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6to Semestre
1.TEORIA DEL NEGOCIO JURIDICO
Federico Puig Peña define al negocio jurídico contractual como el acuerdo
de voluntades anteriormente divergentes por medio de las cuales se crean,
modifican o extinguen relaciones jurídicas de carácter patrimonial.
Hecho Jurídico, Definición:
El concepto de hecho jurídico es uno de los fundamentos de la teoría
general del derecho. En términos generales, se suele definir como cualquier
acontecimiento, natural o humano, a cuya verificación el ordenamiento jurídico
liga cualquier efecto jurídico, constitutivo, modificativo, o extintivo de relaciones
jurídicas. De tal manera, que para que el hecho sea calificado como jurídico, es
necesario que el Derecho objetivo, es decir las leyes, le atribuyan la cualidad de
generar consecuencias jurídicas.
En este orden de cosas, se puede señalar que el hecho jurídico es el
conjunto de circunstancias que producidas deben determinar ciertos efectos de
acuerdo con la ley.
Acto Jurídico, Definición:
El acto, en sentido jurídico, supone un hecho humano producido por
voluntad consciente y exteriorizada. Cuando el acto se produce, conforme con
las disposiciones del derecho objetivo, un efecto jurídico, es llamado acto
jurídico. Este es estrictamente el resultado de la conducta del hombre, pero no
de cualquier conducta, sino de aquella que intencionalmente ha querido y
buscado la realización de consecuencias jurídicas que se dan.
IHERING destacó que “el acto jurídico es la forma mediante la que la
voluntad individual despliega su actividad creadora en los límites asignados por
el derecho”.
En conclusión, los actos jurídicos intervienen la voluntad humana, con la
intención de producir los efectos previstos en las normas jurídicas y es
considerado el género, siendo el contrato la especie.
PRINCIPIOS DE LA CONTRATACIÓN
CONSENSUALISMO:
Esto vendría siendo sinónimo del consentimiento, vendría a ser tanto como
admitir que el contrato surge por el solo acuerdo de voluntades, o sea, basta que
dos o más voluntades coincidan acerca de un asunto de interés jurídico para que
de acuerdo con el principio del consensualismo se pueda decir que el contrato
ha sido válidamente celebrado o que el contrato ha nacido válidamente a la vida
jurídica.
El código Civil admite, como regla general el principio del consensualismo. El
artículo 1518 dice: “Los contratos se perfeccionan por el simple consentimiento
de las partes, excepto cuando la ley establezca determinada formalidad como
requisito esencial para su validez”. Ese acuerdo de voluntades que entraña el
principio consensualista requiere de alguna rigurosidad, de algún carácter de
totalidad o de plenitud y esto se exige para admitir el principio consensualista;
como regla general de la contratación en Guatemala esta calcado en el artículo
1541 del código Civil que dice: “Mientras las partes no estén conformes sobre
todos los extremos del contrato, no se considerará concluido. La conformidad
sobre puntos aislados no producirá obligación, aunque haya consignado por
escrito”. Entonces redondeemos el concepto, el principio consensualista entraña
la afirmación de que basta el consentimiento para que se considere válidamente
el contrato.
El código civil de Guatemala admite como regla general el principio
consensualista según la primera parte del articulo 1518 pero ese acuerdo de
voluntades que basta para que se considere celebrado el contrato debe ser un
acuerdo total, un acuerdo sobre todos los aspectos de la negociación, según lo
dice el artículo 1541 que es bastante enfático al decir que el acuerdo sobre
puntos aislados no entraña contrato aunque esos acuerdos parciales se hayan
formalizado por escrito o se hayan documentado de alguna manera.
Ahora ¿Por qué decimos que rige el principio consensualista como regla
general? Esto porque esa regla general del consensualismo tiene ciertas
excepciones, o sea, que hay ciertos casos excepcionales en los cuales no se
aplica el principio consensualista, sino que exige, el código el consentimiento de
los sujetos vaya completado con otras cuestiones.
La segunda parte del artículo 1518 del código civil dice “… excepto cuando la ley
establece determinada formalidad como requisito esencial para su validez”.
Dicho de otro modo, cuando la ley, en un caso concreto, establezca como
exigencia un requisito de forma como esencial para la validez del contrato,
entonces, no basta el consentimiento, o sea, no tiene operancia plena el principio
consensualista si no que, en este caso, prevalecerá el formalismo, o sea, el
principio de la formalidad o el principio de la solemnidad contractual.
Excepciones del principio consensualista:
1. En determinados contratos como el mandato, la sociedad, la hipoteca, la
prenda registrable y otros, la ley exige determinados requisitos de forma
que de no ser observados dan como consecuencia la nulidad del contrato.
En estos contratos citados opera el principio formalista, la ley exige un
determinado requisito de forma y lo exige con carácter esencial, con
carácter de solemnidad, si no se observa el requisito de forma, el contrato
estará viciado de nulidad.
2. Está determinada por lo que se llama los Contratos Reales. En los
contratos consensuales se considera perfecto el contrato con el solo
consentimiento; en la compraventa, por ejemplo, se considera celebrada
la compraventa, aunque el vendedor todavía no hay entregado la cosa y
aunque el comprador aun no haya pagado el precio; basta que haya
acuerdo sobre todos los puntos relativos al negocio de compraventa para
que se considere contrato. Eso en los negocios eminentemente
consensuales.
CONTRATOS REALES
En los negocios reales se considera celebrado el contrato hasta que se haya
entregado la cosa; mientras el enajenante la tenga en su poder, mientras no
la haya entregado no hay contrato; habrá promesa de contrato real pero no
hay un contrato perfecto, un contrato válidamente celebrado.
Los contratos reales para algún sector de doctrina son un resabio de
formalismos que no tienen justificación.
El código civil suprimió el carácter real de algunos contratos como la
compraventa y los califico eminentemente consensuales; sin embargo, en
otros casos como el contrato de mutuo, el de comodato, y el depósito, ahí si
se exige la entrega de la cosa para considerarse celebrado el contrato;
entonces, en esos contratos si no se ha entregado la cosa, habría una simple
promesa de contrato de mutuo, una promesa de comodato, una promesa de
contrato de depósito, pero no ninguno de esos 3 contratos efectivamente
celebrados; se consideran celebrados cualquiera de ellos, hasta que se haya
entregado efectivamente la cosa.
Los contratos reales entrañan la segunda excepción al principio
consensualista que es admitido con carácter general en el código civil y que
tienen sus dos excepciones: en los contratos formales o solemnes y en los
contratos reales.
Accidentales
Cuando hablamos de esto nos referimos a todos los aspectos del Negocio
Jurídico, a todo aquello que constituye su estructura, todas las cuestiones
básicas que integran el Negocio Jurídico. No nos referimos a las circunstancias
de forma, a la manera como se expresa la voluntad, sino que nos referimos a la
forma como se constituye la voluntad como se integra el consentimiento, que
calidades intrínsecas deben tener los que comprometen jurídicamente, sobre
que materias es dable la negociación jurídica, que razones legales son
admisibles para justificar la contratación, o sea, que hay que pensar en la entraña
del negocio, en la parte interna, en la parte estructural.
ELEMENTOS ESENCIALES: Son cuando absolutamente son indispensables
para el nacimiento del contrato, cuando la falta de esos elementos origina, a su
vez la falta de contrato, el no nacimiento del contrato, la inexistencia o la absoluta
frustración del propósito que tuvieron los que contrataron, de formar una entidad
jurídica de formar una institución del contrato.
ELEMENTOS NATURALES: Son elementos siempre internos, siempre de
estructura pero que acompañan o nacen de las peculiaridades, de las
características propias de cada contrato. Dicho con redundancia, aparecen
según sea la naturaleza jurídica.
Esos elementos naturales, aunque las partes no lo expresen, la ley los presume,
no en todos los contratos, sino en aquellos que, según su naturaleza, merezcan
o exijan el elemento natural, no es necesario expresarlo, la ley los presume
según la índole del contrato, según la naturaleza del mismo.
Las partes pueden renunciarlos, si las partes expresamente renuncian al
elemento natural, entonces, no existe válidamente el contrato; es el caso del
saneamiento, todo contrato oneroso traslativo del dominio o del uso, o sea, todo
contrato en que alguien le transmita a otro la propiedad o el uso de una cosa, a
cambio de una prestación; en esos contratos onerosos traslativos del dominio
tienen que presumir la ley toda obligación de saneamiento: Saneamiento de
vicios ocultos y saneamientos de evicción.
Aunque las partes no lo digan m el adquiriente tiene derecho de saneamiento;
ahora, si lo renuncia expresamente, entonces, no hay derecho de saneamiento.
ELEMENTOS ACCIDENTALES: Son aquellos que no son indispensables y que
no devienen tampoco de la naturaleza del contrato; son elementos que no
aparecen en el contrato, no le causan ningún daño al mismo, no alteran en
ningún sentido al contrato. Dicho de otro modo, los elementos accidentales solo
aparecen en el contrato si las partes, expresamente los incorporan al mismo o
sea, son elementos cuyo origen es únicamente la voluntad de los contratantes,
es el caso de las condiciones, los negocios de los contratos sometidos, sujetos
a una condición, a un acontecimiento futuro e incierto del cual dependan el
nacimiento o la extinción de los derechos y de las partes por su libre albedrio le
adhieren una condición, si no le ponen una condición, el negocio es válido por
pureza, pues arrancan exclusivamente de la voluntad de los sujetos.
Estos elementos accidentales son poco relevantes, pero importante por esa
circunstancia especial de que tienen si aparición su nacimiento de que las partes
quieran expresamente.
Los elementos esenciales son indispensables para que el contrato nazca y no
puede faltar ninguno de ellos porque el contrato no nacería, no aparecería
válidamente celebrado y se dividen, a su vez, en elementos comunes, en
elementos especiales y en elementos especialísimos o privativos.
ELEMENTOS ESENCIALES COMUNES: Es común un elemento esencial
cuando es indispensable en todo contrato, cualquiera que sea la naturaleza, la
modalidad, la clase de contrato, siempre tiene elementos esenciales que nunca
pueden faltar:
1) Consentimiento de las partes: o sea, acuerdo de voluntades tiene que
haber en todo contrato.
2) Capacidad legal de las partes contratantes debe haberla en todos los
contratos.
3) Objeto licito. Objeto de acuerdo con la ley es indispensable en cualquier
contrato civil.
De manera pues, que los elementos esenciales comunes aparecen
invariablemente en todo contrato y en el código civil tienen esa categoría: el
consentimiento, la capacidad legal y el objeto licito.
ELEMENTOS ESENCIALES ESPECIALES: Estos son indispensables, pero no
en todos los contratos sino en determinadas categorías de contratos o dijéramos
en determinadas familias de contratos.
Los contratos reales no se perfeccionan con el simple consentimiento, como la
mayoría de los contratos que son consensuales, sino se perfeccionan haya que
la cosa haya sido entregada, entonces, la entrega de la cosa es un elemento
esencial, no en todos los contratos, pero si en la categoría o en la especie de
contratos reales.
ELEMENTOS ESENCIALES ESPECIALISIMOS O PRIVATIVOS: Son los
elementos indispensables, elementos que no pueden faltar, pero no en todos los
contratos como los comunes, no en una familia de contratos como en los
especiales, sino en un contrato en particular, en un contrato concreto, especifico,
en un caso concreto.
En un contrato de compraventa si no hay un precio, no hay compraventa, o sea,
el precio es un elemento esencial, indispensable pero solo en el contrato de
compraventa.
En un contrato de arrendamiento, si no hay renta, no hay arrendamiento,
cambiaria la naturaleza.
Supongamos que una persona transmite la propiedad de un bien a otra, si hay
un precio es compraventa, pero si no hay un precio, no es compraventa, puede
ser donación, por eso el precio es el elemento indispensable pero solo en el
contrato de compraventa.
En el caso del arrendamiento, si un sujeto da en uso una cosa a otro, a cambio
de un precio, hay arrendamiento; pero si se lo da sin cobrarle renta podrá haber
un comodato (si es una cosa mueble) o podrá haber un derecho de uso, un
derecho de habitación, si se tratara de un inmueble.
4.ELEMENTOS ESENCIALES DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
-2 o más declaraciones de voluntad.
-Sin vicios.
Lisa y llana
Plazo/ vigencia
Error
Artículos 1258 – 1260
Dolo
Artículos 1261 - 1263
Vicios de la Declaración
De la Voluntad Violencia
Artículos 1264 – 1268
Simulación
Artículos 1284 - 1289
Vicios del Consentimiento: Así le decía la doctrina, pero el Código civil le llama
Vicios de la Declaración de Voluntad.
DOLO: El código civil define al dolo en el artículo 1261 que dice: “Dolo es toda
sugestión o artificio que se emplee para inducir a error o mantener en el a alguna
de las partes”. Reparemos de que es una maniobra, un artificio, un ardid que una
de las partes emplea para inducir a error o para mantenerlo en el a alguna de las
partes. De la lectura de esta norma vemos algo importante: el dolo debe ser
anterior al contrato o debe ser simultaneo a la celebración de ese contrato. Si
después de celebrado el contrato hay alguna maniobra, algún ardid, alguna
astucia, eso ya no será dolo; podrá ser cualquier otra figura o cualquier otro matiz
anormal, anómalo, pero por ser posterior al contrato no se tomará como vicio del
consentimiento, ni como vicio de la declaración de voluntad.
Puig Peña al dolo diciendo que “es la maquinación o artificio grave de que se
vale una de las partes para arrancar su consentimiento a la otra”.
Los elementos del dolo vendrían siendo los siguientes:
1° Que haya esa sugestión o esa maniobra, esa ardid de que habla el artículo
1261 del código civil.
2° Que esa maniobra recaiga sobre algún elemento importante, fundamental de
la negociación.
3° Que sea empleado por una de las partes para engañar a la otra o por un
tercero de acuerdo con uno de los contratantes para engañar al otro. El artículo
1262 del código civil en la primera parte se refiere a esto y dice: “El dolo de una
de las partes y el dolo que proviene de un tercero, sabiéndolo aquella, produce
la nulidad si ha sido la causa determinante del negocio jurídico”. El dolo siempre
es un engaño pero interno, siempre es entre las partes del contrato, puede ser
que uno de las contratantes engaño al otro, que uno de los contratantes se ponga
de acuerdo con un tercero para engañar al otro contratante y el efecto del dolo
será la nulidad del contrato que dice el código civil, cabría decir que es la nulidad
relativa o la anulabilidad del contrato, siempre que haya sido la causa
determinante de la celebración del contrato, que el dolo haya sido tan
fundamental, tan grave, tan trascendente que haya sido o haya constituido el
motivo principal, la razón central por la cual las partes contrataron.
El dolo está clasificado en: inductivo o principal, incidental, activo, pasivo, simple
y doble.
DOLO INCUCTIVO O PRINCIPAL: También se le llama Dolo Causante. Se
entiende como aquel engaño, aquella maniobra, astucia, sugestión, como dice
el código civil que haya recaído sobre el motivo principal del contrato, el código
civil dice que haya sido la causa determinante de la celebración del contrato, es
decir, que, de no haber mediado ese engaño, el sujeto a quien se defraudó, a
quien se engañó, no habría dado su consentimiento o si hubiese dado su
consentimiento lo habría hecho en condiciones, en circunstancias diferentes, no
como lo hizo. Ese es el dolo principalmente aceptado por el código civil en el
artículo 1262 que exige que el dolo sea la causa determinante del negocio
jurídico. Es el dolo que produce la nulidad del contrato, este tipo de engaño no
produce nulidad absoluta sino nulidad relativa, o sea, simple anulabilidad del
contrato.
DOLO INCIDENTAL: Podríamos decir que es cuando es un dolo de menor
gravedad, de menor intensidad. Este recae sobre un elemento, sobre un aspecto
del contrato sin que ese aspecto o ese elemento llegue a ser el motivo
fundamental, o sea, dicho en la terminología del código civil, no es que ese
engaño incidental sea la causa o el motivo determinante del negocio jurídico.
De tal manera, que, no siendo la causa determinante del contrato, no da lugar a
nulidad, o sea, no vicia de nulidad al negocio jurídico; a lo único que podría dar
lugar sería a la reclamación de daños y perjuicios, si esos daños y perjuicios
fueron efectivamente causados.
La buena fe está contenida en el artículo 1519 del código civil que dice: “Desde
que se perfecciona un contrato obliga a los contratantes al cumplimiento de lo
convenido, siempre que estuviere dentro de las disposiciones legales relativas al
negocio celebrado, y debe ejecutarse de buena fe y según la común intención
de las partes”. Sin embargo, el código civil solo admite como vicio de nulidad el
inductivo o principal que lo califica como aquel que es el determinante del
negocio jurídico y el incidental no es vicio del consentimiento y solo daría lugar
a daños y perjuicios si fueran efectivamente causados. Se insiste en los daños y
perjuicios porque tienen 2 características esenciales:
1° Que haya habido mala fe, solo habiendo mala fe el sujeto está obligado a
pagar daños y perjuicios.
2° Solo que se hayan causado daños y perjuicios; porque si un sujeto actuó de
mala fe, pero su mala fe no redundo en perjuicio ni en daño, entonces, no tiene
nada que pagar, es decir, no se sanciona la mala fe como intención, si no se
sanciona el efecto de la mala fe traducido en un daño o en un perjuicio. Solo en
alguna institución que se llama la cláusula penal o clausula indemnizatoria, solo
ahí se obliga a pagar daños y perjuicios que no se hayan producido, pero solo
en ese caso.
DOLO ACTIVO Y DOLO PASIVO: Estos están en el artículo 1263 del código
civil que dice: “La omisión dolosa produce los mismos efectos que la acción
dolosa”. O sea, esta clasificación toma en cuenta la forma de comportamiento,
la actitud del sujeto que engaña al otro, es decir, puede ser una actitud activa de
hace, de decir o puede ser una actitud pasiva, puede sé que uno de los
contratantes manifestándole cuestiones que lo engañan, que lo defraudan, sería
un dolo activo, sería la acción dolosa; pero puede ser también que el contratante
doloso cometa su dolo mediante el ocultamiento de ciertas cuestiones básicas
que de haberlas dicho, de haberlas manifestado, de haber enterado de ellas al
otro contratante, este o no hubiese contratado o hubiese exigido otras
estipulaciones, otras condiciones, esto último seria, pues, la omisión dolosa o el
dolo pasivo. O sea, que de acuerdo con este articulo 1263, la forma de conducta
es indiferente el dolo es el mismo sea activo o pasivo.
DOLO SIMPLE: Dice la doctrina que es el de uno de los contratantes contra el
otro, un contratante engaña al otro.
DOLO DOBLE: Los dos contratantes se engañan, los dos usan maniobras,
sugestiones, artificios para defraudar el uno al otro.