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El Islam

Expansión del Islam


1. INTRODUCCIÓN
Expansión del Islam, rápida difusión de la religión islámica que tuvo lugar durante los siglos VII
y VIII a través de la conversión y la conquista militar. Mahoma, fundador y profeta del Islam,
comenzó a predicar sus revelaciones en La Meca hacia el 612. Veinticinco años después, sus
seguidores, a los que se llamó musulmanes, habían alcanzado el control de toda la península
Arábiga; de este modo, el Islam se convirtió en la tercera gran religión monoteísta, tras el
judaísmo y el cristianismo.
Hacia el 650, se había constituido un Estado islámico que abarcaba Arabia, el Creciente Fértil
(en esencia, la región de Mesopotamia, es decir, los actuales Irak, Irán y Siria), así como el
territorio que hoy ocupan Líbano, Palestina (Israel, Cisjordania, Gaza y Jordania) y Egipto. A
principios del siglo VIII, el Islam dominaba una amplia área que se extendía desde las
regiones periféricas de China y la India, por el este, hasta el norte de África y casi toda la
península Ibérica, por el oeste.
La notable rapidez de la difusión de esta religión debe atribuirse al uso de la fuerza militar.
Mahoma atrajo al Islam a los pueblos árabes de la península Arábiga gracias a la firmeza de
su carácter, a la promesa de una salvación eterna para aquellos que perecieran luchando por
este credo y a los bienes materiales que conseguirían quienes triunfaran en la conquista. Los
ataques aislados de las primeras etapas de esta expansión no tardaron en convertirse en
auténticas guerras a gran escala, en las que imperios y naciones se rendían al poder de este
nuevo fenómeno religioso, militar, político, económico y social.
2. EL PROFETA MAHOMA
Mahoma nació en La Meca, en la ilustre tribu de Quraysh, hacia el 570. Según la tradición,
recibió la visita del arcángel Gabriel, que le proclamó profeta de Dios aproximadamente en el
612. Recitando en verso sus revelaciones (que más tarde constituirían el Corán), comenzó su
predicación de la religión islámica. árabe significa ‘sumisión’, si bien el Corán añade la
acepción “a la voluntad o a la ley de Dios”.
En un principio, el profeta no logró apenas adeptos entre los paganos de La Meca, que
adoraban a diversos dioses. Pero el número de sus seguidores fue aumentando con el tiempo,
y el propio Mahoma comenzó a ser considerado como una amenaza para la elite de La Meca.
En el 622, Mahoma y sus seguidores, conscientes del peligro que corrían, se trasladaron a la
ciudad de Yatrib (posteriormente Medina), situada junto a un oasis al norte de La Meca.
Esta emigración, conocida como la Hégira, marcaría posteriormente el inicio del calendario
islámico. Antes de que Mahoma llegara a Medina, la ciudad se había visto sumida en violentas
disputas encabezadas por los principales clanes (grupos de familias que descendían de un
antepasado común). Varios de los líderes habían conocido a Mahoma dos años antes de
estos acontecimientos y habían escuchado sus enseñanzas durante una peregrinación
pagana a La Meca. Algunos de los más ilustres invitaron al profeta a Medina para que mediara
en sus enfrentamientos en calidad de autoridad religiosa e imparcial. Por su parte, estos jefes
se comprometieron a aceptar a Mahoma como profeta, lo que proporcionó credibilidad a la
nueva religión. Los habitantes de Medina que se convirtieron al islamismo fueron
denominados “ayudantes”. De este modo, Mahoma, que había pasado de árbitro de disputas a
líder de una nueva comunidad árabe, inició una campaña para captar fieles entre los
residentes, atacó las caravanas de La Meca y, por último, expulsó a las tres tribus judías que
controlaban la mayor parte de la agricultura y metalistería de la ciudad.
Los hombres que acompañaron a Mahoma en la Hégira eran en su mayoría comerciantes, por
lo que carecían de medios de subsistencia en una ciudad eminentemente agrícola como
Medina. Ante esta situación, Mahoma decidió asaltar las caravanas de La Meca para
proporcionar una fuente de ingresos a sus compañeros y, al mismo tiempo, cumplir dos
objetivos importantes: en primer lugar, restaurar el orgullo de sus seguidores (humillados con
la expulsión de La Meca) a través de las victorias; en segundo lugar, probar la veracidad de
sus propias visiones y confirmar que la nueva comunidad contaba con la bendición de Dios.
Por otro lado, al entorpecer las actividades comerciales de La Meca les demostraba que la
fuerza del Islam era mayor de lo que habían supuesto.
Mahoma falleció en el 632 y fue sucedido por Abu Bakr al-Siddiq, padre de su esposa favorita.
Abu Bakr se convirtió así en el primer califa del Islam (fallecido profeta, el nuevo líder
pertenecía al clan de los Quraysh. Aunque ni Abu Bakr ni ninguno de los siguientes califas
reclamaron el título de profetas, eran realmente la máxima autoridad de una nueva religión
que iba adquiriendo también entidad política. Los cuatro primeros califas, seleccionados todos
ellos por un consejo de musulmanes, serían llamados posteriormente guiados’, ‘ortodoxos’).
Este calificativo fue acuñado para indicar que estos hombres eran los más fieles y virtuosos
seguidores de las enseñanzas y ejemplos de Mahoma. Islam, en la lenguajalifa significa
‘sucesor’ en árabe). Al igual que elal-Rashidun (‘bien

3.1. La expansión
Después de las guerras de apostasía, Abu Bakr decidió difundir el Islam en las regiones del
norte, esto es, en los territorios que ocupan actualmente Irak y Siria. Antes del nacimiento del
Islam, tanto esta área como la región mesopotámica habían sido zonas de conflictos
disputadas durante más de un siglo por el Imperio bizantino y los Sasánidas de Persia. Con un
ejército ya constituido a lo largo de las guerras de apostasía e inspirados por su nueva religión
y la oportunidad de hacerse con importantes botines, los árabes musulmanes derrotaron a los
bizantinos y a los Sasánidas, cuyas fuerzas se hallaban exhaustas por los largos años de
lucha.
El legado cultural del Islam
El mundo musulmán, caracterizado por su civilización urbana, se mantuvo unificado en el
terreno religioso y cultural, a pesar de su fragmentación política. Desde los territorios
ocupados, especialmente Sicilia y Al-Andalus, el Islam influyó de manera decisiva en la cultura
occidental. Pero sin duda, la principal contribución a la cultura occidente provino de Al-Andalus
(España). El califa Abd al-Rahman III (912-961) dio un extraordinario impulso a la economía
del califato (unidad política y religiosa del Islam) y convirtió a Córdoba en una ciudad
comparable a Constantinopla y Bagdad. La aristocracia musulmana se enorgullecía d poseer
grandes bibliotecas, los libros se compraban en la calle y la biblioteca del palacio reunió unos
cuatrocientos mil volúmenes. Igualmente intensa fue la vida intelectual en las restantes
ciudades de la España musulmana. Toledo, la antigua capital de los visigodos, era una ciudad
cosmopolita y políglota donde convivían españoles, moros y judíos. En esta ciudad,
recuperada por los cristianos en el año 1085, se fundó, en el siglo XII, una escuela de
traductores que volcaron al latín la totalidad de la obra de Aristóteles y la de los grandes
pensadores árabes y judíos. Estudiosos provenientes de todas las naciones de Europa
occidental se encontraron en Toledo, donde se realizó un muy fructífero intercambio de ideas
y de conocimientos de todos los campos del saber contemporáneo.
Principales edificios
LA MEZQUITA:
La Mezquita (Templo) es el edificio Islámico por excelencia. En ella se lleva a cabo la
obligación que todo musulmán tiene que realizar Oraciones comunitarias. La religión islámica
impone a los creyentes la necesidad de rezar 5 veces por día. Estas oraciones pueden
realizarse en cualquier lugar dirigiendo el cuerpo hacia la ciudad de la Meca. Los días viernes,
los fieles deben acudir a la mezquita para la oración común. Según la tradición, la forma
rectangular de las mezquitas esta basada en el patio de la casa de Mahoma en la ciudad de
Medina. El interior de la Mezquita esta formada por una gran sala de oración, dividida por
columnas y arcos que termina en muro determinado Quibla, orientado hacia la Meca. Sobre el
muro se abre el Mihrab, un nicho cubierto con un bóveda donde el los primeros tiempos del
Islam se colocaba el imán , la persona que dirige la oración.
El exterior de la mezquitas cuenta con diferentes torres denominadas alminares. Hasta ella
suben los almuédanos, personas encargadas de llamar a la oración. Estos edificios son
sencillos en el exterior y muy decorados en el interior. Como el Corán prohíbe la
representación de formas vivas (Hombres como animales), Los musulmanes crearon un tipo
de decoración que nosotros conocemos con el nombre de "Arabesco". El interior de la
mezquitas y de los palacios cuentan de gran cantidad de superficies decoradas con estos
motivos abstractos.
El Mirab: El mirab es el lugar más sagrado del edificio y ante él se cumple la oración. Quienes
ingresan al templo deben hacerlo descalzos en señal de respeto.
EL PALACIO:
Otros de los edificios característicos de la civilización islámica es el palacio. Este es un
conjunto formado por diferentes construcciones destinadas a audiencias, dormitorios y lugares
de recreo. Todos los palacios tenían salas para tomar baños, costumbre que caracterizo a los
musulmanes y, durante la edad media los distinguió de la sociedad cristiana. Otro de los
rasgos distintivos de un palacio musulmán los constituyen los grande jardines y los patio
interiores con fuentes. La presencia continua del agua est a vinculada con la obligación de
purificarse que tiene los creyentes antes de realizar sus oraciones. Por otra parte, otra de las
características fundamentales del paraíso musulmán es la presencia continua de agua

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