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4.

Clasificación de pilotes
4.1. Criterios para la selección de equipos en la perforación de pilotes
Siempre se ha llegado al punto de tener que tomar una decisión de elegir un tipo
de pilote u otro, así como la elección del mejor medio para perforarlo en función
del terreno en el que se desarrolla nuestro proyecto. En esta decisión, intervienen
varias variables no fácilmente cuantificables como son el terreno, el espacio
disponible para la maquinaria, el diámetro del pilote, su longitud, la existencia de
agua, de estas variables la principal es el terreno. Para elegir el pilote hay que
considerar estas variables globalmente, no hay una regla para elegir un tipo u
otro, la experiencia en Ingeniería Geotécnica y un buen Estudio Geotécnico
suelen ser los mejores aliados para no errar en el tipo de pilote.
Otra forma de elegir el tipo de pilote correcto al terreno o a la obra es hacer un
pilote de idoneidad, es decir, perforar el terreno en varios sitios con una
piloteadora y diversos útiles investigando el terreno y su estabilidad, elegir el tipo
de pilote de esta forma supone un coste que las propiedades o las constructoras
no están dispuestas a asumir pero que a veces puede ser recomendable cuando
existen dudas razonables y/o cuando la cantidad de pilotes es grande, tal sea el
caso para obras longitudinales para la construcción de muros pantallas en largos
túneles urbanos.
En la inmensa mayoría (99,99%) de los Proyectos, Estudios, Anejos de
Geotecnia, etc no se plantea ni se resuelve la manera más idónea de perforar un
pilote, una vez que el tipo de éste se ha elegido. Esto último, la elección, se
medio justifica en más ocasiones que el primero, pero además el Proyecto o
Estudio en cuestión debe plasmarse del papel al terreno y es aquí cuando los
Contratistas en su ejecución se plantean ellos mismos y a las Ingenierías una
solución al problema que se presenta, puesto que el cómo conlleva tiempo y una
calidad asociada y a su vez estos factores un coste. El presente artículo recoge
una serie de recomendaciones con las que este escollo puede ser salvado y
justificado, analizando primeramente los diferentes tipos de pilotes construidos
in situ. Esto permitirá a futuros reducir en mayor medida posibles defectos en la
construcción de los pilotes que afectan a su continuidad a lo largo del fuste a
incluso la punta.
Por último se citan tablas en las que se
muestran los principales equipos de
perforación de pilotes de diferentes casas
comerciales, así como una tabla resumen que
muestra un orden de magnitud de qué tipo de
pilote emplear según un terreno, con sus
rangos de profundidad, diámetro y
rendimientos medios.
4.2. Clasificación de pilotes
Los pilotes que se plantean en el presente artículo, corresponden a los pilotes
excavados y hormigonados in situ, y que vienen reflejados en la antigua
Normativa Técnica de la Edificación pero que a efectos de cálculo son
contemplados en:
 Código Técnico de la Edificación.
 Guía de Cimentaciones y Obras de Carreteras.
 Recomendaciones de Obras Marítimas.
 Eurocódigo 7 : Proyecto Geotécnico
Se denominan pilotes in situ a aquellos pilotes cuyo método constructivo consiste
en una excavación o perforación en el terreno, en la cual, una vez terminada se
coloca una armadura y se rellena su interior con hormigón. En función del
sistema de ejecución y las características del terreno, los pilotes in situ se pueden
clasificar principalmente en:
 Pilote perforado en seco sin entubación
 Pilote perforado con entubación recuperable
 Pilote perforado con entubación perdida
 Pilote perforado sin entubación con lodos tixotrópicos
 Mixtos perforados con entubación recuperable y lodos tixotrópicos
Esta clasificación se basa en los tipos de pilotes más usuales. Además de éstos
existen otros cuyo uso singular queda fuera del alcance de esta clasificación.
La elección del tipo de pilote a ejecutar viene condicionada por las características
del terreno (dureza del terreno, presencia de nivel freático, etc.), los esfuerzos
transmitidos por la estructura y la economía de la obra, así como el acceso y
condicionantes de la misma.
4.2.1. Pilotes perforados en seco sin entubación
Este tipo de pilote se caracteriza por excavarse sin medidas de contención como
pueden ser los lodos o entubaciones auxiliares. Se utilizan en suelos con cierta
cohesión en los que las paredes de perforación se mantienen estables y no
existe la presencia del nivel freático. Usualmente se ejecutan con hélices más o
menos continuas y cucharas. La utilización de cucharas o hélices está limitada a
suelos cohesivos y fácilmente disgregables puesto que los tramos rocosos o
duros requieren el uso del trépano y éste reduce los rendimientos
considerablemente siendo más ventajoso recurrir a otras técnicas. Normalmente
las perforaciones se ejecutan mediante barrenas continuas, las cuales, dado su
proceso de ejecución no mantienen desprotegida la pared de la perforación.
Esta técnica consiste básicamente en la introducción de una hélice continua
hasta la máxima profundidad requerida. Durante la extracción de la barrena, que
se debe hacer sin girar o girando en el mismo sentido que al perforar, el terreno
se puede remover de la barrena por un sistema de limpieza, o permanecer hasta
el final en que se elimina mediante sacudidas girando en uno u otro sentido. El
hormigón se introduce por el centro de la barrena al mismo tiempo que ésta se
extrae. El hormigonado se realiza en seco o bajo agua de forma continuada,
terminado éste se introducirá inmediatamente la armadura en el hormigón en
fresco. Durante la perforación y la extracción se deben vencer el propio
rozamiento entre el terreno cargado en la barrena y el suelo exterior,
transmitiéndose al mástil de la máquina el par necesario así como las fuerzas de
empuje o extracción. Por esta razón existe una limitación tanto en la profundidad
y diámetro, como en resistencia de terreno para el empleo de este tipo de pilotes.
Las hélices alcanzan unos diámetros entre 350 y 1.400 mm, dependiendo del
tipo de perforación y alcanzando profundidades máximas de 34 metros.
El mayor inconveniente que presenta este método es la incapacidad de atravesar
capas duras puesto que si utilizamos el trépano habría que extraer la hélice y el
material por lo que las paredes quedarían desprotegidas con riesgo de
desprenderse. Dado que la armadura se introduce en el hormigón fresco también
existe una limitación al respecto puesto que en pilotes largos, la introducción de
la armadura presenta dificultad en la ejecución (izado y posterior clavado en el
hormigón). Normalmente las armaduras no superan los 9-12 m de longitud. No
obstante, utilizando vibradores y controlando la consistencia del hormigón,
rigidez de la armadura y sobre todo la velocidad de fraguado se puede armar
toda la longitud del pilote.
La gran ventaja de este método consiste
en su rapidez de ejecución con
rendimientos que pueden superar los 150
m/turno. También es importante subrayar
que en diámetros pequeños (450-650
mm) resulta ser el procedimiento más
económico. A continuación se muestra un
croquis del proceso constructivo:
En cuanto a los pilotes excavados con cucharas abarcan unos diámetros entre
600 y 1.500 mm, profundidades variables, normalmente menores de 40 m y con
rendimientos de 20-40 m/turno.

4.2.2. Pilotes perforados con entubación recuperable


En este tipo de pilotes la contención de las paredes de la excavación se realiza
al amparo de una camisa metálica que se introduce a rotación directamente con
la propia máquina cuando se trate de profundidades menores de 15 m según el
tipo de suelo y equipo, o con empleo de morsa hidráulica y empleo de camisas
empalmadas mediante roscas estancas cuando las profundidades son mayores.
El proceso constructivo consiste en la introducción de la entubación de forma
acompasada conforme se va realizando la excavación del terreno del interior de
la entubación mediante barrenas cortas, cucharas o buckets. Una vez excavado
el terreno, se procede a la limpieza del fondo y posteriormente se introduce la
armadura con separadores longitudinales que garanticen el centrado y
recubrimiento longitudinal. A continuación se inicia el hormigonado desde el
fondo de la perforación. Conforme se va hormigonado se va retirando la camisa
pero siempre con un resguardo mínimo para evitar que se produzcan cortes o
discontinuidades. Igualmente la tubería de hormigonado se va retirando
conforme se retira la camisa.
Este método es muy versátil y se usa en todos aquellos terrenos inestables en
los que el empleo de lodos tixotrópicos no es apropiado porque se pierde durante
la perforación como es el caso de terrenos
muy permeables (escolleras, bloques, gravas
muy gruesa sin finos, etc) o con presencia de
cavidades, huecos o corrientes de agua.
Normalmente con este método se alcanzan
diámetros comprendidos entre los 650-2.000
mm, llegando incluso a 3.500 mmm y 85 m
de profundidad. Los rendimientos suelen ser
bajos entorno a 30-40 m/turno de pilote
terminado.
En cuanto a la entubación se han generalizado dos técnicas.
La primera es la introducción de la entubación hasta la profundidad requerida
mediante la aplicación de una vibración y empuje del tubo. Posteriormente se
extrae el material del interior y a continuación se introduce la armadura y se
hormigona. Finalmente el mismo vibrador se utiliza para facilitar la extracción de
la tubería. Con este sistema generalmente no se alcanzan profundidades
mayores a los 15 m y esta limitado a terrenos blandos donde la tubería puede
hincarse fácilmente aunque en condiciones favorables podría llegarse a
profundidades de 40 m y pilotes de 2,5 m de diámetro.
La segunda consiste en la introducción de la tubería mediante el par de rotación
de la pilotadora o de una entubadora acoplada a la misma. La entubación va
descendiendo a medida que se va excavando el terreno. Una vez alcanzada la
profundidad requerida se procede a la introducción de la armadura y al
hormigonado. Para la extracción de la tubería se
utilizan collares hidráulicos denominados
“morsas” los cuales consisten en abrazar la
entubación y el empuje vertical en ambos
sentidos. Con este sistema se puede alcanzar los
60-80 m de profundidad y diámetros máximos de
3,5 m.
La instalación de tubería puede reducir entre un
30 y un 50% la producción respecto al empleo de
lodos. Por otro lado el empleo de cuchara en vez
de equipo de rotación puede reducir el
rendimiento un 50% más.
4.2.3. Pilotes perforados con entubación perdida
Este método es igual al anterior salvo por la camisa, que es
perdida. Se utilizan cuando es necesario proteger el hormigón
de corrientes de agua, terrenos muy agresivos o que sirvan
como encofrado de cavidades subterráneas o para reducir la
resistencia por fuste en terreno que induzca rozamiento
negativo en los pilotes. Presentan un sobrecoste que solo es
asumible en condiciones particulares.

4.2.4. Pilotes sin entubación excavados con lodos o


polímeros
En este tipo de pilote la excavación se realiza al amparo de las propiedades
tixotrópicas de lodos o polímeros, utilizando barrenas cortas, cucharas o buckets
para la retirada de tierras y aportando lodos de una manera continua.
Los lodos (bentonita) o polímeros tienen la particularidad de que producen
suspensiones más densas que el agua que estabilizan las paredes de la
perforación debido a la sobrepresión producida. Además en terrenos granulares,
como consecuencia del gradiente hidráulico positivo, la suspensión penetra a
través de las partículas dejando depositada una fina película “cake” que es
impermeable y sobre la que el resto de la mezcla ejerce su presión
estabilizadora.
A nivel de versatilidad, estos dos tipos de lodos tienen distintos rangos de
aplicación. Mientras que los lodos de bentonita se pueden aplicar a un amplio
abanico de terrenos por su capacidad de generar viscosidad, tixotropía y
membrana impermeable (“cake”), los lodos poliméricos sólo actúan por su
viscosidad y el efecto de la carga hidrostática de la columna o volumen de lodo
dentro de la excavación, lo que hace que su capacidad de colmatación del
terreno sea muy limitada y su uso se restrinja sólo a terrenos cohesivos y de
permeabilidad reducida.

El proceso constructivo es similar a los entubados salvo que para mantener


estables las paredes de la perforación se van aportando lodos de manera
continuada conforme se realiza la excavación. Una vez efectuada la excavación
se procede a la introducción de la armadura y posteriormente al hormigonado a
través de la tubería tremie y la retirada del lodo bentonítico por diferencia de
densidad. En esta operación es muy importante controlar la calidad del lodo. A
continuación se muestra gráficamente el proceso constructivo:
Uno de los mayores inconvenientes que plantea este método es que no es
posible usarlo en terrenos muy permeables (escolleras, bloques, gravas muy
gruesa sin finos, etc.) donde el lodo se pierde a través del terreno. Por otro lado,
este tipo de pilotaje implica la instalación de una central de lodos lo que conlleva
una necesidad de espacio extra, a veces no disponible, y la eliminación de los
mismos, con el traslado a vertedero dado los condicionantes medioambientales.
Por estos motivos cada vez están más en uso el empleo de polímeros que
cumplen la función tixotrópica de la bentonita pero sin los condicionantes de
espacio y medioambientales. No obstante, su elevado precio solo permite
utilizarse en situaciones determinadas.
En pilotes de gran diámetro, las dificultades de ejecución hacen imprescindible
la realización de pruebas indirectas mediante ensayos de integridad
(transparencia sónica, eco, impedancia mecánica, etc.) y/o reconocimientos
directos de la punta mediante sondeos que permitan determinar la calidad de
ejecución de los pilotes.
4.2.5. Pilotes mixtos con empleo de entubación y lodos
Esta técnica se emplea cuando se encuentran capas intermedias de rocas o
terrenos muy compactos, que impiden el avance de la entubación recuperable,
en el tratamiento de punta en el empotramiento del pilote con objeto de que no
se desmorone y se pueda realizar una buena limpieza del fondo o en la
contención con entubación de los primeros metros más inestables y permeables
donde los lodos se pueden perder.
4.3. Criterio según clasificación granulométrica USCS
Este criterio consiste en clasificar el empleo de los útiles de corte y perforación
mediante una simple clasificación física del suelo, es decir, mediante su
clasificación granulométrica.

Obsérvese que no se utiliza ningún parámetro mecánico, tanto deformacional


como tensional del suelo, sino que basta únicamente con una clasificación
granulométrica.
4.4. Criterio según resistencia
Este segundo criterio está más extendido para la perforación de rocas según la
resistencia a compresión simple y RQD.
En este caso y al contrario de los suelos uno de los parámetros que intervienen
para el proceso de selección es la resistencia a compresión simple, propiedad
que en la mayoría de los casos su coste de obtención es alto frente a una simple
clasificación granulométrica.
No obstante hay que mencionar el criterio expuesto por AETESS para la
perforación de pilotes en suelos mediante su resistencia media a compresión,
donde se menciona también el tipo de pilote.
Finalmente hay que mencionar que los últimos estudios realizados en cuanto a
la correlación de parámetros resistentes-parámetros deformacionales y útil de
perforación (Análisis de la correlación entre los parámetros de perforación en
pilotes in situ y su capacidad portante) donde tiene gran aplicación sobre lo
comentado anteriormente.
Resumen de tipologías de pilotes
A continuación se presenta una tabla resumen con los tipos de pilotes in situ y
su uso en función de los condicionantes geotécnicos, diámetro, profundidad y
rendimientos que puede ser de utilidad de cara a tener unos órdenes de
magnitud.

Linkografía
 https://www.obrasurbanas.es/seleccion-equipos-perforacion-pilotes/
 https://ingeniero-de-caminos.com/pilotes-de-cimentacion/
 https://ingeniero-de-caminos.com/pilotes-in-situ/

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