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LA CONTRARREVOLUCIÓN
LEGITIMISTA
( 1688- 1876)
Dirigido por:
JOAQUIM VERISSIMO SERRAO
ALFONSO BULLÓN DE MENDOZA
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Para esta edición
EDITORIAL COMPLUTENSE, S.A.
Moreto, 3
28014 Madrid
Teléfonos 420 28 52/17 38
Fax 420 37 21
1 .a edición
Mayo 1995
ISBN: 84-89365-15-6
Depósito Legal: M -19179-1995
Compuesto e impreso:
Ibersaf Industrial, S.L.
c/ Huertas, 47 bis (Edif. Cervantes)
Tel. 429 95 34
28014 Madrid
El m o v i m i e n t o r e l ig io s o a n t e r i o r a l a g u e r r a
3 Ibidem.
4 Último estado de la cuestión en la tesis de M adame Patricia L usson, La vie religieuse
des catholiques dans VOuest. Maine et Loire-Vendée, à l ’époque révolutionnaire (será editada
en las Nuevas Ediciones Latinas, París), pp. 57-59.
5 Citado por Patricia Lusson, op. cit., p. 47.
6 Ibidem, pp. 37-47.
7 Ver nuestro estudio, «La circonscription des paroisses pendant la Révolution. Premières
recherches», Histoire de la Paroisse, Angers, 1988, pp. 101-121.
EL CARÁCTER RELIGIOSO DE LA VENDÉE 145
L a r e l ig ió n y e l l e v a n t a m ie n t o d e m a r z o d e 1793
11 Ver sobre este punto A. B illaud, La guerre de Vendée (Fontenay-le-Comte, 1977), p. 28.
12 Citado por M adame Lusson, op. cit., p. 51.
13Lo que le confiere un carácter sobrenatural. Porque «la Iglesia, dice un teólogo contempo
ráneo, tiçne sus raíces en el Cielo...» Cardenal Journet, Comme une flèche de feu (Paris, Le
Centurion, 1992) p. 102.
EL CARÁCTER RELIGIOSO DE LA VENDÉE 147
14 Este sacerdote se llamaba Guillaume Repin. E s el redactor de «l’Adresse des prátres non
assermentés de Maine et Loire à Louis XVI» del 9 de febrero de 1792. (Guillelmi Repin et
XCVIII Sociorum...Positio super introductione causae et martyrio... Rome, 1969, p. 49).
15 B outillier de S aint A ndré, Une famille vendéenne pendant la Grande Guerre 1793-
1795, Paris, 1896, réed. Cholet, 1988, p. 53
16Episodio relatado por A. B illaud, op. cit., p. 53.
17 Archivos del Maine y del Loira, 1 L 1018, deposición de Genneteau.
18 El texto completo está citado por Crétineau-Joly, en Histoire de la Vendée militaire,
segunda ed., París, 1843, 4 vol. t.l, p. 40.
148 JEAN DE VIGUERIE
C a t o l ic ism o y m o n a r q u is m o
más bien al principio de la monarquía que a la persona del rey; y que tuvo, sin
duda, menos importancia que el fervor religioso. Varios textos lo demuestran;
com enzando por esta declaración de d ’E lbée ante el tribunal m ilitar de
Noirmoutier que iba a condenarle a muerte:
«Juro por mi honor que, aunque deseé un gobierno monárquico, no tenía
ningún proyecto particular y hubiese vivido como un pacífico ciudadano bajo
cualquier gobierno que hubiese asegurado mi tranquilidad y el libre ejercicio
de la religión que profeso» 24.
También hemos de citar las palabras de un simple combatiente dirigidas al
joven Copero mayor de Saint André, que las cita en sus memorias:
«Un día, escribió [la caballería vandeana] atravesó nuestra ciudad, salimos
a su encuentro gritando: “Viva el Rey”. Uno de los jinetes me dijo: Decid
mejor: “Viva la religión” ya que por ella queremos vivir y m orir»25.
La preeminencia de la reügión se explica fácilmente por la ausencia del rey.
Luis XV y Luis XVI apenas se habían mostrado a sus súbditos. Luis XVIII y el
futuro Carlos X tampoco se reunirán con estos vandeanos que mueren por
ellos 25bis. La religión prevalece porque el rey no se hace presente. El abate
Bemier acertará en 1800 al decir a los vandeanos: «El conde de Artois no ven
drá hoy, al igual que no fue ni a Quiberon ni a la isla Dios. No se ha dignado a
sacrificarse por su propia causa. ¿Por qué tendrían los monárquicos que buscar
su ruina o hacerse m atar por ella? 26. El Prim er Cónsul podrá afirmar ante
Bourmont, sin que este lo desmienta: “Sé que el rey ha censurado la guerra del
Oeste. Lo he visto escrito de su propio puño. El abate... me permitió leerlo (falta
el nombre)”» 27. Con un rey así, ¿qué podía hacer el monarquismo? En 1795,
Charette acepta una paz sin rey: de los 22 artículos de la pacificación de
Jaunaye ninguno hace referencia a una eventual restauración28. En 1800, la pro
¿ Q u é t ip o d e r e l ig ió n ?
no luchan ni por deseo de conquista ni por sed de venganza, sino como devo
tos del Corazón de Jesús, para sacrificarse. Llegamos a un terreno misterioso,
el de la vida de las almas, cuyo misterio no puede penetrar ningún historia
dor. Pero la devoción del Corazón es un valioso indicio. La suposición de
que muchos vandeanos hayan dado a su lucha este sentido de sacrificio es
muy plausible. ¿Cómo explicar de otra form a ciertos aspectos del desarrollo
de la guerra? Por ejemplo, la decisión tomada tras Saumur de dirigirse hacia
Nantes en lugar de hacerlo a París. Ciertamente, hubo razones militares, el
ejército vandeano no era ni lo bastante numeroso ni lo bastante estable como
para realizar una m archa sobre la capital. Pero la razón principal no tuvo
nada de militar; se debe probablemente al desapego de los vandeanos. París
no les interesa. No buscan ni la conquista ni el poder. ¿Cómo explicar la
extraordinaria tenacidad y constancia de los combatientes sin recurrir a la
devoción del Corazón de Jesús? ¿Cómo explicar si no el constante recluta
miento de voluntarios? El espíritu de sacrificio es el secreto de la valentía
guerrera. «Sólo tememos una cosa en el mundo, dice el canto de guerra de
Bocage, y es el ofender a Nuestro Señor... Sólo tenemos una esperanza en el
mundo, el Corazón de nuestro S eñor»43.
Las grandes peregrinaciones de 1791 habían exaltado la devoción mariana.
también se habló de apariciones. Se decía que la Virgen M aría se había apare
cido en Saint Laurent de la Plaine, antes de la dem olición del santuario.
Parece ser que se había aparecido varias veces en el hueco de un roble, con su
Hijo en brazos. Las autoridades habían hecho cortar el roble, pero las mujeres
habían reunido los restos del mismo para venerarlos como reliquias 44. Durante
el mismo año, 1791, fueron difundidos por toda la región unos libelos popula
res piadosos titulados: «Cartas dirigidas a la Santísima Virgen María, Madre
de Dios, que ascendió a los Cielos, Reina del Universo, para que las entregue
a su adorable Hijo Nuestro Señor, Amén. La persona que lleve consigo esta
oración será protegida de todo riesgo y peligro» 45. En 1793 los combatientes
del ejército católico y monárquico siguen fieles a la costumbre de rezar el
Rosario. Madame de la Rochejaquelein lo atestigua: «Me sorprendió y edificó
el ver a todos los soldados que estaban albergados en la misma casa que noso
tros, ponerse de rodillas y rezar el Rosario que uno de ellos dirigía en alta voz.
M e dijeron que nunca se olvidaban de rezar esta devoción tres veces al día» 46.
Todos los habitantes de la región poseían su rosario. En los procesos verbales
«Adelantad mi muerte,
Jesús, mi dulce vida.
Porque mi alma se aburre
al no veros»47.
R e l ig ió n y C o n t r a r r e v o l u c ió n
48 Diciembre de 1793, carta de los representantes en misión al general Haxo, citado por
Cretineau-Joly, ed. 1843, t.2, p. 24.
49 Citado^por A. B illaud, op. c i t p. 286.
50 Ibid.
EL CARÁCTER RELIGIOSO DE LA VENDÉE 157
L a c l e m e n c ia d e l o s V a n d e a n o s
54 P.72.
55 La Rochejaquelein, p. 277.
56 Memoria del conde de Colbert, p. 405.
57 Ibid, p. 403.
EL CARÁCTER RELIGIOSO DE LA VENDÉE 159
su lecho de muerte, expirando algunas horas más tarde, dio la orden de indul
tarles. Su lugarteniente comunicó la orden inmediatamente: «Indulto para los
prisioneros. Bonchamp moribundo lo quiere, Bonchamp moribundo lo orde
na» 62. El 3 de noviem bre siguiente en F ougères (durante la v u elta de
Galeme), fue la propia M adame de la Rochejaquelein (entonces se llamaba
Madame de Lescure), la que intervino para salvar a los prisioneros: Marigny
(otra vez él) y sus hombres habían comenzado a ejecutar a los prisioneros 63.
Finalmente debemos mencionar el episodio de Entrain, en diciembre, en la
retirada de la vuelta de Galeme: se encerró a 150 soldados republicanos en
una iglesia y los señores Gibert y Tourrault se interpusieron evitando que les
fusilaran64.
Éstos son los perdones mencionados por nuestras fuentes. ¿Hubo otros?
Quizá, pero para encontrarlos habría que leer con atención las memorias y la
correspondencia de la época. Los textos son a menudo demasiado imprecisos.
Por ejemplo Madame de la Rochejaquelein informa de pasada que el abate
Doussin «salvó una vez la vida a un gran número de prisioneros» 65. El hecho de
perdonar a los prisioneros no tiene nada de extraordinario en sí mismo. Al
actuar así los vandeanos se limitan a aplicar el derecho de las personas, general
mente se solía cumplir el derecho de guerra que estaba en vigor antes de la
Revolución. Sin embargo tuvieron mucho mérito al aplicarlo, porque sus adver
sarios lo ignoraban totalmente. No solamente no lo tenían en cuenta, sino que
no concebían que el perdón fuera posible. El representante Merlin de Thionville
calificó el perdón de Bonchamp como una «increíble hipocresía» 65bis. Para este
hombre tan convencional y para sus iguales la palabra perdón no tiene ningún
sentido. Se perdona a los culpables; pero los vandeanos son mucho más que cul
pables. Son una variedad inferior de la humanidad, una «raza de bellacos», una
«raza abominable». Lo único que se puede hacer es depurar la región de vande
anos 66. La masacre de vandeanos expresa el desprecio al hombre. Por el contra
rio, el perdón a los prisioneros republicanos manifiesta el respeto a la dignidad
62 Billaud, p. 127.
63 La Rochejaquelein, p. 288.
64Memorias del conde de Colbert, p. 418.
65 La Rochejaquelein, p. 271.
65bis «Se dice que los vandeanos han perdonado la vida a 4.000 de los nuestros que tenían
prisioneros. El hecho es cierto porque he hablado con alguno de los que fueron perdonados.
Algunos se han dejado impresionar por este hecho de increíble hipocresía...» (citado por T ony
C atta, La Vendée, la foi, la patrie. Synthèse du Souvenir vendéen (París, 1960), p. 181.
66 Hemos desarrollado éste punto en la ponencia (que va a aparecer próximamente) del colo
quio de L a Roche- sur-Y on, (22-25 de abril de 1993): «Las “luces” y la Vendée. Los orígenes
intelectuales del exterminio».
EL CARÁCTER RELIGIOSO DE LA VENDÉE 161
C o n c l u s ió n