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EL DERECHO INTERNACIONAL EN LA CULTURA INDIA

EL DERECHO INTERNACIONAL:

El derecho internacional está formado por las normas jurídicas internacionales que
regulan las leyes de los Estados. Los acuerdos y tratados internacionales, las notas
diplomáticas, las enmiendas y los protocolos forman parte de esta rama del derecho.

El antecedente más remoto de un acuerdo de derecho internacional tuvo lugar en el


3.200 a. C, cuando las ciudades caldeas de Lagash y Umma acordaron la delimitación de
sus fronteras después de una guerra. A nivel general, el derecho internacional siempre ha
estado enfocado a la preservación de la paz y a evitar el estallido de conflictos bélicos.

EN LA CULTURA INDIA:

En la antigua India, las normas de los conflictos armados se basaban en el principio de


humanidad. En los antiguos textos hindúes se aceptaba claramente la distinción entre
objetivos militares, que podían ser atacados, y las personas y los bienes no militares, que
no podían ser objeto de ataque. De modo que la guerra estaba limitada, en gran medida,
a los combatientes, y sólo las fuerzas armadas eran objetivos legítimos. No se permitía
destruir ciudades ni aldeas durante la guerra.

Fuentes del hinduismo

El hinduismo es un modo de vida, un Dharma . El término Dharma deriva del sánscrito "
dhri ", que significa " mantener unidos " . Quienes profesan el Dharma hindú y procuran
seguirlo se guían por normas, acciones, conocimientos y obligaciones de índole
espiritual, social, jurídica y moral, las cuales sustentan la unión del género humano.
Dharma no significa religión: es la ley que gobierna todas las acciones. El Dharma hindú
también se conoce bajo otros nombres, como el Dharma Sanatan ( Sanatan significa
eterno y omnipresente) y el Dharma védico ( Dharma basado en los Vedas . La religión
hindú no sólo consiste en normas que abarcan los derechos y los deberes de los reyes y
los guerreros, sino que también proporciona normas de Desa Dharma que rigen las
relaciones entre Estados.

El hinduismo y la guerra

En la antigua India, puesto que se comprendía la importancia y la necesidad de disponer


de una fuerza militar permanente, se mantuvo, consiguientemente, una milicia
permanente para luchar contra toda oposición y agresión. Así pues, las fuerzas armadas
se mantenían también en tiempo de paz. Es interesante señalar que era de aceptación
general que, antes de recurrir a la fuerza armada, se debían agotar los medios pacíficos.
En la antigua India, se desarrolló un método en cuatro etapas sucesivas para la solución
de controversias entre Estados: la primera etapa se llama negociación pacífica ( sama );
la segunda consiste en ofrecer obsequios ( dana ) para apaciguar al enemigo; la tercera
es una amenaza velada ( bheda ); y la última permite el uso de la fuerza ( danda ) . Así
pues, no cabe duda de que, cuando puede evitarse, no es de desear el enfrentamiento de
las armas en el campo de batalla. Antes de iniciar una guerra, debería intentarse la
política de conciliación y obsequios.

La guerra se hacía para obtener ventajas o para vengar a un aliado, y se partía del
principio de que todo vecino es un enemigo de potencia “El rey ha de considerar como
enemigo a todo príncipe vecino y a los aliados de este”.

Una vez iniciadas las hostilidades el ejército avanza cuya vanguardia está formada por
espías, la ley enumera 5 clases de espías indispensables en cualquier campaña.

Los espías eran los siguientes “Los jóvenes audaces y listos, los falsos anacoretas, los
labradores sin fortuna, los mercaderes arruinados, y los estudiantes del veda”, la misión
de los mismos consistía en atraer a sus partidos a los del mando contrario, tales como los
parientes del príncipe enemigo, que tengan pretensiones al trono o como los ministros
disgustados. Con sus sobornos, intrigas y negociaciones lograban muchas veces la
victoria.

Cuando la diplomacia y el espionaje fracasaban se debía llevar una lucha sin cuartel. El
manu establece que todo debe ser destruido hasta vencer.

La ley establece la actitud que debe adoptar con el vencido y en este terreno se atiende a
principios de clara justicia. Impone en primer término el respeto y la consideración a los
dioses y autoridades vencidas. El libro siete establece: El rey debe hacer respetar la ley
del país conquistador tal como haya sido promulgadas; las costumbres locales de las
tribus son sagradas. El rey vencedor será objeto de regalo junto a sus ministros ya que el
propósito de ganar una guerra da la posibilidad de ganar un amigo.

El guerrero luchaba más por un concepto de deber hacia su soberano que tiene una real
vocación.

Tipos de guerra en la antigua India

En los Dharma Sastras y los relatos épicos, se reconocían dos tipos de guerra: Dharma
Yuddha (guerra justa) y Adharma Yuddha (guerra injusta). La Adharma Yuddha se
conocía también como Kutta Yuddha .

Los escritores de la antigua India mencionaban varias causas de guerra, que pueden
clasificarse en cuatro categorías generales:
 El deseo de mantener el poder imperial, a través de la agresión o de los modos
permitidos.
 La preservación de uno mismo.
 La conservación del equilibrio de poder.
 La prevención por un monarca de la opresión de su pueblo.

El robo de una esposa también era una causa de guerra. Por ejemplo, en la epopeya
Ramayana , el rapto de la esposa de Rama, perpetrado por Ravana, es la razón por la
que se libra la guerra.

Según el Dharma Yuddha (guerra justa), el guerrero está moralmente obligado a cumplir
su deber sin pensar en una posible recompensa. Esa sola exhortación abarca para
siempre todo el fundamento de la ética militar, y su importancia universal actualmente
sigue intacta en India. La filosofía de la Dharma Yuddha ha servido de inspiración a
muchos grandes a lo largo de la historia de India. Antaño, se acostumbraba declarar una
guerra, y los poemas épicos Ramayana y Mahabharata subrayan la necesidad de hacerlo
en caso de guerra justa. La práctica de detener las hostilidades al atardecer y regresar al
campo respectivo para atender mejor a los heridos del día también data de tiempos
remotos.

EL REY EN LA GUERRA

El Manusmriti explica que los tres deberes de un rey eran " no retroceder ante la batalla,
proteger a las personas y estar al servicio de los brahmanes " . Si un rey es desafiado por
sus enemigos, sean iguales, superiores o inferiores a él, debe presentar batalla; no puede
evitarla, habida cuenta de las disposiciones del Kshaatra Dharma (religión de la clase
guerrera), que lo obligan a defenderse cuando es atacado. El Kshaatra Dharma le exige
encabezar el ataque contra los que amenazan la vida y el modo de vida de sus súbditos.
Además, le ordenan que sacrifique la propia vida, si es necesario, para proteger la vida
de los demás.

Según los consejos de Kautilya, es correcto librar una guerra contra un rey injusto que
carece de apoyo popular, pero es prudente evitar la guerra contra un rey justo cuyos
súbditos lucharán briosamente en su favor . Kautilya señaló también que cuando debe
decidirse a quién atacar, siempre es mejor atacar un reino injusto. Por ende, un rey
debería marchar sólo contra un enemigo cuyos súbditos estén descontentos. Si un rey
tiene la opción de atacar a un rey fuerte que es injusto o a un rey débil que es justo, en
realidad, debería atacar al rey fuerte, pues los súbditos de ese rey, hastiados de la
injusticia, no ayudarán a su gobernante e incluso podrán sumarse a la guerra que se libra
contra él.

Hinduismo y humanitarismo

Los orígenes del humanitarismo pueden rastrearse en la India antigua, donde el respeto
de las leyes de la guerra estaba profundamente arraigado en las fuerzas armadas. Esas
leyes antiguas, establecidas en el código de normas de Manu y sus Dharma Sastra (o
Manusmriti ), disponían sobre la conducta que los dirigentes debían adoptar respecto de
sus súbditos, incluidas, por ejemplo, la obligación de tratar a los vencidos con humanidad
y la prohibición de emplear armas envenenadas. El código de Manu aconseja al rey: "
cuando el rey luche contra sus adversarios en el campo de batalla, que no emplee armas
encubiertas (por madera), ni armas con lengüetas, o envenenadas, o cuyas puntas estén
ardiendo en fuego " [38] .

El rey, así luche él en persona o envíe a otros a luchar por él, debe garantizar que la
batalla sea un duelo honrado.

El código de Manu también proclama:

" que no ataque a nadie que (en el combate) haya ascendido a un promontorio, ni a un
eunuco, ni a nadie que (en súplica) junte las palmas de las manos, ni a nadie que huya
con el cabello ondeando al viento, ni a nadie que se siente ni a nadie que diga: " me
entrego " . Tampoco a nadie que esté durmiendo, que haya perdido su cota de mallas,
que esté desnudo, que esté desarmado o que observe sin participar en la batalla o que
esté luchando contra otro adversario " [

. “Un guerrero digno se supone que no ataca al enemigo dormido, o que ha perdido su
escudo o esta desarmado, o se ha dado a la huida.” Se da el respetar las plantaciones o
cultivos y a las moradas y a los propios cultivadores de la tierra.

Se otorgaba suma importancia a la distinción entre combatientes y no combatientes


durante la guerra. Según Manu:

" a menos que participen en la guerra, no se deberá dar muerte a quienes vayan a pie
por los caminos y no participen en el conflicto, los simples viajeros, quienes estén
comiendo y bebiendo o abocándose a sus actividades u ocupaciones especiales, los
diplomáticos en misión y, por supuesto, los brahmanes " .

El principio de distinción

Las leyes de la guerra en la antigua India establecían una clara distinción entre civiles y
beligerantes.
Por ejemplo, estaban estrictamente prohibidos los combates entre soldados montados y
no montados. Tampoco se permitían los combates entre guerreros con el rango de
oficiales y soldados de infantería, dado que aquellos por lo general estaban mejor
armados y entrenados que éstos. Estaba categóricamente prohibido atacar
colectivamente a un soldado solo y matar a un guerrero que estuviera temporalmente en
desventaja durante la batalla.

DHARMA ŚĀSTRA
Dharma śāstra es un género de textos sánscritos que hace referencia a
los śāstra (escritos sagrados hinduistas) relacionados con el dharma (el deber
religioso).

El voluminoso corpus textual de los Dharmasastra es producto de la tradición


brahmánica en la India y representa el sistema escolástico tan elaborado de esta
tradición. Debido a su sofisticada jurisprudencia, los Dharma-sastra fueron muy
tenidos en cuenta por los primeros administradores coloniales ingleses como ley de
administración del territorio para los hinduistas indios.

Desde entonces, ha ido de la mano con las leyes indias a pesar del hecho de que su
contenido tiene mucho más en común con la vida religiosa que con la ley. De hecho,
la separación entre religión y ley en el Dharma-sastra es completamente artificial.

El Dharma-sastra tiene una gran importancia como una de las primeras tradiciones
hindúes, como una fuente de derecho religioso que describe, en primer lugar la vida
del ideal de "padre/madre de familia" y en segundo, como símbolo de la suma de
conocimiento hindú sobre religión, ética y leyes.

Se considera las Leyes de Manu como uno de los más antiguos e importantes textos
dentro de este género.

CONTENIDO

La autoridad de los Dharma-sastra deriva de su referencia a los Vedas (himnos épico-


mitológicos), aunque son muy pocos los contenidos extraídos directamente de los
textos védicos. Los Dharma-shastra han sido dividido tradicionalmente en tres
grandes temas:

 achara: reglas de los rituales diarios, citas sobre los ciclos de la vida y
obligaciones para cada una de las castas.
 viavajara: procedimientos para resolver dudas sobre el dharma y normativa para
la ley de acuerdo con los 18 estándares de la ley hindú.

 praiaschita: expiaciones y castigos por la violación de las reglas del dharma

LAS LEYES DE MANU

“Las leyes de Manu” es la designación Inglesa aplicada comúnmente al "Manava


Dharma-sastra", un métrico compendio Sánscrito de las antiguas leyes y costumbres
sagradas mantenidas en la más alta reverencia por los adherentes ortodoxos del
Brahmanismo. Los propios Brahmanes atribuían a la obra origen divino y una remota
antigüedad. Su supuesto autor es Manu, el mítico sobreviviente del Diluvio y padre de
la raza humana, el maestro primitivo de los ritos y leyes sagrados, que disfruta ahora
en los cielos de la dignidad de una omnisciente deidad. Los versos de apertura de la
obra relatan cómo en tiempos antiguos se acercaron reverentemente a Manu diez
grandes sabios y le pidieron que les manifestara las sagradas leyes de las castas y
cómo él graciosamente accedió a su requerimiento haciendo que el erudito sabio
Bhrigu, a quien él había enseñado cuidadosamente enseñado los institutos métricos
de la ley sagrada, les entregara esta instrucción preciosa. La obra por lo tanto
pretende ser el dictado de Manu a través Bhrigu; y como Manu mismo las había
aprendido del auto-existente Brahma, su autoría se pretende divina. Esta pía creencia
Brahmánica con relación al origen divino de las “Leyes de Manu” no es naturalmente
compartida por los especialistas en estudios Orientales del mundo occidental. Aún la
bastante remota fecha asignada a la obra por Sir Willam Jones, 1200-500 A.C., ha
sido generalmente abandonada. El peso de la autoridad en el presente se inclina por
la opinión de que el trabajo, en su forma métrica actual, data probablemente del
primer o segundo siglo de la era Cristiana, aunque podría ser un siglo o dos más
viejo. A la mayoría de sus contenidos, sin embargo, se le podría dar con seguridad
una mucha mayor antigüedad. Los estudiosos están ahora bastante de acuerdo en
que la obra es una reformulación en verso de una “Dharma-sutra”, que no existe más,
y que podría haber existido tan tempranamente como en 500 A.C.

Los sutras eran manuales compuestos por los maestros de las escuelas Védicas para
guía de sus alumnos. Ellos resumían en aforismos, mas o menos metódicamente
arreglados, la enormemente complicada masa de reglas, leyes, costumbres, ritos, que
el Brahmán estudiante tenía que saber de memoria. Cada escuela Védica de
importancia tenía sus apropiados sutras, entre los cuales estaban los "Grihya-sutras",
que tenían que ver con las ceremonias domésticas, y los "Dharma-sutras", que
trataban de las leyes y costumbres sagradas. Un considerable número de estos han
sido preservados, y forman parte de la literatura sagrada Brahmanica. En el curso del
tiempo, algunas de los más antiguos y populares "Dharma-sutras" fueron ampliados
en sus alcances y llevados a una forma métrica constituyendo los así llamados
“Dharna-sastras”. De estos el más antiguo y el más famoso es las “Leyes de Manu”,
el "Manava Dharma-sastra", llamado así según piensan los estudiosos, debido a que
esta basado en el "Dharma-sutra" de la antigua escuela Manava. La asociación del
sutra original con el nombre Manava parece haber sugerido el mito de que Manu fue
su autor, y este mito, incorporado en el métrico "Dharma-sastra", probablemente tuvo
la utilidad de asegurar al nuevo trabajo aceptación universal como un libro de
revelación divina.

Las “leyes de Manu” consiten en 2648 vesrsos, divididos en doce capítulos. En el


primer capitulo es relatada la creación del mundo mediante una serie de emanaciones
de una deidad auto existente, el origen mítico del libro mismo, y la gran ventaja
espiritual a ganar mediante el estudio devoto de sus contenidos. Los capítulos dos a
seis inclusive relatan el modo de vida y la regulación de la conducta apropiada a los
miembros de las tres castas superiores, que han sido iniciados in la religión
Brahmánica mediante la ceremonia de remoción de los pecados conocida como la
investidura con la cuerda sagrada. Primero es descripto el período de estudiante, un
tiempo de disciplina ascética dedicada al estudio de los Vedas bajo un maestro
Brahmán. Luego son recitadas las principales obligaciones del dueño de casa, su
elección de una esposa, casamiento, el mantenimiento del fuego sagrado, sacrificios
a los dioses, fiestas para sus familiares que partieron, ejercicio de la hospitalidad.
También las numerosas restricciones, regulando su conducta diaria, son discutidas en
detalle especialmente en lo relativo a su ropa, comida, relaciones conyugales, y
limpieza ceremonial. Después de esto viene la descripción del tipo de vida exigida a
aquellos que eligen pasar sus años de declinación como ermitaños y ascéticos. El
séptimo capítulo da cuenta de la dignidad divina y de las diversas obligaciones y
responsabilidades de los reyes, ofreciendo en conjunto un alto ideal del oficio real. El
capítulo octavo trata del procedimiento en los pleitos civiles y criminales y del castigo
apropiado que deberán enfrentar las diferentes clases de criminales. Los siguientes
dos capítulos hacen conocer las costumbres y leyes que gobiernan el divorcio, la
herencia, los derechos de propiedad, las ocupaciones legales de cada casta. El
capítulo once se ocupa principalmente de los varios tipos de penitencia a que deben
someterse aquellos que quieren liberarse de las malignas consecuencias de sus
malas acciones. El último capítulo expone la doctrina del karma, involucrando
renacimiento en la escala ascendente y descendente, de acuerdo a los méritos o
deméritos de la vida presente. Los versos de cierre están dedicados al esquema
panteísta de salvación que conduce a la absorción en la todo-envolvente deidad
impersonal.

Las “Leyes de Manu” ofrecen, por lo tanto, una interesante fotografía ideal de la vida
doméstica, social y religiosa en la India bajo la influencia de los antiguos Brahmanes.
El cuadro tiene sus oscuridades. La dignidad de la casta Brahmánica fue
grandemente exagerada, mientras de la casta Sudra fue tan despreciada como para
ser excluida bajo pena de muerte de la participación de la religión Brahmánica. Los
castigos por crímenes y delitos menores eran más livianos cuando se aplicaban a
infractores de la casta Brahmànica, y aumentaban en severidad para los culpables
que era miembros de las castas de los guerreros, granjeros y siervos
respectivamente. La mayoría de las formas de industria y práctica de la medicina eran
despreciadas y estaban prohibidas para los Brahmanes y los guerreros. Se sostiene
que la mente de la mujer es voluble, sensual, e incapaz de una apropiada auto-
dirección. Por lo tanto se establecía que la mujer debía ser mantenida en una estricta
sujeción hasta el fin de sus vidas. No les era permitido aprender ninguno de los textos
Védicos, y su participación en los ritos religiosos era limitada a unos pocos actos
insignificantes. Se atribuían penitencias que implicaban culpa a las transgresiones no
intencionales de la ley, y había una irremediable confusión de deberes de conciencia
con costumbres tradicionales y restricciones en gran parte supersticiosas y absurdas,
Sin embargo, pese a esto, las enseñanzas éticas de las “Leyes de Manu” son muy
importantes, y abarcan casi todas las formas de obligaciones morales reconocidas en
la religión Cristiana.

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