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9 de octubre de 1941

De: Marguerite Schroeder


Para: Giancarlo

¡Te extraño, solo quiero que estés a mí lado, apuesto galán!


Querido Giancarlo, tengo mucho tiempo sin verte, extrañándote, añorando el día
en el que pueda abrazarte y nunca soltarte. Solo quiero que sepas que te amo
mucho. Sé que no puedo estar ahí para recibirte todas las mañanas en la
montaña con los brazos abiertos, y darte un abrazo tan fuerte que te partirían los
huesos, pero siempre estaré en tu corazón. La distancia entre los dos me vuelve
loca, por lo que en estos últimos meses he escrito muchos cuentos para niños
sin familia y que creen en el poder de la lealtad y amor entre las personas del
mundo. El cuento que más me gusta es este:
“Había una vez, un león que era el rey de la selva. Muchos en la selva querían
tener su poder, entre los cuales, estaba el búfalo, enemigo mortal del león. La
selva se dividía en dos bandos, los que estaban con el león y los que obedecían
al búfalo. Durante muchos años siempre hubo conflictos entre las dos partes. El
búfalo cansado de tener que obedecer al león, organizó a su tropa, y atacaron a
las tropas del león. Las tropas del búfalo estaban bien armadas y organizadas,
mientras que las del león no tanto. El búfalo ataca por la mañana, obligando a
salir a pelear a todos los seguidores del león. La tropa del león recibió muchas
bajas, ya que fue un ataque sorpresa. El león huyó con un grupo de soldados
fieles para recuperar fuerzas y armar un plan para derrotar a las tropas del búfalo.
Mientras tanto, el búfalo, puso preso a varios de sus seguidores, entre esos,
estaba su familia, así que, el búfalo sabía que él iba a volver por ellos, por eso
duplicó su ejército. Los que estaban con el león eran cazados, porque el búfalo
decía: “O están conmigo o se mueren”. El león al ver lo que estaba pasando con
su pueblo, se paró y dijo: “Queridos compañeros, ustedes siempre me han
seguido y han cumplido mis deseos, sé que están muy preocupados por sus
familias, hasta sé que algunos de ustedes creen que están muertos, solo les pido
que me sigan a la guerra una vez más y que tengan esperanza en que sus
familias están sanos y a salvos. Hoy ganaremos, por nuestros hijos, por nuestros
padres, por nuestros hermanos. Hoy somos uno solo. ¡HOY GANAREMOS!”.
Todos muy conmovidos siguieron una vez más a su rey.
En la gran plaza de la selva, estaban las dos partes, ellos sabían que solo uno
de ellos ganaría. El león para no ver a su pueblo peleando por sus vidas, decide
retar al búfalo en una pelea por el poder de la selva. El que ganara la batalla se
quedaba con el poder de la selva, y el perdiera tenía que irse de la selva y nunca
más volver. En esta batalla peleaban los dos más grandes animales dominantes
de la selva ¿Quién ganará? La pelea empieza con golpes entre los dos animales.
El búfalo al ver que el león no se iba a dejar ganar así porque sí, intenta hacer
trampa, pero el león no lo permitió, dando así el golpe final para retomar su
puesto como único rey de la selva”.
Espero que te haya gustado mucho mi cuento, muy pronto lo publicaré con la
ayuda de mi papá en todas las tiendas alemanas. Te amo mi querido Giancarlo.
¡Ojalá que pronto estemos juntos y podamos consumir nuestro amor!

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