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La presencia marroquí judía en el

DIVERSIDAD interior del territorio argentino


DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1
ISSN 2250-5792

Lic. EPSTEIN, DIANA


CONICET
epsteindiana@gmail.com Resumen
El objetivo de este trabajo es analizar la dispersión de los marroquíes
de origen judío en el interior del país y evidenciar su rápida inte-
gración con la población argentina. En ese sentido se investigarán
las características generales de la llegada de este colectivo étnico
proveniente del mundo islámico. Para ello se detallarán sus asocia-
ciones comunitarias, sociales, culturales y religiosas en los principa-
les centros de la Argentina. Estos inmigrantes judíos originarios de
Marruecos constituyeron el primer grupo de sefaradíes que llegó al
país, alrededor de 1860.
Una vez llegados al país, muchos se asentaron en la ciudad de Bue-
nos Aires, pero un grupo considerable optó por distribuirse a lo lar-
go del territorio nacional, donde residen aún sus descendientes. En
este contexto se instalaron en las provincias más populosas del país,
como la Provincia de Santa Fe, la Provincia de Entre Ríos, la Provin-
cia de Córdoba, la Provincia de San Luis, y la Provincia del Chaco,
entre otras.
Fortaleciendo la idea de este trabajo, se realizará un análisis de dos
casos tipo: el estudio de Vera (provincia de Santa Fe) y el de La Sa-
bana (provincia del Chaco). Ambas regiones estuvieron relacionadas
con la empresa La Forestal. En ellas se asentaron numerosos judeo
marroquíes ubicados a lo largo de las líneas férreas creadas por esta
empresa. Se destacaran sus actividades laborales, aspectos religiosos
y educativos, proporcionando sus rasgos culturales e incorporando, a
su vez, elementos de la nueva sociedad que culminará con la rápida
“argentinización” de este grupo inmigratorio.
Para realizar este trabajo, se utilizará una fuente de inestimable valor
com “L’enquete sur la Population Israelita en Argentine” realizada
en 1909 por el rabino M. Halpon y Mr. Sabah y bibliografía referente
al tema.
Palabras clave: marroquíes judíos – Inmigración – Identidad - Inte-
gración cultural

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The Moroccan Jewish presence in the
DIVERSIDAD interior of the Argentine Territory
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1
ISSN 2250-5792

Lic. EPSTEIN, DIANA


CONICET
epsteindiana@gmail.com Abstract
The objective of this work is to analyze the dispersion of the Moroc-
cans of Jewish origin inside the country and to demonstrate its fast
integration with the Argentine population. In that sense the general
characteristics of the arrival of this ethnic group of the Islamic world
will be investigated. Their communitarian associations, social, cul-
tural and religious will be detailed in the main centers of Argentine.
These Jewish immigrants of Morocco constituted the first group of
sefaradies that arrived at the country, around 1860.
Once arrived at the country, many were established in the city of
Buenos Aires, but a considerable group chose to distribute itself
throughout the national territory, where their descendants reside till
now. Against this background they settled in the most populated pro-
vinces or the country, like the Province of Santa Fe, the Province de
Entre Rios, the Province de Cordoba, the Province of San Luis, and
the Province the Chaco, among others.
Fortifying the idea of this work, an analysis of two cases studies will
be made: the study of Vera (province de Santa Fe) and the one of the
La Sabana (province of the Chaco). Both regions were related to the
company “La Forestal”. Numerous Moroccan Jews were established
throughout the railway lines created by this company. Their activi-
ties on labor, religious and educative fields provided their cultural
attributes, as well, the incorporation of elements of the new society
culminated in the fast “argentinizacion” of this immigrant group.
In order to make this work, a source of inestimable was used,
“L’Enquête sur la Population Israélite en Argentine” made in 1909
by rabbi M.Halphon and Mr. Sabah and bibliography referring to the
subject.
Keywords: Moroccan Jews, Immigration, Identity, Cultural Integra-
tion.

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La presencia marroquí judía en el
DIVERSIDAD interior del territorio argentino
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1
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Lic. EPSTEIN, DIANA


CONICET
epsteindiana@gmail.com Introducción
El objetivo de este trabajo es analizar la dispersión de los marroquíes
de origen judío en una amplia región del interior de la Argentina.
En este marco, se trata de poder determinar el aporte que este grupo
brindó a la consolidación del país y también precisar como absor-
bieron las tradiciones y cultura de las localidades donde se fueron
asentando.
Para efectuar este estudio se realizará una breve caracterización de la
llegada a la Argentina de este colectivo étnico. Su ingreso al país se
produce a mediados del siglo XIX, formando parte de un nuevo éxo-
do originado por la crisis padecida por Marruecos luego del conflicto
hispano marroquí de 1859/1860. Esta crisis provocó la dispersión
de este grupo, en el caso concreto de América Latina, no sólo hacia
Argentina sino también a Brasil, Venezuela, Uruguay, Chile, Cuba,
buscando nuevas y mejores oportunidades económicas.
En este contexto habría que subrayar la presencia de una nueva
diáspora de judíos marroquíes, quienes fueron los primeros integran-
tes de la comunidad sefaradí que llegó al país y también el más re-
ducido. En efecto, este grupo judío proveniente de un país islámico,
comenzó a llegar a la Argentina hacia 1860 y se extendió con inter-
mitencias hasta 1970.

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1
DIVERSIDAD
La llegada al país
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 y sus características generales
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Su ingreso desde Marruecos no fue masivo. Esta circunstancia crea


Lic. EPSTEIN, DIANA obstáculos para ubicarlos en los censos, ya que es improbable que
CONICET hayan llegado en algún momento más de 200 personas anuales, de
epsteindiana@gmail.com manera que figuran en “Varios”. Por otra parte, como ningún Censo
en la Argentina contiene el rubro sefaradíes y el hecho que desde
1960 en los cuestionarios de los censos no se pregunta por “reli-
gión”, el número de judíos en general y sefaradíes en particular es
difícil de determinar1. Sin embargo se puede afirmar que, aunque la
corriente inmigratoria no excedió de varios centenares de familias
fue fluida y constante entre 1860 y1930 fecha en que la Argentina
limitó la inmigración2. Cabe destacar que con posterioridad a esa
fecha, llegó un pequeño grupo entre 1955y1970 como consecuencia
de la creación del Estado de Israel y la independencia de Marruecos
en 1956, es decir por razones políticas.

La lengua
Según señala Matthias König3, la interacción social entre los indi-
viduos requiere sistemas comunes de comunicación. La lengua, es
el más fundamental de estos sistemas y, por ello, contribuye nota-
blemente a la integración social. Así, el hecho de que estos judíos
provenientes del norte de Marruecos hablaran el español, fue defi-
nitorio para su integración al país. Este grupo no debió sortear las
dificultades de otras minorías. En efecto la Argentina no fue ajena
a las políticas públicas que, orientadas a la integración, consisten
en objetar la subsistencia de las lenguas minoritarias no estatales.
En consecuencia, a través de políticas educativas imponen la lengua
oficial utilizando la enseñanza monolingüe en las escuelas4. Aquellos
grupos que deseen mantener su lengua de origen, deben recurrir a
cursos especiales o escuelas integrales donde se enseña su idioma,
por fuera de los horarios destinados a la enseñanza de la lengua oficial.
Desde la década de 1880, el Estado se había propuesto convertir a la

1  MARIO EDUARDO COHEN, “Aspectos socio-demográficos de la comunidad sefaradita en


Argentina” en Sefárdica, año 2 Nº3, Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefaradí,
Buenos Aires, 1985.
2  MARGALIT BEJARANO, “Los sefaradíes en la Argentina: Particularismo étnico frente a
tendencias de unificación”, Revista Rumbos, 17-18, p.144
3  MATTHIAS KÖNIG, “La diversidad cultural y las políticas lingüísticas”. Este artículo es
una versión abreviada del documento de discusión UNESCO/MOST Nº 30 (1998), titulado
“Democratic Governance in Multicultural Societies”. www.unesco.org/issj/rics161/Koenigspa.
html.
4  MATTHIAS KÖNING, “La diversidad cultural y las políticas lingüísticas” opus cit.

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escuela en un instrumento fundamental para lograr la formación de
la nacionalidad y con ello la homogeneización lingüística a través de
DIVERSIDAD la educación. Para alcanzar este propósito exigió que se fomentara
DICIEMBRE 2010 la enseñanza de determinados contenidos nacionales y entre ellos,
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el idioma fue fundamental. Como ya se ha señalado, este no fue el
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caso de los marroquíes de origen judío que llegaron a la Argentina.
Procedían del norte de Marruecos, es decir de la región española, bá-
Lic. EPSTEIN, DIANA sicamente de Tetuán y Tánger y en menor medida Fez, Larache, Al-
CONICET cazar. En realidad, la inmigración marroquí que llegó al país hablaba
epsteindiana@gmail.com históricamente jaquetía, una modalidad particular del judeo español;
el tipo fónico más emparentado con este dialecto es el andaluz. No
obstante, durante los años de estadía de los españoles en Marruecos,
a mediados del siglo XIX, los integrantes de la comunidad judía ha-
bían recuperado el uso del español moderno.
En efecto, la población judía, que había estado asentada en España,
tomó de ella su idioma, pero también fueron desarrollando formas
especiales de hablar dando lugar al nacimiento de las judeo lenguas,
utilizadas en la vida social y familiar de las juderías5. Este idioma
español, mezclado con elementos árabes, hebreos y de los diversos
dialectos españoles fue trasladado a las distintas regiones en don-
de se fueron radicando luego de su expulsión de la Península Ibéri-
ca. En África del Norte, se desarrolló una modalidad particular del
judeo español llamada Jaquetía6. Al llegar a la Argentina los judeo
marroquíes seguían utilizando la jaquetía como una forma privada
de comunicarse. Al margen del uso de este dialecto, el hecho de que
este grupo hablase correctamente castellano, es significativo, porque
como ya se ha señalado, el idioma se considera clave para la pos-
terior integración de sus miembros al país, exhibiendo, muchos de
ellos, un lento y paulatino abandono de sus prácticas religiosas, espe-
cialmente en la ciudad de Buenos Aires. Esta moderada observancia
los va a ir diferenciando profundamente del resto de las comunidades
sefaradíes, sobre todo de las comunidades sirias de habla árabe, que
se iban instalando en el país7.
En realidad, no obstante que el castellano era le lengua dominante,
poseían también nociones del árabe, aunque en general tenían un co-
nocimiento muy superficial de este idioma, porque a pesar de ser el
usual en la calles de Marruecos, esta comunidad se exhibía raramen-
te por fuera de la judería (mellah) y vivía dentro de sí misma. Tenían
conocimiento del francés, porque muchos de aquellos que llegaron
a partir de 1880 se habían formado en las escuelas de la Alliance

5  PALOMA DÍAZ MAS, “Los Sefaradíes- Historia, lengua y cultura”. Riopiedras Ed., España.
1986.
6  MOISÉS GARZÓN SERFATY, “La jaquetía” en Sefárdica Nº16 ,El judeo español/2.
Djudezmo y Jaquetía, Buenos Aires, mayo del 2006.
7  SUSANA BRAUNER, Ortodoxia religiosa y pragmatismo político. Los judíos de origen sirio.
Buenos Aires: Lumiere, 2009.

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Israelite Universelle8(AIU o Alianza). De manera tal que estos ju-
díos provenientes de Marruecos eran bilingües o trilingües y con un
DIVERSIDAD moderado nivel cultural en comparación con otras inmigraciones que
DICIEMBRE 2010 llegaron al país siendo casi analfabetas.
#1, AÑO 1
ISSN 2250-5792 En términos generales, un conjunto destacado de este grupo se ins-
taló en la Ciudad de Buenos Aires. En este contexto, sus distintivas
características consistieron en una rápida creación de sus asocia-
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CONICET
ciones, como el Cementerio, el Templo, el club social Alianza y la
epsteindiana@gmail.com
Sociedad de Beneficencia9 . En síntesis, a esta situación se agregó su
pronta integración a la sociedad local favorecida por el conocimiento
de la lengua, asimilación que repercutió en un debilitamiento de sus
prácticas religiosas e impidió la consolidación de su educación co-
munitaria. En relación a su actividad laboral esta comunidad comen-
zó por dedicarse especialmente al comercio. Durante las primeras
décadas del siglo XX, la venta ambulante constituyó una ocupación
visible en todos los sectores de la población sefaradí. Con el tiempo,
muchos buhoneros pudieron abrir tiendas al por menor, comercios
mayoristas y finalmente algunas industrias10.
Finalmente, su destacado nivel de educación, junto con sus apellidos
(muchos de origen español), los invisibilizaba como judíos.
En este conciso bosquejo se sistematizó las características específi-
cas de este grupo étnico en la ciudad de Buenos Aires, como ya ha
sido señalado en otros trabajos.11

8  En 1860, fue fundada en París, la Alliance Israelita Universelle (AIU o Alianza). Su creador
fue el político Benjamín Crémieux, quien contó con el apoyo de la alta burguesía judeo-francesa
y de financistas de otras procedencias que vivían en París El objetivo que se propuso fue el
de lograr el progreso de la población judía en sus propios países de origen, por medio de la
instrucción. Así, la AIU impulsó la creación de una red de escuelas que divulgaran la instrucción
europea entre la población judía instalada en las regiones que consideraban atrasadas del
Mediterráneo; en ellas, se decidió enseñar gradualmente en francés, pero utilizando el español
como segunda lengua. La primera escuela se fundó en 1860 en Tetuán.
9  DIANA EPSTEIN, “Instituciones y liderazgo comunitario de los judíos de origen marroquí
en Buenos Aires” en Árabes y judíos en Iberoamérica/Similitudes, diferencias y tensiones.
Raanan Rein (coord.)Tres Culturas, Colección Ánfora, España, 2008.
10  JORGE BESTENE describe una evolución económica similar para el grupo de sirio-
libaneses: “formas de asociacionismo entre los sirios libaneses en Buenos Aires, 1900-1950” en
F. Devoto y E.J.Míguez (comp.), asociacionismo, trabajo e identidad étnica, buenos aires, 1992.
11  DIANA EPSTEIN, “Aspectos Generales de la inmigración judeo-marroquí a la Argentina.
1975-1930” en Temas de África y Asia 2, Sección de Estudios de Asia y África, Facultad de
Filosofía y Letras, UBA, 1993.

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DIVERSIDAD
La dispersión por el interior
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#1, AÑO 1 del país.
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Una vez llegados al país, muchos se asentaron en zona sur de la Ciu-


Lic. EPSTEIN, DIANA dad de Buenos Aires, en los barrios de San Telmo, Monserrat, Con-
CONICET cepción y Constitución, pero un grupo considerable optó por distri-
epsteindiana@gmail.com buirse a lo largo del territorio nacional, donde aún residen gran parte
de sus descendientes argentinos.
No obstante la dispersión geográfica, hay que destacar la importancia
de los vínculos solidarios que mantuvieron los marroquíes instalados
en la ciudad de Buenos Aires con aquellos que se asentaron en las
provincias del resto del país y también con los lazos que compartie-
ron las organizaciones de las distintas poblaciones del interior entre
sí.12
Para realizar este trabajo y obtener datos precisos se utilizó como
fuente principal la Enquête sur la Population Israélite en Argentina,
realizada por el rabino M. Halphon y Mr.Sabah a pedido de la JCA13
– Rapport de l’administration Centrale au Conseil D’Administration
Pour l’anneé 1909. Este trabajo fue presentado a la Asamblea Ge-
neral el 25 de Junio de 1910 en París. En esta Encuesta M. Halphon
y Mr. Sabah recogieron datos de la población judía diseminada por
todo el país. De ella se deduce que hacia fines del Siglo XIX, sólo
habían arribado judíos rusos - la mayoría para poblar las colonias
del Barón de Hirsh- y judíos marroquíes, quienes ya se habían ins-
talado en el interior en 1890. De hecho, en muchas regiones fueron
los primeros judíos que se asentaron. Este estudio, dará prioridad a
la información obtenida sobre los integrantes de la comunidad ma-
rroquí judía. A medida que iban llegando al país, los integrantes de
este grupo mantuvieron contacto con sus familiares y amigos que
habían quedado en Marruecos a través de cartas o viajes para ver a
sus familiares. Así crearon con ellos sólidas relaciones sociales pri-
marias. Estas redes de parentesco que sostuvieron con sus familiares
y amigos en Marruecos14, se prolongaron a través del tiempo. De

12  ADRIANA MARIEL BRODSKY, “Re-configurando comunidades. Judíos sefaradíes/arabes


en Argentina (1900-1950) en Árabes y judíos en Iberoamérica/Similitudes, diferencias y
tensiones. Raanan Rein (coord.)Tres Culturas, Colección Ánfora, España, 2008
13  La JCA (Jewish Colonization Association) fundada en 1891 por el Barón Maurice de
Hirsch, tenía como finalidad fundamental fomentar la emigración masiva de judíos de Europa
oriental e impulsar una colonización concentrada en lugares elegidos previamente. Esta meta
de la JCA implicaba reconocer que la emigración era el medio más eficaz para resolver la
situación de los judíos y el Barón de Hirsh, su fundador, escogió a la Argentina como lugar
donde concretar su proyecto.
14  DEVOTO FERNANDO, ver respecto al concepto de redes sociales, Movimientos migratorios:
historiografía y Problemas, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1992;

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este modo les informaban sobre la situación socio-económica que
vivían en Argentina y los estimulaban a venir15. Aquellos que iban
DIVERSIDAD llegando atraídos por este llamado, fueron enviados por sus familia-
DICIEMBRE 2010 res a otras regiones para abrir sucursales de sus prósperos comercios
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en los centros urbanos más importantes. En este caso se vislumbra
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nuevamente el vínculo integrador entre la ciudad de Buenos Aires y
otras ciudades populosas del interior, con la instalación de los nuevos
Lic. EPSTEIN, DIANA correligionarios en zonas más deshabitadas16.
CONICET
epsteindiana@gmail.com
El grupo se instaló en las provincias más populosas del país, algunos
en centros urbanos y otros en zonas agrestes. Así se destacan San-
ta Fe (Ciudad de Santa Fe, Rosario, Vera, Calchaquí), Entre Ríos
(Paraná, Concepción del Uruguay, Concordia), Chaco (La Sabana,
Chaco Austral), Córdoba (Villa María, Río Cuarto) San Luis (Villa
Mercedes), y Provincia de Buenos Aires (en varias, como en Bahía
Blanca y Pergamino), entre otras.17 Esta distribución se visualiza en
el cuadro Nº 1 obtenido del censo de 1914.

15  BJERG MARÍA, Entre Sofie y Tovelille. Una historia de los inmigrantes daneses en la
Argentina (1848-1930), Ed. Biblos, Buenos Aires, 2001, p.48. Véase una situación similar entre
los inmigrantes llegados de Dinamarca.
16  ADRIANA M.BRODSKY, opus cit.
17 ������������������������������������������������������������������������������������
HALPHON-SABAH “Enquête sur la Population Israelite en Argentine”, JCA – Rapport de
l’Administration Centrale au Conseil d’Administration pour l’anné 1909, París, 1910. En este
trabajo se puede distinguir en cuales provincias y dentro de ellas, en que pequeñas poblaciones,
se instalaron los judíos de origen marroquí.

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Cuadro 1 18
DIVERSIDAD Distribución espacial de marroquíes según Censo Nacional de 1914.
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Población Urbana – Población Rural – Totales.
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Pobl. Urbana Pobl. Rural Total Población.
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marroquí
Capital Federal S/D S/D S/D
Lic. EPSTEIN, DIANA
Provincia de Bs.As. 46 20 66
CONICET Provincia de Santa Fe 252 15 267
epsteindiana@gmail.com Provincia de Entre Rios 60 8 68
Provincia de Corrientes 31 - 31
Provincia de Córdoba 153 5 158
Provincia de San Luis 51 1 52
Provincia de S del Estero 11 - 11
Provincia de Tucumán 1 - 1
Provincia de Mendoza 43 2 45
Provincia de San Juan 6 - 6
Provincia de la Rioja - - -
Provincia de Catamarca 1 - 1
Provincia de Salta - - -
Provincia de Jujuy - - -
Territ del Chaco 72 8 80
Territ.de Chubut 1 - 1
Territ.de Formosa - - -
Territ. De la Pampa 1 - 1
Territ. De los Andes - - 1
Territ. De Misiones 5 - 5
Territ. De Neuquén 2 - 2
Terrrit. De Rio Negro 4 - 4
Territ. De Santa Cruz - 2 2
Territ Tierra del Fuego 1 - 1
TOTALES 741 61 802

El análisis del cuadro 1, indica la característica urbana de esta in-


migración. En este marco se puede comparar la distribución de esta
población en el ámbito urbano y rural. En efecto, el análisis del cua-
dro permite inferir que de un total de 802 marroquíes, el 92,3% se
instaló en centros urbanos y sólo el 7,6% lo hizo en el ámbito rural.
Asimismo, según indica el censo, hasta 1914, todavía el colectivo ju-
dío marroquí no se habría congregado en el NO argentino. Como se
carecen de datos censales que informen sobre cuál fue su ocupación
al llegar al país, la distribución espacial urbano-rural confirmaría su
preferencia por las actividades mercantiles o artesanales.
En la provincia de Entre Ríos se puede encontrar un número apre-
ciable de judíos, especialmente en la ciudad de Paraná. En 1910 la
ciudad poseía 35.000 habitantes, entre ellos 242 personas que inte-

18  * A pesar de que no hay datos en el Censo de 1914 sobre habitantes marroquíes en Capital
Federal, se encuentran evidencias que nos permiten afirmar su presencia en esta ciudad; por
ejemplo, en 1891 ya se había fundado la Congregación Israelita Latina de Buenos Aires, con
sede en la calle Venezuela 594.

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graban una comunidad israelita en formación, e incluía un grupo de
judíos rusos y otro de judíos marroquíes19. El número aproximado de
DIVERSIDAD judíos provenientes de Marruecos sumaba alrededor de 74 personas.
DICIEMBRE 2010 Desde el punto de vista laboral, las ocupaciones de estas familias se
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repartían entre vendedores en tiendas, vendedores de muebles, car-
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pinteros, entre otros.
Los judíos de Paraná estaban unidos, eran muy estimados por las
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autoridades locales y por todos aquellos que tenían relaciones co-
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merciales.
Desde el punto de vista de sus asociaciones, habían creado la Socie-
dad Israelita Argentina de Beneficencia, fundada en 1897. Esta so-
ciedad estaba destinada a ayudar a sus adherentes. En 1910 contaba
con 36 socios que pagaban mensualmente una cuota pero fuera de
Paraná, tenían adherentes en Crespo, Ramirez, Victoria, Gualeguay
y, en un gesto de solidaridad también contribuían judíos de Buenos
Aires.
La sociedad también había decidido comprar un terreno para crear
un cementerio. Para ello, abrió una suscripción entre sus miembros.
Asimismo, la administración pidió a los correligionarios de Buenos
Aires y de diversas localidades de Entre Ríos, para obtener los fon-
dos necesarios para la adquisición del cementerio. Mientras tanto,
señala Halphon, aún en 1910, los judíos de Paraná continuaban en-
terrando a sus muertos en el cementerio judío de Basavilbaso.
Con respecto a sus prácticas religiosas, la encuesta sostiene que para
las fiestas de año nuevo judío, se organizaban oratorios. Sin embar-
go, Halphon, consideraba que “sólo lamentable que no procuraran
darles a sus hijos la instrucción religiosa y la enseñanza del hebreo”
y atribuye este desinterés a que Paraná ofrecía muchos recursos en
educación pública.
Fuera de Paraná, también se encuentran en Entre Ríos, marroquíes en
Concepción del Uruguay ,Concordia, y Gualeguay, y otros pueblos.
Asimismo conviven marroquíes en otras provincias como en Córdo-
ba (Villa María, Río Cuarto) y en San Luís (Villa Mercedes), aunque
su población era poco numerosa. En términos generales todas ellas
fundaron sus asociaciones conformando pequeñas comunidades,
aunque la educación de los niños se realizaba también en las escue-
las públicas.
Desde sus orígenes esta inmigración se dedicó especialmente al co-
mercio, primero como vendedores ambulantes y luego instalando
comercios.

19  HALPHON – SABAH, opus cit

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La Provincia de Santa Fe congregaba, como indica el censo de
1914, el mayor número de marroquíes judíos, tanto en ciudades
DIVERSIDAD como en poblados. Casi todos habían sido alumnos de las escuelas
DICIEMBRE 2010 de la Alliance Israelita Universelle, principalmente de Tánger y Te-
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tuan.
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En la ciudad de Rosario, dentro de una población de 173.000 ha-
bitantes en 1910, la comunidad judía habría sumado alrededor de
Lic. EPSTEIN, DIANA
CONICET
2.500 personas, muchas de origen ruso y también de origen sefara-
epsteindiana@gmail.com
dí.20 Desde el año 1905 la comunidad sefaradí adquirió en la ciudad
un terreno para establecer un cementerio judío marroquí. El mismo
fue administrado por la Congregación marroquí.
En 1907 crearon la Congregación Israelita de Beneficencia., cuyos
miembros debían pagar por la administración del cementerio y por
un local alquilado que era utilizado como templo. También se origi-
naron otras asociaciones como la Sociedad Unión Hebraica, Socie-
dad de Damas Israelitas dedicadas a la beneficencia y se instaló tam-
bién un Talmud-thora, con dos maestros, donde se enseñaba hebreo
y educación religiosa.
Por su parte, la Ciudad de Santa Fe que contaba en 1910 con 37.000
habitantes, residía una pequeña comunidad compuesta por israe-
litas rusos y marroquíes (de Tanger y Tetuán). Entre ambos grupos
existían muy buenas relaciones. Los judíos marroquíes fueron los
primeros judíos establecidos en Santa Fe hacia 1890 e igual que en
Rosario estaban distribuidos por toda la ciudad.
Entre las asociaciones que crearon sobresale el cementerio de Santa
Fe, adquirido en 1895 también por judíos marroquíes quienes lo ad-
ministraban. Este cementerio constituía una propiedad exclusiva y a
perpetuidad de la Comunidad Israelita de Santa Fe. Para ser enterra-
dos en él se admitían también a los integrantes ubicados en la línea
de la Sabana o Chaco Austral, donde había un número importante de
judíos marroquíes21. Todos los judíos de Santa Fe, de cualquier ori-
gen, formaban parte de la Sociedad del Cementerio. En consecuencia
vuelve a destacarse la solidaridad étnica.
En síntesis se podrían adelantar algunas conclusiones sobre los te-
mas analizados.
Con referencia al aspecto laboral de estos marroquíes, en su gran
mayoría comenzaron a ejercer sus actividades como vendedores am-
bulantes22.
Las posibilidades de empleo que se presentaban estaban en general

20  HALPHON-SABAH, opus cit


21  Nuevamente se observan los lazos étnicos existentes entre los integrantes de la comunidad
marroquí que habitaban las diversas regiones del país.
22  Lo mismo sucedió en otras provincias y en la ciudad de Buenos Aires.

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vinculadas con las empresas de obras públicas y privadas y bási-
camente en algunos ramos del comercio y artesanías urbanas. La
DIVERSIDAD construcción de las vías del ferrocarril, los trabajos de drenaje y la
DICIEMBRE 2010 explotación de los bosques de quebracho colorado y algarrobo en
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el norte de Santa Fe, atrajeron a obreros, hacheros, que compraban
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productos a estos vendedores ambulantes o posteriormente, una vez
que instalaban sus pequeños comercios, adquirían mercancías en las
Lic. EPSTEIN, DIANA poblaciones donde se asentaban. Así, muchos de ellos pudieron con-
CONICET feccionar prendas, comercios mayoristas y finalmente algunas indus-
epsteindiana@gmail.com trias. Muchos de estos negociantes prosperaron muy rápidamente,
aunque en su gran mayoría no fueron más que pequeños comercian-
tes. También se puede encontrar cierto número de empleados y algu-
nos que profesaron carreras liberales.
En cuanto a su situación económica la encuesta señala que no se
encontraban judíos pobres ni familias indigentes, sobre todo en ciu-
dades como Rosario, Santa Fe, Paraná, entre otras. Allí, diseminados
generalmente en las mismas ciudades como se habían diseminado
por todo el país, no habitaron barrios especiales, sino que se los pue-
de encontrar dispersos entre la población. No obstante, en las gran-
des ciudades como Buenos Aires y Rosario, por ejemplo, centenas
de familias judías poblaban, espontáneamente, una misma parte de
la ciudad para estar cerca de sus correligionarios.
En Argentina no hubo mellah23, ni guetos, sino barrios.
En cuanto a la enseñanza general, todos los niños frecuentaban las
escuelas públicas o privadas donde recibían instrucción general pri-
maria o secundaria, dada según los programas oficiales del Estado.
En cuanto a la enseñanza religiosa, de la infancia y de la juventud,
“todo está atrasado, y los maestros que poseía la comunidad, estaban
lejos de responder a las aspiraciones del Judaísmo en el mundo”24.
En relación con las pautas matrimoniales seguidas por este grupo,
nos vamos a referir a la ciudad de Buenos Aires a partir de los datos
obtenidos de las Actas Matrimoniales consultadas en el Archivo del
Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires. Estos datos demues-
tran un comportamiento altamente endogámico entre sus integran-
tes25. No obstante habría que destacar que las pautas matrimoniales
en el interior del país debieron ser distintas porque el tamaño de la
población judía era más reducida que en Buenos Aires y porque el
número de individuos de uno y otro sexo era muy desigual, condicio-
nes todas que parecen actuar como determinantes para la exogamia

23  Se denomina Mellah a la judería en Marruecos y Gueto a la de Europa Oriental.


24  Encuesta HALPHON, opus cit
25  Véase DIANA EPSTEIN, Los judeo marroquíes en Buenos Aires: pautas matrimoniales.
1875-1910 en “Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe,” E.I.A.L., Vol .6-Nº1,
Escuela de Historia, Universidad de Tel Aviv, 1995.

81 PÁGINAS 70-89
que finalmente conducirían a la asimilación26.

DIVERSIDAD
DICIEMBRE 2010
Los casos de Vera (Santa Fe) y La Sabana (Chaco)
#1, AÑO 1
Para profundizar en las características de la inserción de los marro-
ISSN 2250-5792
quíes judíos en el interior del país, se tomarán dos casos tipo, donde
se puede observar las influencias, los vínculos y la tolerancia brin-
Lic. EPSTEIN, DIANA dados a este grupo por los pobladores de esas regiones, así como la
CONICET misión y la obra cumplida por esta corriente de judíos provenientes
epsteindiana@gmail.com del mundo musulmán. Se tomarán el pueblo de Vera en Santa Fe que
adquiere la categoría de ciudad en 1954 y un poblado inhóspito en
Chaco como La Sabana que, con el tiempo, fue quedando deshabi-
tado hasta convertirse en uno de los denominados pueblos fantasmas.
Ambas estaban ubicadas en terrenos de la importante empresa ingle-
sa La Forestal que explotaba los bosques de quebracho en el norte de
la Provincia de Santa Fe y del Sur del actual territorio del Chaco y
la historia de ambos pueblos estaban articuladas a los vaivenes de la
política de ocupación del espacio de esta empresa27.
Por su parte, en Calchaquí (Departamento de Vera) se había creado
en 1885 la primera fábrica de tanino; los trenes circulaban continua-
mente y trabajaban en el Ferrocarril 1.350 personas. La prolonga-
ción, desde 1902, de la red del Ferrocarril Central de la Provincia de
Santa Fe hasta el Chaco dinamizó el área.

Vera
En 1892 se originó en el noreste de la provincia de Santa Fe, un
ramal ferroviario que tuvo varios nombres: La Curva, Vera, Gober-
nador Vera, Jobson, hasta que finalmente recibe definitivamente el
nombre de Vera.
Marcos Edgardo Azerrad 28señala que en la década de 1890, comen-
zaron a instalarse inmigrantes marroquíes en las tierras situadas al
noroeste del país, al norte de la Provincia de Santa Fe, denominada
capital de la cuña boscosa. Dentro de ella, se fueron intalando en los
departamentos de Vera y General Obligado.
A la región llegaron 200 familias originarias de Marruecos. La loca-
lidad de Vera recibió un número considerable de estos inmigrantes
provenientes del Magreb, otros se ubicaron en los pueblos de Villa
Ocampo, Villa Ana, Reconquista, Margarita, San Javier, Tartagal, y

26  R .N. GELDSTEIN. “Matrimonios mixtos en la población judía de Salta. Un análisis


sociodemográfico”, en Estudios Migratorios Latinoamericano, nº9, agosto 1988.
27  Ver MARTA BONAUDO Y SUSANA BANDIERI, “La cuestión social agraria en los espacios
regionales” en Democracia, conflicto social y renovación de las ideas (1916-1930), Nueva
Argentina, Tomo VI, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
28  Entrevista realizada a MARCOS EDGARDO AZERRAD, mayo del 2010. Descendiente de
marroquíes y nacido en Vera.

82 PÁGINAS 70-89
Calchaquí.29.

DIVERSIDAD En el plano económico, este colectivo se dedicó principalmente al


comercio vinculado con el rubro textil30. En un primer momento,
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 como sucedió en el resto del país, se dedicaron a la venta ambulante.
ISSN 2250-5792 Posteriormente pudieron asentarse y abrir tiendas, donde se vendían
artículos de mercería, zapatos, telas.
Lic. EPSTEIN, DIANA En Vera crearon, en poco tiempo, sus asociaciones comunitarias, en-
CONICET tre las que se encuentran el Cementerio, el templo y el club social.
epsteindiana@gmail.com
En el aspecto religioso, el grupo vivía mezclado con el campesinado
argentino - que ignoraba, en muchos casos - su religión y los ma-
rroquíes hablaban tan bien el español, que muchos de ellos se ha-
cían pasar por andaluces. Dadas estas circunstancias, terminaron por
abandonar algunas prácticas religiosas, con excepción no obstante de
la circuncisión y la observancia de las Pascuas. Desde la ciudad de
Santa Fe llegaba para los judíos del norte más practicantes, carne y
vino “Kascher”31
Algunos habían ido abandonado la práctica religiosa; trabajan los
sábados y descansan el domingo, como el resto de la población de
manera tal que su judaísmo pasaba inadvertido32.
No obstante, solían reunirse en casas de familia para celebrar las
fiestas religiosas tradicionales. Uno de los más ilustres judíos de la
zona fue Don Simón Bergel quien se ocupó del culto durante muchos
años33. En estas pequeñas comunidades no había, actividad laboral
durante las fiestas; en su gran mayoría cerraban sus tiendas y sus
prácticas religiosas se acentuaban. Según Azerrad, también se feste-
jaba la “Timimona”, comúnmente denominada Mimona, celebración
exclusivamente marroquí en la noche de la salida de Pascuas. En
esas circunstancias se prepara una abundante mesa, con espigas de
trigo, harina, leche, donde la comunidad se visitaba mutuamente.
El “Cementerio Israelita de Vera”, fue inaugurado muy temprana-
mente, en los primeros años del siglo XX. Este hecho pondría de
manifiesto que las primeras oleadas inmigratorias sefaradíes que se
instalaron en esas tierras llegaron casi con la fundación del pueblo en
1892. El cementerio fue administrado por integrantes de la elite co-
munitaria. Desde la ciudad de Santa Fe hasta Resistencia, no existía

29  MARCOS EDGARDO AZERRAD, MARTA SUSANA AZERRAD DE LANDEMBERG, IRIS


JUDITH AZERRAD DE FINQUELSTEIN, “Los judíos sefaradíes del norte santafesino. El largo
camino tras su expulsión de España” en Sefárdica Nº12, abril 2001, 147/160. La información
sobre Vera que se vuelca en este estudio es deudora del aporte realizado por los investigadores
citados.
30  MARCOS EDGARDO AZERRAD Y OTROS, opus cit.
31  Enquete HALPHON – SABAH, opus cit.p.265
32  Enquete HALPHON-SABAH, opus cit. Pag.259/265.
33  MARCOS AZERRAD et al., opus cit

83 PÁGINAS 70-89
otro cementerio judío, dato que nos informa sobre la importancia de
la población judía marroquí en Vera.
DIVERSIDAD
En cuanto a la educación de los niños en edad escolar, en Vera se
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 observa como en el resto de Santa Fe, que iban a las escuelas del Es-
ISSN 2250-5792 tado de sus respectivas localidades. Allí recibían según el programa
vigente de las escuelas rurales, los primeros elementos de instrucción
elemental laica, “pero ignorando todo aquello que toca a la religión
Lic. EPSTEIN, DIANA
CONICET
de sus padres”34.
epsteindiana@gmail.com Otros datos relevantes de la integración a la localidad se observa en
la sociabilidad desplegada. Por ejemplo su participación en 1918 en
la fundación del Club Social y Comercial. Allí la población se en-
contraba para realizar actividades culturales y deportivas. Asimismo,
la comunidad judía compartió con los pobladores numerosas acti-
vidades periodísticas y teatrales, integrando la Asociación Verense
de Básquetbol, el Aero Club Vera, del Club de Leones, entre otras
organizaciones.
Por otra parte, en la década del 1940, Vera constituía un polo de
atracción y constituía un importante centro ferroviario. Trabajaban
en el Ferrocarril más de mil personas entre maquinistas, foguistas,
operarios, personal jerárquico y administrativo, entre otros. Existían
cuarenta locomotoras permanentes afectadas a la Sección Tráfico de
Vera. En 1954 la localidad fue declarada ciudad. La Forestal perma-
neció hasta mediados de la década de 1960 en los Departamentos de
Vera y General Obligado
En este marco, la contribución de los marroquíes en Vera fue signi-
ficativa. Entre otros integrantes de la comunidad, la Profesora Luna
Laredo llegó a ser vice- directora del Colegio Nacional Mixto, tam-
bién la Procuradora María Ester Bergel desempeñó su cargo de juez
en el Juzgado de Paz Departamental y como jefa del Registro Civil
del Distrito de Vera. Así, numerosos sefaradíes colaboraron y acom-
pañaron el afianzamiento del pueblo.
Hasta mediados de 1950, la casi totalidad de los negocios textiles de
la localidad de Vera, todavía estaban dirigidas por miembros de la
comunidad marroquí.
Producto de esta actividad en Vera, Marcos E. Azerrad destaca su
importancia como centro comercial, ya que se encontraba cerca de
“La Gallareta”, es decir una de las fábricas de tanino de la Forestal,
que llegó a contar 3.500 personas. En efecto, La Forestal se extendió
por todo el norte santafesino y provocó el tendido de sus numerosos
ramales ferroviarios, sobre cuyas estaciones fueron montadas fábri-
cas de tanino, obrajes, aserraderos, talleres, almacenes y viviendas.
También la compañía fue construyendo los pueblos forestales del

34  HALPHON-SABAH opus cit.

84 PÁGINAS 70-89
norte santafesino. Entre ellos La Gallareta, que se encuentra a 250
Km de la ciudad de Santa Fe, entre las localidades de Margarita al
DIVERSIDAD Sur y Vera al norte.35
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 Vera era considerada punta de riel y extensión del Ferrocarril Santa
ISSN 2250-5792 Fe, que unía Buenos Aires con el puerto de Barranqueras, provincia
del Chaco.
Lic. EPSTEIN, DIANA En Villa Ocampo, también en el norte santafesino, existió una im-
CONICET portante comunidad marroquí, asimismo existieron miembros de la
epsteindiana@gmail.com comunidad azkenazies de primera generación provenientes de Rusia
y Polonia.
A partir de la década de 1960, las familias de estos inmigrantes de
primera generación, se trasladaron a los grandes centros urbanos,
para que sus hijos pudieran continuar sus estudios universitarios, en
Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
No obstante, la actividad y colaboración de la comunidad marroquí
judía en el desarrollo y prosperidad de la ciudad de Vera junto a la
ausencia de discriminación por parte del resto de la población, cau-
saron una profunda integración y asimilación de este grupo, y un
sentimiento de pertenencia al país entre sus descendientes.

La Sabana
La Sabana es un pueblo que surgió a finales del siglo XIX en la
Provincia del Chaco, en el denominado Chaco Austral36. Su histo-
ria también esta ligada a la actividad desplegada por La Forestal.
En consecuencia, tuvo un explosivo crecimiento por la llegada del
Ferrocarril y los obrajes, aunque luego cuando se fueron agotando
los recursos naturales del desmonte masivo en esa localidad, fue
paulatinamente decayendo hasta casi desaparecer. Hasta comienzos
del siglo XX esta población mantuvo violentos conflictos con los
indígenas que habitaban la región. Era una zona inhóspita y aislada,
pero rodeada de ricos bosques, donde se desarrolló una fuerte econo-
mía forestal. A finales de 1900 el pueblo estaba en auge. En 1907 se
inauguró el trayecto del ferrocarril que unía a Barranqueras y Resis-
tencia. Por otra parte fue también cabecera del ferrocarril, aunque la
“civilización” quedaba lejos, ya que la ciudad de Resistencia se en-
contraba a 120 Km. Por ello llegaron hasta allí numerosas personas
desde provincias vecinas, tanto nativas como extranjeras, entre ellos
trabajadores, hacheros.

35  http://nestor-mipuebloyyo.blogspot.com/2007/12/la-gallaareta-l-pueblo- 5-7-2010.


36  EDUARDO FORTUNATO MUSCAR BENASAYAG, “Sefardíes tetuaníes en la sabana del
Chaco Austral” en Cuaderno de Sefaraires. Buenos Aires, diciembre 2008. La información
sobre La Sabana que se incorpora en este estudio se basó en el aporte de la investigación
realizada por el autor citado.

85 PÁGINAS 70-89
Este pueblo, hoy casi desaparecido, se fue vaciando en la medida que
sus pobladores emigraron hacia nuevas localidades que irían crecien-
DIVERSIDAD do.
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 Fue en estas tierras desoladas que a comienzos del siglo XX comen-
ISSN 2250-5792 zaron a instalarse los primeros judeo marroquíes. Este grupo mantu-
vo vínculos con familiares y amigos en Marruecos a quienes instaban
a emigrar. De manera que como consecuencia de la cadena migrato-
Lic. EPSTEIN, DIANA
CONICET
ria, fueron llegando a la región numerosos correligionarios.
epsteindiana@gmail.com A pesar que en la zona “todo era precario, casas de madera con te-
chos de cinc, agua de aljibes, mínimos servicios públicos, calles de
tierra, abastecida de las mercancías provenientes de Buenos Aires,
con otros servicios prestados por pueblos cercanos/lejanos de la ve-
cina provincia de Santa Fe: Vera, Los Amores, Reconquista o de la
misma capital provincial, Resistencia”37, La Sabana les ofrecía posi-
bilidades de futuro.
Pronto comenzaron a llegar nuevos integrantes provenientes de Ma-
rruecos, que, como consecuencia de las redes interpersonales, habían
acudido al llamado de sus familiares. Muscar Benasayag señala que
existió, en un principio, un alto grado de matrimonios endogámicos.
Asimismo, indica la importancia numérica de los marroquíes en la
Sabana ya que de un total de 2000 habitantes, cerca de 180, incluyen-
do a los descendientes argentinos, eran sefaradíes provenientes en un
98% de Tetuán, es decir, un 18% del total.
Desde un comienzo, se integraron al resto de los habitantes de origen
español. Hay que recordar que provenían del Marruecos español y
que su lengua materna era el castellano, aunque en su vida privada
hablaban la jaquetía. De manera que se consideraban españoles, o
sea europeos, y a pesar de la pluralidad étnica de la región pronto
comenzaron a integrarse.
Este grupo de marroquíes, instalados en una zona tan inhóspita y
solitaria conformaron una pequeña comunidad.
Sin embargo, no pudieron instalar su propio Cementerio y tuvieron
que enterrar a sus muertos en Vera, en la Provincia de Santa Fe, que
como se ha señalado ya había sido inaugurado en 1900 o posterior-
mente en Resistencia cuando a partir de 1912, crean en esta ciudad
un cementerio judío.
En relación con su actividad religiosa, las fiestas se realizaban en
casas de familia. En un comienzo las realizaban en privado; no obs-
tante su integración con el resto de la población se acentuó cuando
sus descendientes argentinos comenzaron a asistir a la escuela pri-
maria. Así, el resto no judío de la población, y sobre todo las fuerzas

37  EDUARDO FORTUNATO MUSCAR BENASAYAG, opus cit.

86 PÁGINAS 70-89
vivas del pueblo, entre ellos los miembros más representativos de la
sociedad civil, el juez de paz, el director de la escuela, entre otros,
DIVERSIDAD comenzaron a asistir a las bodas.
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 Otro indicio de su rápida integración fue su intervención activa en
ISSN 2250-5792 las fiestas patrias argentinas compartiendo en las calles los festejos
con el resto de la población y, a veces, con músicos y bailarines de
otras ciudades cercanas. Asimismo, otra demostración fue su rápida
Lic. EPSTEIN, DIANA
CONICET
asimilación política, porque en poco tiempo comenzaron a partici-
epsteindiana@gmail.com
par activamente en los actos cívicos, incluso alguno de ellos fueron
elegidos como miembros del Consejo Municipal; así sucedió con Ja-
cobo Hassan en 1909 o Isaac Bentolila en 1913. En este contexto,
no sólo participaban en actos políticos locales, sino que en su gran
mayoría se vinculaban al Partido Radical, liderado en esos tiempos
por Hipólito Irigoyen.38
En cuanto a la educación, los niños asistían a las escuelas públicas
y en general fueron sus padres quienes los iniciaban en los ritos y
cultura del judaísmo o les inculcaban el conocimiento del hebreo en
escritura y lectura.
Con respecto a su actividad laboral, y a pesar del riesgo de resul-
tar reiterativa, también en este caso comenzaron por ejercer la venta
ambulante, proveyendo sus productos a los trabajadores forestales,
en los obrajes y a los integrantes del pueblo. Posteriormente se fue-
ron asentando y abrieron sus propias tiendas o ejercían tareas de
viajantes, mientras que las mujeres trabajaban en sus casas. Como
muchas de ellas habían sido estudiantes de la Alianza en Marruecos
conocían varios idiomas. En efecto, al margen del castellano, habla-
ban en francés, en jaquetia, en hebreo y conocían algo de árabe. Esta
multiplicidad de idiomas y la instrucción recibida en la Alianza, co-
laboró para que se convirtieran en maestras de la población criolla o
de inmigrantes de otros países que llegaron al país semianalfabetos.
Sin embargo, a pesar de la rápida aculturacíon con la sociedad local
y nacional, incorporando sus costumbres, sus fiestas, y su política,
siempre estuvo presente en ellos el sentimiento de desarraigo, nos-
talgias de su lugar de origen y el recuerdo de sus familiares. Estas
emociones provocaban en los inmigrantes marroquíes momentos de
depresión. Así, en relación a su vida cotidiana, siguieron con sus cos-
tumbres, es decir, su música, sus comidas y en general, su modo de
vida.
Hacia 1915 cuando la economía local en esa zona de actividad fo-
restal comenzó a disminuir lentamente, los marroquíes y el resto del
pueblo comenzaron a emigrar a otras ciudades con mejores perspec-
tivas. Dentro del Chaco: a Resistencia, o las pequeñas ciudades de

38  EDUARDO F. MUSCAR BENASAYAG, opus cit., pag.12

87 PÁGINAS 70-89
Villa Ángela, Sáenz Peña u otras a la Provincia de Santa Fe como
Vera, Reconquista, Rosario o Santa Fe, incluso algunos en Buenos
DIVERSIDAD Aires.
DICIEMBRE 2010
#1, AÑO 1 En Villa Ángela, por ejemplo, sus primeros pobladores fueron varias
ISSN 2250-5792 familias sabanenses.
Así, esta localidad, junto a otras de la región, quedó despoblada39 y
Lic. EPSTEIN, DIANA fueron denominados “pueblos fantasmas”.40
CONICET
epsteindiana@gmail.com
Muchos jóvenes descendientes habían partido a Resistencia para ini-
ciar sus estudios secundarios, orientados sobre todo al magisterio.
De este grupo surgieron prestigiosos educadores que se diseminaron
por las escuelas públicas de nuevos pueblos surgidos en el Chaco. La
labor realizada por estos docentes fue destacada y son públicamente
reconocidos a través de la asignación de sus nombres a escuelas, ca-
lles o plazas. Entre ellas se pueden citar a Esther Azulay de Fuchs,
Raquel Azerrad de Berman, Meri Benasayag de Muscar, entre otras
muchas.
En síntesis, se puede afirmar que este grupo étnico tuvo en Argentina
una rápida integración. Según nuestra óptica ello fue consecuencia
de su lengua, de la disminución de sus prácticas religiosas, del peso
que tuvo en los niños la educación pública, pero también fue conse-
cuencia de la ausencia de discriminación de la sociedad hacia ellos.
Joseph Bengio señala que, “estos marroquíes no encarnaban, a los
ojos del argentino medio las características del judío. Los Argenti-
nos distinguían la colectividad “rusa” (en realidad judíos de Europa
Oriental que utilizaban como sinónimo de judío) y la “turca” (judíos
o árabes, musulmanes o cristianos, de Siria y del Líbano). Los judíos
de Marruecos, no eran reconocidos por la sociedad como integrantes
de la comunidad judía sino que eran considerados como españoles,
de un nivel más alto”41.
Asimismo, es destacable que su evolución laboral fue un elemento
integrador en la medida que pasó de ser el “judío errante” o vende-
dor ambulante, a asentarse e instalar luego sus comercios en forma
de pequeñas o grandes empresas, para dedicarse a la industria y a
ocupar destacadas posiciones en el mundo de la política, el arte, la
cultura y la economía, sin renunciar a sus raíces pero siempre contri-
buyendo con una sociedad que consideraban suya42.

39  Como sostienen MARTA BONAUDO Y SUSANA BANDIERI “La empresa que creaba un
mundo de trabajo podía, al poco tiempo desplazar sus intereses hacia otros lugares, dejando en
su marcha la desocupación y la miseria”. Opus cit, pag 253.
40  EDUARDO F. MUSCAR BENASAYAG, opus cit., pag.12
41 ���������������������������������������������������������������������������������
BENGIO, JOSEPH, Juifs Marocains en Argentine, en Mosaique de Notre Memoire, Les
Judéo Espagnols du Maroc, Centre d etudes Don Isaac Abravanel UISF, París, 1982.
42  EDUARDO FORTUNATO MUSCAR BENASAYAG, opus cit.

88 PÁGINAS 70-89
En consecuencia se puede afirmar, que este grupo contribuyó a la
conformación del país, no sólo por que incorporó las tradiciones y
DIVERSIDAD la cultura que absorbió en las localidades donde se fueron asentando
DICIEMBRE 2010 - ya sea en la Ciudad de Buenos Aires, como en el interior del país
#1, AÑO 1
– sino también por conservar sus raíces y algunas de sus tradiciones
ISSN 2250-5792
culturales, según se ha visualizado en los ejemplos que se han deta-
llado a lo largo de este estudio.
Lic. EPSTEIN, DIANA
CONICET
Así, se confirma la pluralidad cultural que predominó en Argentina
epsteindiana@gmail.com
como consecuencia de la gran inmigración. Esto es así porque estos
integrantes de la comunidad judía provenientes del mundo islámico,
como producto de su rápida asimilación lograron en el país una veloz
“argentinización”. Si se apela a la geometría de las ideas, el círcu-
lo de la interculturalidad entre estas tres culturas – judeo, islámica,
cristiana- se cierra.

Fecha de recepción: Agosto de 2010


Fecha de aceptación: Octubre de 2010

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