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La CESIÓN DE UN CREDITO:

ANALISIS CONCEPTUAL,

HISTORICO, ECONOMICO Y

SOCIAL INFLUYENTE EN

CONTEMPORANEIDAD COLOMBIANA

THE ASSIGNMENT OF A CREDIT:

CONCEPTUAL ANALYSIS,

HISTORICAL, ECONOMIC AND

SOCIAL INFLUENCE IN

THE COLOMBIAN CONTEMPORANEITY

Laura Tatiana Gallego Daza


Manuel David Macchi Álvarez
Ana Isabel Lozano Cárcamo
Camila Fernanda Sánchez

_________________________________________________________________
Programa de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Santander UDES
Correo Electrónico: lauritagallego6@gmail.com
manuelmacchi196@gmail.com
anaisabel9806@hotmail.com
cami1498@hotmail.com
________________________________________________________________________________
RESUMEN

El Código Civil que regula la cesión de créditos en Colombia se concentran principalmente en


la forma como debe llevarse a cabo la cesión, estableciendo unos requisitos necesarios para su
perfeccionamiento. Así mismo, además de la forma, el articulado menciona algunas reglas
sobre la responsabilidad del cedente, el contenido del crédito y una diferenciación entre estos
y los títulos valores. Salta a la vista que esta regulación es limitada dejando al régimen general
de los contratos y de las obligaciones, así como a las prácticas comerciales y al buen criterio
de las personas otros aspectos importantes de las cesiones de créditos, La cesión de un crédito
es un acto jurídico por el cual un acreedor, que toma el nombre de cedente, transfiere
voluntariamente el crédito o derecho personal que tiene contra su deudor aun tercero que acepta
y que toma el nombre de cesionario

Palabras claves: Cesión de un crédito, deuda, acreedor, obligación, derecho civil.

ABSTRACT

The Civil Code that regulates the assignment of credits in Colombia mainly focuses on the
manner in which the assignment must be carried out, establishing the necessary requirements
for its improvement. Also, in addition to the form, the reference article some rules on the
responsibility of transferor, the content of the credit and a differentiation between these and the
securities. It goes without saying that this regulator is limited leaving the general regime of
contracts and obligations, as well as commercial practices and the good judgment of the other
important persons of the assignments of credits, the assignment of a credit is a Legal Act By
which a creditor, who takes the name of transferor, voluntarily transfers the credit or personal
right that he has against his debtor to a third party who accepts and who takes the name of
transferee
Keywords: Assignment of a credit, debt, creditor, obligation, civil law.

INTRODUCCION

El punto de partida que quiere trazarse este artículo, es el método por el cual se puede observar
claramente la profundidad que tiene el tema escogido en nuestra sociedad, como influye
diariamente en las cosas menos visibles con la que estamos en constante acción, analizando
varias perspectivas para poder determinar esos factores pequeños que acumulables crean una
concepción de notable interés, asimismo hacemos referencia a los temas socioeconómicas que
llevan a que la sociedad se arriesgue a tomar varias partidas de crédito.

Se comprende por cesión que es la acción de transferir de pasarle a otra persona lo que posee
sobre determinada cosa, ahora si lo vemos del punto de vista de las obligaciones, la cesión seria
cederle a otra persona alguna obligación contraída sin llegar a alterar el contenido de la misma,
debemos dejar claro que al ceder la obligación no la estamos extinguiendo.
Es importante tener presente que esto solo puede realizarse siempre y cuando las obligaciones
derivadas del contrato no se hayan cumplido por completo, para hacer esta cesión es importante
ver la voluntad que tiene el nuevo acreedor de recibir la obligación.

Para el derecho romano nunca fue valida esta figura jurídica, pues consideraban la obligación
como un derecho personal y nunca consideraron el cambiar de deudor y que esto hiciera que la
obligación siguiera en pie, pues si se cambiaba era porque nacía con ello una obligación con
diferente obligado. Los romanos manejaban dos figuras por las cuales podría cambiar o
modificar las obligaciones: la expropiación y la delegación.

Los romanos tenían un mecanismo o figura procesal llamada cognitor o procurator in rem
suam, con el cual cambiaban al deudor, básicamente este mecanismo consistía en que un
tercero deudor voluntariamente realizaba el pago de la deuda.

La extinción de las garantías en la cesión de deuda, si la garantía fue constituida por el tercero
ajeno a la relación contractual y se hace la cesión, cambio de deudor, estas garantías no le son
indiferente a quien las respalda, por el contrario, se requiere su consentimiento para que estas
garantías sigan afectando la obligación.

INTRODUCTION

The starting point for this article is the method by which one can clearly observe the depth of
the chosen theme in our society, as it influences daily the less visible things with which we are
in constant action, analyzing various perspectives In order to determine those small
accumulating factors create a conception of remarkable interest, we also refer to the
socioeconomic issues that lead to the risk of society taking several items of credit.

It is understood by assignment that is the action of transferring from passing to another person
what he owns on a certain thing, now if we see it from the point of view of obligations, the
assignment would be to give someone else some obligation contracted without getting to alter
the content Of it, we must make it clear that in giving up the obligation we are not extinguishing
it.

It is important to keep in mind that this can only be done as long as the obligations arising from
the contract have not been fully complied with, in order to make this assignment it is important
to see the willingness of the new creditor to receive the obligation.

For Roman law was never valid this legal figure, because they considered the obligation as a
personal right and never considered changing the debtor and that this made the obligation
remained standing, because if it was changed because it was born with it an obligation with
different obliged. The Romans managed two figures by which it could change or modify the
obligations: the expropriation and the delegation.

The Romans had a mechanism or procedural figure called cognitor or procurator in rem suam,
with which they changed the debtor, basically this mechanism consisted in that a third-party
debtor voluntarily made the payment of the debt.

The termination of guarantees in the assignment of debt, if the guarantee was constituted by
the third party outside the contractual relationship and the assignment is made, change of
debtor, these guarantees are not indifferent to whoever supports them, on the contrary, if
Requires your consent for these guarantees to continue to affect the obligation.

CONCEPTO

Como su nombre lo indica: Ceder es dar, o trasferir un objeto, es decir la trasferencia de un


lugar a otro, y en este caso de una persona a otra.
Si hablamos de Cesión de las deudas, jurídicamente hablando Consiste en una trasferencia de
una obligación cambiando el Deudor, con el objetivo principal de no alterar esa relación
jurídica formada desde un principio y la idea es trasferir la obligación mas no extinguirla. La
Cesión de deuda según algunas fuentes no ha sido reconocida por la ley colombiana Más bien,
conocida como cesión de Crédito.
También consiste cuando en una relación obligacional el acreedor realiza una transmisión de
los derechos que posee sobre un deudor, hacia un tercero. Puede ser por contrato o por
testamento, y puede cederse cualquier derecho aun cuando sea condicional, a plazo litigioso,
futuro, o producto de convenciones no concluidas.
Sin embargo, hay derechos que no pueden cederse por razones morales y de equidad. Estos
son: los derechos de uso y habitación, las pensiones y jubilaciones, los derechos sobre una
sucesión futura, la indemnización por accidente de trabajo, el derecho a alimentos futuros o el
derecho nacido del pacto de preferencia en el contrato de compraventa, normalmente, la cesión
de créditos nace de un contrato entre el acreedor original (cedente) y el nuevo acreedor
(cesionario). El deudor (cedido) puede ser parte o no serlo.
En sentido restringido, se entiende por cesión de créditos el contrato por el cual una persona
llamada cedente se obliga a transferir y garantizar a otra llamada cesionario, la cual se obliga a
pagar un precio en dinero, el crédito que tiene frente a un tercero llamado cedido. Este contrato
es pues, una especie del género "venta" sometido a las reglas generales de ésta que le sean
aplicables y que no estén contradichas por reglas específicas de la cesión de créditos.

OBJETO

el crédito, al transmitirse en cabeza de otro se mantiene en las mismas condiciones en que se


encontraba en cabeza del cedente, es decir, se transmite un derecho equivalente o igual,
explicándolo en mejores términos, un crédito se cede con todos los vicios que haya tenido en
cabeza del acreedor originario. Esta es otra diferencia con los títulos valores ya que, con estos
papeles caracterizados por la autonomía, se transmite un derecho inmaculado, libre de todos
los vicios y, por ende, un mejor derecho.
La consagración de la cesión de créditos como un capitulo dentro del contrato de venta es a
todas luces criticable y ha traído como consecuencia que su estudio se realice usualmente en el
marco de los contratos especiales en los que ha acarreado numerosas confusiones que resultan
en deformaciones de la institución, la concepción de la cesión de crédito como un contrato de
venta, excluye por concepto la posibilidad de cesiones onerosas a título de permuta, sesiones
gratuitas a título de donación, sesiones a título de pago, sesiones a título de garantía, etc. La
sesión de créditos no pertenece al mundo de los contratos especiales sino al de la teoría general
de las obligaciones como un mecanismo autónomo que permite su transmisión.
Se dice que un crédito puede ser vendido, si se vende un crédito, se da un contrato entre un
vendedor y un comprador, en el cual se transmite la propiedad del crédito de manera
automática, por un acuerdo de voluntades (obligación de dar) y a su vez el vendedor se obliga
a hacer la tradición y el comprador a pagar el precio. Entonces, la esencia del contrato de venta
es la transmisión de la propiedad; y la venta de un crédito trae como consecuencia la
transmisión de la propiedad de un crédito.

VALIDEZ

La cesión de créditos puede hacerse válidamente sin conocimiento previo del deudor y aun
contra su voluntad sin que la notificación tenga otro alcance más que el de obligarle con el
nuevo acreedor, de suerte que a partir de la misma no se reputará legítimo el pago que se haga
al cedente y no al cesionario, el cual se subroga con plenitud jurídica en la posición jurídica de
aquél tanto en lo relativo a la obligación principal como respecto de las accesorias que en su
garantía se hubiesen, en su caso, constituido.
Como todo negocio jurídico, la cesión necesita como elemento primordial de la voluntad
común de quienes lo otorgan. Es decir, del pacto alcanzado por el antiguo acreedor (cedente)
y nuevo acreedor (cesionario), sin que sea necesario del consentimiento del deudor, ni siquiera
de su conocimiento”
El deudor cedido no tiene absolutamente nada que ver con el negocio de cesión para que este
se pueda llevar a cabo, Solamente ante él debe estar sujeto el reclamo del pago que se efectuó
y ningún precepto legal demás. La fecha en la que se hizo la cesión también debe serle
indiferente al deudor, sea cual fuere estará obligado frente a quien esté al frente legalmente la
titularidad del crédito. En pocas palabras el deudor cedido no es alguien a quien el negocio
jurídico pueda causar perjuicio.
La norma hace una aclaración en el que responde a la regla general que establece que puede
hacer el pago cualquier persona, tenga o no interés en el cumplimiento de la obligación, ya lo
conozca y lo apruebe, o ya lo ignoré el deudor; El deudor es irrelevante al quien asuma la
posición acreedora de su obligación, pero no es viceversa ya que al acreedor si le puede afectar,
o perjudicar, el cambio en la persona del deudor.
El conocimiento de la transmisión no es propio requisito de validez de la cesión, sino de su
eficacia frente al deudor, pues mientras éste no tiene conocimiento de la misma, puede pagar
al cedente y quedará liberado de la obligación, sin perjuicio de las acciones que el cesionario
pueda dirigir frente al cedente con quien contrató.
EFECTOS DE LA CESÍON DE CREDITO

La cesión como todo negocio jurídico produce efectos entre las partes que lo suscriben, entre
esos hay que aclarar que la principal prestación del cesionario consistirá en cumplir aquello a
lo que se hubiere obligado como contraprestación a la cesión del crédito.
El acreedor cedente corresponde, como principal obligación, la de transmitir el crédito, junto
con todos sus derechos accesorios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio. Consecuencia
directa del principio general que establece que la transmisión de un derecho comprende la de
todos los accesorios, es evidente que la transmisión debe comprender no solo el crédito sino
también la de todos los derechos, garantías, acciones y en general todas las herramientas y
beneficios con los que cuente el acreedor para hacer valer y defender su derecho.

CESIONES ESPECIALES

Las cesiones especiales por la naturaleza del objeto sobre el que recaen, como son:
A. Donde el cedente, como especial saneamiento, debe responder de su cualidad de heredero,
restituyendo, en caso contrario, el precio recibido. Además, se establece un específico régimen
para el caso de que el cedente se hubiese aprovechado de algunos frutos o percibido alguna
cosa de la herencia que hubiere vendido
B. La cesión de la totalidad de ciertos derechos, rentas o productos, donde el cedente responderá
de la legitimidad del todo en general, no estando obligado al saneamiento de cada una de las
partes de que se componga, salvo en el caso de evicción del todo o de la mayor parte.
C. La cesión de créditos litigiosos, es decir, sobre los que se esté discutiendo su existencia o
titularidad en juicio, teniéndose un crédito por litigioso desde que se conteste a la demanda
relativa al mismo, donde se reconoce el derecho del deudor a extinguirlo reembolsando al
cesionario el precio que pagó

CESION DE DERECHOS

La cesión estableciendo que habrá cesión de crédito cuando una de las partes se obligue a
transferir a la otra parte el derecho que le compete contra su deudor, entregándole el título del
crédito, si existiese, señala que el contrato de cesión es un contrato consensual lo cual implica
que no es necesaria la entrega de algo para su perfeccionamiento, celebrado entre cedente y
cesionario, por el cual el primero transmite al segundo el crédito que le compete contra su
deudor. La transmisión se opera por el solo consentimiento, sujeto a la forma debida, pero sólo
será oponible a terceros en virtud de la notificación. No funciona aquí a teoría del título y el
modo, como en la compraventa, por ejemplo, ya que no genera la obligación de transmitir, sino
que lo transmite.
La cesión de derechos es el contrato en virtud del cual una persona enajena a otra un derecho
del que es titular, para que este lo ejerza a nombre propio. Dentro de la categoría de la cesión
de derechos existen varios subtipos como son: la cesión venta, la cesión permuta, la cesión
donación. La diferencia está dada en la causa por la cual la transmisión se opera.
El código civil trata de tres clases de cesiones:

De Créditos Personales:
La cesión de créditos es un acto en virtud del cual el cedente que en este caso es el acreedor
del crédito de una manera libre lo traslada a favor de otra persona denominada cesionario.
En la cesión de créditos o cesión de derechos personales es necesario que el cesionario acepte
el crédito y que el cedente le entregue el titulo para que la cesión sea válida; si no existe título,
se debe otorgar uno por parte del cedente en el que conste el traspaso del crédito. Para que la
cesión del crédito de efectos en contra deudor y terceros es necesario que sea notificada.
En sentido amplio, se entiende por cesión de créditos el acto entre vivos en virtud del cual un
nuevo acreedor sustituye al anterior en la misma relación obligatoria. En este sentido pues, la
cesión de créditos es una especie de género cesión de derechos y del género modificación
subjetiva de las obligaciones. Así entendida, la cesión de créditos puede ser a título oneroso, a
título gratuito, o a título de garantía, pago o acreditamiento.
La sesión de créditos no pertenece al mundo de los contratos especiales sino al de la teoría
general de las obligaciones como un mecanismo autónomo que permite su transmisión.
De Derechos De Herencia
transfiere total o parcialmente dicho derecho, ya sea onerosamente o gratuitamente, para que
un tercero, denominado cesionario, quien es la persona natural o jurídica que adquiere el
derecho de herencia, ocupe el lugar del cedente dentro del trámite de sucesión de la persona
fallecida. El acto jurídico de cesión del derecho de herencia debe hacerse en forma solemne,
esto es, por escritura pública y mediante un título traslaticio de dominio (compraventa,
permuta, dación en pago, donación, etc), contenido en el mismo instrumento, de esta forma el
cesionario, con la escritura pública por medio de la cual adquiere dicho derecho, se legitima
para acudir, bien sea por la vía judicial o por la notarial, a la solicitud del inicio del trámite de
sucesión y así lograr que se adjudique la cosa o cosas que en principio le correspondería al
asignatario cedente.
De Derechos Litigiosos
el deudor solo está obligado a pagar al cesionario lo que este haya pagado por la cesión, con
los intereses, los cuales se cuentan a partir de que se haya notificado la cesión al deudor. Este
beneficio solo puede usarse antes de que se cumplan nueve días de notificado el decreto en que
se manda a ejecutar la sentencia.
Las normas expresas del Código Civil sobre cesión de crédito y otros derechos se refieren a la
cesión en sentido estricto, o sea, a título de venta, de los derechos relativos, entre los cuales los
más importantes son los derechos de créditos; pero no regulan la cesión de los derechos
absolutos
La Cesión O Venta De Un Crédito.
Se dice que un crédito puede ser vendido, si se vende un crédito, se da un contrato entre un
vendedor y un comprador, en el cual se transmite la propiedad del crédito de manera
automática, por un acuerdo de voluntades (obligación de dar) y a su vez el vendedor se obliga
a hacer la tradición y el comprador a pagar el precio. Entonces, la esencia del contrato de venta
es la transmisión de la propiedad; y la venta de un crédito trae como consecuencia la
transmisión de la propiedad de un crédito.
La Transmisión De Un Derecho De Crédito.
Por naturaleza se trata de la transmisión de un crédito no vencido, este se realiza a título oneroso
procurando una suma de dinero de forma inmediata, esto sucede cuando la sesión tendría por
causa la obligación del cesionario de pagar el precio o entregar la cosa debida y a título gratuito,
sucede cuando la sesión tenga como causa realizar una liberalidad.
El Pago De Una Obligación.
Para extinguir la obligación como consecuencia del pago, las partes pueden convenir la
extinción inmediata de la obligación, con la mera cesión del crédito o pueden condicionarla al
momento en que el cedido pague al cesionario, en el primer caso estaríamos en presencia de
una cesión a título de nación de pago y en el segundo, a título de pago diferido.

PRINCIPIOS JURIDICOS DE LA CESION DE DEUDA

1. Solvencia
Se identifica con la capacidad de una entidad de generar fondos para atender, en las
condiciones pactadas, los compromisos adquiridos con terceros, está estrechamente ligada al
concepto de riesgo de crédito, ya que representa el posible quebranto que originaría a la
entidad la variación de las condiciones y características, que pudiesen alterar la capacidad de
la empresa para cumplir los términos contractuales de sus operaciones.
2. Responsabilidad
Solo cuando la cesión del crédito se haya hecho a título oneroso, es decir, que ha reportado una
utilidad para el cedente, pero dicha responsabilidad se limitara al precio que recibió el cedente
por la cesión
3. Honorabilidad del deudor
Satisfacer una cuenta por pagar contraída a la parte acreedora o prestamista, ello cuando el
origen de la deuda es de carácter voluntario, es decir, que el deudor decidió libremente
comprometerse al pago de dicha obligación.

CELEBRACION DE LA CESION DE DEUDAS

Poco importa quien inicie la operación, ya que esta puede ser suscitada por el deudor, por el
acreedor o aun por el tercero, a quien la doctrina designa con los neologismos del asunto porque
es quien asume la obligación, pero siempre será necesario el concierto de las voluntades.
El consentimiento del acreedor puede ser manifestado de dos formas:
1. Expresamente: Por palabras orales o escritas, cuando declara aceptar la sustitución del
deudor por el tercero propuesto: o por actos inequívocos, cuando demanda al tercero al
cumplimiento.
2. Tácitamente: Cuando sin manifestación expresamente se enuncia la cesión, permite que el
tercer propuesto como deudor realice en nombre propio actos que solo corresponden al
obligado, tales como pagar créditos, hacer pagos parciales al capital, etc.
Requisitos del conocimiento tácito:
Deben reunirse las siguientes condiciones para el conocimiento tácito de la cesión de deuda
A. Que se haga al acreedor la propuesta de la cesión de deuda.
B. Que no haya negativa expresa por el acreedor.
C. Que el acreedor permita que el tercero propuesto realice actos que correspondan al deudor.
D. Que estos actos realizados por el tercero en nombre propio y no por cuenta del deudor.
Se presume que el acreedor consiente en la sustitución de deudo cuando permite que el sustituto
ejecute actos que debía ejecutar el deudor, como pago de créditos, pagos parciales o periódicos,
siempre y cuando lo haga en nombre propio y no por cuenta del deudor primitivo

PROPUESTA DE CESIÓN SUJETA A PLAZO

Cuando el deudor y el que presente fijen un plazo al acreedor par que manifieste su
conformidad con la sustitución, pasando ese plazo sin que el acreedor haya hecho conoce su
determinación, se presume que se rehúsa.

NULIDAD DE LA CESIÓN DE DEUDAS


La nulidad de la asunción de deuda hace que la antigua deuda renazca con todos sus accesorios,
pero con la reserva de derechos que pertenecen a tercero de buena fe.

HISTORIA

En el Antiguo Derecho Romano no se permitió la cesión de créditos por actos inter vivos,
utilizando para solucionar los problemas presentados por el tráfico comercial, inicialmente, la
figura jurídica de la delegación, un procedimiento complicado que exigía el concurso de las
voluntades del acreedor cedente, el acreedor cesionario, y el deudor, y producía la extinción de
la obligación primitiva por novación subjetiva, naciendo una obligación nueva con idéntico
deudor y objeto, pero con diferente acreedor.

Ante la posibilidad de que el deudor negara su consentimiento a cambiar de acreedor, se ideó


la posibilidad no de ceder el crédito, pero sí las acciones sobre el mismo, debiéndose notificar
al deudor la cesión, apareciendo el cesionario como mandatario del acreedor autorizado a
cobrarlo, y quedándose el cesionario con lo obtenido. Para impedir que pueda el mandante
revocar el mandato se lo concedía con carácter de irrevocable

Los primeros derechos históricos no admitían la idea de la transmisión de las obligaciones, lo


que se explica por la concepción personalista del vínculo y por el interés práctico del deudor
de que el nuevo acreedor no fuera menos compasivo que el acreedor original; pero pronto hubo
de admitirse la transmisión "mortis causa" de la obligación. Después, el Derecho Romano
admitió la delegación novatoria, que exigía el consentimiento del deudor, y la "procuratio in
rem suam" por la cual el acreedor daba a otra persona mandato para cobrar la obligación a la
vez que lo exoneraba de la obligación de rendirle cuentas con la peculiaridad de que después
de la "litis contestatio" en el juicio intentado por el mandatario, ya el deudor no se liberaba
pagando al acreedor mandante. En el Derecho Imperial se admitió además que la notificación
de la "procuratio" impedía al deudor liberarse pagando al acreedor. Por último, se admitió que
el acreedor podría ceder la "actio utilis", con lo cual prácticamente se admitió la cesión del
crédito mismo.

En Colombia, a se inicia con los rudimentarios esquemas de crédito heredados de la Colonia y


termina con el refinado sistema actual, después de vivir las experiencias de la banca libre, de
la banca centrada en la operación de corto plazo, de la banca de fomento, de la banca estatal y
de la banca especializada, hasta llegar a la banca universal de hoy en día.

En la Colonia hubo mecanismos de ahorro y crédito, hubo, desde luego, quien recibía dinero a
interés y lo prestaba para ganarse el margen de intermediación; la Iglesia Católica, confundida
con la Corona española, estableció maneras para otorgar crédito a través de una especie de
hipoteca de los inmuebles: la “capellanía”, mediante la cual algunos bienes quedaban sujetos
al cumplimiento de misas y de otros compromisos religiosos.

La idea de establecer un banco estatal, para financiar al gobierno, se plasmó por primera vez
en el Congreso Constituyente de Cúcuta en 1821, pero no prosperó. Al nacer la República el
crédito público dependió de los préstamos de los comerciantes antioqueños al gobierno central,
de las contribuciones forzosas y de los empréstitos ingleses. En 1833, una ley consideró que la
actividad bancaria formaba parte de la comercial; en 1839, Judas Tadeo Landinez constituyó
en Bogotá un establecimiento mercantil y financiero que un par de años más tarde se convirtió
en una compañía de “giro y descuento”. Un banco privado que, al sobre extenderse en la
compra de vales del gobierno y en distintas inversiones, dio lugar a la primera bancarrota en la
historia del país.

La banca comercial propiamente dicha se iniciaría en los años sesenta del siglo XIX cuando la
economía comenzó a vincularse con el extranjero a través de las exportaciones agrícolas. Se
implantó el modelo conocido como de “banca libre” bajo el cual, en ausencia de un banco
central y de la regulación estatal, los mismos bancos eran responsables de que se mantuviera
la confianza del público en los billetes convertibles en oro, que emitían en un ambiente de libre
competencia. En 1870 se creó el Banco de Bogotá y en 1874 el Banco de Colombia.

El período de la banca libre pura duró poco tiempo. En 1880, la ley autorizó al presidente
Núñez para organizar el Banco Nacional como agente financiero del gobierno central; los
bancos privados fueron obligados en ese momento a aceptar los billetes emitidos por el Banco
Nacional. Este nunca fue un banco central; fue un banco del gobierno, que le prestaba dinero
y que comenzó a emitir billetes sin respaldo en oro lo que habría de provocar un escándalo
político de grandes dimensiones. En los años noventa el gobierno decidió cerrarlo. Vino
después la Guerra de los Mil Días y un gran desorden monetario que desembocó en la
hiperinflación de principios del siglo XX.

Solamente hasta 1923 el gobierno del presidente Pedro Nel Ospina invitó a una misión
extranjera, presidida por el profesor Edwin Kemmerer de la Universidad de Princeton en los
Estados Unidos para que organizara la moneda y las finanzas públicas nacionales; se creó en
ese año el Banco de la República. En 1923 se creó, también, la Superintendencia Bancaria para
regular y supervisar el incipiente sistema bancario nacional, que ya se había visto apuntalado
por el establecimiento en Colombia de sucursales de bancos extranjeros, como el First National
Citibank, el Royal Bank of Canada o el Banco Francés e Italiano.

El banco central de emisión era una necesidad para la expansión de la economía. A partir de
1923 comenzaron a entrar los US$25.0 millones provenientes de la indemnización que el
gobierno de los Estados Unidos reconoció al de Colombia por la pérdida de Panamá, que había
ocurrido en 1903, lo cual abrió el crédito externo para el país. La producción y las exportaciones
de café se incrementaban aceleradamente y había comenzado un proceso de industrialización
y de urbanización.

En 1928 se crearía la Bolsa de Bogotá para apoyar la capitalización de las empresas


manufactureras y los mismos bancos. Los bancos comerciales se concentraron hasta los años
cincuenta en el crédito de corto plazo para agricultores e industriales. En los principios de los
años treinta, se crearon dos entidades bancarias que habrían de convertirse en emblemas
colombianos en el siglo XX: La Caja de Crédito Agrario Industrial y Minero y el Banco Central
Hipotecario. Ambas se liquidaron setenta años más tarde, como consecuencia de la crisis
financiera de fin de siglo.

El crédito de largo plazo, para inversión en la industria y en la agricultura, no sería realidad


sino hasta 1951 cuando una reforma financiera permitió que los bancos comerciales obtuvieran
recursos para ese fin en el Banco de la República. Se inició en ese año la era del crédito de
“fomento”, que se prolongaría hasta 1991.

En la primera mitad de los años cincuenta se fundaron los bancos estatales orientados a la
financiación de sectores específicos, como el Popular, el Ganadero y el Cafetero. Y a finales
de esa década y principios de la del sesenta hicieron su aparición las corporaciones financieras
con el objeto de realizar inversiones en los sectores productivos. Los empresarios se juntaron
para fundar corporaciones; surgieron así la colombiana –única que existe en la actualidad–; la
Nacional, en Medellín; la del Valle, en el Valle del Cauca; la del Norte, en Barranquilla, y la
de Caldas, en Manizales.

Y en la década de los años setenta se autorizó la creación de otra entidad especializada, esta
vez en la captación de recursos de ahorro para destinarlos a la construcción de vivienda: las
corporaciones de ahorro y vivienda, eje del sistema de ahorro de valor constante, que se conoció
hasta fines del siglo como el sistema UPAC. Los nombres de estas entidades se popularizaron
rápidamente, como Davivienda, Granahorrar, Concasa, Conavi, Corpavi, Colpatria, Colmena
o Ahorramás. A finales de los setenta, por último, se formalizaron los intermediarios
financieros extra bancarios, dedicados a la financiación de crédito de consumo, al
transformarse en compañías de financiamiento comercial.

El sistema financiero se fue conformando a partir de los años cincuenta del siglo XX como uno
de entidades especializadas en la financiación de los distintos sectores. En los años noventa,
sin embargo, se inició la transición hacia un sistema de banca universal, centrado en los bancos
comerciales. Las crisis financieras –la de los ochenta y la de fin de siglo, la más profunda de
todas– dieron lugar a procesos de cierre de entidades y de fusiones y adquisiciones entre ellas,
lo cual facilitó la consolidación y el reforzamiento del sistema en los principios del siglo XXI.

La apertura a la inversión extranjera en el sector financiero de los años noventa impulsó,


igualmente, la transformación del sector financiero en Colombia.

En la actualidad el sistema financiero colombiano cuenta con un menor número de entidades,


las entidades especializadas prácticamente han desaparecido y la regulación, supervisión y
vigilancia de las existentes permiten que se mantenga la confianza del público en esas
entidades, a pesar de la frecuente crítica de la cual son objeto, en todo el mundo, los bancos
comerciales. Se transitó por un largo camino, lleno de dificultades y obstáculos, hasta llegar a
la sólida y eficiente organización financiera de hoy en día.

CESION DE CREDITO EN LA ECONOMIA

Toda operación de crédito implica el diferimiento de la prestación del deudor y, por tanto, un
plazo, para que exista éste se requiere el transferimiento de la propiedad de un valor, económico
y el aplazamiento de la prestación equivalente a la propiedad que se adquiere los créditos son
susceptibles de ser cedidos salvo que por causa legal, personal o convencional se disponga lo
contrario, Sabido es que la cesión se efectúa mediante un acuerdo entre el acreedor primitivo
(convertido en cedente) y un tercero (el nuevo acreedor o cesionario) que ocupa en un esquema
triangular la posición que tenía el primero frente al deudor cedido, Tanto en el comercio interno
como en el internacional el recurso a la cesión de créditos, como técnica para operar en el
mercado a través de mecanismos aptos para la financiación del tejido empresarial, viene siendo
habitual, todos los derechos adquiridos en virtud de una obligación son transmisibles con
sujeción a las leyes, si no se hubiera pactado lo contrario.
La cesión de créditos que se conecta con la conversión de los mismos en valores negociables.
De manera específica, es el proceso de ingeniería y desintermediación financiera mediante el
cual una entidad acreedora cede sus derechos de crédito actuales y, bajo determinadas
condiciones, futuros a un ente independiente y sin personalidad jurídica que, previa mejora y
calificación crediticia, los transforma en valores que, por regla general, son negociables en un
mercado secundario oficial, la crediticia actual es una economía basada en la cesión de créditos.
El crédito es un préstamo de dinero, donde la persona se compromete a devolver la cantidad
solicitada en el tiempo o plazo definido según las condiciones establecida para dicho más los
intereses devengados, seguros, y costos asociados si los hubiere, a la vez el financiamiento se
entiende como la cantidad de dinero necesaria para la realización de una actividad o proyecto
de una persona.
La persona o institución que cede los recursos se le conoce con financiador y al que los obtiene
se le conoce como financiado, puede realizarse mediante diferentes formas, como: créditos,
arrendamientos, colocación de acciones, colocación de títulos de deuda, etc.
El crédito supone un capital existente, y una garantía de restitución por parte del deudor. Esta
garantía puede ser moral o real, el crédito tiene funciones básicas que permiten obtener los
beneficios de Incremento del consumo, Fomento de uso de todo tipo de servicios y bienes
Ampliación y apertura de nuevos mercados, los efectos multiplicador en la economía y la
posibilidad de adquirir capital sin poseer otros bines equivalentes o sin desprenderse de ellos
en caso de que se posean
Se considera que los créditos han sido otorgados de acuerdo con políticas del banco y conforme
a condiciones de mercado y en términos razonables de seguridad, el objetivo de este factor es
determinar el comportamiento de la industria en su conjunto, para determinar la influencia que
tiene en la capacidad y fortaleza financiera del deudor

FACTOR SOCIAL Y EL CREDITO

El papel del crédito en la sociedad es sencillo: captar ahorro de familias, empresas y otros
agentes, con el objetivo de preservarlo y hacerlo crecer, y en prestarlo, con rigor y prudencia,
a terceros, la diferencia entre lo que el crédito paga por los depósitos y el interés que cobra por
los préstamos, el margen de intermediación, es por tanto, un papel con un impacto positivo en
la sociedad.
El crédito, si nos ceñimos a su significado, es una operación financiera en la que una persona
o entidad presta una cantidad de dinero a otra persona o entidad, a la que se le denomina deudor,
y esta se compromete a devolver la cantidad que ha solicitado en un tiempo y plazos definidos,
según unas condiciones establecidas, que normalmente se recogen en un contrato.
Hoy en día no se puede entender ningún tipo de negocio que para su momento no necesite o
pueda necesitar un crédito, el crédito es importante porque facilita, en un momento dado, el
tener liquidez para poder comprar, hacer pagos, algún tipo de inversión, etc., el crédito es un
tema que, en la mayoría de las entidades financieras, exigen un mínimo de liquidez a la empresa
para asegurarse el cobro de éste, en caso de que el deudor no pueda hacer frente a los pagos.
El crédito no sólo ayuda en muchos aspectos empresariales, sino que, además, aporta confianza
en el sistema financiero de un país, evita que el tejido industrial del mismo se rompa y, sobre
todo, de cara al exterior invita a la inversión de todo tipo de empresas extranjeras en el propio
país, actualmente el principal problema que existe en la mayoría de los países, debido a la crisis,
es que las entidades financieras no dan créditos a sus clientes, parece que esta tendencia está
cambiando ya que las propias entidades se dan cuenta de que, si no facilita el crédito, esto al
final repercute negativamente en sus propios balances.
el crédito no sólo significa el dar dinero, implica también que van a recibir el dinero que han
prestado con unos intereses que benefician a la propia entidad. La morosidad es un elemento
que va implícito en el crédito, ya que hay un porcentaje de morosidad que la entidad tiene en
cuenta. Sin embargo, es mucho más el beneficio lo que obtiene el propio banco por los créditos
que concede, que el dinero que pierde por la morosidad.
El valor del crédito está en que, con las condiciones adecuadas, todos nos podemos beneficiar
de él, en mayor o menor medida. Además, nos ayuda en muchas situaciones personales y
profesionales que podemos tener, el crédito es un elemento que está y que siempre estará dentro
de la economía de un país y que es necesario, esencial, para que el propio país tenga solvencia,
la capacidad empresarial y el apoyo social necesario para mantener un gobierno y dar
estabilidad a una sociedad, a una economía y al propio país.
En toda sociedad cuando existe las profundas crisis económicas provocadas por los sistemas
económicos y financieros que se desenvuelven dentro de ellas, la opinión pública, los deportes,
la cultura, la política, el arte y la prensa influyen y al mismo tiempo se ven afectadas por los
sistemas económicos imperantes.
Los sistemas e instrumentos financieros a disposición de las personas y empresas se vuelven
cada vez más sofisticados adaptándose a las necesidades del mercado, al mismo tiempo que los
individuos requieren de mejores servicios y productos, las tarjetas de crédito han resultado ser
en ese sentido una innovación pocas veces vista. Desde que se las inventó han resultado
protagonistas esenciales en la economía mundial.
Desde hace unos años es casi imposible imaginarse una vida sin tarjetas de crédito, han venido
a reemplazar el uso del dinero en efectivo, y más precisamente al uso de los cheques. Se cuentan
por millones las personas dependientes de ellas para mantener el estilo de vida, razón por la
cual se encuentran endeudados permanentemente. Muchas cosas no pueden ser compradas si
no es mediante la financiación por medio de tarjetas de crédito, el mejor ejemplo: comprar
bienes o servicios mediante Internet.
En España, las tarjetas de crédito se convirtieron en una de las amenazas que más preocupa al
sistema económico. Según estimaciones al respecto, la cantidad de tarjetas de crédito
circulantes lleguen a cifras récord. Solamente, en la Comunidad de Madrid se calculan 10
millones de tarjetas de crédito circulando.
La crisis económica está produciendo en las familias un cambio de importancia en la economía
familiar, antes se tenían a las tarjetas de crédito solamente para emergencias, hoy en día se las
comienza a usar para gastos mínimos.
Una de las principales tareas en la necesaria construcción de una sociedad democrática e
incluyente es el continuo aumento en la igualdad social de acceso a (y logro en) las
oportunidades educativas, particularmente en el nivel superior, para estudiantes de menores
niveles socioeconómicos y que tradicional-mente han sido excluidos de este nivel educativo
debido a la combinación de dos factores: a) escasez de cupos en las instituciones públicas, en
relación con la alta demanda, y la consiguiente alta competencia por estos pocos cupos, y b) su
imposibilidad de pago de la educación privada.
Dado el alto y creciente valor de la educación superior en la distribución del ingreso, el poder
y el estatus en la sociedad contemporánea, las políticas y estrategias que aumenten y mejoren
la igualdad social de oportunidades educativas constituyen un aporte central a la construcción
de la democracia y a la inclusión social. Sin este tipo de políticas serían aún mayores la
desigualdad social y la reproducción de la estructura existente de poder y privilegios,
reproducción que deslegitima el sistema social al privilegiar los factores de herencia –cultural,
social, económica, etc.– sobre el mérito y el esfuerzo individual en la estratificación social y
ocupacional.
El estado colombiano no tiene la capacidad para aumentar la oferta de educación superior por
su propia cuenta, el obstáculo que enfrenta Colombia es la insuficiencia de la oferta de
educación superior, la demanda de educación superior ha venido aumentando en la medida en
que la población y la economía van creciendo. El aumento en el número de graduados de la
educación secundaria está creando un cuello de botella en el punto de entrada a la educación
superior, dada la capacidad insuficiente del sistema público de educación superior y los altos
costos para el estudiante a nivel de las instituciones privadas. Se requiere de una mayor oferta
de educación superior de buena calidad, pero las limitaciones en el gasto público impiden que
el Gobierno aumente esa oferta por su cuenta. La relación de deuda/PIB era del 56,8 por ciento
en el año 2006, y se requiere de una estricta disciplina fiscal para controlar la inflación y
asegurar el crecimiento. El Gobierno Colombiano ya se encuentra agobiado por un sistema
público de pensiones costoso y el alto costo de la violencia, y está buscando implementar una
recuperación de costos en el sistema universitario público.
La mayor parte de esta nueva demanda corresponde a estudiantes provenientes de los estratos
socioeconómicos más bajos, con grandes dificultades económicas para financiar su educación
superior. A esta población se orientó el Proyecto Acceso con Calidad a la Educación Superior,
ACCES, creado por el ICETEX en 2002. Su objetivo central fue promover el acceso a la
educación superior de jóvenes de bajos estratos socioeconómicos, a través del crédito educativo
subsidiado., Las carencias económicas eran y son aún hoy uno de los principales obstáculos al
acceso de estos jóvenes al nivel superior. Por tanto, se establecieron políticas de crédito
educativo subsidiado y focalizadas en los grupos socioeconómicos con menor participación en
la matrícula de este nivel.
Un interrogante necesario en este debate es conocer el porcentaje de los jóvenes beneficiarios
de crédito que no se hubieran endeudado de haber contado con oportunidades de educación
superior pública a su alcance.
CONCLUSIONES

El cambio de deudor, o delegación de pago implicaba siempre novación, es esta la razón por la
cual la disciplina hace parte de una clase de novación en la legislación civil, y se diferencia de
la cesión o transmisión en que en esta existe la posibilidad que subsistan las garantías y
excepciones, esta es la idea que se acoge modernamente, en Colombia y a pesar de estar
regulada en el título sobre la novación, las excepciones y garantías operan no en sentido
restringido, sino, por el contrario, la institución de la cesión de contrato y la posibilidad de
reserva que le concede el artículo 1701 del Código civil al acreedor, moderniza en cierto sentido
la idea de novación por cambio de deudor; y aún más cuando el contrato es de naturaleza
mercantil.
La jurisprudencia ha sido referente y mecanismo de solución de los códigos de este siglo, como
el suizo, polaco, griego y mexicano, sin embargo y como ya lo habíamos mencionado, el código
italiano sigue su propia línea, el código colombiano como todos los clásicos, no regula la
materia, ni como asunción ni como transmisión, pero sí desde su parte activa con la cesión de
crédito, es lógico que en países como Francia y Chile se haya dado la discusión en torno a la
posibilidad de regular de forma específica la cesión de deuda al igual que en Alemania o Italia.
En nuestra opinión, el tema no puede ceñirse únicamente a la regulación novatoria, porque
como lo hemos señalado, existen varias posibilidades y formas para la cesión de deudas e
inclusive, variadas formas de delegación no reguladas en nuestro código.
El deudor primitivo no queda liberado si el acreedor no declara así expresamente, este principio
aunque no consagrado en nuestra legislación, sí está regulado en las demás legislaciones sea
que acepten o no la cesión de deudas; en el caso del código chileno como referente de nuestra
legislación, establece en su artículo 1635 los posibles efectos acumulativos o liberatorios de la
novación, mas no lo concerniente al requisito de dicha aceptación y, a pesar que se ha utilizado
el mencionado artículo, para justificar la necesidad de la aceptación del acreedor, consideramos
que no se puede llegar a dicha conjetura por medio de la literalidad del artículo. Idéntica
disposición se encuentra en el artículo 1694 del Código civil colombiano.
El problema etimológico de ambas disposiciones no termina en ello; establecen los artículos
citados que en el caso de no aceptar el acreedor la liberación del primitivo deudor, dicha
delegación será solamente de pago, lo que en teoría abriría la posibilidad de que el negocio
delegatorio se convirtiera necesariamente en su especie de pago y que este pueda ser oponible
frente al acreedor.
La verdadera interpretación adecuada de dicha disposición, es que debe distinguirse entre la
voluntad de liberar o no al deudor primitivo y el negocio efectuado por los deudores, que debe
ser aceptado por el acreedor.
Se observa la legislación permite la asunción acumulativa que menciona el artículo 1694
Código civil colombiano, consistente en que el deudor se obliga solidaria o subsidiariamente y
que en todo caso se podría regular contractualmente dicha situación.
En las relaciones de carácter jurídico obligacionales y bilateral, las cualidades jurídicas
contractuales son susceptibles de ser transmitidas, esta puede ser de carácter general, como
sucede en las formas propias de la cesión de partes tanto en su sentido activo como en la
relación unitaria, pero también el régimen jurídico de la cesión de contrato permite que los
derechos propios de cada parte puedan ser transmitidos de forma particular y específica,
desnaturalizando las cualidades propias de ser parte; tal afirmación es explícita al referirse el
mencionado artículo de la siguiente manera: “cada parte podrá sustituirse por un tercero, en la
totalidad o en parte de las relaciones derivadas del contrato”. Estas sustituciones pueden
realizarse siempre y cuando las obligaciones derivadas del contrato no hayan sido cumplidas
en su totalidad y en los celebrados intuito persona. Pero precisamente la palabra sustitución
utilizada en la redacción del régimen de la cesión del contrato, implica efectivamente que la
obligación originaria no se extingue. Lo propio sucede en la cesión de crédito en el Código
civil colombiano al entender que este tipo de cesión es amplia, por comprender tanto sus
privilegios como sus garantías reales
La transmisión o cesión de créditos y de contratos no se han planteado conflictos doctrinales
en cuanto a su existencia, pero no ha ocurrido lo propio con respecto al cambio de deudor y sus
correlativos derechos, y a pesar de existir un desarrollo doctrinal pleno de la figura, nacen
preguntas acerca de la posibilidad de su transmisibilidad o cesión, la explicación radica en su
misma esencia, pues un cambio en el deudor implica un cambio de fondo en los derechos del
acreedor, puesto que las condiciones personales de seriedad y sobre todo las condiciones
económicas de solvencia del deudor son determinantes para el interés contractual del acreedor.
Comúnmente doctrina en Colombia expone la imposibilidad de esta clase de transmisión, ya
que este acto de disposición solo lo puede realizar quien tiene el carácter activo de la relación
obligacional.
el problema no sería si es posible o no el cambio de la cesión de deuda en Colombia sino cuales
serían los requisitos determinativos que se deben exigir y las consecuencias que produce sus
efectos; que, en decisión positiva, si tras el cambio, se mantiene inalterada la relación
obligatoria primitiva o es que por los diferentes factores expuestos existe un cambio en cuanto
al tipo de obligación.

BIBLIOGRAFIA
Sánchez García, Mateo. “La cesión del contrato en Colombia: una aproximación desde el
derecho comparado”. En: Revista RAI, No. 2, 55-78, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo
Lozano, 2010.
Gómez Blanco Víctor Manuel “Crédito, acciones afirmativas y equidad social en Colombia”
En: Revista Estudios Sociales, No. 33, 106-117, Universidad de los Andes, 2009
Olit Fernández Beatriz, “Principales impactos ambientales y sociales del sector financiero
derivados de su negocio de banca comercial, banca corporativa y gestión de activos” En:
Revista Perspectiva económica alternativa” Universidad Católica de Manizales
Camacho López María Elisa, “La cesión de créditos en garantía, de acuerdo con la Ley 1676
de 2013”, en Revista E-Mercatoria, volumen 13, n.º 2, julio-diciembre, 2014, pp. 161-178.

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