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La Exuberancia de Hades

UN RINCÓN PARA EL ARTE, DESDE LAS TINIEBLAS HASTA LA LUZ (MIS RELATOS, ARTE,
CIENCIA, MISTERIO, MÚSICA & OTROS)

Demonología (Jerarquías demoníacas)

11ENE
La Demonología (del griego δαίµων, Daimon) es la rama de la teología y de la mitología que se encarga
del estudio sistemático de los demonios y sus relaciones, haciendo alusión a sus orígenes y naturaleza.
Los demonios, cuando se le considera como espíritus, pueden pertenecer a cualquiera de las clases de
espíritus reconocidos por el animismo primitivo animismo, es decir, pueden ser humanos o no
humanos, almas o espíritus separables desencarnados que nunca han vivido en un cuerpo. A este
respecto podríamos distinguir varios tipos de demonios:

1. Ángeles caídos en desgracia según la tradición judeocristiana.


2. Almas humanas consideradas como genios o familiares.
3. Aquellos que reciben un culto o adoración-respeto (culto a los antepasados).
4. Fantasmas y otros aparecidos de carácter maligno.

Los íncubos y súcubos de la Edad Media son a veces considerados como seres espirituales
demoníacos que además pueden dar prueba de su existencia corporal, como sería la
supuesta descendencia (aunque a menudo deformada) entre estas entidades y el ser humano. Cabe
destacar que el carácter maligno de los demonios no es ni mucho menos universal, ya que en algunas
culturas y religiones, se les considera como entes inocuos e inofensivos para el hombre, tal es el caso de
las creencias de los Mpongwe de Gabón y los Dayak de Borneo.

La creencia en los demonios se remonta muchos milenios. Ya desde el Zoroastrismo, se enseña que hay
3.333 demonios, algunas de ellos con responsabilidades específicas en asuntos oscuros como la guerra,
el hambre, las enfermedades, etc. La mayoría de las grandes religiones de la humanidad hacen
referencia en mayor o menor medida de la existencia de los demonios.

• Oriente Medio: En la mitología de Caldea estaba extendida la creencia de los siete dioses del mal
conocidos como Shedu, espíritus demoníacos de las tormentas que eran representados como
híbridos de toro con alas y hombre, derivados de los Lammasu utilizados como entes protectores de
los palacios reales en la antigua Babilonia. En la mitología e Sumeria, también se hablaba del
demonio Asag, un ser tan terrible que hacía hervir a los peces de los ríos tan sólo con su presencia.
En Asiria y gran parte del resto de Mesopotamia existía la creencia en Pazuzu, el rey de los
demonios del viento y las tormentas, aquel que podía traer plagas y peste. Este demonio es muy
conocido por ser mencionado durante la famosa película de El Exorcista.

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