida- des del pais, la arqueologia, la historia y la etnologia, ocupadas en el pasado indio, se hallaban desprovistas de utilidad si la sociologia practica no les daba el sentido actual de realidad. Esta combinacién de antropologfa y soc ologia es lo que Saenz designé como antropologfa social y. segiin se advierte, al igual que lo habia hecho Gamio, le destind una finalidad de aplicacién inmediata. Debido a ello la distincién entre antropologfa social y antropologia aplicada es dificil de hacer ya que si bien las restantes ramas de la antropologia tienen un campo de apli- cacién, la antropologfa social esta especificamente destinada al estudio del cambio en las relaciones sociales y en los sistemas culturales de las poblaciones indigenas, con fines de integrarlas a la sociedad nacional. Por otra parte, tampoco es facil de realizar en la practica la distincién entre la aplicacién de la antropologia social y la politica indigenista ya que, hasta hace todavfa unos cuantos BL DIALOGO INCONCLUSO 271 afios, toda la antropologia social se encaminaba en México a estudiar los problemas de la poblacién indigena y a proponer y a realizar una politica para solucionarlas. Sdlo muy reciontomente se ha ocupado del estudio de problemas agrarios, tenencia le tierra, migraciones del campo a la ciudad y urbanizacion. . Si nosotros conservamos por un momento esta identificacion entre la aplicacién de la antropologfa social y la politica indi- genista, es indudable que habremos de buscar Jos antecedentes de nuestra disciplina en la época de Ja dominacién colonial, cuando, como resultado de la invencién del Nuevo Mundo y de la expansién del capitalismo emergente hubo de disefiarse una politica con qué enfrentar el trato de la poblacién americana. Las condiciones materiales generadas por la explotacion €0- lonial, hicieron necesaria la formulacién de una teorfa que jus- tificara Ia sujecién de unos hombres por otros, y esta jus- tificacién se encontrd en las ideas seiioriales de Aristoteles y de Tomas de Aquino, asf como en el nacionalismo inescrupu- loso de Maquiavelo. Ginés de Sepiilveda se encargé de modulat la teorfa politica del indigenismo de la metrépoli imperial y la pasé en la inferior capacidad racional del indio yen la conse- cuente obligacién, que las naciones civilizadas tenfan de interve- nir en la vida de los indigenas, arrogandose su soberania, a fin de guiarlos y ayudarlos no tan sdlo con la evangeli acién, sino aun imponiendo, por la fuerza si fuera necesario, insituciones benévolas y paternales que los encaminasen por el cauce de la verdadera, religién y las costumbres civilizadas. Esta politica indigenista, adoptada por la administrac’ co- lonial, hizo del hombre americano un menor de edad y lo ubicd dentro de la estructura colonial como una casta sierva. Los primeros misioneros, Las Casas, Sahagin, Vasco de Quiroga y otros més, se opusieron violentamente a la politica indigena metropolitana, o la aceptaron en parte, proponiendo alterna- tivas que trataron de poner en practica a través de proyectos pilotos como los hospitales, pueblos, el colegio de Santa rue de Tlatelolco y Ja conquista de la Verapaz, que no pasaron dc ser utopias que contradecfan las finalidades de expansidn del capitalismo colonial. — Fl desarrollo de una élite ilustrada, ya para finalizar el do- minio colonial, y la influencia que en ella, tuvo la Revolucion Francesa, determiné la independencia de México y la necesi- 272 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES E IDEAS dad inmediata de crear una burguesfa que hiciera posible la construccién de una nacionalidad. El obstdculo principal que tuvieron los dirigentes liberales del primer siglo de nuestra in- dependencia para cumplir sus propdsitos, fue el de la heteroge- neidad étnica, la desarticulacién geografica, la multiplicidad de lenguas, la variedad de grados de evolucién cultural y las dife- Tencias extremas, en cuanto al disfrute de los bienes econémicos, que hacfan que unos cuantos dispusieran en sus manos de casi toda la propiedad y la riqueza del pais. La politica indigenista de la Independencia estuvo ligadaa la filosoffa liberal que difund{a por el mundo el sistema capitalista, que habia obtenido para entonces la hegemonfa en el mundo oc- cidental, y que postulaba la filosofia de la no intervencién para propiciar el triunfo de los mds aptos. En México los mas aptos eran tan escasos en ntimero que acudieron al expediente de la migracion para incrementar su fuerza y resolver los problemas de la heterogeneidad nacional a base de un blanqueamiento del pais. Por otra parte el individualismo naciente hizo posible la destruccién de las corporaciones coloniales y la secularizacién de las instituciones, separando los asuntos civiles de los reli- giosos. La destruccién de las corporaciones implicé la desorgani- zacién de las comunidades indigenas y la distribucién de las tierras entre sus miembros con el cardcter de propiedad privada. Si es cierto que los proyectos de inmigracién que se Ilevaron a cabo no concurrieron a integrar la territorialidad de la nacién, sino por el contrario a la pérdida de una suma considerable de la jurisdiccién heredada de la Colonia, en cambio la secularizacién e individualizacién de las corporaciones lograron acabar con un niimero considerable de comunidades indfgenas que cayeron bajo el dominio de la hacienda. Elineremento y modernizacién de las comunicaciones, a fines del siglo pasado, junto a la inversién de capital extranjero, in- crementaron el despojo de las comunidades y nuevos intentos de colonizacién al fortalecerse la politica indigenista liberal de no intervencién con la politica conservadora propalada por la filosoffa positiva, en su version spenceriana, que proponia dejar en libertad a las fuerzas econdmicas y a los grupos sociales para gue buscaran su propio acomodo dentro de la estructura social, Como resultado de ello la nacién quedé enajenada en una oli- EL DIALOGO INCONCLUSO 273 garqufa cientifica que Justo Sierra, mas como anhelo que como realidad, llamé la burguesia mexicana. Sin embargo, el inicio de la industrializacién en México pro- dujo cambios notables en el pensamiento cientffico. En 1904 José Lépez Portillo y Rojas, en una pequeiia obra intitulada La raza, indigena, inicid el ataque frontal al darwinismo social que entonces prevalecia y que dejaba al margen de la sociedad nacional a los grupos étnicos americanos. Propuso la concesién amplia de las libertades —econdmica, politica y civil— a las co- munidades indias para elevar el nivel intelectual de los nativos. Con el libre trénsito y el comercio franco la mezcla y amalgama de todas nuestras razas, paulatinamente se lograrfan no sdlo por el cruce biolégico sino por el influjo de la compenetracién de los espiritus. Para finalizar estatuyé un postulado que, desde entonces, ha sido norma en nuestra antropologia social: “La di- visibn verdadera que existe entre los hombres, dijo, no estriba en las razas, sino en la cultura. Puede decirse, en cierto modo, que el indio civilizado deja de ser indio.” En 1910 Ricardo Garcfa Granados escribié su célebre ensayo, El concepto cientifico de la historia, para combatir el organi- cismo social spenceriano y el racismo en boga del conde de Gobineau. En su refutacién expresd igual conviccidn a la de Lépez Portillo, amplidndola a lo social: “No hay, afirmd, su- perioridad invariable de raza alguna a través de los siglos y en vista de que las diversidades entre los hombres no son en primer término antropoldgicas, sino producto de la cultura, no hay motivo para rechazar la idea de que cualquiera de las razas existentes o por formar, se pueda elevar a la mayor altura de civilizacin. Las razas se levantan y descienden conforme a la eficacia o deficiencia de sus condiciones sociales, asf como a las unstancias histéricas.” Por otra parte, las ideas que generaba el movimiento de in- dustrializacién hacfan ostensible la obsolescencia de la estruc- tura agraria del pafs. Andrés Molina Enriquez ideé un sistema de evolucién del derecho territorial que le permitié ubicar a los distintos grupos étnicos del pais en distintos casilleros que comprendian a los grupos que carecfan de nocidn del derecho territorial, a los que sdlo tenfan nociones de ocupacién, a los que disfrutaban de la posesién y, como coronacién del proceso, los que gozaban de la propiedad privada; un concepto sub jetivo 274 CRITICA ANTROPOLOGICA, HOMBRES B IDEAS cuya comprensién sélo estaba al alcance de la élite ilustrada. No es nuestra intencion hacer un andlisis de esta y otras teorfas del ilustre socidlogo que lamentablemente nunca pudo desprenderse de su darwinismo social. Quién pudo hacerlo desde muy temprana edad fue el filésofo andrquico Ricardo Flores Magén, a quien mucho debe la antro- pologia social mexicana en sus enfoques del problema agrario. Como es bien sabido de todos nosotros, para Flores Magén el hombre es esencialmente bueno, la estructura social en que se halla aprisionado lo vuelve malo. Para él la propiedad terri- torial tiene su base en el crimen y es un instrumento inmoral frente de los males que afligen al ser humano. En la natura- leza, el agente creador es el conflicto; acciones y reacciones en la materia orgdnica e inorgdnica lo ponen de manifiesto. La vida es lucha, critica, desacuerdo y no el orden conservador que proponian los cientificos positivistas. El progreso no es una evolucion gradual ni un dejar hacer, es un salto revolucionario de etapas. El anarquismo de Flores Magén y su slogan “tie- rra y libertad” tomado de los narodniki rusos de mediados del siglo anterior, cristalizaron en el movimiento encabezado por Zapata, en la Constitucién de 1917 y en la legislacién agraria. La redistribucién de la tierra, cuando fue levada a. sus tiltimas consecuencias durante el régimen del presidente Cardenas, por si sola logré la incorporacién de grandes masas indigenas a la vida nacional, enriqueciendo con ello el acervo cultural y hu- mano del pais. De aquf la importancia que para la antropologia social y la politica indigenista tiene el pensamiento de los pre- cursores mencionados y el de otros mas que no lo han sido. En este clima mental, que ponfa las condiciones sociales y culturales sobre las biolégicas, y que daba gran énfasis a los problemas derivados de la tenencia de la tierra, aparecié la obra de Manuel Gamio, Forjando patria, que sefialaba el comienzo real de la antropologfa social contemporanea en México, Ga- mio vivié largos y fecundos aiios y llegé a formular un cuerpo consistente de doctrina en libros, folletos y articulos publica- dos en diversas revistas y en varios idiomas. Tuvo, como en seguida veremos, ideas germinales que desbrozaron el campo de la accién y de la investigacién; pero, como bien lo advirtid Julio de la Fuente, nunca profundizé sus teorfas ni tuvo la vir- EL DIALOGO INCONCLUSO 278 tud de revisarlas a medida que avanzaban los conocimientos antropoldgicos. Gamio es bien conocido, no sdlo entre nosotros sino en todo el mundo académico, por su insistencia en darle a la antro- pologfa una aplicacién en los menesteres de gobierno. No es necesario. repetir aquf las palabras que escribié en los prime- ros capitulos de Forjando patria, en donde francamente, sin titubeo alguno, da una funcién aplicativa a la antropologfa y schaza por estériles los estudios de inves n especulativa que se conservan en los archivos de las universidades sdlo para ser consultades por unos cuantos elegidos. Semejante critica no implica negacién de utilidad a la investigacién sino pre- cisamente lo contrario: la necesidad que tienen los paises de conocer cientificamente las caracteristicas y las condiciones de las poblaciones que habitan dentro de sus fronteras. En lo que se refiere particularmente a México, la necesidad de esta in- tigacién y este conocimiento parecian evidentes y necesarios ‘ala conduccién de un buen gobierno. Los métodos que propuso Gamio para la antropologia, fueron fundamentalmente: el histdrico, el etnografico y el estadistico. El primero comprendfa la arqueologia como un requisito para descubrir las formas antiguas de cultura y seguirlas en su evo- lucién hasta nuestros dias, de modo que estos antecedentes sir- vieran para promulgar las leyes o normas que mds conviniesen al pais y que tuvieran en cuenta los distintos grados evolutivos de los grupos étnicos. El método de la etnografia lo concebia como el de la observacién participante en que el investigador (dlebfa contemplar a la poblacién, materia de estudio, con em- pitifa,iesto es, forjindose temporalmente un alma indigena. La liitroduccién del método estadfstico en la investigacién social permitid a Gamio la utilizacién e interpretacién de materiales ciatititativos que influyeron considerablemente en su obra. Para Gamio el fin eminente de la antropologfa social es la uccidn de la idea de nacionalidad. El sefialamiento de esto propédsito no fue ciertamente suyo original sino el residuo de las: ideas de los cientificos sociales que lo antecedieron y cuyas obras de manera ostensible estuvieron destinadas a po- ner los cimientos del edificio que Gamio habria de coronar. Muy bien puede decirse que todo el pensamiento antropoldgico mexicano, a partir del abate Clavijero, se ha encaminado a for- Gon sl 276 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES BE IDEAS mar esta idea, clave en paises como México que surgieron del colonialismo europeo con status independiente, pero sin haber consolidado un espiritu nacional. Al contemplar Gamio la situacién del pafs en los afios en que se iniciaba la Revolucion, no pudo menos de advertir que México no constitufa una verdadera nacién, ya que estaba inte- grada por un Estado, politicamente definido, que comprendia dentro de su régimen y ordenamiento a la minorfa moderna. ci vilizada y a un niimero grande de pequefias patrias —pequeiias nacionalidades dirfamos hoy dfa— con un nacionalismo bien definido, constituidas por los multiples grupos indigenas disper- sos en toda la extensién superficial del pafs. Mientras existiera este Estado multinacional con su heterogencidad manifiesta, dificilmente podfa hablarse de México como de una verdadera nacién. Esta preocupacién lo llevé a estudiar las caracterfsticas que configuran las nacionalidades para que, conociéndolas, se pusiesen los remedios adecuados. Una nacién requiere contener cierta homogeneidad étnica, territorial, lingiifstica, cultural y econémica. Gamio definié las caracterfsticas que conforman la nacién en 1916, curiosamente, por los mismos aiios en que un revolucionario georgiano, José Stalin, se encontraba también preocupado en descubrir los ras- gos significativos que componjan la nacionalidad. Ambos coi cidieron en determinar la importancia de las carac arriba mencionadas con excepcién de una, la étnica, que el mexicano puso en primer lugar y el georgiano elimind de su esquema, ya que en la Rusia pre y posrevolucionaria esta ca- racteristica carecia de trascendencia. Tal vez lo mas original en la enumeracion de partes realizada por Gamio es el acento que pone en la necesidad de una cierta uniformidad econémica. Su simple mencién otorga una sin igual magnitud a la intromisién de este factor en la configuracién de una idea que, aparentemente, nada tiene que ver con las rela- ciones. de produccién. ndudable que Gamio tuvo en cuenta al incluir esta caracterfstica las representaciones propaladas por Flores Magén que tanto insistié en negar a los cientificos porfiristas, que componian la burguesfa mexicana, el derecho a considerar que su grupo econdmico constitufa la patria. La definicion de las caracteristicas que configuran una nacién condiciona necesariamente las acciones que requiere su consti- EL DIALOGO INCONCLUSO 277 tucién o fortalecimiento. En el caso, estas acciones debfan ser el mestizaje de los grupos étnicos heterogéneos, basado en el cual Gamio justificé, en parte, la inmigracién europea; la co- municacién, especialmente la vial, de las regiones aisladas del pais; la castellanizacién que permitiera a todos los mexicanos entenderse al través de un sistema de habla comiin; la evolucién cultural en ciencia, arte, religion, étnica y politica para acercar a los grupos étnicos atrasados, a la posicién elevada en que se encontraba la minorfa de cultura moderna; y el consumo e ingreso equilibrados que borraran la enorme distancia que se advertia entre la élite que disfrutaba holgura y bienestar y la an masa desposefda. del pueblo. Gamio desarrollé el concepto de evolucidén cultural definien- do, en primer lugar, la cultura como un conjunto de manifes- taciones inherentes a la naturaleza humana. De éstas las mate- ‘iales constituyen la Hamada cultura material y las restantes la cultura intelectual. Esta tltima, sin duda el conjunto mas im- portante de la civilizacién, contiene conocimientos. cientificos, evidentemente validos, y manifestaciones emotivas que se ex- presan en el arte, la religién, etc., y que constituyen la cultura convencional, de valor relativo. Lo importante en este concepto de cultura es la dicotomia entre lo material y lo intelectual que escinde.el conjunto en dos partes separables y que, como en se- guida veremos, tuvo consecuencias.trascendentes al ser puesta en practica. La cultura tiene un desarrollo que va de lo convencional a lo cientifico. En México los grupos de poblacién ostentan grados de evolucién distintos; el fio superior lo ocupa una minorfa avanzada de cultura cientifica, los escaiios inferiores los grupos mayoritarios de cultura folk o popular. El proceso es incesante solo en cuanto ataiie a la cultura cientffica, que paso a paso va acumulando conocimientos que incrementan el caudal de que dispone la humanidad; pero no sucede lo mismo en cuanto a los desarrollados de la cultura convencional que se desenvuelve en ciclos de crecimiento y desintegracién. Lo cual quiere decir que en arte, religién, ética y politica no existe una linea inin- terrumpida de progreso sino que, cuando las sociedad alcanzan una cima determinada, acaba el perfeccionamiento y comienza. la desorganizacién y decadencia de los logros alcanzados. Cuando dos culturas entran en contacto se suscita una pugna 278 CRITICA ANTROPOLOGICA. HOMBRES B IDEAS cultural que concluye con la climinacién, substitucién, com- penetracién o fusién de las caracteristicas de las culturas en conflicto. La fusién de la cultura folk con elementos de la cul- tura cientffica puede tomar la forma evolutiva o la artificial. En el primer caso, el de la fusién evolutiva, las caracterfsticas de las culturas en contacto al mezclarse adquieren una funcién positiva en la cultura del grupo étnico atrasado y lo hacen pro- gresar. En el segundo caso, el de la fusién artificial, las ca- racteristicas culturales cientificas se imponen a la cultura bajo asedio sin que Ilenen una funcién util y subsisten en el grupo étnico atrasado en tanto no cesa la coercién que trata de intro- ducir la innovacién. En el proceso de contacto cultural la cultura material evo luciona independientemente de la intelectual; de tal modo, un grupo étnico bien puede adquirir elementos modernos de cultu- ra material sin que a igual ritmo desarrollen conceptos de cul- tura intelectual a tono con ese progreso. Contrariamente, otro grupo es capaz de adoptar rasgos y complejos intelectuales muy avanzados, mientras su cultura material permanece estancada o pobre. La idea de la evolucién independiente de las partes de una, cultura, que Gamio propone, parece una variacion del concepto sociolégico de rezago cultural ideado por Osborn; pero también, es un desarrollo consecuente del concepto de una cul- tura escindida en caracteristicas materiales ¢ intelectuales. El grado evolutivo de los grupos de poblacién lo descubre la cuantificacién de las caracteristicas materiales si éstas se cla- sifican conforme a su utilidad en eficientes, deficientes y per- judiciales. Las caracter(sticas intelectuales también estan suje- tas a cuantificacidn si se clasifican de acuerdo con los criterios cientifico o convencional. Basado en el cardcter objetivo de los elementos materiales Gamio pudo formular encuestas de in- vestigacién que lo llevaron a, calificar cl nivel cultural de los grupos étnicos del pafs conforme a esas caracteristicas. Parece innecesario decir que lo eficiente coincidié con lo moderno, lo deficiente con lo colonial y lo perjudicial con lo precolombino. Aun cuando tedricamente habia la posibilidad de cuantificar caracteristicas intelectuales como la religién, el arte, la ética y la politica, Lucio Mendieta y Nitiiez, uno de los colaborado- res iniciales de Gamio, nos informa que nunca logré llevarla a practica. EL DIALOGO INCONCLUSO 279 El mejoramiento del grado evolutivo de los grupos étnicos, rezagados en su evolucién, exige conservar las caracteristicas culturales eficientes o positivas y substituir las perjudiciales o negativas en lo que concierne a Ja cultura material y en cuanto a ciertas manifestaciones intelectuales, como el arte, el uso del criterio convencional es valido para definir cuales de ellas son eficientes y cudles perjudiciales. Segiin se advierte, la accién est& determinada por una teoria de los valores emanada direc- tamente de la filosoffa positiva en que lo cientifico se considera como eficiente y lo teolégico y metafisico como perjudicial. Gamio, sin embargo, no se constrifie a seguir al pie de la letra esta teorfa axioldgica y en uno de los capitulos de su obra primigenia, que dedica al andlisis de la creaci6n artistica, evaltia a ésta conforme al criterio convencional, lo que le permite elevar ela ndigena a la altura de las manifestaciones intelectuales de los paises més ilustrados. Aunque no es posible negar la inspiracién que Gamio obtuvo en las lecciones sobre arte pri- mitivo de su maestro Boas, es indudable que la aplicacién que de ellas hizo para valorar uno de los aspectos mas visibles de las culturas indias, tanto en expresiones arqueolégicas cuanto en sus actuales manifestaciones populares, representé un paso de trascendencia en un momento en que la influencia extranjera en México hacia despreciables las formas nativas de creacién. Tanto en la investigacién, cuanto en la aplicacién, debe se- guirse un enfoque integral que comprenda los aspectos todos de una cultura, ya que éstos son interdependientes e interfun- cionales. En la investigacién, una tactica itil es la del censo integral que no sdlo recoge datos de estadistica vital sino las caracteristicas de la cultura material ¢ intelectual de cada una de las familias censadas. En la aplicacién, la educacién integral abarca, tal y como lo propuso Kropotkin, no sdlo la‘instruccién en mater académicas, sino en los oficios y labores manuales que desarrollen la economia del individuo y del pueblo; no sdlo la escolarizacién sino la educacién de la comunidad entera. Los planes de mejoramiento son integrales si comprenden todos los aspectos de la vida del grupo y no uno solo de ellos; el de- sarrollo arménico de la nacién es el tnico que conduce a un nacionalismo integral. Explicitamente, Gamio consider6 el en- foque integral como consecuencia del caracter interdependiente e interfuncional de los aspectos de la cultura hasta 1945, pero 280 CRITICA ANTROFOLOGICA. HOMBRES E IDEAS ya desde 1916, al insistir en la necesidad de la accién y de la investigacidn integrales, estaba concediéndole, implfcitamente, esa condicion. El juicio que puede hacerse de Gamio esta ligado al que po- damos formular respecto a la antropologfa social aplicada en México, que ha dado sdélo unos cuantos pasos mas alld del lugar donde la dejé el ilustre precursor. Dicho lo anterior podemos afirmar: a) El concepto de cultura y la dicotomia material-intelectual aceptada por Gamio lo llevé a reificar la cultura material y a concederle condicién independiente; 6) lo cual le hizo suponer que la substitucién de unos productos culturales por otros podfa originar cambios sustantivos; ¢) el uso del criterio cientifico le condujo a negar valor a conceptos y practicas folk, como la medicina y la religién, alos que calificé de perjudiciales; d) aun- que luché por desprenderse de un temprano condicionamiento positivista, nunca Hegd a lograrlo del todo; €) a ello se debe la contradiccién aparente que hay entre la proposicién de un enfoque integral en la accién y la investigacidn, la defensa de la dicotomsa material-intelectual en la cultura, la idea de la evolucién independiente de sus caracterfsticas y la consecuente valoracién de las manifestaciones culturales en positivas y ne- gativas; por eso f) la accidn y la investigacién nunca pudieron ser integrales sino la yuxtaposicidn de lineas de pesquisa y apli- cacién independientes. Estas y otras debilidades de la obra de Gamio no impiden reconocer que él marcé el camino que otros hemos seguido. Deseo dejar en este punto el andlisis de la antropologfa apli- cada; no es posible en el término de una conferencia describir un panorama, tan rico en matices y experiencias. Hubiéramos que- tido mencionar las contribuciones cardinales de Moisés Sdenz, Rafael Ramirez, Narciso Bassols, Miguel Othén de Mendizabal, Luis Chavez Orozco y otros grandes maestros ya desaparecidos. Sin embargo, dejaremos para otra ocasién ese relato asi como la critica evaluacién de las ideas y patrones de accidn de quienes en la actualidad estan dando a la antropologia social los nuevos rumbos que exige su constante desarrollo.

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