El historiador francés Jérôme Baschet plantea que el proceso de conversión al cristianismo
fue un proceso lento que logró consolidarse en la primavera del medioevo. “[...] La Iglesia en cuanto comunidad es la sociedad global, mientras que en cuanto institución es su parte dominante la que determina sus principales normas de funcionamiento. […] tenemos que considerar que considerar a la Iglesia como garante de la unidad de la sociedad feudal, como sus columna vertebral y como el fermento de su dinamismo”.178 “La noción de herejía (etimológicamente «elección») no tiene sentido más que en relación con su contrario, la fijación de una doctrina ortodoxa por una autoridad eclesiástica. El problema de la herejía por lo tanto no surgió sino en la medida en que la Iglesia se transformó en una institución preocupada por definir los dogmas en que se basa su organización y dominio sobre la sociedad”. […] hay que recordar que la Iglesia en la Edad Media constituye la forma misma de la organización social, a más de ser una institución que la domina, atacar a la Iglesia y minar los fundamentos de su estatuto, como lo hacen las corrientes heréticas, es un asunto que no es ni social ni religioso, puesto que es indisociablemente social y religioso”. 237- 243