Las prácticas educativas, son prácticas sociales, dirigidas formar el
individuo en seres humanos, conscientes, razonables, pensantes, éticos, de principios y valores, que le permita desenvolverse en la sociedad, y por ende adaptarse en la idiosincrasia de los pueblos, de la cual el forma parte como ente individual y social. En este sentido, la carrera docente, debe estar dirigida a responder a las necesidades humanas, que conlleve a formar a ese individuo que se requiere para transformar la sociedad, local, regional, nacional y global, basados en los principios consustanciados del ser, hacer, conocer y convivir, y en función de las nuevas transformaciones sociales, que se vive en las últimas décadas, como son las falsas certezas, lo cambiante de las sociedades, el individuo como hombre mundo, la decadencia de los valores, el peligro de las innovaciones científicas tecnológicas que han amenazado la supervivencia de la especie. En función de ello, se deben crear las bases axiológicas de la carrera docente, que permita la transformación de esta a altos niveles de compromiso docente, social y ético, dirigidos a mejora la labor docente desde la satisfacción personal, profesional y social del docente, y por ende se traduzca en una práctica educativa consustanciadas con las necesidades reales de los individuos y de los cambios sociales. Visto así, se propone una estructura axiológica, que parta del Estado Docente, como ente máximo de la gerencia educativa de los venezolanos quienes son los responsables de los fines de la educación, siendo ellos quienes define, dirige y da la orden de ejecútese de los lineamientos y políticas educativas de la nación, en el entendido que la educación es un conjunto de acciones que busca determinados intereses, basados en las creencias, valores, conocimientos y normas. En consecuencia, partiendo de los planes, programas e intereses del país se establecerá los lineamientos a seguir, estos a su vez serán ejecutados por los docentes que conforman la carrera docente, es allí donde entra en juego un conjunto de interacciones de lo moralmente correcto o incorrecto, donde se pone a prueba el compromiso docente como ente individual, profesional y social, quien debe tomar la decisión de aplicarlas o no, debido a que las decisiones y orientaciones educativas tienen impacto en la sociedad, en el constructor de la idiosincrasia de los pueblos, ya sea para bien o para mal. En virtud de ello, se sugiere, que las decisiones sean consultadas por todos los involucrados en la acción docente, debido a que normalmente estas afectan a las comunidades enteras, ya sea en beneficio como su desarrollo científico, tecnológico y humanístico o en atraso, a través de la manipulación política, ideológica, económica, pensamiento único que trae estancamiento y dependencia de los pueblos a sus gobernantes. Por lo tanto en las discusiones de los planes, programas y políticas educativas, deben participar todas las partes. Por otra parte, es perentorio desarrollar una estructura axiológica dentro de la carrera docente que permita crear las bases y principios que la sostenga, partiendo del hecho que sin este fundamento vital es imposible la transformación de la carrera docente hacia metas elevada en busca de la calidad educativa del país, en este sentido plantea Pérez y Olivé (2011): “La estructura axiológica es un conjunto de supuesto básicos (principios), normas, reglas, instrucciones y valores, que guían a los agentes a realizar sus acciones y que son necesaria para evaluar sus propias acciones, igual que a de los otros agentes…los principios son relativos a cada práctica específica; no se trata de principios universales, absolutos e inmutable”, (p. 37) . Asimismo, se sugiere de manera imperiosa que el estado docente norme la carrera de la profesión docente, a través de la participación de todo los involucrados en la misma, especialmente sus docentes, donde se fijen las reglas básicas, claras y pertinente al funcionamiento de la misma, tomando como principio lo contextual y regional de los espacios educativos, en los cuales se desenvuelven los docentes, y con la visión transformadora del hombre como ciudadano de la aldea y del planeta a la vez. El modelo social enfoca la opresión sistémica experimentada por gente discapacitada y se contrapone al llamado modelo médico, en sostener que las desventajas, la segregación y la inaccesibilidad a recursos que caracterizaron las vidas de personas discapacitadas, no se basan en el hecho de la insuficiencia biológica, sino en la discriminación social. Por eso la tarea clave es asegurar que la sociedad se organice para que no haya barreras al acceso ni a la participación. Radicado en el movimiento de personas con problemas físicos, este modelo no influyó mucho el ámbito de discapacidad intelectual, aunque hay algunos grupos de activistas que usan aspectos del modelo. Además impactó en la política de algunos consejos municipales
Sin embargo, la realidad es otra. La implementación de las políticas
educativas en Venezuela en relación a la integración educativa está provista de experiencias aisladas y asistemáticas. Cabe destacar que a pesar de los logros a nivel de Integración Educativa en el país, así como otros a nivel laboral, sin embargo, hay todavía muchas barreras por vencer. Los discursos plantean que a pesar de los innumerables basamentos legales que apoyan o benefician la incorporación de las personas con necesidades educativas especiales, hasta ahora la misión ha resultado muy compleja. Es difícil garantizar la formación y la incorporación social de las personas con necesidades educativas especiales, si las personas, las instituciones, el sector empresarial y los organismos que están involucrados en este cometido no toman conciencia y en forma enérgica, mancomunada y coordinada, den respuesta a estas necesidades, ya que de no ser así se convertirían en el real impedimento para la Integración Social de esta población, lo que se podría traducir como barreras actitudinales. Por otro lado, en nuestro país se produce una marcada disparidad entre la legislación y la ejecución de las políticas. Mientras la legislación nacional se encuentra a tono con las disposiciones internacionales que establecen la obligación de los estados de establecer elementos jurídicos para el acogimiento de medidas encaminadas a lograr los objetivos de la plena participación y la igualdad de las personas con discapacidad, en la realidad la problemática de la discapacidad no es visible por la difícil puesta en práctica de la legislación específica, por las escasas políticas públicas y por la insuficiencia de los recursos económicos disponibles. Por ello es necesario que en Venezuela para que se considere el derecho a la educación de las personas con discapacidad debe originarse un cambio de paradigma y la definición, planificación e implementación de políticas públicas, lo cual requiere de transformaciones en los marcos normativos y en sus condiciones socioeconómicas y políticas. Es por ello que la tarea de articular las acciones educativas con el conjunto de políticas económico-sociales se torna imprescindible para garantizar crecientes niveles de justicia social Esto Supone la introducción de una nueva axiología donde los seres humanos han de ser respetados por el hecho de serlo y no por el lugar que ocupan en la sociedad. Estas palabras claves, representan la profundidad del compromiso de los docentes de las instituciones analizadas donde el respeto, la cooperación y la solidaridad les permiten involucrarse en una situación de integración educativa. A los anteriormente se le agrega que al solicitarles los valores que predominan en la institución y que facilitan la integración de alumnos con necesidades educativas especiales
Se plantea la reorientación de los lineamientos hacia un modelo de atención integral
fundamentado en los principios filosóficos y legales de la educación venezolana, con un enfoque humanista y una concepción holística del individuo que hace énfasis en sus posibilidades y atiende las limitaciones, fomentando cambios e innovaciones en la práctica educativa dirigida a estas personas.