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Pensar que un producto, líder del mercado, debe evolucionar conforme a las nece-
sidades del consumidor, no es solo seguir la premisa que el líder de la categoría es el
responsable de desarrollarla, sino que hacer seguimiento de los hábitos de consumo
aporta insides para la toma de decisiones de nuevas oportunidades de consumo y
soluciones para nuevos consumidores.
Chocoramo es uno de los 24 productos de la historia del consumo en Colombia;
es una rebanada de ponqué cubierta de chocolate, con especial concentración de este
en sus esquinas, de 70 g, presentada en un empaque anaranjado con una ventana
transparente para que el consumidor pueda ver el chocolate. En 1951, cuando don
Rafael Molano, fundador de productos Ramo, empezó a hacer ponqué junto con su
esposa doña Ana Luisa Camacho en su residencia familiar del barrio Los Alcázares de
Bogotá (Colombia), no podía imaginarse que hoy Ramo, y en especial Chocoramo,
se convertiría en una de las marcas más queridas por todos los colombianos.
Desde su lanzamiento en 1972, Chocoramo empezó a ganar distribución y, sobre
todo, adeptos y consumidores, llegando hoy en día a ser uno de los productos con
mejor distribución del país en el canal tienda a tienda, con casi un 90% de participa-
ción numérica y una cifra muy cercana al 100% de distribución, ponderada en 2011.
Sus ventas han venido creciendo año tras año de forma sostenida, al día de hoy
se venden casi 600.000 chocoramos diarios, es decir, más de 15.000 toneladas al
año. Tiene más del 80% del share del segmento. ¿Cuál es el secreto del producto y
de la marca? Varios factores son claves:
Equilibrio perfecto: para los consumidores, Chocoramo es la mejor ecuación
de un equilibrio perfecto entre la suavidad y neutralidad del sabor del ponqué, la
cobertura de chocolate crujiente, dulce y de sabor y textura únicos.
Disponibilidad: como señalábamos anteriormente, está disponible en casi el
90% de las tiendas del país y en la totalidad de supermercados.
Precios sociales: obedeciendo a la política de precios sociales de la compañía,
Chocoramo es un producto que satisface el paladar de los consumidores más exi-
gentes, pero con un precio asequible.
Ritual de consumo: hay mil maneras diferentes de comerse un Chocoramo,
y seguramente todos los consumidores tienen una especial.
Indulgencia y solucionador: es un producto que por su receta, sus ingredien-
tes, su combinación de texturas y sabores es el almuerzo “desvare”, o el postre, de
cientos de miles de personas a diario en Colombia.
Es una marca amada: traspasa el bene cio funcional y alcanza un bene cio
emocional al hacer que este producto sea el que más reclaman los millones de co-
lombianos residentes en el exterior a sus familiares y amigos cuando viajan.
Pero si las ventas seguían creciendo año tras año, si es una marca tan querida,
si el producto no presentaba problemas, ¿por qué innovar?, ¿por qué cambiar?
La decisión la lideró Isabel Pérez Alcántara, la nueva directora de mercadeo, que
después de estar cerca de dos años en la organización formando parte del proceso
de la segunda generación de propietarios, comprendió que había que dinamizar
el portafolio de productos, sin poner en riesgo la tradición y el vínculo emocional
del producto con la población colombiana.
Si bien, Chocoramo es un producto multitarget, y para todos los estratos so-
cioeconómicos, se veía la oportunidad de crecer entendiendo a los consumidores y
adaptando a la marca las tendencias del mercado:
• Una tendencia a un mundo light, de personas que quieren cuidarse y llevar
un estilo de vida más saludable, y la porción de 70 g de ponqué y chocolate
se distanciaba de estos aspectos. Esto hacía que si el consumidor adulto no
renunciaba a comerse un Chocoramo, comenzara a espaciar los momentos de
consumo por el sentimiento de culpa, por estética o por salud.
• Los niños cada día buscan cosas nuevas para incluir en su lonchera, siendo el
dulce uno de sus sabores preferidos. Chocoramo es una porción demasiado
grande para niños menores de 7 años que, si querían disfrutar de un Choco-
ramo, solo eran capaces de comerse la mitad, lo cual impedía que el producto
estuviera presente en su día a día.
El resultado
Innovación
Puede decirse que reducir el tamaño del producto no es una innovación y mucho
menos en Colombia donde es común la minimización de producto, pero este es un
caso especial por diferentes circunstancias:
1. Es un producto perecedero.
2. Es un producto tradicional.
3. Amplió el espectro de consumidores y momentos de consumo.
4. No se realizó para solucionar un problema de a ortability (comprabilidad) sino
para satisfacer al consumidor.
En consecuencia, esto llevó a la empresa a ser reconocida como la mejor innova-
dora en el mercado colombiano y a Isabel Pérez, como mejor ejecutiva de mercado