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Resumen
Revisión diacrónica del romance y el corrido en México. Evolución de los romances peninsulares en el contexto indiano.
Nacimiento del corrido (finales del XIX) y relación con la veta "vulgar" del romancero español. Tradicionalización de algunos
tipos de corrido, y vitalidad del género.
Résumé
Historique du romance et du corrido au Mexique. Evolution des romances péninsulaires dans le contexte américain. Naissance
du corrido (fin du XIXe) et rapports avec la veine "vulgaire" du romancero espagnol. Traditionnalisation de certains types de
corridos et vitalité du genre.
González Aurelio. Literatura tradicional y literatura popular. Romance y corrido en México. In: Caravelle, n°65, 1995. Les
cultures populaires en Amérique latine. pp. 143-157;
doi : 10.3406/carav.1995.2662
http://www.persee.fr/doc/carav_1147-6753_1995_num_65_1_2662
Literatura tradicional
y literatura popular.
PAR
Aurelio GONZALEZ
El Colegio de México
; Roman Jakobson y Pietr Bogatyrev, "El folklore como forma específica de creación" en
Ensayos de poéticaîVCE, México, 1977, p. 9.
2 Algunos autores sitúan este tipo de cultura bajo el rubro de folclor, englobando así el
hecho literario dentro de la creatividad artística artesanal.
144 C.M.H.LB. Caravelle
3 Ibid, p. 13.
4 Id, pp. 12-13.
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5 Sobre este punto no todos los especialistas están de acuerdo, ya que algunos piensan que
la remodelación poética o variación, se da en el momento de la objetivación o
"performance" del texto. Pero esta posición me parece más difícil de sostener. Mi
experiencia me ha demostrado que el transmisor por lo general posee su versión, o cuando
mucho dos versiones (normalmente en este caso una de ellas es tradicional, y la otra,
lexicalizada, bien sea de origen libresco, o bien una vulgata). Para el transmisor sería
muy complicado mantener la fijeza de su versión si la rehiciera en el momento de cada
ejecución (performance). Los transmisores excepcionales, creativos, con real dominio del
lenguaje tradicional, si hacen variaciones en el momento de la ejecución las hacen sobre
su propio patrón narrativo del texto que ya poseen con anterioridad.
6 Ruth Finnegan, Oral poetry, Cambridge University Press, Cambridge, 1977, p. 213.
7 Este término en inglés se usa cada vez con más frecuencia para indicar el acto complejo
en que coinciden la transmisión (en forma oral) y la recepción (en forma auditiva).
* Cf. Paul Zumthor, "Pour une poétique de la voix", Poétique, 40 (1979), p. 519.
146 C.M.H.LB. Caravelle
9IbüL,p.521.
10 Sobre este problema véase la presentación de Diego Catalán del Catalogo general del
Romancero pan-hispánico, (CGR), Seminario Menéndez Pidal-Gredos, Madrid, 1984,
pp. 13-15.
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bargo, hay que tomar en cuenta que en este campo la diversidad estilística
es mas restringida, y que "la multiplicidad de estilos suele corresponder en
el folklore a la multiplicidad de los géneros ". Por lo tanto, el "estilo
épico" corresponde al género épico, aunque en la tradición oral —como en
la culta- existen formas mixtas (épico-líricas, por ejemplo) que
corresponden a géneros mixtos como la balada.
También existen otras diferencias, que, aunque se reflejan en el estilo,
corresponden a elementos más profundos. Me refiero, por ejemplo, a los
textos llamados "vulgares", caracterizados por un estilo que toma términos
y estructuras de la literatura culta, pero que se adapta a una estética
popular7
, y que, por lo general, se difunden desde los centros urbanos, y
recogen comúnmente un ideario de las clases dominantes75 en temas que
habitualmente son de "crónica negra" (o "nota roja"): catástrofes,
crímenes, aventuras sentimentales desgraciadas, acontecimientos
escandalosos, etc. En este tipo de textos, entre los que se podrían incluir también los
que se definen como populares (aquellos que, aunque siguen los linea-
mientos temáticos y formales anteriores, no llegan a extremos
"amarillistas"), toma parte la transmisión impresa a través de pliegos y
hojas volantes vendidos por sus trasmisores (intérpretes ambulantes, en
ocasiones ciegos, más o menos profesionalizados), y su variación es casi
nula, pues el lenguaje no es el natural de la oralidad y por tanto se memo-
rizan tal cual. En algunos casos, sin embargo, entran verdaderamente en la
cadena de trasmisión oral, con sus juegos de variantes, y en efecto pasan a
formar parte del saber folclórico permanente de una comunidad; esto es,
se tradicionalizan .
Todo lo anterior nos permite distinguir dentro de la oralidad tipos
distintos de textos. Para ello, han sido de fundamental importancia las teorías
y definiciones acuñadas por Menéndez Pidal, quien distinguió
acertadamente entre popular y tradicional, definiendo como popular:
24 Cf. Mercedes Díaz Roig, Estudios y notas sobre el Romancero, El Colegio de México,
México, 1986, pp. 12-14.
25 Arthur L. Campa, Spanish folk-poetry in New Mexico, The University of New Mexico
press, Albuquerque, 1946, p. 44.
•^Guillermo Prieto, El romancero nacional, pról. Ignacio M. Altamirano, Porrua, México,
1984.
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Zacatecas, etc.), en la mayor parte de los casos sólo forman parte del
acervo de corrideros profesionalizados.
El aspecto novelesco (expresado básicamente a través de una temática
de amores y aventuras) se encuentra tanto en el Romancero hispánico
como en la balada internacional, y son precisamente los textos con esta
temática los que han conservado su vitalidad al pasar el tiempo y los que
dan nueva vigencia a esas formas poéticas o géneros una vez que
desaparece el clima épico en el cual dicho género tuvo amplia difusión como
expresión de los valores de la colectividad en un momento de crisis y gran
aliento épico como fue la Revolución mexicana.
Entre los corridos con más vitalidad en la actualidad encontramos, en
primer lugar, aquellos de valientes. En algunos casos se trata de textos
recogidos a lo largo de casi cien años con permanencia comprobada en la
tradición oral como es el caso de Heraclio Bernai, publicado por vez
primera a fines de la década de 1880 por la imprenta de Vanegas Arroyo bajo
el título de El corrido de Heracleo Bernai del estallo de Sinaloa, recogido,
entre muchos otros, por Mendoza en 19473 y recientemente en trabajos
de campo realizados en 1989 y 1994 . Otros corridos de estilo
tradicional sobre valientes que siguen muy presentes en la tradición oral
actual son Valente Quintero y Simón Blanco, este último mucho más reciente
y probablemente de origen de hoja volante impresa.
Los corridos sobre caballos como El caballo Mojino, El Cantador,
Caballo lomo gatiado, La yegua Prieta y El Moro, El Petardo y El Diamante
también han permanecido en el gusto de la colectividad. Estos corridos
tienen una impostación totalmente novelesca ya que normalmente tratan
de triunfos en carreras parejeras con una visión de hazaña trascendente o
de muertes trágicas en torno a las apuestas en este tipo de carreras de gran
arraigo popular.
También perviven algunos textos de origen épico, en los cuales es el
elemento novelesco el predominante, por ejemplo los corridos de
Benjamin Argumedo o Felipe Angeles, ambos generales revolucionarios, en
los cuales la narración se centra más en su fusilamiento que en sus acciones
guerreras; o Valentín de la sierra, personaje de la guerra cristera cuya
da razón del lugar que ocupó en las fuerzas cristeras; ni donde operó". Corridos de la
rebelión cristera, folleto que acompaña al disco (INAH 20) del mismo nombre, p. 6.
38 Concretamente en una encuesta de campo realizada por Francisco Mendoza en Albacete
en 1985.
^Recogido por Mercedes Zavala en Crucero de Aquismón, San Luis Potosí, en 1987.
"^ Walter Ong, Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, FCE, México, 1987.
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literatura sean el vehículo ideal para cantar las luchas y aspiraciones de esa
comunidad en los momentos de crisis. Por otra parte la literatura popular,
por sus condiciones particulares de creación, recoge en muchísimos casos
los intereses y valores de las clases dominantes aunque descontextualizados
y adaptados a los esquemas generales aceptados por la comunidad rural o
alejada de los grandes núcleos urbanos.
Esta diferencia es la que permite, como se puede observar en esta
revisión diacrónica de la vida del romance y el corrido en México, en unos
casos la utilización de formas tradicionales para adaptarla a situaciones
históricas concretas. Evidentemente no son lo mismo los textos "romancísticos"
de los liberales mexicanos del siglo pasado, a propósito de la guerra de
Independencia o de la Intervención francesa, que los corridos
revolucionarios de la segunda década de este siglo o incluso de aquellos que se refieren
a los bandoleros sociales de fines del XIX, que a su vez son muy diferentes
de los corridos Zapatistas o revolucionarios de los cantores populares más o
menos profesionalizados actuales, auspiciados en muchos casos por las
instituciones oficiales a través de festivales y ceremonias cívicas.
Los textos literarios tradicionales y populares no son por sí mismos
manifestaciones de resistencia cultural, social o política, sino la expresión
-dentro de la cultura de la oralidad, ya que normalmente el acceso de los
sectores rurales o económicamente débiles a otras formas culturales está
mucho más restringido- de los valores aceptados de una comunidad, en
una doble vertiente de conservación y refuncionalización.