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EL PENSAMIENTO CULTURAL MEXICANO EN “LA REGION MAS TRANSPARENTE” DE CARLOS FUENTES El estilo de Carlos Fuentes en su primera novela, La regién mds transparente, publicada en 1958, se presta a producir la impresién de hallarse uno frente a una obra atrevida, jconoclasia y experimental. Fuentes mismo declaré mis tarde que buscaba nuevas formas literarias para expresar sus ideas ya que lo revolucionario también exige su propia forma.' Pero, por més que tratara de poner su estilo al servicio de ideas ¢ ideales socio-culturales, Fuentes no logrd forjar una forma novelistica revolucionaria.* Los criticos indirectamente confirmaron este fracaso al encontrar evidencia de los preceptos del naturalismo, expresionismo y surtea- lismo en la obra. ‘Sin embargo, habri que considerar esta tentativa estilistica como un medio Para oto fin: la expresién de conceptos y creencias culturales que ubican esta novela dentro de Ja gran corriente ontoligica impulsada por el perspectivisme de Ortega y Gasset. * Por eso no nos sorprende Fuentes en La regidn mds transparente cuando despliega su ideologia cultural; més bien confirma con este intento el do- minio del perspectivismo sobre el ambiente intelectual american, desde In Argen- tina de Francisco Romero y Eduardo Mallea hasta e! México de Leopoldo Zea y Octavio Paz. * ‘Una de las grandes ventajas ofrecidas por el perspectivismo reside en su adap- tabilidad a Jas necesidades de los pensadores que ambicionaban el triunfo de valores culturales utépicos, los que a menudo se encontraban en conflicto con la Iégica de Io racional. La necesidad de hallar una posicidn filoséfica que pudiera servir de Portavoz a lo que el sociélogo Kerl Manheim llamé utopia cultural* allané cl 1 elnterview with. Carlos Fuentes», Studies 10 rhe Left, WI, (1962), $0. La entrevista, a cargo de Lee Baxandall, tuvo lugar en Ja residencia del novelista en la capital mexicana el 10 de agosto de 1562. # En el curso de In entrevista Fuentes hablé del fracaso de In literatura socialists y comunista, que utilizé Ia forma y el estilo de la prosa victoriana, segun Fuentes, para ex- Presar una orientacién revolucionaria y anti-burguesa, Defendié la posicién del revolucio- nario creativo quien, come Picasse, Bufiuel, Brecht, y Neruda, debe poner su arte al servicio del pueblo. Fuentes no menclons que estos ereadores jams gozaron de popularidad en el purblo, pero admitié que tuvo dificultades en presentar su forma revolusionaria a la masa mexicana en el caso de La regién mds rransparente, > Véase el trabajo de Hugo Rodriguez-Alcala «Sobre el americanismo filoséfico. La teoria de Juan Bautista Alberdi renovada por Alejandro Korn» en Hispanic Review, XXXI (Enero, 1963), 40-60, Refiriéndore a la orientacién ideclogica de los ensayistas mexicanos, afirmé, por ejemplo, que «Leopoldo Zes adopta cl perspectivisma orteguiano [..] para demostear no s6lo In posibilidad sino In necesidad [..] de un filosofar americano desde un punto. dé vista rigurosamente americans (pag. 42). + Pawik Romanell en su evaluaciin de las corrientes filoséficas mexicanas de 1910 1950, que se publicd con el titulo de Le formacién de la mentalidad mesxicana y que fue triduclda al espafol por Edmundo O'Gorman, arma que <«[..] Ortega devuelve a los individoos sus [...] perspectivar nacionalers, México, El Colegio, 1954, pag. 184, y que ve] ineita al estudio de la vida cultural del hombre como tema especifico de la filosofia, ¥y tanto, que le otorga a esa wida ‘primacla’ ontoldgican, pag, 185. + Mannheim diferencia entre Je idealégice, © sea lo que se refiere a as ideas @ los ideales que complementan in estructura social exivtente, y fo widpice, que representa camino hacia la subordinacién de lo racional a lo espontdneo. Lo espontineo, cn el caso de Fuentes, se refiere al conjunto de valores y expresiones naturales del pue- blo, y representa una especie de espiritu que habla por la raza, segiin el conocido lema del exaltado educador y literato José Vasconcelos, que hoy forma la divisa del escudo de la Universidad Nacional de México. Ahora bien, el perspectivismo trasplantado a las Américas sirvid para fomentar los anhelos de los que ambicionaban una Weltanschauung apoyada en Io autéctono. De esta suerte presenciamos el auge de un argentinismo o mexicanismo, alimenta- dos por un espiritu de la ticrra, un Volksgeist genuino. Por ejemplo, cn su Historia de una pasién argentina 0 La bahia del silencio desarrolla Eduardo Mallea el pro- blema de identificar la Argentina autémica. Aunque sus criticos estin mayormente de acuerdo en que no ha logrado hasta ahora aislar la Argentina verdadera, cl novelista rioplatense jamés ha abandonado la bisqueda del «pals invisible» que permanece encerrado bajo gruesas capas de Ia artificialidad y del materialismo. Similarmente, los pensadores mexicanos formades bajo la influencia del cele- brado Ateneo de la Juventud y las corrientes universitarias anti-positivistas se ocuparon de la formulacién de un clima cultural inspirado en lo que el filésofo alemén Max Scheler bautizé metahistoria y lo que en la sociologia moderna se lama metacultura.* Estos conceptos corresponden bdsicamente a gufas culturales que dan substancia y orientacion a un sistema idealista que opera cn una sociedad, en el caso de México, en conflicto con Jas fuerzas mecdnico-utilitarias. El idealismo de estos pensadores mexicanos reside en su anhelo de nacionalizar 1a filosofia cul- tural de Ortega para ponerla al servicio de lo verdaderamente mexicano,’ Aunque algunos de ellos admiten una procedencia forinea de ideas y valores sociales, lo hacen con la condicién de que los adapten a las exigencias nacionales. Pera con esto les pasa algo andlogo al «caso Mallea> porque la mexicanidad suele mostrarse tan esquiva como Ia argentinidad del navelista bonaerense. El conocido filésofo mexicano Antonio Caso fue uno de los primeros pensadores que condenaron el positivismo porfirista porque les parecia Ia verdadera imagen de la existencia como economia. Al querer suplantar la base econdmica por la cultural dijo: «Entre la idea de Patria y la de Humanidad se interpone la de Ja cultura. Directamente el hombre se relaciona con su nacién y su cultura; a tra- vés de ellas con la Humanidad [...] las culturas son fenomenos histéricos a que Jas naciones se refieren, y que entre si no tienen muchas veces sino relaciones accidentales [...]».* ‘un pensamiento cultural dominado por un idealismo a menudo opuesto a las pricticas sociales vigentes, que exige sacrificios y depuraciones para levar Ja sociedad hacia metas visionarias, Véase, por ejemplo, la obra de F, C, Wallace titulads Culsure and Personality (New York: Random House, 1963), pags. 148-159, donde el autor desarrolla el concepto cultural del sociSlogo austriaco al hablar de los efectos de las desviaciones culturales, 0 sea las reacciones socio-psicolégicas que se producen cuando los elementos materialistas y utilitarios desplazan a valores espirituales establecidos. * Segiin Patrick Romanell fue 1a metahistoria de Max Scheler —que ya encontramos ‘en Ia filosofia social expresada por Ortega y Gasset cn El tema de nuestro tiempomla que forms ta base para el camcepto de It metacultura, La formacién de la mentalidad mexicana, ig. 18 Fate Por slemplo, ol caplinle tnulade La etapa antipositivistay del libro citado de Patrick Romanell, pags. 66- wKmuonio Cass, Necver discirscr a fa noc mexicana México, 1934, pags. 65-66. José Vasconcelos reiteré, hasta ¢l cansancio, su intencién de hacer una filosofia mexicana en vez de elaborar una filosofia universal. Para Vasconcelos, México se encamina hacia un suicidio politico y cultural al aceptar sistemas filoséficos que miegan Ja existencia de una posible filosofia de lo mexicano, Por eso dijo: <{...] lo mis triste de nuestra historia mental es que hayamos podido aceptar como ‘la filosofia’ la doctrina pseudo cientifica del evolucionismo, armadura del imperio, excusa de las violaciones y los atropellos al derecho de gentes. Lo que no podremos perdonar a nuestros mayores es el habernos puesto de rodillas delante de ese fetiche del proceso expansivo de los anglosajones: la evolucién».* Pero Vascon- celos se ve én dificultades cuando busca Ja incorporacién temitica de lo mexicano al esquema de una filosofia mas universal, Las verdades culturales mexicanas di- ficilmente concuerdan con las de otras naciones; y si no hay concordancia, ¢qué pasa con la validez del sistema de Vasconcelos fuera de México? Samuel Ramos, junto con Antonio Caso, el portavoz de la filosofia antipositi- vista en México, juzga ante todo imperativo seguir aprendiendo de Ja cultura europea, pero al mismo tiempo mostré su alarma frente a la mania mexicana de imitar ciegamente los principios culturales europeos y los métodos politico-econé- micos estadounidenses. Opuesto a una civilizacién materialista y una filosofia positivista, pero indeciso en cuanto al futuro de la cultura de su pais, afirmé: «Entendemos por cultura mexicana Ja cultura universal hecha nuestra, que viva con nosotros, que sea capaz de expresar nuestra almay. ! Leopoldo Zea, continuador del relativismo intuitive de Ramos, también pro- mulgé la necesidad de cultivar lo autéctono mexicano porque las circunstancias nacionales exigian una independencia cultural. Después de rechazar Ia herencia cultura] europea y lo que llamé los falsos ideales materialistas de la burguesia internacional,’* abogé por un circunstancialismo mexicano, que representaria la conciencia del mexicano. '? Sin embargo, se vio obligado a revelar su impotencia frente a la tarea de dar forma al espiritu de fa circunstancialidad mexicana cuando admitié francamente que las culturas de las sociedades azteca, tolteca o maya son tan ajenas al espiritu del mexicano moderno como las de la China, y que «[...] si buscamos en nosotros mismos no encontramos eso que queremos llamar nuestro. Parece que Jo nuestro no es sino un anhelo, un llegar a ser, un futuro. En una palabra: lo nuestro parece ser un proyecto». El destacado poeta y ensayista Octavio Paz, menos sistemitico que los ante- tiores, se lamenta de que México haya errado por callejones laberintices que lo alejaron de si mismo. Para Paz, México atravesé diferentes periodos: indio, his- pano, europeo-afrancesado y americano-yanqui, sin haber dado jamds con la cdmara secreta que encicrra la expresidn total de su alma. Desde Antonio Caso hasta + José Vasconcelos. Erica. Madrid, Aguilar, 1932, pag. 13. 1¢ Samuel Ramos. Perfil def hombre y ta cultura en México, Buenos Aires, Espasa- Calpe, 1951, pag, 95. (Col. Austral), Zea condena la influencia del positivismo francés y del utilitarismo anglosajén sobre la clase media mexicana, que se sirvid de estos conceptos para expresar su ideologia burgucsa. ‘Véase sus Ensayos sobre filosofia en ia historia, México, Editorial Stylo, 1948, especial mente pigs, 178-188, 42 “Leopoldo Zea, Conciencia y posibilidad def mexicano, México, 1953, pigs, 19. 43 Leopoldo Zea, «En torno a uns filosofia americana» en Fornadas, LIT (1945), 18. 44 Octavio Paz. El laberinto de la soledad. México, Cuadernos Americanos, 1950, pag. 19. Octavio Paz vemos el intento de formalizar una

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