Vous êtes sur la page 1sur 45

ALEGA DE BIEN PROBADO

SEÑOR JUEZ:

ROSLI CARAM PABLO GUILLERMO, abogado, inscripto


al Tomo 111 Folio 313 C.P.A.C.F., en mi carácter de letrado apoderado de la parte
actora, manteniendo el domicilio procesal constituido en Solís 206, Piso 4, Oficina
"11", C.A.B.A., y domicilio electronico en el CUIT 20-31685578-5 en los autos
caratulados: "GUEBARA VIVIANA INES C/ SWISS MEDICAL ART S.A. S/
ACCIDENTE - LEY ESPECIAL" (Expte. Nº 28623/2015), J: 68, a V.S.
respetuosamente digo:

I.- PRESENTA ALEGATO: Que en legal tiempo y forma, y en


los términos del art. 94 L.O., vengo a alegar de bien probado en relación a los hechos
expuestos por esta parte actora en la demanda -conforme resolución de fecha
06.06.2019 solicitando que al momento del dictado de la sentencia definitiva se haga
lugar en todas sus partes a la demanda incoada por nuestro mandante –con imposición
de costas a la demandada SWISS MEDICAL ART S.A. por el objeto accidente de
trabajo - accidente ley especial, atento a que se ha acreditado de forma
MANIFIESTA, CONTUNDENTE y FEHACIENTE los daños permanentes
habidos por la enfermedad de trabajo sucedida y reconocida en autos, todas
cuestiones acreditadas en autos. Por ello debe hacerse lugar íntegramente a la
demanda incoada por mi mandante.

II-RECAPITULACIÓN DE LA LITIS: HECHOS


DENUNCIADOS EN LA DEMANDA

A- ANTECEDENTES DEL CASO: DATOS DE LA RELACION DE TRABAJO


DE LA ACTORA - CUMPLIMIENTO DE REQUISITOS DEL ART. 65 DE LA
L.O. -

1. Empleador y póliza de seguro ley 24557: La empleadora registrada de la


actora fue la firma SPRAYETTE S.A. (actual denominación social
COMPAÑÍA ARGENTINA DE MARKETING DIRECTO S.A.). A su
vez esta última fue quien suscribió un contrato de afiliación con la demandada
SWISS MEDICAL ART S.A. (anterior LIBERTY ART S.A. atento
cambio de denominación social) contrato de la Ley 24.557.
2. Fecha de ingreso: La fecha de ingreso real de la actora data del 29/01/2013.
Se destaca que desde su ingreso en la fecha antes denunciada, el actor lo hizo
estando SANO y APTO –con plena capacidad laborativa- para todo tipo de
tareas.

3. Fecha y motivo de egreso: 06/01/2014 por despido indirecto.

4. Actividad comercial: La firma empleadora SPRAYETTE S.A. (actual


firma COMPAÑÍA ARGENTINA DE MARKETING DIRECTO S.A.) es
una empresa dedicada a la explotación de “call center” o centros de llamados
masivos, y a la venta telefónica de productos de todo tipo.

5. Convenio Colectivo de Trabajo: En el caso de autos se aplica el Convenio


Colectivo de Trabajo Nro. 130/75 correspondiente a comercio.

6. Categoría y Calificación Profesional: La categoría de la actora fue


registrada como VENDEDOR B conforme surge de los recibos de haberes.

7. Lugar de trabajo: El lugar de trabajo de la actora lo fue en el “call center” de


la empleadora sito en la calle Corrientes 6277 (y Dorrego). Lo expuesto hasta
el mes de junio de 2013 donde se desempeño en el “call center” de la
empleadora sito en la calle Lavalle 580, CABA.

8. Días y Horarios de Trabajo: De Lunes a Sábados y días feriados de 08:50 hs


a 15:00 hs.

9. Descripción De Tareas: el actor se desempeño como telemarketer, realizando


ventas telefónicas de diversos productos. A los fines de una explicación
pormenorizada de las labores y contexto laboral de la a actora me remito al
capítulo sobre mecánica de trabajo

10. Salario – Remuneración Bruta y Devengada – Base de cálculo para las


indemnizaciones reclamadas: El salario de la actora es liquidado por medio
de recibo de sueldo, y es abonado de forma mensual. El salario bruto mensual
ascendía a la fecha de la toma de conocimiento de la enfermedad objeto de
autos a la suma aproximada de $ 8000 (pesos ocho mil).

A los fines de la remuneración del actor, cabe considerar la mejor devengada


del último año conforme debió percibirla. Todo lo cual habrá de considerarse
a los fines de estimar la remuneración bruta devengada correspondiente, todo
lo cual así se solicita. En base a lo expuesto esta parte solicita que se
considere a los fines de la indemnización la mejor remuneración bruta del
actor, dejando planteada la inconstitucionalidad del ingreso base y su fórmula
de cálculo contemplado en la ley 24557 y en su artículo 12, siendo que se
afecta el ingreso del trabajador y el poder adquisitivo del mismo, afectando la
indemnización, la cual tiene como variable la realidad económica del actor.
Lo dicho máxime en un contexto inflacionario, siendo que la citada norma
realiza un promedio con los 12 meses anteriores afectando la indemnización
real y acorde a la realidad del trabajador, y afecta el derecho a no dañar,
protección del trabajo, a una reparación acorde y demás normas
constitucionales. Es reiterada la jurisprudencia que determina como MEJOR
REMUMENERACION aquella que contempla los valores salariales
mensuales BRUTOS DEVENGADOS, es decir, mayores valores al salario
neto y percibido. Por lo tanto, y sin perjuicio del salario neto, a los fines de
considerar el mejor salario, será aquel que surja de la mejor remuneración
bruta de los últimos doce meses de acuerdo a las resultas de la pericia
contable ofrecida a la que me remito. Solicito que en tanto dicho monto
informado por el Perito Contador se adecue a las pautas jurisprudenciales
mayoritarias, sea el monto tomado para determinar el quantum reparatorio de
una sentencia definitiva.

PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DE SUMAS NO


REMUNERATIVAS DE CONVENIO. SE INTEGREN A LA BASE DE
CALCULO DE LAS INDEMNIZACIONES

A los fines del cálculo de las indemnizaciones y prestaciones, se incluyen con


carácter de remuneratorios todos los conceptos anteriormente expuestos con
fundamento en el art. 103 LCT, convenio 95 OIT, y conforme la doctrina sentada en
los fallos “Perez c/ Disco” y “Gonzalez c/ Polimat” de CSJN. Por lo expuesto y
argumentos que seguidamente se esgrimen esta parte solicita se declare con carácter
de remunerativo las sumas establecidas sin ese carácter en el CCT aplicable o en
cualquier otra fuente, planteando su inconstitucionalidad.

El art. 1º del Convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre


la protección del salario de 1949 (Nº 95), ratificado por la República Argentina el 24
de septiembre de 1956, establece: "A los efectos del presente Convenio, el término
salario significa la remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o
método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por
la legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador en virtud de un
contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o
deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba prestar".Al respecto, señala
Rodríguez Mancini que “aparece en esta definición (la del art. 1º del convenio
precitado) una importante similitud con la del artículo 103 de la LCT, pero a su
respecto no puede decirse que una ley puede modificar otra ley dada la posición de
superioridad normativa que posee el convenio. De acuerdo con esto debería reputarse
inconstitucional y por lo tanto no válido cualquier dispositivo que, apartándose de la
noción amplia que allí se establece, califica como no remuneratorio una ganancia,
bajo cualquier denominación o método de cálculo, que se paga en efectivo, fijada por
la legislación nacional debida por un empleador a un trabajador a través de un
contrato de trabajo, escrito o verbal, que se corresponde con el trabajo efectuado o
que deba efectuar o por servicios prestados o que deba prestar…." (conf. Rodríguez
Mancini, Jorge, "Cuestiones sobre remuneración y prestaciones no salariales",
Revista de Derecho Laboral, Rubinzal-Culzoni, 2004-2, págs. 40 y ss ).
En el expediente GONZALEZ c/ POLIMAT la C.S.J.N. reitera que la
jerarquía de los Convenios de la OIT están por sobre los Decretos N° 1273/02,
2641/02 y 905/03 del Poder Ejecutivo Nacional, considerando que toda suma que el
trabajador reciba por la prestación de su fuerza de trabajo debe ser considerada como
remuneración, sin tener en cuenta las palabras o los términos utilizados por las
normas jurídicas.
En autos PEREZ C. DISCO, también emitido por la C.S.JN. se ha
expresado que: además que si la razón de los incrementos fue la crisis económica y
social por la que atravesaba el país en el año 2001, no existía fundamento para
suprimirle la naturaleza remunerativa a los decretos impugnados. Más aún si se tenía
en cuenta que no habían sido modificados los importes del salario mínimo vital y
móvil ni las escalas salariales para las actividades del sector privado entre los 5 a 10
años anteriores"
"En la medida que la parte actora ha fundado su agravio en que el art. 103
de Ley de Contrato de Trabajo le otorga derecho a considerar que todos los montos
que recibe como consecuencia de su prestación laboral tienen carácter remunerativo,
no es una respuesta válida la que da la cámara en cuanto acude a la discreción
legislativa para reglamentar el art. 14 bis de la Constitución Nacional en lo atinente al
carácter que deben tener tales pagos. Este argumento implica tratar de manera
equivalente una ley dictada por el Congreso y los decretos del Poder Ejecutivo en una
materia que resulta competencia del primero."
Obviamente que la homologación del Ministerio de Trabajo también es
ilegal, ya que excede la facultad expresa que le concede la Ley de Contrato de
Trabajo que reserva dicho supuesto para casos de crisis de la empresa (Art 223 bis de
la LCT), supuesto que también requiere que el trabajador no preste tareas, lo que no
sucedió obviamente en este caso
Por lo expuesto, mi parte plantea la ilegalidad e inconstitucionalidad de
las sumas no remuneratorias abonadas a la actora en virtud de un exceso de la
facultad de disponibilidad colectiva, solicitando que su indemnización y base para
dicho cálculo sea considerando todos los conceptos que son atribuibles a su trabajo,
sin perjuicio de la ilegal consideración de no remuneratorio por el Ministerio de
Trabajo.

B.- CUMULO EXCESIVO DE TRABAJO – PRESIONES


DESMEDIDAS – MALTRATO - PATOLOGIA PSICOLOGICA.

El ambiente laboral y la mecánica de trabajo donde se desempeño la actora se


caracterizó por la exigencia continua de vender y mejorar el rendimiento de ventas.
Esta exigencia era continua por parte de los supervisores o de los jefes de los distintos
sectores, y era una política y un modus operandi habitual de la empleadora. Así
también esta política se manifestaba en el sistema de llamados y en la mecánica de
trabajo. De esta manera, y a los fines de producir más en la menor cantidad de tiempo
se mecanizaba al máximo el trabajo, poniendo en un segundo lugar al trabajador, y
priorizando la venta de los productos.
Como se describió las tareas desarrolladas por la actora fueron de vendedora
telefónica y telemarketer.
A los fines de describir el ambiente laboral, cabe referir que la misma debió
desempeñarse, en el primer establecimiento descripto de la empleadora, en un
subsuelo del edificio y establecimiento de Corrientes y Dorrego, el cual, producto de
un incendio en junio del año 2012, se encontraba en pésimas condiciones. Era un
lugar húmedo, oscuro y sin ventilación ni luz. El piso era de goma, en muchas
ocasiones se encontraba inundado de agua. En ese contexto laboró la actora, en su
respectivo box, el cual era muy pequeño al igual que los demás y las sillas que tenían
que utilizar para el trabajo, se encontraban rotas y en mal estado. También, las
condiciones eléctricas del lugar eran pésimas, trabajaban alrededor de cables pelados
y mal conectados, lo que provocaba que las CPU se apaguen.

Como se dijo, el vínculo laboral se caracterizó por presiones desmedidas a fin


de exigir continuamente y generar la mayor cantidad de ventas. A título de ejemplo
sobre tal exigencia, el tiempo que se apagaban las computadoras por los desperfectos
citados, se lo descontaban a la actora del break de 15 minutos que tenían para
descansar, ir al baño, ir a comer o tomar agua.
La exigencia en ventas era muy elevada, si la actora y/o sus compañeros
no llegaban a concretar las ventas, los supervisores golpeaban su box, sacudían la
silla y/o amenazaban con echarlos. Cuando el día se venia promediando con ventas
bajas, comenzaban los insultos por parte de los superiores, como ser Sra. Daiana
Patricia Gutierrez quien refería frases hacia la actora como: “Esta es una boluda, se
tiene que ir”, “Esta es una Mortadela, es una muerta, no puede vender nada, no va a
durar mucho acá”, “no puede vender a nadie esta mortadela”, siempre encontrando
una característica agraviante para con la actora y sus compañeros.
No solamente existían insultos hacia la trabajadora, sino también le
descontaban las comisiones, lo cual era otro mecanismo de presión. De esta manera
ante la ausencia justificada se producían descuentos de las comisiones
independientemente de llegar al objetivo. Así las cosas, ante una falta se producía un
10% de descuento, 2 faltas el 20% y 3 o más faltas el 30%. Esto implicaba un sistema
y mecanismo de presión hacia la actora, debiendo concurrir incluso encontrándose
imposibilitada, con altos grados de fiebre y prescripción de reposo, atento los
descuentos vinculados directamente a tal ausencia justificada. De hecho la actora ha
concurrido en tal estado por dicha consecuencia en diversas oportunidades a lo largo
del vínculo laboral. De esta manera con respecto a las licencias, por más que estén
justificadas con certificados médicos, les descontaban el día a través de la comisión.
Por otro lado, y a los efectos de obedecer las directivas, y de producir
más ventas, se imponía por parte de la supervisora del sector, el miedo al despido y a
la perdida de la fuente de trabajo, manifestándose tal hecho de forma directa a la
actora y a sus compañeros. Esto ultimo surgía de expresiones tales como “Acá no se
aceptan objeciones, y al que no le gusta tiene la puerta para irse”, etc.
La presión y el cumulo excesivo de trabajo estaba dado también por el
sistema de llamados de marcador predictivo, el cual permite controlar, supervisar y
generar un alto volumen de llamadas efectivas en el menor tiempo y costo, con el fin
de elevar la productividad operativa de los trabajadores, no permitiendo tiempos
muertos entre llamadas. Lo dicho intensifica el desgaste propio que caracteriza a la
actividad siendo la misma altamente riesgosa para la salud de los trabajadores y de la
actora en la especie. De esta manera la actora se encontraba a lo largo de toda la
jornada hablando por teléfono sin parar y altamente presionada por vender. Así
también la actora se encontraba continuamente controlada debiendo desempeñarse sin
posibilidad de descanso alguno.
La jornada laboral, en el contexto dado, se desarrollaba generando una
tensión y stress permanente, debido a que se debía llegar al objetivo, se tenia a los
supervisores continuamente encima, no se podía hablar con ningún compañero,
incluso era complicado ir al baño. Muchas veces, cuando la actora, se encontraba
hablando con el cliente por teléfono, la supervisora se comunicaba con esta, por
medio de binchas inalámbricas, las cuales tenían el sistema de bluetooth head pone.
Por ese medio, le hablaba por sobre la conversación que mantenían con el cliente que
estaba al teléfono y la apuraba de mala forma, por lo general con insultos. Esta
situación generaba un desgaste en la actora y en sus compañeras, que sumada al resto
de las características del ambiente laboral y de la actividad de call center, que se
explican en la presente, hacían insufrible la jornada laboral, al punto de tener que
desempeñar las tareas llorando. La necesidad de producir cada vez más demostraba
que el personal era insuficiente por el cúmulo de tareas. Pero nada hizo con respecto a
esta problemática, incrementando el control, el hostigamiento y el mal trato.
Otro dato a destacar es la falta de cambio de labores siendo una única
tarea que implica gran presión psicológica sin posibilidad de variar de tarea, ni
descanso alguno.
Finalmente caber nuevamente referir que la actora se encontró sometida
a lo largo del vinculo laboral a un excesivo cumulo de trabajo, fuera de la normal
tolerancia, debiendo realizar una gran cantidad de llamados por jornada, bajo
presiones continuas y sistemáticas (insultos, descuentos de comisiones, amenazas de
despidos, sistema automático e inmediato de llamadas, etc), en un contexto
inadecuado para tales labores, caracterizado por el mal trato, y sin los descansos
adecuados.
El desempeño de la actora en el contexto expuesto fue generando
diversos síntomas de angustia, depresión, miedo a concurrir al trabajo, etc.

Así las cosas desencadenaron las secuelas objeto de la presente,


debiendo comenzar con atenciones medicas, tratamiento psicoterapéutico y licencia
médica a partir del mes de septiembre de 2013. Lo dicho conforme certificados
médicos que se adjuntan. Así también, conforme telegramas laborales que se adjuntan
de los cuales surgen los certificados puestos a disposición, como diversas
intimaciones de la actora por medidas de seguridad con referencia a condiciones de
trabajo, cumulo de trabajo, presiones y mal trato, entre otras.

Conforme surge de los certificados médicos y telegramas que se


adjuntan, de fecha 18/09/2013, 24/09/2013, 24/09/2013, 26/09/2013, 17/10/2013,
12/011/2013, la actora a puesto a disposición los diversos certificados médicos, los
cuales se adjuntan, ha informado la patología, y ha intimado por las condiciones de
trabajo consistentes en cumulo excesivo, presiones desmedidas, mal trato, etc. Lo
dicho en los siguientes términos que en su parte pertinente se transcriben, a saber:

“…5.- INTIMACION POR FALTA DE CONDICIONES DE SEGURIDAD Y


PROTECCION EN EL TRABAJO: Intimo plazo 48 hs. proceda a manifestar si
efectivamente procederá a cumplir con el deber de seguridad previsto en el art. 75 de
la LCT y normas concordantes y si adecuara el lugar de trabajo bajo condiciones de
seguridad psicofísica de la suscripta, en tanto no se provee de ni de silla ergonómicas,
debiendo desempeñarme bajo un cumulo excesivo de trabajo fuera de la normal
tolerancia, bajo presiones desmedidas, no otorgando los descansos adecuados y
previstos legal y convencionalmente, y siendo víctima de malos tratos continuos y
sistemáticos por parte de la supervisora Diana Patricia Gutierrez, todo lo cual con
riesgos para la suscrita. Por lo expuesto intimo plazo perentorio de 48 horas a fin de
que proceda a dar cumplimiento con la obligación referida, cese en malos tratos,
cumulo excesivo de trabajo y presiones desmedidas, otorgue los descansos
correspondientes, todo ello bajo apercibimiento de considerarme gravemente
injuriado y despedido por su exclusiva culpa en caso de negativa o silencio. (art.
246 LCT),…”

“…Esta parte ha puesto a disposición los correspondientes certificados médicos


que justifican debidamente las ausencias de la suscripta en mis anteriores a las
cuales me remito y hago parte de la presente. A todo evento pongo nuevamente a
disposición los mismos de forma fehaciente, de fecha 16/09/2013, emitido por la
Clinica Modelo Laferrere, certificado medico de fecha 17/09/2013 emitido por el
Dr. Belzu David, MN 127276, con orden de reposo por 48 horas, certificados
médicos de fecha 19/09/2013 emitido por la CLINICA MODELO LA FERRERE,
certificado de fecha 20/09/2013 emitido por el SANATORIO PRIVADO
FIGUEROA PAREDES S.A., con orden de reposo por 24 horas, y certificado
médico de fecha 19/09/2013 emitido por EL Lic. GABRIEL D. SERNA,
PSICOLOGO, M.N. 15556, MP 70832, con prescripción de licencia por 30 dias.
Sin perjuicio de ello pongo a su disposición nuevo certificado médico de fecha
15/10/2013, emitido por el Lic. GABRIEL D. SERNA, PSICOLOGO, con
prescripción de dos meses mas de tratamiento psicológico y posterior evaluación.
Sin perjuicio de ello la suscripta se encuentra a disposición del debido control
médico laboral de vuestra empresa conforme Art. 210 LCT. Todo lo cual justifica
debidamente las ausencias del aquí firmante, actuando en debido cumplimiento y
diligencia de las obligaciones laborales a mi cargo. …”

Como se dijo, se adjuntan a la presente diversos certificados


médicos, que dan cuenta del tratamiento y diagnostico expuesto. Entre ellos,
certificado médico de fecha 19/09/2013, suscripto por Gabriel Serna, psicólogo
tratante, con diagnostico de “…Stress significativo y un importante grado de
ansiedad y angustia. Por lo expuesto se indica tratamiento psicoterapéutico…” y de
fecha 15/10/2013 por el mismo psicólogo tratante con diagnostico de “…comenzó
con tratamiento psicológico por situaciones de elevado stress postraumático,
relacionado con ambiente laboral…”

C.- MECANICA DE TRABAJO – DESCRIPCION DE LA


POSTURA. PATOLOGIAS FISICAS

Como se explico, las tareas de la actora eran desarrolladas


completamente sentada, en una silla de mala calidad, sin forma anatómica ni
ergonomía alguna y de mala calidad, que no favorecía la postura de la actora y le
generaba dolores lumbares constantes con irradiación a miembros inferiores. Había
un escaso descanso de 15 minutos diarios, cuando se otorgaba, para toda la jornada
laboral y para tareas que quisiera el empleado: por ej. ir al baño. Además de las sillas
se usaban teclados y “mouse” junto a un “mouse pad” comunes sin teclados
ergonómicos para descanso ni contaban con dispositivos de gel para evitar cansancio
en las extremidades superiores, en la muñeca y en las manos.
De esta manera, la actora se desempeño en un reducido box, en una silla
de mala calidad, en un puesto de trabajo que no permitía flexibilidad y adaptabilidad
a las características del trabajador, con una desproporción entre la altura de la silla y
el teclado, mouse y pantalla. Esto implicaba la adopción de posturas viciosas e
incomodas, con escasa movilidad, en una postura estática y erguida, de forma
continua a lo largo del vínculo laboral.
La postura detallada, sumado al contexto laboral y stress laboral referido,
genero en la actora las patologías y secuelas físicas que se reclaman en la presente en
la zona columnaria, precisamente dorsal, lumbar y en miembros inferiores.

Estar mucho tiempo en una silla favorece la adopción de posturas


“viciosas”, máxime cuando eran sillas de mala calidad y no ergonómicas. Quizá se
siente de lado, cruce las piernas o casi se acueste en el asiento; en consecuencia, se
presentan dolencias y deformidades en columna que llegan a alterar los discos
intervertebrales irradiándose las dolencia como el caso de la actora al cuello y a las
cervicales. A su vez, los dolores de espalda, cuello, cervicales y de “cabeza” muchas
veces son resultado de estas posturas incorrectas producto de las sillas, teclados y
Mouse de mala calidad y no ergonómicos.
De acuerdo a un estudio reciente efectuado por The Herman Miller
Group, el dolor de espalda es el problema de salud más caro para los adultos que
trabajan, es la segunda causa de visita al médico y el tercer motivo de las cirugías. Se
observaron 40 empleados de oficina durante 160 horas, de los cuales el 93% del
tiempo trabajaban sentados. Debido al uso masivo de computadoras permanecemos
sentados más que nunca antes en la historia. Como consecuencia, aproximadamente
el 85% de los empleados de oficinas experimentan complicaciones de espalda a los
50 años en forma recurrente. La mayoría de los dolores de espalda no se deben a
caídas, sino que son la culminación del daño lento y constante causado a lo largo del
tiempo por una posición sedentaria y artificial prolongada, empeoradas por el uso de
las sillas de oficina comunes. Se sabe que las causas físicas de las molestias en la
espalda provienen de los siguientes factores:

* Estar sentada en forma sostenida y prolongada en una postura no


natural. Mantener una postura por largo tiempo reduce la circulación sanguínea y
disminuye los nutrientes. Las posturas inconvenientes o no neutras de la espina dorsal
pueden causar alargamiento y desgarre de músculos y ligamentos.

* Compresión. La demasiada carga sobre los discos por peso extra no


necesario puede conducir a la fractura de los mismos.

* Contracturas localizadas. La presión sobre el área dorsal y las piernas


puede afectar la circulación sanguínea en la parte inferior del cuerpo.

La ergonomía es la rama de la ingeniería que estudia la influencia de las


condiciones de trabajo en la productividad. De ahí que se la aplique al diseño de
productos y equipamiento, principalmente del lugar de trabajo, con el objetivo de
maximizar la productividad al reducir la fatiga, el estrés y el disconfort. Las sillas, las
computadoras, teclados y el Mouse provisto por las demandadas NO eran
ergonómicos, tampoco las sillas. Hay ocho Características Básicas de una Buena
Silla Ergonómica que las sillas y material de la demandada NO cumplían:
1) Verdadero soporte lumbar: muchas sillas “económicas” dicen que
tiene soporte lumbar, pero el verdadero soporte lumbar es algo más que tener un
acolchado, es el que mantiene la curvatura natural del hueco que se produce en la
espalda.
2) Suave curvatura en cascada: el borde de la silla alivia la presión sobre
los vasos sanguíneos de los muslos y previene el entumecimiento de las piernas, los
pies fríos y las venas varicosas. El borde delantero del asiento debe inclinarse
suavemente hacia abajo y no debe presionar su muslo.
3) Acolchado: Menos es más. La gente se equivoca al comprar sillas muy
acolchadas — con el tiempo, el acolchado se adaptará a la mala postura de su espalda.
4) Movilidad: la silla debe poder deslizarse sin esfuerzo para permitirle al
cuerpo hacer movimientos de relax
5) Apoya brazos: Deje que la silla y no la parte superior de su espalda
soporte el peso de los brazos mientras trabaja.
6) Profundidad: Una silla muy profunda puede resultar problemática para
una persona de contextura pequeña. Cuando está sentada con la espalda bien apoyada,
debería haber suficiente espacio entre el borde de la silla y su rodilla para que quepa
un puño cerrado.
7) Altura: Asegúrese que la silla es suficientemente alta para que sus
muslos formen un ángulo de 90° con el piso.
8) Apoya pies: Considere tener un apoya pies si la silla es demasiado alta.
Tener los pies apoyados le ayudará a restablecen la curva natural de su espalda.
Ninguna de estas características tenían las sillas provistas a la actora durante el
vinculo laboral por parte de la empleadora.

En consecuencia, para la reparación y pago de dichas prestaciones


dinerarias, - por la afección causada por enfermedad laboral – en su capacidad
laborativa, se promueve la presente demanda -.

D.- PATOLOGIAS RECLAMADAS – DAÑO FISICO Y


PSICOLOGICO DE LA ACTORA – CONSIDERACIONES MEDICO
LEGALES.

DAÑOS Y SECUELAS RECLAMADOS – ESTIMACION DEL PORCENTAJE


DE INCAPACIDAD

Como se dijo, la actora ingresó a prestar labores para su empleador APTO y


SANO para todo tipo de tareas.
La actora actualmente sufre las siguientes secuelas de la enfermedad del
trabajo antes descripto.
A raíz del contexto laboral y trabajo detallado precedentemente, la actora padece
al menos las siguientes dolencias y consecuencias físicas / psicológicas que deben ser
reparadas:

 Reacción Vivencial Anormal Neurótica con componentes fóbicos y


depresivos Grado II.
 Stress significativo. Importante grado de ansiedad y angustia. Con licencia
y tratamiento psicoterapéutico.
 Lumbociatalgia crónica, con manifestaciones clínicas, radiológicas y
electromiograficas.
EL QUANTUM GLOBAL DE INCAPACIDAD PARCIAL Y
PERMANENTE RECLAMADO ES DEL 15% PSICOFÍSICO DE LA
TOTAL OBRERA, DISCRIMINADO EN UN 10% PSICOLOGICO Y
5% FISICO. LO DICHO EN LO QUE EN MÁS O EN MENOS SURJA
DE LA PRUEBA A PRODUCIRSE EN AUTOS.

La presente estimación se basa en parámetros objetivos y se aclara que es


meramente orientativa, sujeta estrictamente al resultado de las probanzas e informes
técnicos a realizarse, basados en estudios de diagnóstico más complejos y completos.

DE SUMA IMPORTANCIA: El detalle de las secuelas reclamadas, de acuerdo a lo


solicitado antes, es sin perjuicio de las resultas de la entrevista y examen clínico
médico con el Galeno de Oficio designado en autos, patologías las cuales en la
mayoría de las veces la actora ignora identificar pero que realmente puede padecer.
Por lo tanto y para el supuesto que el Experto detectara alguna patología
distinta o diferente a las detalladas solicito se le incluya dentro del DICTAMEN a
confeccionarse y se determine el PORCENTAJE DE INCAPACIDAD que a criterio
del experto fuere causal con el trabajo

FECHA DE TOMA DE CONOCIMIENTO Y PRIMERA MANIFESTACION:


La fecha de toma de conocimiento y primera manifestación de las secuelas
reclamadas puede ubicarse con fecha septiembre de 2013 atento el ingreso de
licencia psicológica, y conforme certificados médicos y telegramas que se adjuntan a
la presente, donde se ponen a disposición certificados médicos, se notifica licencia, se
intima por condiciones de trabajo.

APLICACIÓN DE INTERESES COMPENSATORIOS: Que venimos a solicitar


se apliquen intereses sobre el capital de condena desde la fecha de toma de
conocimiento y NO desde la fecha de la sentencia firme y consentida.

Ello por cuanto en abono de nuestra postura la jurisprudencia ha dicho que:

• En este sentido se dijo que no cabe perder de vista que conforme doctrina de
la C.S.J.N. el fallo judicial que impone el pago de una indemnización por infortunio
laboral solo declara la existencia del derecho que lo funda, que es anterior a ese
pronunciamiento (Fallos 314:481).-Fallo Sala V CNAT; Scally Juan Francisco c.
Vessel SA y O. de fecha 18.3.2011

• En el mismo sentido se dijo que asiste razón al actor en cuanto cuestiona el


punto de partida de los intereses fijados en la sentencia de grado ya que tratándose en
el caso de un hecho súbito y violento se debe considerar que los intereses deben
correr desde la fecha del infortunio y hasta su efectivo pago (en igual sentido, esta
Sala V, SD Nro. 69040 del 21/11/06 y SD Nro. 68116 del 29/12/05).

• En el mismo sentido Fallo Sala IX de la CNAT Saint Lary c. Grupo Estrella


SA y Otros

• También autos “Petragia, Matías Alberto c/Consolidar ART SA y otro


s/accidente - acción civil” SALA IV de la CNAT del 6.5.2011 al referir que en el
fallo plenario del 17/5/72 (in re: "Arena, Santos c/ Estiport SRL"). Se sostuvo
respecto a una prestación análoga (la indemnización por incapacidad permanente del
art. 8, inc. c] de la ley 9688), que "...el curso de los intereses debería computarse a
partir del día en que el daño quedó configurado, o sea cuando la incapacidad parcial
es reputada permanente. De ordinario, esto acaece con posterioridad al accidente de
trabajo que da lugar de inmediato a los salarios por incapacidad temporaria. No cabe
retrotraer el curso de los intereses a la fecha del accidente porque recién después del
alta médica o del transcurso del plazo de un año hay deuda cierta; hasta entonces, no
existe el daño que cubre la indemnización del inc. c], que de no haberse pagado
oportunamente debería dar lugar -según lo que propugno- al curso de intereses desde
la fecha en que debió satisfacerse. Al cesar esta prestación porque se 'consolida' la
incapacidad, por el alta o el transcurso del plazo anual, se hace exigible la
indemnización del inc. c] del art. 8, y consiguientemente desde entonces rigen las
reglas de la mora. Antes no, pues se llegaría a una acumulación improcedente si
debiéndose los salarios por incapacidad temporaria a partir del accidente, se sumara
después los intereses de la indemnización por incapacidad parcial y permanente desde
aquel momento; es decir que el mismo lapso en el que el daño está reparado por la
prestación del inc. d), resultaría a la vez comprendido con el cálculo de intereses de la
otra prestación, que no es simultánea sino sucesiva". También se dijo que si bien
referida a la ley 9.688, la doctrina que emerge del citado acuerdo plenario n° 180
resulta analógicamente aplicable a los infortunios amparados por la ley 24.557. Ahora
bien, el art. 2° de la Res. SRT n° 414/99 otorga un "plazo de gracia" de 30 días
corridos a partir del momento en que la prestación debió ser abonada y difiere la
configuración de la mora al vencimiento de dicho plazo, por lo que cabe concluir que
los intereses deben correr desde el 11 de diciembre de 2008 -30 días después de la
consolidación jurídica del daño que se produjo en el caso con el alta médica del
11/11/08- (conf. CNAT, Sala II, 28/2/08, S.D. 95.564, "Portillo, Adolfo c/ Liberty
ART SA s/ accidente"; íd., Sala III, 6/7/06, S.D. 87.922, "Basualdo, Mario Herminio
c/ La Caja ART S.A. s/ accidente"; íd., Sala IV, 28/12/10, S.D. 95.058, "Galíndez,
Norberto Ramón c/ QBE ART SA s/ accidente - acción civil")

III. ENCUADRE JURIDICO - COMPETENCIA – AGRAVIOS DE


LA APLICACIÓN DE LA LEY 24.557.

El objeto de la presente acción es obtener la reparación del daño


padecido por el actor en ocasión de haber sufrido un daño y enfermedad profesional,
secuelas de origen laboral, reparación que a la fecha no se ha verificado por causas
únicamente imputables a la aquí demandada –y por su exclusiva culpa-, ya que la
actora no ha percibido las prestaciones dinerarias que se le adeudan en razón de la
real incapacidad sufrida y que se detallará luego, denunciando ante V.S. la actitud
omisiva y reticente del responsable de tal reparación.
El acceso a la jurisdicción en la búsqueda de una reparación razonable o justa, no sólo
se identifica con la iniciación de un proceso o un trámite administrativo, sino con la
efectiva protección de derechos contenidos en la Constitución Nacional, derechos que
revisten el carácter de operativos y que deben ser custodiados y garantizados por sus
últimos intérpretes quienes son los Magistrados.
La presente demanda, se encuadra en el caso de un trabajador dependiente que ha
sufrido un daño producto de una enfermedad de trabajo, cuya ocurrencia como se dijo
se encuentra reconocida, perdiendo parte de su capacidad laboral, en donde quien
debe repararlo –aseguradora demandada- no lo ha hecho y habiéndose trabado las
vías para que se produzca la reparación de tal daño, no queda más remedio para la
actora que acudir a V.S. como protector de sus derechos constitucionales afectados.
Asimismo, según el lesivo procedimiento establecido por la ley 24.557, es innegable
que para poder obtener al menos las prestaciones establecidas por esta norma, cuando
se le niegan injustamente, el trabajador accidentado deba concurrir no a la justicia,
sino a comisiones administrativas especiales (no imparciales) que dictaminan a su
antojo sobre hechos controvertidos, eludiendo y mezquinando la determinación de
incapacidad y, para apelar tal decisión tampoco pueda el damnificado acudir a la
justicia asistido por un letrado sino a una instancia de apelación administrativa donde
tampoco hay magistrados ni funcionarios idóneos para el servicio pretendido –
extremo reconocido ya por la C.S.J.N. Así no se le permite producir prueba, exponer
claramente los hechos, tener asistencia letrada, bilateralidad, imparcialidad etc. y
finalmente si pese a transitar por ese camino falto de garantías –y duradero en
tiempo-, no conforme con lo dictaminado, la acción concluiría en el fuero Federal de
la Seguridad Social, donde se determinará sólo un porcentaje de incapacidad, para
volver a reclamar la liquidación de éste a la aseguradora, quien en principio había
incumplido con sus obligaciones.
Este procedimiento importa que se regresa al punto de partida sin solucionar el
problema de fondo con la pérdida de tiempo y los daños irreparables que tal demora
ocasiona.
Se pretende con la presente acción, la sustanciación de un proceso donde la parte
actora tenga la posibilidad de demostrar el perjuicio que sufre con causa en las tareas
realizadas y en el accidente denunciado, donde se respeten las garantías procesales,
donde exista imparcialidad, bilateralidad y objetividad, pudiéndose lograr ello con la
designación de peritos, en la búsqueda de la obtención de una indemnización acorde a
lo que la Constitución Nacional y las demás leyes contemplan. Tales extremos, no
han podido verificarse en el presente caso.
En síntesis, se persigue una interpretación funcional y justa del régimen de
reparación de infortunios de trabajo y la declaración de inconstitucionalidad de todos
aquéllos artículos y normas reglamentarias de la ley 24.557 que obsten el derecho a la
salud y a un justo resarcimiento debido al actor.

IV.- EL PROCEDIMIENTO ANTE COMISIONES MEDICAS –


INCONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY 24.557 Y SU NORMATIVA
COMPLEMENTARIA Y REGLAMENTARIA.

Vengo asimismo a solicitar se declare la inconstitucionalidad de


los artículos 1º, 2º, 6º, 8º, 12°, 21°, 22°, 46° y 50° del citado cuerpo legal,
respecto del caso del actor conforme las consideraciones que paso a exponer.
Las normas invocadas, establecen la obligatoriedad de una
instancia previa de trámite y duración inciertos, como así regulan el
procedimiento para reclamar ante las Comisiones Médicas, en el caso en que las
Aseguradoras de Riesgos de Trabajo no reconozcan el daño que padece el
damnificado o la graduación del mismo, obviamente sin intervención del
órgano jurisdiccional vedando al trabajador la posibilidad de acceder a la
justicia del trabajo a fin de reclamar la reparación de sus infortunios y
atribuyendo a un órgano administrativo facultades inherentes al Poder Judicial,
violenta gravemente normas de raigambre constitucional.
El actor no ha advertido que el sistema ahora atacado sea
funcional en su caso, quedando desprotegido, sin la debida asistencia ni
reparación alguna, ni la reparación real por los daños de origen laboral que
sufre.
Este procedimiento que se efectúa ante el Organismo Público
perteneciente a la esfera del Poder Ejecutivo, es sin duda inconstitucional, pues
afecta el sistema federal de gobierno adoptado por nuestra Constitución
Nacional, las facultades no delegadas por los gobiernos provinciales al
Gobierno Nacional, la exclusividad del Poder Judicial en el ejercicio de la
jurisdicción, la división tripartita de los Poderes, el principio de igualdad ante la
ley y de no discriminación.
El art. 75°, inc. 12 C.N. dispone expresamente que el Congreso
de la Nación, al dictar normas referidas – entre otras materias – al Trabajo y la
Seguridad Social, no deben alterar las jurisdicciones locales, correspondiendo
su aplicación a los tribunales nacionales, federales o provinciales según que las
cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones, por ello, el
Congreso al acordar funciones jurisdiccionales al Poder Administrativo por
medio de las Comisiones Médicas ha violentado lo dispuesto en la norma
constitucional.
La violación del acceso a la justicia, imponiendo una instancia
previa frente a la autoridad administrativa representada por las Comisiones
Médicas –que no ha dado ninguna solución en el caso de autos-, investidas
inconstitucionalmente de facultades jurisdiccionales, implica una flagrante
violación a los artículos 16° y 18° de la Constitución Nacional, alejando al
trabajador de sus jueces naturales e imponiéndoles cumplimentar con una
instancia prejudicial de la cual el resto de los habitantes se encuentran
eximidos de dar cumplimiento a fin de reclamar el resarcimiento de daños y
perjuicios.
Se afecta uno de los pilares básicos del derecho del trabajo, cual
es el principio protectorio. Si los principios fundamentales del derecho del
trabajo no son recogidos durante el proceso, de nada valdría la característica
tuitiva de aquel, quedando constituida en un mero enunciado abstracto,
inferioridad del trabajador que las leyes de fondo reconocen subsiste en el
momento de discutir jurisdiccionalmente los reclamos laborales.
Lo mismo ocurre respecto del Decreto 717/96, que fuera dictado
por el Poder Ejecutivo, arrogándose del mismo modo funciones legislativas,
debido a que regula y por ende legisla el procedimiento ante las comisiones
médica, como así su apelación a la Comisión Médica Central, y por último ante
la Cámara Federal de la Seguridad Social”.
El Congreso Nacional no puede delegar una actividad que es
propia de otro poder del estado, cual es el Poder Judicial, en otro poder que no
es el delegado natural para tal actividad referente al servicio de justicia y
prestación de la jurisdicción estatal, sin violentar lo dispuesto en el art. 76° de
la Constitución Nacional, ya que de lo contrario entraría en colisión con la
disposición establecida en el art. 116° de la Norma Fundamental.
Del mismo modo, los Arts. 21°, 22° y 50° de la LRT, como así
el Decreto antes citado N° 717/96, resultan ser inconstitucionales, pues el Poder
Ejecutivo se atribuyó funciones judiciales que no le son de su pertenencia, en
clara violación a los Arts. 108° y 109° de nuestra Carta Magna, al resolver
sobre el origen de la lesión.
Se le otorgan indebidamente facultades jurisdiccionales a las
Comisiones Médicas, colocando a la víctima en un virtual estado de
indefensión frente a las estructuras jurídicas y administrativas del sistema.
Pero, además, la irrazonabilidad aumenta por cuánto estas
comisiones están sólo integradas por médicos, designados y dependientes del
Poder Ejecutivo Nacional y resuelven aspectos controvertidos de naturaleza
jurídica, en un verdadero juicio de conocimiento, que se desenvuelve sin las
garantías del debido proceso y en abierta violación de las normas
constitucionales que imponen la obligación de no juzgar por comisiones
especiales.
Lo expuesto surge indubitadamente de lo dispuesto en Decreto
717/96, que establece un procedimiento contencioso sin asesoramiento letrado
para el trabajador, con desmedidas funciones para simples médicos, Vg.: “a)
determinar la naturaleza laboral del accidente o profesional de la enfermedad, y
a solicitud del trabajador, cuando la ART negara tal carácter (función judicial);
b) El carácter temporáneo o permanente de la incapacidad; c) El contenido y
alcance de las prestaciones en especie; d) la existencia de la relación laboral se
atiende previamente por la autoridad competente (Justicia del Trabajo) de igual
forma que el monto de las retribuciones; e) El Artículo 19° establece que: la
comisión médica podrá homologar el acuerdo a que hubieran arribado las partes
sobre la base de “hechos” “pruebas que les fueran sometidos a su jurisdicción y
a las restantes probanzas y aclaraciones que pueda requerir”.
Tanto las comisiones médicas creadas por la ley 24.557, como
las oficinas de homologación y visado, dispuestas por resolución de las dos
superintendencias, (SRT y SAFJP) son financiadas mediante aportes de las
aseguradoras y de los empleadores no asegurados, lo que conspira contra su
independencia de criterio.
En efecto el artículo 36 del decreto 717/96 autoriza a las dos
Superintendencias a establecer en forma conjunta el régimen arancelario para
financiar el funcionamiento de los organismos médicos. Por otra parte, la
resolución (SRT) 134/96, de fecha 4/07/96, dispuso constituir un fondo de
reserva especial para financiar el funcionamiento de las comisiones médicas,
para lo cual se impone un aporte de $80.000, a cada aseguradora habilitada a
ese momento o que se autoricen en el futuro.
La violación de las garantías constitucionales se ve agravada por
las facultades homologatorias concedidas a las Comisiones Médicas, las que a
su vez fueron delegadas ante un nuevo ente. Así por resolución conjunta (SRT
– SAFJP) 58-19098, de fecha 12/06/98 (BO: 19/06/98), se crearon las “Oficinas
de Homologación y Visado”.
Si bien algunos autores invocan antigua jurisprudencia de la
Corte Suprema que determinó que los Tribunales administrativos no son
inconstitucionales en la medida que habilitaran el posterior recurso judicial, esta
doctrina no resulta aplicable al caso de las Comisiones Médicas dado que se
remite luego al fuero de la Seguridad Social con limitaciones procesales severas
en una estado de preclusión de la instancia probatoria y cosa juzgada.
En efecto el procedimiento, no está razonablemente concebido,
no respeta siquiera los lineamientos de la ley de procedimientos
administrativos, viola las garantías del debido proceso, de la defensa en juicio,
y el órgano decisor administrativo y como ya se dijo, está sólo integrado por
médicos, carentes de aptitud jurisdiccional. Se vulnera la garantía del artículo
18° de la Constitución Nacional y, en especial, la Convención Americana de
Derechos Humanos que en su Art. 8° establece las llamadas garantías
judiciales, de que “toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable por un juez competente independiente
e imparcial para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o cualquier otro carácter”.
A lo dicho cabe agregar que los componentes de las Comisiones
Médicas están vinculadas con la SRT no por una relación de empleo público,
sino de naturaleza privada, circunstancia que conspira contra su estabilidad
contractual (Art. 38°, apartado 3 LRT).
Para otorgar competencias a órganos administrativos, es
imprescindible que los mismos sean idóneos para los fines que están asignados,
de lo contrario, el desvío de la jurisdicción hacia el P.E.N. es irrazonable. Dada
la extrema necesidad por el que atraviesa la víctima laboral, estando en juego
derechos subjetivos relevantes, el dilatado e incierto proceso que debe transitar
hasta llegar ante la jurisdicción, la citada doctrina de la Corte Suprema, no es
aplicable para legitimar el sistema procesal de la LRT..
Las garantías judiciales no son suplidas por la intervención
tardía de la Cámara Federal de la Seguridad Social, que además no es el órgano
competente para dilucidar en caso de accidentes y enfermedades laborales, ya
que no se está en ninguno de los supuestos revistos por el artículo 75°, inciso 12
de la Constitución Nacional.
El Dr. Miguel Ángel Maza señaló: “que la atribución de
competencia a los organismos administrativos integrados exclusivamente por
médicos para resolver conflictos entre personas, viola lisa y llanamente el
derecho al debido proceso... la experiencia me ha mostrado a lo largo de los
años que por lo general los trámites administrativos desarrollados por las
autoridades con carácter jurisdiccional, no garantizan el debido proceso, no
garantizan eficacia, no resultan satisfactorios para los administrados, y por lo
general siempre terminan poniendo punto final la justicia y en sentido
contrario a lo que la administración resuelve. Pero además en este caso nos
encontramos con un problema de sentido común... pero lo que me parece
absolutamente repugnante a la Constitución Nacional y a las reglas del debido
proceso que todos los habitantes de este país tenemos derecho a obtener, es
que la comisión médica por ejemplo pueda resolver el carácter laboral de un
accidente, perdón, la naturaleza laboral de un accidente o el carácter
profesional de una enfermedad... lo que tenemos hoy es un régimen de
responsabilidad individual con aseguramiento obligatorio y un pequeño grupo
de empresas beneficiarias de este sistema hasta hace poco carente de todo
control estatal. Entonces debería modificarse este sistema para que sea a nivel
local que se resuelvan este tipo de conflictos, para que en todo caso el
principio de legalidad, el derecho al debido proceso, esté por encima del de
unidad de gestión, porque la unidad de gestión es una cuestión que me parece a
mí es de rango muy inferior a la garantía del debido proceso y en esto quiero
ser categórico: el procedimiento establecido por el decreto 717 y la resolución
4596 de la SRT no sólo no garantizan el debido proceso sino que desde su
concepción lo violan de una manera insalvable. El hecho de que se litigue ante
una autoridad que va a resolver y cuya resolución puede alcanzar el carácter
de cosa juzgada sin patrocinio letrado me parece que es indefendible.
Curiosamente en mayo de este año la Superintendencia de Riesgos del Trabajo
había dictado una resolución, la N° 305 si la memoria no me falla, que
establecía el patrocinio jurídico para algunas instancias. A mi modo de ver
esto no era conveniente porque introducía al abogado solamente en el
momento del recurso, y al momento del recurso ya el trabajador si no había
ofrecido prueba cuando hizo el pedido de intervención de la comisión médica,
no tiene más nada que hacer por más que sea el mejor.” (del Dr. Maza, Miguel
Ángel en las Jornadas sobre ¿Qué hacer con los riesgos del Trabajo?).
En idéntico sentido se pronunció la Sala III de la C.N.A.T. que
ha expresado: “...los arts. 21° 22° y 50° también resultan violatorios de lo
dispuesto por los arts. 108° y 109° de la C.N. puesto que sustraen del
conocimiento de los jueces las cuestiones que éstos están llamados a decidir
por imperio de dichas normas, lo que vulnera el principio de división de
poderes que caracteriza a nuestro sistema de gobierno adoptado por el art. 1°
de la Carta Magna, ya que tales controversias son sometidas al conocimiento
de las comisiones médicas y de la Comisión Médica Central, que –como
señalara- son organismos ajenos al Poder Judicial... “Asimismo en los
considerando se aclara que: “...Estos vicios no se purgan por la ulterior
revisión judicial, que se prevé, aún que dichas comisiones tienen a su cargo
dirimir cuestiones ajenas a su ámbito de incumbencia, como el carácter laboral
del accidente y cualquier controversias que pudiera surgir entre la ART y el
damnificado o sus derechohabientes.” (C.N.A. Tr. Sala III, Ibáñez, Ramón
Rosa c/ Ford Argentina S.A. y Otro s/ Accidente –Acción Civil sentencia
85.140 del 20 Agosto 2003, Voto preopinante del Dr. Guibourg).
Resulta inadmisible que la determinación de si una enfermedad
debe ser considerada “profesional” o el quantum de la consecuencia de un
accidente de trabajo y en su caso la extensión de su reparación quede en manos
de un organismo administrativo, y vedado al conocimiento de los jueces
naturales.
En este sentido también se ha señalado que: “1.- Pretender que
sea la Comisión Médica Central quien resuelva la naturaleza del accidente
ocurrido y si el mismo importe carácter in itinere o no y a cuánto asciende la
incapacidad, importa sustraer de los Tribunales de Justicia la resolución del
conflicto planteado y someterlo a jurisdicción administrativa. Esto vulnera los
principios del Juez natural y del debido proceso y de división de poderes al
hacer delegado el Congreso la actividad Jurisdiccional en otro poder. 2.- Al
soslayar los procedimientos judiciales se vulneran las facultades reservadas a
las Provincias (Arts. 121°, 122° y 123° C.N.). Se desconoce el principio de
exclusividad del Poder Judicial (Artículo 116° C.N.) y se otorgan facultades
jurisdiccionales a órganos administrativos en violación al artículo 109° C.N.”
(C. 3ra. Mendoza, 9 Junio 1998 Alacayaga Pereira de Olivares, Evelina c/
Aperbuci y otro. DT 1999 A, pág. 179).
De conformidad con lo expuesto precedentemente, las normas
cuya tacha de inconstitucionalidad le pretende son violatorias de los arts. 5°,
17°, 18°, 75° inc.12), 108°, 109° de la C.N., Art. 18° de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, arts. 8° y 25° de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos y art. 10° de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.
Se ha dicho también que :“A la hora de dirimir una contienda
negativa de competencia entre la Justicia Federal de la Seguridad Social y la
Justicia Nacional del Trabajo, debe tenerse en cuenta que las cuestiones
relativas a la reparación de las consecuencias derivadas de infortunios
laborales carecen de naturaleza federal aun en el supuesto de vincularse con
las prestaciones reconocidas por la ley 24.557. Por lo tanto, el conocimiento de
dichas cuestiones debe ser atribuido a los tribunales ordinarios con
competencia laboral. En el caso, la acción fue entablada contra una persona
jurídica de derecho privado (ART) y se persigue el resarcimiento de los daños
provocados por un eventual accidente de trabajo, en el contexto de la
responsabilidad del empleador con aseguramiento obligatorio; la controversia,
entonces, encuadra en la órbita de competencia diseñada por los arts. 20 y 21
inc. a) de la ley 18.345. Dicho criterio guarda coherencia con el fallo de la
CSJN in re “Castillo” (Fallos 327:3610) y también con la sentencia del mismo
tribunal dictada el 13/03/2007 in re “Venialgo, Inocencio c/Mapfre Aconcagua
Aseguradora de Riesgos del Trabajo s/otros”, que lo ratifica. Cuando se
cuestiona, como en el caso, la validez constitucional del régimen procesal
previsto por los arts. 21 y 46 de la LRT (normas que otorgan competencia
originaria a las comisiones médicas), es la Justicia Nacional del Trabajo quien
debe entender. (Del voto del Dr. Maza). CNAT Sala II, S.I. 55.877 del
13/11/2007 Expte. N° 17.574/2007 “Hernández Ariel German c/La Holando
Sudamericana ART s/acción de amparo”. (M.-P.)
Por último y con relación a la pretendida declaración de
constitucionalidad de los Art. 21 y 22 de la LRT esta parte desea transcribir
ciertos párrafos de un completísimo, reciente y esclarecedor fallo muy
vinculado al caso de autos.
“En este marco, la dependencia económica precitada constituye un dato
insoslayable que puede hacer nacer objetivamente a los trabajadores y
derechohabientes que transitan este peculiar procedimiento temores legítimos
de que los profesionales integrantes de las comisiones médicas no abordarán
los casos con la imparcialidad exigida por la garantía pertinente, lo que
conlleva -por este nuevo motivo- la descalificación constitucional del sistema.”
“El procedimiento tramitado ante las comisiones médicas no garantiza la
igualdad de los trabajadores y sus derechohabientes ante los tribunales, ni el
derecho al debido proceso adjetivo en condiciones de plena igualdad, toda vez
que, como señalan Ackerman y Maza, un proceso en el cual el sujeto más
desprotegido debe litigar solo, sin abogados ni médicos que lo auxilien, frente
a ominipotentes organizaciones que cuentan con equipos médicos
especializados y grupos de asesores letrados altamente capacitados, ante
“jueces administrativos” médicos, no es un auténtico proceso de los que
garantiza el art. 18 de la Constitución Nacional.”

“Una normativa que contenga una prohibición de impugnar los eventuales


efectos de su aplicación o interpretación no puede ser considerada en una
sociedad democrática como una limitación válida al derecho a un real y
efectivo acceso a la justicia de los destinatarios de esa normativa, el cual, a la
luz de los artículos 8 y 25 de la Convención Americana, en relación con los
artículos 1.1 y 2 de la misma, no puede ser arbitrariamente restringido, ni
reducido o derogado.”

“El derecho de acceso a la justicia no se reduce al acceso formal, stricto sensu,


a la instancia judicial (tanto interna como internacional), sino comprende,
además, el derecho a la prestación jurisdiccional, y encuéntrase subyacente a
disposiciones interrelacionadas de la Convención Americana (como los
artículos 25 y 8), además de permear el derecho interno de los Estados Partes.
El derecho de acceso a la justicia, dotado de contenido jurídico propio,
significa, lato sensu, el derecho a obtener justicia.”

“La indisociabilidad entre los artículos 25 y 8 de la Convención Americana


conlleva a caracterizar como siendo del dominio del jus cogens el acceso a la
justicia entendido como la plena realización de la misma, o sea, como siendo
del dominio del jus cogens la intangibilidad de todas las garantías judiciales en
el sentido de los artículos 25 y 8 tomados conjuntamente. No puede haber duda
de que las garantías fundamentales, comunes al Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, tienen una
vocación universal al aplicarse a todas y cualesquiera circunstancias,
conforman un derecho imperativo (perteneciendo al jus cogens), y acarrean
obligaciones erga omnes de protección..”

“Desde esta perspectiva, las normas reguladoras del procedimiento antes las
comisiones médicas vulneran el derecho de acceso a la justicia que forma parte
del ius cogens.”

“En definitiva, y por todos los argumentos expuestos, se impone la declaración


de inconstitucionalidad en el presente caso de los arts. 21, 22 y 46, inc. 1º de la
ley 24.557, del dec. 717/96 y demás normas reglamentarias y
complementarias.”

“Admitido el planteo de inconstitucionalidad contra las mencionadas normas,


considero que debería ser revocada la resolución de fs. 20, y admitirse la
competencia de la Justicia Nacional del Trabajo (arts. 20 y 21, inc. a), L.O.).”

Consecuentemente, para el hipotético y remoto supuesto que


V.S. entienda que los daños que porta el actor como consecuencia del trabajo
realizado y del accidente de trabajo denunciado en autos, se encuentran
comprendidas dentro de las previsiones del sistema ideado por la ley 24.557,
solicito se declare la inconstitucionalidad de los arts. 21, 22 y 50 del citado
cuerpo legal, y se declare competente para entender en las presentes
actuaciones, sin exigir a mi instituyente el agotamiento de la vía administrativa
ante las Comisiones Médicas.
Solicita esta parte la declaración de inconstitucionalidad de toda
norma complementaria y/o reglamentaria de la ley 24.557 que indirectamente o
a través de la reglamentación del dec. 1278/00, 1694/09 y conc., que con el fin
de no otorgar las mejoras dinerarias de las magras prestaciones, difiera
temporalmente la aplicación de la mejora, remita a otro artículo menos
beneficioso, requiera la fijación de porcentajes incapacitantes irreales, tornando
ilusorio el beneficio concedido por tal decreto en contradicción con los
principios que motivaron su dictado.
Es decir si se reconoce que le ley 24.557 otorga prestaciones
miserables y se dicta una norma para mejorarlas, esa intención se debe ver
concretada en el caso específico, de lo contrario ningún efecto práctico tiene la
norma resultando inaplicable e inútil, pero si se enumeran prestaciones más
razonables como las del artículo 3° y concordantes, y mediante ardides legales
se dejan fuera del alcance del trabajador, es V.S. quien debe a pedido de esta
parte damnificada, corregir la desviación de la norma viciada y liberar el
camino hacia la percepción de lo que en definitiva se busca, una indemnización
justa que se aproxime a restituir las cosas a su estado anterior ya sea por medio
de prestaciones razonablemente reparadoras.

V.- INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 46° DE LA LEY DE


RIESGOS DEL TRABAJO.

Siguiendo la línea de lo expuesto, a todo evento, vengo a solicitar la


declaración de inconstitucionalidad del Artículo 46° de la LRT.
Dicha norma específicamente ha establecido la competencia de la
Justicia Federal al indicar que la Cámara Federal de la Seguridad Social, es la
encargada de efectuar la revisión judicial de la etapa administrativa.
Sin embargo, de la lectura del Art. 75° inc.12 de nuestra Constitución
Nacional se puede apreciar que la ley de Riesgos de Trabajo es una norma de
derecho común, sin especificar si pertenece la misma al ámbito de derecho de
trabajo o a la seguridad social, su aplicación a los casos concretos esta entonces
reservada, a los Tribunales Provinciales o Juzgados Nacionales.
Se ha señalado que: “La competencia federal reposa en que el derecho
que se pretende hacer valer esté directamente e inmediatamente fundado en un
artículo de la Constitución Nacional, de una ley federal o de un tratado“
(C.S.J.N. Campos, Ana María c/ Santa Cruz, Provincia de s/ demanda laboral,
23/10/90, T. 313 p. 1046).
Continúa en su exposición el doctor Fernández, voto preopinante, afirmando
que: “...El fuero Federal es un fuero de excepción. La competencia federal se
refiere específicamente a la potestad acordada por la Constitución Nacional en
sus arts. 116° y 117°, por la ley 48 en el art. 2° para administrar justicia en los
casos taxativamente enumerados a favor de un rango de tribunales cuya
aptitud jurisdiccional obedece a la materia federal que los motiva. Si tal
materia existe habrá competencia...”.
Agrega en los fundamentos que: “Con la Ley de Riesgos del Trabajo
se violentan dos aspectos emanados de la misma cuestión: se federaliza una
norma de derecho común y se afectan las autonomías provinciales al sustraer
de su competencia una materia estrictamente reservada a los tribunales
locales...”.
Y concluye: “No cabe confundir el alcance e índole nacional de la
Ley sobre Riesgos del Trabajo (Art. 7° inc.12 CN) con la naturaleza de la
materia federal, que está definida estrictamente por la Constitución Nacional.
La norma sancionada por el cuerpo Legislativo es nacional pero no federal.”.
Aclarando en dichos considerando que: “...El dictado de normas
procedimentales está reservado a las provincias y al Poder Legislativo le está
vedado legislar sobre el punto...”.
Concordante, con esta posición fue el fallo dictado el día 23 de Abril
de 2003, por la Suprema Corte de Justicia Bonaerense en la causa L. 75.708,
“Quiroga, Juan Eduardo contra Ciccone Calcográfica S.A. Enfermedad”,
en donde se declara la inconstitucionalidad del Art. 46° de la Ley de
Riesgos de Trabajo.
En el voto preopinante del Ministro, doctor Hitters, expresó que:
“...Esas buenas intenciones han tirado por la borda –a mi modo de ver- la
estructura jurisdiccional de la Nación en su relación con las provincias (art.75°,
inc.12 de la Constitución Nacional), federalizando cuestiones que no son de esa
índole. En síntesis la ley de cita ha implementado una nueva organización
formal, que desacomoda algunos aspectos constitucionales, como trataré de
demostrar.
Para finalizar, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se
pronunció sobre este tema, en los autos “CASTILLO ANGEL SANTOS c/
CERÁMICA ALBERDI S.A. POR RECURSO DE HECHO DEDUCIDO
POR LA SEGUNDA ASEGURADORA DE RIESGOS DE TRABAJO S.A.”
con fecha 7 de Septiembre del 2004, declarando la inconstitucionalidad del
artículo 46° de la Ley de Riesgos del Trabajo.
En sus fundamentos, el Alto Tribunal, en el considerando 4to.,
mencionó la doctrina imperante en dicho Tribunal al señalar: “...Que, según lo
esclareció este Corte para Octubre de 1917, y lo sostuvo de manera constante,
las responsabilidades por accidente de trabajo a que se refiere la ley N° 9.688
y que nacen de hechos ocurridos en la ejecución o cumplimiento de contratos
entre patrones y empleados u obreros, son de carácter común (Fallos: 126:315,
324 y 325:328; asimismo, Fallos: 129:223; 151:315; 162:79; 184:390;
228:537; 239:239; 242:182; 245:174, entre muchos otros), vale decir, resultan
sancionadas por el Congreso con arreglo a las previsiones del art. 67° inc.11
de la Constitución Nacional –actual art. 75° inc.12 (Fallos 248:781, 782
considerando 1 y sus citas)...”.
Atento al concepto transcripto, es que el Superior Magistrado de la
República afirmó que: “...De ahí que, desde su instalación, la Corte haya
sostenido que la competencia de los tribunales federales es, por su naturaleza,
restrictiva, de excepción y con atribuciones limitadas a los casos que menciona
el art. 100° -actual art. 116° (Fallos 1:170; 190:170; 283:429 y 302:1209,
entre muchos otros), tal como, por lo demás lo establece la ley 27, e incluso la
ley 48 para lo concerniente a la competencia apelada extraordinaria del
Tribunal (art. 15°). El art. 121° de la Constitución Nacional (originario art.
104°) se emplaza en la misma línea...”.
En este orden de ideas no sorprende la conclusión a la que arriba la
Máxima Magistratura de la Nación, en el considerando 5to. Al expresar: “Que,
por ende, no es constitucionalmente aceptable que la Nación pueda, al
reglamentar materias que son como principio propias del derecho común,
ejercer una potestad distinta de la que específicamente le confiere el citado art.
75°, inc.12”.
Concluyó el Tribunal Superior de la Nación “que la Ley de Riesgos
ha producido dos consecuencias incompatibles con la Constitución Nacional:
impedir que la justicia provincial cumpla la misión que le es propia y
desnaturalizar la del juez federal, al convertirlo en magistrado de derecho
común”.
La consecuencia de este trascendente fallo es que, de aquí en adelante, las
víctimas laborales podrán recurrir directamente ante el Juez del Trabajo de cada
jurisdicción, para que a través de las reglas de un procedimiento laboral puedan
accionar directamente contra la ART, para percibir las indemnizaciones
tarifadas de la LRT.
Ante los argumentos vertidos, solicito a V.S. que declare la inconstitucionalidad
del artículo 46° de la ley de Riesgos de Trabajo.

Para el caso que se determine un porcentaje incapacitante igual o mayor


al 50% se solicita la declaración de inconstitucionalidad de los artículos de la
ley 24.557 que establecen la forma de pago en renta de las sumas que se fijen
como indemnización a percibir por la actora, afectándose el derecho de la
misma a disponer de su propiedad, cayendo en el absurdo e indignante supuesto
de que sea el trabajador o sus desafortunados derechohabientes quien deba
financiar el sistema que además ya posee apoyatura de instituciones bancarias y
grandes capitales.
Ello por cuanto implica imponer al trabajador gravemente
incapacitado la obligación de cobrar mediante prestaciones de pago mensual,
violando expresas normas contenidas en la Constitución Nacional, a saber
derecho de propiedad y libertad para disponer de su dinero y libertad de
contratar.

Por lo expuesto, solicito se declare la inconstitucionalidad de los


artículos 6°, 21°, 22” y 46° de la ley 24.557, Arts. 2° y 11° del decreto
1.278/00, y toda otra norma complementaria y/o reglamentaria en el sentido
indicado y que vede el acceso a la justicia y la competencia del juez laboral, por
agraviar la normativa contenida en la Constitución Nacional en sus artículos
18°, 31°, 75° incs. 12 y 22 y Pactos y Tratados Internacionales incluidos en la
Ley Fundamental a través de sus artículos 76°, 99° y 116° de dicho cuerpo
normativo.

En atención a lo expuesto, solicito se declare en lo pertinente las


normas de la ley 24.557, complementarias y su reglamentación como contrarias
a la Constitución Nacional, Pactos y Tratados de rango supralegal y
ordenamiento, principios y jurisprudencia del fuero.

VI.- INCONSTITUCIONALIDAD DEL DECRETO 1278/2000,


ARTICULOS 2 Y 11, DEL ARTICULO 6TO DE LA LEY DE RIESGOS DEL
TRABAJO Y DEL DECRETO 410/2001.

El decreto 1278/2000, en su artículo 2do. modifica el artículo 6to., de la ley de


Riesgos del Trabajo y el artículo 11 del Decreto.
En ambos se establece un procedimiento ante las Comisiones Médicas para el
reconocimiento de lo que se puede considerar como una enfermedad profesional, no
incluida en el listado confeccionado por el P.E.N.
Con la confesa finalidad de “desalentar los juicios por fuera de la ley y
fundados en el Código Civil” (según Jorge Sapya, ex Secretario de Trabajo, en “Un
decreto muy atinado” Clarín 21/01/2001), se establece mediante un procedimiento
espúreo la posibilidad de ser considera “resarcible” aquellas enfermedades que
aunque no estuvieran incluidas en el listado “en el caso concreto que la Comisión
Médica Central determine como provocadas por cusa directa e inmediata de la
ejecución del trabajo excluyendo la influencia de factores atribuibles al trabajador o
ajenos al trabajo”.
Como tantas veces ante la falta de argumentos se agita frente a la sociedad el
fantasma de la litigiosidad, aunque el mismo implique la conculcación de garantías
constitucionales, como el debido proceso de defensa en juicio, y la igualdad ante la
ley soslayando el dictado de numerosos fallos que declararon inconstitucional el
procedimiento de la LRT.
Las reformas introducidas en el Dec 1278/00 delinean para el trabajador o sus
derechohabientes un nuevo “desfiladero” por el que deben transitar para efectuar la
petición “fundada” ante la Comisión Médica Jurisdiccional “orientada a demostrar la
concurrencia de los agentes de riesgos, exposición, cuadros clínicos, y actividades
con eficacia causal directa respecto a su dolencia”.
Se establece una audiencia con presencia del trabajador, el empleador y la
ART, producción de pruebas y “peritajes de rigor científico” y “emisión de dictamen
jurídico previo”, todo sin intervención del Juez Natural ni asistencia letrada.
No pueden dejar de considerarse las peculiares características de este
procedimiento que, a pesar de ser contencioso, obliga a la víctima a presentarse
desamparada ante la ART y las Comisiones Médicas, creadas por la Ley 24.241
y ampliada su composición por la LRT.

Fruto de las críticas que llovieron estos años y de las inconstitucionalidades


declaradas por los jueces, los redactores de este nuevo “esperpento” quisieron darle
viso de un proceso judicial con el referido dictamen jurídico, que no es emitido por
un órgano independiente con estabilidad interna y externa en sus decisiones, es decir
un Juez natural, sino un mero abogado dependiente del P.E.N. De modo que todas
las críticas ya efectuadas a las comisiones médicas, a las instancias apelatorias ante el
juez federal, la Comisión Médica Central y Cámara Federal de la Seguridad Social,
son plenamente trasladables a este simulacro de proceso, pero sin Tribunal.
Siguiendo la línea de lo expuesto, en los autos caratulados: “Rial José María
c/ Decker Indelqui S.A. s/ Accidente Acción Civil”, el Magistrado del Juzgado
Nacional de Primera Instancia del Trabajo N° 66, Dr. Grisolía, al dictar la sentencia,
que fuera confirmada en todos sus términos por la C:N:A:Tr. Sala VII, mediante la
sentencia definitiva N° 36.039 del 18/03/02, expuesto que “...Mientras la legislación
comparada es flexible para considerar nuevas patologías no incluidas en los listados
– lista mixta o abierta- (por ejemplo: Brasil, Colombia, España, Chile, México y
Uruguay) la LRT, limita las enfermedades resarcibles a las enumeradas en el listado
- lista taxativa o cerrada- cercenando el resarcimiento de los daños provocados por
las demás enfermedades laborales, dando la espalda a los índices epidemiológicos
relativos a la incidencia del trabajo en las dolencias. Y más grave aún: las
enfermedades extrasistémicas no sólo indemnizadas, sino que tampoco tiene
prevención”.
Continúa el fallo y afirma: “Por un lado hay enfermedades no incluidas en el
listado y, por otro, las que están incluidas no lo están en cualquier relación causal
sino en una relación causal única y predeterminada (por ejemplo: no está
contemplada la relación entre altas temperaturas y enfermedad real). Lo cierto es
que quedaron fuera del listado muchas enfermedades de origen laboral que tuvieron
cobertura legal y jurisprudencial. Una importante proporción de las patologías
reclamadas por los trabajadores y que se vinculan causalmente con el trabajo
desarrollado no están consideradas en el listado cerrado de triple columna, no tienen
prevención y obviamente, no son indemnizadas”.
Al referirse a casos concretos de lesiones contemplados en las anteriores leyes
de accidente, el Sentenciante explicó: “Por ejemplo, están excluidas las várices, las
afecciones columnarias, (salvo espondiloartrosis en la columna lumbar por
vibraciones del automotor de pasajeros), las hernias abdominales, inguinales, de
disco y eventraciones (salvo que sea secuela de accidentes del trabajo), el mal de
Chagas y el estrés (salvo que sea secuela postraumática de un infortunio laboral).
Excluye a las enfermedades-accidentes, en las cuales la predisposición del
trabajador es importante pero el trajo (por ejemplo: esfuerzo o determinadas
posiciones) favorece su aparición”.
En consecuencia, con respecto a la actual legislación de riesgos del trabajo,
obviamente el decreto 1.278/00; no mejora la situación, sino que no aporta ninguna
solución, y así lo considera el Juez a cargo del Juzgado Nacional de Trabajo N° 66:
“Luego de la reforma introducida por el decreto 1.278/00 el listado de enfermedades
de triple columna sigue siendo cerrado, ya que la facultad de las comisiones médicas
considera enfermedades profesionales a otras no incluidas, se ciñe a considerar
como enfermedad profesional a una dolencia sólo en el caso concreto y sin que
implique la modificación del listado de enfermedades...”.
Este decreto que fuera promulgado por el Poder Ejecutivo es violatorio de la
división de poderes que establece el artículo 1° y el artículo 75° de la Carta Magna,
atento a que el Poder Ejecutivo se arrogó funciones legislativas.

Tenga presente V.S. que en los considerando el Poder Ejecutivo en ningún


momento fundó este decreto en el estado de necesidad y urgencia, por lo tanto, este
modificación que efectúa el decreto 1.278/2000, a la ley de Riesgos de Trabajo debe
declararse inconstitucional.
Aún en el caso que se hubiere considerado de necesidad y urgencia, la
doctrina sentada por la Corte Suprema en el caso “DELLA BLANCA LUIS E Y
OTROS C/ INDUSTRIAS PESCARMONA” que el uso de facultades legislativas por
parte del poder Ejecutivo se limita a situaciones límites o ante peligros catastróficos,
declarando en ese caso la inconstitucionalidad de los decretos 1.477/89.
Como señala Germán Bidart Campos: “necesidad es algo más que
conveniencia; en este caso, parece ser sinónimo de imprescindible. Se agrega
“urgencia”, y lo urgente es lo que no puede esperar. Necesario y urgente aluden,
entonces, a un decreto que únicamente puede dictarse en las circunstancias
excepcionales en que, por ser imposible seguir el procedimiento normal de sanción
de las leyes, se hace imprescindible emitir sin demora alguna el decreto sustitutivo”.
(Bidart Campos, Germán, “Los decretos de necesidad y urgencia, Diario La Ley, 27
de febrero de 2001, Columna de Opinión).
También recordaremos con Bidart Campos que: “la división de poderes
prohíbe que un órgano asuma “per se” las competencias de otro órgano; que en la
estructura de poder por más que con objetividad prudencial reconozcamos “poderes
implícitos”, rige el principio de que la incompetencia es la regla y la competencia la
excepción; que el poder ejecutivo no goza de prioridad alguna por encima del
congreso, ni es árbitro de lo que a su leal saber y entender cree que puede y debe
hacer, finalmente, que el ejecutivo tampoco tiene la última palabra para imponer su
voluntarismo incontrolable”. (Bidart Campos, Germán, Diario La Ley, Op. Citada).
El Congreso no puede ser marginado en su función legislativa nada más que
porque al Poder Ejecutivo le parece que determinada medida que él quiere adoptar no
encuentra eco legislativo, o que la lentitud de ese eco le desbarata tal o cual política, o
que la supuesta responsabilidad de gobernar confiere al arbitraje presidencial la
capacidad de sortear la división constitucional de divisiones y de órganos (Bidart
Campos, Los Decretos de necesidad y urgencia, opinión citada).

Por lo tanto, para que sea válido el decreto de necesidad y urgencia debe
cumplir dos requisitos, que no se cumplieron en el caso del 1.278/00: 1) que las
cámaras del congreso no puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor que lo
impidan, como ocurriría en caso bélico o desastres naturales que impidiesen su
reunión o el traslado de legisladores a la Capital Federal; 2) que la situación que
requiera solución legislativa sea de una urgencia tal que deba ser solucionada
inmediatamente, en un plazo incompatible con el trámite normal de las leyes”.
Por lo expuesto, solicito se declare la inconstitucionalidad de los artículos
6°, 21°, 22” y 46° de la ley 24.557, Arts. 2° y 11° del decreto 1.278/00, por
agraviar la normativa contenida en la Constitución Nacional en sus artículos
18°, 31°, 75° incs. 12 y 22 y Pactos y Tratados Internacionales incluidos en la Ley
Fundamental a través de sus artículos 76°, 99° y 116° de dicho cuerpo
normativo.

En el supuesto caso que V.S. considere que la reforma del artículo 6° es


constitucional, esta parte solicita que se declare la inconstitucionalidad del Art. 6° de
la ley de Riesgos del Trabajo, y del decreto 410/2001, por las consideraciones que
paso a exponer.
Las normas citadas establecen que cuando una lesión o enfermedad no se
encuentre dentro del listado, el trabajador puede peticionar a las Comisiones Médicas
para la inclusión de dicha afección en el listado.
Esta parte solicita la declaración del artículo 6° incisos 2 b); 2c); y 2d) de la
ley 24.557, y el decreto 410/2001, que establece el procedimiento de lo ordenado por
el artículo mencionado de la ley de Riesgos de Trabajo.
Solicita esta parte la declaración de inconstitucionalidad de toda norma
reglamentaria de la ley 24.557 que indirectamente o a través de la reglamentación del
dec. 1278/00, que con el fin de no otorgar las mejoras dinerarias de las magras
prestaciones, difiera temporalmente la aplicación de la mejora, remita a otro artículo
menos beneficioso, requiera la fijación de porcentajes incapacitantes irreales,
tornando ilusorio el beneficio concedido por tal decreto en contradicción con los
principios que motivaron su dictado como por ejemplo el Decreto 410/01, o por
sustituír el Decreto 1278/00 artículos de la ley que benefician directamente al
trabajador con artilugios legales, como el caso del art. 14 ap.2 pto. b) que prevé para
el caso de incapacidad de entre el 20% y 66% que el trabajador cobre una prestación
adicional de $30.000 lo que surge del art. 3° del decreto 1278/00.
Es decir si se reconoce que le ley 24.557 otorga prestaciones miserables y se
dictan Decretos para mejorarlas, esa intención se debe ver concretada en el caso
específico, de lo contrario ningún efecto práctico tiene la norma resultando
inaplicable e inútil, pero si se enumeran prestaciones más razonables como las del
artículo 3° y concordantes, y mediante ardides legales se dejan fuera del alcance del
trabajador, es V.S. quien debe a pedido de esta parte damnificada, corregir la
desviación de la norma viciada y liberar el camino hacia la percepción de lo que en
definitiva se busca, una indemnización justa que se aproxime a restituir las cosas a su
estado anterior ya sea por medio de prestaciones razonablemente reparadoras o por
medio de la integralidad de los rubros civiles.

Se funda la declaración de inconstitucionalidad, en los mismos términos que


el que se expuso para solicitar la declaración de inconstitucionalidad de los artículos
21°, 22° y 50° de la Ley de Riesgos de Trabajo, atento a que el organismo que
determina la inclusión de las enfermedades y/o lesiones, son las mismas Comisiones
Médicas, que determina el grado de incapacidad.

Por lo expuesto, solicito se habilite la vía para poder probar que las dolencias
por las que se reclama tienen un claro origen laboral.

Finalmente debemos tener presente que la CSJN se ha expedido al respecto en


autos: "Silva, Facundo Jesús c/ Unilever de Argentina S.A." - CSJN - 18/12/2007
y refiere con relación a las enfermedades “no listadas” que:

“La Sala VIII de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, al revocar la


sentencia de primera instancia, rechazó el reclamo indemnizatorio por afección
respiratoria crónica compatible con asma bronquial que no se halla incluida en
listado de enfermedades profesionales al que remite la ley 24.557. La sentencia es
arbitraria, toda vez que lo resuelto no constituye una derivación razonada del
derecho vigente con arreglo a las constancias de la causa. La cámara rechazó la
demanda por aplicación de la Ley de Riesgos del Trabajo sin advertir que la acción
se fundó en el derecho civil. En virtud de esta falsa premisa, resolvió que debía
aplicarse el sistema de numerus clausus en cuanto a las enfermedades resarcibles, en
el que no estaba contemplada la situación del actor.” (Del voto de la mayoría)
“Para la procedencia de la acción de derecho común debe probarse la existencia de
los presupuestos de la responsabilidad civil. Por lo tanto si se demuestra que una
enfermedad está vinculada causalmente a un hecho antijurídico, la acción procede
con independencia del listado que prevea la ley de riesgos del trabajo, que obedece a
un régimen especial, diferente del derecho común.” (Del voto de la mayoría).

VII.- PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DEL PAGO EN RENTA –


SOLICITA EL PAGO UNICO DEL CAPITAL EN CONCEPTO DE
INDEMNIZACION.

Para el caso de que el actor padezca una incapacidad superior 50%,


conforme surja de la prueba a rendirse en autos, y de no entenderse que por vía del
artículo 17, ap. 1, y articulo 2, 4to párrafo de la ley 26773 se deja sin efecto toda
prestación dineraria en renta contemplada en la ley 24557 por una de pago único, en
subsidio esta parte viene a plantear la inconstitucionalidad de la ley 24557 en lo que
respecta a la modalidad de pago en renta de las prestaciones dinerarias allí previstas,
solicitando se decrete la misma conforme los fundamentos facticos y jurídicos que se
esgrimen seguidamente.
El sistema previsto por la citada ley 24557, con referencia al pago de la
indemnización por la incapacidad derivada de un accidente de trabajo en forma de pago
en renta confronta y contradice derechos y garantías amparadas en la Constitución
Nacional, siendo tal norma inconstitucional. Asimismo, la citada norma y el pago en renta
establecido en la misma, en el caso concreto del actor, viola derechos de raigambre
constitucional, debiendo decretarse su inconstitucionalidad en la especie. Lo dicho en
razón de los siguientes fundamentos, a saber:

A) La norma y el pago en forma de renta periódica que establece confronta y violenta el


Artículo 14 bis de la Constitución nacional. Lo dicho en razón de contrariar el
principio protectorio contemplado en la citada garantía constitucional, como así
también, la garantía de condiciones equitativas de labor. La norma citada, atenta
contra una verdadera reparación de las consecuencias gravosas padecidas por el
damnificado. En el caso concreto del actor, no logra la forma de pago impuesta
(renta) reparar el daño padecido, ni da posibilidad a ello. La forma de pago, en la
especie, atenta contra los propios fundamentos reparadores de la ley 24557, y con el
principio protectorio establecido en el Artículo 14 bis de la constitución nacional, no
reparando en lo más mínimo el daño causado. El pago de la renta, en la especie, pone
al actor en una peor situación económica a la que estaba anteriormente, cuando, por
el contrario, debería brindarle una reparación real, conforme lo prevé el mentado
principio protectorio.

B) La norma en pugna, al establecer como forma de pago de la indemnización por


incapacidad, el pago en renta periódica, afecta el derecho de libertad del actor, al no
poder disponer de la misma, afectando en el caso concreto su derecho de reformular
su proyecto de vida. De esta manera el actor se encuentra privado de disponer del
total de la indemnización por el accidente de trabajo ocurrido. Asimismo, el actor es
privado de administrar y disponer el total de dicha indemnización a los fines
posibilitar la reformulación de su proyecto de vida. Sin perjuicio de lo expuesto, en
el caso en concreto del actor, el confronte con tal derecho constitucional de libertad
es alevoso, no solo al privarse de disponer del total de la indemnización reparadora,
sino al estipularse el pago de una renta que mensualmente se encuentra por debajo de
su salario normal, mensual y habitual. Lo dicho debe analizarse bajo este nuevo
contexto, en el cual el actor, a diferencia de antes, se encuentra incapacitado, y que,
por obvias razones, necesitara, a los fines de atender tal realidad, una suma superior.
Claramente surge de tal comparación que la forma de pago (renta) y el monto de la
misma, en el caso concreto, violenta el derecho de libertad, y el derecho a poder
reformular su proyecto de vida, al privar al actor de obtener una reparación
adecuada. En la especie, la prestación adicional, no logra cambiar el perjuicio del
actor, siendo dicha suma escasa, no reparando realmente el perjuicio, privando al
actor de disponer del total de la indemnización, y privándolo de rehacer su proyecto
de vida.

C) La norma, cuya declaración de inconstitucionalidad se solicita confronta con el


derecho de igualdad (Articulo 16 y 75 inc. 23 de la CN), siendo manifiestamente
discriminatoria y arbitraria. De esta manera, la citada norma contempla un trato
discriminatorio con referencia a quienes padecen una incapacidad de más del 50% e
inferior al 66%, con respecto a otras víctimas de infortunios laborales, sobre quienes,
por el contrario, se establece el pago único de la indemnización. Tal circunstancia
atenta contra el derecho fundamental de igualdad en la especie. Conforme lo
expuesto dos trabajadores cobrarían la indemnización por incapacidad uno en forma
de renta y otro en pago único, siendo el más incapacitado el más perjudicado. La
norma citada es claramente arbitraria y discriminatoria, alentando asimismo un
negocio financiero en contra y en perjuicio de los trabajadores, como el actor en el
caso en concreto que nos convoca.

D) La norma y el pago en renta contemplado afecta el derecho de


propiedad del actor, afectando la administración y disposición del monto
correspondiente a la indemnización por la incapacidad padecida como consecuencia
del accidente de trabajo. De esta forma afecta el derecho del actor a disponer de su
propiedad, cayendo en el absurdo e indignante supuesto de que sea el trabajador o
sus desafortunados derechohabientes quien deba financiar el sistema que además ya
posee apoyatura de instituciones bancarias y grandes capitales. Ello por cuanto
implica imponer al trabajador gravemente incapacitado la obligación de cobrar
mediante prestaciones de pago mensual, violando expresas normas contenidas en la
Constitución Nacional, a saber derecho de propiedad y libertad para disponer de su
dinero y libertad de contratar.

Los fundamentos expuestos fueron receptados por la CSJN, la cual se ha manifestado


sobre esta cuestión en el precedente “Milone, Juan c/ Asociart SA ART s/ accidente”,
doctrina aplicable al caso del actor, lo que así solicitamos. En el citado precedente se ha
dicho que:

“…El medio elegido para satisfacer la única reparación dineraria a través del
original art. 14.2.b de la ley 24557, o sea, el régimen indemnizatorio de renta
periódica, dado su carácter absoluto, puede conducir a resultados opuestos a los
“objetivos” legales a los que debe servir y a un apartamiento de la tendencia a
aproximarse a las “efectivas necesidades que experimentan los damnificados”.

“…Un trance de tamaña gravedad como una discapacidad, sobre todo de las
comprendidas por el art. 14.2.b de la ley 24557, llevará seguramente al trabajador –
y, en su caso, a la familia de éste- a una profunda reformulación de su proyecto de
vida, para lo cual la indemnización a la que tenga derecho se presentará como un
dato de importancia inocultable por mayúsculo y es precisamente por ello que el
medio reparador, de ser inadecuado, puede añadir a la mentada frustración, una
nueva, tal como sucede con el sistema originariamente previsto por la ley
mencionada….”

“…El sistema de pura renta periódica regulado por el original art. 14.2.b de la ley
24557, importa un tratamiento discriminatorio para los damnificados víctimas de las
incapacidades más severas (superiores al 20% e inferiores al 66%) en tanto a
quienes sufren una minusvalía de rango inferior les reconoce una indemnización de
pago único (art. 14.2.a, ley citada), distinción que no se compadece con la atención
de las necesidades impostergables de las víctimas más afectadas por la incapacidad,
desnaturalizándose por esta vía la finalidad protectora de la ley (Constitución
Nacional arts. 16 y 75, inc. 23)….”

“…Aún cuando la LRT (art. 14.2.b) no resulta censurable desde el plano


constitucional por establecer como regla, para determinadas incapacidades, que la
reparación dineraria sea satisfecha mediante una renta periódica, sí es merecedora
del aludido reproche, por no establecer excepción alguna para supuestos en que el
criterio legal no se adecua al objetivo reparador cuya realización se procura….”

“…La norma contenida en el art. 14.2.b de la ley 24557 consagra una solución
incompatible con el principio protectorio y los requerimientos de condiciones
equitativas de labor (art. 14 bis de la CN) al paso que mortifica el ámbito de libertad
resultante de la autonomía del sujeto para elaborar su proyecto de vida, e introduce
un trato discriminatorio….”

Asimismo nuestros tribunales han declarado la inconstitucionalidad del


Artículo 14, inc. 2), ap. b) de la ley 24557 en diversas oportunidades, doctrina y
precedentes cuya aplicación se solicita en el caso del actor. De esta manera se ha dicho lo
siguiente, a saber:

“…Frente a un accidente de trabajo que le produjo al actor una incapacidad del


64,65% causándole la amputación parcial de los dedos pulgar e índice y lesión del
dedo medio, una renta periódica de $605 mensuales no parece suficiente para
aproximar las prestaciones a las efectivas necesidades del damnificado” en este
caso. Por ello, y teniendo en cuenta lo resuelto por la CSJN en el caso “Milone”,
corresponde confirmar la declaración de inconstitucionalidad del art. 14 apartado 2
de la ley 24.557, que resolvió el a quo, por considerar que dicha norma vulnera
legítimos derechos del trabajador.
CNAT Sala VI Expte N° 1992/09 Sent. Def. N° 61.500 del 20/8/09 « Cuello, Julio c/
QBE ART SA y otro s/ amparo » (Fera – Fernández Madrid). Extracto del Boletin –
tematico de Jurisprudencia de abril de 2012.

“…La regla del art. 14.2.b de la ley 14.557 resulta censurable en el plano
constitucional por establecer que ciertas incapacidades sean abonadas en forma de
renta, y a su vez, no establece excepción alguna para supuestos de incapacidad
severa (entre el 50% y 66%) como padece el actor, lo cual conlleva a una solución
incompatible con el principio protectorio y los requerimientos de condiciones dignas
y equitativas de labor.
CNAT Sala VIII Expte Nº 39389/08 Sent. Def. N° 37.955 del 23/12/2 010
“Vollnveider, José Luis c/ HSBC New York Life Seguros de Retiro s/ Acción
ordinaria de inconstitucionalidad”. (Morando – Catardo). Extracto del Boletin –
tematico de Jurisprudencia de abril de 2012.

“…Se encuentra efectivamente demostrado que el sistema de renta periódica


conduciría a un pago mensual que no da satisfacción al objetivo reparador que la
norma predica (Ley 24.557). Asimismo por impedir al trabajador –que reclama el
pago único de capital- el ejercicio de un ámbito de libertad constitucionalmente
protegido, en el que se inserta la formulación de su proyecto de vida, modificado por
su dolencia definitiva, cabe afirmar que su pago deberá ser hecho también en forma
única e íntegra….”
CNAT Sala VIII Expte Nº 26.550/08 Sent. Def. N° 37.900 del 23/12/ 2010 “Fukuda,
Luis Héctor c/ Consolidar A.R.T s/ Accidente – ley especial”. (Catardo – Morando).
Extracto del Boletin –tematico de Jurisprudencia de abril de 2012.

“…El sistema de renta periódica conduce a un pago mensual que no da satisfacción


al objetivo reparador que la norma predica (Ley 24.557). Si bien la reforma
introducida por el decreto 1278/00 pretende dar satisfacción a necesidades
impostergables del trabajador originadas por un infortunio laboral, el pago
adicional en cuestión no deja de conculcar el derecho del beneficiario a disponer
libremente de la totalidad de su crédito….”
CNAT Sala VII Expte Nº 24.851/05 Sent. Def. N° 43.092 del 29/12/ 2010 “Galván,
Ricardo Daniel c/ Provincia A.R.T. y otro s/ Ley 24.557” (Ferreirós – Rodriguez
Brunengo). Extracto del Boletin –tematico de Jurisprudencia de abril de 2012.

Conforme los fundamentos expuestos, doctrina de la CSJN y de los


Tribunales de la CNAT, esta parte solicita eventualmente la declaración de
inconstitucionalidad del pago en forma de renta de las prestaciones dinerarias establecidas
en la ley 24557 solicitando el pago único.

VIII.- APLICACIÓN DE LAS MEJORAS ESTABLECIDAS EN LA LEY


26773.- PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART 9 DE LA LEY 26773 –
EN SUBSIDIO PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. ART. 17, INC
5 DE LA LEY 26773. - PLANTEA LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL
ARTÍCULO 17 DEL DECRETO 472/2014. VIGENCIA Y APLICACIÓN DE LA
DOCTRINA QUE EMANA DE LOS FALLOS “CASTILLO”, “VENIALGO” Y
“MARCHETI”. EN SUBSIDIO PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD.

a.- APLICACIÓN DE LAS MEJORAS ESTABLECIDAS EN LA LEY


26773.-

En atención a las mejoras establecidas en la ley 26773 con referencia a las


prestaciones dinerarias y su cuantificación esta parte solicita a V.S. específicamente, la
aplicación de lo establecido en los artículos 3º y 8º del citado cuerpo normativo, en lo
atinente a la indemnización adicional de pago único equivalente al 20% (ART. 3 LEY
26773) y al ajuste de los importes por incapacidad permanente a la variación del índice
RIPTE (ART. 8 LEY 26773).
Con referencia a la indemnización y a las mejoras previstas en el Art. 8 de la ley
26773 esta parte solicita la aplicación de la misma y del índice RIPTE a todas las
prestaciones contempladas en la ley 24557 y que son objeto de la presente. A todo evento,
esta parte plantea la inconstitucionalidad del art. 17 del decreto 272/2014, conforme se
expone en la presente, punto d al cual me remito.

b.- PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 9 DE LA LEY


26773. APLICACIÓN DE BAREMOS MÁS FAVORABLES.
Esta parte viene a plantear la inconstitucionalidad del artículo 9 de la ley 26773 en
razón de ser absolutamente arbitrario y desfavorable para el trabajador al imponer la
utilización de las tablas de evaluación y baremos, como del listado cerrado de
enfermedades profesionales previstas en la ley 24557, decretos 658/96, 659/96 y normas
complementarias y concordante. Tal normativa no hace otra cosa que remitirse a las
citadas normas, las cuales han sido decretadas inconstitucionales en un sin numero de
veces y casos análogos al presente. En consecuencia esta parte viene a impugnar y
solicitar la inconstitucionalidad de dicha normativa citada por establecer un listado
cerrado e irreal de enfermedades profesionales y, asimismo, por establecer baremos que
no atienden a la verdadera incapacidad padecidas del trabajador, entendido como ser
humano trabajador. De esta forma, con referencia a lo dicho me remito al planteo de
inconstitucionalidad esbozado en la presente fundamentos que hago parte. En este orden
de ideas, la norma en pugna establece, a saber:

“ARTICULO 9º — Para garantizar el trato igual a los damnificados cubiertos


por el presente régimen, los organismos administrativos y los tribunales competentes
deberán ajustar sus informes, dictámenes y pronunciamientos al Listado de
Enfermedades Profesionales previsto como Anexo I del Decreto 658/96 y a la Tabla de
Evaluación de Incapacidades prevista como Anexo I del Decreto 659/96 y sus
modificatorios, o los que los sustituyan en el futuro.”
De esta forma se ataca así también la independencia judicial, al establecer que los
jueces deben ajustar sus pronunciamientos a un listado cerrado de enfermedades o, bien a
un determinado baremo. De esta forma se cercena la independencia judicial pudiendo
determinar el juez en el caso concreto si la patología es o no enfermedad de carácter
profesional, o bien decretar un determinado quantum de incapacidad en base a un baremo
diferente al establecido en la normativa de la ley 24557, y que se ajuste mas a la realidad
de los daños padecidos. Por otro lado es contrario al principio de primacía de la realidad,
siendo que imposibilita la determinación del carácter de enfermedad profesional de una
patología diferente de las allí enlistadas o bien de utilizar un baremo que atienda
realmente a los daños padecidos. Finalmente es una norma claramente desfavorable para
el trabajador y contraria al principio de “in dubio pro operario” siendo que imposibilita
ante diversos baremos la utilización del más favorable, o bien en caso de duda. En base a
lo expuesto la norma citada es contraria al principio protectorio (art. 14 bis CN), y demás
principios de derecho laboral que derivan del primero. Así también la norma es contraria
al principio general de no dañar y de una reparación integral (art. 19 CN). Por los
fundamentos expuestos, y desarrollo realizado en los capítulos sobre inconstitucionalidad
de la ley 24557 y normas complementarias y reglamentarias en los alcances dados,
solicito se decrete la inconstitucionalidad del artículo 9 de la ley 26773 aplicándose
baremos diferentes y más favorables al trabajador que los establecidos en el régimen de la
ley 24557 o bien, en su caso que se determine el carácter de profesional de la patología.

c.- EN SUBSIDIO PLANTEA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ART. 17,


INC 5 DE LA LEY 26773 - SOLICITA APLICACIÓN INMEDIATA DE
MEJORAS.

De entenderse que no es aplicable al caso de autos la ley 26773 esta parte solicita
la aplicación de las mejoras establecidas en los artículos 3 y 8 de dicho cuerpo normativo
en razón de los siguientes argumentos, a saber:

1. El daño padecido por el actor no ha sido resarcido al día de la presente,


encontrándose pendiente de pago, siendo una obligación incumplida, cuyas
consecuencias y efectos jurídicos se encuentran pendientes (art. 3 código
civil)

2. El crédito del actor, objeto de la presente, es de naturaleza alimentaria,

3. La nueva ley 26773 al mejorar las prestaciones dinerarias en los artículos


cuya aplicación se solicita demuestra la insuficiencia de las prestaciones
anteriores, siendo justamente uno de sus objetivos la “suficiencia” (art. 1
ley 26773). Conforme lo expuesto, uno de los fines y objetivos fue mejorar
las prestaciones reconociendo que las mismas no eran adecuadas, y por
ende injustas.

4. En caso de duda sobre la aplicación e interpretación de la ley en los


aspectos referidos debe estarse a la más favorable al trabajador (art. 9
LCT).

De acuerdo a los considerandos del Decreto N º 1694/09 en los cuáles se establece


entre otras cosas, que la Ley 24.557 ha creado un sistema de prevención y reparación de la
siniestralidad laboral el cual evidenció su imperfección estructural como instrumento de
protección social y que si tenemos en cuenta que el mismo quiso ser reparado a través del
Decreto Nº 1278/00, en el cuál se modificaron algunas previsiones de la ley mencionada,
pero que sin embargo dichas modificaciones parciales no fueron suficientes para otorgar a
ese cuerpo legal un “estándar equitativo, jurídico, constitucional y operativamente
sostenible”. Por otro lado la ley 26773 en los artículos 3 y 8 mejora las prestaciones
dinerarias y su cuantificación con el objetivo de otorgar suficiencia a la cobertura de
daños, reconociendo justamente su inadecuación e insuficiencia.
Asimismo, si tenemos en cuenta que en la instancia judicial se fueron
descalificando varias disposiciones por considerarlas inconstitucionales ("Castillo, Angel
Santos c/ Cerámica Alberdi S.A.", Milone, Juan Antonio c/ Asociart S.A. Aseguradora de
Riesgos del Trabajo s/accidente Ley Nº 9688, Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios
Industriales S.A. s/ accidentes Ley Nº 9688, entre otros) y tampoco puede desconocerse
que una norma que tiene su fundamento en el principio de justicia social, debe priorizar la
prevención de accidentes de trabajo y enfermedades laborales, es que venimos a plantear
la inconstitucionalidad del Art. 17,5 de la ley 26773, ya que el Poder Legislativo está
reconociendo que la anterior legislación vulneraba los derechos de los trabajadores, pero
sin perjuicio de ello, y en forma sorpresiva, acepta la aplicación de la misma, pero recién
con su publicación en el Boletín Oficial, y a las contingencias cuya primera manifestación
invalidante se produzca a partir de esa fecha, evitando de esa forma que miles de
trabajadores que han sufrido infortunios con anterioridad, puedan satisfacer de forma
correcta su derecho a recibir una reparación acorde a su incapacidad.
La norma citada implica retroceso y violenta el principio protectorio y el principio
de progresividad, ambos con jerarquía constitucional.

Por último es importante dejar en claro, lo establecido en el Art. 9 Ley 20.744, en


el cuál se establece que “En caso de duda sobre la aplicación de normas legales o
convencionales prevalecerá la más favorable al trabajador, considerándose la norma o
conjuntos de normas que rija cada una de las instituciones del derecho del trabajo”,
asimismo agrega, “Si la duda recayese en la interpretación o alcance de la ley, o en
apreciación de la prueba en los casos concretos, los jueces o encargados de aplicarla se
decidirán en el sentido más favorable al trabajador”.

Atento a lo manifestado anteriormente, se solicita, en subsidio, la declaración de


inconstitucionalidad del Art.17, inc. 5 de la ley 26773, que sólo hace “sin razón alguna”
beneficiarios de la mejoras a los accidentados cuya primera manifestación invalidante se
produzca de forma posterior a la publicación de la citada norma y se haga lugar a lo
solicitado por esta parte.

d.- PLANTEA LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTÍCULO 17 DEL


DECRETO 472/2014.

Por medio de la presente vengo a plantear la inconstitucionalidad del Art. 17 del


decreto 272/2014 reglamentario de la ley 26773 en cuanto limita la aplicación del RIPTE
a las compensaciones de pago único y pisos indemnizatorios, solicitando esta parte la
aplicación del mismo a toda indemnización y/o prestación prevista en las normativas
24557 y mejoras del 26773 objeto de la presente. Lo expuesto siendo que el citado decreto
excede la reglamentación, desvirtúa el espíritu de la ley y lo contemplado por la norma
que reglamenta, excediéndose en la simple reglamentación. El decreto citado, al
reglamentar la ley 26773 incurre en un exceso reglamentario en contradicción con lo
contemplado en los artículos 28 y 99, inc 2 de la Constitución Nacional. Asimismo
incurre en una reglamentación más restrictiva de derechos que ya se encontraban
reconocidos por la norma que reglamenta, siendo esta reglamentación, más allá de un
exceso reglamentario, más desfavorable al trabajador y una norma peyorativa a los
derechos de los trabajadores. Tal disposición es contraria a garantías constitucionales
como las previstas en los artículos 14 bis, 16, 75 inc. 22 y 23 de la Carta Magna y tratados
internacionales. Por lo expuesto solicito se decrete la inconstitucionalidad del artículo 17
del decreto 272/2014 en lo que respecta a la limitación de la aplicación del índice RIPTE,
solicitando el mismo se aplique a toda prestación prevista y objeto de la presente.

Así se ha dicho en el precedente “P.R.J. c/ LIBERTY ART S.A. s/ ACCIDENTE –


LEY ESPECIAL” de la Sala VII, de fecha 30/06/2014, que:

“…VI. Despejada la cuestión relativa a la aplicación temporal de la ley 26.773,


corresponde proceder al tratamiento de la inconstitucionalidad del decreto 472/14
solicitada por la parte actora, la que será favorablemente receptada. En efecto, el
art. 17 de la norma reglamentaria establece “Determínase que sólo las
compensaciones adicionales de pago único, incorporadas al artículo 11 de la Ley Nº
24.557, sus modificatorias, y los pisos mínimos establecidos en el Decreto Nº
1.694/09, se deben incrementar conforme la variación del índice RIPTE
(Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables), desde el 1º de
enero de 2010 hasta la fecha de entrada en vigencia de la Ley Nº 26.773,
considerando la última variación semestral del RIPTE, de conformidad a la
metodología prevista en la Ley Nº 26.417”.
Como puede apreciarse, el Decreto reglamentario tiende a excluir situaciones que
claramente se encuentran contempladas en la Ley 26.773, como la que se da en el
caso concreto de autos, correspondiente a la prestación por incapacidad permanente
parcial del art. 14 inc. 2) apartado a) de la ley 26.773. La ley 26.773 no se limita a
actualizar exclusivamente las prestaciones aludidas por el decreto, sino que
establece claramente en su artículo 17 inc. 6 que “las prestaciones en dinero por
incapacidad permanente previstas en la ley 24.557 y sus modificatorias, y su
actualización mediante el decreto decreto 1694/09, se ajustarán a la fecha de
entrada en vigencia de la presente ley conforme al índice RIPTE”. De este modo,
entiendo que son pasibles de actualización no sólo aquéllas prestaciones adicionales
de pago único y los pisos que mencionan la ley 24.557 y el decreto 1694/09, sino
también aquéllas prestaciones como las previstas en el art. 14 inc. 2 ap. a) y b) o la
prevista en el art. 15 de la ley 24.557, cuya enunciación a modo de fórmula no
excluye su carácter
indemnizatorio. Entiendo que, sin lugar a dudas, el Poder Ejecutivo Nacional ha
incurrido en un exceso del poder reglamentario, contraviniendo las facultades
reglamentarias autorizadas en el inc. 2º del art. 99 de la Constitución Nacional que
dispone que en ejercicio de aquéllas facultades deberá cuidarse de no alterar el
espíritu de la ley. Además se configuraría la situación prevista en el segundo párrafo
inc. 3º, art. 99 de la Carta Magna, pues se estaría emitiendo una disposición de
carácter netamente legislativo, a cuya veda alude la norma citada….”

“…En el caso de autos, estimo que esa línea divisoria ha sido traspasada y se ha
configurado una desviación de poder que fundamenta la declaración de
inconstitucionalidad del decreto 472/2014, y así lo voto….”

e.- EN SUBSIDIO PLANTEA LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY


26773 CON REFERENCIA AL PROCEDIMIENTO Y COMPETENCIA –
VIGENCIA Y APLICACIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CSJN.-

Sin perjuicio de lo expuesto, esta parte primeramente deja constancia de que


la nueva ley no modifica sustancialmente el procedimiento y competencia establecido
en la ley 24557 y normas conc. para este tipo de acciones mal llamadas “acciones
sistémicas” y/o acciones judiciales ley especial y/o acciones judiciales por
prestaciones de la ley 24557 y conc., y manifiesta y solicita la vigencia y aplicación al
caso de autos de la doctrina que emana de la CSJN en los fallos “CATILLO”,
“VENIALGO”, “MARCHETI”.
En subsidio, para el hipotético caso de que V.S. entienda que la ley 26773
ratifica y/o modifica el sistema, procedimiento administrativo y competencia judicial
establecido en la ley 24557 (cuya inconstitucionalidad se plantea), y/o lo supedita a
norma alguna, con referencia a la presente acción “sistémica” y/o ley especial, esta
parte viene a plantear la inconstitucionalidad de dicha norma y del régimen de
ordenamiento de la reparación de los daños derivados de los accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales, en lo que respecta al procedimiento administrativo,
comisiones medicas y a la competencia. A tales fines me remito al desarrollo y
argumentos esbozado en el planteo de inconstitucionalidad expuesto en el punto VI)
de la presente, a la doctrina que emana de los citados precedentes de la CSJN,
solicitando su aplicación haciéndose lugar presente reclamo.
Sin perjuicio de que la nueva norma 26773 no modifica sustancialmente
el procedimiento establecido en la ley 24557 y normas conc. para este tipo de
acciones, e independientemente de la vigencia, validez y aplicación de la doctrina que
emana de la CSJN en los fallos citados en relación a las acciones por prestaciones
dinerarias, esta parte deja constancia que el sistema de reparación vigente afecta
garantías constitucionales obligando a transitar un procedimiento administrativo con
comisiones medicas, sin patrocinio letrado, con excesos reglamentarios, vedando,
impidiendo y dificultando el acceso a la justicia y al juez natural, siendo competente
un fuero federal, y de Seguridad social, y no la justicia del trabajo. Lo expuesto, viola
garantías constitucionales como ser Juez natural, Juez especializado, acceso a la
jurisdicción, igualdad, principio protectorio, entre otras ya citadas en la presente. Por
lo expuesto me remito a los argumentos desarrollados en el capítulo sobre
inconstitucionalidad de la ley 24557 y del régimen de reparación solicitando la
competencia de V.S. y del fuero del trabajo en la presente.

IX.- RELACION LABORAL. EL CONTRATO DE AFILIACION Y


LA COBERTURA DE LA ART. HECHOS RECONOCIDOS:

Cabe dejar en claro que el contrato de afiliación entre la ART


demandada y la empleadora de la actora, se encuentran expresamente reconocidos por
la demandada y no son hechos controvertidos en las presentes actuaciones.

X.- LA REMUNERACION DE LA ACTORA:

Conforme ha quedado trabada la litis, recibos de haberes adjuntados


y de las constancias de la causa emitidas por AFIP, corresponde tener por reconocido
la empleadora a lo largo del vínculo laboral y la remuneración denunciada por esta
parte en la demanda.

XI.- EL DAÑO. LA CAUSALIDAD CON EL ACCIDENTE DE


TRABAJO. LA INCAPACIDAD PERMANENTE. LA TOMA DE
CONOCIMIENTO:

Habiendo sido la actora abandonada a su suerte al negársele todo tipo de tratamiento y


de prestaciones en especie, debiendo continuar tratamiento médico atento los síntomas
y secuelas, la contraria afirma al contestar demanda que las secuelas y daños que el
actor padece eran de carácter inculpable y no por las tareas (probadas en la presente),
extremo que se encuentra abiertamente desmentido con la pericial médica que arroja
un 15% de incapacidad psicofísica parcial y permanente, en la medida en que guarda
adecuado nexo de causalidad con la enfermedad profesional de autos, desde el punto
de vista médico-legal.
Al respecto, el experto perito informa que la actora presenta Lumbalgia por
contractura muscular, que la incapacita en forma parcial y permanente en el 10% del
Valor Obrero Total y Total Vida y para la cual sugiere la realización de un
tratamiento de rehabilitación kinésica, de aproximadamente 20 sesiones, a razón de
dos sesiones semanales, a un costo de $700 la sesión
Asimismo, como secuela psíquica presenta una Reacción Vivencial Anormal
Neurótica GRADO II, que la incapacita en forma parcial y permanente
en el 5% del Valor Obrero Total y Total Vida, respecto de la cual recomienda la
realización de tratamiento psicoterapéutico individual de por lo menos un año, con
una frecuencia semanal, a un costo estimado de $ 500.- la sesión.

De ello, se concluye que el sistema reparatorio instituído por la ley


24.557 no ha funcionado satisfactoria ni eficientemente, habiendo tenido el actor que
interponer la presente demanda para poder probar el daño objeto de la enfermedad
profesional sufrida.
La pretensión delimitada en el escrito de inicio en lo querespecta al
quantum de incapacidad fue desde un principio estimativa y sujeta a las probanzas a
realizarse. De este modo, en autos se ha acreditado que el actor padece en total una
disminución de su capacidad laborativa del orden del 15% por causa de la
enfermedad profesional denunciada y acreditada.

XII.- CÁLCULO DE LAS PRESTACIONES. TOTAL


INDEMNIZATORIO:

El cálculo, tomando las pautas de las probanzas realizadas arrojala


siguiente fórmula:

65/23 * $8.000 * 53 * 15% = $ 179.739,13.- mas intereses y costas

DONDE: 65 (EDAD JUBILATORIA) DIVIDIDO 23 (AÑOS DE EDAD)


MULTIPLICADO POR $8.000 - (MRNH DE LA ACTORA) MULTIPLICADO
POR 53 (COEFICIENTE DE LEY) MULTIPLICADO POR 15%
(INCAPACIDAD PSICOFISICA ESTIMADA DE LA ACTORA)
TOTAL = $ 179.739,13.-

Así también a ello debe adicionarse la suma correspondiente y


estimativa por las prestaciones en especie no otorgadas como la equivalente al
tratamiento que debe realizar el actor conforme surge de la pericia medica.

Lo expuesto con más las mejoras introducidas por la ley 26773,


en sus artículos 3 y 8, complementaria de la ley 24557, conforme planteo
desarrollado en la presente al cual me remito.

De esta forma se solicita que las prestaciones dinerarias expuestas y


reclamadas se ajusten al índice RIPTE conforme artículo 8 y 17, ap 6, de la ley 26773
los cuales establecen lo siguiente, a saber:

“ARTICULO 8º — Los importes por incapacidad laboral


permanente previstos en las normas que integran el régimen de reparación, se
ajustarán de manera general semestralmente según la variación del índice RIPTE
(Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables), publicado por
la Secretaría de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social, a cuyo efecto dictará la resolución pertinente fijando los nuevos valores y su
lapso de vigencia…”
“…6. Las prestaciones en dinero por incapacidad permanente,
previstas en la ley 24.557 y sus modificatorias, y su actualización mediante el decreto
1694/09, se ajustarán a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley conforme
al índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores
Estables), publicado por la Secretaría de Seguridad Social, desde el 1° de enero del
año 2010….”
Se reclama en la presente la indemnización por prestaciones
dinerarias prevista en la ley 24557 y normas complementarias, debidamente ajustada
a la variación del índice RIPTE (Remuneraciones Imponibles Promedio de los
Trabajadores Estables), a la fecha de condena más los correspondientes intereses.
Finalmente cabe adicionarse, conforme se reclama en la presente, la
indemnización adicional de pago único correspondiente al 20% prevista en el artículo
3 de la ley 26773.
Todo ello conforme planteo esbozado en la demanda sobre la
aplicación de las mejoras establecidas en la ley 26773 al cual me remito.
Finalmente, es en razón de los argumentos aquí desarrollados, sumados
los esgrimidos en oportunidad de incoar la demanda, y las probanzas producidas en
autos, que solicito se haga lugar a la demanda interpuesta con costas y actualización
monetaria correspondiente en la forma pedida en origen.

XIII.- PETITORIO

Por lo expuesto a V.S. solicito:

1- Tenga presente el alegato presentado por mi parte valorándose la contundente prueba


producida y se reserve el mismo en Secretaría;
2- Se dicte sentencia condenando SWISS MEDICAL ART S.A. a abonar al actor la
indemnización debida por el daño que padece con más su actualización monetaria y
costas,

Proveer de conformidad

SERÁ JUSTICIA

PABLO ROSLI CARAM

ABOGADO

T° 111 F° 313 C.P.A.C.F

Vous aimerez peut-être aussi