En realidad, la carrera de diseñador gráfico a nivel profesional es compleja,
puesto que tiene una doble vertiente. En este sentido, conviene explicar antes qué se entiende por diseñador gráfico.
El diseñador como creador de concepto
Existe una tendencia que considera que el diseñador gráfico es aquel que es capaz de crear un concepto. Es la persona que concibe cómo será un logo, por ejemplo. El diseñador tendría una idea trasladada a una imagen. Luego podría ser él mismo quien la desarrollara o podría encargarle el desarrollo a otra persona. Esta vertiente del diseño gráfico necesita una amplia educación, formación e interés en todo lo que tiene que ver con la comunicación visual. Se trata de un área muy compleja que incluye teoría del color y la composición, percepción, espacio negativo, teoría de la proporción y la forma y un largo etcétera. Una amplia cultura que incluya historia del arte y de la comunicación siempre es un plus a la hora de formarse como diseñador gráfico. Se tata de una formación que incluya no solo el arte y la comunicación europeas, sino también las de otros continentes.
El oficio de diseñador gráfico
Para quienes entienden que el diseñador gráfico es solo el que se encarga de ejecutar el concepto que ha ideado otra persona. En este caso hablaríamos del diseñador gráfico, ahora sí, como técnico cualificado. Claro, que para estar verdaderamente cualificado hace falta manejar con soltura determinadas herramientas: •Programas de diseño como Photoshop, InDesign, Illustrator, etc. Así como programas informáticos complementarios. •Técnicas tradicionales como lápiz, acuarelas, etc. •Tipografía
Características personales del diseñador
gráfico Además de una formación técnica determinada, los diseñadores gráficos deben tener, sobre todo interés y paciencia. Interés porque no se llega a saber construir un buen diseño gráfico de la nada. Es necesario observar, ver lo que funciona y lo que no. Pero desde el punto de vista del espectador. Paciencia porque es necesario estudiar. En este sentido, las fuentes de estudio son numerosas. Existen estudios reglados dentro o fuera de la universidad. Y también docenas de cursos sobre temas específicos. Por no hablar de la evolución de la técnica y de las modas, que también inciden en una profesión como la de diseñador gráfico. En definitiva, como cualquier buen profesional, el diseñador gráfico debe estar dispuesto a invertir tiempo y dinero en formación continua. La capacidad de comunicación y adaptación también son básicas. A fin de cuentas, los diseñadores trabajan con clientes y los clientes no suelen ser expertos en diseño. De ahí que comprender sus exigencias y ser capaces de adaptar el trabajo a las mismas, sea fundamental.