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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

1075/2015
QUEJOSO: ***********
VISTO BUENO
SR. MINISTRO

PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA


COTEJÓ
SECRETARIO: MIGUEL ANTONIO NÚÑEZ VALADEZ
COLABORADORA: LAURA MÁRQUEZ MARTÍNEZ

Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, en sesión correspondiente al, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el amparo directo en revisión 1075/2015,


promovido en contra del fallo dictado el veintidós de enero de dos mil quince
por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito en el
juicio de amparo 327/2014.

El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación consiste en estudiar, en caso de que se cumplan
los requisitos correspondientes para la procedencia del recurso de revisión
en un juicio de amparo directo, si la identificación de un inculpado por las
víctimas del delito mediante la exhibición de fotografías por parte de
elementos policiacos violentan o no los derechos a una defensa adecuada y
al debido proceso.

I. ANTECEDENTES DEL CASO

1. Hechos y antecedentes. El caso que nos ocupa se relaciona con la


imputación que se le hace al hoy recurrente, *********, mexicano de
alrededor de sesenta y cinco años de edad, en la comisión del delito de
privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro express
agravado. Los hechos relevantes para la resolución del asunto son los que
se describen a continuación.
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2. De la información que se tiene acreditada en el expediente; en particular, de


las declaraciones realizadas por el inculpado y las alegadas víctimas del
delito y por los informes de la policía de investigación, se advierte que el día
treinta de julio de dos mil diez, siendo aproximadamente las veintiún horas,
********* y su hermana ********* , ambas de apellidos *********, salieron del
Teatro Polyforum, ubicado sobre la Avenida de los Insurgentes Sur a un
costado del World Trade Center de la Ciudad de México, y abordaron un
taxi conducido supuestamente por el referido ********* (de ahora en adelante
el “quejoso”, “inculpado”, “indiciado” o “recurrente”).

3. Una vez a bordo del vehículo, estas personas le indicaron al quejoso que
las llevara hasta la Colonia de Villa Coapa. El conductor inició la marcha del
taxi; sin embargo, momentos después, las víctimas afirman que el chofer
detuvo momentáneamente la circulación del automóvil y abordaron al
mismo dos sujetos. A decir de las hermanas, éstos les indicaron que se
trataba de un asalto y las despojaron de sus pertenencias; entre ellas,
dinero en efectivo y tarjetas de crédito y débito; todo ello, con lujo de
violencia, obligándolas a proporcionar los números secretos de las tarjetas y
amenazándolas con llevarlas a una casa de seguridad en caso de que tales
contraseñas no fueran los correctas. Hecho lo anterior, y transcurrida
aproximadamente más media hora en que permanecieron en el vehículo
junto con sus captores, las hermanas fueron liberadas en las inmediaciones
de la Colonia Obrera de la Ciudad de México.

4. Al día siguiente, el treinta y uno de julio de dos mil diez, una de las
ofendidas compareció ante la agencia del Ministerio Público para denunciar
los hechos relatados, por lo que, el tres de agosto de dos mil diez, se tuvo
por radicada la averiguación previa número *********1 bajo la competencia de
la Fiscalía Especial en Investigación para Secuestro, Agencia Investigadora
del Ministerio Público, Unidad 3, de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal2.

1Hoja 52 del expediente de la causa penal *********, tomo I.


2Cabe resaltar que al presentar su denuncia ante la agencia ministerial, la ofendida señaló que no
podía proporcionar las características del taxista y los sujetos que abordaron el vehículo, pero
afirmó que si los volviera a ver los reconocería plenamente. Asimismo, en un informe presentado
por los policías ministeriales el tres de agosto de dos mil diez en la etapa de investigación, se
puede leer que éstos manifestaron que se entrevistaron nuevamente con las ofendidas para

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5. Una vez iniciada la averiguación previa, sin que se tenga certeza sobre el
día en concreto, elementos de policía de investigación se entrevistaron con
las ofendidas del delito para la identificación de sus agresores por medio de
fotografías. A partir del informe presentado por tales agentes policiacos el
veinticuatro de agosto de dos mil diez, se advierte que acudieron con las
ofendidas a su domicilio y le mostraron recortes de periódico3 en el que
aparecían cuatro personas del sexo masculino en las que se les acusaba de
participar en secuestros. Durante esa entrevista, las denunciantes,
respectivamente, señalaron que identificaban al ahora quejoso y a otra
persona como el chofer del vehículo y el sujeto que las amagó en el
automóvil para sustraerles sus pertenencias.

6. A decir de los agentes investigadores, acudieron a entrevistarse con una de


las denunciantes y le exhibieron las aludidas fotografías, pues, a partir de
los archivos de la institución ministerial, se enteraron que el seis de agosto
del mismo año, fueron detenidos y puestos a disposición en otra
averiguación previas varios sujetos (incluido el hoy recurrente) por su
alegada participación en el delito de secuestro express con un “modus
operandi” similar al descrito por la denunciante en la referida averiguación
previa. El objetivo era que, con base en tales imágenes, las ofendidas
señalaran si se trataban a su vez de los mismos probables responsables.

7. Una vez mostradas las fotografías, el veinticuatro de agosto de dos mil diez,
ambas hermanas acudieron a la agencia ministerial y en sus declaraciones
ratificaron que los policías investigadores les exhibieron imágenes
fotostáticas en blanco y negro de cuatro hombres que se les relacionaban
con el delito de secuestro y con otra averiguación previa iniciada en la
Delegación Cuauhtémoc, y que reconocieron a dos de sus presuntos
agresores4. En los acuerdos de esas diligencias, se puede apreciar que las
ofendidas aceptaron expresamente que reconocieron al inculpado a través

recabar más información sobre las tarjetas y que éstas les comentaron que no recordaban la media
filiación de los sujetos que abordaron el automóvil, pero que uno de ellos era moreno y muy fuerte
y tenía la cara cuadrada y corte de pelo a broche y se notaba que estaba en complicidad con el
chofer del taxi. Ibidem, hojas 41 a 43.
3 Los recortes de periódico con las fotografías y la fotografía del “archivo ministerial” constan en la

averiguación previa. Ibidem, hojas 72 y 158 a 160.


4 Ibidem, hojas 73 a 75 y 76 a 78.

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de fotografías en copias fotostáticas5 y señalaron que “en este acto,


manifiesto que reconozco plenamente y sin temor a equivocarme al primer
sujeto del sexo masculino ubicado de izquierda a derecho en dicha foto y
que ahora se sabe responde al nombre de *********, como al mismo que el
día de los hechos iba conduciendo el taxi”.

8. Seguido el trámite de la averiguación previa, y una vez que los presuntos


responsables emitieron sus declaraciones, el veintisiete de diciembre de dos
mil once, el órgano ministerial ejercitó acción penal sin detenido en contra
del ahora quejoso y de ********* como probables responsables en la
comisión del delito de privación de la libertad en su modalidad de secuestro
express agravado; asimismo, se informó que los inculpados se encontraban
internos en el reclusorio preventivo varonil oriente con motivo de otra
averiguación previa, por lo que se solicitaba la emisión de una orden de
aprehensión por estos delitos.

9. De dicha acción penal conoció la Jueza Sexagésima Primera Penal del


Distrito Federal quien la radicó bajo el número de causa penal ******** y, el
diecisiete de enero de dos mil doce, emitió orden de aprehensión en contra
de los referidos sujetos. Seguidos los trámites procesales correspondientes,
al veintiuno de septiembre de dos mil doce, se dictó sentencia condenatoria
por el delito de privación de la libertad en su modalidad de secuestro
express agravado, en la que se impusieron las penas de treinta años de
prisión, dos mil quinientos días multa, equivalente a $143,650.00 (ciento
cuarenta y tres mil seiscientos cincuenta pesos 00/100 moneda nacional) y
la reparación del daño material.

5 Al respecto, en la ampliación de la declaración rendida ante el juzgador el siete de marzo de dos


mil doce, al dar respuesta a las preguntas del defensor particular, una de las ofendidas aceptó
nuevamente que identificó al inculpado a través de fotografías presentadas por los policías en su
domicilio particular, al tenor siguiente: “en la banqueta, al filo de donde deja su coche, le enseñaron
las fotografías y ahí identifico. Que al instante que vio las fotografías realizó la identificación, que
dijo este es el chofer, este es el otro y a los otros dos que venían en la foto no los reconoció y así lo
dijo. […] Que se enteró que las personas que identificó estaban relacionadas con varios secuestros
porque la hoja que le enseñaron con la fotografías era al parecer de un periódico y abajo decía
bando de secuestradores y violadores que caen o algo así. Al tener a la vista la fotografía que se
encuentra a (fojas 72) de autos dice que es la misma en la que identificó a dos personas. Que le
enseñaron dos fotos una mas chiquita que venía del periódico y la que tiene ahora a la vista; que
en esta fue que los identificó, aunque también en la otra. En la otra estaban en otra postura como
de tres cuarto, no se acuerda bien. Que las fotografías eran en blanco y negó. Que la dicente no es
buena para describir, pero cuando ve a alguien puede identificarlo. […] Que no se encontraba
presente nadie más cuando ella reconoció a los sujetos de la fotografía. […] Que se enteró de los
nombres de los procesados ‘porque ahí vienen en el periódico’”. Ibidem, páginas 335, vuelta y 336.

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10. Inconforme con esa resolución, el hoy recurrente interpuso apelación. La


Octava Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
conoció del asunto y lo registró bajo el número de toca penal *********. El
treinta y uno de enero de dos mil trece, se dicto sentencia en la que se
modificó la resolución de primera instancia y se condenó al quejoso como
penalmente responsable en la comisión de los delitos de privación de la
libertad en su modalidad de secuestro express agravado (por haberse
cometido en grupo, con violencia y contra persona mayor de sesenta años),
previstos y sancionados en los artículos 163 bis, 164, fracciones III (quienes
lo lleven a cabo actúen en grupo), IV (que se realice con violencia) y V (que
la víctima sea mayor de sesenta años); en relación con los diversos 15
(acción), 17, fracción II (permanente), 18, párrafos primero (acción dolosa) y
segundo (conocer y querer), 22, fracción II (lo realicen conjuntamente) y 79,
párrafo segundo (concurso real), todos del Código Penal para el distrito
Federal; confirmó la pena de treinta años de prisión, la multa y la reparación
del daño material.

11. Además de la pena de prisión, la Sala de apelación condenó al entonces


indiciado a la reparación del daño material; al pago de gastos futuros
respecto del daño moral sufrido por las ofendidas; le negó los beneficios
sustitutivos de la pena privativa de libertad, así como el beneficio de la
suspensión condicional de la ejecución de la pena y la suspensión de sus
derechos políticos. La modificación de la sentencia consistió en condenar al
inculpado al pago de gastos futuros respecto del daño moral que sufrieron
las pasivas del delito.

II. TRÁMITE DEL JUICIO DE AMPARO

12. Demanda. Inconforme, el diecinueve de junio de dos mil catorce, el quejoso


promovió un juicio de amparo. Señaló como derechos transgredidos en su
perjuicio los contenidos en los artículos 14, 16, 17 y 20, apartado A,
fracciones I y IX, así como Apartado B, fracciones II y VIII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, (de ahora en
adelante la “Constitución Federal”), así como de diversos tratados

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internacionales. La demanda fue presentada en la Octava Sala Penal del


Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y remitida el cuatro de julio
siguiente a la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales
Colegiados del Primer Circuito.

13. Juicio de amparo. Recibida la demanda el siete de julio de dos mil catorce
en el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, por
acuerdo de su Presidente de esa misma fecha, se le admitió a trámite
registrándola con el número ********* y, por sentencia de veintidós de enero
de dos mil quince, se resolvió negar el amparo.

14. Recurso de revisión. En desacuerdo con el fallo, el quejoso presentó un


escrito ante el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito en el que solicitó la revisión de la ejecutoria de amparo. En ese
sentido, mediante acuerdo de dieciocho de febrero de dos mil quince, el
Tribunal Colegiado consideró dicho documento como la interposición del
recurso de revisión y, por ende, ordenó remitir el mismo a esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación.

15. El seis de marzo de dos mil quince, el Presidente de este Tribunal


Constitucional tuvo por recibido el expediente y admitió el recurso de
revisión con reserva del estudio de importancia y trascendencia que en el
momento procesal oportuno se realizara, ordenando registrarlo con el
número 1075/2015 y turnándolo al Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
integrante y Presidente de esta Primera Sala, para la elaboración del
proyecto de resolución.

16. Por último, el seis de abril de dos mil quince, el Presidente de la Primera
Sala señaló que la misma se avocaba al conocimiento del asunto y devolvió
el expediente a su ponencia.

III. COMPETENCIA

17. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de

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lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal;


81, fracción II, y 96 de la Ley de Amparo, vigente a partir del tres de abril de
dos mil trece, en relación con los artículos 21, fracción XI, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación y 14 a 18 del Reglamento
Interior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como conforme a
los puntos primero y tercero del Acuerdo General Plenario 5/2013, publicado
en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos mil trece;
en virtud de que el recurso se interpuso en contra de una sentencia dictada
por un tribunal colegiado de Circuito en un juicio de amparo directo en
materia penal, lo cual es competencia exclusiva de esta Primera Sala y no
resulta necesaria la intervención del Tribunal Pleno.

18. Cabe recalcar que el presente asunto se rige por la Ley de Amparo vigente
a partir del tres de abril de dos mil trece, en atención a que la demanda de
amparo que nos ocupa fue presentada el diecinueve de junio de dos mil
catorce; de ahí que en adelante las alusiones que se hagan a la ley de la
materia deberán entenderse que se refieren a dicha legislación.

IV. OPORTUNIDAD

19. El medio de defensa se interpuso dentro del plazo legal correspondiente. La


sentencia de amparo de veintidós de enero de dos mil quince, terminada de
engrosar el treinta siguiente, se notificó personalmente al quejoso el martes
tres de febrero del año citado6, surtiendo sus efectos al día hábil siguiente;
por lo que el plazo de diez días que establece el artículo 86 de la Ley de
Amparo corrió del jueves cinco al miércoles dieciocho de febrero de dos mil
quince, sin contar en dicho cómputo los días siete, ocho, catorce y quince,
por ser sábados y domingos, respectivamente, e inhábiles, de conformidad
con los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación.

20. En tales condiciones, dado que del expediente se desprende que el recurso
de revisión se presentó el diecisiete de febrero de dos mil quince en la
Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en

6 Hoja 191 del cuaderno del juicio de amparo 327/2014.

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Materia Penal del Primer Circuito7, resulta notorio que se promovió de


manera oportuna.

V. LEGITIMACIÓN

21. Esta Primera Sala considera que el ahora recurrente está legitimado para
interponer el presente recurso de revisión, pues queda probado que en el
juicio de amparo directo se le reconoció la calidad de quejoso; ello, en
términos del artículo 5º, fracción I, de la Ley de Amparo. Por consiguiente,
la decisión adoptada en la sentencia de amparo directo sí pudiera afectarle
o perjudicarle de forma directa.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

22. Conceptos de violación. En su escrito de demanda, el quejoso adujo que


la sentencia de apelación presentaba, esencialmente, las siguientes
deficiencias:

a) La sentencia reclamada resulta violatoria de los artículos 1, 14, 16, 20,


apartado A, fracción I y IX, Apartado B, fracción VIII, de la Constitución
Federal, al abstenerse de observar y aplicar el principio pro persona y
la obligación de la responsable de garantizar y reparar los derechos
fundamentales violados durante el procedimiento tales como el de
intimidad, dignidad humana, la libertad, la honra, el buen nombre, la
presunción de inocencia; así como el derecho a un debido proceso, al
dejar de observar las formalidades esenciales del procedimiento
respecto a la valoración de la prueba, entre ellas, la de confrontación,
porque no estuvo asistido por un licenciado en derecho al momento de
practicarse esa diligencia ante el Agente del Ministerio Público y la
transgresión al derecho fundamental de defensa adecuada y la
garantía de legalidad al no fundar ni motivar debidamente el acto
reclamado.
b) Una de las ofendidas fue inducida por agentes de la policía judicial
para que reconociera al quejoso como el que supuestamente era el

7 Hoja 3 del cuaderno del amparo directo en revisión 1075/2015.

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chofer del taxi en el que fueron privados de su libertad. Ello, pues en su


comparecencia refirió que fue entrevistada por policías judiciales
quienes le mostraron una copia fotostática de una fotografía en blanco
y negro en la que aparecían cuatro sujetos del sexo masculino
relacionados con varios secuestros express. Esta declaración e
robustece con la diversa manifestación ministerial de la otra ofendida,
quien se conduce en los mismos términos al referir que reconoció al
quejoso a través de una fotografía del periódico en donde estaban
anotados sus nombres, lo cual constituye una prueba ilícita al no
haberse llevado las diligencias de reconocimiento con apego a las
reglas del procedimiento, con lo cual se le deja en estado de
indefensión al vulnerarse en su perjuicio el principio pro persona y otros
derechos fundamentales, como la defensa adecuada y el debido
proceso.
c) Se insiste que las responsables ordenadora y ejecutora pasaron por
alto que el reconocimiento del quejoso como partícipe de los hechos
denunciados por las ofendidas fue inducido con clara violación del
principio de debido proceso y defensa adecuada, al haberle sido
mostrada en forma privada por parte de los elementos de la policía de
investigación una copia simple de una fotografía obtenida de un
periódico en la que aprecian los nombres de los sentenciados y los
encabezados de que se trataba de una banda de secuestradores y
violadores, con lo cual se transgreden además el principio de
presunción de inocencia, diligencias que se realizaron sin presencia del
agente del ministerio público, con lo cual también se vulneraron las
formalidades esenciales del procedimiento previstas en el artículo 14
constitucional; en específico, la prueba de confrontación prevista en los
artículos 218 y 219 del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal.
d) En iguales términos se dio la prueba de confrontación judicial
practicada por la autoridad ejecutora, la cual debe ser excluida al
devenir igualmente nula en aplicación a la teoría del fruto del árbol
envenenado, doctrina que postula el principio que será ilegítima toda
prueba obtenida mediante el quebrantamiento de una norma
constitucional, aun cuando lo sea por efecto reflejo o derivado. Para

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apoyar su afirmación citó las tesis de rubro: “AVERIGUACIÓN


PREVIA. LAS TRANSGRESIONES COMETIDAS DURANTE ESTA
FASE CONSTITUYEN VIOLACIONES PROCESALES EN TÉRMINOS
DEL ARTÍCULO 160 DE LA LEY DE AMPARO”, “CONFRONTACIÓN.
REQUISITOS PARA SU VALIDEZ (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
BAJA CALIFORNIA” y “PRUEBA ILÍCITA. LAS PRUEBAS
OBTENIDAS, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, VIOLANDO
DERECHOS FUNDAMENTALES, NO SURTEN EFECTO ALGUNO”.
e) Se violó en su perjuicio lo dispuesto por el artículo 1º constitucional; 8 y
11.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 8º de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; 5 y 17 de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; las
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Procedimiento en
Materia Penal “Reglas de Mallorca”, en sus apartados a), c), d), e) y f),
así como las tesis emitidas por este Alto Tribunal de rubros: “SISTEMA
DE CONTROL CONSTITUCIONAL EN EL ORDEN JURÍDICO
MEXICANO” y “PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS”.
f) Se alega que no se encuentran acreditados los elementos que integran
el delito penal, en virtud de que una de las supuestas denunciantes
sostuvo en su declaración ministerial que no se percató de las
características del chofer, por lo que el haberlo declarado penalmente
responsable vulnera sus derechos fundamentales, ya que en todo
momento comprobó con los medios de convicción que ofreció en el
juicio que es una persona honorable incapaz de cometer la conducta
delictiva que se le atribuye. Lo anterior, lo sustenta en lo dispuesto por
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y las tesis de rubros “PRINCIPIO
PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE
DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE”, “DIGNIDAD HUMANA.
EL ORDEN JURÍDICO MEXICANO LA RECONOCE COMO
CONDICIÓN Y BASE DE LOS DEMÁS DERECHOS
FUNDAMENTALES” y “DERECHOS A LA INTIMIDAD, PROPIA

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IMAGEN, IDENTIDAD PERSONAL Y SEXUAL. CONSTITUYEN


DERECHOS DE DEFENSA Y GARANTÍA ESENCIAL PARA LA
CONDICIÓN HUMANA”.
g) La autoridad responsable, al momento de valorar las pruebas ofrecidas
en el juicio, se apartó de los principios esenciales reguladores de la
prueba, consistentes en valorar todas y cada uno de los medios de
convicción ofrecidos por las partes según el criterio tasado por el
legislador, enlazándolas unas con otras y aplicando sus razonamientos
fundados en la lógica jurídica, así como en los principios generales del
derecho. Desde su punto de vista, estos principios y reglas conducen al
juzgador de la verdad ya conocida a la verdad material por conocer y
que lo llevan a la convicción plena para resolver sobre la integración o
no del delito. Consecuentemente, al haber realizado dicha valoración
de las pruebas mediante una incorrecta aplicación de los preceptos
legales, se vulnera en su perjuicio las garantías de seguridad jurídica
consagrados en los artículos 14 y 16 constitucionales. Para sustentar
su argumento se citó la tesis de rubro: “PRUEBA INDICIARIA O
CIRCUNSTANCIAL EN MATERIA PENAL. SU EFICACIA NO PARTE
DE PRUEBAS PLENAS AISLADAS, SINO DE DATOS UNÍVOCOS,
CONCURRENTES Y CONVERGENTES, DE CUYA ARTICULACIÓN,
CONCATENACIÓN Y ENGARCE, SE OBTIENE OBJETIVAMENTE
UNA VERDAD FORMAL, A TRAVÉS DE UNA CONCLUSIÓN
NATURAL A LA CUAL CADA INDICIO, CONSIDERADO EN FORMA
AISLADA, NO PODRÍA CONDUCIR POR SÍ SOLO”.
h) Existió violación a las leyes del procedimiento que afectó su defensa,
ya que la prueba pericial que ofreció en materia de criminalística
sistemas de identificación a cargo del perito *********, proveyó que no
era de admitirse por no tratarse de una prueba superveniente, porque
la legislación adjetiva no prevé tal supuesto al referirse a la etapa
anterior a declarar agotada la instrucción, como textualmente lo prevé
el segundo párrafo del artículo 314 del Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal. En consecuencia, procedía reponer el
procedimiento a efecto de respetar el derecho de defensa previsto en
la fracción IV del apartado B del artículo 20 de la Constitución Federal.

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i) Al emitirse la sentencia, la sala responsable pasó por alto lo referente a


la reparación del daño, ya que lo condenó al pago de la cantidad de
catorce mil quinientos veintidós pesos con sesenta y dos centavos
producto de los retiros efectuados en las cuentas bancarias de una de
las pasivas, sin embargo, deja de valorar que la propia ofendida refirió
que le fueron reembolsados por los bancos, tomando en consideración
además que los representantes legales de las instituciones de crédito
no comparecieron en el juicio para exigir la devolución de ese
numerario, situación que soslayó la responsable violando con ello el
principio de debido proceso.
j) En relación a la reparación del daño moral, la responsable transgrede
los principios de legalidad al motivar indebidamente su determinación
de condenarlo al pago de la cantidad de quince mil seiscientos pesos a
cada una de las ofendidas con motivo de las sesiones terapéuticas que
deben recibir, pues no existe medio de prueba alguno con el que haya
quedado acreditado que el valor de las sesiones asciendan a la
cantidad de seiscientos pesos como lo asevera en su dictamen la
perito en psicología, ya que no exhibe medio idóneo para sustentar su
apreciación. De ahí que no se encuentre motivado y fundamentado por
la ordenadora la valoración de un hecho futuro, dejando con su
determinación en un estado de incertidumbre jurídica al no darle a
conocer los parámetros en los que se apoyó y observó el juzgador para
arribar a esa determinación a todas luces injusta, sino que se basa en
un criterio meramente subjetivo al no existir en el sumario prueba
alguna que lo corrobore.

23. Ejecutoria de amparo. En atención a estos argumentos, el Tercer Tribunal


Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito resolvió que la sentencia del
recurso de apelación fue ajustada a derecho y expuso las siguientes
consideraciones para declarar como infundados los razonamientos del
quejoso:

a) Sobre que la sentencia reclamada es violatoria de derechos


fundamentales y de tratados internacionales sobre derechos humanos,
se señaló que el párrafo segundo del artículo 1º constitucional dispone

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que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de


conformidad con la propia Constitución y con los tratados
internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia, deriva que los tribunales federales
en los asuntos de su competencia deben realizar el estudio y análisis
ex officio sobre la constitucionalidad y convencionalidad de las normas
aplicadas en el procedimiento, o en la sentencia que ponga fin al juicio.
No obstante, dicha obligación se actualiza únicamente cuando el
órgano jurisdiccional advierta que una norma contraviene derechos
humanos contenidos en la Constitución Federal o en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, aun cuando
no haya sido impugnada, porque con su ejercicio oficioso se garantiza
la prevalencia de los derechos humanos frente a las normas ordinarias
que los contravengan, lo que en el caso no aconteció, porque el
análisis de la sentencia reclamada y del procedimiento del cual es
resultado no se advierte que haya existido violación a los derechos
fundamentales del quejoso.
b) Por ello, se sostuvo que no resultan aplicables para los fines que
pretende el quejos las tesis que invocó de rubros: “SISTEMA DE
CONTROL CONSTITUCIONAL EN EL ORDEN JURÍDICO
MEXICANO” y “PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS”.
c) En cuanto al argumento consistente en que se violaron las leyes del
procedimiento, ya que la prueba pericial que ofreció en materia de
criminalística sistema de identificación y que el juez de la causa no la
admitió por no tratarse una prueba superveniente, el Tribunal
Colegiado lo calificó de infundado. Contrario a lo razonado por el
quejoso, el Tribunal Colegiado estimó que no existió violación procesal,
toda vez que de la lectura de las constancias remitidas por la autoridad
responsable en su informe justificado, se advierte que durante la etapa
probatoria que establece el primer párrafo del artículo 314 del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, se ofrecieron y
desahogaron los medios de prueba que ofreció el ahora quejoso, sin
que de su desahogo se advierta el ofrecimiento de la prueba pericial

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que aduce, pues incluso al momento que la juez agotó la instrucción


refirió que del desahogo de los medios de convicción no se
desprendieron nuevos elementos probatorios y, por ello, consideró
innecesario señalar el plazo de tres días para aportar pruebas
conforme a lo establecido en el numeral 314 del ordenamiento citado.
d) En ese tenor, se insistió que no existió la aludida violación, en virtud de
que tal y como fue considerado en su momento por la jueza de la
causa, la pericial en materia de criminalística ofrecida después de
agotarse la instrucción, de ninguna manera se desprendió de las
pruebas que en la etapa de instrucción fueron desahogadas. Además,
se estimó innecesario el desahogo de la pericial al no ser conducente
para su mejor proveer, pues las denunciantes establecieron que los
hechos ocurrieron dentro de un taxi en el que pudieron ver quienes
ejecutaron la conducta y cómo hicieron la identificación de las
personas.
e) En consecuencia, no era dable reponer el procedimiento, pues el
procesado en su momento tuvo la oportunidad de ofrecer la pericial en
materia de criminalística dentro de la etapa probatoria sin que lo haya
efectuado, ya que desde las declaraciones ministeriales de las
ofendidas, establecieron la forma en que ocurrieron los hechos, por lo
que la experticial pudo haberse solicitado durante la instrucción, dado
que el procesado ya tenía pleno conocimiento de las imputaciones que
obraban en su contra, de ahí que no puede considerarse como una
prueba superveniente como lo pretende sustentar al no haber surgido
de las que fueron desahogadas.
f) Respecto a lo argumentado por el quejoso en el sentido de que el acto
reclamado transgrede el artículo 14 constitucional al vulnerarse en su
perjuicio las garantías de legalidad, seguridad jurídica y exacta
aplicación de la ley penal, el Tribunal Colegiado lo declaró infundado,
debido a que se respetaron en su integridad los derechos
fundamentales que en materia penal consagra dicho precepto. Primero,
a decir del órgano colegiado, no se aprecia que las disposiciones
contenidas en la ley sustantiva fueran aplicadas en el acto reclamado
hacia el pasado, afectando hechos o situaciones que se presentaron
antes de su vigencia en perjuicio del quejoso.

14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

g) Además, se le escuchó en juicio a través del debido proceso legal en


virtud de que posteriormente al ejercicio de la acción penal (sin
detenido) por su probable responsabilidad en la comisión del delito de
privación de la libertad en su modalidad de secuestro express, el juez
natural ordenó la aprehensión del ahora quejoso y al ser puesto a su
disposición dado que al encontrarse interno con motivo de una causa
penal diversa, se ordenó tomar su declaración preparatoria en la que
se le hicieron saber sus derechos contenidos en el apartado A del
artículo 20 de la Constitución Federal. Adicionalmente, se le designó al
quejoso un defensor oficio, quien aceptó y protestó el cargo conferido,
señalando como domicilio para oír notificaciones los estrados de ese
juzgado, sin embargo, se negó a declarar y a contestar las preguntas
que le pudieran formular las partes.
h) Por su parte, dentro del término de setenta y dos horas que establece
el artículo 19 constitucional, se le dictó auto de formal prisión por los
delitos de privación de la libertad en su modalidad de secuestro
express agravado (por haberse realizado en grupo, con violencia y
contra persona mayor de sesenta años), así como del diverso de
privación de la libertad en su modalidad de secuestro express
agravado (por haberse realizado en grupo y con violencia).
i) En tercer lugar, el Tribunal Colegiado agregó que al continuarse con el
procedimiento en la vía ordinaria, en la etapa de instrucción, se
desahogaron las pruebas ofrecidas por las partes en tiempo y forma,
por lo que el Juez declaró agotada y cerrada la instrucción; luego, la
representación social formuló sus conclusiones acusatorias, el
defensor particular de inculpabilidad y se dictó sentencia definitiva, en
la que fue realizada la valoración de cada uno de los elementos de
convicción existentes en la causa, expresando las razones y motivos
para condenar al ahora quejoso. Dicha resolución fue recurrida en
apelación por el quejoso, su defensor de oficio y el Ministerio Público,
la cual fue resuelta por la Octava Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, en la que previo los trámites de ley y
atendiendo a todos y cada uno de los agravios expuestos por el
recurrente, modificó la de primera instancia.

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

j) Por lo que respecta al argumento del quejoso en el que aduce que se


vulneran sus garantías previstas en el artículo 16 constitucional, el
órgano colegiado lo declaró infundado al considerar que el acto
reclamado cumple con los requisitos de debida fundamentación y
motivación que tutela dicho precepto al evidenciarse que la Sala de
apelación citó los numerales legales que sirvieron de apoyo a su
resolución y expresó los razonamientos que la llevaron a concluir como
lo hizo; al respecto, se citaron los artículos 245, 246, 251, 253, 254,
255, 261 y 286 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, al realizar la justipreciación del caudal probatorio, y se aludió a
lo enmarcado por los numerales 70 y 72 del ordenamiento punitivo
vigente al momento de individualizar la pena.
k) En relación al argumento en que el quejoso aduce que la autoridad
responsable al momento de valorar las pruebas ofrecidas se apartó de
los principios esenciales reguladores de la prueba, ya que debió
analizar que de todos los indicios que existen en autos se acreditó su
inocencia, el Tribunal Colegiado lo declaró como infundado. Contrario a
lo que señala el quejoso, se razonó que la autoridad responsable
realizó una correcta justipreciación de todo el material probatorio que
obra en la causa de origen relacionado con los delitos que se le
imputan, pues fue analizado de manera congruente y exhaustiva en
términos de los artículos 245, 246, 251, 253, 254, 255 y 286 del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, ajustándose a los
principios de legalidad y a los reguladores de valoración de las
pruebas. Más aún, cuando enlazados de manera lógica y jurídica
conforman la prueba circunstancial de eficacia jurídica plena de
acuerdo con el numeral 261 del citado ordenamiento, para generar el
respectivo juicio de reproche contra el quejoso, pues fueron aptos y
suficiente para comprobar los ilícitos imputados.
l) El Tribunal Colegiado precisó que en autos se contienen pruebas
suficientes que comprueban plenamente la responsabilidad del ahora
quejoso, que por su enlace jurídico, lógico y natural en conjunto, dada
la naturaleza de los hechos, integraron la prueba indiciaria o
circunstancial de plena eficacia demostrativa a que se refiere el artículo
261 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal.

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

Ello, aunado a que no aparece que exista causa de justificación o de


inculpabilidad en términos del numeral 29 del Código Penal para el
Distrito Federal, indicios que al no advertirse desvirtuados en autos,
resultaron eficaces para eliminar la presunción de inocencia que existió
a favor del ahora quejoso ya que del universo probatorio existente en
autos acreditó plenamente que el quejoso fue el sujeto activo que de
manera dolosa y como coautor material ejecutó los dos delitos
imputados.
m) Respecto al argumento en que el quejoso manifiesta violación a los
principios de presunción de inocencia y defensa adecuada, originados
con su reconocimiento por parte de las ofendidas del delito al señalar
que fue obtenida de forma ilícita y sin asistencia de licenciado en
derecho, el órgano colegiado lo calificó como infundado. Al respecto,
se dijo que no existió violación constitucional, toda vez que desde el
inicio de la averiguación previa se expuso que se podía reconocer al
chofer del taxi, mismo que con posterioridad fue reconocido e incluso
se continuó con ese reconocimiento ante el juez natural, en el que
nuevamente se le identificó como secuestrador, de ahí que no existió la
violación aducida por el quejoso, así como tampoco ese
reconocimiento fue obtenido de manera ilícita al haberse efectuado
ante el juez de la causa.
n) En relación con esto último, se señaló que no le asiste razón al quejoso
cuando sostiene que las denunciantes fueron inducidas por personal
de la policía de investigación para su reconocimiento, toda vez que no
obstante existieron ciertas imprecisiones en torno a tal circunstancia,
esto fue aclarado en las diligencias de careos procesales, tanto con los
policías de investigación como con las ofendidas, de las que se
advierte que en la oficina ministerial reconocieron la fotografía que de
la base de datos obraba del hoy quejoso y lo único que los policías
investigadores les enseñaron en sus domicilios fueron una nota del
periódico.
o) Por lo que hace al razonamiento en el que se afirma que se dejó de
valorar el hecho de que las ofendidas refirieron que ya les fue devuelto
el numerario que se dispuso en los cajeros automáticos con las tarjetas
que les quitaron, lo que hace ilegal la condena al no apersonarse los

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

representantes legales de las instituciones de crédito. Al respecto, el


Tribunal Colegiado lo determinó infundado, pues la Sala responsable
refirió que la reparación del daño material es una pena pública y debe
ser pagada a las personas que acrediten tener derecho a ello, dado
que aun en el caso de que dicha pena no sea cuantificada por el
juzgador, eso no es impedimento para no condenar a su pago, ya que
en ese supuesto se podrá hacer en ejecución de sentencia al ser un
derecho establecido en la Constitución Federal a favor de las víctimas
del delito.
p) En cuanto a la condena al pago de gastos futuros respecto del daño
moral sufrido por las ofendidas, por la cantidad de quince mil
seiscientos pesos a cada una de ellas a razón de veintiséis sesiones
de psicoterapia, el órgano colegiado determinó que era infundado lo
alegado por el quejoso. Se dijo que en autos quedó debidamente
acreditado el monto de las veintiséis sesiones para cada denunciante
que la perito estableció; por tanto, fue correcta la condena al pago de la
reparación de daño moral en la cantidad establecida, ya que se trata de
gastos futuros, por lo que resulta procedente su condena al tomar en
cuenta que son producto de la comisión del delito y de sus secuelas,
sin que su argumento en el sentido de que no existió medio alguno por
el que se hayan acreditado el valor de las sesiones sea legalmente
válido, ya que dichos gastos fueron establecidos en los dictámenes
suscritos por la perito adscrita al Centro de Apoyo Socio Jurídico a
Víctimas de Delito Violento de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal.

24. Agravios. El diecisiete de febrero de dos mil quince, el quejoso presentó un


escrito en el que únicamente refirió que estaba inconforme con la resolución
dictada en el juicio de amparo.

VII. ESTUDIO DE PROCEDENCIA DEL RECURSO

25. De conformidad con la Ley de Amparo, el recurso de revisión en amparo


directo se distingue por ser un recurso extraordinario, el cual sólo es
procedente cuando se cumplen los requisitos señalados expresamente por

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

la Constitución Federal y la Ley de Amparo, motivo por el cual deben ser


analizados previamente al estudio de fondo de toda revisión en amparo
directo.

26. En ese sentido, tras un estudio de la demanda de amparo y la sentencia del


Tribunal Colegiado, se considera que el presente asunto satisface los
requisitos de procedencia a los que hace alusión los artículos 107, fracción
IX, de la Constitución Federal y 81, fracción II, de la Ley de Amparo, así
como en los puntos primero, segundo y tercero del Acuerdo General
Plenario 5/2015, toda vez que el quejoso solicitó la interpretación del
derecho a la debida defensa previsto en el artículo 20, inciso A, fracción IX
de la Constitución, específicamente en relación con la defensa adecuada, el
debido proceso y el reconocimiento de los inculpados que realizaron las
denunciantes con motivo de fotografías mostradas por policías.

27. En principio, por regla general, se tiene que las sentencias que dicten los
tribunales colegiados de circuito en juicios de amparo directo son
inatacables. Sin embargo, por excepción pueden ser impugnadas mediante
recurso de revisión si el tribunal colegiado de circuito se pronunció –u omitió
hacerlo– sobre temas propiamente de constitucionalidad (es decir, sobre la
constitucionalidad de normas generales o sobre la interpretación directa de
algún precepto de la Constitución)8. Asimismo, de manera excepcional,

8 Con base en lo resuelto por el Tribunal Pleno en la contradicción de tesis 21/2011-PL, fallada el
nueve de septiembre de dos mil trece, esta Primera Sala entiende que una cuestión propiamente
constitucional se actualiza cuando se exige la tutela del principio de supremacía constitucional para
la solución de un caso concreto, porque justamente se presenta un conflicto interpretativo de la
determinación normativa que para ese supuesto otorga la Constitución, en tanto texto normativo, lo
cual implica la exigencia de desentrañar el significado de un elemento normativo o de alguna
norma fundamental o de un derecho humano reconocido en un tratado internacional ratificado por
México, mediante el despliegue de un método interpretativo.
Ello, pues el Tribunal Pleno sostuvo que como consecuencia de la reforma al artículo 1° de la
Constitución Federal, el principio de supremacía constitucional se desenvuelve en dos
concepciones distintas, cada una dando origen a un tipo de cuestión de constitucionalidad: una
relativa a la protección consistente del sistema de fuentes y a su principio de jerarquía normativa y
otra relacionada con la protección coherente de la unidad de principios objetivos del ordenamiento
jurídico, mediante el principio de mayor protección de los derechos humanos.
Por ende, una cuestión de constitucionalidad se puede definir, en términos generales, mediante un
criterio positivo y otro negativo. De manera positiva, se origina por el ejercicio interpretativo de un
elemento o norma constitucional para la resolución del caso, entendiendo con ello no sólo la
interpretación de los preceptos de la Constitución Federal, sino de los derechos humanos
reconocidos en los tratados internacionales de los que México es parte de acuerdo a lo previsto en
el artículo 1°, párrafo primero, de la propia Constitución Federal.

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

procede cuando se impugnen disposiciones de la Ley de Amparo a través


de este recurso.9

28. Además de que en la sentencia recurrida se decidan o se hubieran omitido


decidir temas propiamente constitucionales, deberá fijarse un criterio de
importancia y trascendencia atendiendo a los Puntos Primero y Segundo
del Acuerdo General 9/2015 que señalan que, por regla general, se surten
tales requisitos cuando se advierta que la cuestión de constitucionalidad
dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden
jurídico nacional o cuando lo decidido en la sentencia recurrida pueda
implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte
de Justicia de la Nación relacionado con alguna cuestión propiamente
constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio o se hubiere
omitido su aplicación10.

29. Ahora bien, aplicando los referidos criterios de esta Suprema Corte al caso
que nos ocupa, esta Primera Sala considera que se surten los criterios de
procedencia. En primer lugar, por lo que hace a los presupuestos formales,
es evidente que en la demanda de amparo se planteó la interpretación
directa de los artículos 1º, 14, 16 y 20, apartado A, inciso IX, de la
Constitución Federal y el Tribunal Colegiado no dio una respuesta suficiente
a los mismos.

9 Derivado de lo resuelto en el recurso de reclamación 130/2011 y el amparo directo en revisión


301/2013, fallados respectivamente por el Tribunal Pleno y la Primera Sala el veintiséis de enero
de dos mil doce y el tres de abril de dos mil trece, se ha concluido que procede la revisión en
amparo directo cuando se combata las disposiciones de la propia Ley de Amparo y se satisfagan
los tres requisitos siguientes: a) la existencia de un acto de aplicación de dicha ley al interior del
juicio de amparo; b) se haya impugnado ese acto de aplicación cuando trascienda al sentido de la
decisión adoptada, y c) la concurrencia de un recurso contra tal acto, en donde pueda analizarse
tanto la regularidad del acto de aplicación, como la regularidad constitucional de la norma aplicada.
Véase, la tesis 1a. CCXLI/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro XXIII, agosto de 2013, Tomo 1, página 745, de rubro y texto (negritas nuestras): “REVISIÓN
EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA IMPUGNAR DISPOSICIONES DE LA LEY DE
AMPARO A TRAVÉS DE ESTE RECURSO”.
10 Véase, la tesis P./J. 22/2014 (10a.), emitida por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima


Época, Libro 5, abril de 2014, tomo I, página 94, de rubro “CUESTIÓN CONSTITUCIONAL. PARA
EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL RECURSO DE REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO, SE
SURTE CUANDO SU MATERIA VERSA SOBRE LA COLISIÓN ENTRE UNA LEY SECUNDARIA
Y UN TRATADO INTERNACIONAL, O LA INTERPRETACIÓN DE UNA NORMA DE FUENTE
CONVENCIONAL, Y SE ADVIERTA PRIMA FACIE QUE EXISTE UN DERECHO HUMANO EN
JUEGO”.

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

30. El quejoso fue enfático en señalar que se le violaron sus derechos a la


defensa adecuada y al debido proceso, pero para ello, advirtiendo la causa
de pedir, expuso la necesidad de que se interpretaran los aludidos
preceptos constitucionales a fin de concluir que forman parte de esos
derechos humanos la prohibición de inducción por parte de policías en la
identificación de un inculpado a través de exhibición de fotografías, así
como la necesaria intervención de un defensor en el momento de exhibición
de las mismas. A su juicio, la ausencia de defensor hace por sí misma
inválida la prueba de identificación y, además, el que se haya inducido a las
presuntas víctimas para reconocerlo como presunto agresor afecta una
parte sustancial del debido proceso: la fiabilidad de los medios de
convicción relacionados con dicha identificación.

31. Al respecto, en el escrito de demanda se sostuvo lo siguiente (negritas


añadidas):

[…] Engarzado con la circunstancia de que el hoy impetrante de


garantías, en todo momento ha negado la comisión del delito que se le
imputó, lo que es verídico, ya que ante el órgano jurisdiccional de
primera instancia siembre sostuve las actividades lícitas a las que me
dedicaba antes de ser privado de mi libertad injustificadamente, las que
solicito se tengan por reproducidas en este apartado.
Sustentándose las anteriores aseveraciones en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, firmada por México en el año de 1948, que
cita en lo conducente: [se transcribe]
En la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José, Costa Rica), vigente en México desde 24 de marzo de 1981, Parte
I DEBERES DE LOS ESTADOS Y DERECHOS PROTEGIDOS, artículo
1 OBLIGACIÓN DE RESPETAR LOS DERECHOS Y LIBERTADES
RECONOCIDOS EN ESTA CONVENCIÓN [se transcribe].
Así como en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre [se transcribe].
Lo que de igual forma encuentra apoyo: PRINCIPIO PRO PERSONA.
CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO
FUNDAMENTA APLICABLE [se transcribe].
DIGNIDAD HUMANA. EL ORDEN JURÍDICO MEXICANO LA
RECONOCE COMO CONDICIÓN Y BASE DE LOS DEMÁS
DERECHOS FUNDAMENTALES [se transcribe].
DERECHOS A LA INTIMIDAD, PROPIA IMAGEN, IDENTIDAD
PERSONAL Y SEXUAL. CONSTITUYEN DERECHOS DE DEFENSA Y
GARANTÍA ESENCIAL PARA LA CONDICIÓN HUMANA [se transcribe].
Siendo menester precisar que dicha ofendida fue inducida por
agentes de la policía judicial para reconocer al hoy quejoso como el
que supuestamente era chofer del taxi que conducía el día del evento
el vehículo en que refiere la pasivo fue privada de su libertad, lo que se
advierte de la declaración rendida en posterior comparecencia ante
la representación social, en fecha 24 de agosto de 2010, quien refirió

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

en lo conducente: “que efectivamente elementos de la policía de


investigación de esta fiscalía me entrevistaron para ponerme a la vista
una fotografía fotostática en blanco y negro en la que se aprecian cuatro
sujetos del sexo masculino, los cuales se encuentran relacionados con
varios secuestros express y que también estaban relacionados con una
averiguación previa iniciada en Cuauhtémoc…”
Coligado con la ampliación de declaración rendida ante el juez de
primera instancia, ya que al responder a preguntas de la defensa refirió
“que la diciente iba a entrar a su casa cuando se acercaron los señores,
le preguntaron si ella era la señora *********, se identificaron, ella
entró a dejar unas cosas que traía, salió y en la banqueta al filo de
donde deja su coche, le enseñaron las fotografías y ahí identificó” “que
se enteró que las personas que identificó estaban relacionadas con
varios secuestros porque la hoja que le enseñaron con las fotografías
era al parecer de un periódico y abajo decía banda de secuestradores y
violadores, que caen o algo así” “ que se enteró de los nombres de los
hoy procesados porque ahí vienen en el periódico”.
Lo que se engarza con lo declarado por los policías ********* Y
*********, quienes en forma conteste ante la autoridad ejecutora
externaron “que la fotografía que le mostraron ante la denunciante la
obtuvieron de un periódico”.
Adminiculado con los careos sostenidos ante la autoridad ejecutora entre
********* Y *********, entre esta Y *********, quienes son acordes
en referirle a su careada que le demostraron al ir a su domicilio una
fotografía del periódico.
Todo lo cual es robustecido con la declaración de *********, quien se
conduce en los mismos términos que su hermana al reconocer que
identificó al hoy quejoso a través de una fotografía del periódico en
donde estaban anotados sus nombres; incluyendo en su declaración
ante el órgano investigador que ella al subir al taxi se sentó detrás del
asiento del copiloto mientras que su hermana ********* lo hizo a su
lado izquierdo, de lo que se desprende que fue detrás del piloto, con lo
que se puede afirmar que resulta inverosímil que haya podido tener la
oportunidad de percatarse de la fisionomía del sujeto que conducía el
taxi. Engarzado con la confrontación practicada entre la señora
********* Y EL QUEJOSO, de la que resultó que dicha supuesta
pasivo no reconoce a ninguno de los confrontados como aquel que la ha
privado de su libertad y de sus bienes.
Todo lo cual constituye una prueba ilícita al no haberse llevado a
cabo las diligencias de reconocimiento con apego a las reglas
establecidas para la práctica de las mismas tanto en la legislación
adjetiva penal, como en las diversas normas jurídicas que rigen la
actuación de los auxiliares del ministerio público.
Declaraciones que adquieren el valor probatorio que les confiere el
artículo 255 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, al tratarse de personas que por su capacidad, edad e
instrucción tuvieron el criterio necesario para juzgar lo que expresaban ,
ya que conocieron los hechos narrados por medio de los sentidos, nadie
se los infirió ni refirió y, sobre todo, porque su declaración era clara y
precisa sobre las substancia del hecho, ya que no dejan dudas ni
reticencias sobre las circunstancias esenciales del hecho que narraron.
Soportado por el criterio federal que a la letra reza: CONFRONTACIÓN
[se transcribe].
Dejando en completo estado de indefensión al quejoso, al vulnerarse
en su perjuicio el principio pro persona y derechos fundamentales
tales como son la dignidad humana, la libertad, la honra y el buen

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

nombre, los cuales consagra el artículo 1 Constitucional, que


establece como obligación de todas las autoridades del país dentro
del ámbito de su competencia, el promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos reconocidos en el pacto federal y
en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte. Además consagra el principio pro homine, consistente en la
constante adopción del criterio interpretativo más favorable al derecho
humano de que se trate, motivo por el que siempre deberá preferirse una
opción orientada a privilegiar, preferir, seleccionar, favorecer y tutelar la
norma que mejor proteja los derechos fundamentales del ser humano;
transgrediendo asimismo con su actuación, de igual forma el
derecho fundamental que consagra el artículo 20, apartado A,
fracción I, de nuestra Carta Magna, que establece que el proceso
penal tendrá por objeto tanto el esclarecimiento de los hechos
como la protección del inocente, partiendo de la premisa que el
principio de presunción de inocencia implica que exclusivamente el
Ministerio Público, como contraparte en el proceso y único órgano
del Estado facultado para formular una imputación o una
acusación, es en quien recae la carga de la prueba para demostrar la
culpabilidad y por ende la identidad de una persona sujeta a
proceso, no así en las autoridades responsables ordenadora y ejecutora
quienes deberán ajustar su criterio de valoración al sistema tazado por la
norma jurídica adjetiva pernal, sobre los elementos de prueba aportados
por las partes, con irrestricto respeto de los derechos fundamentales
invocados garantizando su observación.
Respaldando mis argumentos la tesis jurisprudencial que se transcribe:
IDENTIDAD ENTRE EL AUTOR O PARTÍCIPE DEL DELITO Y EL
ACUSADO. CORRESPONDE AL MINISTERIO PÚBLICO ALLEGAR AL
JUZGADOR LOS MEDIOS DE PRUEBA IDÓNEOS PARA ACREDITAR
TAL EXTREMO DE MANERA INDUBITABLE, PALMARIA E
IRREBATIBLE [se transcribe].
Sin embargo las responsables ordenadora y ejecutora, pasando por alto
que el reconocimiento del quejoso como partícipe en los hechos
denunciados por las C.C. *********ambas de apellidos *********, fue
inducido con clara violación del principio de debido proceso y
defensa adecuada, al haberle sido mostradas en forma privada por
parte de los elementos de la policía de investigación una copia
fotostática simple de una fotografía obtenida en un periódico en la
que aparecían los nombres de los sentenciados y los encabezados
de que se trataba de una banda de secuestradores y violadores,
transgreden el principio de presunción de inocencia, diligencias
que se realizaron sin presencia alguna de agente del ministerio
público, transgrediéndose por parte del órgano investigador las
formalidades esenciales del procedimiento que pregona el artículo
14 Constitucional, y en específico el de la prueba de confrontación que
en términos de lo dispuesto por los artículos 218 y 219 del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal prevé el siguiente
procedimiento [se transcribe] […].

32. En contestación a estos argumentos, el Tribunal Colegiado señaló que si


bien es cierto que los agentes policiacos les enseñaron a las denunciantes
una copia fotostática de un periódico que contenía una fotografía para que
reconocieran a los inculpados (lo cual originaba ciertas inconsistencias),

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

desde su punto de vista ello no actualizaba una violación que hiciera


procedente la concesión del amparo al no incidir en la presunción de
inocencia ni en la defensa adecuada. El texto de la sentencia es el que
sigue (negritas añadidas):

Por otra parte, el quejoso en su concepto de violación primero aduce


violación a los principios de presunción de inocencia y defensa
adecuada, originados con su reconocimiento por parte de las ofendidas
del delito, al señalar que fue obtenida de forma ilícita, pues no fue
asistido de un licenciado en derecho al momento de practicarse ante el
Ministerio Público.
Que no se encuentran acreditados los elementos que integran el delito
penal, ya que la supuesta denunciante ********* sostuvo en su
declaración ministerial que no se percató de las características del
chofer, por lo que el haberlo declarado penalmente responsable vulnera
sus derechos fundamentales, ya que en todo momento comprobó con
los medios de convicción que ofreció en el juicio que es una persona
honorable incapaz de cometer la conducta delictiva que se le atribuye, lo
que se sustenta en lo dispuesto por la Declaración Universal de los
Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica); Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre y las tesis de rubro: "PRINCIPIO
PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE
DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE"; "DIGNIDAD HUMANA. EL
ORDEN JURÍDICO MEXICANO LA RECONOCE COMO CONDICIÓN Y
BASE DE LOS DEMÁS DERECHOS FUNDAMENTALES" y
"DERECHOS A LA INTIMIDAD, PROPIA IMAGEN, IDENTIDAD
PERSONAL Y SEXUAL. CONSTITUYEN DERECHOS DE DEFENSA Y
GARANTÍA ESENCIAL PARA LA CONDICIÓN HUMANA". Aunado a
que la ofendida fue inducida por agentes de la Policía Judicial para
reconocer al quejoso como el chofer del vehículo taxi en que la
privaron de la libertad; de ahí que el reconocimiento que fue realizado
constituye una prueba ilícita al no haberse llevado a cabo con apego a
las reglas establecidas para tal fin, por lo que se le dejó en completo
estado de indefensión, vulnerándose en su perjuicio el artículo 1°
de la Carta Magna, pues su reconocimiento fue inducido en franca
violación al debido proceso y defensa adecuada, al habérsele
mostrado en forma privada por parte de los policías una copia
fotostática simple de una fotografía obtenida en un periódico en la
que aparecía el nombre del quejoso, lo que transgredió sus derechos
fundamentales. Cita las tesis: "CONFRONTACIÓN" y "IDENTIDAD
ENTRE EL AUTOR O PARTÍCIPE DEL DELITO Y EL ACUSADO.
CORRESPONDE AL MINISTERIO PÚBLICO ALLEGAR AL JUZGADOR
LOS MEDIOS DE PRUEBA IDÓNEOS PARA ACREDITAR TAL
EXTREMO DE MANERA INDUBITABLE, PALMARIA E IRREBATIBLE".
Agrega, que al comparecer la denunciante ********* ante el juez de la
causa y desahogarse la prueba de confrontación, se violaron las leyes
del procedimiento, al no cumplirse con lo dispuesto por el numeral 233
del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, ya que
no se advierte que la pasivo haya manifestado las diferencias y
semejanzas que pudo advertir en la persona que reconoce en el estado
actual y el que tenía en la época de los hechos, por lo que se advierte
que fue inducida al reconocer al quejoso, de ahí que la prueba debe ser
excluida al ser nula en aplicación a la teoría del fruto del árbol

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

envenenado, en la que se postula que toda prueba obtenida mediante el


quebrantamiento de una norma constitucional, aun cuando no lo sea por
efecto reflejo o derivado será ilegítima como el quebrantamiento que la
originó. Cita la tesis: "AVERIGUACIÓN PREVIA. LAS
TRANSGRESIONES COMETIDAS DURANTE ESTA FASE
CONSTITUYEN VIOLACIONES PROCESALES EN TÉRMINOS DEL
ARTÍCULO 160 DE LA LEY DE AMPARO"; "CONFRONTACIÓN.
REQUISITOS PARA SU VALIDEZ (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
BAJA CALIFORNIA)" y "PRUEBA ILÍCITA. LAS PRUEBAS
OBTENIDAS, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, VIOLANDO
DERECHOS FUNDAMENTALES, NO SURTEN EFECTO ALGUNO".
Lo anterior es infundado.
En efecto, como ya fue relatado, no existió violación a los principios
de presunción de inocencia y defensa adecuada que alega el
peticionario de amparo, toda vez que desde la primera declaración
de la ofendida ********* ante el Ministerio Público investigador
declaró la forma en que ocurrieron los hechos y refirió que aunque
no podía realizar un retrato hablado del chofer, si lo volviera a ver lo
reconocería plenamente sin temor a equivocarse; que los sujetos que
se subieron al taxi estaban coludidos con el chofer; posteriormente, del
informe de investigación exhaustiva (foja 70 de la causa), se advierte
que fue detenido entre otros el hoy quejoso y que los policías se
entrevistaron con las denunciantes ********* y *********, de apellidos
*********, a quienes les mostraron una fotografía de los detenidos
reconociendo entre otros al peticionario de amparo; ante la autoridad
ministerial acudieron las ofendidas y reconocieron la fotografía entre
otros del quejoso, como la persona que el día de los hechos manejaba el
vehículo taxi; se solicitó la correspondiente orden de aprehensión la cual
al advertir el juez de la causa hechos que probablemente pudieran
constituir los delitos de privación de la libertad en su modalidad de
secuestro express, obsequió la misma, la que fue cumplimentada y
posteriormente se emitió el auto de formal prisión; asimismo, durante la
instrucción el quejoso solicitó la prueba de confrontación la que se
desahogó mediante audiencia de dieciséis de marzo de dos mil doce
(fojas 364 a 369 de la causa), en la que se presentó al entonces
procesado tras las rejas de prácticas junto con cinco personas más
quienes se encontraban vestidos con ropas y media afiliación
semejantes a las del confrontado, audiencia en la que la denunciante
*********, no reconoció a ninguna persona en virtud de que la reja de
prácticas no le permitió reconocer los rasgos fisionómico de su
secuestrador; en el caso de la denunciante *********, el procesado
eligió el número seis y la víctima refirió "que no puede ver muy bien las
facciones pero piensa que es el número 6…"; otro dato es la diligencia
de careos (fojas 504 a 507), en la que *********, le sostuvo que él
conducía el vehículo e iba con las personas que la asaltaron; que lo
identifica porque lo iba viendo por el espejo retrovisor dándole
indicaciones de dónde quería que se fuera.
Aspectos todos ellos, de los que se advierte que contrario a lo alegado
por el quejoso, desde el inicio de la averiguación previa se expuso
que se podía reconocer al chofer del taxi, mismo que con
posterioridad fue reconocido e incluso se continuó con ese
reconocimiento ante el juez natural, de ahí que no existió alguna
violación contra el peticionario de amparo, así como tampoco ese
reconocimiento fue obtenido en forma ilícita, pues se llevó a cabo
ante el juez de la causa, por lo que es dable considerar que se
encuentran acreditados los elementos que constituyen los delitos que se

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

le imputan, así como su plena responsable penal.


Asimismo, no le asiste la razón al quejoso, al mencionar que las
denunciantes fueron inducidas por personal de policía de
investigación para su reconocimiento, toda vez que no obstante
existió ciertas imprecisiones respecto a ello, esto fue aclarado en
las diligencias de careos procesales que se sostuvieron entre los
policías *********, ********* y *********, con las denunciantes,
de las que se advierte que en la oficina ministerial reconocieron la
fotografía que de la base de datos obraba del hoy quejoso y lo
únicos que ellos les enseñaron en sus domicilios fueron una nota
del periódico.
Igual situación ocurre, al señalar el quejoso que la ofendida
********* fue inducida al reconocer al quejoso ante el juez de la
causa, pues de su lectura no se advierte dicha situación, pues el
personal del juzgado de primera instancia cumplió con los
requisitos que para ello señala el ordinal 219 del código procesal,
sin que fuera el caso de que se llevaran a cabo los requisitos del
diverso 223, ante el reconocimiento del procesado por parte de la
citada ofendida.
De ahí que no le asista la razón al quejoso, así como tampoco resulten
aplicables para los fines que pretende las tesis que menciona en su
concepto de violación.

33. A partir de lo anterior, supliendo la deficiencia de la queja aun ante la


ausencia total de agravios, de conformidad con el artículo 79, fracción III,
inciso a), de la Ley de Amparo, esta Primera Sala estima que debe darse
procedencia al recurso de revisión, ya que la parte quejosa planteó en su
demanda un alegato de constitucionalidad relacionado con la prohibición de
inducción de las personas que identifican a un inculpado a través de
fotografías como parte del derecho a un debido proceso y el Tribunal
Colegiado, aunque abordó el concepto de violación, lo hizo de una manera
parcial y sin atender propiamente a la cuestión de constitucionalidad
invocada por el quejoso.

34. El órgano colegiado contestó el concepto de violación a la luz de un


examen entre valoración de distintas pruebas (es decir, sólo dijo que
aunque los policías investigadores exhibieron fotografías de los inculpados
a partir de copias fotostáticas de notas periodísticas, tal aspecto se
convalidaba con la identificación posterior en vía jurisdiccional y con las
declaraciones de las ofendidas), cuando en realidad el razonamiento del
quejoso consistió en argumentar que la prohibición de inducción de las
personas que identifican a un inculpado a través de imágenes fotográficas
debe reconocerse como parte del derecho a un debido proceso, al incidirse

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

sobre pruebas que formarán parte de los elementos de convicción del


juzgador como las testimoniales o posteriores identificaciones.

35. Además, el Tribunal Colegiado fue omiso en pronunciarse expresamente


sobre el alegato de la parte quejosa consistente en que la ausencia de un
defensor al momento de exhibición de las fotografías causaba una violación
al derecho a una defensa adecuada; ello, bajo la premisa de que el hoy
recurrente en la demanda de amparo no sólo alegó la transgresión de ese
derecho humano, sino que razonó que el contenido del mismo implicaba
que ante toda diligencia de investigación en el que se vaya a dar la
identificación de un inculpado mediante fotografías, es estrictamente
necesario que se permita la participación del defensor del probable
responsable.

36. Por otro lado, en cuanto al criterio material de procedencia, esta Primera
Sala también considera que el tema constitucional en cuestión reviste las
cualidades de importancia y trascendencia, pues no existe jurisprudencia
vinculante que determine si el reconocimiento que los ofendidos hacen de
un inculpado mediante material fotográfico realizado fuera de las oficinas
del Ministerio Público y sin defensor, afecta o no el derecho a la debida
defensa o el debido proceso, por lo que resulta sustancial pronunciarse al
respecto.

37. Sobre estas temáticas, esta Suprema Corte sólo se ha pronunciado de


manera tangencial en tres ocasiones. En el amparo directo 9/2008, resuelto
el doce de agosto de dos mil nueve, se reconoció la posibilidad de que los
testigos puedan ser inducidos por la autoridad mediante la exhibición de
fotografías de los indiciados, por lo cual se expuso la obligación de que las
pruebas testimoniales relacionadas con este reconocimiento fotográfico
deben ser rendidas de forma libre y espontánea.

38. Para ello, se dijo que las personas que declaren como testigos en una
averiguación previa deben hacerlo de forma imparcial, “cuestión que se ve
violentada en el momento en que el órgano investigador, sin que el testigo
haya hecho referencia a que podría reconocer a las personas que

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

participaron en los hechos en los que declara o haya proporcionado una


media filiación de los mismos o expresado la razón por la cual estaría en
posibilidad de identificarlos, le muestra las fotografías de las personas que
se encuentran relacionados con la investigación en calidad de indiciados y
es a partir de las mismas que se logra la imputación en su contra. Esto es
así, ya que debe considerarse que con tal forma de actuar se está
induciendo la declaración del testigo para que realice imputaciones en
contra de personas determinadas, mismas que de esa forma ven
violentadas sus garantías individuales ya que su vinculación a los hechos
investigados se logra sin que se hayan respetado sus derechos
fundamentales”11. Este criterio se ve reflejado en la tesis de rubro:
“PRUEBA TESTIMONIAL, DEBE SER RENDIDA DE FORMA LIBRE Y
ESPONTÁNEA”12.

39. En sentido similar, en el amparo directo 4/2012, resuelto el once de octubre


de dos mil doce, esta Suprema Corte sostuvo que se acreditaba una
violación al principio de legalidad y se invalidaba, consecuentemente, una
de las pruebas para tener por acreditada, en ese caso, la probable comisión
del indiciado en el delito de secuestro (consistente en la ampliación de la
declaración rendida por los supuestos ofendidos ante el ministerio público
en la que reconocían plenamente al inculpado a partir de fotografías en las
que aparecía el mismo con una cartulina con su nombre y la leyenda
“portación de arma prohibida y secuestro”).

40. A juicio de esta Primera Sala, esas pruebas se obtuvieron ilícitamente y


afectaron la investigación y el proceso, ya que tales fotografías fueron
11 Páginas 493 y 494 de la sentencia.
12 Tesis 1a. CXC/2009, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Novena
Época, Tomo XXX, noviembre de 2009, página 413, de texto: “Conforme a la garantía de legalidad
y debido proceso, contenida en el artículo 14 Constitucional, en relación con lo dispuesto en el
artículo 289 del Código Federal de Procedimientos Penales, las personas que declaren como
testigos en una averiguación previa deben hacerlo de forma espontánea e imparcial. Esta máxima
se ve violentada en el momento en que el órgano investigador muestra a los testigos fotografías de
los indiciados sin que hayan manifestado poder reconocer a éstos o sin que hayan proporcionado
la razón por la cual estarían en posibilidad de identificarlos. Con tal forma de actuar, el órgano
acusador induce la declaración del testigo para que realice imputaciones en contra de personas
determinadas, mismas que, de esa forma, ven violentadas sus garantías individuales. En este
supuesto, la vinculación de los inculpados a los hechos investigados se logra sin que se hayan
respetado sus derechos fundamentales. Como consecuencia de lo anterior, las declaraciones en
que se actualizan los vicios de ilicitud pueden tener valor probatorio en aquella parte en que los
testigos declaran libremente, y deben considerarse como ilícitamente obtenidas en la parte en que
el órgano de la acusación induce el señalamiento de los inculpados a partir de la muestra de
fotografías mediante las cuales se imputa un cargo”.

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

tomadas por autoridades policiacas sin la presencia del agente del


Ministerio Público y exhibidas a los ofendidos con las leyendas
mencionadas de manera previa a esa ampliación de declaración ministerial.
Lo relevante de tal situación, como se identificó en la sentencia, es que
antes de las ampliaciones, los ofendidos no habían proporcionado identidad
o media filiación del probable responsable y fue con motivo de esa
exhibición fotográfica que coincidieron en la identificación13.

41. En consecuencia, aunque no se señaló de manera expresa que existía una


violación al debido proceso por la indebida identificación del indiciado a
través de fotografías obtenidas ilegalmente o que se acreditaba una
inducción de los ofendidos por parte de las autoridades, ya que la
resolución se basó principalmente en la ausencia de facultades de la policía
para haber tomado las respectivas fotografías, lo cierto es que la línea
argumentativa del fallo permite apreciar que parte del razonamiento para no
tener por buena la identificación del inculpado radicó, precisamente, en la
ausencia de fiabilidad de ese reconocimiento por parte de los ofendidos
ante una indebida exhibición fotográfica.

42. Por su parte, en el amparo en revisión 338/2012, resuelto el veintiocho de


enero de dos mil quince, esta Primera Sala nuevamente se pronunció
respecto a cuáles son los parámetros que se debe de seguir para respetar
el derecho al debido proceso cuando se exhiben fotografías de indiciados.
En ese asunto se reconoció expresamente la posibilidad de inducción y se
planteó una metodología para evitar la violación del derecho. Tal criterio se
refleja en la tesis de rubro: “IDENTIFICACIÓN DE PERSONAS
POSIBLEMENTE INVOLUCRADAS EN HECHOS DELICTIVOS.
REQUISITOS PARA QUE LA EXHIBICIÓN DE SUS FOTOGRAFÍAS SE
ESTIME CONSTITUCIONAL, INCLUSIVE EN LOS CASOS DE TESTIGOS
PROTEGIDOS”14.

13Páginas 198 a 266 de la sentencia.


14 Tesis 1a. CCCLI/2015 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Décima Época, Libro 24, tomo I, noviembre de 2015, página 980, de texto: “El hecho de mostrar a
los testigos fotografías de personas que podrían estar involucradas en hechos delictivos será
constitucional siempre que, como lo ha establecido este Alto Tribunal -sin distinción tratándose de
testigos protegidos-, la toma de fotografías cumpla con las formalidades dentro de la averiguación
previa por el Ministerio Público y no se induzca de forma alguna a las terceras personas a

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

43. Así las cosas, esta Primera Sala estima que el presente caso es la
oportunidad idónea para abordar nuevamente estos cuestionamientos
constitucionales, a fin de sentar un criterio que compagine los referidos
precedentes y que, a la postre, puede convertirse en jurisprudencia.

VIII. ESTUDIO DE FONDO

44. Esta Primera Sala observa que, suplidos los agravios en términos del
artículo 79, fracción III, inciso a), de la Ley de Amparo, debe declararse
fundado el presente recurso de revisión y devolverse los autos al Tribunal
Colegiado para que resuelva nuevamente, en un ámbito de legalidad, sobre
la acreditación de la probable responsabilidad del quejoso en la comisión
del delito que se le atribuye, pronunciándose sobre la validez o no de su
identificación fotográfica a partir de las siguientes consideraciones sobre los
derechos al debido proceso y defensa adecuada.

45. En la demanda de amparo, el recurrente argumentó que en el caso se


acreditaban violaciones a sus derechos humanos a la defensa adecuada y
al debido proceso, pues la exhibición de fotografías para su identificación
como probale responsable se realizó sin la presencia de su defensor, en el
domicilio de las denunciantes, induciendo a las mismas previo a su
declaración ministerial.

46. Tal como se relató en el apartado de procedencia, el órgano colegiado no


se pronunció expresamente en torno al primer razonamiento de
constitucionalidad y se limitó a señalar que no existía inducción en el caso
concreto, pues si bien era cierto que la primera identificación se hizo a partir
de imágenes que se encontraban en una nota del periódico, dichas
imprecisiones se solventaban con los reconocimientos efectuados ante el
juzgador, con los careos procesales y con el hecho de que desde la
averiguación previa las denunciantes señalaron que podían reconocer al
chofer del taxi.

reconocer a alguien, lo cual puede darse si la muestra de una fotografía se hace de forma aislada,
es decir, si se muestra únicamente una fotografía y no se hace junto con un grupo de otras”.

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

47. Esta Suprema Corte llega a la convicción de que la sentencia de amparo no


cumplió con el principio de exhaustividad y abordó los argumentos de
constitucionalidad de manera parcial. Primero, porque el Tribunal Colegiado
fue omiso en contestar expresamente si resultaba necesario la concurrencia
o no de un defensor público al momento de que las autoridades policiales
exhiben cualquier fotografía de un indiciado para su identificación por las
víctimas del delito durante las prácticas de una investigación y, segundo,
debido a que el órgano colegiado se limitó a concluir la inexistencia de la
inducción con base en pruebas obtenidas de manera posterior a la
identificación del quejoso, sin explicitar el alcance del derecho al debido
proceso en torno a la prohibición de inducción y la prueba ilícita y sin
hacerse cargo en realidad del razonamiento principal del recurrente: la
ausencia de fiabilidad del reconocimiento obtenido, de manera primigenia,
con la exhibición de fotografías por parte de la autoridad policial previo a la
ratificación de los reconocimientos.

48. Dicho de otra manera, esta Primera Sala advierte una omisión de estudio
por parte del Tribunal Colegiado y se estima como incorrecta la forma de
aproximación a los planteamientos del recurrente y la interpretación
efectuada por el colegiado respecto a los alcances del derecho al debido
proceso ante alegados supuestos de inducción que conllevan o no a la
determinación de una prueba ilícita.

49. Por lo tanto, con fundamento en el artículo 93, fracción V, de la Ley de


Amparo, a fin de mayor claridad expositiva, se hará el análisis de tales
argumentos de constitucionalidad dividiendo el fallo en dos apartados con
sus respectivas secciones. En el primero se hará el estudio del alegato de
defensa adecuada (I) y en el segundo el de debido proceso (II),
identificando en ambos apartados el parámetro de regularidad
correspondiente (A) y aplicándolo al caso concreto (B), siguiendo la
metodología de análisis ordenada en la contradicción de tesis 293/2011 y
en el expediente varios 912/2010.

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

50. Lo anterior, al margen de que tales derechos se encuentren


interrelacionados, ya que ciertas violaciones al principio de debido proceso
en realidad se vinculan con una defensa que no fue adecuada y viceversa.
Sin embargo, en el caso concreto, las violaciones que se aducen permiten
hacer una distinción conceptual en el examen de regularidad respeto a
ambos derechos.

I
A. Parámetro de regularidad sobre defensa adecuada

51. Para esta Primera Sala, el derecho a una defensa adecuada en materia
penal consiste en la prerrogativa de que todo inculpado cuente con una
persona perito en Derecho que le auxilie en su defensa de manera
oportuna, real y efectiva; en particular, en todas las diligencias en las que
intervenga directamente.

52. No es un mero requisito formal, sino que representa un derecho


instrumental cuya finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se
despliegue a través de una investigación y proceso justo desde la etapa de
la averiguación previa hasta la finalización del proceso penal y la ejecución
de la sentencia; en especial, se insiste, en todas aquellas diligencias o
actuaciones en las que directa y físicamente participe o deba participar la
persona involucrada en la investigación o en el proceso15.

53. Contar con un defensor busca garantizar, entre otras muchas cuestiones, la
decisión justa en el proceso y tiende a proteger otros derechos
fundamentales como el no declarar, no auto-incriminarse, no ser
incomunicado ni sufrir tortura, lo cual requiere asistencia técnica en materia
penal en todas las etapas del procedimiento en las que intervenga el propio
imputado (lato sensu). Es decir, lo que justifica la necesidad de que los
indiciados, inculpados, procesados o sentenciados cuenten con una
persona con la capacidad técnica requerida para asesorar a su defendido,
radica en satisfacer una real y efectiva asistencia legal que les permita estar
posibilidad de hacer frente a la imputación formulada en su contra, lo cual

15Véase, lo resuelto en el amparo directo en revisión 2349/2014, resuelto por esta Primera Sala
por unanimidad de cinco votos en sesión de cuatro de marzo de dos mil quince.

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

no se logra si la asistencia es proporcionada por cualquier otra persona que


no reúna la citada característica, a pesar de ser de la confianza de la
persona inculpada16.

54. Esta Primera Sala ha abordado el referido contenido de este derecho a lo


largo de una vasta línea jurisprudencial. Entre los diferentes asuntos, por
ser de los más recientes, destacan los amparos directos en revisión
1519/2013 y 3250/2013, resueltos el veintiséis de junio de dos mil trece y el
veinticuatro de septiembre de dos mil catorce.

55. En el primero se dijo que el derecho a la defensa adecuada goza de estatus


constitucional a través de la interrelación de varias normas constitucionales
y convencionales. Se destacó que el derecho a una defensa adecuada se
encuentra reconocido en el artículo 20, apartado A, fracción IX, de la
Constitución Federal, en su texto vigente antes de la reforma constitucional
de dieciocho de junio de dos mil ocho17, así como en varios tratados

16 Tal criterio se refleja en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 26/2015 (10a.), emitida por esta Primera
Sala en la Décima época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 18,
mayo de 2015, tomo I, página 240 de rubro: “DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA
FORMA DE GARANTIZAR EL EJERCICIO EFICAZ DE ESTE DERECHO HUMANO SE
ACTUALIZA CUANDO EL IMPUTADO, EN TODAS LAS ETAPAS PROCEDIMENTALES EN LAS
QUE INTERVIENE, CUENTA CON LA ASISTENCIA JURÍDICA DE UN DEFENSOR QUE ES
PROFESIONISTA EN DERECHO”.
17 Lo anterior tiene sustento, en el criterio jurisprudencial 1ª./J.23/2006, emitido por esta Primera

Sala, en el que se precisó que, en términos de las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la
Constitución Federal, del texto anterior a la reforma constitucional de dieciocho de junio de dos mil
ocho, la prerrogativa de defensa adecuada no es un mero requisito formal, sino que requiere de la
participación efectiva del imputado en el procedimiento. Por tanto, la persona detenida puede
ejercer el derecho a defenderse desde que es puesto a disposición del Ministerio Público y tiene
derecho a que su defensor, entendido éste como asesor legal, esté presente físicamente y a recibir
su ayuda efectiva. En consecuencia, el detenido, si así lo decide, podrá entrevistarse con quien
vaya a fungir como su defensor inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su declaración
ministerial. Dicho criterio jurisprudencial se publicó en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, tomo XXII, mayo de 2006, p. 132, de rubro y texto: “DEFENSA
ADECUADA. ALCANCE DE DICHA GARANTÍA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA
(INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL
ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha interpretado, en relación a los alcances de la garantía
de defensa adecuada en la averiguación previa a que se refieren las fracciones IX y X del artículo
20 apartado A de la Constitución Federal, que aquélla se actualiza desde el momento en que el
detenido es puesto a disposición del Ministerio Público. Lo anterior implica que ninguna de las
garantías del detenido durante el proceso penal puede ser concebida como un mero requisito
formal, y para que pueda hacerse efectiva y permitir su instrumentación requiere de la participación
efectiva en el procedimiento por parte del imputado desde que es puesto a disposición del
representante social. Por tanto, en lo que se refiere a la fracción II del dispositivo citado, que
establece que la confesión rendida ante el Ministerio Público o Juez sin la asistencia de su
defensor carecerá de todo valor probatorio, esta Primera Sala considera que la "asistencia" no sólo
debe estar relacionada con la presencia física del defensor ante o en la actuación de la autoridad
ministerial, sino que la misma debe interpretarse en el sentido de que la persona que es puesta a
disposición de la autoridad ministerial cuente con la ayuda efectiva del asesor legal. En este
sentido, el detenido en flagrancia, en caso de que así lo decida, podrá entrevistarse con quien vaya
a fungir como su defensor inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su declaración

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

internacionales como en los artículos 8.2, incisos d y e, de la Convención


Americana sobre Derechos Humanos18, y 14.3, incisos b y d, del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos19.

ministerial. En consecuencia, la primera declaración rendida ante el Ministerio Público, estará


viciada y será ilegal cuando no se haya permitido la entrevista previa y en privado con el defensor”.
18 El texto de la norma señala:

“Artículo 8. Garantías Judiciales


1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o
para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a. derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no
comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b. comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c. concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa;
d. derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de
su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e. derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,
remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo
ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f. derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos;
g. derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h. derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los
mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de
la justicia”. [énfasis añadido]
19 El contenido de la norma es el siguiente:

“Artículo 14
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá
derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de
carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de
carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios por
consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o
cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria
en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera
perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será
pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en las
actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.
2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
pruebe su culpabilidad conforme a la ley.
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad,
a las siguientes garantías mínimas:
a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza
y causas de la acusación formulada contra ella;
b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a
comunicarse con un defensor de su elección;
c) A ser juzgada sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un
defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a
tenerlo y, siempre que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio,
gratuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo;
e) Interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos
de descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo;
f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no comprende o no habla el idioma empleado en
el tribunal;

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

En relación con las normas convencionales, se mencionó que la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, al interpretar el sentido del citado
artículo 8.2, ha dicho que las personas procesadas penalmente tienen
derecho a una defensa oportuna20, técnica21, eficaz22 y material23.

g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.


4. En el procedimiento aplicable a los menores de edad a efectos penales se tendrá en cuenta esta
circunstancia y la importancia de estimular su readaptación social.
5. Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la
pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la
ley.
6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido ulteriormente revocada, o el condenado
haya sido indultado por haberse producido o descubierto un hecho plenamente probatorio de la
comisión de un error judicial, la persona que haya sufrido una pena como resultado de tal sentencia
deberá ser indemnizada, conforme a la ley, a menos que se demuestre que le es imputable en todo
o en parte el no haberse revelado oportunamente el hecho desconocido.
7. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado o
absuelto por una sentencia firme de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país”.
20 La consideración está vertida en la sentencia de 17 de noviembre de 2009, en el Caso Barreto

Leiva vs Venezuela (Fondo, Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos,


como se advierte del contenido de los párrafos siguientes:
“29. Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde que se
señala a una persona como posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando
finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución de la pena. Sostener lo opuesto
implicaría supeditar las garantías convencionales que protegen el derecho a la defensa, entre ellas
el artículo 8.2.b, a que el investigado encuentre en determinada fase procesal, dejando abierta la
posibilidad de que con anterioridad se afecte un ámbito de sus derechos a través de actos de
autoridad que desconoce o a los que no puede controlar u oponerse con eficacia, lo cual es
evidentemente contrario a la Convención. En efecto, impedir que la persona ejerza su derecho de
defensa desde que se inicia la investigación en su contra y la autoridad dispone o ejecuta actos
que implican afectación de derechos es potenciar los poderes investigativos del Estado en
desmedro de derechos fundamentales de la persona investigada. El derecho a la defensa obliga al
Estado a tratar al individuo en todo momento como un verdadero sujeto del proceso, en el más
amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto del mismo.
30. Por todo ello, el artículo 8.2.b convencional rige incluso antes de que se formule una
“acusación” en sentido estricto. Para que el mencionado artículo satisfaga los fines que le son
inherentes, es necesario que la notificación ocurra previamente a que el inculpado rinda su primera
declaración ante cualquier autoridad pública.
31. Evidentemente, el contenido de la notificación variará de acuerdo al avance de las
investigaciones, llegando a su punto máximo, expuesto en el párrafo 28 supra, cuando se produce
la presentación formal y definitiva de cargos. Antes de ello y como mínimo el investigado deberá
conocer con el mayor detalle posible los hechos que se le atribuyen”.
21 Ibidem, párrafos:

“61. La acusación puede ser enfrentada y refutada por el inculpado a través de sus propios actos,
entre ellos la declaración que rinda sobre los hechos que se le atribuyen, y por medio de la defensa
técnica, ejercida por un profesional del Derecho, quien asesora al investigado sobre sus deberes y
derechos y ejecuta, inter alia, un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas.
62. Si el derecho a la defensa surge desde el momento en que se ordena investigar a una persona
(supra párr. 29), el investigado debe tener acceso a la defensa técnica desde ese mismo momento,
sobre todo en la diligencia en la que se recibe su declaración. Impedir a éste contar con la
asistencia de su abogado defensor es limitar severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona
desequilibrio procesal y deja al individuo sin tutela frente al ejercicio del poder punitivo.
63. El derecho a la defensa técnica no puede ser satisfecho por quien a la postre realizará la
acusación, esto es, el Ministerio Público. La acusación afirma la pretensión penal; la defensa la
responde y rechaza. No es razonable depositar funciones naturalmente antagónicas en una sola
persona”.
22 Interpretación contenida, entre otros, en la sentencia de 21 de junio de 2002, en el Caso Hilaire,

Constantine, Benjamin y otros vs Trinidad y Tobago (Fondo, Reparaciones y Costas), párrafo:


“152. En razón de lo anteriormente expuesto, la Corte presenta el siguiente análisis: […]
b. Igualmente, este Tribunal estima que existen pruebas suficientes para concluir que, en la
práctica, no se encuentra a la disposición de los inculpados de homicidio intencional, la asistencia
legal adecuada para que presenten acciones constitucionales de manera efectiva. Si bien de
manera formal, se halla consagrado en el ordenamiento jurídico del Estado, el derecho a intentar
una acción constitucional, en el caso de George Constantine, Wilson Prince, Mervyn Edmund,

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

56. Por su parte, en el segundo fallo mencionado, esta Suprema Corte hizo un
ejercicio interpretativo sistemático de las diversas normas y precedentes
que regulan y abordan el tema y se llegó a la conclusión que para respetar,
proteger y garantizar el derecho a una defensa adecuada, debía partirse de
los siguientes elementos:

i. La posibilidad de contar con una defensa adecuada, previa a la


existencia de un acto privativo de derechos, está garantizada a través
del cumplimiento de las formalidades esenciales del procedimiento. Lo
cual implica que se notifique el inicio del procedimiento y sus
consecuencias, se otorgue la oportunidad de ofrecer y desahogar las
pruebas en que se finque la defensa, así como de alegar y se dicte una
resolución que dirima las cuestiones debatidas24.
ii. En la etapa de averiguación previa, el derecho a una defensa
adecuada a favor del inculpado es exigible desde el momento en que
éste es puesto a disposición del Ministerio Público, a efecto de
garantizar su participación efectiva en el procedimiento. Lo cual no se
limita a la presencia física del defensor sino a que el inculpado cuente
con la ayuda efectiva de un asesor legal, con quien podrá entrevistarse
inmediatamente que lo solicite y antes de que rinda su declaración
ministerial. De manera que la declaración del inculpado, rendida en la
etapa de investigación ministerial, será ilegal si no se ha permitido la
entrevista previa y en privado con el defensor. Hipótesis que tiene
como excepción cuando dicha diligencia no trasciende en perjuicio de
la defensa, como en caso de que la declaración no esté desvirtuada,
sea verosímil y se corrobore con otros elementos de convicción, pero
además el inculpado haya declarado con la asistencia de su defensor25.

Martin Reid, Gangadeen Tahaloo, Noel Seepersad, Natasha De Leon, Phillip Chotalal, Wilberforce
Bernard, Amir Mowlah y Mervyn Parris se impidió el empleo de este recurso en cuanto el Estado no
proporcionó a los inculpados asistencia jurídica a fin de que pudieran ejercitarlo efectivamente, y de
esta forma constituyó un recurso ilusorio para aquéllos. Con ello resultaron violados los artículos 8
y 25 de la Convención en relación con el artículo 1.1 de ésta”.
23 Confróntese la interpretación en la sentencia de 21 de noviembre de 2007, dictada con motivo de

la resolución del Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs Ecuador (Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el párrafo
siguiente: 58. Pese a la normativa constitucional citada, el señor Chaparro no contó con la
presencia de un abogado defensor al momento de ser interrogado por parte de la Policía el 18 de
noviembre de 1997. Además, la Corte encuentra que al impedirse al abogado del señor Chaparro
intervenir en su declaración preprocesal y al exigirse que sea el propio señor Chaparro quien
fundamente su recurso de amparo de libertad, cuando su deseo era que su abogado lo hiciera, la
presencia de los defensores fue tan solo formal. Por ello, el Estado violó el derecho consagrado en
el artículo 8.2.d) de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del
señor Chaparro.
24 Al respecto, véase la tesis jurisprudencial 47/95 del Tribunal Pleno, de rubro “FORMALIDADES

ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y


OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO”, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, diciembre de 1995, página 133.
25 Véase la tesis jurisprudencial 23/2006 de esta Primera Sala, de rubro “DEFENSA ADECUADA,

ALCANCE EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN


RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL)”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXIII, mayo de 2006, página 132; así como la tesis aislada CC/2005 de esta
Primera Sala, de rubro “DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. LA FALTA DE
ENTREVISTA PREVIA Y EN PRIVADO DEL INDICIADO CON SU DEFENSOR, NO RESTA, EN
TODOS LOS ACTOS, EFICACIA PROBATORIA A LA CONFESIÓN RENDIDA
(INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL
ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL)”, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, enero de 2006, página 720.

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

iii. En la fase jurisdiccional, el presunto responsable de un delito


contará con una defensa adecuada, que consiste en tener la
oportunidad de aportar pruebas, promover los medios de impugnación
frente a los actos de autoridad que afecten los intereses legítimos de la
defensa, exponer la argumentación sistemática del derecho aplicable al
caso concreto y utilizar todos los beneficios que la legislación procesal
establece para la defensa. Protección que es extensiva a la etapa de la
averiguación previa, respecto de todas aquellas diligencias o
actuaciones en las que directa y físicamente participe o deba participar
la persona involucrada en la investigación, siempre y cuando así lo
permita la naturaleza de las mismas. Lo que no implica que el
Ministerio Público, forzosa y de manera ineludible, tenga que
desahogar todas las diligencias de investigación en presencia del
inculpado o su defensor, so pena de que sus actuaciones carezcan de
valor probatorio26.
iv. El derecho genérico de defensa reconocido en las fracciones IV,
V, VI y VII del Apartado A, del artículo 20 constitucional previo a la
reforma de 2008, comprende el derecho del imputado de carearse con
quien deponga en su contra, ofrecer pruebas para comprobar su
inocencia, obtener los datos que consten en el expediente, ser
informado de los derechos que a su favor consigna la Constitución, ser
asistido por un defensor y ser juzgado en audiencia pública. Estos
derechos específicos implican que el inculpado pueda manifestarse
activamente para probar su inocencia y la autoridad tenga la obligación
de proveer la información necesaria para una defensa adecuada, así
como de desahogar las pruebas que ofrezcan27.
v. A partir de la interpretación de los enunciados contenidos en las
fracciones VII, IX y X, último párrafo, Apartado A, del artículo 20
constitucional, se desprende que el derecho de todo inculpado sujeto a
proceso penal a tener una defensa adecuada implica que se le faciliten
los datos que consten en el proceso y que requiera para defenderse,
así como que cuente con un perito en derecho que lo defienda eficaz y
eficientemente. En virtud de que la norma constitucional amplía este
derecho a la averiguación previa, cuando el inculpado comparezca a
esta etapa, el Ministerio Público está obligado a proporcionarle al
imputado las actuaciones, registros o dictámenes que consten en la
indagatoria y que resulten indispensables para el ejercicio de un
derecho o cumplimiento de obligaciones previstas por la ley, con la
única limitante de que no se entorpezca la investigación de los
hechos28.

26 Al respecto, véase la tesis jurisprudencial 31/2004 de esta Primera Sala, de rubro “DEFENSA
ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. SU EJERCICIO NO ESTÁ SUBORDINADO A
QUE EL MINISTERIO PÚBLICO TENGA QUE DESAHOGAR TODAS LAS DILIGENCIAS QUE
PRACTIQUE CON LA PRESENCIA DEL INCULPADO O SU DEFENSOR (INTERPRETACIÓN
DE LAS FRACCIONES IX Y X DEL ARTÍCULO 20 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL)”,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, mayo
de 2004, página 325.
27 Véase la tesis aislada CXXIV/2004 de esta Primera Sala, de rubro “DERECHO DE DEFENSA.

SUS CARACTERÍSTICAS Y DIFERENCIAS CON LA GARANTÍA DE NO


AUTOINCRIMINACIÓN”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXI, enero de 2005, página 414.
28 Sobre tal tema, véase la tesis jurisprudencial 117/2009 de esta Primera Sala, de rubro

“AVERIGUACIÓN PREVIA. PROCEDE QUE EL MINISTERIO PÚBLICO EXPIDA COPIAS DE


LAS CONSTANCIAS DE LAS ACTUACIONES, REGISTROS O DICTÁMENES QUE LA
INTEGREN Y OBREN EN SU PODER, A SOLICITUD DEL INCULPADO O DE SU DEFENSOR,
CUANDO EL INDICIADO HAYA COMPARECIDO ANTE ESA AUTORIDAD Y SE RESERVE SU
DERECHO A DECLARAR (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 44 DE LA LEY ORGÁNICA DE
LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA DEL ESTADO DE PUEBLA, VIGENTE HASTA

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

vi. La violación a los derechos del inculpado en la etapa


procedimental de averiguación previa, como la obtención de pruebas
ilícitas, la negativa para facilitar los datos solicitados por la defensa y
que consten en el proceso, así como la transgresión a la garantía de
defensa adecuada, generan la invalidez de la declaración obtenida en
perjuicio del imputado o de la prueba recabada ilegalmente29.
vii. La exigibilidad de que se declare nula una prueba ilícita es una
garantía que le asiste al inculpado durante todo el proceso. Lo cual
tiene fundamento en los artículos 14, 17 y 20, fracción IX, de la
Constitución Federal, porque la validez de una sentencia penal está
condicionada al respeto de las formalidades esenciales del
procedimiento, a la actuación imparcial del juzgador y de que el
inculpado haya contado con una defensa adecuada. De otra forma, el
inculpado quedaría en una condición de desventaja para hacer valer su
defensa. Esto deriva de la posición preferente de los derechos
fundamentales en el ordenamiento y de su afirmada condición de
inviolabilidad30.
viii. El derecho de defensa adecuada reconocido a nivel constitucional
entraña una prohibición para el Estado consistente en no entorpecer el
ejercicio del derecho de defensa adecuada del gobernado y un deber
de actuar en el sentido de informarle el nombre de su acusados, los
datos que obren en la causa, brindarle la oportunidad de nombrar un
defensor, no impedirle que se entreviste de manera previa y en privado
con él y, en general, no impedir u obstaculizar el ejercicio de las cargas
procesales que le corresponden dentro del proceso penal para
desvirtuar la acusación del Ministerio Público. Además, la protección
del derecho hace necesaria que la labor del defensor sea eficaz, de
manera que constituya un instrumento real para tener oportunidades de
descargo que, básicamente, permitan al imputado una efectiva
participación en el proceso. El juzgador garantiza el ejercicio del
derecho del inculpado a contar con una defensa adecuada al permitir
que se den todas las condiciones necesarias para que el inculpado sea
debidamente asistido, tanto formal como materialmente. Lo que
significa que debe evitar la obstrucción en su materialización (como
ocurre cuando niega el derecho a una entrevista previa y en privado o
interfiere y obstaculiza la participación efectiva del asesor) y
asegurarse, con todos los medios legales a su alcance, que se
satisfacen las condiciones que posibilitan la defensa adecuada. Sin que
ésto implique que deba ejercer un control sobre la correcta o incorrecta
actitud procesal defensor, del debido ejercicio de las cargas
procesales, así como de su pericia jurídica, pues ello excedería las

EL 15 DE JULIO DE 2009)”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


Novena Época, Tomo XXXI, marzo de 2010, página 40.
29 Véase la tesis jurisprudencial 121/2009 de esta Primera Sala, de rubro “AMPARO DIRECTO.

PROCEDE QUE EN ÉL SE ANALICEN COMO VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO LAS


COMETIDAS EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA, CUANDO AFECTEN LAS GARANTÍAS
CONTENIDAS EN LOS ARTÍCULOS 14 Y 20 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA
REPÚBLICA, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160, FRACCIÓN XVII, DE LA LEY DE AMPARO”,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI,
mayo de 2010, página 39; así como la tesis jurisprudencial 138/2011 de esta Primera Sala, de
rubro “AVERIGUACIÓN PREVIA. LAS TRANSGRESIONES COMETIDAS DURANTE ESTA
FASE CONSTITUYEN VIOLACIONES PROCESALES EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160 DE
LA LEY DE AMPARO”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Libro III, Tomo 3, diciembre de 2011, página 2056.
30 Sobre tal tema, véase la tesis jurisprudencial 139/2011 de esta Primera Sala, de rubro “PRUEBA

ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO PROCESO COMPRENDE EL DERECHO A NO SER


JUZGADO A PARTIR DE PRUEBAS OBTENIDAS AL MARGEN DE LAS EXIGENCIAS
CONSTITUCIONALES Y LEGALES”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Décima Época, Libro III, Tomo 3, diciembre de 2011, página 2057.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

facultades de vigilar que en el proceso se garantice una defensa


adecuada31.
ix. El derecho de debido proceso contiene un núcleo duro que debe
observarse de manera inexcusable en todo el procedimiento
jurisdiccional, que se garantiza a través del cumplimiento de las
formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto integra la
“garantía de audiencia”. Lo cual permite que los gobernados ejerzan el
derecho a contar con una defensa adecuada previo a que mediante un
acto de autoridad se modifique su esfera jurídica en forma definitiva,
que puede implicar la privación de la libertad, propiedad, posesiones o
derechos. Las formalidades esenciales del procedimiento, que
constituyen el mínimo de garantías que debe tener toda persona cuya
esfera jurídica pretenda modificarse mediante la actividad punitiva del
Estado, cuyo cumplimiento es una obligación impuesta a las
autoridades, se traducen en: a) la notificación del inicio del
procedimiento y sus consecuencias; b) la oportunidad de ofrecer y
desahogar las pruebas en que se finque la defensa; c) la oportunidad
de alegar; y d) el dictado de una resolución que dirima las cuestiones
debatidas y la existencia de un medio de impugnación32.
x. La Constitución, en su texto anterior a la reforma de 2008,
reconocía de manera implícita el derecho fundamental de prohibición o
exclusión de la prueba ilícita. Lo cual deriva de la interpretación
sistemática y teleológica de sus artículos 14, 16, 17, 20, Apartado A,
fracción IX, y 102, Apartado A, párrafo segundo, que comprenden,
como condición de validez de una sentencia penal, el respeto a las
formalidades esenciales del procedimiento, el principio de legalidad lato
sensu, el principio de imparcialidad judicial, el derecho de defensa
adecuada a favor de todo inculpado y el principio de legalidad
relacionado con la institución del Ministerio Público durante el
desarrollo de su función persecutora de delitos. A partir de los
principios constitucionales del debido proceso legal, enmarcados en los
diversos derechos fundamentales a la legalidad, la imparcialidad
judicial y a una defensa adecuada, está implícito el diverso principio de
prohibición o exclusión de la prueba ilícita, dando lugar a que ningún
gobernado pueda ser juzgado a partir de pruebas cuya obtención se
encuentre al margen de las exigencias constitucionales y legales. Lo
que lleva a que todo lo obtenido así, debe excluirse del proceso a partir
del cual se pretende el descubrimiento de la verdad33.
xi. El derecho a una defensa adecuada, reconocido en el artículo 20,
Apartado A, fracción IX, de la Constitución Política de loe Estados
Unidos Mexicanos, en su texto previo a la reforma de 2008, que
permite al inculpado contar con una defensa, por medio de su abogado,
que comparezca en todos los actos del proceso, se actualiza desde
que aquél es puesto a disposición del Ministerio Público. La asistencia

31 Al respecto, véase la tesis jurisprudencial 12/2012 de esta Primera Sala, de rubro “DEFENSA
ADECUADA. FORMA EN QUE EL JUEZ DE LA CAUSA GARANTIZA SU VIGENCIA”, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro X, Tomo 1, julio de
2012, página 433.
32 Sobre tal tema, véase la tesis jurisprudencial 11/2014 de esta Primera Sala, de rubro

“DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO”, publicada en el Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro 3, Tomo I, febrero de 2014, página 396.
33 Véase la tesis aislada CXCV/2013 de esta Primera Sala, de rubro “PRUEBA ILÍCITA. EL

DRECHO FUNDAMENTAL DE SU PROHIBICIÓN O EXCLUSIÓN DEL PROCESO ESTÁ


CONTENIDO IMPLÍCITAMENTE EN LOS ARTÍCULOS 14, 16, 17, Y 20, APARTADO A,
FRACCIÓN IX, Y 102, APARTADO A, PÁRRAFO SEGUNDO, CONSTITUCIONALES, EN SU
TEXTO ANTERIOR A LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Décima Época, Libro XXI, Tomo 1, junio de 2012, página 603.

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

efectiva del profesional comprende la presencia física y la ayuda


efectiva del asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se siga
con apego a los principios del debido proceso, y éste no sea viciado,
asegurando a la postre el dictado de una sentencia que cumpla con los
requisitos, valores y principios legales y constitucionales que permean
en el debido proceso legal, lo que deberá observarse en todas aquellas
diligencias o actuaciones y etapas procesales en las cuales es
eminentemente necesaria la presencia del inculpado, en las que activa,
directa y físicamente participe o deba participar, así como en aquéllas
en las que de no estar presente, se cuestionarían o pondrían
gravemente en duda la certeza jurídica y el debido proceso, por no
garantizarse en su integridad sus derechos fundamentales, como de no
ser obligado a declarar, no autoincriminarse, no ser incomunicado, no
sufrir tortura alguna, ni ser detenido arbitrariamente, así como a ser
informado de las causas de su detención, entre otras34.
xii. El derecho humano de defensa adecuada, reconocido en el orden
constitucional implica que toda persona sujeta a un proceso penal
cuente con la posibilidad de ofrecer pruebas que se le admitan y
desahoguen, de manera que esté en condiciones de controvertir los
elementos en que se sustenta la imputación formulada en su contra y
sustentar las afirmaciones que realice con la finalidad de excluir su
responsabilidad penal; para lo cual se le dotará de un tiempo necesario
para tal efecto. Asimismo, existe un reconocimiento constitucional
implícito sobre el derecho de igualdad procesal, que se refleja a partir
de la apreciación genérica del catálogo de derechos que se disponen a
favor del inculpado, frente a la condición en que se coloca ante la
formulación de una imputación de carácter penal por parte del
Ministerio Público, órgano del Estado constitucionalmente facultado
para ello, y los derechos que se reconocen a favor de la víctima y
ofendido del delito35.
xiii. El derecho humano de defensa adecuada establecido a favor del
imputado sometido a un procedimiento penal, se garantiza y protege de
manera plena y efectiva cuando es ejercido por la asistencia técnica de
un abogado, que por tener el carácter de profesionista en derecho, está
en condiciones de proporcionar la asesoría jurídica necesaria al
gobernado para que responda a la imputación que se formula en su
contra. Por tanto, constituye una violación al derecho de defensa
adecuada la asistencia proporcionada al inculpado, en cualquier etapa
procedimental, por una persona que no tenga la calidad jurídica de
abogado. La violación a este derecho humano, suscitada en la etapa
de averiguación previa, tiene como efecto que se declare como prueba
ilícita la declaración ministerial rendida por el inculpado, con
independencia de su contenido; por lo que debe excluirse de la
valoración de los elementos de prueba. Violación que no es
convalidada a pesar de que posteriormente el inculpado acepte su
contenido36.

34 Véase la tesis aislada CCXXVI/2013 de esta Primera Sala, de rubro “DEFENSA ADECUADA EN
MATERIA PENAL. ALCANCES Y MOMENTO A PARTIR DEL CUAL SE ACTUALIZA ESTE
DERECHO FUNDAMENTAL”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, Libro XXII, Tomo 1, julio de 2013, página 554.
35 Tales consideraciones se sostuvieron al resolver en sesión de dieciséis de octubre de dos mil

trece, el amparo directo en revisión 1009/2013, por unanimidad de votos de los integrantes de esta
Primera Sala, bajo la Ponencia del Ministro Cossío Díaz.
36 Tal y como lo sostuvo el Tribunal Pleno, al resolver los amparos directos en revisión 2886/2012 y

2990/2011, en sesiones de diez y once de junio de dos mil trece.

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

57. En esa misma línea argumentativa, en otros precedentes, en el amparo


directo en revisión 1424/2012, resuelto el seis de febrero de dos mil trece,
esta Primera Sala también ha destacado que el derecho a la debida
defensa debe imperar desde la averiguación previa y seguir durante todo el
procedimiento para proteger los derechos del imputado; en específico, en
las diligencias de reconocimiento en Cámara de Gesell y tras la rejilla en el
ministerio público37, en las que necesariamente debe estar presente un
defensor para asistir al defensor y garantizar el debido proceso penal, así
como en aquellas diligencias y actuaciones en las que no estar presente el
defensor, se cuestionarían o pondrían gravemente en duda la certeza
jurídica y el debido proceso. El anterior criterio se refleja en la tesis
CCXXVI/2013 de rubro:

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. ALCANCES Y


MOMENTO A PARTIR DEL CUAL SE ACTUALIZA ESTE DERECHO
FUNDAMENTAL. El derecho a una defensa adecuada, contenido en el
artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008), consiste en
que el inculpado tendrá derecho a una defensa, por medio de su
abogado y a que éste comparezca en todos los actos del proceso,
quien tendrá la obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera, lo

37 Criterio que se refleja en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 10/2015 (10a.), publicada en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 16, Marzo de 2015, Tomo II, página
1038, de rubro y texto: “RECONOCIMIENTO DEL INCULPADO A TRAVÉS DE LA CÁMARA DE
GESELL. EN DICHA DILIGENCIA ES NECESARIA LA ASISTENCIA DEL DEFENSOR A
EFECTO DE GARANTIZAR EL DERECHO A UNA DEFENSA ADECUADA. El derecho a una
defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 18 de junio de 2008), consiste en que el inculpado tendrá derecho a una defensa,
por medio de su abogado y a que éste comparezca en todos los actos del proceso, quien tendrá la
obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera, lo que se actualiza desde que aquél es puesto
a disposición del Ministerio Público; esto es, desde la etapa ministerial deberá contar con la
asistencia efectiva del profesional, entendiéndose como tal, la presencia física y la ayuda efectiva
del asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se siga con apego a los principios del
debido proceso, y éste no sea viciado, asegurando a la postre el dictado de una sentencia que
cumpla con los requisitos, valores y principios legales y constitucionales que permean en el debido
proceso penal; lo que deberá observarse en todas aquellas diligencias o actuaciones y etapas
procesales en las cuales es eminentemente necesaria la presencia del inculpado, en las que
activa, directa y físicamente participe o deba participar, así como en aquellas en las que de no
estar presente, se cuestionarían o pondrían gravemente en duda la certeza jurídica y el debido
proceso. Esto es así, porque la defensa adecuada representa un derecho instrumental cuya
finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegará a través de un proceso justo,
lo que además busca asegurar que pueda tener garantizados en su integridad sus derechos
fundamentales. Así, tratándose de la diligencia de reconocimiento que se lleva a través de la
cámara de Gesell, como acto formal, en virtud del cual se identifica a una persona mediante la
intervención de otra, quien al verla afirma o niega conocerla o haberla visto en determinadas
circunstancias, y ser un acto en el cual participa físicamente de forma activa y directa el inculpado,
resulta necesaria la presencia del defensor, para asegurar que material y formalmente se cumplan
los requisitos legales en el desarrollo de tal diligencia; de lo contrario se dejaría en estado de
indefensión a la persona que se acusa y, por ende, se violarían sus derechos fundamentales, al no
existir la plena certeza jurídica de que efectivamente se presentaron los testigos o denunciantes,
que lo reconocieron y que no fueron inducidos al efecto”.

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

que se actualiza desde que aquél es puesto a disposición del Ministerio


Público; esto es, desde la etapa ministerial deberá contar con la
asistencia efectiva del profesional, entendiéndose como tal, la presencia
física y la ayuda efectiva del asesor legal, quien deberá velar porque el
proceso se siga con apego a los principios del debido proceso, y éste
no sea viciado, asegurando a la postre el dictado de una sentencia que
cumpla con los requisitos, valores y principios legales y constitucionales
que permean en el debido proceso penal; lo que deberá observarse en
todas aquellas diligencias o actuaciones y etapas procesales en las
cuales es eminentemente necesaria la presencia del inculpado, en las
que activa, directa y físicamente participe o deba participar, así como en
aquellas en las que de no estar presente, se cuestionarían o pondrían
gravemente en duda la certeza jurídica y el debido proceso. Esto es así,
porque la defensa adecuada representa un derecho instrumental cuya
finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegará a
través de un proceso justo, lo que además busca asegurar que pueda
tener garantizados en su integridad sus derechos fundamentales, como
lo es no declarar, no autoincriminarse, no ser incomunicado, no sufrir
tortura alguna, ni ser detenido arbitrariamente, así como ser informado
de las causas de su detención, entre otras38.

B. Aplicación al caso

58. Ahora bien, la pregunta que nos presenta el asunto en concreto consiste en
determinar si, como contenido del referido derecho a una defensa
adecuada, es un mandato constitucional contar con un defensor al
momento en que las autoridades policiacas, en uso de sus facultades de
investigación, exhiben fotografías de una persona para su reconocimiento
como probable responsable de una conducta ilícita en una averiguación
previa ya iniciada.

59. Esta Suprema Corte, contrario a las pretensiones del quejoso, llega a una
respuesta negativa. Como se puede apreciar a partir de lo explicado en los
párrafos precedentes, son dos los motivos sustanciales para activar el
derecho a una defensa adecuada: por un lado, la protección de la persona y
sus correlativos derechos humanos ante su intervención física en la
investigación o en el proceso penal y, por otro lado, la necesidad de contar
oportunamente con un perito en la materia que permita a la persona sujeta
a la potestad del Estado tener una real y efectiva asistencia legal para

38 Tesis publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro


XXII, Tomo I, julio de 2013, página 554. Precedente: amparo directo en revisión 1424/2012. 6 de
febrero de 2013. Cinco votos; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea reservó su derecho para formular voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Ignacio Valdés
Barreiro.

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

enfrentarse a ese poder punitivo. Ninguno de esos supuestos se


transgredió en el caso que nos ocupa.

60. Esta Primera Sala considera que no forma parte del ámbito de protección
del derecho a una defensa adecuada la necesaria intervención de un perito
en Derecho cuando, ejerciendo sus facultades de investigación en una
averiguación previa sin detenido, los agentes policiacos le exhiban a una o
a varias personas imágenes fotográficas con el objeto de reconocer a una
persona como sospechoso en la comisión de uno o varios delitos, siempre y
cuando se haga precisamente para identificar al probable responsable.

61. Primero, porque a diferencia de los citados casos en los que derivaron la
delimitación del derecho a la defensa, la identificación mediante fotografías
no implica la presencia de la persona involucrada ni se realizó como
diligencia de una averiguación previa seguida en contra de una persona en
particular.

62. En el supuesto de una investigación que no tenga probable sospechoso o


detenido, el reconocimiento fotográfico radica en una medida para averiguar
quién es el autor de un delito, lo cual se lleva a cabo, por lo general, sin una
certeza de quién es el sujeto activo de la conducta ilícita perseguida y,
consecuentemente, se verifica precisamente dentro de las acciones de
investigación que encuentran fundamento en el artículo 21 constitucional.

63. Así, al no participar activamente ningún sospechoso o inculpado en dicho


mecanismo de identificación, carece de sentido la estricta y forzosa
necesidad de un defensor en la diligencia que corresponda, pues no entran
en juego el respeto y protección de otros derechos fundamentales como el
de no declarar, no auto-incriminarse, incomunicación o no sufrir actos de
tortura. Además, cuando se da una identificación fotográfica en el ámbito de
actos de investigación, precisamente se tiene como finalidad el
reconocimiento de un probable responsable de la conducta o conductas
ilícitas perseguidas.

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

64. En este sentido, aunque la identificación a través de fotografías pueda estar


comprendida dentro de una averiguación previa ya iniciada sin probable
sospechoso, dicha identificación constituye un punto de partida para
comenzar las investigaciones o forma parte de un cúmulo de ellas y radica,
entonces, en una técnica para abrir o continuar una línea de investigación;
por tanto, su desahogo no requiere estrictamente de la presencia de un
defensor al ser el ejercicio de libres facultades por parte del Estado. Como
se mencionó, en esa etapa de la averiguación, no se tiene certeza de quién
es el sujeto activo de la conducta ilícita, por lo que se verifica dentro de las
acciones de investigación que encuentran fundamento en el artículo 21 de
la Constitución Federal y resultaría ilógico asignar un defensor a una
persona que no se sabe si resulta ser un probable responsable.

65. Se ha dicho que el derecho a la defensa surge desde el momento en que


se ordena investigar a una persona por ser posible autor o partícipe en un
hecho punible. Sin embargo, las diligencias de identificación fotográfica
efectuadas por parte de los elementos policiacos con presuntas víctimas o
testigos que se celebran durante este tipo de averiguaciones ministeriales
son actos de investigación que tienden, precisamente, a particularizar a un
probable responsable, por lo que exigir la presencia de un defensor en este
tipo de diligencias sería adelantar un juicio de reproche por parte del Estado
que aun es contingente.

66. La posibilidad de ser o no reconocido mediante una imagen fotográfica


como un sospechoso no implica forzosamente que se vaya a implementar
una acción punitiva por parte del Estado en contra de la persona que
alegadamente se identificó como probable responsable. En términos
formales, no hay una investigación ministerial en contra de una persona en
particular.

67. Además, la oportunidad y eficacia de la asistencia legal de la persona


identificada no se ve afectada por la ausencia de un defensor durante la
diligencia de reconocimiento fotográfico realizada con presuntas víctimas o
testigos, pues posterior a ese reconocimiento, sea ya en la etapa del
proceso penal, el Ministerio Público tiene que probar la responsabilidad en

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

la comisión del delito y el entonces ya indiciado o imputado contará con la


posibilidad tanto para refutar la identificación fotográfica como para
presentar diferentes pruebas que sustenten su defensa a través de un
perito en la materia que lo asesore jurídicamente.

68. Sin que lo anterior signifique que las diligencias de identificación fotográfica
en una averiguación previa sin detenido o que no se siga en contra de una
persona en específico, se encuentren ajenas a cualquier medio de
corrección jurídica. Las razones para llevarlas a cabo, los mecanismos
utilizados al realizarse el reconocimiento y los resultados de los mismos
encuentran una vía de protección, más bien, a través del derecho al debido
proceso, como se evidenciará en el apartado que sigue.

69. Situación distinta podría ocurrir en los supuestos en que la autoridad


ministerial ya tiene un probable responsable en una averiguación previa
(detenido o no) y la identificación mediante exhibición de fotografías es
parte de la comprobación de esa línea de investigación. Esta Suprema
Corte no se pronuncia sobre el ámbito de aplicación del derecho a la
defensa adecuada en tal supuesto, al no ser el caso concreto que se nos
presenta.

70. En consecuencia, con base en todo lo relatado, esta Primera Sala llega a la
conclusión de que no existe violación al derecho a una defensa adecuada
del quejoso por el hecho de no haber contado en las diligencias de
investigación policial con un defensor. Si bien es cierto, previamente a la
identificación fotográfica realizada en el domicilio de las ofendidas, el hoy
recurrente se encontraba detenido por su presentación como probable
responsable en otra averiguación previa, el que los agentes policiales
ejercieran sus facultades de investigación en la averiguación previa que
corresponde a la causa penal de la que deriva el presente juicio de amparo
y acudieran con las ofendidas para mostrarles una nota periodística que
contenía una fotografía de cuatro sujetos (en la que se les acusaba de robo
a bordo de taxis y de violación), no implicaba de manera forzosa que tuviera
que estar presente un defensor del quejoso durante tal reconocimiento.

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

71. Como se adelantó, aunque ya se había iniciado la averiguación previa con


motivo de la privación de la libertad y robo denunciados, el hoy recurrente
no se encontraba detenido por la misma ni se le consideraba como
probable responsable antes de la identificación fotográfica; es decir, se le
consideró como parte de la averiguación previa que nos ocupa
precisamente como consecuencia del reconocimiento fotográfico; por otra
parte, no se encontraba presente el quejoso ni en el acto de investigación
de exhibición fotográfica efectuada por los elementos policiacos, parece
ser, en el domicilio particular de una de las alegadas víctimas, ni en la
ratificación del reconocimiento fotográfico en la agencia ministerial durante
una ampliación de declaración, lo cual evidencia que tampoco era
necesaria la presencia forzosa de un defensor.

72. En suma, no hay violación al derecho de defensa visto de manera aislada.


No obstante, se recalca, situación distinta es si los actos concretos
ejecutados por las autoridades policiales, al llevar a cabo el reconocimiento
fotográfico y al ratificarse el mismo ante el ministerio público, así como la
valoración que se hizo de estos medios de convicción en el proceso penal,
ocasionaron o no una violación al debido proceso y, consecuentemente, si
afectaron o no la fiabilidad de una prueba que la vuelva ilícita, lo cual se
analizará a continuación.

II
A. Parámetro de regularidad sobre debido proceso

73. El derecho al debido proceso se encuentra reconocido en el artículo 14 de


la Constitución Federal y en varios tratados internacionales a través de sus
distintas vertientes, tales como en el artículo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y en los artículos 8 y 25 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, entre otros.

74. Su contenido no es inmutable ni enteramente identificable en todos sus


supuestos de aplicación. El debido proceso, como derecho complejo e
instrumental, busca que la libertad y demás derechos de las personas no se
vean afectados arbitrariamente ante la ausencia o insuficiencia de un

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

proceso justo en el que se sigan determinados tipos de reglas y principios.


Radica, pues, en un principio constitucional informador del Derecho que
tiende a asegurar el respeto y protección de una gran variedad de derechos
humanos, como puede ser la libertad personal o la propiedad.

75. Esta Suprema Corte se ha pronunciado en una gran multiplicidad de


precedentes sobre este derecho; entre ellos, por ser de los más recientes,
destacan los amparos directos en revisión 3758/2012, 1519/2013 y
1009/2013 y el amparo en revisión 42/2013, resueltos, respectivamente, el
veintinueve de mayo, veintiséis de junio y dieciséis de octubre de dos mil
trece y el veinticinco de septiembre también del dos mil trece.

76. En dichos asuntos, se señaló expresamente que el debido proceso “se


desdobla en dos vertientes: la referida a las formalidades esenciales del
procedimiento —la que a su vez, admite dos perspectivas: desde quien es
sujeto pasivo de su procedimiento que puede resultar en un acto privativo y
desde quien insta la función jurisdiccional para reivindicar un derecho—; por
otro lado, la referida a la vertiente sustantiva, mediante la que se enlista
determinados bienes constitucionalmente protegidos mediante dichas
formalidades esenciales del procedimiento: la libertad, propiedad, posesión
y otros derechos”39.

77. A través de la vertiente sustantiva, lo que se busca es la satisfacción de


otros derechos humanos a través de una resolución justa del problema
planteado ante la autoridad. Es una vía de corrección jurídica que tutela los
derechos esenciales de la persona frente al arbitrio del poder público. Por
ende, una violación a esta modalidad del derechos, se entrelaza con el
respeto y protección de otra serie de derechos como lo pueden ser la
libertad, la igualdad o la propiedad.

78. Por su parte, por lo que hace a la vertiente adjetiva o formal de este
derecho, que se caracteriza por la invocación de los elementos que la
integran, el debido proceso tiene como finalidad la consecución de un juicio
justo y se entiende como la posibilidad que tienen las personas de acceder

39 Página 23 de la sentencia del amparo en revisión 42/2013.

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

a la justicia, plantear sus acciones o excepciones, probar los hechos y


razones que estimen pertinentes y alegar lo que consideren relevante para
la resolución de su causa40.

79. Esta Primera Sala ha afirmado que “[e]l derecho de debido proceso
contiene un núcleo duro que debe observarse de manera inexcusable en
todo el procedimiento jurisdiccional, que se garantiza a través del
cumplimiento de las formalidades esenciales del procedimiento, cuyo
conjunto integra la “garantía de audiencia”. Lo cual permite que los
gobernados ejerzan el derecho a contar con una defensa adecuada previo
a que mediante un acto de autoridad se modifique su esfera jurídica en
forma definitiva, que puede implicar la privación de la libertad, propiedad,
posesiones o derechos”41.

80. Por lo que se ha dicho que “[l]as formalidades esenciales del procedimiento,
que constituyen el mínimo de garantías que debe tener toda persona cuya
esfera jurídica pretenda modificarse mediante la actividad punitiva del

40 Criterio que se ve especialmente reflejado en la tesis 1a./J. 11/2014 (10a.) emitida por la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Federación, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I, página 396, de rubro y
texto: “DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO. Dentro de las garantías del debido
proceso existe un "núcleo duro", que debe observarse inexcusablemente en todo procedimiento
jurisdiccional, y otro de garantías que son aplicables en los procesos que impliquen un ejercicio de
la potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al "núcleo duro", las garantías del debido proceso
que aplican a cualquier procedimiento de naturaleza jurisdiccional son las que esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha identificado como formalidades esenciales del procedimiento, cuyo
conjunto integra la "garantía de audiencia", las cuales permiten que los gobernados ejerzan sus
defensas antes de que las autoridades modifiquen su esfera jurídica definitivamente. Al respecto, el
Tribunal en Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia P./J. 47/95,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II,
diciembre de 1995, página 133, de rubro: "FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA
PREVIA AL ACTO PRIVATIVO.", sostuvo que las formalidades esenciales del procedimiento son:
(i) la notificación del inicio del procedimiento; (ii) la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas
en que se finque la defensa; (iii) la oportunidad de alegar; y, (iv) una resolución que dirima las
cuestiones debatidas y cuya impugnación ha sido considerada por esta Primera Sala como parte
de esta formalidad. Ahora bien, el otro núcleo es identificado comúnmente con el elenco de
garantías mínimo que debe tener toda persona cuya esfera jurídica pretenda modificarse mediante
la actividad punitiva del Estado, como ocurre, por ejemplo, con el derecho penal, migratorio, fiscal o
administrativo, en donde se exigirá que se hagan compatibles las garantías con la materia
específica del asunto. Por tanto, dentro de esta categoría de garantías del debido proceso, se
identifican dos especies: la primera, que corresponde a todas las personas independientemente de
su condición, nacionalidad, género, edad, etcétera, dentro de las que están, por ejemplo, el
derecho a contar con un abogado, a no declarar contra sí mismo o a conocer la causa del
procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la combinación del elenco mínimo de garantías
con el derecho de igualdad ante la ley, y que protege a aquellas personas que pueden encontrarse
en una situación de desventaja frente al ordenamiento jurídico, por pertenecer a algún grupo
vulnerable, por ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia consular, el derecho a contar con
un traductor o intérprete, el derecho de las niñas y los niños a que su detención sea notificada a
quienes ejerzan su patria potestad y tutela, entre otras de igual naturaleza”.
41 Página 29 de la sentencia del amparo directo en revisión 1009/2013.

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

Estado, cuyo cumplimiento es una obligación impuesta a las autoridades,


se traducen en: 1) la notificación del inicio del procedimiento y sus
consecuencias; 2) la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en
que se finque la defensa; 3) la oportunidad de alegar; y 4) el dictado de una
resolución que dirima las cuestiones debatidas y la existencia de un medio
de impugnación”42.

81. Al respecto, esta vertiente del derecho al debido proceso se puede analizar
a partir de dos perspectivas: desde la primera, “[e]l derecho al debido
proceso se ocupa del ciudadano que es sometido a un proceso
jurisdiccional al ser destinatario del ejercicio de una acción, la cual, de
resultar procedente y fundada, llevaría a la autoridad judicial a emitir un
acto privativo en su contra, en cuyo caso la autoridad debe verificar que se
cumplan con las formalidades esenciales del procedimiento, a fin de otorgar
al sujeto pasivo de la relación procesal la posibilidad de una defensa
efectiva, por lo cual se debe garantizar que se le notifique del inicio del
procedimiento y de sus consecuencias, se le dé el derecho de alegar y
ofrecer en pruebas y se le asegure la emisión de una resolución que dirima
las cuestiones debatidas”43.

82. A través de la segunda perspectiva, el debido proceso puede verse a través


“de quien insta la actividad jurisdiccional del Estado para lograr reivindicar
un derecho y no tanto defenderse del mismo, en cuyo caso se ubica en una
posición, al interior de un juicio, de cuya suerte —estima— depende el
ejercicio de un derecho, el cual en caso de no dirimirse adecuadamente,
podría tornar a su derecho nugatorio. Así, bajo esta segunda perspectiva,
se entiende que dicho derecho humano permite a los justiciables acceder a
los órganos jurisdiccionales para hacer valer sus derechos y defender sus
intereses de forma efectiva y en condiciones de igualdad procesal, esto es,
bajo esta perspectiva del derecho al debido proceso es exigible a las
autoridades judiciales que diriman los conflictos sobre los derechos de las
personas mediante un procedimiento que otorgue a las partes una

42 Idem.
43 Página 28 de la sentencia del amparo directo en revisión 3758/2013.

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

posibilidad efectiva e igual de defender sus puntos de vista y ofrecer


pruebas en apoyo de sus pretensiones”44.

83. Sobre este punto, la Corte Interamericana ha señalado que:

116. En opinión de esta Corte, para que exista ‘debido proceso


legal’ es preciso que un justiciable pueda hacer valer sus
derechos y defender sus intereses en forma efectiva y en
condiciones de igualdad procesal con otros justiciables. Al efecto,
es útil recordar que el proceso es un medio para asegurar, en la
mayor medida posible, la solución justa de una controversia. A
ese fin atiende el conjunto de actos de diversas características
generalmente reunidos bajo el concepto de debido proceso legal.
El desarrollo histórico del proceso, consecuente con la protección
del individuo y la realización de la justicia, ha traído consigo la
incorporación de nuevos derechos procesales. Son ejemplo de
este carácter evolutivo del proceso los derechos a no
autoincriminarse y a declarar en presencia de abogado, que hoy
día figuran en la legislación y en la jurisprudencia de los sistemas
jurídicos más avanzados. Es así como se ha establecido, en
forma progresiva, el aparato de las garantías judiciales que
recoge el artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, al que pueden y deben agregarse, bajo el mismo
concepto, otras garantías aportadas por diversos instrumentos del
Derecho Internacional. […]
118. En este orden de consideraciones, la Corte ha dicho que
los requisitos que deben ser observados en las instancias
procesales para que pueda hablarse de verdaderas y propias
garantías judiciales, ‘sirven para proteger, asegurar o hacer valer
la titularidad o el ejercicio de un derecho’ y son ‘condiciones que
deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa de aquéllos
cuyos derechos u obligaciones están bajo consideración judicial’
[citas internas omitidas]45.

84. Lo importante de esta distinción y explicitación conceptual es que se


evidencia que el debido proceso entrelaza las nociones de proceso justo
con otros derechos fundamentales como lo la defensa adecuada y el
acceso a la justicia: un juicio justo “conlleva garantizar que la realización de
este derecho satisfaga sus notas distintivas, de prontitud, completitud,
imparcialidad y efectividad, en congruencia con los artículos 17 de la
Constitución Federal y 8 y 25 del Convención Americana sobre Derechos
Humanos; la relación entre el debido proceso y el derecho a la
administración de justicia es una consecuencia de la interdependencia e

44 Idem.
45 Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999. Serie A, No.16.

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

indivisibilidad de los derechos humanos, a la que se debe atender, en


términos del artículo 1 constitucional al momento de interpretar el contenido
de estos derechos, pues debe tenerse en cuenta que la determinación
sobre el alcance de un contenido de un derecho impacta en el contenido de
otro, lo cual tiene un impacto sistemático en ellos, y en las posibilidades de
protección coherente de todos ellos”46.

85. Asimismo, lo cual es de vital importancia para la resolución de este caso,


esta Primera Sala ha afirmado que tratándose de la aplicación del debido
proceso a la materia penal, derivado de una interpretación sistemática y
teleológica de los artículos 14, 16, 17, 20, apartado A, fracción IX, y 102,
apartado A, párrafo segundo, de la Constitución Federal, “a partir de los
principios constitucionales del debido proceso legal, enmarcados en los
diversos derechos fundamentales a la legalidad, la imparcialidad judicial y a
una defensa adecuada, está implícito el diverso principio de prohibición o
exclusión de la prueba ilícita, dando lugar a que ningún gobernado pueda
ser juzgado a partir de pruebas cuya obtención se encuentre al margen de
las exigencias constitucionales y legales. Lo que lleva a que todo lo
obtenido así, debe excluirse del proceso a partir del cual se pretende el
descubrimiento de la verdad”47.

B. Aplicación al caso

86. A partir de todo lo dicho en párrafos precedentes, el cuestionamiento que


se nos presenta en este asunto consiste en analizar si el alegato de
prohibición de inducción por parte del quejoso forma o no parte del derecho
al debido proceso; en particular, si es un motivo suficiente para la
declaración de una prueba como ilícita y, por ende, si la respuesta otorgada
por el Tribunal Colegiado al respecto incurrió o no en un vicio de
constitucionalidad.

46 Ibidem, página 31.


47 Página 29 de la sentencia del amparo directo en revisión 1009/2013. El criterio está contenido en
la tesis aislada 1a. CXCV/2013, publicada con el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, Primera Sala, libro XXI, junio de 2012, tomo 1, página 603, de rubro: “PRUEBA
ILÍCITA. EL DERECHO FUNDAMENTAL DE SU PROHIBICIÓN O EXCLUSIÓN DEL PROCESO
ESTÁ CONTENIDO IMPLÍCITAMENTE EN LOS ARTÍCULOS 14, 16, 17, Y 20, APARTADO A,
FRACCIÓN IX, Y 102, APARTADO A, PÁRRAFO SEGUNDO, CONSTITUCIONALES, EN SU
TEXTO ANTERIOR A LA REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008”.

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

87. Esta Suprema Corte llega a una conclusión afirmativa. Primero, se estima
que una identificación fotográfica que se originó con motivo de actos
tendentes a la inducción puede conllevar a que una controversia no se
solucione de manera justa y, consecuentemente, a que el determinado
medio de convicción y los relacionados directamente se constituyan como
pruebas ilícitas. Se trata pues del análisis de la vertiente adjetiva del
derecho al debido proceso vista desde la perspectiva de quien insta la
actividad jurisdiccional.

88. Así, en estricto sentido, si bien no estamos una hipótesis de violación del
debido proceso en torno al cumplimiento o no de las formalidades
esenciales del procedimiento, la revisión de las condiciones en que se llevó
a cabo un reconocimiento fotográfico de un probable responsable y sus
resultados tiende a la consecución de un juicio justo (y al respeto al
principio de presunción de inocencia) mediante la correcta valoración de
pruebas que cumplieron con los requisitos constitucionales y legales para
poder ser tomadas en cuenta en el proceso.

89. No obstante, omitiendo un pronunciamiento expreso sobre esta vertiente


del debido proceso, el Tribunal Colegiado pretendió dar respuesta al
planteamiento de constitucionalidad del quejoso, superando la existencia de
una probable violación al derecho al debido proceso en la etapa inicial de la
averiguación previa con la concurrencia de otros medios de convicción
desahogados con posterioridad, sin hacer un examen concreto sobre la
fiabilidad o no de la primera identificación y su relación con las demás
pruebas relacionadas de la averiguación previa y del proceso penal.

90. Esta Primera Sala no comparte esa metodología de estudio ni la


interpretación efectuada por el Tribunal Colegiado para verificar o no la
transgresión al debido proceso. A nuestro juicio, el órgano de amparo
estaba obligado a efectuar un pronunciamiento sobre el contenido solicitado
por el quejoso del derecho al debido proceso (que, a nuestro juicio, si se
encuentra protegido) y aplicarlo para efectos de verificar si existió o no una
inducción que conllevara a la determinación de esa identificación fotográfica

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

como prueba ilícita y, en consecuencia, a la invalidez de todas aquellas


relacionadas de manera directa con la misma.

91. Para justificar esta conclusión, en los párrafos que siguen se aludirá a
literatura científica que aborda el tema del debido proceso en
identificaciones visuales y se detallará el estándar concreto de regularidad
constitucional que debe aplicarse para efectos de verificar la fiabilidad del
reconocimiento fotográfico del recurrente.

92. Problemáticas en torno a una identificación fotográfica. En principio, es


importante resaltar que la identificación fotográfica y su relación con el
debido proceso es una temática que ha sido objeto de una gran diversidad
de literatura científica y jurídica en otras latitudes.

93. Si bien en nuestro país no se han producido estudios concretos sobre si es


usual que, por múltiples factores, las víctimas o testigos identifiquen de
manera errónea a un sospechoso y cuáles han sido las consecuencias de
haber llevado a cabo un indebido reconocimiento fotográfico para un
proceso penal y para el debido proceso, lo cierto es que en otros países
existen una gran variedad de documentos científicos y jurídicos que han
evidenciado que un número importante de casos, de los catalogados como
“condenas erróneas”, fueron resueltos a partir de identificaciones
fotográficas, que a la postre fueron consideradas como ilegales con motivo
de pruebas de ADN.

94. Esta Primera Sala estima que, a pesar de que estos estudios constituyen
literatura científica o jurídica no vinculante, es posible desprender
elementos científicos y normativos de gran relevancia para resolver la
materia del presente asunto, los cuales nos sirven como insumos
interpretativos. Esta Suprema Corte no se compromete con la veracidad o
no de esos estudios ni descarta algunos otros que lleguen a conclusiones
contrarias; más bien, lo que se busca a partir de la relatoría que se hará en
los párrafos que siguen es identificar la problemática científica que subyace
a las identificaciones visuales.

53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

95. Así las cosas, en primer lugar, esta Corte destaca un reporte del dos mil
nueve suscrito por la organización norteamericana The Innocence Project48,
en el que se señaló que, desde mil novecientos ochenta y nueve hasta ese
año, de los primeros doscientos cincuenta casos en los que se revocó una
sentencia condenatoria ante la posterior realización de pruebas de ADN, en
el 76% de los casos existieron identificaciones visuales por parte de
víctimas o testigos que fueron un factor determinante para la condena
(entre los que se incluyen reconocimientos fotográficos o por lo que en
México conocemos como Cámara de Gesell).

96. Asimismo, existen otros estudios que se basaron en análisis de archivos


policiales de Londres, Inglaterra, y Sacramento, California49, en los Estados
Unidos, que muestran que, en la ciudad inglesa, 20 de 59 personas a las
que se les mostraron fotografías de probables sospechosos identificaron
como presunto responsable a una persona que formó parte de ese conjunto
de fotografías como distractor (es decir, casi la mitad erró en el
reconocimiento); por su parte, por lo que hace a los datos estadísticos de la
ciudad estadunidense, al exhibirse por parte de los policías una serie de
fotografías de manera simultánea o sucesiva, se advirtió que el 51% de las
personas que realizaron una identificación fotográfica reconocieron al
respectivo sospechoso, pero el 33% no pudieron identificar a nadie y el
16% reconocieron a una persona que funcionaba como distractor en la
exhibición de fotografías.

97. De igual manera, existe un estudio efectuado en los Estados Unidos, en el


que se sometió a diversas personas que atendían un establecimiento
48 The Innocence Project, “Reevaluating Lineups: Why Witnesses Make Mistakes and How to
Reduce the Chance of a Misidentification”, consultable en:
http://www.innocenceproject.org/reevaluating-lineups-why-witnesses-make-mistakes-and-how-to-
reduce-the-chance-of-a-misidentification/ (último acceso: veinticuatro de abril de dos mil dieciséis).
Esta información, de hecho, ya ha sido citada por otros tribunales y juzgadores para fundamentar la
importancia y necesidad de contar con elementos objetivos que permitan llegar a sentencias justas
en torno a la declaración de culpabilidad de una persona. En específico, el dato sobre el porcentaje
de condenas erróneas que partieron de una identificación visual, fue citado por la Justice
Sotomayor de la Corte Suprema de los Estados Unidos en su voto particular emitido en el caso
Perry v. New Hampshire, 132 S. Ct. 716, 738-176 (2012).
49 Véase, Bruce W. Behrman & Sherrie L. Davey, “Eyewitness Identification in Actual Criminal

Cases: An Archival Analysis”, 25 Law & Hum. Behav. 475 (2001); Bruce W. Behrman y Regina E.
Richards, “Suspect/Foil Identification in Actual Crimes and in the Laboratory: A Reality Monitoring
Analysis”, 29 Law & Hum. Behav. 279, 2005; Tim Valentine et al., “Characteristics of Eyewitness
Identification that Predict the Outcome of Real Lineups”, 17 Applied Cognitive Psychol. 969, 2003;
y Daniel B. Wright & Anne T. McDaid, “Comparing System and Estimator Variables Using Data from
Real Line-Ups”, 10 Applied Cognitive Psychol. 75, 1996.

54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

comercial a un experimento que consistía en lo siguiente50. Una persona


entra a una tienda y pretender pagar un refresco con un cheque de viajero
por diez dólares. La persona se identifica y tras una conversación de no
más de tres minutos con el dependiente, sale del establecimiento comercial.
De dos a veinticuatro horas después, otra persona entra a la tienda y le
pregunta al mismo sujeto que atendió al comprador si podría identificarlo a
partir de la exhibición de seis fotografías, sin darle mayores datos al
respecto. Sólo después de que se realizó o no la identificación, se le
comentó que se trataba de un experimento. En ese sentido, de un total de
500 casos, sólo 42% de las personas que atendieron los establecimientos
comerciales pudieron hacer una correcta identificación, 41% señalaron que
el sospechoso se trataba de la fotografía de uno de los distractores y el
17% no hicieron ningún reconocimiento.

98. Ahora bien, se recalca, aun cuando el mencionado reporte y los diferentes
estudios son de sistemas jurídicos extranjeros (por lo que lógicamente no
reflejan las peculiaridades de nuestro ordenamiento) y existe una crítica
consistente en que algunos de ellos son análisis de laboratorio cuyos
resultados no representan lo que puede ocurrir en la realidad (donde las
víctimas o testigos están sometidas a diferentes factores que puede o no
aumentar o disminuir su capacidad de atención), para esta Primera Sala, lo
interesante de esos estudios y de muchos otros en los que se analiza
qué tan común se identifica erróneamente a un sospechoso a través de
reconocimientos fotográficos, son los motivos y causas de por qué se
dan esos indebidos reconocimientos.

99. Lo que se puede desprender de todos ellos es que la dificultad para


realizar, de manera adecuada, la identificación fotográfica de un
sospechoso deriva, en parte, de factores que son comunes a cualquier
persona independientemente del ordenamiento jurídico del que forme
parte; es decir, depende del proceso visual y la memoria del
observador.

50Véase, John C. Brigham et al., “Accuracy of Eyewitness Identifications in a Field Setting”, 42 J.


Personality & Soc. Psychol. 673, 1982; Carol Krafka y Steven Penrod, “Reinstatement of Context in
a Field Experiment on Eyewitness Identification”, 49 J. Personality & Soc. Psychol. 58, 1985; y
Stephanie J. Platz y Harmon M. Hosch, “Cross-Racial/Ethnic Eyewitness Identification: A Field
Study”, 18 J. Applied Soc. Psychol. 972, 1988.

55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

100. La memoria es maleable, no es inmutable. Por lo que si bien se presupone


que la identificación fotográfica de un probable sospechoso por parte de
una víctima o testigo se hace de buena fe, lo cierto es que dicho acto de
reconocimiento envuelve un proceso complejo de percepción y asimilación
de información.

101. La víctima o el testigo percibe visualmente ciertas características físicas de


la persona que se alega cometió la conducta ilícita y codifica y almacena
esa información, para luego tratar de recuperarla a partir de la exhibición de
imágenes fotográficas. Lo que muestran diversos estudios científicos en
torno al proceso de memoria es que el ser humano no capta una imagen
perfecta o sin error de los acontecimientos apreciados, sino que lo que un
individuo de hecho percibe puede ser gravemente influenciado, por una
parte, por un conjunto de factores como el entorno social, cultural, los
prejuicios, el estado de ánimo del observador o el transcurso del tiempo y,
por otra parte, por otros factores que son denominados como ruido,
consistente en elementos que inciden en la fiabilidad de la percepción
visual y, consecuentemente, en la integridad del proceso de memoria.

102. En ese sentido, a pesar de la ausencia de datos estadísticos o científicos al


respecto, para esta Primera Sala, sería poco objetivo considerar que en
nuestro país no existen o pudieran existir indebidas identificaciones
fotográficas a partir de incidencias en el proceso visual y de memoria de
una persona que pretende identificar a un probable sospechoso con base
en una imagen fotográfica.

103. La trascendencia del caso que nos ocupa es que, justamente, nos permite
pronunciarnos de lleno sobre la relación de este fenómeno cognitivo y
neurológico con los efectos que pudiera tener en un reconocimiento que
sirva como prueba en un proceso penal y, por consiguiente, en su
valoración como parte de un debido proceso. Lo importante es establecer
una metodología de estudios para los jueces ante alegatos de inducción,
precisamente para proteger los derechos de debido proceso y presunción
de inocencia de los inculpados, así como para evitar que pruebas que

56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

gocen de fiabilidad sean consideradas como ilegales ante la mera


presencia de esos alegatos.

104. Así, esta Primera Sala entiende que la memoria no es una imagen perfecta.
La veracidad y fiabilidad de un reconocimiento fotográfico depende de la
integridad de los procesos de percepción, codificación, almacenamiento y
recuperación de información.

105. La visión es el proceso a través del cual se detectan ciertos estímulos del
mundo exterior que son transformados mediante un complejo sistema de
percepción que consiste en: integrar y segmentar los atributos de la imagen
visual en un objeto; complementar e interpretar el producto con la
información derivada de la memoria, y asignar un significado y valor a ese
resultado a partir de un conocimiento previo51.

106. Este proceso de percepción se puede ver afectado o influido por diversos
factores catalogados como ruido, los cuales, se reitera, interfieren con la
detección, percepción o interpretación de esos estímulos y señales
visuales. Estos factores pueden estar originados a partir de una gran
variedad de fuentes, tales como las asociadas con el ambiente y elementos
externos al observador (grado de luz, sombras, distancias, sonidos, señales
distractoras, etcétera), con aspectos inherentes al proceso óptico y
neurológico de la visión (a saber, intensidad de energía luminosa que llega
a la retina) y/o con un inadecuado proceso de asignación de significados
derivados de la memoria, entre otros52.

107. En particular, debe destacarse que en diversos estudios científicos se ha


señalado que los efectos y consecuencias del ruido en el proceso visual

51 Véase, Gilbert, C. D., “The Constructive Nature of Visual Processing,” Principles of Neurosci-
ence, New York: McGraw-Hill Professional, 2012, y T. D. Albright, “On the Perception of Probable
Things: Neural Substrates of Associative Memory, Imagery, and Perception”, Neuron 74 (2): 227–
245, 2012.
52 Véase, el reporte emitido por el Committe on Scientific Approaches to Understanding and

Maximizing the Validity and Reability of Eyewitness Identification in Law Enforcement and the
Courts y otros, “Identifying the Culprit: Assessing Eyewitness Identification”, The National
Academies Press, Washington, D.C., 2014, páginas 47 a 50, así como la bibliografía sobre los
efectos del ruido en el proceso visual citada en ese documento, en la que destacan: Geisler, W.S.,
“Sequential Ideal-Observer Analysis of Visual Discriminations,” Psychologi- cal Review 96(2): 267–
314, 1989, y D. M. Green y J. A. Swets, Signal Detection Theory and Psychophysics, New York:
Wiley, 1966.

57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

están altamente condicionados por criterios de distinción, clasificación e


interpretación por parte del observador53.

108. Por su parte, el proceso visual se plasma en la memoria. Ésta es una


función cerebral que permite a una persona codificar, almacenar y
recuperar información, la cual se clasifica en memoria procedimental
(compuesta por una serie de reportorios motores o estrategias cognitivas
que se adquiere de manera gradual y es inconsciente) y en memoria
declarativa (a la cual se accede de manera consciente y está integrada por
significados, hechos y conceptos, como memoria semántica, así como por
recuerdos de eventos, a la que se le denomina memoria episódica)54.

109. La codificación se refiere al proceso en que se recibe la información, se


procesa y se almacena inicialmente, la cual depende de la cantidad de
información almacenada, la duración de ese almacenamiento y la
susceptibilidad de interferencia55. El resultado de esta codificación se
plasma en lo que es denominado como memoria de corto plazo, la cual es
de duración limitada y consiste en la información obtenida de manera
reciente o la cual es recuperada de la información almacenada en la
memoria a largo plazo. Este proceso se puede ver afectado o alterado por
múltiples factores como eventos sensoriales, cognitivos o emocionales o

53 Por ejemplo, personas que han operado su celular en modo vibración son sujetos de dos tipos
de errores de detección de señales: ocasionalmente perciben que el celular está vibrando en su
bolsillo, para posteriormente darse cuenta que tal situación no ha sucedido o, por el contrario, no
han detectado la vibración ante una llamada perdida. Lo que dichos estudios explican es que una
persona que considere de gran importancia no perder una determinada llamada, enfocará sus
facultades de percepción para detectar ciertas señales que indiquen la existencia o no de esa
llamada y será más proclive a valorar erróneamente ciertas señales o ruidos como llamadas. Este
ejemplo se aplica a cualquier ámbito de experiencia visual y es importante porque evidencia la alta
posibilidad de que, en situaciones de estrés como ser sujeto de una conducta delictiva, el
observador construya su percepción de los hechos y de sus perpetradores a partir de ciertas
preferencias derivadas de la memoria, de su contexto o de la indebida interpretación de factores de
ruido. Véase, el detalle de este ejemplo y los estudios correspondientes en el reporte emitido por el
Committe on Scientific Approaches to Understanding and Maximizing the Validity and Reability of
Eyewitness Identification in Law Enforcement and the Courts y otros, “Identifying the Culprit:
Assessing Eyewitness Identification”, op. cit., pp. 48 y 49.
54 Ibidem, páginas 59 y 60, en las que cita a: James, W., Principles of Psychology, New York:

Henry Holt, 1890; Milner, B., Physiologie de l’hippocampe, Paris: Centre National de la Recherche
Scientifique, 1962, pp. 257–272, y L. R. Squire y J. Wixted, “The Cognitive Neuroscience of Human
Memory since H.M.,” Annual Review of Neuroscience 34: 259–288, 2011.
55 Ibidem, página 60, en la que cita a: R. C. Atkinson y R. M. Shiffrin, “Human Memory: A Proposed

System and its Control Processes,” The Psychology of Learning and Motivation, New York,
Academic Press, 1968, pp. 89-195; James, W., Principles of Psychology, New York: Henry Holt,
1890; Baddeley, A., “Working Memory: Looking Back and Look- ing Forward,” Nature Reviews
Neuroscience 4(10): 829–839, 2003, y Baddley, A., Working Memory, New York: Oxford University
Press, 1986.

58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

por conocimientos previos, creencias o representación distorsionadas de


experiencias anteriores56.

110. El almacenamiento se refiere a la retención de la información a largo plazo


tras la codificación inicial, la cual es de mayor duración y más capacidad
que la de corto plazo. La peculiaridad de esta fase del proceso es que está
en continua modificación57. Se dice que se olvida, califica o distorsiona la
memoria a medida en que se adquiere nueva información y ésta se codifica
y procesa con información contenida previamente en la memoria. En
particular, destacándose que distintos estudios han aludido que la
información que se relaciona con eventos vividos con altos grados de
sensibilidad emocional, como ser sujeto de un crimen, tienden a
almacenarse de manera más duradera que otro tipo de información58.

111. Por otra parte, la fase de recuperación es la manera en que se accede a la


información almacenada y se utiliza de manera consciente a fin de llevar a
cabo decisiones o ejecutar actos. Esta faceta del proceso también se ve
incidida o afectada por varios tipos de factores externos o de los
denominados como ruido, tales como la confusión de la información
almacenada dada la similitud de sus significados o la recuperación de un
incorrecto recuerdo (por ejemplo, si se señala que un probable sospechoso
tenía bigote, podría suceder que el recuerdo recuperado se confunda con la
categoría mental de las personas con bigotes y no con la persona en
concreto) o la pérdida de información en cuanto al origen de un
determinado recuerdo o la inclusión de ciertos errores en el mismo por
asociación de una actividad con otra (por ejemplo, si previo a la
recuperación de las características físicas de una persona, se otorga
información sobre las mismas, es posible que la recuperación de esa
información o recuerdo se asemeje con los datos recién proporcionados)59.

112. Aplicando estas delimitaciones conceptuales sobre las problemáticas


que pueden ocurrir en el proceso de visión y memoria al ámbito

56 Ibidem, página 61.


57 Ibidem, páginas 64 y 65.
58 Ibidem, página 65.
59 Ibidem, páginas 67 y 68.

59
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

jurídico, otros estudios han señalado entonces que existe una alta
probabilidad de ausencia de fiabilidad en las pruebas derivadas de
identificaciones realizadas por víctimas o testigos, por lo que han
sistematizado las diferentes variables que pueden incidir o afectar dicha
fiabilidad.

113. Por un lado, se encuentran las variables que pueden ser controladas por la
propia autoridad o las personas que llevan a cabo la identificación; es decir,
se relacionan con los procedimientos y los mecanismos utilizados para
efectuar el reconocimiento60. Ejemplos de estos son cómo se exhibe a la
persona que pretende ser reconocida, la información que se le da a la
víctima o testigo por parte de la autoridad previamente a la identificación, la
existencia o no de personas que funcionan como distractores, etcétera61.

114. Por otro lado, se encuentran los factores que pueden afectar la fiabilidad de
una prueba de reconocimiento que no pueden ser controlados por las
autoridades o personas que ejecutan esa identificación y que se asocian
más bien con las características propias de la persona que va a identificar a
otra o con el contexto en que se dieron los eventos o el transcurso del
tiempo de lo que se va a recordar62. Ejemplos de estas variables son las
condiciones ambientales a las que se enfrentó el observador al presenciar
los hechos (grados de luz, sombras, distancia), el nivel de estrés
ocasionado por los hechos, los estereotipos raciales (existen varios
estudios que han demostrado que personas de una raza no pueden advertir
diferencias faciales entre las personas de otra raza63), la concurrencia o no
de armas de fuego que produjeran cierto trauma, etcétera.

60 Wells, G. L., “Applied Eyewitness-Testimony Research: System Variables and Estimator


Variables,” Journal of Personality and Social Psychology 36(12), pp. 1546–1557, 1978.
61 Véase, el reporte emitido por el Committe on Scientific Approaches to Understanding and

Maximizing the Validity and Reability of Eyewitness Identification in Law Enforcement and the
Courts y otros, “Identifying the Culprit: Assessing Eyewitness Identification”, op. cit., pp. 16 y 17.
62 Wells, G. L., op. cit., pp. 1546-1557.
63 Véase, el reporte emitido por el Committe on Scientific Approaches to Understanding and

Maximizing the Validity and Reability of Eyewitness Identification in Law Enforcement and the
Courts y otros, “Identifying the Culprit: Assessing Eyewitness Identification”, op. cit., p. 96, que cita
a R. S. Malpass y J. Kravitz, “Recognition for Faces of Own and Other Race,” Journal of Personality
and Social Psychology 13(4): 330–334, 1969 y J. R. Evans, J. L. Marcon, and C.A. Meissner,
“Cross-Racial Lineup Identification: Assessing the Potential Benefits of Context Reinstatement,”
Psychology, Crime, and Law 15 (1): 19–28 (2009).

60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

115. Tribunales de otros países del mundo han adoptado esta sistematización
para poder resolver los conflictos de debido proceso en torno a alegatos de
inducción en identificaciones fotográficas. La Suprema Corte del Estado de
Nueva Jersey, en los Estados Unidos, al fallar el veinticuatro de agosto de
dos mil once el caso State of New Jersey v. Henderson64, dio una
explicación exhaustiva sobre estos factores y los diversos estudios que se
han dado sobre el tema tras la última resolución sobre inducción por parte
de la Corte Suprema de los Estados Unidos, resolviendo que tenían que
tomarse en cuenta todo este tipo de variables para el análisis de
transgresión al debido proceso cuando se sostenga que la prueba fue
objeto de sugestión por parte de las autoridades o al observarse la
presencia de diversos factores que pongan en duda su fiabilidad.

116. En ese sentido, se reitera, aun cuando las referencias a los problemas
existentes en torno a los distintos factores que pueden incidir o afectar la
fiabilidad de una prueba de reconocimiento derivan de estudios científicos y
documentos legales de derecho comparado, es innegable que parte de la
información que nos proporcionan describen una condición inherente a
cualquier ser humano.

117. Estándar para estudiar los alegatos de inducción respecto a una


identificación fotográfica. Consecuentemente, tomando lo hasta aquí
dicho meramente como insumos interpretativos de nuestra decisión, esta
Suprema Corte llega a la convicción de que la fiabilidad de una prueba de
identificación fotográfica pende tanto de las condiciones en que se llevó a
cabo por la autoridad como de factores inherentes a la víctima o testigo que
va a identificar a un sospechoso o inculpado y al contexto en que se
presenciaron los hechos. Dado que tales factores inciden en la validez del
reconocimiento y las pruebas directamente relacionadas con la misma y en
la valoración que haga el juzgador de ellas, el examen sobre su legalidad
debe ser visto a la luz del debido proceso.

118. Esta Primera Sala considera entonces que para que cumplir con la
explicitación del debido proceso en su citada vertiente adjetiva, desde la

64 State of New Jersey v. Henderson, 208 N.J. 208, 27 A.3d 872 (2011).

61
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

perspectiva de quien insta la necesaria concurrencia de un juicio justo y la


protección del principio de presunción de inocencia, para advertir o no la
violación a este derecho ante un alegato de una inducción, la autoridad
jurisdiccional debe estudiar la totalidad de las circunstancias a partir de las
cuales se realizó la identificación fotográfica para verificar que el mismo no
haya sido sugestivo o insidioso ni tendiente a conducir a un reconocimiento
erróneo65.

119. No se soslayan las altas posibilidades de incertidumbre que puede haber en


ese punto, debido a la manera en que se conducen las identificaciones que
pueden llegar a ser sugestivas y por la posible incidencia que genera el
contexto de las mismas. En ese tenor, es necesario verificar
exhaustivamente que la identificación no sea sugerente o insidiosa y que no
implique o conlleve un error trascendente. La falta de confianza que se
genere en virtud de las circunstancias en las que se realizó el
reconocimiento es lo que vulnera el debido proceso66.

120. Por lo tanto, para que se considere transgredido el derecho a un debido


proceso ante el alegato de una identificación fotográfica inducida, el
juzgador deberá advertir la actualización de los siguientes supuestos: a)
que la autoridad haya efectuado actos previos o durante la
identificación fotográfica que permitan inferir la existencia de una
inducción o sugerencia y b) que esos actos hayan provocado la
pérdida de fiabilidad de la identificación, lo cual dependerá de una
multiplicidad de circunstancias del caso concreto. Lo anterior, salvo que el
juzgador estime que se acreditan ciertos actos que por su sola concurrencia
provocan la invalidez de una prueba67, tal como se detallará a continuación.

65 La Corte Suprema de los Estados Unidos se ha pronunciado sobre esta problemática, entre
otros, en los casos: Stovall v. Denno, 388 U.S. 293 (1967) y Manson v. Brathwaite, 432 U.S. 98
(1977); sin embargo, su criterio es disimil ya que para que se de una violación al debido proceso se
require que haya una inducción innecesaria y que se provoque una falta de fiabilidad en el
reconocimiento con base en un estudio de la totalidad de las circunstancias.
66 Cfr., Grossman, Steven P., “Suggestive identifications: the supreme court´s due process test fails

to meet its own criteria”, 11 Baltimore Law Review 53, 1981-1982, pp. 63-65 y Bloom, Robert M. y
Brodin, Mark S., Criminal Procedure: Examples and explanations, Aspen Publishers, 3ra ed, United
States of America, 2000, p. 355.
67 El objetivo de estas pautas es, por un lado, servir como medida disuasiva para que las

autoridades sean cuidadosas en su actuar ante la posibilidad de que se declaren ilícitas ciertas
pruebas y, por otro lado, otorgar la posibilidad de que el juzgador verifique los diferentes factores
que puedan incidir en un reconocimiento fotográfico, a fin de sólo excluir aquellos medios de
convicción en los que se tenga certeza sobre la presencia de una inducción. Asimismo, este

62
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

121. Análisis de la existencia o no de actos inductivos o sugerentes. El primer


supuesto para examinar la existencia de una violación al debido proceso
por inducción tiene que ver con la forma en que se lleva a cabo el
reconocimiento fotográfico y las circunstancias de su ejecución. Lo que se
busca es evitar que las autoridades realicen actos que puedan inducir o
sugerir a los ofendidos o a los testigos para identificar como sospechoso o
inculpado a una determinada persona, a partir de la exhibición de
fotografías bajo ciertas condiciones.

122. Esta Primera Sala estima que el análisis de la viabilidad de esos actos
deberá hacerse caso por caso, ante la imposibilidad de otorgar una regla
general que abarque todos los posibles escenarios. Es decir, ante las
diferentes circunstancias en que se puede efectuar un reconocimiento
fotográfico y la gran variedad posible de actuaciones de la autoridad,
previas o concomitantes a la identificación fotográfica, resulta inviable que
esta Suprema Corte delimite todos los posibles presupuestos de aplicación.

123. Sin embargo, es viable señalar que ciertos actos se encuentran


estrictamente prohibidos, por lo que darán lugar necesariamente a la
acreditación de una inducción, y otros presentan una sospecha de
inducción o sugerencia que deberá ser examinada minuciosamente por el
juzgador en razón de las circunstancias que rodean al caso.

124. Respecto a los actos prohibidos, como uno de sus ejemplos claros sin que
sea el único, se actualizará automáticamente una inducción cuando la
autoridad le exhiba a las víctimas u ofendidos fotografías del o los
sospechosos, indiciados o inculpados, tomadas por la propia autoridad, en
los que se indique el nombre de las personas involucradas y/o el delito por
el cual se les persigue.

125. Justo a esta conclusión llegó esta Primera Sala al resolver el amparo
directo 4/2012, bajo la Ponencia del Ministro Pardo Rebolledo. En ese

estándar es una compaginación y continuación de los criterios y determinaciones a los que ha


llegado esta Suprema Corte en los citados amparos directos 9/2008 y 4/2012 y en el amparo en
revisión 338/2012.

63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

asunto, los agentes policiales le tomaron al quejoso fotografías sosteniendo


una cartulina con su nombre y la leyenda “portación de arma prohibida y
secuestro”, las cuales fueron puestas a la vista de las ofendidas para su
reconocimiento. En el fallo se sostuvo que ello producía dudas respecto a la
espontaneidad del reconocimiento y permitía corroborar que el
reconocimiento fue inducido, además de que las víctimas, en su primera
declaración, nunca proporcionaron datos de la posible identificación del
sujeto activo.

126. Por lo que hace a los actos sospechosos de poder generar una inducción o
sugerencia, se encuentran, al menos, los siguientes: a) que sólo se muestre
la imagen de la persona que la autoridad considera como sospechosa o
inculpada; b) que en caso de que se exhiba la fotografía del sospechoso o
inculpado junto con fotografías de otras personas, se resalten las
características del sospechoso o inculpado o las otras personas que
funcionan como distractores no guarden características similares a fin de
destacar al sospechoso o inculpado; c) se haga la identificación en
repetidas ocasiones hasta que la víctima o testigo reconozca al presunto
sospechoso o inculpado; d) existan datos que evidencien que la autoridad
dio información específica a la víctima o testigo a fin de reconocer a una
determinada persona; y e) que existan datos que muestren que, durante la
diligencia de una identificación fotográfica, la respectiva autoridad utilizó un
lenguaje (verbal o no verbal) tendente a que la víctima o testigo adicione
factores ajenos al recuerdo que tiene del aspecto del presunto delincuente
para reconocer a una determinada persona.

127. Al respecto, al resolver el referido amparo en revisión 338/2012, esta


Primera Sala ya ha señalado que la identificación de personas
posiblemente involucradas por testigos podía surgir cuando la diligencia de
reconocimiento no cumpliera las formalidades de una averiguación previa y
se llevara a cabo actos para inducir a la víctima o testigo, poniendo como
ejemplo mostrar una fotografía aislada de la persona que se presupone
cometió la conducta ilícita. Este criterio se refleja en la tesis que sigue:

IDENTIFICACIÓN DE PERSONAS POSIBLEMENTE


INVOLUCRADAS EN HECHOS DELICTIVOS. REQUISITOS PARA

64
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

QUE LA EXHIBICIÓN DE SUS FOTOGRAFÍAS SE ESTIME


CONSTITUCIONAL, INCLUSIVE EN LOS CASOS DE TESTIGOS
PROTEGIDOS. El hecho de mostrar a los testigos fotografías de
personas que podrían estar involucradas en hechos delictivos será
constitucional siempre que, como lo ha establecido este Alto Tribunal -
sin distinción tratándose de testigos protegidos-, la toma de fotografías
cumpla con las formalidades dentro de la averiguación previa por el
Ministerio Público y no se induzca de forma alguna a las terceras
personas a reconocer a alguien, lo cual puede darse si la muestra de
una fotografía se hace de forma aislada, es decir, si se muestra
únicamente una fotografía y no se hace junto con un grupo de otras. 68

128. Al no haber sujetos distractores, se estaría indicando al testigo u ofendido la


identidad del imputado. El señalamiento podría basarse entonces en
factores ajenos al recuerdo que la víctima tenga del aspecto del agresor,
tales como su deseo de cooperar con la policía o el razonamiento
inconsciente de que “si la policía sospecha de esta persona, debe ser
porque tiene pruebas que demuestran su culpabilidad”.

129. La autoridad debe entonces limitarse a mostrar fotografías, absteniéndose


de resaltar características sobre los sujetos de la imagen y sin mencionar
datos adicionales que pudieran instigar la apreciación del ofendido a quien
se le pide que identifique. Consecuentemente, debe haber un especial
cuidado en los efectos creados sobre información proporcionada al testigo o
persona que identifica, pues el hecho de que la autoridad policiaca, o quien
muestre las fotos, añada información como antecedentes penales de la
persona fotografiada o señale, por ejemplo, que dicho individuo fue
encontrado cerca del lugar de los hechos, que el sujeto activo era de edad
mayor y se le presenten varias fotos pero sólo una de ellas sea de un sujeto
mayor o cuando se le mencione que existen pruebas que los hacen creer
que una de las personas en las fotos es la que cometió el delito, tiene un
efecto disuasivo muy grave en la persona que va a llevar a cabo el
reconocimiento (como se mostró a partir de los estudios científicos) y, por
ende, es sospechosa de inducción o sugerencia.

130. Análisis de la fiabilidad de la identificación fotográfica. El segundo supuesto


que debe actualizarse para advertir la existencia de una violación al debido

68Tesis Aislada 1a. CCCLI/2015 (10a.), emitida la Primera Sala, publicada en la Gaceta del
Seminario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 24, noviembre de 2015, tomo I, página
980.

65
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

proceso ante un alegato de inducción radica en que, una vez que se


acredita la concurrencia de un acto de la autoridad sospechosamente
inductivo o sugerente, debe examinarse si de hecho la respectiva
identificación fotográfica carece de fiabilidad para el juzgador.

131. Dicho de otra manera, debe analizarse si los actos inductivos o sugerentes
provocaron la pérdida de fiabilidad de la identificación fotográfica o si ésta
puede subsistir a partir del análisis de las diferentes circunstancias que
rodean al asunto. Podrán existir casos donde a pesar de que se hayan
dado ciertos actos tendentes a inducir un reconocimiento fotográfico, dicha
identificación puede ser solventada a partir de otros factores que permitan
al juzgador concluir que la misma es fiable.

132. Estos factores son ajenos a los actos de la autoridad y están relacionados
más bien con las características y condiciones fácticas y aptitudes del
ofendido o testigo en el momento en que presenció los hechos ilícitos. Se
insiste, lo que se busca es que el juzgador valore de una manera holística
la trascendencia que tuvieron los alegados actos inductivos o sugerentes en
las víctimas o testigos para haber efectuado la identificación, pues puede
haber casos en que los ofendidos o testigos proporcionan datos tan
concretos y certeros sobre la persona que se considera como responsable
que los actos indebidos de la autoridad pasan a un segundo plano.

133. Por ende, las variables que pueden ser tomadas en cuenta por el juzgador,
sin ser una lista limitativa, son: a) si la víctima o testigo proporcionó las
características físicas del presunto inculpado de manera previa a la
identificación fotográfica; b) el grado de exactitud de esa descripción física;
c) el contexto en que se dio la comisión de la conducta delictiva y la
oportunidad y grado de atención que tuvo la víctima o testigo para observar
a la persona sospechosa o inculpada (distancias, intensidad de la luz, etc.);
d) el estado de salud en que se encontraba la víctima o testigo al momento
de observar los hechos (a saber, si se encontraba bajo los efectos de
alguna droga o de alcohol); e) el tiempo transcurrido entre los hechos
delictivos y la identificación fotográfica; f) el nivel de certeza demostrado por
el ofendido o los testigos al momento de realizar el reconocimiento

66
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

fotográfico; g) si estaban presentes otro tipo de factores que podrían incidir


en el grado de certeza sobre el recuerdo (tales como la presencia de armas
o de altos niveles de violencia que conllevaran a posibles distorsiones en la
memoria), entre otros.

134. Algunos de estos factores ya fueron aludidos de manera implícita en otras


sentencias de esta Primera Sala para verificar la validez de un
reconocimiento fotográfico. En el citado amparo directo 9/2008, resuelto
bajo la Ponencia del Ministro Cossío Díaz, se dijo que las declaraciones de
testigos en las que identifican a inculpados deben ser imparciales y
espontáneas, lo cual se desatiende cuando la autoridad le muestra a los
ofendidos fotografías de los probables sospechosos, sin que “el testigo
haya hecho referencia a que podría reconocer a las personas que
participaron en los hechos en los que declara o haya proporcionado una
media filiación de los mismos o expresado la razón por la cual estaría en
posibilidad de identificarlos”69.

135. En ese tenor, bajo el examen de las mencionadas variables, el juzgador


podrá considerar que la identificación fotográfica no es fiable, ya que ante la
presencia de actos de la autoridad que permiten inferir inducción o
sugerencia, no concurren otros elementos que otorguen absoluta certeza
de la confiabilidad del respectivo reconocimiento, tales como que las
víctimas o testigos no proporcionaron de manera previa ninguna
características física del sospechoso o inculpado y que la apreciación de los
hechos se dio bajo un contexto en el que no era posible advertir con
certidumbre las características del sujeto, como puede ser que los eventos
ocurrieron a una larga distancia y sin iluminación.

136. Si el testigo observó al sujeto en condiciones no idóneas, como lo


evidencian los referidos estudios científicos, hay cierta probabilidad de que
se haga una incorrecta identificación sólo porque la persona que identifica
se siente obligada a elegir una de las opciones presentadas o porque su
memoria se ve distorsionada por los factores externos aportados por la
autoridad.

69 Página 493 de la sentencia.

67
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

137. Por otro lado, el juzgador tendrá a su vez la posibilidad de concluir que la
identificación fotográfica detenta elementos de fiabilidad, toda vez que a
pesar de que las autoridades ejecutaron actos tendentes a la inducción,
asisten elementos suficientes para ultimar que esos actos no conllevaron a
una identificación fotográfica errónea, tales como que los ofendidos dieron
una descripción exhaustiva y extensa de las características del probable
responsable que coinciden con la persona que se identificó y los eventos
delictivos ocurrieron a plena luz del día, unas cuantas horas antes del
reconocimiento fotográfico y sin que los ofendidos hubieran visto
disminuidas sus capacidades visuales por el consumo de alcohol o
estupefacientes.

138. Ahora bien, en caso de que se concluya que se acreditan los referidos
supuestos para actualizar una violación al debido proceso, debido a que la
inducida identificación fotográfica se plasma en algún medio de prueba,
como puede ser la declaración ministerial de un ofendido o testigo, ésta
debe declararse como prueba ilícita.

139. En términos de los precedentes de esta Primera Sala, cuando se advierte


que una prueba o medio de convicción fue obtenida como resultado directo
o indirecto de una violación constitucional, esta será excluida del acervo
probatorio y no será considerada por la autoridad jurisdiccional. El
desahogo insidioso o sugerente que se traduzca en la falta de confiabilidad
en una identificación mediante fotografías vulnera el derecho al debido
proceso al tenerse dudas sobre la espontaneidad del reconocimiento y, en
ese sentido, debe ser excluida del acervo probatorio.

140. Cabe explicar que, a diferencia de las pruebas obtenidas ilícitamente (como
los objetos derivados de un cateo ilegal o una diligencia de reconocimiento
físico sin presencia de un defensor), la razón para excluir del acervo
probatorio una identificación fotográfica insidiosa o sugerente radica no sólo
en las circunstancias fácticas que, de origen, generan dudas sobre el
debido desahogo del reconocimiento, sino que atiende a las consecuencias

68
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

injustas que eso tiene en el proceso, pues puede dar lugar a un


reconocimiento desatinado.

141. Asimismo, en atención a los precedentes de esta Suprema Corte, si la


identificación fotográfica inducida se realizó de manera primigenia en la
investigación ministerial, se deben de invalidar a su vez todas aquellas
pruebas relacionadas de manera directa con la misma, como puede ser una
sucesiva identificación fotográfica en el proceso penal, salvo que este
ulterior reconocimiento pueda ser considerado fiable y autónomo al anterior.

142. Es decir, si un ofendido identifica por segunda vez al inculpado en el juicio,


pero existe la probabilidad de que tal reconocimiento esté significativamente
influenciado por la identificación previa al proceso que se estima como
transgresora del debido proceso, éste no puede ser tomado en cuenta por
el juzgador, a menos de que la identificación en sede judicial sea
independiente y basada en otra prueba. Lo anterior, con fundamento en lo
expuesto en la siguiente tesis:

PRUEBA ILÍCITA. LÍMITES DE SU EXCLUSIÓN. La exclusión de la


prueba ilícita aplica tanto a la prueba obtenida como resultado directo
de una violación constitucional, como a la prueba indirectamente
derivada de dicha violación; sin embargo, existen límites sobre hasta
cuándo se sigue la ilicitud de las pruebas de conformidad con la
cadena de eventos de la violación inicial que harían posible que no se
excluyera la prueba. Dichos supuestos son, en principio, y de manera
enunciativa y no limitativa, los siguientes: a) si la contaminación de la
prueba se atenúa; b) si hay una fuente independiente para la prueba; y
c) si la prueba hubiera sido descubierta inevitablemente. Sobre el
primer supuesto, a saber, la atenuación de la contaminación de la
prueba, se podrían tomar, entre otros, los siguientes factores para
determinar si el vicio surgido de una violación constitucional ha sido
difuminado: a) cuanto más deliberada y flagrante sea la violación
constitucional, mayor razón para que el juzgador suprima toda
evidencia que pueda ser vinculada con la ilegalidad. Así, si la violación
es no intencionada y menor, la necesidad de disuadir futuras faltas es
menos irresistible; b) entre más vínculos (o peculiaridades) existan en
la cadena entre la ilegalidad inicial y la prueba secundaria, más
atenuada la conexión; y c) entre más distancia temporal exista entre la
ilegalidad inicial y la adquisición de una prueba secundaria, es decir,
que entre más tiempo pase, es más probable la atenuación de la
prueba. En relación con el segundo supuesto es necesario determinar
si hay una fuente independiente para la prueba. Finalmente, el tercer
punto para no excluir la prueba consistiría en determinar si ésta hubiera
sido descubierta inevitablemente en el proceso. Dicho supuesto se
refiere, en general, a elementos que constituyan prueba del delito que
hubieran sido encontrados independientemente de la violación inicial.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

La aplicación del anterior estándar debe hacerse en cada caso


concreto70.

143. Aplicación a la interpretación del Tribunal Colegiado. Así las cosas,


tomando en cuenta todo lo dicho hasta este momento, esta Primera Sala
considera que el órgano de amparo no atendió el planteamiento del quejoso
en torno al debido proceso y su ámbito de protección respecto a posibles
actos de inducción.

144. El colegiado se limitó a sostener que la identificación fotográfica era


confiable, porque a pesar de que sí existían “ciertas imprecisiones” en la
relatoría de los hechos, las mismas fueron aclaradas en el careo de los
policías con las denunciantes (en los que se asentó que la identificación se
hizo en la oficina del Ministerio Público con una fotografía del inculpado que
obraba en la base de datos ministerial y que lo único que se mostró en los
domicilios de las víctimas fue una nota del periódico) y el reconocimiento
ante el juez de la causa se hizo en cumplimiento de los requisitos que
marca el artículo 219 del código procesal. Además, porque desde el inicio
de la averiguación previa, las ofendidas señalaron que podían reconocer al
chofer del taxi.

145. Por el contrario, esta Suprema Corte estima que el Tribunal Colegiado no le
dio el alcance necesario al alegato de violación del derecho a un debido
proceso solicitada por el quejoso y justificó la fiabilidad del reconocimiento
fotográfico, realizado en primera instancia en el domicilio de las
denunciantes, a partir de medios de prueba desahogados de manera
posterior a esa diligencia de investigación que pudieron o no haber sido
afectados por actos de inducción. Adicionalmente, si bien aludió a que las
presuntas víctimas expusieron al inicio de la averiguación previa que podían
reconocer al inculpado, no llevó a cabo un ejercicio valorativo para
demostrar porqué los datos aportados por las ofendidas previamente al
reconocimiento fotográfico realizado en su domicilio, detentan un alto grado
de certeza que haga fiable la identificación fotográfica realizada bajo
condiciones poco ortodoxas.
70Tesis, 1a. CCCXXVI/2015 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, libro 24, Noviembre de 2015, Tomo I, página
993.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

IX. DECISIÓN Y EFECTOS

146. En suma, acorde con la interpretación constitucional detallada en la


presente ejecutoria respecto a los derechos a la defensa adecuada y
debido proceso, esta Primera Sala concluye que lo procedente es revocar
la sentencia recurrida y devolver los autos del juicio de amparo 327/2014 al
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito para el
siguiente efecto.

147. Partiendo de la interpretación constitucional expuesta en la presente


ejecutoria sobre los aludidos derechos humanos y conforme al estándar
expuesto para advertir una violación al debido proceso ante alegatos de
inducción de una identificación fotográfica (previsto en los párrafos 124 a
146 de la presente ejecutoria), el órgano colegiado tendrá que:

a) Avocarse de nueva cuenta al estudio de la responsabilidad penal del


quejoso, determinando si resulta inductiva o no la diligencia de
investigación de los agentes policiales, a partir de la cual se le exhibió
a las denunciantes en su domicilio una fotografía del quejoso por
medio de un recorte de periódico en el que se le señalaba como
delincuente.
b) Para verificar la concurrencia o no de los actos inductivos y la pérdida
de fiabilidad, deberá tomarse en cuenta todos los datos relacionados a
cómo se llevó a cabo la respectiva identificación y las características y
condiciones fácticas y aptitudes de las ofendidas en el momento en
que presenciaron los hechos ilícitos; en particular, tiene que valorarse
la información que se desprende de las declaraciones de las ofendidas
ante el ministerio público y ante el juez de la causa en torno a como
ocurrieron los hechos y si se aportaron o no elementos suficientes
sobre las características físicas del inculpado previo a su
reconocimiento.
c) En caso de que se tenga por acreditada la inducción, deberá resolver
si tal situación afectó otros medios de convicción directamente

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1075/2015

relacionados con el indebido reconocimiento, a fin de ser considerados


o no como pruebas ilícitas.
d) Hecho lo anterior, se fallará el caso con plenitud de jurisdicción.

Por todo lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. Devuélvanse los autos al Tercer Tribunal Colegiado en Materia


Penal del Primer Circuito para que emita una nueva sentencia en el juicio de
amparo 327/2014, bajo el sentido y alcance que se han fijado en esta
ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos


relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto concluido.

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