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El Espíritu de la liturgia

1. Sobre la esencia de la liturgia


Liturgia y vida: el lugar de la liturgia en la realidad: El culto y la vida conforme a la
voluntad de Dios constituye una parte imprescindible de la adoración verdadera. El culto
entendido por san Ireneo es la glorificación de Dios y la “iluminación” que nos cubre por
esta acción. El ser humano no puede de manera alguna “hacer” el culto, es necesaria la
Revelación.
Liturgia-cosmos. historia: En al Antiguo Testamento y en el cristianismo el culto tiene una
orientación histórica. La fe en la redención no se separa en la fe del creador por lo cual
podemos decir que el culto y el cosmos están íntimamente ligados, la creación existe en
función de la Alianza entre Dios y los hombres, es concebido como un lugar para la
adoración. Todo culto se convierte en la participación de la Pascua de Cristo. El elemento
histórico tiene su significado propio e irrevocable pero no por ello es arrancado de lo
cósmico, terminan confluyendo en el mismo ciclo del ser.
Del Antiguo al Nuevo Testamento: La forma base de la liturgia cristiana, determinada
por la Fe bíblica: El sacrificio ritual es una sustitución vicaria. Al momento de la muerte de
Jesús, el antiguo templo queda abolido con lo cual se abre el universalismo del culto que
Jesús ya había anunciado. La liturgia cristiana refiere a las promesas cumplidas, es una
liturgia de esperanza.
2. El espacio y el tiempo en la liturgia
Cuestiones preliminares sobre la relación de la liturgia con el espacio y el tiempo: En la
Iglesia del nuevo Testamento la sombra es sustituida por la imagen, mezcla el “ya” con el
“todavía no”. La liturgia que no tome en cuenta el misterio de la Cruz termina degenerando
en un juego vacío su ser. Encontramos dos niveles dentro de la liturgia, la rememoración y
la actualización, el pasado es fuerza y va más allá de los presentes. Una característica propia
de la liturgia cristiana es el pedir a Dios que acepte nuestros dones. La teología litúrgica es
la teología de los símbolos que nos unen con Aquél que está al mismo tiempo presente y
oculto.
Lugares sagrados, el significado del templo. La asamblea tiene una finalidad, el culto del
que parte y al cual se dirige, dignifica la reunión y le da significado. Se distingue del judaísmo
en tres innovaciones: La mirada ya no se hace hacia Jerusalén, sinagogas, sino hacia el
oriente, sol naciente, esto es considerado como parte de la tradición apostólica. La segunda
novedad es el altar, junto al muro oriental, donde se celera el sacrificio eucarístico. El tercer
elemento constituye la novedad de los evangelios en la Palabra, en la Escritura. La última
novedad consiste en que las mujeres se pueden acercar al lugar del culto.
El altar y la orientación de la oración litúrgica. El hombre actual ha perdido la sensibilidad
frente a la orientación en la oración. Encontramos en la antigüedad gran importancia y
significado en la orientación del celebrante (junto con toda la asamblea) y la importancia de
los mártires en la edificación de altares. El sacerdote se convierten el punto de referencia. El
mirar al oriente significa que tienen su mirada y su paso fijo en Cristo.
Reserva del Santísimo sacramento. La Iglesia del primer milenio no conoce el tabernáculo.
El tabernáculo ha realizado en su totalidad lo que en otros tiempos representaba el arca de la
alianza. Revitaliza el lugar cultual con la presencia del Señor, que procede de la celebración
eucarística.
Tiempo sagrado. Cristo acoge la temporalidad mediante la encarnación. Todo tiempo es
tiempo de Dios. En la liturgia el tiempo y el espacio se entrelazan. El domingo para el
cristiano es la verdadera medida del tiempo. La Resurrección de Cristo evca a un destino
personal, estando en el ahora de Dios. Las fiestas del año litúrgico que conmemorana Cristo
apuntan al reconocimiento de un único Dios.
3. El arte y la liturgia
La cuestión de las imágenes. A partir del Nuevo Testamento la imagen adquiere un nuevo
significado a partir del misterio de la Encarnación, dios se revela en la imagen de su Hijo.
No buscan ser retratos, sino que contienen un mensaje más profundo. El icono procede de la
oración y conduce a la oración. El arte cristiano se caracteriza por la armonía entre creación,
cristología y escatología. A través de los estilos se manifiesta un “grado” distinto de
contemplación por parte del contemplador el cual lleva a la contemplación del misterio. En
Cristo se recapitulan todas las obras de arte.
La música. En la tradición Bíblica se remarca la palabra “cantar” como signo del contacto
del hombre con Dios. La Iglesia reza con el canto a través del salterio. La teología del canto
surge con el cantico nuevo de los cristianos unidos al cantar judío, renovándolo. Se
encuentran dos motivos fundamentales para cantar ante Dios: la necesidad y la alegría, la
tribulación y la salvación. El amor es lo que se encuentra en el centro, en lo más profundo
del cantar cristiano. La evolución de la música litúrgica posee un gran paralelismo en relación
con las imágenes. En relación con el Logos encontramos un triple sentido en la música:
Remite a los momentos Bíblicos de la Actuación de Dios; Encontramos la acción misma del
Espíritu a través del canto. La música litúrgica no está abierto a todo tipo de música, sino que
debe tener esa particular condición del sursum corda. El canto nos ayuda a participar y entrar
en comunión con la asamblea.
4. La forma litúrgica
El rito. Lo importante es la manera de encontrarse con Él, no la teoría. Es la forma concreta,
que supera el tiempo y el espacio, en el que, de forma colectiva, toma cuerpo el modelo
fundamental de la adoración que se nos ofrece por la fe. Encontramos dos grandes familias
de ritos en la Iglesia: la bizantina y la romana los cuales remiten a los lugares de origen
apostólico del cristianismo.
El cuerpo y la liturgia. Participar activamente consiste en admitir que es Dios quien actúa
en la liturgia y nosotros somos atraídos a su acción. La verdadera formación litúrgica es la
que nos ayuda a ser conscientes de la acción de Dios en la liturgia. Nuestro cuerpo en la
liturgia está de cara a la resurrección. En la liturgia con el cuerpo, oramos a través dela Señal
de la Cruz que es una profesión de fe, nos muestra el seguimiento de Cristo. Existen diversas
posturas que el fiel cristiano adopta durante la celebración: Arrodillarse, estar de pie y estar
sentado (como expresión de disponibilidad.
Gestos. De entre los más antiguos, por su gran significado, tenemos el gesto de las manos
alzadas, arrodillarse, pararse y sentarse en sentido de disposición. Encontramos también la
expresión con la voz para la alabanza, pero junto con esta expresión del habla y el canto son
necesarios también los silencios para disponerse.
Ornamentos litúrgicos. Nos muestran que el sacerdote es figura de cristo, aluden a los textos
paulinos que nos invitan a revestirnos de cristo.
Materia: No solo desempeña una función especial en la liturgia el cosmos, sino también la
materia de este mundo. Esto a través de los símbolos materiales, el segundo modo es através
de los sacramentos. Dios dota a los dones de la tierra su significado. La realidad de la
encarnación nos liga a la historia.

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