Formulación y Evaluación de Proyectos 7LV1 García Guillen Daniel

Temple y un poco más

Debido a la gran cantidad de información que circula por la era en que vivimos, es común
encontrar ahora muchísimas notas o artículos que hablan sobre el perfil y los hábitos que
forman a una persona líder y exitosa. De manera particular, la inteligencia emocional es
ahora un pilar fundamental dentro de los cimientos de un buen empresario, y esto tiene
que hacernos caer en la cuenta que va más allá de un decálogo con frases motivacionales.
El cómo es muchas veces lo que diferencia a las personas con tal competencia y que es el
principal tema de interés dentro de la breve lectura de Javier Iriondo. Concuerdo con el
autor sobre la noción de la importancia de un correcto temple y el acopio de virtudes
como la resiliencia y el carácter enérgico, pero también es conveniente esgrimir en el
discurso la idea de que más que sueños como motores de nuestro crecimiento, son
preceptos y valores aunados y que, al ser mucho más grandes que nosotros, se convierten
en mejores perspectivas y agentes de acción. Es importante tener en consideración las
razones con las que justificas actitudes tenaces y disciplinadas y no caer en el
pensamiento del “querer y poder”, sino en “atreverse, hacer y crecer”. La fe en nosotros
mismos constituye la traba mas fuerte el mayor latigazo o las alas más fuertes, dice entre
las líneas de un libro un poco olvidado en comparación a otros del autor citado, Nietzsche,
hace énfasis en su obra la voluntad de poder que es importante tener en consideración
que nuestra manera de reinventarnos y crecer es, o tendría que ser una constante en
nuestras vidas y esto acompaña a la idea de que no hay motivo valido para que las
personas no se atrevan a llevar a cabo proyectos. Entonces, la manera de expresarlo y
transmitirlo también genera impacto en nosotros y en nuestros círculos sociales. Si nos
encontramos en un entorno en el que se hablen de ideas y proyectos grandes, entonces
nuestras mentes y nuestras energías estarán acostumbradas a hablar sobre cosas loables
y será más fácil transmitirlo en lugares en los que tal vez no sea común. De esta manera
creo que es posible generar impacto e influir en las personas que no están acostumbradas
a percibir así la vida; de manera que, sin darse cuenta, las cosas pomposas empiecen a
ser más un hábito y más comunes y nos dejen de sonar extrañas o ajenas a nuestra vida
cotidiana.