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E) Sentencia de primer grado: el tribunal consideró: “…éste Tribunal constituido en Tribunal

de Amparo, advierte que la presente Acción constitucional de Amparo ha de declararse


procedente, toda vez que la autoridad recurrida al emitir la resolución de fecha veintinueve
de noviembre de dos mil cuatro, contravino los Derechos de los amparistas consagrados en
la Constitución Política de la República de Guatemala, el Derecho de Defensa, Debido
Proceso, Derecho de Igualdad y las Garantías Tutelares del derecho de Trabajo In - dubio
Pro - Operario; toda vez que la Ley de la Carrera Judicial y su Reglamento establecen el
procedimiento para imponer sanciones administrativas a los funcionarios y empleados del
Organismo Judicial, pero bajo el imperio absoluto del Principio de Estricta Legalidad. Para
dicho efecto, la Supervisión General de Tribunales en apego al Principio de Legalidad que
dimana dentro del proceso administrativo, forma parte; y, es considerada como tal, a l tenor
del Artículo 33 del Reglamento de la Ley de la Carrera Judicial. Por lo tanto, la función de
la Supervisión General de Tribunales es la de ser parte pidiente y solicitar ante la Junta de
Disciplina Judicial la sanción que más convenga al caso, según la ley y las constancias que
han sido investigadas por dicho órgano administrativo. En tal virtud, el proceso
administrativo para la imposición de una sanción no puede estar desligado del Principio de
Legalidad y Proporcionalidad. Estos Principios deben imperar para el cumplimiento del
debido proceso. Por eso mismo, esta Sala advierte que la sanción impuesta a los Jueces es de
proporcionada y viola el Principio de Proporcionalidad y de Legalidad, pues, p u e s la
Supervisión General de Tribunales en el presente caso pidió una imposición de sanción por
Falta Leve. Contrario a ello, la Junta del Organismo Judicial impuso una sanción mayor a la
pedida y el Consejo de la Carrera Judicial confirmó dicha medidas, y aquí es donde
concretamente se da la arbitrariedad e injusticia, pues si la Supervisión General de Tribunales
que fue la encargada de investigar, solicitó a la Junta de Disciplina Judicial una sanción según
la ley y las constancias procesales, esta última estaba ligada a dicho pedido y no podría por
lo tanto aplicar una sanción mayor, como efectivamente lo hizo. Decimos que no podía
aplicar una sanción mayor, porque efectivamente al leer la ley de la Carrera Judicial y su
Reglamento en todos y cada uno de los mismos, no se aprecia tal facultad. Lo que se aprecia
es que existe un procedimiento administrativo y que dicho procedimiento debe seguirse con
todos los pasos del debido proceso, incluso que si se procesa a un juez administrativamente
por un tipo de falta, no se puede después de finalizar el mismo, castigarlo o sancionarlo por
otra, que ni siquiera fue objeto del procedimiento. En tal virtud, el Consejo de la Carrera
Judicial confirmó una actuación de la Junta de Disciplina Judicial que viola las Garantías del
Debido Proceso, y el Principio de Estricta Legalidad, pues la sanción aplicable al caso, es la
pedida por la Supervisión General de Tribunales consistente en una sanción por falta leve y
no la que se aplicó. En consecuencia, esta Sala considera que es procedente confirmar el
Amparo Provisional decretado ya que se da en el presente asunto una arbitrariedad, pues se
entiende por arbitrariedad, según la opinión del jurista Enrique Herrera, como “Una forma
particular de injusticia por parte de los órganos que disponen de poder. Son actos singulares
vinculados con el ejercicio de derechos por personas a quienes, sin razón legal que lo
justifique, se les niega lo que según la ley les corresponden”. (Enrique Herrera, Arbitrariedad
y Metodología de la investigación Jurídica, Buenos Aires; Astrea, 2002, Página 20). En el
presente caso, consideramos que a los señores jueces se les aplicó una sanción distinta a la
solicitada por la Supervisión General de Tribunales y lo pedido por ésta es la que legalmente
les corresponde, por lo que la Junta de Disciplina Judicial a través de la confirmación
emanada por el Consejo de la Carrera Judicial confirma una arbitrariedad. En tal virtud la
Supervisión General de Tribunales puede pedir las sanciones que considere pertinente dentro
de un procedimiento administrativo, pero como todo procedimiento está vinculado con los
Principios de Proporcionalidad y de Legalidad, la Junta de Disciplina Judicial puede imponer
las sanciones que se solicitan o no imponer ninguna, pero lo que no puede es imponer una
sanción más grave que la pedida por la Supervisión General de Tribunales, pues la ley
específica, no la faculta para ello. Debe privar en tal sentido, el principio de Estricta
Legalidad, para proveer seguridad y certeza jurídica. Ante tales circunstancias, la resolución
recurrida de fecha veintinueve de noviembre de dos mil cuatro, emitida por el Consejo de la
Carrera Judicial mediante la cual confirma la resolución de fecha tres de junio de dos mil
cuatro, dictada por la Junta de Disciplina Judicial, viola los derechos denunciados, razón
suficiente para acoger el amparo solicitado por los postulantes.” Y resolvió: “… I) Otorga en
definitiva el amparo solicitado por los señores José Luis Dávila Ruano, Manuel Francisco
Quiroa Solórzano y Hugo Oswaldo Coguox Nimatuj en su calidad de Jueces del Tribunal
Primero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente del Alta Verapaz,
en Contra del Consejo de la Carrera Judicial, Órgano Administrativo del Organismo Judicial,
que emitió la resolución recurrida de fecha veintinueve de noviembre de dos mil cuatro, que
confirma la resolución de fecha tres de junio de dos mil cuatro, dictada por la Junta de
Disciplina Judicial. En consecuencia: a) Deja en suspenso en cuanto a los reclamantes, la
resolución de fecha veintinueve de noviembre de do s mil cuatro, dictada por el Consejo de
la Carrera Judicial, que confirma la resolución de fecha tres de junio de dos mil cuatro,
emitido [sic] por la Junta de Disciplina Judicial; b) Restituye a los postulantes en la situación
jurídica anterior a esa resolución; c) Ordena a la autoridad recurrida resolver conforme a
derecho, respetando los derechos y garantías de los postulantes, bajo apercibimiento de
imponer una multa de quinientos quetzales, en caso de acatar lo resuelto dentro del plazo de
tres días de haber recibido los antecedentes sin perjuicio de las responsabilidades legales
correspondientes. III) No hay condena en costas, por evidenciarse que la autoridad recurrida
actuó de buena fe…”

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