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Estereotipos raciales, racismo y discriminación en América Latina - Agustín

Espinosa y Rosa María Cueto. Pontificia Universidad Católica del Perú

Los estereotipos son estructuras de conocimiento conformadas por los rasgos y atributos que
observamos como característicos de grupos sociales o de individuos pertenecientes a dichos grupos
(Stangor, 2009). Los estereotipos generalmente tienen un fundamento en la realidad y eso los
vuelve funcionales en la medida que permiten organizar información sobre distintos grupos e
individuos en el entorno (Stangor, 2000). En ese sentido, la estereotipia no puede ser considerada
un proceso cognitivamente inferior o socialmente destructivo (Moghaddam, Taylor & Wright,
1993). Sin embargo, los estereotipos resultan problemáticos cuando están conformados por
contenidos negativos o imprecisos acerca de los grupos que pretenden representar (Moghaddam,
1998; Stangor, 2009).
La literatura psicológica establece que los estereotipos, el prejuicio y la discriminación se basan
normalmente en tres características principales que son la edad, el sexo y la raza (Fiske, 1998;
Stangor, 2000). Adicionalmente, estos constructos tienen un nivel de análisis individual y otro
colectivo (Stangor, 2009; Stangor & Schaller, 1996).

Raza, etnicidad y estructura social en América Latina


En psicología social la noción de raza es una construcción social y política, de ahí que raza
y etnicidad sean conceptos análogos sobre los cuales se constituye el racismo como una
forma de prejuicio (Zárate, 2009).
La estructura social está determinada en América Latina por las oportunidades
diferenciadas de acceso al poder, que según atributos u origen étnico permiten distinguir
entre grupos de alto y bajo estatus al interior de los países de esta región. Al respecto, la
evidencia señala que los grupos de alto estatus son generalmente blancos o mestizos,
mientras que los de bajo estatus están mayoritariamente conformados por población
indígena o afrodescendiente

Representaciones estereotípicas y racismo en América latina


En América latina, normalmente no se observan representaciones extremadamente positivas
o negativas de grupos étnicos o raciales particulares observándose más bien una
representación ambivalente de los mismos. La ambivalencia referida comprende dos
dimensiones generales que agrupan representaciones estereotípicas asociadas por un lado a
la competencia (capacidad, progreso, riqueza, etc.) y por otro lado a la calidez
(sociabilidad, simpatía, expresividad afectiva, etc.)
Por otro lado, estudios en Brasil encuentran una representación estereotípica ambivalente
asociada a poca competencia y alta expresividad atribuida a la población afro-brasileña en
contraste con la representación estereotípica asociada a alta competencia y escasa
expresividad de las poblaciones de ascendencia europea y blanca
Distintos estudios muestran que en Latinoamérica, las personas tienden a reconocer sus
sociedades como prejuiciadas y discriminadoras. No obstante, el reconocimiento de
representaciones estereotípicas positivas, prejuicio y la discriminación no se atribuye a
características asociadas a la raza o la etnia sino a otras condiciones sociales como la
pobreza
El problema de la negación del racismo en Latinoamérica, en tanto las categorías raciales
no siempre resultan fácilmente identificables y se yuxtaponen con categorías o dimensiones
socio-culturales. Un ejemplo concreto de esto ocurre en el Perú, donde no existe consenso
para decidir quiénes son “cholos”, blancos o mestizos, estableciéndose que la blancura o la
“choledad”, a pesar de tratarse de categorías con un claro origen racial, también incorporan
elementos sociales, económicos y culturales que enmascaran el reconocimiento del racismo
cuando categorías de esta índole son utilizadas para discriminar. Sin embargo, como se ha
visto, en América Latina la pertenencia a determinados grupos raciales o étnicos predice la
condición de calidad de vida de sus miembros, resultando lo anterior un claro indicador de
racismo y discriminación.
La inequidad descrita se sustenta en lo que desde la psicología política se conoce como
orientación de la dominación social, SDO por sus siglas en inglés. La SDO es definida
como una actitud general que refleja un sistema ideológico en que las personas aceptan y
legitiman como socialmente válidas las relaciones jerárquicas entre distintos grupos
sociales. Distintos autores coinciden en que la orientación de la dominación social es un
buen predictor de determinadas expresiones de prejuicio y discriminación. En menor
medida la dominancia social se asocia también al racismo moderno, aquel que se sustenta
en la percepción de que los negros están logrando mejores condiciones sociales que las que
se merecen y amenazando los valores de los blancos. El mismo estudio encuentra que la
manifestación de rechazo hacia negros y mestizos se acentúa cuando existe la posibilidad
de contacto “íntimo”, directo y cercan

Consecuencias psicológicas y sociales del prejuicio y la discriminación en América


Latina
El prejuicio y la discriminación, basados en representaciones estereotípicas negativas sobre
distintos grupos étnicos y raciales, vienen acompañados de un conjunto de consecuencias
psicológicas y sociales que, en su mayoría, tienen un impacto negativo en los individuos,
grupos y sociedades expuestos a experiencias de esta naturaleza, y que se constituyen a
partir de una red de relaciones entre discursos y prácticas sociales, que hacen interactuar los
imaginarios sociales con los individuales.
A nivel individual, estudios en Perú y Chile muestran que las personas que se identifican
con grupos indígenas o afro descendientes reportan peores niveles de bienestar subjetivo y
social y una mayor emocionalidad negativa vinculada a la vivencia de la discriminación. A
nivel colectivo, estudios en Ecuador, Brasil, Costa Rica y Perú muestran que los miembros
de grupos indígenas y afro-descendientes incorporan en sus auto-presentaciones grupales
algunas de las características negativas que les atribuyen los miembros de los grupos de
mayor estatus afectando así la construcción de la identidad colectiva en los miembros de
estos grupos. Lo anterior genera un efecto negativo en las actitudes hacia la propia raza,
traducido en mayores actitudes raciales de disonancia y resistencia, así como una mayor
desconfianza hacia los blancos y una menor internalización de la pertenencia racial. Los
procesos psicológicos descritos consolidan las enormes asimetrías de poder existentes entre
grupos étnicos y raciales al interior de las sociedades latinoamericanas, originando que los
grupos de bajo estatus –afrodescendientes e indígenas-tengan serias dificultades para
superar la situación desventajosa que supone su posición, lo que termina explicando las
dificultades de inclusión social, política y económica y las relaciones intergrupales
conflictivas derivadas en un nivel societal.
En el Perú por ejemplo, la exposición a situaciones de discriminación origina que los
miembros de grupos de bajo estatus experimenten emociones inter-grupales negativas de
envidia, odio y resentimiento contra los miembros de grupos de alto estatus, lo que supone
una condición que antecedente o acompaña a los conflictos sociales que han venido
ocurriendo durante los últimos años en esta nación. Consistentemente, un estudio en Chile
encontró que la discriminación percibida por personas de origen étnico mapuche generaba
emociones de dolor, impotencia y temor, así como la sensación de vivir en un clima de
intolerancia, de desconocimiento y permanente acoso a su cultura. La discriminación es
vivida por estas personas como una situación difícil, injusta y violenta, que no termina sino
con la muerte. Además, se evidencia un efecto de la discriminación en la interacción social
de los mapuches fuera de sus comunidades de origen y en su inserción en la sociedad,
vinculados a los conflictos sociales provocados asociados a las dificultando de conseguir
trabajo y mantener la propiedad sobre sus tierras. La emocionalidad negativa, expresada en
las relaciones inter-grupales consolida la formación de un círculo vicioso en el que las
situaciones conflictivas entre distintos grupos sociales y étnicos se ven reforzadas. Al
respecto, estudios en Perú y Brasil, desde la perspectiva de quienes en su rol de poder
ejercen la discriminación, muestran que los miembros de los grupos de alto estatus reportan
también emociones inter-grupales negativas de hostilidad, desprecio, desconfianza, miedo,
culpa e inseguridad hacia quienes perciben de menor estatus

Estrategias de superación del racismo y la discriminación en América Latina


Desde la psicología social, existe una propuesta general para superar la expresión del
conflicto inter-grupal basado en la estereotipia, el prejuicio y la discriminación consistente
en estimular el contacto inter-grupal positivo y cooperativo entre los grupos sociales. Si
bien esta aproximación tiene muchas críticas, pues la cooperación de algunos pocos
miembros de un grupo puede no impactar de manera sustancial en la mejora de las
relaciones entre estos grupos e incluso se cree que este contacto podría resultar
contraproducente en la medida en que el mismo, mal gestionado, podría incrementar la
hostilidad intergrupal

Finalmente, se ha argumentado que uno de los factores que ha obstaculizado la


construcción de una idea de Estado-Nación y la constitución de identidades nacionales
fuertes en los países de América Latina ha sido la incapacidad de lidiar con la diversidad
étnico-lingüística al interior de los mismos (Centeno, 2002). Si bien, hoy en día, no se
discute la idea que los países de América Latina han logrado constituirse como Estados-
Nación, se reconocen las limitaciones de esta construcción, en tanto mantiene situaciones
de exclusión e inequidades de poder, que redundan en la construcción de identidades
nacionales fragilizadas y ambivalentes. Lo anterior plantea para las sociedades
latinoamericanas el desafío de la conformación de narrativas sobre sí mismas que incluyan
y valoren de manera equitativa a los distintos grupos que las conforman, Lo que termina
siendo un asunto para considerar e incorporar en la agenda política de estas naciones.

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