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de garantía
Derecho
Privado V
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Derechos de garantía
Las seguridades reales y personales
Según lo dispuesto por el art. 2.184 del Código Civil y Comercial de la Nación,
"los derechos reales constituidos en garantía de créditos se rigen por las
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disposiciones comunes de los derechos reales, y por las normas especiales
que corresponden a su tipo"1.
Es decir, que tal como expresa el art. 1.889 del Código Cívil y Comercial (en
adelante Código Civil y Comercial), los derechos reales son principales,
excepto los accesorios de un crédito en función de garantía. Por ende, esta
función se materializa con las facultades de persecución y preferencia
propias de los derechos reales. Por tal motivo, como accesorios de un
crédito, la extinción, nulidad o ineficacia de Este, impactarán en la
subsistencia de la garantía; que, por tal motivo, carece de vida autónoma.
Caracteres
Los derechos reales de garantía pueden recaer sobre cosas o derechos, pero
este objeto siempre debe ser actual (art. 2.188, Código Civil y Comercial).
1 Art. 2184 – Ley N° 26.994 (2014)– Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
2 Art. 2.185 – Ley N° 26.994. Op. cit.
3 Art. 2.186 – Ley N° 26.994. Op. cit.
4 Art. 2.187 – Ley N° 26.994. Op. cit.
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En virtud del principio de especialidad, el objeto debe estar individualizado
adecuadamente en el contrato constitutivo. Este principio, en cuanto al
crédito, se refiere al cuantum del mismo, al monto de la garantía. Es por ello
que es preciso que la misma se traduzca en un valor que debe estimarse en
dinero al momento de la convención. Ello supone el grado de agresión
patrimonial que, con causa en el crédito y por la garantía, el acreedor puede
hacer valer con las ventajas de preferencia en el cobro que el derecho real
de garantía acuerda. Asimismo, la norma establece que la especialidad
importa el máximo al que puede aspirar percibir privilegiadamente el
acreedor.
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Extensión de la garantía
Subrogación real
El art. 2.194 del Código Civil y Comercial fija el principio en virtud del cual la
garantía real subsiste en caso de sustitución por indemnización – caso de
expropiación -, precio – caso de subasta -, o por cualquier otro concepto –
seguro-. De esta manera se garantiza la vigencia del gravamen, pese a los
supuestos en que se extinga la cosa o bien, permaneciendo el acreedor con
igual poder sobre la cosa que sustituye.
Por último, la legislación establece que, en caso de extinción parcial del
objeto, la garantía continúa vigente sobre la parte material restante.
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Facultades del constituyente de la garantía
Inoponibilidad
Existen casos en que el bien es ejecutado por un tercero distinto del titular
de la garantía. Este supuesto está contemplado en el art. 2.197 del Código
Civil y Comercial, el cual establece que:
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Cláusulas nulas. Pacto comisorio
"Es nula toda cláusula que permite, al titular de un derecho real de garantía,
adquirir o disponer del bien gravado fuera de las modalidades y condiciones
de ejecución previstas por la ley para cada derecho real de garantía"6. Una
de las cláusulas nulas sería apropiarse directamente del bien, sin promover
la ejecución judicial, a esto se denomina pacto comisorio.
Existen supuestos donde el derecho real de garantía puede ser acordado por
una persona distinta al que asume la deuda, esto es, un tercero extraño al
vínculo obligacional.
Tercero poseedor
Puede acontecer que la cosa gravada con garantías reales sea enajenada a
un tercero, por cualquier título. En este caso la legislación establece que el
titular de un bien gravado con derecho real de garantía y no deudor
responde solo con la cosa y hasta el máximo de la garantía en ejecución,
seguida por el incumplimiento del deudor y luego de sentencia dictada
contra este. La responsabilidad por el máximo del gravamen distingue a esta
de la figura de la fianza.
Asimismo, el art. 2.200 del Código Civil y Comercial establece que:
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para la ejecución pueden ser alegadas por el propietario no
deudor en juicio de conocimiento7.
Efectos de la subasta
Cancelación registral
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a) Su titular, mediante el otorgamiento de un instrumento de
igual naturaleza que el exigido para su constitución, con el
que el interesado puede instar la cancelación de las
respectivas constancias registrales.
Hipoteca
Definición
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No es necesario que deudor e hipotecante sean la misma persona; el deudor
de la obligación puede ser una persona y quien preste su inmueble en
garantía, otra. Asimismo, pueden garantizarse obligaciones no dinerarias
(por ejemplo, crear una obra de arte), si la obligación es eventual, o si ella
consiste en hacer o no hacer, o si tiene por objeto prestaciones en especie;
basta que se declare el valor estimativo en el acto constitutivo de la
hipoteca.
Análisis de la normativa
Caracteres
o Es un derecho real.
o Es accesorio a un crédito. No existe hipoteca si no hay un crédito al
cual brinda seguridad.
o Es convencional, no admite otra forma de constitución más que el
acuerdo de voluntades. De acuerdo a lo estipulado por el art. 2.208
( Código Civil y Comercial) se debe realizar mediante escritura
pública, excepto expresa disposición en contrario.
o Debe ser inscripta para su oponibilidad a los terceros. La hipoteca
nace con la firma de la escritura y es el único derecho real en el cual
no hay modo (ni posesorio ni inscriptorio), la inscripción es
declarativa y no constitutiva.
o Debe cumplirse el requisito de la especialidad (determinación
precisa de sujeto-objeto-causa) del contrato hipotecario y respecto
de la obligación a la que accede. Según el Art. 3.131 del Código Civil
derogado, el acto constitutivo de la hipoteca debe contener: 1°: el
nombre, apellido y domicilio del deudor y las mismas designaciones
relativas al acreedor, los de las personas jurídicas por su
denominación legal, y el lugar de su establecimiento; 2°: la fecha y
la naturaleza del contrato a que accede y el archivo en que se
encuentra; 3°: la situación de la finca y sus linderos, y si fuere rural,
el distrito a que pertenece, y si fuere urbana, la ciudad o villa y la
calle en que se encuentre; 4°: la cantidad cierta de la deuda y la
determinación de la misma. Si el crédito es condicional o
indeterminado en su valor, o si la obligación es eventual, o si ella
consiste en hacer o no hacer, o si tiene por objeto prestaciones en
especie, basta que se declare el valor estimativo en el acto
constitutivo de la hipoteca. A su vez, el o los inmuebles dados en
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garantía, deben estar expresamente determinados. Una
designación colectiva de los inmuebles que el deudor hipoteque,
como existentes en un lugar o ciudad determinada, no es suficiente
para dar a la constitución de la hipoteca la condición esencial de la
especialidad del inmueble gravado. La escritura hipotecaria debe
designar separada e individualmente la naturaleza del inmueble.
Sin embargo, el Art. 3.133 del mismo cuerpo legal expresaba que la
constitución de la hipoteca no se anulará por falta de algunas de las
designaciones prevenidas, siempre que se pueda venir en conocimiento
positivo de la designación que falte. Corresponde a los tribunales decidir el
caso, por la apreciación del conjunto de las enunciaciones del acto
constitutivo de la hipoteca. La hipoteca garantiza tanto el principal del
crédito como los intereses, si estos estuviesen determinados en el título.
Estos intereses serán debidos hasta el efectivo pago; la hipoteca garantiza
tanto el principal del crédito, como los intereses que corren desde su
constitución, si estuvieren determinados en la obligación.
Es común que los bancos soliciten garantía hipotecaria para que el titular de
una cuenta corriente pueda girar en descubierto; en estos casos, los jueces
generalmente se pronuncian por la nulidad de la hipoteca, por no cumplirse
con la especialidad, es decir, al no estar determinado el crédito. Esta falta de
determinación provoca que el rango no avance, porque hay un recambio
constante de prestaciones debidas y no se permite el avance en el rango.
Para considerarse cumplido, en general, se pide que se consigne una
cantidad “máxima” de dinero que garantiza. Usualmente, se llama a las
hipotecas con un vicio en el principio de especialidad como “hipotecas
abiertas”.
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La hipoteca de un inmueble se extiende a todos los accesorios, mientras
estén unidos al principal; a todas las mejoras sobrevinientes al inmueble,
sean mejoras naturales, accidentales o artificiales, aunque sean el hecho de
un tercero; a las construcciones hechas sobre un terreno vacío; a las ventajas
que resulten de la extinción de las cargas o servidumbres que debía el
inmueble; a los alquileres o rentas debidas por los arrendatarios; y al
importe de la indemnización concedida o debida por los aseguradores del
inmueble. Pero las adquisiciones hechas, por el propietario de inmuebles
contiguos, para reunirlos al inmueble hipotecado no están sujetos a la
hipoteca. Si el inmueble hipotecado tiene edificios y estos son destruidos, la
hipoteca solo subsiste sobre el suelo, y no sobre los materiales que
formaban el edificio. Si este es reconstruido, la hipoteca vuelve a gravarlo.
En caso de expropiación, los derechos del hipotecante sobre el inmueble se
consideran transferidos a la indemnización.
Los derechos reales de usufructo, servidumbre de uso y habitación, y los
derechos hipotecarios no pueden hipotecarse.
Del juego de los arts. 3.111, 3.152, 3.936, 3.937 y 3.152 del Código Civil de
Vélez Sársfield, se sigue que los costos y gastos de confección e inscripción
de la escritura hipotecaria, así como los daños e intereses ocasionados por
el incumplimiento, están garantizados pero carecen de privilegio (pues la
interpretación en materia de privilegios es restrictiva y no aparecen
enumerados expresamente).
Las costas y gastos del juicio hipotecario sí están garantizados y gozan de
privilegio.
En relación a los intereses, se puede consignar que la hipoteca garantiza
tanto el principal del crédito, como los intereses que corren desde su
constitución, si estuvieren determinados en la obligación o se dieran las
bases para su cálculo (se refiere a intereses compensatorios). Al constituirse
la hipoteca por un crédito anterior, los intereses atrasados, si los hubiere,
deben liquidarse y designarse en suma cierta. La indicación de que la
hipoteca comprende los intereses atrasados, sin designación de su
importancia, es sin efecto alguno.
Constitución de la hipoteca
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una escritura pública, en que el acreedor no figure, podrá ser aceptada
ulteriormente con efecto retroactivo al día mismo de su constitución.
La constitución de la hipoteca no perjudica a terceros, sino cuando se ha
hecho pública por su inscripción en los registros tenidos a ese efecto. Pero
las partes contratantes, sus herederos y los que han intervenido en el acto,
como el escribano y testigos, no pueden prevalerse del defecto de
inscripción; y respecto de ellos, la hipoteca constituida por escritura pública
se considera registrada (principio de incolumnidad).
Para que el contrato hipotecario tenga total validez, es necesario que el
constituyente sea propietario del inmueble y goce de plena capacidad, pues
si esta falta, el acto será nulo (de nulidad relativa). Las hipotecas realizadas
por quien no es propietario son nulas de nulidad absoluta y se denominan
actos a non domino. Se debe recordar que en materia hipotecaria está
prohibida la convalidación. Si el dominio está sujeto a condición, rescisión o
resolución, la hipoteca seguirá la suerte del mismo.
La hipoteca puede ser constituida por un tercero, que garantiza la obligación
del deudor. Si el hipotecante asume la deuda y se obliga personalmente al
pago, se denomina tercero adquirente (adquiere la deuda) y se podrá ir
contra todo su patrimonio (no solo el inmueble), en caso de que no alcancen
los fondos provenientes de la realización de aquel. En cambio, si el
hipotecante nada dice respecto de asumir la deuda, solo responde con el
inmueble y se denomina tercero poseedor.
En la hipoteca no hay traspaso de la posesión, es entonces que el codificador
instituyó la forma de publicidad inscriptoria, como caso de excepción para
este derecho real (art. 3.134 del Código Civil derogado). La inscripción debe
realizarse antes de los cuarenta y cinco días desde la realización del acto (art.
5 Ley N°17.801, Régimen de la Propiedad Inmueble) y caduca a los treinta y
cinco años (35), por lo cual habrá que reinscribirla antes de vencido el plazo,
para no perder la oponibilidad ante los terceros (art. 2.210, op.cit.).
Si una vez constituida la obligación hipotecaria, pero aún no registrada la
hipoteca, y durante el término legal para hacerlo, un subsiguiente acreedor,
teniendo conocimiento de la obligación hipotecaria, hiciere primero
registrar la que en seguridad de su crédito se le haya constituido, la prioridad
del registro es de ningún efecto respecto a la primera hipoteca, si esta se
registrare en el término de la ley.
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Previamente te mencionamos que, para constituir la hipoteca, es necesario
capacidad plena, la que luego de la reforma del año 2009 se adquiere a los
18 años de edad, no debiendo el constituyente estar inhibido ni inhabilitado,
tampoco tener incapacidades de derecho respecto del acto. El segundo
requisito es la titularidad del derecho. Puede pasar que un condómino desee
hipotecar su cuota parte o el total del inmueble. Si el condómino hipoteca
su parte indivisa, la hipoteca será válida (art. 2.207, op.cit.). Si lo que el
condómino desea hipotecar es la totalidad del inmueble, se debe al
principio general, que dice que el condómino no puede enajenar, constituir
servidumbres, ni hipotecas en perjuicio del derecho de los copropietarios sin
el consentimiento de todos.
Hay que recordar que en materia hipotecaria la convalidación está prohibida
expresamente. Esto ocasiona que la hipoteca, constituida por un tercero, no
pueda ser validada posteriormente; pero si el inmueble llegase a ser
adjudicado al condómino hipotecante, la hipoteca valdrá, pues no es el
instituto de la convalidación el que se aplicaría, sino el principio de partición
declarativa, reputándose que el copropietario ha sido propietario exclusivo
desde el día en que llegó a ser condómino.
Se debe tener en cuenta que dominio puede ser pleno, cuando es perpetuo
y la cosa no está gravada con ningún derecho real hacia otras personas; o
imperfecto, cuando debe resolverse al fin de un cierto tiempo o al
advenimiento de una condición, o si la cosa que forma su objeto es un
inmueble, gravado respecto de terceros con un derecho real, como
servidumbre, usufructo, entre otros. Pues bien, la constitución de hipoteca
seguirá la suerte del dominio imperfecto, resolviéndose el contrato
hipotecario cuando se resuelva el dominio. Para ello, deberá estar inscripta
la condición resolutoria o carga real en el registro de la propiedad, ya que en
caso contrario no será oponible al acreedor.
Las solemnidades requeridas, para la constitución de la hipoteca, son las
mismas que las de cualquier derecho real sobre inmueble: escritura pública
e inscripción posterior.
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(embargo preventivo, prohibición de innovar, entre otros), pues el deudor
disminuye así la garantía de la deuda.
En el caso de que el propietario hubiese violado lo antes expresado y las
medidas cautelares no tuvieren sentido, por haber sido causados ya los
detrimentos, y el valor del inmueble hipotecado se encuentre disminuido a
término de no dar plena y entera seguridad a los acreedores hipotecarios,
estos podrán, aunque sus créditos sean condicionales o eventuales, pedir la
estimación de los deterioros causados y el depósito de lo que importen, o
demandar un suplemento a la hipoteca. En tal caso, podrá el acreedor
solicitar la caducidad de los plazos por las cuotas de la obligación aún no
vencidas.
Ya se dijo que la existencia de hipotecas, que graven una heredad, no es
obstáculo a la constitución de servidumbres sobre un inmueble; pero una
servidumbre así constituida no puede oponerse a los acreedores
hipotecarios anteriores a su establecimiento, y ellos, en caso necesario,
pueden pedir que el inmueble se venda como libre de toda servidumbre.
En relación a la locación, en principio permitida, habrá que estarse a las
cláusulas contractuales; es una cláusula de estilo que se pacte la
inoponibilidad del contrato de arrendamiento, celebrado con posterioridad
a la hipoteca.
El propietario puede celebrar nuevas hipotecas, que tendrán un rango
posterior: hipoteca de segundo grado, tercer grado, etc. y que podrán
cobrarse del inmueble una vez canceladas las de grado preferente. Hay que
Recordar lo estudiado en la unidad de Derecho Registral, en tanto el art. 19
de la Ley N°17.801, Régimen de la Propiedad Inmueble, permite que los
acreedores negocien un cambio de rango entre sí, el que (estando inscripto)
es oponible al propietario y los terceros registrales (permuta de rango entre
sí, posposición de rango, rango compartido). Asimismo, al constituir la
hipoteca, el propietario puede, con consentimiento del acreedor, reservarse
el derecho de constituir ulteriormente otra de grado preferente, expresando
el monto a que esta podrá alcanzar (art. 3.135 in fine), es lo que se llama
reserva de rango.
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ejemplo máquinas agrícolas), en virtud del art. 1.895 (si el adquirente es a
título oneroso y con buena fe).
Cuando el propietario enajena el inmueble hipotecado, el adquirente tiene
dos opciones:
Cancelación
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La hipoteca se acaba por la extinción total de la obligación principal,
sucedida por alguno de los modos designados para la extinción de las
obligaciones. El pago de la deuda hecho por un tercero subrogado, a los
derechos del acreedor, no extingue la hipoteca. La consignación de la
cantidad debida, hecha por el deudor a la orden del acreedor, no extingue
la hipoteca antes que el acreedor la hubiese aceptado, o que una sentencia
pasada en cosa juzgada le hubiese dado fuerza de pago.
La hipoteca se extingue por la renuncia expresa y constante en escritura
pública, que el acreedor hiciere de su derecho hipotecario, consintiendo la
cancelación de la hipoteca. El deudor, en tal caso, tendrá derecho a pedir
que así se anote en el registro hipotecario o toma de razón, y en la escritura
de la deuda.
La extinción de la hipoteca tiene lugar cuando, el que la ha concedido, no
tenía sobre el inmueble más que un derecho resoluble o condicional, y la
condición no se realiza, o el contrato por el que lo adquirió se encuentra
resuelto, como el caso de un instrumento declarado nulo por la autoridad
judicial.
Si el inmueble hipotecado tiene edificios y estos son destruidos, la hipoteca
solo subsiste sobre el suelo, y no sobre los materiales que formaban el
edificio. Si este es reconstruido, la hipoteca vuelve a gravarlo.
Cuando media subasta judicial del bien hipotecado, la hipoteca se extingue,
aunque no esté cancelada en el registro de hipotecas, respecto del que
hubiese adquirido la finca hipotecada en remate público, ordenado por el
juez con citación de los acreedores que tuviesen constituidas hipotecas
sobre el inmueble, desde que el comprador consignó el precio de la venta a
la orden del juez. Si la propiedad irrevocable y la calidad de acreedor
hipotecario se encuentran reunidas en la misma persona, la hipoteca se
extingue naturalmente.
Anticresis
La anticresis, al igual que todos los derechos reales de garantía, solo puede
nacer de un contrato. El contrato, por el cual se constituye el derecho real
de anticresis, debe celebrarse por escritura pública, pero esta formalidad
solo es exigida ad probationem; y es oneroso, unilateral y real (porque se
perfecciona con la entrega de la cosa). Debe ser inscripto para su
oponibilidad.
Definición y objeto
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El art. 2.212 del Código Civil y Comercial dice:
Se puede analizar lo dispuesto por el art. 2.213 del Código Civil y Comercial,
"pueden constituir anticresis los titulares de los derechos reales de dominio,
condominio, propiedad horizontal, superficie y usufructo"12.
El plazo máximo de la anticresis no puede exceder de los diez años para
cosas inmuebles y de cinco para cosas muebles registrables. Cabe destacar
que si el constituyente es titular de un derecho real de menor duración, la
anticresis se acaba con este.
Por último, se puede destacar que la inscripción en el registro mantiene sus
efectos, por el lapso de veinte años para inmuebles y diez años para muebles
registrables, pudiendo ser renovados. En caso de no ser renovada, la
inscripción caduca de pleno derecho.
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Derechos del acreedor
Conservar la cosa.
No puede realizar ningún cambio del que resultara que, luego de pagada
la deuda, el deudor no pudiera explotar la cosa de la manera que antes lo
realizaba (salvo pacto en contrario).
Debe administrar conforme las reglas del mandato.
Responde por los daños que ocasiona.
Los mismos se entienden a contrario sensu de los del acreedor, por lo que
debe respetar el uso y goce de la cosa por el acreedor, y su percepción de
los frutos. Asimismo, y no obstante ello, sigue siendo el propietario de la
cosa.
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Por último, hay que destacar que debe al acreedor los gastos necesarios para
la conservación del objeto, aunque este no subsista. Y tiene el derecho a
percibir las contribuciones y cargas del inmueble, que está obligado a abonar
el acreedor (art.2.217 del Código Civil y Comercial).
Prenda
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En la prenda con registro, regida por ley especial, el constituyente no se
desprende de la cosa, no hay desplazamiento, pero las partes pueden
acordar que la cosa quede en poder de un tercero, quien ejerce la tenencia.
Se puede afirmar que la prenda con desplazamiento es el derecho real, de
origen convencional, accesorio, de una o varias obligaciones de cualquier
clase, en función de garantía; que se ejerce por la posesión, con
desplazamiento de una o más cosas muebles no registrables o títulos
instrumentados, ajenos, sobre los que recae, cuyo propietario o titular, sea
o no el deudor de la obligación garantizada, entregó al acreedor prendario o
a otra persona designada de común acuerdo.
Son aplicables a la prenda los principios generales de los derechos reales y
los propios de los derechos reales de garantía (véase arts. 2.184 y siguientes
del Código Civil y Comercial).
Los caracteres del derecho real de prenda son los propios de todos los
derechos reales de garantía: convencionalidad, accesoriedad, especialidad
crediticia y objetiva, indivisibilidad y subrogación (arts. 2.185 a 2.194,
Código Civil y Comercial).
El contrato de prenda es innominado (art. 970, Código Civil y Comercial),
formal, solemne, relativo (art. 258 y 2.219, Código Civil y Comercial),
bilateral y a título gratuito u oneroso.
La prenda no es oponible a terceros si no consta por instrumento público o
privado de fecha cierta, cualquiera sea la cuantía del crédito. El instrumento
debe mencionar el importe del crédito y todos los demás datos
individualizadores.
El art. 2.223 del Código Civil y Comercial se refiere a la posibilidad de realizar
prendas sucesivas sobre el mismo bien a favor de otro acreedor. Para ello el
acreedor, que posee el bien, debe consentir en poseerlo para ambos o
entregarlo en custodia a un tercero en interés común. La prioridad entre los
acreedores queda establecida por la fecha de constitución de la prenda. No
obstante lo antes mencionado, las partes pueden, de común acuerdo, y en
virtud del principio de autonomía de la voluntad, establecer otro orden de
prelación, expresando lo mismo en forma clara y precisa.
Por último, es dable mencionar que el Código Civil y Comercial excluye de su
regulación a la prenda tácita, prevista en los arts. 3.218 a 3.221 del Código
derogado.
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El contrato de prenda puede tener por objeto toda clase de cosas muebles,
sean o no consumibles o fungibles. Es preciso que la cosa esté en el comercio
(art. 234, op.cit.), ya que de lo contrario no puede ser vendida o adjudicada
en la ejecución prendaria; que sea determinada (art. 1.912, op.cit.) y que
exista actualmente.
La prenda no puede recaer sobre cosas muebles que sean inmuebles por
accesión o que estén excluidas de la garantía de los acreedores (art. 744,
op.cit.). Por consiguiente, por ejemplo, no pueden prendarse muebles de
uso indispensable del propietario, ni los instrumentos necesarios para el
ejercicio de la profesión, entre otros.
En cambio, se puede celebrar contrato de prenda respecto de las cosas
futuras o ajenas, o que al tiempo de contratar sean inmuebles por accesión.
En el caso de la cosa futura el contrato es válido pero el derecho real no se
configura, mientras la cosa no exista y no se entregue al acreedor.
Asimismo, para constituir la prenda es necesario ser propietario de la cosa.
En caso de no serlo, rige el principio de convalidación (art. 1.885, op.cit.).
Frutos
Los frutos o intereses, que genera el bien prendado, deben ser percibidos e
imputados al pago de la deuda, primero a gastos e intereses y luego al capital
(salvo pacto en contrario).
Ello es así, ya que el acreedor debe adoptar todas las medidas normales
tendientes a la conservación de la cosa, entre ellos, percibir los frutos por
cuenta del deudor.
Uso y abuso
El acreedor no puede usar la cosa sin consentimiento del deudor, salvo que
sea un uso necesario para su conservación. En ningún caso puede abusar en
la utilización, ni perjudicar de otro modo, ya que debe cuidar la cosa,
conservándola en buen estado. Caso contrario se puede:
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Pedir que la cosa sea puesta en depósito;
Reclamar daños y perjuicios.
Ejecución
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Prenda de créditos: análisis de la normativa aplicable al
caso
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Participación en contrato con prestaciones recíprocas
Extinción
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Referencias
Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
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