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Revista de Geografía Norte Grande, 64: 9-20 (2016)9

Artículos

Visión histórica de la respuesta a


las amenazas naturales en Chile y
oportunidades de gestión del riesgo de
desastre1

Pablo Camus2, Federico Arenas3, Marcelo Lagos4 y Andrés Romero5

RESUMEN
Las condiciones geográficas chilenas hacen del país un escenarío donde perma-
nentemente se dejan sentir las denominadas amenazas naturales, poniendo a
prueba de manera casi constante la capacidad de la sociedad chilena para levan-
tarse luego de cada evento y de mejorar sus formas de ocupación del espacio. El
predominio de un esquema de funcionamiento basado casi exclusivamente en la
rentabilidad y muy poco en los riesgos de localización, permite que una buena
parte de nuestros asentamientos e instalaciones presenten niveles de vulnerabili-
dad importantes frente a ciertas amenazas naturales. El objetivo de este trabajo es
hacer una revisión histórica del tema, buscando extraer las lecciones necesarias
para establecer formas más sustentables de construcción del espacio geográfico
chileno.
Palabras clave: Reducción del Riesgo de Desastres, Gestión del Riesgo de Desas-
tres, Desarrollo Local, Resiliencia.

ABSTRACT
The geographical conditions in Chile make it a country that persistently expe-
riences natural hazards, constantly testing the capacity of the Chilean society
to pull itself up after every event and to improve the ways in which they occupy
their territorial space. The prevalence of zoning that focus almost exclusively on
profitability and places little attention on localized risks, has allowed a majority
of settlement projects and facilities to be built in areas that face significant risk
due to natural hazards. The aim of this work is to present a historical review of the
subject, seeking to illustrate previous experiences in order to establish more sustai-
nable forms of building within the Chilean geographical space.
Key words: Disaster Risk Reduction, Disaster Risk Management, Local Develop-
ment, Resilience.

3 Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Cató-


lica de Chile (Chile) / Centro Nacional de Investiga-
1 Esta publicación contó con el apoyo del Centro ción para la Gestión Integrada de Desastres Natura-
Nacional de Investigación para la Gestión Integra- les, CONICYT/FONDAP/15110017 (Chile).
da de Desastres Naturales (CIGIDEN), CONICYT/ E-mail: farenasv@uc.cl
FONDAP/15110017. Artículo recibido el 18 de di- 4 Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Cató-
ciembre de 2015, aceptado el 4 de mayo de 2016 y lica de Chile (Chile).
corregido el 16 de junio de 2016. E-mail: mlagoslo@uc.cl
2 Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica 5 Oficina Nacional de Emergencia (Chile).
de Chile (Chile). E-mail: pcamusg@uc.cl E-mail: aromero.geo@gmail.com
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El territorío de Chile, dada su particular Las amenazas naturales en


confi guración física compuesta por ríos to-
rrentosos, grandes diferencias de altitud en Chile y algunos conceptos
unas pocas decenas de kilómetros, variabi- de reducción de riesgo de
lidad climática marcada tanto longitudinal
como latitudinalmente, localización frente a
desastre
una zona de subducción y sobre el denomi-
La historia del desarrollo territorial chile-
nado cordón de fuego del Pacífico, es natu-
no se ha visto marcada por grandes catástro-
ralmente generador de espacios dinámicos
fes, cuya génesis son eventos o fenómenos
y muchas veces extremadamente frágiles, en
naturales extremos de origen geológico e hi-
los cuales la tarea de la ocupación susten-
drometeorológicos que han sido potenciados
table se hace cada vez más difícil como por
ejemplo el poblamiento de la precordillera por las formas de ocupación y uso del terri-
y, en particular, de los espacios litorales, los torío. El historiador Rolando Mellafe plantea,
cuales se convierten en distintos momentos en este sentido, que la historia del “acontecer
en una amenaza para la vida humana y sus infausto en Chile”, expresada a través de ca-
creaciones. lamidades reiteradas a lo largo de los siglos,
descubre las tensiones de una sociedad obli-
El objetivo de este trabajo es mostrar la re- gada a enfrentarse en un diálogo constante,
currencia de las amenazas naturales en Chile, consciente e inconsciente, con su entorno.
revisar algunas de las respuestas instituciona- Mellafe calculó un promedio de un terremoto
les y explorar las posibilidades de gestión del cada ocho años desde 1582 a 1956, de los
riesgo a partir de la legislación vigente. En cuales un 62% fue con tsunami, es decir que
este sentido, en el primer apartado se analiza cada chileno de los siglos XVI a XIX al menos
la magnitud de las pérdidas y costos de las vivió dos o tres terremotos en su vida y uno
principales catástrofes acaecidas en Chile de mediados del siglo veinte, siete, si se con-
durante el siglo XX y se realizan algunas re- sidera el explosivo aumento de la esperanza
flexiones en torno a la idea de reducción del de vida (Mellafe, 1994).
riesgo de desastre. En seguida se presenta una
visión de las respuestas de la sociedad chi- Sin ir más lejos, solo en el último siglo
lena a las distintas amenazas naturales, para han ocurrido más de 60 eventos naturales
concluir con algunas reflexiones en torno a con efectos desastrosos para la comunidad,
las posibilidades de gestión que se han ido dejando cerca de 45.000 personas fallecidas,
generando históricamente a través del entra- y más de 12 millones de afectados (Cuadro
mado de una profusa legislación sectorial. N° 1).

Cuadro N° 1
Principales desastres naturales desde 1906

Cantidad de Pérdidas mate- Fallecidos Población


eventos riales en millo- Afectada
nes de USD
Terremotos y tsunamis 24 69.540 42.026 11.132.251

Inundaciones 19 1.207 1.066 1.342.624


Remociones en Masa 4 10 232 112.811
Erupciones Volcánicas 7 103 110 89.850

Fuente: Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile (n.d.); EM-DAT (2014); INE (2005); Maddison
(2010); U.S. Bureau of Labor Statistic (2014); World Bank (2012).
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OPORTUNIDADES DE GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRE

En cuanto a cómo ha sido la distribución señalar que a partir de los últimos 50 años
de estos fenómenos en el tiempo (Figura 1), comienzan a tomar importancia amenazas
se observa que los principales eventos son naturales más locales, asociadas a eventos
los sismos de Chillán (1939), Valdivia (1960), hidrometeorológicos principalmente, entre
Illapel (1971), San Antonio (1985), Maule ellos diversas inundaciones y remociones en
(2010) e Iquique (2014); los cuales, aunque masa, destacándose los aluviones de Antofa-
de diferentes magnitudes, se distribuyen a gasta (1991), Quebrada de Macul (1993), y
lo largo de Chile de forma relativamente ho- Atacama (2015).
mogénea en el tiempo. Por otro lado, cabe

Figura N° 1
Población afectada en desastres socionaturales desde 1906

Fuente: Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile (n.d.);


EM-DAT (2014); INE (2005); Maddison (2010); U.S. Bureau of Labor Statis-
tic (2014); World Bank (2012).

En relación con las pérdidas materiales, las cuales se concentran en daños relativos
en el mismo período de tiempo se alcanzaron a terremotos y tsunamis. Cabe señalar que, a
70.800 millones de dólares (actualizados a pesar que durante este período se promedia
valores del 2013) en daños –equivalentes al un sismo de magnitud 7 o superíor cada cin-
70% del PIB de la Región Metropolitana del co años, a partir de 1971 el promedio de las
año 2012 (Banco Central de Chile, 2013)–, pérdidas materiales baja considerablemente,
tal como se puede ver en la Figura N° 2.

Figura N° 2
Pérdidas materiales en millones de dólares desde 1906

Fuente: Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile (n.d.); EM-


DAT (2014); INE (2005); Maddison (2010); U.S. Bureau of Labor Statistic
(2014); World Bank (2012)
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Tal como se puede observar en la Figura antrópicas al ambiente. En este sentido, la


N° 1 y N° 2, y con más detalle en el Cuadro vulnerabilidad socioeconómica es clave para
N° 1, los principales desastres de origen na- comprender las causas de los desastres, y en-
tural de este último siglo son generados por tender que las consecuencias de estos, no son
terremotos y tsunamis, con 24 eventos que homogéneas, sino que se distribuyen según
generaron el 99% de las pérdidas humanas las condiciones de vulnerabilidad (Campos,
y materiales. Dentro de los eventos más sig- 2015).
nificativos para la población y la economía
del país se destacan el terremoto de Chillán La Estrategia Internacional para la Reduc-
de 1939, que originó pérdidas iguales al 55% ción de Desastres de la ONU (2010) señala
del PIB de Chile en ese año; el terremoto de que para poder reducir de forma efectiva el
Valparaíso de 1906, que alcanzó un 17% del riesgo de desastre, la gestión del riesgo como
PIB en daños; y el terremoto del Maule 2010, proceso político-social es fundamental, ya
con daños por un 14% del PIB. que mediante un conjunto de instrumentos,
estrategias, políticas y mecanismos de inter-
Dichos eventos físicos, que aparentan ser vención, se pueden enfrentar los distintos fac-
naturales, en su esencia son creados por la tores de riesgo. Dicha gestión tiene dos pun-
intervención humana, ya que se gestan en la tos de referencia temporal, los cuales tienen
intersección de las actividades de la sociedad implicancias sociales, económicas y políticas
moderna, como la deforestación, los cambios totalmente distintas. La primera referencia es
en los patrones de uso del suelo y otros pro- aquella que enfrenta a los factores de riesgo
cesos sociales (Romero et al., 2010), con los ya existentes, con ejemplos de sobra a lo
procesos propios de la naturaleza, creando largo de Chile. El segundo referente es el que
y/o ampliando las condiciones de riesgo. Es habla del riesgo futuro, aquel que la sociedad
por esta razón que se les denomina riesgos construirá al promover nuevas inversiones en
socionaturales (Lavell, 2000). infraestructura, producción, asentamientos
humanos, etc. (Lavell, 2001). Todo esto decla-
En efecto, desde la década de los ochenta ra la existencia de dos tiempos para la gestión
se han venido desarrollando distintos enfo- del riesgo: la gestión correctiva o compensa-
ques para entender los riesgos y desastres toria y la prospectiva.
en América Latina desde una perspectiva
más social. Cardona (2001) define el riesgo La gestión correctiva o compensatoria tie-
como el potencial de pérdidas que pueden ne que ver con el enfrentamiento de las ame-
ocurrirle al sujeto o sistema expuesto, resul- nazas, mitigando las posible pérdidas sociales
tado de la convolución de la amenaza y la a través de preparativos, atención, sistemas
vulnerabilidad. En donde la “convolución” de alerta temprana, entre otros; y atenuan-
–como concepto matemático– se refiere a la do las pérdidas económicas con obras de
concomitancia y mutuo condicionamiento, mitigación, seguros, protección ambiental,
de la amenaza y la vulnerabilidad. Es decir, sistemas de alerta temprana agrícolas, y ges-
no se puede ser vulnerable si no existe una tión ambiental. En esta etapa la atención de
condición de amenaza, y no se está expuesto la emergencia, en la medida en que gestione
si no se es vulnerable a la acción potencial exitosamente el riesgo, puede convertirse en
que representa dicha amenaza. Así, pocos una oportunidad para el desarrollo, en un
analistas se centran hoy en día en la idea de puente con el desarrollo sostenible (Lavell,
que la magnitud, intensidad o duración de los 2001; ONU-EIRD Las Americas, 2010).
eventos físicos explican por sí solo el nivel de
daño sufrido ante una amenaza. La tendencia La gestión prospectiva hace referencia a
ha sido la de encontrar una explicación en la gestión de riesgos futuros, los cuales bus-
el conjunto de las condiciones económicas, can normar y/o controlar nuevos desarrollos
sociales y ambientales existentes, lo cual mediante la planificación e inversión pública,
confirma la necesidad de enfrentar estas con- específicamente con herramientas como el
diciones de riesgo de forma íntegra, afrontan- ordenamiento territorial, la planificación del
do todos sus factores por igual (Calvo, 2014). desarrollo, la planificación sectorial y plani-
Los riesgos, entonces, son construcciones ficación financiera, las cuales se proyectan a
sociales, derivadas de las modificaciones futuro para la evitar la creación o recreación
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OPORTUNIDADES DE GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRE

de nuevos riesgos (ONU-EIRD Las Américas, ciudades, como, por ejemplo, Concepción
2010). tras el evento del 25 de mayo de 1751 y
Chillán luego de la catástrofe de 1835. Más
Es en este punto donde se requiere de una recientemente se ha respondido a través del
voluntad política y de un alto grado de con- estudio de los fenómenos sísmicos con la
ciencia y compromiso con la reducción del creación del Instituto Sismológico de Chile y
riesgo por parte de todos los actores sociales del mejoramiento de los materiales de edi-
(Lavell, 2001;). Participación que es enfatiza- ficación (Poirier, 2015). Tras el terremoto de
da por la UNISDR en el Marco de Acción de 1906, el ingeniero civil Hormidas Henríquez
Hyogo (ONU, 2005), actualizado por el Mar- señaló la urgente necesidad de mejorar los
co de Sendai de 2015 (ONU, 2015), donde se materiales de construcción y utilizar el “con-
subraya la importancia que cada Estado tiene, creto armado” al que consideraba “el mate-
en cuanto a “la responsabilidad de perseguir rial del futuro” (Henríquez, 1907). En 1929,
su propio desarrollo sostenible adoptando como consecuencia del devastador terremoto
medidas eficaces para reducir los riesgos de de Talca de 1928, se aprobó la Ley Nº 4.563
desastre, en particular para la protección de sobre Construcciones Asísmicas, que estable-
la población que se halla en su territorío, ció que “las municipalidades que cuenten
la infraestructura y otros bienes nacionales dentro de su territorío con una ciudad de más
contra el impacto de los desastres”. En espe- de veinte mil habitantes, someterán al Ejecu-
cífico, el Estado como ente planificador del tivo, dentro del plazo de seis meses, un ante-
territorío, tiene atribuciones ya que los planes proyecto de transformación de esas ciudades.
de ordenamiento territorial se constituyen Sobre la base de este anteproyecto, el Presi-
como una herramienta útil para definir el dente de la República ordenará confeccio-
tratamiento idóneo de las áreas expuestas a nar un proyecto definitivo, el cual, una vez
amenazas, dado que la ubicación de estas es aprobado, servirá para dar las líneas de edifi-
el factor clave que determina el nivel de ries- cación” (Arenas et al., 2010). Esta normativa
go asociado a un peligro dado (ONU, 2001). sirvió de base para la promulgación de una
Ley y Ordenanza General de Construcciones
Revisión histórica de las y Urbanización que finalmente fue aprobada
en 1935. Este cuerpo legal institucionalizó
respuestas a las amenazas las primeras normas de diseño y construcción
naturales en Chile antisísmicas en Chile y sentó las bases para el
diseño de los primeros planes reguladores de
Hasta el día de hoy la primera reacción uso del suelo de las ciudades chilenas.
ante los desastres ha sido refugiarse en la
religión y la fe. En el pasado se consideraba Es probablemente la primera norma en el
que las catástrofes eran un castigo divino mundo que tiene conceptos de diseño basa-
causado por la ira de Dios ante los pecados dos en teorías dinámicas, espectros de acele-
humanos por lo que la oración y la piedad ración y consideración de las características
podían atenuar sus efectos destructivos o al del suelo y fundación. Tenía disposiciones
menos calmar los espíritus y miedos. Así, administrativas para regular el ejercicio profe-
por ejemplo, el historiador Benjamín Vicuña sional y asegurar el control independiente de
Mackenna indica que el terremoto de 1647, los proyectos y las obras. Luego del terremoto
denominado “el terremoto magno”, aterró a de 1939, se iniciaron estudios para modificar
la muchedumbre y morigeró no pocos de sus la normativa, los cuales concluyeron en 1949
hábitos licenciosos, alteró visiblemente la con la aprobación de una nueva ordenanza.
arquitectura de la ciudad, imprimió el espí- En 1972, se aprobó la norma chilena N°433,
ritu religioso característico de la sociedad de de cálculo antisísmico de edifi cios, basada
Santiago en la segunda mitad del siglo XVII y en la observación de los terremotos de las
originó la procesión del Señor de Mayo, que Melosas en 1958, Valdivia en 1960 y la Ligua
hasta el día de hoy se realiza en las calles de en 1965.
Santiago (Vicuña Mackenna, 1926).
A partir de 1976 y 1979, la eliminación
Otra respuesta a terremotos y tsunamis, de los controles de los colegios profesiona-
más racional, ha sido la relocalización de les y de los municipios sobre el ejercicio de
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la ingeniería, además del sistema “llave en aislación sísmica. Después del terremoto del
mano”, permitió una acción más libre de las 2010 nuevamente se ha revisado y actuali-
empresas constructoras. En 1986, Elías Arze zado nuevamente la NCH433, para añadir
indicaba que se habían originado prácticas mayores niveles de exigencias, sobre todo
nocivas tras la eliminación del control inde- respecto de la clasificación de suelos (Sáenz,
pendiente de los proyectos por las munici- 2012).
palidades, que desde entonces se limitaban a
recibir y archivar documentos. Por otra parte, En relación a la amenaza de tsunami, el
el sistema “llave en mano” había creado un Ministerío de Vivienda y Urbanismo publicó
mercado de proyectistas contratados por los la NTM007, establecida mediante Res. Ex.
constructores, los cuales debían competir por N° 8952, de fecha 5/12/2011. Se trata de una
mejorar las utilidades. El problema era que norma técnica sobre diseño estructural para
el uso indiscriminado de la competencia en áreas de riesgo, pero es una norma indicativa
base a honoraríos terminaba por asignar el que no es obligatoria de cumplir, es decir,
proyecto al profesional que cobraba menos o una parte de la gestión del riesgo de tsunami
que garantizaba menores costos, reduciendo continúa esperando en Chile un marco jurídi-
el consumo de fierro redondo por metro cua- co normativo.
drado por ejemplo (Arze, 1986).
Las erupciones volcánicas ya se encuen-
En cuanto a la fi scalización, a pesar de tran descritas en los trabajos de los naturalis-
las atribuciones de la Dirección de Obras tas decimonónicos. A partir de la década de
Municipales, con la instauración de revisores 1960 se han editado innumerables publica-
independientes y de revisores de proyectos de ciones que han permitido identificar diversas
cálculo estructural, el Estado chileno había zonas de riesgo volcánico, caracterizar los
abdicado de su rol fiscalizador en materia procesos eruptivos, las condiciones tectó-
de construcción bajo el supuesto de que el nicas y magmáticas que los controlan, su
sector privado se tenía que hacer responsable evolución geológica, permitiendo establecer
de sus actos. La ley señalaba que el primer la historia eruptiva y los ciclos de activida-
vendedor, inmobiliaria o constructora, debía des de diferentes volcanes. El 2 de marzo de
garantizar por diez años la edificación vendi- 1964, por ejemplo, el volcán Villarrica entró
da. Sin embargo, los arquitectos proyectistas, en actividad provocando una violenta erup-
ingenieros calculistas, arquitectos revisores ción que costó la vida de veintidós personas
independientes, constructores, jefes de obras y arrasó con el poblado de Coñaripe, el cual
e inspectores técnicos no tenían por obliga- fue fundado nuevamente unos mil metros
ción certificar que la construcción se hiciese más al sudeste del pueblo antiguo. Santiago
de manera correcta por lo que muchas veces es también una ciudad altamente vulnerable
establecían relaciones de clientelismo con pues se localiza a los pies de los centros
las empresas. Sin fiscalización y sin respon- eruptivos activos del Tupungato-Tupungatito,
sabilidades claramente establecidas la norma San José-Marmolejo y Maipo-Diamante. El 29
bien podía quedar en letra muerta (Arze, de noviembre de 1987 la activación del vol-
1986). Con todo, se puede señalar que las cán Tupungatito provocó la avalancha del río
construcciones modernas han resistido bien Parraguirre-Colorado que generó importantes
los últimos terremotos primando más bien la daños materiales y la muerte de cuarenta y
responsabilidad, aun cuando no han faltado tres personas (Urrutia, 1993). Desde entonces
las fallas humanas y también los seres ines- han ocurrido diversas erupciones entre las
crupulosos que eluden la normativa. que destacan la de los volcanes Lonquimay,
Hudson, Chaitén, y recientemente del Villa-
En 1996 se actualizó la norma NCH433 rrica y el Calbuco (2015). En este contexto,
de diseño sísmico a partir de la experien- se creó del Servicio Nacional de Geología y
cia adquirida en los terremotos de 1985 en Minería que desde 1996, entre otras labores,
la zona central y 1995 en Antofagasta. El trabaja elaborando cartas que incluyen la
2003 se oficializaron las normas técnicas actividad volcánica histórica, probabilidad
NCH2369 de diseño sísmico de estructuras de ocurrencia y trayectoria crítica de diversos
e instalaciones industriales y la NCH2745 volcanes de Chile, y estableciendo un sistema
de análisis y diseño sísmico de edificios con de monitoreo volcánico con el objetivo de
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OPORTUNIDADES DE GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRE

anticiparse a los eventos y decretar la evacua- Normal - Providencia. Las inundaciones de


ción de los habitantes en riesgo. 1982 dieron un nuevo impulso a las obras
completándose diez kilómetros más. Estas
En relación a las amenazas provenien- obras en todo caso no garantizan que el Ma-
tes de eventos climáticos extremos como pocho no se desborde pues están proyectadas
sequías, inundaciones y aludes, y dada la para resistir crecidas de hasta 1.200 metros
estrecha relación de los asentamientos hu- cúbicos por segundo, las cuales podrían ser
manos con los ríos o más bien torrentes del sobrepasadas una vez cada cien años.
territorío nacional, tanto los ciclos húmedos
como los ciclos secos han tenido conse- Respecto de la amenaza de sequías,
cuencias catastróficas para la población. En en 1726, el gobernador Gabriel del Cano
la zona central del país, donde se ubica la Aponte propuso la idea de construir un canal
mayoría de la población, la concentración que uniese el río Maipo con el Mapocho.
de las lluvias en períodos cortos de tiempo y El proyecto fue replanteado por Ambrosio
las fuertes pendientes cordilleranas favorecen O’Higgins e inaugurado un siglo después
los desbordes de ríos y canales, además de de la propuesta de Cano Aponte, irrigando
los deslizamientos de tierra. Desde 1912 a de este modo el agreste y árido valle que
1985, solamente los deslizamientos habrían separaba ambos caudales. En el siglo XIX
signifi cado aproximadamente 989 muertos, se iniciaron una serie de proyectos privados
888 heridos, 4.031 familias damnificadas, con el objetivo de ampliar las zonas irriga-
1.500 animales muertos, 285 casas dañadas das y responder a las crecientes demandas
y un número indeterminado de terraplenes, de productos agrícolas. Así se construyeron
caminos y vías de comunicación cortados los canales Waddington en el Aconcagua y
(Espinoza et al., 1985). Buzeta en el Choapa, además de los cana-
les Pirque, Espejo, Ochagavía, Santa Rita,
Además de las rogativas por el cese de las Viluco, Paine, Quinta, Culiprán y Puangue
lluvias o bien por su muy deseada llegada, en el río Maipo. Las Mercedes y Mallarauco
las respuestas institucionales a las amenazas en el Mapocho. Lucano, Nuevo Cachapoal,
asociadas a fenómenos hidrometeorológicos Comunidad, Codao - Las Cabras, Almahue
están relacionadas con la construcción de y Pichidegua en el río Cachapoal. La Punta,
obras físicas de infraestructura, tales como Común, Chimbarongo y Huique en el río Tin-
trabajos de defensa fluvial o bien canales, guiririca. Población y Santa Cruz en el estero
represas y estanques de regadío. Un ejem- Chimbarongo. Purísima, Cumpeo y Pelarco
plo es la ciudad de Santiago y el Mapocho. en el río Lontué. Además de Duao-Zapata,
Transformado en el “azote de la ciudad”, el Morro y Colbún en el río Maule. A fines
pronto los gobiernos coloniales debieron del siglo XIX y principios del siglo XX, se ini-
ocuparse de las inundaciones de Santiago. En ciaron algunas iniciativas estatales como la
1609, el gobernador García Ramón ordenó al ejecución de obras en Laguna del Huasco y
agrimensor Ginés de Lillo la construcción de la construcción de los canales Mauco, Maule,
tajamares con el objetivo de evitar los con- Melado y Laja. En 1929 se aprobó la Ley Ge-
tinuos desbordes del Mapocho. En 1662, se neral de Regadío que emprendió un Plan Ex-
aprobó un Impuesto de Tajamares con el ob- traordinarío de Obras de Riego que incorporó
jetivo de mantener y reparar estas obras. Los hasta 1969 un total de 303.827 hectáreas. En
tajamares de Lillo fueron destruidos por las la década de los setenta del siglo XX la inver-
inundaciones del 30 de abril de 1748. Fue- sión de la Dirección de Riego del Ministerío
ron reconstruidos por el gobernador Ortiz de de Obras Públicas estuvo determinada por la
Rosas y destruidos nuevamente en 1783. Una necesidad de concluir con las obras iniciadas
década después se reconstruyeron por inicia- durante los gobiernos anteríores y en la de los
tiva de Ambrosio O’Higgins y Joaquín Toesca. ochenta en la reparación de las obras de rie-
Fueron destruidos nuevamente en 1877. A go existentes. La ley N°18.450 de octubre de
fines del siglo XIX se iniciaron nuevas obras 1985 fijó normas e incentivos para el fomento
de contención del río (Castillo, 2014). Hasta a la inversión privada en obras de riego y dre-
1980, a pesar del crecimiento en extensión naje, estableciendo un subsidio de hasta un
de Santiago, solo se habían construido cinco 75% a las obras particulares que postulasen
quilómetros de tajamares en el tramo Quinta a los fondos estatales. Esta legislación inhibió
16 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

al Estado de la iniciativa de proyectar obras Más importante fue el Decreto Ley 701 de
mayores de riego al traspasar la iniciativa y 1974 que bonificó con un 75% de los costos
el financiamiento al sector privado (Peralta, a los privados que emprendiesen proyectos
1989). de forestación. Esta política logró cubrir en
17 años un millón setecientas mil hectáreas
Por otra parte, el Código de Aguas publi- en su gran mayoría con la especie pino insig-
cado en el Diarío Ofi cial el 29 de octubre ne o radiata. El notable avance de las planta-
de 1981 y el DFL N° 1.123, publicado en ciones de pino inició un intenso debate sobre
el Diarío Oficial del 21 de diciembre de el manejo de las cuencas hidrográficas en el
1981, estableció normas sobre la ejecución país, pues mientras el sector productivo veía
de obras de riego y transformó el derecho control de la erosión y emisión de oxígeno,
de aprovechamiento, de ser un derecho real los grupos ecologistas evidenciaban el dese-
administrativo y esencialmente caducable, en camiento de las vertientes, la pérdida de bio-
un derecho civil, prácticamente sin limitación diversidad, la acidificación de suelos y la ex-
en términos de su utilización, posible de ser pulsión de la población rural (Camus, 2006).
enajenado e hipotecado, independiente del
contexto en que se hallaba inserto o del uso La cuestión institucional y los
al que estuviera originalmente destinado. Em-
presas y particulares han hecho utilización de desafíos del ordenamiento
estas posibilidades que otorga la ley concen- territorial
trando en sus manos parte importante de los
derechos sobre las aguas de los ríos de Chile. La regulación del uso del suelo cumple un
Esta forma de tenencia ha introducido serias rol fundamental en la reducción del riesgo de
restricciones al momento de definir y acordar desastre. Diferentes normas lo abordan. Sin
príoridades y alternativas de utilización de los embargo, la principal es la Ley y Ordenanza
recursos hídricos. Por otra parte, es evidente General de Urbanismo y Construcciones,
que la falta de coordinación del sinnúmero Decretos Supremos 458 y 47, cuya reglamen-
de entidades públicas y privadas que tienen tación y fiscalización es responsabilidad del
algún tipo de tuición o injerencia sobre las Ministerío de Vivienda y Urbanismo. Esta Ley
cuencas hidrográficas y los cauces de los ríos establece los Instrumentos de Planifi cación
impide una gestión sustentable del recurso. Territorial, que en su elaboración exigen estu-
Los cauces de los ríos al ser terreno de mu- dios fundados de riesgo, los que dependiendo
chos se han transformado en terrenos de na- de la peligrosidad de determinados agentes
die, donde más que una gestión integrada se naturales, deben proponer zonas no edifica-
suman acciones parciales que sin considerar bles o áreas de riesgo. Sin embargo, la rea-
debidamente sus impactos multiplican y mal- lidad demuestra un conjunto de dificultades
gastan los esfuerzos, y, además, sobreexplo- que no han permitido implementar de forma
tan el recurso. adecuada el factor riesgo en la planificación
territorial de Chile. Principalmente destaca
A nivel de uso de suelo y amenazas es la falta de voluntad, recursos y personal ca-
interesante señalar también que el ciclo de pacitado, capaz de solicitar y revisar estudios
exportación de trigo del agro chileno, que adecuados para la escala urbana. La conse-
se extendió aproximadamente desde media- cuencia es que hoy existen numerosos asen-
dos del siglo XIX hasta la Gran Depresión tamientos humanos expuestos a un conjunto
de 1929, originó intensos procesos erosivos de peligros potenciales (Lagos, 2010).
y probablemente un aumento de las inunda-
ciones y de los cambios en las desemboca- Adicionalmente, hay normas generales de
duras de los ríos y en los espacios litorales ordenamiento territorial, las que sin contem-
originados por la ampliación de la frontera plar instrumentos de planifi cación, regulan
agrícola y el denudamiento de los suelos de directamente la gestión del territorío a través
bosque nativo. Como un modo de detener de ciertos organismos. En el caso específico
estos procesos se incentivó la forestación de del ordenamiento territorial de uno de los
los suelos del país, por ejemplo, a través de espacios más frágiles en el caso chileno, el
la ley de bosques de 1931 que eximió de costero, la Ley de Concesiones Marítimas,
impuestos territoriales a los suelos forestados. sin establecer una planificación para el otor-
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OPORTUNIDADES DE GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRE

gamiento de tales concesiones, regula la de desastre, debiera tener un carácter trans-


forma y requisitos para dicho otorgamiento, versal. Actualmente no lo tiene generando
mediante decreto supremo emitido por la problemas de coordinación y de coherencia
Subsecretaría de Marina. Además existen a la en el uso del territorío. En este contexto, la
vez una serie de otras normativas sectoriales planificación territorial y la gestión de la
que regulan los requisitos para la instalación vulnerabilidad a las amenazas naturales se ve
y el ejercicio de actividades específicas sobre complicada por la baja articulación entre los
el suelo o la explotación de este por parte de distintos sectores que interactúan y la poca
personas determinadas, como es el caso del claridad en cuanto a las responsabilidades
Código de Minería, el Código de Aguas, la institucionales por niveles de intervención.
Ley de Navegación, la Ley General de Pesca
y Acuicultura, el Reglamento de Deportes Con todo, el conocimiento sistemático y
Náuticos, entre muchas otras. sistematizado, y la posible aplicación de la
vasta legislación con incidencia territorial
El mapa de las responsabilidades ins- existente, representan a la vez una oportuni-
titucionales que existe para la creación y dad de gestión y de reducción de riesgo de
ejecución de instrumentos de planifi cación desastres, puesto que las decisiones en torno
territorial, no contribuye a facilitar las cosas. al desarrollo territorial y a la localización
La administración pública, en general, está del equipamiento, de la infraestructura y
constituida por servicios públicos que se cla- otras áreas urbanas pueden ser debidamente
sifican como centralizados, los que dependen respaldadas y apoyadas por los marcos
directamente de la administración del Estado jurídicos y normativos existentes.
(ministeríos y servicios públicos generales), y
descentralizados, los que legalmente consti- Una planificación que incorpore lo jurí-
tuyen personas jurídicas distintas del Estado dico y normativo que rige lo sectorial, como
y cuentan con patrimonio propio, sin per- los cementeríos, las industrias, los vertederos,
juicio de lo cual sus políticas generales son las urbanizaciones, legítima legal e institu-
definidas también por el poder central. Los cionalmente la evaluación de la localización
organismos centralizados, para llevar a cabo de infraestructura ordenadora del espacio ur-
sus funciones en todo el territorío nacional se bano en el corto, mediano y largo plazo. Así,
subdividen territorialmente a distintas escalas por ejemplo, la ubicación de los cementeríos
(regional, provincial y comunal), denominan- condiciona la localización de infraestructuras
do a tales reparticiones, servicios desconcen- de servicios básicos, como tuberías de agua
trados. Lo anteríor representa una gran difi- potable y define el entorno inmediato como
cultad a la hora de establecer instrumentos una zona de desarrollo urbano restringido.
de planificación territorial, dado que ninguna Más que mirar la dispersión institucional
de las instituciones sectoriales es responsable de la gestión territorial y de la reducción de
globalmente del tema del ordenamiento del riesgo de desastre como un obstáculo debe
territorío. dimensionarse también que las instituciones y
los marcos jurídicos existentes, bien conoci-
En la situación actual, la planificación dos y aplicados en forma coordinada, pueden
del territorío en Chile no es integral sino más transformarse en una reserva instrumental con
bien de compartimentos estancos, de acuerdo un enorme potencial en la planificación y
con las disposiciones que dictan los organis- gestión de territorío y sus amenazas.
mos sectoriales, y sin que estas sean nece-
sariamente coordinadas. Los permisos am- La evidente complejidad de la gestión
bientales, por ejemplo, se limitan por ahora del territorío y de la reducción del riesgo de
a garantizar de manera exhaustiva, que cada desastre, dada por el grado de multisectoriali-
uno de los organismos sectoriales constate dad existente, no es más que la constatación
el cumplimiento de sus requisitos propios, de la manifestación del problema de la super-
no asegurando así el uso adecuado del suelo posición de funciones señalado. No, obstan-
en todas sus partes, sino que por segmentos te, en la medida que se conozca e incorpore
y por actividades también separadas que se el marco jurídico sectorial a la planificación
interfieren y superponen. La planificación territorial, este adquirirá una connotación de
territorial, que incluye la reducción de riesgo normativa técnica de necesaria consideración
18 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

a la hora de tomar decisiones de inversión en estancos con incidencia en la gestión del


infraestructura, equipamiento o urbanización, riesgo, generando así escenaríos e instrumen-
transformándose en importantes instrumen- tos de planificación y ordenamiento territorial
tos técnico jurídico ambientales. Existe un más allá de lo sectorial.
conjunto de leyes y decretos poco conoci-
dos o no utilizados cuya aplicación puede Actualmente existen diversos instrumen-
potenciar la gestión territorial integral y la tos jurídicos normativos sectoriales que,
reducción de riesgo de desastre. El conoci- incorporados a los procesos de planificación
miento y la correcta interpretación de las nor- y ordenamiento del territorío, pueden cons-
mativas con incidencia ambiental aplicables tituirse en instrumentos de gestión territorial
al desarrollo de los asentamientos humanos que eventualmente permitirían disminuir la
permitirían generar planes con mayor calidad vulnerabilidad de los asentamientos humanos
técnica y mayor legitimidad. ante las amenazas naturales. Es innegable
que la sola integración y aplicación de la
Conclusiones normativa con incidencia territorial existente
actualmente, constituiría un avance en la pla-
Entre los desafíos más importantes para nificación y el ordenamiento del territorío y,
Chile en los tiempos que vienen, se en- en consecuencia, en la reducción del riesgo
cuentra el tema de la adaptación fina de las de desastre.
formas de ocupación del espacio a las condi-
ciones geográficas permanentes del país, esto Es probable que el exagerado rol entrega-
es, dando cuenta de las distintas amenazas do al mercado en las últimas décadas, como
naturales y reduciendo el riesgo de desastres. prácticamente único “asignador” de recursos
en el territorío –por encima de cualquier otra
Del análisis retrospectivo de las princi- consideración ligada a criteríos de planifica-
pales iniciativas impulsadas en Chile para ción territorial–, sea lo que explique por qué
mejorar la gestión del riesgo de desastres, de- muchos de los asentamientos humanos y de
rivado de las amenazas naturales que afectan las instalaciones de infraestructura crítica,
al país, se puede observar que una parte muy presentan niveles de vulnerabilidad impor-
importante corresponde a medidas de ca- tantes frente a ciertas amenazas naturales. Lo
rácter reactivo frente a las catástrofes y, más anteríor pone en evidencia la necesidad de
recientemente, que el Estado se ha desligado discutir criteríos de localización para ciertas
de ciertas tareas, al disminuir, por ejemplo, actividades o discutir sobre cuáles son los
su participación en la construcción de obras sitios más adecuados para instalar actividades
de riego mayores, al traspasar al sector pri- o infraestructuras consideradas críticas. La
vado una serie de atribuciones relacionadas tarea queda planteada.
con la gestión y el uso de bienes comunes
vitales como el agua, o también al relajar o Referencias bibliográficas
disminuir los mecanismos de fiscalización del
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