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FACULTAD DE FILOSOFÍA
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA IV
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
DIRIGIDA POR
Madrid, 2002
A) OBJETIVOS GENERALES
:
y
explorado previamente estos textos; la interpretación de los
mismos, en definitiva, nos pertenece, y parte en muchas
ocasiones de cero.
B) OBJETIVOS PARTICULARES
:
x
categorial básica que corresponde al objeto irreal, derivando
luego, a partir de ella, la articulación interna del objeto
estético.
* * * * *
Xv
NOTAS
(1) Cfr. D. Formaggio.. “Arte é possibilitA in N. Hartmann”
En: N. Hartmann., L’estetica, Liviana Editrice, Padova, 1969,
pag. 3.
(2) En opinión del profesor F. Barone, la estética
hartmanniana supone un completo abandono de las tesis
generales de su ontología; los profesores D. Formaggio y
Joachim KrUger sostienen, por el contrario, que existe una
implicación directa entre ambas; éste es también nuestro
parecer, y así hemos tratado de demostrarlo a lo largo del
estudio. En relación con esta cuestión, Cfr. IX Eormaggio.,
Op. cit, pag. 6 y J. Krtiger (Rec.)., “Hartmann., ti. Asthetik”
En: Deutsche Zeitschrift fUr Philosophie, 2 <1954), pag. 721.
* * * * *
XVI
INDICE
PARTE I~
SECCION l~:
c) El método transcendental o de
inferencia retrógrada’’: la
:
XVII
ontología crítica Pág. 39
a) El fenómeno inmediatamente
dado: la relación Hombre-Mundo Pág. 61
:
XVIII
e) Formas del conocimiento del ser
ideal: intuición estigmática y
conspectiva Pág. 83
g) Racionalidad e irracionalidad. El
elevado grado de irracionalidad de
los objetos estéticos Pág. 85
- 2) La estructura modal
del ser ideal Pág. 102
XIX
b3. 3) La estructura modal
del ser real Pag. 104
2) La jerarquía ideal
de los valores Pag. 116
SECCION 2~:
ESTÉTICA GENERAL
a) El problema de la estética.
Fracaso de los sistemas Pág. 183
d) El legado de la historia de la
estética: contribuciones teóri—
cas a la solución de los proble-
mas Pag. 237
* * * * *
1
NOTA PRELIMINAR
2
CITAS DE FUENTES:
Kategoriale Gesetze KG
Ethik E
Teleologisches Denken TD
Asthetik
,
5
OTRAS CITAS:
* * * * *
6
.
.7
PARTE 1!:
SECCION 1~:
—7—
9
INTRODUCCION A LA SECCION l~
* * * * *
lo
A) BASES METODOLOGICAS DE LA
ESTEIlCA
~rn
11
CAPITULO ¡2
Y COMIENZOS DEL XX
12
* * * * *
16
NOTAS AL CAPITULO 12
* * * * *
,
17
CAPITULO 2~
Y PENSAMIENTO SISTEMATICO
18
La actitud filosófica de It Hartmann ante las
corrientes del pensamiento contemporáneo, surgidas tras la
caída del hegelianismo, es de prudente cautela. La moderación
de su postura le va a permitir elaborar una filosofía
completamente alejada del subjetivismo moderno, que, además,
permanece fiel en muchos puntos a la fecunda tradición
ontológica del pasado, a la que jamás renunció por temor al
frívolo reproche de seguir un camino intelectual
definitivamente acabado. De ahí que, como se ha sefíalado en
numerosas ocasiones, su obra dé la impresión de hallarse
“anticuada” a todo aquél que se acerca a ella cargado con los
dogmas de la modernidad.
.
20
mundo, fracasaban lamentablemente cuando los pensadores que
las habían hallado trataban de extender su ámbito de
aplicacion a cualquier otro posible dominio de fenómenos. Por
eso no resulta extralio que todos los sistemas de conceptos,
trabajosamente elaborados, se derrumben finalmente “uno tras
otro como castillos de naipes, en cuanto se toca sus mal
“4
puestos e inseguros fundamentos
,
.
22
Desde luego, como hemos indicado, tal concepción
global del Ser no está nunca completa, sino que se plantea
como una meta a alcanzar; esto significa que, ante el análisis
racional siempre quedan problemas por resolver. Sin embargo,
al contrario de lo que a primera vista pudiera parecer, el
permanente estado deficitario en que se encuentra el
conocimiento racional es una circunstancia altamente positiva.
Ha sido, en efecto, la natural impaciencia por hallar
soluciones a las cuestiones planteadas, así como la
injustificada creencia según la cual cualquier dificultad
irresoluble resulta superflua para el avance del conocimiento,
lo que ha motivado que no se haya sabido ver que es
precisamente el reto que plantean a la inteligencia humana
tales problemas insolubles lo que constituye el auténtico
motor de sus avances.
* * * * *
.
,
24
NOTAS AL CAPITULO 22
(4) EPh, 207. 205: “Wir sehen wie sie [i.e.: die
philosophische Systeme] eins nachdem andern wie Rartenhauser
Zusammenstiirzen, wenn man an ihren unsicheren, unbegriindeten
Fundamente rUhrt”.
Sobre la imprudencia que lleva a todos los sistemas
filosóficos, sin excepción, a saltar más allá de los límites
marcados por los fenómenos, Cfr. ES II, 19—20. Por último,
acerca de los distintos tipos de “—ismos”, como
manifestaciones diversas de un mismo error teórico, Cfr. ES
1, 64 y RS III, 66.
No es difícil percibir, por otra parte, en el espíritu de
rebeldía que constantemente manifiesta Hartruann contra
cualquier sistema especulativo que pretenda imponerse a los
fenómenos antes de analizarlos, un motivo heredado del
pensamiento romántico aleman, inspirado en autores como
Novalis o Wackenroder y que encuentra su expresión más acabada
en Nietzsche y su rechazo explícito de toda “voluntad de
sistema”. Wackenroder, p.ej., llega al extremo de afirmar que
la superstición es mejor que la creencia en el sistema (citado
por A. Gulyga: Schelling. Leben und Werk. Deutsche Verlags-
Anstalt, Stuttgart, 1989, pag. 95). Pero Hartmann, no comete
el exceso de eliminar pura y simplemente toda sistematicidad
en filosofía: en él se trata más bien de un elemento positivo
que debe conservarse, debidamente reinterpretado.
,
25
* * * * *
26
CAPITULO 32
:
30
.
31
a los fenómenos10
.
32
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~33
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36
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37
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38
:
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40
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41
,
42
.
44
.
45
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50
NOTAS AL CAPITULO 32
(1) RS III, 22 y ArW, VIII—IX, XI.
(2) RS II, 48.
<16) Cfr. E. Husserl., Op. cit., Pp. 142, 146, 147, 149 y 154—
158; Cfr. también: Investigaciones Lógicas, Ed. Alianza,
Madrid, 19852, Vol. II, pag. 772.
<17) ArW, 535, 641: “[Die Ph&nomenologie] ist eme Art Verrat
am Viesen der deskriptiven Methode”.
Sobre la imposibilidad de alcanzar una conciencia pura
mediante el método fenomenológico, Cf r: OME, 113, 140.
.
,
51
<19) ArW, 535, 641, nota 1: “Alíe Versuche mit ihr zum
Seinsproblem vorzustossen, sind darum gleich bei den ersten
Schritten gescheitert”.
(47) RS 1, 62—63.
* * * * *
56
CAPI!EULO 42
* * * * *
.
58
NOTAS AL CAPITULO 42
* * * * *
59
CAPITULO 12
EL HOMBRE. SER-EN-EL-MUNDO
61
—
.
62
Ahora bien, si tenemos en cuenta que el otro miembro
de la dualidad originaria —el ser humano— se encuentra inserto
en el orden total del mundo, cabe suponer que también él se
encuentra afectado por las múltiples conexiones que recorren
todos los ámbitos del Ser, por lo que, dentro de la amplia red
de referencias que constituyen el Universo, el Hombre y sus
experiencias vitales no son sino un suceso parcial del mismo,
2
absolutamente condicionado por ellas
.
63
Ii
1) Actos emocionalmente RECEPTIVOS (emotional—
rezeptive ate>: Son actos como “ser afectado”
64
b
2) Actos emocionalmente ANTICIPATIVOS o
PROSPECTIVOS (emotional-antizipierenden <prospektiven> Akte>:
La determinación ontológica fundamental del ser humano, además
de su espiritualidad, es su inserción en el tiempo, que
65
b
3) Actos emocionalmerite ESPONTANEOS (emotional—
espontane Akte): El hombre no se encuentra, con todo,
entregado irremisiblemente a la dureza de lo real, sino que
también es capaz de anticipar hasta cierto punto los sucesos
futuros, como muestran las voliciones, los deseos de actuar,
las intenciones, etc... El porvenir es, desde luego,
impredecible, pero no queda totalmente fuera de la capacidad
de determinación humana; ésta, gracias a la acción, puede
intervenir en las cadenas de condiciones que generarán tales
sucesos. Y es precisamente esa capacidad de acción, que
permite al ser humano modificar las series de acontecimientos
venideros, la que revela claramente, a juicio de Hartmann, el
“milagro” (das Nunder) que supone la existencia de la persona
en el mundo.
66
.
69
inexorable.
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71
NOTAS AL CAPITULO l~
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,
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.73
CAPITULO 22
.
75
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76
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79
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80
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81
ser independiente del acto que apunta a ellos, sino que se dan
siempre en relación con el mismo y existen por “gracia” de él
(von Onaden des Aktes).
.
84
f) Peculiar acceso al reino del valor
.
85
.
86
1
87
conceptual.
* * * * *
.
89
NOTAS AL CAPITULO 22
(1) Cfr. EPh, 67, 67; EPh, 83, 83 y ZGO, 227 y ss., 262 y ss.
Hartmann aclara que es necesario entender el conocimiento
partiendo de un “estado antropologíco” (anthropologisches
Stadium), es decir, incluyéndolo dentro de la totalidad que
forma la vida humana, como una función espiritual más del
hombre.
Cfr., asimismo, EFh, 69, 69, donde destaca Hartmann el
carácter receptivo del acto transcendente del conocimiento.
(2> RS 1, 162.
(6) Cfr. H. HUlsmann, Op. cit., pag. 183, 218, 192 y 202. Cfr.
también SMB, 308, 364. Estas características las comparte el
acto del conocimiento con el acto de contemplación estética
pero el reflejo del mundo que alcanza la conciencia con esta
última resulta mucho más perfecto y rico, como veremos más
adelante.
(7) Cfr. OME, Prólogo, 3/, 9.
(9) Cfr. SMB, 3, 17; OME, 4, 18; GME, 9, 24; GME, 17 y ss.,
35 y ss. y, finalmente, CMB, 22 y ss., 41 y ss.
(10) GMB, 44—46, 65—67 y EPh, 69—70, 69—70. Scheler también
había sei’ialado el carácter ontológico de la relación del
conocimiento, pero acusa a Hartmann de caer en un “realismo
critico”, al sostener nuestro autor que, tanto la existencia
del objeto, como su modo de ser están extra mentem, con lo que
el conocimiento sería una copia o representación del modo de
ser de las cosas en la mente del sujeto. Para Scheler, en
cambio, el conocimiento vendría dado, más bien, en función de
una participación del sujeto en el modo de ser del objeto;
pero, desgraciadamente, Scheler no aclara en qué pueda
consistir tal participación. Cfr. al respecto: 14. Scheler.,
El saber y la cultura, Ed. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1984,
pp. 71—72, nota 24. Hartmann refuta duramente las críticas de
Scheler en ZGO, 96 y ss., 110 y ss.
(11) Cfr. RS 1, 18—20, 31—33; RS 1, 128; EPh, 68, 68; ZGO, 159
y ss., 183 y ss.; RS 1, 131; GME, 117—118, 144.
Sobre la diferencia entre “aprehender” (erfassen) objetos
,
.
90
(17) Cfr. ZGO, 81, 92; GME, 195, 234; CHE, 320—328, 378—386.
(25) GME, 205, 245; GME, 207, 247 y EPh, 84, 83. Preferimos
la traducción ofrecida por Caos del término “Hof der Objekte”
como “Halo de objetos”, frente a la de Rovira Armengol “patio
de objetos”, más burda.
(26> Cfr. GME, 206, 246 y GME, 209—210, 250—251. Sobre la
irracionalidad del reflejo de la estructura del Ser en la
conciencia del sujeto, Cfr. CMB, 212, 253.
(27) Cfr. CMB, 211, 251 y CMB, 493 y ss., 573 y ss.
(36) Cfr. OME, 499, 580; CMB, 501—503, 582—583; GME, 512, 595
y CMB, 514, 597—598.
(47) Cfr. GME, 551, 639. Nótese cómo, mientras para Scheler
el progreso en el conocimiento ha de culminar en la intuición
de la “esencia de todas las esencias”, Dios, a través de la
cooperación sincrónica y diacrónica (histórica) del conjunto
de la Humanidad (Cfr. De lo eterno en el hombre, FM. Revista
de Occidente, Madrid, 1940, Pp. 187 y ss.), para Hartmann este
progreso en el conocimiento intuitivo se limita a sectores
parciales del reino de las esencias, y no admite que el
entendimiento humano pueda alcanzar un grado de conocimiento
tan perfecto como para llegar a aprehender algún tipo de
esencia suprema (p.ej., un valor absoluto> o el Ser Divino.
(48> Cfr. GME, 223, 266: “La racionalidad que supera en mucho
a todas es la que se ofrece en el patio de objetos de
conocimiento; la más insignificante es la de los objetos
estéticos, siendo intermedia la de los éticos.” (“Die bei
weitem hbchste Rationalitat zeigt der Hof der
Erkenntnisobiekte, die geringste der der ásthetischen, und
eme mittlere der der ethischen Objekte”). Cf r. también: CMB,
242, 288, donde Hartmann presenta el dominio de lo estético
como una parte más de lo irracional. Sobre esta misma cuestión
puede consultarse, asimismo: GME, 283, 333 y CMB, 254, 300.
Por lo que respecta al componente irracional que afecta a
las categorías, Cfr. CHE, 260—261, 308—309; CMB 276, 325—326.
Para Hartrnann las categorías son “estructuras supratemporales”
<Uberzeitliche Cebilde), y posiblemente necesarias en sí
mismas; pero no lo son, desde luego, para nosotros, pues tal
necesidad, si existe, está sumergida para nuestra mente en la
más profunda irracionalidad.
(49) CMB, 224, 267: “Ide ratio mit ihrer idealen Sphéire und
íhrer aktualen Objektspannung ist nur eme enge Zone zwischen
zwei Irrationalitáten. Sie ist ein endlicher Ausschnitt aus
dem unendlichen Irrationalen. Die Crenzen der Erkenntnis
verschwimmen nach beiden Seiten im unbegrenzten Unerkennbaren”
y CMB, 304, 358: “Das ontologische Schema der ratio ist
hiernach das einer endlichen Sphare zwischen zwei
Unendlichkeiten, ein begrenzter rationalen Ausschnitt zwischen
zwei Irrationalitgten”.
(50) EPh, 84, 84.
(53) GIdE, 241, 286: “Das Irrationale der Ontologie liegt also
tiefer als das der Mystik. Br liegt jenseits aher
93
* * * * *
94
CAPITULO 32
,
.
96
.
97
..
,
98
,
.
101
b
3) Determinaciones modales del ser ideal y real
efectividad.
b
3.2) La estructura modal del ser ideal:
* * * * *
.
107
c) Ontologías regionales
.
108
.
111
En cada momento histórico el sector de los valores
aprehendido por un individuo, un pueblo o la Humanidad en su
conjunto depende de la situación que a la sazón atraviesa, así
como de la propia legalidad de la conciencia valorativa4t Así
se explica satisfactoriamente que la vigencia de determinados
grupos de valores sí sea relativa a cada época o sujeto,
puesto que son las relaciones cambiantes de la vida las que
ponen en conexión al espíritu con sólo una sección del reino
del valor.
1) Relaciones de oposición
:
115
”
117
.
:
118
obstáculos.
*) Valor de la libertad de la voluntad o
capacidad de autodeterminacion.
*) Valor de la providencia, es decir, de
la capacidad del hombre para proyectar
conductas futuras conforme a fines y
alterar el curso de los sucesos
reales.
~‘) Valor de la actividad final o de la
capacidad teleológica humana, que hace
del hombre el único ser capaz de
crear, en virtud de metas previamente
proyectada475.
*) La Justicia.
119
~‘> La Solidaridad.
~‘> La Sabiduría.
‘Y La Fortaleza o firmeza moral.
*) (Auto) Dominio.
*) Liberalidad.
‘Y Magnificencia.
‘Y Magnanimidad.
‘Y Deseo moderado de honores.
*) Mansedumbre.
U Sociabilidad.
*) Veracidad.
U Franqueza.
U Donaire en el decir.
‘Y Pudor.
*) VergUenza.
*) Amor al prójimo.
“O Veracidad y sinceridad.
U Autenticidad.
*) Fidelidad.
U Confianza y creencia.
U Distancia.
*) Modestia.
U Humildad.
U Valores del trato externo (cortesía,
tacto).
U “Amor al lejano”~.
U “La virtud que hace regalos” <esto es,
aquellos bienes espirituales que se
pretende crear por puro lujo y por
grandeza de ánimo, de modo que todos
los hombres puedan compartirlos y
alcanzar a aprehender la misma altura
de valor que capta el hombre
superior. Es una virtud autónoma, ya
que prescinde de todo valor de medio
y toma como único fin hacer
participar a toda la realidad en lo
120
elevado y pleno de valor78.
U Personalidad.
U Amor personal79.
,
.
121
,
122
,
123
.
126
.
127
,
130
.
131
.
132
* * * * *
133
,
.
.
134
.
”
137
.
141
Ahora bien, la ley categorial de la libertad139 afirma
que el novum aportado por categorías superiores, supone una
elevación del estrato que las contiene sobre la base óntica que
lo sustenta, abriéndolo a nuevas posibilidades. En el caso del
espíritu esta ley se hace especialmente relevante, puesto que en
él la realidad alcanza tal grado de altura y complejidad, que se
halla directamente vinculada con el reino de lo ruramente
posible, es decir, con el ámbito de lo ideal, y especialmente del
valor. Cómo se produce esta relación es algo que,
desgraciadamente, escapa a cualquier intento de penetración
intelectual, y ha de quedar relegado al terreno de lo irracional—
metafísico-
* * * * *
.
142
NOTAS AL CAPITULO 32
(3) Cfr. GME, 195, 234 y ZGO, 128, 146. Resulta evidente la
divergencia entre los puntos de partida de Hartmann y
Heidegger. Para este autor es necesario estudiar primeramente
el Dasein <o existencia humana), lugar donde tiene lugar la
“comprensión del Ser”, y en el que es posible hallar su
“sentido” <Cfr. 14. Heidegger., Op. cit., pag. 22). Para
Hartmann esta tesis carece de fundamento, pues el Ser no tiene
por pué tener sentido alguno. Además, tratar de hallar el
“sentido” del Ser conduciría a un regreso al infinito, ya que
sería luego necesario indagar el sentido de ese sentido,
etc
Por otro lado, en la ontología de Hartmann el Dasein humano
carece de privilegios en cuanto a su ser, aunque es verdad que
su posición dentro del mismo es única, como lugar de
autorreflexión del Ser y ente creador de valor.
Sobre las polémicas relaciones entre las ontologías de
Hartmann y Heidegger. Cfr.: J. E. Lotz: “Zwei Wege der
Ontologie: tU Hartmann undM. Heidegger” En: A. Buch (Hrsgi.,
Nicolai Hartmann (1882—1982). Bouvier Verlag, Bonn, 1982, Pp.
208—223.
(9) Cfr. ZGO, 90, 103 y ZGO, 115 y ss., 132 y ss.
(10) ZGO, 92, 105: “Das gerade ist das EigentUmliche der
realen Welt, dass die alígemeinen Wesenheiten nicht jenseits
ibrer in Weltentferne thronen, sondern in ilir enthalten sind
(...>. Darum ist es mt5glich, sie dem Einzeltall abzugewinnen
<...) als ein Anklingen des Ewigen im zeitlichen (..A”.
Resulta inevitable percibir los ecos de las tesis
nietzscheanas en estas afirmaciones de Harttnann, más allá de
la seca terminología en que se hallan expresadas. (Cfr. p. ej:
“Cómo el ‘mundo verdadero’ acabó convirtiéndose en fábula” En:
E. Nietzsche., El crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa
,
143
(22) Cfr. 14W, 33, 38. En relación con esta cuestión, Cfr.,
asimismo: O. Becker: “Das formale System der ontologisehen
Modalitáten (Betrachtungen zu N. Hartmanns Werk ‘Mbglichkeit
und Wirklichkeit’)” En: Blátter fiir deutsche Philosophie, 4
(1942/43), Pp. 387—423.
<26> Cfr. 14W, 48, 54—55; 200, 281—282, 324 y GME, 508—509,
591.
(30) 14W, 44, 50 y 14W, 147, 171. No entendemos por qué Gaos
traduce el término alemán “Determination” por
“predeterminación” Hacerlo así introduce resabios
teleológicos, que resultan totalmente ajenos a las tesis
hartmannianas acerca de lo real.
(35> Cfr. MW, 126, 146—147; MW, 141, 164; 14W, 164, 190; 14W,
130—134, 152—157; MW, 197, 228. Las leyes ontológicas que
implican esta vinculación de los términos relacionales en el
modo absoluto de la efectividad real son: la “ley real de la
posibilidad” (Realgesetz der Mbglichkeit) y la “ley real de
la necesidad” (Realgesetz der Notwendigkeit), reunidas en la
“ley real de la efectividad” (Realgesetz der Wirklichkeit>.
La idea, por lo demás, la toma Eartmann prestada de Diodoro
Crono y los megáricos; Cfr. Aristóteles., Metafísica, IX, 1046
b 29 y ss.
Por último, sobre la plenitud del ser real, Cfr. 14W, 180,
209.
<40) Cfr. EPh, 153, 152. Cfr. también M. Scheler., ~tica, Vol.
1, Pp. 40-41: “Es seguro, por ejemplo, que los valores
estéticos correspondientes a las palabras amable, encantador,
sublime, bello, etc, no son meros términos conceptuales que
hallen su cumplimiento en las propiedades comunes a las cosas,
que son depositarios de esos valores (...). A pesar de su
indudable “objetividad”, hemos de haberlos percibido ya dados
en las cosas, a fin de designar las cosas en cuestión con los
nombres “bello”, “encantador” “atractivo”. Cada una de estas
palabras comprende bajo la unidad de un concepto de valor una
serie cualitativamente graduada de fenómenos de valor, más no
146
(57) E, 285—286.
.
,
147
.
148
(67) E, 277.
.
150
<91) Cfr. A, 357, 417 y 1<8 III, 314. También 14. Scheler había
considerado que los valores estéticos son indefinibles. Cfr.
Ética, Vol. 1, Pp. 40—41.
(100) E, 559—560.
(103> EPh, 185, 184: “Die ~sthetischen VIerte werden also nicht
reaJ.isiert, sondern gelangen nur zur Erscheinung” (corregimos
la traducción de J. Gaos, que no nos parece completamente
acertada).
Ya Scheler había caracterizado los valores estéticos como
ligados a la realidad externa y no a las acciones personales;
son valores de irrealidad, apariencialidad o imagen (por lo
que se hallan ligados a la imaginación). Cf r. Ética, Vol. 1,
pag. 128.
También 14. Geiger señala, por su parte, que los valores
estéticos no hacen referencia a los objetos reales, sino en
tanto que estos objetos se dan como fenómenos o apariencias,
pero no como apariencias ilusorias, sino como representación
(irreal) de un determinado ser. Cf r. Introducción a la
Estética, Centro de Estudiantes de Humanidades, La Plata,
1933, Pp. 143—144.
(115) Ii, 362, 423: “Man kann -wenn man kUnstlerisch genUgend
bewandert, erzogen, geUbt ist- das eigene WertgefUhl durch
folgerichtige FUhlungnahme mit den Werken der Vergangenheit
zur Aufgeschlossenheit fUr deren eigentUmliche VIerte bringen.
<...) Das aber heisst: es ist nur m8glich, wenn sie im Grunde
doch absolut sind und die Relativit~t- wie bei den Sittlichen
VIerten— nur eme solehe der zeitweiligen Vorzugsrichtungen des
WertgefUhls selbst ist.”
(116) Cfr. PhN, 152, 168 y PhN, 161, 178. La relación entre
los conceptos de Ser y Tiempo en la filosofía hartmanniana ha
sido estudiada en profundidad por VI. Dahlberg.: Sein und Zeit
bei Nicolai Hartmann, AVIVA, Frankfurt a. M., 1983, Pp. 36 y
ss. Recuérdese, asimismo, que la idea del devenir como
constituyente básico de todo lo real había sido reivindicada
152
(119> Cfr. MVI, 358, 411; NNO, 22—23, 102—103. Cfr. también:
E. Estiú., “Introducción a la ontología de bE Hartmann”.
Estudio introductorio a: bE Hartmann., La nueva ontología, Ed.
Sudamericana, Buenos Aires, 1954, Pp. 45—48.
<133) Cfr. ArW, 177, 214; EPh, 121, 121; NNO, 41, 136.
,
.
153
* * * * *
154
CAPITULO 42
.
156
.
159
,
160
.
166
..
,
169
.
170
.
,
171
* * * * *
174
NOTAS AL CAPITULO 42
(4) KS 1, 249—250.
(5) Cfr. ¡<5 1, 251.
teológico.
“Pronto hará su aparición la idea de que Dios es la belleza
suprema a incluso la única belleza verdadera.”
(30) Cfr. ¡<5 1, 249.
(31) PhN, 624, 129.
ist.
(48) Cfr. lo dicho en el punto E, Cap. 32, apartado 13.3.
(52) Cfr. TU, 73, 312 y mio, 104, 240. No podemos detenernos
aquí en el análisis categorial que lleva a cabo Hartmann del
nexo final. Puede consultarse al respecto: TD, 64 y ss., 301
y ss., y E, 192 y ss. Por lo demás, el análisis se inspira en
las tesis aristotélicas. Cfr. Aristóteles, Metafísica, Libro
VII, 7, 1032a13—1033a20.
Este pensamiento se halla también en A. N. VIhitehead, con
su idea de la “aventura individual del individuo libre”: Cfr.
R. Wiehl., “Prozesse und Kontraste. Ihre kategoriale Funktion
in der philosophischen Asthetik und Kunsttheorie auf der
Grundíage der Whiteheadsche Metaphysik” En: E. Holz/ E. Wolt-
Gazo (HrsggW, VIhitehead und der Prozessbeqriff, Freiburg,
1984, Pp. 315—341.
Leben kann nicht wáhren, weil es real ist. Und wenn es w~hrte,
so hátte es fiAr den Mensohen nicht das alíes tiberstrahlende
Licht”. Sobre el valor del instante, como lugar de realización
del valor y exaltación plena de la vida, Cf r. F. Nietzsche.,
Así habló Zaratustra, Pp. 225—226.
12) No es la primera vez que se señala la curiosa síntesis
de las doctrinas de Platón y Nietzsche que tiene lugar en la
ontología y la antropología hartmannianas. Cf r. p. ej.: H.
Cadwallader., Searchliciht on values. Nicolai Hartmann’s
twentieth—centurv value—nlatonism, University Press of
America, Lanham, 1984, Pp. 133 y 137- En lo que se refiere
específicamente a la relación entre Hartmann y Nietzsche, ha
sido el profesor R. Cantoni quien más ha acentuado el
paralelismo entre sus filosofías, indicando que el diferente
lenguaje que ambos emplean ha impedido advertir las afinidades
que existen entre estos dos pensadores “intempestivos”. Cfr.
CD. cit., pag 93: “De Nietzsche ha recogido Hartmann la
invitación vitalista a acoger generosamente la riqueza
presente de los valores en infinita variedad y contraste en
el mundo .... Y A pesar de la diferencia de lenguajes, hay en
profundidad un elemento paradójicamente afín. Para ambos se
trata de abrir la mirada a la desconcertante y polícroma
riqueza del reino de los valores (....). Nietzsche es el
filósofo del amor vitae y del amor fati, el pensador que dice
sí a la vida. Este aspecto realista y desprejuiciado de
apertura a los valores del ser es el punto de acuerdo entre
los dos filósofos.”
22) Hay que resaltar, por otra parte, la curiosa síntesis
que lleva a cabo Hartmann entre las tesis de la fenomenología
y los planteamientos nietzscheanos:
- Para empezar, la idea básica de la fenomenología, según
la cual es menester partir de los fenómenos absolutamente
dados a la conciencia corrobora, desde otra perspectiva, la
“muerte de Dios” propugnada por Nietzsche, puesto que, según
Hartmann, como hemos visto, no hay dato fenoménico alguno de
Dios.
— Además, la fenomenología permite a Hartmann pensar la
“muerte de Dios”. sin caer en el subjetivismo del valor
Efectivamente: Nietzsche había creído que, al no existir Dios,
el hombre debería pasar a ser el creador de los valores; pero
los fenomenólogos han mostrado la existencia de una esfera de
objetos ideales valiosos, que, sin embargo, pueden
perfectamente pensarse con independencia de cualquier
referencia a la Divinidad. Hartrnann cree que dicho
descubrimiento permite evitar las deformaciones relativistas
respecto al ser de los valores en las que caía la filosofía
de Nietzsche.
Parece, en suma, como si Hartmann se hubiera preguntado:
¿cómo habría formulado E. Nietzsche sus tesis fundamentales.
si hubiera conocido el lenguaje de la fenomenología?”, y
hubiese intentado responder con su ontología y antropología
a esta pregunta.
Pero esto no es todo: Hartmann comprueba disgustado que la
fenomenología ha seguido un camino reactivo, que la ha hecho
olvidar los logros históricos que representaba la crítica de
Nietzsche a toda metafísica teológica y finalista <Cfr. RS 1,
.
179
(60) E, 170: “[Der Mensehil (...) ist Schbpfer emes Sinn— und
Wertvollen in der Wirklichkeit, Vermittler der h8heren VIerte
an die reale Welt. Die Natur ist gebunden an ihre Gesetze, er
allein tragt ein haheres Gesetz in sich, mit den er “schafft”
in der Welt (...)“.
Cfr. también: RS 1, 264. Por último, sobre el aspecto
semidivino del hombre, Cfr. E, 358 y EPh, 114, 113.
,
180
(68) G. VI. F. Hegel, Op. oit., pag. 77.
(69) Cfr. KS 1, 32, 52—53.
(70) ZGO, 52, 59; Cfr. también G. VI. F. Hegel., Enciclopedia
de las ciencias filosóficas, $ 483 y ss. Ed. Porrúa, México,
1980, Pp. 255 y ss.
<72) ¡<8 1, 33, 54: “Dennoch hat der Einzelne innerhalb des
Gemeingeistes stets einen gewissen Spielraum”.
* * * * *
181
SECCION 21:
ESTETICA GENERAL
182
CAPZTtXLO 12
EL PROYECTO DE UNA ESTETICA PROBLEMATICA Y SISTEMATICA
183
.
184
* * * * *
186
b> Las transgresiones categoriales en la estética
b
1.1) Transgresiones categor¡ales del objetMsmo idealista
absoluto:
..
187
,
189
72) Los últimos representantes de esta tendencia
serían J. VI. Goethe, para el que, desde una profesión de fe
claramente panteísta, la eternidad y unicidad de la Idea es
la fuente de toda belleza27 y, finalmente, A. Schopenhauer,
quien afirma explícitamente que su teoría no pretende ser
tanto una estética como una metafísica de lo Bello, concebida,
una vez más, en términos del idealismo objetivo. En la
filosofía de este autor la contemplación estética de la
esencia del objeto permite, como es sabido, escapar al
ilusorio y doloroso mundo que teje la Voluntad de Vivir,
amparándose en el principio de razón suficiente, como
mecanismo que vincula entre sí las representaciones del
sujeto28. Desde esta perspectiva secularizada, la estética
schopenhaueriana parece recuperar, en pleno siglo XIX, los
presupuestos fundamentales que habíamos visto planteados
originalmente por Platón, aunque interpretados en el marco de
una soteriología que Schopenhauer toma prestada de la religión
hindú.
b
1 .2) Transgresiones categoriales del subjetMsmo idealista
absoluto:
b
1 .3) Crítica de Hartmann:
poesía (Romanticismo>.
* 4~ * * *
207
.
208
Crítica de Hartmann:
* * * * *
.
215
Crítica de Hartmann:
,
216
b
4) Análisis de las transgresiones cateporiales cometidas por la estética
transcendental y la estética formalista. Crftica de Hartmann
Crítica de Hartmann:
,
220
Crítica de Hartmann:
* * * * *
231
.
232
* * *
:
233
:
234
:
235
:
236
:
237
:
.
238
.
241
* * * * *
,
242
NOTAS AL CAPITULO 1~
<3) Cfr. A, 1, 5 y A, 4, 9.
(5) ZGO, 23, 26: “Man kann wohl leben, ohne von der
Problematik der RUnste berUhrt zu sein, aber man kann nicht
philosophieren, ohne von ihr erfasst zu sein (...)‘.
.
243
,
244
57). Para Casiodoro, el espectáculo visible del Universo es
una ocasión para elevarse a Dios, manantial de toda belleza
(Cf r. E. de Bruyne., Estudios sobre estética medieval, Ed.
Gredos, Madrid, 1958, Vol. 1, pag. 78); 5. Isidoro, por su
parte, cree que la belleza de las cosas creadas ha de quedar
subordinada a la infinita belleza del Creador (Cf r. E. de
Bruyne., Estudios sobre estética medieval, Vol. 1, pag. 87).
Escoto Erígena interpreta la belleza mundana como teofanía de
la Belleza invisible divina (Cfr. De divisione naturae, 1, 74
P. L., 122, c. 520 y III, 17, P. L. 122, c. 678; Cfr. también:
B. Bosanquet., Op. cit., pag. 170 y E. de Bruyne., Estudios
sobre estética medieval, Vol. 1, Pp. 205 y 359—360).
Hugo y Ricardo de San Víctor piensan, asimismo, que la
belleza visible no es autónoma, sino que debe su auténtica
esencia a la belleza invisible, que ha de ser contemplada en
estado de inspiración mística o transfiguración espiritual,
única actitud que permite alcanzar una contemplación de la
Belleza divina <Cfr. Hugo de San Víctor., Didascalion, VII,
F. L. 176, C. 814 y c. 815; Cfr. también E. de Bruyne.,
Estudios sobre estética medieval, Vol. II, Pp. 214 y ss. y W.
Tatarkiewicz., Estudios sobre estética medieval, Vol. II, PP.
206-207. Sobre la contemplación extática de la Belleza
suprema, Cfr. Ricardo de San V=ctor., Beniamin Maior, 1, 6 <P.
E. 196, c. 70), II, 6 (P. E. 196, c. 84), IV, 15 (P.L. 196,
o. 153) y V, 2 y 5 (P.L. 196, o. 169 y 174)).
También para la Escuela de Chartres, la Creación es un
vestigio de la belleza no creada, de manera que lo
verdaderamente bello sería Dios, y no el mundo <Cfr. E. de
Bruyne., Estudios sobre estética medieval, Vol. II, PP. 266
y ss. y W. Tatarkiewicz., Historia de la Estética, Vol. II,
pag. 230). Pensadores como Alejandro de Halles, Tomás de York
o Albert Grosseteste consideran que la Belleza suprema es la
de Dios, que, identificado con el Bien, es causa de cualquier
belleza mundana (Cf r. E. de Bruyne., Estudios sobre estética
medieval, Vol. II, pag. 240).
San Buenaventura y toda la mística de la Luz interpretaron
también la belleza sensible como un reflejo de la Belleza
luminosa de su Creador <Cfr. W. Tatarkiewicz., Historia de la
Estética, Vol. II, pag. 245 y E. de Bruyne., Estudios sobre
estética medieval, Vol. III, PP. 9 y ss. y pp. 201 y ss.).
Ulrico de Estrasburgo, p. ej., considerará que Dios no es sólo
la Belleza Suprema, sino también la causa eficiente, ejemplar
y final de todo lo Bello que existe en el Universo <Cf r. De
Pulchro, Grabmann, 75; W. Tatarkiewicz., Historia de la
Estética, Vol. II, pag. 254 y A. 1<. Coomaraswamy., Op. cit.
pag. 15). 5. Alberto Magno plantea lo bello en función de la
terna que arbitrariamente establece entre Luz, Bondad y
Belleza, a partir de la Unidad divina <Cf r. E. de Bruyne.,
Estudios sobre estética medieval, Vol. III, PP. 172 y ss.)
Los escolásticos, por su parte, interpretaron lo bello
según criterios teleológicos, apoyándose en la finalidad de
la Naturaleza, creada por la Divinidad. Tanto la Naturaleza
como el artista crean siempre siguiendo fines (Cfr. R. Bayer.,
Op. cit., PP. 93-94 y Santo Tomás de Aquino., Summa
Theologica, 1, 14, 8): cada cosa es bella en la medida en que
refleja adecuadamente a nivel material las propiedades
,
245
peculiares de su especie o forma substancial, con lo que
“belleza”, “perfección formal” y “conformidad a fin” quedan
absolutamente identificadas, desde el momento en que todas las
formas derivan de la Forma Suprema divina o Acto Puro, que
confiere belleza a todo el resto de entes existentes (Cfr.
Summa Theologica, 1, 4, 3 y 1, 44, 1 ; E. de Bruyne, Estudios
sobre estética medieval, Vol. III, Pp. 293 y ss. y A. 1<.
Coomaraswamy., Op. oit., pag. 24 y Ss.). Finalmente, para Duns
Scoto, la Suma Belleza se identifica con la Unidad Divina,
donde quedan armonizados los atributos fundamentales que
aparecen luego en el mundo sensible como simple reflejo de las
perfecciones de la Divinidad. (Cfr. It Tatarkiewicz., Historia
de la Estética, Vol. II, pp. 285 y ss.)
<26> Cf r. M. Fiemo., De Amore. Comentario a “El Banquete” de
Platón, Ecl. Tecnos, Madrid, 1986, pp. 15 y 23; L. Hebreo.,
Diálogos de amor, Ecl. Teenos, Madrid, 1986, pp. 319 y ss.
Sobre la estética neoplatónica del manierismo, Cfr. E.
Panotsky., Idea. Contribución a la historia de la teoría del
arte, Ed. Cátedra, Madrid, l984~, pp. 103 y ss.
,
247
(48) Cfr. 5. Marchán Fiz., Op. cit., pp. 129, 132, 136 y 142.
(49) Cfr. 5. Marchán Fiz., Op. cit., pag. 132.
(58) Cfr. FliDI II, 553, 480. Así lo demuestra, por lo demás,
la injustificada preeminencia que concede Hegel al arte griego
sobre cualquier otra manifestación artística, viendo en él la
expresión más perfecta de lo que denominaba “religión del
arte”. VEr. al respecto; O. St E. Hegel., Fenomenolocda del
Espíritu, Pp. 408 y ss.
,
248
.
,
249
(69) Ctr. A, 3, 7.
(74) Cfr. A, 4, 8.
(75) Cfr. Ji, 7, 12. así como lo dicho en la Sección 14, punto
.
,
250
(79) Ji, 24, 31: ‘<( ..) Autonomie und Eigenwert der Form, wie
sie fUr jede klínstlerische Leistung charakteristisch sind,
nícht in íhrer Bedeutung erkannt sind.”
(84) Ji, 35, 44: “(...) das was erscheint, braucht nicht ein
ethisch oder sonstwie Ideenhaftes zu sein.”
(88) Ji, 38, 47: “Verlegt man nun, (...) das Wesen des schanen
Gegenstandes nicht in das Erscheinende, sondern in das
Erscheinen selbst, so steigt damit che Selbstandigkeit der
schL3pferischen Leistung im Tun des Klínstlers mit einem Sehíage
zu betrachtlicher Hbhe an, schnellt gleichsam empor und wird
zur Hauptsache im geschaffenen Werk”.
,
252
,
.
253
es de naturaleza psicológica.
(106) Cfr. R. Vischer., Das optische FormaefUhí. Em Beitrag
zur Aesthetik, 1873; Der aesthetische Akt und die reine Form
1874; líber die ásthetische Naturbetrachtung, 1890.
”
.
,
254
,
—
257
Por otra parte, hay que decir que algunas de las tesis
estéticas más conocidas formuladas por Sartre, Bense o
Heidegger, se hallan ya discutidas en la obra de Hartmann -
como sucede con el problema de la ontología del ente irreal
<Sartre), de la correalidad como principal característica del
objeto estético (Bense) o la idea del arte como lugar de
revelación del Ser y fundación de un mundo (Heidegger); sin
embargo, pocas veces se hace mención del evidente paralelismo
que existe entre la reflexiones de estos pensadores en torno
a algunos problemas estéticos. A lo largo de nuestro estudio
trataremos de enmendar, en la medida de lo posible, este
olvido.
,
258
.
259
,:.
,
260
(193) Ji, 8, 13: “Die Sachlage zeigt (...), wie sehr die
.
,
261
.
262
CAPITULO 22
EL OBJETO ESTETICO
.
263
.
.
264
.
265
.
266
,
267
42) El segundo momento lo define Hartmann como un
contemplar o ver “de segundo orden” (ein Schau zweiter
Ordnung), que, centrándose en los rasgos del objeto, tal como
se los presenta la visión anterior, “ve en él lo que los
sentidos no aprehenden directamente” <was cje Sinne direkt
nicht fassen)15. Es una percepción “reveladora”
(offenbarend)16, que facilita al espíritu un acceso a lo
universal, a los aspectos esenciales o ideales del objeto,
pero sin aprehenderlos a nivel conceptual, como hace el
pensamiento o razón, sino ofreciéndolos de inmediato a través
del ente dado a los sentidos. Lo ideal revelado se intuye, por
tanto, concretamente, co—perceptivamente, esto es, en la
percepción misma17.
.
269
.
270
.
271
—
273
,
274
.
276
.
278
-
279
.
282
.
.
283
* * * * *
285
NOTAS AL CAPITULO 2~
(4) EPh, 184, 183: “Die ganze Welt —sofern sie das Vorzeichen
des ásthetischen Wertes oder Unwertes bat- kann Gegenstand der
ásthetischen Betrachtung werden”. Al respecto Cf r. también KS
III, 314.
(7) Cfr. GME, 219, 261: “Wie dieses Verhaltnis beschaffen ist,
bleibt bislang eme wenig geklárte Frage.”
(8) La distinción entre una “imagen conceptual” y una “imagen
estético-intuitiva” del mundo ya había sido planteada por A.
Schopenhauer, quien veía en esta última un modo mucho más
adecuado de penetrar en la esencia del mundo. Cfr. El mundo
como voluntad y representación, II, XXXVI, pag. 156: “(...)
el. conocimiento intuitivo en general, que es el que aprehende
la idea, es radicalmente opuesto al conocimiento reflexivo y
abstracto que se rige por el principio de razón.”
,
.
286
<18) Cfr. A, 18, 24. Sobre la conexión entre los dos tipos de
visión en el acto contemplativo, Cfr. Vn L¿5rcher, Op. cit.
pp. 90-91. Lbrcher interpreta dialécticamente las relaciones
entre ambas formas de visión. En ello anda muy acertado; pero,
desgraciadamente, sus afirmaciones sólo hacen referencia al
ámbito de la contemplación de la obra de arte, lo que supone
una clara mutilación del sentido general que el concepto de
“contemplación estética” tiene en la teoría de Hartmann.
<19) Cfr. A, 65, 79.
,
,
287
(51) 1<5 1, 45, 73: “Darauf beruht seine >4acht [des Sch¿5nen],
che Idee konkret erscheinen zu lassen.”
<52) H. Oberer.. Vom Problem des obiektivierten Geistes. Em
Beitrag zur Theorie der konkreten Subjektivitát im Ausgang von
N. Hartmann, Kant—Studien, Ergánzungsheft, 90, Kbln, 1965,
pag. 176. El subrayado es nuestro.
(53) Cfr. GME, 220, 262.
<71) Cfr. ¡‘U Geiger., Die Bedeutung den Kunst, pp. 149 y ss.
Según Hartmann, hay que desechar aquellas teorías sobre el
placer estético que adoptan un punto de vista puramente
subjetivista, como las de 1<. Greos, Th. Lipps o 5. Volkelt,
según las cuales el goce estético consistiría en la proyección
de sentimientos del sujeto en el objeto. Para Hartmann esta
teoría cae en una “posición pseudoestética” (pseudo~sthetische
Haltung); el goce estético, por el contrario, es siempre goce
del objeto y no un auto-goce y exige mantener una distancia
de respeto hacia el objeto contemplado. Sobre este punto, Cf r.
A, 410-411, 479 y SI. Lbrcher., ~ pag. 99.
(72) Cfr. Vi. Lbrcher., Op. cit., pag. 73. Sobre las teorías
psicologistas del sentimiento, Cfr.: R. MUller—Freienfels.,
“Die assoziativen Faktoren in ~sthetischen Geniessen” En:
Zeitschrift fiAr Psvcholocxie und Phvsiolocrie, 54 (1910), Pp.
88 y ss. y Th. Ziehen., Vorlesungen Uber Jisthetik, Halle,
1923, Vol. 1, pag. 10.
(83) PhN, 215, 238: “(...) che Realzeit fiAr den Mensohen aus
einem Strom der Vernichtung zu einem Spielraum mdglicher
Entfaltung und unabsehbaren Schbpfertums wandelt.”
* * * * *
292
CAPITULO 32
Y EN EL CUERPO RUMANO
293
.
294
.
295
.
296
b3) El paisaje
,
299
b
5) Problemas metafísicos de la belleza natural
b
6) La belleza del cuerpo humano
”
304
42) Hay que decir, por otra parte, que, al igual que
existen diferentes tipos de belleza física, pudiéndose
encarnar cualquiera de ellos para el contemplador en un
individuo determinado, existen también diversos tipos morales
o personales, e incluso sociales, nacionales o históricos -por
ejemplo, un típico representante de un estrato social o de una
época de la historia—, caracterizándose cada uno de ellos por
305
,
307
de modo aislado, sino que están imbricadas entre sí, formando
una unidad indisoluble y tremendamente complicada, plena de
matices estéticos.
* * * * *
308
d
1) El problema de lo Sublime (das Erhabene’> en la realidad natural y humana
Estructura cateacrial de lo Sublime
:
.
309
Hartmann afirma que este valor puede encontrarse “en
todos los terrenos en los que nos sale al encuentro algo
grande o superior, tanto en la Naturaleza como en la vida
humana, en la fantasía o en el pensamiento”49. Esta
determinación del campo abarcado por el valor de lo Sublime
nos permite incluir en él los siguientes grupos de fenómenos:
.
313
.
319
d
5.2) Distinción entre “comicidad” y “humor’:
.
326
* * * * *
327
NOTAS AL CAPITULO 32
<1) PGS, 169: “[Der Mensch] kann den kosmischen Weitbau, die
tierische Organisation, den Kristall, den Magneten hingegeben
betrachten, erfasst von dem Wunder, das ihn allseitig umgibt.
Das geschichtlich friihe, tiefe Gefesselt sein von soichen
Gegenstanden -lange bevor eigentlich ásthetischen Schauen sich
herausbildet -legt davon Zeugnis ab.”
(2> ZGO, 23, 26: “Das Reich des Sch8nen ist nicht eme Welt
neben der realen Welt.”
<3) Cfr. GME, 219, 261: “. el mundo de lo estético no se
-.
,
329
(39) X, 137, 162: “Der seelische Typus entspricht eben doch
<46) X, 363, 425: “alíe anderen Genera des Schbnen noch sonst
im Leben vorkommen <...): das Anmutige, das Liebliche, das
Reizende, das Komische, das Tragische, usf. (...) Kommt nicht
das Erhabene auch im Leben vor
<49) Ji, 364, 426: “(...) wo eigentiich haben wir es mit dem
Erhabenen zu tun? (...) Darauf kann man schlicht antworten:
fast auf alíen Gebieten, auf denen uns Uberragend Grosses oder
sonst ttberíegenes begegnet, in der Natur, ~de im
Mensohenleben, in der Fhantasie wie in Gedanken.”
(79) Ji, 399, 465: “Es kann also etwa~ sehr wohl in seiner
Tiefe erhaben und gegen die OberfThche zu anmutig sein (..j”
<80) Cfr. Ji, 400, 466—467.
* * * * *
,
333
CAPITULO 42
INTERPRETACIONES METAFíSICAS DE LA
.
335
.
336
* * * * *
337
NOTAS AL CAPITULO 42
<4) Ji, 436, 507: “Solange der Himmel steht, sieht niemand die
Komik; da stehen die Menschen ernsthaft und and~chtig und
staunen ihn an. Und eben in diesem Anstaunen sind sie die
metaphysisch komischen Objekte.”
(5) También Nietzsche exige al hombre superior la capacidad
de “aprender a reír”; Cf r. Así habló Zaratustra, pag. 394:
“¡Cuántas cosas son posibles aún! ¡Aprended, pues, a reiros
de vosotros sin preocuparos de vosotros! Levantad vuestros
corazones, vosotros buenos bailarines, ¡arriba! ¡más arriba!
¡Y no me olvidéis tampoco el buen reír!
“Esta corona del que ríe, esta corona de rosas: !a
vosotros, hermanos míos, os arrojo esta corona! Yo he
santificado el reír; vosotros hombres superiores, anrended —¡a
reír!”
* * * * *
ABRIR PARTE II
ABRIR CAPITULO 4º SECCIÓN 2ª PARTE I
1
PARTE II~
* * * * *
.
:
1
INDICE
PARTE 1 I~
SECCION l~:
a) El poeta Pag. 5
a) La pluriestratificación de la
obra de arte
Pág. 30
El proceso de desrealización.
Libertad conformadora del ar-
tista Pág. 43
SECCION 2~:
a) Estructura categorial de la
Decoración (Ornamentik) Pág. 96
b) Estructura categorial de la
Arquitectura (Baukunst) Pág. 101
El problema de la “verdad/fal-
sedad” en las obras del arte
escultórico Pág. 142
El problema de la empatía en
VII
la literatura Pág. 165
c) El problema de la “verdad/tal—
sedad” en la música programática -. Pág. 185
SECCION 32:
ARTE E HISTORIA
* * * * *
3
SECCION 13:
CAPITULO 12
EL ESPíRITU OBJETIVADO
.
5
a) El poeta
-
6
.
7
Mientras éste pasa por alto todo aquello que no coincide con
sus propósitos prácticos, quedándose en el aspecto superficial
de las cosas, el poeta ve en cada reflejo luminoso, en el
brillo de unos ojos, en una perspectiva del paisaje, en un
rasgo personal o en una situación conflictiva, el profundo
contenido de valor ideal que encierra~.
.
:
lo
carece de él19.
* * * * *
11
b
1) Análisis categorial del espíritu objetivado
.
12
.
13
irreal28 -
,
14
desligada y autónoma
b
3) Irracionalidad de la ci-eatMdad artística
.
21
—
23
* * * * *
24
NOTAS AL CAPITULO 12
Missgeschick ist nur die eme [der Gaben]; die andere besteht
in der EThigkeit des plastischen Sehens der Ereignisse.”
(5> 141, 166: “Wer aber die Distanz aufbringt und die Ruhe
>~,
(11) E, 49?.
(12) Cfr. A, 171, 201 y X, 272—273, 317—318-
(22) Cfr. POS, 197 y POS, 406; Cfr. también i~, 86, 103.
(43) CEr. PUS, 422; PUS, 426 y PUS, 450. Sobre el problema del
espíritu objetivado en Hartmann pueden consultarse, entre
otros, los siguientes trabajos: E. Plessner., “Geistigen Sein.
Uber ein Buch von Nicolai Eartmann” En: Kant-Studien, 38
(1933), Pp. 418 y Ss.; W. Flach., “Zur Kritík des Nicolai
HartmannschenGeistbegriffes” En: Philos. Jahrbuch, 78 (1971),
PP. 76 y ss.; Otto F. Bollnow., “Lebendige Vergangenheít. Zum
Begriff des objektivierten Geistes bei Nicolai Hartmann” En:
A. Buch (Hrsgj, Nicolai Hartmann (1882-1982), Bouvier
Verlag, Bonn, 1982, Pp. 70—85; 5. Breton., “Le probléme de
l’&tre espirituel (Nicolai Hartmann)” En: Giornale di
Metafisica, 8 (1953), Pp. 417 y ss.; R. Cantoni., “11 problema
dello spirito nella filosofia di It Hartmann” en: Studi
filosofici, 4 (1943), Pp. 209 y ss-, Son Dong-E{yun., Op. cit.
pp. 29 y ss. y E. Oberer., Op. cit., Pp. 19 y ss.
(44) Cfr. POS, 413—415.
.
,
27
.
,
28
* * * * *
29
CAPV1~ULO 22
.
31
,
34
a
2) Discusión con R. Inoarden
?
36
* * * * *
37
.
38
estética antigua28.
:
39
las multiplicidades a las que la forma debe conferir un
carácter unitario: la multiplicidad de los componentes
sensibles, por un lado, y el contenido múltiplemente
estratificado del trasfondo irreal de la obra, por otro.
Además, al afectar la determinación formal a todos y cada uno
de los estratos que componen éste último, resulta evidente que
la forma total de la obra sólo puede surgir a partir de las
múltiples formaciones parciales de los elementos que la
36
integran
b
4) El proceso de desrealización. Libertad conformadora del artista
..
45
b
5) La doble formación en la obra de arte. Arte profundo y arte superficial
Condiciones de posibilidad del “gran arte»
b
6) Leyes de la forma. La “necesidad” artística
..
49
* * * * *
,
50
NOTAS AL CAPITULO 20
(14) >4, 170, 199: “Stets muss das, worin etwas erscheinen
solí, auf das Erscheinen dieses Geschauten hin angelegt, d.
h. entsprechend geformt sein.”
(15) sobre la “fuerza de objetivación en la obra de arte” (die
starke der Objektivation im Runstwerk), Cfr. A, 173, 204.
(24) >4, 221, 259: “< . ..) die Form dasjenige ist, dem Schénheit
anhaften kann”.
(25) A, 12, 17: “(...) die leiseste Znderung der Eorrn das
Schane als solches zerstaren miisste.”
(26) Cfr. lo dicho en el Cap. 1q, apartado ~
(30) Cfr. ArW, 254 y ss., 306 y ss.; ArW, 489 y ss., 586 y ss.
y A, 14, 20.
52
(32) A, 249, 291: “<.. ) ist fast Uberalí greifbar die Form
selbst der Inhalt des Kunstwerks.”
<46) EPh, 203, 201: “(-.2 das grbsste Geheimnis der gesamten
Asthetik: das Geheimnis der kUnstlerischen Form.”
(47) Cfr. A, 222—223, 261; >4, 231, 271 y >4, 235, 275.
(67) >4, 274, 320. Sobre el tipo especial de necesidad que debe
imperar en la creación estética, Cfr. >4, 278, 324-325 y 14W,
472, 539—540.
(70) >4, 279, 326: “Die Notwendigkeit dieser Art betrifft also
Teile oder Glieder des Ganzen, und zwar in bezug auf einander
und auf das Ganze.”
CAPITULO 32
”
55
.
.
56
,
57
.
?
59
)
60
verdadero es aquel que “profundiza la mirada sobre el
mundo”14, al abrir al espíritu, por medio de un objeto
especialmente conformado, una especie de ventana por la que
puede acceder directamente al dominio superior del ente ideal
(bien se trate de las esencias ideales que determinan la
realidad, bien se trate de esencias puras de valor).
* * * * *
62
NOTAS AL CAPITULO 32
(1) N. Hartmann., “Hartmann. 14.” En: Philosovhen—Lexikon
Walter de Gruyter, Berlín, 1949, pag. 465: “<. -. ) gibt es
<... ) auch eme innere Unwahrheit des Runstwerkes, die eme
Art Uneinheitlichkeit und Mangel an inneren Notwendigkeit
bedeutet.”
(4) >4, 277, 323: “W.) die Entscheidung Uber echt und unecht
letzten Endes nicht eme ~sthetische ist, sondern eme
irgendwie praktisch bedingte.”
(5) Sobre las limitaciones que experimenta la mirada de valor
del espíritu humano en cada época histórica, recuérdese lo
dicho en la Parte ~t Sección l~, punto B, Cap. 32, apartado
c1.
(6) >4, 280, 327: “Es kann eme ganze Zeitgenossenschaft sein,
die den kUnstlerisch Neuen gegenUber versagt.”
(10) Sobre tales sesiones, Cfr. 14. Heiss., “t’I. Hartmann” En:
H. Heimsoeth/R. Heiss., N. Hartmann. Der Denker und sein Werk
Vandenhoeck & Huprecht, Gbttingen, 1952, pp. 20—21.
,
63
* * * * *
64
CAPITULO 42
RELACION ENTRE LOS PRINCIPALES VALORES ESTETICOS
..
67
,
68
,
.
70
e) Arte “cómico”
.
71
;
73
veraz 30 -
.
75
Para alcanzar tal objetivo, el artista no embellece
la vileza del comportamiento humano, sino que la expone
explícitamente en la obra de modo objetivo; pero, al hacerlo
a través de figuras irreales y no presentar las conductas
equivocadas en toda su crudeza, las exhibe ante el espectador
como una nada. El mal, expuesto de modo cómico, da la
impresión de ser algo absurdo y ridículo y el espectador logra
superarlo, elevándose moralmente por encima de él
.
76
* * * * *
77
NOTAS AL CAPITULO 42
(4) Cfr. Parte 1!, Sección 2!, Cap. 32, apartados d1 y d2.
(17> Cfr. >4, 395, 461 y St Lbrcher., Op. cit., pag. 145.
(18> Cfr. A, 393, 459.
(28) >4, 445, 517: “Es erscheint U..) hier (...) zun~chst ein
viel Grbsseres, um dann in sehr Kleines und Flaches
zusammenzusinken. Alíe bewusst gestaltete Komik des Humoristen
79
(36) Cfr. >4, 439, 510 y St L5rcher., Op. cit., pp. 153 y ss.
* * * * *
80
SECCION 22:
SISTEHATICA DE LAS ARTES
81
CAPITULO 12
* * * * *
85
NOTAS AL CAPITULO 12
* * * * *
,
”
86
CAPITULO 22
EL PROBLEMA DE LA EMPATIA EN LAS ARTES
87
.
89
NOTAS AL CAPITULO 2~
* * * * *
90
CAPITULO 32
.
92
un contenido temático. En ellas el trasfondo irreal de la obra
expone rasgos esenciales del mundo real, y muy especialmente,
del mundo de la vida humana, así como los valores ideales que
en él actúan.
;
93
* * * * *
.
94
NOTAS AL CAPITULO 32
* * * * *
95
CAPITULO 42
ESTRUCTURA CATEGORIAL DE LAS ARTES NO-REPRESENTATIVAS
)
96
..
97
a
2) El problema del trasfondo irreal en el arte decorativo
a
3) El problema de la emoatía en el arte decorativo
.
.
loo
a5) El problema de las relaciones entre el arto decorativo y los Drincipales
valores estéticos
* * * * *
101
..
102
b
2) El problema del trasfondo irreal en la arquitectura
.
104
:
”
105
se le ofrecen al arquitecto.
”
106
b
4) El oroblema de la “verdad” 1 ‘falsedad” en la obra del arte arquitectónico
b
6) El problema de las relaciones entre la arquitectura y los nrincioales valores
estéticos
.
.
109
* * * * *
111
.
.
112
c
2) El problema del trasfondo irreal en la música
:
114
,
115
,
116
interiores.
”
.
118
e
3) El problema de la empatía en la música
.
124
.
126
* * * * *
128
NOTAS AL CAPITULO 42
(6) Ji, 131, 154: “<...) man muss sich wohl fragen, ob es hier
iiberhaupt eme andere als die sinnlich-vordergriindige
Realschicht (die materíelle) gibt, in der das Línienspiel,
(...) die raumliche Formphantasie sich entwickelt.”
(8) Cfr. Ji, 131—132, 154—155 y ArW, 211 y ss., 255 y ss.
(9) Ji, 255, 298: “(...) in der Ornamentik ist es immer noch
ein leises P4itgehen mit dem Linienspiel, ein unverbindliches
Mitschwingen (...) mit der Form.”
No nos parece acertada la traducción de E. C. Frost “co—
balanceo optativo”, sumamente forzada, por lo que hemos
considerado conveniente alterarla.
(13) A, 129, 152: “<.-..) die Konstruktion und in ilir der Sieg
des Geistes Líber die Materie im Sichtbaren ‘erscheint’ und
seJ.bst anscbaulich wird”.
En este punto hay un evidente paralelismo con las ideas
sobre la arquitectura de Schelling o Schopenhauer; Cf r. F. W.
129
,
130
<37) Ji, 115, 135: “(...) hier mit dem Moment des
Schbpferischen (...) ein Grad der Produktivit~t wird erreicht,
wie andere KUnste ihn nicht kennen.”
.
132
<71) Cfr. Ji, 368, 431; Ji, 370, 433; A> 378—379, 442; Ji, 382,
446 y, finalmente, A, 396, 462.
* * * * *
133
CAPITULO 52
(darstellende Kiinste
)”
134
.
135
.
136
b
1) El pmblema del trasfondo irreal en la escultura
.
137
b
1) El estrato del “espacio irreal” intuitivo
<irrealer Raum) en el que transcurre la
acción, sugerido por la postura y la actitud
de la figura representada. Hartmann no lo
indica, pero parece evidente que en algunos
140
b
2) El problema de la empatía en la escultura
b
3) El problema de la «verdad 1 falsedad«en las obras del arte escultórico.
.
144
* * * * *
145
.
146
una vez más, imprecisas, y casi siempre hacen referencia a la
pintura de tipo figurativo, todo parece indicar que, también
aquí, el artista considera algún detalle de la realidad como
representativo o simbólico, por advertir en él importantes
contenidos esenciales y de valor, lo que le irnpulsa de
inmediato a separarlo del resto de sucesos temporales.
Naturalmente, dada la mayor amplitud de perspectivas sobre la
realidad que se ofrecen a la intuición del pintor, el conjunto
de detalles reales que pueden llamar su atención es mucho
mayor que el accesible al artista plástico.
.
147
:
.
149
b
2) El estrato de la vitalidad, que se pone de
manifiesto en los gestos o acciones de los
personajes representados. Si el cuadro tiene
por tema objetos de la Naturaleza, aparece la
constitución interna de dichos objetos,
especialmente la categoría de complejo
,
151
dinámico.
.
152
.
.
153
e
4) El problema de las relaciones entre la pintura y los principales valores
estéticos
* * * * *
155
d
1) El oroblema del trasfondo irreal en la literatura
.
156
conmoverse
.
157
:
158
.
161
b
1) estrato de los sentimientos,
El emociones
y caracteres humanos típicos, que aparecen a
través de las acciones que ejecutan los
personajes de la obra en el estrato intermedio
irreal.
.
166
d
3) El problema de la “verdad 1 falsedad” en las obras del arte literano
d
4) El problema de las relaciones entre la literatura y los principales valores
estéticos
,
173
.
174
* * * * *
175
NOTAS AL CAPITULO 5~
<34) Cfr. Parte I~, Sección 1!, punto E, Cap. 12, apartado b.
177
<53) Cfr. PGS, 436 y ss.; A, 109—110, 128 y EPh, 192—193, 191-
192. La idea de que la misión del actor es suplir las
indeterminaciones de la obra se encuentra también en Ingarden..
Cfr. Erlebnis. Kunstwerk und Wert. Vortráge zur Ásthetik 1937
1967, Max Niemeyer Verlag, TUbingen, 1969, Pp. 154 y ss.
(61) A, 298, 347: “Die Dichtkunst steht vor der Aufgabe einer
Synthese: ein jeweiliges Maximum an Lebenswahrheit, deren sie
fUr ihren Stoff bedarf, in ihre Form aufzunehmen, um die
tieferen SinnbezUge (Vierte, usw. ) erscheinen lassen zu k6nnen,
ohne die kUnstlerische Form zu sprengen.”
,
179
* * * * *
180
CAPITULO 62
(kombinierte Kilnste
>
”
181
Dedicaremos el último capítulo de esta Sección a una
serie de géneros artísticos, que no pertenecen a ninguno de
los das grandes grupos recién estudiados, pero cuya estructura
categorial contiene elementos característicos de alguna de las
artes que sí forman parte de ellos. En general, Hartmann no
les presta excesiva atención, por lo que es preciso completar
sus parcas explicaciones utilizando el acervo de conceptos
adquirido en los apartados que anteceden.
a) El cine
.
182
,
.
183
la cantata y el oratorio, géneros que suponen la reunión de
poesía y música. Recordemos que el trasfondo irreal de estas
artes hace referencia al mundo de los sentimientos y al plano
de los valores ideales, sugerido en la poesía por las palabras
puestas en verso, y en la música por el conjunto de tonos y
sus combinaciones formales. Pues bien, la música, añadida a
la poesía, permitiría una aparición mucho más clara e intensa
del trasfondo esencial de sentimientos y valores contenidos
en ésta última, al unirse en el primer plano dos juegos de
formas distintos: el de los versos y el de las tonalidades
musicales7.
.
185
.
186
* * * * *
187
NOTAS AL CAPITULO 6~
* * * * *
,
188
CAPITULO 72
* * * * *
.
190
NOTAS AL CAPITULO 7~
in aller Kunst sich
(1) 21, 457 y 55., 531 y ss.: “U..)
Seiendes spiegelt”.
(2) Ii, 461> 535: “(...) den t4enschen Uber sich hinauszuheben,
ihn zuinnerst zu erfassen und umzuwenden.”
* * * * *
191
CAPITULO 82
* * * * *
194
NOTAS AL CAPITULO 8~
(1) Recuérdese la advertencia de Hartmann: ¡no aplicar
mecánicamente la teoría de los estratos, de un modo pedante,
como si se tratase de un esquema formal fijo!
* * * * *
.
,
195
SECCION 3!:
ARTE E HISTORIA
196
CAPITULO 12
* * * * *
>
200
NOTAS AL CAPITULO l~
(1> Para lo que sigue, Cfr. lo dicho en la Parte It Sección
lt punto B, Cap. 3g, apartado c2 y en el Cap. 49, apartados
e y d.
* * * * *
201
CAPITULO 2~
EL PROBLEMA DE LA CULTURA ESTÉTICA: GUSTO Y ESTILO
202
.
204
.
205
* * * * *
209
NOTAS AL CAPITULO 20
(1) Cfr. VGS, 257; EPh, 208—209, 206—207. En relación con este
tema puede consultarse también lo dicho en la Parte I~,
Sección l~, punto A, Cap. 4~ y punto B, Cap. 2~, así como lo
expuesto en la Parte 1!, Sección 2~, Cap. 2~, apartado a.
<2) Cfr. FGS, 178—179. Sobre el vínculo que establece el
espíritu objetivo entre los espíritus personales, Cfr. E.
Oberer.., Op. cit., pag 39.
* * * * *
211
CAPITULO 32
>
.
213
en toda epocó e
terminan imponiéndose por su autenticidad y contenido de valor
214
.
215
eran las obras que tenían verdad y valor por sí mismas; pues
a los hombres que presenciaron su surgimiento, víctimas de los
vaivenes a los que se halla sometida la opinión, les resulta
casi imposible discernir con claridad las creaciones
artísticas auténticas de las desviadas.
* * * * *
217
NOTAS AL CAPITULO 32
(1) PGS, 337: “In der Kunst (...) gilt der Satz: je
mannigfaltiger und gegensátzlicher die Richtungen, um so
grásser die Entfaltung”.
(2) sobre el problema de la autenticidad o inautenticidad del
espíritu objetivo, en general, Cfr. 5. 1<. Becker., Op. cit.
Pp. 208 y ss.
(3) VGS, 357—358: “Die Geschichte der Etinste in ihren
langsamen Wandel von Geschmack und Stil, ist Uberlagert vom
ephemeren Hin- und Herfluten des Sensationsbestimmten
Augenblickgeschmacks. Was an grossen Werken auf die Nachwelt
kommt, ist immer schon das Ausgesiebte, das, was sich dauernd
durchgesetzt hat. Da sind die Schlaken abgef alíen (...) Man
darf darin freilich so etwas wie eme innere Gerechtigkeit des
kilnstlerischen Geistes sehen, im Grossen wenigstens; denn das
Unechte f~llt ab, das Edite bleibt.”
<7) VGS, 370: “Das Unechte vergeht, wáhrend das Echte bestehen
bleibt”.
<8) Cfr. VGS, 372.
* * * * *
,
218
CAPITULO 42
.
220
Para Eartmann
.
222
c) Crítica al Historicismo
.
224
.
226
descubrir.
* * * * *
230
NOTAS AL CAPITULO 49
<5) Cfr. POS, 479—480 y PhN, 308, 343, donde Eartmannn afirma
que el contenido de la obra de arte sólo se revela
instantáneamente a “un ojo que sabe ver de una manera muy
determinada “ (nur einem Auge das in sehr bestimmter Weise zu
selian weiss).
(10) Cfr. PhN, 308, 343; Cfr. también K. Groos., “!~E Hartmanns
Lehre von objektivierten und objektiven Geist” En: Zeitschrift
fUr deutsche Kultur-Philosophie, 3 (1937), Pp. 274 y ss. Sobre
la discontinuidad del espíritu objetivado, Cfr. H. Oberer.,
Qm~.ffi.½>Pp. 66—67.
(11) Th. W. Adorno., Teoría estética, Ed. rilaurus, Madrid,
1986, pag. 61.
(15) VGS, 465: “(...) der KUnstler als KUnstler stets nur aus
semen Werken, der Dichter aus seiner Dichtung (....) zu
verstehen ist.”
(16) VGS> 465: “Gerade das Runstwerk oder Dichtwerk das aus
231
fremder Kultur stammt und uns mit fremden Geiste anweht, kann
uns den Einblick in diesen Geist noch am ehesten konkret
erschliessen .2’
<17) Sobre la crítica al historicismo que lleva a cabo
Hartmann, Cfr. R. Cantoni., Op. cit., pag. 214.
(18) Cfr. VGS, 467; POS, 475 y EPh, 200, 198.
* * * * *
232
CAPITULO 52
.
233
.
234
.
236
,
.
239
posible.
,
241
* * * * *
,
243
NOTAS AL CAPITULO 52
(15) Cfr. Parte I~, Sección 2~, Cap. 22, apartado c..
,
244
(17) Cfr. Parte 1!, Sección l~, punto E, Cap.. 44, apartados
c y d.
<23) Cfr. Parte I~, Sección l~, punto B, Cap. 32, apartado
c2. 1.
* * * * *
246
CONCLUSIONES
247
Llegados al final de la investigación, ¿que
conclusiones resultan de la misma?
,
248
.
249
resolver.
* * * * *
.
250
BIBLIOGRAFIA
251
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Gesallschaft, 55 (1942), pp. 119—138.
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SCHELLING, F.. Vi.. ¿Y. Bruno oden Uben das at3ttliche und
natúrliche Pninzip dar finge.. Em Gesprách. Schellings VIerka.
Dnittar Bana: Schriftan zur Idantitáts—Philosophie 1801—1806.
tiach den oniginalausgaba in nauer Anordnung harausgegaben von
Manf red Schrbter. Unverándentan Nachdnuck des 1927
erschianenen Mtínohener Jubiláums Druckes. O. H. Back’sche
Venlagsbuchhandlung, Mtínohen, 1965, Pp. 109-228. (Traducción
al castellano de Francesc Pereña: Bruno, o sobre el principio
divino y natural de las cosas, Ed. Orbis, Barcelona, 1985).
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