La asertividad como herramienta de comunicación se sitúa en el medio de la pasividad y la

agresividad, de manera tal que nos permite, sin pasar por encima de los demás, comunicar lo
nuestro de forma madura y certera.

La Asertividad es básicamente un estado mental que le impide a otras personas imponernos sus
órdenes siempre y cuando éstas vayan en contra de nuestros principios, deseos, valores o de
nuestra voluntad.

Somos asertivos cuando sabemos transmitir nuestras ideas, comunicar sin temores o timidez,
nuestras dudas, etc.

Es definida por los psicólogos como la capacidad de expresar opiniones, sentimientos, actitudes,
deseos, reclamar los derechos propios en el momento adecuado, sin excesiva ansiedad y no
afectando los derechos de los demás.

Saber cuando, como, donde y porque responder afirmativa o negativamente a determinadas

situaciones o peticiones.

Como cualquier otra habilidad humana, la asertividad es susceptible de aprenderse, entrenarse y

mejorarse. Esto se consigue mediante las Técnicas denominadas Entrenamiento Asertivo (o
también Entrenamiento en Habilidades sociales, aunque esto engloba un mayor número de
competencias).

• Comenzar por algo pequeño.

• Para algunas personas inseguras, el empezar a mostrarse puede ser muy difícil, se
recomienda empezar con cosas pequeñas y rutinarias. Por ejemplo, cuando sales a comer
a algún lugar y el mesero se equivoca de orden, simplemente señálale su error y
devuélvele el plato, amablemente.

• Aprender a decir que NO.

• Muchas propagandas motivacionales proponen el ser positivos y nunca aceptar un no, sin
embargo para ser asertivo es fundamental aprender a negarse, cuando realmente es
necesario. Se puede ser firme y decidido diciendo no, sin dejar de ser considerado con los
demás.

• Ser sencillo y directo.

 • Cuando es preciso expresar las necesidades propias, se debe hacer de la forma más
sencilla y directa. Cuanto más sencillez hay en las peticiones, más posibilidades de
entenderse y adoptarse.

• Utilizar el lenguaje corporal y el tono de voz.

• Trata de manifestar tus opiniones apoyándote en el lenguaje corporal y gesticulaciones, de

esta forma te presentarás más seguro e inspirarás confianza, además de que una voz
audible reforzará tu discurso.

• Utilizar el Yo.

• Cuando te refieres a otras personas, sean subordinados o jefes, intenta expresarte

siempre utilizando el yo en tus frases. De esta forma tienes más autoridad en tus
opiniones y demuestras confianza y conocimiento de ti mismo.

Conclusion

Una de las ventajas más grandes de la vida, es que podemos cambiar nuestra situación sobre la
marcha, podemos adquirir nuevos hábitos y mejorar ciertos aspectos de la misma con solo tenerlo
en cuenta.

Si eres asertivo, la preservación de tu autoestima y autorrespeto está garantizada. No hay nada

mejor para convertirse en una gran persona que el hecho de ser asertivo.

Sirve tener asertividad sobre todo cuando se trabaja en una gran organización, cuando se es parte
de un equipo, sea de trabajo o deportivo, o simplemente para mejorar las relaciones familiares y
sociales.