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Defensa posesoria

Una definición superficial del término posesión nos llevaría a señalar que poseer es
"tener una cosa en su poder, utilizarla o aprovecharla"; sin embargo, esta definición
simple no cubre todos los aspectos de lo que significa "poseer". Así, poseer no
necesariamente implica la tenencia física del bien (como se entendía
históricamente), sino que comprende situaciones en las que incluso, no
encontrándose efectivamente el bien en poder del poseedor, este tiene derecho a
tenerlo. Es así como se entiende que quien habita un inmueble, lo posee aun
cuando pase muchas horas o unas vacaciones fuera de él; igualmente aquella
persona que deja sus muebles en una tapicería para ser reparados, no dejará de ser
poseedora de los mismos por encontrarse lejos de ellos o no tenerlos a su alcance
por determinado tiempo. De ello se concluye que poseer no significa
necesariamente tener aprehensión física u ocupación sobre la cosa, ni tenerla a su
alcance para tal efecto.

La posesión como hecho jurídico y como derecho subjetivo, cuenta con


diversos medios de protección. Una de las finalidades de las normas destinadas a
proteger la posesión es que el poseedor logre mantener su statu quo posesorio; es
decir, que ninguna persona pueda perturbarlo o despojarlo de la posesión del bien
haciendo uso de la fuerza privada. Y esto porque la posesión cumple una función
social muy importante respecto al mantenimiento de la paz, la convivencia pacífica
y el orden público.

De este modo, solo el juez y por causas jurídicamente sustentadas, puede


determinar si el poseedor tiene derecho a mantener el bien en su poder u ordenar
que el bien deba ser entregado a otro con mejor derecho a poseer. Por tal motivo,
en caso se presente la situación adversa, el ordenamiento jurídico autoriza al
poseedor a ejercer la legítima defensa y repeler la fuerza que se emplee contra él,
ejerciendo así la autotutela para impedir el acto de despojo.

Artículo 920.- Defensa posesoria extrajudicial

El poseedor puede repeler la fuerza que se emplee contra él o el bien y recobrarlo,


si fuere desposeído. La acción se realiza dentro de los quince (15) días siguientes a
que tome conocimiento de la desposesión. En cualquier caso, debe abstenerse de
las vías de hecho no justificadas por las circunstancias.
El propietario de un inmueble que no tenga edificación o esta se encuentre en
dicho proceso, puede invocar también la defensa señalada en el párrafo anterior en
caso de que su inmueble fuera ocupado por un poseedor precario. En ningún caso
procede la defensa posesoria si el poseedor precario ha usufructuado el bien como
propietario por lo menos diez (10) años.

La Policía Nacional del Perú, así como las Municipalidades respectivas, en el marco
de sus competencias previstas en la Ley Orgánica de Municipalidades, deben
prestar el apoyo necesario a efectos de garantizar el estricto cumplimiento del
presente artículo, bajo responsabilidad.

En ningún caso procede la defensa posesoria contra el propietario de un inmueble,


salvo que haya operado la prescripción, regulada en el Artículo 950º de este
Código.

Es un mecanismo extrajudicial de defensa de la posesión, de naturaleza


autocompositiva, sustentada desde sus orígenes en el derecho fundamental a
la legítima defensa, que permite el uso de la fuerza por parte del poseedor para
retener el bien mueble o inmueble frente actos de perturbación o para recobrarlo,
en base a los principios de inmediatez y proporcionalidad, si se tratase de actos
de despojo. Por lo tanto, “el ordenamiento jurídico a través de este mecanismo,
garantiza al poseedor continuar poseyendo hasta que se realice una atribución
definitiva de la titularidad del bien. De este modo, protege al poseedor de todo
acto que pudiera despojarlo o perturbarlo en su posesión”.

Esta permite el uso de la fuerza para repelar un ataque contra el poseedor mismo o
contra el bien cuya defensa se propone. Se puede ejercer la autotutela posesoria
(defensa posesoria extrajudicial) repeliendo la fuerza que se emplee incluso contra
el propio bien, por lo que no se requiere que el poseedor esté presente en el
momento del acto de despojo o perturbación inclusive. De esta manera, es posible
recuperar el bien o evitar la perturbación del mismo, en un momento posterior.

Así se habilita la recuperación del bien por quien fue desposeído, hasta por 15 días
posteriores a la toma efectiva de conocimiento del acto de despojo; es decir, se
sigue un criterio subjetivo para el cómputo del plazo.

También se ha establecido que el propietario de un inmueble, sin construcciones


realizadas o en proceso de construcción, puede invocar la autotutela posesoria en
caso haya sido despojado por un poseedor precario, incluso mucho más allá del
plazo de 15 días. Efectivamente, esta norma, habilita al propietario a emplear la
fuerza para recobrar por la vía de los hechos la posesión del inmueble hasta por 10
años, sin que el poseedor haya usufructuado el bien por esa cantidad de tiempo.

La autotutela posesoria puede ser realizada por el mismo poseedor despojado o


con ayuda de la fuerza pública. De acuerdo a la norma, bastará con la sola
declaración del poseedor para hacer uso de la fuerza con el objeto de recobrar el
bien, no necesitando mayor despliegue probatorio que acredite su derecho.

Si por un lado se habilita al propietario a gozar del mecanismo de protección de la


defensa posesoria, se prohíbe al poseedor ejercer dicha defensa en contra de los
actos de despojo realizados por el propietario. En este sentido, se limita la defensa
posesoria cuando el ocupante o aquél que pretende realizar el despojo es el
propietario del inmueble o quien invoque serlo.

Artículo 921.- Defensa posesoria judicial

Todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede utilizar las acciones


posesorias y los interdictos. Si su posesión es de más de un año puede rechazar los
interdictos que se promuevan contra él.

Artículo 922.- Causales de extinción

La posesión se extingue por:

1. Tradición.
2. Abandono.
3. Ejecución de resolución judicial.
4. Destrucción total o pérdida del bien.

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