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Memorias del último Gran Maestre Templario

Año del Señor de 2211

Días después de su investidura, el Gran Maestre recibe la visita de uno de sus


mejores amigos, el Arzobispo de la archidiócesis londinense de Wesrminster,
quien hace mucho tiempo no veía. Ambos se celebraron con mucho agrado y
emoción, contentos de que ambos tuvieron altos puestos en su vida. Se sentaron y
empezaron a platicar, compartir noticias, hablar sobre sus familiares, etc. Hasta
llegar a asuntos más serios como el hecho de que el Vaticano no quiere que la
Orden de el Gran Maestre se extienda. El Gran Maestre mostró desagrado
desacordando con su amigo arzobispo pues no entendía como con cualquier otra
congregación cuando se extiende la felicitan, se alegran por ella pero cuando su
orden prospera, les causa conflicto. Además como mencionamos en uno de los
cápitulos anteriores Fray Alain se muestra inconforme con la idea de pelear y
matar gente, retoma uno de los pasajes del Evangelio cuando Jesús le pide a Pedro
que guarde su espada.

El Gran Maestre le leía a su secretario una carta que debía enviarle a los
condestables de la Región IV. La principal función de dicha carta era evitar
involucrarse en la guerra abierta entre Nigeria y Chad. En su interior encontramos
una metáfora: el Gran Maestre pone como ejemplo a una anaconda. La anaconda
antes de atrapar a su presa para asfixiarla tiene que escoger un tamaño mas
pequeño que el suyo. Es decir su presa tiene que ser más chica para que pueda ser
digirida debidamente. Compara la anaconda con la Orden Templaria, explica que la
Orden se ha mantenido gracias a que siempre escoge adversarios claramente
inferiores a ellos pues creen que solo de esta manera la lucha los ira fortaleciendo.
Sin embargo, un mes después sucedió lo que el mismo había estando evitando:
dirigir el ataque templario contra la frontera de Chad. La causa fue que Chad ataco
sus propios monasterios y el president Hamin había iniciado una persecución
contra la Iglesia Católica desde hacía un año. Como resultado la Orden iba a
responder para demostrarle al presidente que sus monasterios no iban a ser
atacados en vano.

El Gran Maestre comienza a dar una descripción de África en el año 2193 pues
para este año África ya no era aquél país desconocido, ya no poseía lugares sin ser
explorados. A finales del siglo XXI se dieron algunos cambios en el mapa: la
aparición de tres microestados y la fundación de veinte ciudades-estado. El Gran
Maestre se ve consternado ya que jamás imagino que la colonización llegaría a tal
grado que en el continente de África la población de habitants rubios aumentara
por millones! Además África esta dividida en tres grupos de naciones. Las naciones
influidas por Europa, las naciones influidas por Estados Unidos y aquellas naciones
que se resisten a ser influenciados por las superpotencias.
En aquél entonces las dos gigantes potencias era: La República Europea y los
Estados Unidos de América. Ambas competían ya que sus intereses estaban
puestos en diferentes lados y ninguno quería ceder. Lo que le preocupaba al Gran
Maestre era que su Orden estaba en medio de ellos.
Como ya mencionamos anteriormente el Gran Maestro se vio forzado a responder
al ataque contra la frontera de Chad. Nos cuenta que el llega al campamento
alrededor de las 3 am, donde antes de dormir se pone a inspeccionar el
campamento: la posición en la que se encontraban, sus tácticas principales, sus
formaciones, sus soldados etc. Al día siguiente madrugarían para atacar a primera
hora mas no esperaban recibir las llamadas “fortalezas volantes” (se refiere a
grandes bombardeos) por parte de la República Europea. El Gran Maestre estaría
posicionado en un lugar seguro, lejos de el enfrentamiento pero lo suficientemente
cerca para observar los movimientos que se efectuaban. En cuanto empezó el
ataque se comenzaron a escuchar silbídos, golpes, metralletazos, explotaciones y
más. El Gran Maestre frustado puso cara de indignación pues recien había
explotado una bomba en el centro de mando donde se encontraban tres batallones.

La batalla había terminado y dos días después Fray Alain se encontraba en el


hospital militar de Bangassou saludando a sus hombres heridos. Había sido su
primera victoria en una Guerra abierta. Nos describe el hospital con pisos, paredes,
incluso las camas blancas y con doctores y enfermeras de raza negra. Fray Alain se
pone en los zapatos de aquellos que sufrieron heridas graves que terminaron en
amputaciones o que incluso no sobrevivieron; algunos podían sentirse orgullosos
pensando que aquella perdida había generado una victoria, sin embargo esa
victoria jamás les devolvería aquello perdido y no era solo ese hospital que estaba
lleno de dolor si no otros 8. Ya nos ha mencionado anteriormente cual es el origen
del conflicto pero no ve manera en que este pueda terminar, al parecer solo se
prolonga poco a poco. Los intelectuales africanos llaman a esta época “nuestro
siglo de Pericles”. Durante los últimos años se han visto emerger varios
pensadores africanos con talento.

Al día siguiente Fray Alain dejaría Nigeria para regresar a su hogar, Casa Madre.
Mientras hacía su última visita a los hospitales decidió ir a visitor a los pacientes de
Nigeria en vez de los templarios. Cuando va pasando nota que dos de ellos estaban
jugando ajedrez y Alain piensa si ellos se darán cuenta que son como los peones y
no como la rey o la reina. Realmente ellos no ganan nada solo son utilizados como
moscas. Después de las visitas Fray Alain llega a una conclusión: Julio César,
Napoleón y aquellos grandes jefes no deberían ser considerados heroes en la
historia del mundo. ¿Por qué considerarlos? Lo único que hacían era poner la vida
de seres humanos (contra su voluntad) primero para poder cumplir cada una de
sus ambiciones sin pensar en las muertes que ocacionarían.
Cuando llega de nuevo a la Casa Madre se siente content de regresar a su vida
monastic tranquila y llena de paz. Sin embargo, al día siguiente le esperaban
informes sobre lo que estaba sucediendo en Europa, dicho continente se
encontraba dispuesto a enfrentarse contra la Iglesia.

Durante una noche de insomnio el Gran Maestre decidió salir a dar un paseo por el
monasterio central de la Orden. Explica que su Orden en especial es bastante
extensa y bonita. La iglesia posee tres criptas: la cripta de san Olav, rey de
Noruega; la de san Luis, rey de Francia y la de san Fernando, rey de Castilla. El Fray
Alain decidió comenzar su recorrido por la cripta de san Olav, ahí se encontraban
todos los monjes que han fallecido en ese monasterio. Cualquiera podría tener
miedo al pasar por cada tumba de los monjes fallecidos pero el nos dice que no hay
porque temerle a los muertos, si hay algo o alguien a que temer es a los vivos. Le
llamo la atención las poses en las que se encontraban: uno con los brazos como
rezando, otros descansando simplemente y otros con algo entre las manos como
algo que los caracterizaba. Esa noche el Gran Maestre se sintió más agradecido que
nunca con Dios por haber recibido aquel cargo, a partir de esa noche apreciaría
más su deber de proteger al que lo necesitará.
El Gran Maestre siguió caminando y se encontró en la capilla de Santa Sunniva
(esta capilla esta dedicada a una princesa Irlandesa del siglo X) en esta capilla se
encontraban los sepulcros de los Grandes Maestres, cada uno con su capucha y una
espada entre las manos sobre, su pecho. En esa capilla se celebraban tres misas al
año: una el 2 de nov, el 2 de diciembre y el 2 de enero. Al terminar las
celebraciones los sepulcros son cerrados con llave durante 9 meses. En los
capítulos pasados veíamos el Gran Maestre consternado sobre la lucha y la muerte
pero al terminar este paseo se dio cuenta que todos aquellos monjes y Gran
Maestres fallecidos también lucharon por la misma causa y solo ellos sabían a
cuanta gente habían ayudado. Tranquilo el Gran Maestre se retiró a su celda pues
al día siguiente tendría que dedicar todo el día a la lectura de la Biblia, era una
tradición entre ellos pues creían firmemente que cada templario debía de
conquistar antes su propia alma para Dios. Solo así pelearía con la sombra del
Altísimo y no con pasión mundane.

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