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LA EDAD MODERNA
Te puede resultar extraño que una época que transcurrió hace 500 años se llame
"Moderna". Fue bautizada así por quienes vivieron entonces y se sintieron protagonistas de
un tiempo nuevo que dejaba atrás un periodo que consideraron atrasado y dominado por un
espíritu de tinieblas. Los 300 años que duró la Edad Moderna significaron para los europeos
el desarrollo de una nueva forma de vivir y pensar. El fin de la sensación de inseguridad que
marcó la época anterior y la conformación de la ciudad, como un espacio de libertad frente al
poder y los privilegios de la nobleza. La vida cotidiana sufrió grandes transformaciones con la
reactivación comercial y el surgimiento de un sistema económico basado en la acumulación
de riquezas, que hoy llamamos capitalismo. Este despliegue económico posibilitó los viajes
de exploración que modificaron la imagen del mundo de los hombres y mujeres modernos y
les abrieron la puerta a tierras desconocidas, de las cuales obtuvieron, además de metales
preciosos y especias, un importante intercambio cultural y ecológico (plantas, animales y
enfermedades). En este nuevo escenario, los poderes locales que habían representado los
señores feudales se debilitaron y dieron paso a la consolidación de un conjunto de poderes
centralizados y autoritarios que se conocen con el nombre de Estados Modernos.
La Iglesia, que había sido un verdadero pilar en la época medieval y el gran símbolo de la
unidad, sufrió en el siglo XVI una gran fractura. Un proceso conocido como Reforma que
originó la fragmentación de la cristiandad al surgir la iglesia protestante; la Iglesia Católica
debió iniciar su camino de recuperación a través de la llamada Contrarreforma.
El trasfondo de todos estos cambios residía en una nueva manera de ver el mundo, la
naturaleza y el ser humano. Desde los inicios de la Edad Moderna, el optimismo del
Renacimiento extendió la noción de que la comprensión del mundo arrancaba del uso
ordenado de la razón, lo que abrió paso a la investigación de la realidad circundante y de los
fenómenos naturales, haciendo posible el surgimiento de la ciencia moderna.
Durante los siglos XV y XVI tuvieron lugar una serie de cambios, que transformaron la forma
de vida de los habitantes de Europa. En este periodo sobresalen los siguientes hechos:
A finales del siglo XV y durante el siglo XVI, lo europeos descubrieron e iniciaron la conquista
de las tierras de América y África. Además se adentraron en Asia y establecieron nuevas
rutas comerciales con la India y China, territorios de los cuales se hacían traer sedas e
importantes productos para su alimentación.
España y Portugal fueron los dos países que descubrieron la mayor parte de los nuevos
territorios. Las causas que hicieron esto posible fueron las siguientes:
Causas económicas: los países de Europa necesitaban con urgencia encontrar nuevas
rutas comerciales con Oriente, especialmente con la India, y que los turcos dificultaban el
paso del comercio a través del Mar Mediterráneo.
Causas culturales: una de las características de los hombres de este periodo fue la de
querer realizar exploraciones y conocer los puntos más distantes de la Tierra. Se dedicaron
con gran entusiasmo a recopilar datos sobre tierras lejanas y a confeccionar mapas en los
cuales representaron sus descubrimientos.
Causas técnicas: el importante desarrollo técnico que caracterizó este periodo se tradujo en
la construcción de barcos mis grandes y seguros. Las carabelas fueron barcos construidos
con los adelantos técnicos del mundo moderno. Debe agregarse, además, que implementos
tan importantes para la navegación como los timones de los barcos y las brújulas, se
perfeccionaron en estos siglos.
Esto llevó o tuvo como consecuencia la creación de dos grandes imperios coloniales, el
español y el portugués, los cuales descubrieron las costas del África y América, ampliando
enormemente las tierras conocidas hasta ese momento.
La expansión europea al resto del planeta no fue un hecho menor para América. La llegada
de Colón en 1492 a nuestro continente inició un proceso de conquista y colonización que
cambió violentamente la manera de vivir de los pueblos aborígenes americanos.
Los territorios del Nuevo Mundo (América) fueron incorporados a los imperios europeos que
se estaban formando; se produjo una intensa inmigración o llegada de colonos. Ello significó
que buena parte de la población americana desapareciera por efecto de las guerras de
conquista, de los duros trabajos a que fue sometida y de las enfermedades que traían los
nuevos pobladores que contagiaron y mataron grandes cantidades de personas.
Pero no todo fue destrucción y muerte, junto a los europeos, se introdujo en América la
cultura occidental. Los conquistadores, especialmente españoles, se mezclaron con las
poblaciones autóctonas y surgió una nueva raza mestiza que con el tiempo pasó a constituir
la mayor parte de la población.
Junto a ello, los europeos trajeron el idioma, la religión, nuevos alimentos, nuevas formas de
vida que transformaron la sociedad. En definitiva, desde 1492, con todas las consecuencias
positivas y negativas que tuvo, América se incorporó a la historia de Occidente.
La conquista y colonización de América también acarreó importantes consecuencias para
Europa. Desde América, llegaron al viejo continente inmensas cantidades de oro y plata que
influyeron poderosamente en los cambios económicos ocurridos durante los siglos XVI y
XVII. La abundancia de riquezas afianzó el capitalismo y estimuló un importante proceso de
desarrollo económico.
EL COLONIALISMO Y EL COMERCIO
Hacia el siglo XV, en muchos lugares de Europa occidental los reyes ganaron su batalla para
controlar a los señores feudales y, aliados con la burguesía, iniciaron la construcción de
monarquías de índole absolutista, nacional y dinástica, aspectos característicos de los
estados modernos.
Que fueran de carácter absolutista significó que el rey tuvo a su Cargo una gran cantidad de
poderes, como la justicia, el cobro de impuestos y la fuerza militar, antes en poder de los
señores.
El carácter nacional de las monarquías señaló que los reyes, al vencer a los poderes locales
feudales, unificaron a los países no sólo en lo político, sino también bajo una ley común y
una lengua nacional y oficial.
Que fueran de carácter dinástico se tradujo en que los reyes impusieron en el poder a
miembros de sus propias familias como sucesores. Se formaron así dinastías hereditarias
que se consideraban con derecho divino a gobernar sus respectivos dominios: los Capetos y
los Valois, en Francia; los Tudor, en Inglaterra; los Trastamara, en España; la dinastía Avís,
en Portugal.
RENACIMIENTO
Hacia los siglos XV y XVI, a fines de la Edad Media, tuvieron lugar importantes cambios
culturales, artísticos, científicos y económicos. A este periodo lo conocemos con el nombre
de Renacimiento, en el cual destacan diversas características y procesos.
Los cambios sociales. Un nuevo grupo social que adquirió gran importancia fue el de los
burgueses, compuesto por mercaderes, banqueros e industriales. Estos hombres ricos no
sólo se preocuparon de vivir mejor sino que construyeron grandes palacios apoyaron con
dinero a los artistas.
Los cambios económicos. Las ciudades se hicieron cada vez más ricas, debido al
desarrollo del comercio y de las industrias. En las ciudades europeas muchas personas se
enriquecieron y pudieron construir grandes monumentos, que aún podemos observar en
nuestros días.
Cambios culturales y artísticos. La cultura tuvo un fuerte desarrollo durante este periodo.
Hasta nuestros días, miramos estos siglos como un tiempo de grandes sabios y artistas.
Algunos de sus logros mis espectaculares se obtuvieron en la arquitectura y la pintura, con
artistas tan famosos como Miguel Ángel.
Los artistas renacentistas se inspiraron en los modelos antiguos de los griegos y los romanos
y sintieron por ellos gran admiración. Justamente, por este motivo, la cultura de esta época
recibe el nombre de Renacimiento, es decir, algo que vuelve a nacer.
A diferencia de las épocas anteriores, el hombre pasó a ser el centro de todas las
preocupaciones de la sociedad. Esto último lo conocemos bajo el nombre de
antropocentrismo.
Italia fue el lugar donde se originó y alcanzó mayor fuerza el Renacimiento; especialmente
importante fue su desarrollo artístico. Si en nuestros días Italia es considerada como una de
las naciones más hermosas, se debe, en parte, al aporte que hicieron los artistas
renacentistas.
Para comprenderlo mejor se suele dividir el Renacimiento en dos momentos: el Primer
Renacimiento, también llamado Quattrocento, y el Renacimiento Pleno o Cinquecento.
El Primer Renacimiento comenzó a partir del año 1400, de ahí que este periodo se llame
también Quattrocento. En las ciudades italianas se inició un fuerte desarrollo artístico y
cultural. La ciudad más importante fue Florencia y en ella trabajaron arquitectos como
Brunelleschi, escultores como Ghiberti y Donatello y pintores tan importantes como Boticelli.
En El Renacimiento Pleno, a partir del año 1500, tuvo lugar el apogeo del Renacimiento. La
ciudad de Roma fue ahora el centro más importante de esta actividad. Una cantidad muy
importante de los edificios más hermosos do esta ciudad fueron construidos y adornados en
este periodo. Entre ellos se encuentra la Capilla Sixtina, cuyos techos fueron pintados por
Miguel Ángel, uno de los artistas que mejor representan la creatividad de este periodo.
Los artistas del Renacimiento encontraron apoyo en los mecenas. Estos fueron hombres
ricos, príncipes, papas de la Iglesia, quienes facilitaron el dinero para el trabajo de pintores y
escultores.
Por otro lado, los hombres del Renacimiento, movidos por la curiosidad, se esforzaron por
lograr avances científicos. Buscando superarse en todos los planos, se dedicaron tanto al
estudio de los astros como al de la naturaleza. En este tiempo progresaron todas las ramas
del saber, especialmente:
Como mencionamos anteriormente Italia fue el centro del Renacimiento, pero no la única
parte en que tuvo lugar. Tanto en la zona de Flandes como en Alemania y España, se
produjeron poderosas corrientes artísticas, similares a las de Italia.
Artistas de lugares diversos visitaron las ciudades italianas durante este periodo,
instalándose en ellas durante el tiempo necesario para aprender las nuevas pendencies que
se estaban produciendo. Luego volvían a sus países y transmitían lo que habían aprendido.
Por esta vía, las ideas artísticas del Renacimiento se pudieron difundir en toda Europa.
En Alemania destacó, principalmente, la figura del pintor Alberto Durero, considerado uno
de los más brillantes pintores de la época. Son muy famosos su Autorretratos. En la rica
zona de Flandes trabajaron artistas tan importantes como Brueghel el Viejo.
El arte renacentista tuvo también una importante expresión en España, especialmente en
escultura, donde destaca Domenico Fancelli, y en pintura los trabajos de Pedro
Berruguete.
EL PENSAMIENTO HUMANISTA
Erasmo fue un sacerdote católico, amante de los viajes, que lo llevaron a Inglaterra donde
conoció a Tomás Moro, un gran humanista inglés. Estuvo también en Italia. Así vemos que
una característica de los sabios de este tiempo fue la de que no estaban aislados sino que se
contactaban intercambiando experiencias entre si.
Erasmo de Rotterdam, en sus libros, criticó a la sociedad de su tiempo, fue especialmente
duro al hablar de la guerra, del gusto de los hombres por el dinero y del rechazo de la Iglesia
a todo lo que significara discutir las ideas religiosas.
Escribió varias obras que fueron muy conocidas. La más leída de todas fue el Elogio de la
locura, escrita en 1508.
La unidad religiosa en torno a la Iglesia Cató1ica se rompió en los inicios del Mundo
Moderno. De esta división nacieron los protestantes, cuyas nuevas formas de entender y
practicar la fe en Dios fueron muy bien recibidas en varios lugares de Europa, tales como
Alemania, Suiza e Inglaterra.
Esta división la conocemos bajo el nombre de la Reforma Protestante. Con ella se puso fin
a la supremacía que la Iglesia había tenido sobre toda la sociedad durante más de mil años,
desde que se cristianizó el Imperio Romano.
Una de las motivaciones de esta ruptura se inició cuando en el año 1514, el papa León X
ordenó la venta de las indulgencias, pensando utilizar el dinero que juntara en la
reconstrucción de la Basílica de San Pedro en Roma. Esta venta de las indulgencias fue
presentada a los fieles como si al aportar dinero estuviesen logrando la salvación eterna.
Contra esta situación protestó airadamente el monje alemán Martín Lutero, quien, para
mostrar su desacuerdo sobre esta y otras materias, redactó las llamadas 95 tesis o
afirmaciones.
La Iglesia intentó hacer callar a Lutero, pero éste continuó exponiendo sus ideas y atacando
duramente a la Iglesia. Los ataques fueron haciéndose cada vez mis violentos, hasta que
Lutero terminó negándole a la Iglesia su función. Con esto había puesto la primera piedra del
protestantismo, doctrina según la cual los hombres no necesitan de ninguna institución para
su desarrollo espiritual.
Las protestas de Lutero fueron recibidas con satisfacción en varias partes de Europa,
encontrando numerosos seguidores.
Las ideas más novedosas e importantes de Lutero fueron:
- El hombre se salvará por la fe, por lo tanto no importan las buenas acciones, ya que el
hombre igual es un
pecador, será la misericordia de Dios la que finalmente lo salve.
- Debe prohibirse el culto a la Virgen y a los Santos, para seguir la línea espiritualista de fe
en Dios.
- La libre interpretación de La Biblia, todos podían estudiar e interpretar las escrituras, no
sólo los sacerdotes.
- Abogó por la supresión del celibato.
- Le quitó todo valor a los sacramentos que no eran mencionados en los evangelios, sólo
aceptaba el bautismo
y la eucaristía.
Este movimiento se propagó por distintas partes de Europa destacando entre ellas:
Difusión en Alemania: las ideas de Lutero se difundieron en Alemania en forma muy rápida.
Interesaron especialmente a los príncipes alemanes quienes aprovecharon estas ideas para
oponerse al emperador Carlos V, que defendía a la Iglesia.
Difusión en Francia y Suiza: las ideas de Lutero encontraron eco en estas dos importantes
zonas de Europa. Sus difusores más importantes fueron Calvino en Francia y Zuinglio en
Suiza. Ellos profundizaron y cambiaron algunas de las ideas de Lutero haciendo críticas,
todavía más fuertes, a la Iglesia
Difusión en Inglaterra: Enrique VIII, rey Inglaterra, molesto con el Papa, ya que no lo ha
autorizado a divorciarse de Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena, rompió con la
Iglesia Romana y se proclamó Jefe de la Iglesia en Inglaterra. Así nació la Iglesia Anglicana,
que niega la autoridad del Papa.
Frente a esta situación la Iglesia, al verse enfrentada al ataque de los protestantes, se dio
cuenta de que eran necesarias reformas en su interior. Para realizar esta tarea contó con el
apoyo de aquellos grupos que, desde hacía tiempo, venían pidiendo cambios y mejoras en
las costumbres de los sacerdotes y religiosos.
La Contrarreforma se caracterizó por los siguientes aspectos:
Un grupo de católicos inició la defensa de su fe por la vía de las armas. Así, en muchos
países de Europa, especialmente en Alemania, Francia e Inglaterra, tuvieron lugar violentas
luchas entre católicos y protestantes. Los diversos reyes tomaron partido por uno u otro
bando, agravando la situaci6n. Tanto los católicos como los protestantes adoptaron actitudes
intolerantes, vale decir, no estuvieron dispuestos a escuchar las razones del otro y llegar a
un entendimiento.
Entre 1545 y 1563 tuvo lugar el Concilio Trento. Allí se fijaron con claridad los criterios de
Iglesia sobre la fe y se dieron normas claras, para recuperar la disciplina en la vida religiosa y
con el se logró detener el avance del protestantismo en Hungría, Polonia y parte de
Alemania; pero no posible hacer igual cosa en lugares como Suiza Inglaterra. Este último
país se negó a aceptar cualquier influencia de la Iglesia Católica. Hasta hoy, la gran mayoría
de los ingleses profesa el protestantismo anglicano.
DESARROLLO POLÍTICO
Durante el siglo XVII, la mayoría de los países de Europa fueron gobernados por los
monarcas absolutos, reyes que se encargaban de las leyes, administrar justicia y dirigir a sus
súbditos. Sin embargo, mientras en países como Francia, los reyes fueron teniendo cada vez
más poder absoluto, en lugares como Inglaterra y Holanda se establecieron formas de
gobierno parlamentarias en las que participaban más personas. España, por su parte,
continuó preocupada de gobernar los vastos territorios que dominaba en América.
Tanto la vida económica como la cultural lograron desarrollarse bastante durante este siglo.
Entre tanto, se creaban las primeras grandes fábricas de la historia y aumentaba, de manera
considerable, el comercio internacional de Europa con Asia y América.
Francia fue el país con el desarrollo más importante durante todo el siglo, ya que logró
establecer su superioridad sobre la poderosa España, al derrotarla en la guerra de los Treinta
Años. En 1648 se firmó la Paz de Westfalia, por medio de la cual quedó sellada la derrota
española.
Contó con extraordinarios gobernantes, especialmente los ministros-cardenales Richelieu y
Mazarino.
Puso fin a las guerras religiosas entre protestantes y católicos. Junto a esto, se logró una
importante disminución del poder de los nobles.
LA VIDA ECONÓMICA
Durante este siglo se impuso en Europa una doctrina económica conocida bajo el nombre de
Mercantilismo, según la cual un país era rico en la medida en que tuviese grandes reservas
de oro y plata. Para lograr este objetivo, los países se preocuparon del desarrollo de sus
fábricas, a fin de poder producir en sus territorios la mayor cantidad de productos que
necesitaban. Además, elevaron los impuestos para los artículos que llegaban desde el
extranjero. Hicieron esto para que los habitantes prefirieran lo productos fabricados en el
país. Esta tendencia económica se conoce bajo el nombre de Proteccionismo. Finalmente,
los países europeos se preocuparon de tener colonias, de las cuales pudiesen sacar las
materias primas que necesitaban para el trabajo de sus fábricas.
También en este periodo se dieron los primeros pasos hacia el capitalismo, un nuevo
pensamiento económico que vio el trabajo y la libre iniciativa individual como medios para
acumular riquezas.
El desarrollo del capitalismo estuvo muy ligado a la formación del estado moderno. Los
nacientes estados midieron su poderlo por sus riquezas materiales. Esto los llevó a competir
por los mercados y por la obtención de metales preciosos. En esta época, el capitalismo
estimuló la expansión de Europa hacia el resto del mundo, pues ello implicaba obtener
riquezas.
LA CULTURA BARROCA
LA CIENCIA MODERNA
Como consecuencia del progreso científico logrado en los siglos XVI XVII, el siglo XVIII nació
con una fe incondicional en el poder de la razón. En este siglo conocido como "El siglo de
las luces" surgió una corriente de pensamiento llamada ilustración. La Ilustración surgió en
Inglaterra, alcanzó su máximo esplendor en Francia y se difundió luego por el resto de
Europa e incluso por América.
Cuando, en 1784, el filósofo Alemán Immanuel Kant escribió Sapere aude (Atrévete a saber)
sintetizó magistralmente el pensamiento ilustrado: a través de la razón se podían conocer
todas las verdades, explicar la realidad y transformarla en beneficio de los seres humanos,
de modo que estos podrían ser cada vez mejores y más felices. Los ilustrados pensaban que
la historia humana había transcurrido en un devenir de luces y sombras y que los periodos
oscuros correspondían a aquellos dominados por el fanatismo religioso. Ahora, en cambio, la
nueva forma de pensar era una luz que resplandecía (de ahí su nombre, Ilustración) y
conducía a la humanidad al progreso y a la plena felicidad. Asimismo, defendieron la libertad
de pensamiento y se manifestaron contrarios a toda autoridad y tradición que afirmara
verdades no sometidas al juicio de la razón. La tolerancia, el humanitarismo y la filantropía,
se constituyeron en los mandamientos de una nueva moral.
Pero la sociedad perfecta que postulaba la Ilustración distaba mucho de la existente. Por
ello, un grupo de pensadores denominados "filósofos ilustrados" aplicaron el método racional
y el análisis critico a la realidad y, a través de sus obras, denunciaron los males de las
estructuras sociales y políticas de la época. Entre ellos destacaron los franceses
Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Inspirados en los postulados del filósofo inglés John Locke, fueron grandes defensores de los
derechos de los seres humanos -principalmente de su libertad-; criticaron el absolutismo que
concentraba todo el poder en manos del rey y lucharon por la implantación de la división de
los poderes; consideraron que la sociedad estamental con sus dos clases privilegiadas -la
nobleza y el clero- no solo era irracionalmente desigual sino que conducía a los países de
Europa a constantes crisis económicas. Sus propuestas para superar estos defectos
inspiraron un proceso que cambió la historia de Occidente: la Revolución Francesa.