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FEMINISMO CRISTIANO

Carolina Cabello
Rodrigo Larraín

Este movimiento surge desde la reflexión teológica hecha desde distintas iglesias
históricas, las protestantes luterana y anglicana y la Iglesia Católica. El mundo
calvinista tiene menos desarrollo. En general, el feminismo cristiano existe en las
iglesias con vínculos ecuménicos, por lo que las iglesias cristianas que lo rechazan no se
han planteado el tema de las mujeres en la cultura actual y menos sus reivindicaciones.

Se trata, al inicio de estudiar el rol de las mujeres en el Nuevo Testamento, sobre todo el
de María Magdalena, así como otras mujeres del entorno de Jesús y de los apóstoles.
Más tarde aparece el tema del rol de las mujeres dentro de las diversas iglesias
cristianas, como la posibilidad de llegar a ser clérigos y otros temas de carácter
institucional. Llamativo es el caso de las teólogas luteranas que investigando los inicios
del cristianismo en Alemania y otros países, como los bálticos, se sirvieron de los mitos
religiosos y hallaron respaldo en la importancia que tuvieron las mujeres; por ejemplo,
Hildegarde von Bingen o Santa Birgit, personaje que fusiona a una deidad femenina
pagana con la existencia de una persona real. Este personaje con nombres muy
parecidos está en la mitología celta, su biografía más documentada la hace nacer en
Irlanda, y fue sacerdotisa; la versatilidad de ella puede deberse a que tenga un origen
ario. Pero la búsqueda en el pasado mitológico condujo, de la mano de Marija
Gimbutas, a la teoría de una diosa original y un matriarcado originario. Su obra “El
Lenguaje de Diosa”, comenzó también a estimular los que se denominó neopaganismo.
Lo interesante es que la diosa no es una sola, sino que un conjunto de deidades no
equivalentes, entre el Neolítico y la Edad del Bronce (Mart´nez).

El caso de la Comunión Anglicana ha seguido otra deriva. Esa iglesia se centró en la


posibilidad de que mujeres tuvieran acceso al sacerdocio. La Iglesia Anglicana no tiene
un gobierno central y cada diócesis es autónoma y sólo tienen relaciones de cortesía con
el Arzobispo de Canterbury, que es sólo primado honorífico. Por lo que este punto cada
iglesia integrante avanzó a distinto ritmo en el tema, también facilitó un nuevo y mejor
rol de las mujeres el hecho de que hay muchas iglesias anglicanas (o episcopalianas
ajenas a la comunión). En la actualidad las mujeres pueden ser diáconas, presbíteras y
obispas en casi todas las iglesias de esa confesión religiosa, con excepción de algunas
más conservadoras –continuantes– al punto que la Iglesia Episcopal de USA tuvo una
obispa primada, la Reverendísima Katharine Jefferts Schori. La Iglesia Luterana en
todos los países europeos y en América tiene clérigas, con excepción de iglesias
conservadoras.

El feminismo católico tiene una historia mucho más popular, surge vinculado a las
luchas contra regímenes opresivos como los de España, Portugal y América latina. Se le
puede rastrear hasta la década del veinte del siglo pasado en el País Vasco, Miren Llona
qu ha estudiado este punto, además se refiere a la perspectiva solamente sajona que ha
tenido el feminismo y releva la evaluación crítica de esta perspectiva dentro del
feminismo (Llona, 1998). En términos generales, el feminismo cristiano es una
perspectiva dentro de la teología o desntro de movimientos socioreligiosos, como la
Teología de la Liberación. Tal vez la teóloga feminista más destacada en América
Latina sea Yvone Gebara, religiosa agustina brasileña.
Pero0 el catolicismo feminista, que parece ser el más activo, está entrampado en
algunos problemas estructurales de esta fe, como son, la negativa a que haya clero
femenino, esta semana el Papa Francisco que ofreció estudiar la posibilidad de diáconas,
decidió postergar sine die la decisión, lo que es un pretexto, por el papa tiene toda la
potestad para decidir, lo mismo ocurrió con el suplemento femenino de L’Osservatore
Romana, cuya directora renunció por el aislamiento a la que fue sometida. Otra
dificultad es la posibilidad que haya clérigas, Juan Pablo II clausuró el debate, pero en
el mundo hay presbíteras católicas excomulgadas, pero si bien sus ordenación es
inválida no es nula y la ordenación la recibieron de obispas debidamente consagradas.

La historia de la teología feminista deja, a lo largo de su intensa historia desde el siglo


XX, una tendencia a dejar sin argumentos teológicos a la autoridad eclesiástica. Es
decir, derrotarla en el campo en donde se fabrican las interpretaciones dogmáticas. Otro
tema crucial es la aceptación del homicidio por aborto, donde el el único grupo que se
reconoce cristiano católico y abortista es el Free to Choice, pero es un grupo que no
debate teológicamente el punto.

Este feminismo se ha volcado durante toda su historia al acompañamiento de los


postergados en el medio rural y las barriadas urbanas, en general, los que no son objeto
de caridad asistencial, como ancianos, niños, presas, etcétera, que ha sido la caridad
organizada tradicional, Este feminismo católico es político y se ha mantenido en
Argentina, Brasil, Colombia y Chile y en menor medida en los demás países
latinoamericanos. Sin embargo se ha mantenido dentro de la teología feminista. Esto
quiere decir que la comprensión plena del cristianismo requiere la contribución de las
mujeres, de su emancipación –lo que en cristiano es igual a la salvación. No habrá
construcción del Reino de Dios sin mujeres libres, porque Dios no discrimina. Los años
sesenta en la Iglesia Latinoamericana coinciden con la ola feminista segunda la del
feminismo radical y socialista y a través de la Teología de la Liberación se abre un
camino de recepción temático en las feministas cristianas. Esto abre debates profundos
en la hermenéutica de los cristianos, como entender el sacramento del matrimonio fuera
de la dominación masculina, Es la hermenéutica de la sospecha a la que se refiere
Vélez, en relación al método que se usa para subrayar el valor de los femenino. Este
feminismo tiene el mérito de incorporar la dimensión sociopolítica, cuestión que eotros
enfoques feministas más contemporáneos no incorporan, pues la división de sexos y de
géneros opcana cualquier otra contradicción (Vélez).

Las posibilidades del feminismo dentro del cristianismo tienen un refuerzo histórico. En
sus inicios los seguidores de Jesús configuraron un movimiento sociorreligioso
multestamental, y con gran participación de mujeres, algunas jugando roles
protagónicos, como se evidencia en los relatos resurreccionales y en las cartas de Pablo.
Historiadoras feministas cristianas han detacado el rol histórico de figuras aisladas y
ecepcionales en el pasado, como Juliana de Norwich y la ya citada Hildegarde von
Bingen, mujeres religiosos que habrían tenido un hilo conectivo con los primeros
tiempos del cristianismo. Las tesis de intelectuales contempráneas han discutido acerca
del género de Dios, concluyendo que no tiene o, derechamente, que el Dios de Jesús es
mujer.

Bibliografía:
Miren Llona( 1998) “El Feminismo Católico en los Veinte y sus Antecedentes Ideológicos”,
Revista Vasconia Nº 25.
Rodrigo Martíez (s/f): “Marija Gimbutas y las Diosas de la Vieja Europa, Recuperado el
07/05/2019 http://www.debatefeminista.cieg.unam.mx/wp-
content/uploads/2016/03/articulos/004_23.pdf
Consuelo Vélez (2001): #Teología de la Mujer, Feminismo y Género”, Theologica Xaveriana,
N° 140.

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