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Escribir siempre ha sido una necesidad innata en el hombre; aun mucho antes de que existiese un

sistema de escritura oficial, ya trataba de plasmar sus sentimientos y saberes por medio de
dibujos y signos en los materiales que tenía a mano: piedra, bronce, hierro, entre otros. Esta
necesidad de hacer perdurar ideas a través de símbolos, hizo que con el paso de los años naciesen
los sistemas alfabéticos que facilitaron la tarea de la comunicación escrita.

Es imposible contar todo lo que se ha escrito; miles y miles de textos han salido de la pluma igual
número de hombres. Así mismo, leer todo lo que se ha publicado es algo que ningún podría hacer
aun si pasase toda su vida leyendo, sin interrupciones. Tal cantidad de escritos se debe a que el
hombre siempre está tratando, de una u otra forma, de transmitir conocimientos a través de los
libros.

Como toda disciplina, escribir maneja distintos tópicos, dependiendo de lo que se escriba. Para
cada área del conocimiento hay un sinnúmero de textos: filosóficos, literarios, deportivos,
científicos, religiosos, etc, y cada una de estas áreas tiene su púbico específico. En mi caso, lo que
escribo va dirigido a los que leen literatura. Pero antes de detallar por qué me he inclinado por
esta área, cabe mencionar por qué me gusta escribir.

En mi infancia, leer fue la actividad más recurrente de mi diario vivir. En casa había una
enciclopedia española titulada “El mundo de los niños” Esa fue mi primera experiencia con la
lectura, más o menos a los siete años. La enciclopedia constaba de quince volúmenes ilustrados a
todo color, y cada tomo trataba un tema distinto: cuentos, poemas, viajes, biología, historia,
animales, plantas, manualidades, entre otros temas que cautivaron mi imaginación. Después de
eso, dejé a un lado las muñecas y juegos propios de las niñas y me embarqué en un viaje lector
que a treinta años de haber iniciado, aun no llega a su fin. Cientos de libros han pasado por mis
manos, no sólo de literatura; he leído un poco de cada una de las ciencias que existen, y mi nivel
cultural es muy amplio debido a eso.

Este amor por la lectura desarrolló en mí el deseo de hacer sentir a otros lo que yo misma sentía al
leer. Como mis lecturas más selectas eran literarias, desde mi niñez nació en mí el deseo de ser
escritora de novelas, cuentos y poemas; así que mis escritos, desde los doce, han sido literarios.

Inicié muy joven mi aficción por escribir. Ya mencioné que desde los doce años escribo. Puedo
afirmar que la frecuencia con que escribo es muy alta, desde hace muchos años. He incursionado
en los géneros que más me gustan de la literatura: poesía, cuento y novela. Poemas, he escrito
cientos; incluso ya gané un reconocimiento por mi trabajo.

Existe una plataforma para escritores aficionados que e llama Wattpad. Allí, millones de escritores
de todo el mundo suben sus proyectos literarios, de todos los géneros: romance, histórico, ciencia
ficción, lírico, terror, suspenso, policíaco, etc. Es muy difícil sobresalir allí, dada la inmensa
cantidad de textos que se suben diariamente. Aun así, me dedico desde hace dos años a la
escritura de una novela, del género fan fiction, la cual la empecé a subir con mucho temor de que
fuera ignorada, como sucede con muchos proyectos que suben allí.
Sin embargo, esto no ha sido fácil

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