Relaciones.

Estudios de historia y sociedad

ISSN: 0185-3929
relacion@colmich.edu.mx
El Colegio de Michoacán, A.C
México

Díaz Perera, Miguel Ángel

Reseña de "CONOCER EL MUNDO, SABER EL MUNDO: EL FIN DE LO APRENDIDO, UNA
CIENCIA SOCIAL PARA EL SIGLO XXI," de Immanuel Wallerstein
Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXV, núm. 98, primavera, 2004, pp. 298-303
El Colegio de Michoacán, A.C
Zamora, México

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 RESEÑAS
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Marco A. Calderón Mólgora
El Colegio de Michoacán
calderon@colmich.edu.mx
2 9 8
IMMANUEL WALLERSTEIN, CONOCER EL
MUNDO, SABER EL MUNDO: EL FIN DE LO
APRENDIDO, UNA CIENCIA SOCIAL PARA EL
SIGLO XXI, MEXICO, SIGLO XXI, 2002, 320 P.
C onocer el mundo, saber el mundo,
¿por qué este título?: Immanuel Wa-
llerstein comenta que su amigo Pa-
trick Wikinson consideró cuando es-
taba escribiendo estos ensayos, que
era el fin del mundo tal como we know
it, en el doble sentido de know: como
cognoscere y como scire, es decir cono-
cer, y llegar a comprender respectiva-
mente. Un título muy al estilo de Wa-
llerstein, atrevido, estimulante.
Al mismo tiempo de platicar y
discutir el contenido de este libro, nos
permitiremos en paralelo, analizar y
comprender algunas de las ideas cen-
trales del pensamiento del autor.
Ideas que se nos escapan, que huyen
de este único libro. Es más meritorio,
más inspirador, el no encerrarnos en
sólo describir los capítulos y su con-
tenido, sino en contrapartida atrever-
nos a examinar en forma global algu-
nas de sus innovaciones. Permitirnos,
en suma, tener una idea más comple-
ta de este pensador, que sin duda es
unos de los más inteligentes y crea-
tivos de nuestro tiempo.
Sin duda, hijo intelectual de Fer-
nand Braudel, seguidor de la larga
duración histórica, de los siglos histó-
RESEÑAS
ricos en contraposición de los crono-
lógicos, feroz critico de los aconteci-
mientos contemporáneos,1 analista de
los mercados globales. El núcleo de
su pensamiento, sin embargo, está en
el análisis del sistema–mundo, idea y
concepto heredado también de Brau-
del, pero renovado y efectivamente,
perfeccionado por Wallerstein.
Podemos –siguiendo al maestro
Carlos Antonio Aguirre Rojas–2 vi-
sualizar por lo menos cuatro polos
historiográficos importantes, los más
creativos y conocidos: los “france-
ses”, (Le Goff, Le Roy Ladurie, Ferro,
Revel, Chartier y compañía) y su ya
multicitada y frecuentada revista
1
Cada 15 días publica en su página de
internet (http://fbc.binghamton.edu/) su
opinión sobre los temas que aquejan al
mundo. Sobre México, el quizá más inte-
resante es “The Mexican Elections: A Vic-
tory for What?” (Las elecciones mexica-
nas: ¿una victoria para quién?, aparecido
en julio de 2000). En este sitio además apa-
recen sus artículos y conferencias con sus
diversas traducciones, desde el catalán,
español, francés, japonés, húngaro, corea-
no, malayo, polaco, ruso, eslovaco, turco,
etcétera; referencia obligada, sin duda...
2
Carlos Antonio Aguirre Rojas, “La
historiografía occidental en el año 2000.
Elementos para un balance global”, en:
Obradoiro de Historia Moderna, núm. 10, San-
tiago de Compostela, Universidad de
Santiago de Compostela, 2001, 143-171.
2 9 9
Annales. Histoire, Sciences Sociales;3 los
“italianos” (Grendi, Ginzburg, Levi,
Redondi, Serruti) y su versión micro-
histórica4 o microanalítica en contra-
rréplica a las interpretaciones macro-
textuales; los “ingleses” (Hobswand,
3
Sobre la historiografía francesa y en
específico sobre esta perspectiva, se puede
consultar los textos: Carlos Antonio Agui-
rre Rojas, Los Annales y la historiografía
francesa: tradiciones críticas de Marc Bloch a
Michael Foucault, México, ediciones Quin-
to Sol, 1996; Itinerarios de la historiografía
del siglo XX: de los diferentes marxismos a los
varios Annales, La Habana, Centro de
Investigación y Desarrollo de la Cultura
Cubana “Juan Marinello”, 1999; Breves en-
sayos críticos, Morelia, Universidad Mi-
choacana de San Nicolás de Hidalgo,
2000, (T´amu Joscueca: ... cuatro rumbos);
La escuela de los Annales: ayer, hoy, mañana,
69, España, Editorial Montesinos, (Biblio-
teca de divulgación temática), 1999. Si se
quiere indagar en el tema de manera bre-
ve, se puede checar el texto de Peter Bur-
ke, La revolución historiográfica francesa: la
escuela de los annales 1929-1989, traducción
de Alberto Luis Brixio, Gedisa, Barcelona,
1996. De los mejores textos es el de Fran-
cois Dosse, La historia en migajas: de «Anna-
les» a la «nueva historia», Valencia, traduc-
ción de Morató i Pastor, Edicions Alfons el
magnànim: Institució Valenciana d´Estu-
dis i Investigació, Colección Estudios Uni-
versitarios, 35, 1988.
4
Para un acercamiento, véase Carlo
Ginzburg, “Microhistoria: dos o tres cosas
que se de ella”, Manuscrits, Revista d’Histo-
ria Moderna, Barcelona, Universidad Autó-
 RESEÑAS
Anderson) y su hereje historia recono-
cidamente marxista, y el cuarto polo,
representado magistralmente por nues-
tro autor y su ya mencionada pers-
pectiva sobre el moderno sistema-
mundo. Detrás de él, toda una serie
de intelectuales lo sigue imaginaria-
mente, entre ellos Giovanni Arrighi y
sus escritos sobre los movimientos
antisistemicos;5 inclusive se percibe
noma de Barcelona, núm. 12, enero 1994,
13-42; Jacques Revel, “Microanálisis y
construcción de lo social”, Anuario IEHS,
Tandil, Instituto de Estudios Histórico-So-
ciales, Universidad Nacional del Centro:
Facultad de Ciencias Humanas, núm. 10,
1995; Justo Serna y Anaclet Pons, Cómo se
escribe la mi-crohistoria, Madrid, Frónesis,
Cátedra Universitat de Valencia, 2000; jun-
to con el artículo de ellos mismos El ojo de
la aguja: de qué hablamos cuando hablamos de
microhistoria?, Pedro Ruíz Torres (ed.) La
historiografía, Madrid, Col. Ayer, núm. 12,
Madrid, 1993, pag. 93-133; además de el
dossier contenido en la revista Prohistoria:
debates y combates por la historia que viene,
Rosario, año III, núm. 3, primavera de 1999;
con ensayos interesantes de Carlos A.
Aguirre Rojas, Darío Barriera y otros.
Convendría además leer el texto de Ginz-
burg, El Queso y los gusanos: el cosmos según
un molinero del siglo XVI, traducción de
Francisco Martín y Francisco Cuartero,
Barcelona, Muchnik editores, 1986. Hay
muchísimo material sobre el tema.
5
Giovanni Arrighi, et al., Movimientos
antisistémicos, Carlos Prieto del Campo
(trad.), Madrid, Akal, 1999. Asimismo, se
3 0 0
un diálogo imaginario con el ya falle-
cido Wiltod Kula.
Wallerstein actualmente es direc-
tor de Fernand Braudel Center de la
Universidad de Binghamton. Su obra
más conocida –sin duda– es El moder-
no sistema-mundo (publicado por Siglo
XXI como El moderno sistema mundial, a
pesar de las severas aclaraciones),
además de Impensar las ciencias socia-
les, Abrir las ciencias sociales, Utopística
y Después del liberalismo, publicados
también por Siglo XXI editores a con-
sejo de Pablo González Casanova.
Este texto que hoy comentamos,
es una serie de ensayos, muy disími-
les pero que en el fondo tocan mu-
chas de sus ideas más recientes. Entre
ellas, la del acercamiento entre las
ciencias sociales y el rompimiento de
las barreras egoístas que dividen y
parcelan el conocimiento; el mismo
Wallerstein en sus trabajos hace gala
de un impresionante bagaje teórico
que no respeta estos márgenes, inva-
de tanto a la economía, como a la so-
ciología, a la historia, inclusive en
momentos se mete en las ciencias na-
turales (en las supuestas ciencias
puede consultar su excelente texto El largo
siglo XX dinero y poder en los orígenes de
nuestra época, Carlos Prieto del Campo
(trad.), Madrid, Akal, 1999. (Cuestiones de
antagonismo; 3)
RESEÑAS
duras, ni tan duras) con el rescate de
la teoría del caos, esbozada por Ilya
Prigogine.6
Esto le ha dado herramientas para
pensar que después del año 2025 ha-
brá un cambio cualitativo en las es-
tructuras que rigen el mundo en su
totalidad, cree que el moderno siste-
ma-mundo está en una fase de crisis,
de desequilibrio, donde cualquier
acontecimiento corrompe al sistema
desde su interior, en sus más íntimos
cimientos. Supone que pronto habrá
una verdadera alteración que abrirá
paso a un “nuevo mundo”. Wallers-
tein desconoce qué tipo de nueva so-
ciedad será, pero invita a tomar res-
ponsabilidad ante los hechos, hace
intensos llamados, principalmente a
los intelectuales para discutir sobre el
futuro por venir.
Esto no es más, efectivamente, que
la teoría del caos aplicada a las cien-
cias sociales. Los acontecimientos son
predecibles mientras el sistema esté
en equilibrio, las “leyes” responden a
tales condiciones. Pero cuando el sis-
tema está en desequilibrio, nada es
6
Para un acercamiento a la teoría del
caos, puede consultarse su texto realizado
junto con Isabelle Stengers, La nueva alian-
za: metamorfosis de la ciencia, María Cristina
Martín Sanz (trad.), Madrid, Alianza edi-
torial, Alianza Universidad, 368, 1997.
3 0 1
predecible, ninguna ley funciona,
cualquier elemento por insignificante
que sea, puede permitir cambios pro-
fundos donde el final es totalmente
desconocido. La teoría del caos ha ins-
pirado acalorados debates. Wallerstein
lo retoma y lo traslada –tomando dis-
tancias– a las ciencias sociales.
Dentro de sus innovaciones, tam-
bién podemos anotar, su concepto de
unidisciplinariedad, que intenta for-
jar un dialogo de la totalidad de las
ciencias sociales, tomando la esencia
del postulado de Bloch y Febvre so-
bre una historia global, pero rebasan-
do los límites y llevándolos a nuevos
extremos. Esto contrasta con las opi-
niones de Bernard Lepetit,7 que antes
de su muerte, sostenía que había que
reforzar las barreras disciplinarias
para después producir un intercam-
bio “regulado” de conceptos, catego-
rías y modelos. Opiniones casi con-
trarias. Pero igual de interesantes. En
Wallerstein podemos ver una evolu-
ción de esta creencia en Abrir las cien-
7
Bernard Lepetit, “Propuestas para
un ejercicio ilimitado de la interdiscipli-
na”, Iztapalapa, México, Universidad Au-
tónoma Metropolitana, núm. 26, julio-di-
ciembre de 1992. Aparecido también en
Ruptura, Villahermosa, Universidad Juá-
rez Autónoma de Tabasco, núm. 4, marzo
2001.
 RESEÑAS
cias sociales para después pasar a una
cosmovisión más amplia en Impensar
las ciencias sociales. Tesis más acabadas
están contenidas en el texto que hoy
comentamos.
Asimismo también incursa en la
situación política y económica de nues-
tro tiempo en el capítulo 1, titulado
“El mundo del capitalismo”, donde
analiza principalmente la situación de
Sudáfrica y el CNA hasta el ascenso
de Asia oriental; también debate sobre
los costos de la producción capitalista
en la ecología, sobre liberalismo, de-
mocracia, integración, marginación y
las actuales propuestas de cambio so-
cial. En estos análisis recurre a su con-
cepto de “Movimientos antisistémi-
cos”, representados por los grupos de
respuesta, de lucha (entre ellos el
EZLN) al sistema-mundo. Estos hoy
pueden ser –a criterio de Wallerstein–
golpes de desequilibrio importantes
al sistema-mundo; se intuye entre lí-
neas una ilusión: pueden ser la causa
de la caída del sistema y el paso a ese
“nuevo mundo”.
El libro incluye en su segundo ca-
pítulo titulado “El mundo del saber”
toda esta serie de premisas de unir a
las ciencias sociales, que ya hemos co-
mentado. Lo perfecciona con proble-
mas concretos, como el eurocentris-
mo pasando por el choque entre las
ciencias sociales y la búsqueda de una
sociedad justa, hasta una propuesta
3 0 2
RESEÑAS
para la distinción y reordenación de miento de los monstruos-monopolios turo, al igual que sus conclusiones, su
la totalidad de las ciencias del hom- empresariales. Las condiciones en el pensamiento está en desequilibrio y
bre. En su totalidad el libro es un ejer- futuro serán tales que el moderno sis- por lo tanto, cambia constantemente.
cicio ambicioso, en momentos muy tema-mundo no podrá soportar las Su invitación a la unidisciplinariedad
imprudente, brío que aterriza en una exigencias que se le enfrentan, que quizá prosiga. No es una mala idea.
realidad que nos amenaza y merece día con día se le acumulan. La des- Ante la escasez de innovaciones “rea-
explicación. El mérito de Wallerstein proporción de los “ricos” y los “po- les” en las ciencias sociales de hoy, es
es el atrevimiento, el intentar explicar bres” y la desaparición de una clase necesario acercarse a los “lados oscu-
además de sucesos muy remotos, una media marcan un proceso que es irre- ros”, empezar a explorar con otros
realidad que nos abruma; en definiti- versible; ya no hay nuevos territorios ojos. Quizá podamos encontrar nue-
va, parte de problemas del presente que ocupar, nuevos mundos que des- vos elementos, nuevos territorios ima-
para encontrar sus raíces, desmenu- cubrir para extraer de los “otros” lo ginarios que conquistar.
zarlas y comprenderlas, pero siempre que falta. ¿Cuál es la respuesta a tales
con la mirada puesta en la situación problemas? Wallerstein no duda –de Miguel Ángel Díaz Perera
actual. nuevo– en decir: un nuevo sistema. El Colegio de Michoacán
Vemos un claro acercamiento a la No sabemos que ideas “atrevi- diazperera@colmich.edu.mx
historiografía marxista en su ensayo das” desarrollará Wallerstein en el fu-
titulado “Las ciencias sociales y el in-
terludio comunista, o interpretacio-
nes de la historia contemporánea”, en
él se hace un análisis comparativo en-
tre la “atmósfera social” presente y la
anterior a 1848. Wallerstein llega a
la conclusión que aquellas precondi-
ciones exigidas por Marx para el de-
sarrollo del socialismo, son más favo-
rables hoy, que antes de 1848.
Llega a tal desenlace después de
analizar las migraciones de sur a norte,
la enorme explotación de los recursos
naturales, el proceso de desruraliza-
ción del mundo, la alta desproporción
de la división de la riqueza, la demo-
cratización “real” del mundo y la ca-
da vez más exigencia de educación,
salud y vivienda, además del creci- ◆ ◆ ◆
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