Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Adanalys Coraspe
Iglesia Evangélica Emanuel La Placeta, Caripe
TEXTO: Marcos 2:13-17
TEMA GENERAL: El llamamiento
TEMA ESPECÍFICO: El llamamiento de Jesús al hombre pecador.
OBJETIVO:
INTRODUCCIÓN:
Les invito a leer Marcos 2:13-17.
Todas conocemos la historia de María la madre de Jesús. El nombre de la jovencita era María.
La forma hebrea del nombre María es Miriam, que significa “mirra amarga”. ¿Por qué le dieron ese
nombre? ¡REALMENTE NO LO SABEMOS! Pero era la costumbre de los judíos de darle a sus
hijos [COMO NOMBRE] LAS CIRCUNSTANCIAS DE SU NACIMIENTO.
En la época, en que Jesús vino, era una época de mucha amargura, y de extremada pobreza
para los judíos. Ellos eran gente esclavizada y oprimida, y su suerte era patética. De la gente
oprimida, María era una de las más humildes. Definitivamente, que María no era una señorita de la
alta sociedad de una gran ciudad, sino la hija de un hombre sencillo de un pequeño pueblo.
Podemos deducir, que ella no era de gran alcurnia o linaje, porque ella misma lo dice en su
canción en Lucas 1:46, Mi alma glorifica al Señor… 48Pues se ha dignado mirar a su humilde sierva.
No sabemos si los padres de María estaban vivos en ese tiempo. En el pueblo de Nazaret, María
parecía ser una simple joven pobre, cuidando del ganado y de la casa, y haciendo sus tareas
designadas. María tendría probablemente trece años en ese entonces, o quince años, ¡A LO MÁS!
Y sin embargo, esta fue la jovencita que Dios escogió. Él podía haber ido a Jerusalén y haber
escogido a la hija de Caifás, que era bonita, rica, bien vestida, y atendida por un séquito de criadas.
Pero Dios prefirió a una chica humilde de un pueblo insignificante.
Al parecer, a nuestro Dios le gusta llamar a la gente más insignificante, a los no muy buenos
para usarlos con propósitos nobles.
Leví es un hombre de una muy buena posición social en su sociedad, con un trabajo muy
lucrativo para la época, pues tenía a su cargo una actividad que le permitía cobrar impuestos en una
zona de importante tráfico mercantil, y que según la norma social, podía sacar de dicha actividad
tanta ventaja como pudiera, dando una parte de dichos impuestos al imperio y tomar para sí otra
parte; en medio de su actividad, por cierto despreciada por sus compatriotas, pues consideraban que
quien cobraba impuestos para un imperio pagano y opresor era un traidor de la patria, en medio de
todo eso, recibe un llamado especial que daría una transformación completa a su vida, y a la vida de
muchos en su nación. Un hombre probablemente muy religioso, conocedor de las costumbres de su
nación, conocedor de idiomas como el griego, arameo y hebreo, que se codeaba con los empresarios
y partidos políticos de la época, como los escribas (aunque no fuera de sus más estrechos afectos),
en su lucrativa e importante, aunque desprestigiada, actividad, recibe del Señor Jesucristo, un
llamado irresistible, un llamado que transforma, un llamado de salvación, todo esto, con la simple
frase del Señor Jesús diciéndole: Sígueme, frase que me ha llevado a titular la enseñanza de hoy
“Cuando Jesús llama”, en la cual Jesús también nos dice a cada uno de nosotros, Sígueme. Y
demanda una respuesta así como a todo aquel que recibe el llamado.
En el relato de Marcos 2:13-17, que ocurre luego de una manifestación de poder del Señor
Jesús al sanar a un paralítico y confrontar a escribas y fariseos en su potestad de perdonar pecados,
Jesús se encuentra caminando a orillas del mar de Galilea, en Capernaum, una de las vías
comerciales más importante entre Siria y Egipto, y allí ve al publicano Leví, en el despacho de los
tributos, ocupado en su trabajo y le hace un llamado para que se convierta en su discípulo. Leví
respondió con inmediatez y a partir de ahí su vida cambió para siempre. Entonces, el escritor nos
conduce a reflexionar sobre la importancia de responder con prontitud al llamado del Señor.
Oración de Transición: ¿Por qué debemos responder con prontitud al llamado del Señor? Porque:
APLICACIÓN:
¿Hasta qué punto y cómo mantenemos esa comunión que tenemos con Dios por la obra
que Jesús ha hecho en nuestra vida? Debe existir una profunda confianza entre nosotros
y Dios.
Nosotras, como mujeres cristianas, debemos usar nuestras vidas y nuestras casas para
ser de inspiración a otras mujeres. ¿Se usa nuestra casa para dar a conocer a Jesús?
Habiendo sido transformadas por Jesucristo, usemos de misericordia para propiciar el
acercamiento de otras mujeres a Él
¿Es usted de las que lleva el mensaje a todos y todas o excluye a algunas personas?
APLICACIÓN:
Nunca debemos criticar a los hermanos que se acercan a las personas pecadoras para
atenderlas, como si ellos estuvieran participando con ellos de sus pecados.
Nuestro trabajo evangelístico debe involucrar a todos, hasta el más vil pecador de la
comunidad. Desde la mujer más repudiada y criticada hasta el hombre más vil y
delincuente.
La salvación es para todos. No hagamos acepción de personas. Todos merecen una
oportunidad.
¿A cuántas mujeres Levís conoces en nuestra comunidad y fuera de ella que necesitan el
llamado de Jesús para que sus vidas sean transformadas y sean salvadas? ¿Tienes en mente
alguna?
CONCLUSIÓN:
Hasta aquí todas nosotras somos confrontadas por este texto a que debemos responder con
prontitud al llamado que nos hace el Señor a ser fieles discípulas de Él y cumplir el ministerio
que nos ha sido dado.
Debemos agradecer a Dios que no importó lo que en el pasado fuimos e hicimos, él nos llamó,
nos eligió por su amor y soberana gracia y nos ha salvado y dado el privilegio de ser sus hijas.
Como Mateo hizo de su vida y decisión de seguir al Maestro un canal de bendición a otros,
sean estos personas perdidas en el pecado, compañeros de trabajo, amigos, para que conocieran a
Jesús, incluso su hogar, ¿Qué deberíamos hacer nosotras?
El ejemplo de Leví debe desafiarnos hoy a tomar sabias decisiones en el llamado que Jesús
nos ha hecho, pues su llamado es irresistible, transforma y trae salvación a todos. ¿Qué haremos?