El cobre es un elemento químico de aspecto metálico, rojizo con número
atómico 29. Su símbolo es Cu y pertenece al grupo de los metales de
transición y su estado habitual en la naturaleza es sólido. El cobre está situado en la posición 29 de la tabla periódica. Un conductor eléctrico es un material que ofrece poca resistencia al movimiento de la carga eléctrica. Sus átomos se caracterizan por tener pocos electrones en su capa de valencia, por lo que no se necesita mucha energía para que estos salten de un átomo a otro. ¿Por qué el cobre es tan utilizado en sistemas eléctricos? La principal razón para utilizar el cobre es su excelente conductividad eléctrica o, en otras palabras, su baja resistencia eléctrica. La resistencia es indeseable, pues produce pérdidas de calor cuando el flujo eléctrico circula a través del material. El cobre tiene la resistencia eléctrica más baja de todos los metales no preciosos.
Para entender lo que está sucediendo en un conductor de la electricidad, ver la
escala atómica. En ese nivel, los electrones externos de algunos materiales, especialmente metales, contienen electrones no unidos que se pueden mover fácilmente con poca energía. Los científicos los llaman electrones "libres", ya que sólo se necesita la pequeña fuerza para quitarlos del átomo. Cuando se aplica electricidad a un metal tal como cobre, electrones libres llevan la corriente rápidamente a lo largo de la superficie de la pérdida relativamente pequeña. Un metal con tales propiedades se considera un buen conductor. Conducir la electricidad de un punto a otro (pasar electrones a través del conductor; los electrones fluyen debido a la diferencia de potencial).
Electricidad y telecomunicaciones
El cobre es el metal no precioso con mejor conductividad eléctrica. Esto, unido a
su ductilidad y resistencia mecánica, lo han convertido en el material más empleado para fabricar cables eléctricos, tanto de uso industrial como residencial. Asimismo se emplean conductores de cobre en numerosos equipos eléctricos como generadores, motores y transformadores. La principal alternativa al cobre en estas aplicaciones es el aluminio. También son de cobre la mayoría de los cables telefónicos, los cuales además posibilitan el acceso a Internet. Las principales alternativas al cobre para telecomunicaciones son la fibra óptica y los sistemas inalámbricos. Por otro lado, todos los equipos informáticos y de telecomunicaciones contienen cobre en mayor o menor medida, por ejemplo en sus circuitos integrados, transformadores y cableado interno.