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VISIÓN DE LA CÁTEDRA

La cátedra considera a la comunicación una ciencia, porque tiene objeto de estudio,


método de estudio y cuerpo teórico. Este último está conformado por conceptos
provenientes de diferentes disciplinas, los cuales son resignificados desde una visión
comunicacional. Esto es denominado “dependencia epistemológica”, porque se
depende de otras disciplinas para conformar el cuerpo teórico de la comunicación.
La cátedra considera que existen dos grandes visiones de la comunicación, de acuerdo
a cómo el sujeto se posiciona en la comunicación:
- La visión instrumental: ve a la comunicación como un instrumento, externa al
hombre. Entiende al emisor como activo, al mensaje como un mero pasaje de
información y al receptor como pasivo. En este sentido la comunicación es
unidireccional y lineal, va hacia el sujeto para influirlo.
En esta visión se enmarcan la teoría hipodérmica, funcionalista, crítica, de la
dependencia y de la información o modelo matemático.
Esta visión y las teorías que engloba responden al paradigma positivista, que se basa en
explicar al objeto de estudio mediante la elaboración de hipótesis y la verificación o
refutación de éstas. Es un conocimiento objetivo.
Para esta visión la comunicación es observable, medible y cuantificable.
- La visión de los fenómenos asociados a la cultura: se basa en un esquema en el cual
tanto el emisor como el receptor son activos, creadores de sentido por sobre la
información que se esté pasando. El hombre para esta visión está inmerso en el
proceso de comunicación y en una cultura.
En esta visión se enmarcan la teoría de las mediaciones, de la recepción, la culturología
y los estudios culturales.
Esta visión y las teorías que engloba responden al paradigma hermenéutico, el cual
pretende comprender e interpretar al objeto de estudio. En este sentido se busca
conocimiento consensuado entre los investigadores, una misma interpretación o
comprensión. Es un conocimiento subjetivo.

*Coexistencia e inconmensurabilidad (Kuhn).


* Objeto de estudio, comunicación inherente social (Torrico).
* Transdisciplinariedad.

FORD
- Crisis: el autor habla de que en la actualidad hay una crisis contemporánea, no solo
comunicacional y cultural, sino también económica, política y social. Dice que el paso a
la sociedad post-industrial trajo como consecuencias transformaciones en la familia, en
los sistemas de producción y empleo, en el consumo, el intercambio simbólico y las
culturas identificatorias. Así, como nuevas problemáticas relacionadas a las

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migraciones, las megaciudades fragmentadas, la violencia y los conflictos interétnicos,
consecuencia de la creciente brecha entre la riqueza y la pobreza.
En este sentido, para el autor, la crisis social y cultural no fue ni es producida por los
medios, pero el desarrollo de éstos está produciendo transformaciones complejas en la
cultura, en las formas de percepción, en los sistemas de construcción de sentido, etc.
Aquí es importante el efecto que tienen las nuevas tecnologías en éstos sentidos, las
cuales hasta exigen nuevas competencias en los receptores.
Además, en relación a los medios, los procesos de localización y globalización están
generando nuevos ordenamientos culturales, donde mientras el hombre se localiza
cotidianamente de forma local, los medios proponen localizaciones simbólicas
trasversales, no territoriales. Estos procesos de globalización simbólica avanzan en
paralelo con procesos internos de diversificación y fragmentación (hay al mismo
tiempo procesos de homogeneización y heterogeneización).
- Transdisciplinariedad: El autor dice que no pueden entenderse los medios, sus
géneros, sus formas de construcción de sentido, los procesos de globalización
simbólica, etc. aislándolos de su complejo entramado con las transformaciones
socioculturales y económicas. Así, al entrarse en el producto massmediático, se entra
también en problemas que están más allá de los medios y que son estudiados por
disciplinas que exceden a éstos.
Además, por más que la comunicación mediada “se pone en escena” en nuestros
tiempos, no hay que olvidar que existen formas de comunicación no mediática (directa,
no verbal, etc.), y que aquella no las reemplaza.
Por este motivo el autor propone que no se puede explicar la comunicación desde una
teoría de los medios, sino que hay que hacerlo desde una teoría de la cultura, que es
donde la construcción de sentido pasa a funcionar, enmarcada dentro de un contexto,
una etnia, una situación histórica.
Ford afirma que hay que asumir la complejidad del campo, su “Transdisciplinariedad”,
como este atraviesa y es atravesado por otras disciplinas. Sin embargo, concluye
señalando que en la actualidad el campo de la comunicación se construye “navegando”
en un conjunto de caótico de disciplinas.
En este sentido, dice que hay una “debilidad epistemológica”, que la comunicación no
tiene un núcleo de conocimiento claro, que existe en su seno una batalla entre
disciplinas y que hay falta de reconocimiento por otras ciencias.
- Ejes desestructurantes:
1. Confundir comunicación con medios: hay una problemática básica de la
comunicación que incluye tanto a la interacción simbólica directa como a la
comunicación mediada tecnológicamente. Por más que ésta última se “pone en
escena”, no quiere decir que reemplace a las otras formas de comunicación humana,
del cuerpo, los sentidos, etc.
2. Enfrentar cultura con medios: el autor dice que la cultura carga tantas fórmulas,
retóricas y sistemas de producción como los géneros de los medios, y que en ambos
conjuntos se pueden producir transformaciones y rupturas.

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Lo importante aquí es que la producción cultural y social pasa tanto por dentro como
por fuera de los medios; los medios son poderosos pero también lo es la producción
sociocultural, no se pueden entender completamente los medios sin inscribirlos en la
cultura.
En este sentido el autor hace una distinción en el plano metodológico, afirmando que
una cosa es el terreno comunicacional desde donde describimos lógica y
semiológicamente la conformación de los sistemas de producción de sentido, y otra el
terreno de la cultura, donde esto pasa a funcionar, a tener un sentido dentro de un
contexto, una situación histórica.
3. Oponer cultura y ciencia o tecnología: el autor afirma que ésta oposición ha sido
particularmente nefasta, una obsolescencia que no solo impide recuperar las
genealogías tecnológicas y científicas, sino que también los isomorfismos (semejanzas)
que subyacen en los procesos de creación científica.
En este sentido el autor señala que el fenómeno actual de hiperobservación de los
medios por un amplio número de disciplinas es una reparación.
4. Confundir comunicación e información: no es lo mismo comunicación e información,
en tanto que se puede decir que la información son datos transmitidos, un elemento
que circula dentro del proceso de comunicación.

FOUCAULT
- Poder: El autor dice que lo que hace que el poder se acepte es que no pesa solamente
como una fuerza represiva, que dice “no”, sino que de hecho nos atraviesa, induce
placer, produce cosas, discursos, saberes, etc. por es preciso considerarlo como una red
productiva que atraviesa el cuerpo social más que como una instancia negativa que
tiene como función reprimir.
De esta manera, el poder no puede ser localizado en una institución, ni puede ser
tomado en términos jurídicos, de constitución o soberanía, sino que para Foucault está
en todas partes, considerado como una relación de fuerzas, una situación estratégica
en una sociedad en un momento determinado. Por lo tanto, los sujetos estamos
atravesados por relaciones de poder, y no podemos ser considerados
independientemente de ellas.
Se puede concluir, que para ejercer poder, influir en otra persona por medio de
relaciones sociales, tiene que haber un discurso que lo avale. Es que el poder necesita
producir verdad para mantenerse y funcionar, la cual es producida y transmitida por los
saberes.
- Saber: Para el autor no hay saber sin poder, el saber sin poder no tiene
reconocimiento, y a la inversa no hay poder sin reconocimiento de algún saber. Es que
los poderes necesitan las verdades que producen los saberes para funcionar, y al
mismo tiempo la verdad que busquen deberá adecuarse a las expectativas, a las reglas
de distinción e lo verdadero, al imaginario social de una época histórica.
No obstante, a pesar que saber y poder son indivisibles para el autor, se connota una
supremacía del poder sobre el saber. El que ejerce poder tiene grandes posibilidades

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de imponer su verdad, en cambio el saber no se puede imponer si no tiene poder
(quien lo reproduzca, lo divulgue).
Así, el saber justifica las actuaciones, el ejercicio del poder, por ser vehículo de “lo
verdadero”.
- Verdad: El autor no emplea éste término en relación a lo que es verdad, sino que se
refiere a que cada sociedad tiene su régimen de la verdad, su conjunto de reglas según
la cual se discrimina lo verdadero de lo falso, su política general de la verdad, es decir,
los tipos de discursos que acoge (y rechaza).
En este sentido, señala que una modificación en la regla de formación de los
enunciados que son aceptados científicamente como verdaderos significa una
discontinuidad, un cambio en el saber y el discurso, y un cambio en las relaciones de
poder.
Lo importante es que la verdad es lo que está en pugna por el poder, como una
“mercancía” que sirve para que su ejercicio sea aceptado. En este sentido el autor
señala que hay que reparar el poder de la verdad de las formas de hegemonía en el
interior de las cuales funciona por el momento.
* En sociedades como la nuestra el poder se caracteriza por poseer cinco rasgos:
1. La verdad está centrada en forma de discurso científico y en las instituciones que lo
producen.
2. La verdad está sometida a una constante incitación económica y política.
3. La verdad es objeto de una inmensa difusión y consumo.
4. La verdad es el punto de partida de un debate político y de un enfrentamiento social
(luchas ideológicas).
FOUCAULT Y LA CÁTEDRA
Foucault nos permite entender la comunicación. Como existen diferentes teorías en
diferentes épocas, de acuerdo a la forma que toman los discursos aceptados como
verdaderos, y también como los dispositivos de poder los utilizan.
También permite entender por qué el poder busca que los medios reproduzcan sus
discursos, como son un vehículo para la aceptación de los discursos que el poder trata
como verdades, con el fin de funcionar y mantenerse.

Esther Díaz: Kuhn


- Esquema de desarrollo de la ciencia: A Kuhn no le satisfacen las conceptualizaciones
de ciencia y su progreso que hay hasta el momento, una de los popperianos (la ciencia
avanza porque se acerca a la verdad) y otra de los inductivistas (la ciencia avanza por
acumulación de conocimientos), de forma que realiza su propio esquema para explicar
el desarrollo de la ciencia.
Así, el autor dice que se inicia un período de ciencia cuando se logra imponer una
solución aceptada por la comunidad científica a un problema existente. Esto ocurre
bajo el reinado de un paradigma vencedor (*).

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Kuhn dice que dentro de un mismo paradigma subsisten anomalías, las cuales se
soportan mientras sean manejables, sin embargo, se entra en un período de crisis
cuando comienzan a producirse diversos fracasos al aplicarlo y éstos se tornan
intolerables. Durante la crisis se buscarán nuevas respuestas y habrá choques entre
teorías rivales, lo cual es denominado por Kuhn revolución científica.
Una vez que una teoría logra imponerse sobre las demás se establece un nuevo orden,
se instituye un nuevo período de ciencia normal. Pero para el autor no vence la teoría
que se acerca más a la verdad, sino aquella que tiene más fuerza, más poder de
convicción entre la comunidad científica.
- (*) Paradigma: Según el autor un paradigma se constituye por las realizaciones
científicas universalmente reconocidas, que durante cierto tiempo proporcionan
modelos de conocimiento a una comunidad científica determinada. Así, comprende los
supuestos teóricos, las leyes, las técnicas, las generalizaciones simbólicas, los métodos,
las analogías y antologías, los problemas y soluciones.
- Inconmensurabilidad: El autor afirma que los paradigmas son inconmensurables entre
sí, es decir, que no pueden medirse. De esta manera, como no existen parámetros de
comparación entre ellos no puede decirse que ninguno supere a otro, no pueden
hacerse valoraciones, simplemente son diferentes visiones del mundo.
- Progreso: En este sentido, desde la noción tradicional de progreso “hacia algo mejor”
podría decirse que no existe una noción de progreso entre paradigmas, sin embargo,
Kuhn acepta el progreso dentro de los límites de cada paradigma, como un
perfeccionamiento dentro del período de ciencia normal.
- Relativización para aplicar el concepto a las Ciencias Sociales: Esther Díaz busca darle
validez a la coexistencia de paradigmas en la comunicación. Sin embargo, desde la
visión kuhiniana, para que una teoría sea considerada paradigma debe haber sido
universalmente aceptada, y esto jamás sucedió en las ciencias sociales.
Por eso, la autora propone que si se quiere usar ésta concepción en las ciencias
sociales hay que relativizar el concepto de paradigma, de manera que no se hablará de
consensos universales sino de conflictos entre paradigmas o coexistencia
paradigmática en una misma época histórica.
- Coexistencia paradigmática: Se refiere a que para la autora, diversos paradigmas, aún
opuestos, pueden coexistir en las ciencias sociales, ya que responden a diferentes
enfoques y análisis de los problemas sociales. En este sentido relativiza la idea de
inconmensurabilidad de paradigmas.
E. DÍAZ Y LA CÁTEDRA
La cátedra se adhiere a la relativización que realiza la autora, en cuanto a la
coexistencia paradigmática y la inconmensurabilidad de paradigmas, ya que esto
permite entender la validez de los paradigmas de la comunicación.
En este sentido, en la comunicación se encuentra por un lado el paradigma positivista,
que pretende explicar el objeto de estudio, y el mismo tiempo el paradigma
hermenéutico, que busca comprender e interpretar el objeto de estudio. Ambos
paradigmas, a pesar de concebir a la comunicación desde diferentes enfoques,
coexisten, con sus propias visiones de los fenómenos comunicacionales, donde el

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primero ve a la comunicación como un instrumento externo al hombre y el segundo ve
al hombre inmerso en el proceso de comunicación.

TORRICO
- Teoría: es una red sistemática de conceptos de mayor o menor amplitud, producto de
la observación concreta, que expone articuladamente tanto los fenómenos de una
determinada zona de la realidad, como ciertas relaciones de tipo causal o correlacional,
que ofrecen una explicación generalizable o una interpretación pausible de los hechos
y/o procesos que tienen lugar en ella.
La teoría, en consecuencia, posee una faz conceptual (teórica) y otra procedimental
(operacional; empírica), y de la conjunción de ambas es de donde obtiene su
cientificidad.
Además, una teoría no solo debe ser pertinente y consistente, sino que también debe
responder a una matriz cognitiva.
- Matriz/Paradigma: el autor utiliza el término matriz para referirse a paradigma, en el
sentido de que es un molde generador de ideas, condicionador de visiones y
posibilitador de aprehensiones conceptuales.
La matriz hace posible dar cuenta lo que es y conlleva un campo, es la colocación
teórica desde donde se observa el campo, que es el espacio sometido a estudio.
En el ámbito de lo social, y por ende de la comunicación, por la simple razón de que el
sujeto cognoscente es siempre parte del objeto cognoscible, la significación de las
influencias del entorno y los componentes subjetivos e ideológicos, hacen que existan
matrices con diferentes y hasta inconciliables enfoques.
TORRICO Y LA CÁTEDRA
- En una primera instancia la cátedra coincide con la visión de Torrico de que la
comunicación es inherentemente social. El autor dice esto porque la comunicación
implica una relación entre al menos dos sujetos que exteriorizan, y afirma que es un
elemento estructural de la sociedad, un “cimiento” de la trama inter-individual, al
punto que no habría sociedad sin comunicación y viceversa.
Sin embargo, el autor dice que la mayoría de las teorías ha ignorado la socialidad del
fenómeno comunicacional, centrándose el interés en la utilidad de la comunicación o
en la tecnología que la vehiculaba y facilitaba el impacto de la misma.
- Por otro lado, la cátedra también coincide en que el objeto de estudio de la
comunicación por mucho tiempo fue orientado hacia un elemento (emisor, mensaje,
receptor, efectos), pero que la comunicación debe ser estudiada en su totalidad, todo
el proceso, por su carácter multidimensional.
Por este motivo la cátedra toma la definición de Torrico que dice que el objeto de
estudio de la comunicación es “el proceso social de producción, circulación mediada,
intercambio desigual, intelección y uso de significaciones y sentido, culturalmente
situado”.
Sin embargo, existen otros puntos donde la cátedra se separa del pensamiento de
Torrico.

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- El autor si bien acepta la coexistencia de abordajes y enfoques diversos en la
comunicación por estar inscripta en las Ciencias Sociales, dice que esto ha generado
que diferentes disciplinas traten de apropiarse de la comunicación y la expliquen
insuficientemente, haciendo que los estudios sobre la comunicación se dispersen. Esto
para el autor supone una “debilidad epistemológica”.
Lo que propone como solución es un enfoque “interdisciplinario” para el estudio de la
comunicación, dado por su peculiar necesidad de interacción entre diversas disciplinas.
En este sentido dice que tiene que haber un enfoque coordinado y complementario
entre éstas.
- En cambio, la cátedra, no considera que la comunicación sea un campo en
construcción, sino que la considera una ciencia, porque tiene objeto de estudio,
método de estudio y cuerpo teórico.
Además, la cátedra propone otro enfoque, uno “transdisciplinario”, en el sentido de
que la comunicación es atravesada por otras disciplinas pero no puede ser explicada
por éstas, sino que los conceptos deben ser resignificados desde una visión
comunicacional.

VERÓN
Se debe concebir a los fenómenos de sentido como adoptando, por una parte, la forma
de conglomerados de materias sensibles que llegan a ser materias significantes, y por
el otro, adoptando el funcionamiento de un sistema productivo. Todo sistema
productivo puede considerarse como un conjunto de compulsiones cuya descripción
especifica las condiciones bajo las cuales algo es producido, circula, es reconocido.
De esta manera puede hablarse de condiciones de producción, circulación y
reconocimiento, de acuerdo al esquema de Verón. Las condiciones de producción y
reconocimiento nunca son idénticas, en todo caso siempre se trata con dos tipos de
gramáticas:
- Gramáticas de producción: es la organización del discurso que hace el que lo produce,
puede establecer varios sentidos. Es un recorte dinámico de discursos anteriores, por
lo que se puede decir que un discurso siempre está en relación con su “otredad”. Esta
gramática se manifiesta a través de las marcas y huellas que dan una suerte de pistas
de cómo se produjo el discurso (condiciones de producción).
- Gramáticas de reconocimiento: es el sentido que se le da como observador a la
percepción de un discurso social, lo cual es restringido de acuerdo a las competencias
del sujeto, lo que su investidura de sentido le permite.
En este sentido, el análisis de un discurso social se da desde el reconocimiento, donde
se intentan recrear las condiciones en las que fue producido, y en ésta operatividad es
donde aparecen las marcas y huellas, que es lo único que se puede analizar que
remitirá a las condiciones de producción.
- Marcas: se trata de propiedades significantes cuya relación con las propiedades de
reconocimiento o producción no se encuentran especificadas. Así, las marcas son
aquella materia sensible que se vuelve materia significante, pero no se sabe con

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certeza porqué esta allí, es decir, no permite reconocer las condiciones de producción
del discurso.
- Huellas: cuando resulta establecida la relación entre una propiedad significante y sus
condiciones de producción las marcas se convierten en huellas de la producción o el
reconocimiento.
Por su parte, la circulación sólo se hace visible en el análisis como separación espacio –
temporal entre los dos conjuntos. Y de que dicha separación que es sumamente
variable surge que las condiciones de producción y reconocimiento nunca son
idénticas. En este sentido, todo texto es susceptible a múltiples lecturas, es un objeto
plural.
- Semiosis social infinita: todo fenómeno de producción de un texto o discurso, es de
hecho un fenómeno de reconocimiento, que culmina en una nueva producción, y como
afirma el autor esto sucede de forma infinita.
Por otro lado, en una sociedad lo ideológico y el poder se encuentra en todas partes,
son dimensiones de análisis para el autor y no instancias que tienen un lugar específico
en la sociedad.
- Lo ideológico es ubicado por Verón en el lado de la producción, donde todo discurso
social producido no está exento de lo ideológico. Este es un sistema de relaciones entre
un conjunto significante dado y sus condiciones sociales de producción. En este sentido
el autor rechaza la visión de Marx de que la ideología es parte de una superestructura
que se erige sobre una infraestructura (base) carente de ideología.
- El poder para el autor es como lo describe Foucault “una situación estratégica
compleja en una sociedad determinada”. Para que un discurso tenga poder debe poner
en marcha una creencia. En este sentido la noción de poder de un discurso social solo
puede designar los efectos de ese discurso, que se dan en el interior de un tejido
determinado de relaciones sociales. Tales efectos solo pueden tener la forma de otra
producción de sentido, por lo tanto el poder para el autor está situado desde el análisis
que se efectúa en el reconocimiento.
- Sujeto: es el agente de producción y reconocimiento de los discursos sociales, el cual
no constituye un medio transparente, sino que es fuente de compulsiones que definen
su funcionamiento en tanto sujeto. En es te sentido cada disposición de materias
significantes implica una posición del sujeto que lo especifica.

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