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SUEÑOS DE SANTIDAD

PARTE I
En un pueblo muy pequeño y humilde, rodeado de hermosos arroyos, vivía una
familia numerosa, integrada por catorce miembros, los padres y doce hermanos, seis
mujeres y seis varones, que iban precedidos unos de otros, un varón y una mujer en forma
intercalada.
Margarita, la madre de todos ellos, nuevamente quedó embarazada, (ya siendo muy)
Y COMO ERA BASTANTE mayor constituía un embarazo riesgoso, gracias a Dios y como
un milagro, nació el niño sin ninguna dificultad, hermoso, sano y lleno de vida. Su madre lo
llamo José, que significa el Soñador, porque durante su embarazo, ella tenía periódicamente
unos sueños muy extraños. Soñaba que dentro de su vientre se encontraba una bella estrella
que resplandecía con tanta lucidez y destellaba hermosos colores que a veces se convertía en
una rosa que se elevaba lentamente al cielo. Fue así que decidió llamarlo José porque fue
producto de un hermoso sueño.
El niño iba creciendo y era el consentido de su abuela con quien compartió gran
parte de su infancia. Era muy inteligente, pero poseía una característica peculiar, era muy
curioso o simplemente muy preguntón. Se sentaba en una hamaca, hecha especialmente por
su abuela para él, y mientras ella hacia los quehaceres del hogar, él se sentaba en la hamaca
y a cada palabra que su abuela decía él preguntaba: “por qué”. Se pasaba preguntando el
porqué de todo, entonces su abuela lo bautizó como el niño de los porqués
Aparte de curioso y preguntón, era muy tierno, lleno de bondad, sus tías y primos
siempre lo rodeaban, porque con solo verlo se estremecían de ternura y de amor y como
apenas empezaba a hablar, cada palabra que pronunciaba era graciosa. Un día en que era su
cumpleaños, una de sus tías que lo apreciaba mucho le dijo: “José, llegó tu cumpleaños” y él
con una ternura le respondió: “I enone está”.
Fue educado con buenos principios éticos, morales y cristianos por su abuela y su
madre quienes eran personas muy cristianas y devotas de la virgen María. Su padre, al
contrario era un hombre muy bueno pero muy mundano, era muy estricto en la formación de
sus hijos, especialmente con los varones, pero manejaba unos conceptos muy arcaicos en
cuanto a la formación se refiere, se fue quedando en la historia.
Con el tiempo fue creciendo y como era un joven honesto y respetuoso jamás faltó al
respeto a su padre, por más que no estaba de acuerdo con sus ideas, con lo que decía y
hacia, siempre trataba de consentirlo en todo, pero cuanto más pasaba el tiempo iba
creciendo en sabiduría, en conocimiento y sus conceptos hacia la dignificación de la persona
se iban acrecentando.

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Como su padre manejaba conceptos prácticos y rústicos, y su madre unos
conocimientos muy ideales, llenos de amor y esperanza, solían llegar a grandes discusiones.
Mientras ellos discutían él iba formando una personalidad firme, convencido de sus ideales.
Su adolescencia fue una etapa muy difícil de su vida, pero gracias a eso fue fogueando su
temperamento, su carácter se iba afianzando y sus convicciones cada vez iban calando más
profundamente en su corazón.
Gracias a las prohibiciones estrictas de su padre y a tantas discusiones de sus
progenitores por causa suya, donde su madre luego de cada discusión le decía “Vos podés
estudiá, seguí tus ideales y demostrále a todos que vos podes”. OBS: cuando se usa un estilo
léxico casual o informal, o regional como cuando se dice estudiá, llevá, que es el
regionalismo rioplatense es mejor continuar usando en toda la frase y no cambiar como
estudia y demuéstrale. O si no dejas todo en estilo más castizo y ponés, Tú puedes, estudia,
sigue tus ideales, y demuéstrales….
Desde muy joven el tenía muchos sueños, algunos hasta parecían una utopía, para lo
que el pretendía, pero siempre seguía firme y convencido de sus ideales y mantenía la teoría
que los sueños no necesitan de alas para volar, sino una pista de aterrizaje donde(aterrizar)
POSARSE OBS: para no repetir en una misma frase aterrizar y aterrizaje, hay que tratar de
buscar sinónimos, adquirió una sorprendente habilidad para manejar sus sueños, proyectos e
ideales, cómo y cuándo llevarlos a la práctica y cuándo renunciar a ellos, fue adquiriendo un
grado de despego muy importante en su vida, que era lo que le daba ese pequeño espacio
para poder pensar, reflexionar, sobre cada situación difícil de la vida.
Cuando tan solo tenía doce años, un amigo le preguntó cuáles eran sus sueños, qué
específicamente era lo que él quería en su vida, cuáles eran sus objetivos y cómo pensaba
acceder a ellos. A lo que respondió con tres palabras: “quiero ser santo”, no un santo a los
ojos de los hombres para ganarme el aplauso y la admiración de todos, sino un santo a los
ojos de Dios, DIOS NO LLEVA ACENTO, EN TODAS LAS POSTERIORES LA MISMA
OBSERVACION Y CORRECCION donde algún día pueda contemplar su resplandeciente
rostro irradiando amor, ése era el único y el más grande de sus sueños, ser un santo.
Con el tiempo fue creciendo esa idea loca de ser santo, pero cada vez se hacía más difícil,
porque era considerado un loco, fuera de serie, que no encuadraba en la estructura de la
humanidad, no vivía la realidad, porque vivía en una época donde el consumismo era el
valor más importante, y el que no entraba en esa temática, en ese juego devastador, era
considerada una persona anormal y rechazada por la sociedad, pero a pesar de todo hacía lo
posible para adaptarse, pero ser parte integrante del juego de antivalores y corrupción, era
muy difícil para él.

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José tenía muchos sueños y proyectos, algunos a corto, otros a medio y otros a largo
plazo, pero todo era en relación a la dignificación de la persona y al amor, una palabra muy
tergiversada en los últimos tiempos, que perdió su sentido y significado real, una palabra
manipulada constantemente en favor de los intereses de los grandes capitalistas, a quienes
no les importa la persona, sino que ella consuma su producto y que le haga aumentar su
capital, no importa la persona, sino la función que cumple.
En su afán por la lucha de la dignificación de la persona, entraba en conflicto con
distintas instituciones por las que pasó, durante su periodo de formación, era un campeador
de tormentas, un perfecto lobo de mar que con mucha astucia y habilidad lograba sortear las
más grandes tempestades y con un gran juego de cintura, como un gran equilibrista se
introducía en las estructuras y producía estragos en sus miembros, concientizando a todos
que la dignificación de la persona es responsabilidad de todos y que cada uno debe ser un
pequeño foco de expansión de ese gran ideal, valorándose primero a sí mismo, haciendo
valer sus derechos y cumpliendo con sus obligaciones y ser un foco de cambio, produciendo
un efecto dominó, que lentamente interpele a los demás.
Era perseguido y marginado, pero a la vez muy querido y admirado, se convirtió en
un gran líder de los jóvenes, en quienes tenía puestas todas sus esperanzas, pensaba que
ellos son el foco principal de todo cambio, pero si el foco está apagado ¿qué cambio puede
producir?, y se encargaba de hacer que esos pequeños focos de cambios resplandezcan y
brillen con una conciencia limpia donde sus pilares sean la libertad, la justicia y el amor, en
torno a los cuales edificaba su gran fortaleza construida con columnas (pilares) OBS: para
no repetir en la misma frase pilares podes utilizar un sinónimo de hierro y murallas de
bronce, donde solo tenía cabida el amor.
Desde muy joven entró a formar parte de algunos movimientos de la Iglesia, pero
nunca se fanatizaba con ninguno para no caer en un extremo y pensar que la santidad era de
tal o cual grupo, siempre cuidaba hasta los más mínimos detalles para no fanatizarse con
nada ni nadie, nada más que seguir cavilando firme y seguro sobre la línea del amor, que era
lo que le mantenía al margen de todo fanatismo. Dentro de la Iglesia fue adquiriendo mucha
sabiduría y sobre todo se enriquecía con las más maravillosas experiencias, que le
favorecían en su formación y en la orientación de sus objetivos e ideales.
De cada nueva experiencia que adquiría, creaba una gran teoría, que luego llevaba a
la práctica y de esa manera iba introduciéndose lentamente en la dinámica de la vida y lo
acercaba cada vez más a su gran sueño, la santidad, cada experiencia que adquiría era un
punto ganado, un punto a favor, que lo elevaba a un nivel superior, a un grado espiritual
donde la paz era su mejor aliada y se mantenía en armonía con todo su entorno y caminaba
siempre guiado por el amor.

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Era una persona que se sentía muy amada por Dios, en quien tenía puesta su
esperanza, se sentía una persona muy privilegiada y decía que Dios tenía grandes cosas
preparadas para él, pero para acceder a ellas debía superar grandes retos y desafíos, debía
ser probado como el oro se prueba en el fuego, pero prácticamente el mismo Dios lo estaba
preparando para enfrentar esos grandes desafíos, cada experiencia era una escuela, una
nueva lección aprendida para el examen final que daría muy pronto, era uno de los mejores
alumnos en la escuela de la vida.
Consideraba a la vida su gran escuela y al tiempo como su mejor aliado, con ellos al
frente de todo, era imposible no llevar a cabo sus proyectos, ya que ellos son los que marcan
las pautas, nuestro transitar por esta vida. La vida siempre juega de nuestro lado y el tiempo
es su mayor aliado es lo que decía José. En cada reflexión que hacía veía a la vida llena de
alegría, que estaba dispuesta a ofrecer todo de ella a las personas que quieran oírla recitar
los más dulces versos que sus oídos pueden escuchar, y admirar las maravillas que ella
puede regalar a los ojos que la quieran contemplar.
Cada día que transcurría de su vida era una nueva oportunidad que ella le brindaba
para adquirir nuevas experiencias, trazarse nuevas metas y nuevos sueños, en ella
encontraba el más caluroso y tierno abrazo de un nuevo día, que para muchos era solo un
sueño, que a causa del consumismo ya no tenía tiempo ni para la saludar a los demás. Las
personas viven en una indiferencia tan grande, que ya no les importan los demás, sino sus
intereses personales y lo que ellas pueden adquirir, no en forma moral y ética sino en una
forma material, todo esto a causa de las falsas necesidades creadas por el consumismo.
Cuanto más experiencia adquiría más entretenida y divertida le parecía la vida y la
vivía con más intensidad, con una entrega total al servicio de los demás, al cumplimiento de
las leyes, pero nunca se sometía totalmente a las leyes y estructuras creadas por el hombre,
antes de asegurarse bien que eso era para su conveniencia y en pos de la realización de sus
sueños y proyectos, que estaban siempre en primer lugar ante todo, no le importaba ser
humillado, desprestigiado, marginado y olvidado, con tal que su sueño de ser santo pueda
cumplirse, todo lo demás estaba en segundo plano, no así el amor.
Entraba en grandes crisis existenciales, pero consideraba a la crisis como un medio
necesario de purificación. La crisis para él era (considera) como un estado donde la
incertidumbre se apodera de uno, por el simple hecho de que las normas de
comportamiento, las líneas de orientación y las leyes por las que se estaba guiando ya no le
sirven, son obsoletas, pero aun no encuentra por qué reemplazarlas, mientras no encuentre
por qué reemplazarlas dura la crisis, que es el mayor signo de crecimiento de una persona.
Era una persona metódica y bien organizada, aparte de ser una persona preparada en
el amplio sentido de la palabra, la vida no le sorprendía fácilmente, porque siempre estaba

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esperando una nueva sorpresa que ella pudiera ofrecerle y ya no le escandalizaba, sino que
la tomaba con mucha calma y seriedad, con una madurez sólida y bien fundamentada, hacía
de lo malo algo bueno y de lo bueno algo mejor, eso le impedía entrar en el pensamiento
lógico humano de los demás, que no puede haber una persona sin problemas, pero él no
dejaba de tener problemas, tan solo sabía cómo lidiar con ellos, y los tomaba con mucha
sabiduría.
Una de sus grandes teorías sobre los problemas es que si no hay solución no hay
problemas, primero se inventó la solución y luego los problemas, ambos vienen en el mismo
sobre, es cuestión de revisar primero la solución y luego los problemas, llegó a decir que los
problemas no existen como tales, los problemas son un trampolín que eleva al hombre a un
nivel superior, a un grado de crecimiento integral muy elevado, pero todo depende de cómo
queramos tomarlos. Pueden ser un trampolín que nos eleva o un ancla que nos hunde según
cómo queremos que sea.
Sus experiencias lo iban acercando cada vez más a sus sueños, pues en ellos
encontraba las respuestas que buscaba y el punto de apoyo desde donde proyectar sus
sueños. Lo único que ansiadamente buscaba era la santidad, decía que primero buscaba la
santidad y luego la felicidad, primero la santidad y luego los cargos y títulos, que lo único
que hacían era alejarlo de sus sueños. Fue entonces cuando se decidió y dijo: “El hombre
pierde su esencia y su libertad cuando ocupa un cargo u obtiene un título”. Estaba dispuesto
a renunciar a todo privilegio adquirido, por sus innumerables estudios y a todos los cargos
posibles que le ofrecían por su preparación, si es que eso iba a ser (sería) un impedimento a
la realización de su sueño de ser santo (se realice), prefería vivir en el anonimato y en el
olvido que ser alabado y prestigiado por sus títulos y su posición y no por lo que era.
Una de las virtudes que pudo ir adquiriendo gracias a sus experiencias, era la
paciencia, trataba a todos con una paciencia admirable, estaba envuelto en la más
impresionante burbuja de paz, amor y armonía que lo mantenía aislado de todas las
desavenencias que en la vida pudiera encontrar, que intentaban despojarlo de dicho don, que
era motivo de envidia para muchos, que lo único que buscaban era introducirlo en su juego,
de este mundo cargado de perdición y malicia, que le impedirían alcanzar su más preciado
sueño, pero él con una gran lucha hacía lo posible por no perder esa paciencia muy
envidiada por muchos y siempre pedía a Dios fuerzas para que le ayude a conservarla y el
día que él maltrate a alguien por causa de su impaciencia que sea juzgado por ello.
Estaba envuelto en un mar de experiencias, de las cuales siempre quitaba grandes
teorías, que hacía todo lo posible por llevarlas a la práctica. Muy pronto se convirtió en el
consejero de su familia, lo cual despertaba admiración y elogios por parte de sus padres y

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sus hermanos, pero al mismo tiempo también despertaba el egoísmo y la envidia de otros y
sus hermanos se dividieron en dos bandos distintos, uno a favor de José y el otro en contra.
Como él era el menor de todos, el más mimado y consentido de sus padres, no solo
por ser el menor, sino era algo que él se había ganado con amor y respeto hacia ellos,
Arnaldo, su hermano, el tercero entre los varones, era el más afectado por esa situación,
porque como estaba en el medio y sus padres prestaban más atención a Oscar el mayor, que
era el ideal de hijo que sus padres imponían a los demás y a José el menor que era el más
mimado.
Arnaldo era muy rebelde y su conflicto ocurría a causa de que él quería ser como
Oscar, su hermano mayor, para tener todos los privilegios de los cuales gozaba y como José
para ser mimado como él, pero como Arnaldo estaba en el medio casi siempre pasaba
desapercibido. Muy molesto por la indiferencia de sus padres y el privilegio de José,
Arnaldo, consumido por la ira decidió tomar venganza contra su padre, para lo cual tomó a
José, su hijo mimado como objeto de venganza.
Sonó el teléfono y con una voz ronca contestó: - Diga, el emisor con una voz
autoritaria respondió: - Los espero en el lugar de siempre. Luego la comunicación se cortó.
La emboscada ya estaba en su fase inicial, la estrategia del plan estaba muy bien
elaborada, su sed de venganza y la ira a causa de sus padres llevó a Arnaldo a elaborar un
plan tan maquiavélico y perfecto contra su hermano.
En una casa abandonada a orillas del barrio se encontraban cuatro jóvenes a las
18:45 horas (quedaría mejor decir siete menos cuarto de la tarde) esperando a alguien, era
un lugar no muy bien iluminado y casi no se notaba la presencia de aquellos jóvenes en
dicha casa, cuando de pronto vino llegando otro joven, muy bien vestido y con unos zapatos
de charol brillantes y sin que nadie lo viera se introdujo en la casa, en la puerta lo esperaba
alguien que dijo: “Hace rato lo estamos esperando, sea usted bienvenido”.
-Este es el plan- dijo Arnaldo-, tenemos que asustar a mis padres y a mi hermano, pero no
debemos hacerle daño, todo será un simulacro, cuando José salga del colegio, ustedes
saldrán a su encuentro y lo golpearan, pero con mucho cuidado, yo al ver que él está siendo
atacado saldré a defenderlo y así me ganaré la admiración de mis padres por salvar a su hijo
mimado, recuerden nada de golpes duros, solo un susto, al final de todo él no tiene la culpa
de nada, pero alguien debe morir por el pueblo.
José como de costumbre iba rumbo a casa al salir del colegio por el camino
acostumbrado, cuando de pronto le salieron cuatro hombres a su encuentro, hicieron el
simulacro de un asalto, para despistar un poco a la víctima, pero éste se resistió y empezó a
defenderse, se armó una riña, uno de ellos acalorado por haber recibido una paliza de parte
de José, quien tomaba la lucha muy en serio, lo atacó de verdad y empezó a golpearlo hasta

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cansarse, Arnaldo al ver lo que ocurría se desperó porque se le estaba pasando la mano e
intervino, José no podía distinguir lo que pasaba, pues había perdido el conocimiento por
tantos golpes y estaba tirado en el suelo con el rostro ensangrentado.
Asustado Arnaldo llamó a una ambulancia y llevó a su hermano al sanatorio más
cercano, luego llamó a sus padres, Arnaldo se debatía en un terrible duelo entre el bien y el
mal, por un lado estaba preocupado por su hermano y sentía compasión de él y se arrepentía
profundamente, pero por el otro su afán de ser reconocido por sus padres crecía cada vez
más y se decía, -Después de esto sí que mis padres me tendrán en cuenta y verán que
también valgo la pena-. Estaba envuelto en un conflicto de valores.
Llegaron Pedro y Margarita, sus padres, muy asustados por lo que les había contado
Arnaldo, él les comentó todo lo ocurrido con los pormenores del accidente y a medida que
lo comentaba se sentía orgulloso y halagado por sus padres, pero en el fondo era una falsa
alegría por que el dolor que le producía lo que había hecho era inaguantable, se le
desgarraba el corazón en solo pensar que tuvo que usar a su hermano para ser reconocido,
pero más aún al pensar que su hermano no despertaría nunca más. El deseo de ser
reconocido que tiene el hombre lo lleva a cometer muchos errores.
Pasaban las horas y José seguía igual, la tensión y preocupación y sobre todo el
cargo de conciencia iban aumentando paulatinamente en Arnaldo, quien se consideraba el
único responsable de todo lo ocurrido. No estés triste, no fue tu culpa, tú hiciste lo que
pudiste dijo Margarita, tratando de consolar a su hijo, que se veía muy mal, se nota que le
quieres mucho a tu hermano.
- Todo se va a poner bien, no te preocupes.
- Madre pero yo…
- Todo saldrá bien.
Abrazándole le dijo: Ven hijo recuéstate en mis brazos y trata de descansar que todo
se arreglará, ya verás, solo debes confiar en Dios.
Arnaldo se sentía bien, porque nunca antes había experimentado tanto amor, nunca
se sintió tan importante como esa noche. Siempre estuvo rodeado de ese amor, solo que su
ambición de ser reconocido e importante ponía una barrera entre ese amor y él, de tanto
amor que sentía hasta se olvidó de lo que había hecho. El amor cura las heridas, no importa
cuán profundas sean las cicatrices. Sin darse cuenta y sin hacer tanto esfuerzo quedó
dormido en los brazos de su madre, hipnotizado por los mimos y cariños que recibía.

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PARTE II
Todo estaba oscuro, de pronto, la luna más bella que nunca, empezó a sonreír, las
estrellas más luminosas empezaron a brillar, el cielo se puso estrellado y con la luna
resplandeciente, la noche se hacia única, una noche jamás vista tan hermosa, pero toda esa
hermosura terminaba con la salida del sol, que se mezclaba con el horizonte y muy tímido
asomaba la vista dando inicio al amanecer esplendoroso, mientras el sol subía lentamente el
día se hacía presente, pero no era un día cualquiera como todos los demás, tenía una
peculiaridad, era muy bonito.
Apenas empezaba a amanecer y todo el horizonte se podía contemplar alfombrado
de las más bellas y exóticas flores, que lo cubrían por completo, no había ningún espacio
libre, más que un hueco muy pequeño, al que parecía que miraban todas las demás flores,
eran diminutas y de todos los colores, de pronto, mientras las flores miraban el centro del
espacio vacío, se levantaba una hermosa rosa, que se elevaba a lo alto y luego como una
explosión dejaba caer sus pétalos y de ella salía una hermosa paloma que se elevaba a lo
alto, ese acto tan hermoso y curioso se repetía varias veces sin intervalo, todo era
simétricamente calculado, apenas desaparecía la paloma en el cielo la flor volvía a brotar,
era una fiesta admirable y muy original, la que vivía José acostado en la cama del sanatorio,
estaba soñando el más bonito sueño que tuvo.
En la capilla del sanatorio San Juan, Arnaldo estaba arrodillado frente al crucifijo
diciendo: “perdóname señor por lo que he hecho, te pido por favor que salves a mi hermano,
yo sé que nunca me acerco a ti, que siempre me olvido de ti, y solo pienso en mí, no soy
digno de pedirte nada, pero salva a mi hermano si es tu santa voluntad.”
Cargar con el peso de conciencia de un mal acto es el peor castigo que un hombre
puede sufrir. Aceptar y reconocer el error es el primer paso para la conversión y el
arrepentimiento, que nos hace miserables, pasibles a la misericordia de Dios.
Estaba aún arrodillado cuando de pronto una mano salvadora le toca el hombro y le
dice: “ya no estés triste mi hijo, José está bien, solo fue un susto, ya está consciente y está
fuera de peligro, no tiene más que unos moretones en la cara a causa de los puñetazos, pero
con un poco de hielo y con el tiempo desparecerán, si no fuera por ti, que llegaste justo a
tiempo se hubiesen complicado las cosas.”
Arnaldo no aguantó las ganas de llorar, no de alegría como lo pensaba su madre, sino
arrepentido por lo que había hecho.
- Tanto amas a tu hermano verdad, yo te entiendo. . .
- No sabes cuánto madre.
- Pues sécate los ojos y ve a verlo.

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Lentamente como alguien que no quiere ser descubierto, casi en puntillas, Arnaldo
(se introducía) ENTRÓ en la habitación, pensando encontrar a José dormido y así librarse
de la lucha tremenda de verlo así y sobre todo de hablarle. La guerra más dura que uno
puede librar es con uno mismo, aceptar su error, asumirlo y enfrentarlo es el único paso para
superarlo.
Era una lucha tremenda, le hubiese gustado no haber nacido en unos momentos, pero
para alegría suya José estaba profundamente dormido, Arnaldo dio un suspiro de alivio,
pero el suspiro no duraría toda la vida, lo único que hacia era prolongar la agonía, pues
algún día tenía que hablar con él, pero ese no era el momento. Dios no nos da más peso del
que podemos soportar.
Arnaldo estaba muy contento al ver a su hermano fuera de peligro, pero estaba muy
apenado al verlo con el rostro (amoretonado) CON MORETONES, se sentía muy alegre
porque pudo ganarse al aprecio, la atención y la admiración de sus padres, pero al mismo
tiempo le atormentaba el hecho que tuvo que utilizar a su hermano para el efecto, lo que
más le atormentaba era que tenía la obligación moral de contárselo, pero esa misión se hacía
muy pesada, sufría interiormente terribles tormentos, pero nadie se daba cuenta de eso, todo
era (elegirá) ALEGRÍA? en su casa y en su rostro pero el corazón se le desgarraba de dolor.
Todo volvió a la normalidad, el rostro de José ya había mejorado y casi ni se
notaban los golpes, sus padres volvieron a darle el mismo trato a José y a Arnaldo, todo era
como antes, excepto Arnaldo, (quien su) CUYA vida había cambiado, cada vez que hablaba
con José en su mirada se notaba una gran tristeza. Los ojos son los mayores delatores del
estado de ánimo de la persona. Los ojos son la lámpara del cuerpo por la cual que se
desnuda toda tristeza.
- Noto en tus ojos una tristeza profunda, como si hay algo que quieres contarme y no
te animas, puedes confiar en mí, una carga de un kilo llevada entre dos se convierte en
medio kilo, no tengas miedo, dijo José.
- Es algo muy difícil y complicado.
- Te hará bien librarte de esa carga que te atormenta.
- Es una larga historia.
- Tenemos todo el tiempo del mundo, mi tiempo es tu tiempo.
- A ver, cuéntame lo que te aflige, no te prometo una ayuda o un consejo porque no
soy nadie para dártelos, pero si te prometo mi atención.
- Está bien, espero no te enojes conmigo, pero lo que te voy a contar no es tanto por
ti, sino por mí. Recuerdas esos hombres que te asaltaron a la salida del colegio aquella
tarde…, yo los contraté, pero no era para tanto, se les pasó la mano.

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- Ya me parecía rara tu presencia repentina ahí, pero no te preocupes y sigue
contándome.
- Es que yo solo quería que te den un susto, luego yo saldría a defenderte, tú le
contarías a mamá y a papá y yo me ganaría la admiración y el reconocimiento de ellos, te
usé para sentirme importante, perdóname hermano, yo no quería hacerte daño, yo solo
quería sentirme importante y como tú eres el hijo mimado de ellos, al salvarte habría hecho
una gran hazaña y me convertiría en el superhijo, admirado por todos. Perdóname hermano,
yo sé que no merezco tu perdón, pero estoy muy arrepentido por lo que he hecho y tenía que
decírtelo, ya no aguanto más.
José lo miró atentamente y sin decirle nada clavaba su mirada en los ojos de Arnaldo
que se llenaban de lágrimas y de vergüenza, luego de unos segundos le dijo: - No te
preocupes, que no tengo nada que perdonarte, tu peor condena ya la has cumplido, cargar
con esa carga, como decía Jesús, la verdad os hará libres. La verdad es la expresión de la
voluntad de Dios y ella se impone por sí sola, si Jesús no juzgó a nadie, ni siquiera a los
que no se arrepintieron, los perdonó a todos, por qué yo debo juzgarte, por algo lo has
hecho, con la intención de ser reconocido, tenías tus motivos y eran válidos, todos tenemos
el derecho a ser reconocidos y valorados por lo que somos, una creación divina de Dios.
- Estoy tan orgulloso de ti hermano y doy gracias a Dios por tener un hermano como
(vos) TÚ.
- Gracias José, eres tan bueno.
José le estrechó fuertemente la mano y le dio un caluroso abrazo, nunca en su vida
Arnaldo se había sentido tan bien como esa tarde, José lo hizo sentar de vuelta y le dijo: “te
contaré un cuento para que reflexiones sobre él.”
Un joven quien entró en una crisis existencial tremenda porque nadie se daba cuenta
de su existencia, y su deseo tremendo de ser importante y reconocido lo carcomía
lentamente sin saber que hacer, recurrió a un gran sabio y le dijo: “Maestro, tengo un
problema tremendo y no sé cómo solucionarlo, nadie se da cuenta de mi existencia, nadie
me hace caso,” y el maestro dijo: “Yo tengo un problema grave en este momento y no podré
ayudarte, tengo serios problemas económicos que solucionar, a no ser que quieras ayudarme
a solucionar mi problema y luego juntos resolvemos el tuyo.” De acuerdo, dijo el joven,
aceptando la propuesta.
Tengo un anillo de oro, quiero que vayas y lo ofrezcas en el mercado, pero no
aceptes menos de una moneda de oro por él. El joven entusiasmado fue a ofrecer el anillo,
pero nadie quiso pagarle una moneda de oro por él, un comerciante le ofreció treinta
monedas de plata y dos bueyes, pero el maestro le dijo que no aceptara menos de una

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moneda de oro. Indignado al final de la jornada, el joven llevó el anillo al maestro y le
comentó que solo podían pagarle treinta monedas de plata y dos bueyes.
Entonces el maestro le dijo: “ahora ve y lleva este anillo a la joyería y pregúntale al
joyero cuanto te pagaría por él pero no se lo vendas.” El joven llevó el anillo y se encontró
con la sorpresa que el joyero le ofreció setenta monedas de oro, pero si le daba más tiempo
le pagaría hasta ochenta, pero el recordó lo que le había dicho su maestro. Entonces fue
corriendo a contar a su maestro que había resuelto su problema, que le pagarían hasta
ochenta monedas de oro por el anillo, en ese momento el maestro le quitó el anillo y le dijo:
“Solamente un profesional puede darse cuenta del valor de las cosas.”
Es que nadie enseña a los padres a ser padres, ser hijos es muy fácil, pues las reglas
de juego están escritas, pero no hay una escuela de formación de padres más que la propia
vida, no se le puede exigir a la planta de manzanas que de peras, dijo José.
No sabes lo valioso e importante que eres, que solo un profesional puede darse
cuenta de ello, los padres son los mayores profesionales instruidos por Dios en la escuela de
la vida, no es que ellos no se den cuenta de lo importante que eres, eres lo más valioso que
tienen, es que la madre apuesta a las necesidades del hijo y el padre apuesta a la capacidad y
mamá se da perfectamente cuenta que yo necesito más atención, por eso me presta más
atención a mí porque quiere que llegue a ser como tú y lo mismo ocurre con papá, el apuesta
a tu capacidad por eso deja mucha responsabilidad en tus manos y se preocupa más por mí,
ves, tú eres mucho más importante que todos nosotros. El árbol que más se quiere es árbol
que más se poda.
José tenía la habilidad de acomodar las situaciones y sacarle el mayor beneficio
posible, con un juego de palabras pudo hacer que su hermano se sintiera bien e importante.
Su santidad resplandecía en su rostro, sus palabras eran consoladoras y llenas de amor que
transmitían una paz inexplicable a quien le oía hablar, vivía todos los problemas de los
demás como si fueran suyos, los interiorizaba y siempre tenía una respuesta exacta a todo,
pero nunca hizo alarde de ello, sino que siempre mantenía una humildad, y una sencillez
que lo caracterizaba, era amigo de todos pero en su alma siempre estaba solo.
Nunca nadie se enteró de lo que había pasado con su hermano, ni de la conversación
que mantuvieron esa tarde. Desde ese día la relación de Arnaldo con sus padres había
mejorado bastante y él ya no se preocupaba por ganar la confianza y el respeto de ellos, sino
todo lo que hacía no era para ganarse la admiración, el respeto, ni el aplauso de nadie, sino
que lo hacía con amor, para ganarse la admiración de Dios y así un día contemplar su rostro
glorioso, ponía en práctica lo que le dijo José, hoy al levantarte debes pedirle a Dios que
todo lo que hagas no sea para ganarte el aplauso ni la admiración de nadie, sino para gloría
suya.

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A José le encantaba contar cuentos, pero sus cuentos eran muy profundos y siempre
encontraba el adecuado para contárselo a quien más lo necesitase, tenía muchos amigos y se
volvió muy popular, a la vez también despertaba la envidia de muchos que tenían complejo
de inferioridad y querían ocupar siempre el primer lugar llamando la atención y como nadie
es monedita de oro para caerle bien a todos, él no era la excepción.
Santo no es aquel que le cae bien a todos, sino el que habla con la verdad y es
coherente con sus palabras y actos por más difícil que eso sea. El que puede conciliar la
lejanía con la cercanía, el que es amado y aliado, pero siempre está dispuesto a dar la vida
hasta por sus enemigos, es aquel que no tiene enemigos, sino adversarios, que no tiene
adversarios sino aliados, que no tiene aliados sino compañeros, el que no tiene compañeros
sino amigos, el que no tiene amigos sino tiene hermanos, ese es el santo.
José acostumbraba a irse todas las mañanas muy temprano a una plaza muy hermosa
rodeada de hermosos árboles que daban una sombra muy acogedora, a orillas del arroyo,
donde se escuchaba el trinar de los pájaros, el correr del agua en medio del bosque, una
melodía hermosa que deleitaba sus oídos, ni el propio Mozart habrá creado una sonata como
esa, se subía a uno de los árboles de mango más grande que había en la zona, desde ahí
contemplaba las maravillas de la naturaleza y la inmensa misericordia de Dios, a quien cada
vez lo sentía más cerca
Juan, un joven muy conflictivo, amigo de José, un día lo siguió a la plaza con la
intención que le aclarase algunas cosas sobre Dios y su existencia, pues él se consideraba un
agnóstico.
Estaba José en la cima del árbol con los ojos cerrados y un rosario en mano, Juan se
acercó lentamente bajo el árbol para oír a José pensando que él no lo había visto, se quedó
observándolo más de media hora y no decía nada, ni siquiera abría los ojos.
- Será que se quedó dormido.
- Sube Juan que te estaba esperando, no tengas miedo.
- ¿Cómo supiste que estaba aquí?
- Te vi cuando me seguías, sube.
Con un poco de temor y de vergüenza Juan subió al árbol lentamente y se sentó al
lado de José, temblando de miedo, Juan no sabía como encarar el tema, puesto que José era
muy sabio y temía hacer el ridículo. El temor al fracaso y a hacer el ridículo, siempre nos
limita e impide nuestra madurez personal. José tomó la iniciativa y el dijo: “La valentía no
es la falta de miedo, sino el discernimiento de que otra cosa es más importante que el miedo,
los valientes quizás no vivan para siempre, pero los cautelosos no viven en absoluto, desde
ahora estarás viajando entre los caminos de quien crees que eres y quien puedes llegar a ser,
el secreto está en darte la oportunidad de hacer ese viaje, no temas escuchar la voz de Dios”.

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Juan quedó asombrado por lo que había oído y se armó de valor para entrar en
conversación y le preguntó:
- ¿Por qué crees que Dios existe?
- Porque puedo escuchar a los pájaros cantar.
- ¿Cómo es que yo hago todo lo posible por creer en él pero no puedo, no lo veo en
mi vida?
- Nunca amaremos a Dios si no nos sentimos amados por El, déjate llevar por la
corriente de su amor, no pretendas pasar todo por el filtro de la razón.
- Es que no puedo, por ejemplo, ese rosario que tienes en la mano, de qué sirve
rezarlo todo el día, si igual hay maldad, guerra, violencia en el mundo, tú crees que Dios
existe y si existe ¿acaso te escucha?
- Vas por buen camino Juan, eres una buena persona y el Señor tiene preparadas
grandes cosas para ti, El no te llama para cosas pequeñas, Pablo era perseguidor de los
cristianos, luego se convirtió y prácticamente todo el nuevo testamento fue escrito por él.
- Sí, pero yo no soy Pablo
- Mira, en la vida hay dos principios muy importantes que seguir, aprender a
renunciar y a negociar, ahora te propongo un trato, te contaré dos cuentos, uno sobre el
rosario y el otro sobre si Dios me escucha o no, y luego me dejas solo, ya no me haces
ninguna pregunta más y cuando creas que necesitas hablar conmigo vuelves aquí mismo,
pero me debes prometer que reflexionarás sobre los cuentos.
- Está bien, como tú digas, pero no te prometo que reflexionaré sobre ellos hoy
mismo, pero trataré de hacerlo.
- Es buena señal, recuerda el árbol que más se quiere es el que más se poda.
Un joven quien todos los días le pedía a Dios que le conceda una beca para viajar al
extranjero y estudiar, todos los días se lo pedía incesantemente, el joven pertenecía a varios
movimientos de la Iglesia, era una persona muy buena y piadosa, nunca se cansaba de
pedirle a Dios por el viaje.
Un día mientras estaba orando se le apareció un ángel y le dijo que Dios no le iba a
conceder lo que le pedía, desde ese día todos los días iba a agradecerle a Dios, sus
compañeros sorprendidos por su actitud le preguntaron, por qué le daba gracias a Dios
siendo que no le iba a conceder lo que le pidió, el joven con un rostro sonriente y alegre les
dijo: “Es que Dios siempre me estaba escuchando y yo que dudaba y no creía en El”.
- Dios siempre te escucha y por más que dudes de El, está esperando que te acerques
para darte la misión que te tiene preparado, solo tienes que escucharlo.
- ¿Y sobre el rosario que hay?

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- No seas impaciente, sabes que para aprender, tanto como para enseñar debes tener
ciencia y paciencia.
Existía en un pueblo un rey muy injusto y malo, quien todos los días rezaba el
rosario. Un día estaba durmiendo y tuvo un sueño profético, soñó que murió y fue al cielo,
se presentó al tribunal de justicia, en el centro estaba Dios Padre y a su derecha Jesucristo
con sus apóstoles y en frente había una mesa con una balanza, donde un ángel trajo una
bolsa enorme en la que cargaba todas las maldades que cometió y la puso a un lado de la
balanza y esta se inclinó, luego vino otro ángel y trajo las cosas buenas para colocarlas en la
otra balanza, pero estas eran más pequeñas que un pedazo de pan y la balanza ni siquiera se
movió. Cuando estaba a punto de ser juzgado la Virgen María sacó un rosario y lo colocó en
la balanza de las buenas obras y esta se inclinó hacia ahí???? VER, no se entiende bien la
frase, puede ser se inclinó hacia el equilibrio de las dos balanzas, algo así, en ese momento
el rey se despertó de un susto, desde ese día su vida cambio rotundamente, se convirtió en el
rey más bueno y querido de su reino.
- No creo que te haga ningún daño intentar rezar, verás lo divertido que es, y
muchas de tus interrogantes se irán resolviendo por sí solas.
- Los cuentos son buenísimos, de dónde quitas tanta sabiduría y tanta paciencia.
Las últimas palabras de Juan no tuvieron respuestas y se dio cuenta que José volvió a
cerrar sus ojos y entendió perfectamente el mensaje y que el trato y las propuestas eran en
serio, lentamente se bajó del árbol y dejó a José solo.
Lo único que se necesita para ser un buen cristiano al igual que un filósofo es la
capacidad de asombro, que es lo que mueve al hombre a descubrir sus limitaciones y la
majestuosidad de la misericordia de Dios.
Mientras se alejaba Juan veía a José sentado en el árbol y se decía: este sí que es un
santo varón y muy sabio, era cierto lo que se decía de él, pero Juan no solo observaba a José
desde lejos sino que lentamente empezaba a oír hablar a Dios en la naturaleza, cuando aún
caminaba, contempló una manada de aves que volaban en el hermoso cielo azul, pero su
capacidad de asombro y de observación estaba muy sensible que se percató que una sola ave
era la que guiaba a las demás, la que iba al frente y de pronto parecía que esta se canso y le
sucedió otra, quedó admirado por lo que estaba viendo y dijo: “Qué distinto sería el mundo
si los hombres pudieran entenderse así” y sin darse cuenta de lo que decía dijo: “Gracias
Dios mío por permitirme contemplar tanta belleza”

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PARTE III
Aún se oía la melódica voz de la naturaleza, esa armonía de sonidos que componía
una hermosa (melodía) MÚSICA PARA NO REPETIR MELODÍA, las aves que cantaban y
el río que les acompañaba con el zumbido agudo al pasar entre las rocas le daban el toque
sutil y relajador, cuando de pronto todo empezó a oscurecerse, los pájaros callaron, las
aguan dejaron de correr, el cielo se volvió oscuro y el ambiente silencioso, las voces del
cielo enmudecieron y en medio de un silencio sepulcral, en el cual se podía oír
perfectamente el latido del corazón, que aceleraba su ritmo y el paso de la sangre por las
venas producían un sonido suplantando al agua entre las rocas.
Estaba tan oscuro que ni los dedos de las manos se podían ver al extenderla en frente
y el silencio era aterrador que hasta ni cuenta se daba uno que aún estaba viviendo, este
fenómeno tan raro se prolongó por un buen rato, hasta que de pronto en medio de la
oscuridad entre luces y penumbras se podía divisar una gruta de piedra sobre la cual estaba
parada la Virgen María, cuyo manto resplandecía como el oro, solo se veía desde su cintura
para abajo y al lado de sus pies sobre la montañita de piedra estaba expuesta una bella rosa,
tan bella, hermosa y perfecta, parecía una rosa única hecha con tanto amor y tanta
delicadeza, tenía una rama que salía de ella de la cual brotaban dos hojas verdes, hechas a la
perfección, era algo insólito, algo nunca visto por nadie.
De repente todo empezó a desvanecerse y todo volvía a la normalidad, José estaba
sentado entre las ramas de su árbol sin saber lo que había pasado, cuando despertó quedó
tan asustado, porque no sabía lo que estaba pasando, era la segunda vez que veía esa rosa, y
no sabía que significaba aquello y lentamente comenzó a intrigarse y se moría de
curiosidad, quería saber que significaba todo eso, pero eso lo mantenía en secreto, porque
era consciente que nadie le creería y más de uno argumentaría que está enloqueciendo, pero
no se daba cuenta que ha sido llamado para hacer grandes cosas y lentamente estaba siendo
preparando para su misión.
Cautelosamente bajó del árbol y se dirigió a su casa, porque ya estaba clareando por
completo, el nuevo día se estaba asomando, marcando su inicio con la presencia del sol y el
debía prepararse para ir a la escuela y se estaba haciendo tarde.
De camino a la escuela José se preguntaba qué le estaba ocurriendo, qué significaban
las rosas que vio. Su anhelo de santidad iba aumentando cada vez más, no se imaginaba que
Dios lo había oído, pero como el oro es probado en el crisol, el justo debe ser probado en su
justicia. El árbol que más se quiere es el que más se poda, había dicho a Arnaldo y a Juan,
pero le costaba aplicar esa frase en él. Dios había comenzado su tarea de poda en él, pero
como nadie puede comprender la obra de Dios en su vida de buenas a primeras, él no era la

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excepción, y no entendía qué estaba ocurriendo y mucho menos lo que le esperaba. La
lógica de Dios no es la lógica humana.
Héctor, el profesor de ética, un profesor muy exigente, acostumbraba a dar la clase
en forma muy dinámica y participativa, donde el hacía una pequeña introducción al tema,
luego sorteaba entre los alumnos y elegía a uno para que expusiera el tema, era una
metodología muy original porque el alumno aprendía a desenvolverse por sí solo y no solo
se convertía en un simple espectador y muchas veces sin entender nada, era una forma de
romper con la metodología tradicional y sobre todo dar oportunidad al alumno que pueda
expresar sus sentimientos e ideas y no reprimirlas, por más descabelladas que sean, ya que
esa ideas, eran aprobadas o desaprobadas por el curso y de esa forma todos (el curso) LOS
ALUMNOS participaban y las clases eran muy interesantes, sobre todo porque los chicos
aprendían a ser libres y auténticos y decían lo que pensaban sin temor a ser reprochados,
todos eran escuchados como buenos oradores y grandes maestros.
Héctor hizo una introducción al tema de la verdad, un tema muy complejo, luego
tomó una bolsa en donde estaban los números y llamó a uno del grupo para que quitase un
número, el curso estaba en silencio con una expectativa grandiosa, todos rogaban que no
fuera su nombre el que salía, con el corazón en la boca todos seguían muy de cerca la
elección. Generalmente en los sorteos esperamos más que salgan nuestros nombres y
decimos que esperamos que la suerte nos acompañe, pero en esta ocasión cada alumno
quería ver a la suerte alejarse lo más lejos posible.
José cruzaba los dedos para que no salga su nombre, cuando de pronto salió el
número 13, quien nos dará una brillante exposición sobre la verdad, dijo Ariel y luego tomó
su lista y vio el nombre del privilegiado, el expositor de esta mañana es José Jiménez, para
quien pidió un caluroso aplauso, el aula estalló en aplausos, todos menos José estaban
contentos y aplaudían, descargando en sus aplausos la tensión acumulada de la votación.
-Muy bien, caballero la palabra es tuya, dijo Héctor, dinos que es la verdad. Lentamente
José se paró y se dirigió al frente, después de un pequeño silencio dijo: “En realidad soy el
menos indicado para hablarles sobre la verdad, pero haré todo lo posible y espero sepan
comprenderme”.
-La verdad es la expresión de la voluntad de Dios, Jesús mismo lo ha dicho “La
verdad os hará libres”. Los filósofos antiguos como modernos buscaban y buscan la verdad
racionalmente, al igual que nosotros, pero la verdad no es racional, la verdad es
trascendental, a la verdad no se llega a través de la razón, a la verdad se llega a través del
corazón, ya lo decía Pascal: el corazón conoce de razones que la razón no conoce.
Cuando Pilatos preguntó a Jesús qué es la verdad, Jesús no le respondió, entonces
Pilatos le dijo, no te das cuenta que yo tengo el poder para condenarte o liberarte, Jesús le

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respondió, tú no tienes poder sobre mí, tú no me quitas la vida, yo la entrego por amor a ti.
Esa es la verdad, el poder de dar la vida por el otro, el amor. El que conoce la verdad es
libre porque conoce el amor, a eso se refiere Jesús cuando dice la verdad os hará libres.
La verdad se impone por sí sola, es por eso que cuando alguien va a cometer algo
ilícito nunca quiere hacerlo solo, por temor y falta de libertad, porque sabe que tarde o
temprano se sabrá la verdad y no quiere caer solo. La mentira tiene patas cortas, por ejemplo
el que fuma siempre quiere que otro fume, el que toma también por temor a caer solo pues
sabe que es dañino para la salud y no quiere morir solo, y el que descubre la verdad es libre
y va solo, no obliga a nadie.
El que descubre la verdad apuesta todo, pues sabe que no perderá y se juega hasta el
último cartucho, es como el profeta Daniel cuando le dice al rey no son los dioses los que se
comen las ofrendas del templo sino los sacerdotes y sus familias y lo aseguró con su vida
diciendo: si no es cierto que yo me muera, pero él estaba convencido de la verdad, los
sacerdotes dijeron no es cierto, entonces el rey dijo vamos a probarlo esta noche y llevaron
ofrendas al Dios Vahal, y al día siguiente al abrir la puerta del templo lo encontraron vacío y
el rey dijo: Alabado sea Vahal, pero Daniel había echado cenizas en el piso y le dijo al rey
¿de quién son estas pisadas de niños y adultos?, eran de los sacerdotes y sus familias que
tenían una entrada subterránea al templo.
La única verdad que mueve al mundo es el amor, pero no el amor conyugal, el amor
de una amistad, porque esos amores son egoístas sino el amor de Cristo, el amor ágape, la
única verdad. Es como ese poeta que dijo: antes yo escribía y hablaba cosas bellas sobre el
amor, pero no lo conocía y ahora que lo conozco no puedo describirlo, pues esa es la verdad,
el amor.
Para darle una definición podríamos decir que la verdad no es la falta de la mentira,
sino el discernimiento que otra cosa es más importante que la mentira, la comprensión del
amor es la base de toda verdad. Eso es todo lo que yo puedo decir acerca de la verdad dijo
José y fue a sentarse al compás de un estruendoso aplauso recibido por sus compañeros y las
más gratas felicitaciones dadas por el profesor quien le dijo: “Excelente muchacho, parece
que el Espíritu Santo te ha iluminado bastante esta mañana”.
Cuando apenas el profesor hizo sentar a José sonó el timbre y este dijo: “bueno,
había cosas que quería decirles pero veo que será en otra oportunidad, pueden retirarse,
excepto tu José. Puedes quedarte un momento, (para) ME GUSTARÍA hablar contigo.
- Si, desde luego profesor
- Muy bien chicos, pueden salir y nos vemos la próxima semana.
Como es de costumbre los alumnos, apenas escucharon la venia del profesor para
salir, no dudaron ningún instante en hacerlo, mientras José quedó sentado esperando que

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todos sus compañeros saliesen para hablar con el profesor. José en su interior se llenaba de
interrogantes. ¿Qué he hecho? ¿Qué dije que esté fuera de lugar? ¿Será que dije algo malo?
Aún estaba pensando y distraído por lo que estaba ocurriendo cuando (Ariel) HÉCTOR le
dijo: Vamos, te invito a tomar una gaseosa en la cantina. Era el comienzo de una gran
amistad que se prolongaría para toda la vida. Una amistad no se hace, una amistad nace, una
amistad no tiene condiciones, espacio, tiempo ni límites, una verdadera amistad es como
una vela que se enciende y una vez encendida no deja de brillar hasta consumirse por
completo.
Una vez en la cantina Héctor dijo a José, te invité a tomar una gaseosa, porque creo
que te la mereces, después de la brillante disertación, jamás escuche hablar así a un alumno,
realmente me quedé muy sorprendido y sobre todo muy contento y privilegiado por tenerte
en mi clase, quería felicitarte y darte las gracias por haberme enseñado bastante.
- No es para tanto profesor, cuánto le debo por hacerme sentir bien y alzarme la
autoestima.
- No, todo lo que digo te lo digo en serio, tú sabes que soy un hombre veraz y qué
necesidad tengo yo de mentirte, qué gano con ello.
- No se apure tanto profesor, que no todo lo que brilla debajo de la pollera de la
francesa es oro, no se tome tanta confianza, que lo puedo traicionar, no se cree tantas
expectativas que lo puedo defraudar.
- No te preocupes José, que la vida me ha enseñado bastante y he aprendido que
desde que tengo la oportunidad de tener un amigo estoy dispuesto a ser traicionado, quien
sino un amigo me puede traicionar, no vendrá un extraño a traicionarme, qué sentido tiene y
cómo me va a traicionar si no hay afinidad, y defraudarme no creo que no lo hagas pues yo
también he defraudado a muchos, es que somos humanos y tenemos la posibilidad de errar y
equivocarnos, pero lo más interesante de todo es darnos cuenta de ello y tratar de mejorar.
El primer paso para solucionar un problema es darse cuenta de él y ser consciente del
mismo, el resto vendrá por añadidura.
- Si está dispuesto a ser traicionado y defraudado, pues no me queda otra que ser su
amigo, además no se preocupe que el tiempo es nuestro mejor aliado y solo él nos irá
guiando por la gran escuela de la vida, pero me encantaría ser su amigo y servirle.
Se estrecharon las manos y se dijeron: “amigos, amigos”, luego levantaron sus copas
en alto y brindaron, por nuestra amistad que hoy nace para que perdure para siempre, salud,
salud. Ninguno de los dos se imaginaba el lazo de amistad muy grande que se estaba
uniendo en esa mesa esa mañana tan agradable. Si amas a alguien y él no es consciente de
ello y no se da cuenta, el amor no le sirve, pero una vez consciente tiene todo el efecto
transformador inimaginable por el hombre.

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La vida humana es un misterio insondable e inagotable, pues ninguno de los dos
entendían como es que estaban uno frente al otro hablando de amistad si hace tiempo que se
conocían y mantenían una relación de profesor a alumno y ahora se estaban declarando el
amor, pero un amor bien entendido, un amor fraternal, que no deja de ser egoísta, ya que
está expuesto a ser derribado en cualquier momento, pero la obra de Dios es inentendible
para la razón del hombre, quien muchas veces por no entender su amor y su forma de obrar
reniega en contra de Él. Que (yo) UNO no entienda no quiere decir que Dios se haya
equivocado.
Ninguno de los dos sabía exactamente lo que estaba ocurriendo en sus vidas, pero lo
disfrutaban al máximo, ninguno entendía por qué estaban sentados bebiendo juntos,
mientras se declaraban su amistad. De pronto hubo un gran silencio como si se les acabasen
las palabras, se miraron a los ojos y el maestro dijo: es bueno que se nos acaben las
palabras, pues eso es signo de que tenemos ideas y estamos pensando, pues al que habla
mucho le sobran palabras porque le faltan ideas y el que habla mucho tiende a equivocarse.
El necio dice todo lo que sabe mas el sabio sabe lo que dice, fue esa actitud tuya la que me
convenció y me sedujo para que pueda invitarte a tomar una gaseosa, no creas que todo en
la vida es casualidad, todo en la vida tiene un porqué y un para qué, que le dan sentido a
nuestra vida.
Veo en tus ojos algo que te diferencia de tus compañeros, esa capacidad para
escuchar y hablar lo necesario, eres una persona observadora y detallista y creo que puedes
aportar muchísimo a la humanidad, creo que el Señor tiene grandes cosas preparadas para ti,
pero eso no implica que todo sea fácil y color de rosas. Como decía Napoleón a sus
soldados, no les prometo una batalla fácil, pero si lágrimas, sudor y sangre. No sé porque te
estoy diciendo todo esto, pero sé que se cumplirán ..falta algo, completar puede ser MIS
PENSAMIENTOS, Dios hace las cosas de una forma tan rara que muchas veces nos cuesta
entenderlas, te contaré un cuento que ejemplifica lo que te estoy queriendo decir.
Una vez un hombre estaba sentado bajo la planta de un paraíso gigante lleno de
frutas y en frente estaba una planta de zapallo tan grande y dijo: “Cómo es que Dios siempre
hace las cosas al revés, le da a este paraíso un tallo tan grande para sostener unos frutos
pequeños, mientras que a este zapallo tan grande le da un tallo tan frágil que ni siquiera
puede con él. De pronto del árbol cayó una fruta de paraíso sobre su cabeza y el hombre
dijo: Dios, tú todo lo haces bien.
Dios tiene su tiempo, y sus misterios, muchas veces insondables para el hombre. Veo
en tus ojos un anhelo tremendo por alcanzar algo, pero no sé qué es, tus ojos están llenos de
voluntad, capaces de llevar el mundo por delante.
- A ver, cuéntame cuál es tu gran deseo en la vida.

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- Mi gran deseo es el de alcanzar la santidad, no una santidad para ganarme el
aplauso ni la admiración de nadie, sino una santidad para que algún día pueda contemplar el
rostro glorioso de Dios.
- Es un deseo muy bueno, fuerte y lleno de esperanza, pero recuerda que no es un
camino fácil, debes estar dispuesto a muchas cosas. No soy ningún profeta pero puedo
decirte con certeza que lo lograrás, pero debes estar preparado, no es para que te asustes,
pero para llegar a tu meta el Señor triturará tus huesos en un molino, te hará pasar por la
hoguera y tus cenizas las esparcirá por el viento, no quedará ceniza sobre ceniza para luego
tenerte entre sus santos, pero no te preocupes, que si Él te llama Él te dará la fuerza para
soportarlo, Dios no abandona a sus elegidos.
El hombre es tan débil que en todos sus intentos fracasará si los realiza pensando que
él solo lo puede, todos tienen dos elementos para llegar a la meta, la razón y la voluntad,
pero recuerda que cuando la razón y la voluntad ceden a la debilidad, es donde Dios se
manifiesta y viene a nuestro auxilio y pone en nuestras vidas acontecimientos fuertes que
puedan reencausar nuestras vidas hacia el camino de la santidad y podamos dar el gran salto
de la fe.
No trates de cambiar y llegar a la santidad por temor, intenta llegar a ella por amor,
deja a Dios actuar y no te asustes por la manera en que lo hace, pues el tiene cada forma rara
de hacer las cosas que si las queremos interpretar racionalmente nos perderemos en el
intento y las oportunidades de la vida fluyen de nuestras manos y se nos escurre como agua
entre los dedos.
José estaba sorprendido por lo que estaba escuchando, ya eran demasiados
acontecimientos raros en su vida para una sola jornada, primero lo de la rosa, luego la
sorpresa de la exposición y ahora todo este discurso de un profesor que apenas conocía y
para más le pedía que fuese su amigo, ya era demasiado para José que hacía un gran
esfuerzo por comprenderlo, lo único que hacía era matar neuronas y no llegaba a nada,
había un gran eslabón perdido en su mente que no lograba unir sus pensamientos e ideas,
que se quedaban flotando en el aire y sus interrogantes cada vez se hacían más numerosas y
más grandes.
José miraba desconcertado a su profesor y lo escuchaba atentamente, hasta que de
pronto lanzó una pregunta ¿Por qué me escogió a mí para ser su amigo? ¿Qué tengo yo que
no tengan los otros?
-No te preocupes hijo, tampoco yo se porque quiero ser tu amigo ni por qué me
inspiras confianza, lo único que sé es que deseo ser tu amigo y como ya te lo dije una
amistad no se hace, una amistad nace, el tiempo es nuestro mejor aliado en esta
circunstancia, solo el nos dirá todo lo que necesitamos saber a su debido tiempo, no te

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preocupes tanto por lo que está ocurriendo, solo vívelo como una pedagogía de Dios, el
tiene sus planes y los planes de Dios no son los planes de los hombres. Solo déjate llevar
por la corriente, no te resistas a sus planes porque tarde o temprano volverás a sus redes, no
tienes opción con él, una vez que te elija, cumple sus designios y no te abandona.
José cada vez estaba más asustado por lo que oía, Dios tiene una rara forma de
manifestarse que nunca podemos llegar a entenderlo por completo. (Ariel) HÉCTOR??
tomó el vaso lo levanto y dijo: “Brindemos por esta nueva amistad y que perdure para
siempre, no importa por qué surgió, no importa cómo surgió, ni para qué surgió, lo
importante es que surgió y hay que celebrarlo “José levantó su vaso y brindaron y fue así
cuando entró en confianza y dijo; no soy un gran escritor, tampoco un poeta, mucho menos
un orador, pero quiero que me permitas que te declame una poesía, una poesía a la amistad,
no sé si lo voy a poder hacer con la profesionalidad que mereces, pero le puedo asegurar que
está hecha con mucho amor y es digna de ser escuchada en momentos tan importantes como
este:

LA AMISTAD
Todo en este mundo
Algún día acabará
Terminará la guerra
Y reinará la paz
Todos los que lloran
Algún día reirán
Todos los que sufren
Consolados serán
Todos los soberbios
Derrotados se verán
Mas la amistad en este mundo
Por siempre prevalecerá

Que me falte todo en este mundo


El agua para beber
El pan para comer
Los pies para caminar
Pero nunca un amigo
En quien pueda confiar
Con quien pueda compartir

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Bellos momentos de alegrías
Y de tristes agonías
Donde las penas compartidas
Se convierte en melodías
Que las oímos con armonía

La verdadera amistad
Esta llena de bondad
Su gran don es la libertad
Ella no es obligada
Esta libre de limitaciones
Y no exige condiciones
Si encuentras un amigo
Es muy difícil de corroerse
E imposible de perderse
Pues a todo hombre adormece
En un mundo de felicidad
Despojándolo de toda maldad

- Es precioso, yo jamás dudé de tu capacidad, eres todo un poeta, tienes mucho


talento y mucho futuro por delante.
- No es para tanto, soy apenas un aficionado.
Héctor se quedó admirado por lo que acababa de escuchar, nunca dudó de él,
siempre confió y apostó en su capacidad, pero parecía que había muchas cosas aún que
descubrir, le esperan muchas sorpresas por recibir.
José, después de la admiración de (Ariel) HÉCTOR y el silencio que produjo el
asombro de su poesía tomó la palabra y dijo: fue una jornada espectacular la de hoy, pero
debo marcharme porque es tarde y tengo cosas que hacer, si fuera por mí me quedaría toda
la tarde, pero primero el deber, luego el placer.
- Tienes razón, yo también tengo muchas cosas que hacer y lo bueno en exceso
siempre hace mal, las buenas cosas hay que probarlas de a poquito, es como ese bombón
que comes uno y te quedas con el gustito y el sabor en la boca y quieres volver a probarlo,
sin embargo si te comes la barra de chocolate, te empalaga y ya no quieres saber más nada
de él.
- Qué tal si levantamos la sesión.
- Me parece buena idea, nos vemos la próxima semana.

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Ambos se estrecharon las manos como signo de amistad y cada uno se dirigió a su
casa después de una inolvidable jornada, al menos para José, quien se fue contento pero
lleno de interrogantes.

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PARTE IV
Aún lleno interrogantes José caminaba rumbo a su casa, cuando de pronto pasó
frente a una Iglesia y vio que las puertas estaban abiertas y en el fondo había una frase que
decía “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré, porque mi
yugo es liviano y mi carga ligera”. Aquella frase que tantas veces había oído pero nunca le
había causado tanta impresión como ahora, como por arte de magia y una atracción fatal,
hizo que se introdujera lenta y temerosamente en la Iglesia, más por curiosidad que por
devoción, lentamente, fue (introduciéndose) ADENTRÁNDOSE en ella.
Mientras se dirigía lenta y cautelosamente, pudiendo contar sus pasos y tratando de
hacer el mínimo ruido posible, se decía en su interior “a lo mejor Dios quiere decirme algo
esta tarde, de pronto y sin darse cuenta ya estaba frente al altar y observando al crucificado
que se encontraba frente (mismo) a él. Nunca había visto una imagen tan hermosa, tan
resplandeciente, que le llamara la atención. Cuando estamos desconcertados y confundidos
en la vida todo se aclara ante la cruz del señor. La cruz es siempre la misma, hermosa,
reluciente, esperanzadora y llena de misericordia, compasión y amor, pero no siempre
podemos apreciarla en ese plano glorioso hasta que de nuestros ojos se caiga el velo que los
cubre, pero para ello necesitamos pasar por acontecimientos fuertes e inentendibles en
nuestras vidas, solo así llegaremos a contemplar la cruz gloriosa, por más que parezca una
contradicción para muchos y una realidad lógica para otros.
Arrodillado frente al altar empezó a decir Señor ¿qué quieres de mí?, ¿qué quieres
que haga?, no entiendo lo que está pasando en mi vida, ayúdame a comprenderte, a poder
seguirte y hacer tu voluntad, estuvo así casi una hora, cuando de pronto se le fue de las
manos el tiempo y el espacio y solo contemplaba la cruz sin decir nada, solo la miraba
atentamente, transcurrieron las horas, pero el ni cuenta se daba de ello, ya eran como las
cinco de la tarde y aun no volvía a casa, su madre ya estaba desesperada, mientras él estaba
en otra dimensión, cara a cara con Dios, nada ni nadie podía impedir ese momento de
alegría y paz que estaba experimentando, como que en la Iglesia solo se encontraba
físicamente, pero espitualmente hacia rato que se había ido. La gente entraba y salía y lo
veían quieto sin mover ningún solo dedo con los ojos fijos en la cruz, más de una vino a
tocarle y hablarle, pero el ni se percató de ello.
Ya iba arrodillado más de cinco horas, cuando de pronto dio señales de vida, empezó
a moverse, pero aún con los ojos puestos en la cruz, un silencio sepulcral acompañaba a su
contemplación, cuando de pronto comenzó a ver una enorme gruta y dentro estaba la virgen
María más radiante y hermosa que nunca, toda la gruta estaba iluminada por una luz, era
algo precioso y encima de la gruta estaba el sagrario, era un sagrario poco común, era
grande y hermoso, hecho totalmente de madera y tallado, tenia las puertas abiertas y de

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adentro relucía una luz bellísima, una luz amarilla, muy intensa que fluía con mucha
intensidad, esa luz duró durante unos minutos, ya que fue interrumpida por una sombra que
vino a gran velocidad, se introdujo dentro y volvió a salir dejándolo a oscuras, una
oscuridad total, hasta la gruta lentamente empezó a perder su brillo y un gran susto se
apoderó de él y cayó al suelo, asustado no sabía lo que estaba pasando.
Una señora lo tomó del brazo, lo levantó y lo hizo sentar, ¿estás bien? Le preguntó,
él todo confundido no respondió, estabas arrodillado rezando PROSIGIÓ DICIENDOLE
LA SEÑORA cuando de pronto te viniste al suelo, pero JOSÉ no dijo ninguna palabra por
temor a que no le crean o que crean que estaba loco, solo esperó a recuperarse del susto,
recuperar sus fuerzas y salir despavorido. Salió con más interrogantes que con los que entró.
Dios tiene una rara forma de seducirnos y de comunicarnos sus designios, que muchas veces
por no entenderle, lo dejamos escapar, pero tarde o temprano, nos vuelve a atrapar, para
comprenderlo y dejarnos sorprender por El.
José nunca había tardado tanto en el colegio, ni había faltado a casa a comer sin
antes avisar, Margarita y Pedro ya estaban muy preocupados por él, José siempre había sido
un joven muy responsable, obediente y respetuoso y últimamente se andaba comportando
un poco raro, los padres, cuya intuición es muy sensible, percibían que algo le andaba
pasando a su querido hijo.
Eran como las seis de la tarde y José no volvía, entonces Margarita preocupada dijo
a Pedro, esperemos un rato más y luego hagamos algo, pero Pedro no estaba preocupado en
absoluto por su hijo ya que como todo padre siempre apuesta a la capacidad de sus hijos,
mientras que las madres apuestan a la necesidad y son más vulnerables a este tipo de
situaciones. Cuando los ánimos se caldean en una situación embarazosa los padres están
confiados y depositan toda su confianza en sus hijos, pero las madres, al contrario, se
desesperan y pierden toda esperanza porque sienten las necesidades que ellos estarían
pasando, pero en el fondo ninguno de los dos dejan de preocuparse.
Margarita ya estaba desesperada mientras Pedro trataba de calmarla diciéndole: “No
te preocupes por él, estará bien, ya es una persona grande y hay que dejarlo crecer, no debes
consentirlo tanto, la vida es la mejor escuela del hombre y solo el que pasa por ella puede
comprenderla, no es lo mismo pasar por la vida como meros espectadores que como
verdaderos autores, no te preocupes él, estará bien, tal vez le invitaron a comer sus
compañeros y ya sabes cómo son los jóvenes, una vez que se juntan, se olvidan de todo, del
tiempo, del espacio y hasta de los padres, es la ley de la vida.
- No sé cómo los hombres pueden ser tan fríos, no tienen sentimientos, tienen el
corazón de hielo.

25
- No es que nosotros seamos fríos, sino que somos objetivos y ustedes son las
extremistas y complican todo, son unas exageradas.
Cuando iba a empezar una discusión, como un milagro viene llegando José, porque
una discusión a causa de las posturas extremas del machismo y feminismo casi nunca
terminan bien, por culpa del fanatismo de cada uno de los bandos, y no se dan cuenta que
ninguno de los dos pueden vivir sin el otro, ambos se necesitan y se complementan, lo que
el hombre carece le sobra a la mujer y de lo que las mujeres carecen le sobra a los hombres
y solo juntos y reconociendo que sus diferencias les enriquecen es cuando una relación es
fructífera y todos salen beneficiados.
- Hola mamá, hola papá.
- ¿Dónde has estado hijo, ya nos tenías preocupados, tu padre y yo estábamos a
punto de morirnos de un infarto porque no sabíamos nada de ti.
- ¿Por qué no has avisado que llegarías tarde y que no vendrías a comer, así nos
ahorrarías muchos quebrantos a tu madre y a mí.
- Lo siento papá, es que mi profesor de ética me invitó a comer al término de la
clase y se me olvidó avisarles.
- ¿Tanto tiempo duró el almuerzo?
- No, es que me ocurrieron muchas cosas raras y sorprendentes que hasta ahora
no sé qué creer, pero tenemos que sentarnos a hablar sobre el tema con más detalles y más
tranquilos.
- Me parece genial hijo, por qué no te duchas y a la hora de la cena hablamos.
- Está bien papá.
José, el único hijo que les quedaba, pues los demás ya estaban casados y cada uno
formó su propio hogar y solo venían de visita muy raras veces, por ello sus padres siempre
aparte de consentirlo en todo, hacían lo posible de educarlo de la mejor manera, era una
familia muy abierta, acostumbrada al diálogo y los debates y entre los tres trataban de
encontrar soluciones a los distintos problemas que la vida les presentaba. La vida es mi
mejor escuela decía Pedro, ella siempre juega de mi lado, mientras que Margarita aportaba
su granito de arena diciendo el tiempo es nuestro mejor aliado y nuestro peor tirano, hay que
saber utilizarlo y sobre todo aprovecharlo.
Cuando José se acercó a la mesa, la cena ya estaba servida y sus padres estaban
sentados esperándole, pues sabían que algo no andaba bien y querían saber qué era, qué
estaba pasando con José, últimamente se andaba comportando de una manera muy extraña,
ya que hacia cosas muy raras, como levantarse muy temprano a correr, cosa que antes no
hacía, pero ellos no sabían que él en realidad no iba a correr sino a contemplar la naturaleza,
cerca del arroyo que no distaba mucho de su casa.

26
Cuando llegó a la mesa había un silencio aterrorizador, los ojos de Margarita y Pedro
se clavaron en él y brillaban como piedras preciosas que atravesaban la más terrible
oscuridad.
- Siéntate hijo, susurró su madre, con una voz acogedora y consoladora.
Esas dulces palabras de su madre bastaron para romper la barrera de silencio que se
había creado por la expectativa, José tenía mucha confianza en sus padres, pero esta vez las
cosas eran difíciles de contar y el temor lentamente se apoderaba de él y eso se reflejaba en
lo cohibido que se encontraba frente a ellos. El miedo corría por sus venas, un miedo
inexplicable, ya que eran sus padres y nunca tuvo miedo de ellos, pues ellos siempre le
inculcaron a hablar con la verdad.
- Ustedes siempre me enseñaron a hablar con la verdad y a no tener miedo y
como decía Jesús la verdad os hará libres y a ustedes no puedo mentirles, por más que lo
que les voy a contar suene algo extraño, confuso y no sé si es real o una FANTASÍA DE LA
imaginación nada más, lo único que les pido es que no crean que estoy loco, porque
últimamente estoy empezando a creer que estoy enloqueciendo.
- No te preocupes mi hijo, tú sabes que jamás pensaríamos eso de ti, a ver,
cuéntanos qué te sucede y verás que no es nada de otro mundo, tal vez sea algo
insignificante pero te estás ahogando en un vaso de agua, relájate y cuéntanos qué sucede.
Una vez entrado nuevamente en confianza empezó a relatarles todo lo que le había
ocurrido los últimos días, lo de las visiones en el arroyo, la clase de ética, la plática con el
profesor, quien le pidió que fuera su amigo y hasta lo más reciente, su visión en la Iglesia.
Ambos se quedaron sin palabras y oían atentamente lo que decía, pero también
observaban que sus emociones les traicionaban y les estaba jugando un papel sucio. Las
pasiones, emociones y los sentimientos son las cosas más dañinas o más constructoras de la
persona, los sentimientos traicionan, las pasiones se acaban y las emociones inquietan, pero
si son bien controladas, son capaces de guiarnos a tomar decisiones importantes en nuestras
vidas y hacernos discernir lo bueno de lo malo.
José esperaba una respuesta consoladora de alguno de ellos o algún consejo de esos
que ellos tenían preparado para cada situación difícil, pero esta vez no había más que un
silencio profundo y una gran confusión como respuesta, ninguno de los dos se animaba a
decir nada, pues el chico estaba muy susceptible y cualquier palabra dicha y que no le
agrade puede ser mal interpretada, pero tanto Pedro como Margarita sabían que algo tenían
que decirle, pues él había puesto toda su confianza en ellos al contarles todo eso.
Margarita, que era una persona muy religiosa, en su interior suplicaba diciendo:”Ven
Espíritu Santo de Sabiduría y Consejo y Enséñame lo que tengo que decir, sé tú mismo el
que habla a través de mí”. El silencio siguió por un largo rato, cuando dijo: “No te

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preocupes mi hijo, todo está bien, Dios tiene un proyecto para cada uno, a algunos se les
manifiesta de una manera tan rara que nos cuesta entender, yo creo que Dios tiene grandes
cosas preparadas para ti y tú aún no lo percibes, pero no te preocupes que con el transcurrir
del tiempo se te irá aclarando el panorama, recuerda el tiempo es el mejor aliado del
hombre, Dios tiene su tiempo, déjalo actuar, pero no te quedes con las manos cruzadas
esperando que Él te aclare todo, no dejes de lado la oración y el diálogo personal con Dios,
tú eres una persona privilegiada pero debes hacer méritos de ello.
No dudes del amor de Dios en tu vida, mucho menos olvides de pedirle fuerzas para
entender sus designios, para aceptarlos y sobre todo para cumplirlos, no es una tarea fácil la
que te espera más adelante, es un camino largo, difícil y complicado pero lleno de
satisfacciones, recuerda que todos estamos llamados a la santidad, pero en primer lugar está
el deseo de la santidad que es lo más importante y es el primer paso.
José escuchaba atentamente a su madre, era como si el Espíritu Santo había
descendido sobre ella y le había inspirado todo lo que estaba diciendo, cuando terminó de
hablar, Pedro tomó la palabra y empezó a hablar diciendo:”Tu madre tiene razón hijo, Dios
pone en nuestras vidas a personas desconocidas y diferentes para hacernos ver la realidad
muchas veces, ya que el hombre moderno lo único que hace es escaparse de ella, a través de
las distintas y variadas actividades que la sociedad de consumo y el capitalismo presentan
para que justamente le sea mucho más fácil escaparse de ella, se refugia en las falsas
necesidades e imágenes que el mundo nos brinda, un mundo donde nada es real, todo es
falso y superficial y no le permite al hombre desarrollarse como persona, pues su dignidad
se ve violada de una forma muy sutil, que ni la propia persona se da cuenta de ello.
Díos nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo,
pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás necesitemos hacer
un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas, entonces con otro
aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios lo lograremos.
José quedó sorprendido al escuchar hablar así a sus padres, pues veía en ellos un
apoyo, una esperanza, una luz en medio de la oscuridad en la cual estaba viviendo los
últimos tiempos, una paz interior se fue apoderando lentamente de él, una paz que nunca
había experimentado, se sentía en perfecta armonía con Díos, la naturaleza y los demás.
- Me siento muy tranquilo al escucharles, no saben cuánto los amo y doy gracias
a Dios por darme unos padres como ustedes, no sé cómo podría explicarles lo que estoy
sintiendo en este momento.
- No trates de explicarnos nada, dijo Pedro, muchas veces las palabras son apenas
una aproximación de lo que uno quiere transmitir y quedan cortas para expresar
verdaderamente lo que uno siente y desea transmitir.

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- Ve a descansar hijo mío, dijo Margarita con una voz dulce y tierna, que con solo
oírla José ya estaba soñando, mañana empieza un nuevo día y cada día que pasa será un
nuevo desafío, pero un día más es un día menos, así que ten en cuenta a tu aliado el tiempo
y no lo desperdicies en vanidades, cosas superficiales, y que carezcan de contenido.
El día fue muy pesado para todos, para sus padres por la preocupación que les causó
y para él fue mucho más ajetreado y complicado que el de los dos padres juntos, pues era él
el que vivía los acontecimientos mientras sus padres eran simples observadores y jamás, por
más experiencias que tengan, podrán saber a cabalidad por lo que estaba pasando José. En
los momentos difíciles todos los consejos siempre son bien recibidos, pero a la hora de la
verdad muchos de ellos solo se quedan en meras teorías, pues carecen de vivencias. Nunca
critiques ni aconsejes tanto a nadie sin antes haber caminado dos horas con sus zapatos, en
muchos casos es mejor escuchar que hablar.
Cuando José se levantó para ir a descansar, sus padres hicieron lo mismo y todos
fueron para su cuarto, mientras José se dirigía a su habitación sus padres murmuraban,
tratando de entender lo que le estaba pasando a su hijo, pero por más que lo intentaban no
encontraban ninguna explicación. Muchos acontecimientos de nuestras vidas son
incomprensibles racionalmente y no tienen explicación más que a la luz de la fe.
Margarita, que tenía muy bien desarrollado el sentido de la intuición, algo innato en
toda madre, estaba mucho más tranquila, pues sabía que todo estaba bien y que
verdaderamente Dios les había bendecido al darle un hijo como José, mientras Pedro que
era más frío, metódico y calculador, buscaba resolver el problema buscando una solución y
una explicación más lógica y objetiva, pero no encontraba.
- Ya no pienses tanto, todo estará bien, no te preocupes, José está creciendo y
necesita de estos embates para formar su carácter y su personalidad para así enfrentar los
grandes desafíos que Dios tiene preparados más adelante para él.
Pedro quería entenderlo pero no podía a causa de su razón que le jugaba una mala
pasada y actuaba de abogado del diablo. Por más objetivo que sea el hombre hay algo en su
interior que rompe con todo el esquema lógico posible creado por la razón. “El corazón
conoce de razones que la razón no conoce, como decía Pascal.
Pedro, aun siendo un poco más frío que Margarita, tenía una carta bajo las mangas,
pero como no quería que ella lo notara débil y sentimental, no la utilizaba, pues la sociedad
machista le prohibía expresar sus sentimientos. Los hombres al igual que las mujeres tienen
el sexto sentido muy desarrollado, el sentido de la intuición, mientras que las mujeres
pueden expresarlo libremente, los hombres tienen que reprimirlo acuciados por la sociedad
machista en que vive.

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Ya estaban acostados cuando Margarita se levantó y se dirigió al baño, Pedro
aprovechando esa oportunidad que tenía para escaparse de ella, se levantó y sacó un sobre
de la caja fuerte que tenía guardada en su ropero, donde generalmente guardaba su dinero y
cosas que consideraba de mucho valor, lo guardó en el bolsillo de su pijama y se dirigió al
cuarto de José a quien encontró con los ojos abiertos como una lechuza y sin poder dormir
como lo imaginaba.
- ¿Qué tal hijo? No podés dormir verdad?
- No, pero no te preocupes ya que como estoy muy agotado no creo que el sueño
tarde en venir.
- Solo quería venir a darte ánimo y a contarte una historia, pero muy breve
porque debo descansar. Cuando yo era joven era una persona llena de ideales, capaz de
llevar el mundo por delante y eso me convertía en una persona distinta y en mi vida
acontecían cosas muy raras que solo Dios y yo sabemos porque nunca me atreví a
contárselas a nadie.
José lo escuchaba atentamente pues se sentía identificado con la historia.
- Un día cuando mi padre estaba agonizando a punto de morir me llamó y me
dijo: “Perdóname hijo por no haberte comprendido, escuchado y por no haberme abierto a
ti, pero quiero que sepas que te amo como nadie más en este mundo, me equivoqué al
pensar que dejarte crecer solo a golpes era lo más conveniente, perdóname” luego sacó un
sobre y me lo dio diciendo: “En los momentos difíciles de tu vida ábrelo, lee y acuérdate
que desde donde yo esté, estaré velando por ti”.
- Este sobre es tuyo, si por mi fuera solo quisiera que lo leyeras en los momentos
difíciles cuando ya nada tiene sentido, pero tú eres libre de leerlo cuando quieras.
- Gracias papá, te quiero mucho.
- Yo también hijo, ahora debo marcharme
El tiempo le dio justo para volver sin que Margarita se percatase de su ausencia.
- Buenas noches mi amor, dijo Margarita y apagó la luz del velador
- Buenas noches, respondió Pedro con una sonrisa en los labios y un alivio en el
corazón.
JOSÉ moría por la curiosidad de saber que contenía dicho sobre, pero respetaba la
petición de su padre, “Si por mi fuera yo desearía que lo abrieras en los momentos difíciles
cuando ya nada tenga sentido, así que dijo “Respetaré la petición de mi padre”.
A pesar de estar muy cansado, no podía dormir por los pensamientos que en forma
de una película se proyectaban en su mente y le hacían revivir todos los momentos raros,
difíciles y complicados que había vivido durante la jornada, daba vueltas y vueltas en la
cama y no encontraba comodidad, hasta que se quedó boca arriba mirando el techo para así

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a lo mejor contando las tejas le viniera el sueño, pero por más que contaba y dibujaba y
jugaba con ellas en su imaginación, el tan preciado sueño ni se asomaba.
Estaba aun mirando el techo cuando de pronto dijo entre sueño y despierto: “Dicen
que cuando uno está mal abre la Biblia al azar y ahí encuentra la explicación que necesita”.
Se levantó lentamente y sin hacer ningún ruido para no despertar a sus padres bajó a la sala,
se dirigió a la biblioteca y fue a buscar una Biblia. Estaba seguro que allí había una.
Buscó desesperadamente tratando de hacer el menor ruido posible, pasó sus ojos por
todos los libros entre la oscuridad y la luz que daba de la calle, porque no había prendido la
luz de la habitación para no despertar a sus padres, recogió las cortinas de la ventana y con
la luz del alumbrado público que entraba a través de ella en la penumbra de la noche
buscaba la Biblia.
- Biblia, Biblia, pasaba sus ojos por los grandes clásicos, obras que su padre
acostumbraba a leer, Don Quijote de la Mancha, Cien años de la soledad, Las mil y una
noches, hasta que de pronto ante sus ojos apareció “Biblia de Jerusalén. Acá está, SE DIJO
PARA SÍ MISMO Y tomó el libro evitando que se cayera algún otro libro e hiciera ruido.
Se dirigió a su cuarto, se sentó en su cama recostado por la cabecera con el velador
encendido, tomó la Biblia entre sus manos y dijo “Díos mío que se haga tu voluntad y
hazme escuchar las palabras que necesito”.
Tomó la Biblia la puso entre sus piernas y con las dos manos abrió la Biblia y pasó
sus ojos sobre la primera frase que decía: “Maldito el día en que nací”. El primer discurso
del libro de Job. Lo cerró bruscamente y lo bajó sobre su mesita de luz y dijo: “Solo esto me
faltaba”, quedó más confundido de lo que estaba anteriormente.
Se acostó y fue acomodándose en la cama, no sabía si dar gracias a Dios o llorar y
dijo: “Solo esto me faltaba” más confundido que antes, no sabía qué hacer, tomó el sobre
que le había entregado su padre estuvo a punto de abrirlo pero se contuvo y dijo “No” creo
que aún faltan cosas peores. “Solo Dios sabe por qué me pasa esto y luego hizo una oración
con todo el corazón. “Señor no entiendo qué es lo que quieres conmigo, creo que te estás
equivocando de hombre, porque te fías de mí, si sabes que te puedo traicionar y defraudar,
pero tú sabes lo que haces y que se haga tu voluntad y no la mía”. Al pronunciar toda esa
bonita oración que solamente se puede hacer con el corazón, al fin tuvo sueño y depositando
toda su confianza en Dios pudo dormir. Se acomodó en su cama como si fuera un colchón
de agua, apagó la luz y se quedó profundamente dormido. Dios no descansa hasta que no
aceptemos sus designios, por más que no los entendamos.

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PARTE V
La noche transcurrió lenta y pausadamente, parecía una noche interminable, el
cansancio consumió a José, que no sintió la llegada del alba ni el trinar de los pájaros que
anunciaban su llegada. El radiante sol ya se había asomado, destellaba con un brillo
especial, el día estaba más hermoso que nunca, en el firmamento el sol que jugaba a las
escondidas con ayuda de las nubes, pero la dulce brisa del viento que agitaba las hojas de
los árboles no le permitía ocultarse por mucho tiempo ya que con su fuerza desplazaba los
bloques de nubes y formaba hermosas figuras con las que se galardonaba el hermoso cielo
azul.
La vida es como un gran molino, lo que cargamos en ella al amanecer con el
despertar del alba es lo que trituramos durante el día. Al que madruga Dios lo ayuda, al que
es capaz de descubrir la dulzura del amor de Dios en un hermoso amanecer, tendrá un día
más dulce que la miel, pero el que solo carga rencor y mal humor, eso será su alimento del
día, eso lo triturará durante el día. El amor de Dios se descubre en las pequeñas cosas, quien
logre descubrirlas tendrá un día feliz.
Eran como las seis de la mañana, cuando los rayos del sol empezaron a dar el saludo
de buen día a José, que atravesando por los cristales de la ventana, sin romperlos, de la
misma forma que el amor de Díos atraviesa nuestro corazón sin perforarlo, le daban en la
cara y lo encandilaban con su resplandor, cuando sintió (el resplandor, se repite) los rayos de
sol en su rostro, José se despertó asustado y miró su reloj y eran las seis y diez minutos,
sobresaltado se levantó de la cama diciendo: “Dios mío, son las seis y diez, me quedé
dormido y no me di cuenta que ya amaneció”. Rápidamente se levantó y entró a ducharse,
pues ya se estaba haciendo tarde y debía ir al colegio, pero él acostumbraba a sentarse por
las mañanas a compartir el mate con sus padres, ya que luego ellos iban a trabajar y después
de un rico desayuno iba al colegio.
Como era costumbre Pedro y Margarita desde las cinco de la mañana estaban en pie,
tomando un rico mate y escuchando las noticias y solían dialogar con José, quien los
acompañaba, pero desde hace varios días no lo hacía, porque iba a trotar, algo que era
absolutamente nuevo para ambos, pero ellos siempre respetaban todas las decisiones y
acciones de José, solo lo encaminaban cuando se salía del camino, ya que ellos confiaban
mucho en él y siempre lo acompañaban en todo. Ser buen hijo es lo más fácil que existe,
pero ser buen padre es lo más complicado. Para ser buen hijo no hay más que obedecer y
respetar a los padres, pues todo lo que hay que hacer ya está estipulado, pero para ser buen
padre es más complicado, por que no hay una escuela donde te enseñen a ser padre y casi
nunca se da gusto a los hijos porque muchas veces no comprenden el amor del padre hasta
mayores y hasta que sean padres ellos mismos.

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A partir de ese día todo cambiaría en la vida de José, él sentía arder el amor de Dios
en su corazón, pero no lo comprendía. Los caminos de Dios no son comprendidos hasta el
momento en que nos damos cuenta de que Dios no nos prueba más de lo que podamos
soportar.
La alegría y una paz interior inexplicable se apoderaron de José que se sentía muy
raro, mientras se duchaba daba gracias diciendo “Gracias Señor por el nuevo día que me
regalas, por el sol que ilumina mi vida y el trinar de los pájaros que me hacen escuchar y
sentir tu presencia, te pido que no permitas que la sonrisa se aparte de mis labios y la alegría
de mi corazón, te pido perdón por todos los pecados que cometí y voy a cometer, pues como
tú bien lo sabes soy humano y puedo equivocarme, te pido perdón por las cosas que hice y
no debía haberlas hecho y las que no hice y debía hacerlas, no permitas que nada ni nadie
pueda apartarme de tu amor y sobre todo te pido que derrames de mi cabeza a mis pies tu
preciosísima sangre y cubras mi cuerpo entero y me protejas de todo mal.
Concédeme en este día caminar rumbo a la Santidad, Señor concédeme el don de la
Santidad, quiero ser Santo, no un santo para ganarme el aplauso ni la admiración de los
hombres, sino para algún día poder contemplar tu rostro glorioso. Señor enséñame el
camino a la santidad y sobre todo ayúdame a recorrerlo.
El tiempo transcurría pero José extasiado con su oración y bajo la ducha no se daba
cuenta de ello. Para el que desea la santidad no existe el tiempo y el espacio nada más que
para alabar y bendecir a Díos.
Se hacia tarde y José no bajaba, no daba señal de vida, será que José se fue a trotar o
se quedó dormido preguntó Margarita un poco preocupada por la hora.
- El es una persona responsable, sabe que tiene responsabilidades que cumplir y
además maneja muy bien los tiempos no te preocupes enseguida vendrá, RESPONDIÓ
PEDRO.
- Está bien, esperemos un rato más, pero si en diez minutos no baja o entra por
esa puerta tenemos que hacer algo.
- Si no viene en diez minutos yo iré a buscarlo a su habitación y si no está saldré
a buscarlo en la calle.
- Que será lo que le está ocurriendo a nuestro hijo, ya me empieza a preocupar su
comportamiento, no es normal.
- No creo que sea nada grave, tal vez habrá encontrado a una mujer y como todo
adolescente se enamora y quiere cambiar el mundo, pero no te preocupes Margarita, que
cuando pierda el encanto todo volverá a la normalidad. Ojalá nunca hubiésemos perdido el
encanto y las fuerzas de los adolescentes, qué distinto sería el mundo si no nos
desenamoramos de la vida, pues es el amor el que mueve al mundo.

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- Pedro, ya son las 6:50, por qué no vas a ver a José, ya se está haciendo tarde.
- Ya voy mi amor, ya no te preocupes más, todo está bien.
- Estos hombres tan fríos como siempre, no se conmueven ante nada, qué clase
de corazón de hielo les habrá puesto Dios, me parece que cuando los creó estaba nevando y
de la nieve les hizo el corazón.
Cuando Pedro dio el primer PASO EN EL escalón rumbo a la habitación de José este
se bajaba y se encontraron en la escalera, el bajaba muy contento tarareando una canción,
como si nada hubiera ocurrido, como si sus padres no existiesen y no se preocupasen por él.
Los hombres viven en un contexto social muy individualista, ellos y luego el mundo, es por
eso que aparentan ser fríos, pero en realidad es que son desapegados y no complican la
situación, todo les parece lo mismo. Los hombres no son malos ni fríos solo son
desapegados y calculadores, mientras que las mujeres son sentimentales y conflictivas.
Buenos días papá, dijo, y le pidió la bendición, una tradición que ellos heredaron de
sus padres y se la transmitieron a su hijo, le dio un fuerte abrazo y dijo: ¡Qué lindo está el
día verdad! Pedro se extraño por lo que había oído y confundido no dijo ninguna palabra,
pero acompañó a José a sentarse a la mesa a desayunar, donde Margarita impaciente lo
esperaba para darle un beso.
- ¡Hola hijo, qué tal has amanecido!
- Mejor que nunca mamá, muy bien gracias a Dios, pedir más que esto ya es ser
muy ambicioso. La bendición, mamá (CUANDO SIGUE HABLANDO LA MISMA
PERSONA NO HAY QUE ABRIR UNA NUEVA FRASE CON NUEVO GUIÓN
PORQUE CONTINÚA)
- Dios te bendiga mi hijo.
Después de un caluroso abrazo Pedro dijo: es mejor que te sientes a desayunar y nos
cuentes qué tal has pasado la noche, aunque parece evidente que fue buena, porque se hace
tarde y debes ir al colegio y nosotros al trabajo. Pedro siempre tan frío y aguafiestas, ya no
va a cambiar más, decía Margarita en su interior. Toda mujer siempre tiene el deseo que el
hombre cambie y se amolden a ella, pero es ahí donde lo pierde, porque son sus diferencias
las que los enriquecen. Es mejor aceptarlo que obligarle a que cambie.
José comenzó a desayunar tranquilamente y ninguna sola palabra salía de la boca de
los tres, hasta que Margarita traicionada por sus emociones rompió el silencio y dijo: ¡Dinos
hijo a que se debe tanta alegría! Jamás te hemos visto tan eufórico como hoy y ni siquiera te
has bajado a tomar mate con nosotros. Es que ya no te agrada nuestra compañía o estás
enamorado y no te atreves a contarnos, anda, ánimo hijo, somos tus padres y tenemos
derecho a saber qué te sucede y a estar alegres contigo.

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- Discúlpame mamá, no pude venir a tomar mate con ustedes porque me quedé
dormido, ayer fue un día muy agitado para mí, ustedes saben que son lo más importante
para mí y lo que más me agrada es estar con ustedes, es que últimamente no sabía lo que me
estaba ocurriendo y necesitaba estar solo, perdónenme por abandonarles.
- No te preocupes es un derecho tuyo el querer estar solo, no te aflijas por eso,
nosotros te comprendemos, muchas veces es necesario estar solo, para encontrarse con uno
mismo, es que hoy el mundo ajetreado ya no nos da tiempo para pensar en nosotros y en los
demás, el que no corre vuela.
- Tu madre tiene razón, solo con un encuentro personal con uno mismo y con
Dios en el silencio podemos llegar a ser una persona madura, centrada, equilibrada y de
buenos principios ya que el barullo (embarulla) ENSORDECE O DISTRAE el espíritu y
aleja la paz interior.
José había heredado de su padre sus dotes poéticos, pero él poco se hacía sentir, nada
más declamaba una poesía cada vez que se sentía muy alegre y eufórico o muy triste y raras
veces en acontecimientos relevantes en su vida.
Pedro se sentía muy identificado con José, pues todos sus anhelos de joven los veía
reflejados en él, y más o menos intuía para dónde iba la cosa entonces lleno de emoción y
con un nudo en la garganta dijo: “No sé si me permiten declamarles una poesía que en mi
juventud buscando la soledad la compuse”, no sé si la podré declamar con la
profesionalidad que ustedes se merecen, pero les puedo asegurar que es con mucho amor”
- Claro papá, me encantaría oírla.
- Tú sabes que no tienes que pedir permiso para declamarnos una poesía, que
tanto nos gusta, ya hace bastante tiempo que no nos declamas una.
Pedro prácticamente conquistó a Margarita con sus poesías que esporádicamente las
hacía revivir, cuidando el detalle de no volverlo un hábito, pues los hábitos se hacen
costumbres; y las costumbres se hacen leyes y las leyes no son buenas consejeras del amor,
porque el amor no tiene leyes y rompe todo esquema lógico creado por el hombre. Las cosas
buenas en exceso hacen mal y aburren. Las hermosas palabras repetidas muchas veces y de
seguido pierden sentido.
- Toda poesía siempre tiene una historia detrás, se las voy a contar brevemente,
para que puedan ubicarse en el contexto de la poesía porque un texto fuera de contexto se
convierte en pretexto.
Cuando yo era joven, estaba cansado y agobiado de vivir la vida, en una rutina en la
que buscaba algo nuevo, estaba cansado de este mundo donde los valores cada vez se iban
perdiendo más, donde esta sociedad de consumo no te da oportunidad para estar solo, en un
encuentro personal con uno mismo y buscar un encuentro personal con Dios, entonces mi

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vida empezó a caer en la rutina y caí en el aburrimiento, vivía alterado, necesitaba esa paz
interior que sólo se puede encontrar en uno mismo y en relación con Díos.
Así que empecé a alejarme de la sociedad, pero no físicamente sino espiritualmente
y comprendí que el silencio no es la ausencia del sonido y que la soledad no es la ausencia
de una compañía, pues yo estaba en compañía de mis amigos, pero me sentía solo. Uno
puede estar solo y sentirse solo estando acompañado y puede estar en silencio en medio de
un ruido infernal, porque el ruido es externo y el silencio interno y no hay ninguna relación
entre ellos.
No te sientas mal hijo porque anhelas la soledad y el silencio, pues ellos son los más
grandes consejeros de la vida y además son oportunidades que Dios nos brinda para
acercarnos a El, pues a causa de este alboroto y el caos en que se convirtió el mundo, cada
día nos cuesta más escuchar su palabra en nuestra vida, cada vez se hace más difícil para el
hombre comprender y escuchar la voz de Dios.
Yo tardé mucho tiempo en aprender a estar en silencio y solo, porque ese estado
produce miedo, porque el encuentro personal con uno mismo y con Dios siempre atemoriza
porque nos vemos realmente como somos y rompemos esa falsa imagen que creamos de
nosotros, a través de los medios masivos de comunicación y las propagandas baratas que lo
único que hacen es que perdamos nuestra identidad.
No tengamos miedo de enfrentar al silencio y a la soledad pues unas vez que los
controlemos serán nuestros mejores aliados y nos ayudarán a madurar y sobre todo a
discernir en los momentos difíciles de la vida. El hombre que sobresale no es el que no se
equivoca, sino aquel que menos errores comete.
La vida tiene controversias como oportunidades y una desición mal tomada puede
cambiar la historia de toda la humanidad. Es mejor perder un minuto de la vida que la vida
en un minuto, solo en el silencio y en compañía de la soledad, puedes llegar a tomar las
decisiones más acertadas en la vida. En momentos de turbulencias no hagas la valija, busca
una respuesta en el silencio y en la soledad donde hallarás menos posibilidades de errar.
Cuando yo hice el servicio militar había una frase que nos enseñaban a aplicarla
cuando nos perdíamos en una navegación ESAON, Estacionarse, Sentarse, Alimentarse,
Orientarse y Navegar. No pienses que está mal que busques la soledad, es signo que vas
madurando y no te dejes arrastrar por la corriente de la ola del consumismo y del
capitalismo que tiene como peor enemigo a las personas que piensan, reflexionan, analizan
y critican pues son capaces de cambiar la mentalidad de todo un pueblo. Cuanto más solo
aprendas a estar, más solo te quedarás, pero muy bien acompañado estarás.
- Dinos el poema que se hace tarde, dijo Margarita
- Espero que les guste, se titula El Silencio.

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EL SILENCIO
El silencio va más allá
Que la simple ausencia del sonido
En silencio puedes estar
En medio de un ruido infernal
Así como la quietud
Es parte del movimiento
Así como la muerte
Es parte de la vida
Así el ruido
Es parte del silencio

En silencio debes buscar


La armonía interior encontrar
En el siempre hallarás
Una verdadera paz
Y muchas cosas comprenderás
El siempre está de tu lado
Y en lo profundo de tu conciencia
Esperando ser escuchado

Cuando andes por el mundo


Caminando sin rumbo
Haz un silencio profundo
Y solo decídete a escuchar
Sin palabras que pronunciar
Pues en el encontrarás
Un nuevo camino
Por el cual muy seguro caminar
Que lentamente te conducirá
Con mucha satisfacción
A la realización

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El barullo (embarulla) CAMBIAR SE REPITE CON EL VERBO, PUEDE SER
ATURDE el espíritu
Mas el silencio lo purifica
Los grandes hombres lo demostraron
Que más sabio no es aquel
Que mil palabras pronuncie
Para un ideal impartir
Sino el que sabe discernir
En qué momento compartir
Todo aquello que dentro de sí
Nunca deja de fluir

La soledad no es sinónimo de silencio


El silencio no es antónimo de ruido
Tanto la soledad como el ruido
Del silencio están excluidos
La soledad es mala consejera
El ruido traicionero
Mas el silencio nunca traiciona
Y es un buen consejero
En el debes confiar
Como un buen compañero
Que nunca te decepcionará

- Es preciosa papá, no te preocupes, ya he encontrado lo que estoy buscando,


quiero ser santo.
A Margarita se le erizó la piel al escuchar a José decir eso, su instinto de madre la
llevó a percatarse de que era en estos momentos cuando más lo necesitaría, José no se
imaginaba lo que estaba diciendo, mientras que a ella a igual que a la Virgen María una
espada de doble filo le atravesó el corazón.
- Tú sabes lo que estás diciendo preguntó sobresaltada.
- Claro que sí mamá, quiero ser santo.
- El primer paso a la santidad es el deseo y el segundo y el más difícil, dar el
primer paso y caminar rumbo a ella.
- Antes que nada quiero hacerte una pregunta, dijo Pedro en medio de la
conversación ¿Tú crees que Dios existe, por qué crees que existe?

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- Muy fácil papá, porque escucho a los pájaros cantar.
Margarita quedó sorprendida con la respuesta de José a la existencia de Dios tan
sencilla pero muy significativa, un silencio se adueñó del lugar, Margarita estupefacta y
temerosa no sabía qué decir, Pedro confiado y reflejado en José, se mantenía al margen de
todo comentario, pues podía intuir en los ojos de su hijo la seguridad y la confianza en su
expresión, esperando alguna respuesta y un apoyo de parte de ellos, quienes tenían todas las
esperanzas y expectativas puestas EN EL.
Los largos e interminables minutos de silencio fueron interrumpidos por la voz de
Margarita, traicionada por sus emociones, pues no sabía si ponerse contenta o triste por la
decisión de su hijo, YA QUE por un lado le traía paz y alegría al corazón, pero por otro le
producía un dolor y un temor tremendos que no podía entender.
Los caminos de Dios no son los caminos de los hombres, los ojos y pensamientos de
Díos no son los ojos ni pensamientos de los hombres. Los caminos de Dios carecen de
lógica para la razón humana, pero Dios tiene sus planes y no hay quien pueda escaparse de
ellos por más que lo intente, porque tarde o temprano cederá. No hay hombre que no pueda
ser seducido por el amor de Dios y que lo rechace.
- Como ya se hace tarde te contaré un cuento para que reflexiones y luego con
más tiempo hablaremos sobre tu deseo, dijo Margarita. José había aprendido a contar
cuentos de su madre y a escribir y declamar poesías de su padre.
Un joven deseaba ser santo y todos los días le pedía a Díos que le concediera esa
posibilidad, que le muestre el camino para llegar a la santidad. Un día se le apareció un
ángel y le dio una cruz y le mostró el camino, le indicó por dónde seguir, este joven tomó su
cruz y empezó a caminar, apenas dio los primeros pasos y se le apareció el diablo con un
hacha y le dijo: “Díos me dijo que te entregue esta hacha, la vas a necesitar por el camino”.
Cargando con su cruz el joven se cansó y al ver su hacha dijo: “Tal vez Dios quería
aliviar mi cruz” y la cortó y la hizo más pequeña, después de un largo trecho recorrido
volvió a cortarla y así lo hizo varias veces durante el camino hasta que solo quedó una
pequeña cruz y la colgó en su pecho.
Después de mucho caminar, al final del camino, divisó una hermosa mansión y dijo,
por fin llegué, cuando llegó cansado tocó el timbre y le atendió Jesús desde su ventana, y le
dijo: “Súbete que te estoy esperando, pero el joven le dijo ábreme la puerta para que suba, y
Jesús le respondió, acá no hay puerta, utiliza la cruz que te di, para que la utilices como
escalera”. Los cristianos no son tontos, no dan todo por nada, sino algo por todo.
Ahora debes irte al colegio que se hace tarde y nosotros debemos ir al trabajo,
reflexiona sobre lo que has oído y luego hablaremos, no te olvides que te amo mucho y
cuenta conmigo para lo que fuere - Y también conmigo, dijo Pedro.

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GANAS LOCAS DE AMAR
PARTE VI
José se quedó meditando sobre las palabras de Margarita, en la clase estaba como
ausente, físicamente ocupaba un lugar, pero su mente ya hacía rato que estaba divagando,
disociado de la realidad buscando una respuesta a las miles de interrogantes que a minutos
se le cruzaban por la cabeza.
Las horas de clase se hacían interminables, no veía la hora que sonase el timbre para
que todo termine y poder descansar, estaba agotado a pesar de no hacer ningún ejercicio
físico; pensar, reflexionar y buscarle un sentido a la existencia y direccionar la vida hacia un
buen fin cansa mucho más que cualquier actividad física que se realice.
Cuando queremos hacer nuestra voluntad y no dejamos a Dios actuar es cuando nos
cansamos, cuando nos hacemos una falsa imagen de la santidad y del Cristianismo,
totalmente, pues siempre tratamos de acomodarnos y usamos la famosa frase “soy cristiano
a mi manera”, pero con Dios se es o no se es. Lo que más nos cansa es hacer nuestra
voluntad, al entrar en la voluntad de Dios descansamos.
Por fin sonó el bendito y tan aclamado timbre y las clases terminaron, José nunca
había tenido una clase tan agotadora. Me merezco una gaseosa bien fría dijo al salir de la
clase y se dirigió a la cantina, se sentó en una mesa y disfrutaba de una rica Coca Cola, que
no solo calmaba la sed sino la ansiedad producida por el deseo de santidad que ardía en su
corazón y no lo dejaba en paz, sino que cada vez lo atormentaba más.
Parecía que esa Coca Cola, apagaba esa sed y esa ansiedad y lentamente lo hacía
volver a la realidad, miró su reloj y vio que se hacía tarde y tenía que ir a almorzar con sus
padres, ya que había un asunto pendiente con su madre, debía entender la moraleja del
cuento, porque cuanto más lo analizaba no se reflejaba ni se identificaba con él y eso le
preocupaba, ¿qué me habrá querido decir mamá?, se decía a cada rato, está bien, iré a la
farmacia y compraré unos analgésicos porque esta ansiedad ya me está dando dolor de
cabeza, luego iré a hablar con mamá, pero no se imaginaba que en esa farmacia se escribiría
una nueva historia en su vida. Hay muchas formas de consolarse, a algunos les consuelan
los testimonios, a otros los hechos y a otros solamente les consuela el encuentro personal
con Dios.
Dios pone los hechos y acontecimientos históricos, presentes en nuestras vidas, para
que a través de ellos encontremos consolación. El que puede ver su historia como una
pedagogía de Dios no está lejos de la santidad, pero el que la rechaza y no la acepta siempre
estará confundido navegando en altamar sin rumbo y sin timón. Muchas veces hay que
poner una resistencia para no ser arrastrado por la ley de inercia, que nos quiere separar del
amor de Dios.

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- Buen día señor, ¿le puedo servir en algo? - fueron las palabras de una bellísima
dama que atendía, José hipnotizado por su belleza, no hizo caso a la pregunta, cuando de
pronto una nueva voz mucho más dulce y suave que la anterior decía: “Disculpe señor,
puedo ayudarlo, puedo servirle en algo”.
- Sí, claro que sí señorita, disculpe es que este dolor de cabeza me tiene
atontado, tiene un analgésico.
- Ya enseguida se lo traigo.
Era una joven de aproximadamente 19 años, tenia ojos verdes, una piel canela que
hacia juego con ellos y un pelo encrespado que le bajaba por debajo de la nuca y tenía una
voz angelical, que parecía que estaba en el cielo. Ya no necesito ser santo para ver a los
ángeles pensaba mientras observaba a la preciosa mujer que se encontraba en frente.
Extrañamente su corazón empezaba a latir más rápido, pero como todo buen
caballero no podía desaprovechar la oportunidad de dirigirle unas palabras a la bella dama,
pero la emoción lo traicionaba, hasta que tomó conciencia y se dio cuenta que ya no era una
criatura y debía comportarse como un hombre. Ante la presencia del amor todo es distinto,
no existe teoría alguna que pueda ser aplicada ante tal situación, pues todas quedan cortas y
muy al margen de la realidad. El amor es fuerte e inexplicable como la muerte.
Pronto tomó coraje y para cuando se acercó de vuelta la bella mujer, ya tenía la
situación bajo control, es que también ella se sentía atada por el amor aunque parezca
ingenuo y tonto, pero no lo es, YA QUE nos hace actuar de una forma inesperada.
- Aquí tienes joven.
- Discúlpame, sería mucha molestia pedirte un vaso de agua para tomarlo.
- No, de ninguna manera, ya te lo traigo.
- Aquí tienes, espero que te calme el dolor de cabeza, no lo deseo ni a mi peor
enemigo, es insoportable.
- Dicen que el 90% de los dolores de cabeza son sicológicos.
- A lo mejor, pero de todas maneras duele y molesta.
José bebió el agua, mientras se imaginaba como hacer para tardar un poco más en la
farmacia en compañía de una hermosa dama a quien ni conocía, pero su compañía le hacía
sentir bien. El amor es un mar de contradicciones. Solo conociendo el amor uno puede
liberarse por completo, él no conoce de límites.
En carácter de broma, pues a los dos les gustaba hablar, José observó la vidriera y
vio unos preservativos y rápidamente empezó a leer las cajas, fue entonces que como por
arte de magia la empatía se dio y el diálogo empezaría.
En la primera caja decía: sensación y aprovechó para preguntar ¿Qué hace esto?
- Produce mayor sensación - dijo ella.

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- Siguió leyendo excitante y volvió a preguntar.
- Su nombre ya lo dice todo, excitante, pues tiene pequeñas estrías, que hacen
más excitante el acto sexual.
- ¿Y este?, dijo señalando por el que decía natural.
- Este es como si fuera normal.
Pero había uno que le llamaba la atención, retardante decía en la caja y esto como
funcionaría preguntó, esto es todo psicológico, ninguno de estos funciona, todos son una
porquería, nada más que una mercancía más del mundo de consumismo, donde utilizan el
hedonismo para vender sus productos. Miriam lo miró y le dijo: “pero te protege”.
- La mejor protección es la fidelidad y no la promiscuidad, esto solo incentiva a
la promiscuidad.
- Si, pero eso ya no existe hoy en día.
Entonces José como era experto en el juego de lenguaje dijo ¿vos sos fiel? Sí,
respondió ella sobresaltada, pues le metía el dedo en la llaga.
- Entonces existe la fidelidad.
- Pero mi novio no lo es.
- ¿Vos sabes que el es infiel?- Sí - respondió ella
- Entonces porque no lo dejas
- El amor - respondió defensivamente ella.
Miriam empezó a reflexionar sobre lo que le decía, es que nunca se puso a pensar
sobre su vida y lo que hacía con ella y como la vivía. Todo joven tiene dentro una
conciencia moral y una ética que está dormida y solo necesita de alguien quien la despierte
para que salga a flote. La sociedad de consumo es una estructura tan bien creada que no da
espacio para que los jóvenes puedan pensar y reflexionar, porque saben que si ellos se
proponen algo lo llevarán a feliz término, entonces con las falsas necesidades, el hedonismo
y con los medios de comunicación los tienen bien controlados.
José miró el porta-nombre de Miriam y dijo, Miriam no te dejes engañar, cómo una
dama bonita como tú se va a dejar manipular, debes darte tu lugar, como persona que eres
tienes una dignidad que respetar, eres bonita y parece que tienes buenos principios y te
mereces alguien que te respete como persona y como mujer.
Miriam quiso llorar al escucharle hablar así, pues tenia toda la razón y se estaba
despertando del sueño en que estaba viviendo, pero no te preocupes que aún estas a tiempo
de cambiar dijo José y agregó, hay tres tipos de personas con quienes generalmente nos
relacionamos, por casualidad, por necesidad y por obligación; las personas necesarias, son
aquellas personas con quienes nos relacionamos por necesidad, pero muchas veces eso
produce dependencia y están las personas obligatorias, aquellas con quienes nos

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relacionamos por obligación y las personas con quienes nos relacionamos por casualidad,
son personas con quienes nos cruzamos casualmente y nos dicen todo lo que necesitamos
oír y nos interpelan.
Debes preguntarte si tu relación con tu novio es por casualidad, por necesidad o por
obligación, los tres tipos de relacionamiento están mal, porque la relación humana no puede
ser casual, por necesidad u obligatoria, sino debe ser por amor. Recuerda, tienes una
dignidad que debe ser respetada, eres una creación divina de Dios y debes ser respetada
como tal.
Miriam se quedó encantada con José, quien la conquistó. El mundo de hoy está
hecho para las personas que tienen la capacidad de conquistar a los demás, solo así se puede
introducir algún cambio, no imponiendo sino conquistando.
El la miraba y las palabras ya se agotaron y mucho moralismo podría hacerle mal.
Lo bueno en exceso hace mal. El quería su número de teléfono pero no sabía como
pedírselo, bueno en realidad sí sabía, pero temía que le dijera que no, pues se estaba creando
muchas expectativas en cuanto a ella y pensaba como pedírselo sin posibilidad a que se lo
negase, entonces dijo: ¿te puedo pedir un favor?.
- Si está a mi alcance.
- Sí está, por eso te lo pido.
- Yo te voy a dar algo, pero tú me vas a dar algo a cambio, lo único que tengo y
que realmente es mío es lo mejor que tengo, yo tengo complejo de poeta y mi poesía es lo
único que tengo, después nada tengo, si tú me das tu número de teléfono yo te declamo una
poesía.
- Mi número es 947-586 - dijo Miriam sin dudar, pues aunque el no se lo hubiese
pedido ella ya tenía pensado dárselo.
- La poesía se titula “Para expresar el amor” y espero que te agrade, es para ti.

PARA EXPRESAR EL AMOR


Para expresar el amor
Se utilizan tres símbolos
La flor, el chocolate y el corazón
La flor refleja la hermosura
El chocolate la dulzura
Y el corazón la ternura

No necesito tantos símbolos


Para saber lo que es el amor

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A la única a quien necesito
Es simplemente a vos
Pues en toda tu estructura
El amor se hace figura

Es para ti, desde que entré aquí me sentí inspirado y dije: una mujer tan bella no
puede dejar de ser admirada, la compuse para ti mientras traías el agua y la pastilla, espero
que te haya gustado.
- Es preciosa, como la compusiste tan rápido.
- Es que las cosas bellas son poesías andantes en potencia solo hay que sacarlas
a relucir, yo no la compuse, Dios lo hizo, yo solo dije lo que veía.
Miriam quedó encantada con él, pero todo llegaría a su fin y la burbuja en que
estaban viviendo los últimos momentos se rompería y todo volvería a la normalidad. El
hombre es esclavo del tiempo pero el amor prescinde de él y no lo conoce.
Nos volveremos a ver verdad preguntó Miriam, claro, si tú quieres respondió José y
agregó no te crees tantas expectativas sobre mí, yo no soy lo que tú piensas, yo te llamo para
volver a hablar o vuelvo aquí a visitarte y recuerda que el amor es tan fuerte como la
muerte, pero si no se cuida desaparece.
José se retiró, pero las expectativas de Miriam hacia él ya estaban creadas, él tenia
grabado en su mente su bello rostro, su carita angelical, sus ojos verdes y su precioso pelo
encrespado que le daban el toque mágico a tan hermosa creación, mientras caminaba y no se
quitaba de la mente se decía, qué bueno es conmigo Dios, será que yo merezco tanto, pero
una interrogante más compleja surgió al preguntarse, creo que estoy enamorado, pero como
si ni siquiera la conozco. ¿Será que existe el amor a primera vista?, su cabeza empezaba a
funcionar a mil por hora y no paraba ni un instante, creo que me voy a volver loco dijo, es
mejor que me tranquilice un poco y me ponga a reflexionar o si no voy a enloquecer, pero
realmente es preciosa dijo para consolarse.
Enloquecido trataba de calmarse, pero no sabía cómo, cada vez los cuestionamientos
e interrogantes sin respuestas eran más. Solo el que conoció el amor conoce sus
contradicciones. Siguió caminando con destino a su casa, cuando miró su reloj y dijo: “aún
es temprano, me queda un poco de tiempo para irme al arroyo a buscar una respuesta,
cuando llegó a su lugar de reflexión subió al árbol, al que siempre subía y desde ahí
empezaba a contemplar la naturaleza y se decía ¿Cómo es que puedo enamorarme de una
chica que ni siquiera conozco? ¿Tal vez sea una simple atracción?
La calma volvió a su corazón, pues las palabras bien usadas y direccionadas
generalmente funcionan como una panacea, produce el mismo efecto que cualquier

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ansiolítico que se puede consumir, pero su reflexión no culminaba ahí, sino que era apenas
el principio. Solo ante la aparición del amor y ante su presencia nos cuestionamos sobre su
existencia.
Aún estaba en el árbol y el ruido del agua que pasaba entre las piedras lo relajaban,
cuando se hizo la pregunta que cambiaría el horizonte hermenéutico de su vida con relación
al amor ¿Qué sé yo del amor, existe en realidad o es una simple invención del lenguaje?
¿Soy yo capaz de amar? ¿Qué es en realidad el amor?
Todas esas preguntas, unas tras otras le hacían pensar muchísimo y buscaba una
respuesta para cada una de ellas. Las preguntas sobre el amor nunca tienen respuesta. Todas
las palabras que se puedan decir sobre el amor, son apenas una aproximación de lo que uno
quiere transmitir, a la hora de la verdad las palabras se quedan cortas y desconectadas.
Mientras no conozcamos el amor podremos definirlo y hablar de él, pero una vez que lo
conozcamos no lo podemos explicar.
José trató de relajarse, cerró los ojos y solo escuchaba el ruido del agua que corría,
los árboles que agitaban sus ojos gracias al viento que soplaba fuertemente y lo hacía sentir
como si estuviese volando entre las nubes, estaba tan concentrado que perdió la noción del
tiempo y el espacio, de pronto ya no oía nada, hubo un silencio aterrador y de pronto vio
tres cruces en un monte, eran tres hombre crucificados, pero el del medio estaba
ensangrentado como si le hubiesen pegado hasta hartarse, cuando de pronto escucho decir
“Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Era Jesús crucificado en el monte de la
calavera.
Al instante sobresaltado se despertó y dijo: “Dios mío, eso sí que es amar”, esas
palabras de Jesús bastaron para que todos los que le crucificaron, desde el primer judío hasta
el último soldado romano que le clavó en la cruz se salvasen. Ahora comprendo lo que es el
amor, el verdadero amor es dar la vida por hermanos, dijo nuevamente y miró su reloj,
porque ya no quería preocupar más a sus padres, así que decidió almorzar con ellos, pero en
realidad lo que le preocupaba no era llegar tarde por preocuparles a sus padres, sino
esperaba entablar una conversación seria con su madre acerca del cuento de la cruz que aún
le cuestionaba y quería saber que le habría dicho su madre al respecto.
Aún me quedan cinco minutos dijo, sacó una hoja y un bolígrafo, pues el
acostumbraba a escribir poesías al igual que su padre en los momentos alegres o tristes, o
cuando encontraba un tema interesante, y qué tema más interesante que el amor para
escribir. Un tema se agota cuando se habla o escribe mucho sobre él, pero el amor es un
tema inacabado y que nunca acabará en la humanidad, aunque tantas cosas ya se han dicho
sobre él, siempre queda algo por escribir o decir.

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Un nuevo deseo había surgido en su vida sin que el se percate de ello, Dios nos
regala muchos dones y muchas veces no nos damos cuenta, tenemos el tesoro en frente y no
sabemos reconocerlo.
Antes de empezar su poesía, mientras pensaba en sus versos se puso a decir una
oración: “te doy gracias Señor por todo lo que me regalas, te doy gracias por lo que me das
y lo que me quitas, por lo que tengo y por lo que soy, no permitas que nadie me aparte de ti
y no apartes tu mano de mi cabeza, aunque sienta el cansancio, aunque el triunfo me
abandone, aunque el error me lastime, aunque una traición me hiera, aunque una ilusión se
apague, aunque el dolor queme mis ojos, aunque ignoren mis esfuerzos, aunque la
incomprensión corte mi risa, aunque todo parezca nada, no me dejes sin la oportunidad de
aprender a amar, enséñame a amarte Señor. Luego hizo unos minutos de silencio y se puso a
escribir:

EL AMOR
Muchas veces confundimos
Al amor con el querer
Y como sinónimos los consideramos
Pero no son más que simples antónimos
Que los malinterpretamos
Pues el querer lo exige todo
Y nos va poniendo condiciones
Mas el amor lo entrega todo
Y sin limitaciones

De mil maneras del amor


Cosas bellas se dirán
Lo importante no debe ser
Solamente embellecer
Con palabras hermosas que pronunciar
Sino empezar a practicar
Y con la vida testificar
Y de ella rescatar
Todo aquello que en su seno
Ella nos quiere entregar
Y hasta la propia vida ofrecer
Para hacerlo florecer

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El rebosa de comparaciones
Como puras ilusiones
Pero en realidad lo que importa
Son sus buenas intensiones
Que lentamente se transforman
En tiernas y dulces realizaciones
Que a todos los corazones
Los llena de satisfacciones
Y todos aquellos hombres
Que vieran sus acciones
Transformaran sus corazones

El amor es
Como una nota musical
Se utiliza para una marcha fúnebre
Como para una marcha triunfal
El amor es
Como una vela
Que se consume a sí misma
Para poder brillar
El amor es
Como una semilla
Que renuncia a su ser
Para a la vida ver nacer
El amor es
Lo más bello que hizo Dios
Dentro de su gran creación
Que nos regala sin condición

Apenas terminó de escribir miró su reloj y salto del árbol y dijo tengo unos minutos
para llegar y corrió hasta su casa con todas las fuerzas de sus piernas.

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PARTE VII
Margarita que conocía bien a su hijo, sabía que no descansaría hasta aclarar el último
detalle y sacarse todas las dudas respecto a lo que implica la santidad, intuía, o mejor dicho,
estaba segura de que José no faltaría al almuerzo y no tardaría en llegar, pero se demoraba
más de lo que ella esperaba. Una madre conoce a su hijo más de lo que el mismo puede
conocerse.
Lo raro era que Pedro no llegaba, pues a la mañana después de que José había salido,
ellos acordaron, en que juntos tratarían de orientar a su hijo, pero ninguno de los dos
acostumbraban a llegar tarde.
De pronto sonó el teléfono, quién será a estas horas dijo y fue a contestar.
- Hola Margarita, soy Pedro, te llamaba para avisarte que surgió un pequeño
inconveniente acá en el trabajo y no podré ir a almorzar con ustedes, es necesario que me
quede, yo sé que me comprenderás, yo confío mucho en ti y se que puedes manejar muy
bien la situación tú sola.
Las mujeres son capaces de cualquier cosa cuando se proponen porque los hombres
se pasan pensando en sus ideales, son más idealistas, mientras que las mujeres actúan
directamente y llevan sus actos hasta las últimas consecuencias.
- No te preocupes mi amor, primero el deber y luego el placer, no te preocupes
José aún no ha llegado, y haz tu trabajo que yo me encargo de todo, nos vemos más tarde.
Ahora solo falta que José venga dijo, Margarita esperanzada aunque le hubiese
gustado hablar con él en presencia de Pedro para estar en comunión. El diálogo es la mejor
manera de mantener una familia unida, solo denunciando los problemas pueden ser
solucionados y compartiendo los problemas hay más posibilidades de solucionarlos, que
guardándolos.
En qué será que anda metida José, dijo pensando en voz alta, tal vez mientras viene
pueda revisar su cuarto y asegurarme en qué anda, para no meter la pata, pero su conciencia
la traicionaba y decía: no puedo hacer eso, es una falta de respeto. La moral no le permite al
hombre hacer cosas que a veces son necesarias. Pero es mi hijo y tengo el derecho de saber
en qué anda dijo, así que subió al cuarto, al abrir la puerta lo primero que le llamó la
atención fue la Biblia que estaba sobre su mesita de luz.
Cuando apenas se introdujo en la pieza sonó el timbre, es él dijo, cerró la puerta y
bajó rápidamente pues no quería ser sorprendida, no porque pensaba que estaba mal sino
porque no sabía cómo reaccionaría él y éste no era el momento preciso para crear prejuicios
y malentendidos. Una madre maneja muy bien los tiempos y las oportunidades, las ventajas

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y las desventajas y sabe en qué momento actuar y en qué momento ser prudente gracias al
sexto sentido, muy bien desarrollado, el sentido de la intuición maternal, que es el que hace
que pueda controlar muchas situaciones difíciles en la familia, especialmente cuando los
hijos son adolescentes.
Ya voy hijo, espérame un momento, ya te abro la puerta y definitivamente era él,
estaba más exhausto que un atleta que acaba de correr una maratón, qué te sucede, ¿por qué
estás tan cansado? preguntó Margarita, acaso viniste corriendo o alguien te seguía, cuál es la
prisa.
- Hola mamá, en realidad se me hizo un poco tarde, porque me quedé
embelesado por algunas cosas y no me di cuenta del tiempo y no quería llegar tarde, así que
vine corriendo.
- Embelesado ¿en qué te embelesaste para que llegues a este extremo?
José no sabía qué decirle, no sabía si contarle o no lo de Miriam, pero como era su
madre y le tenía mucha confianza, pensó, en algún momento tendré que contárselo, para qué
esperar tanto, lo único que haría era alargar la agonía así que dijo:
- Me quedé embelesado y entretenido con el amor.
- ¿Con el amor? A ver, explícate bien hijo porque no entiendo, cómo es que
puedes quedarte entretenido por el amor, el amor no es algo concreto por lo cual uno se
pueda embelesar, el amor es algo abstracto que hay que vivirlo.
- Déjame terminar, aún no te conté todo, conocí a una chica que se llama
Miriam, es preciosa y creo que estoy enamorado de ella, es amor a primera vista.
- Yo no creo en el amor a primera vista, sino en el amor a muchas vistas, es muy
fácil enamorarse supuestamente de una persona a quien se la ve por primera vez o se ve
esporádicamente, el amor no implica solo atracción, ese es el primer paso, luego viene lo
difícil, la comprensión, el respecto, la fidelidad, la entrega y aceptación, la relación y la
convivencia es lo más difícil y complicado del amor, pero es bueno que sientas eso, porque
quiere decir que eres normal, lo malo seria que te mantuvieras al margen del amor, es lo más
triste que le puede ocurrir al hombre, no amar y no sentirse amado, pero no te aflijas , ven
vamos a comer y platiquemos, que tu padre no podrá venir a comer con nosotros porque
tuvo un inconveniente en su trabajo.
Se sentaron a la mesa para comer, pues la mesa ya estaba lista, se disponían a comer
cuando José dijo: mamá déjame hacer la oración para bendecir la mesa, se levantó, cerró los
ojos y puso las manos hacia el frente con las palmas hacia arriba como pidiendo algo y dijo:
“Señor te bendecimos y te damos gracias por estos alimentos que vamos a consumir, te
pedimos que los bendigas, que bendigas a las personas que las hicieron y a quienes van a
alimentar y acuérdate de las personas que carecen del pan diario, te pedimos que bendigas

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nuestra familia, no apartes tus manos de nuestras cabezas y que nuestro alimento verdadero
sea hacer tu voluntad, por Cristo nuestro Señor. Amén.
- Que bonita oración, donde la aprendiste, donde la escuchaste.
- Es la primera vez que hago esto y no sé por qué lo hice, solo surgió en mí el
deseo de bendecir y dar gracias a Dios por estos alimentos, no lo había escuchado antes.
Dios si que tiene su forma de actuar dijo Margarita, sorprendida primero por el
ofrecimiento para bendecir la mesa y segundo por la hermosa oración que acababa de
escuchar. Dios escoge lo que no es para confundir a los que son. Es que ver a un joven con
deseos de alcanzar la santidad y alabando y dando gracias a Dios hoy en día es un fenómeno
llamativo y casi insólito.
Después de la hermosa oración se dispusieron a comer, era un rico tallarín de pollo
que Margarita solía preparar, era el plato de su especialidad, lo que mejor le salía. Una
madre por más que no sepa cocinar por el amor que pone en hacerlo le da ese sabor distinto,
que no se encuentra ni en el más lujoso restaurante.
Todo estaba transcurriendo de una manera muy amena, el almuerzo era como de
telenovelas, todo montado, como un escenario de teatros, hasta que de pronto se encendió la
chispa cuando Margarita preguntó: a ver hijo ¿aún sigues con esos deseos de santidad,
todavía quieres ser santo, después de reflexionar sobre el cuento?
José, un poco molesto por la duda y desconfianza de su madre ante su postura de
alcanzar la santidad dijo: “no, yo no deseo ser santo, voy a ser santo”, más con un tono de
soberbia que de humildad, me parece muy bien dijo Margarita, pero no puedes ser sin antes
desearlo, no dejes que tu humildad se convierta en soberbia.
- Todo está bien si reflexionaste sobre el cuento y comprendiste el mensaje y te
animas a seguir en tu convicción adelante, pero recuerda que con Dios los tratos se escriben
con letras mayúsculas y con tinta indeleble, como dice la Biblia: aquel que toma el arado y
mira para atrás no sirve para el reino de los cielos.
Margarita estaba haciendo de abogado del diablo, pues tenia que cerciorarse de que
el deseo de santidad de José no sea algo nada más que emotivo y en la primera dificultad
retroceda y se frustre en el intento. Nada frustra más al hombre que un objetivo no logrado,
si no se deposita la confianza en quien realmente puede lograrlo.
Dios puede llegar a terminar la obra que empieza en nosotros, solos no iremos a
ningún lado y todos los intentos fallidos serán frustrantes.
- No te desesperes mamá, todo está bajo control, Dios está de mi lado, quién
podrá contra mí.
- Veo que no has comprendido la lección hijo, de que Dios está de tu lado es una
gran verdad, pero el no hace en ti nada fuera de tu voluntad y de tu libertad y es ahí donde

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caerás, no debes perder la tensión y acomodarte, debes estar siempre alerta, porque el diablo
como león rugiente anda en busca a quien devorar, al perder la tensión el cielo se cierra y
corres el riesgo de contemplarte a ti mismo, para ser santo debes tener misericordia de ti y
dejar a Dios actuar en tu vida. No intentes hacer tu voluntad por que te vas a cansar,
recuerda el salmo que dice: “de balde se cansan los albañiles si el Señor no construye la
casa”.
En la Biblia hay tres tipos de personas que son llamadas a cumplir una misión, la
primera es la persona inadecuada para cumplir la misión, es el caso de José, Jacobo y
muchos otros, la segunda es la persona a quien supera la misión, es el caso de Jonás, Samuel
y otros tantos, y la tercera es la persona que se siente segura porque Dios le da signos de su
presencia, Dios precede a su elegido, Dios te pide algo, pero el lo va a realizar, te utiliza
como instrumento de su obra.
José asustado y confundido por lo que acababa de oír no sabía si correr, llorar, reírse
o renunciar a su ideal de santidad, en medio de su confusión dijo: entonces yo nada puedo
hacer, nada tengo que hacer más que esperar que Dios actúe. La impotencia tiende a llevarlo
todo a la pasividad y cae en la desidia, el abandono y en la rutina.
- No, muy al contrario, tienes mucho que hacer, Dios no puede actuar sin tu
consentimiento, si tú no haces nada El no hace nada. Tú eres su instrumento de amor más
grande que tiene.
Así como Pedro era un gran poeta que utilizaba sus poesías para educar, enseñar y
hacer reflexionar, aparte de expresar el amor y sus ideas, Margarita era una experta en
contar cuentos, cuentos con un profundo contenido reflexivo, que hacía cambiar de
paradigma y mentalidad a muchas personas que la oían y ellos siempre la sacaban de apuros
cuando ya no sabía cómo transmitir sus ideas.
- Los cuentos se hicieron para ser contados, detrás de ellos están escondidos
grandes enigmas que al común de la gente se les escapa por la falta de reflexión y no
escudriñar en ellos, te contaré un cuento para que reflexiones sobre él, dijo Margarita.
- Si no pude comprender el primero, cómo pretendes que interprete el segundo.
- No te apures en encontrar las respuestas, ninguno de ellos tienen una respuesta
válida más de la que tú puedas encontrar en ellas y estas te servirán para que vayas
madurando tu deseo de santidad, no trates de encontrar en ellos la respuesta, solo tómalos
como guía para que te ayuden a no desviarte del camino.
Se trataba de un señor, quien todos los días rezaba fervorosamente a Dios pidiendo
que pase por su vida y que le ayude a convertirse, hasta que un día se le apareció el ángel y
le dijo esta noche Dios irá a cenar a tu casa, prepárate.

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El Señor limpió su casa como nunca, preparó la mesa y una comida cara y exquisita
y se puso a esperar a Dios, era temprano aún cuando sonó el timbre y este fue a abrir la
puerta y encontró a un mendigo que venía a pedir comida, pero el Señor le dijo ven un poco
más tarde, porque ahora estoy esperando una visita y cuando se vaya te daré lo que sobra,
ahora no tengo tiempo para atenderte, tengo muchas cosas que arreglar.
Transcurrió la hora y no venía Dios, cuando de pronto volvió a sonar el timbre, “ya
viene” dijo el hombre y fue a abrir la puerta, pero encontró al mismo mendigo que venía a
pedir comida, pero le dijo lo mismo que la primera vez, ahora no puedo atenderte porque
estoy esperando una visita, ven más tarde.
Cayó la noche y Dios no aparecía, cuando nuevamente sonó el timbre, esta vez sí
que es Él dijo y fue a abrir la puerta, pero se encontró con la sorpresa que era el mismo
mendigo que venía por un plato de comida y fue despedido con las mismas palabras, ahora
no tengo tiempo porque estoy esperando una visita, vuelve más tarde.
El pobre señor pasó la noche en vela esperando a Dios, pero este nunca apareció, así
que frustrado y pensando que Dios le había mentido se puso a orar nuevamente,
preguntándole a Dios porque no vino, cuando se le apareció el ángel y le dijo: “Dios vino a
tu casa ayer tres veces a comer contigo, pero como tú estabas esperando una visita lo
despediste y como el respeta tu libertad no dijo nada y aceptó tu decisión.
José se quedó atento escuchando el cuento, ya que su madre era para él la mejor
persona que existía sobre la tierra, siempre le encontraba una respuesta y una solución a
todos sus problemas y enigmas y con ella a su lado se sentía muy seguro. Con la madre a su
lado el hombre se siente muy seguro y capaz de llevar a cabo lo que se propone.
María nunca abandonó a Jesús, estuvo con el hasta el final y cumplió un papel muy
importante en la salvación del mundo, gracias a ella Jesús hizo el primer milagro en la boda
de cana. Madre, que quieres decirme con este cuento, explícame porque me desespera y me
preocupa, dijo José, no entiendo lo que quieres transmitirme en este cuento.
- Hijo mío, lo que quiero decirte es que debes tener la conciencia despierta para poder
ver pasar a Dios en tu vida, porque el pasa pero no se detiene, debes estar atento a los
acontecimientos que van marcando tu historia, no busques a Dios donde no está, debes
aprender a escuchar y a observar, Dios no está en el tumulto, debes aprender a hacer un
silencio interior profundo y escuchar a Dios y oír lo que el quiere decirte. El silencio asusta
porque nos encontramos a nosotros mismos y a Dios y eso compromete.
Un silencio se apoderó del ambiente, mientras ambos pensaban qué decir, José se
decía interiormente ¿Qué difícil es ser cristiano, quién puede cumplir todas esas exigencias?
Mientras que Margarita hacía una oración diciendo en su interior “Dios mío, te ruego, ten
misericordia de mi hijo y no apartes tu mano de su cabeza y esta obra que tú has iniciado en

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él, llévalo a feliz término y no permitas que yo sea un obstáculo en su camino, antes bien
envía tu Espíritu Santo sobre mi, tu espíritu de sabiduría y consejo y que sea el mismo el
que hable por mí.
José rompió el silencio diciendo, “mamá enséñame a orar y a seguir en el camino de
la santidad y ayúdame a no desviarme de él, Margarita conmovida por lo que acababa de oír
dijo: “hijo yo te quiero mucho y sabes que cuentas conmigo para lo que sea, pero tú sabes lo
que estás pidiendo, ya analizaste bastante lo que quieres.
- Sí mamá, estoy seguro, ya lo analicé bastante y lo que quiero es alcanzar la
santidad.
- Entonces debes estar preparado para afrontar las consecuencias de tu elección,
lo que tú pretendes no es algo fácil, no es como ponerse a estudiar y aprobar el examen y te
entregan el título de santo. Dios te llevará al desierto como lo hizo con el pueblo de Israel y
con Jesús para ser tentado. Yo te llevé al desierto para que te enamores de mí y te haga
sentir tu realidad. MEJORAR ESTA FRASE NO QUEDA MUY CLARA Y NO QUEDA
BIEN EN CONTEXTO.
- José muy seguro de sí mismo y confiado dijo: no te preocupes mamá yo estoy
seguro de mí y como dijo Napoleón a sus hombres en la guerra: “No les prometo una
victoria fácil, pero sí les aseguro sangre, sudor y lágrimas. Traicionado por sus emociones,
creía que nada podría detenerlo, pero Dios sabe hacer las cosas, sabe como hacerlas, porque
hacerlas y sobre todo para qué hacerlas y muchas veces son contrarias a los proyectos del
hombre.
- Tus proyectos serán tu peor obstáculo, la santidad no se construye sobre un
idealismo, Dios nos tiene que desilusionar para hacernos aterrizar en la realidad. El árbol
que más se quiere es el árbol que más se poda, como el lino, cuanto más palo le das más
blanco se queda, así Dios debe molerte para que estés preparado para lo que te espera, pero
no te aflijas ni te desesperes hijo, porque la pertenencia de Dios no se cancela, la cruz
brillará para siempre en tu frente aunque vayas camino a la condenación, Dios pagó por ti
un precio muy caro, pagó con la sangre de su Hijo.
Te daré tres armas potentísimas para que te ayuden en tu camino a la santidad, todos
estamos llamados a la santidad, más no todos acudimos a ese llamado. La primera arma es
la Biblia, la Sagrada Escritura, de donde sale la palabra de Dios para ser encarnada, pero
recuerda que no solo en la Biblia está la palabra de Dios, si no también en la tradición y en
los demás, en las personas que te rodean, también se expresa la Palabra de Dios y debes
saber leerla pero sobre todo en tu historia personal es donde debes aprender a leerla, la
segunda arma es la oración del Santo Rosario, que es la que te va a dar la fuerza necesaria
en los momentos más difíciles, recuerda una madre nunca abandona a su hijo, y la tercera y

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la más importante de todas es la Eucaristía, que es la entrega de amor más grande que puede
haber, sin ella no irás a ningún lado.
José estaba siendo vapuleado por su madre, quien lo estaba preparando y advirtiendo
sobre lo que le esperaba, cuando de pronto se sintió como agobiado por tanta presión y no
sabía qué decir, así que terminaron de almorzar sin decir una sola palabra más, ya era
bastante con lo que había oído hasta ese momento, cuando ya las aguas parecían calmadas
tomó la palabra y dijo “mamá, ya es tarde y tú tienes que volver a tu trabajo y yo estoy muy
cansado y tengo tareas que realizar del colegio, me iré a dormir un rato la siesta y luego me
levantaré a realizarla.
- Yo te comprendo mi hijo, no es nada fácil, ve a descansar, pero recuerda que en
la Biblia el que duerme es el que no quiere hacer la voluntad de Dios, es el caso de Jonás.
José la miró fijamente y no dijo nada, y Margarita comprendió perfectamente lo que
quiso decirle, ya que una madre está entrenada para luchar cualquier tipo de batalla, en
cualquier lugar y situación por amor a su hijo. Que descanses dijo, le dio un beso y se retiró
diciendo, “por favor, José limpia todo esto, porque se me hizo tarde y deseo irme, te quiero
mucho” nuevamente le dio un beso y se marchó.
- Yo también te quiero mucho mamá.
José después de limpiar toda la mesa y lavar los cubiertos fue a su habitación muy
cansado con la intención de dormir la siesta, pero otra sería la actividad prevista por Dios
para él, no se imaginaba lo que le esperaba en su habitación, apenas llegó, se cambió y se
tiró en la cama con la intención de dormir, estaba en su cama acostado boca arriba mirando
el techo y recordando toda la conversación con su madre, que como una película se
proyectaba en su mente.
Cuando se dispuso para dormir, se puso de costado y justo en frente de él (su cara SE
PUEDE SACAR) estaba la Biblia, entonces dijo será que Dios quiere decirme algo, la tomó
y la abrió, luego puso el dedo índice sobre una frase que decía “el que toma el arado y mira
para atrás no es digno de mí, rápidamente la cerró y se dispuso a dormir.
Apenas cerró los ojos y entró en un profundo sueño del cansancio que se traía
encima, se quedó dormido profundamente unos treinta minutos, que eran más que
suficientes para que tenga una pesadilla.
Estaba soñando que toda su casa estaba inundada, pero lo curioso era que había una
porción de tierra donde el agua no llegaba y el estaba parado ahí, estaba acorralado por el
agua, no lograba afectarle a él.
Señor ayúdame, no me abandones, eran las palabras que salían de sus labios
mientras se revolcaba en la cama, hasta que de pronto se despertó y dijo “Gracias Señor, era
nada más que un sueño”, miró su reloj y dijo menos mal que me desperté ya es hora que me

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levante a hacer mi tarea. Primero el deber luego el placer, pero no pudo dejar de pensar que
le habrá querido decir Dios con ese sueño, para consolarse dijo “no era más que un sueño y
nada tiene que ver con la realidad”.
Dio un salto de su cama y se dirigió al baño, se pegó una buena ducha para
despertarse y se escribir en su escritorio.

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PARTE VIII
Señor, Señor, qué quieres conmigo, adónde quieres llevarme que no entiendo, tú
sabes que en mi corazón hay un gran vacío que no sé cómo llenar, tengo unas ganas locas de
amar. Señor, Señor, enséñame a amarte, eran las palabras de José que no podía concentrarse,
pues esas ganas locas de amar en su corazón no le permitían y mientras trataba de calmar
esa sed de amor que habitaba en él, le sacaban la paz que tanto ansiaba. En el amor no cabe
el temor, pero sí la angustia y la desolación.
Todo esto lo meditaba y reflexionaba profundamente, no entendía lo que le estaba
pasando y mucho menos se imaginaba lo que le estaba esperando. El termómetro para saber
si amamos es el sufrimiento y las pruebas. Mientras meditaba y reflexionaba sobre las ganas
de amar, se puso a escribir una poesía. El amor es una poesía que empieza con un romance
y termina en la experiencia con Dios.

GANAS LOCAS DE AMAR


Mi corazón está envuelto
En unas ganas locas de amar
Es por eso que no aguanto
Las inmensas ganas de llorar
Es que no encuentro
Forma de alguna de escapar
Y lentamente entristezco
Cuando no puedo amar

Mi alma se entristece
Cuando el amor desaparece
Y mi corazón adolorido
No encuentra un alivio
Porque ha sido carcomido
Por la tristeza y el olvido
Que lo ha dividido
Y al amor disminuido

Como el lobo hambriento


Busca a su presa para alimentarse
Mi corazón sediento
Busca al amor para deleitarse

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Con sus bellas melodías
Para llenarme de alegrías
Cargando mis días
Con inmensas ganas de vivirlas

Como aquel terrible rayo


Que al caer produce un destrozo
El amor muy bondadoso
A mi corazón lo llena de gozo
Cuando la lluvia cae del cielo
Da vida al suelo
Cuando en mi cae el amor
Da vida a mi corazón.

Mientras escribía ese hermoso poema al amor pensaba en Miriam y decía será que
estoy enamorado, eso no puede ser si apenas la conozco, cuando apenas terminó el último
verso sonó el teléfono, su sorpresa fue grande al atenderlo, pues era una persona de quien no
esperaba la llamada, pero la vida está llena de sorpresas y hay que dejarse sorprender por
ella para no perder el encanto.
- Hola, se encuentra José
- Sí, con él habla
- No te acuerdas de mí, dijo una voz femenina y sensual, José dudaba y no podía
identificarla, presumía que era Miriam, pero no se animaba a preguntar por si no lo fuera,
así que siguió diciendo con quién tengo el gusto, Señorita.
- Soy Miriam, nos conocimos esta mañana en la farmacia, te acuerdas.
- Ah sí, no reconocí tu voz, recién me estaba acordando de ti, eres doble cara o
muy buena persona.
- Y tú que crees.
- Por supuesto que una buena persona
- Es transmisión de pensamiento, porque yo también me estaba acordando de ti,
es que hoy voy a salir temprano de mi trabajo y quería invitarte a tomar y hablar, si es que
no te molesta
- No al contrario sería todo un honor para mí, qué privilegio.
- Te espero, nos encontramos en la farmacia.
- Está bien, en veinte minutos estoy ahí, adiós.

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José no podía creer lo que estaba ocurriendo, de que será que quiere hablar conmigo,
que puedo decirle yo. Su corazón empezó a latir más rápido de lo normal, no se había
sentido así desde la última vez que estaba de novio, pero generalmente la persona se
enamora de la persona equivocada, pero eso es una pedagogía perfecta de Dios que hace que
nos enamoremos y conozcamos primero a las personas equivocadas para luego conocer a las
que realmente nos merecemos para que sepamos valorarla como tal.
Apenas pasaron cinco minutos que acababa de hablar con Miriam y José ya estaba
listo para salir, pero antes de salir, se puso de rodillas frente al crucifijo que tenía en su
cuarto y empezó a hacer una oración. “Señor, derrama sobre mí tu preciosísima sangre de
mi cabeza a mis pies y cubre mi cuerpo entero y no permitas que nada ni nadie me aparte de
tu amor, protégeme Señor Díos mío” mientras oraba sentía que una gran mano con un vaso
enorme le cubría y recordaba cuando era niño, cuando atrapaba moscas en los vasos y de
esa forma se sentía protegido, cubierto por un escudo de cristal blindado.
Emocionado pero asustado, José salió con destino al encuentro con el amor, pero un
falso amor, ya que él se estaba creando bellas imágenes, se estaba creando una película a su
antojo y conveniencia, y no se daba cuenta que otra era la situación que le esperaba allá
afuera. El hombre siempre se crea falsa imágenes y falsas expectativas cuando al amor se
refiere y si no está preparado para despojarse de ellos comienzan las grandes frustraciones.
Camino a la farmacia meditaba profundamente lo que le estaba ocurriendo, pero no
se puede buscar si no se intuye lo que se busca, y como el intuía al amor muy cerca iba en
busca de él, al final cansado y sin entender dijo: “Señor que se haga tu voluntad y no la mía”
y desde entonces en su corazón volvió la paz y la tranquilidad y ya estaba preparado para
enfrentar la gran batalla que se avecinaba. Intentando entender la vida y los acontecimientos
no se entiende nada más que en un contexto de oración y confianza en Dios.
Todavía faltaba una cuadra para llegar a la farmacia cuando vio venir a Miriam en
dirección suya y que le hacía unos gestos tratando de decirle que no se acerque más y que le
espere ahí, José entendió perfectamente el mensaje y se quedó parado como una estatua en
medio de la vereda, no dio ni un paso más y al rato llegó Miriam y le dijo: “Date la vuelta y
sígueme sin llamar mucho la atención y luego te explico: “José hizo exactamente todo lo
que le decía, aun sin entender obedecía.
Él la seguía atentamente muy de cerca, cuando de pronto ella giro en una esquina y
se le perdió de vista y al girar él, ella le salió en el frente y le dio un gran susto que la abrazó
tratando de defenderse, su instinto de conservación lo llevó a actuar impulsivamente de esa
manera, cuando volvió nuevamente en si después del shock a causa del susto encontró a
Miriam en sus brazos, inmediatamente la soltó y dijo: “Perdón, es que me asusté”.

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No te preocupes dijo ella tratando de calmar la situación, es que no te expliqué lo
que pasa es que mi novio es muy celoso y si se entera que te fuiste a buscarme, quien sabe
lo que pensará y como hoy salí más temprano y el no sabe, tuve que mentir en mi trabajo
para que me dejen salir, porque necesitaba hablar con alguien y creo que tú eres la persona
indicada, Díos siempre pone en nuestro camino a las personas que necesitamos.
Ya lo creo dijo José pero con una curiosidad tremenda preguntó y sobre qué quieres
hablar conmigo y cómo sabes que yo soy la persona que tú dices, la más indicada, nosotras
las mujeres tenemos un sexto sentido bien desarrollado y creo que ese sentido es el que me
impulso a llamarte, perdóname que sea de esta manera, pero como te dije mi novio es muy
celoso y si se entera es capaz de cualquier cosa, y era justamente sobre eso que quería hablar
contigo, porque me dejaste pensando sobre lo que me dijiste esta mañana cuando hablamos
del amor y la fidelidad, qué te parece si nos vamos a algún a algún sitio a tomar algo y allí
hablamos dijo José, perdona es que estoy muy nerviosa y no te invité, yo conozco uno cerca
y es un lugar bien discreto, es cerca y nadie se enterará que estuvimos allí.
Mientras caminaban en dirección al bar José le preguntó: “Tú dijiste que tu novio es
muy celoso”, sí, así es, dijo ella, es capaz de cualquier cosa, si se entera que estuvimos
juntos, tú sabes lo que son los celos preguntó él, no dijo ella, los celos son un síntoma de
inseguridad, yo creo que como tú eres muy bella, él tiene miedo a que le seas infiel, pero si
él sabe que yo soy incapaz de hacer semejante cosa dijo ella un poco alterada, cálmate dijo
José, es que el ladrón juzga por sus actos, como él lo hace cree que tú también lo harás.
Caminaron juntos unas cuantas cuadras pero ninguno de los dos decía ninguna sola
palabra, el silencio y la duda se había apoderado de sus corazones, hasta que de pronto,
llegaron frente una casa, acá es dijo Miriam, acá dijo sorprendido José, pues frente a sus
ojos no había más que una frutería, si es acá dijo ella, la tomó de las manos y se
introdujeron en la frutería, grande fue el asombro de José al percatarse que en el fondo de la
frutería estaba montado todo un bar clandestino.
Y tú cómo conoces este lugar preguntó confundido, es una larga historia, pero trataré
de explicártelo, pasa que mi tía es amante de los mamones y siempre me enviaba a
comprarlos aquí, pero al igual que tú jamás me percate del bar que existía en el fondo, hasta
que un día cuando vine a comprar las frutas me encontré con Sergio que también venía a
comprar frutas, él me saludo y fue ahí donde me enamore de él, enseguida empezamos a
hablar.
Y así fue como encontré este lugar y donde conocí a Sergio, que ironía del destino
dijo José, aquí conociste a tu novio de quien te enamoraste y me traes a mí para escondernos
de él, acaso no es una contradicción el mundo verdad, pero en realidad lo que José estaba
pensando y no se animaba a decirlo, era que ella se enamoró de Sergio en ese bar y él tenía

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miedo de enamorarse de ella en el mismo bar. Uno nunca puede decir todo lo que piensa, el
ochenta por ciento del pensamiento se queda en el cerebro, solo el veinte por ciento se
materializa. En la mente es el único lugar donde uno es verdaderamente libre.
José se había disociado de la realidad, se había escapado del sitio y empezó a
reflexionar profundamente sobre la vida y sus contradicciones, sobre la vida y sus aventuras
y sus enseñanzas, aún estaba soñando, abstraído del mundo, cuando de pronto, Miriam le
tocó el hombro y le dijo: te pasa algo, no te gusta el lugar, no, no es eso dijo rápidamente
poniéndose a la defensiva, lo que pasa es que…., decía sin poder terminar la frase, pues no
sabía que decirle, si decirle la verdad y aceptar que ella piense que está loco o decirle una
mentirita, es que sus principios morales siempre le traicionaban. La moral no canalizada y
trabajada esclaviza al hombre.
No te preocupes, no pasa nada, solo me estaba acordando de algo, vamos, entremos
dijo José, no te preocupes, volvió a insistir ella, si tú lo dices vamos que tengo muchas cosas
que contarte dijo Miriam, lo estiró del brazo y se introdujeron al bar, el local era bellísimo,
él ni se imaginaba que detrás de la fachada de una frutería se escondía tanta belleza,
admirado José quedó mudo y Miriam dijo: escoge un sitio, te doy el privilegio que escojas
un lugar, el que creas más conveniente, recuerda, tú eres mi invitado y tienes todo el
derecho de sentirte a gusto, José estaba sorprendido, pues nunca una dama le había tratado
así, ahora entiendo por qué Sergio celaba de ella pensó, hasta yo estaría celoso si ella fuera
mi novia.
Pasó la vista por todo el local cuando de pronto fijó la vista en una mesa y dos sillas
que estaban bajo la sombra de un hermoso lapacho amarillo, lo señaló y dijo ese es el lugar
perfecto, está preparado especialmente para nosotros, vayamos a sentarnos, sus corazones
empezaban a latir cada vez más fuerte, ambos experimentaban una sensación extraña en su
cuerpo, pero los dos se mantenían discretos al respecto y no había comentario alguno sobre
el tema, pero era una realidad palpable e ineludible. La vida esta llena de misterios que la
razón no puede comprender.
El cuerpo es la mayor alarma de la persona. Por más que ellos trataban de disimular
sus cuerpos les delataban, las personas quinestésicas son las más fáciles de detectar,
mientras que las auditivas y las visuales son las más difíciles, pues en ellas todas y cada una
de las emociones positivas o negativas, agradables o desagradables lo expresan a través de
su expresión corporal, que es algo inconsciente, mientras las auditivas y visuales
permanecen más ocultas y son más difíciles de descubrir, pues todas las emociones
transcurren a través de la visión o de la audición.

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Se sentaron a la mesa y José preguntó a Miriam qué deseaba tomar, mientras ella
respondió, una coca-cola, pero no te olvides que yo invito, por lo tanto yo pago y sacó un
billete de diez mil del bolsillo y se lo pasó a José.
- No puedo permitir que tú pagues, por más que tú hayas invitado, te pido por
favor que guardes tu dinero, que pago yo.
Miriam lo miró atentamente y dijo: ¡Pero si yo invité!
- Lo que te voy a decir es por mí, no por ti, el que pagues tú no me quita ni me da
nada, pero en mi condición de caballero no puedo aceptarlo, porque me sentiría muy mal
que en la primera cita pagues tú, hasta me puedo acostumbrar y sería una quiebra para tu
economía, es una broma añadió tocándole la cabeza como un gesto de cariño, la situación
transcurría como si fueran grandes amigos ya desde hace mucho tiempo.
Dijo José, para que una amistad y una relación funcione tiene que haber dos cosas,
renuncia y negociación, yo voy a renunciar a mi orgullo y dejaré que tú pagues, pero yo iré
a buscar la bebida, la próxima vez yo pago y tú vas a buscarla, qué te parece, preguntó al
final, me parece genial, respondió ella, le pasó el dinero y el fue en busca de la bebida.
Mientras se dirigía a la cantina, ella lo miraba atentamente y se decía, por que será
que Sergio no es como él, pero no se daba cuenta que su interés por José iba aumentando,
estudiaba todos sus movimientos y no le encontraba defectos. El amor es la sensación más
rara y dolorosa, muchas veces la más absurda por la que el hombre puede pasar, es como
plantar un palo de escobas y regarlo todos lo días pensando que va a florecer y por la fe y la
fuerza del amor florece misteriosamente o como intentar barrer una escalera de abajo para
arriba, lo más absurdo que puede existir, pero lo más bello, tierno, dulce y emocionante. El
que nunca ha experimentado el amor en su vida, nunca ha vivido de verdad.
José venía con dos vasos en las manos, se sentó, sirvió los vasos y dijo levantando su
vaso, brindemos por esta nueva amistad que se está consolidando y que perdure para
siempre, tanto en las buenas como en las malas y que Dios bendiga lo que hoy ha nacido,
entrecruzaron sus brazos formando dos eslabones y bebieron, ninguno de los dos habían
tomado una bebida tan deliciosa en su vida, más por el momento agradable, que por la coca-
cola.
Miriam miró su reloj e hizo un gesto y José preguntó: pasa algo, ella respondió
rápidamente, no, no pasa nada, todo está bien.
- Si alguien mira mucho su reloj es por dos razones, porque no le gusta el lugar o
la compañía, o es que ya tiene que irse porque tiene algo que hacer, cuál es tu caso.
- Cómo crees que no me gusta tu compañía, nunca me sentí tan bien, es que se
me hace tarde y tengo que marcharme enseguida.
- No te hagas problemas por mí, cuando tú creas conveniente, nos vamos.

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- Gracias por comprenderme, ojalá Sergio sea como tú.
- Nunca debes comparar a las personas porque siempre habrán unas mejores y
otras peores, pero recuerda que eso depende del cristal con que los mires.
A ver, de que querías hablarme dijo José, no puedes irte sin decírmelo porque me
dejarás con la intriga y tú no te liberarías de la carga que te pesa, recuerda lo que dijo Jesús,
vengan a mí los que estén cansados y agobiados que yo los aliaré, yo no soy Jesús, pero
puedo ayudarte a LLEVAR O SOSTENER (cargar PARA NO REPETIR) con tu carga,
recuerda que un kilo llevado entre dos se convierte en medio kilo, hasta el propio Jesús
necesitó la ayuda del Cireneo para cargar con la cruz, si El siendo Dios necesitó ayuda por
qué no tú que eres humana, todos necesitamos ayuda.
Está bien, lo que pasa es, dijo Miriam y se quedó callada, ánimo no tengas miedo
dijo José, lo que pasa es dijo Miriam, que me quedé pensando sobre lo que me dijiste sobre
el amor y mi relación con Sergio, es que yo lo quiero mucho, y siento que doy todo de mí,
pero no me siento correspondida y no sé si estoy con el por amor o por costumbre, siento
que doy demasiado y no recibo nada, hasta llegué a pensar que el hecho de que él esté muy
seguro de mi amor es lo que lo hace actuar así, ya no sé qué pensar, y hoy te conozco a ti y
me haces ver gran parte de mi realidad que tal vez yo no quería aceptarla.
José la escuchaba atentamente, pero en su interior oraba fervientemente pidiendo al
Espíritu Santo que lo iluminase ya que estaba casi seguro que le pediría sino un consejo, por
lo menos una opinión, no tardó Miriam en hablar cuando preguntó, ¿Tú que piensas al
respecto? ¿Qué crees que debo hacer?
- Yo soy el menos indicado y el más inexperto para hablarte sobre el amor, pero
trataré de darte apenas una opinión, si yo fuera un psicólogo te diría, toda la fuerza de amar
y exigir ser correspondida está dentro de ti, todo es cuestión de querer, porque querer es
poder y poder es querer y el hombre tiene la capacidad de conseguir todo lo que desea, pero
si fuera un filósofo, pensaría un poquito más y te diría para amar y ser amado debes
renunciar al amor, pues cuanto más lo persigas menos lo alcanzarás y solo te frustrarás, si lo
dejas el solo vendrá a ti, pero si fuera un teólogo te diría nada puedes en tus fuerzas, el amor
viene de Dios y solo por El, con El y en El puedes llegar a amar de verdad.
Como ves yo no soy filósofo, psicólogo, ni teólogo, así que no tengo autoridad para
hablarte del amor, lo que puedo decirte es que si intentas vivir el amor debes saber que solo
debes poner de tu parte, la otra nunca sabrás si llega y ni siquiera es necesario que llegue, en
el amor lo que vale es amar. Nada es más organizado de lo que el amor ordena y nada es
más libre de lo que el amor une.

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Hay quienes hacen las cosas por amor, hay quienes hacen las cosas por ser el amor,
quien hace las cosas por amor, puede llegar a hacerlas bien, nada es pequeño de lo que se
hace por amor.
Cuando José empezó a inspirarse y empezaba a hablar, sonó el celular de Miriam,
era un mensaje, al instante su rostro cambió, se puso pálida como un papel, se levantó y
dijo: discúlpame, tengo que irme es que Sergio me escribió un mensaje y va a buscarme a la
farmacia y no quiero que se entere que estuve contigo, no te enojes conmigo, yo te llamo
para volver a hablar, discúlpame. sí.
- No hay problema, haz lo que tienes que hacer, no te preocupes por mí, me
agrada este lugar, espero que nos volvamos a ver.
- Yo también
Le agarró fuerte la mano, le dio un beso en la mejilla y se marchó.

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PARTE IX
- Disculpe señor, ya estamos cerrando, fueron las palabras del mozo que venía a
despertar a José del profundo trance en que había entrado, quien se quedó mirando el vaso
que tenía sobre la mesa, hacía rato que se había disociado de la realidad, ya la noción del
espacio y del tiempo como tantas veces se le había escapado de las manos.
Mira a ese joven, dijo el cantinero al mozo, hace más de una hora que está mirando
su vaso sin mover un solo dedo, es algo extraño verdad, espera un rato más y ve a ver que le
pasa y avísale que ya vamos a cerrar, que se hace tarde.
Aparentemente José estaba mirando el vaso, pero desde hace rato que estaba
sumergido en un profundo sueño, ni el más mínimo ruido lo perturbaba, puesto que estaba
sumergido en un silencio profundo en el que se desarrollaba su sueño como una película o
una obra teatral donde todos estaban expectantes en una oscuridad y un silencio
aterrorizador viendo el desenlace de la obra.
Era una sala oscura en donde era él el actor principal de la obra, la que se
desarrollaba en un escenario lujosamente montado, estando él parado le entregan una
hermosa rosa roja en las manos, en ese mismo instante se abre el telón y aparece un rey
sentado en su trono, lentamente tomó la rosa y se dirigió al escenario que se encontraba tres
gradas más arriba totalmente alfombrado, con una alfombra roja, se arrodilló frente al rey,
hizo una reverencia y dejó la rosa sobre las gradas, luego volvió a hacer la reverencia y
seguidamente se cerró el telón y todo el lugar se envolvió de una tenebrosa oscuridad y un
desolador silencio.
- Disculpe, señor que le moleste pero ya estamos cerrando, volvió a repetir el
mozo asustado porque no le respondía, de pronto, José empezó a moverse, parece que
volvía de su trance y vio a su lado al mozo insistiéndole que iban a cerrar.
No se preocupe, ya me iba, fueron las únicas palabras de José, se levantó como si
nada hubiera ocurrido y se marchó, mientras que el mozo y el cantinero se decían, que
hombre más extraño, nunca he visto a alguien así, a no ser que esté drogado, lo más
probable es que haya ingerido alguna droga con la su bebida, hoy en día eso es normal, los
jóvenes están totalmente descarriados y se puede esperar cualquier cosa de ellos.
José no se dio cuenta que ya se hizo muy tarde y se había olvidado de que al día
siguiente debía entregar un trabajo en el colegio y aún no lo había terminado, apenas salió
del lugar, una vez vuelto en sí miró su reloj y dijo: Díos mío, ya es tardísimo y no preparé
mi exposición y seguro que me tocará a mí decía, ya que las exposiciones normalmente eran
por sorteo.

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Seguro que Héctor va a hacer todo lo posible para que yo exponga mañana se decía
mientras iba camino a su casa, cuando cansado, agotado por la jornada que tuvo solo quería
ver su cama y acostarse a dormir. No hay nada más cansador que la búsqueda asfixiante del
amor.
Al llegar su madre lo estaba esperando, pues sentía que vendría cansado, ella la
recibió con un fuerte abrazo y un beso en la frente y le dijo: Hola hijo, que tal te fue el día,
te preparé unos ricos sándwiches y un jugo de durazno para que cenes y podamos hablar, si
lo deseas, claro, dijo ella no queriendo imponer nada.
- Voy a ducharme y enseguida bajo sí, estoy muy cansado.
- Te espero aquí abajo hijo.
José subió a su habitación y se tiró en la cama le daban ganas de quedarse dormido,
pero no podía dejar de obedecer a su madre y además debía bañarse para relajarse y sacarse
el peso estresante del día, así que hizo un gran esfuerzo y saltó de la cama y dijo: No puedo
permitir que este simple cansancio me gane, así que tomó la toalla y se dirigió al baño.
Abrió la ducha se metió bajo ella, el agua fría corría por su cuerpo que le producía
una sensación de alivio, estuvo bajo ella unos minutos hasta que pudo recuperarse bien,
luego salió, se vistió y bajó para cenar donde Margarita la estaba esperando sentada a la
mesa. Ven hijo, siéntate a cenar dijo llamándole a que se sentara a compartir la mesa con
ella, gracias mamá, que haría sin ti, ojalá todas las madres fueran como tú dijo, claro que lo
son dijo ella y mejores aún, no creo dijo él. Una madre con todos los defectos que tenga no
deja de ser la mejor madre para su hijo.
Está delicioso el jugo dijo José, me hacía falta tomar uno de estos para despertarme,
ya que tengo una exposición mañana, y aún no la preparé, no sé cuál ha de ser el motivo por
el cual hayas dejado para última hora tu tarea, eso no importa mucho, lo que sí quiero
decirte es que tienes que descansar, para dar un buen resultado, no te duermas muy tarde
preocupado por tu exposición, haz lo que puedas nada más, recuerda que el mayor alimento
del cerebro es el sueño y las proteínas pero sobre todo el sueño.
- Te prometo que descansaré temprano, estoy muy cansado y no creo poder
aguantar mucho, ánimo hijo todo está bien, gracias mamá te quiero mucho, fueron las
palabras de José, ahora ve a descansar que mañana es un nuevo día para combatir, con sus
luces y sus sombras. Se levantó y le dio las buenas noches.
- Buenas noches mi hijo, te quiero mucho. Qué hijo, qué bendición me ha dado el
Señor, sin merecer tanto me colma de su bendición y amor con este hijo que me ha regalado.
José subió a su cuarto, se sentó y se dispuso a estudiar, pero en ese momento el
cansancio y la tentación de tirarse a su cama y dormir se apoderó de él, traicionado por el
cansancio y buscando una justificación dijo: “No creo que me toque a mí, ya tengo que

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tener demasiada mala suerte” y las palabras de su madre resonaron en su oído: “El sueño es
el mayor alimento del cerebro”. Al instante cerró su cuaderno y se dispuso a dormir, pero al
ver la Biblia sobre su mesita de luz, y como era costumbre antes de dormir abría la Biblia al
azar, leía un pasaje bíblico y se acostaba a dormir. Abrió la Biblia puso su dedo sobre unos
versículos que decían “Pilatos dijo a Jesús ¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le contestó.
Dijo Pilatos ¿A mí no me contestas? ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para
crucificarte? Respondió Jesús: No tendrías contra mi ningún poder, sino se te hubiera dado
de arriba; por eso el que me ha entregado a ti, tiene mayor pecado”. Cerró su Biblia y se
acostó a dormir.
La noche pasó tan rápido, que parecía que acababa de acostarse y ya volvió a
amanecer, es que estaba muy cansado y después de mucho pudo volver a dormir, pues ya
llevaba días sin poder descansar. Se levantó con todas las pilas puestas, hizo su oración, y
bajó a ver si sus padres ya se habían levantado, el pensaba que se había levantado temprano,
pero al bajarse encontró a sus padres tomando mate y les preguntó ¿Por qué se han
levantado muy temprano hoy?
- No, eres tú el que se ha levantado un poco más tarde que de costumbre, miró su
reloj y se percató que ya eran las 07:00 de la mañana, solo que por el cansancio no sintió el
amanecer y sus padres no querían levantarlo muy temprano, pues se imaginaban que
trabajó hasta muy tarde y aún estaría descansando.
- Buenos días papá, la bendición.
- Díos te bendiga mi hijo.
- Buenos días mamá, la bendición.
- Díos te bendiga mi hijo.
Fueron los primeros contactos con sus padres cuando Margarita le preguntó,
descansaste anoche, qué tal amaneciste, no sabes lo bien que descansé y amanecí bien,
tenías razón al decir que el sueño es mayor alimento del cerebro, creo que hoy mi cerebro
está bien alimentado, dijo ironizando un poco, pero su intención era hacer un juego de
ablandamiento, pues tenía pensado ayunar ese día, pero no quería contarle a sus padres.
- Y tu trabajo, lo pudiste terminar
- No, no lo hice porque estaba muy cansado, y además no creo que me toque
exponer ya que es por sorteo y nunca tengo suerte en los sorteos, así que no creo que salga
yo.
- No te preocupes hijo, solo debes hacer lo que puedes, no trates de exigirte más
de lo que puedes, porque te frustrarás, solo debes tener la confianza puesta en el Señor, en el
todo lo puedes, con tus fuerzas siempre quedarás corto ante cualquier intento de progresar,

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cuando dejes de lado al señor y quieras emprender algo tú solo, confiado en tus propias
fuerzas, como decía Santa Teresa, todo lo puedo en aquel que me ha enviado.
- Ahora debo marcharme dijo, porque voy a ir a tratar de preparar mi exposición,
por si acaso salga mi nombre, aunque lo dudo. La improvisación casi siempre lleva al
fracaso, pero es el momento donde el hombre hace uso de todas sus cualidades e ingenio
para salir de apuros, es el momento donde los prejuicios, preconceptos y teorías quedan de
lado y el hombre hace uso de su iniciativa y espontaneidad y pone a prueba su libertad para
desapegarse de todo lo que le impide improvisar, por temor al fracaso. Sin decir más nada y
dar tantas explicaciones tomó su mochila y se marchó.
- No vas a desayunar, preguntó Margarita.
- Ya es tarde y quiero preparar mi trabajo por si acaso salga sorteado.
- ¿Qué le pasa a José? preguntó Pedro, déjalo, solo está empezando a crecer, está
viviendo en un mundo ideal, un mundo de fantasías, pero no te preocupes, que eso le servirá
para más adelante no para ahora, porque muy pronto vendrá alguien quien destruirá el globo
de burbujas en que está viviendo y se encontrará con la realidad, es ahí donde debemos estar
preparados para ayudarle.
José iba al colegio caminando muy contento contemplando la naturaleza y no dejaba
de alabar a Dios por el hermoso día que le ha concedido vivir ese día, ya hacía bastante
tiempo que no disfrutaba de un día como ese, donde todo era armonía y paz, todo era
perfecto, cada pieza como en un juego de ajedrez estaba siendo movida a la perfección e
iban directo al jaque mate que sería la culminación perfecta del día, que empezó alabando a
Dios y terminaría dándole gracias.
Por fin llegó al colegio después de una larga caminata, pues perdió mucho tiempo
contemplando el paisaje del hermoso día, y su intención de preparar su exposición se fue al
tacho, llegó justo sobre la hora cuando sonó el timbre de entrada y detrás de él el portón del
colegio se cerró y ya nadie podía entrar para evitar fugas y exigirles a los alumnos
puntualidad y los que no asistían a clases llevaban ausente y por causa de falta de
escolaridad podían perder la materia y hasta inclusive reprobarla, así todos se veían
obligados a ser puntuales.
Al sonar el timbre todos se dirigieron a las aulas, donde los profesores ya estaban
dentro sentados esperando a sus alumnos, una vez que todos ingresaron al aula terminó el
murmullo, el profesor saludó y se dispuso a desarrollar su clase.
Todos estaban expectantes, pues nadie quería que se haga el sorteo, todos estaban
esperanzados que el profesor se haya olvidado del sorteo y de la exposición, ya que solo
tenían una hora de clases y era muy poco para más de un expositor y si se ponía a hablar, no
habría lugar para ningún expositor más, Héctor los conocía y sabía todas las estrategias de

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los alumnos para hacer pasar el tiempo, ya que el también fue alumno y alguna vez usó esas
estrategias y antes que alguien haga una pregunta con intención de evitar el sorteo dijo:
ahora vamos al sorteo.
Se sentó y sacó de su cartera dos cajas y las colocó uno a cada extremo de la mesa,
luego sacó su carpeta donde estaba la lista y empezó a llamarla y a medida que decía
presente anotaba su nombre en una hoja y la introducía en una de las cajas, eso era para
evitar que el nombre de alguno que no esté en clases salga sorteado, cuando llamó al último
alumno se paró y dijo: Bien comencemos la clase, en esta caja están sus nombres y en esta
otra pondremos tres palabras “Poder, Placer y Dinero” que son las tres cosas que nos ofrece
hoy el mundo y luego sortearemos un nombre y una palabra.
La clase estaba en un tremendo silencio, era algo insólito, porque generalmente es
casi imposible mantener un aula de jóvenes con tanto silencio, mucha tención y
expectativas, al verlos tan asustados les dijo: ánimo no tengan miedo si tuvieron varios días
para investigar sobre estas palabras, lo único que tienen que hacer es pararse en frente y
decirnos la reflexión que hicieron sobre algunas de las palabras, es más fácil que andar a
pie, no dejen que el miedo les supere, ustedes pueden, decía con la intención de animarlos y
sobre todo de despertarlos, pero mientras todos en su interior estaban rogando que no le
tocase.
Sergio llamó a uno de los que estaban sentados en el frente y le pidió que sacara un
papelito de la caja dos, este metió su dedo y cautelosamente sacó uno de los tres papeles que
había y se lo entregó, desdobló lentamente el papel y leyó, la palabra a exponer es Poder,
esa caja no era tan importante para los alumnos como la que venía ahora, donde se
encontraban sus nombres, nuevamente Sergio llamó a otro de los que estaban en el frente, le
entregó la segunda caja, quien sacó un papel y se lo pasó de vuelta al profesor. Y luego
rápidamente fue a sentarse temeroso que haya sacado su propio nombre.
Lentamente ante los ojos de los alumnos se desdoblaba el papel, era un acto no apto
para cardíacos, cuando de pronto dijo nuestro expositor es José Rodríguez, José se apretó las
dos manos sobre la cabeza no creyendo que sea cierto. Anda, pasa a hablarnos sobre lo que
significa el poder para ti, dijo Sergio.
Se levantó lentamente preocupado por lo que iba a decir, su mente estaba en blanco,
en su interior decía, ven Espíritu Santo y enséñame lo que tengo que decir, se paró frente al
aula durante unos minutos de silencio y veía a sus compañeros con unos ojos de
expectativas y de alivio. Al instante José se acordó de la lectura que había leído antes de
dormir, que hablaba del poder, tomó ánimo y coraje y dijo: En realidad no preparé nada,
pero les voy a contar a través de una experiencia lo que es el Poder.

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Poder es dar la vida por el hermano, anoche se me lo reveló en la Sagrada Escritura,
cuando Pilatos preguntó a Jesús, sobre qué es la verdad y Jesús no le respondió, éste le dijo:
A mí no me respondes, no te das cuenta que yo tengo el poder para salvarte o para
condenarte y Jesús le respondió: tú no tienes poder sobre mí. Yo tengo el poder, tú no me
quitas la vida yo la entrego por amor a ti, eso es poder, dar la vida por amor al hermano y
siguió diciendo, les voy a contar un cuento y cada uno deberá sacar su conclusión sobre lo
que es el poder, poniendo en práctica la habilidad de contar cuentos aprendidos de su madre
empezó a relatarles uno.
En una ciudad existía un mendigo, que una mañana al levantarse mientras se lavaba
la cara en una hermosa laguna sobre la ruta, a lo lejos divisó una carroza despampanante
que se dirigía hacia él, este es mi día de suerte dijo el mendigo, quién sabe lo que voy a
recibir hoy, quién sabe lo que comeré, ilusionado con un gran obsequio se colocó a orilla de
la ruta esperando a la carroza para pedirle algo.
La carroza adornada, de un lustraje bellísimo, estirados por dos caballos, que
posiblemente comían mejor que él, se detuvo frente al mendigo y se bajó un rey vestido de
lino y seda, el mendigo aprovechó y le dijo: tienes algo para darme, pero con gran asombro
dijo el rey, dame tú algo a mí, el mendigo asustado por lo que oía tomó su saco y empezó a
buscar algo pero no tenía más que una espiga de maíz y un grano que se le había
desprendido de él, tomó el grano de maíz, se lo dio y el rey se marchó muy contento.
A la tardecita cuando sintió hambre el mendigo sin conseguir nada en el día, sacó su
bolsa y empezó a vaciarla, no había en ella más que una espiga de maíz y unos granos
sueltos, cuando de pronto algo le llamó la atención, algo que brillaba con mucha intensidad,
era un grano de oro, en el fondo de su bolsa y se acordó del rey y dijo qué tonto soy, si yo le
hubiese dado esta espiga ahora ya sería rico. El poder no es tangible, el poder es una ilusión,
no siempre el que tiene más fuerza tiene el poder.
Nadie es tan pobre que no tenga nada que dar y nadie es tan rico que no tenga nada
que recibir, en esto consiste el poder en dar, si damos lo que es nuestro, eso es generosidad,
pero si damos lo que es suyo eso es devolución, qué tenemos nosotros que no hayamos
recibido de Dios, el poder radica en dar gratuitamente lo que gratuitamente hemos recibido.
Cuando apenas terminó de hablar sonó el timbre y Sergio dijo: Nos vemos la próxima
semana chicos. Y todos salieron al receso menos José que se quedó a conversar con Sergio.
- Estuviste genial, de dónde sacaste todo eso.
- El Espíritu Santo me iluminó.
- Realmente actuó en ti, yo siempre confié en tu capacidad.
- Cuanto te debo fueron las palabras de José a tal juicio.

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Tengo una propuesta que hacerte fueron las palabras de Sergio, es una invitación a
formar parte de un grupo misionero de jóvenes llamado Sin Fronteras, que se dedica a la
misión, anunciar el Evangelio más allá de las fronteras, no es necesario que te decidas
ahora, solo piénsalo y cuando lo resuelvas me avisas, todavía faltaba mucho para la misión
de la que me gustaría que participes, te hará bien y nos hará mucho bien a nosotros y a la
gente tenerte como misionero. Recuerda, Dios tiene grandes obras preparadas para ti,
piénsalo y le dejó una revista para que se entere de cómo funciona el grupo, cuando José
intentó preguntar algo sonó de vuelta el timbre de entrada, piénsalo y luego me avisas dijo
Sergio ahora debo irme, porque enseguida vendrá el siguiente profesor.
Se nota que no preparaste dijo un compañero irónicamente a José estuviste genial,
me encantó tu exposición dijo otro, cómo haces para poder congeniar siempre todo con la
Biblia decía otro, cuando todos empezaban a aglomerarse y dar sus opiniones a favor y en
contra de la exposición, entró el Director del colegio y dijo: Bueno muchachos, por hoy las
clases se acabaron su profesor está enfermo y no podrá venir así que pueden irse a sus casas
y aprovechar el tiempo para estudiar, recuerden que un tiempo perdido jamás se recupera.
Justo cuando la situación se estaba poniendo candente el director como un ángel
vino a salvar la situación, pues al escuchar que ya no habrá clase todos desviaron su
atención hacia sus casas y prácticamente la exposición quedó en el olvido. Todos tomaron
sus útiles y empezaron a salir lentamente y alegres, mientras maquinaban dónde ir a pasar el
tiempo. Todos los alumnos apenas tienen un tiempo libre, no van a sus casas, aprovechan
para pasar con sus amigos hasta cumplirse la hora que deben llegar a casa.

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PARTE X
José no sabía si ir a su casa a descansar o ir a la biblioteca a leer, pues las palabras
del director resonaban en sus oídos, aprovechen el tiempo porque el tiempo perdido jamás
se recupera, pero como estaba tan cansado optó por ir a descansar, mientras iba camino a su
casa vio las puertas de la Iglesia que estaban abiertas y le dieron ganas de entrar, entonces
dijo el mejor LUGAR para descansar es en la presencia del señor y se introdujo en la Iglesia
y se sentó en los primeros bancos.
Estuvo sentado toda la mañana pasando su mirada del sagrario al crucifijo y se
preguntaba con quién me quedo, con Cristo crucificado o Cristo resucitado y como todos los
hombres temen al escándalo de la cruz se dijo: Cristo resucitó y se quedó entre nosotros en
forma de pan para que le adoremos, entonces su mirada se centró más en el sagrario que en
la cruz, pero no podía desprenderse del todo de la tentación de mirar la cruz y ver a Cristo
clavado en ella.
De pronto cerró sus ojos y no se fijó más en ninguno de los dos para no seguir en ese
dilema y empezó a rezar diciendo: enséñame señor tus caminos, muéstrame la senda por la
que debo caminar, de pronto empezó a pensar; es la resurrección a la que debo anhelar y
alcanzar, pero al igual que Cristo no puedo llegar a ella sin antes pasar por la cruz.
Desde entonces se pasó observando fijamente al sagrario toda la mañana sin decir ni
pensar absolutamente nada, solo lo contemplaba sentado, como acostumbraba a disociarse
de la realidad y abstraerse a un nivel trascendental, esta vez no era una excepción, parecía
que tenía una relación íntima con Dios, una relación que solo los grandes santos pudieron
alcanzar y comprender. Todos estamos llamados a la santidad, solo depende de nosotros
para aceptar o rechazar el llamado. La santidad es como agarrar a un hombre calvo de los
pelos cuando pasa frente a tu ventana, pero para ello hay que estar atentos, porque ella no se
detiene, solo pasa. La santidad es como el novio que busca tiempo y excusas para estar con
su novia, sorteando todos los riesgos y los obstáculos con la fuerza del amor.
Estaba aún sentado cuando sintió una mano que le tocaba los hombros y le decía, no
voltees y escucha atentamente lo que te voy a decir, tú deseas la santidad verdad, para ello
debes aprender a amar, pero para amar debes estar dispuesto a sufrir el martirio de la cruz,
que muchas veces es absurdo para la razón y la lógica humana, cuando Jesús le dijo a sus
apóstoles, debo ir a Jerusalén para morir ahí, Pedro le dijo: Señor yo iré contigo, Jesús le
respondió adonde yo voy tú no estás preparado aún para ir, cuando eras joven tú te ceñías el
cinturón e ibas donde querías, pero cuando seas viejo otro te ceñirá el cinturón y te llevará
donde no quieras.
A ti te gustan las matemáticas dijo como conociéndole a José, pues la santidad se
desarrolla en el cuadro cartesiano donde los deseos y las emociones por ser santo empiezan

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por debajo del eje de la abscisa y van en ascenso y llega al punto máximo superior y luego
viene al descenso por el eje de la ordenada, pues ese punto máximo superior al que llega el
deseo es la cruz, desde donde desciende, hasta el punto mínimo inferior, y va camino a la
resurrección. No puedes llegar a la resurrección sin pasar por la cruz y vencer a la muerte
por amor.
Lentamente sintió que las manos abandonaban sus hombros pero no se animaba a
darse vuelta por temor a lo que pueda ver y cuando por fin se animó, volteó la cabeza y no
encontró a nadie, fue más grande el susto de no encontrar a nadie del que podía serlo si lo
encontrara, pero haciendo de cuentas que nada pasó volvió a darse la vuelta a mirar el
sagrario, estuvo así toda la mañana, hasta que llegó la hora de irse, se levantó hizo la
genuflexión y el nombre del padre y lentamente empezó a retirarse por el pasillo central,
caminando victorioso como una novia que acababa de casarse.
Iba totalmente cambiado, en su rostro brillaba una luz que lo hacía diferente. El
encuentro personal con Dios siempre cambia, cuando Moisés subió al Monte Sinaí, después
de cuarenta días en un encuentro con Dios bajó irreconocible.
Mientras se dirigía a su casa, pasó frente a la farmacia, miró su reloj y dijo: aún es
temprano, voy a saludar a Miriam, entró en la farmacia, grande fue la sorpresa de Miriam al
verlo entrar, pero él para no llamar la atención o tal vez para llamar la atención, como aquel
que en una asamblea se sienta atrás con la intención que lo inviten a pasar al frente.
Ocupamos el último lugar con la intención de ser el primero. Se acercó lentamente a ella y
le dijo hola, quiero un analgésico para el dolor de cabeza.
Ella percatándose de la broma y siguiéndole dijo: lo siento tienes que irte al
laboratorio que te hagan uno especial. De esa presentación jocosa de ambos, empezó una
amena conversación. No deberías estar en el colegio preguntó Miriam, si pero es que hoy no
tuvimos clase porque el profesor está enfermo y salimos temprano, solo tuvimos una hora
de clases y luego salimos y como aún es temprano quise venir a saludarte, pero porque
vienes recién toda la mañana estuve sola y es aburrida la mañana sin alguien con quien
compartirla.
- Es que mientras venía vi la Iglesia abierta y entré un rato a rezar
- Un rato, pero si te pasaste toda la mañana ahí dentro.
- Estaba hablando con Dios
- Y que le decías, cómo se habla con Dios
- No le decía nada solo le miraba, esa es la forma de conversar con Dios, el me
mira, yo le miro, nada más, es más fácil que andar a pie, no hay ningún secreto, debes
intentarlo alguna vez, verás lo bien que te hará.

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Yo pensaba llamarte esta tarde para hablar contigo, tengo algo que contarte dijo
Miriam, cambiando de tema para salir del apuro en que la estaba metiendo José. Hablar de
Dios y hablar con Dios siempre compromete y es más fácil evitarlo antes que entrar en líos.
Anoche terminamos con Sergio empezó a decir ella, creo que la cosa ya no iba más y el
vaso se colmó cuando anoche quiso pegarme, me di cuenta de eso que colmó el vaso, yo
creo que en realidad el nunca me quiso y al parecer yo tampoco, solo estaba obsesionada
con él y no veía lo que pasaba a mi alrededor, hasta que tú me hiciste ver la realidad.
- No me culpes a mí por la decisión que has tomado, yo no tengo nada que ver en
el asunto, quién soy yo para influir en tus decisiones, tú eres libre, muchas veces
necesitamos de los demás, para que nos hagan ver cosas que nosotros no vemos o no
queremos ver, pero eso no significa que esa persona influya en la decisión que tomemos.
Las decisiones que tomemos tenemos que asumirlas y no echarle la culpa a nadie. No tengas
miedo de enfrentar las consecuencias de tu decisión, si crees que obraste bien, por qué te
preocupas, pero si obraste mal Dios y el tiempo te lo demostrarán y te darán una nueva
oportunidad. No te arrepientas de lo que hiciste, pero no te quedes con la herida abierta,
reflexiona y analiza sobre lo que te ocurrió y trata de vendar y curar la herida, por cada
puerta que Dios cierra abre diez.
Miriam lo escuchaba atentamente, pero no solo lo escuchaba sino que le miraba con
unos ojos que una mujer enamorada puede tener y le dijo: qué vas a hacer esta noche, si no
tenés nada que hacer podemos ir a tomar tereré en alguna plaza, bueno, si quieres, verdad.
Con esa simple invitación las noches de José empezarían a tener otros matices. Si me
encantaría, sería un placer y un honor para mí compartir un tereré contigo, me siento el
hombre más privilegiado del mundo, quien no daría todo por compartir contigo un tereré.
- Yo te llamo cuando llego a casa.
Voy a esperar tu llamada dijo José, pero ahora tengo que irme porque se me hace
tarde, nos vemos a la noche dijo y se marchó pero antes de retirarse presumiendo de su ego
no perdió la oportunidad para vanagloriarse diciendo: no te preocupes niña que peores cosas
te esperan en la vida que mi ausencia, todo esto lo decía en broma, aprovechándose de la
confianza que se había ganado.
Ella se quedó encantada con todo lo que le decía y con su forma de ser y se dijo en
sus adentros, no creo que haya peor cosa en la vida que tu ausencia, cuando ya salía lo llamó
y le dijo lo que pensaba, no creo que haya peor cosa que tu ausencia, pero el tomándolo
como una broma le dijo: Cuánto te debo, ella siguiéndole la corriente le dijo: no es nada lo
hago con gusto, ambos estaban encantados pues el diálogo era fluido y ameno, pero él le
dijo: ya tengo que irme, hablamos en la noche y esta vez si se marchó y ella le miraba
mientras él se perdía en la distancia y se hacía ilusiones de que él se fijara en ella.

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Si quieres saber el valor de una hora, pregúntale a un joven que tiene una cita con
una dama. Desde que partió para su casa José no hizo otra cosa más que mirar su reloj y
esperar que la noche caiga para recibir la llamada de Miriam, tal vez nunca en su vida
esperó tanto a la noche como ese día, pero no solo el esperaba ansioso que el día termine, la
misma ansiedad, sentía Miriam, las horas se hicieron largas e interminables para ambos,
pero como el mundo no se detiene ni avanza más rápido por capricho o ansiedad de nadie,
todo seguía su curso normal y la noche llegó tan rápido como un parpadeo, un abrir y cerrar
de ojos.
Era una noche preciosa, la luna estaba bellísima, las estrellas relucían como nunca
antes habían brillado, para un enamorado todo es distinto y bello, eran casi las ocho de la
noche y José no se despegaba del teléfono esperando la llamada, mientras que Miriam no
sabía que ropa ponerse, ya se probó toda la ropa que tenía en su ropero, pero no encontraba
uno que vaya de acorde a la situación, hasta que por fin escogió una, era una blusa blanca
con unas rayas negras, que combinaban perfectamente con su piel, con un pantalón negro,
que hacían notar su perfecta silueta, tenía el pelo suelto totalmente encrespado que le
llegaba por debajo de los hombros.
Cuando por fin pudo escoger la ropa que se pondría, llamó a José para que vaya a
buscarla. Después de una larga espera por fin sonó el teléfono y era ella, ya estás lista dijo
José muy emocionado sin preguntar quién era, cuando quieras puedes venir dijo Miriam, yo
llevo el tereré, ya voy para allá dijo José y salió apresurado de su casa, despidiéndose de sus
padres sin dar ninguna explicación.
Tardó menos tiempo de lo que Miriam esperaba, cuando sonó el timbre de la casa y
presumiendo que sea él, tomó su termo y se dirigió a la puerta y definitivamente era él, nos
vamos dijo ella con una voz sensual y una cara de pícara, cuando quieras respondió él,
salieron juntos, hasta parecían enamorados, parecía que hacía tiempo salían juntos.
Caminaron juntos hasta la plaza, era una plaza preciosa donde tenía un paseo central en el
cual había unos bancos, el banco blanco de las parejas, donde las parejas venían a sentarse y
disfrutar de la naturaleza, pues estaba rodeado de frondosos y bellos árboles que adornaban
el ambiente y el cielo estrellado con la luna sonriente le daban el toque mágico al mundo
fantástico en que viven los enamorados.
Dónde nos sentamos preguntó Miriam, te doy la oportunidad de elegir respondió
José cortésmente como todo un caballero.
- ¿Qué te parece este banco?, dijo Miriam señalando uno que se encontraba en un
lugar casi sin luz, pero era un lugar estratégico para contemplar el cielo estrellado.
- Me parece genial

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Caminaron hasta el banco, se sentaron y cuando José reclinó la cabeza y miró al
cielo dijo: ¡Que preciosura!, mira el cielo qué belleza verdad, cuando dijo todo eso Miriam
no se contuvo y se puso a llorar.
- ¿Qué te pasa?
- Es que antes yo venía a esta plaza con Alfredo y el cielo me parecía tan
hermoso como lo es para ti, pero ahora creo que perdió su brillo.
- El cielo es bello de por sí, no depende de la persona con quien estés, depende de
ti.
- Es que nunca estuviste enamorado por eso hablas así, si tú supieras cuanto amé
a Alfredo me comprenderías
- Yo te comprendo perfectamente y sé por lo que estás pasando, sé que es
doloroso y cuesta aceptar, yo también alguna vez me he enamorado y de verdad
- En serio y ¿Qué pasó?, ¿Quién es la afortunada?
- Es una larga historia, pero trataré de sintetizarla para que comprendas
Resulta que al igual que tú, yo me enamoré, era una chica preciosa, se llamaba
Mariela, era mi novia y también presentía que daba todo de mí y no recibía nada a cambio,
hasta que un día ocurrió lo mismo que contigo y Alfredo, la cosa ya no daba más y
terminamos, derramé sangre, sudor y lágrimas, para llegar a entender que ella no era para
mí, eso duele y nos cuesta aceptar, yo tenía toda mi vida proyectada con ella hasta que un
día se acabó. Proyectamos nuestras vidas sin pensar en el fracaso.
A un gran amor nunca olvidamos, cuando nosotros terminamos mis últimas palabras
fueron, lo único que quiero es que seas feliz, tu felicidad es mi felicidad, si tú eres feliz yo
soy feliz, sea conmigo o con otro, pero hasta hoy no he dejado de quererla, eché el árbol
pero la raíz aún está.
Pero el amor no depende de nadie más que de la persona, siguió diciendo José, por
más que el ya no está contigo eso no implica que el amor deba desaparecer de tu vida, solo
es cuestión de cambiar de amor y a continuación le declamó un poema diciendo te
declamaré un poema para que veas la trascendencia del amor.

Si hoy dejemos de querernos,


Tú pierdes más que yo
Por que no encontrarás,
A otra persona que te ame como yo
Pero yo si encontraré
A alguien a quien amar como a ti.

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Siguieron hablando y apreciando la hermosa noche por un buen rato más y Miriam
cada vez se sentía más atraída por José y se ponía a pensar, este es el ideal de hombre con
quien siempre me vi casada, reúne todas las condiciones para ser un buen esposo. La
mayoría de las mujeres siempre se pasan quejando de sus novios o esposos y encuentran un
varón quien las escuchan y se enamoran de él.
Es muy agradable estar contigo dijo José, si fuera por mi me quedaría contigo toda la
noche, pero mañana es un nuevo día y todo vuelve a la normalidad, tú debes trabajar y yo
debo estudiar, pero espero que esta no sea la última vez que compartamos una noche
preciosa y un rico tereré, yo también espero dijo Miriam, y concluyeron en volver al día
siguiente a la misma hora, hasta que el hábito se hizo costumbre y la costumbre se hizo una
ley y llegaron a caer en la rutina, pero una rutina que cada vez se hacia más interesante y
atractiva.
Las citas comenzaron siendo esporádicas, terminaron siendo habituales, la relación
se estaba haciendo cada vez más compleja, ya que Miriam cada vez se estaba involucrando
más y esperaba que José de el primer paso, cosa que nunca se dio hasta que un día cuando
era la despedida como de costumbre Miriam dijo con una voz tierna, te puedo pedir un
favor, si está a mi alcance no hay problema respondió él, no sabiendo que estaba a punto de
dar un gran paso que cambiaría la dirección de la historia
- Te puedo dar un beso dijo Miriam, José la miró bien, atraído y seducido por su
belleza no pudo negarse.
Y así como Jesús fue entregado por amor con un beso, con un beso esa noche, una
nueva página en la historia de ambos se estaba escribiendo, pero como José era una persona
muy crítica, perceptiva y objetiva, sabía a lo que se estaba exponiendo y dijo después de
unos besos apasionados como los que nunca había experimentado. Nosotros no podemos ser
más que amigos, porque acá uno de los dos va terminar perdiendo y esa sos vos, porque a
las mujeres generalmente se le queda la culpa de todo, así que es mejor que pongamos las
cartas sobre la mesa, esta prohibido enamorarse de mí, porque yo no sé si estoy preparado
para responderte dijo José y no quiero que sufras.
Miriam lo miró bien a los ojos y le dijo, si no temo por mí, yo temo por ti, entonces
José respondió: tú cuidas de ti y yo cuido de mí, te parece, perfecto dijo Miriam, lo tomó del
rostro y empezaron a besarse, como si fuera la última vez, pero los dardos de pasión corrían
de un labio para el otro y se esparcían por la sangre de ambos, hasta que el gran sueño
terminó cuando José dijo: Tengo que irme por que se hace tarde, hablamos mañana y
Miriam lo contemplaba como se perdía en el horizonte desde el portón de su casa.
José estaba confundido, su deseo de santidad y sus principios éticos y morales lo
traicionaban y lo atormentaban. La moral no canalizada y extremista atormenta al hombre

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mientras no se libere de ella. No sabía qué hacer y lo que acababa de hacer le parecía un
escándalo. La mayor arma de la hipocresía es el escándalo, el hombre que se escandaliza de
su debilidad y no pone su confianza en el Señor no puede ser feliz. Nos preocupamos por las
cosas del Señor y nos olvidamos del Señor de las cosas.
Fue a su casa y no sabía qué hacer, pues tenía miedo de enamorarse, se sentó en la
cama y se puso a mirar la pared concentrado y embelesado en ella, cuando de pronto se
acordó de los grandes santos que hacían mortificaciones a su cuerpo para no pecar entonces
dijo: voy a hacer penitencia para que el deseo carnal desaparezca y se sometió a grandes
ayunos, se levantaba por la madrugada a rezar, comía poco, dormía poco, y no se afeitaba
para que el deseo desapareciera, para que el deseo de la concupiscencia desapareciera.
Pasó una semana sin saber nada de Miriam, cada vez que le llamaba él decía que no
estaba, desviaba su trayecto al colegio para no pasar por la farmacia hasta que por causa del
destino se encontraron por el camino sin querer, Miriam al verlo con la barba larga le dijo:
pareces un mendigo, que pasó contigo, pero el casi no le dirigió la palabra más que para
saludarle y decirle estoy apurado y la dejó plantada.
Terminó la jornada y José empezó a reflexionar sobre lo que le había pasado y dijo
no se merecía un desprecio así de mi parte nadie se lo merece, mañana hablaré con ella,
pero tiene razón al tratarme de un mendigo pues lo soy, soy un mendigo del amor, cansado
se dispuso a descansar pero antes se puso a escribir.

MENDIGOS DEL AMOR


En mendigo de amor me he convertido
Y por el amor fui seducido
Por el mundo voy caminando
Y el amor voy implorando
Que mi pobre corazón
Lo llene de su amor
Muy ansioso voy mendigando
Y mi corazón va sanando

En mendigo del amor


Se ha convertido mi corazón
Que derrama lágrimas de dolor
Y se desangra de pasión
Por causa del amor
Que en mi fiel amigo se convirtió

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Y guiado por sus pasos
Voy trazando mi destino

Por causa suya fui marginado


Y en un bufón de todos
La vida me ha transformado
Y gracias a ella fui descubriendo
Lo hermoso que es ser mendigo
Y con su sombra hoy me cobijo
Y en medio de mis angustias
Voy contento por la vida

A los ojos de los hombres


Ser mendigo es horrible
Pero no hay cosa más sabrosa
Que el hombre pueda degustar
Que ser mendigo del amor
Pues su corazón rebosará
Y de amor se cubrirá
Y una gran paz alcanzará.

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EN BUSCA DE LA SABIDURIA
PARTE XI
Después de una semana de turbulencia y agotado por los sacrificios que hacía y de
volver a ver a Miriam se levantó con un nuevo espíritu. En su casa todo volvió a la
normalidad y en su vida una gran calma volvió a anidarse. Después de una gran tormenta
llega una gran calma.
Su decisión con respecto a Miriam, a la santidad y sus deseos de amar adquirieron
una nueva visión, un nivel más elevado, como siempre se levantó, se duchó y esta vez se
sacó la barba, su rostro estaba totalmente rejuvenecido. Lo interior siempre se hace exterior,
como su corazón estaba limpio de toda malicia no podía reflejar maldad alguna en su rostro
angelical.
Luego antes de bajarse a desayunar dijo su oración, pero esta vez con un matiz
nuevo y diferente que le brotaba del corazón como un manantial y sus labios lo
materializaban en ondas de sonido. Señor te doy gracias por este nuevo día que me regalas,
te pido perdón por todos mis pecados, por mi falta de amor, por mi falta de fe y
comprensión, perdóname por las cosas que hice y no debía haberlas hecho, por las que no
hice y debía hacerlas, te pido que no apartes tus manos de mi cabeza, concédeme el don y la
gracia de la santidad, el don y la gracia del amor y el don y la gracia de la sabiduría, pero no
se daba cuenta que lo que estaba pidiendo eran tres grandes puertas que las estaba abriendo.
La santidad, la sabiduría y el amor.
La sabiduría era un nuevo don o una nueva gracia que pedía a Dios en sus oraciones,
pero no la sabiduría que se adquiere en las aulas sino la sabiduría divina del Santo temor de
Dios, muy contento y con un espíritu renovado bajo a desayunar, grande fue la sorpresa de
sus padres al verlo con un rostro diferente y resplandeciente, y el amor, la santidad y la
sabiduría ya empezaban a relajarse en él, sin que él lo notase.
Buenos días mamá, buenos días papá, fueron sus primeras palabras seguidas de unas
peticiones de bendición, sus padres se extrañaron y no sabían que decirle, hasta que de
pronto, Margarita como todas las madres, preocupada por su hijo, lo invitó a desayunar
antes de irse al colegio, ya que los últimos tiempos no lo hacía, porque se levantaba tarde y
el tiempo no le daba, pero eso nada más que una excusa de parte suya para ayunar sin que
sus padres se percatasen de eso.
Que hay para comer, preguntó José, Margarita toda emocionada le dijo unos mixtos
calientes que tanto te gustan y un jugo de durazno bien frío, que delicia dijo José, eres la
madre más espectacular que yo he conocido, cuando empezó a comer el primer bocado
Pedro preguntó preocupado, por qué lo consientes tanto, le malcrías demasiado, le das todos

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los gustos y a un hombre no hay que mimarle demasiado, porque nunca se sabe lo que le
depara el destino y tiene que saber hacer de todo en la vida.
José se despidió de sus padres dándoles un beso a cada uno, cosa que nunca hacía.
Algo le pasa a José dijo Pedro, no te preocupes él, está bien respondió Margarita al parecer
está enamorado dijo, entonces Pedro preguntó:
- ¿Enamorado? ¿Y de quién? ¿Y tú cómo lo sabes, si hace semanas que no se
sienta a dialogar con nosotros?
- No sé cómo lo sé, pero lo sé.
Pedro estaba preocupado mientras que Margarita sin saber cómo intuía que a José
una nueva puerta se le estaba abriendo. Las madres siempre apuestan a la necesidad del hijo
mientras que los padres a la capacidad de los hijos. Dios cierra una puerta y abre diez. Las
mujeres llegan a conclusiones tan complejas muchas veces sin explicaciones, mientras que
el hombre tarda mucho más para llegar al mismo resultado siguiendo un proceso más lógico
y racional.
Los hombres son idealistas y pierden mucho tiempo en ellos mismos, en sus ideales
y muchos de ellos ni siquiera llegan a concretarse y se quedan en meros ideales, mientras
que las mujeres son más prácticas y actúan más por instinto que por conocimiento y siempre
llegan a donde quieren y consiguen lo que quieren y ni si quiera muchas veces saben cómo
llegar ahí.
José salió de la casa contento dejando una gran intriga detrás, caminaba rumbo al
colegio como todos los días, pero totalmente renovado, todo le parecía nuevo, lleno de vida,
el sol brillaba diferente, los pájaros cantaban con una dulzura impresionante, las flores le
sonreían a su paso, todo era distinto. Era una mañana bellísima y él estaba irreconocible. El
encuentro con el amor nos cambia y nos hace irreconocibles hasta para nuestros ojos que
están acostumbrados a mirarnos.
Al pasar José por la farmacia miró con la intención de buscar a Miriam y pedirle
perdón por haberla tratado mal el día anterior. Ella, no se imaginaba que él haría semejante
cosa, porque no se dio cuenta del maltrato ni de la ofensa. El que ama no te exige, te acepta
con tus fortalezas y debilidades, con tus flaquezas y virtudes y como ella estaba enamorada,
no le exigía nada y todo lo que salía de su boca para ella era lo más hermoso, por más que
haya sido una ofensa grandiosa, el amor la transforma en dulces melodías que la hacían
descansar en brazos de su amado.
En eso consiste el pecado, no en el daño que hacemos, sino el sufrimiento y la
tristeza con la que cargamos al pecar, a veces la otra persona a quien ofendimos ni siquiera
se percata de nuestra ofensa, pero nosotros cargamos con nuestros pecados y caemos en una
profunda tristeza porque hemos roto la relación de comunión con Dios.

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Pero el misterio del pecado también tiene un punto positivo, que nos hace
reconocernos débiles y limitados y nos invita al perdón y a la misericordia. Gracias al
pecado conocemos la muerte y gracias a la muerte podemos experimentar la belleza de la
vida y la gloria de la resurrección.
No vio a Miriam, miró su reloj y dijo: “Ya es tarde y a lo mejor Miriam aún no vino,
vendré después de salir del colegio”. Esta muy impaciente porque su corazón anhelaba el
perdón de Miriam por el desprecio con que la trató el día anterior, esas ganas y el deseo de
ser perdonado lo impulsaba a descubrir los grandes misterios de la vida y del amor.
Con el solo deseo que el tiempo transcurriese lo más rápido posible llegó al colegio.
Apenas llegó y ya quería marcharse de vuelta, no por que no le agradaban las clases, sino
porque deseaba ver a Miriam, pedirle perdón y sentirse perdonado.
Ese día tenía dos horas de ética la materia que más le agradaba, por sus principios y
porque Héctor el profesor, se había convertido en uno de sus grandes amigos, la hora pasaba
lentamente, parecía que el tiempo se había detenido y la ansiedad cada vez se apoderaba
más de él.
La primera hora de clases prácticamente no estuvo en clase, estaba físicamente pero
espiritualmente estaba en la farmacia hablando con Miriam, se disociaba de la realidad con
gran facilidad. La afectividad descontrolada, desmedida nos aleja de la realidad y nos hace
vivir en un mundo ideal, en una burbuja.
Eran cuarenta minutos extensos y cansadores, pero al fin sonó el del receso, que fue
un suspiro para la gran carrera de resistencia que estaba corriendo contra el tiempo, fue una
campana llena de oxígeno aliviador, para un cuerpo agotado y cansado que ya no podía
respirar, pero el receso fue un parpadeo, un abrir y cerrar de ojos.
Empezó la clase de ética con el mismo entusiasmo, disociado de la realidad,
estirando los minutos, que cada vez se hacían más largos e interminables. Pasaron casi
cuarenta minutos de la clase y José ni se enteró de qué se trataba la clase, hasta que de
pronto el profesor hizo una pregunta.
- Bueno a ver si comprendieron, quién me puede decir lo que es la bondad
Todo el curso permaneció en silencio y nadie se atrevía a romperlo por temor a la
equivocación, hasta que Héctor insistió diciendo, bueno ya que nadie se anima a responder
preguntaré dedocráticamente.
Todos estaban en silencio y muchos con las cabezas gachas haciéndose de los
desentendidos, pero José ni cuenta se daba de lo que estaba pasando, estaba más despistado,
más perdido que Tarzán en el día de la madre.
Héctor se había dado cuenta de la situación de José y a propósito le preguntó a ver
José, ven acá pasa al frente y explica a tus compañeros qué es la bondad, qué fue lo que

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entendiste sobre la bondad, sorprendido por la pregunta, José se paró y permaneció en
silencio frente al curso durante unos minutos mirándolos a todos con muchas expectativas y
sin saber qué decirles
- Vamos José, dinos qué entendiste, qué es la bondad
- Perdón profesor es que no estaba prestando atención
- A ver entonces cuéntanos qué te pasa, por qué no estabas prestando atención, a
lo mejor podemos ayudarte.
José no sabía si decirles que estaba enamorado y que se sentía mal porque el día
anterior trató mal a Miriam o callarse, hasta que pensó y dijo: “Mejor les digo lo que es la
bondad”
Antes que nada quiero pedirles perdón al profesor y a los compañeros por no prestar
atención, y no creo que tenga la respuesta correcta, la más científica, ni la profesionalidad
de definirles la bondad, pero se los diré y les aseguro que está cargado del más puro amor y
respeto a ustedes, pero yo creo que la bondad no es don, tampoco una elección, sino la
consecuencia del trabajo que el hombre realiza por conocerse.
La bondad es reconocer nuestros límites y posibilidades, aceptar nuestros defectos y
virtudes, es el resultado de un largo esfuerzo por conocernos para proyectarnos hacia los
demás y aceptarlos sin exigirles nada, porque el que es bueno ama, y el que ama no exige.
En eso consiste la bondad en la consecuencia del trabajo por conocernos.
No se puede dar soluciones para todos los problemas de la vida tampoco respuestas a
todas las dudas o temores, pero sí podemos escucharlas y buscar juntos las soluciones a
quienes la necesitan.
No se puede evitar que las personas tropiecen, pero sí puedes ofrecerles una mano
para que no caigan.
No se puede cambiar el pasado ni el futuro, pero cuando alguien lo necesite podemos
estar ahí.
No se puede trazar límites dentro de los cuales las personas deben actuar, pero si
ofrecerles el espacio necesario para crecer.
No se puede evitar los sufrimientos cuando alguna pena les parte el corazón, pero
podemos llorar con ellas y recoger los pedazos para amarlos de nuevo.
No se les puede decir quiénes son ni quiénes deberían ser, solamente podemos
quererles tal cual son y ser solo un amigo.
Estaba aún hablando José sobre la bondad cuando de pronto sonó el timbre del
receso. Es suficiente por hoy dijo Héctor y se marchó mientras los alumnos se acercaban a
José, algunos a felicitarlo por la excelente exposición y otros para criticarle diciéndole que
vivía en las nubes. Nunca se puede dar el gusto a todos, por más bellos y buenos que sean

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nuestros actos siempre habrá quienes los rechacen o los malinterpreten, porque el orgullo y
la envidia siempre están presentes en todos los acontecimientos del hombre, pues forma
parte de su vida.
Todos salieron al recreo que no fue más largo que un suspiro. Nosotros hacemos que
el tiempo se apresure o se detenga de acuerdo a nuestro interés y nos volvemos esclavos de
él. Cuando más apurado estamos el tiempo transcurre lentamente y cuando más lo
disfrutamos y queremos que se detenga, pero se evapora como el agua con el calor del sol.
Para los jóvenes que empiezan a estudiar, el tiempo les parece una eternidad, miran
hacia delante y parece que tienen una meta que nunca van a alcanzar, pero para un joven
quien lo está terminando mira atrás y se pregunta; como pasó tan rápido el tiempo sin darme
cuenta. Una niña de doce años cuenta los días para que pasen los tres años que le faltan para
cumplir los quince que le parecen interminables y cuando cumple los diez y ocho años dice
que rápido pasaron los tres años.
Hagamos lo que hagamos el tiempo no se detiene ni se entretiene por nuestros
caprichos, el sigue su curso normal, es el hombre quien lo detiene o lo apresura guiado por
sus emociones, pasiones, y sentimientos.
Cuando entraron de vuelta a la clase dispuestos a continuar, transcurrieron diez
minutos interminables para José, ya que el reglamento decía si el profesor no llega en diez
minutos el alumno puede retirarse. Apenas el cronometro marcó los últimos cinco segundos
que faltaban para completar los diez minutos, José persuadió a sus compañeros para
retirarse, apalancándose en el reglamento. Hay algunas cosas en la que todos pueden llegar a
un acuerdo, cuando los intereses son comunes y este era uno de esos casos, todos estaban de
acuerdo y no dudaron en abandonar el aula y el colegio, algunos iban directo a sus casas a
aprovechar su tiempo, otros a pasar con unos compañeros y fomentando el compañerismo,
pero José no se adhirió a ningún grupo sino que fue directamente a la farmacia a ver a
Miriam.
Al llegar encontró a Miriam atendiendo.
- Hola, será que puedo robarte un minuto de tu tiempo, necesito hablar contigo
- Ahora mismo creo que será imposible, tengo mucho trabajo, y yo también
tengo muchas cosas que contarte y hace rato que te estoy esperando, por qué tardaste tanto
en venir.
- Es que no me animaba por cobarde y orgulloso pero veo que tú no te mereces el
desprecio con el que te traté ayer y quiero pedirte que me perdones.
- No tengo nada que perdonarte, tendrás tus motivos, actuaste así y quien soy yo
para juzgarte

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José se quedó sorprendido por la reacción de Miriam, pues él esperaba otra
respuesta, una justificación tal vez o una defensa, una acusación, lástima, pero no
misericordia. El que ama no exige solo ama y acepta al otro con sus defectos y virtudes,
pero sin ninguna exigencia, contrariamente al que cree que ama y lo confunde con el querer.
El querer lo exige todo y el amor lo entrega todo.
Estaba a punto de abrir la boca José para invitarla esa noche a cenar, cuando Miriam
se le adelantó y le dijo: “Discúlpame que no te pueda atender más, es que tengo mucho
trabajo”. ¿Qué te parece si esta noche cenamos en mi casa ya que mis padres no están y
recién llegan mañana?
- Eso es transmisión de pensamiento pues yo quería invitarte.
- Está bien, te espero esta noche a las 20:00hs, para cenar, que te parece.
- Ahí estaré, no lo dudes
- Ahora debes marcharte, discúlpame
- No te preocupes, ya me voy, nos vemos esta noche
José se retiró muy aliviado y con el corazón lleno de gozo y su cronómetro
empezaba a funcionar direccionado a la noche que aún estaba distante y la agonía parecía
larga e inalcanzable. El tiempo es el peor tirano del hombre, pero a la vez su mejor aliado.
A la mañana aún le quedaba mucho tiempo José, miró su reloj y dijo: “Aún me
queda tiempo, Dios sí que sabe hacer las cosas” se dirigió a la Iglesia pues tenía la intención
de confesarse
Se sentó en uno de los primeros bancos, sacó un papel y un bolígrafo y empezó a
hacer su reflexión de conciencia y una vez que lo terminó se acercó al cura a confesarse
- Ave María Purísima
- Sin pecado concebida
- A ver, hijo mío, cuéntame cuáles son tus pecados
- Antes que nada hace como un mes que no me confieso, me cuesta reconocerme
pecador, soy un soberbio, egoísta, vanidoso y orgulloso, soy un perezoso para estudiar,
trabajar y rezar, malgasto mi dinero sabiendo que está mal, falto el respeto a mis padres,
cometí el pecado de omisión, hice lo que no debía y no hice lo que debía, mi peor pecado,
padre, es no amar, traté con indiferencia y desprecio a una mujer que no se merecía.
- Muy bien, estás arrepentido, te has dado cuenta del pecado y sus consecuencias.
Cuál es tu propuesta, tu proyecto
- Uy padre si le voy a decir todos mis proyectos y propuestas no acabaremos hoy
- ¿Pero qué es lo que pretendes?
- En realidad lo que quiero es aprender a amar pero no puedo

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- No te atormentes tanto ni te pongas metas que no puedas alcanzar, trázate
objetivos a corto plazo. Por ejemplo decide amar solo hoy a una persona a quien no le caes
bien. No te escandalices de tus debilidades, de tus pecados, de tu incapacidad de amar,
recuerda que lo que para el hombre es imposible para Dios es posible. Para Dios nada es
imposible.
Dios es amor y por amor nos creó con la capacidad para amar, pero para ello
debemos reconocernos como seres imperfectos, sino perfectibles, de los cuales Dios se vale
para hacer su obra de salvación. No intentes tanto amar y realizar demasiado esfuerzo para
el efecto, sino déjate amar, no te cierres al amor, no intentes amar sino reconócete amado y
todo será distinto.
Díos crea de la nada, donde no existe nada ahí Dios crea, allí donde no existe la más
mínima oportunidad para que el amor surja, ahí Dios crea de la nada tu capacidad de amar.
Dios crea el amor.
Tienes la Sagrada Escritura, que es puro amor, debes entretenerte con ella, descubrir
el amor en ella y hacerla vida. Y verás cómo todo será distinto.
Como penitencia te daré tres tareas, la primera que leas la primera carta de Corintios
capítulo trece, la medites y reflexiones sobre ella, la segunda que consigas la Encíclica Deus
Caritas, es del Papa Benedicto XVI, donde expone en forma muy sencilla el amor de Dios y
la tercera que te reconcilies con tu amiga y le pidas perdón.
No te exijas tanto, ten misericordia de ti, recuerda que Dios te ama y no te exige, te
ama como eres.
Ahora te voy a dar la absolución de tus pecados, pero antes, tienes algo más que
decir
- No, eso es todo Padre
- Por el poder que la Santa Iglesia me concede yo te absuelvo de tus pecados en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Tus pecados han sido perdonados puedes irte en paz
- Gracias padre.
Lleno de paz José se levantó y fue nuevamente a sentarse en uno de los primeros
bancos y daba gracias a Dios por su inmenso amor. Tomó la Biblia que estaba sobre un altar
frente al santísimo, la abrió en Corintios trece como le había dicho el padre como penitencia
y empezó a leerlo y meditaba cada versículo que leía detalladamente.
Lo leía atentamente hasta que llegó al versículo cuarto en el que se detuvo: “El amor
es paciente, es amable; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es
decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la

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injusticia; se alegra con la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera; todo lo
soporta….”
Dos de las tres penitencias ya las cumplió, pues antes de confesarse ya había pedido
perdón a Miriam y a la noche completaría la tercera.
Después de leer el texto y meditarlo se levantó y se puso de rodillas frente al sagrario
y permaneció así más de una hora, luego se paró y se volvió a sentar en el banco, sacó un
bolígrafo y un papel y se puso a escribir.

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DÓNDE ESTÁN MIS PECADOS
Cargados con mis culpas
Mi corazón se retorció
Y una gran grieta
Lentamente se abrió
Por el peso de mis pecados
Vivía desangrado
Y con mucha dificultad
Mi vida podía purificar.

Dónde están mis pecados


Quién se los ha llevado
Pues mi corazón
Ya está sanado
La grieta se ha cerrado
Y la vida he recobrado
Quién se los ha llevado
Sin habérmelo consultado

Hoy estoy purificado


Sin haberlo merecido
Cuánto me has amado
Oh señor, Dios mío
Para ponerme en la lista
De tus grandes elegidos
Muchas veces sin saberlo
Otras sin merecerlo

Cansado he amanecido
Agobiado por mis pecados
Pero al caer la tarde
Muy ligero me he sentido
Pues Dios con mis pecados
El solo ha podido
Y mirándome a los ojos
Fueron al olvido

Apenas terminó de escribir, miró su reloj, se levantó hizo la genuflexión ante el


santísimo y se retiró, detrás de él las puertas de la Iglesia se iban cerrando, sin darse cuenta se
pasó toda la mañana en la iglesia.
Llegó a su casa cansado y sin saber por qué, al entrar en su casa no encontró a nadie y
una nota sobre la mesa que decía “José, tu padre y yo no estaremos durante el día porque
tenemos una jornada de cuestiones de trabajo, aquí tienes dinero para comprarte algo para
comer. T.Q.M. Tu mamá”
De tan cansado que estaba José no tenía apetito así que se fue directo a la cama a
descansar, pero su cansancio más que cansancio era ansiedad, una ansiedad producida por la
espera y el temor de encontrarse con Miriam. El amor siempre nos asusta y nos sorprende.
Sin darse cuenta se quedó profundamente dormido y cuando despertó ya eran casi las
19:00hs. Dios mío dijo al despertar, parece que me dormí, sí que estaba cansado.
Mientras que él se disponía a prepararse para su visita sin tanto protocolo en su
vestimenta, que zapatos o ropas se pondría, sino simplemente se puso un pantalón bies, un
zapato color vino y una camisa amarilla, en lo único que puso mucho empeño fue en su
peinado, se puso un gel y cuidadosamente se peinaba, con un peinado perfecto, se puso un
perfume Calvin Klein que nunca usaba, más que en ocasiones especiales.
Todo ese procedimiento de preparación no le duró más de veinte minutos, mientras que
Miriam ya hacía dos horas que había suspendido todas sus actividades y se dedicó a prepararse,
se probó todos los vestidos que tenía, se los sacaba y ponía, hasta que por fin encontró uno que
le agradaba. Un vestido blanco que le quedaba al cuerpo con un escote seductor, estaba más
bella que nunca y desde una hora antes ya tenía todo listo esperando a José, miraba su reloj y
veía que el tiempo no transcurría, parecía que su reloj se detuvo.
Eran las 19:45hs. Cuando José se dispuso a salir, aún sus padres no habían vuelto, así
que en la misma hoja en que su madre le dejo la nota escribió: “Mamá les esperé a que vinieran
para pedirles permiso pero ya no puedo esperarles más así que decidí escribirles, me voy a
cenar con Miriam no sé a qué hora volveré, no se preocupen por mí, estaré bien y les prometo
que mañana les pediré permiso oficialmente. T.Q.M. José”
PARTE XII
Unos minutos después de que José había salido llegaron sus padres, después de una
jornada agotadora, al entrar vieron la carta sobre la mesa y Pedro dijo, mira, José aún no ha
llegado, quién sabe por dónde andará, pero Margarita dijo pero si el dinero no está, entonces
tomó la carta y se encontró con la sorpresa que José les había pedido permiso por escrito para
ir a cenar con Miriam.
- No te dije que estaba enamorado, ves que tenía razón.
- Ahora, sí te creo, era eso lo que lo hacía comportarse de una forma muy extraña,
ya lo decía Salomón: “La mujer es la mayor fuerza indomable, él con toda su sabiduría perdió
su reino por culpa de una mujer”.
- No olvides que de una mujer viniste al mundo, deja de ser machista, que los
hombres no son unos santos para prenderles velas en un altar, son iguales o peores que
nosotras.
- Tienes razón, los hombres somos las personas más tontas cuando nos enamoramos,
no hay nadie que nos haga entender que estamos equivocados cuando estamos en el error.
- Dicen que las mujeres somos el sexo débil pero yo no creo que sea así, porque un
hombre cuando se enamora es la persona más vulnerable y más sensible que existe, que si es
defraudado en el amor no deja de llorar como un niño a quien le quitaron su mejor juguete.
- Bueno, dejémosle a José que sea hombre y que madure, al final quiénes somos
nosotros para juzgarle, todos alguna vez nos enamoramos en la vida y cometemos errores,
además ni siquiera sabemos quién es ella y si se está equivocando o no.
- Tienes razón, a lo mejor es una buena chica
- Nosotros no somos más que un instrumento de Dios en la educación de José, en
realidad él no nos pertenece y debemos estar preparados para perderlo en cualquier momento,
debemos aceptar la voluntad de Dios en su vida y en la nuestra.
Mientras se acomodaban en la casa y discutían sobre José, Margarita estaba preparando
la cena y aprovecharían la ausencia de José para estar en intimidad en la casa, recordando
viejos tiempos, que desde que vinieron los hijos al mundo los espacios y los tiempos íntimos
fueron disminuyendo, ya que toda la atención se centraba en ellos y les sobraba poco tiempo
para estar solos y por respeto y pudor a sus hijos muchos valores fueron cambiando, pero todo
era por amor. El amor cambia al hombre radicalmente.
Pedro y Margarita estaban reviviendo viejos tiempos de su historia, empezarían a
escribir una nueva historia en sus vidas que recordar. Esa es la ley de la vida, mientras unos
nacen otros mueren, mientras unos escriben otros la recuerdan, ese es el dinamismo misterioso
de la vida, donde todo es nuevo y todo se renueva, donde todo es presente de un pasado que se
actualiza y un futuro que se materializa, pero detrás de cada acontecimiento hay una historia de
salvación que se está escribiendo o se está cumpliendo.
Eran las ocho menos cinco de la noche cuando José llegó a la casa de Miriam, tocó el
timbre y ya en el ambiente se notaba algo raro, las luces no eran iguales, había poca luz, una
penumbra en que no se podía distinguir bien lo que ocurría dentro de la casa, cuando de pronto
una hermosa doncella, una princesa se asomó a la puerta y dijo: “Pasa, te estaba esperando, sí
que eres puntual, se nota que eres un caballero”
José se quedó encantado al ver tanta belleza, que se bloqueó parado sin pasar
- Pasa, no tengas miedo, mis padres no están, todo está bien
- Perdona, es que MI MENTE estaba (pensando) en otro lado
Lentamente José pasó y le dio dos besos en la mejilla y se introdujo, nunca había visto
una casa tan bella como esta dijo, es preciosa, pero no más que quien la habita, estás bellísima
y no dudó en pedirle un abrazo. Tú también estás precioso dijo ella, abrió sus brazos como
diciéndole permíteme darte un abrazo, el se acercó y se abrazaron, ninguno de los dos podía
creer lo que estaba ocurriendo y ambos echaron unas lágrimas de alegría y de la emoción, sus
almas estaban en perfecta sintonía.
Te amo, le susurró ella en el oído, hace muchísimo tiempo que quería estar contigo así,
desde el primer día que te vi me enamoré de ti. Yo también te amo dijo José, con más dificultad
que ella, con gran esfuerzo, pero no podía evitar decírselo. Estuvieron abrazados como unos
dos minutos, no se decían absolutamente nada, solo se abrazaban y sentían sus cuerpos unidos.
Muchas veces las palabras sobran y no dicen nada y es mejor vivir los acontecimientos en
silencio y contemplando la belleza del amor, sin cuestionarse, sin opinar, sin decir nada, sin
pensar, solo vivirlo.
Después del caluroso abrazo se separaron, pero no del todo, seguían agarrados de las
manos, cuando lentamente uno acercaba su cara al otro y se empezaron a besar. Era el beso con
el cual la tinta del bolígrafo que escribiría la historia empezó a derramarse y el paso inicial se
dio, el resto vendría por añadidura. Para escribir una historia el comienzo es lo más difícil, el
desarrollo se da por sí solo, pero en encontrarle un final cuesta mucho más que empezar,
porque casi nunca termina como queremos.
Era un beso apasionado e interminable, cuando por fin pudieron separarse, casi se
quedaron sin aire y en vez de morir por amor, estaban a punto de morir asfixiados. Ella lo tomó
de la mano y lo hizo sentar en el sofá mientras fue por unas copas de vino.
- Brindemos por nuestro amor
- Brindo por ti y por mí y lo que hoy ha empezado que llegue a feliz término, sobre
todo que se haga la voluntad de Dios.
- Eres bellísima, lo sabías, jamás conocí a una mujer tan hermosa como tú
- Gracias, pero tú no te quedas atrás, no sólo eres bello exteriormente, sino tienes
una belleza interior envidiable, me siento la mujer más afortunada del mundo.
- No digas eso que hay otros muchos, mejores que yo
- Pero los otros mejores no me gustan, me gustas tú y estoy enamorada de ti y no de
otro
- Pero en realidad tú estás enamorada de mí, sabes lo que es el amor
- Sí claro desde el primer día en que te vi mi corazón empezó a sentir algo por ti,
cada vez que te veo o estoy contigo me siento bien y mi cuerpo siente cosas extrañas
- Cuando Pilatos le preguntó a Jesús qué es la verdad y Jesús no le respondió y
Pilatos le dijo no te das cuenta que yo tengo el poder de liberarte o de condenarte, Jesús le
respondió “No, tú no tienes poder sobre mí, tú no me quitas la vida, yo entrego mi vida por
amor a ti” esa es la verdad, eso es el amor, dar la vida por el amado. “No hay amor más grande
que el que da la vida por el hermano”. ¿Estás dispuesta a dar tu vida por mí?
- Yo no estoy dispuesta a dar mi vida por ti, yo voy a morir por ti
- Cuando conoces a una persona y dices qué hermoso es, qué bello, qué bueno, pero
a mí no me gusta, ves otra persona y dices qué feo es, tiene un mal carácter, es insoportable
pero a mí me gusta, ahí estas en condiciones de decir estoy enamorada, puedes pensar en
casarte pues estás en condiciones de aceptarlo y hasta de perdonarlo en su infidelidad.
- Si así fuere quién está en condiciones de amar
- Lo que para el hombre es imposible para Dios es posible. No hay nada imposible
para Dios dijo Jesús a sus discípulos en respuesta a esa misma pregunta.
- Sea como sea lo único que sé es que te amo y eso es lo que importa.
- El amor es una respuesta del hombre a un llamado, a una propuesta concreta que
Dios hace a cada persona en los acontecimientos marcados por su historia. Para descubrir el
amor, interpretarlo y dar una respuesta, es necesario aprender a leer los acontecimientos de
nuestra historia como un llamado al amor. Hay tres tipos de repuestas que el hombre puede dar
a la propuesta amor.
Están las personas que aceptan los acontecimientos históricos de su vida como algo
normal, como causa del destino, que no se pueden cambiar, todo está determinado en sus vidas,
solo hay que aceptarlas como son, nada se puede cambiar y viven la vida esclavos del destino y
no reconocen el amor que pasa por sus vidas. Las oportunidades en la vida están expuestas
como un abanico, solo hay que reconocerlas y asimilarlas y se constituye en un valor.
Luego están las personas que aceptan su historia como principio y fuente del amor, pero
como el amor implica sufrimiento y está lleno de contradicción, la aceptan pero creen que
algún día terminará y dejan de sufrir y viven la vida en una expectativa de venganza, esperan la
oportunidad que esa situación se revierta y a ella le llegue la oportunidad de no sufrir y
pretende que la otra persona sufra como venganza, solo pretende satisfacer su egoísmo y sus
placeres individualistas y viven la vida en una constante tensión queriendo escapar de su
realidad y se aliena, el amor no aparece en sus vidas como un valor sino como una carga de la
que hay que liberarse.
También están las personas que aceptan los acontecimientos de sus vidas como una
historia de salvación, como la voluntad de Dios, como la pedagogía de Dios, como la palabra
de Dios, llena de amor, de esperanza y de confianza y descubre el amor en sus vidas y las viven
y llegan a realizarse como persona, se sienten amados y se dejan amar.
Miriam lo miraba atentamente y cuando terminó de hablar le dijo: Vaya, te has vuelto
todo un sabio, bueno, en realidad siempre fuiste inteligente, pero ahora me sorprendes con tu
sabiduría, todas estas cosas las sabes porque lees, las escuchas o las sacas de tu cabeza.
- Algunas las escucho, otras las leo y otras las escribo yo, la sabiduría es uno de mis
tres pilares sobre los que quiero construir mi vida
- ¿Cuáles son tus tres pilares?
- Verás el primero es la santidad, deseo ser santo, no un santo para ganarme la
admiración y los aplausos de nadie, ni para ocupar los altares y primeros puestos, quiero ser
santo para algún día contemplar el rostro glorioso y divino de Dios. El segundo pilar es el
amor, deseo amar, tengo unas ganas locas de amar y el tercer pilar es la sabiduría, pero no la
sabiduría adquirida en las aulas, sino la sabiduría de la vida.

Para Miriam, era muy profundo lo que estaba oyendo pero no perdió la oportunidad para
preguntarle sobre sus pilares y dijo: “Qué es la santidad”
José se quedó pensando por unos segundos y respondió. La santidad es la pertenencia
de Cristo, es configurarse con Él, todos estamos llamados a la santidad, estamos llamados a
pertenecer a Cristo, pues con su muerte el nos abrió la puerta para entrar a formar parte de sí.
Con el costado abierto de Cristo la puerta de la santidad quedó abierta, pero para ello lo
mínimo que debemos hacer es desearla. Con el deseo de desear (TRATAR DE MEJORAR
ESTA PARTE, PARA QUE NO SE REPITA TANTO) la santidad, es suficiente para
conseguirla.
- Y qué es el amor?
- El amor es entregar la vida por el hermano, morir cada día por alguien, eso es
amor, donarse, entregarse.
- Y la sabiduría.
- La sabiduría es el santo temor de Dios, es el deseo de amar, el deseo de santidad,
sin el temor de Dios nos volvemos soberbios, orgullosos, prepotentes, autosuficientes y nos
olvidamos de Dios, pero él no se olvida de nosotros siempre está esperando que nos
convirtamos a Él.
A Miriam ya le parecían demasiadas cosas y muy ideales, así que decidió cambiar de
tema. Hablar de Dios, hablar de la vida siempre nos interpela, nos cuestiona y queremos correr
de Él, tratamos de evadirlo, pero al final siempre está la muerte a la que no se puede evadir y
hacernos las mismas preguntas y muchas veces es demasiado tarde y nos quedamos sin
respuestas.
Miriam se levantó y fue a sentarse al lado de José, quien hasta entonces estaba sentado
en frente, separado por una mesa, que se encontraba en el centro del hermoso juego de sillones
de terciopelo en el que estaban sentados. Ya no había nada que separaba sus cuerpos, el calor
corporal empezaba a sentirse más candente, de pronto, Miriam abrió los brazos recostando en
uno de los brazos del hermoso sofá cama, como diciéndole a José ven en mis brazos, él se
lanzó en sus brazos como un niño en los de su madre, pero al rato como se sentía incómodo se
volvió a sentar y dijo: acuéstate y pon tu cabeza en mis piernas.
Miriam se acostó, colocó su cabeza sobre la rodilla de José, quien la levantó un poco,
para que la utilice como almohada, estiró su brazo izquierdo bajo su cabeza y con la mano
derecha acariciaba su bello rostro, hacia recorrer su mano por sus mejillas, sus ojos, sus labios
y la repetía con una voz tierna y suave: “Eres tan hermosa”. Se pasaba mirándola y
contemplando su belleza y de pronto agachó la cabeza y empezó a darle un beso, pero no un
beso común y cualquiera sino lleno de amor y de pasión
Sin darse cuenta, TRANSCURRIO EL MOMENTO, (FALTA UNA FRASE)
hipnotizados por la conversación y besos, que sobrepasan las barreras del tiempo y el espacio,
donde solo estaban ellos, un mundo ideal, donde el universo solo existía para los dos y vivían
en armonía con él. Todo era tan hermoso hasta que tuvieron que volver a la realidad cuando
Miriam miró su reloj y se dio cuenta que el tiempo estaba transcurriendo muy aprisa y la noche
se les venía encima y la cena estaba esperando. A ninguno ya le importaba la cena sino estar
juntos aprovechando el tiempo, pero Miriam había preparado un plato exquisito especialmente
para él y no quería que pase la oportunidad que tuvo para cocinar para él.
Mi amor, te parece si nos vamos a cenar que ya se hace tarde dijo Miriam, me parece
genial, ya tenía apetito respondió José, para no estropear todo el esfuerzo hecho por ella para
pasarlo bien, a pesar que lo que le gustaría hacer era besarla y acariciarla toda la noche.
Se levantaron, Miriam lo tomó la mano y lo condujo al comedor, grande fue la sorpresa
de José al entrar, era un comedor muy acogedor, no muy grande, había en el centro una mesa
de cristal con un hermoso mantel blanco tejido en ñandutí, en el centro de la mesa estaban dos
copas de vidrio con agua y con una vela que flotaba dentro, los platos estaban preparados y
Miriam dijo: siéntate, ya traigo la cena. José se sentó y esperó que Miriam vuelva, pero no
dejaba de asombrarse por la belleza y las maravillas que Dios le regalaba esa noche y se decía:
“Señor, será que yo merezco tanto”.
Estaba aun preguntándose si se merecía tanto amor, pero en realidad su temor era no
tanto si merecía, si no que temía no corresponder al amor que se le estaba ofreciendo. El amor
siempre asusta y tememos a él por las expectativas que nos creamos y creemos no poder
satisfacerlas.
De pronto aparece en la penumbra Miriam con una bandeja, pues no se la distinguía
bien, porque las luces encendidas eran mínimas. Era una bandeja plateada con una tapa, la bajó
sobre la mesa, luego sacó un fósforo y encendió las velas y después apagó las luces que
estaban encendidas. La noche estaba preciosa y el ambiente era muy romántico y acogedor, que
ningún hombre por más duro que parezca o se crea no quede seducido por él.
Miriam destapó la fuente y el rico aroma de un delicioso chupín de pescado despedía un
olor, que producía un deseo tremendo de deleitar su paladar con un gran manjar. Miriam sirvió
los platos, bendijo la comida y José tomó la copa y dijo “Brindemos por nuestro amor, por
nuestra amistad y que esto sea el comienzo de una vida llena de amor y felicidad, levantaron
sus copas y brindaron
Ninguno de los dos había comido una cena como esa noche, no por el pescado, no por
el vino, no por el ambiente sino por el amor y la pasión que estaban experimentando. Todo lo
que se haga con amor por más sencillo que sea es lo más grande y extraordinario que se puede
hacer o experimentar, todo lo eleva a la trascendencia, que eleva a la plenitud, la grandeza y la
dignidad de la persona.
- Está riquísimo, nunca comí algo igual, ya estás en condiciones de casarte
- Gracias, pero yo no pienso casarme para cocinar, pero gracias
- Es una broma, pero en realidad está riquísimo
- Gracias
Luego de cenar, Miriam se levantó, le tomó de las manos a José y le dijo, ven, tengo
algo que mostrarte, él no se percató que estaba siendo conducido como cordero al matadero,
después de este acontecimiento que acaba de empezar, una nueva página de su historia
empezaría a escribirse y con una tinta indeleble que nunca más se borraría. Son nuestros
mismos pasos en falsos los que nos llevan a caer, pero eso no implica que no podamos
levantarnos y seguir. Al hombre no se le conoce por las veces que cae sino por las veces que se
levanta y sigue, no escandalizándose sino aceptando la caída como parte de la limitación
humana.
Ella la condujo a su cuarto y apenas entraron, tras él cerró la puerta y se lanzo en sus
brazos y el no dudó en abrazarla y empezaron a besarse, lentamente, sus manos se deslizaban
por su cuerpo de arriba abajo, recorriéndolo por completo de arriba abajo (SE REPITE
MUCHO), mientras sus labios no dejaban de besarla. Mientras seguían besándose y
acariciándose iban retrocediendo hasta llegar a la cama. Era una cama de dos plazas, un somier
bellísimo y cómodo, que muchas veces le quedaba grande a Miriam, y anhelaba ese momento
de compartirlo con José.
Mucho tiempo estuvo detrás de esa ilusión y nunca pudo darse pero cuando se ya pensó
que nunca se daría la oportunidad y la situación se fue creando sola, sin presión y en forma
inesperada. Para ser feliz hay que renunciar a la felicidad, para amar hay que renunciar al amor.
Cuando anhelamos algo no tenemos que andar en busca de ello con demasiada insistencia, sino
que hay que dejarlo ir y esperar su regreso o de lo contrario corremos una carrera sin sentido,
inalcanzable y agotadora.
Sus manos y sus labios recorrían con más intensidad el cuerpo de Miriam. Ella se puso
de pie y lentamente José empezó a desprender los botones de su vestido, que cuando ya no
tenía como sujetarse cayo al suelo y ella quedó casi como vino al mundo, en ropa interior, ella
empezó a desbrocharle los botones de su camisa, desprendió el cinto y el botón del pantalón
que al igual que su vestido fue a parar al suelo y sus cuerpos empezaron a sentir su calor, sin
nada que interfiera y nuevamente fueron a la cama.
Esta vez sus labios y sus manos se deslizaban por el cuerpo de Miriam pero sin nada
que le impidiera sentir su suave piel, pero no solo él sino también ella hacia lo mismo. La
libido que despertaba el deseo sexual estaba esparcida por sus cuerpos, las caricias favorecían a
que ese deseo vaya aumentando. El empezó a sacarle la ropa interior empezando por el sostén
y culminando con el biquini que no era más grueso que su cinturón, y ella deslizaba su ropa
interior hasta sus pies y ambos quedaron esta vez sí como vinieron al mundo.
Los besos y caricias no cesaron, al contrario aumentaron y cada vez era más intenso,
estaban sintiendo algo que no solo era incontrolable, sino inexplicable, empezaron a temblar,
sus corazones aceleraban su palpitar, hasta la sensación de que saldría despedido de sus pechos.
Todo estaba sin control, ella llegó a su primer orgasmo, seguido del segundo, cuando de
pronto sintió cuando la penetraba y la hizo llegar al tercero y al cuarto, mientras el placer
estaba al rojo vivo, llegó a una eyaculación, pero no paraba, ella gemía de placer, se retorcía,
gritaba, cuando el sexto orgasmo se aproximaba y el iba por el segundo, de pronto los dos caen
rendidos y ella le dijo: “Quédate un rato así sin moverte” los dos estaban mojados, bañados en
sudor, tirados uno encima del otro. Permanecieron así por unos minutos, abrazados, sin
moverse ni decirse nada, luego él se bajó de encima de ella y se acostó a su lado, colocó la
cabeza de Miriam, sobre su pecho y se quedaron dormidos.
PARTE XIII
Miriam dormía como una niña en brazos de su madre, segura que ella estaba cuidada,
pero esta vez no era su madre, pero el amor que recibía era casi igual de intenso. José miraba el
techo mientras pensaba, meditaba y acariciaba la cabeza de Miriam que descansaba
tiernamente sobre su pecho.
De pronto ella se despertó y vio a José despierto y le dijo: ¿Qué hora es?, son las dos
menos cuarto de la madrugada, parece que nos quedamos dormidos aclamó ella y preguntó ya
es tarde para irte a tu casa, ¿cómo harás?, es peligroso para que te vayas ahora, por qué no te
quedas conmigo y te vas un poco más tarde cuando sea menos peligroso como a las cinco y
media, cuando ya amanezca.
- No tengo otra opción, además como te voy a dejar sola
- Gracias por todo
Mientras Miriam no paraba de agradecerle, José pensaba como llegar a su casa sin
que sus padres se dieran cuenta que el no durmió en casa, hasta que se le ocurrió una gran idea.
- Tienes un short y una remera para prestarme
- Si, para qué lo quieres
- Es que no puedo llegar a mi casa a la madrugada, que dirán mis padres, así que
voy a decirles que me levanté temprano y me fui a trotar antes de bañarme para ir al colegio y
así me quedo contigo toda la noche
- Y les vas a mentir a tus padres
- No, cuando todo llegue a su normalidad les voy a contar la verdad
José la miraba y contemplaba su belleza y la acariciaba y cada cierto tiempo le
daba un beso.
- Ahora creo que Dios pone en nuestras vidas a personas equivocadas y hace que las
conozcamos primero a ellas, para luego conocer a la persona que verdaderamente amamos y
nos ama.
- ¿Por qué crees que yo soy la persona de tu vida?
- Siempre soñé con casarme con un hombre como tú, cariñoso, atento, detallista,
amoroso, creo que tu serías el esposo ideal para cualquier mujer
- No te crees tantas expectativas, porque como cualquier hombre yo también te
puedo fallar.
- Estoy dispuesta a correr el riesgo. Nunca en mi vida me sentí, tan amada como
anoche. Si fueras malo como dices no podría experimentar tanto amor.
- Es que yo no fui hecho para dar sexo, sino para dar amor. Yo fui hecho para amar.
El tiempo hace que todo se destruya o todo florezca. Yo voy a ser un gran santo. Yo estoy
llamado a grandes cosas. Todos estamos llamados a la santidad y Díos no nos llama para
pequeñas cosas.
- Tú ya eres un gran santo
- Me permites declamarte una poesía
- Claro, por qué he de prohibirte, además que me encanta

PARA EXPRESAR EL AMOR


Para expresar el amor
Se utilizan tres símbolos
La flor, el chocolate y el corazón
La flor, simboliza la hermosura
El chocolate, la dulzura
Y el corazón la ternura

No necesito tantos símbolos


Para saber lo que es el amor
A la única a quien necesito
Es simplemente a vos
Pues en toda tu estructura
El amor se hace figura
- Es bellísima, como puedes hacer una poesía tan bella en tan poco tiempo
- Tu eres mi inspiración
José miró su reloj, luego colocó la alarma a las 05:30 AM y dijo que te parece si hoy
desayunamos juntos, me parece bien dijo Miriam pero no resistió las ganas de seguir besándole
- Si por mi fuera quiero besarte toda la noche, pero bueno no siempre uno hace y
tiene todo lo quiere.
José sin decir nada se acercó y empezó a besarla y todo empezó de vuelta, hicieron el
amor como nunca antes, ninguno había experimentado tanto amor y tanto placer que trascendía
todo conocimiento y experiencia humana, el amor con mayúscula, donde no había egoísmo
placentero sino donación y entrega, que no se puede experimentar más que amando y
dejándose amar.
Después de esa experiencia del amor en plenitud, una noche tan hermosa que
transcurrió muy deprisa, sin que se dieran cuenta cuando estaban descansando, abrasados
sintiendo sus cuerpos, el amor y la seguridad que le trasmitía el otro, sonó la alarma del reloj
de José, eran las 05:30 AM, la noche llegó a su fin y un nuevo día iniciaba su caminar.
- Me gustaría quedarme contigo, pero tengo que irme
- Gracias por la hermosa noche que me has regalado
José se levantó, los gallos empezaban a cantar y el rey sol empezaba a asomarse
lentamente clareando la noche, se vistió, mientras Miriam fue en busca de la remera y el short
que el había pedido, pero cuando llegó él ya estaba todo vestido.
- No te vas a poner el short
- No, no puedo mentirles a mis padres, ellos no se lo merecen y además ya soy lo
suficientemente grande para hacer ciertas cosas, hacer uso de mi libertad y el uso de la libertad
debe ir acompañado de la responsabilidad, debo aprender a asumir las consecuencias de mis
actos que libremente he elegido
- Eres tan bueno, tu madre debe sentirse muy orgullosa de tener un hijo como tú
- La bondad no es un don, ni una elección es la consecuencia del trabajo que el
hombre realiza por conocerse
- No quiero que te vayas, pero es imposible que te quedes, y no puedo influir en tu
decisión, pero nuevamente te doy las gracias por todo, nunca me sentí tan amada.
La despedida es lo más triste y difícil, pero es inevitable porque todo tiene su comienzo
y su fin, eso es lo que le da el brillo y el vigor a la vida, si todo fuera bueno, no conoceríamos
el mal, si no existiera la esclavitud no conoceríamos la libertad, si no conociéramos la tristeza,
no podríamos saborear la dulzura de la alegría. Para llegar a la noche hay que pasar por el día,
para entrar en la vida hay que pasar por la muerte, para experimentar la misericordia hay que
pasar por el pecado, para experimentar y vivir el amor es necesario atravesar por el largo
sendero del sufrimiento. Para que el amor adquiera su verdadero sentido Cristo tuvo que pasar
por el sufrimiento de la cruz. No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
José la abrazo con gran fuerza y le pidió a ella que también le abrace fuerte, quedaron
abrazados por un largo tiempo y cada vez más el día empezaba a clarear, entonces José al
percatarse de eso se separó de ella y le dijo: “Tengo que irme porque se hace tarde” Díos mío
esta es la primera vez que amanezco fuera de casa, Miriam muy triste dijo: “No será la última
vez, verdad”.
- No sé, solo Dios sabe, pero espero que no sea la última
- Porque el amor es así, lleno de contradicciones, nos hace sufrir, nos produce
tristeza, porque Dios calla a estas preguntas
- Dios no calla, es que no le hacemos la pregunta adecuada, si le preguntamos a
Dios el porque de las cosas nunca podrá respondernos, el porqué no tiene respuestas, a Dios
hay que preguntarle para qué y no el porqué. No olvides que el amor no solo trae sufrimientos
sino también redención, no solo trae tristeza sino también alegrías. Dios sabe como hacer las
cosas, todo es por amor, solo que nosotros no logramos comprenderlo por la dureza de nuestro
corazón.
San Pablo decía: “Todo me está permitido pero no todo me conviene”, no todo lo que
queremos muchas veces es bueno para nosotros y Dios calla para que no demos cuenta que lo
que pretendemos no es bueno. Ese es el gran silencio de Dios, el silencio de la caridad, el
silencio elocuente de Dios, si lo que vas a decir vale menos que tu silencio es mejor callar,
Dios sabe que necesitamos de su ausencia para conocernos y aceptar nuestras limitaciones y
debilidades y no escandalizarnos de ellas, sino reconocer nuestras debilidades y depositar
nuestra confianza en Dios.
San Pablo decía: “Cuanto más débil me siento más fuerte me vuelvo, en mi debilidad
está mi fortaleza”, por nuestras limitaciones siempre tendemos a no saber perdonarnos cuando
nos equivocamos y caemos en la autocompasión, que solo nos conduce al fracaso, a la
frustración, a la insatisfacción, por no liberarnos de esa carga tan pesada que no podemos
soportar, por eso Jesús dándose cuenta que solos no iríamos a ningún lado nos dijo: “Vengan a
mi los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré, pues mi yugo es llevadero y mi
carga ligera”
Pero también San Pablo pudo descubrir esa terrible contradicción que hay en el ser
humano, pero aprendió a no escandalizarse de sus limitaciones cuando dijo: “Hago el mal que
no quiero y no hago el bien que quiero”
Ahora ves porqué el amor está lleno de contradicciones, no es el amor el que esta lleno
de contradicciones sino el hombre por su condición humana, así que no te escandalices por tu
incapacidad de amar, por tu incapacidad de perdonar y depositar tu confianza en Dios, porque
el único quien puede cambiar el corazón del hombre es Dios.
- Verdaderamente te has vuelto todo un sabio
- No te crees falsas expectativas sobre mí, porque no sé si podré satisfacerlas y
puedo frustrarte, volvió a insistir José.
- Cada vez estoy más enamorado de ti
- Yo también estoy enamorada de ti
De tanto hablar a José se le escapó el tiempo de las manos y el día se asomaba
rápidamente, así que metió la mano en el bolsillo y sacando un bolígrafo dijo a Miriam: “Lo
único que tengo que es realmente mío y lo valoro mucho es este bolígrafo, pues yo seré un gran
escritor y lo más importante para un escritor es su bolígrafo”.
Que este bolígrafo que es realmente mío sea el sello y el recuerdo de esta noche que
hemos vivido, está gastado por el uso pero tiene un gran valor sentimental, pase lo que pase, no
importa lo que nos tenga preparado el destino que este bolígrafo sea el recuerdo de lo que está
noche hemos vivido.
Después de un largo discurso, José se lo entregó y con unas lágrimas en los ojos lo
tomó, luego lo abrazó y le dijo: “Te amo” y mientras la abrazaba, en el oído le susurro te puedo
robar unos minutos más de tu tiempo.
- Claro que sí, mi tiempo es tu tiempo, tú no me lo estás robando, estás haciendo uso
de lo que te corresponde. Para llegar temprano ya es tarde, y para llegar tarde tengo mucho
tiempo. Ya lo decía Napoleón vísteme despacio que estoy apurado.
- En ese caso espérame un momento que vuelvo enseguida
José vio el sol que cada vez se introducía más en la casa y la hora no dejaba de avanzar.
El gran problema de la libertad es que te da la opción de elegir, pero no te dice qué escoger y
en el momento de escoger libremente siempre nos guiamos por nuestros sentimientos,
impulsos, pasiones o emociones que no siempre son los correctos. Porque generalmente los
sentimientos, traiciones, los impulsos, no son objetivos, las pasiones se acaban y las emociones
nos inquietan y no nos dan la oportunidad de reflexionar sobre la decisión que vamos a tomar.
El miedo de llegar tarde ya se le había pasado, cada vez que pasaba el tiempo se hacía
más complicado, pero como era sábado y él no tenía que ir al colegio y sus padres no trabajan
aún le sobraba un poco de esperanza de que no se dieran cuenta de su llegada. José miró su
reloj Miriam vino entrando
- No te desesperes, ya regresé, ya podrás irte a tu casa, pero antes quiero entregarte
algo.
Miriam sacó una cajita del bolsillo, la abrió y dentro estaba una medalla en forma de
corazón, la sacó, la puso en su mano y la partió y se lo dio diciendo: “He ahorrado toda mi
vida para comprarme esta medalla, porque cuando yo era pequeña mi mamá me había dicho
cuando uno es grande y se enamora el corazón se le parte en dos y queda rasgado para toda la
vida, pues la otra mitad ya no le pertenece más que a su amado, y desde ese día yo dije que
cuando encuentre al amor de mi vida le regalaría esta medalla, por eso te lo estoy entregando a
ti, la mitad de mi corazón a partir de este momento es tuya, esta medalla es nada más que un
símbolo, pero sí la mitad de mi corazón ya te pertenece. Se dieron un fuerte abrazó y luego
José dijo debo irme, lo bueno en exceso hace daño y creo que ya estamos abusando, le dio un
beso y se marchó con la mitad del corazón de Miriam en sus manos.
Cuando José ya se retiraba Miriam lo llamó y le dijo: “Espera esto es para ti, me olvidé
de dártelo, pero léelo en tu casa no creo que sean como los tuyos pero están hechos con mucho
amor, y le entregó un papel que contenía una carta o algo parecido y esta vez si que José se
retiró con la intención de no volver atrás ni por más que este lloviendo a cántaros.
José fue a su casa tan rápido como podía y como tenía la llave de su casa no le dificultó
entrar y nadie se dio cuenta de su llegada, sus padres aún estaban durmiendo, se dirigió con
mucha cautela a su cuarto tratando de hacer el menor ruido posible para no ser sorprendido.
Una vez en su cuarto se tiró en su cama, boca para arriba y se quedó mirando el techo
pensando en todo lo que le estaba ocurriendo. Toda prueba por la que atraviesa el hombre tiene
una dimensión profunda del amor de Dios. Dios nos predestina y nos deja libres, pero esa
libertad implica responsabilidad y la obligación de asumir las consecuencias.
Empezaba a remorderle la conciencia preguntándose si estaba bien lo que estaba
haciendo y empezó a hacerse grandes cuestionamientos existenciales y todas las preguntas iban
dirigidas a Dios, quien parecía no responderle: “Señor, qué quieres conmigo, adónde quieres
que vaya que desconozco, por dónde quieres que camine que estoy perdido, qué quieres que
haga”. Las preguntas cada vez eran más existenciales y cada vez tenían menos respuestas.
Cansado por el desgaste mental y las trasnochadas ya empezaban a tener efecto.
Después de un rato de haber meditado sobre su vida, se dispuso a bañarse, para ver si
no se le pasaba el sueño, tomó su toalla, entró en la ducha, prendió el calefón y el agua
comenzaba a salir tibiecita, que no resistía la tentación de quedarse bajo la ducha horas enteras,
el agua tibia y la presión con que caía de la ducha lo relajaba y se decía, qué gusto, esto si es
vida, se quedó bajo la ducha como media hora, el baño se llenó del vapor del agua, parecía que
estaba flotando entre las nubes.
Casi después de media hora de ducharse salió a vestirse, pero lo único que le apetecía
después de la relajante ducha era tirarse en la cama a descansar, se vistió lentamente, luego
bajó a la cocina en busca de algo que comer porque tanta tensión le producía una ansiedad que
le daba por comer. La sala estaba en silencio, la cocina vacía, la tele apagada, qué raro que
mamá y papá no se hayan levantado aún decía y fue en busca de unos quesos y un jamón que
se encontraban en la heladera y para su sorpresa encontró un rico jugo de naranja, se preparó
un mixto y mientras comía se preguntaba que habrá pasado con sus padres, terminó de comer y
ellos aún no bajaban, así que decidió acostarse y descansar, aprovechando que sus padres aún
no se levantaban
Se dirigió a su cuarto, arregló su cama y se dispuso a descansar cuando de pronto vio la
Biblia que estaba sobre su mesita de luz, la tomó y dijo: “Señor, que al abrir esta Biblia seas tu
mismo el que hables y me des una explicación a lo que me está ocurriendo y guíame hacia el
sendero que debo caminar”. Abrió la Biblia, puso sobre sus piernas y empezó a leer el capítulo
diez y ocho del Eclesiástico y se detuvo a leer detalladamente desde el versículo siete en
adelante:
“…Cuando el hombre termina entonces empieza
Cuando se detiene queda asombrado
¿Qué es el hombre? ¿Para qué sirve?
¿Cuál es su bondad? Y ¿Cuál es su maldad?
Los días del hombre están contados
Mucho será si llega a los cien años
Como gota de agua en el mar, como grano de arena
Son sus pocos años ante la eternidad
Por eso Dios es paciente con los hombres,
Y derrama sobre ellos su misericordia
El ve y sabe que su fin es miserable
Por eso multiplica su perdón.
La misericordia del hombre solo alcanza a su prójimo
La misericordia del Señor se extiende a todo el mundo
El reprende, adoctrina y enseña
Y guía, como un pastor, a su rebaño
Se compadece de los que acogen su enseñanza
Y de los que se esfuerzan por cumplir sus preceptos”
José cerró la Biblia y se quedó asombrado de lo que leyó, parecía que Dios le hablaba y
le daba todas las respuestas que buscaba, desde el primer versículo que dice: Cuando el hombre
termina entonces empieza, cuando se detiene queda asombrado, era lo que estaba ocurriendo
con él en esos momentos, se detuvo un instante y se quedó asombrado por las maravillas que el
Señor hacía en su vida. El mundo del consumismo, crea necesidades superfluas que hacen que
evadamos nuestra realidad y no nos deja libre ni un solo minuto para que no nos detengamos a
pensar y nos asombremos del amor de Dios y vivimos por el mundo acelerados y sin saber ni
siquiera adónde vamos, solo corremos hacia lo que el mundo del consumismo nos presenta
como bueno y nos entretenemos con ellos y la vida se nos escapa sin darnos cuenta y cuando
nos detenemos generalmente ya es tarde, pues la muerte ya ha golpeado nuestra puerta y
muchas veces entra sin golpear y nos vamos sin detenernos.
Le llamó mucho LA ATENCION (FALTA ALGO), el versículo que decía “Por eso el
señor es paciente con los hombres y derrama sobre ellos su misericordia, el ve y sabe que su fin
es miserable, por eso multiplica su perdón”. José se sentía perdonado y podía experimentar el
amor y la misericordia de Dios. Gracias a que el fin del hombre es miserable es pasible a la
misericordia y puede experimentarla en su vida.
José empezó a aceptar sus limitaciones y debilidades y empezó a perdonarse y a medida
que se perdonaba y se conocía y se aceptaba con sus limitaciones y debilidades e iba entrando
en una paz, una armonía, consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios y su
forma de concibir la realidad empezaba a cambiar.
PARTE XIV
José estaba profundamente dormido cuando Margarita golpeó la puerta de su cuarto,
entre sueños no distinguía si eran un sueño o la realidad los golpes que estaba oyendo,
cansada de golpear sin éxito. Margarita se introdujo en el cuarto y vio a José profundamente
dormido, le movió para despertarlo pero sin éxito, entonces lo tomó del dedo gordo del pie,
le estiró y José entró en razón y se despertó.
- Levántate a desayunar que se te hace tarde, si quieres vuelve a dormir después,
pero debes desayunar a hora, es muy importante.
- Ya me levanto
- Te espero abajo
José se despertó y miró su reloj y eran las 11:00AM y dijo: Dios mío qué sueño
tengo, pero debía hacerle caso a su madre, así que se levantó, se lavó la cara y bajó a
desayunar, pero sabía que ya no volvería a acostarse, sino que tomaría tereré con sus padres,
quienes ya lo tenían listo el tereré. PARA NO REPETIR
El día estaba precioso, un sábado con un sol radiante, pues no hay sábado sin sol,
bajó y encontró a Margarita y a Pedro sentados en el jardín disfrutando del hermoso día,
tomando tereré bajo el frondoso árbol de mango, que él había plantado, cuando niño con su
padre, y (junto con su) AL LADO DEL mango fueron creciendo y ambos estaban en la flor
de la edad, el mango daba sus primeros frutos y él estaba entrando en el gran misterio de la
vida.
Pedro estaba acostado en su hermosa hamaca atada un extremo al mango y el otro a
un árbol de aguacate, leyendo un periódico y tomando el tereré cada vez que Margarita le
pasaba.
Buenos días dijo José al llegar y pidiéndoles la bendición.
- En la mesa está preparado tu desayuno
- Gracias madre, pero ya desayuné hace rato
- Y por qué no me dijiste cuando fui a despertarte
- Porque ya me iba a levantar para venir a tomar tereré con ustedes, no crean que
me perderé la oportunidad de compartir con ustedes este hermoso día.
José miró el sol y dijo, hay quienes pagarían por tener un sol como este, refiérendose
a los países donde el sol sale muy poco y hace mucho frío, nosotros somos hijos
privilegiados de Dios al poder disfrutar un sol como este, aún estaba contemplando el sol y
no terminaba de admirarlo cuando sonó el teléfono. Margarita hizo un ademán de levantarse
para atenderlo pero José se le adelantó y le dijo: “No te preocupes, yo contesto”
- Familia González, buenos días
- Hola, se encuentra José
- Si, habla con él
- No me conoces
- Sí te reconocí, hola nena linda, que tal amaneciste
- Amanecí súper bien, no podía ser mejor, te molestaba para contarte una triste
noticia
- ¿Qué pasó?
- Hoy llegaron mis padres y me enteré que murió mi abuela
- Lo siento, mis pésames
- Gracias, quería contarte, enseguida viajaremos al interior donde vivía mi abuela
y quería avisarte que no podré verte hoy.
- ¿Por cuantos días se van?
- No lo sé, en principio nos vamos por quince días, puede ser más pero no menos,
porque van a venir todos mis tíos y van a aprovechar para solucionar todos los problemas de
papeleos, el tema de herencia, y como la mayoría vive lejos van a aprovechar que están
todos para solucionar los problemas de una vez, porque luego será más complicado.
- Te voy a extrañar pero qué puedo hacer, solo me queda aceptar
- No te pongas así, yo también te voy a extrañar, te necesito más que nunca
- Estás conmigo siempre, la distancia física no implica que estemos separados,
espiritualmente, siempre estaremos juntos y eso trasciende todo tiempo y espacio.
- Te quiero mucho mi amor, pero ahora tengo que dejarte porque tengo que
preparar mis cosas, solo quería pedirte que reces por nosotros y por mi abuela.
- No te preocupes, tenlo por hecho
- Te quiero mucho. Hablamos
- Yo también te quiero. Hablamos. Y no te olvides de llamarme cuando vuelvas.
José volvió junto a sus padres sin hacer ningún comentario sobre la llamada, solo
dijo era para mí y luego cambió bruscamente de tema, pues no estaba en condiciones de dar
una explicación sobre Miriam a nadie.
Pedro miraba el periódico, Margarita cebaba el tereré y José estaba sentado entre
ellos, pero nadie decía nada, como si fuera que cada uno estaba esperando que el otro hable,
por temor a equivocarse o herir la susceptibilidad del otro. Pedro se moría por preguntarle
como fue la cena anoche, pero no sabía como preguntárselo, porque sabía que su mentalidad
machista lo traicionaría. Margarita quería preguntárselo pero temía hacerle sentir mal frente
a su padre, José estaba ansioso por escuchar alguna pregunta pero no sabía si contarles la
verdad o no y se debatía en un gran dilema interior.
Una madre sabe cuando callar y cuando hablar y su intuición femenina le condujo a
ser prudente, pues sabía perfectamente que tarde o temprano José le contaría todo. Después
del silencio que existía en el ambiente, José se dispuso a hablar, decidió a contárselo todo a
sus padres y empezó a decir: “Quiero pedirles disculpas porque anoche no pude avisarles
que saldría y por faltarles el respeto dejándoles un escrito y también porque llegue muy
tarde a casa”.
No te preocupes mi hijo, con avisarnos por escrito que saldrías, ya has cumplido con
tu rol de hijo, no sabes como nos preocuparíamos si salieras sin avisar, tu padre, y yo no
dormimos cuando tú no llegas y no avisas a donde estás dijo Margarita, consolando a José
que con un nudo en la garganta hacía el esfuerzo por contárselo, cuando Pedro preguntó
interrumpiéndola ¿Qué tal estuvo la cena? ¿A ver cuando nos presentas a Miriam?
Una gran calma se anidó en el corazón de José al oír las palabras consoladoras de
Margarita, y las palabras de amor y esperanza llena de ternura de Pedro.
Los ánimos se calmaron, la tensión disminuyó, la conversación comenzó a tomar
distintos matices y José explayaba sus conocimientos, sabiduría y paciencia ante sus padres
que cada día que pasaba lo notaban más diferente, más maduro, más integro, más sabio, con
una claridad en su deseo de santidad cada vez más marcado, era una explosión de sabiduría
y gracia, ellos lo oían atentamente mientras él iluminado por el Espíritu Santo daba
indirectamente a sus padres grandes consejos para la vida, descubrían cosas que ellos con
todo lo vivido no podían ver y se cumplía la frase de (Magah Magandi) MAHATMA
GANDI que dice: “el error de los jóvenes es pensar que la inteligencia suple a la experiencia
y el error de los adultos es pensar que la experiencia suple todo”, pues ellos aprendían de su
inteligencia y él de la experiencia de sus padres. Cuando Aristóteles dijo: “En los extremos
están los vicios y en el centro las virtudes”, no estaba equivocado, el buen equilibrio de las
cosas hace que la vida sea más bella, fructífera y llena de bendiciones.
Pedro y Margarita se admiraban de la sabiduría de José y le preguntaron de donde
sacaba todo lo que decía. Te has vuelto un gran sabio dijo Pedro, se nota que aprovechas la
escuela y te gusta leer dijo Margarita.
- La mejor escuela que tengo es la vida y ella siempre juega a mi favor y el mejor
libro que puedo leer es la historia de mi vida y contemplar en ella el inmenso amor que Dios
me tiene, a través de la historia de salvación que él va haciendo conmigo, un gran libro se va
escribiendo. La historia de salvación que Dios va escribiendo es el mejor libro de cabecera
que uno puede tener y la vida la mejor escuela a la que pueda asistir y el tiempo el mejor
maestro que puede tener.
- Sí que has cambiado
- Te has vuelto todo un sabio
- Espero que así sea, ya que ese es el tercer pilar que sostiene mi vida. La
sabiduría, junto con la santidad y el amor, todos sostenidos y direccionados por Dios, quien
es EL AMOR, LA SABIDURIA Y LA SANTIDAD.
Estaba hablando José mientras Pedro y Margarita se quedaban encantados al oírle
hablar, cuando de pronto Margarita miró su reloj y dijo: “Ya son las 11:30 y no viene Mirta.
¿Quién es Mirta? Preguntaron José y Pedro al unísono.
- Mirta es una amiga a quien invite a comer hoy en casa para que la conozcan,
ella es abogada y jueza defensora del menor.
- A qué hora dijo que vendría, no hemos preparado nada.
- No te preocupes mi amor, está todo previsto
De pronto sonó el timbre y Margarita dijo: ya llegó y fue a recibirla.
- Hola Mirta, sí que eres puntual, pasa
- Siempre trato de serlo, mi trabajo me lo exige
- Pasa, quiero que conozcas a mi esposo y a mi hijo
La llevó al patio donde Pedro y José la estaban esperando ansiosos, después de la
intriga en que les dejó Margarita.
- El es Pedro mi esposo, ella es Mirta una amiga
- Mucho gusto Señorita, aunque no lo crea es más famosa de lo que piensa,
Margarita es una de sus admiradoras de Margarita MEJORAR FRASE ES CONFUSA.
- No es para tanto.
- Y él es José, mi hijo.
- Mucho gusto Señorita.
- El gusto es mío. Tienes un hijo muy bello
- Sí así es. Soy la mujer más privilegiada del mundo. No es solo bello por fuera,
sino que tiene una belleza interior admirable.
- Gracias mamá, cuanto te debo, sé que lo interior se hace exterior, pero no debes
ensalzarme tanto, porque te puedo defraudar y te frustrarás, en la Escritura dice: “Maldito el
hombre que confía en el hombre”
La presentación fue amena, pero la sorpresa de Mirta era la libertad con que se
expresaba José ante su madre y el diálogo y el entendimiento que había entre ellos era
sorprendente y su deseo de ser madre la traicionaba, pues no podía por problemas
biológicos y como amaba a las criaturas, decidió competir para el cargo de jueza del menor
y su deseo de madre llegaba a plenitud en cada niño que defendía.
Mirta se sentó con ellos en el patio disfrutando del hermoso sol y dijo: que día más
bonito verdad, el sol está precioso, el día está hermoso y compartirlo con ustedes lo hace
más especial aún. Sí, el sol esta bellísimo dijo José, nosotros somos privilegiados hijos de
Dios, hay personas que pagarían por tener un sol como este. José amaneció inspirado y no
perdía una sola oportunidad para alabar, bendecir y dar gracias a Dios por todo, el amor, la
sabiduría y la santidad se reflejaban en él y se transmitía a todos en la casa. El que se
descubre amado por Dios, tal cual como, se convierte en una luz para los que viven en
tinieblas.
José tomó el micrófono en la conversación y no lo largo más y lo escuchaban
admirados por lo que decía, “Realmente es un sabio” se decían unos a otros y cuando José
se calló y dio un espacio de tiempo a Mirta, ella no perdió la oportunidad que hacía rato
estaba esperando y dijo: “Eres un muchacho lleno de sabiduría y yo tengo un dilema muy
grande en un caso que resolver y temo equivocarme, porque no quiero ser injusta con
nadie”, que decisión me recomiendas que tome.
Él la miró bien y le dijo: Yo no puedo darte ningún consejo, ni tampoco puedo
decirte qué hacer, porque yo no entiendo nada de derecho y puedo equivocarme,
limpiamente José salió del apuro en que le había metido Mirta, lo único que sé es un poco
de filosofía y nada más.
- Eres un joven muy sabio y no creo que te equivoques
- Sabiduría viene del latín SAPERE (sabore), lo que significa saber, tener buen
gusto sabor VER MEJOR ESTA PARTE, sabiduría significa: saborear la vida y filosofía
viene del griego, Filo que significa amor, y Sofía sabiduría, entonces filosofía es amor a la
sabiduría y qué puedo decirte yo sobre derecho, si lo desconozco. De lo que no se puede
hablar es mejor callar. En el libro de los proverbios es muy clara esa afirmación “El necio
dice todo lo sabe y el sabio sabe lo que dice”
José eludía todo compromiso de responsabilidad, no por no saber qué decirle, sino
por temor a que lo que diga lo tome como dogma de fe y no discierna la situación y se
equivoque por culpa suya, después de dar vueltas sobre el tema le dijo: Yo no te puedo dar
una respuesta exacta, pero que te parece si jugamos un juego de preguntas y repuestas y
juntos tratamos de encontrar una solución, acepto dijo Mirta muy interesada, no en el juego
sino en la respuesta para la solución de su problema. Comencemos entonces dijo José:
- ¿Qué es la justicia?
- La justicia es dar a cada quien lo que le corresponde
- ¿Qué es la injusticia?
- La Injusticia es no darle a cada quien lo que merece
- ¿Qué es la caridad?
- La caridad es dar al otro lo que necesita
- ¿Cuál es la diferencia entre la justicia y la injusticia?
- La justicia busca el bien y la injusticia el mal
- ¿La caridad en cuál de las dos definiciones cabe, en la justicia o en la injusticia?
- En la justicia
- ¿Quién es el mejor abogado defensor que conoces?
- El Dr. Francisco Telechea.
- ¿Y el mejor juez?
- El Dr. Oscar Villaverde
Después de la serie de preguntas y respuestas José dijo: Si no te molesta podemos ir
analizando cada una de las preguntas y de las respuestas, porque me molestaría respondió
ella.
La justicia empezó diciendo José: no es dar a cada quien lo que corresponde, en la
Biblia en el evangelio de Mateo, Jesús aclaró la definición de la justicia cuando habló de
ella en el sermón del monte, la justicia es tratar al otro como quieres que te traten a ti. En el
antiguo testamento la justicia tiene otra connotación. La justicia es la acción salvífica por la
que Dios declara justo al pecador. Es la justa respuesta a una necesidad de relación. En el
nuevo testamento Jesús viene a darle el sentido de plenitud a la justicia del Antiguo
Testamento, en el Levítico dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo, considerado el acto de
justicia más elevado para los judíos, porque si uno ama a su prójimo menos que a él esta
cometiendo una injusticia contra su prójimo y si ama a su prójimo más que a él está
cometiendo una injusticia contra sí. Jesús da la plenitud a este concepto cuando dice:
“Ámense unos a otros como yo los he amado”, y como el nos amó hasta morir por nosotros,
eso se consideraba una injusticia contra uno mismo. Eso es la justicia: Ama a tu prójimo no
como a ti mismo, sino como Jesús nos amó.
Entonces la justicia no es dar al otro lo que le corresponde, sino amar al otro como
Jesús nos amó, dar la vida por el otro, por lo tanto la caridad no es darle al otro solo lo que
necesita y me merece, sino darle más de lo que se merece y necesita, darle amor y sobre
todo aceptarle como persona, con sus limitaciones y contradicciones, no juzgándole, ni
criticándole, porque siempre terminamos siendo lo que criticamos. A favor de la justicia y el
perfeccionismo mal encaminados, por un moralismo exagerado que no da paso a la caridad,
pues que valor tiene hacer el bien a quienes amamos, hasta los ladrones y malvados hacen
eso.
La diferencia entre la justicia y la injusticia no es que uno busca el bien y el otro el
mal, sino que la justicia nos impulsa a ser justicieros y medimos todo desde el debe ser de la
ley y no la aceptación y el amor movidos por la ley del corazón y la injusticia es una
oportunidad que tenemos para ser probados en nuestro justicia, por que el justo es probado
en su justicia como el oro.
En cual de las dos cabe la caridad, no en la justicia sino en la injusticia, que mérito
tiene amar a los que nos aman, la caridad es propia de la injusticia, solo el que ama es capaz
de perdonar. Entonces quién es el mejor abogado y el mejor juez, no son el Dr. Telechea y el
Dr. Villaverde, el mejor abogado y el mejor juez es Jesús y eso está demostrado en el
Evangelio, en el pasaje de la mujer adultera. Cuando le presentan a Jesús la mujer adultera y
le preguntan qué deben hacer con ella, ellos le responden apedréenle, El les responde, el que
esté libre de pecado que arroje la primera piedra, en ese momento estaba actuando como
abogado defensor y cuando todos se fueron y le pregunta a la mujer donde están los que te
condenan y ella le responde se fueron y El le dice yo tampoco te condeno, ve y no PEQUES
preocupes VER ESTA PARTE más, ahí estaba actuando de juez.
Lo que distingue a un cristiano es su capacidad para escuchar, su acción, su forma de
hablar y su pensamiento, no trates de ser justa, no trates de ser correcta, no trates de dar
gusto a todos, porque nunca podrás, solo confía en Dios y El te guiará a encontrar las salidas
a situaciones más difíciles de la que tienes en frente. Recuerda que la diferencia hace la
excelencia dijo José como terminando su gran discurso, creo que hablé demasiado y no dije
nada pero quiero terminar con una poesía que espero te guste y sobre todo te ayude.

LA DIFERENCIA
Nunca te compares en la vida
Siempre habrá alguien mejor
Que luzca mejor que vos
Siempre habrá alguien peor
Motivo de murmuración
Cuando caigas en comparación
Irás camino a la frustración
A causa de la contradicción
En la que caerás sin compasión

No trates de ser mejor


Porque siempre encontrarás
Alguien que es más
No te jactes de ser el peor
Un don por descubrir
Siempre te quedará
Corre tras la diferencia
Que ella por sí solo
Conduce a la excelencia

No busques ser el mejor


Alimentando tu soberbia
Tampoco el peor
Bajo una falsa humildad
Tú no eres el peor
Tampoco el mejor
Eres apenas diferente
Que ante la gente
Te hace excelente
La diferencia no empobrece
Sino que te enriquece
Toda diferencia
Hace la excelencia
Sin diferencias que criticar
Es imposible amar
Porque el que ama en su amor
Como el oro en el crisol
Debe ser probado en su amor

Después de la poesía declamada por José. Margarita se levantó y dijo: creo que se
hace tarde, qué les parece si nos acercamos a la mesa y cuando llegaron a la mesa estaba
toda servida, todos se extrañaron y se preguntaron en qué momento arregló todo eso,
Margarita intuyendo sus pensamientos dijo: mientras ustedes estaban hablando yo me
escapé un rato y vine a prepararlo, no se olviden que una mujer vale más que diez hombres
y una madre más de cien y aparte es insustituible, siéntense que yo les sirvo dijo.
José bendijo la mesa y se sirvieron el exquisito banquete, Mirta dijo: nunca he
comido algo tan sabroso, ¿qué es? preguntó desconociendo lo que comía, es nada más que
un lomito a la pimienta, solo que tiene condimento mágico, ¿cuál es? preguntó Mirta, amor
respondió ella, todo lo que se haga con amor siempre es raro y rico, ahora ya sé A QUIÉN
QUEDA MEJOR (por dónde) salió José, dijo con cierta ironía, el fruto no cae lejos del árbol
respondió él captando el mensaje.
Mientras comían todos hablaban y se deleitaban con el exquisito manjar y cada vez
que Mirta escuchaba a José se quedaba asombrada con las palabras que le escuchaba decir y
se admiraba de su sabiduría. Mirta empezó a hablar de su vida y todo el sufrimiento que
implica ser abogada y juez, porque el moralismo exagerado le traicionaba, pero se daba
cuenta que era una carrera sin sentido, porque ser abogado y tener principios morales y
éticos es fácil, pero ponerlos en práctica es muy difícil.
José, al verla luchando con tanto sufrimiento le dijo: qué difícil ha de ser, abogada y
cristiana, no te imaginas respondió ella, te contaré un cuento de un caso de injusticia que se
resolvió con astucia. Jesús dijo, hay que ser astuto como la serpiente y sencillos como la
paloma. Se trata de un joven que era acusado injustamente por el rey, de un delito que no
cometió y en el tribunal frente a su pueblo queriendo quedar bien con ellos dijo que pondría
en manos de Dios su sentencia, entonces TOMÓ QUEDA MEJOR (agarró) dos papeles y
escribió en uno culpable y en el otro inocente y dijo al público, en un papel dice culpable y
en el otro inocente, y Dios dirá si es culpable o no, metió los dos papeles en una bolsa y le
dieron la oportunidad de elegir, el joven al percatarse de la maldad del rey, tomó un papel y
lo llevó directo a la boca y todos se sorprendieron y el rey preguntó y ahora como vamos a
saber si era culpable o no, el joven dijo, sencillamente vemos que dice el papel que quedó y
sabremos el que me tragué y así fue declarado inocente.
Las expectativas de Mirta hacia José iban aumentando vertiginosamente y se
preguntaba quién era ese joven y de dónde le venía tanta sabiduría. Se quedaron almorzando
casi toda la tarde disfrutando del manjar, acompañado de un exquisito vino y de las cosas
que decía José.
De pronto Mirta dijo: estoy muy a gusto acá, pero debo irme porque tengo una
reunión a las 18:00hs. Pasé un día muy especial, incomparable, esta es tu casa, cuando
quieras puedes venir, dijo Margarita, muchísimas gracias dijo ella y empezó a despedirse
cuando se acercó a José y le dijo fue un placer conocerte, no sabes lo bien que me hizo
escucharte, él la escuchó y luego le dijo gracias a ustedes por escucharme y ánimo que hay
mucha gente que depende de ti. Luego de la despedida se marchó.
Mientras Margarita acompañaba a Mirta a la puerta, José levantaba la mesa y Pedro
dijo: me voy a descansar un rato por que estoy muy cansado, enseguida te sigo dijo José y
cuando Margarita volvió para ayudarlo él le dijo: ve a descansar que yo limpio todo esto y
les sigo y fue tras Pedro a la cama.
Después de limpiar todo, José se dirigió a su cuarto con la intención de descansar,
pues la trasnochada de la noche anterior todavía no lo había recuperado del todo. La vida de
José empezaría a tomar otra dirección y otro matiz sin que el se diera cuenta. Los contactos
son los que mueven al mundo y Mirta se convertiría en su portavoz oficial y su fama
empezaría a crecer.
Mirar el pasado es preparar el camino del futuro. José subió a su habitación y como
si tuviera una cinta de video en la mente recordaba el pasado y se dio cuenta de los cambios
que estaba experimentado en su vida en los últimos meses y se ponía a alabar a Dios y
decía, esto solo es obra de Dios, si de mí dependiera sería el mismo de siempre, solo Dios
puede cambiar el corazón del hombre.
Estaba muy agotado y ya dispuesto a acostarse cuando encontró un papel en el piso,
lo recogió y era una carta que le había dado Miriam el día anterior, se sentó en su cama y se
puso a leerla.

MI CORAZÓN PARTIDO
Mi corazón está dividido
Una parte está conmigo
Y la otra se fue contigo
Desde entonces anda en busca
De su parte perdida
Parece algo lejano
Que se pierde en el olvido
Pero vayas a donde vayas
Escucharás su latido

Con un solo corazón


Me ha creado Dios
Pero por causa del destino
Ahora ya son dos
Que muy desesperados
Andan en busca de su amor
Sorteando los obstáculos
Trazados por el dolor

Cuando sientas el palpitar


De la mitad de mi corazón
Que eternamente llevarás contigo
Cuenta te darás
Lo importante que serás
Por toda la eternidad
Para este corazón partido
Que contigo encuentra alivio.
Tomó la poesía, dobló bien el papel y junto con la medalla que le había regalado lo puso en una
caja que tenía todos sus tesoros, donde estaba aquella carta que le había dado Pedro y luego se dispuso a
dormir, pues sus ojos se cerraban solos de tan cansado que estaba y se quedó profundamente dormido.
Las peticiones que José todos los días hacía a Dios de santidad, amor y sabiduría se estaban
encarnando en él, los que el creía que serían los pilares de su vida, pero esos tres pilares se convertirían
en tres heridas sangrantes que nunca cicatrizarían y de cimientos pasarían a ser tormentos, se
convertirían en heridas sangrantes que no sangran, heridas cicatrizadas, que no se curan, pero que le
llevarían a la realización personal y al encuentro con Dios, donde toda la herida es sanada y todo
cimiento es fortalecido, donde el niño se hace hombre, el cobarde se hace valiente y las lágrimas se
convierten en dulces gotas de amor que fortalecen al corazón.
PARTE XV
La vida de José se desarrollaba normalmente, pero cada día iba creciendo en sabiduría, en
santidad y amor. La gente que lo veía, o lo escuchaba hablar quedaba admirada con lo que decía. A
medida que aumentaba su sabiduría, aumentaba su agonía, se ganaba la admiración de algunos y la
envidia y el desprecio de otros, pero todo eso lo guardaba en su corazón, como la virgen María, que
guardó todo su sufrimiento en su corazón, ya que era su modelo de entrega de amor y servicio.
Todas las noches tenía un sueño algo extraño que le atormentaba y no se lo contaba a nadie, por
temor a que no le entiendan, ni siquiera a sus padres se animaba a decírselos, porque ya sabía la
respuesta que le darían, estás muy cansado y agotado por pensar demasiado, los sueños son sueños y no
quedan más que en un simple sueño, pues era la respuesta que le daban todas las personas a quien le
preguntaba acerca de los sueños.
Comenzó a sentirse incomprendido, solo y sin nadie en quien confiar y de ser una persona
considerada un santo y un sabio, paso a ser considerado un loco esquizofrénico, hasta sus padres
empezaron a dudar de él y le pidieron que consultara con un psiquiatra. Nadie podía entender lo que le
estaba ocurriendo, ni el mismo lo entendía.
La única persona que no sabía nada y pensaba que le comprendía era Miriam, pero desde que
falleció su abuela y fueron al entierro no dio señales de vida y no sabía nada de ella.
Su crisis existencial se agravaba cada día más, sus padres se peleaban todos los días por causa
suya, su padre quien no era muy prudente y paciente entraba en ira y no le tenía paciencia, su madre era
la única que le comprendía y le ayudaba siempre.
Llevaba casi un mes en la misma situación y cada vez era peor, cada día entendía menos lo que
estaba pasando, toda la gente actuaba de una forma y de otra distinta con él y su sueño cada día se hacía
más pronunciado y prolongado. La tormenta se estaba volviendo insostenible, lo único que le daba
fuerzas para seguir y soportar esa terrible tempestad era la visita al Santísimo, que lo hacía todos los
días treinta minutos, esos treinta minutos de oración que hacía ante el santísimo en la Iglesia que
quedaba camino al colegio, era lo único que lo consolaba.
Después de un mes de soñar todas las noches el mismo sueño, una noche no lo soñó, se despertó
muy contento y dijo: “por fin se acabó”, desayunó como todos los días y se marchó al colegio. El sol
salía por el mismo lugar pero con un nuevo matiz, resplandecía más que todos los días. Mientras se
dirigía a la Iglesia, a su visita al santísimo dijo: después de una gran tormenta llega una gran calma.
Entró en la Iglesia y se sentó en el primer banco como todos los días, pero a partir de este día su
vida cambiaría para siempre. Se sentó, hizo la señal de la cruz, cerró sus ojos y entró en oración
profunda, cuando de pronto todo se oscureció y frente a sus ojos apareció Jesús, clavado en la cruz con
los soldados insultándoles, cuando de pronto dijo: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” y
esas palabras se repitieron varias veces. Al instante se despertó y se asustó, pues ya pensaba que todo
había terminado, pero era apenas el comienzo, era el sueño que tuvo durante treinta noches y ahora
soñaba despierto.
Asustado y sin entender que pasa, José se puso a preguntarle a Dios “Señor, qué quieres
conmigo, que no puedo entender, adónde quieres que vaya, que desconozco el camino, qué quieres que
haga, que no sé por dónde empezar”. Y se arrodilló, puso sus manos sobre el banco de enfrente recostó
su cabeza sobre sus brazos y se puso a llorar. Aun estaba llorando cuando vino un señor, le tocó los
hombros y le dijo: “Te pasa algo”, te puedo ayudar, pero él respondió creo que no, nadie puede
ayudarme, estoy condenado a sufrir.
¿Acaso tú no sabías que la oración es peligrosa? Replicó: el hombre para atraer su atención, toda
la oración es peligrosa porque compromete y los compromisos con Dios no son fáciles y mucho menos
agradables, porque estamos obligados a hacer lo que no nos gusta o nos supera y muchas veces sin
entender lo que hacemos o lo que nos pasa.
Intrigado y atraído por la curiosidad y por las palabras que acababa de oír José levantó la cabeza,
se secó los ojos y preguntó: ¿Usted quién es? Soy Javier y estoy aquí para hacer lo mismo que tú: adorar
al Señor en el Santísimo Sacramento del Altar o no es así
- Yo vengo todos los días a esta hora. Pero nunca lo vi.
- Es que yo no soy de aquí, solo vine por casualidad o tal vez por necesidad o por obligación
lo cierto es que estoy acá para adorar al señor ¿Qué es lo que te perturba?
- No se si contárselo, es algo extraño, hace unos días que tengo unos sueños y hoy tuve el
mismo sueño frente al Santísimo cuando estaba orando
- No te preocupes, sino quieres contarme no lo hagas, a parte que no tienes por qué hacerlo,
yo soy un extraño, pero no lo olvides que no existen extraños, solo amigos que aún no conocemos
- No es que no quiera contarle, solo no sé si deba o si me va a entender, porque ya se lo dije a
mucha gente y todas se burlan de mí.
- No tengas miedo yo no te juzgaré, si Dios no lo hace quién soy yo para hacerlo. Mira la
cruz todo se soluciona mirando al crucificado. En el Deuteronomio 8,2 dice bien claro: “Acuérdate de
todo el camino que Yave tu Dios te hecho correr durante estos cuarenta años en el desierto para
humillarte, para probarte y para conocer lo que había en tu corazón: si ibas a guardar sus mandamientos
o no”. Recuerda nadie da lo que no tiene. ¿Qué es lo que le pediste al Señor, que es tan pesado que no
puedes cargar con él?
- Yo solo le pedí que me de el don de la Santidad, el don del amor y el don de la sabiduría,
son los pilares sobre los que quiero edificar mi vida.
- Sabes lo que le estás pidiendo, son tres llagas incurables que nunca cicatrizarán y te
llevarán a entregar la vida, recuerda que un compromiso asumido con Dios es irrevocable, no temas en
asumir las consecuencias de la santidad, el amor y la sabiduría. Recuerda lo que dijo Santa Teresa: en
los momentos difíciles “Todo lo puedo en aquel que me sostiene”. Cuando ya no puedes más, te sientes
solo, cansado, abandonado y sin sentido, mira a Cristo y sigue adelante. Tú eres un elegido y estás
llamado a dar la vida por amor.
Ambos permanecieron en el silencio durante un rato mirando al crucifijo y encontraban un
consuelo y una esperanza para seguir, pero José no se imaginaba que al salir de la Iglesia, su vida
tomaría otro rumbo y las cosas cambiarían brutalmente.
Javier se levantó, le estrechó la mano y le dijo: ánimo hermano, no olvides que Dios perdona a
quien elige, debo marcharme porque se me hace tarde y tengo mucho por recorrer. José le abrazo fuerte
y le dijo muchas gracias hermano, no me lo agradezcas solo mira a Cristo y sigue, lentamente empezó a
salir de la Iglesia mientras José permanecía un rato más sentado, esta vez ya no con la cabeza gacha y
llorando sino con los ojos fijos puestos en el Señor crucificado y su alma iba entrando en una gran paz.
Cuando el espíritu está tranquilo todo se tranquiliza.
Permaneció en éxtasis por largo tiempo, cuando de pronto miró su reloj como volviendo en sí y
dijo: Dios mío se me hizo tarde, bueno para llegar temprano ya es tarde, y para llegar tarde tengo mucho
tiempo, así que prefirió faltar esa mañana al colegio y quedarse un rato más adorando a Cristo. De
pronto sonó su celular, pero no lo atendió y volvió a sonar insistentemente hasta que dijo: a lo mejor es
algo urgente y salió a atenderlo.
Hola, sí, se encuentra José respondió una voz femenina desconocida desde el tubo, sí soy yo
respondió él.
- Hola, soy Carmen, la madre de Miriam y te llamo para avisarte que ella está muy enferma y
le trajeron de urgencias a Asunción, porque en San Juan donde estábamos no le detectaban nada y viene
a hacerse algunos estudios, por favor no le digas que yo te llamé por que ella no quería preocuparte, es
por eso que no te llama desde hace rato.
- En dónde está?.
- Esta internada en emergencias médicas en el tercer piso sala dos, cuando puedas si quieres
puedes pasar a verla, no sabes cuánto te extraña y la falta que le haces, yo creo que le vendría bien tu
visita
- Voy en camino, gracias señora por avisarme
Apresurado sin pensar y como ya decidió a no irse al colegio, se dirigió a la parada del bus,
tomó un ómnibus y se dirigió al hospital, que no estaba muy lejos. Sin dar explicaciones a nadie subió
al tercer piso y se dirigió a la habitación dos, golpeó la puerta y abrió Carmen, la madre de Miriam,
quien la estaba esperando, disimulando que no entendía lo que estaba pasando dijo: buenos días, joven
en que le puedo servir, él con mucho respeto y con temor a equivocarse dijo: se encuentra Miriam, si de
parte de quien respondió ella, yo soy José, pasa, se pondrá muy contenta al verte respondió, mientras lo
hacia pasar. Miriam, estaba acostada, conectada a unos aparatos por los que se le suministraba suero,
mirando la televisión, cuando de pronto vio entrar a José, su rostro cambio, no sabía si llorar o
alegrarse, y no pudo contener las lagrimas al verlo entrar.
Hola, nena linda, dijo José mientras se compadecía de ella, asustado por todos los cables a los
que estaba conectada, antes de darle la oportunidad a que dijese nada dijo: por qué no me avisaste, pase
un mes muy difícil sin ti, pero no te juzgo, yo no puedo obligarte a que me llames, si Dios respeta tu
libertad quién soy yo para violarla.
Muy dolida y queriendo defenderse ella dijo: lo siento, es que no quería preocuparte, además no
es nada grave es un simple debilitamiento, pero ahora voy a alimentarme bien y me voy a reponer y
volveremos a estar juntos. No te enojes conmigo, es que no quería molestarte, bastante tienes con tus
problemas y tu cruz de cada día para que yo te cargue con mis problemas. No te preocupes, todo esta
bien, ya llevaron mi sangre para hacerme los análisis, no tengo nada.
Carmen, los oía hablar y viendo como se amaban, se dio cuanta que su presencia estaba demás y
dijo: me voy un rato abajo a comprar agua, los dejo solos para que hablen, todo está bien decía, con el
pretexto de dejarlos solos, pero como necesitaba una excusa, el agua le apareció buena idea, abrió
lentamente la puerta y salió.
Estuvieron solos toda la mañana y Carmen nunca volvió de la cantina, ambos hicieron una
síntesis de lo que vivieron cada uno en un mes y empezaron a contarse lo vivido, pero José se mantenía
más reservado, pues se debatía en una gran lucha interior, entre si contarle o no sobre sus sueños,
traicionado por sus sentimientos. Estaba a punto de contarle todo, pero su razón le jugaba una mala
pasada diciéndole, no te va a entender y aparte que ella está enferma y le puede caer mal y optando por
la santa prudencia se mordía la lengua y lo guardaba en su corazón, con la intención de compartir con
ella algún día todos sus secretos.
José miró su reloj y dijo: se hace tarde y tu madre no viene y yo tengo que irme, no olvides que
lo único que puede curarte es el amor, no hay remedio más eficaz que el amor, metió su mano en su
bolsillo y sacó un rosario de madera, muy pequeño pero muy bonito, esto me acompañó siempre y en
los peores momentos y más difíciles de mi vida, ella me ayudó y me sacó adelante, te entrego este
rosario para que reces y le pidas a la Virgen María que te cure o que te ayude a sufrir con amor, para que
se cumpla la palabra de Dios en tu vida. Deuteronomio 8,2 “Acuérdate de todo el camino que Yave tu
Dios te ha hecho recorrer durante cuarenta años en el desierto, para humillarte para probarte y para
conocer lo que hay en tu corazón: si ibas a guardar sus mandamientos o no”. Hoy conocí a una persona
que me dijo estas palabras y me sirvieron muchísimo, ahora te las digo a ti y espero que te ayuden como
a mí.
Aún se estaba despidiendo José cuando Carmen entró a la sala y dijo: lo siento, es que me quedé
hablando con la enfermera, ya están tus resultados. Antes que ella terminase de hablar Miriam se
apresuró a preguntarle, no es más que una simple anemia dijo Carmen, pero su rostro la delataba, que
no estaba hablando con la verdad. La expresión corporal habla mucho más que mil palabras y delatan a
la persona. Todos sabían que se trataba más que una simple anemia, pero Carmen hacía lo posible para
que su expresión corporal no le delate y terminaron aceptando sus palabras como verdad, pero no
terminaban de creer del todo y se sumergían en una gran duda. Esta tarde ya saldrás de alta, solo
esperan que se acabe el suero para luego irnos, continuó diciendo Carmen, pero una profunda tristeza
interior la desgarraba por dentro y unas lágrimas reprimidas brotaron de sus ojos, se remordía
interiormente porque no sabía cómo contarle a Miriam lo que tenía o ella misma no terminaba de
aceptar su enfermedad, no podía creer lo que acababa de enterarse.
Ya es tarde y yo tengo que marcharme dijo José y dándole un beso en la frente a Miriam se
despidió diciéndole nos vemos más tarde en tu casa y se marchó, yo te acompaño dijo Carmen,
dejándole a Miriam sola.
José se dio cuenta que quería decirle algo y le preguntó: hay algo que quieres decirme, no, todo
está bien, respondió ella. A pesar de todo el esfuerzo que hizo para contarle la verdad, no pudo. Después
de despedirle en la puerta, ella regresó a la habitación y José se dirigió a su casa, con una gran
interrogante. Todo el camino se preguntaba ¿Qué será lo que tiene Miriam, que Carmen no me quiere
decir? Muy preocupado llegó a su casa, pues sabía que algo no andaba bien.
Cuando llegó del hospital encontró a Margarita que estaba preparando el almuerzo, hola mamá,
dijo al entrar saludándola, quien miró su reloj y dijo vienes temprano hoy, o es que no asististe a clase,
José intuía que ella sospechaba algo y no quiso mentirle. Una madre conoce a su hijo y sabe si la está
engañando. Es que hoy no fui al colegio, fui a visitarle a Miriam que estaba enferma. Hace cuanto
tiempo está enferma preguntó ella, como sospechaba algo y esperaba corroborarlo por su propia boca.
El se quedó mudo por un instante y unas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y dijo no sé, me acabo
de enterar hoy.
Margarita lo miró con dulzura y le dijo: ven hijo, es temprano y yo no he tomado aún tereré, te
invito y así hablamos y me cuentas que te pasa. Mientras tomaban el tereré, José se desahogaba, pues
hacía mucho tiempo que no se sentaba a dialogar con su madre, la persona a quien más apreciaba y en
quien más confiaba. Lo que sucede mamá es que hace como un mes que todas las cosas me salen mal,
nada me sale bien, todo está de cabeza, tú y papá todo el día me observan y muchas veces sin saber por
qué, han cambiado muchísimo conmigo, qué hice yo que les ofendí tanto para que me dejen de
quererme, pero no son solo ustedes, todas las personas de mi entorno piensan y actúan igual conmigo,
no sé qué ocurre y ya no aguantó más.
Ven acá, hijo mío, dijo Margarita, lo abrazó y lo hizo sentar en su regazo, es que diez y seis años,
edad inestable en la que no sabemos lo que somos, edad del descubrimiento del mundo del amor de las
chicas, edad de los estremecimientos ante la vida, edad de crisis, edad de luchas, de desánimos, de
desesperación, edad de grandes sueños, de arrebatos, edad del absoluto y de las intransigencias; edad de
las decisiones. La flor de la edad, la edad de los grandes descubrimientos, todo lo que aprendas, tanto lo
bueno, como lo malo en esta edad será lo que irás desarrollándola durante toda tu vida. La vida es la
gran escuela del hombre, con dos grandes maestros, el dolor y el sufrimiento. El dolor purifica, el
sufrimiento redime, el dolor rompe los extremos, el sufrimiento pule las puntas; el dolor lima las aristas,
el sufrimiento enseña el camino, el dolor martiriza y limpia, el sufrimiento acrisola y da brillo, el dolor
es una maestra de primaria, el sufrimiento un profesor universitario, el dolor inicia la caminata, el
sufrimiento lleva a la meta, el dolor y el sufrimiento son los grandes maestros de la vida.
Te contaré por qué tu padre y yo actuamos de esta forma contigo, en primer lugar porque tu eres
nuestro hijo y nosotros tus padres, pero como nadie nos enseñó cómo ser padres cometemos errores, lo
que pasó fue que nos enteramos que faltas mucho a clase últimamente, llamó un profesor, Héctor
preguntando por qué no ibas más a clase, pero no te preocupes, el te aprecia mucho y estaba preocupado
por ti, y tu padre y yo todos los días discutíamos, pero no por culpa tuya, la culpa es nuestra, porque nos
olvidamos que tú eres un adolescente y solo te exigimos mucho y dejamos de amarte como debería ser,
yo sé que tu padre es un hombre machista y como todo hombre machista, no creo que reconozca que
nos equivocamos y quiero pedirte perdón porque te exigimos demasiado, perdónanos, tu sabes que te
queremos muchísimo y eres lo único por lo que vivimos.
José no sabía qué decir y se echó a llorar, nunca se había sentido tan amado. No basta con que
nos amen, necesitamos sentirnos amados. Gracias mamá por amarme tanto, perdónenme ustedes por no
comportarme como un buen hijo, es que estoy pasando por unos momentos muy difíciles en mi vida,
donde todo es confusión, amor y misericordia y el único que me consuela y quien me ayuda a seguir
adelante es Cristo y es por eso que faltaba al colegio, por que muchas veces me quedaba adorándole en
la Iglesia que está camino al colegio, pero no es que no me iba, solo llegaba tarde y como con Héctor
siempre tengo las primeras horas, nunca asistía a su clase, perdóname mamá.
Después de toda una confesión José abrazó a Margarita fuertemente y le dijo: “Te quiero mucho
y ella respondió, yo también te quiero mucho y hagas lo que hagas nunca dejaré de quererte y se
quedaron abrazados unos minutos, permaneciendo en silencio mientras sus cuerpos se entrecruzaban
uno con otro y formaban uno solo, el se convertía en una hermosa y sabia mujer y el en un hermoso e
inocente niño, que resplandecía en una amalgama de amor.
Luego de unos minutos de silencio donde el amor se hacía presente, nada más que en el gesto de
un abrazo, Margarita miró su reloj y dijo tenemos que almorzar, porque hoy yo trabajo a la tarde y se
me hace tarde y tu debes estar muy cansado y debes descansar, Pedro hoy tiene horario continuado y no
vendrá a comer, comeremos nosotros dos solos. Mientras ella ultimaba los detalles para el almuerzo, el
fue a su habitación dejó sus cosas, se lavó la cara y se dispuso a bajar para comer, pero sin antes abrir su
ropero y ponerse de rodillas unos minutos delante de un crucifijo que tenía clavado en la puerta,
dándole las gracias por el inmenso amor que le tenía.
Después de dar gracias a Dios por todo, José bajó a comer con Margarita, pero la hora
transcurría tan rápido, que no tuvieron más tiempo, que almorzaron sin hablar más. Como ya habían
hablado antes, todo estaba aclarado para ambos. Muchas de las aclaraciones de nuestras vidas son
simplemente un trampolín para entrar en un mar de confusiones mucho peores y era eso lo que le
aguardaba a ellos, la historia apenas empezaba a escribirse.
Después de comer todo José dijo deja que yo lavo todo ve y prepárate, que se te hace tarde y
mientras él levantaba la mesa y lavaba los cubiertos ella se dispuso a prepararse, luego se marchó al
trabajo. José exhausto después del trabajo se acostó a dormir la siesta, estaba tan agotado que apenas
apoyo la cabeza en la almohada y se quedo profundamente dormido, hasta el momento en que sonó el
teléfono y lo despertó. Atendió el teléfono dormitando, era Carmen, quien lo citaba para hablar con él
de algo muy serio. Al escucharla se despertó y quedó asustado, miró su reloj y vio cuánto faltaba para
encontrarse con Carmen. Desde que el habló con ella, por más que intentaba no podía pegar los ojos y
mientras esperaba que pase el tiempo, acostado jugaba con las posibles hipótesis de la conversación,
pero no se imaginaba lo complicada que se estaba volviendo la situación.
Eran las cinco de la tarde cuando a Miriam le daban de alta del hospital y se dirigían a su casa,
mientras José ansioso esperaba la llamada de Carmen, apenas llegaron a casa de Carmen y Miriam,
Carmen la dejó en la casa y le dijo a Miriam por qué no vas a descansar un rato, yo tengo que salir un
momento, volveré enseguida, Miriam se dio cuenta que algo no estaba bien, pero no dijo nada sino que
fue a su cuarto, y Carmen se disponía a salir. Antes llamó a José invitándole a encontrarse en la cafetería
San Marcos a tomar un café para hablar, Miriam que empezaba a dudar de toda la situación que se
desarrollaba a su espalda, escuchaba la conversación de su madre y la intriga iba creciendo cada vez
más en ella. Miriam seguía a escondidas todos los pasos de Carmen, quien y antes de salir, luego de
colgar el teléfono, se dirigió a su habitación, abrió su ropero y guardó unos papeles dentro de la caja
fuerte que tenía dentro, Miriam la estaba observando detalladamente y cuando se dirigió a su cuarto
para despedirse de ella la encontró acostada manipulando el control del televisor como si nada hubiera
ocurrido. Me voy un rato dijo Carmen dándole un beso, no tardes respondió Miriam disimulando su
preocupación.
Cuando Carmen llegó a la cafetería, José ya hacía rato que estaba sentando esperándola,
preocupado por lo que le esperaba, apenas vio entrar a Carmen, se paró y fue a su encuentro.
- Tú sí que eres rápido
- No, es que vivo cerca de aquí
- Vamos a sentarnos a tomar un café y allí hablamos
- Sí, me parece bien
Apenas se sentaron José lanzó una pregunta indirecta ¿Qué le pasa a Miriam, es algo grave
verdad? Carmen abrumada por la pregunta no sabía como responderla y quedó en silencio por unos
minutos y dijo: si es algo muy grave, no sé cómo decírtelo, pero creo que tienes el derecho de saberlo y
es una carga que no puedo llevarla sola, pero temo contársela a cualquiera y se que tu podrás
comprender. Las expectativas de José iban creciendo y la introducción de Carmen cada vez se hacia más
larga e insufrible hasta que de pronto dijo: ella esta contagiada del virus del VIH, tiene sida, no se como
lo contrajo, ella no lo sabe y no se si decírselo o no.
José quedó sorprendido por lo que había escuchado y no sabía qué decir y se preguntaba cómo
pudo ser, se quedó pensando unos minutos y dijo: yo creo que ella debe saberlo, será muy triste que se
entere por otros medios, pero usted debe discernir sobre eso, me imagino que no es fácil, pero si usted
no se lo dice el tiempo se lo dirá, pero es usted la que debe discernir sobre si decírselo o no, pero no
olvide que detrás de cada acontecimiento que ocurre en nuestras vidas una historia de salvación se está
escribiendo aunque no la entendamos, no la aceptemos o sea dolorosa. Carmen no aguantó las ganas de
llorar y por fin pudo desahogarse frente a alguien, quien la escuchaba y trataba de comprenderla. Ayudar
no siempre significa aconsejar o querer dar una solución o una respuesta sino simplemente una ayuda es
escuchar.
Mientras en la cafetería uno se sorprendía y otra se deshogaba, Miriam en su casa trataba de
abrir el ropero de su madre y descubrir el gran secreto que guardaba dentro, buscó la llave por todas
partes hasta que de pronto levantó la mano sobre el ropero y encontró la llave, lentamente y con mucho
temor abrió el ropero y luego la caja que estaba dentro, cuando encontró unos papeles que parecían ser
los resultados de análisis hecho en el laboratorio. Se trataba de los resultados de sus estudios,
lentamente abrió el sobre y empezó a leer los resultados, pasando la primera, segunda y tercera hoja,
aparentemente todo los resultados eran normales o estaban dentro del limite de lo normal, pero la
sorpresa fue grande cunado dio la vuelta la tercera hoja y encontró una prueba del VIH, la leyó
detenidamente y descubrió que el resultado era positivo, sin creer lo que estaba viendo, no sabía si era
una ilusión o la realidad, nuevamente dobló los resultados los metió en el sobre y los guardó en la caja,
llaveó el ropero y puso las llaves en el mismo sitio donde las encontró.
Carmen no terminaba de llorar cuando se levantó y dijo ya debo irme, porque dejé sola a
Miriam, y debo de cuidar de ella, y estar a su lado lo más posible. José no sabía que decir, lo único que
dijo fue “Animo Dios te ama, no tengas miedo” y Carmen sin decir nada más salió y lo dejó solo
sentado con el café, una vez entrado en razón como volviendo en sí, después de disociarse de la
realidad, se levantó, pagó la cuenta del café y salió, se dirigió a la Iglesia donde había estado los últimos
días, entró y se sentó en el primer banco como siempre, pero enseguida se arrodilló y mirando al
crucifijo empezó a rezar.
Señor tú que confías al hombre para que sea capaz de desafiar al destino, ayúdame a cargar con
esta carga pesada, pero no me niegues la oportunidad de realizarla por amor, ayúdame a mantener
siempre el equilibrio pensando en el amor, ayúdame a tener fe para no dudar de ti, ayúdame a no
desanimarme sostenido en tu amor, ayúdame a andar por los caminos esperando tus pasos, dame
valentía para no temer, dame fuerza, para dar fuerza, dame coraje, para dar coraje, dame ánimo, para dar
ánimo. Luego de esta oración quedó en silencio mirando al crucifijo que tenía enfrente y sin decir nada.
Después de un rato se levantó y se marchó a su casa envuelto en el amor de Cristo que en los momentos
más difíciles da seguridad, paz, sosiego y armonía.
Apenas llegó a su casa, subió a su cuarto y entró en conciencia que si ella estaba infectada con el
VIH, él también corría el riesgo de estar contagiado y ante la situación de muerte que se presentaba, su
perspectiva cambió y no quería asumir tal posibilidad. Ante la situación de muerte enfrente el hombre se
descubre limitado y frágil y toma conciencia de su propia muerte y hace una relectura de su historia
para ver las posibilidades de mejorarla teniendo presentes los últimos días que le quedan. Queriendo
correr de su realidad se acostó a dormir agobiado para no seguir pensando sobre el tema. Cuando no
aceptamos la realidad o queremos escapar de ella nos acostamos a dormir para escapar de la realidad a
través de los sueños.
Carmen llegó a su casa y encontró a Miriam durmiendo como si nada hubiera ocurrido, y se dijo
mejor la dejo descansar y se fue a su cuarto dejándola dormida. Carmen en su cuarto se debatía en el
gran dilema si decirle o no y cómo decirle, y también escapando de la realidad después de llorar
amargamente se quedó profundamente dormida.
Miriam, no pudiendo dormir y sin saber qué hacer, en un grado de desesperación que le
atormentaba, tomó un bolígrafo y dos hojas y se puso a escribir una carta para su madre y otra para
José. Y esa actividad le llevó casi toda la noche.
Miriam se pasó escribiendo toda la noche mientras José se sucumbía en un fenómeno raro, un
sueño raro no lo dejaba en paz, ya es hora decía una hermosa mujer vestida de un hábito más blanco que
la nieve y resplandeciente como el sol, tomando a un niño en sus brazos envuelto en un pañal, dio unos
pasos y se abrió el telón y el escenario que estaba tres escalones más arriba estaba todo alfombrado de
rojo y en el centro estaba sentado un gran rey, en un trono de oro, la mujer depositó al niño sobre el
escenario a los pies del rey y luego se retiró. Esta imagen se repetía una y otra vez sin descanso, hasta
que de pronto sonó su celular y lo despertó, era Carmen que lo llamaba desesperada y le pedía que vaya
a su casa urgente, de tan cansado que estaba José se quedó dormido y no se dio cuenta que ya había
amanecido.
Se levantó y sin hacer tanto ruido se bañó y se fue a la casa de Miriam, al llegar encontró a
Carmen llorando en la sala con dos papeles en la mano, en uno decía para la persona que más amo mi
mamá y en la otra para mi gran amor José. Carmen leía su carta, Mamá tu sabes que te quiero mucho y
quiero pedirte perdón por las veces que te ofendí o no te obedecí, perdóname mamá porque te fallé
como hija y no me comporté como debía y por hacerte sufrir algo que no te mereces, pero pase lo que
pase no olvides que te amo. Perdóname mamá por ser una mala hija. Perdóname por haber revisado tu
ropero mientras tú saliste, yo revise tu ropero y me enteré que tengo SIDA, no te culpo que no me hayas
contado, no era tu obligación gracias Mamá por todo. TE AMO.
Carmen estaba sentada en el sofá cuando José entró y le dijo: se enteró, toma, dejó esto para ti
José, la carta. Hola mi amor como ya sabrás tengo SIDA, creo que fue Alfredo el que me contag ió,
lamento mucho tener que decírtelo de esta forma, pero no me animaba a decírtelo de frente, perdóname
José, tú eres tan bueno que no te mereces eso, te mereces algo mejor, sé que eres un gran santo y
acuérdate de mí cuando estés con Dios y pídele que me perdone por esto, nunca te dije que me enamo ré
de ti desde el primer día que nos conocimos, duró muy poco pero fui la persona más feliz de la tierra.
TE AMO no lo olvides nunca, te he escrito una poesía que algún día pensaba dártela y creo que es el
mejor momento, lo escribí la noche que estuvimos juntos en la plaza, donde nos dimos el primer beso,
fue la noche más bella que pasé, no es como tus poesías pero está hecha con amor, que la disfrutes y
sobre todo que te guste. TE AMO mi amor.

UNA NOCHE YO LO VI
Una noche yo lo vi…
Todo era muy distinto
Sus labios eran rojos
Como los pétalos de una rosa
En busca de otros labios
En los cuales descansar

Una noche yo lo vi…


Todo era muy distinto
Sus ojos estaban envueltos
En un color violeta
Celeste como el inmenso cielo
Azul como el profundo mar

Una noche yo lo vi…


Todo era muy distinto
Sus lisos cabellos
Ardían como el fuego
Amarillos cual alba naciente
Anaranjados como la tarde feneciente

Una noche yo lo vi…


Todo era muy distinto
Todo su cuerpo estaba cubierto
De un hermoso verde claro
Como una hermosa pradera
Que se divisa en lo alto

Una noche yo lo vi…


Todo era muy distinto
Ese tierno arco iris
Que se desprendía de su cuerpo
Eran los rayos de amor
Atravesando el prisma de mi corazón.

José terminó de leer la carta, miró a Carmen y le preguntó adónde pudo ir, no tengo ni la menor
idea dijo ella desesperada, mientras José pensaba y dijo creo que se donde está y sin decir nada, salió
corriendo, fue a su casa, tomó su bicicleta a gran velocidad se dirigió al mirador de Ytapytapunta, lugar
más estratégico para tirarse al río, ya que era un lugar lleno de rocas y tal vez nadie se enteré jamás que
ella se haya lanzado al río. El día se venía encima el sol se asomaba, mientras Miriam estaba sentada en
la cima más alta sobre una roca contemplando la salida del sol por última vez, cuando de repente
alguien dijo: es hermosa verdad, esa voz le pareció conocida, se dio vuelta y encontró a José parado
detrás de ella. No le regales tu vida a la muerte, deja que ella corra tras de ti, porque tarde o temprano te
alcanzará, pero arrebátale toda la vida que puedas fueron las palabras de José.
Ella al verlo, se lanzó en sus brazos y empezó a llorar, perdóname no sé cómo pasó, no te
preocupes todo estará bien dijo él, además quiero que sepas que tu no vas a morir, te vas a curar te lo
prometo, pero debes saber que lo único que te puede curar es el amor, volvió a repetirle una vez más
José. Y además que sería de mi vida sin ti. No temas a la muerte pero tampoco la desafíes, no temas a la
muerte, pero tampoco le regales tu vida, deja que ella corra tras ella.

LA MUERTE
La muerte es el acto
Más grande de la humildad
En la que el hombre descubre
Su inmensa fragilidad
Y que la vida no es más
Que un simple transitar
Rumbo a la eternidad
Donde la humildad
Recompensada será

La vida no es otra cosa


Que un simple parpadear
Donde en un abrir y cerrar de ojos
Toda tu vida se acabará
Y nada puedes hacer
Para esta realidad rever

Lo que hacemos en la vida


Tiene eco en la eternidad
Por eso debes vivirla
No como una casualidad
Sino con mucha bondad
Pues debes comprender
Que el hombre no es más
Que soplo, sombra y polvo

Al pronunciar esa hermosa poesía, José tomó a Miriam, la alzó en su bicicleta y fueron a casa,
donde encontraron a Carmen llorando, hola mamá lo siento dijo Miriam al entrar y Carmen saltó en sus
brazos, perdóname hija por no haberte dicho la verdad, no te preocupes todo está bien dijo Miriam, la
abrazó y se quedaron así por un buen tiempo y esa mañana sus vidas cambiaron, los tres hicieron la
promesa que nadie tenía que enterarse que ellos estaban enfermos. La fuerza interior de José transmitía
mucha paz y consuelo tanto a Miriam como a Carmen y les impulsaba a seguir viendo. La fuerza
interior no es solo para algunos, sino para todos, todos tienen derecho a ser feliz, cuando uno tiene en
frente al otro se reconoce en la experiencia del otro y se identifica, eso era lo que ocurría con ellas, se
veían identificadas con la experiencia interior de José.
Desde ese día todo fue distinto, cada día que pasaba era un nuevo día para vivir, la rutina de la
vida se había alejado de ellos, el sol salía todos los días en el mismo lugar y a la misma hora, pero cada
día tenía un matiz diferente y era distinto, cada día descubrían cosas nuevas en su vida y comenzaron a
hacer una lectura de la historia de salvación que Dios hacía con ellos y escribían su presente.
Todo empezó a cambiar, José asistía regularmente al colegio, la relación con sus padres mejoró y
todos los días se quedaba una hora arrodillado frente al crucifijo pidiéndole por la salud de Miriam, él
estaba convencido que ella se curaría, cumplieron su promesa, nadie más que ellos tres sabían lo que
estaba ocurriendo. Todo esos buenos momentos que estaban pasando llegarían a su fin y el era conciente
de eso y todo comenzó cuando tuvo el mismo sueño, con la hermosa mujer pero esta vez ya no llevaba
un niño al rey sino una hermosa rosa, que la depositó a sus pies, con ese sueño José comprendió que ya
era hora.
José se enfermó gravemente. Todo estaba bien cuando de pronto se desvaneció en el colegio y
fue socorrido urgentemente y derivado al Sanatorio del cual ya no saldría nunca más. Era una mañana
en que José estaba dando una exposición sobre historia universal, cayó desvanecido y cuando despertó
ya estaba internado.
Nadie sabía lo que tenía hasta los médicos llamaron a sus padres y le preguntaron si sabían que
su hijo estaba infectado con el virus del VIH, que tenía SIDA, ambos quedaron sorprendidos al oír la
noticia, pero la cosa se complicó más cuando les dijeron que su situación era grave y que no sabían
cuantos días le quedaban.
Mucha gente venia a verlo, sus compañeros, amigos, vecinos, pero su situación cada vez era
peor, ya casi no podía hablar, pero su madre nunca se separó de su lado. Él sabía que de esta no pasaría,
Miriam tampoco se separaba de su lado, al ver a los tres juntos en la sala les dijo: Ustedes saben que me
voy a morir y quiero pedirles un último deseo, a ti papá quiero pedirte que me traigas la caja que esta en
mi ropero, a ti mamá que me prometas que cuidaras de Miriam como una hija en mi ausencia y a ti
Miriam quiero pedirte que te hagas unos estudios, quiero que sepas que estas curada como te lo prometí,
Díos te lo ha concedido.
Miriam y Pedro fueron a cumplir el último deseo de José y dejaron a Margarita cuidándole,
quien le prometió que cumpliría su pedido al pie de la letra, ella se quedó toda la noche con él, al día
siguiente cuando que se aproximaba la hora presentía que su muerte estaba cerca, se despidió de
Margarita e hizo pasar Pedro con la caja y le pidió que le abriera y la leyera lo que decía la carta que él
una vez le había entregado, pues nunca la había leído. Pedro tomó la carta y empezó a leerla y decía:
Hijo tu eres un gran santo, acuérdate de mi cuando estés en el cielo, José que cada vez se le hacia más
difícil respirar, con mucho esfuerzo dijo: Si es que Dios me recibe, ten por seguro que le pediré que te
reserve un lugar, te quiero mucho papá, Pedro no se aguanto más verle así a José, le dio un beso en la
frente y salió.
Luego entró Miriam vio la caja, él con mucho esfuerzo le dijo te curaste verdad, ella llorando no
sabía de alegría o de tristeza le dijo sí y le enseño los análisis, es un milagro dijo ella, tu primer milagro,
tu eres santo, luego le dijo que tomase la caja y saque de adentro una cajita donde estaba el corazón
partido y la poesía que le había dado y le dijo: Entrégaselo a una persona que lo merezca más que yo y
prométeme amarla como yo a ti, lo único que temo dejar en este mundo es a ti, pero sé que el Señor
cuidará de ti y te hará muy feliz, Miriam no sabía qué decir y se puso a llorar pero él le dijo no llores
por mí solo ama y sé feliz, ya casi no podía hablar, cuando pidió a Miriam que le llame a Margarita, le
dio un beso, se puso a llorar, sobre su pecho y luego llamó a Margarita, a quien le dijo: toma la caja y
saca un papel que hay dentro, pero antes le recordó la promesa que le hizo hacer, cuida de Miriam,
cuídala como una hija, y como susurrando le dijo: te amo mamá, gracias por amarme tanto no hubiera
podido llegar a donde llegué si no fuera por ti, gracias mamá y le pidió que le de un beso y que lo
abrasase fuerte y luego llamase a Miriam y a Pedro y les leyera la carta.
Vinieron Pedro y Miriam, y Margarita abrió la carta y empezó a leerla: “Aunque hable las
lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o címbralo que
retiñe. Aunque tenga el don de la profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, aunque tenga
fe como para mover montañas, si no tengo amor nada soy, aunque reparta todos mis bienes y entregue
mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me sirve.
El amor es paciente, amable, el amor no es envidioso, no es jactasioso, no es decoroso, no busca
su interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal, no se alegra con la injusticia, se alegra con la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no acaba nunca, desaparecerán las profecías, cesarán las lenguas. Desaparecerá la
ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando venga lo perfecto
desaparecerá lo parcial. Cuando era niño hablaba como niño, pensaba como niño. Al hacerme hombre
dejé todas las cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco de un modo parcial, entonces conoceré como soy conocido.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor estas tres ….. COMPLETAR CON ALGO. Pero la
mayor de todas ellas es el amor (1 cor 13).
Margarita hizo un suspenso y miró a José, que a medida que iba escuchando la carta parecía que
iba descansando en una gran paz y prosiguió.

SI ME AMAN
No lloren si aman…
Si conocieran el don de Dios y lo que es el cielo…
Si pudieran oír el cántico de los ángeles
Y verme en medio de ellos…
Si por un instante pudieran contemplar como yo…
La belleza ante la cual, las bellezas palidecen…
CRÉANME
Cuando llegue el día que Dios
Ha fijado y conoce, y sus almas vengan
A este cielo en el que ha precedido la mía…
Ese día volverán a verme
Sentirán que les sigo amando, que les amé…
Y encontraran mi corazón con todas sus ternuras purificadas
Volverán a verme en transfiguración, en éxtasis feliz
Ya no esperando la muerte, sino avanzando con ustedes
Que les llevaré de la mano por los senderos nuevos de la luz
Y vida.
Enjuaguen sus llantos y no lloren si me aman. (San Agustín)
Cuando terminó de leerles la carta José expiró.

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