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El trabajo a tiempo parcial

El pasado 27 de julio fue publicado en el Diario Oficial el acuerdo número 89-2019 del Ministerio
de Trabajo que reglamenta el trabajo a tiempo parcial. La reglamentación llega dos años y medio
después de que se aprobara y ratificara el convenio 175 de la OIT.

Sin duda el acuerdo es una buena noticia. Nuestro Código de Trabajo permitía contratar por
jornadas de trabajo parciales, pero obligaba al patrono a pagar el salario de la jornada completa.
Una rigidez que carece de completo sentido en los tiempos modernos que afecta principalmente
a los jóvenes y aquellas personas que por compromisos familiares prefieren optar por un trabajo
de medio tiempo.

La flexibilidad laboral avanza con esta reforma. Guatemala hoy ocupa el puesto 124 de 140 países
de acuerdo con el Índice de Competitividad Global que elabora el Foro Económico Mundial. Sin
duda nuestra legislación laboral no está ajustada a los retos del siglo XXI.

Para los jóvenes es una buena noticia. 1 de cada 3 jóvenes asegura que no encuentra empleo por
falta de experiencia. La aprobación del trabajo a tiempo parcial abrirá oportunidades a los
jóvenes para insertarse al mercado laboral pues reduce el costo de contratar a un joven sin
experiencia, por citar algún ejemplo.

Por supuesto, el trabajo a tiempo parcial no es la solución a todos nuestros problemas. En lugar
de la oposición que mostraron los trasnochados sectores sindicales, deberíamos enfocar nuestra
atención a otros problemas regulatorios y estructurales que no permiten que nuestra economía
despegue y nuestros trabajadores mejoren sus salarios.

En materia de regulación laboral aún falta superar un salario mínimo que está completamente
por encima de los salarios medianos que se cobran en gran parte del interior del país.
Lamentablemente el presidente Morales desechó la idea de los salarios mínimos diferenciados
al asumir la presidencia y nunca propuso una alternativa.

Por el lado de la demanda de trabajo falta generar condiciones necesarias para la inversión, de
lo contrario continuaremos con esta economía que crece por inercia, pero no genera suficientes
oportunidades de trabajo. El hecho de que 1 de cada 3 trabajadores labore en el sector agrícola
es muestra del atraso económico de nuestro país. En países desarrollados la mano de obra
ocupada en agricultura no pasa del 5%.

Por el lado de la oferta laboral, hay mucho que hacer. El 44% de la fuerza laboral apenas tiene
estudios a nivel de primaria y un 14% no tiene estudios. Solo un 20% acabó el diversificado y un
6% tiene educación universitaria. Eso sin hablar de la calidad de educación que reciben. Sin una
mano de obra medianamente calificada, será difícil impulsar el anhelado crecimiento económico
a largo plazo. A corto plazo, hay que generar muchos más empleos de los que hoy se generan
para subir al tren del desarrollo a millones de guatemaltecos.

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