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FICHA BIBLIOGRÁFICA:

Nombre del Autor o autores: HORTAL Augusto

Titulo del libro: Ética general de las profesiones


Tema:
Editorial: Descléz
Pais, Ciudad: Bilbao Año: 2002
Capitulo: ... IV - X.... Páginas: 16 - 86
C�pítul·o �
· Etica, ética profesional
y un'1versidad

l. ÉTICA PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD

El libro que estamos introduciendo forma parte de una colec­


ción de textos universitarios de ética. Cada manual de cada titula­
ción universitaria tendrá que reflexionar sobre lo que significa la
ética en la respectiva especialidad académica y profesional. En
este volumen nos plantearerri9s los temas comunes a to�a ética
profesional. Esta introducción pretende abordar cómo puede esto
encajar en la vida universitaria, saliendo al paso de algunos
malentendidos. El primero de estos malentendidos radica en la
confusión acerca de lo que se entiende por ética y de la capaci­
dad de tratar de temas.éticos en términos racionales. Enseñar ética
profesional en la universidad no consiste, ni nadie pretende que
consista, en esparcir moralina sobre las prácticas y usos profesio­
nales. El reto que plantea la enseñanza de una ética profesional en
la universidad es ofrecer una verdadera ética reflexiva y crítica
sobre el saber y el quehacer profesional,, una ética que intente
orientar las conductas profesionales pero entroncando con el pen­
samiento ético·actual e intentando establecer un diálogo interdis­
ciplinar con los saberes especi�lizados en los que se basa el ejer­
cicio de cada profesión.
Esta propuesta no acaba.de encajar con la forma de estar con­
cebida y estructurada la vida universitaria,actual. Son pocos, pero
todavía hay algunos_que prefieren concebir la universidad como
lugar en el que se cultiva el saber por el saber, prescindiendo del
uso que de ese saber puedan hacer después los profesionales. Ya
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saben que la realidad no responde a este ideal, pero al menos no perspectiva la ética trataría de ampliar ese horizonte hasta incluir
desean renunciar al ideal. La universidad, dirán, no está para ense­ y poner en el lugar que les corresponde los fines éticos universa­
ñar ética, sino para investigar y transmiti� .conocimientos científi­ lizables del vivir humano. Queda por ver si lo puede hacer en tér­
cos. Enseñar ética, enseñar a ser honrado, a ser "bueno" -si es que minos puramente exhortativos o puede contar con recursos inte­
tal cosa se puede enseñar- es algo para lo que la universidad no lectuales que le permitan hacerlo articulando un saber racional y
está capacitada ni legitimada. crítico. La concepción de ciencia de la que venimos, y en la que
A lo anterior viene a añadirse que a los profesores universita­ todavía muchos permanecen anclados, no hace plausible, de sali­
rios (y entre éstos se cuentan algunos de los mejores profesores) da, el intento.
les gusta enseñar como si sus alumnos fuesen todos a convertirse El positivismo está de capa caída ,en el ámbito teórico, pero
a su vez en profesores universitarios. Plantean los programas sigue su paseo triunfal en el ámbito práctico. A falta de una alter­
como un campo abierto de cuestiones de lo que se sabe ya y de nativa sólida en la que cada docente y cada ,investigador pueda
lo que se trataría todavía de averiguar. Sin embargo, la mayor parte pisar con cierta seguridad, muchos se refugian en los conoci­
de los alumnos vienen a la universidad con la intención de pre­ mientos y métodos específicos del propio saber. Hoy casi nadie es
pararse para ejercer una profesión; el apoyo económico e institu­ positivista por convicción, pero hay muchos que fo son por como­
cional que reciben las universidades por parte de los poderes didad, por inercia, por no .saber hacer otra cosa distinta de lo que
públicos y de otras instancias sociales tiene también que ver con han aprendido a hacer, ·de lo que se viene haciendo, por no com­
esto. La universidad es hoy en gran medida una escuela de for­ plicarse la vida o por no caer en el diletantismo. La secuela de
mación profesional en aquellos oficios que se supone que requie­ esto lleva a la fragmentación y aislamiento de los diferentes cam­
ren preparación académica 'Y título universitario. Si no se acepta pos y métodos del saber. Eso que también Ortega llamaba la "bar­
explícitamente esta, dimen'sión, se está cayendo en una ficción barie del especialismo",·que todos denunciamos, pero que es bien
acerca de lo quées la enseñanza universitaria. Para quienes hagan difícil· superar sobre todo en términos institucionales.
suya esta ficción/denunciada por Ortega hace ya bastantes dece­ , Esta situación de aislamiento entre las disdplinas se está
nios (ver recuadro 1al·final del capítulo), la asignatura de ética o no empezando a desbloquear, (sobre todo en la investigación, algo
existirá o tendrá ,una posición· marginal y vergonzante en la vida menos en la docencia); pero estos procesos quedan más o menos
académica. De todo·s modos su ,presencia en el currículum aca­ dejados al arbitrio o humor cambiante de los equipos de especia­
démico de una titulación- universitaria ofrece la oportunidad de listas, a las afinidades personales, metodológicas o ideológicas;
explicitar,el horizonte práctico·(profesional) que tiene dicha titu­ otras veces quedan a merced de las sinergias inducidas por los
lación para la inmensa mayor:ía de los alumnos que la cursan. que financian las investigaciones en razón de los retos relevantes
P.revalecen ihoy en la universidad tendencias menos cientificis­ que se plantean desde la sociedad y que rara vez pueden ser solu­
tas y más pragmáticas que no ponen reparos en ampliar los obje­ cionados desde una única disciplina.
tivos de la enseñanza universitaria de forma que entre ellos figure ¿Cuál puede ser el lugar de la ética en esta Torre de Babel de
también la capacitación práctica para el ejercicio profesional. No los saberes y métodos cada. vez más fragmentados y necesitados
sólo las Escuelas de Ingeniería, también las titulaciones más clási­ de interrelación? Dar una respuesta exige combinar la labor epis­
cas como Derecho y, pqr supuesto; Medicina se ocupan de pre­ temológica acerca de la unidad y pluralidad de los saberes y
parar para la práctica profesional. En todas las titulaciones se han métodos con una reflexión ética capaz de situar a cada saber en
introducido las prácticas, entiéndase bajo dicha denominación lo su sitio a la hora de entrar en relación con él. En el mundo de las
que se entienda en cada caso. Todo eso lleva o apunta a un hori­ especializaciones y de la división social del trabajo profesionali­
zonte práctico, a veces exclusivamen'te pragmático. Desde esta zado, sólo es intelectualmente honesta y socialmente creíble la
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ÉTICA, ÉTICA PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD 19

reflexión ética que no huye de .la complejidad. A su vez la legiti­ la mejor contribución que ·cabe hacer desde la universidad en
mi dad . intelectual y social de cada parcela. del saber y del actuar orden a levantar la moral de la sociedad. Está ei:laro qüe para ello
hl,lmano sólo .se�obtiene sacando,a .luz los supuestos epistemoló� no basta con que haya· una asignatura , de ética eh los planes de
gicos_ de .cada sabe r científico y las implicaciones sociales que su estudio; tendría que· establecerse ón diálogo interdi'sciplinar para

ejercicio práctico tiene en el. entorno social. poder ofrece r. un horizonte de .integración dinámica y práctica de
Tanto el discurso ético como la práctica de la ética rompen, o los saberes particulares (HORTAL; 2001 a, 45-52).
al menos cuestionan y relativizan, e l:aislamiento de las especiali­ ' En los últimos años la ética de la correspond iente profesión
d ades para integrarlas e n una perspectiva de conjunto al servicio forma parte d e algunas titulaciones de· mucthas universidades y
de . determinados fines de la vi d a humana.. Para hacer esto la ética centros universitarios; No es banal que los alumhos que cursan
tiene que establecer un diálogo interdisciplinar capaz de combi­ esa·asignatura aprendan algo acerca de la responsabilr dad ética y
nar el respeto de los métodos y campos específicos con la inte­ social de la profesión que van a ejercer y para la que se están pre­
gración de cada campo y de cada método en un conjunto signifi­ parando; al menos que puedan adquirir cierta información, sensi­
cativo para alguna faceta del vivir humano. En el mundo de las bilidad y vocabulario sobre el tema. Perd se· necesita, además de
especializaciones científicas la ética tiene· necesariamente que enseñar ética, hablar· de problemas étirns Y' hablar de la dimen­

establecer un diálogo interd isciplinar que afecta a todas las d isci­ sión ética de los problemas; más aún, es necesario dar un sentido
plinas sin quedar acotado por ninguna de ellas. Desde plantea­ ético a todo lo que se hace en la universidad y hablar de ello en
mientos positivistas no hay lugar para nada que no sea el método términos éticos; a eso pueden y deben contribuir no sólo ni prin­
científico y la actividad científica. La ética queda relega da, para cipalmente quienes enseñan ética, sino también quienes enseñan
esos planteamie ntos, a la subje tivi dad de ca da cual. otras materias distintas de la ética·y quienes participan en la vida
Esto que acabamos de enunciar, tomado en serio, lleva a revi­ universitaria o la gestionan. \
sar y replantear el modelo de ciencia que se practica, el modelo No es poco que l;i. perspectiva profesional configure lo que se
de ética que se propone y el mismo modelo de universidad en que hace y lo que se enseña en la universidad y que se hable de ello
la ciencia y la ética puedan entrar en diálogo sin tergiversar lo que en términos éticos. Eso aleja de la peligrosa ficción de que en la

es cada una de ellas y la forma apropiada de relacionarse la una universidad todo se. hace exclusivamente por buscar el saber por
con la otra en la vi da académica. Si se quiere hacer ética en el el· saber, la ciencia por la, ciencia:. No es que eso no exista o no
ámbito universitario hay que aprender a tratar los temas universi­ sea una de las metas quel legítimamente se pued en y deben per­
tariamente, hay que aprender a ejercer el razonamiento práctico, a seguir y fomentar. Es que eso, en el mejor de los casos, no lo es
justificar o a deslegitimar actuaciones y planteamientos en térmi­ todo., Algunos historiadores· y sociólogos de las profesiones seña­
nos de racionalidad práctica. La ética, como saber de integración, lan que uno de los impulsos más fuertes que lleva consigo la pro­
puede proporcionar un horizonte de· integración de los saberes y fesionalización es el que tiende a ofrecer los servicios1 profesiona­
especiaH dades y contribuir a que la universidad no degenere en lo les en términos· de prestaciones ritualizada:s con independencia de
que algunos comienzan a llamar "multiversidacf' (HORTAL, 2001 a). que los resultados sean satisfactorios o no; La apelación al saber
La ética de las profesiones puede favorecer el establecimiento por el saber puede ser una forma de pretender hacer indepen­
dientes a los profesionales de la doce ncia y la investigación de
de cauces de diálogo con los profesionales que se están forman­

do en la universid ad. Es un reto filosofar con los futuros expertos


cualquier control social que pregunte por los resultados que pro­
ducen y las funciones que desempeñan.
en un mundo d esmoralizado. La ética, pensada, debatida y vivida
en la universidad puede hacer una relevante contribución a la El lenguaje de la ética puede ser el lenguaje común para hablar
de l.o que se hace y se debe hacer en la universida d. A to dos nos
regeneración intelectual y moral de la vida universitaria; esa sería
20 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES E'l'ICA, t'l'lt.:A 1:'.K.Ut't:.::il.Ul\li-1.1..J l Ulll.J.VC.1'.::>.J..J...1.C.LJ L.'

compete la ética, aun cuando no todos seamos expertos en los tec­ fesional es ciertamente lenguaje ético, filosófico, y si no lo es no
nicismos del disc.urso ético. A falta de este lenguaje imperan usos estará a la altura académica exigible en el ámbito universitario, no
y costumbres de la arbitrariedad burouática, de las costumbres¡y responderá a los baremos de racionalidad y sentido crítico con
usos consolidados ,(o petrificados), de·.la anarquía que es en oca­ qüe se trabajan los temas de filosofía moral en la filosofía acadé­
siones la jungla universitaria. ,La ausencia del discurso ético está mica. Pero ese lenguaje no se ejerce en 'el vacío, sino en contex­
convirtiendo los debates universitarios ,que tienen lugar más allá tos estructurados por otros modos de hacer, en actividades confi­
de cada especialidad en un lenguaje poco crítico y en un espec­ guradas podenguajes especializados que -también ellos- preten­
táculo. pqco. edifi,cante para, la sociedad e11 general y para quienes den responder a los baremos-de racionalidad, método y especia­
se están,formando en ella muy en.particular. lización con los que se viene trabajando en la profesión y en la
Naturalmente,esto plantea a su vez exigencias a la ética que se facultad que prepara para ella.
quiere hacer presente en el discurso universitario. la ética que El filósofo que quiera ade11trarse en los temas de la ética profe­
aquí se,propone no puede consistir. en, un .d¡scurso ·intimista que sional no podrá fiarse de sus intuiciones en temas y terrenos muy
intenta salvar la propia buena .conciencia; se trata de un discurso sofisticados intelectual y profesionalmente. No hace falta que sea
públko.acerca,.de. en qué consista ,ser,un buen.profesional, cuáles un experto, un profesional·, un especialista, pero al menos tendrá
son los límites y,derechos que hay que respetar, los compromisos que hacerse una idea precisa de lo que está en juego. Y para eso
que hay que asumir ydos deberes que bay, que cumpliri La ética se necesita conocer, al menos comprender, un lenguaje que no es el
articula como ·.discurs.o racional �ntersubjetivo en. el que ,todos suyo. Este difícil bilingüismo es el mayor obstáculo para la conso­
podemos encontrarnos ,y reconocernos y en el que es posible lidación de la ética profesional como asignatura universitaria.
darle a cada cosa, a cada faceta, su 'peso específico y su puesto en Mientras se la piense como una disciplina más en la que hay unos
el conjunto del quehacer universitario· y. profesional.- Ya hemos expertos encargados de ella,. pudiéndose desentederse completa­
insistido'.en que se trata de. una ética-n�cesariamente1interdiscipli­ mente de ella quienes no se dedican a cultivar "esa especialidad",
nar, que sepa ,hablar el' lenguaje especializado ,(al- menos que lo por dejar supuestamente intactas todas las•demás disciplinas y
entienda) y, el lenguaje filosófioo propio dei la ética: especialidades, la ética profesional no podrá formar parte de una
A. la:,hora- de buscar -profesores,¡ se,plantea, siempre el, dilema formación intelectual de los futuros profesionales. Será un cuerpo
entre que sean profesionales o especialis.tas formados en la propia extraño, un añadido más o menos irrelevante. Pero eso significará
especialidad quienes planteen los termas.éticos o que.sean filó­ también que lo que se enseña en las disciplinas propias que con­
sofos, conocedores del.lenguaje•y los planteamientos·de la ética figuran la profesión estará falto de una dimensión crítica acerca de
filosófica, ,.quienes.ofre?:can sus·reflexiones.,básicas y las apliquen los valdres :c..porque algunos habrá- que estructuran la profesión y
a los temas. de,. cada profesión.·Cada aJternativa tiene sus razones los saberes en los que,la profesión se basa.
y sus. ventajas, a. la vez.que sus límites y desventajas. _Lo que hay Por eso es importante que la ética profesional no sea sólo una
que decirfeS que: cualquiera, de las dos, opciones que se adopten asignatura que estudien los alumnos que se preparan para ser futu­
deberá asumir una apuesta clara por.el "bilingüismo": hablar el ros profesionales. También los profesores de las diferentes disci­
propio lenguaje (por ejemplo, el-filosófico) y al .menos'.entender plinas tienen que implicarse en el debate ético dentro ,y.fuera del
eLotro (el:de la pr;ofesión específica1y las.ciencias y técnicas que aula, no para convertir su disciplina en una asignatura de ética,
incluye). La ética profeslonal, no es un tercer lenguaje entré el len­ sino, para hacer ver que ella tiene· una dimensión práctica de la
guaje de la profesión (es decir.el lenguaje de las ciencias y técni­ que el profesor que la enseña y el profesional ·que la aplica son
cas en las.que se basan las habilidades y capacidades profesiona­ responsables. El intercambio de profesores que comparten clase
les) y- el,lenguaje de la filosofía (moral). El lenguaje de la ética pro- (invitar al profesor de ética a la clase de una materia específica;
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ÉTICA, ÉTICA PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD 23

invitar al profesor de una especialidad, por ejemplo derecho fis­ dad modelos de integración de las diferencias y también profesio­
cal, a una clase de ética) y la implicación compartida en debates nales entrenados en esa forma. de actuar y argumentar. La ética no
interdisciplinares sobre .temas de relevancia y responsabilidad es, no puede ser, un feudo inás en el concierto tie los saberes, cien­
social son ocasiones importantes para ejercer el "bilingüismo ll y cias y disciplinas. Ofrece un lenguaje y un horizonte de integración
superar la "multiversidad". de los diferentes saberes y oficios, unos tab6s de calefacción por, los
· Algunos hablan de la universidad actual como de una multitud que el' calor se reparte y se evita la congelación de la vida bajo los
de departamentos uAidos tan sólo por e! mismo.sistema de cale­ fríos una realidad convertida en fragmentos (HORT-4.L, 2001 a).
facción. La ética profesional es mejor candidato que los tubos de
calefacción para unir la multiversidad en que está degenerando la
universidad. Para ello no basta con la ética que se explica en una 11. ÉTICA Y PROFESIONES
' '

sola asignatura, hace falta también que se impliquen las demás.


Plantear las asignaturas y los planes de estudio en función de la El cuidado dé la salud requiere médic�s, las v'iviendas dignas y
capacitación profesional que se pretende ofrecer, constituye ya un los ent¿rnos urbanos acogedo,re� requieren ,' además de una bu;ena
1 ·• • •

contrapeso a la fragmentación del especialismo, al aislamiento y política de urbanismo, arquitectos y constructores; la educación
desconexión de las especialidades, a ese positivismo por inercia que re'quiere educadore�, la unive�sidad r�q!Jie�e profesores (investi­
sigue instalado en el modo cotidiano de funcionar la vida universi­ g�99 res, _docentes y gesto_res) y las insta!acionis dtagua o ca.le­
_
taria. Al abordar la contribución que una determinada asignatura facción instaladores y fontaneros. No es lo único, pero una buena
puede ofrecer a la capacitación y responsabilización de los futuros soci�dad -justa,' libre, pró�pera- r�qui�re bu�nos profesional�� y
profesionales ya se está aludiendo no sólo a la dimensión teórica de profesionales bue,nos: , \ . . .
lo que se dice en dicha asignatura, sino también la dimensión prác­ En el plano individual ocurr� otro tanto: para ser buena persona
tica de lo que en ella y con ella se hace. No basta con que cada pro­ no basta con ser buen pa,dre, buena madre o bu�n ,hijo; buen veci­
fesor se responsabilice de lo que dice en clase al exponer los temas no, buen amig9 o buen c:iudadano; hace falt!l además ser un buen
de su especialidad, tiene además que responsabilizarse de lo que trabajador y cuando el trabajo que se realiza está profesionalizado
hace cuando ejerce de universitario, dentro y fuera del aula. Si llega se requiere ade�ás ser un buen profesional, (c�mpetente) y un pro­
a poder dar razón en términos éticos de lo que está haciendo o pre­ fesional bueno (ético). No termina de ser persona ética aquella que
tendiendo hacer estará en condiciones de hablar no sólo en térmi.:. en todo fuese intachable i:nenos a la hora de desempeñar sus res­
nos pragmáticos sino también en términos de una racionalidad ponsabilidades profesionales en la medida en que las tenga.
práctica que juzga con prudencia cómo pueden lograrse los fines -Hablar hoy de profesiones y de ética profesional puede resultar
propuestos, y cómo estos fines pueden prestar una mejor contribu­ problemático, tanto si se mi�a el asunto de lo que son las profesio­
ción a mejorar la vida de las personas y de la sociedad. nes como del tipo de ética que.se suele hacer y proponer. Apenas
Esta perspectiva, naturalmente, desborda lo que cualquier profe­ existen ya las que en otros tiempos se llamaban "profesiones libe­
sor de ética, él solo, puede, llevar a cabo: Es tarea de todos de la rales". La mayoría de los profesionales suelen ser hoy trabajadores
misma manera que sólo con la colaboración de todos es posibl� por cuenta ajena; desempeñan sus tareas en empresas, instituciones
construir una sociedad justa y libre. Pero es tarea urgente redefinir el y organismos en los que se les asigna lo que tienen que hacer. Son
modelo de racionalidad, integrar los saberes para que no vayan cada técnicos que prestan sus servicio"s integrándose en el marco de una
cual a la deriva, generar un lenguaje y modos racionales, no pura­ distribución de funciones que les viene dada y de la que no se pue­
mente burocráticos o tecnocráticos de argumentar en los tenias uni­ den salir sin poner en peligro la continuidad en su puesto de traba­
versitarios que permitan que la universidad puédaüfrecer a la socie- jo. Desde esta persp�ctiva· el discurso sobre las profesiones como
fenómeno específico y sobre la responsabilidad del profesional para ellos. Pero la competencia profesional no basta. El profesio­
parece alimentar un sueño del que convendría irse despertando. nal, para serlo del todo, necesita asumir los compromisos que
No cabe duda de que el ejercicio y la responsabilidad profe­ comparte con sus colegas de profesión, los compromisos de tratar
sional no son en la actualidad un modelo de la creatividad espon­ de proporcionar competente y responsablemente las prestaciones
tánea, libre de interferencias ajenas; ..-¿qué aétividad lo ha sido y servicios específicos con arreglo a los baremos de excelencia
nunca?....,. Existenmúltiples y crecientes mediatizaciones de l'a acti­ que en c�da contexto se espera de cada tipo de servicio profesio­
vidad profesional; a ellas dedicaremos el Capítulo 3 de este libro. nal. El p�ofesional ejerce su oficio en relación con quienes acuden
Pero las mediatizaciones no anulan la responsabilidad de los pro­ a él, necesita de su confianza; de la confianza en su buen hacer
fesionales; y cuando ello llegase a ocurrir, no sería éticamente p�rsonal y también del colectivo o gremio.al que pertenece. Hay
aceptable que ocurriera. Pues bien, eri la medida en q'ue exista un �osas que cabe esperar de un buen profesional y que sin embargo
cierto margen para la responsabilidad del profesional -y ese mar­ no procede esperar de cualquier buena persona que no tiene la
gen existe-:- es . pertinente reflexionar sobre ella . y es. oportuno ani- con�¡ci9n d,e profesional.
.
mar a su ejercicio. La ética a la vez que supone una garantía en la prestación de
·con'todo, si �os alejamos por u�a parte del ensueño de 1 0 que los �ervicios profesio.nales contribuye decisi�amente a la consoli­
en otro tiem�o fueron "las profesiones liberales'', y foma�Ós dis­ dac;:, ión de una pr�fesión. Los profesionales no lo son sólo por ser
ta�cia también del fatali�mo y la "mala fe" (S'artr�) que considera �xpertos capa<;:nad9s, sino también P,Or estar comprometidos en la
que nada se''puede hacer cuando no se puede 'hace'r todo lo que pre_staci9n de d�terminad�s servicios específicos. La ética del pro­
uno quiere sin interferencias mecliatizadoras, la situación es más fesional individua! y del colectivo profesional es la mayor y más
ambigua de lo que a primera vista ,aparece. A la vez que se recorta fiable fuente de reconocifTliento y estima social de las personas en
la autonomía �el ejercicid profesional, se amplía el campo dé las general y de los profesionales.en particular. Con el monopolio de
acti�idade� profe�io'nalizadas. Cadá vez són m�J las ·ocupikibnes un deter�inado' servicio profesi�nal y la. autorregulación éti�a del
1 '

lábbrales que reclaman para sí el 'status de' profesión. 'Cualqüier tra­ colectivo que lo detenta culmina el proceso de profesionaliza-
bajo está hoy más prófe'siorializado qú é antes y el poder profesio­ ción. Las profesiones necesitan no sólo de institucionalización,
nal parece q'ué _aumenta y se consolida (aünque también tienéleia sino 'también de' legitimaciones y las legitimaciones de una u otra
difuminarse en el-anonimato) no' sólo en el nivel del·Hacer sino eh forma harán referenci� a los fines de.l vivir humano. La ética es
el de las legitimaciones acerca de lo que se ·hace, de ·lo que es algo así como el "control de calidad" o la "denominación de ori­
bueno que se· haga/ y por' 'qué se· hace de ésta y no de �quélla gen" aplicadas ahora no ·a un determinado producto, sino a los
manera. ' Los complejos problemas que tiene planteados nuestra servicios profesionales.
sociedad :difícilmente podrán encontrar solución sin la aportación El otro capítulo de reservas frente a la ética profesional, sobre
profesionalizada de científicos, juristas, médicos, ingenieros, traba­ todo·si se trata de hacer de ella una disciplina universitaria y no
jadores sociales, psicólogds, arquitectos, etc. sólo una reclamación' social, procede del tipo de discurso ético
En nuestro mundo la profesionalidad suele justificarse más por que prevalece en la modernidad. La ética de la modernidad, tanto
lo que tiene de especialización cognoscitiva o activa, que por, lo en su versión deontológica de inspiración kantiana como en la
que tiene de compromiso ético con un modo de hacer. encomen­ versión utilitarista, apuesta por un universalismo igualitario que se
dado a: un gremio o colectivo profesional. Hoy el ,profesional ·se lleva mal con las diferencias estamentales y los particularismos
legitima como experto, como alguien que sabe lo que otros no éticos que suelen reivindicar las profesiones (GEWJRTH, 1986).
saben, alguien capaz de hacer lo que otros no.. son capaces de Ser un profesional competente y responsable no consiste ex­
hacer, siendo así que necesitan que alguien lo haga por ellos y clusivamente en ser el individuo racional y libre -descontextuali-
Lb c'i'lCA GENERAL DE LAS PROFESIONES ÉTICA, ÉTICA PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD 27

zado-- a que nos tiene.acostumbrado el universalismo ético cuan­ Frente a las utopías de la máxima felicidad del mayor. número
do habla de autonomía. El profesional es un ser-humano .que ha (utilitarismo) o frente a la comunidad ideal. de diálogo sin imposi­
pasado por·una socialización en la que. ha adquirido, S(;! supone, ciones (éticas del discurso) .cabe poner �quí el sueño utópico de
no sólo habilidades/ sino también modos de hacer,' sentido de un mundo en el que cada colectivo profesional promoviese com­
pertenencia a un colectivo profe�ional y a una. tradición centrada petente y responsablemente el bien a cuyo servicio está o preten­
en la mejor prestación individualizada de un determinado tipo de de· estar cada profesión y cada ocupación: ¡Qué bien ·se viviría en
servicio, y el sentido de lo que es ser un buen p'rofesional,· cuáles un mundo en el que los profesores enseñasen, los investigadores
son sus obligaciones profesionales, el modo dé interpretarlas en investigasen y los estudiantes estudiasen, los ,trabajadores trabaja­
el 'presente desde una tradición, de una historia -éstrita o no- del sen, los funcionarios funcionasen, los médicos curasen, los jueces
ejercicio profesional, de sus mejores logros y de sus 'desviaciones administrasen justicia, los gobernantes gobernasen, los ciudada­
o malas prácticas. nos fuesen cívicos, etc.!
La ética de las profesiones constituye una forma de resistencia Las dos dificultades señaladas hacen que sea necesario y opor­
a la homogeneización de los agentes morales. Los profesionales tuno situar la ética profesional en el marco de una ética del con­
no son sólo seres capaces de experimentar, calcular y maximizar junto de la vida y de la sociedad. Por otra parte la reflexión sobre
el placer y minimizar el dolor, ni son meros fines en sí; son pro­ las responsabilidades profesionales puede a su vez contribuir a
fesionales competentes o incompetentes, responsables o irrespon­ que los planteamientos éticos del universalismo abstracto se apro­
sables, eficientes o ineficientes, etc.; otros'somos beneficiarios o ximen a temas que obligan a contextualizar_ y concretar.
víctimas de sus servicios profesionales que responden o deben
responder a baremos de excelencia de los que 'et colectivo profe­ llf. iQUÉ ÉTICA SE PRESUPONE?
sional es el primero aunque no el único responsable e i�teresado
en manten_er. Les va en elló el buen hacer y el aprecio profesional Por lo que llevamos dicho puede haber quedado claro -al
y humano de sus clientes y de toda la socie�ad. No todos somos menos para algunos- qué planteamiento de la ética proponemos
igualmente responsables de todo; hay deberes que tierie el profe­ o presuponemos.
sional y que no tiene el que no lo es; la ética de las profesiones Ante todo proponemos una ética filosófica capaz de iluminar
tiene algo de ética estamental en la que �xi�te. una cierta cprrela­ racionalmente y de argumentar en términos racionales los temas
ción entre la posición privilegiada del profesional y los. deberes éticos.' No se trata de una ética confesional teológica, ni menos
que le impone su estamento ("nobleza obliga"). . aún de una apuesta ciega por los valores compartidos por el corres­
. El mundo de las profesiones, desde el. pl,.lnto de vista ético, se
' ' • , .. • .' ., _! • ' .... . J .:·
pondiente colectivo profesional. Todo lo que desde ahí pueda
aproxima má� a los temas.y las se11sihilidad�s deJ.comunitarismo, aportarse para iluminar los temas es bienvenido, pero tiene que
presta atenci�n al cqntexto, a la, tradic;:ió,:i, ,vi:va d�I ejerciciq pr9.(e; ser posible argumentar sobre ello abriéndose también al asenti­
si.anal, � �na ética de biene.� (el buen pro(esic;mal ,y las malas prác­ miento o discrepancia racional con los otros, con quienes no par­
ticas profesio11ales),enraizadas en una cu_ltura,mo�al ("eticidacf'),y ten' de 'los mismos supuestos ni tienen los mismos intereses.
perso:nal (yirtudes que a las destrezas añaden la excelencia) e ins­ '. Dentro de las tres grandes corrientes de la ética actual aquí nos
tituciqnal (" mores')._ En la medida en :que e.1 ethos profe,s_ional vamos a· m0ver en la línea de. una ética de bienes de inspiración
específico adquiere más relieve, en esa· misma medida s� hace aristotélica. No hacemos ascos a los elementos comunitaristas y
más problemática una ética universal válida para todos en todos menos aún a los elementos experienciales y contextuales de estos
los contextos. planteamientos; pero tampoco quisiéramos encastillarnos en el
ETICA GENERAL DE LAS PROFESIONES ÉTICA, ÉTICA PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD 29
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particularismo de un comunitarismo refractario a las complejida­ Es obvio que la ética profesional, tanto la que aquí nos propo­
des y ventajas de la modernidad. Sin compartir el universalismo nemos esbo zar en términos generales, como cualquiera de sus
. .
álegre de fas· éticas deontológicas; .y menos aún el criterio homo­ modalidades específicas, pertenece a lo que viene llamándose ética
geneizador de toda diferencia ·bajo el cálculo ·de las consecuen­ aplicada (CORTINA, 1993; HORTAL, 1999). En cierto sentido toda
cias para la mayor felicidad del mayor número, ,sí nos parecen irre­ ética es aplicada, aunque no lo tenga que ser de forma inmediata
nunciables los temas de 'la dignidad y la universalidad, por eso y sin tener en cuenta las condiciones específicas de·apliéación.
mismo queremos preguntar por sus ,condiciones contextuales; No pensáír)OS que las éticas sectoriales ? específicas d� determi­
sociales y culturales para alcanzarla y no sólo postularlas pór enci­ nados ámbitos lo sean por mera derivación o deducción de la
ma y al ma·rgen de los-contextos: ética general o fundamental. Hay una circularidad hermenéutica
También nos aleja de las éticas dominantes en la modernidad (ver CORTINA, 1993, 161-177) de la ética que continuamente inter­
el que intentemos tomar cierta distancia del idealismo y raciona� preta las situaciones y decisiones puntuales y las peculiaridades
lismo que es inherente a ellas y que hunde s· us raíces eri la prima­ de los diferentes ámbitos y sectores y la unidad de una única ética
cía incuestionable de la pregunla epistemológica y la búsqueda de con principios universales de aplicación generalizada. La ética de
la certeza a cualquier precio, i'nduso·al alfo precio de perder rea­ las profesiones ocupa una zona intermedia en la que se intenta
lidad Y' practicabilidad'.''Con Aristóteles reivindicamos qu'e no es mediar para un ámbito profesional concreto entre los principios
bueno exigir el mismo'tipo y grado de precision a todos l'os razo­ generales y las situaciones y decisiones puntuales.
namientos, muy en especial a lo�; razonamientos prácticos y antro­ Hoy la ética, cualquier ética, tiene que ser interdisciplinar, no
pológicos acerca de las cuestion�s "que pueden ser de otra mane­ sólo porque esté abierta al diálogo con cualquier otra disciplina,
ra". Hubo un tiempo en que las pret�nsion�s racionalist.as del sino porque necesita integrar conocimientos específicos (técnicos
conocimiento teórico se intentaban aplicar a la vida moral y polí­ o científicos) que ella no cultiva, pero que no puede ignorar, y a
tica "more geometrico". Hoy se mantiene esa asimilación e implí­ la vez está en condiciones de cuestionar lo que los diferentes
cita subordinación precisamente en razón de que el mismo cono­ saberes, ciencias y técnicas hacen o dejan de hacer, contribuyen
cimiento teórico y las mismas empresas científicas se conciben o dejan de contribuir a la realización de una vida humana plena,
como guiadas por una racionalidad práctica, de fines. vivida en justicia y libertad. Si esto vale para toda ética, es toda­
La ética que aquí proponemos es una ética realista, (ver HORTAL, vía más patente para la ética de aquellas profesiones que aplican
1996a, 71-79); eso significa que reconoce·la primacía a la vida conocimientos científicos.
moral sobre la moral pensada en el sen,tido de que la ética tiene Por último el planteamiento que nos proponemos ofrecer es
en la moral vivida su punto de partida-·inevitable, su acompañan� ético y no mera ni principalmente deontológico. En ocasiones se
te ineludible y su marco de incidencia irremediable. Por eso,más emplean las expresiones "ética profesional" y "deontología profe­
vale que quien filosofa sobre·la vida moral cuente con ello,,cuen­ sional" poco menos que como sinónimas. Aquí las distinguimos.
te con la cultura moral en la que vive inserto, no se conforme con La ética profesional -y de ella nos ocupamos fundamentalmente­
enunciar ideales y principios, sino t<i>me er.i consideración los fac­ se plantea la profesión en términos de conciencia y de bienes: qué
tores que obstaculizan o favorecen la reqlización de. una ·vida es ser un buen profesional, en qué consiste hacer bien el ejercicio
moral a través de actuaciones realizables en ,los contextos en· los profesional, razonando, abriendo posibilidades optativas... También
que hay que llevarlas a cabo. Como decía Aristóteles no reflexio­ hablaremos de deberes y normas sancionadas por el colectivo o
namos para averiguar teóricamente qué es la virtud, sino para Colegio profesional pero como algo derivado y menos básico, aun­
hacernos virtuosos. que importante.
JU ETICA GENERAL DE LAS PROFESIONES ÉTICA, ÉTICA PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD J/

. LECT URAS COMPLEME NTARIAS


, ·�· ' '. J.' " ! ·: , ,,. ·. . ' "Hay, pues, que sacudir bien de ciencia ef árbol de las profe­
��H(), L, ErxE�ERRIA, X y FERNÁNbÉz, J.L. (1999) :'una exp�riencia
for­ siones, a fin de que quede de ella lo estri,ctamente necesario, y
tle
,.
. mati'vií-pará pfbfesores"; R�vista Fohiénto Sociaf54 (1999) 1 i,:::146.
puéda atenderse a las profesiones'lliismá.s cúya·enseñanza se halla
CORTINA, 'A: y CONiLLí J. (2000), 10 palabras 'Clave en ética· de las
p;'ofe- hoy completamente silvestre. En este punto todo está por iniciar.
:,iones, fü)V,, Estella (Na\larra), 2000. "Presentación: El sentido
de las Una ingeniosa racionalización pedagógica permitiría enseñar
profesii;:in�s,", págs. p-28. ... , . . .. . mucho más eficaz y redondeadamente las profesiones en menos
HORTAL, A'. (1994), La ética profesional en el contexto universitario
, tiempo y con mucho menos esfuerzo".
Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 1994.
' "Si resumimos el sentido de las relaciones entre profesión y
ciencia nos encontramos con algunas ideas claras. Por ejemplo, la
Medicina no es ciencia. Es precisamente una profesión, una acti­
vidad práctica. Como tal, significa un punto de vista distinto del de
la ciencia. Se propone curar; de la ciencia toma lo que le interesa
para curar o mantener la salud en la especie humana. A este fin
, 1 echa mano de cuanto parezca a propósito: entra en la ciencia y
toma de sus resultados cuanto considera eficaz, pero deja el resto.
Deja de la ciencia sobre todo lo que es más característico: la frui­
ción por lo problemático. Bastaría esto para diferenciar radical­
mente la Medicina de la ciencia. Esta consiste en un "prurito" de
plantear problemas. Cuanto más sea esto, más puramente cumple
su misión. Pera la medicina está ahí para aprontar soluciones. Si
son científicas, mejor. Pero no es necesario que lo sean. Pueden
proceder de una experiencia n\ilenaria que la ciencia aún no ha
explicado ni siquiera consagrado.
En los últimos cincuenta años la Medicina se ha dejado arro­
llar por la ciencia e, infiel a su misión, no ha sabido afirmar debi­
damente su punto de vista profesional".
J. ORTEGA Y GASSET, Misión de la Universidad y otros ensa­
yos sobre educación y pedagogía. Alianza. Madrid 1982, págs. 59
y 61s
Segunda parte:
Las profesiones y sus contextos
Capítulo J.·
¿Qué· son las profesiones?
. \

l. PRIMERA CARACTERIZACIÓN DE LAS PROFESIONES

En el análisis ocupacion;:il de la población activa en España, al


igual que en otros países, impresiona el crecimiento del número
de profesionales, sobre todo el de mujeres. Resulta difícil ofrecer
datos longitudin.aJes completamente homogéneos en sus criterios,
ertre otras cosas porque hoy se entienden como profesiones acti-
vidades que antes no eran con�ideradas tales. En 1975, según el
padrón de ese año, había en España 792.036 profesionales. En
1992 los profesionales eran ya algo más de 1,7 millones, enten­
diendo el término en su sentido más amplio. No se trata de un
fenómeno casual.. Existe hoy por todas partes. una tendencia gene­
ralizada hacia la profesionalización.
Antes de ofrecer una definición de lo que vamos a entender por
profesión, no v:iene mal empezar abriendo la propia ment� a la
cantidad y diversidad de ocupaciones que han sido o pueden ser
designadas .como profesiones . o ac.tividades profesionales.
Profesiones en sentido amplio pueden ser cosas tan dispares c;omo
lo que hacen los ;:ibogados y los arquitectos, los artistas y los avia­
dores, los bomberos, confiteros, contables o las comadronas, los
deportistas, empresarios, escritores o ferroviarios, los ingenieros,
joyeros, jueces, músicos, notarios; obreros, panadems, pastores,
periodistas, policías, porteros, psicólogosí saGerdotes, sastres, tra­
ductores ... Resulta difíciL.fijar los perfiles,y límites entre lo que es
y lo que no es una profesión mediante la enumeración de varias
características necesarias, el conjunto de las cuales sea condición
¿QUÉ SON LAS PROFESIONES? 37

suficiente para que se pueda hablar de profesión. Lo que tienen en Todo lo anterior suele ir acompañado de un fuerte sentido de
común todas las profesiones enumeradas designa en términos pertenencia y de un status corporativo asumido y defendido ante
muy general.es.la actividad ocupacional a l a1 que a!gu_ien se dedi­ la sociedad. Eso marca de forma importante la identidad de los
ca o incluso a la que se adscribe sin necesidad de dedicarse a ella. profesionales. No es lo mismo pertenecer que no pertenecer al
No es un contrasentido decir: "Es maestra, pero no ejerce". En el colectivo profesional en cuestión. El profesional no lo es sólo por
antiguo documento nacional de identidad había una casilla para las actividades que desempeña o las cualidades que tiene para
designar la profesión del titular; entre las "profesiones" también hacer bien esas actividades, sino también y muy especialmente
estaban las de "estudiante" o la de "ama de casa" que solía desig­ por pertenecer al colectivo profesional al que pertenece. Eso marca
narse también como "sus labores". claramente las diferencias entre los que están dentro (profesiona­
Una primera aproximación descriptiva al fenómeno profesio­ les) y los que están fuera (legos).
nal nos lleva al núcleo de cuestiones que hacen que las profesio­ Junto a lo anterior se añaden otras cuestiones que se plantean de
nes sean objeto de atención específica. Entre las actividades ocu­ forma más o menos aguda o indiferenciada, según se trate de unas
pacionales las profesiones se distinguen por sup.oner.una -dedica­ épocas o de otras, de unas sociedades o de otras, de unas profesio­
ción asidua a una actividad especializada. Los profesionales son nes o de otras.. Hubo un tiempo en el que para poder hablar en sen­
aquellos que se ocupan de·hacer lci que no tbdos hacen o se dedi­ tido propio y pleno de un ejercicio profesional independiente, se
can a hacer. Puede haber otros que lleven a cabo fas mismas acti­ requería que éste se basase en un cuerpo independiente de cono­
vidades; si no son profesionales 'es que las harán de forma espo­ cimientos adquiridos en una universidad y acreditados por ella.
rádica, lúdica o festiva y por I� general menos competente. No'se Obtenida la preparación y acreditación académica, la profesión se
cambia de profesión como se \cambia de traje o de vivienda. No ejercía en régimen de independencia económica y organizativa
es posible tener una profesión distinta cada año. Si tampoco estás ("profesiones liberales"). Sólo los otros colegas de profesión, cons­
diferencias sirven para-discriminar entre los profesionales y· los tituidos en Colegio, estarían legitimados no sólo para otorgar la
que no lo son· (amateurs, aficionados, voluntarios) cabe recurrir a acreditación para ejercer la profesión, sino además ejercer un con­
otra importante diferencia: los· profesionales perciben una retribu­ trol sobre el modo de ejercerla y corregir posibles malas prácticas.
ción por el despempeño de dichas actividades y esa retribución
constituye su medio de vida. 11. El fTHOS PROFESIONAL COMO FENÓMENO SOCIAL
Esa dedicación asidua y especializada va acompañada de la
suposición razonable de que los profesionales, por lo general, Con la ayuda de algunos autores vamos a aludir a algunas
hacen mejor lo que hacen que quienes no se dedican a esa pro­ peculiaridades de las profesiones y del ethos profesional como
fesión: -son ,expertos competentes en su trabajo profesional. Puede fenómeno social e histórico. De las profesiones y de la ética pro­
haber excepciones; ya se sabe: "No sabiendo los oficios los hare­ fesional se han· ocupado más los sociólogos e historiadores que los
mos con respeto. Para enterrar a los ·muertos, cualquiera vale... filósofos. Las palabras "profesión" y "profesional", además de cier­
cualquiera, menos un sepulturero" (León Felipe). A su vez la pre­ to contenido descriptivo, tienen innegables connotaciones enfáti­
tendida o real ·mejor manera de desempeñar determinadas activi­ cas que han llamado la atención de los sociólogos y ·constituyen
dades o prestar determinados servicios hace que se vea como una de las principales razones determinantes de por qué se han
necesario o al menos muy conveniente que quienes van a des­ ocupado del tema de las profesiones. Los principales sociólogos
pempeñar determinada profesión tengán una preparación especí­ que se han interesado por el fenómeno de las profesiones lo han
fica para ello, sea mediante el aprendizaje del oficio, sea median­ hecho no sólo ni principalmente desde la perspectiva puramente
te una preparación y acreditación académica. ocupacional de determinados grupos de población. Ante todo les
JO t.THCA litNl::KAI, DE LAS PROFESIONES ¿QUÉ SON LAS PROFESIONES? ]9

ha llamado la atención lo que las profesiones tienen de peculiari­ giosa", puede ser una forma de sacralizar ideológicamente el status
dad ética, lo que en términos sociológicos significa el ethospro­ y poder profesional, pero en cualquier caso es algo profundamente
fesional como compromiso ético diferencial ·que·contrasta con el arraigado en el. modo tradicional de com:ebir las profesiones, al
modo general de plantearse los temas en la sociedad y muy espe­ menos la� más antiguas (reyes, jueces; médicos, militares) como una
cíficamente desde el contraste, real o pretendido, entre la ética especie de sacerdocio laico.
profesional y las relaciones profesionales frente a las actividades En este contexto quasi-religioso es obligado referirse al jura­
económicas y mercantiles, hoy dominantes: mento hipocrático, un texto míti'co y ampliamente mitificado a lo
La gestación y consolidación de lo que han llegado a ser las pro­ largo de la historia. En el juramento hipocrático,,tras las invocacio­
fesiones clásicas (sacerdotes, jueces; médicos, militares, arquitec­ nes religiosas iniciales, se recogen los elementos paradigmáticos
tos, ingenieros ...) suele ser presentada unas veces como especiali­ del ethos. profesional en sus diferentes vertientes:. el compromiso
zación o perfeccionamiento técnico (y posteriormente científico) de personal y vital con el ejercicio de la propia profesión, el sentido de
las actividades artesanales en orden a mejorar las formas de solu­ solidaridad con los otros profesionales y, con sus familiares más
cionar próblemas y mejorar las condiciones de vida y otras veces se directos, la obligación de transmitir las ,.enseñanzas a los jóvenes
suelen describir como un proceso de diferenciación de funciones a profesionales de la siguiente generación, el secreto profesional, la
partir de un protoprofesional religioso. Originalmente el sacerdote necesidad de demarcación frente a profesiones afines (como la
o shamán acumulaba, junto a las funciones más específicamente cirugía), las prohibiciones .éticas en el; ejercicio de la profesión
(abusos sexuales; aborto, colaboración al suicidio o eutanasia), etc.
religiosas, otras funciones curativas o judiciales.que con el tiempo
HERBERT SPENCER .(1.820-1903) dejó escrito· un libro sobre el
se fueron desprendiendo de ese primer rol profesional unitario.
Origen de las profesiones des.de la perspectiva de su sociología
Según esta segunda manera de enfocar, que no tiene por qué
evolucionista. Para este autor, las profesiones, como otras muchas
ser contradictoria con la primera, profesionales en sentido pleno
realidades sociales,. constituyeA un paso evolutivo en el creci­
fueron en un primer momento sólo los sacerdotes, los médicos-y
miento de la vida; Todo empezó por "la defensa de la vida de la
los juristas, en concreto los jueces. Durante mucho tiempo ha
tribu o ,nación, la defensa de la sociedad contra los enemigos que
existido la tendencia a entender toda "profesión'; como una espe­ la acechan". Después se ·desarrollan las funciones que aumentan
cie de sacerdocio. El médico empezó entendiéndose como un la vida. El médico que cura enfermedades y alivia dolores, aumen­
"sacerdote de la salud". El juez un "sacerdote de la justicia", y el ta la vida. El historiador,. y el hombre de letras elevan el estado
militar como un "sacerdote de las armas", de la guerra -hoy se mental del hombre.. A su manera también aumentan la vida el
diría que es un servidor o ministro de la paz. legislador y el abogado, el profesor, el actor, el pintor, el escultor
A veces se intenta contraponer "profesión" a "vocación" como si y el arquitecto: .aumentan la vida proporcionando belleza y senti­
la segunda palabra tuviese connotaciones religiosas ,y la primera do (SPENCER, .1909, 316).
fuera enteramente laica. En sus orígenes las dos palabras son pro­ MAx WEBER (.1864-1920) es otm de los principales sociólogos
fundamente religiosas: "vocación" alude al carácter de elección que se ha interesado por,el tema de las profesiones y de la ética pro­
y llamada divina del rey, del profeta y del sacerdote. "Profesión" fesional; no tanto en la descripción o caracterización pormenoriza­
subraya ante todo la dedicación o consagración de la propia ·vida, da de ésta o aquella profesión, cuando del "espíritu" que las anima
por ejemplo en el caso de la.profesión religiosa. Se profesa un tipo y la raíz religiosa· que ha guiado su desarrollo. Su famoso libro La
de vida. Esto resuena todavía en lo que toda profesión tiene de dedi­ ética protestante y el espíritu del capitalismo,(WEBER, 1955) está
cación a determinado tipo de. tareas y servicios· a los que uno se dedicado a poner de relieve la contribución que .el ethos religioso,
entrega de por vida, comprometido con los valores que ese tipo de sobre todo el calvinista, ha.prestado al nacimiento y consolidación
vida conlleva. Lo que algunos sociólogos llaman la .i'metáfora reli- del "espíritu del capitalismo". Se inscribe este intento en- el marco
4U l<TiCA G!<NEl{AL UE LAS PROFESIONES
¿QUE SON LAS PROFESlUNl<S< 4/

de sus investigaciones sobre la ética económica de las grandes reli­ Nada más lejos de Lutero que lo que llegó a ser con el tiempo
giones y, más específicamente, sobre la raíz religiosa ("irracional") el 'espíritu del capitalismo'. Esto es algo que, en continuidad con
de los procesos de racionalización específicos de Occidente: racio­ la valoración religiosa de cualquier actividad intramundana, se
nalización de la economía, pero también de la política, de la admi­ gesta en el calvinismo en relación con la forma que tiene de vivir
nistración, de los saberes, de las artes... y asimilar el común de los fieles la doctrina de la predestinación.
El cuestionamiento de la vida monástica como forma privilegia­ La preocupación por la salvación personal constituía el núcleo de
da de alcanzar la salvación llevó a Lutero a nivelar todas las formas la religiosidad calvinista centrada en la fe en la predestinación de
de vida y más ,específicamente a valorar el cumplimiento de las los elegidos. Los intereses de la vida terrenal quedaban relegados
ocupaciones intramundanas como forma -equiparable a cualquier
a un segundo plano, ante la cuestión sobre el destino definitivo de
otra- de vivir la vocación o llamada a la salvación. No· h�y que
cada uno: ¿Pertenezco yo al grupo de los elegidos? ¿Cómo puedo
cambiar de oficio para salvarse, ya que toda profesión lícita posee
estar seguro? En los escritos de Calvino y en la teología calvinista
ante Dios el mismo valor; la vida monástica en cambio no sólo es
los elegidos no se distinguen en nada, en esta vida, de los conde­
falsa en su pretendida superioridad, sino es "obra" que pretende
nados. Tan sólo la confianza creyente que persevera hasta el final
sustituir a la fe a la vez que es, socialmente improductiva. "El cum­
es signo inequívoco de la predestinación divina. El creyente de a
plimiento en el mundo de los propios deberes es el único medio de
pie no se conforma con esto y busca indicios seguros que le per-
agradar a Dios". Sobre �ste trasfondo secularizador del vivir cristia­
mitan reconocer si pertenece o no al grupo de los elegidos. La
n,o en el mundo hay que entender la importante introducción de la
doctrina de la predestinación vivida por el común de los fieles no
palabra alemana "Beruf' (que sigi()ifica a la vez llamamiento di.vino
podía conformarse con esa imposible resolución acerca de si uno
y profesión humana) en la traduc2ión de la Biblia al alemán, salida
pertenece o no al grupo de los elegidos. Afianzarse en la propia
de su pluma. Con anterioridad a Lutero, piensa Weber, que la pala­
profesión se considera un deber para conseguir en la lucha diaria
bra vocación y sus diferentes sinónimos estaba estrictamente cir­
la seguridad objetiva de la propia salvación y justificación. Para
cunscrita al ámbito religioso: la vocación del profeta para desem­
alcanzar dicha seguridad se inculcó la necesidad de recurrir al tra-
peñar su rol de profeta, del rey para guiar al pueblo en nombre de
bajo profesional incesante, como modo de ahuyentar la duda reli-
Dios, del cristiano para entrar a formar parte del pueblo de Dios y
giqsa y de obtener la seguridad del propio estado de gracia. De ahí
alcanzar así la-salvación.. Fue Lutero, según Weber, el primero,que
brota el espíritu del capitalismo. Escribe Max Weber:
utilizó la palabra "Beruf''para designar las ocupaciones intramun­
danas, al traducir unos versículos del Libro del Eclesiástico o jesus "la fundamentación de la ética profesional en la doctrina de la
Sirah, 1 l,20s: "Manténte en tu-quehacer" lo traduce Lutero por predestinación hizo surgir en lugar de la aristocracia espiritual de los
"Permanece en tu,vocación" (Beruff) y "en tu tarea envejece" por monjes situados fuera y por encima del mundo, la de los santos en
"envejece en tu profesión (beru�" (WEBER, 1955, 81, nota 3). Otros el. mundo, predestinados por Dios desde la eternidad, aristocracia
qué, con su character indelebilis, estaba separada del resto d� los
autores han mostrado '.'que no sólo el concepto moral de profesión,
hombres, condenados también desde la eternidad, por un abismo
sino también«la interpretación de la palabra vocatio en sentido de
insondable, tanto más lúgubre cuanto más profundo e infranqueable,
llamamiento, vocación, estado y quehacer de la vida se puede regis­ al modo como los monjes medievales se hallaban exteriormente
trar muy anteriormente a Lutero" (AuER, 1.970, 76ss y 90-97). Con separados del mundo: y la idea de este abismo imprimía su cará�ter
todo este mismo autor· que acabamos de citar dice un poco más en todas las relaciones y sentimientos sociales. Pues estos favoritos
abajo que "no se debería subestimar el significado de Lutero para de la gracia, los elegidos y, por lo �ismo, santos, faltándoles la con­
el desarrollo de la idea cristiana de profesión" por lo que conlleva ciencia de la propia debilidad, no se sentían indulgentes ante el
pecado cometido por el prójimo, sino que odiaban y de�preciaban
de cambio de sensibilidad y de nuevo impulso a la actitud cristia­
al que aparecía como un enemigo de Dios, que llevaba impreso el
na ante el mundo ·(ibid., 90).
signo de la condenación eterna" (WEBER, 1955, 149).
E'I'ICA GENERAL DE LAS PROFESIONES ¿QUE SON LAS PROFESIONES? 43
41

Elemento central del espíritu del capitalismo es el ethos profe­ Para Durkheim la moral profesional ocµpa un lugar intermedio
sional, ése sentido deLdeber por el que los individuos se sienten entre la moral familiar de la que se ha ocupado en las lecciones
obligados,a buscanel éxito en las ocupaciones mundanasy la acu� anteriores·yfa moral cívica a la que va a dedicar el resto.del curso.
mulación de riquezas como fin en sí mismo, y no en razón del dis­ Él ve en la moral profesional, y muy en concreto en la moral de
frute, que'de ello se pueda obtener. 1'EI capitalismo -escribe Max los empresarios y trabajadores de la industria y el comercio, una
Weber- ha existido. en ·china; India, Babilonia; en· la Antigüedad solución .para llenar el vacío m0ral que se va extendiendo en la
y en la Edad Media. 'Pero ese ethos petuliar le faltaba" y sólo se vida económica ... Según él,,todas las profesiones tienen su moral,
da en la época· moderna: occidental: Ganar dinero como profe­ salvo las económicas. Se ha ¡llegadq a reivindicar la anarquía
sión, como fin en sí mismo que obliga al hombre.. moral como un derecho-de la vida económica. Pero es importan­
' Si la ética 'profesional· está 'tan estrechamente vinculada al te que la vida económica esté sometida a reglas morales; es pre­
calvinismo (y no sólo históricaménte), entonces:poéas esperanzas ciso que haya ,reglas que digan a cada uno de los colaboradores
hay de que en una sociedad secularizada y hedon·ista, centrada sus derechos y sus deberes, y no sólo ·de una manera general y
en la "mística" del goce intramundano y presentista -diría M. vaga, sino precisa y, detallada, que tome en consideración las cir­
Weber-, se llegue a regenerar el ethos de las pfafesíoiles. No hay cunstancias que vienen produciéndose de forma ordinaria.
salida fácil a "las· contradicciones culturales del ·1::apitalismo" de Ahora bien la moral no se improvisa, es siempre obra de un
las que habla Daniel Bell. Pretenderlo sería un voluntarismo inge� grupo; el remedio es dar, a los grupos profesionales en el orden
nuo, que a su vez caería en la contradicción dé intentar poner la económico una consistencia ·que ahora no tienen. Para moralizar
religión al servicio del ethos del trabajo productivo; cuando -por la vida económica tienen que constituirse o reconstituirse los gre­
hipótesis- ella sólo ha desempeñado esa fu'nción dinamizad6ra mios profesionales. Eso era lo que en otras épocas hacían las cor­
del espíritu del capitalismo én razón de lo que esa la praxis ascé­ poraciones. Apelar a ellas suen� hoy a pedir que vuelva el antiguo
tica capitalista servía para aliviar las dudas acerca de la propia sal­ régimen. Pero Jas corporaciones .existían antes de la Edad Media;
vación. son necesarias, han desaparecido varias veces, y siempre vuelven
Pero no es verdad que no haya otras posibles raíces del ethos a renacer. Durkheim cuenta con que su alusión a la mera posibi­
profesional, tanto seculares como religiosas: Hay un ethos del tra­ lidad de que cada corporación pueda llegar a .albergar una vida
bajo en el comunitarismo aristotélico, hay un ethos benedictino moral sui generis sea recibida con escepticismo. Reconstituirlas
del trabajo que va en paralelo con su mística �ontemplativa de la -se objeta- equivaldría a sustituir el egoísmo individual por el
alabanza litúrgica ("ora et labora"; "A Dios rogando y con el egoísmo corporativo..
mazo dando"), hay un ethos católico del trabajo ("Entre los La corporación era una especie de gran familia y perseguía en
pucheros también está el Señor") y dentro de éste hay tJn ethos parte fines morales. Algunas funciones que antes se habían atri­
jesuítico, hay un ethos liberal burgués (no si.empre de Órige� cal­ buido a la familia pasaron a ser atribuidas a las corporaciones.
vinista y puritano), como hay un ethos. socialista y un etho� anar- Pero esto no significa que en el futuro tengan que tener carácter
quista del trabajo. doméstico. Pueden y deben adoptar otras formas si han de cum�
plir su papel en las actuales condiciones de la existencia colecti­
\
ÉMILE DuRKHEIM {1858-191 7) tuvo un curso en Burdeos en
1898-1900 que llevaba por título Mora/e et Organisation mora/e. va. Para realizar hoy su función la corporación tiene que dejar de
Lo había tenido antes allí mismo con otros títulos y luego lo volvió ser un fenómeno meramente local y pasar a ser, como lo es ya la
a impartir en París. De este curso se publicaron en 1937, 'veinte gran industria, un fenómeno nacional, una institución pública. Sólo
años después de la muerte de su auto�, las tres lecciones dedica­ así podrá estar al servicio de los intereses generales de la sociedad.
das a la moral profesional de las que aquí nos queremos hacer eco. Las corporaciones deben pues aproximarse al Estado sin dejarse
absorber por él. Esa reglamentación, esa moralización, no puede principios vigentes en el mundo económico y laboral. El tema
ser instituida por un sabio desde su despacho, ni por un hombre había sido objeto del libro de A.M.CARR-SAUNDERS y P.A.WILSON
de estado; sólo puede ser obra de los grup0s interesados. (1933) sobre las profesiones. Considera que en las profesiones, y
Un consejo de administración, elegido, debe regular a nivel muy en particular en la profesión médica, se articula una forma de
nacional lo que concierne a cada profesión. Por eso, con:io esos funcionar y de valorar que no responde a la estructura normativa
grupos hoy no existen, es necesario l.lamarlos a la existencia. La que gobierna las actividades productivas y económicas. De los
idea de regular la economía resulta extraña porque se piensa· en profesionales se espera que en el desempeño de sus funciones no
una disciplina de,tipo "militar", aquella que impone un individuo prime el ánimo de lucro, sino cierto altruismo, una orientación
a otros individuos que no tienen el más mínimo interés en querer básica encaminada a favorecer a la colectividad. Esto caracteriza
lo que el primero quiere. Los economistas clásicos rechazaban los roles profesionales por contraposición con los que existen en
cualquier regulación por considerar que toda disciplina es militar. el mundo de los negocios. Posteriormente designa este rasgo
De hecho no,es así. La disciplina de la que habla Durkheim es el como "ideología de servicio que distinguió radicalmente a las pro­
resumen y la condición de toda vida común, arraigada en el cora­ fesiones liberales frente a los grupos de negocios con orientación
zón de los individuos. No es la disciplina militar la que hace falta mercantil". (PARSONS, 1976, 542).
a la vida económica. Tendría que ser, más bien, una disciplina La práctica de la medicina es, según Parsons, la respuesta fun­
colectiva del tipo que existe en un grupo' a la ·que todos,los que cional a un problema que tienen que resolver todas las socieda­
pertenecen a él se someten en razón misma de su. adhesión al des: el problema de la salud. La enfermedad, además de un fenó­
grupo. Lo que importa son las co\tumbres (moeurs). meno natural, es un fenómeno social. La práctica médica es un
TALCOTT PARSONS (1902-1979) es otro de los grandes sociólogos mecanismo con el que el sistema social se enfrenta con las enfer­
que se ha ocupado de la especificidad del fenómeno profesional medades de sus miembros. Implica roles institucionalizados y
y de su ethos. Lo hace desde el paradigmaduncionalista que va a complementarios: el rol del médico y el rol del enfermo. "Estar
inspirar - para desarrollarlo o para cuestionarlo� mucha de la lite­ enfermo" constituye un rol social; esto se refleja en una serie de
ratura sociológica posterior sobre este tema. expectativas institucionalizadas con sus correspondientes senti­
Parsons empieza a .interesarse por los· temas· profes.ionales en mientos y sanciones. El rol de enfermo puede afectar a cualquie­
los años 30. Sus primeros trabajos están dedicados a la ·profesión ra; es un rol adquirido, universalista, funcionalmente específico,
médica; posteriormente hace una incursión en- el campo de las es decir, queda reducido a la esfera de la salud y a las dolencias e
profesiones jurídicas y ofrece consideraciones de tipo general incapacidades particulares de esa esfera. El rol del médico es un
sobre las profesiones. Poco a poco va viendo en, las profesiones un rol profesional, subtipo del grupo más amplio de los roles ocupa­
elemento característico del sistema social de la sociedad america­ cionales, Cuidar de los enfermos,. en nuestra sociedad, no es una
na en particular y·de las sociedades moderna� en general:."En mi actividad incidental de otros roles (como del rol de madre), sino
opinión, -escribe Parsons- el complejo profesional, ·aun estando ha llegado a ser un "empleo" de dedicación exclusiva funcional­
evidentemente incompleto en su desarrollo, es ya el componente mente especializado. Como rol ocupacional se institucionaliza en
más importante de la estructura de las sociedades· modernas". torno al contenido técnico de la función. Al desempeño de esta
(PARSONS, 1976, 546).. función se asigna un status elevado en la jerarquía social.
El fenómeno profesional comienza suscitando el interés de El rol de médico estructura su ethos en torno a cuatro carac­
Parsons por lo que, en continuidad con fa ·forma de percibir el terísticas: es universalista, funcionalmente específico, afectiva­
mismo fenómeno que veíamos en Durkheim, estima que constitu­ mente neutral y orientado al bien de la colectividad. Ser médico
ye una característica del mundo profesional que contrasta con los no es un rol reservado a una casta, familia o estamento; el médi-
46 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES ¿QUÉ SON LAS PROFESIONES? 47

co no ejerce su actividad sólo con sus parie n tes y familiares, sino mie n tos éticos que espo n tá n eamente hace n los profesio n ales, que
con· todo el que acuda a él (universalismo). Se espera que cure adolece n .de lo que J.MARTÍN-MORENO y A:DE MIGUEL de n omi n a n
las enfermedades y ·cuide la salud de sus die n tes (funcionalidad "dentrismo", traduciendo el ·térmi n o/' ir:isíderism". de R: K.Merto n .
específica). Eso requiere compete n cia téc n ica; e n la sociedad El modelo de profesionalidad co n el que trabaja la visió n soci0ló­
moder n a la práctica de la medicina está organizada e n tor n o a la gica idealizada lo resumen J.MARTÍN-MORENO y A: DE Ml(i;WEL (1982,
aplicación del co n ocimiento científico a los problemas de la 2 7s, ver 2.9-51) en. los· siguie n tes rasgos:
e n fermedad y de la salud: Se espera del médico que se ocupe del
"1. 9cupél_c;iq n tic1;i,ca a pl� n a ded\c��.!PI) . . de,n ��q d�I esquema
problema- de la salud de sus pacientes e n· térmi n os objetivos,
de divisió n del trabajo c:{e u n a sqciedad moder n a o e n . tra n -
científicame n te justificables (neutralidad afectiva). Es importa n te 11 , \· •• •
' ,

ce de serlo. . .•
que los doctores diagnostique n y prescriba n los tratamie n tos co n
2. _ Idea. d.e s�ryi�io a [a s?ciedª-d ge n eral y al "p;��lema huma­
independe n cia de sus preferencias perso n ales respecto de
n o" que se trata de resol"'.er. Resist� n sla a, subsumirs� en los
pacientes particulares.
pri�cipios de la,s or,ga n izacio11es _empres¡uiales qwe �e sus-
La orientación al bien de la colectividad es u n rasgo sociológi­
te n ,a_n e n la idea de lu�ro o be n eficiq.
co, de lo que i n stitucio n alme n te se espera de todo profesio n al de
3. Pri n cipio de auto n omía o de libertad e n relació n co n el
la medicina (PARSONS, 1982, 438). Se supo n e que el médico no
clie n te. Resiste n cia a la burocratizació n .
comercia co n sus prestacio n es. No se anu n cia n i hace publicidad.
4. Organización colegial o corporativa, que, implica en esen­
No puede regatear sus honorarios, ni puede rechazar pacientes
cia la delimitació n de un triple mo n opolio de compete n ­
porque n o le ofrezca n gara n tías fi n an cieras, sobre todo si éstos n o
cias, de acceso al cuerpo y de domi n io sobre u n a zona de
tie n e n otros profesio n ales a quienes acudir.
servicios. Co n ello se lu\ha con tra el i n trusismo�
· El u n iversalismo y la especificidad fu n cional está n muy estre­
5. Compromiso vocacional, que sublima otros i n tereses.
chame n te ligados. Eso lleva co n sigo la segregació n de los co n tex­
6. Código de ética é n el que se expresa y se da forma a algu­
tos fu n cionales. El secreto profesio n al trata de gara n tizar que lo que n as de las a n teriores n otas y que terf!li n a conforma n do una
el médico co noce e n el ejercicio de su profesió n, no salga de ese cultura profesio n al e n el se n tido a n tropológico.
co n texto segregado; eso protege a la vez al pacie n te y al profesio­ 7. U n a peculiar relació n cliente-profesional".
n al e n el desempeño de su rol. La combi n ació n de u n iversalismo,

especificidad fu n cio n al y n eutralidad afectiva permite al médico Si se ate n diese sólo a las voces de los•profesio n ales, a lo que
superar las resistencias y poder pe n etrar en los asuntos privados de ellos dice n de sí mismos; la ese n cia-de su profesió n co n siste e n el
los pacie n tes. Pero esos eleme n tos pautados además protege n al servicio desi n teresado a la huma n idad ·e n el aspecto correspo n ­
médico: le permite n ejercer bie n , juzgar objetivame n te, etc. die n te de su fu n cio n alidad específica. U n profesio n al es u n a per­
La visió n parso n ia n a de la profesión médica respo n de básica­ son a co n sagrada a su profesió n y, a. quiehes n ecesita n . sus .servi­
me n te a lo que Ricoeur llamaría u n a hermenéutica de reconstruc­ cios. A ello sacrifica su i n terés econ ómico,,su desca n so, su fami­
ción de se n tido. La profesió n se compre n de por lo que prete n de lia, i n cluso su salud: Los privilegios de que goza n o·so n si n o ele­
ser, por lo que dice n hacer y buscar quienes la practican y por lo me n tos n ecesarios para mejor poder ejercer su profesión e n be n e­
que espera de ellos toda la sociedad y e n especial quienes solici� ficio de los clie n tes y usuarios, etc.
ta n sus servicios específicos. La resulta n te es una visión idealiza­ Pero e n la i n stitucio n alizació n i n eludible a que está sometida
da, poco crítica, de los profesio n ales, legitimadora de las prete n ­ toda actividad social releva n te y recurre n te n o todo respo n de
sio n es de autoco n trol, mo n opolio funcional específico e imáge n es exclusiva n i primordialme n te a las n ecesidades del bue n -ejercicio
de status. Esta visió n sociológica vie n e a corroborar los pla n tea- profesio n al, también, y .. mucho más a los i n tereses de quie n es
prestan ese servicio. Si ,ellos son los únicos que entienden de eso, . Además de los sociólogos, algunos historiadores se han ocu­
ellos tienen que ser también los, únicos que pueden enjuiciar •esas pado de las profesiones y de su ethos'o "estructura normativa".
actividades. Gon•ello'se crea la jt:Jrisdicción especial del colectivo Hay algunos estudios históricos sobre la profesionalización de la
profesional.en régimen de·monopolio, Un ·historiador crítico de la medicina, especialmente en el ámbito anglosajón; pero se echan
profesión médica,-J.L.BERLANT ,(1975¡ 119), llega a afirmar· que la de menos estudios semejantes del área latina, y mucho más aún
ética médica es un instrumento para consolidar el monopolio del de otras profesiones. j.G\Ro' BAROJA (1985), sin haber dedicado a
ejercicio profesional. A los clientes y a las autoridades p_úblicas este· tema ninguna monografía, ofrece interesantes apuntes sobre
sólo les ofrecen garantías éticas y autocontrol profesional. Por eso lbs labradores, sacerdotes; mercaderes y soldados en la España de
se llega a afirmar que los códigos de ética profesional ho son más
los siglos XVI y XVII (D. GRACIA ha dedicado un libro al Desarrollo
que cortinas de humo para enmascarar intereses económicos y
_ histórico de la psiquiatría, 1980). Faltan aún muchos trabajos his­
poder social (THE HASTING CENTER, II The Public 'Duties of the Pro­
tóricos sobre fas diferentes profesiones en las diferentes culturas.
fessions", 1987). De nuevo J.MARTÍN-MORENO y A. DE MIGUEL (1982, La historia de las profesiones sanitarias está más desarrollada que
53s, ver 54-73) contraponen a las siete características del modelo
fa historia de las profesiones jurídicas o que la ·de los arquitectos,
de profesionalidad estas otras siete' n'otas de la idedlogía del pro-
ingenieros y otras profesiones más recientes. Tal vez el periodismo
fesionalismo:
constituya una excepción.
"1. La preparación especial. VERN L.BuLLOUGH (1966) ve en la medicina un ejemplo para­
2. La alta posición social y económica. digmático de cómo se configura una profesión a través de los
siguientes pasos: Primero se desarrolla un cuerpo de conocimien­
)
3. La resistencia a los controles'públicos.
4. El monopolio y otros privilegios corporativos. tos desconocidos para los no expertos. Bullough ve en este rasgo
5. Los principios aristocráticos. la clave decisiva para que una actividad sea considerada o no
6. La idealización de la cultura profesional. como una profesión. En segundo lugar se institucionaliza la trans­
7. La evasión de la responsabilidad en la relaci misión de dichos conocimientos. Con ello, en tercer lugar, se con­
ón con los
clientes". solida el monopolio o derecho exclusivo a ejercer la medicina. En
cuarto lugar se amplía el monopolio mediante la organización de
La sociología del conocimiento (BERGER-LUCKMANN, 1972, 94, los médicos para ejercer el autocontrol. Una vez obtenido lo ante­
115, 149, 153s ...) advierte que "saber" y "rio saber" en el campo rior, en quinto lugar, aumentan sus honorarios, el poder y el pres­
social, se refiere siempre a lo que es definido socialmente como tigio y tratan de ejercer el cóntrol sobre los auxiliares de su prác­
realidad, n9 a ciertos criterios extrasociales de validez cognosciti­ tica. En sexto y último lugar, fa medicina llega a ser vista como
va. Los profesionales, como cualquier-grupo de.expertos saben su una ocupación permanente, definitiva, de alto status con la que
oficio y definen la realidad que les compete por ser profesionales. quienes la ejercen no cesan nunca de identificarse.
Y cuando no saben. 1 o que tienen que saber, es que no son verda­ Entre los filósofos M.FOUCAULT (1979) ha investigado el naci­
deros profesionales·. L:a realidad, la salud, fa eficacia, fa protección miento de la clínica, o por decirlo con más precisión, el nacimien­
jurídica, eta, se definen·socialmente, pero esas definiciones siem­ to de esa nueva manera de mirar y de nombrar el cuerpo enfermo
pre se encarnan en individuos y grupos de individuos -los, médi­ que surge entre finales del siglo XVIII y principios del XIX con el
cos, los ingenieros, fos'jliristas...- que sirven como definidores de nacimiento de la medicina positiva. No es un hecho aislado lo que
fa realidad, de la salud, de fa eficacia,· de la protección jurídica, posibilita la reorganización sintáctica, social y perceptiva del cuer­
etc. Siempre es bastante verdad -y nunca acaba de serlo del todo­ po enfermo. "La mirada médica (es)... un segmento de la dialéctica
que inteligencia-es fo que se mide con un test de inteligencia. de las Luces transportado al ojo médico". (ibid., 82, 279).
50 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES ¿QUÉ SON LAS PROFESIONES? 57

Las profesiones jurídicas se. desarrollan al final de la Edad medida, no por ello hay que dejar de hablar de profesión, aunque
Media, con el resurgir del .D,erecho Romano en las universidades sea en un'sentido menos pleno. Los rasgos admiten grados de rea­
itali.anas; van e�treyhamfé!nte unidas al: desqrroll9 del esté:ldo se� lizadón; es' posible, pues, construir··es\alás d,e profesionalfzación.
cular, moderno,! E,s probabl.ement�- �or.recto. decir que desde e_l No todas, las profesiones I?, s?.r\ en igu_al medida, ni tq��s alcanzan
C01T1ienzo los juristas mantuvieron una cierta·independencia.,fren­ a la vez el mismo grado de profesionaljzac;ipn. Esto p'arece. respon­
te a las autoridades políticas en cyanto tales. El jurista, aun.que en der mejor a la realidad de la que nos ocupamos.
muchos, aspectos depen�ía de los príricipes, era hasta cier:to punto
u_n expertp, independiente cuyas doctrinas re�pecto de la ley erar Profesiones son pues aquellas actividades ,ocupacionales:
algo más que mera expresión de los intereses de sus sup��i.orrs a)· en' las que de forma institucionalizada· se presta un servicio
políticos por mantener, afianzar o ejercer el poder. Es ·algq,típico específico a la sociedad,'
de las profesiones en general y lo ha sido desde el comie-pzq d� b) por p�rtéde un �onJunto de perso,nas '(los 'profesionales)
la historia moderna (PARSONS, 1954, 371 ). Faltan los estudios, his­ que se dedican a ellas de for(J1a estable,' obty.niendo c;ie ellas
tóricos correspondientes sobre la imparable ascensión de los jyris­ su.medio deyida,
tas y el paulatino sometimiento de tod�s_ a.1 poder regulador del c) formando con los otros profesionales (colegas) un colectivo
Derecho, y por ello mismo de los juristas. que obtiene 'o trata de obtener < el· control monopolístico
En la evolución hist9rica más reciente también los ingenieros y sobre el ejercicio de la profesión,
arquitect'os han tenido su época de esplendor, y aun hoy ma�can él)' y acceden a ella tras un largo proceso c!e capacitación teó­
muy decisivamente su impronta profesional. rica y práctica, de' la cual d�pende la acreditación o licen­
cia para ejercer dicha profesión.

\
111. DEFINICIÓN DE PROFESIÓN
LECTURAS COMPLEMENTARIAS

El hecho de que todos quieran ser profesionales hace que la GoNZÁLEZ ANLEO, J. (1994), "Las profesiones en la sociedad corporativa",
tarea de definir las profesiones se convierta en fuente de agravios en: FERNÁNDEZ, J-L. y HORTAL, A. (1994), Ética de las profesiones,
para quienes no caen bajo esa definición de profesión. Dar. un Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 21-34.
concepto demasiado restringido de profesión podría parecer una MARAÑÓN. G., Vocación y ética y otros ensayos, Espasa-Calpe, Madrid,
descalificación ex definitione de las pretensiones de determinados 1947.
MARTÍN-MORENO, J. y MIGUEL, A. DE, (1982), Sociología de las profesiones,
colectivos de ser considerados como verdaderos profesionales. En
CIS, Madrid.
cambio si toda ocupación laboral estable es ·considerada como MARZAL FUENTES, A., "El ethos del trabajo en la sociedad actual", en:
profesión, entonces el concepto es tan amplio que quedi3 sin jus­ FERNÁNDEZ, J-l. y HORTAL, A. (1994), 35-52.
tificar nuestro interés en tratar específicamente de la ética profe­
sional como contradistinta y más específica que una gené,rica
�tica del trabajo, de la laboriosidad, etc.
Aquí ofreceremos una definición tipológica de profesión. Al
definir la profesión conforme a la semántica de prototipos, cada
rasgo caracteriza centr�lmente lo que es la típica prof�sión._ Cuando
todos esos rasgos se cumplen, estamos ante lo qu� podemos llamar
la profesión en su sentido pleno, la profesión-tipo. En cambio,
cuando algunos de esos rasgos faltan o se cumplen en menor
52 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES ¿QUÉ SON LAS PROFESIONES? 53
. ),

"Hay sin duda aumento qe vida, y esta función es la que gene­ Juramento hipocrático:
ralmente realizan las profesiones. No hay d�da qu� el médic? que
"Juro por Apolo, médico, por Asclepio, Higía y Panacea, así
hace desaparecer 'los dolores, arregla · los h.uesos rotos, cura las
como por todos los dioses y diosas, poniéndolos por testigos, da�
enfermedades y nos libra de una muertJ prematura, aumenta la
cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con m1
duración de la vida. Los compositores de música y los que tocan
criterio al juramento y compromiso siguientes: Tener al que me
instrumentos, así como los profesores de'música y de baile exal­
enseñó este arte en igual estima que a mis progenitores, compar­
tan las emociones y aumentan la vida. El poeta épico, lírico o el
tir con él mi hacienda y tomar a mi cargo sus necesidades si hicie­
dramático, de acuerdo con el actor, nos procura a su modo sensa­
se falta, considerar a sus hijos como hermanos míos y enseñarles
ciones agradables y nos aumenta la vida, El ·historiador y el hom­
este arte, si quieren aprenderlo, de forma gratuita y sin contrato o
bre de letras elevan el estado mental de.1 hombre en ciertamedi­
compromiso, hacerme cargo de la preceptiva, la instrucción oral y
da, primero e� la dirE;cdón que le imprim,en, después por el i�te­
demás enseñanzas de mis hijos, de los de mi maestro y de los dis­
. rés. que excitan los hechos y las ficcio�es y aumentan la _v,da.
cípulos que hayan suscrito el compromiso y �stén s?metidos ��r
Aunque no podamos' decir nosotros que el legislador. y el aboga­
el juramento a la ley médica, pero de nadie mas. Hare uso del reg,­
do operen la misma acción de una manera directa, facilitan sin
men de vida para ayuda del enfermo, según mi capacidad y recto
embargo el mantenimiento del ciudadano, ayudánd0le a resistir
entender. Del daño y de la injusticia le preservaré. No daré a
las agresiones, y esto también es aumentar la vida. El profesor,
nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejan­
tanto por la instrucción que sum_inistra COfl1.0 por la disciplin? que
te sugerencia. Igualmente tampoco proporcionaré a mujer alguna
impone, hace a sus alum_nos capaces d� adaptarse a cl!alquier
un pesario abortivo. En pureza y santidad mantendré mi vida y mi
ocupació� de ú� moq� más efecti,vo y obtener provechos pa�a su
arte. No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren del mal de
subsisté�cia, y aumenta la vida. Y :los q�e sé ocupan en artes plá­
piedra. Dejaré esa práctica a los que la realizan. Al �isitar una
ticas también, el pintor, el escultor, el arquitecto, excitan con sus .
casa, entraré en ella para bien de los enfermos, absternendome de
obras los sentimientos delicados, las emociones agradables de
todo agravio intencionado o corrupción, en especial de prácticas
orden estético, y aumentan así la vida
. ...".
.. :·• . sexuales con las personas, ya sean hombres ya mujeres, esclavos
HERBERT SPENCER, Origen de las profesiones, F. Sempere & o libres. Lo que en el tratamiento, o incluso fuera de él, viere u
Co.,Valencia, 1909, pp. 7s. oyere en relación con la vida de los hombres, aquello que jamás
deba divulgarse, lo callaré teniéndolo por secreto.
Si soy fiel a este juramento y no lo quebranto, séame dado el
gozar de mi vida y de mi arte, rodeado de la consideración de
todos los hombres. Pero si lo violo y cometo perjurio, que me ocu­
rra todo lo contrario".
Citado y comentado por D. GRACIA, Fundamentos de bioéti­
ca, Eudema, Madrid, 1989, págs. 45ss.
Cap(t�10··3
�o·�t�xtq� Y' n�reqi.éitJzaci'Oqes .�ol.)1

de la¡ ·responsapHidad ·profesional


t.·�� , 1, 1 • , , • " • \§.' fJI,. 1 ,'/· ) , •• ,


·,

Decfamos én el capítulo introdudorió que una d� las posibles


reservas frente a la propuesta de una ética·&� la's profesiones radi­
ca en que las pretensiones de tener una responsabilidad autóno­
ma por parte de los profesionales no se corre�ponqe !=º11 I� sjtu�­
ción cada vez más mediatizada en que se lleva a cabo el trabajo
profesiónal en las condicione�· y .contextos actuales: Si la ética que
proponemos: ha .. de ser realist�, y ofrecer propuestas ,practicables
tiene que- hacerse cargo, de q�e las. actividades profesionales se
realizan hoy en contextos que a la vei que posibilitan,, recortan y
configuran decisivamente la responsabilidad de los profesionales.
Cada: profesión tiene sus propios contextos y, eada ética profe­
sional. habrá .de tomarlos- en .consideración. En· términos. generales
todas o casi todas las profesiones se veri expuestas a tres mediatiza­
ciones fundamentales: la mediatización técnica, la mediatización
económica y la mediatización organizativa o institucional. La cre­
ciente complejidad y tecnificación del trabajo hace de los profesio­
nales más bien servidores de una máquinaria que sujetos que actú­
an ,autónomamente. Hoy los profesionales trabajan en empresas,
organismos, instituciones que les· asignan su cometido en el reparto
funcional de tareas y competencias; no tienen otra cosa que hacer
que lo que les toca hacer; haciéndolo cumplen con "su ·deber"; se
supone que pueden y deben desentenderse de todo lo que no les
está.explícitamente encomendado: En este-contexto institucional u
organizativo merece especial atención la mediatización económica
del trabajo profesional.. No se trata sólo de que son asalariados, per­
sonas contratadas para desempeñar determinadas funciones que
56 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 57

también otros pueden desempeñar en su lugar, se trata además de ción liberal" para designar aquella que se centra en las humani­
los condicionamientos y límites que l�:Ktemas económicos plante­ dades (historia, filología, filosofía y bellas artes) aunque en oca­
an a su .trabajo profesional: si tral;>¡ijan en un servido pqbljco tienen siones puede abarcar también los aspectos teóricos de las ciencias
que atenerse a las limitaciones 'presupuesta�ias y los �ecanismos de la naturaleza y aun de las ciencias sociales; lo decisivo es que
ritualizados d� acceder a· l�s récursos asignados; $i trab?jan- en prevalezca el cultivo del espíritu sobre la dimensión pragmática y
empresas, su trabajo está sometido al imperativo'de la viabilidad y productiva. De ahf. se va pasando insensiblemente a aquellas acti­
rentabilidad económicas. ¿Queda margen para la responsabilidad vidades profesionalizadas que por usar más de la inteligencia que
profesional? ¿No es la apelación a dicha responsabilidad cosa de de la fuerza o la habilidad y esfuerzo corporal quedaron asimila­
otros tiempos y de otros contextos muy diferentes a los nuestros? das a las artes liberales..
Antes de entrar en la consideración de cada una de estas tres Los oficios serviles, según Aristóteles, lo son por cuanto el
mediatizaciones no estará de más empezar presentando la idea de esclavo no se pertenece a sí mismo; por eso cuarito hace el escla­
las profesiones liberales, aunque no sea más que para disipar vo está al servicio del amo que es el. que le marca los fines. Las
mal�ntendidos y .evitar caer en idealizaci9nes cuando .se habla actividades serviles son pues aquellas que no tienen el fin en sí
hoy de ética profesional. mismas, si.no q�e están al servicio que les viene marcado desde
fuera por otro diferente de aquel que las hace. En cambio son acti­
vidades propias de hombres libres aquellas que tienen el fin en sí
l. LAS PROFESIONES LIBERALES mismas como la vida activa (política) y la vida intelectual.
\ Aristóteles da a estas afirmaciones una dimensión antropológica:
En el lenguaje corriente se er¡tiende por profesional liberal la parte intelectual manda y la parte corporal ejecuta lo mandado;
aquel que trabaja autónomamente en alguna de las profesiones eso vale tanto para cada individuo humano como para todo tipo
que podríamos; llamar /! clásicas''. : .el médico en su· consulta, el de comunidad humana. El alma es el elemento rector y el cuerpo
abogado en su despacho,. el arquitecto en su estudio, etc( 1 "Liberal" el elemento regido (Política, 1254 a 35).
en este contexto no hace referencia, al menos en un. primer Desde esta contraposición entre los oficios serviles y las artes
momento, al ·liberalismo económico o político, sino más bien a lo liberales tiende a darse por sentado que el profesional liberal hace
que Benjamin Constant llamaba ,"libertad de los antiguos"·,,. es lo que quiere, porque quiere y en la medida �n que se identifica
decir la ·condición del hombre libre; del que 1no es esclavo, vive en con los fines de su quehacei profesional; sólo sus colegas, los
una repúblic,a de hombres libres, no está sometido a,otro. iguales e igualmente comprometidos con la profesión, están en
Una.larga tradición que se remonta a la Antigüedad distinguía condiciones de enjuiciar su buen hacer o sus malas prácticas pro­
entre,oficios serviles¡ propios de esclavos, y artes liberales, aque­ fesionales. En cambio el trabajador por cuenta ajena, a semejan­
llas, a las que los hombres I ibres .podían dedicarse ,sih desdoro. ia del esclavo, no sería responsable de los fines; éstos le vienen
Eran .los tiempos .en, los que. la vida dediGada .al ocio y1 las, musas dados, se los rriarta el que lo contrata; él a lo sumo es responsa­
era valorada muy p>or encima de la vita. negotiosa, de la vida ocu­ ble de los medios y de que los fines sean realmente alcanzados.
pada en cosas útiles, en los afanes de lo necesario. Las artes libe� Cuando el profesional no trabaja sólo con su cabeza, decidiendo
rales·se caracterizaban fundamentalmente porque tenían por base personalmente y con criterio propio, nos estamos alejando del
la inteligencia.··En. la I�ad Media· había siete 'fartes liberales'.� que modelo de las artes y profesiones liberales y nos acercamos a lo
configuraban el trivio (Gramática, Retórica, y Lógica) y el .cuadri­ que a lo largo de muchos siglos se consideraron oficios y trabajos
vio (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). serviles. El precio razonable que hay que pagar para que no haya
En tiempos más recientes que llegan hasta nuestros días se esclavos y amos, es que todos ,seamos, además de amos y dueños
habla en las universidades de educación humanística o "educa- de nuestras vidas, un poco esclavos.
58 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 59

Durante muchos siglo�, los, profesionalys, sir;i llegar a ser· una Pensaba Ortega en 1954 que sólo el obrero era pieza sustitui­
clase social, formaban un estamento. que, en,cierto sentido, queda­ ble, mientras que el profesor y el ingeniero -por más que trabaja­
1
ba al margen del pueblo llano y de la ar.istocracia. No eran ni: pobres sen corporativamente- no lo eran•al esta r en condicior1es de poner
ni ricos. Ni; vivían de rentas" ni dependían de. los ricos. Se dedica­ un sello profundamente personal· en 10 que hacían. Cincuenta
ban a.su trabajo profesional de cuyos servidos·necesitaban tanto los años después los límites entre el trabajo i'ntelectual y el manual se
pobres como los ricos. 'La ética profesional··propia les' investía con han difuminado; hay profesionales que trabajan con las manos y
una dignidad estamental que comportaba a la vez privilegios y obli­ son autónomos; mientras que muchas .de las profesiones liberales
gaciones semejantes a los de la aristocracia: "nobleza obliga". En las se han burocratizado y con ello qt:Jiénes las practican están más
profesiones ya no se trataba de una nobleza de cuna, de posesiones próximas a ser piezas sustituibles. A eso se añade que hoy las dife­
o de hazañas bélicas, sino de la nobleza del ·conocimiento y del rencias estamentales resultan, odiosas y tienden a desaparecer o al
buen hacer de médicos, jueces, clérigos, militáres .... menos a ocultarse.
En una conferencia que tuvo Ortega en 1954, un año antes al Ortega no se hacía ilusiones; �abía que l,os tiempos no iban a
de su müerte, sobre Las profesiones liberales caracterizaba éstas favor ni del individuo' ni de la excelencia. Las formas dé actuación
contraponiéndolas a las no liberales en los siguientes términos: colectiva son hoy las que predominan; los profesionales menos
dotados -decía Ortega- buscan que el Esta�:lo reglamente la pro­
a) el profesional liberal trabaja ante todo cori la cabeza; mien­ fesión; el profesional dotado y vocacionado apenas tiene espacio
tras que los oficios y artes serviles consisten predominante­ social suficiente para ll�var a cabo su obra personal. No creía
mente en trabajo manual o corporal; Ortega que esta. tendencia se fuese. a inverJ:i.r a corto y medio
b) en las actividades profesionales el profesional se confronta plazo; pero él invitaba a nadar� contracorriente. Con un toque de
como individuo con casos individuales a los que tiene que optimismo, poco frecuente en �I e11 estos temas, pensaba que las
dar soluciones individualizadas; por eso la profesión liberal, masas empezaban a. estar cansadas de ser masa y empezaban a
a diferencia del trabajo rutinario y estereotipado de los ofi- sentir la necesidad de seguir a un piloto.
cios serviles, requiere talento y educa.ción; Habría mucho que hablar del carácter elegido o forzado de la
e) las profesiones no liberales no se eligen, vienen impuestas; en propia profesión. Del carácter vocacional hablaremos en el último
un principio eran realizadas por esclavos; po�terior�ente son capítulo. Habida cuenta de. cómo está el mercado laboral no es
llevadas a cabo bajo el imperativo de.la necesidad de ganar­ fácil acertar con esa fórmula de la felicidad que consiste en hacer
se la vida. En cambio es un rasgo constitutivo de la profesión lo que quieres y que te paguen por ello. Los ingenieros al poco
liberal su carácter personal o vocacional. El. pr9fesional .s� tiempo de terminar su formación dejan de ejercer de ingenieros y
identifica con lo. que hace, se s.iente fe,liz; haciéridplo,. au.n se convierten. en gestores, los psicólogos en jefes de personal, los
cuando le cuest� esfuer,zo y no .le report� muchos be.ne!icic;>s. médicos en gerentes de hospital, los farmacéuticos en represen­
d) frente a lo que Ortega llamaQa I� "ma�ía del igualitarismo", tantes de laboratorios... Hoy· son muchos los profesionales, la
las profesiones liberale.s.se cara.eterizaban por ur,a lucha por mayoría, que se ven obligados a desempeñar las funciones que las
destacar en la excelencia profesional. No basta ser i;nédico, empresas y organismos para los que trabajan les tienen asignadas.
arquitecto, abogado; !JO basta con ser un .buen médico, un Las masas hace tiempo que están cansadas de ser masas (o no,
buen arquitecto o ur;i buen abogado;· hay que ser el mejor según cuándo y cómo) pero han perdido el hilo que les permita
médico, el mejor arquitecto ,o el. mejor abogado. Y quien desandar el camino de la masificación.
puede acceder a la cúspide de la excelencia no se confor­ Por otra parte, muchas profesiones han dejado de consistir hace
ma con menos (ORTEGA, .1962a). · tiempo en esa confrontación del profesional con el caso concreto
60 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 67

para poder ofrecer soluciones individualizadas. El-profesional apli­ ejemplo, lo empiezan a usar los médicos en el siglo XVIII; el labo­
ca hoy técnicas y procedimientos rutinarios y estereotipados;con lo ratorio clínico inicia sus primeros balbuceos por esas mismas
que el trabajo profesional se ha hecho rutinario y estereotipado. fechas. Cuando esas técnicas y esos aparatos se basan en conoci­
Tanto la tecnificación de los procesos de producción como la buro­ mientos científicos hablamos de tecnología. La revolución indus­
cratización de los procedimientos de tramitac:ión de "casos'.' .cami­ trial lleva consigo y tiene en su raíz el desarrollo de una tecnolo­
nan por esa rutinización. Los enfermos son casos a,los que se apli­ gía que aprovecha .los conocimientos científicos.
can los procedimientos terapéuticos previstos una vez que han sido La técnica potencia las actividades en general y las actividades
diagnosticados, es decir, clasificados -por cierto también conforme profesionales en particular. En principio las innovaciones tecnoló­
a procedimientos y pruebas preestablecidas y en .los términos fija­ gicas se introducen para proporcionar mayor eficacia y precisión
dos burocráticamente. Y así en otras muchas profesiones ... en la obtención de resultados, ahorrando esfuerzos. La tecnifica­
ción, al ampliar las capacidades profesionales, trae consigo una
primera y básica consecuencia ética para los profesionales: ser
11. LA MEDIATIZACIÓN TECNOLÓGICA DE LAS PROFESIONES
competentes técnicamente es una condición necesaria, aunque
La técnica configUra casi todos los aspectos de la' vida actual. no suficiente, para ser moralmente responsables en el ejercicio
Las profesiones no son una excepción. Forman parte de este profesional. Un buen profesional tiene que estar al día en la forma
mundo tecnificado y están ellas· mismas tecnificadas, un'ás más y de plantear los problemas de su profesión y en las soluciones que
otras ménos. Ningún ejercicio prqfesional está a la altura de las aporta; esto requiere capacitarse continuamente en la utilización
posibilidades y exigencias que hoy\ se le plahtean sin los medios de las técnicas'que se van renovando. El profesional tiene hoy que
técnicos que utiliza de forma habitual; piénsese, por ejemplo, en ser un buen técnico para ser un buen profesional.
la informática, pero no sólo en ella. Lo que acabamos de decir es obvio y a la vez importante. Si eso
Técnica 'puede entende'rse en un · sentido tremendamente fuera todo, apenas habría que ocuparse de la técnica desde un
amplio. Decimos por ejemplo qué un pianista, un pintor o un fut­ punto de vista ético. Pero lo que empieza siendo una innovación al
bolista tienen buena técnica. En este 'sentido amplio técnica es lo servicio de la mejor obtención de los mismos fines, acaba pervir­
mismo que habi I idad entrenada para: hacer' oien determinadas tiendo este orden. Terminan siendo los medios quienes determinan
actividades y obtener buenos ·resuhados· haciéndolas: tocar el los fines. Ortega distinguía entre instrumentos y máquinas; el ins­
piano, pintar, jugar al fútbol: Para desempeñar bien los ofidos y trumento es una prolongación de la mano; la máquina hace que
profesiones se requieren múltiples· habilidades. La torpeza técnica quien la maneja ponga su actividad al servicio del mecanismo de
suele ir acompañada de torpeza social y ambas suelen tener üna funcionamiento de la máquina. El profesional que trabaja de forma
dimensión moral. Para ser buena persona y buen profesional hace mecanizada ve restringido el campo de responsabilidad; él se limi­
falta tener habilidades; saber· manejarse en las tareas' que uno ta a ser un mero técnico que sabe utilizar aparatos, ponerlos en
tiene que hacer. marcha y controlar los procesos tecnificados. (ORTEGA, 1977, 100).
Aquí no nos referimos primordialmente a la técnica en este , Una primera consecuencia de esta inversión de la jerarquía
sentido tan amplio, a ·las habilidades. A ,lo que nosotros queremos entre medios y fines es la tendencia a plantear sólo· aquellas tare­
prestar especial atencióQ es a la tecnificación en cuanto ésta supo­ as y meta's para las que hay técnicas elaboradas y desarrolladas.
ne la construcción y utilización de aparatos.1 Esto es algo bastante Otra consecuencia éS' que la existencia misma de determinadas
más reciente. Es sobre todo a partir de la revolución· industrial técnicas hace que con· frecuencia la posibilidad se convierta en
cuando la técnica ha ido produciend0 cambios notables en el necesidad. Si algo es posible, ya sólo hace falta que alguien lo
modo de ejercer las profesiones. El termómetro, por poner un desee, .para que sea hecho. Esto alcanza a sectores de la vida pro-
62 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 63

fesional que antes parecían ajenos a la tecnificación. La cirugía intervienen en procesos tecnificados- complejos no se siente res­
estética se propone hacer de la belleza un problema técnico. La ponsable de lo que en ellos se hace; en primer lugar porque es
psicoterapia tiende a pensarse. en nuestra· sociedad. como una difícil .llegar a tener una visión de conjunto; cada· uno sólo es res­
especie de ingeniería o management del psiquismo; hay técnicas ponsable de su parte, ·ya que los fines y los medios están institu­
de marketing para generar necesidades1 técnicas de modificación cionalmente separados. "Quien es·responsable de•los medios no
de conducta y hasta se invita.a aprender "cómo ganar amigos" .. lo es ele lo's fines. El control, inmediato de los resultados del pro­
La difusión de la mentalidad técnica tiende a inhibir las capa­ ceso cae fuera de la experiencia de los individuos que·lo llevan a
cidades de respuesta y responsabilización éticas de los sujetos éti­ cabo" (HORTAL, 1980, 192'); • ' >

cos. El sujeto ético en el mundo tecnificado tiende a desaparecer La tecnificación convierte al profesional en una pieza de un
en la insignificancia, a quedar marginado en la esfera privada, proceso eri el que cada cuar desempeña su función de forma más
precisamente en aquellas zonas de la existencia q'ue todavía no o menos mecánica. El buen .funcionamiento de los procesos tec­
han sido penetradas por la tecnología y los fenómenos que la nológicos exige que cadai uno haga "lo suyo" (cumpla con "su
acompañan. Este fenómeno que ciertamente favorecen los meca­ deber", se dice) y se despreocupe;del conjunto. Toda vacilación,
nismos técnicos se prolonga en una manera de inhibir cualquier toda resistencia y toda forma de salirse del papel asignado es dis­
iniciativa personal que no consista en acoplarse a los mecanismos funcional. En la vida profesional tecnificada· los roles y funciones
que funcionan automáticamente. En el ámbito tecnificado la res­ están previamente definidos; esto hace que el profesional sed una
ponsabilidad se diluye; se llega a echar la culpa a la máquina o pieza sustituible. Suscitar cuestiones éticas resulta disfuncional
al "sistema" del mal funcionamiento de las institúciones y perso­ para el sistema, por eso el que �e afana por plantear los temas éti­
nas. El ordenador es responsable de que no se pueda tramitar cos tiende a ser sustituido por ot�o que se limite a cumplir con "su"
\
nuestro expediente en el plazo previsto. Los retrasos de los trenes cometido, Con ello los automatismos tecnológicos ponen muchas
y los aviones se deben a "problemas técnicos". En un sábado llu­ probidades morales individuales al servicio de fines cuestionables
vioso de finales de enero teníamos una de nuestras reuniones del rara vez cuestionados. El,profesional· pasa a estar instrumentaliza­
Grupo de Ética de las Profesiones. Hacía frío en �quella �ala de do por la empresa o el organismo en el que trabaja o por el clien­
un edificio moderno de un centro universitario que, obviamente, te para el que lo hace. Se espera que el abogado aplique sus cono­
estaba prácticamente desi.erto en el fin de semana. La calefaccipn cimientos y habilidades en hacer que a su cliente o a su empresa
estaba encendida, pero era in.suficiente. Nuestro anfitrión salió a le den la razón los tribunales, aunque no la tenga. Se espera que
pedir al encargado que subiera un poco la calefacción. A los el médico ponga en juego su pericia no sólo para curar enferme­
pocos minutos volvió y nos comunicó: "No se puede; es un edi­ dades,. sino- también para interrumpir un embarazo no deseado,
ficio inteligente". hacer una operación de cirugía estética ci acortar una vida que se
El ejercicio profesional, al tecnificarse, hace que se diluyar:i los hace insoportable al que la vive ..., o a los que le rodean.
aspectos éticos de la profesión. El profesional pasa a ser un técni­ Salvo los brotes de tipo agresivo y escasas formas de inconfor­
co instrumentalizado por el proceso, por la empresa o el cliente mismo marginal, impera el conformismo. La mayoría vive con
para el que trabaja. L;,1,única virtud qu� se le exige es fa habilidad, cierto fatalismo el acontecer social. Esto no se debe sólo a la téc­
poseer las capacidades técnicas necesarias para obtener los_ resul­ nica, pero la tecnificación contribuye a ello. El ejercicio profesio­
tados que otros desean. La tecnificación hace aumentar la aliena­ nal, ·una vez superados los primeros idealismos, se vive con cier­
ción y hace crecer las dificultades para que el hombre encuentre to sentido fatalista de sometimiento al "sistema", esa gran máqui­
una identidad coherente y con sentido.. La mayoría de quienes na imparable, de la que cada uno se siente como una mera pieza.
La participación en los procesos tecnológicos se vive como inevi­ 111. LIMITES Y CONDICIONAMIENTOS ECONÓMICOS DEL TRABAJO PROFESIONAL
table. La sensación de impotencia está generalizada.
La técnica entra en la escena de las profesiones para poten­ Los profesionales no suelen hoy ejercer su profesión como pro­
ciarlas y para .facilitar su ejercicio, pero con frecuencia termina fesionales autónomos, sino como asalariados, como trabajadores
suponiendo una amenaza para la ética profesional. A veces se por cuenta ajena. Esto marca una diferencia importante frente a lo
piensa y se reacciona ante estos problemas como si la solución que se supone que eran los profesional.es en la primera sociedad
estuviese en huir de la técnica o, al menos; en reducir la tecnifi­ industrial: un colectivo independiente y diferenciado tanto de la
cación al mínimo. Ante la creciente complejidad y despersonali­ clase alta que vivía de rentas como de la clase baja o asalariada
zación del mundo tecnificado, se piensa, sólo cabe una ética que vivía del sueldo que obtenía por trabajar para otros. Los pro­
estoica y un maniqueísmo social: todo lo interpersonal .es bueno; fesioriales no estaban ni en un caso ni en otro; se situaban en cier­
to sentido. al margen del sistema de clases; vivían de su trabajo,
todo lo tecnificado es irremediablemente malo. Frente a esta ten­
pero la retribución no era considerada como un sueldo, sino
tación, hay que intentar conciliar ética,y técnica; y para ello hay
como "honorarios"; eran propietarios de sus "medios de produc­
que empezar por precaverse frente ·a la tentación tecnocrática.
ción" pero, en cuanto profesionales, no tenían a nadie a sueldo.
Efectivamente, la tecnificación y consiguiente participación de las
Esto ha cambiado sustancialmente en los últimos decenios. Por
personas en procesos tecnológicos fomenta la comprensión tec­
paradójico que parezca, a la vez que ha ido avanzando la progre­
nocrática de la vida social en general y del ejercicio profesional
siva desaparición de la figura del profesional autónomo, se ha ido
en particular.
produciendo un ascenso del poder profesional debido no sólo al
La veneración por los logros tecnológicos y el temor reveren­
aumento del número de profesiones y de profesionales, sino tam­
cial hacia sus arcanos nos lleva a creer que para todo problema
bién al grado creciente de profesionalización del trabajo y de las
humano.hay una sol.ución técnica y un grupo de expertos capaces
actividades retribuidas. Hoy los profesionales, por lo general, ejer­
de proporcionarla. Es verdad que muchas de las tareas que tene­
cen su profesión como contratados por alguna empresa o como
mos planteadas difícilmente podrán abordarse con r:ealismo y efi­ funcionarios de un organismo público. Para ver el contraste que
cacia sin la colaboración de los técnicos. Pero hay serios motivos esto supone valgan dos afirmaciones de Cicerón que tan distantes
para dudar de que ellos solos, que son los representantes más típi­ están de la actual sensibilidad sobre estos temas: dice la primera
cos de la sociedad que nos crea los problemas, vayan a ser los más afirmación que "el que vende su trabajo se vende a sí mismo y se
aptos e -interesados en resolverlos. sitúa al mismo nivel que los esclavos". La otra afirmación estable­
El enfoque tecnocrático no consiste sólo en decir-abiertamen­ ce que "se reputan de baja procedencia las ganancias que son
te que sean. los t�cnicos los protagonistas de los procesos sociales, pago del esfuerzo y no del talento". Por eso, para Cicerón, mere­
5,ino también }: más sutilmente en reducir los problemas éticos a cen mayor aprecio quienes se dedican a profesiones honorables
problemas técnicos.. lNo hay que esperar que los problemas que (liberales) que requieren un saber mayor y .son de gran utilidad
nos crea la tecnología se resuelvan con sólo. medios tecnológicos; como la medicina, la arquitectura y· la enseñanza de las artes libe­
tal vez hagan. ,falta algunos;. pero ellos solos no yan a bastar. rales. (Tratado de los deberes, nº 44).
Enunciando "factores" .y pr.oponiendo intervenciones en base a Trabajar por cuenta ajena mediatiza la responsabilidad profesio­
correlaciones detectadas entre ellos, no.salimos del círculo tecno­ nal tanto en términos económicos como en términos organizativos;
crático. Esos factores existen y han de tenerse, en. cuenta a la hora estas dos.formas de mediatización están estrechamente interconec­
de actuar éticamente. Pero no hay,que esperar soluciones exclusi­ tadas. Nos ocuparemos ahora de la mediatizaoión económica
vamente técnicas de los problemas éticos. dejando para el apartado siguiente la mediatización organizativa.
66 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 67

. La.mediatización.económica del trabajo profesional tiene a su ción científica y tecnológica que pueda: hacer avanzar y mejorar
vez una doble vertiente: la primera afecta al mismo profesional el modo de ir resolviendo los problemas de siempre o los nuevos
j
qu'e tierie-en el trabajo su medio de vida;•·la segunda· verti�nte que se vayan presentando. Adquirir el instrumental necesario, des­
afecta a lk misma actividad profesional. En cada uno de estos dos plazarse con suficiente rapidez, seguridad y comodidad, tener un
casos hay que.-considerar las· mediatizaéiones qüe vienen-'de' la despacho, consulta, taller o estudio,·· mantener una familia, et€.
viabilidad económica y aquellas otras (no tan perehto'rias, ni tan todo ello supone desembolsos que de algún sitio tendrán-que salir.
inexcusables� pero ·a veces muy determinantes) que proceden de Podrá haber mecenas, podrá haber capas, de población que
la rentabilidad económica, sea en forma'de enriquecimiento per� puedan pagar honorarios altos. a.los profesionales; eso permitirá a
sonal, sea en forma d.e maximizacióri.del benefieio económico éstos hacer prestaciones gratuitas a quienes no las pueden pagar,
empresarial. El profesional, al' ser un trabajador por cuenta ajena; pero aparte del clasismo de estas soluciones, siempre quedarán
no es dueño de marcar sus finalidades; las táreas le vienen asig­ lagunas por cubrir.· La financiación privada y pública ha dado
nadas; por ellas le pagan y él no puede inventárselas ni organi­ entrada a los profesionales en el entramado económico social­
zárselas a su arbitrio. A esto se añade que el profesional (y su fami- liberal y ha conducido a una generalización, calidad y relativa efi­
1
lía) depende del salario que percibe por su trabajo; ése es su ciencia de los servicios profesionales.
medio de vida. Está pues mediatizado por las necesidades vitales Hay que despertar de las fantasías de omnipotencia que pre­
propias y de su familia. En condiciones de escasez de puestos de tende operar en un mundo sin límites. La economía se ocupa de
trabajo, cuando éstos además de escasos son precarios, esto los recursos escasos y aunque éstos no fuesen tan escasos (que
puede suponer importantes y fuertes mediatizaciones. muchas veces lo son) siempre serán limitados; si hay recursos para
Todo profesional, también el profesional autónomo, está some­ unas cosas, faltarán para otr�s. El profesional tiene pues que
tido a condicionantes y mediatizaciones económicas. La mediati­ aprender a trabajar con recursds limitados y dentro de unos már­
zación económica a su vez, como acabamos de decir, presenta genes que garanticen la viabilidad económica.
una doble faceta: por una parte los recursos y disponibilidades Pero lo que de salida es un pie forzado (la viabilidad económi­
económicas imponen límites de viabilidad. En razón de estos lími­ ca) que conviene tener en cuenta, puede convertirse en la obsesión
tes no todo lo deseable es factible, pues si los recursos económi­ dominante en forma de maximización de la rentabilidad o del bene­
cos se agotan, la empresa se hace inviable. No todo lo que en tér­ ficio o de la maximización de los ingresos por parte del mismo pro­
minos de excelencia profesional es deseable puede ser, al menos fesional. No hay por qué concebir las empresas en las que trabajan
a corto plazo, meta alcanzable de las actuaciones profesionales� los profesionales como .exclusiva o unilateralmente dirigidas a la
Esto presenta elementos nuevos en el profesional que trabaja para maximización del beneficio económico de los que ponen en ellas
otros, pero existía ya en el contexto del ejercicio autónomo de las su capital. La empresa no es sólo una unidad de producción, sino a
profesiones liberales. No hay que hacerse ilusiones: Los límites la vez un proyecto de cooperación (CAMACHO, FERNÁNDEZ, MIRALLES,
económicos están ahí y terminan por hacerse sentir y pasar factu­ 2002, capítulos 1, 2 y 3). En ella cuentan todos los fines que persi­
ra por más que en determinados ámbitos de comunicación resul� guen todos los que forman parte de ella o se benefician o pueden
te obsceno o políticamente incorrecto hablar de ellos. De algo beneficiar de su modo de trabajar y de su modo de alcanzar y pro­
tiene que vivir el profesional más altruista, alguien habrá- tenido porcionar dichos fines, bienes y servicios.
que pagar su formación y alguien tendrá que pagar la formación El profesional que trabaja por cuenta ajena necesita de la
de la generación siguiente de profesionales. Los aparatos y recur� empresa en la que tiene su puesto de trabajo; por ello mismo le
sos técnicos con los que ·trabaja también tendrán que ser finan­ interesa que esa empresa sea viable económicamente y en alguna
ciados. De algún sitio tienen que salir los recursos para la innova- medida rentable. De ello depende el que él pueda seguir trabajan-
,----- ----- --- --- -- --
68 ETICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 69

do, desempeñando su actividad profesional y llevándose su sueldo prestaciones, no se anuncia ni hace publicidad, no regatea sus
a fin de mes. Por su parte la empresa necesita del profesional, de su honorarios, tampoco rechaza a los clientes que necesitan sus ser­
aportación competente, coordinada, motivada ... En esa interde­ vicios cuando no pueden pagar los honorarios que él o el Colegio
pendencia el empresario puede exigir modos de trabajar o de per­ Profesional tienen establecidos.
seguir unos fines y descuidar otros que vayan o puedan ir en detri­ La realidad no parece ir por esos caminos. Hay una mercanti­
mento' del buen hacer profesional. Pero el profesional será qui'en, lización de la sociedad y una mercantilización de las profesiones.
dentro de cierta lealtad -por supuesto, no absoluta ni incondicio­ Sigue habiendo pudor, pero las instituciones y las empresas no tie­
nal- para con la empresa en la que trabaja y de la que vive, ponga nen empacho en anunciar las bondades de determinados produc­
condiciones para que el ejercicio profesional sea lo que debe ser y tos farmacéuticos, los servicios jurídicos para encontrar la fórmu­
no descuide facetas !'menos rentables", pero exigibles en términos la de no pagar las multas de tráfico, anunciar y ofrecer dietas y
de responsabilidad social. La desnuda búsqueda de intereses parti­ curas de adelgazamiento, remedios para la calvicie, y aun poder
culares necesita articularse y defenderse en el ámbito compartido moldear la propia figura con la cirugía estética según el propio
en términos de valores que todos están en condiciones de apreciar. gusto. Todo ello avalado por el prestigio profesional.
La legislación, la negociación colectiva y las normas y exigencias El economicismo reinante no sólo es cosa de empresarios
del colectivo profesional a que pertenece el profesional contratado, maximizadores del beneficio; también los profesionales están bajo
la misma opinión pública, son bazas que, por lo general,' juegan a su influencia. Pero lo que es, no es nunca el último criterio de lo
favor del profesional y de su criter�o cuando éste sale por los fueros que debe ser. Son los profesionales los primeros que tienen que
de los bienes intrínsecos y del bieb social, aunque deban ser pru­ salir por los fueros, una y otra vez, de lo intrínseco. Ése es al
dencialmente utilizadas según circunstancias, y siempre haya que menos su compromiso central con la profesión que profesan; nada
dar preferencia a la cooperación capaz de articular todos los inte­ les desprestigiaría más que reconocer abiertamente que los bienes
reses y valores que están en juego en lo que se hace en la empre� intrínsecos sólo son para ellos un pretexto para alcanzar mayores
sa; sólo cuando las vías de la colaboración están cerradas es legíti­ cotas de ingresos, prestigio, poder o estatus.
mo recurrir al conflicto para intentar evitar lo inaceptable. Naturalmente eso se hace mejor con otros que solo. No todo
No sólo el empresario, también los otros asalariados y el mismo lo puede hacer el profesional aislado. Ni todo se puede hacer en
profesional, pueden contribuir y de hecho contribuyen frecuente­ el instante que se quiere hacer. Tampoco se puede hacer lo mismo
mente a que 1se invierta, la jerarquía entre bienes extrínsecos e en los comienzos del ejercicio profesional (que a veces es cuando
intrínsecos (ver abajo, 123ss). Vivimos en una sociedad en la que la más vehementemente se desea) que una vez que uno se ha afian­
cultura co_mpartida gira en torno a las"bienes extrínsecos: dinero, zado en su profesión, que és cuando más y mejor se podría hacer
prestigio, poder, status. Lo intrínseco pierde visibilidad pública y (pero tal vez ya no se desea). A veces basta que una vez se haya
plausibilidad compartida. Tan sólo lo apreciamos, especialmente intentado sin éxito para entrar en posesión de una excusa de uso
en otros, cuando nosotros somos los beneficiarios o copartícipes. múltiple que permite afirmar en adelante que "eso ya lo intenté y
Vimos en el capítulo anterior que l0s sociólogos habían pres­ no resultó". Unas veces somos más conscientes de nuestras impo­
tado especial atención al· fenómeno profesional precisamente por tencias, sometimientos y pies forzados y otras veces nos hacemos
lo que éste tenía de "desinterés", por su motivación intrínseca, por más conscientes de la influenciabilidad y vulnerabilidad ajena y
su altruismo. De los profesionales se espera, según Parsons, que en de cómo los otros, los jefes, los subordinados, los compañeros,
el ejercicio de su respectiYa profesión no sean guiados por el son más receptivos a nuestras iniciativas.
ánimo de lucro, sino por cierto altruismo, por una orientación al En la evolución más reciente del sistema económico hay ele­
servicio de la colectividad. El· profesional no comercia con sus mentos y planteamientos que constituyen ciertamente un handi-
70 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 71

cap para la responsabilidad profesional e incluso para la misma imprescindible y a la vez mejor profesional. Algunos sociólogos
consolidación de la identidad profesional. Lo que ha ·dado en lla­ llevan años viendo indicios de que el sueldo y los niveles de con­
marse '<capitalismo flexible" conlleva la· inestabi.lidad Y' precarie­ sumo, y status no lo son todo; empiezan a hablar de lo que llaman
dad en el empleo, y contribuye a lo que RICHARD SENNET (1998). ha la prevalencia de "valores posmaterialistas" (INGLEHART, 1991), aun­
llamado "la corrosión del carácter". La falta de·estabilidad laboral que entiendan por tales, cosas que. no todas están en la. órbita de
representa una amenaza para el profesionalismo, pues obliga a lo.que aquí llamamos bienes intrínsecos: ,.dima organizativo,·,mayor
trabajar en lo que sea y como sea. El capitalismo flexible destruye estabilidad en el empleo, participación. e identificación con la
las estructuras de plausibilidad de la ascética ir.itramundana (Max empresa a cambio de, una estabilidad;que es positiva tanto para, la
Weber) que estaba dispuesta a postergar las satisfacciones inme­ empresa (fidelización) como para el profesional, la. corresponsabi­
diatas en aras de logros de más largo alcance. En su lugar se hacen Hzac.ión1 la participación en riesgos y beneficios, la capacidad de
las loas de una ética de adaptación a las circunstancias cambian­ innovación, etc.
tes que R.Sennett caracteriza en estos términos:

"La moderna ética del trabajo se centra en el tr.abajo en equipo. IV. EL MARCO INSTITUCIONAL Y ORGANIZATIVO DEL EJERCICIO PROFESIONAL
Celebra la sensibilidad de los demás; requiere 'capacidades blan­
das', como ser un buen oyente y estar dispuesto a co<'>perar; sobre Toda actividad social relevante está sometida a la ley de la habi­
todo, el trabajo en equipo hace hincapié erí la capacidad de adap­ tuación y tipificación; eso conduce a que se constituya en un con­
tación del equipo a las circunstancias. Trabajü'en equipo es la ética junto de comportamientos institucionalizados;' de este modo los
del trabajo que conviene a una economía política flexible. Pese a comportamientos están disponibles para ser llevados a cabo por los
todo el aspaviento psicológic.o que hace la moderna gestión .de
agentes sociales que se dedican a esas'actividades, que desempe­
empresas acerca del trabajo en equipo en fábricas y oficinas, es un
ethos del trabajo que permanece en la superficie de la experiencia: ñan los correspondientes "role\" (ver BERGER Y LuCKMANN, 1972;
El trabajo en equipo'es la práctica en gr�o de la superficialidad para lo que sigue nos inspiramos eri este libro). A la vez las activi­
degradante". (R.SENNET, 1998, p. 104). dades y quienes las realizan se hacen inteligibles para quienes los
observan y para quienes al actuar pueden contar con esos modos
Pero puede ser también una oportunidad para el profesional habitualizados y tipificados de actuar en situaciones recurrentes
que sabe situarse, hacer valer su condición de profesional, ofrecer igualmente tipificadas y habitualizadas.
algo más que su capacidad para ocupar un puesto; dejar una Las actividades profesionales no son en esto ninguna excep­
empresa para acceder a otra que le da más margen para ejercer su ción; tampoco lo- son los profesionales autónomos. Cada nuevo
responsabilidad profesional... ir.construyendo su propio currícu­ profesional se encuentra con la profesión ya funcionando, tipifi­
lum profesional. M.úSTELLS (1998 y ss) dice que en la sociedad de cada, habitualizada, institucionalizada, disponible para ser lleva­
la información o sociedad red la división de las clases sociales da a cabo por cualquiera: que esté en condiciones de hacerlo. Para
pasa por la diferencia fundamental entre trabajadores insustitui­ poder .llegar a desempeñar el rol profesional, el nuevo miembro
bles y trabajadores inespecíficos. Todo profesional que quiera y ha pasado por un proceso de socialización a través del cual ha ido
pueda hacer valer su profesionalidad irá haciendo valer su com­ internalizando los usos establecidos, institucionalizados; así ha
promiso personal con los valores intrínsecos de su profesión. Aun llegado a hacer suyo el modo de hacer y de ser del grupo de pro­
sin caer en ingenuidades, todo trabajador que vaya profesionali­ fesionales del que se trata. En la misma medida en que lo que se
zando su trabajo, introduciendo innovaciones, comprometiéndo­ hace y se valora en ese grupo y en ese oficio va pasando a ser su
se con el buen hacer profesional, conjuntándose con el equipo en modo de actuar y de hablar, en esa misma medida va él hacién­
el que trabaja, se irá progresivamente haciendo a la vez más dose miembro del colectivo profesional. Aprende a hacer lo que
72 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 73

hace .un médico, un .abogado ... 8ocialización e internalización el ejercicio de la profesión. En ese marco se ejerce la responsabi­
son .las dos vertientes del mismo proceso por.el que un nuevo. indi­ I idad profesional con a�glo a criterios, pautas, valores y expec­
viduo pasa a ser alguien capaz de hacer lo·que se hace en ese ofi� tativas que tienen también una historia previa a la decisión que
cio,o profesión. •1.1d ::';":,.i., ···· ,,. toma personalmente cada profesional. Vaya lo dicho por delante
El lenguaje con el que ·hablamos de .esas adtividadés institucio.:. para contrarrestar la· idea, nunca formulada pero en ocasiones
nalizadas 'nos las.hacen accesiblesry plausibles: a uno's para hácer­ poco menos que presupuesta como axioma, de que alguien, en
las, a,otros'para saber a quién acudiNf que nos,la�,,hagahLPara'1 qué nuestro caso el profesional, sólo puede ser responsable de lo que
haya,médicosí · ingenierosi · árquitectb's, ,sociólogos,ieconomista's; hace poco menos que si él es el inventor del juego y de sus reglas.
empresarios ... es necesario que,eri la sociedad /ise sep'a" qué clase Eso no es así; nunca es así.
de rol, desempeña y cuáles sondas actividades quécabe'es'perar Una visión completa de la ética tiene que prestar atención no
de cada uno de esos profesionales. liene que haber i.m aceptable sólo a lo que cada uno, como persona y como profesional, hace
grado de correspondencia entre lo que hacen los profesionales en y promueve, sino también a lo que la organización en la que tra­
el de.semp�ñ9 9e.}u �<;>I y �º q�� se.t�pera qur h�g�n. , ., · baja puede y debe contribuir a proporcionar bienes y servicios, a
" ,
La socialización nunca es completa; por eso el proceso no se respetar y hacer que se respete a las personas y a cumplir los
estanca nunca del todo; éi¡unque unas veces es.más estaqle y, otras deberes de justicia. No basta que haya una actuación ética por
más cambiante. Nunca nadie es sólo lo que otros le han enseña­ parte del profesional y de cada persona que trabaja en la orga­
do a ser, tampqco en el ámbito\ profesional. Siempre hay una nización; es necesario que exista una ética de la organización
doble desadec;uacjón, entre la realiqad .institucionalizada 5oc;ial­ (LOZANO, 1999).
me11te disponible y la capacidad 'que tienen los indiv.iduos de De cómo sea la ética de las organizaciones va a depender que
recomenzar,, p�ocesos de \institucionaliz;adón, .que aún, 110 están el profesional encuentre facilidades o dificultades a la hora de asu­
objetivi3,dos ni .soc,ialmente disponibles. De-ah,í prqcede e,I camqio mir sus responsabilidades de profesional en ellas; Pero el tema de
social, especialmepte importa!lte,eri el á�bito profesional. la cultura moral de las organizaciones no es el tema del que nos
Siempre es posible encontrar, nuevos campos de ¡3ctuación e ocupamos directamente en este libro, sino sólo en la medida en
introd4cir.,mejorsls en los ya :e1<istentes.. Las prácticas, -especial­ que favorece o dificulta la actuación responsable de los profesio­
mente las prácticas profesionales conllevan un,debate permanen­ nales que trabajan en ellas. De todos modos, no hay por qué dar
te .y, un permanente empeño .de mejora acerca de ·la manera de por supuesto que el profesional siempre será el que quiera actuar
alcanzar l,os,bienes ,intrínsecos de ,.la correspondiente profesión a éticamente y que será la organización la que se lo impida. Lo con­
la,vista,defas,necesidades o demandas.existentes, los recursos dis­ trario puede ser igualmente verdadero. Hay que contar con cuatro
ponibles. y. li as ih'novaciones. viables. Pero el profesional no, se posibilidades extremas y todas las combinaciones intermedias: 1)
inventa su profesión;,;En ,la mayor. parte de los casos actúa dentro habrá empresas y organismos corruptos que terminen por corrom­
de cauces institucionales que marcan las· pautas de lo .que··tiene per a los profesionales que empezaron queriendo ser honestos; 2)
que hacer y de lo que cabe.esperar de él. Las profesiones son for­ habrá profesionales deshonestos y corruptos que generen, man­
mas de institucionalizar la expertez (WUESTE,· 1994, ,9). tengan y promuevan una cultura de corrupción allí donde traba­
. �ingún profesional, _tanto .si es autónomo,como si, trabaja en jan; 3) habrá empresas y organismos que tengan una cultura moral
una e,mpresa privada o es funcionario público, ejerce su profesión aceptable, que faciliten.y promuevan actuaciones morales acepta­
inventándosela a cada ·instante sin ningún tipo de cortapisas. ni bles en los profesionales que trabajan en ellas; y 4) habrá profe­
límites. El medio social y la cultura compartida ofrecen un marco sionales que además de honestos, sean competentes, hábiles y
contextual que posibilita a la ,vez que impone límites y mediatiza prudentes, y contribuyan a mejorar la cultura moral de las organi-
74 ÉTI�A GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 75

zaciones en las· que trabajan, aunque eso difícilmente va a ocurrir mejorar científicamente (Taylor); a. mediados del siglo estuvo muy
si se trata de un único ir,,dividuo. En este libro nos toca sobre todo en boga pensar y gestionar fa organización como grupo humano
abogar por fa·actuación honesta y responsable de, los pr9fesiona­ (las ''relaciones humanas" de G.Elton Mayo); posteriormente, , a
les, tanto si fa cultura moral de las organizaciones en las que tra­ partir de 1975, empiezan a introducirse. enfoques más antropoló­
bajan les facilita su actuación ética; como si les pone obstáculos. gicos e institucionales que apelan cada vez con más frecuenc.ia al
· La mediatización institucional adquiere perfiles más, claros concepto· de "cultura de las organizaciones". La realidad de las
cuando el profesional trabaja por cuenta ajena en una empresa organizaciones existentes y su modo. de funcionar no siempre se
privada o en un organismo público. Esto nos lleva a introdacir· el atiene a. la evolución marcada por la teoría de las organizaciones.
tema de las diferencias entre organizaciones e instituciones, dife­ A.C. Morales nos pone sobre aviso al final de su artículo: "todavía
rencias que, según las distintas concepciones que se adopten, pue­ persisten concepciones, tanto en la teoría <romo en la .práctica, res­
den ser más de grado que de esencia. Por lo general se entierlde pecto a, 1-as rorganizaciones, ·que puedernfecharse como de-princi­
que las instituciones son fruto de la sedimentación de los modos pios de siglo. Este desajuste provoca.• una forma incompleta. de
de actuar y de comunicarse de muchos a través de un tiempo sufi­ enfrentarse-a los problemas sociales, económicos, e incluso éticos,
ciente como para que los modos de actuar no sean obra de nadie y de proponer soluciones a dilemas que muchas veces no existen,
y a la vez sean de todos, de cualquiera. En lo institucional predo­ o existen cada vez menos" (ibid., 62s).
mipa el "se", lo que todos, cualquiera hace, lo que siempre se ha Dentro .de las organizaciones en las que-trabaja el profesional
hecho, etc. En cambio en lo organizativo el acento se pone en que cabe distinguir entre las empresas privadas y los organismos públi­
lo que hacen las personas responde a lo que "una" mente organi­ cos. En este capítulo nos ocupamos de que esos contextos conlle­
zadora y "una" voluntad impositiva les ha asignado como .funcio­ van formas diferentes.de mediat¡zar, facilitar u obstaet:11 izar, el ejer­
nes y marcado como objetivos. En las organizaciones•el poder es cicio de la responsabilidad del profesional que trabaja en ellos.
concreto y tangible y por lo general está centralizado; al menos En la empresa privada y en las organizaciones de iniciativa
está decidido desde el centro qué atribuciones van a quedar des­ social -sean. éstas con o sin ánimo de lucro- el profesional ejerce
centralizadas; en cambio en las instituciones el poder es difuso y su oficio en base contractual poniendo sus conocimientos, capa­
descentralizado y está anclado sobre todo en la costumbre: De la cidades y habilidades al servicio de la organización o empresa. En
cultura compartida anclada en los modos institucionalizados de estas organizaciones el poder lo tienen y ejercen determinadas
actuar no se sale sin un lento proceso de resocialización; de las personas, individuos, que tienen capacidad para iniciar procesos,
organizaciones te pueden echar de la noche a la mañana. marcar objetivos, distribuir tareas a los otros individuos que traba­
No todas las concepciones de las organizaciones marcan,por jan en la misma organización y controlar el cumplimiento de las
igual las diferencias que acabamos de señalar, A.C.MORALES (1994) tareas asignadas y los objetivos establecidos. En la empresa priva­
hace una presentación histórico-sistemática y una valoración críti­ da, por lo general, el profesional tiene una forma de dependencia
ca de las diferentes formas en las que han ido siendo concebidas más directa.. El tipo y tamaño de la· empresa, los estilos de direc­
las organizaciones a lo largo del siglo XX. Unas veces se ha pues­ ción, la mayor o menor adecuación entre el puesto de trabajo que
to el acento más en el elemento racional y otras en lo que toda ocupa y el perfil profesional que pretende desarrollar el profesio­
organización tiene de sistema social; unas veces se ha prestado nal son factores muy importantes para determinar cómo queda
mayor atención al aspecto interno de la organiz�ión y otras se las mediatizada la responsabilidad profesional por el hecho de tener
ha visto más como sistemas abiertos al entorno. En los primeros que ser ejercida en esa empresa, con esos directivos, en ese pues­
decenios del siglo XX prevaleció la concepción de la organización to de trabajo. También tienen mucha importancia, especialmente a
como una· máquina cuyo rendimiento era posible y necesario medio y largo plazo, la "cultura" de dicha empresa y del sector
/b t;'l'lCA GlóNlól<AL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 77

empresarial al que pertenece, y lo que en esa "cultura" se refiere condiciones de igualdad,en cambio esto suele traer como conse­
al modo de tratar y de dar ·espacio ;a los profesionales que ·tiene cuencia un men<;, dinamismo,flexibilidad,incapacidad endémi­
contratados de forma que la responsabilidad profesional no se vea ca para la innovación y serios déficits en la eficiencia.· El puesto
como rival sino como complementaria ·del C\Jmplimientó de ,las del profesional en la administración pública es más orgánico,lo
obligaciones contractuales que implica trabajar para esa empresa. �ue en ese puesto cabe está garantizado; lo que no cabe,es muy
También tiene mucha importancia la imagen sbcial de, la. profe­ aifícif que llegue a entrar como' no sea por la vía de los cambios
sión,en qué medida ha logrado hacer saber y respetan su contri­ normativos. El carácter de servicio público hace que los casos se
bución específica y· .sus. compromisos profesionales. Lo·; mismo r�suelvan como estaba previsto en el reparto burocrático de com­
cabe decir de la persona del· profesional,de las condidones ini­ petencias. Si hay algún problema para el que no hay "ventanilla",
ciales que �a aceptado al ser contratado, en qué medida ha. ido hay que seguir los trámites establecidos para crearla; mientras
logrando que en la empresa se acepte y valore su profesionalidad tanto poco puede hacerse. Ése es el precio que hay que pagar para
y no se la vea como mero pretexto para no·colaborar lealmente que sea servicio público con las garantías exigibles conforme a
con la empresa, sabiendo·compatibilizar fa.fidelidad a sus com­ derecho. Au.n así queda espacio para hacer las cosas bien y para
promisos profesionales con el cumplimiento esmerad0 de la� obli­ hacerlas mal,para esmerarse en solucionar los temas o para dejar­
gaciones contractuales que tiene contraídas con la empresa. Como los sin resolver e irse a tomar un café. Se nota si detrás de la famo­
enseguida veremos los conflictos son posibles, pero también es sa e ignominiosa "ventanilla" -hoy sustituida por los mostradores
posible y deseable que lo que hace el profesional responda tanto y los despachos ciertamente más acogedores- hay o no alguien
a lo que le exige su compromiso\con los bienes intrínsecos de la que busca y aprovecha los espacios y las posibilidades que per­
profesión como la lealtad con la empresa para la que trabaja. miten compatibilizar el propio compromiso profesional con el
En el sector público el profesional,sea funcionario o contrata­ carácter de servicio público que conlleva el puesto de trabajo que
do,las cosas son en parte más fáciles y 'en parte más difíciles. Lo ocupa el profesional en la administración.
normal es que el puesto de trabajo que se ocupa en. la adminis­ Todos los contextos mencionados mediatizan de forma diversa
tración pública,tanto si se es funcionario como si se es contrata­ el ejercicio de las responsabilidades profesionales. Eso hab�á que
do, ya tenga.un perfil claro que delimita lo que se espera del pro­ concretarlo más en cada caso y para cada profesión,pero por no
fesional en ese puesto. No consideramos el caso,, frecuente, de tenerlo suficientemente en cuenta se tergiversan los planteamien­
quien ocupa un puesto que no se corresponde con su cualifica­ tos de la ética profesional,sea por falta de realismo,sea por caer
ción y aspiraciones profesionales; la actuación profesional en ese en cierto fatalismo que se acomoda sin más a lo que piden los
caso estaría fuera de sitio, puede ser incluso disfuncional; el pro­ contextos.
fesional, que vive esta situación y trata de solucionarla,tiene que Unas instituciones pueden a su vez estar enmarcadas en otras y
adaptarse,al puesto que ocupa y las tareas que se le asignan,mien­ a veces en. más de una,con lo que las diversas lógicas institucio­
tras no encuentre. y acceda por los ,cauces .establecidos a un pues­ nales pueden entrar en competencia. Un hospital clínico,por ejem­
to que corresponda con las propias capacidades, y aspiraciones plo, forma parte de una universidad y a la vez puede estar finan­
profesionales. En el sector público el ámbito -d e competencias y el ciado por el Estado (WUESTE,1994,11 ). El profesional en el ejerci­
modo de ,ejercerlas está burocráticamente establecido, Los con­ cio de su práctica institucionalizada tendrá que intentar·armonizar
flictos tienen cauces ?dministrativos y jurídicos,para ser·resueltos. sus obligaciones profesionales institucionalizadas con las de las ins­
, En las organizaciones y organismos públicos el poder es más o tituciones en las cuales se enmarca su actividad profesional ,y tam­
menos anónimo y burocrático. Esto ofrece ciertas garantías,espe­ bién con sus obligaciones no institucionales. No es algo diferente
cialmente para lo que es un servicio público accesible a todos en de la necesidad que tiene toda persona de armonizar sus compro-
78 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 79

misos estrictamente personales con los que van anexos a los dife­ . Desde lo que acabamos de enunciar estamos en condiciones de
rentes roles que desempeña como padre, vecino, conductor, jefe de formular cómo se relaciona la responsabilidad moral del profesio­
servicio, profesor, ciudadano y miembro de una ONGD. nal con. la responsabilidad moral de la empresa, institución u orga­
nismo en.el que trabaja. J.M.LoZANO (1999) Ha abordado este tema
con lucidez,y riqueza de matices; para él.la ética en las organiza­
V. INm�IDUO Y ORGANIZACIQN COM? SUJETOS DE LA ÉTICA P�OfESION�L ciones y lé;l. ética de las .organizaciones no son dos lógicas antagó­
nicas, sino complementarias. Pero la ética de una organización no
En cuestiones dé moral, ·s'ujetos re�p6nsables de detérrilinádas
debe ente�derse. 11i como un hech? objetivo y estático que se impo­
acciones; hasta derto punto y en condidónes favorábl�s que no
ne por. parte' de quienes,detentan el poder en la organización, ni
siempre se dan -en cuyo caso solemos hablar de atenuantes y aún
tampoc;o se excluye que en la misma organi,zación puedan coexis­
de eximentes de responsabilidad.:.... son ante todo las personas con­
tir diversas subculturas (profesionales o empresariales); en cualquier
cretas que actúan·: fodas lás que intervienen, en la médidil'en que
caso hay que evitar "la tentación de superar, en las empresas y las
intervienen· o dejan de intervenir debiendo hacerlo. Pero las per­
organizaciones, los planteamientos preconvencionales con la ins­
sonas y las acciones no están aisladas; sus acciones e interaccio­
tauración de una moral convencional incapaz de alcanzar una
nes no siempre son divisibles en módulos individuales y, sobre
perspectiva postconvencional" (ibid., 201). Para ello Lozano propo­
todo, ellas a la hora de actuar hacen suyos -con'o sin modifica­
ne que la .ética empresarial (y lo mismo cabría decir de la ética pro­
ciones.:.. modos de actuar habituales en el contexto social y cultu­
fesional) además del momento convencional que se basa en la cul­
ral en el que viven. Las actuaciones las llevan a cabo ho sólo las
tura (o subculturas) compartida(s) esté abierta al momento reflexi­
personas en singular (yo, tú, él), sino también en plural (nosotros,
vo�normativo de la ética postconvencional (ibid. 233):
vosotros, ellos, todos) y en gran medida echan mano de lo que se
hace, de lo que hace el sujeto objetivado "se". El mundo en que habitamo�.,, la empresa o el organismo en que
Las personas llegan a poder ser sujetos res'ponsables tras haber trabajamos, la profesión que ejercemos, el rol que asumimos no
pasado por un rico y complejo proceso en él· que internalizan los son sólo contexto externo de nuestras actuaciones, sino el mundo
usos y formas de valorar que forman parte de la cultura moral vital que compartimos y en el que v.ivimos. El contexto organiza­
en la que han sido socializadas. Para poder llegar a ser sujetos tivo, laboral y, cultural en que trabajan los profesionales es decisi­
responsables en sentido pleno y maduro las personas tienen que vo p¡ira {acilitar u obstaculizar su conducta moral dentro de la
empezar por hacer suya esa cultura moral 'en la que crecen orgé;lnizac;:ión. El contexto organizativo o institucional posibilita,
como personas siguiendo las pautas de actuación establecidas. Los configura y a la vez acota, restringe el campo de la responsabili­
debates éticos y las cuestiones de moral muchas veces se formu­ dad del profesional y sobre todo le mete en un entramado de fuer­
lan y tramitan en términos de acciones tipificadas, valores tipifi­ zas, de poderes y contrapoderes en el que no puede proceder sólo
cados, situaciones tipificadas, alternativas de acción también tipi� desde sí. mismo, desde sus convicciones y capacidades, sino le
ficadas... Las mismas exigencias de responsabilidad están norma� impone calcular resistencias con las que hay que contar y siner­
tivizadas en la cultura moral. Los usos habitualizados son interna­ gias capaces de potenciar el propio proyecto.
lizados en el proceso de socialización. Existe una socialización Para ofrecer una visi�n integral del tema sería necesario ver la
primaria en la que internalizamos la cultura m·oral común a todos relación entre ética de la organización y ética profesional en la
los miembros socializados en esa· cultura, y existe una socializa­ organización en la doble dirección de potenciación y condiciona­
ción secundaria en la que también se internalizan pautas particu­ mientos mutuos. En los términos de La construcción social de la rea­
lares de un sector social, por ejemplo de un colectivo profesional lidad (BERGER-LUCKMANN, 1972) a los que nos hemos referido más
o de una organización. arriba hay que decir que la cultura moral de una organización es un
80 ETICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 81

producto que han hecho, hacen, mantienen y modifican las perso­ que sólo podemos ser responsables de lo factible, y que siempre
nas que han trabajado y trabajan en ella. Pero en segundo lugar la será mejor dar pasos concretos en la dirección correcta que soñar
cultura moral de esa misma organización es a la vez una realidad mundos alternativos de espaldas a la realidad y a los contextos en
objetiva, institucionalizada y disponible para cualquiera que la los que cualquier proyecto etico debe inscribirse.
observa o que entra a formar parte de ella. En tercer lugar, los nue­ En la responsabilidad del profesional conviene distinguir (y tra­
vos miembros de dicha organización qi.e se incorporan para traba­ tar <;Je armonizar) tres niveles diferentes, irreductibles entre sí: El pri­
jar en ella son -en cierta medida al menos- producto, es decir están mer nivel de responsabilidad es el de la aceptación o el rechazo del
configuradqs en sus actuaciones por esa cultura moral objetivada' e'n rol profesional y de las obligaciones que van anexas a él. En tiem­
sus usos, costumbres y legitimaciones; un nuevo miembro que entra pos de Franco circulaba un dicho ingenioso y verdadero que nega­
a formar parte de la plantilla de una empresa o ,de url organi,smo ba que se pudiese ser simultáneamente falangista, inteligente y
público no terminará de serlo hasta no estar·socializado, es decir, honrado; dos de esas cualidades se podían aunar, pero siempre a
costa de renunciar a la tercera. Un falangista podía ser inteligente,
hasta no haber internalizado los modos de actuár, de hablar y de
pero en ese caso no podía ser honrado; o podía ser honrado, pero
valorar, que constituyen la cultura empresari'al. !'Así se hacen aquí
entonces no era inteligente. Por último, siempre era posible ser a la
las cosas" -· se le dirá una y ·otra vez ·de una u otra mariera.
vez inteligente y honrado pero entonces no se podía ser falangista.
De estas tres perspectivas posibles y complementarias aquí nos
Esta misma lógica puede obligar a optar en determinadas situacio­
toca fijarnos en la responsabilidad que tienen los profesionales de
nes, más o menos frecuentes pero no imposibles, entre renunciar a
actuar éticamente contanto unas 1veces y para 1 unos asuntos con
un puesto, a un cargo, a determinadas metas, ventajas y privilegiqs
una, cultura organizativa que favor�ce, facilita, pide y refuerza ese
si quiere seguir siendo lúcido y honrado.
modo de actuar; pero qüe en otras'ocasiones pondrá trabas, difi­ Hay situaciones profesionales que presentan alternativas seme­
cultades y obstácu',los. jantes. Cualquier profesional puede verse en una situación en la que
Dicho lo.cüal volvemos sobre el tema: Cuando un profesional tenga que cuestionar si puede seguir siendo lúcido y honesto y a la
trabaja en una organización que le contrata, fa 1 responsabilidad vez permanecer en ejercicio profesional tal como se le exige en
moral .tiene que poder compatibilizar las exigencias del rol profe­ determinadas situaciones.· Salvo en el caso de oficios intrínseca­
sional con la's· exigencias ·de lo que se espera ·de quien trabaja en mente degradantes que a duras penas pueden llamarse profesiones
esa organización y para ella. 'Esa compatibilidad es problemática; (se me ocurren los de prostituta, verdugo y narcotraficante; pero no
no ·se la pu'ede dar por supuesta, como tampoco hay que presu­ muchos más) la pregunta no se suele plantear para la profesión en
poner que nunca· va a ser posible. En ocasiones el conflicto será general, aunque en ocasiones puede ser una hipérbole con la que
inevitable.. '-. se pretende denunciar la situación de corrupción generalizada de
,A v�ces, casi siempre, se alude al cofltexto- para descargarse de determinado ejercicio profesional que puede haber llegado a·éon­
responsabilidades. Otras, se pretende asumir las responsabilidades solidarse en una cultura moral corrupta de la que es muy difícil
y para hacerlo·se cierran·los·ojós·ante los contextos en 'los que háy tomar distancia mientras se permanezca en el ejercicio profesional
que ejercerlas. Es verdad que él contexto pone límites a nuestros más o menos convencional. La pregunta apunta más bien a casos y
deseos y proyectos, también a huestrós planteamientos éticos. Es situaciones concretas en las que a la persona que está ocupando un
verdad que hay contextos que están• tan marcados por la corrupción puesto de trabajo en orden· a desarrollar en él su rol profesional no
que difí<::ilmente son aptos 1para llevar á cabo en ellos un proyecto le resulta posible compatibilizar el ejercicio profesional responsable
compartido de humanización 'de la vida, Pero también es verdad y lo que razonablemente se espera que proporcione con la propia
que ésa no es toda la verdad;· la verdad es que los contextos ofre­ honestidad personal lúcidamente ejercida. Este nivel de responsabi­
cen oportunidades además de obstáculos, y sobre todo es verdad lidad no es posible acallarlo.
82 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 83

El segundo nivel de responsabilidad profesional sería precisa­ do un poder enorme en la configuración de la vida social, hasta
mente el· menos próximo al cuestionamiento anterior. Supuesto el punto de poder hablar del surgir del profesionalismo (SARFATI
que· es·posible ser profesional, inteligente·y honrado en la.s,itua­ l.ARSON, 1977)-o de la Era del autoritarismo profesional O Era de las
ción de la que se trata, es responsabilidad profesional atenerse a Profesiones lnhabilitantes (ILUCH; 1977, 9). Lo uno no quita lo
los baremos de excelencia y responsabilidaá que se esperan del otro; son dos fenómenos perfectamente compatibles. Si se entien­
rol profesional. Estamos en el nivel de los códigos deontológicos de por poder la capacidad que tiene un individuo para hacer que
(es decir, de los· ideales; de los reales sólo en la medida en que otros se comporten como él quiere, incluso contra su voluntad,
respondan al ideal). En esos códigos se definen las normas. del entone.es el poder del i11dividuo en nuestras sociedades actuales,
quehacer profesional, las relaciones contractuales implícitas'o ex­ incluyendo al profesional individual, .es muy escaso. J�ero si se
plícitas con los clientes, la competencia científica y profesional entiende cor:no dominación o como influencia, es posible llegar a
(opuesta al intrusismo de los otros, pero también a la propia decir, con ciena exageración pero con un coeficiente innegable
incompetencia y a la extralimitación), el respeto a las personas, a de realidad, que la capacidad que tiene!1 hoy los profesionales
las convicciones y a los intereses legítimos del cliente, el secreto para configurar· los m9d?s dE! comportarse y d� legitimar actua­
profesional, etc. También es responsable el profesional, junto con ciones es hoy tal _que la capacidad de cada individuo para organi­
los otros miembros del mismo colectivo profesional, de m'ejorar la zar su propia, vida al marg�n de los profesi�nales llega a estar
práctica profesional, de corregir los abusos, superar los atavismos seriamente amenazada. Todo se regula Y. legitima con apelacion�s
que no están adaptados, mejorar la práctica profesional y mante­ al criterio profesional. �os profe�io,nales ejercen un tipo de domi­
ner el debate abierto ... nación que ciertamente no es ni patriarcal ni carismática; tampo-
L
En el tercer nivel de responsabilidad está la responsabilidad • ' ' • • �( '
co es estrictamente burocrática, o legal, sino sobre todo una nueva
que tiene toda profesión y cada uno de los que la ejercen de con­ forma de d�rriinación derical, �ue es la q�e ejercen q�ienes esta-
tribuir en lo que ellos específicamente pueden ("profesan") al bien . . .

blecen y controlán el sentido y sinsentido de lo qúe hacemos y


l ' 1

común de la sociedad, a' ':lejorar las condiciones de la vida huma­ determinan autoritativamente qué es lo q�e debe �acerse en cada
na individual y social. situación.
* * * EÍ poder no es un fenómeno absoluto que o se tiene todo o no
se tiene nada:. Podemos unas cosas y no podemos otras. Hoy
Hemos querido insistir en las mediatizaciones del ejerc1c10 podemos hacer cosas que tal vez ayer no podíamos hacer y vete
profesional en el contexto actual marcad9 por la tecnificación, el a ver si podremos seguir haciendo mañana. Hay cosas que sin pre­
economicismo y las organizaciones. No quisiéramos acabar este pararnos, sin ayudas1 sin concesiones, no pode.mos; pero con
capítulo dejando la impresión de que los profesionales .son meras otros, pagando un precio que no nos apetece. pagar, poniendo
víctima�. o a l_o .sumo colaboradores ingenuos e irresponsables de determinadas. condiciones, estableciendo alianzas, preparándo-
un entramado de poder en el que ell,os no son nadie. Nada más nos, llegamos a poden , · ,.
lejos de la realidad. El profesional individual puede tener razones Poder antes que un sustantivo qUe se tiene o no se tiene es un
para creer en su impotencia personal, en las dificultades y obstá­ verbo: puedo hablar o callar, puedo resistirme o resignarme, aco­
culos, a veces ir:isalvables, para hacer valer sus criterios profesio­ modarme o buscar alternativas, puedo actuar solo o buscar apo­
nales por encima de las exigencias del "siste\lla" o de lo que piden yos, etc. El poder social, el poder que tenemos unos sobre otros es
la viabilidad o rentabilidad económica, el. imperati�o institucional un poder relacional que no se acaba de entender hablando sólo
o el reparto de funciones en la organización, etc. Lo que no cabe de lo que tienen los poderosos que les ha€e capaces de hacerse
la menor duda es que las profesiones en.su conjunto han adquirí- obedecer, sino también y sobre todo de lo que tienen o quieren,
CONTEXTOS Y MEDIATIZACIONES DE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL 85

de lo que desean o necesita/los que obedecen que están dis­ VI. DEL CONTEXTO SOCIAL AL TEXTO ÉTICO
puestos a obedecer, a hacer lo que otros·quieren. El tema del
En los últimos tiempos, que según se mire pueden contarse en
poder social y político no está en por qué hay unos que mandan,
decenios o incluso en siglos, la ética ha recorrido un camino de
sino sobre todo por qué hay tantos que obedecen.
progresiva descontextualización. A la versión utilitarista de la ética
Pero si no se puede hacer todo lo que se quiere, si no basta
sólo le importaban los resultados calculados en términos de expe­
querer para hacerlo, siempre es posible hacer ·algo, mucho, co'r1 la
riencias satisfactorias de un bienestar creciente y generalizado. El
actividad y responsbailidad profesional. Decir lo contrario es caer
contexto sólo cuenta en función de ese resultado. La versión
en las trampas de la tecnocracia, del econorhicismo o de la buto­ deontológica, más actual, se conforma con insistir en que se res­
cratización de las funciones en uria organización, es 'caer en la peten la dignidad y los derechos de cada ser humano como fin en
mala fe. Los profesionales, especialmente cuando adúan �nidos y sí. Aquí tampoco los contextos cuentan mucho.
no se dejan llevar del conformismo y dictar la conducta que impo­ La falta de contexto hace que la ética pierda realidad y deje de
ne el contexto, es mucho lo que pueden hacer. 1Ellos dependen de estar en condiciones de hacer propuestas viables de humaniza­
otros; pero e�os otros y otros muchos dependen de ellos'. La inter­ ción de la vida de los hombres. Cuando la ética se aleja de los
dependencia no es reducible a 'un mecanismo; sigue siendo posi­ contextos, enuncia ideales y criterios muy generales, sin acabar de
ble y necesario ejercer la responsabilidad en el entramado de pode'r ni saber decir qué actuaciones concretas nos pueden ayu­
' ,
interdepende;ncias que impon'én los cÓritextos. dar, si no a alcanzar, al menos a aproximarnos a esos ideales.
Ciertamente algún precio habrá que pagar. No se va impune- Cuando eso sucede la ética cae fácilmente en un moralismo que
, , ) .
mente a contrapelo del "sistemf'. '1,ncluso es posible qué en situa- propone metas deseables sin poder decir qué hay que hacer para
llegar a alcanzarlas. Con ello el discurso ético se convierte en un
ciones extr�mas haya que optar entre la ética·p�rsonal y profesio­
lugar para soñar mundos alternativos o para descalificar los exis­
nal y el puesto de trabaJo. No hay que creer que eso o�urre todos
tentes. No es de, extrañar que nos ocurra algo de lo que decía
los días y en tbdos los contextos, pero tampoco hay que dar por
\ i t
Nietzsche: "Quien no sabe encontrar el camino que conduce a su
sentado que eso nunca ocurrirá. Habrá situaciones en las que
ideal lleva una vida más frívola y descarada que el hombre sin
haya que optar por decir no. C!)mo escribe Max Weber en "La
ideal". (Más allá del bien y del mal, aforismo 133).
p9l(tica como V<?Ca�ión" tras haber contrapuesto la é�ica de con­
No conviene pues embarcarse en un discurso moralizante que
vicción y la ética de responsabi,lida<;:l y haber hecho un alegato a
1 , l ,
sólo habla acerca de cómo tendrían que ser las cosas. Si nos dedi­
favor de la segund1 como la ética del político:
cásemos exclusivamente a dibujar el mundo del trabajo profesio­
"Es, por ·el 'cdntrario, 'infinitamente conmóv�dora la actitud de· nal desde los ideales éticos, posiblemente la imagen que dibujá­
uh hombre 'maduro (de pócbs o muchos años, qu'e eso no importa), semos, al contrastar con lo que conocemos que ocurre en la rea­
que siente realmente y 'con toda su alma esta responsabilidad por lidad, llevaría al desánimo, al sentimiento de impotencia. Ese sen­
las consecuencias y actúa conforme a una ética de responsabilidad, timiento es algo muy difundido en los contextos del ejercicio pro­
y al llegar a un cierto momento dice: 'no puedo hacer otra cosa, fesional efectivo. Por eso hemos querido tomar en consideración
aquí m� deter:igo"'.' (WEBER, 1969, 17f>). los contextos en los que los profesionales tienen que ejercer sus
responsabilidades para plantearnos cómo podemos vivir esa reali­
* * *
1

dad que no nos gusta sin dejarla del todo como está, tratando de
mejorarla y acercarla al ideal deseable cuanto sea posible.
1.'" Hier steh'e ich; ich kann nicht anders" es el dicho de Lutero en la ·oieta de
Augsburgo (1518) ante las alegaciones·del cardenál Cayetano. También podría
Por su parte los contextos tienden a funcionalizar la ética al
traducirse como "Ésta es mi posición; no puedo hacer otra cosa". servicio de finalidades adaptadas a lo que ellos mismos facilitan y
86 ÉTICA GENERAL DE LAS PROFESIONES

promueven. Una de las manifestaciones· de dicha funcionaliza­


ción consiste en una conciencia ética profesional que promueve
fines', pr'odama idealesro ptomulg� normas :ajehas a los cóhtextos,
sin·deci'r cómo puedenihatersé'operativas sin salirse de é�!·EI sis­
tema:parece que obliga·a ·optar 1 ehtre·adaptárse y salirse,qé él:. 'El
1
contexfo únas veces hace imposible yottas secüestra'h1 ! étl�a
poniéndola al servicio de' las funcionalidades• sociales existentes.
Lo qúe acabamos de exponer sobre el contexto sotial'de ·las
' '

profesion�s' merece que nos, lo 'tomemos· muy en serio: Pero es


sólo el contexto sdcial; en él tenemos que' escribir nµéstro texto
ético. La descripción de·lo ·qJe hay no cierra la cuestión de lo que
puede hacerse; la descripción de uría'situación no dke 1 hunca la
última palabra acerca de 'nuestras posibilidades de actuación 'en
ella. o encontramos la forma: de empalmar esas dos perspéctivas,
el texto y el contexto, o lo único que haremos será generar una
ética para nuestras charlas de café·y para desahogarnos de nues­
tras frustraciones. La realidad irá por otro sitió, ajena a nuestros
comentarios y desahogos.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

FERNÁNDEZ, J.L. (1994); "La economía como oportunidad y reto de la ética


profesional"; en: FERNÁNDEZ Y HORTAL (1994), 83-107.
HORTAL, A. (1980), "El sujeto ético en la era tecnológica", en: A.Dou (ed.)
(1980), Aspectos éti<;:os del desarrofl<? tecnológico, Mensajero,
Bilbao. . . ,··
HORTAL, A. (1994), "Ética y tecnificación de las profesiones", en: J.L.
FERNÁNDEZ y A.HORTAL (1994), 75-82. '
LOZANO, J.M. (1999), Éti'ca y Empresa, Trotta, Madrid.
LóPEZ DE LA OsA, J.R. (1994), "La moral profesional: La cor'porativización
en el ejercicio profesional", en: FERNÁNDEZ Y HORTAL (1994), 109-119.

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