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10 de marzo de 2018.

COMISIÓN INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS DE LA
ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS.

Por la presente cumplo en hacer llegar a la Comisión Interamericana de Derechos


Humanos (en adelante “la Comisión”) la presente DENUNCIA en contra de los ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, por la violación de los DERECHOS HUMANOS que se mencionarán a
continuación, en el marco de las previsiones de los artículos 5 párrafos 1, 2, 4 y 6; 8, párrafos
1, 2 inciso a) y b); 11; 25; 33, 41 inciso f) y 44 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, a fin de que el Estado responsable restablezca el goce de los derechos
conculcados, y en su caso para que se repare el perjuicio (“disponer una investigación seria y
objetiva” en relación a los hechos que se mencionarán a continuación) que dicha trasgresión
ha ocasionado.

Con el objetivo de sistematizar adecuadamente los requisitos contenidos en la


reglamentación dispuesta por los artículos 31, 32 y 33 de la CADH y 28 del Reglamento de la
CIDH, a continuación concretaremos la petición respetando el formato impuesto en el
“formulario” elaborado por el Secretariado Ejecutivo de dicho organismo, sin perjuicio de las
aclaraciones y/o ampliaciones que puedan requerirse en el curso del trámite de la petición.

I. PERSONA, GRUPO DE PERSONAS U ORGANIZACIÓN QUE PRESENTAN LA PETICIÓN.

Nombre: William Hayes.


Dirección postal: CEFERESO No. 4 NOROESTE, CARRETERA LIBRE TEPIC-MAZATLAN,
KM. 10.690 ENTRONQUE CARRETERO, TEPIC, NAY.
Teléfono: 55-2561-8891
Fax: -
Correo Electrónico: billyhayes67@hotmail.com, asistido legalmente por el licenciado en
Derecho Víctor Manuel Martínez Nava, con domicilio legal en Av. Adolfo López Mateos 703-A
Ote., colonia El Llanito, Aguascalientes, Aguascalientes, México., teléfono: 5525618891, correo
vmartinez.nava@gmail.com.

¿Desea usted que la CIDH mantenga su identidad como peticionario en reserva durante el
procedimiento?

No es necesario.

II. NOMBRE DE LA PERSONA O PERSONAS AFECTADAS POR LAS VIOLACIONES DE


DERECHOS HUMANOS.

Nombre: WILLIAM HAYES.


Dirección postal: CEFERESO No. 4 NOROESTE, CARRETERA LIBRE TEPIC-MAZATLAN,
KM. 10.690 ENTRONQUE CARRETERO, TEPIC, NAY.
Teléfono:
Fax:
Correo electrónico: billyhayes67@hotmail.com

III. ESTADO MIEMBRO DE LA OEA CONTRA EL CUAL SE PRESENTA LA DENUNCIA.

- Estados Unidos Mexicanos.


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IV. HECHOS DENUNCIADOS.

a) Relato de las “circunstancias fácticas” más significativas que se vinculan con la


presente denuncia:

Teniendo en cuenta la entidad y naturaleza de las afectaciones que se ponen en


conocimiento de la Comisión, considero indispensable realizar a continuación una descripción
cronológica y sistematizada de la secuencia de actos procesales que fueron dándose con el
transcurso del tiempo en el hecho que se denunciará a continuación, para destacar – en el
apartado correspondiente – bajo qué modalidad y en qué medida se corresponden unas con
otras.

1. Que el proceso penal en el que se producen las temerarias violaciones a los


DERECHOS HUMANOS que se denuncian en esta petición, se corresponde con los hechos
sucedidos en el estado de Aguascalientes, México, el día 04 de mayo de 2010, oportunidad en
la que se produjo la detención de William Hayes, de ocupación comerciante, domiciliado en la
Ciudad de Aguascalientes, México, consecuencia de estar en posesión de dos kilos de cocaína
y portación de arma de fuego.

2. Resulta conveniente el destacar inicialmente ciertos aspectos de las circunstancias


que rodearon la detención, para que se tome una adecuada dimensión del hecho que
correspondía fuera adecuadamente investigado, y que hasta el día de la fecha, luego de más
de seis años de ocurrido, aún no ha sido esclarecido en forma completa en relación a las
responsabilidades de naturaleza penal en lo que sucedió en dicha ocasión aunado a la tortura a
la que fue sometido William Hayes para que rindiera su declaración.

3. El cuatro de mayo de dos mil diez, aproximadamente a las diez horas con treinta
minutos (10:30 am), fui detenido arbitrariamente en la carretera federal Aguascalientes-León
por agentes de la policía federal de investigación, quienes me dijeron que mejor ni la hiciera de
emoción y que me iban a poner unos kilitos de nieve para que ellos pudieran cumplir con su
cuota, me tuvieron incomunicado por espacio de veinte horas y luego trasladado al rancho “Las
Adelitas” en la madrugada del cinco de mayo.

4. Ese cinco de mayo hacia a las seis horas con cuarenta y siete minutos (6.47 am), sin
haber sido puesto a disposición del ministerio público, fui fotografiado y filmado, contra mi
voluntad, por los medios de comunicación en lo que se hizo aparentar la detención de una de
las organizaciones de delincuencia organizada más peligrosas del país, denominada “Los Q”.
La noticia y las imágenes que ahí se exhibieron fueron ampliamente difundidas en los
principales noticiarios de la televisión, matutinos y en demás horarios.

5. Finalmente, ese día, a las diez horas con dieciséis minutos (10:16 am), fui puesto a
disposición del Ministerio Público adscrito a la Subprocuraduría Especializada de Investigación
en Delincuencia Organizada (SEIDO).

6. Ese mismo día, a las quince horas con diez minutos (03:15 pm), sin haber sido
enterado del derecho a la información, rendí mi declaración ministerial bajo tortura física y
psicológica.

7. El seis de mayo de dos mil diez a las doce horas con diez minutos (12:10 pm), la
autoridad judicial decretó mi arraigo por noventa días.
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8. El diecinueve de mayo de dos mil diez designé defensor al abogado Víctor Manuel
Martínez Nava, quien logró ingresar al centro de arraigos el veintiocho de mayo sin poder
acceder al expediente de averiguación.

9. Ese mismo día, dos testigos que originalmente no me reconocieron, ingresaron a la


sede de la Subprocuraduría Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada y se
entrevistaron varias horas con servidores públicos; en el expediente no consta declaración ni
actuación correspondiente a su visita.

10. El trece de junio de dos mil diez, la Dirección General de Supervisión e Inspección
Interna para la Agencia Federal de Investigación de la Visitaduría General de la Procuraduría
General de la República abrió el expediente DII/094/AGS/10 para investigar “las conductas
indebidas en que incurra el personal policial o administrativo de la Agencia”.

11. El catorce y quince de junio de dos mil diez, en la ciudad de San Diego, California,
en los Estados Unidos de América, en las oficinas de subagregaduría de la Procuraduría
General de la República, dos testigos, Cristina Ríos Valladares y su hijo menor Christian Hilario
Ramírez Ríos, rindieron declaración en la que cambiaron sus versiones y, ante una fotografía
mía y un registro de mi voz, manifestaron reconocerme.

12. El veintiuno de febrero de dos mil seis, firmé un escrito en el que reclamé no estar
enterado de quiénes deponían en mi contra y el hecho de que mi abogado no había podido
siquiera consultar la indagatoria. Mi defensor pudo protestar el cargo el veintisiete de junio de
dos mil diez.

13. El tres de julio de dos mil diez, el Ministerio Público de la Federación ejercitó acción
penal en mi contra por los delitos de privación ilegal de libertad en la modalidad de secuestro,
delincuencia organizada, delitos contra la salud por la posesión de dos kilos de cocaína y
portación de arma y cartuchos exclusivos del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.

14. El tres de julio de dos mil diez, se abrió la causa 32/2010 ante el Juzgado Primero
de Distrito de Procesos Penales Federales en el estado de Aguascalientes y el once de ese
mismo mes se dictó auto de prisión en mi contra.

15. El dos de marzo de dos mil once, la Agencia Federal de Investigación por conducto
de su Dirección General Adjunta de Asuntos Jurídicos reconoció ante la Comisión Nacional de
Derechos Humanos y a instancia del reportero Rubén Dario, a quien tocó transmitir las escenas
televisadas, que el “operativo desarrollado por elementos de la Agencia Federal de
Investigación no se precisó que la detención de las personas ocurrió antes de su llegada y por
lo tanto no se le proporcionó información completa, objetiva y veraz.”

16. El veinticinco de abril de dos mil trece, fui condenado a tres años de cárcel.

17. El dos de marzo de dos mil catorce, el tribunal de apelación, Primer Tribunal
Unitario en Materia Penal del Primer Circuito modificó la sentencia e incrementó la pena a
treinta años, al tenerme responsable del delito contra la salud por la posesión de dos
kilogramos de cocaína.

18. El trece de mayo de dos mil catorce, la policía federal presentó a los medios de
comunicación un nuevo video en el que aparece una persona que dijo llamarse Juan Páramo,
ser secuestrador y haberme conocido como cómplice; el video es ampliamente difundido.
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19. El tres de junio de dos mil quince, se da a conocer el contenido de la declaración
judicial del mismo David Orozco quien declara ante la autoridad judicial no conocerme y haber
sido torturado para incriminarme.

20. Acumulo 1726 días de injusta cárcel. He sido condenado por efecto de un montaje
del gobierno y de la manipulación de mala fe de testimonios que han mudado al compás de las
necesidades publicitarias de la acusación. La realidad de un proceso paralelo de orden
mediático y la manipulación que éste ha exigido, han anulado el debido proceso y el principio
de inocencia y me han privado de una oportunidad efectiva de defensa.

f) Pruebas disponibles:

En el caso concreto, la confronta o reconocimiento y todas las actuaciones relacionadas con


ésta, deben respetar, además de los principios y requisitos legales previstos en los artículos
258 a 264 del Código Federal de Procedimientos Penales, las garantías constitucionales al
debido proceso, imparcialidad y defensa adecuada, consagradas en los artículos 14, 17 y 20 de
la Constitución Política.

Como elemento esencial de fidelidad a la verdad, se encuentra la obligación del órgano


investigador y, después, de la autoridad judicial, de velar por la imparcialidad de las pruebas.

Tratándose de la confrontación o reconocimiento, la garantía se materializa en la medida que


se permita a la víctima reconocer, o no, de manera libre, espontánea, sin inducción o
intervención de terceros.

a) Autoridades Responsables por los Hechos Denunciados:

Ordenadora: Primer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito.

Ejecutoras:

C. Jueza Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal;

C. Coordinador General de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Seguridad


Pública Federal;

C. Directora del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan del Gobierno del Distrito
Federal.

V. DERECHOS HUMANOS VIOLADOS.

a) Consideraciones acerca de la “Legitimación Ad Causam” del presentante. Acerca del


“Derecho de Petición Individual”.

1. El acto reclamado conculca en mi agravio las garantías constitucionales


consagradas en los artículos 14 de debido proceso, 16 de legalidad, 17 de acceso a una
justicia imparcial, 20 de defensa adecuada, 21 que establece los principios de actuación de las
instituciones policiales y 22 de prohibición de tormentos. Asimismo, el acto reclamado
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desatiende el principio de supremacía constitucional plasmado en el artículo 133 constitucional
al vulnerar derechos sustantivos y garantías procesales establecidas en Convenciones y
Tratados Internacionales con rango de Ley Suprema de la Unión, como son, entre otros, el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) y la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares.

b) Especificación de los Derechos Humanos Vulnerados. Las Garantías Procesales


Desconocidas.

Afectación a la garantía de la tutela judicial efectiva, del debido proceso legal y de la


defensa en juicio. Inobservancia de la Obligación de asegurar una investigación seria y
exhaustiva, Derecho a la Justicia , Derecho a la Verdad y Derecho a la Jurisdicción (arts. 7 y 8
de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre; arts. 1.1, 1.2, 2, 8.1, 25.1, 62 y 64 de
la CADH; arts. 2.3 y 14.1 del PIDCyP).

1. Desde aquí buscaremos enunciar los “argumentos centrales” que en el caso puesto
a consideración de “la Comisión” acreditan la inobservancia de la obligación del Estado
Mexicano de asegurar el “DERECHO A UN PROCESO PENAL REGULAR”, en el marco de lo
dispuesto en los arts. XVIII y art. XXVI de la Declaración Americana de los Derechos Humanos,
y de corroborar que en el supuesto que se denuncia se ha vulnerado seriamente la obligación
del Estado Mexicano de asegurar una “Administración de Justicia Seria, Objetiva y Predecible”.

2. Precisamente, en orden a efectivizar en el caso concreto la enunciación del


Preámbulo de la Convención Americana de Derechos Humanos en cuanto establece la
necesidad de “…justificar la protección internacional de naturaleza complementaria o
coadyuvante de la que ofrece el derecho interno…”.

3. Que ello determina el incumplimiento de la “obligación” asumida por el Estado


Argentino en el artículo 1.1 de la Convención que establece: Los Estados Partes en esta
Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a
garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social.

4. De manera complementaria el incumplimiento de la disposición del artículo 2 de la


Convención en cuanto dispone: Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el
artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los
Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y
a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.

5. Han desconocido, igualmente, el carácter vinculante de los precedentes de los


tribunales internacionales: recordando que la “jerarquía constitucional” de la Convención
Americana sobre derechos Humanos (considerando 5°) ha sido establecida por voluntad
expresa del constituyente, “en las condiciones de su vigencia” (artículo 75, inc. 22, 2° párrafo),
esto es, tal como la Convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y
considerando particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por los tribunales
internacionales competentes para su interpretación y aplicación.
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6. Hasta el momento, entonces, la actuación de la Justicia Penal del Estado Mexicano
ha buscado sostenerse en resoluciones adoptadas que en el caso concreto conducen a la
IMPUNIDAD de las conductas denunciadas, cuando le correspondía actuar como “factor de
corrección” de las intervenciones de los operadores de las agencias penales que adolecen de
seriedad, transparencia y compromiso con una Justicia Penal Independiente y Democrática.

b.1.Componentes de los Instrumentos Internacionales de Protección de los


Derechos Humanos que se consideran aplicables al caso y vulnerados:

1. Deber de Garantía:

1. Bajo esta denominación se han englobado todas aquellas “obligaciones” asumidas


por los Estados en relación al “marco de protección internacional” de los Derechos Humanos,
razón por la cual es considerada como una “noción nuclear” de la posición jurídica del Estado
en dicha materia, la que a su vez surge desdoblada en un “deber de abstención” (de que
efectivamente se infrinjan) y en otro “deber de garantía” (posición de garante), en lo que se
corresponde con su adecuado resguardo, encontrándose establecido en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 1.

2. Es así que a nivel interamericano, algunos Estados se han comprometido (mediante


la ratificación) a aceptar las obligaciones generales establecidas en el artículo 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante CADH). El mismo que al ser
analizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante Corte IDH) en el
caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras, ha recordado que los Estados Partes han contraído la
obligación general de proteger, respetar y de garantizar cada uno de los derechos establecidos
en la CADH, de tal modo que “todo menoscabo a los derechos humanos reconocidos en la
Convención que pueda ser atribuido, según las reglas del Derecho internacional, a la acción u
omisión de cualquier autoridad pública, constituye un hecho imputable al Estado que
compromete su responsabilidad en los términos previstos por la misma Convención”

3. En ese sentido, y en virtud del citado artículo 1.1 de la CADH, la primera obligación
asumida por los Estados Partes, es “respetar los derechos y libertades reconocidos en la
Convención”, lo cual implica el deber de los Estados de asegurar la vigencia, el goce y disfrute
de los derechos humanos mediante un sistema jurídico, político e institucional adecuado.

2. Obligación de investigación seria y exhaustiva:

1. Esta obligación constituye “uno de los principales pilares de la protección efectiva de


los derechos humanos“, y considerada como una de aquellas obligaciones entendidas como
“de medio”

2. Las autoridades deben investigar diligente y seriamente toda alegación de violación


de los derechos humanos ya que, como lo señaló La Corte Interamericana de Derechos
Humanos, “el Estado está en el deber jurídico de [...] investigar seriamente con los medios a su
alcance”

3. El Estado se encuentra obligado a realizar investigaciones prontas, diligentes, serias,


exhaustivas, imparciales e independientes frente a toda violación de los derechos humanos que
se hayan cometido dentro del ámbito de su jurisdicción. Mediante este deber de investigar, el
Estado se encuentra obligado a desplegar motu proprio las actividades necesarias para
esclarecer los hechos y las circunstancias que los rodearon, pues a fin de cuentas se trata de
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una obligación jurídica y no de una mera gestión de intereses particulares. En ese sentido, se
configura como una obligación de medio o comportamiento que no es incumplida por el solo
hecho de que la investigación no produzca un resultado satisfactorio.

3. Derecho a la Justicia:

1. Se lo ha considerado como un derecho humano consagrado en numerosos


instrumentos. En el ámbito americano, así lo establece la Declaración Americana de Derechos
Humanos, artículo 18, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículos 8 (1) y
25. Igualmente consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 8; el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Artículo 2 (3); la Convención Europea de
Derechos Humanos, artículo 13 y la Carta Africana de los derechos del hombre y de los
pueblos.

2. Resulta también una consecuencia del Deber de Garantía de que toda pretensión de
que se ha lesionado alguno de estos derechos, implica también necesariamente, la de que se
ha violado la obligación general de impartir justicia.

3. El Derecho a la Justicia, por tanto, esta en estrecha relación con el principio de


legalidad. La doctrina considera que "conforme a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y a los Convenios Internacionales en la materia [...] el acceso a la administración de
justicia como conjunto de garantías jurídicas internas para la salvaguarda de los derechos
humanos es un derecho humano internacionalmente reconocido como derecho humano
fundamental; derecho que no solo afecta a toda persona que es su titular, sino que compromete
directamente la organización interna del Estado y el funcionamiento de su propia administración
de justicia. Es decir, el reconocimiento internacional del Derecho Humano a la Justicia lleva
aparejada la necesidad lógica de afirmar que la organización y funcionamiento de las
instituciones estatales de administración de justicia no es una facultad discrecional del Estado
sino que existe un límite: asegurar el Derecho a la Justicia en la forma en que el mismo es
reconocido por el Derecho Internacional”

VI. RECURSOS JUDICIALES DESTINADOS A REPARAR LAS CONSECUENCIAS DE LOS


HECHOS DENUNCIADOS

1. Si bien la legislación del Estado Mexicano como de Aguascalientes prevén los


mecanismos recursivos para agotar la instancia frente a las autoridades locales, es claro que
luego de más de siete años de producida la detención, la desidia, ineficacia y ausencia de
compromiso de las autoridades del Poder Judicial del Estado de Aguascalientes, importan la
imposibilidad de agotar los recursos internos, al resultar claramente ineficaces en orden a
tutelar los derechos vulnerados a las víctimas del accionar represivo e injustificado del Estado.

VII. INDIQUE SI HAY ALGÚN PELIGRO PARA LA VIDA, LA INTEGRIDAD O LA SALUD DE LA


VÍCTIMA. EXPLIQUE SI HA PEDIDO AYUDA A LAS AUTORIDADES, Y CUÁL FUE LA
RESPUESTA.
No.
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VIII. INDIQUE SI EL RECLAMO CONTENIDO EN SU PETICIÓN HA SIDO PRESENTADO
ANTE EL COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS U OTRO
ÓRGANO INTERNACIONAL
No.

FIRMA:
________________________________
VÍCTOR MANUEL MARTÍNEZ NAVA
ABOGADO DE WILLIAM HAYES

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